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Esta mañana vamos a hacer el tercer sermón respecto a nuestro pacto de membresía. Iba a concluir esta mañana, pero no puedo por para poder explicar bien el pacto que tenemos que entonces vamos a terminar la próxima semana Dios mediante. Entonces esta mañana el título es el ministerio bíblico, el ministerio bíblico y vamos a estar viendo los puntos, algunos puntos ahí 6 y 7 del pacto de la membresía esta mañana. Para comenzar, solo quiero recordarles, obviamente hay muchas iglesias en el mundo, y la iglesia, obviamente tenemos la iglesia universal, la cual comprende todos los creyentes, y luego tenemos las iglesias locales, que cada uno que es creyente debe estar participando en una iglesia local. ¿Y por qué es importante tener un pacto de membresía? Y en nuestro caso no es una exigencia bíblica tener pacto formal de membresía, pero en nuestro contexto, donde hay muchas personas que van de iglesia en iglesia o que son nuevos creyentes y no entienden realmente la importancia, es importante que nosotros tengamos un pacto más formal de membresía por varias razones y voy a mencionar tres razones ahorita. Primero es para que todos los que participan en la iglesia tengamos una comprensión de quienes se han comprometido a esta iglesia en particular. Si somos creyentes, debemos comprometernos a una iglesia particular, a una iglesia cristiana. Pero nosotros tenemos este pacto de membresía para los que se comprometen a esta iglesia local. Así que todos los que están aquí, los que participan, los que asisten, podemos saber quiénes se han comprometido a esta iglesia local. Y esta iglesia es nueva, así que ya estamos implementando eso. No hemos implementado por completo y siempre va a haber nuevas personas que vienen que vienen de, por decir, de visita primero, después pueden venir pensando que tal vez van a quedarse con nosotros y después se comprometen a quedarse con nosotros, a formar parte de nuestra iglesia y entendemos que eso es un tiempo que puede ser. Pero para muchos de nosotros ya hemos estado aquí desde el principio y estamos desde hace un año y medio, casi dos años ya, y así que ya estamos implementando ese pacto de membresía, así que para que nosotros tengamos una conciencia a quienes forman o sean comprometidos a eso. Y luego los que se han comprometido, ellos, las personas que aquí se han comprometido, tienen voz y también para involucrarse activamente en la dirección y las decisiones de la iglesia. Entonces la iglesia local es de personas, no es solo un pastor que dirige todo o unos pocos líderes que dirigen todo. No, es de los que se han comprometido a la iglesia. Así que es importante que nosotros tengamos este pacto formal para saber quiénes realmente pueden participar en la dirección y las decisiones de la iglesia. No es que no vamos a dar la bienvenida a sugerencias, a consejo de personas que nos visitan, que están aquí un tiempo. Realmente eso es bienvenido siempre, pero en sí hasta que se comprometen una persona no tiene realmente, su voz no tiene peso para dar dirección a esta iglesia. Pero una vez comprometido una persona, cualquier miembro, no solo un pastor, el líder, sí tiene voz aquí en la dirección y las decisiones que tomamos. Y luego, la tercera razón por la cual es importante tener este pacto de membresía, Es para que los pastores, los líderes, para que nosotros sepamos quiénes son nuestras ovejas. Dios ha dado a los diferentes pastores diferentes ovejas. Entonces, quiénes realmente son nuestra responsabilidad, mi responsabilidad, por ejemplo, nuestra responsabilidad como liderazgo para pastorear aquí. Así que ellos tienen, los que se comprometen a esta iglesia, tienen prioridad para con nosotros, los que somos pastores o líderes de la iglesia. Si vamos a ayudar a otras personas, sin lugar a dudas, vamos a estar también involucrados en las vidas de los que nos visitan o que nos buscan, pero nuestro enfoque es las ovejas de esta iglesia. Así que esas son tres razones por las cuales estamos implementando el Pacto de Membresía. Hay muchas otras razones muy prácticas, pero esas son algunas. Esos también se vinculan a lo que vamos conversando en el pacto, porque el pacto tiene que ver con comprometerse no solo a estar el domingo, más bien estar involucrado en la vida uno del otro de la iglesia. Así que eso es lo que vamos a estar viendo o seguir viendo en este día y en el próximo sermón. Voy a dar un repaso breve de algunos puntos y voy a dar más énfasis en este repaso a lo que vimos en el primer sermón respecto a la iglesia. La verdad principal de los primeros dos sermones fue lo siguiente, en la Biblia no hay lugar para el creyente solitario. La iglesia local es donde los creyentes vivimos en comunidad como el cuerpo de Cristo para su gloria y el crecimiento mutuo en él. Entonces, no hay lugar, eso fue la verdad principal de los primeros dos sermones, no hay lugar para el creyente