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reconocer bienvenidos a esta edición del martes de por cristo y su palabra con el pastor y maestro enrique zaria pastor de iglesia del valle central en ceres california estamos en el capítulo 10 no sé cuánto tiempo vamos a durar pero queremos estudiar todo el libro y creo que vamos a seguir haciéndolo verso a verso Estos dos versos en particular, estos cuatro, toman mucho más tiempo porque estamos viendo cada discípulo en particular, la vida de cada uno de ellos. Lo que estamos aprendiendo al estudiar la vida de los discípulos, algo de la vida de ellos se refleja en nosotros, o algo de la vida de nosotros se refleja en ellos cuando estudiamos. Lo que llama la atención no es esas áreas donde decimos, oye, yo soy bien bueno en esto, sino las áreas donde somos bien débiles. Y el Señor a través de la vida de los discípulos nos deja ver nuestra humanidad también y cómo Él trabaja con las personas, cómo Él es poderoso para usar a todas las personas en su propósito. El título que le he dado y lo puse así a propósito es Tomás un hombre de fe Mateo 10 3 voy a leer del 1 al 4 Mateo 10 pero de allí del verso 3 vamos a sacar sacamos el nombre de Tomás Entonces, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para que los echasen fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apostoles son estos, primero Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano, Jacobo, hijo de Zebedeo y Juan, su hermano, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, el publicano, Jacobo, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el cananita, y Judas Iscariot, el que también le entregó. Tomás es llamado en algunas escrituras Didimo. Didimo quiere decir gemelo o mellizo. Bueno, yo creo que gemelos cuando son idénticos. Sí, ese es el nombre que se le da. Especialmente el libro de Juan es el que habla de él. No encontramos mucha información acerca de Tomás, pero encontramos como unas tres escrituras donde si nos detenemos a mirar Las palabras de Tomás, la reacción de Tomás nos deja ver cosas de su corazón y yo creo que hoy también nos vamos a identificar con él. Viene a ser el discípulo número 7 que estudiamos en la lista de los 12. Él pertenece al grupo número dos, acuérdese, son grupos uno, dos y tres que presentan los evangelios, grupos de cuatro, cuatro y cuatro que son doces. Cada grupo tiene un líder, el primero es Pedro, el segundo que vimos es Felipe, ¿cierto? Pero ahora vamos a centrarnos en Tomás. Una de las razones de este orden que da así de grupos de tres, de cuatro, perdón, tres grupos de cuatro, es para mostrar que Jesucristo tenía doce discípulos a los que le estuvo enseñando por tres años. De esos doce, el grupo número uno, que es el grupo de Pedro, es el grupo más cercano con él. Los demás grupos estaban cerca de él, pero no tanto como este grupo. Del primer grupo, Juan estaba más cerca del Señor Jesucristo, y Pedro era el líder de todos ellos. Ahora, en este segundo grupo, Tomás viene a ser el primero. Entonces, vemos aquí que Tomás es conocido normalmente como... ¿como quién? El que dudaba, ¿cierto? O el incrédulo. Y el título que yo le he dado es Tomás, un hombre de fe. Suena al revés de lo que conocemos de Tomás. Una de las razones por la que estoy haciendo esto es para hacer un punto que mostré la semana pasada con Bartolomé, que tenía prejuicios cuando dijo de Nazaret puede salir algo bueno. Y cuando oímos de Tomás, tenemos un prejuicio contra Tomás por las cosas que hemos oído, pero vamos a mirar de cerca su vida. Entonces, Tomás, el pesimista valiente, es uno de mis subtítulos, Tomás conocido como el que dudaba, como el incrédulo, a él se le asocia el dicho, hasta no ver, no creer. ¿Sí o no? Cuando decimos, hasta no ver, no creer, así como Tomás. Porque después que resucitó Jesús, él dijo algo parecido, en Juan 20, 24 al 25. Juan 20, 24, 25, aquí ya el Señor ha resucitado, no más quiero hacer mención porque después voy a regresar aquí a mirar más detalle, pero dice 24, pero Tomás 1 de los 12, llamado Didimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron pues los otros discípulos, al Señor hemos visto. Él les dijo, si no viera en sus manos la señal de los clavos, y metiera mi dedo en el lugar de los clavos, y metiera mi mano en su costado, no creeré. Entonces, ver para creer, hasta que no lo