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Muy bien hermanos, pues les voy a pedir que que tome su Biblia conmigo y que labra conmigo a Romanos Romanos 12 y esta es la lectura pública de la palabra del Señor y lea así en Romanos 12 del 14 al 18 estas son las palabras del Dios vivo y dicen Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran. Tened el mismo sentir los unos con los otros. No seáis altivos en vuestro propio pensar, sino condescendiendo con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto a vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. Esa es la palabra del Señor. Padre, te damos gracias por tu palabra, Señor, y pedimos, Señor, que en este día, Señor, tú vengas y abras este texto para nosotros, para poder aplicarlo, Señor, a nuestras vidas. Pido, Señor, la alianza de tu Espíritu Santo, Señor, y la aplicación de tu Espíritu Santo también a cada corazón. Señor, solamente por medio de la asistencia de Tu Espíritu podemos nosotros, Señor, mirar este texto y aprender y vivirlo. Señor, pedimos que Tú nos ayudes en esta tarde, en el nombre de Jesús. Tu Hijo lo pedimos. Amén. Otra vez parece como si Pablo estuviera reiterando aquí en Romanos las verdades que nuestro Señor Jesucristo enseñó Él en su ministerio, en el sermón del monte. ¿Se acuerda cuando Jesucristo habló acerca de precisamente esto? Acerca de la retribución, acerca de la venganza, el desquite o la revancha. Ya ve que Jesús dijo estas palabras en Mateo 5, 38 Habéis oído que se dijo ojo por ojo y diente por diente Pero yo os digo no resistáis al malo Antes a cualquiera que te bofetee en la mejilla derecha Devuélvele también la otra Al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica déjale también la capa y sigue la enseñanza de Jesús aquí es donde nosotros encontramos esta hermosa hermosa famosa frase ojo por ojo Diente por diente. Nunca he escuchado esa frase. Ojo por ojo y diente por diente. Yo me acuerdo que cuando estábamos niños, yo y mis hermanos, ese era el lema de nosotros, de mis hermanos. Si tú me pegas, yo te pego. Si tú me pellizcas, yo te pellizco. Si tú me haces algo y rompes algo, yo te lo rompo el tuyo. Pero fue hasta que un hermano mío le sacó el diente al otro hermano, donde ya dijimos, ah, no. Este, eso está medio, está medio duro. Mi hermano Dani le tumbó el diente a mi hermano Pablo y ya de ahí dijimos, ah, caray, como que esta ley de ojo por ojo y diente por diente trabaja en ciertas cosas, pero ya en la realidad ya no es lo mismo. Pues era el tema de cuando nosotros estábamos chicos. Pero ¿sabe qué? Ese sigue siendo lema de algunos creyentes dentro de la familia de Dios, o sea, dentro de su iglesia. Muchos creyentes siguen diciendo no es ojo por ojo y diente por diente. Ahora yo me pregunto ¿Por qué será que nosotros todavía tenemos eso de que es ojo por ojo y diente por diente? Porque mire, en nuestra naturaleza caída existe injertado de cuando nosotros nacemos hijos de Adán, ya viene preinstalado un fariseísmo de aplicar la ley de Dios a lo que es mi vida personal. Se exalta mi carne y surge dentro de cada uno de nosotros. Nadie se escapa. Surge de cada uno de nosotros un fariseísmo que surge para excusar nuestros malos hechos. Y algunos somos más buenos para para esconderlo y disimularlo que otros, pero todos lo tenemos por decirlo así. Ahora, nunca se ha preguntado por qué Jesús en Mateo 5 parece que está citando el Antiguo Testamento, porque esta frase ojo por ojo y diente por diente viene del Antiguo Testamento. Por qué Jesús estará citando el Viejo Testamento y como que lo está cambiando? Pues la realidad es ésta. Jesús nunca cambió el Viejo Testamento. Jesús vino y explicó el verdadero significado que tenía lo que Dios había dicho en el Viejo. Y no es de que Jesús está cambiando algo directamente del Antiguo Testamento. No lo está, por ejemplo, citando tampoco así como lo hubieran citado. ¿Por qué? Porque miren, Jesucristo dice en Mateo 5 que habéis escuchado por ahí. O sea, habéis habéis oído que se dijo. Ahora esa es la clave. Habéis oído que se dijo entonces los pueblos de el pueblo de judío hubiera escuchado de un cierta oración de los rabís, de los fariseos, de los de los a. los escribas de la ley y ellos hubieran escuchado esto. Hey, se dijo ojo por ojo, diente por diente. Si tú me la haces, tú me la cobras. Y la cosa es así. Jesucristo está enseñando. Ustedes han escuchado ojo por ojo, diente por diente. Pero Jesucristo es él. Él va realmente a mostrarlos una mejor manera porque realmente nosotros miramos el Antiguo Testamento y no lo aplicamos ni lo entendemos. Cómo se debería ver aplicado y entendido. O sea, cuando Jesús dice, habéis oído que se dijo, él estaba aludiendo a la tradición judía pariseica que había formado todo un estándar tradicional de cómo el Antiguo Testamento se leía y cómo se entendía. Entonces, podríamos decir que Jesús está aludiendo aquí en Mateo cinco a la Lex Taliones, así se dice, la ley de retribución, ¿sabe qué es eso? Ojo por ojo, diente por diente. Y sí, surge del Antiguo Testamento, pero dentro del contexto cuando Dios dio ojo por ojo y diente por diente, que viene siendo el contexto de Éxodo 20 al 23, Dios está dando la ley de cómo este pueblo redimido iba a vivir como toda una sociedad