solitario. Y la iglesia local es donde vivimos en comunidad como el cuerpo de Cristo para su gloria y el crecimiento mutuo. Y una de las cosas que fundamentamos es en la importancia de la iglesia para Cristo. Y esta mañana vamos a seguir desafiándonos a tener una perspectiva elevada del cuerpo de Cristo. La iglesia no es perfecta. La iglesia local es de personas, como mi persona, como tu persona. Nosotros somos pecadores, pero el amor por Cristo se refleja en una apreciación real por la iglesia y una participación activa de corazón. Y deseo leer unos dos pasajes ahorita. En primera de Corintios 3, 16 y 17, Primera de Corintios 3, 16 y 17 dice, No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois. Sois el templo de Dios. ¿Quiénes sois? Aquí el pasaje se refiere a los creyentes en Corinto. Y nosotros aquí somos el templo de Dios. Mayormente nosotros como creyentes hemos traído los pensamientos del mundo y nuestros pensamientos individualistas a la iglesia. Participamos en una iglesia conforme a nuestro propio criterio y según mi propio deseo. Si me gusta una iglesia, me voy. Si no, no. Si este domingo tengo otra actividad, tal vez un deporte, ver un partido en la tele o tal vez una, una actividad familiar, voy a participar en eso. Si el próximo domingo no tengo eso y no tengo nada que hacer, voy a la iglesia. Nosotros tomamos decisiones de nuestra participación en la iglesia, y no solo en los cultos, más bien en una manera más integro en las vidas de los otros miembros de la iglesia de una forma muy egoísta. Y muchas veces participando, pensando, ¿qué es lo que yo voy a recibir este domingo o en este culto? En vez de, ¿cómo puedo, sí, voy a recibir, pero también cómo puedo animar a mi hermano que está ahí? Muchas veces no entendemos cuánto Cristo aprecia a su iglesia. Y en la eternidad, si ustedes han leído Apocalipsis, la pregunta es, ¿Quién está delante de Dios? ¿Individuos o una multitud? Es una multitud de personas. Y aquí Dios nos ha hecho un pueblo, su pueblo. Y el cuerpo de Cristo se conforma de varios miembros. Así que Cristo aprecia a su iglesia. Sí, tiene amor por cada individuo, pero también por el conjunto. Otro pasaje. Sigo repasando ese primer punto que vimos en el primer sermón de cuánto Cristo aprecia a su iglesia en Hechos 9, Hechos 9, 3 a 6. Hechos 9, 3 a 6. Dice, y sucedió que mientras viajaban al acercarse a Damasco, de repente resplandeció de su alrededor una luz del cielo y él cayera a tierra, oyó una voz que le decía, Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo, ¿quién eres, señor? Y él respondió, yo soy Jesús a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. Un autor, Stephen Neal, dice lo siguiente en un artículo titulado, ¿Cómo tratamos a la iglesia? Es cómo tratamos a Cristo. ¿Cómo tratamos a la iglesia? Es cómo tratamos a la iglesia. Y él dice, las palabras de Jesús a Saulo en Hechos 9 y repetidas también en Hechos 22 y 26 son evidentemente importantes porque Lucas las registra tres veces. Pablo está cegado por una luz brillante y oye una voz. Jesús se identifica y pregunta, ¿por qué me persigues? Y hay varias implicaciones respecto a eso. En lo que respecta a Saulo, Jesús estaba completamente fuera del cuadro. ¿Saulo estaba persiguiendo explícitamente a Jesús? No. La persecución de Saulo era los seguidores de Jesús. Fue la persecución de Saulo, no fue a Jesús mismo, pero Jesús le dice, ¿Por qué me persigues? Y ese enlace es bastante bien atestiguado. Obviamente la aplicación principal es la persecución de los no creyentes a los creyentes. Perseguir a los creyentes es perseguir a Jesús. Pero realmente lo que Cristo está apuntando es que Él está unido a su pueblo. Lo que uno hace al pueblo de Dios le está haciendo a Cristo. Lo que uno hace al pueblo de Dios está haciendo a Cristo. Como uno trata a su pueblo es como trata a Jesús. Entonces, esas palabras de Jesús a Pablo tienen ramificaciones mayor alcance de solo la aplicación principal. Si no podemos, por ejemplo, hablando de nuestra participación en la iglesia, y el pueblo de Dios. Si no podemos, por ejemplo, este autor continúa, molestarnos en salir de la cama para ir a la iglesia el domingo por la mañana, no solo no estamos molestando en pasar tiempo con el pueblo de Dios, sino que estamos rechazando a Cristo mismo. Cuando no tenemos interés en servir y cuidar a la gente del Señor, no estamos cuidando del Señor. Cuando dejamos caer la pelota sobre cosas en la iglesia, nuestras responsabilidades, si tenemos responsabilidades en la iglesia, y ponemos sobre otros, estamos rechazando al Señor y diciendo que hay otras cosas que tienen prioridad sobre Él. Si las palabras de Jesús a Saulo nos dicen que aquellos que persiguen a la iglesia están persiguiendo a Cristo, también nos dice que como tratamos a la iglesia es como tratamos a Cristo. Y muchas veces no pensamos de esa forma. Si nunca vamos a la iglesia, si nos vamos constantemente para el fin