vea, no lo voy a creer. Entonces, de acuerdo a esa narrativa, Él se ganó el título del incrédulo. Pero hay que tener en cuenta que aquí en Juan 20 estamos llegando al final de lo que los evangelios narran de la vida del Señor Jesucristo con ellos. No hemos visto qué pasó antes. ¿Por qué Tomás tomó esta posición? Es lo que queremos, lo que quiero que miremos regresándonos un poquito en la escritura en Juan 11, verso 8. Después vamos a regresar a Juan 20. En Juan 11, verso 8, los discípulos no entienden por qué Jesús quiere regresar a Betanía de Judea. Aquí lo que está sucediendo es que Lázaro, están en ese, en el narrativo donde Lázaro muere, y están en ese proceso de querer ir para allá, y ellos no entienden cómo es que Jesús quiere regresar allá. Entonces, Juan 11, verso 8, Dice así, le dijeron a los discípulos, Raví, ahora procuraban los judíos a pedrearte y otra vez vas allá. Ellos identifican Betanía, que está en Judea, como un lugar de peligro, como un lugar de muerte. Le dice, Señor, ellos te querían matar. ¿Por qué quieres ir otra vez para allá? miren versos 14 y 15 allí en el mismo capítulo dice entonces Jesús les dijo claramente Lázaro ha muerto y me alegro por vosotros de no haber estado allí para que creáis más vamos a él entonces el Señor Jesucristo está declarando Lázaro primero dice que está dormido después dice lo que quiero decir es que está muerto voy a ir para allá primero le dicen señor Lázaro está enfermo y el señor que hace se detiene a propósito unos días esperando que Lázaro muera y ellos no entienden lo que Jesús está haciendo ellos no entienden la decisión que el Señor está tomando y por qué está esperando que Lázaro muera y por qué ir a un lugar donde a Jesús lo quieren matar entonces miremos en el verso 16 porque nos interesa es ver qué pasa con Tomás en medio de todo esto Entonces cuando Jesucristo le dice, vamos a él, Tomás dice lo siguiente, dijo entonces Tomás, llamado Didimo con discípulos, vamos también nosotros para que muramos con él. Un texto difícil de entender. Porque uno dice, ¿por qué está diciendo vamos entonces con él para que muramos con él? ¿Qué es lo que quiere comunicar él allí? Lo que está diciendo Tomás es exactamente eso. Vamos con Jesús, como leímos en el verso 8, a un lugar llamado Betanía, donde a Jesús lo quieren matar. Está declarado que lo quieren matar, quieren la sangre de Jesús allá. Entonces Tomás está diciendo, si vamos con Jesús, vamos a morir junto con Jesús, porque a Jesús seguramente que lo van a matar allí. Los discípulos no entienden lo que pasa, lo que hay en el corazón del Señor Jesucristo. A lo que se refiere Tomás, cuando irá a morir, es lo que él ve nada más, aparentemente, pero no puede ver toda la situación. Así que Tomás lo que asume en esta situación es lo peor. Es lo yo que quieren matar a Jesús. Y Tomás es bien pesimista y dice, pues a Jesús lo van a matar, vamos a morir. Espera lo peor de ir a ese lugar. Al decir vamos a morir con él, está creyendo que al llegar allí lo inevitable sucederá. Van a matar a Jesús y que si van con él, a ellos también lo van a matar. Completamente pesimista. Como cuando hay un vaso, ¿han oído esta ilustración? Hay un vaso con agua hasta la mitad. El pesimista dice, está medio vacío. El optimista dice, está medio lleno. Los dos lo ven desde puntos muy diferentes. Cuando una termenta recia, por ejemplo, azota una ciudad, el día está oscuro, frío, el pesimista dice, qué día tan horrible, ¿cómo podemos dar gracias por algo así? El optimista dice, gracias, señor, porque no todos los días son así. Es un extremo al otro. El pesimista siempre asume y espera lo peor. El optimista siempre asume y espera lo mejor. Ambos tienen su lugar. No todo el tiempo ser pesimista es algo malo, a veces no. Y no todo el tiempo ser optimista es algo bueno, a veces no. Pero lo que distingue marcadamente, si usted presta atención a esto, Tomás dice, a Jesús lo van a matar, vamos para que muramos con Él, vamos a ir, va a pasar lo peor, nos van a matar. Él sabe lo peor que puede suceder, y aún sabiendo lo peor que puede suceder, él está dispuesto a ir a morir. El optimista diría, no, no va a pasar nada, es puro cuento, vamos, entonces no requiere ninguna valentía. Porque su concepto es que todo va a salir bien, entonces va tranquilo, va relajado. Pero el pesimista requiere valentía para hacer