rescatada de la esclavitud dedicada al servicio del Señor. mire éxodo 21 aquí es donde la primera vez que la encontramos éxodo 21 22 mire lo que dice si algún hombre lucha entre sí golpean a una mujer en cinta y ella aborta sin haber otro daño ciertamente el culpable será motulado según lo que el esposo a la mujer demande de él y pagará según los jueces decidan lo que los jueces decidan pero si hubiere castigo otro daño, hubiera algún otro daño, entonces podrás, pondrás por castigo, vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. Entonces sí, mira, el contexto en que se dio esta ley de retribución, de que si tú me la haces, yo te la hago. No es tanto hablando de ocasiones o situaciones personales. Está hablando de que los jueces así iban a impartir el castigo. El contexto de esta ley tiene que ver con la instrucción divina de Dios acerca de casos legales. Y aquí es el asalto y daños corporales. La próxima cita en Levítico. 24-17. Si un hombre le quita la vida a cualquier otro ser humano, ciertamente ha de morir. El que quita la vida de un animal, lo restituirá, vida por vida. Si un hombre hiere a su prójimo, según hizo, así también lo hará, fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente, según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará. Esta es la santa, justa, buena ley que Dios dio y Jesucristo realmente no está cambiando nada. Aquí cuando se dio, Dios estaba estableciendo un pueblo que Él iba a gobernar. Él se iba a sentar en medio del campamento siendo el rey de este pueblo y así es como Dios iba a traer igualdad de justicia, igualdad de ley a todos los de el pueblo de Israel. Naciones que practican justicia tienen el agrado de Dios, pero naciones que abandonan la justicia pierden el agrado de Dios. Ahora, es en el libro de Deuteronomio en donde encontramos con más claridad la función y la operación de esta ley de retribución, de dar a alguien lo que se merece. de dar ojo por ojo, diente por diente. Si recuerda, el libro del Deuteronomio era cuando ya la segunda generación iba a entrar a la tierra prometida y se les da instrucciones como deben de gobernarse dentro de la tierra prometida. Y ahí, mire, si miramos Deuteronomio 19, mire cómo lo pone ahí el contexto. Esto tiene que ver con el contexto de los jueces de Israel que iban a sintenciar juicios dentro de la nación del pueblo de Israel. Deuteronomio 19.15 dice así. No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido. El caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos. Si un testigo falso se levanta con un hombre para acusarle de transgresión, los dos litigantes, o sea, es algo legal, los dos litigantes se presentarán delante de Yahvé, delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días. Mire cómo lo pone. los sacerdotes y los jueces que hayan esos días y el 18 y los jueces investigarán minucusamente Si ese testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente, entonces haréis con él lo que él intentaba hacer con su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti. Los demás oirán y temerán y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti y no tendrás piedad vida por vida. Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie. Entonces, la ley de retribución, la Lex Taliones, se establece bajo las Cortes. Aún hoy, en lo que es nuestra nación de Estados Unidos, hay Cortes que tratan de establecer justicia, aunque ya la están haciendo muy mal, pero no se trata esto de ojo por ojo, diente por diente, no está puesto bajo relaciones personales. Está hablando en el contexto legal, en el contexto judicial de lo que era la nación de Israel en el Antiguo Testamento. Ahora, para nuestros oídos, ¿Jesucristo citar ojo por ojo, diente por diente, o lo que Pablo va a decir aquí, no pagues a nadie mal por mal? Nosotros lo miramos y decimos, no pues, está O sea, todavía se continúa así como era en los tiempos de Jesús. Pues Jesús está arreglando, corrigiendo una mala interpretación que tenían los judíos. Y aún para la mente nuestra del siglo XXI, nosotros escuchamos ojo por ojo, diente por diente y se nos hace medio cruel y se nos hace bárbaro. Pero en realidad, si tú realmente comprendes el significado de ojo por ojo y diente por diente, Rápidamente te das cuenta que es una ley que ejecuta justicia exacta. O sea, Dios es un Dios justo y si hay bajo una corte, bajo jueces, injusticia, Dios siempre va a pedir justicia, y así es como Dios la pide. O sea, la ley de retribución establece que el castigo debe ser adecuado y encajar con el crimen cometido. Entonces, nosotros tenemos un mal concepto de cómo lo hacían en el Antiguo Testamento. Dios no pedía nunca nada malo. La ley de Dios es buena, santa, y justa. No es de que Jesucristo cambió el Antiguo Testamento, sino que dentro de la nación así se debía gobernar. Habían que tener justicia exacta y solamente ojo por ojo era lo que demostraba de que Dios mostraba. Si alguien te hace esto legalmente, esa persona tiene que restituirte. Así es como van a vivir en armonía y cómo se va a hacer exacta justicia. Ahora mire, déjame le pongo un ejemplo. Por ejemplo, en los últimos 10 años ha habido dos casos aquí en Denver, aquí muy cerquitas. Uno fue de un terrorista malvado que entró a un cine y mató como a 20 