de semana, por ejemplo, de viaje, de diversión, si nunca servimos, si encontramos algo más que hacer, esos no son solo mantener a la iglesia en baja estima, es tratar a Cristo a la ligera. Y una reflexión directa sobre nuestro punto de vista de él, es decir, de Cristo. Por el contrario, una vista elevada de la iglesia es una vista elevada de Cristo. ¿A quién pertenece la iglesia? A Cristo. Y muchas veces damos muy poca importancia a su iglesia. Y obviamente, también a la expresión de la iglesia en su contexto local. Si la iglesia se convierte en una alta prioridad, Cristo es una alta prioridad. Servir a la gente de la iglesia es una medida de demostrar nuestro amor por Cristo. Servir en los ministerios de la iglesia es una medida de nuestro amor por Cristo. Tu amor por Jesús se ve en tu amor por la iglesia. Es sobre esta base que la disciplina de la iglesia significativa está correctamente promulgada. Si el trato a la iglesia es una medida de nuestro amor por Cristo, tratar a la iglesia con desprecio sugiere un nivel de desprecio por Cristo. Si detienes a Cristo con desprecio, es difícil mantener creíble como miembro de la iglesia. Así que si nosotros decimos, amamos a Cristo, pero tratamos con desprecio a su iglesia, tanto en nuestra participación como en nuestras acciones y palabras, estamos menospreciando a Cristo. Así que quiero seguir enfatizando estas verdades. Como tratamos a Cristo, o perdón, como tratamos a la iglesia, es como tratamos a Cristo. Una vista elevada de la iglesia es una vista elevada de Cristo, porque la iglesia le pertenece a Cristo. Cristo nos ha redimido. Si somos creyentes aquí esta mañana, Cristo nos ha redimido, nos ha unido a su cuerpo. Así que vamos a seguir enfatizando estas cosas y la importancia de ser un miembro real en la iglesia. Y cuando hablamos de participación, no solo estamos hablando, como dije, de las reuniones. Estamos hablando de participar uno en la vida del otro, y eso es lo que vamos a seguir conversando esta mañana. Cuando no estamos participando en la iglesia, estamos perjudicando el cuerpo, nuestros hermanos en Cristo, porque cada miembro del cuerpo tiene un papel importante en la función del cuerpo. Entonces, eso fue una buena parte del primer sermón que prediqué. Quería volver a enfatizar ese punto de que Cristo tiene, sí, una vista muy elevada de su propio cuerpo, de su iglesia. Así que nosotros debemos también tener esa vista elevada. Otros puntos que hemos visto en nuestro pacto de membresía hasta ahora, es que la iglesia está de creyentes verdaderos, los que se han arrepentido y creído en Cristo. Y todos los que se han arrepentido y creído en Cristo ya forman parte de la iglesia universal de Cristo. Pero esas personas también deben unirse a una iglesia local. El ejemplo del Nuevo Testamento es una persona creía y después fue bautizado y se unió a la iglesia local donde vivía. Eso es el ejemplo. Así que por igual hoy día si una persona se convierte debe ser bautizado y unirse a una iglesia local. También hemos meditado en que debemos estar buscando la santidad conjuntamente. Eso quiere decir rechazar el egoísmo en pro del reino de Dios. Y eso quiere decir confiar en Dios y esforzarnos juntamente conforme el Espíritu Santo. Y buscar, por ejemplo, el fruto del espíritu que se manifiesta en nuestras vidas, no solo individualmente, pero colectivamente. También otro punto que hemos visto, para formar parte de una iglesia local es necesario estar de acuerdo con la doctrina de tal iglesia. Nosotros tenemos una confesión de fe a la cual nos regimos, así que los que se unen a nosotros deben estar de acuerdo con esa confesión. Y muchas veces no comprendemos toda la confesión, los nuevos, y está bien. En el tiempo van aprendiendo y pueden ir entendiendo y estando de acuerdo de lo que a nosotros la iglesia enseña. También hemos sido desafiados con la verdad que todo creyente debe sí o sí formar parte de la iglesia local y eso es lo que hemos enfatizado. Y nuestro involucrimiento en la iglesia local se manifiesta con nuestro compromiso en estar presente siempre y cuando uno puede. Como he mencionado y vamos a seguir mencionando muchas veces, no priorizamos nuestra participación en la iglesia y sus actividades. Es también esforzarse para conocer a los hermanos, involucrarse en sus vidas. Estar orando, por ejemplo, uno por otro. Estar animando y a veces exhortando. Y es de suma importancia, realmente, quiero mencionar antes de entrar en los puntos de esta mañana, en todo lo posible que uno se pone raíces profundos en una iglesia, en una sola iglesia, y no ir de iglesia en iglesia. Si hay razones legítimas para dejar una iglesia que tiene que ver con mala enseñanza, falsa doctrina puede ser, o puede ser por una falta real de integridad en la iglesia. Pero en todo lo que se puede, uno debe buscar mantenerse en la misma iglesia por un largo tiempo y de esa forma puede formar amistades y vínculos reales y