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Tengo planificado dos sermones respecto al pacto. Es posible que voy a tener que tomar tres. Vamos a estar viendo. Pero realmente mi deseo esta mañana y en esos sermones es ver lo que nosotros hemos elaborado como el pacto, pero ver los principios bíblicos que están como fundamento de lo que nosotros hemos puesto ahí como el pacto. Así que vamos a estar viendo el pacto de membresía para esta iglesia, iglesia bíblica Elión, y tenemos como base los versículos en Efesios, Efesios 2, 19 a 22. Cristo ha prometido edificar a su iglesia y las fuertes puertas del Hades no van a prevalecer contra ella. Dios, Cristo, está edificando, está construyendo a su iglesia y sigue haciéndolo en cuanto a la iglesia universal. Y también Dios está haciendo eso en cada lugar. Dios tiene tanto la iglesia universal, la cual comprende todos los creyentes, y también tiene iglesias locales, lo cuales son expresiones de su iglesia universal. Muchas veces no damos mucha importancia a nuestro involucrimiento en la iglesia local. En sí, es solo una de muchas actividades que tenemos y priorizamos nuestro involucrimiento, participación conforme a nuestro propio criterio. Pero si pregunto, ¿cuál es nuestra relación más importante? ¿Cuál es nuestra relación más importante? ¿Qué sería la respuesta para nosotros los que somos creyentes? Es nuestra relación con Dios. Así que la pregunta para nosotros es lo siguiente. Si eso es verdad, ¿por qué no damos la misma importancia al cuerpo de Cristo que él la da. Porque nosotros, si decimos que nuestra relación con Dios es lo más importante, en la práctica no damos la misma importancia que él le da a su iglesia. Y en estas prédicas voy a estar animando al compromiso bíblico que debemos tener con la iglesia local y en particular con nuestra iglesia local, para los que estamos aquí. La verdad principal de esta mañana es lo siguiente. En la Biblia no hay lugar para el creyente solitario. La iglesia local es donde los creyentes vivimos en comunidad con el Cuerpo de Cristo para su gloria y el crecimiento mutuo en él. Y es por medio del Pacto de Membersía nos comprometemos a formar parte de este cuerpo local. El pasaje clave, como dije, es en Efesios 2, 19-22, que dice, Así pues, Efesios 2, 19-22, Así pues, ya no sois extranjeros ni advenizos, sino que sois conciudadanos de los santos, y sois de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. en quien todo el edificio bien ajustado va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. En el primer punto de esta mañana vamos a ver este pasaje y también otros para entender la importancia de formar parte de la iglesia local. Y luego vamos a estar viendo el contenido del pacto de membresía que nosotros hemos elaborado para esta iglesia. Así que el primer punto, vamos a tomar un tiempo solo pensando en la importancia de la iglesia local y nuestra participación en la iglesia local. A través de la Biblia vemos que Dios se ha relacionado con su pueblo. En el Antiguo Testamento, Dios escogió a Abraham para levantar el pueblo de Israel. Y fue con este pueblo, el pueblo de Israel, que Yahweh Dios se relacionó por medio de un pacto. Él tenía un amor y un cariño con el pueblo de Israel que era muy distinto que con cualquier otro pueblo. Un problema grave, por ejemplo, en nuestra cultura, es que somos muy individualistas. A diferencia de esto, de nosotros, en nuestra cultura, en el Antiguo Testamento, no es tan individualista si uno va leyendo. Y aunque sí es verdad que Dios tiene una relación con individuos, eso es verdad, pero el enfoque de Dios siempre ha sido tener una gran multitud en comunión para estar en comunión con Él. en el Antiguo Testamento fue el pueblo de Israel y siempre ha tenido, aún dentro del pueblo de Israel, su pueblo verdadero, los que realmente le adoraban. Así que Dios, a través de los siglos, no ha estado buscando individuos en sí mismo, más bien individuos para formar un pueblo para la alabanza y la gloria de su nombre. Vamos a estar viendo diferentes pasajes esta mañana y vamos a estar viendo también como estos pasajes realmente hay mucha interrelación en los puntos que vamos a estar viendo. Y vamos a estar viendo la importancia de la iglesia local a través de todo lo que estamos viendo en estos sermones. Así que vamos a ver el pasaje que hemos visto, hemos leído esta mañana. En este pasaje Dice, comienza en el versículo de 19, dice, Así pues, ya no sois extranjeros ni advenidizos, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios. Este versículo dice varias cosas. ¿A quién se refiere en este versículo? Está hablando de los gentiles. Los gentiles en Éfeso que ya formaban parte del pueblo de Dios, la familia de Dios. Esa es la referencia específica. Para comenzar, en ese entonces fue algo nuevo que Dios incluyera a los gentiles dentro de su pueblo. No era algo normal, porque en el Antiguo Testamento era los judíos, los israelitas, que formaban parte del pueblo de Dios. Había pocas otras personas, pero