y tantas personas. ¿Se acuerdan de ese caso? Él intencionalmente entró y mató a sangre fría. Pues hace como tres o cuatro años hubo un camionero que no tuvo cuidado, se le acabaron los frenos, y sí, se falló, falló una rampa que lo detenería completamente, y este se le pasó, estaba trabajando, o sea, fue en un momento donde él no pensó y no tuvo la intención, y abajo había tráfico parado, y él llegó y mató a cuatro personas. Y la cosa, lo que realmente trajo esto a la luz es de que el juez cuando le ejecutó la sentencia le dio como 110 años y toda la gente dijo oye esa sentencia es algo medio cruel ¿por qué? porque si lo comparamos con el asesino que mató a 20 y tantas personas a él lo declararon loco y le dieron cadena perpetua ¿cómo es que este chavo le van a dar 100 años por algo que él realmente no tuvo la intención de matar a cuatro personas. La cosa se salió fuera de control y sí, es culpable de esas cuatro personas, pero la intención es lo que importa en ese caso. Pues mire, la ley de retribución establecida por Dios, muestra de que sociedades que tienen leyes justas y tienen la ejecución de esas leyes justas, tienen en sí el favor justo de Dios. Y Dios era lo que él precisamente quería para el pueblo de Israel. Porque mire, en naciones seculares, en naciones que son completamente ateas, ¿sabe a quién favorece siempre la justicia? Al rico. al rico, a la gente importante, a los que son políticos importantes con una D detrás de su nombre, a esos favorece la justicia, a los demás no, que si les caiga todo el peso de la ley y los otros que no es nada. Pues, ¿sabe qué? Cuando Dios establece la ley de ojo por ojo y diente por diente, Dios dijo, va a ser exacto, no importa si tú eres rico, no importa si tú eres pobre, no importa si tienes mucho, si tienes nada, legalmente dentro de la nación, de la sociedad que Dios estaba estableciendo, van a ser las cosas igual. Eso es lo que la ley de Dios era, la ley de retribución tenía que ver con algo legal, no era Tú me pegas en una mejilla, pues yo te la devuelvo. No, era un sistema que Dios estaba estableciendo. ¿Y sabe qué? La ley de retribución fue establecida ¿sabe para qué? También para limitar la venganza. Para limitarla, para restringirla. Porque esta es la realidad. Cuando nosotros queremos tomar venganza por nuestras propias manos, ¿sabe qué pasa? El pecado, el coraje, nuestra carne, siempre se interponen y nos vamos más allá de lo que es justo. Hasta que, hasta que se sacia la carne. Y después de que se sacia la carne, ¿cómo nos sentimos? sentimos mal pues Dios estableció esta ley para que la justicia sea exacta entonces la ley de retribución en el antiguo testamento y esto que Jesús está mostrando y esto que Pablo también va a mostrar estaba enjaulada en el sistema legal de una nación y restringía la venganza personal también limitaba la compensación por daños hechos y sabe cómo la limitaba a equivalentes exactos, equivalentes exactos, entonces estas tres cosas Así es como funcionaba la ley de retribución. Ahora estoy tomando mucho tiempo para mostrar esto, porque muchos cristianos tienen el pensamiento de que no, todavía sigue ojo por ojo y diente por diente. En el sistema legal es bueno que exista. En el sistema de las cortes es bueno que exista. Si alguien te hace un daño, legalmente esa persona no solamente puede decir, ¿sabes qué? Tú págalo. Si alguien viene y te destruye tu casa y te dice, ¿sabes qué? Tú págala. Existen las cortes donde tú puedes decirle, ¿sabes qué? Me heriste, necesitas en cierta manera pagar por tu pecado, pero no lo haces en venganza personal, lo haces en algo donde Dios ha establecido y los gobiernos han establecido cómo eso se llevará a cabo. Pues mire, imagínese cómo los fariseos tomaban esta ley. Los fariseos tomaban ojo por ojo y diente por diente y ellos lo aplicaban ¿sabes cómo? Entre las relaciones privadas, entre las relaciones entre personas y ellos No eran tanto de que ya era una nación que se gobernaba sola en los tiempos de los fariseos. Tenían a los romanos, tuvieron a los griegos por muchos cientos de años. Y por los fariseos y los escribas, movieron lo que era diseñado para un sistema legal y lo bajaron a casos personales. De las cortes civiles lo bajaron a casos personales, a relaciones privadas dentro de la gente. Entonces para ellos el principio de equidad y justicia no era algo que gobernaba las cortes, sino que era un principio que ellos tomaron que gobernaba las relaciones personales. como la ley privada vengativa. Entonces ellos enseñarían algo así y realmente no necesitas que nadie te enseñe. Tú naces ya con este pecado de que tú te las quieres cobrar. Los fariseos enseñarían algo así, los escribas de la ley también, ojo por ojo, diente por diente. Si alguien me ofende mis derechos, Yo le ofendo los suyos. Si alguien ofende mi honor, yo le ofendo su honor. Si alguien me hiere con palabras, me ofende con palabras, yo también le ofendo con las mismas palabras. Si alguien maltrata mis cosas, mi propiedad, yo también voy y maltrato la propiedad de ellos. Si alguien le da una patada a mi perro, yo voy y le doy una patada al de él. O sea, el problema que los fariseos tenían es de que la misma ley que era, que fue dada para vivir justamente y para limitar la venganza, fue