participar bíblicamente en esa iglesia. Entonces, esas son algunas de las metas que nosotros tenemos como iglesia, que realmente los que ya hemos estado desde el principio y los que se van uniendo nosotros, nos vayamos conociendo para que podamos estar orando y animando uno a otro. Esta mañana, la verdad principal que ustedes tienen en el boletín es lo siguiente, menospreciar a la iglesia es menospreciar a Cristo. El crecimiento y la salud de su cuerpo se realizan por su función orgánica conforme a las directrices de la cabeza, entonces por medio del pacto de membresía nos comprometemos a formar parte de este cuerpo local. Y el pasaje de base esta mañana es Efesios 4, 11 a 16. Efesios 4, 11 a 16. ¿Qué dice? Efesios 4, 11, 16, voy a estar leyendo de la Biblia de las Américas. Y él dio a algunos a ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro y a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error, sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo, estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor. El primer punto de esta mañana es la crianza de las ovejas. Y no estamos hablando de sólo la obra, aunque sí es la obra principal de los pastores, pero estamos hablando de una forma más completa en que todos debemos participar en eso. Y eso tiene que ver con que los maduros en la fe, sean líderes o no, deben involucrarse en la crianza de los nuevos y los inmaduros. En la fe cristiana que es importante que vayamos todos creciendo. uno creyente, uno que es creyente ya por tiempo, ya debe estar madurando. En los versículos 13 y 16 de esta mañana, Efesios 4, 13 y 16, dice, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro a la medida de la estructura de la plenitud de Cristo. Y 16, de quien todo el cuerpo No solo los pastores, todo el cuerpo estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor. Y si uno va leyendo, continúa leyendo en Efesios 4, Sigue explicando, nos vamos a leer ahorita, cómo es este crecimiento en el cuerpo. Son asuntos muy prácticos de que, por ejemplo, que debemos dejar atrás el enojo, la mentira, el adulterio, la amargura y muchos otros pecados para vivir en amor verdadero, paciencia, perdón y el gozo del Señor. Así que la madurez tiene que vivir así como cuerpo. Muchas veces no crecemos tanto en nuestra comprensión bíblica ni en nuestro comportamiento conforme a Cristo. Nos quedamos atascados en nuestros problemas y circunstancias sin poder avanzar en el Señor. Pero a nosotros, si somos creyentes, sí o sí debemos estar avanzando en la madurez. Hay un pasaje en Hebreos 5, si pueden pasar ahí Hebreos 5, El autor de esa carta dice abril 5 11 a 14 y está explicándoles varias verdades Dice Hebreo 5.11.14, acerca de esto tenemos mucho que decir y es difícil de explicar, puesto que os habéis hecho tardos para oír. Pues aunque ya debería ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios. Y habéis llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido, porque todo el que toma sólo leche no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal. Y la pregunta para nosotros es, Estamos avanzando en la madurez. Si Dios mismo nos haría la pregunta o nos evaluaría, ¿qué diría? ¿Haría tal evaluación? Aunque ya debemos ser maestros, por ejemplo, ¿seguimos como niños, como iglesia? Nosotros vemos la apariencia externa. A medida que vayamos avanzando en la edad, maduramos. Y nuestro comportamiento debe estar conforme a nuestra edad, por ejemplo. Si vemos a un adulto actuando como un niño, no es correcto. Por igual, en la fe cristiana debemos estar madurando. y los que somos con más tiempo debemos ser más maduros. Y en nuestro pacto de membresía, en el punto seis, ahí ustedes tienen el pacto de membresía, el punto seis dice, en comunión con mis hermanos me esforzaré en criar a los que están bajo nuestro cuidado en la disciplina y la amonestación del Señor a través de la enseñanza bíblica y nuestro ejemplo amoroso. En comunión con mis hermanos, me esforzaré en criar a los que están bajo nuestro cuidado en la disciplina y la amonestación del Señor a través de la enseñanza bíblica y nuestro ejemplo amoroso. Y muchas veces, ahí al final de ese punto dice, a través de la enseñanza bíblica. Y eso es donde nos detenemos. Si tenemos una buena enseñanza bíblica, estamos bien. Pero la Biblia no se detiene ahí. La Biblia habla no sólo de la buena doctrina, sino de la buena práctica, es decir, de vidas transformadas, vidas diferentes, vidas de amor, de paciencia, de dominio propio, de gozo y dejando atrás la ira, la mentira y otros asuntos que tenemos en nuestras vidas. Y cuando dice eso, el pacto, en comunión con mis hermanos, es decir, conjuntamente estamos ayudando uno al otro. Si hay un hermano que se extravía, conjuntamente vamos a estar orando por ese hermano y buscándole. Si otro hermano está pasando problemas, vamos a estar animando a ese hermano. Y vamos a estar buscando la madurez uno del otro. Y obviamente, cuando