en sí era el pueblo de Israel. Y Pablo está diciendo a los creyentes que ya eran conciudadanos. Ellos ya formaban parte del pueblo especial de Dios. Eran conciudadanos de los santos. ¿Y qué es un santo? Es una persona que ha dedicado a Dios. alguien apartado para Dios, consagrado a Dios. Pero la palabra en este contexto, y si vamos viendo el contexto, las palabras no están en singular. En plural están. Y hacen referencia al grupo de personas que habían sido apartados a Dios para hacer su posesión especial. Hay muchos versículos, por ejemplo, Efesios 1.1 dice, Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios. A los santos que están en Éfeso, ¿quiénes eran los santos? La iglesia. Ellos formaban la iglesia local en Éfeso. Esta carta fue escrita a los que habían creído en Éfeso. Juntos, ellos formaban el pueblo santo de Dios en ese lugar. Dios se había dignado entrar en una relación de amor por la muerte de Cristo con ese grupo de personas. Y esa carta fue escrita para animarles en su relación especial que tenían con Dios y para exhortarles a seguir adelante en amarle y servirle más. Y el énfasis, vamos a estar viendo esto, estamos también predicando la Carta de los Efesios, el énfasis realmente es la iglesia en cuanto a participación, en cuanto al ánimo, en cuanto a exhortación mutua, es ayudarse mutuamente a crecer en Cristo. Volviendo al versículo 19 del capítulo 2, dice, sois de la familia de Dios. Y otra vez, es una frase que indica una relación importante, especial. Por un lado, aquí tenemos Dios, y por otro lado, la familia de Dios. Y la familia de Dios, aquí, es una identidad unida. Así que Dios está relacionando aquí con su pueblo para el crecimiento juntos y no para el crecimiento en sí aislado de individuos. Otra vez, Efesios 2, 20 dice, edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. ¿Quién está siendo edificado? Dice otra vez, edificados. ¿Quién? Los creyentes juntos están siendo edificados sobre el fundamento. Y los términos aquí, otra vez, están hablando, cuando hablamos de, cuando la Biblia habla de un edificio, está hablando de varias piezas, ¿no?, que están, que se necesitan para construir, no solo uno. Y aquí también está hablando de quien está edificados es diferentes personas edificados en su diferente par como Dios digne a tener diferentes partes para que todos vayan creciendo juntos. La iglesia se construye sobre Cristo y su obra en la tierra. Además, es edificada sobre la enseñanza de los apóstoles, pero es el cuerpo de Cristo que es edificado juntamente. 21, versículo 21, en quien todo el edificio bien ajustado va creciendo para ser un templo santo en el Señor. Otra vez, en este versículo, ¿qué es ajustado? Es la iglesia. ¿Y cuál es la finalidad de estos ajustes? Es para ser templo santo en el Señor. No es para un fin individualista, sino un fin colectivo en la iglesia. Es para formar una parte del cuerpo unido de Cristo porque somos el templo santo en el Señor. Versos 2, 22. en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Y este versículo completa el pensamiento al decir que la iglesia es la morada de Dios en el Espíritu. En el Antiguo Testamento, ¿dónde moraba Dios? En el templo, en el lugar santísimo, no entre los querubines encima del pacto o encima del arca del pacto. Tenía su presencia especial concentrado en ese lugar. Pero ni el sumo sacerdote podía entrar la presencia inmediata de Dios en el lugar santísimo cuando gustase. Sólo podía entrar conforme los mandatos de Dios. Y aunque Dios vivía en medio de su pueblo, su presencia inmediata estaba concentrada en ese lugar santísimo del templo. ¿Pero qué es lo que ha pasado con la inauguración del nuevo pacto? Dios ahora vive, ¿dónde? En su iglesia. Es decir, Dios habita en la comunidad de los santos, sea donde sea. Dios tiene una presencia, por decir, especial aquí con nosotros esta mañana, como la expresión la iglesia local de Cristo. Dios ya no mora en un templo físico. No importa si estamos aquí en esta casa o si estamos en otro lugar. Vamos a trasladar. No importa eso. La presencia especial de Dios está en entre los santos, en la congregación de los santos. En el Antiguo Testamento tenían el templo físico. Ahí estaba. No tenían que preguntar dónde está la presencia especial de Dios. Estaba ahí. Pero ahora, con la inauguración del Nuevo Pacto, Dios mora entre su pueblo. Nosotros necesitamos meditar en esta verdad. No hay duda que la muy poca importancia que se le da a la Iglesia de Dios hoy en día es por no dar importancia a esta verdad. Ni se enseña, ni se medita, ni se entiende, ni se profundiza las implicaciones de esta verdad. En Primero de Corintios 3, vamos a leer los versículos 16 y 17 en un momento. Primero de Corintios 3. En ese contexto, Pablo está mostrando, no importa quién es el maestro, lo importante es el fundamento que es Jesucristo. Ellos tenían divisiones por seguir diferentes maestros. Pero eso, Pablo está intentando corregirlos en eso. En esos versículos dice Primero Corintios 3, 16 y 17. No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo y eso es lo que vosotros sois. La referencia aquí, ¿quién es vosotros? La iglesia en Corinto. La iglesia local ahí. ¿Quién era el templo? La iglesia reunida en Corinto. Es muy semejante a lo que hemos visto en Efesios 2, 21 y 22, que dice, para ser, en 21, la última parte, para ser un templo santo en el Señor. ¿En quién también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu? ¿Dónde mora Dios hoy? En su templo. ¿Quién es el templo de Dios? La iglesia. Este pasaje, los pasajes de 1 Corintios 3, Efesios 2, son muy serios en lo que dicen. 