manipulada de tal manera que fue usada para justificar la venganza. ¿Sí? Mira el problema. Entonces Jesús lo corrige y Pablo nos va a decir exactamente lo mismo. ¿Cómo se mira eso en las relaciones entre hermanos, entre el amor fraternal dentro del cuerpo de Cristo? ¿Cómo se mira? Si mi hermano me hace mala cara, yo también le hago mala cara. Si mi hermano no me saluda, pues yo tampoco lo saludo. Si mi hermano no me toma en cuenta, pues yo tampoco lo tomo en cuenta, ¿o no? Si mi hermano ¿No me considera? Pues yo no lo considero. O no somos así. Pero ¿sabe qué? Esto no debería ser así entre nosotros. Y Pablo nos va a mostrar completamente esto. Y mucho menos para creyentes que ya llevan décadas en el Señor. Ya es tiempo que maduren de estos problemas. Si mi hermano no me tomó en cuenta, ay pues yo tampoco lo voy a tomar en cuenta. Si mi hermano no me saludó, pues ¡ah! Ya no le voy a hacer nada. Ya no lo voy a volver a saludar hasta que no me salude bien. Esto no debería ser así. Necesitamos ir madurando en Cristo Jesús. Déjeselo a la gente nueva que tenga sus problemas, pero ya grandulones. espirituales en la fe. Por eso Pablo dice, cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Pero ya que llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño. Y si tú todavía tienes una lista de pero, o de quejas, o de resentimientos contra los hermanitos, y todavía tienes estas razones que manejan tu vida, Pues esto va a ser para ti, porque Pablo aquí nos está diciendo, no devuelvas a nadie, mal por mal, a nadie, a nadie, sino que ámalos. Respeta lo que es bueno. ¿Por qué? Porque ya dejaste de ser niño y la cosa es esta. O sea, no importa tanto lo que sabes. Lo que importa es cómo tú reaccionas con tus hermanos y cómo está el amor. Porque Pablo sigue diciendo en ese versículo de 1 Corintios, porque ahora vemos en un espejo veladamente, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, entonces conoceré plenamente como he sido conocido. Ahora permanece la fe, la esperanza, el amor. De estos tres, el mayor de ellos es el amor. Es el amor y eso es lo que Pablo y Jesucristo nos están mostrando ambos. Nos están conduciendo a esto, al amor de Dios derramado en nuestras vidas por el Espíritu Santo, obra sobrenatural. Es una obra del Espíritu. Este amor que hemos estado mirando es un amor revolucionario. Es un amor que transforma las vidas. Es un amor que renueva la mente hacia lo que es bueno, hacia lo que es aceptable y hacia lo que es perfecto. ¿Lo miramos en Romanos 12.3 o no? Ahora sí, en nuestro texto. Hablo dice en Romanos 12.17 Nunca paguéis a nadie mal por mal. Dios nos está prohibiendo algo. ¿Usted quería que Dios le dijera algo y que Dios le hablara? Dios te está prohibiendo algo. ¿Qué es lo que Dios nos está prohibiendo? Pues a ti, que tú has recibido las misericordias de Dios, lo que Dios nos está prohibiendo a nosotros y no tanto es una prohibición, sino que dice nunca, nunca se debe hacer esto y no solamente nunca se debe de hacer, nunca se lo debes de hacer a nadie. Pablo es muy empático como está escrito en el original, porque lo pone al principio del versículo a nadie, nunca. debes de pagar mal por mal. Pablo sabe y tiene en mente que en esta vida, en este mundo y aún hasta dentro de la iglesia puede ser maltratado, puede ser lastimado, puede ser prejuiciado en cierta manera de una o de otra y lo que Pablo nos está prohibiendo a todos, a todos que han recibido las misericordias de Dios es una prohibición absoluta a todos de que tú no debes de vengarte mal por mal. a nadie pagar de vuelta con mala intención o sea el amor cristiano no mantiene registros el amor cristiano no dice oh ese hermano me la hizo 17 años me hizo esto el amor cristiano no mantiene una lista de registros el amor cree cristiano el amor de cristo no mantiene cuentas pendientes o en cuanto tenga la oportunidad de volver a ofender a mi hermano como me ofendió hace 25 años yo voy a tomar esa oportunidad el amor cristiano no tiene esa clase de cosas Y ¿sabes qué? Puede ser que en el momento de la ofensa, tú te mires y lo tomes bien tranquilo y seas muy maduro en el momento de la ofensa, pero si mantienes un registro de todos los que te deben, de nada te sirve de que seas una persona muy madura cuando alguien te ofenda. Pablo, Dios, nos está dando esta prohibición nunca y a nadie. En inglés hay un famoso dicho que dice mucha gente, dicen, I don't get mad, I get even. O sea, yo no me enojo, yo me vengo. Así es lo que dicen los americanos. Este no es el lema de un verdadero creyente. Nosotros no debemos tomar represalias. No debemos desquitarnos, no debemos vengarnos ni pagar mal por mal. La venganza es para una sola persona y Pablo lo va a mostrar más adelantito. La venganza existe solamente para Dios que puede ejecutar justicia. Justamente tú y yo siempre se va a imponer la carne y mis emociones en eso y la vas a regar peor. Por eso Pablo nos dice, en primera de Tesalonicenses, miren lo que le dice Pablo a los Tesalonicenses, Tesalonicenses 5.15, dice así, mirad que ninguno, ahí está otra vez la misma palabra, que ninguno devuelva a otro mal por mal, si no, esto es lo que sí debes de hacer. Eso es lo que te está animando que hagas. Procurar siempre lo bueno, los unos con los otros y para