hablamos de nuestras familias, los que somos padres, tenemos la crianza de nuestros hijos. Y nosotros debemos enseñarles y también ser ejemplo para ellos. Y es lo mismo en la iglesia. Los que somos más maduros tenemos que estar ayudando a los que son menos maduros. Es un esfuerzo para ayudar uno al otro. Si tenemos un amor genuino para con nuestros hermanos en la iglesia, debemos estar haciendo eso. Nosotros debemos tener, por ejemplo, en nuestras familias de sangre, yo debo tener un amor genuino para mis hijos y debo realmente anhelar y buscar y trabajar para que maduren. Si mi hijo Benjamín en 10 años está comportando como hoy se comporte, realmente no estoy haciendo buen trabajo con él. Pero si se vaya madurando cada año, sí estamos avanzando y eso es correcto. Por igual en la iglesia. Debemos nosotros estar dando energía y tiempo para ayudarnos mutuamente. Y eso es también conforme a lo que ya hemos visto y lo que vamos a seguir viendo. Es involucrarse, orar y estar conociendo a nuestros hermanos en la fe. Y así que en comunión, ese punto, otra vez, con mis hermanos, me esforzaré en criar a los que están bajo nuestro cuidado. Nuestro cuidado, quiénes nosotros, es los que se comprometen, comprometemos a esta iglesia local. todos los miembros de la iglesia en la disciplina y la amonestación del Señor. Y vamos a llegar al próximo sermón a hablar de disciplina en la iglesia. Pero este punto tiene que ver con solo en una forma general, de ayudarnos mutuamente, animar, orar y exhortar en el caso que sea necesario. Continuando con el segundo punto de esta mañana, el ministerio evangélico. El punto 7 de nuestro pacto dice lo siguiente. El punto 7 del pacto dice, trabajaré en armonía con mis hermanos por la continuación de un ministerio evangélico fiel en esta iglesia, manteniendo su culto, ordenanzas, disciplina, doctrina y la propagación del evangelio. A la vez contribuiré regularmente con alegría para el sostenimiento del ministerio. los gastos de la iglesia, la propagación del evangelio en todas las naciones y la ayuda a los pobres. Eso es el punto siete. Así que eso es un involucrimiento en el ministerio de la iglesia. La iglesia no se compone de un pastor que hace todo y ovejas que no hacen nada. es de un cuerpo orgánico, es un cuerpo vivo que depende de la participación de todos los miembros, tanto en las actividades internas como externas. Y en Primera de Corintios 12, Primera de Corintios 12, 12 a 22, es un pasaje muy conocido que habla del cuerpo, de la función del cuerpo, Primera de Corintios 12, 12 a 22, dice así, Porque así, como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. Pues, por un mismo espíritu, todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, y a judíos o griegos, esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera, ¿por qué no soy mano? No soy parte del cuerpo. No por eso deje de ser parte del cuerpo. Si el oído dijera, ¿por qué no soy ojo? No soy parte del cuerpo. No por eso deje de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. Si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Hasta ahí vamos a leer. Y si volvemos al pasaje de base esta mañana, Efesios 4, Dice, solo voy a leer dos versículos, 15 y 16. Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo, estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor. Así que cada miembro tiene su función. No todos, por ejemplo, y hay varios pasajes que hablan de eso, no todo creyente es evangelista, por ejemplo. Algunos tienen otros dones, otros talentos para su participación, unos son de servicio, otros es de pastor. Así que cada uno participando, pero el cuerpo de Cristo requiere del de la involucramiento de todos los miembros para que funcione correctamente. Volviendo al punto 7 de nuestro pacto, dice en la primera parte, trabajaré en armonía con mis hermanos por la continuación de un ministerio. Dice en armonía, ¿qué es lo que se ve en muchas iglesias? Acabamos de volver de Canadá y una iglesia en nuestro pueblo ahí, ya el pastor ha renunciado en la semana pasada por varios asuntos en la iglesia y uno de los cuales, sin lugar a dudas, de lo que escucho es las divisiones porque no hay armonía en la iglesia. Y aquí, si firmamos el pacto, estamos buscando armonía. Eso no quiere decir que siempre estamos de acuerdo 100% con todo, pero quiere decir que realmente las cosas menores no vamos a hacer un lío de esas cosas. Realmente, ¿qué importa si las sillas son de este color lindo o son blancos? ¿Importa mucho? No. ¿Importa si empezamos el culto a las 10 o 10 y media? No tanto, ¿no ve? No importa la hora exacta. Es decir, no vamos a pelear por cosas. Vamos a decidir, por ejemplo, una hora que realmente nos va a dar tiempo para hacer todo lo que queremos. Pero vamos a conversar. No vamos a... Decidir, bueno, dejar la iglesia por cosas que no son importantes y ser un gran lío de cosas que no son importantes. De doctrina es importante. Hay