1 Corintios 3 dice, si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo. ¿Qué está hablando? Está hablando de la congregación, el pueblo de Dios en un lugar local. Dios da mucha importancia a su iglesia local. En ese pasaje, primera corintios, la persona que no construye sobre el fundamento de Jesucristo está destruyendo el templo, el cual es el pueblo de Dios. Dios realmente le importa su iglesia. Y eso es una razón muy importante por la cual cada creyente tiene que esforzarse de formar parte de una buena iglesia local y participar activamente en esa iglesia. Otra vez nosotros no damos mucha importancia a la iglesia local. Estoy hablando en general de los cristianos, los evangélicos, aquí en Cochabamba, Bolivia, en Canadá, es lo mismo. La iglesia local es, bueno, si me gusta, voy a ir. Si no, no. Si participo, tal vez. No entendemos que la iglesia es el templo de Dios. Es la morada de Dios. Hay algo distinto, especial, ¿Qué está pasando aquí? ¿Primero para quién? Muchas veces vamos a pensar, ¿qué es lo que voy a recibir si vengo? Esa es la pregunta equivocada. ¿Qué es lo que dicen esos pasajes? Volviendo a Efesios 2. Para ser un templo santo en el Señor. ¿Qué es santo? ¿Templo santo? Para ser dedicados, consagrados a Dios. La razón principal por la cual venimos es para Dios. No es para nosotros en ese sentido. Obviamente nosotros recibimos muchos beneficios al venir y es parte de formar parte de la familia y una conexión real con Dios que tenemos aquí. Pero muchas veces la primera pregunta que viene a nuestra mente es, ¿qué me va a beneficiar si voy o no voy? Y decidimos conforme a nuestro propio criterio y pensamientos, muchas veces muy egoístas. En vez de decir, ¿qué es lo que Dios dice de estar con su pueblo? De ir creciendo con el pueblo. Y la otra es, ¿cómo es que yo voy a estar edificando al hermano al estar ahí? Muchas veces estamos buscando que él me edifique. ¿Qué voy a recibir de otros hermanos? En vez de, ¿cómo voy a participar en la vida de mi hermano? Y mucho en la iglesia, en la Carta de los Efesios, está hablando específicamente de eso. Y otra vez, 21 dice, en quien todo el edificio bien ajustado va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Así que la iglesia de Dios es muy importante. Vamos a ver otros pasajes en Efesios ahorita. Hemos, en una de las predicas anteriores, hemos visto de Efesios 1, 22 y 23, que dice, Efesios 1, 22 y 23, Y todo sometió bajo sus pies, y a él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo. Y ya hemos visto ese pasaje más detalladamente, pero solo voy a hacer el comentario. ¿Qué es la iglesia? El cuerpo de Cristo. Cristo da importancia a su cuerpo o solo a unos miembros individuales de su cuerpo. Un brazo, un pie, un dedo. Es el cuerpo. Es el funcionamiento de todo el cuerpo. Y todo el cuerpo va creciendo juntos. Y esos versículos también hablan de una unión orgánica y viva de Cristo con su iglesia. Y es mucho más profunda de lo que pensamos. En la eternidad, Vamos a estar adorando, sirviendo, amando a Dios como el pueblo unido de Dios. Se ve eso en Apocalipsis de una y otra vez. De la adoración del pueblo, de todos los clientes en el cielo. Efesios 5. Efesios 5, 25 a 27. Muchas veces, bueno y este pasaje está hablando de los esposos y esposas. pero quiero ver de otra manera ahorita. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificada por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. ¿Qué dice? Maridos, amar a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia. La iglesia, obviamente, es referencia a la iglesia universal. Y se dio a sí mismo por ella. Es verdad que Cristo dio a sí mismo por individuos, eso es verdad. Pero es para formar parte de su pueblo, de su cuerpo, de su iglesia. Dios tiene el propósito de purificar para sí a su iglesia. Otra vez el sentido es colectivo, apunta a la realidad del amor de Cristo, está enfocado en su iglesia. Y es interesante, si vamos leyendo los pasajes del amor de Cristo. Yo creo que vamos a ver muchos, o tal vez la mayoría, que son apuntados colectivamente al pueblo de Dios. Efesios 3. Efesios 3, 8 a 12. Efesios 3, 8 a 12. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia, anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo, y sacar a la luz cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, Creador de todas las cosas. a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la Iglesia, a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en Él. Y la parte que quiero enfocar es, Dios tiene un propósito, dice ahí en versículo diez, a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia, los principados y potestados en los lugares celestiales. Una parte muy importante de la iglesia, de la iglesia local, es que Dios sea magnificado por medio de ella. La reconciliación que tenemos con Dios no tiene el enfoque principal en nosotros como individuos. Más bien, tiene el propósito de magnificar la grandeza de Dios por medio de la iglesia colectivamente. Y eso es un propósito muy fundamental, importante de la iglesia. Y es conforme a lo que hemos visto, a lo que Jaime mencionó esta mañana en la Santa Cena, respecto a cuál es el versículo más importante en Efesios 2. Muchas veces decimos, es Efesios 2, 8. Pero ahí dice, en ese pasaje, Efesios 2, Siete, a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros. Y otra vez en nosotros, ahí es la iglesia. La iglesia en Éfeso en particular, pero también se puede aplicar a todos los creyentes. Él tiene el propósito de ser magnificado por medio de la iglesia. Y realmente, sólo en comunidad podemos hacer eso. ¿Dónde es que realmente mostramos el amor, la comunión que debemos tener entre, bueno, y el amor de Dios entre nosotros? Es en comunidad. Si cada creyente vive aisladamente y dice, bueno, no puedo con los otros, por eso me reúno solo con mi familia o a solas, no puedo con otros. ¿Qué es lo que está demostrando? ¿Eso está demostrando, magnificando la obra de Dios? No. ¿La grandeza de Dios? No. Somos Como estos versículos dicen, el cuerpo unido a Cristo. Somos el templo santo de Dios. Tenemos el propósito de magnificar el gran nombre de Dios a todo el universo. Pero es importante no solo pertenecer a la iglesia universal, porque algunos van a decir, bueno, pertenezco a la iglesia universal. No necesito pertenecer a una iglesia local. Están bien equivocados. La realidad de nuestra pertenencia a la iglesia universal se manifiesta en nuestro involucrimiento en la iglesia local. Así que la pregunta para nosotros en este primero es, ¿damos la misma importancia a la iglesia local que Dios le da? que vemos en la enseñanza de Jesucristo, en la enseñanza de los apóstoles que hemos estado viendo ahora. Y la respuesta yo creo que para cada uno de nosotros es, no, me incluyo. Y la pregunta para nosotros como iglesia es, ¿vamos a estar animando en ese sentido? Tristemente, muchos misioneros tienen muy poca estimación para la iglesia local. Y he compartido eso algunas veces. Pero en los años que hemos sido misioneros, el compromiso real que yo he visto, tanto en mi propia vida, en algunos años, y en la vida de otros, que no daban importancia. a participar, a formar parte de una iglesia local donde estuvieran. Obviamente sí había, porque algunos están para plantar iglesias donde no hay, pero otros están enseñando, están haciendo otras cosas y los domingos dicen, bueno, estoy trabajando durante la semana y si puedo el domingo voy a ir, si no, no, o voy a ir visitando de iglesia en iglesia siempre, en vez de poner raíces en una iglesia para formar parte de esa iglesia. Y es igual con nosotros. Muchos aquí van de iglesia en iglesia. Nosotros debemos estar buscando, y obviamente una iglesia bíblica es muy importante, pero luego poniendo raíces ahí, participando en eso. Así que quiero animar primero a que tengamos una apreciación bíblica de la iglesia de Dios. Es el cuerpo de Dios. Es el templo santo de Dios. Es donde Dios mora de una forma especial. No debemos pasar por alto esas verdades. pasando al segundo punto del bosquejo, los requisitos básicos de membresía en la iglesia local. Y aquí vamos a estar viendo nuestro pacto poco a poco y hemos sido intencionales en lo que hemos escrito. aunque tal vez vamos a ir haciendo algunas modificaciones en los próximos años, pero aquí tenemos el primer punto, que dice, testifico que por la gracia de Dios Me he arrepentido de mi rebelión contra Él para vivir para Él. Confío sólo en Jesucristo para ser justo delante de Dios, habiendo sido bautizado en el nombre del Padre, el Hijo y del Espíritu Santo. Ahora descanso sólo en la gracia de Dios, entendiendo que la vida cristiana se vive en completa dependencia del Espíritu de Dios. ¿Quién puede participar o quién puede formar parte de la iglesia? ¿Quién puede participar en ella? Y muchos tienen el pensamiento, bueno, todos somos hijos de Dios. Así que, ¿por qué hay discriminación? Tal vez todos los que existen iglesias cristianas o tal vez todos los que son bautizados en iglesias cristianas. La pregunta realmente es, ¿quién realmente es hijo de Dios? ¿Quién realmente forma parte de la iglesia universal de Cristo? ¿Quién forma parte del cuerpo de Cristo? Y eso es lo que estamos apuntando con ese primer punto. Para ser hijo de Dios, ser reconciliado con Dios, ¿qué es lo que corresponde hacer? ¿Es solo ser bautizado? Y algunos, bueno, aquí la tradición es la tradición católica, ¿no?, que es lo más normal. Y algunos solo agarran las tradiciones de