con todos. O sea, no solamente en relaciones dentro de la familia de Dios, sino para con todo mundo allá afuera. allá afuera primera de Pedro el apóstol Pedro mire cómo lo pone en su primera carta capítulo 3 versículo 8 en conclusión sé todos de un mismo sentir compasivos fraternales misericordiosos y de espíritus humilde el 9 no devolviendo mal por mal tú no debes devolver mal por mal y la cosa es esta Cualquier cosa que te ofenda es mal por mal. ¿No estás esperando a que alguien te dé una bofetada? Puede ser cualquier cosita, aunque el hermano no te salude, o se le pasó, o está mirando otro lado cuando te saludó. Cualquier ofensa puede ser el mal por mal. Y lo que la Biblia nos dice, no devolviendo mal por mal, ni insulto por insulto, sino más bien ¿qué? Bendiciendo, porque fuiste llamados con propósito de heredar Bendición. Ahora, quizás usted me diga, pues yo sí puedo esperar de que el mundo me ofenda, yo sí puedo esperar mal del mundo, pero dentro de la iglesia de Dios, dentro del cuerpo de Cristo, ¿quién se atreverá a hacerme mal? O si tú piensas así, tú estás pensando como cuando eras novio. ¿Recuerdas esos días cuando tú eras novio? que tu amor te llenaba los ojos y decías, ay esa mujer nunca me va, nunca, ella nunca se atrevería a levantarme la voz, yo nunca voy a tener quejas de esta mujer, estoy tan enamorado, esa mujer siempre va a ser una mujer sumisa y tranquila y fiel y siempre va a estar ahí bien, santita, ella nunca me va a ofender Ella nunca va a atreverse a mostrar su orgullo en contra de mí. Nunca vamos a tener pleitos fuertes. Eso era lo que pensabas cuando tú todavía no te casabas o no. Pero ya nomás te casaste y al mes se quitaron ambos la máscara del noviazgo. ¿Y qué pasó? Fue removida. ¿Y qué empezaron? Ya cuando la miraste sin máscara, sin filtro y hasta sin maquillaje, ¿qué empezó? ¡Pleitos! ¿Por qué? ¿Sabes por qué? Porque dos personas, pecadoras, orgullosas, rencorosas, se casaron y viven juntos. Cuando eras novios, la mirabas y decías, ay, pues, ¿cómo la puedo... Con placer. Pero cuando ya vivieron juntos, ya dijiste no, pues oye, pues yo nunca había mirado esto de ti. Tú nunca me mostraste esto cuando era novio y viceversa. No solamente las mujeres. Pues la cosa, si tú no quitas el pecado dentro de tu matrimonio y no quitas el pecado dentro de ambos partidos, hombre y mujer, y siguen siendo pecadores, ese matrimonio va a tener problemas. Y sabes qué pasa cuando tú pones a dos personas en santo matrimonio, va a haber problemas. Pues imagínate qué pasa cuando pones a 30 personas, no en santo matrimonio, pero en una comunión de hermanos. ¿Qué crees que va a pasar? ¿Qué crees? Porque son todos pecadores. y unos más pecadores que otros, y otros más resentidos que otros, y otros más enojones. A uno se le resbala, a uno no se le resbala, pues ¿qué crees que pase? Pues la cosa es de que alguien te va a hacer daño, alguien te va a hacer mal, y tú no tienes el privilegio, ni la oportunidad, ni el derecho de pagar mal por mal. Dentro de la iglesia y también afuera allá en el mundo. ¿Por qué? Pues porque Jesús no lo enseña, porque Pablo aquí también no nos lo enseña. Hermanos que se cobran de un mal hecho. Hay muchos hermanos que sabe cómo se lo cobran, no dice nada y sabe cómo se lo cobran, retirándose en su orgullo y en su coraje. No me tomaron en cuenta, me retiro. Alguien me ofendió, me retiro. ¿Cuál es la diferencia entre esas dos situaciones? ¿Cuál es la diferencia? De todos modos, estás siendo ofendido y en cierta manera estás pagando mal por mal. Porque mire, Pablo no solamente dice, no pagues mal por mal, ya está ahí. Jesús no solamente dice ojo por ojo, diente por diente, sino que si alguien te bofetea una mejilla, devuélvele a él también la otra. O sea, muéstrale. Que a ti no te importa de que él te ofenda. Muéstrale. de que si Él te quita una cosa, dale otra. Si alguien te quita lo que traes encima, dale lo que traes y quédate sin nada. Muéstrale que a ti te importa más el amor que lo que Él te quitó o lo que Él te ofendió. No solamente es no pagues mal por mal y hasta ahí te retiras, no, sino que mire lo que Pablo dice, Nunca paguéis mal por mal, respetad lo bueno delante de todos los hombres. Algo que debe saltar de la página aquí es de que Pablo menciona por primera vez a todos los hombres. En este capítulo 12 está la primera vez que menciona a todos los hombres, o sea, a la gente allá afuera. A la gente explícitamente lo dice a todos los hombres. O sea, en otras palabras, esto que debemos de hacer tiene que ser a vista de todos los hombres. Estén aquí en la iglesia o estén ahí afuera, cuando tú vayas a tu trabajo, no solamente dentro de la comunidad de la fe, sino afuera en todo el mundo. Ahora, ¿qué es lo que debemos hacer delante de todos los hombres? Porque algo que es claro es no des nunca a nadie en mal forma, no respondas así. Pero qué es lo que sí debemos de hacer delante de todos los hombres? Pues Pablo dice y la Biblia de las Américas lo traduce muy mal, lo traduce mejor la Biblia la reina Valera, que dice procurad lo bueno, procurad lo que es bueno o se puede traducir considerar de antemano. Un comentarista lo pone de esta manera. Procurad la buena reputación delante o en medio de la gente. O sea, algo que tienes que tú