doctrinas de mayor peso. y enseñanzas bíblicas que tal vez podemos tener una diferencia de opinión. En la escatología, por ejemplo, hay muchas, un rango de, voy a decir, de creencias. Si la iglesia va a tener una posición, pero que vamos a votar a un miembro por tener otra opinión, no creo. Pero si uno tiene otro evangelio, por ejemplo, si no cree que Jesús es Dios, sí, es una razón por no tener armonía con esa persona. Así que vamos a trabajar en armonía conforme que dice ahí el ministerio evangélico, es decir, conforme al evangelio de Dios. Y lo que deseo enfatizar en esta mañana es que es nuestra iglesia y que nosotros debemos estar buscando el bien de la iglesia. No vamos a estar buscando mis propios intereses. Los que participan, por ejemplo, en el Ministerio de la Alabanza, que es lo que pasa muchas veces. Quieren que su persona resalta, que todos estén viendo, escuchando la voz, su voz. Hay cantantes que quieren que todos la escuchen o lo vean. No es lo que vamos a estar buscando aquí. Eso no es trabajar en armonía. Que todos hagan su participación de una forma que realmente ayuda el cuerpo. Algunos versículos de eso en el mismo capítulo de Efesios 4, Efesios 4, 1 a 4, Efesios 4, 1 a 4, dice, Yo pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor. Esforzándoos por preservar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo espíritu. Así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. Que dice, esforzándoos por preservar la unidad del espíritu en el vínculo del paz. Así que vamos a estar buscando preservar la unidad. No vamos a estar intentando imponer nuestras propias opiniones. Vamos a estar buscando y conversando. Si hay asuntos que necesitamos conversar, hay que pensarlos, poner las bases bíblicas de esos asuntos. Efesios 4, 30 a 32. Jesús 4, 30, 32, dice, y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuiste sellados para el día de la redención. Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledecencia, así como tal toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonandoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo. Así que eso es nuestro anhelo, eso es nuestra meta como iglesia, es buscar la unidad y vivir conforme a eso. El punto siete del pacto continúa diciendo, manteniendo su culto, ordenanzas, disciplina, doctrinas y la propagación del evangelio. Manteniendo su culto, ordenanzas, disciplina, doctrinas y la propagación del evangelio. Es la responsabilidad de todos de participar y animar unos a otros a continuar conforme a la enseñanza bíblica. Realmente nosotros, solo quiero poner una base de eso, manteniendo su culto, ordenanza, disciplina. Cuando hablamos de eso, muchas veces es como un peso encima de nosotros, algo que nos pesa, que ya tenemos que cargar, tengo que ir a la iglesia otra vez. Hoy es miércoles a las siete y media, tenemos reunión, ay, ay, ay, tengo que ir, o otra actividad, o aún recordar de un hermano que está pasando dificultad y que realmente debo animarle. No debe ser un peso sobre nosotros. Si somos creyentes, la base de ser creyente es que hemos sido infinitamente bendecidos en Dios. hemos sido reconciliados con Dios. Los no creyentes no tienen esa relación con Dios, esa relación reconciliada con Dios. Así que nosotros debemos ver nuestra participación en la iglesia como bendición. Dios nos ha bendecido haciéndonos parte de su familia, haciéndonos parte de su iglesia. Y de esa forma, nosotros sí debemos participar con gozo en la iglesia, sus actividades. Siempre, casi siempre estamos jalados a pasar nuestro tiempo y energía buscando placeres mundanos. O placeres, también podemos decir, que Dios nos ha dado. Por ejemplo, participar en deportes, No es malo en sí mismo. Está bien en su lugar. Participar en actividades de familia está muy bien. Pero lo que debe ser prioridad es nuestra familia de Dios. Y si, por ejemplo, cada domingo mi hijo, por ejemplo, tiene entrenamiento de fútbol o partidos de fútbol. y no participamos en la iglesia por esa razón. ¿Qué estoy enseñando a mi hijo, mi familia, y qué ejemplo estoy dando a otros creyentes? Que realmente las cosas del mundo, en este caso ese deporte de fútbol, en ese horario, es más importante que mi relación con Dios, Cristo y su iglesia. Eso es lo que estamos comunicando. Así que nosotros necesitamos animarnos a que nuestra participación en la iglesia realmente sea de corazón y entendiendo la bendición con la cual Dios nos ha bendecido al hacernos parte de su familia universal y también de esta familia local. En la eternidad, Vamos a disfrutar de actividades familiares de todo el cuerpo de Cristo, dándole a Dios la gloria por siempre. Y todo nuestro gozo va a ser participar como la familia de Dios. Y hoy día debemos tener ese mismo enfoque. Hechos 2, 42. Hechos 2, 42. Y se dedicaban los creyentes en la iglesia primitiva y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y la oración. Se dedicaban continuamente