los católicos y lo llevan a la iglesia evangélica. Y dicen, bueno, Antes era católico, ya soy evangélico. Yo soy cristiano. ¿Y por qué eres cristiano? Fui bautizado en una iglesia cristiana. ¿La Biblia dice eso? No. No es el bautismo en sí que le introduce a una persona a ser cristiano. Efesios 2, 19, otra vez. Vamos a leer algunos pasajes en Hechos. Versio 2, 19, así pues, ya no sois extranjeros ni advenidizos, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios. Así que algo había pasado con esos creyentes para que ya no eran extranjeros. Entonces hay por lo menos dos grupos de personas en el mundo, los extranjeros a la familia de Dios y los que pertenecen a la familia de Dios. Pasando a Hechos, vamos a leer tres pasajes. Hechos 2, capítulo 2, versículo 41, 47. Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados y se añadieron aquel día como tres mil almas. Y 47, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos. Después, Hechos 8, y después vamos a ver conjuntamente lo que estamos apuntando. Hechos 8, 12. 8, 12. Pero cuando creyeron a Felipe que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y en nombre de Cristo, Jesús, se bautizaban tanto hombres como mujeres. Y Hechos 20, 21. testificando solemnemente, tanto judíos como griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Y eso, por ejemplo, en el versículo 2, 47, Dice, y el Señor añadía cada día al número de ellos, los que iban siendo salvos, los que iban siendo añadidos, eran nuevos creyentes. Eran añadidos a qué? A la iglesia. Lo más básico, ¿qué es lo más básico para que una persona forme parte de una iglesia local, una iglesia cristiana? Es que sea un cristiano. Eso es lo más básico, lo más importante. Un cristiano verdadero. Un cristiano verdadero es alguien que se conforma a lo que dicen estos pasajes. Como dice en nuestro pacto, dice, testifico que por la gracia de Dios me he arrepentido de mi rebelión contra él para vivir para él. Confío solo en el Señor Jesucristo para ser santo delante de Dios. Y esos pasajes, y hay muchos más que podemos leer, hablan de arrepentimiento y fe. Arrepentimiento y fe. Y eso es lo más básico para que una persona sea, forme parte de una iglesia cristiana. Pero eso es la parte que muchas veces pasamos por alto. Estuve en una iglesia y aunque no tenían membresía formal en esa iglesia, en ese entonces, había uno que nos visitaba. No era creyente. Pero aún así, tuvimos una escuela dominical y un hermano, el que estaba dirigiendo, le invitaba a orar a esta persona que nos visitaba, que él también sabía que no era creyente. no era correcto, porque ya él estaba pensando, teniendo pensamientos incorrectos que tal vez formaba parte de la iglesia. Una persona que no es creyente, obviamente no debe estar orando en ese sentido, pero debe ver claridad que no forma parte de la iglesia de Dios. Entonces, nuestra meta como iglesia no es ser exclusivos en un sentido malo, pero sí es ser exclusivos en otro sentido bueno. Es decir, sólo los creyentes verdaderos pueden formar parte de la iglesia local. Y qué es, y por eso cuando vamos hablando, hemos hecho varias entrevistas con diferentes personas, y una parte de esa entrevista es ver si la persona está más o menos ubicado en cuanto a su comprensión del Evangelio. Y cuando hablamos del Evangelio, ¿cuál es el Evangelio? Es cuando decimos arrepentimiento y fe. ¿Cuál es el contenido? Una persona tiene que arrepentirse, volver de sí mismo a Dios, confiar ¿En qué? ¿Cuál es el contenido? Y una parte de nuestra entrevista es ver si la persona tiene una comprensión, porque si no está totalmente perdido en cuanto a qué es el Evangelio, ¿cómo podría haber arrepentido y creído? Así que el Evangelio, en resumidas cuentas, es que Dios, Yahweh Dios, es santo. Él es el dueño, el creador de absolutamente todo. Cada uno de nosotros es rebelde contra Dios. No reconocemos a Dios por quién es y lo que Él merece. Y por eso, ¿qué es lo que merecemos? Su justa ira. Pero el enfoque del Evangelio es Jesucristo. Y esa es la parte que muchas veces, bueno, en el primer punto de Dios, segundo del ser humano, lo que merecemos, muchas personas no entienden. Pero en esta parte, por ejemplo, la cultura, la parte que habla de Jesucristo, la cultura, que es lo que dice, católica, es por, por lo menos una parte, lo que yo hago. Pero el Evangelio verdadero es solo Jesucristo, su vida, su muerte, su resurrección. Y después de eso es arrepentimiento y fe. Así que conforme eso, nosotros animamos al arrepentimiento y fe. Y si hay en esas entrevistas una falta de comprensión respecto a esto, queremos, bueno, buscar la manera de ayudarle a entender. y después lleva a animarle al arrepentimiento y fe. Así que nosotros, sin lugar a dudas, tenemos personas que se congregan aquí que no son creyentes. Y en el tiempo, lo que queremos es que se convierten a Dios y que realmente pueden formar parte de esta iglesia. Así que todas las personas que confiamos solo en Jesucristo, que nos hemos arrepentido, sí formamos parte de la iglesia