hacer es esto. La idea es esta. Planear por adelantado o calcular o elaborar estrategias de cómo responder con bien. No solamente no te las cobres, sino Busca, planea cómo le vas a mostrar bien a esa persona que te ofende. Esto es algo revolucionario. El amor de Cristo Jesús es un amor revolucionario. Solamente alguien nacido de nuevo puede responder de esta manera. Lo miramos en Cristo Jesús, a Él cual nos los bofetaban, Él que hacía. ¿Les respondía mal por mal? No. Después de que estaba en la cruz, a punto de dar su vida, ¿qué dijo? Padre, perdónalos. Mostrando, no solamente no pagues mal por mal, sino que procura que se mire, que mire la gente ese amor revolucionario de hacer el bien. Cuando nosotros nos enojamos, cuando nosotros reaccionamos espontáneamente y no pensamos y no consideramos qué hacer cuando alguien te ofende y dejamos que respondemos espontáneamente, casi siempre respondemos emocionalmente o instintivamente o no. Emocionalmente, luego, luego entra la vilis, el coraje, y nosotros respondemos emocionalmente, nunca tenemos cuidado de hacer lo bueno, sino que el pecado nos apodera y ¿qué hacemos? La regamos y la regamos feo. Ahora este es el problema, por eso Pablo dice esto, procura el bien ante todo el mundo. ¿Por qué? El mundo te está mirando a ti. El mundo te está mirando a ver tú cómo respondes cuando un mal se te hace. El mundo luego, luego está la expectativa a ver cómo responde, a ver le hicieron esto, a ver, a ver, quiero ver, quiero ver cómo responde. Pues Pablo aquí dice, y Jesús nos dice exactamente lo mismo, responde con bien. No pagues mal por mal, pero responde con bien. Es difícil. Entonces, ¿cómo aplicamos esto a nuestras vidas? Pues según de cómo lo Pablo aquí lo describe, es de que preparamos nuestro corazón con el amor de Cristo para cuando alguien nos haga mal, le paguemos de vuelta con bien. Es una preparación de antemano, es donde tú consideras y piensas y pesas las cosas y dices yo quiero mostrar el amor de Cristo aunque se me haga una ofensa. Yo quiero mostrarlo porque el mundo lo va a estar viendo. Preparas tu corazón, mi corazón con el amor de Cristo para que con sencillez demostremos el amor divino. ¿Y sabe qué? También estamos listos para cuando alguien nos haga mal, hacerles bien. El amor que Dios ha derramado en tu vida es un amor revolucionario. Es un amor divino. Es un amor no como el mundo ama. No es un amor como el mundo interpreta que es amor. El amor que Cristo nos manda, el amor que Pablo nos manda, el amor del Antiguo Testamento era amar al prójimo. ¿Sabe qué? Números 19 completamente dicen no a la venganza. ¿Qué hicieron los fariseos? Ellos se lo olvidaron de autonomio. 19. El Antiguo Testamento dice, ojo por ojo, diente por diente. Si alguien te lo hace, tú te lo cobras. El Antiguo Testamento también habla de amar al prójimo. Jesucristo no se inventó nada cuando Él dijo la ley y los profetas se pueden resumir en dos cosas y Jesucristo no se inventó nada nuevo. Él dijo amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas y eso está en el viejo y lo sabes que dijo Jesús y la otro es igual y también cita a a Levítico 19 y dice, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Jesucristo nunca introdujo nada nuevo. Él mostró la intención de lo que Dios quería en el Antiguo Testamento para el pueblo de Dios y aquí Pablo nos está mostrando exactamente lo mismo. Alguien te paga con mal, tú págale con un bien sincero el amor, tú devuélvele el amor de Cristo. El amor con el cual tú fuiste amado, si esa persona te ofende, tú muéstrale el mismo amor. La misma manera como Jesucristo amaría a esa persona, es la misma manera que debes de amarlo tú. O sea, no responder mal por mal, sino bien por mal. El mismo bien con el que Jesús respondería. Y es bien que se puede mirar. Es bien que se puede ver visiblemente. John MacArthur déjenme les cito lo que él dice acerca de esto. Él dice. Pablo está diciendo que premedites tu bondad. No te dejes atrapar desprevenido. La palabra bueno es la palabra Kalos. Visiblemente bueno quiere decir, exteriormente bueno, manifiestamente bueno, tangiblemente bueno. En otras palabras, cuando alguien realmente te hace mal, hazle bien. de una manera que Él pueda verlo y que sea visible. No es sólo un pensamiento, no es sólo una emoción privada, es un acto visible de bondad para que le devuelvas con algo bueno, algo amable, algo cortés. Es lo mismo que dice Jesús en Mateo 5.16, que dice también en ese Sermón del Monte, Cuando habla acerca de la luz y la sal de la tierra que tú debes ser a la gente allá afuera. ¿Qué es lo que dice Jesús? Así brille nuestra luz delante de los hombres para que vean. ¿Para que vean qué? Respuesta. ¿Cómo respondes? Cuando alguien te hace daño, cuando alguien te hace un mal, ¿cómo debes de responder? Jesús dice, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen ¿a quién? A Dios. ¿Por qué glorificarán a Dios? Porque mirarán el poder del Evangelio en tu vida. Mirarán que el Evangelio no es solamente buenas nuevas que las crees y quedas completamente igual. No. Son buenas nuevas que transforman el alma, transforman la mente. Es de una persona nacida de nuevo. Es una persona que tiene la habilidad de amar como Jesús amó. Jesucristo no nos mostró ni nos pidió algo