las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión y al partimiento del pan y la oración. Ellos tenían una dedicación a la familia de Dios. Y recuerden otra vez que por definición ser cristiano es formar parte de la familia de Dios. Por definición. Si uno es creyente forma parte de la familia de Dios. No existe un cristiano solitario y ellos conjuntamente en ese pasaje se dedicaban continuamente a las enseñanzas. También en ese punto, Siete dice, en lo que acabamos de leer, y la propagación del evangelio, la propagación del evangelio. Como iglesia, nosotros individualmente y colectivamente queremos seguir dando a conocer el evangelio. Y hay muchos pasajes que hablan de eso, de que nosotros como creyentes tienen esa obligación, ese gozo, y cuando uso la palabra obligación no debemos estar pensando como algo pesado, más bien como algo que sí es nuestra responsabilidad de propagar el Evangelio para la expansión del reino de Dios. Siguiendo, la segunda parte del punto 7 dice, a la vez, en el pacto de membresía, a la vez contribuiré regularmente con alegría para el sostenimiento del ministerio, los gastos de la iglesia, la propagación del evangelio en todas las naciones y la ayuda a los pobres. Entonces dice, contribuiré regularmente con alegría para el sostenimiento del ministerio. Eso tiene que ver con contribuir económicamente, con dinero. Y aunque ya tenemos casi dos años, recién hemos predicado de cómo debemos estar dando ofrendas como creyentes y explicamos varias cosas al respecto. Y una parte de eso es dar a la iglesia local. En Primera de Timoteo, Por ejemplo, hay varios pasajes también que hablan de eso. Primero de Timoteo 5, 17, 18. Primero de Timoteo 17, 18. Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y la enseñanza. Porque la escritura dice, no pondrás vosal al buey cuando tría, y el obrero es digno de su salario. Así que hemos visto en las otras predicas en cuanto a las ofrendas de que debemos estar también ayudando a los necesitados. Esta iglesia solo va a ser una iglesia que agrada a Dios cuando todos los miembros participemos conforme a nuestros dones y posibilidades. Requiere que cada parte realice su función de corazón y también de amor al servicio a Dios y su pueblo. Nuestra participación tiene que ver con lo que Dios nos ha dado como individuos para participar en el cuerpo. Nosotros somos el cuerpo de Dios. Nosotros participamos tanto en la parte de organizar, de estar, pero también en la parte económica. Y nosotros como iglesia necesitamos seguir creciendo en eso. Y otra vez les animo a seguir, que nosotros necesitamos seguir creciendo y combatiendo contra los pensamientos egoístas. Porque otra vez, muchas veces pensamos a base de qué decidimos si voy a ir a la iglesia este domingo o otra actividad. Muchas veces a base de pensamientos o razones egoístas. Más bien, debemos estar pensando en el cuerpo. Hay razones legítimas, sí, de no participar en una reunión o otra, o de perder un domingo a veces. Pero mayormente lo que damos es excusas de no participar en las cosas. Y no solo en actividades otra vez, nosotros tenemos tiempos de compañerismo. Anoche tuvimos un tiempo de compañerismo y nos divertimos mucho anoche. ¿Y cuál es una de las metas de eso? Es de conocernos. es de conocernos mutuamente para que podamos estar ya animando, a veces exhortando, ayudando uno al otro, para que conversemos, para que, por ejemplo, yo conozca las necesidades del hermano, por ejemplo, Gualberto, o otro hermano que tiene necesidades. Así que nosotros, como iglesia, nos conozcamos mejor. Así que nuestra participación en la iglesia es con ese fin. ¿Qué es lo que voy a repasar lo que hemos visto hoy para ir concluyendo? Estuvimos repasando lo que habíamos visto en los sermones anteriores. Tener una vista elevada de la iglesia es tener una vista elevada de Cristo. Menospreciar a la iglesia es menospreciar a Cristo. Si no damos importancia a la iglesia en un sentido general, no damos importancia a Cristo. Y no debemos engañarnos. Muchas veces nos engañamos en varios asuntos de nuestra vida. Y aquí estamos hablando de la importancia de la iglesia. Cristo tiene una estima elevada de su iglesia porque es su cuerpo. Él ha decidido, no por obligación, sino por su propia voluntad, unirse a su cuerpo. Y nosotros, como aún siendo pecadores, pero pecadores redimidos, reconciliados con Dios, formamos parte de su iglesia, de su cuerpo. Y es el gozo de Cristo tener una relación con nosotros, como su cuerpo. Así también nosotros debemos tener ese gozo de participar en su cuerpo. Empatizamos que nosotros no debemos o debemos realmente estar conociendo a nuestros hermanos y creciendo en la iglesia. El primer punto de esta mañana era de los maduros, los más maduros ayudándolos, menos maduros. Y eso no solo los pastores y líderes, más bien todos. Y también es el segundo punto de esta mañana, de participar en armonía en el ministerio completo de la iglesia, en