universal de Cristo. Y después podemos formar parte de la iglesia local. Pero otra cosa que tenemos ahí es lo que dice, también en número uno, Dice, habiendo sido bautizado en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el bautismo en agua es la señal externa que uno ha creído en Cristo, y por eso ponemos como requisito que una persona sea creyente y que sea bautizada en agua. En el Nuevo Testamento, yo creo que hemos escuchado eso ya varias veces aquí, en el Nuevo Testamento no había un tiempo entre que una persona se convirtiera a Cristo y su bautismo. ¿Por qué? Lo interno, es decir, su arrepentimiento y fe, fue manifestado por su bautismo en agua. Y fue un bautismo casi inmediato, ese mismo día, con esos días. Así que nosotros también creemos que cada creyente, antes de formar parte de la iglesia local, debe ser bautizado. ¿Por qué? Eso es un mandato de Dios, de ser bautizado. Es un mandato y también es el ejemplo de la iglesia primitiva. Así que nosotros queremos o deseamos confirmar que las personas que van a formar parte de esa iglesia son creyentes y que han sido bautizados. Y debemos entender también que no somos infalibles. Una persona sí puede tener una comprensión intelectual del Evangelio, puede haber sido bautizado y no sin ser creyente verdadero. Eso sí es muy posible. pero en lo que nos corresponde queremos ser muy cuidadoso en esa parte. Siguiendo, entonces tenemos que la base es ser creyente, después ser bautizado. La última parte del punto uno de nuestro pacto dice, ahora descanso solo en la gracia de Dios, entendiendo que la vida cristiana se vive en completa dependencia del Espíritu de Dios. Y, número dos, como hijo amado de Dios, buscaré en el poder del Espíritu una vida consagrada a Él, buscándole en la oración, la lectura de su palabra y las otras actividades que promueven una relación real y sana con Él, como mi Señor y Salvador. Asimismo, buscaré vivir con cuidado en el mundo, renunciando a la impiedad y los deseos mundanos, por haber muerto al poder del pecado y resucitado a una vida nueva. Eso es la segunda, bueno, la última parte del punto uno y dos de nuestro pacto. ¿Y cuáles son las verdades importantes aquí? En la última parte del punto uno dice, la vida cristiana se vive en completa dependencia del Espíritu de Dios. ¿Qué es un creyente por definición? es alguien que confía en Cristo y su obra perfecta. Es una dependencia de Dios. Y no solo es confiar en Cristo para ser salvo. La vida cristiana también se vive en dependencia de Él. Así que nosotros entendemos eso intelectualmente. Y cómo con reacción la meta es estar en ese camino de que eso sea real en nuestras vidas. Este es el fundamento más básico e importante en nuestra vida diaria. Vivimos en él y le obedecemos únicamente por su poder. Pasando al punto dos. Y vamos a verlo frase por frase. Como hijo amado de Dios. ¿Por qué hemos puesto eso? Porque es importante, no es una relación fría que tenemos con Dios. Nosotros, los creyentes, somos hijos del Dios creador de todo. Él es nuestro Padre que nos ama con un amor tan increíble que realmente jamás vamos a comprenderlo. Y esta relación que tenemos con Él no es una relación fría, como he dicho. sino una relación filial de un amor profundo. Siempre debemos meditar en este, verdad, y muchas veces, aún el mismo pacto que tenemos, que muchas veces vamos a agarrar eso, leerlo como una forma, como un contrato que hace un abogado, no, no es la manera como debemos leerlo. Debemos leerlo conforme a la relación de amor filial estrecha que tenemos con Dios nuestro Creador. Siguiendo, dice, buscaré en el poder del espíritu una vida consagrada a él. Y eso es una, repite lo que ha dicho en la última parte del punto uno, en el poder del espíritu santo. Pero eso es, él es quien nos empodera para vivir para él. Y dice, consagrada a él. ¿Qué es ser consagrada a Dios? Ser separado del mundo y apartado para Dios. hemos sido separados del mundo. Nuestras vidas tienen que girar en torno a él y no en torno a nosotros mismos. Naturalmente, nuestras vidas giran en torno a quién? A nosotros mismos. Nuestros gustos, placeres, lo que a mí o lo que yo quiero hacer, ser y otras cosas. Pero la consagración es entender que nosotros existimos para Dios. No es al revés. Y otra vez, estamos hablando de la iglesia. Nosotros como iglesia existimos para él. Siguiendo, buscándole en la oración. La oración es parte de nuestra comunicación. Es nosotros comunicando con Dios. ¿Cómo puede una persona tener una relación con Dios sin estar en comunicación con Él? Cuando hablamos de nuestras relaciones horizontales, si no hay comunicación, ¿hay relación? No, no hay relación. ¡Imposible! Por eso la Biblia enfatiza una vida de oración a Dios, una vida de comunicación fluida con Él. La otra parte de eso es la lectura de su palabra. es la comunicación de Dios con nosotros. Él nos ha dado su palabra y es a través de su palabra que él comunica lo que quiere comunicarnos. Es como nosotros nos alimentamos. Si una persona no come comida, sustento, ¿qué