imposible. Él nos mostró que nos amemos los unos a los otros. ¿Cómo? Así como Él nos amó. Así. Ahora, no lo puedo comprobar, pero estoy seguro de que este mismo escritor de esta carta, Pablo, fue impactado por alguien que en su último aliento mostró precisamente esto. Nunca pagues a nadie mal por mal, sino procura lo bueno delante de todos los hombres. ¿Recuerda a Esteban? ¿Sí recuerda a uno de los primeros mártires de la iglesia? ¿Sí recuerda a este diácono Esteban? ¿Quién estaba ahí? cuando apedrearon a Esteban. Pablo, Saulo, ¿qué hubiera mirado Pablo en este hombre? Porque Hechos nos dice, mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor y decía, Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y cayendo de rodillas, clamó a alta voz. O sea, ya venían las pedradas. Y él cayó de rodillas y clamó a alta voz. ¿Y qué dijo? Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Estoy seguro que Pablo tendría siempre vívidamente esa escena cuando él miró a un santo del Señor, le estaban haciendo daño. Esteban nunca había hecho nada malo, ni en su sermón dijo nada malo. Le pagaron mal como pagó Esteban. Señor, no les tomes en cuenta este pecado. No sabemos de los demás, pero sabemos de Pablo. Y estoy seguro porque Pablo siempre habla de que él era perseguidor y que él quería aplastar a la iglesia y de eso nunca se le quitaba la mente. Quizás él sufría de trauma de lo que él había hecho en su juventud y esto sería uno. Yo miré a un hombre que lo estábamos apedreando. Pues Pablo no, él estaba teniendo las chamarras, pero él estaba ahí y mismo hecho nos dice, Saulo estaba completo de acuerdo con su muerte. ¿Y cómo pagó Esteban? Bien, por mal. Entonces, ¿cómo podemos resumir todo esto y aplicar todo esto a nuestras vidas? Vamos a resumirlo mirando lo que Pablo dice en Efesios. Le voy a invitar que vaya conmigo en su Biblia en Efesios. Efesios 4, y con esto lo sellamos, lo resumimos y con esto terminamos. Efesios 4, mire cómo Pablo lo pone. en Efesios 4 dice empezamos en el 17 miren lo que dice esto digo pues y afirmo juntamente con el señor ya Pablo está dando la aplicación la exhortación a la iglesia Que ya no andéis como andan también los gentiles. Le está hablando a gentiles. ¿Sabías que la iglesia de Éfeso estaba llena de gentiles? Y Pablo les dice ya no anden como los gentiles. Ustedes ya no son gentiles. Ustedes ya son parte del olivo de Dios. Parte del olivo de Dios. Ustedes ya son parte del pueblo de Dios. Ya no anden como los gentiles en la vanidad de su mente. Entenebrecidos en su entendimiento. Ya no anden así. Excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. Y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con actidez toda clase de impurezas. Tú ya no debes de ser así. El Evangelio cambió algo en ti. El Evangelio te dio vida nueva y ya no debes de vivir tú así. Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera. Si tú eres creyente, tú no aprendiste a Jesús de esta manera. Tú lo aprendiste completamente distinto. Por eso le puse ahí, actuando como Jesús, siendo como Jesús. Tú no conociste a Jesús actuando de esta manera. Tú mira cómo lo conociste. Si en verdad lo oíste y habéis sido enseñados de Él, no de Pablo, no de mí, no de nadie, de Él, de Cristo, conforme a la verdad que hay en Jesús. En cuanto a vuestra, a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, el cual se corrumpe según los deseos engañosos. Y seáis renovados en el espíritu de vuestra mente. Ahí está otra vez esa palabra mente. El amor de Dios transforma la mente, transforma tus emociones, transforma tus reacciones también. Renovados por el espíritu de vuestra mente y os revistáis del nuevo hombre el cual en la semejanza de Dios ha sido creado. O sea, El nuevo hombre que tú tienes ahora en ti ha sido creado según la semejanza de Dios en la justicia y la santidad de la verdad. Por tanto, Dejando a un lado la falsedad, dejando a un lado las mentiras. Hablad la verdad con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. Ahí está otra vez esa ilusión que Pablo siempre tiene en mente del cuerpo de Cristo, de miembros unos con los otros, ya se dejen las mentiras. Y lo dice en el 26, airaos. Pero no pequéis. ¿Alguien te devuelve mal por mal? No quiero decir que no te duele, pero no debes de pecar en devolver mal, sino devolverles y pagarles con bien. No se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo. Una de las pocas veces que Pablo menciona al diablo, una de las pocas veces. No des oportunidad. ¿Alguien te ofende? Tú muéstrales el amor de Cristo. No des oportunidad al diablo. El que roba, no robe más, sino que más bien trabaje haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga que compartir con el que tiene necesidad. Y lo dice, no salga de vuestra boca ninguna palabra mala. ¿Alguien te ofende? No salga de tu boca una palabra mala. ¿Sabes que miramos la semana pasada? Tiene que salir una palabra ¿Cómo? ¡Buena! O sea, Pablo nos está explicando en palabras simples. Que salga una palabra buena, no salga una palabra mala, sino sólo lo que es bueno para edificar. Cuando tú bendices a tu hermano, tú lo estás edificando. Según la necesidad del momento para que imparte gracia, ¿a quién es? A todo el mundo que está escuchando. A todo el mundo que está