eso. Sabe que está confrontando algo peligroso y aún así quiere ir. Y él afirma la muerte del Señor Jesucristo esperando lo peor. Pero aún así, Tomás no se echa para atrás. Esta es una parte de Tomás. que normalmente no conocemos de él. Tomás era un hombre valiente, pesimista, pero valiente. Y anima a los demás que aunque venga lo peor, no importa, tienen que estar con Jesús. Es con Jesús con quien tienen que estar. También es algo que esto muestra de él. Él quería estar con Jesús. Estaba mirando un mensaje donde le preguntan a Paul Washer, acerca de un mensaje que él predicó en una iglesia. Y cuando él predica ese mensaje, está confrontando un pecado que es muy común en la iglesia. El caso es que un líder que está escuchando el mensaje le dice, Paul, si yo voy a mi iglesia y confronto esta situación, me van a matar. Y Paul Watcher lo mira y le dice, entonces ve y muérete, si eso es lo que toma. Si estar con Jesús significa que te van a matar, no te eches para atrás, ve para allá. Es un punto de vista obviamente pesimista el que está allí, pero demanda valentía. Sí, pero Tomás, regresando a Tomás, el Señor le va enseñando a él y él va cambiando a medida que vamos mirando las Escrituras, vamos conociendo más, más de él. Acuérdense de Bartolomé o Natanael, que era un hombre lleno de prejuicios. Lo dije al principio. Dijo, de Nazaret puede salir algo bueno cuando escuchó acerca del Señor Jesucristo. ¿Cuál es el prejuicio que nosotros traemos con Tomás? Decir Tomás, con Tomás es Tomás el incrédulo, el que no creía, el hombre que dudaba. Hay algo de eso en él, pero no necesariamente lo que lo identifica. De la mayoría de los apóstoles también tenemos prejuicio. La mayoría de las personas cuando escuchan los nombres de los doce apóstoles, obviamente Judas, es obvio con él, pero los once, El concepto es que o eran hombres que la tenían toda bien, ellos sabían lo que tenían que hacer, ellos sabían cómo dirigirse, ellos sabían cómo caminar, ellos sabían cómo obedecer al Señor, pero al estudiar la vida de ellos nos damos cuenta que no es así. En muchos casos es completamente lo opuesto. Eran hombres que no llenan el estándar que se conoce hoy en día para elegir a alguien como líder. Igual los hombres que sirven al Señor. Ninguno llenamos el estándar que el mundo espera. Pero el estándar de Dios es diferente. La obra que el Señor hace es diferente. Este estudio nos ayuda a ver esto en ellos. Podemos pensar que tenía como una aureola en la cabeza, sin dificultades, conocedores de doctrina y teología, con buenos trabajos, con buena reputación en la comunidad. No, no es el caso en todos ellos. Pero la Escritura nos ayuda a que aprendamos que no había nada extraordinario en estos hombres. nada extraordinario en ellos. Lo mismo que en los líderes hoy en día. No hay nada extraordinario. Lo bueno que se ve es lo que el Señor ha hecho. La autoridad que se ve es la que el Señor ha dado. El poder con que se ministra es el poder del Espíritu Santo fluyendo en esa persona. Pero esa persona en particular es una persona con necesidades igual que cualquier otra persona. El centro del mensaje debe ser reconocer la grandeza del Señor en todo esto. Así que todos tenemos algo de estos hombres que vemos aquí, tenemos prejuicios y pecamos también en esta área, quedamos cortos, ofendemos al Señor y la mayor parte del tiempo en la gente que ponemos esos prejuicios es gente que el Señor los usa para demostrar exactamente lo opuesto a lo que pensábamos. No es como yo lo percibo necesariamente, es como Dios dice. Pero no podemos dejar que nuestros prejuicios indiquen cómo vamos a ver la verdad. Llegamos a la verdad como estábamos orando hace unos momentos juntos. Señor que tú ilumines nuestro entendimiento, que tú nos ayudes a ver lo que las escrituras quieren enseñarnos acerca de cómo tú presentas todo. Esa es la verdad. No es nuestra verdad, es la verdad de Dios. Es a la que permanece y somos transformados a través de ella. Entonces, yo veo mucho de esto en este estudio. La palabra nos libra de nuestras propias conclusiones, libera nuestras mentes, transforma nuestro entendimiento para pensar y hacernos más y más como el Señor Jesús. Y los discípulos muestran eso. Cuando Tomás está diciendo, vamos para morir con Él, Tomás está siendo guiado por su propio prejuicio. Tomás está pensando, this is it, ya se