le va a pasar? Va a morir. ¿Cómo es que pensamos que podemos vivir tanto individualmente como colectivamente sin la palabra de Dios? ¡Imposible! No vamos a vivir. Así que, si no nos sustentamos con la palabra, vamos a morir. Muchos en la iglesia cristiana se contentan solo con escuchar el sermón del domingo. Y aún cuando hablamos de nuestra participación, si no venimos el domingo, bueno, animamos a que escuchen el sermón. Está bien. Pero no es como estar aquí. No es como estar aquí. Es totalmente diferente. Sí debemos escuchar el sermón. Está bien. la comunión de los santos, la comunicación de Dios para con nosotros, es colectivamente. Y nosotros, lo que estamos escuchando ahorita, lo que estamos meditando, debemos hacerlo colectivamente. Luego dice, siguiendo ese mismo punto, dos, las otras actividades que promueven una relación real y sana con Él, como mi Señor y Salvador, ¿Cuáles son las otras actividades? Mencionamos algunos en los siguientes puntos del pacto, pero algunos son la comunión con los hermanos, participar en la cena del Señor, dar ofrendas con un corazón alegre. Estas actividades promueven una relación real con Dios. y finalmente en ese punto dice, asimismo buscaré vivir con cuidado en el mundo renunciando a la impiedad y los deseos mundanos por haber muerto el poder del pecado y resucitado a una nueva vida nueva. Y otra vez, bueno este está apuntando a una vida, a la vida práctica. Los otros puntos sí están, forman parte de eso, pero aquí está apuntando, es como dice en Gálatas 5. Vamos a leer algunos pasajes y con esos pasajes vamos a terminar esta mañana y después vamos a pensar unas cosas muy prácticas respecto a lo que estamos viendo Gálatas 5, 25 dice, Digo pues, andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne. Pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pletos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Contra tales cosas no hay ley, pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Un pasaje más respecto a eso, Hebreos 12, 12 a 17. Hebreos 12, 12 a 17. Por tanto, Fortalecer las manos débiles y las rodillas que flaquean, y hacer sendas derechas para vuestros pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane. Buscar la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios, de que ninguna raíz de amargura flotando cause dificultades, por ella muchos sean contaminados. de que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Isaú, que vendió su primogenitura por una comida, porque sabéis que aún después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas. Y ahí dice en versículo 12, por tanto, fortaleced las manos débiles. ¿Qué es fortaleced? ¿A quién es el mandato? ¿Para quién? ¿Es un individuo? No. Es para los creyentes, las manos débiles y las rodillas que flaquean. Haced sendas derechas para vuestros pies, para que la pierna coja no se desconyunte, sino que se sane. Buscad la paz con todos, ¿todos quién? Principalmente los creyentes y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien de que nadie, nadie dentro de quién, de la congregación. Es otra advertencia en hebreos que está hablando de no apostatar de Cristo. Está hablando a los creyentes. Así que cuando hablamos en el pacto, ahí, como hijo amado de Dios, voy a leer de vuelta el punto dos, buscaré en el poder del Espíritu Santo Y obviamente es un pacto que un individuo firma, pero es para estar en comunidad. Una vida consagrada a él, buscándole en oración la lectura de su palabra y las otras actividades que promueven una relación real y sana con él, como mi señor y salvador. Asimismo, buscaré vivir con cuidado en el mundo, renunciando a la impiedad y los deseos mundanos por haber muerto al pecado, al poder del pecado y resucitado a una vida nueva. Y ese buscar es en comunidad. Es la manera mejor de buscar. Obviamente hay una parte individual de hacer eso, pero también hay una parte colectiva de hacer eso. Resumiendo lo que hemos visto en los puntos uno y dos, es qué es lo que estamos apuntando como iglesia. Uno tiene que ser, para ser miembro, creyente. Y queremos, aunque no somos infalibles, en lo posible asegurarnos de que son los que forman parte de esta iglesia son creyentes. Segundo ser, bautizado. Y tercero es estar buscando una vida de piedad. Estar en el camino de la piedad. No estamos hablando de perfección. Pero sí estamos hablando de dirección. No estamos hablando de perfección, pero sí de dirección. Y como iglesia, lo que queremos es que los que forman parte de la iglesia tengamos la misma dirección, que estamos buscando la santidad juntos en Dios. Eso es lo más básico. para nosotros como iglesia. Vamos a estar viendo los puntos 3 y 4 la próxima semana. Estaba pensando hacer todo eso hoy pero no me da tiempo. Realmente no quiero apresurar porque es muy importante que nosotros meditemos en estas cosas. Que nosotros entendamos primero la importancia que Dios tiene para su iglesia. Dios le da mucha importancia a su iglesia. Y muchas veces nosotros no le damos la misma importancia a