todas sus facetas. Así que a medida que la iglesia vaya creciendo, madurando, sí vamos a tener otros ministerios. Y uno no puede participar en todos los ministerios, pero conforme a los dones y talentos y su función en el cuerpo, debe estar involucrado. Y así el cuerpo va a funcionar, va a crecer en madurez. La verdad principal de esta mañana fue lo siguiente. Menospreciar a la iglesia es menospreciar a Cristo. El crecimiento y la salud de su cuerpo, del cuerpo de Cristo, se realiza por su función orgánica conforme a las directrices de la cabeza. Es decir, Cristo nos dirige cómo debemos estar creciendo. Y solo quiero, antes de leer el pasaje de conclusión, si uno aquí no es creyente, Solo una palabra para una persona, si por si acaso hay alguien aquí que no es creyente. Si tú eres tal persona esta mañana, no formas parte del cuerpo de Cristo. No puede participar como miembro real del cuerpo de Cristo si no ha sido unido a Cristo. Y si hay alguien aquí en esta reunión que no conoce a Cristo, que hoy día sea el día de la salvación. Tiene que entender que tú eres un rebelde pecador contra Dios, el Dios todo santo. Tiene que entender que Jesucristo vino al mundo para vivir la vida perfecta, para morir pagando la cuenta de pecadores y de resucitarse de los muertos para dar vida. Así que no solo tiene que entender esas verdades, más bien tiene que volver de su maldad, arrepentirse y confiar solamente en Cristo. Y una persona que confía en Cristo, que se arrepiente de sus pecados, ya forma parte de la iglesia universal. y ya puede formar una parte integral también de esta iglesia. Así que si hay una persona así, te animo. Realmente, hoy día sea día de salvación. Y para los que somos creyentes, que participamos aquí en esta iglesia, que nos esforcemos conforme al poder y la gracia de Dios. para que nosotros sí podemos seguir creciendo y que ya tenemos varios que han firmado este pacto, pero que los que estamos, formamos parte de eso y los que son más nuevos pueden estar leyendo, viendo el pacto, y que en el tiempo, que pueden comprometerse a la iglesia también. Así que quiero que nosotros estemos orando Estamos animando y ayudándonos mutuamente conforme a este pacto. Termino leyendo algunos versículos de Efesios 4. Efesios 4, 1 a 7 y después voy a leer 11, 16. Efesios 4, yo pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo espíritu. Así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. Pero cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Y pasando al versículo once. Él dio a algunos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error, sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. de quien todo el cuerpo, estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propiedificación en amor. Que Dios bendiga su palabra esta mañana. Vamos a orar. Gracias, Señor, por esta mañana. Gracias por lo que hemos visto en cuanto a la importancia del cuerpo. Señor, muchas veces yo creo que todos nosotros tenemos esa misma tendencia a no apreciar a tu iglesia. Ayúdanos, Señor. Ayúdame a mí, persona primero. los otros líderes, y luego cada persona aquí, a realmente tener la apreciación que debemos tener por tu iglesia, y en particular por esta iglesia en particular. Ayúdenos, Señora, a realmente estar conociéndonos aquí en esta iglesia, entendiendo que Tú eres el Señor, el Salvador de cada creyente aquí. También te pido que podamos estar creciendo en amor uno por otro, porque ese amor uno por otro muestra un amor real por ti. Ayúdanos a entender que nuestra participación en la iglesia, si somos creyentes, no es algo por decir voluntario. Más bien, es nuestra responsabilidad. Es algo que debemos hacer con gozo. Y ayúdanos a priorizar lo que tú priorices, Señor. También te pido, si hay alguien aquí que no es creyente, que tú puedes estar obrando en su corazón, que entienda el evangelio, lo que tú has hecho para salvar a pecadores, que se arrepienta y crea en ti, Señor. Ayúdenos, Señor, a animar a tales personas conforme tu evangelio, que pueden participar, formar parte de tu cuerpo y participar en la iglesia. Gracias, Señor, por tu gracia y misericordia. Gracias por la reconciliación que tenemos contigo. Ayúdanos hoy día a meditar en estas verdades y también a continuar siendo desafiados con estas verdades. Gracias, Señor, en tu nombre santo. Amén.
IBE Pacto #3 Ministerio Biblico
Series IBE Pacto de Membresía
VERDAD PRINCIPAL: Menospreciar a la iglesia es menospreciar a Cristo. El crecimiento y la salud de Su cuerpo se realizan por Su función orgánica conforme a las directrices de la cabeza. Por medio del pacto de membresía nos comprometemos a formar parte de este cuerpo local.
Escrituras tomadas de: La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Sermon ID | 311232232212253 |
Duration | 1:04:18 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Ephesians 4:11-16 |
Language | Spanish |
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