acabó todo, aquí terminamos. Vamos pues a morir con el Señor, aunque muestra mucha fidelidad y amor por el Señor, queriendo estar con Él. aún morir al lado de él. Los discípulos tienen sus prejuicios, tienen sus dificultades, nosotros las tenemos, tomamos nuestra propia conclusión, pero la palabra nos lleva a otra conclusión. Entonces hay un puente donde el Señor hace una transformación en nuestros corazones para hacernos más, para alcanzar la meta de nuestras vidas, que es alcanzar la altura del varón perfecto en Cristo Jesús, es ser transformados para parecernos más a Cristo Jesús. Y si alguien piensa que no tiene esta necesidad, se pone por encima y dice, yo no soy así, yo no soy como Tomás, o yo no soy como Felipe, o yo no soy como Bartolomé, yo no soy como Pedro, yo no haría tal cosa. Si yo estuviera ahí con el Señor, seguramente caminando por el agua, yo no me pusiera a mirar a otros lados. Mejor pondría mi fe en Jesucristo. ¿De veras? ¿Hiciéramos eso? Dios sabe, ¿no? Yo creo que todos necesitamos del Señor, todos pecamos. El que dice que no tiene pecado es mentiroso y hacia Dios mentiroso. Necesitamos ese conocimiento que nos da el Señor a través de la palabra para ser transformados, como dice Pablo en Romanos 12, versos 1 y 2. presentar vuestro cuerpo como sacrificio vivo, como vuestro culto racional, no os conforméis a este siglo si no se transformados por medio de vuestro entendimiento para que conozcamos la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta. Entonces habla de una transformación en nuestra manera de pensar al presentarnos delante del Señor. Tomás, pesimista, pero aún así dispuesto a morir con el Señor. Realmente cuando llegan allá el Señor le enseña que las cosas no eran como él pensaba, así nada más. Lo que yo digo no es lo que determina lo que va a suceder, es lo que Dios dice. Ahora miremos el amor de Tomás por el Señor Jesús. Conozcámoslo un poquito más a Tomás. Sabemos que era un pesimista, pero que también era valiente, así que Dios puede usar a los pesimistas. ¿Hay pesimistas en medio de nosotros? Hay gente que al hacer un plan dice, no va a salir bien, no va a funcionar, hay que cancelar esto. En unas cosas somos bien optimistas y en otras cosas somos bien pesimistas, ¿sí o no? Depende. Depende del nivel de comodidad que percibamos. Así somos. Y por lo general, las cosas que no entendemos y no conocemos, nos tienden a ser pesimistas porque no queremos entrar allí. Nos gusta lo que ya conocemos. Pero eso es un asunto de fe, donde hay que ir como valiente. Si sabemos que las situaciones van a ser aún de muerte y el Señor dice que lo hagamos, tenemos que creerle al Señor y movernos en esa dirección. Entonces, Tomás, pesimista pero valiente, Dios lo podía usar a él. Al peor de todos, Dios lo puede usar, no hay problema, no hay obstáculo para el Señor. Juan 11 y 16 también deja ver otra característica de Tomás, que él amaba al Señor profundamente. No era del círculo íntimo del Señor Jesucristo como lo eran Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, aunque Andrés era más cerca que Jacobo, pero igual sentía un amor profundo y sincero por su Señor. Cuando dice, vamos para que muramos con Él, está dejando su vida a los pies del Señor Jesucristo al hacer eso, quiere continuar con Él, no quiere vivir sin el Señor Jesucristo. Como dijo Pedro en una ocasión, Señor, ¿a quién iremos? cuando el Señor Jesucristo enseña algo bien duro y muchos discípulos lo dejan y le dice que ustedes a mí me van a dejar y dicen Señor a quién iremos si sólo tú tienes palabras de vida eterna no tiene sentido continuar a menos que estemos contigo y esa es la actitud que tiene Tomás cuando dice vamos contigo si tú mueres nosotros morimos contigo Jesús Allí en Juan 11 les dice que él se va a ir, que se va a ir a otro lugar, pero que después les va a mostrar para que ellos estén con él. Juan 14, verso 5. Leámoslo desde el verso 1 y así miramos el contexto. Dice, No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creéis también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay. Si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparara el lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy vosotros también estéis. sabéis a dónde voy y sabéis el camino Jesús lo está afirmando pero le está diciendo que se va a ir y mire lo que pasa con Tomás le