escuchando. Va a mirar tu reacción. Por eso Pablo dice, nunca pagáis a nadie mal por mal, procura lo bueno delante de ¿quién? De todos, todo mundo te está mirando a ti. Tú tienes que salir de tu casa y no tanto en tu casa, sino que también dentro de tu casa tus hijos te están mirando a ti, tu esposa te está mirando a ti. ¿Y saben? Si eres de adeveras o si no mal estás tirando el cuento, tu esposa sabe. Tu esposa sabe, tus hijos saben si eres verdadero o no. No solamente allá afuera, pero cuando tú sales afuera, ten en cuenta de que también todo el mundo allá afuera te está mirando. Sabe que tú eres seguidor de Cristo y siempre van hasta los ojos puestos en ti. Entonces Pablo nos está enseñando cómo vivir, cómo reaccionar, cómo nosotros debemos de reaccionar como Jesús hubiera reaccionado. En el 30, y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios por el cual fuisteis sellados para el día de redención. Se ha quitado de vosotros ¿qué? Toda amargura. Hay hermanos que te van a ofender y quita de ti la amargura. Hay hermanos que te van a, te pueden hacer mal, te pueden hacer daño, ten eso en cuenta. Gente te puede fallar. ¿Sabes por qué? Porque es igual de pecadora como tú. Y si tú fallas, espera lo mismo de los demás. Pero ¿cómo debe de ser el Hijo de Dios? Quitando toda amargura. ¿Todo qué? Todo enojo. ¿Todo qué? Toda ira. ¿Toda qué? Todos gritos. ¿Todo qué? Toda maldicencia. Así como toda malicia. O sea, una cosa es de que no, pues alguien me ofende y yo muestro una santidad, pero por dentro ya los estoy matando por lo que me dijeron y ofendieron mi honor y me bajaron, me humillaron. Por dentro puedes tener una maquinación perversa, pero por fuera puedes poner la cara de santo. A lo que dice Toda maldicencia y toda malicia, pues sabes que la malicia no siempre se ve. La malicia la puedes esconder muy fácil. Como viven los hijos de Dios, poniendo todo eso a un lado. ¿Poniendo qué enfrente? El amor de Cristo enfrente. Porque mire como dice, sed más bien amables. unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros. Pablo, ¿qué dice Pedro? El amor cubre multitud de pecados. Eso es lo que tienes que tener tú por enfrente. No la malicia, no el enojo, no la ira, no los gritos, no la maldicencia, sino que la misericordia que tú recibiste de Dios es la misma que tú debes de impartir a los demás, aunque te ofendan. aunque se rían de ti aunque te critiquen de ti y sabes que puede ser aquí también en la iglesia no quiero que sea pero yo no te voy a garantizar de que dentro de la iglesia vas a vivir en los cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia ahí no estamos todavía cuando lleguemos al cielo ahí si te lo garantizo pero aquí entre hermanos sabes que te garantizo algún día alguien te va a fallar algún día alguien te va a ofender y sabes que Perdónalos, sea amable con ellos, bendícelos, dales con bien, ellos te pagan con mal, tú dales el bien, tú dales el amor de Cristo, sed más bien amables los unos con los otros, misericordiosos, perdonando los unos a los otros, así como también Dios os perdonó en Cristo, así, ¿cómo te perdonó Dios a ti? En una manera extravagante te perdonó Dios a ti. ¿Cómo debes de perdonar al que te ofende? De la misma manera, de la misma manera. Y después aparece un capítulo que cambia todo, pero sigue, es una carta, dice Pablo, sed imitadores de Dios. ¿Cómo qué? Como hijos amados. Entonces, ¿cómo debes de aplicar esto? a nadie devuelvas mal por mal sino procurad lo bueno delante de todos los hombres es un versículo pero lo puedes aplicar como alguien que ha sido redimido perdonado amado sobrenaturalmente amado con el amor de Dios sin límite Dios no le puso límite a su amor Tú no debes de poner límite al amor que Dios te dio a ti y debes de dárselo a tu prójimo. La vida cristiana es una vida supernatural, solamente hijos de Dios pueden vivirla. Tú no le puedes dar esto a un ateo o a un incrédulo, no tienen la capacidad espiritual para hacerlo pero nosotros que si la tenemos que hemos sido nacido de nuevo que confesamos a cristo y creemos en él y hemos sido justificados y vamos en un proceso de santificación esto es lo que se nos pide sabes por qué se nos pide no se nos pide la perfección pero se nos pide el deseo de ser imitadores de dios como hijos amados loremos padre te damos gracias Por Tu Palabra, Tu Palabra siempre nos refresca, nos instruye, nos incomoda, tiene muchas funciones Tu Palabra Señor y pido que a cada persona Señor, que Tú la pongas dentro de su corazón como cada persona la necesita. Necesitamos mucho de ti, necesitamos mucho de tu palabra para poder parecernos y ser imitadores de Dios como hijos amados. Ayúdanos, ayúdanos. Somos faltos, pero tenemos la esperanza de que tu Espíritu Santo obra, obra en nosotros. Produce estas buenas obras en nuestras vidas. Ayúdanos a ser ejemplos de Jesús al mundo que nos está viendo. Ayúdanos Señor. Lo único que nosotros podemos pedir es ayuda. Ayúdanos Señor. Bendice Tu Palabra. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.
Actuar como Jesús—según Romanos
Series El Evangelio según Romanos
Sermon ID | 22122327197969 |
Duration | 59:01 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 12:17 |
Language | Spanish |
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