la iglesia local que Dios le da. Así que la primera, el primer ánimo a monestación para nosotros es que meditemos en la importancia que Dios da a su iglesia, su cuerpo, que es la morada del Espíritu Santo aquí de una forma especial. Y luego, para que entendamos que sólo los creyentes, los creyentes bautizados, que también están apuntando en la misma dirección, pueden formar parte de la iglesia local de una forma, bueno, real. Porque si tenemos una persona que tal vez es creyente, pero se está desviando en el mundo, ¿Qué es lo que va a hacer? Va a hacer lo que dijo ese pasaje en Hebreos 12. Va a también corromper a otros dentro de la iglesia. Así que nosotros queremos que todos tengamos la misma dirección en lo que estamos haciendo y diciendo. Quiero leer primero de Pedro. Capítulo 2, 9 a 12 para concluir. Y quiero que estemos orando que nosotros realmente podamos formar una iglesia bíblica. Tenemos iglesia bíblica Elión. ¿Podemos decir realmente que somos una iglesia muy bíblica? Estamos en el camino, creo que podemos decir. Estamos en buen camino. Pero para decir que realmente tenemos todas las bases ahí puestas, creo que no. Pero estamos sí en buen camino. Y para nosotros es realmente poner eso. Que oremos, nosotros tenemos un pacto. Y algunos han mencionado que les parece muy serio el pacto. La pregunta para nosotros es, ¿Dios le da seriedad a su iglesia, a su iglesia local? Así que, ¿por qué no podemos hacer un pacto serio para con nuestros miembros? ¿Por qué no estemos en el mismo camino, en un buen camino respecto al compromiso? Yo sé que muchos tienen el pacto Le hacen firmar, lo ponen en un cajón y lo olviden. Tal vez en 20 años lo sacan. Ah, ¿quién es miembro aquí? ¡Wow! ¿Dónde está? ¿Quién sabe? No hay nada de seriedad. Y lo que queremos es ver la seriedad en eso en lo que vamos firmando. Otra vez no es perfección, pero sí es una dirección que queremos estar tomando. Y nos va a costar por un lado, también nos va a tomar tiempo. Y con nuevas personas que vienen, no van a entender por qué tan serios están en eso. Pero nosotros podemos estar explicando, Dios da seriedad a su iglesia, a su iglesia local. Nosotros debemos ser serios en cuanto a Dios le da seriedad. Y para formar parte es ser creyente, ser bautizado y estar en el camino de santificación. Voy a leer 1 Pedro 2, 9, 12. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios. No habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia. Amados, os ruego, como extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma. Mantener entre los gentiles una conducta irreprochable a fin de que en aquello que los calumnien como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifican a Dios en el día de la visitación. Vamos a orar. Gracias, Señor, por este día que tú nos has dado de estar aquí. Y en sí creo que hemos estado repitiendo algunas verdades que sí hemos repasado antes, pero de una forma específica respecto al compromiso que debemos tener con la iglesia local. Señor, tú eres serio respecto a la iglesia local. Y en gran manera nosotros, los creyentes, no somos serios. Y aún hablando de mi propia persona, muchas veces no he dado la importancia a tu iglesia que tú le has dado. Muchas veces nuestro involucramiento, aún siendo creyentes, es conforme a nuestros propios gustos, nuestro propio criterio. Motivos egoístas, señor. No pensamos seriamente que somos morada de tu espíritu. Nos pensamos seriamente de la importancia que tú le das a la iglesia local. Ayúdenos, señora, a estar realmente entendiendo esa importancia. Muchas veces nuestro trabajo el colegio, universidad, otras cosas, señor, tienen mucho más importancia que la iglesia. Y no solo estoy hablando de las reuniones, estoy hablando del compañerismo, de realmente estar involucrado uno en la vida del otro. Ayúdenos, señor, a estar entendiendo y no solo entendiendo, arrepintiéndonos de nuestra falta de amor por ti y por tu iglesia y tomando otro rumbo, Señor. Te pido por esta iglesia que hay seriedad al respecto. Y gracias, Señor, por tu gran misericordia para con nosotros. tu gran amor para con nosotros. Aunque muchas veces te fallamos en este área muy importante, tú sigues amándonos. Gracias por eso y ayúdanos a no tomarlo por sentado. Gracias por esta mañana. Te pido que tú nos ayudes hoy día a meditar en estas verdades para que tomen raíz en nuestras vidas. En tu nombre es santo. Amén.
IBE Pacto #1 Importancia y Requisitos
Series IBE Pacto de Membresía
VERDAD PRINCIPAL: En la Biblia no hay lugar para el creyente solitario. La iglesia local es donde los creyentes vivimos en comunidad como el cuerpo de Cristo para Su gloria y el crecimiento mutuo en Él. Por medio del pacto de membresía nos comprometemos a formar parte de este cuerpo local.
Escrituras tomadas de: La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Sermon ID | 31123198272067 |
Duration | 1:06:27 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Ephesians 2:19-22 |
Language | Spanish |
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