dijo Tomás Señor no sabemos a dónde vas cómo pues podemos saber el camino Jesús le dijo bueno vamos a parar ahí pero Tomás oye lo que el Señor Jesucristo dice y la reacción inmediata de Tomás es Señor no cómo vamos a llegar donde tú estás y no sabemos cómo ir donde tú estás Tomás le está diciendo, no nos dejes, no te vayas a ir sin asegurarte que nosotros podemos estar contigo. Tomás quiere estar con el Señor Jesucristo. Tomás no quiere vivir sin el Señor Jesucristo. Lo que él ha conocido del Señor ha sido suficiente para que Tomás esté apegado en su corazón con el Señor Jesucristo. No sabemos a dónde está. ¿Cómo vamos a conocer el camino? ¿Y Tomás qué espera? Lo peor, porque Tomás es pesimista. Y cuando dice eso, ¿cómo vamos a saber eso? Nos vamos a perder, Señor. Si tú haces eso, nos vamos a perder. No vamos a saber qué hacer. Ya no te vamos a encontrar. Y le preocupa tanto saber que no va a estar con Jesús. Ama al Señor. Y quiere estar seguro que donde Él está, el Señor está. Y que si el Señor se va, Él lo puede seguir donde el Señor esté. Entonces, Tomás, pesimista, valiente, pero un hombre que amaba al Señor. Tres características que estamos viendo aquí. Y ahora la pregunta, la pregunta del millón. ¿Era Tomás incrédulo? ¿Podemos decir de Tomás, con plena libertad, Tomás el incrédulo? Tratemos de contestar a esa pregunta. Juan 20, verso 19 al 20. Y aquí es donde más, más tiempito vamos a estar. Cuando, cuando él oye lo que estos discípulos hacen, lo que ellos dicen. Jesucristo siendo el Hijo de Dios, conociendo todas las cosas, con el poder del Espíritu Santo en Él, obrando para hacer todo lo que Él hacía y oyendo a estos hombres. El Señor Jesucristo tenía razón para ser pesimista con ellos y pensar, estos son con los que necesito que el mensaje se lleve para que multitudes, millones de millones, vengan a entrar al reino. Estos son. Pero Jesucristo ni una sola vez los abandona a ellos, ni una sola vez se echa para atrás, siempre está ahí con ellos. Miremos capítulo 20 versos 19 al 20 para ver la incredulidad de Tomás. Señor se le aparece a los discípulos cuando llegó la noche de aquel mismo día el primero de la semana estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos vino Jesús y puesto en medio les dijo paz a vosotros y cuando les hubo dicho esto les mostró las manos y el costado y los discípulos se regocijaron viendo al Señor en la traducción de la Biblia de las Américas el verso 20 dice cuando les hubo dicho esto le mostró las manos entonces que eso es algo que la Reina Valera le falta en esta traducción dice entonces los discípulos creyeron es importante para entender lo que queremos ver aquí de Juan esa palabra falta allí miremos el verso 24 para saber dónde estaba Tomás en medio de esto pero Tomás uno de los doce llamado Didimo no estaba con ellos cuando Jesús vino Están 10 de los discípulos, Judas ya ha muerto. Están encerrados, están con miedo. Jesucristo se aparece allí a ellos, le muestra sus manos y entonces ellos creen, pero dice que Tomás no estaba. Habían 10 discípulos allí y Tomás estaba afuera. No sabemos dónde estaba, pero Tomás no estaba con ellos. ¿Qué fue lo que pasó con Tomás? ¿Dónde andaba Tomás? ¿Por qué no está con los otros discípulos cuando todos están juntos allí? Este es el canal de subtítulos en español de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días. Este es el canal de Para más información o para recursos gratis visite nuestro sitio web iglesiadelvalle.com o llame al teléfono 209-872-9792 de martes a viernes de 9 a.m. a 1 p.m. La versión completa de este mensaje fue predicado en la Iglesia del Valle Central en Ceres y lo puede encontrar en nuestra página de internet en iglesiadelvalle.com ¡Gracias por ver!
Tomas Un Hombre de Fe parte 1
Series Mateo
Tomas es conocido comúnmente como el discípulo que dudaba, o Tomas el incrédulo. A él se le asocia el dicho, “hasta no ver no creer” porque después de que resucitó Jesus, él dijo algo parecido, Juan 20:24-25. Esta narrativa le gano ese título, pero hay que tener en cuenta que aquí estamos llegando al final de la historia en los evangelios. Así que echemos un vistazo a lo que sucedió antes de regresar a esta escritura.
Sermon ID | 22181234255 |
Duration | 25:06 |
Date | |
Category | Radio Broadcast |
Language | Spanish |
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