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La carta de Pedro, primera carta del apóstol Pedro capítulo 1, versos 14 al 16 primera carta del apóstol Pedro capítulo 1, versos 14 al 16 Aquí encontramos, llamado a la santidad. Dice la palabra, Como hijos obedientes no os conforméis a los deseos que antes teníais, estando en vuestra ignorancia. Si no como aquel que os llamó es santo, se también vosotros santos. en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está, sed santos, porque yo soy santo." Oremos. Señor y Dios, nosotros nos acercamos a Ti ahora, en el contexto de Tu Palabra que vamos a proclamar y a escuchar, te pedimos que Tu Espíritu Santo tenga a bien bendecirnos a través de ella con toda gracia y con toda bendición espiritual. concédenos atesorar en nuestros corazones y sobre todo concédenos la disposición de corazón y de mente para obedecerla y vivir nuestras vidas según sus preceptos en la santidad que Tú requieres y demanda de nosotros. Queremos ser santos como Tú eres santo, pero si Tú no edificas la casa, en vano trabajan los edificadores. Por eso rogamos, Señor, que Tú tome Tu palabra y la aplique a nuestros corazones, concediéndonos entenderlas, asimilarlas y practicarlas. Bendícenos en esto, lo rogamos en el nombre de Jesús. Amén. Nosotros hemos estado viendo la santidad de una manera práctica. Estuvimos viendo la santidad con que deben de vivir los hombres y mujeres que son empleados, que trabajan, brindando su servicio a cambio de un sueldo. Y en esta mañana queremos tratar la santidad con que deben de vivir los empresarios, comerciantes y todo quien tenga un negocio. La santidad, como decíamos, no es un concepto abstracto, es un concepto práctico, vivencial. que cada ser humano está llamado a experimentar como fruto de haber sido perdonado a sus pecados, pero también como fruto de la presencia del Espíritu Santo morando en su corazón. Y en términos aún más prácticos, la santidad es un concepto práctico que experimenta el creyente como fruto de conocer la Palabra de Dios y de aplicarla a su vida, a su diario vivir. en los diferentes departamentos de su vida. Señalamos que los trabajadores cristianos hacen visible el cristianismo y la santidad de sus vidas por la belleza de sus vidas productivas. La belleza de su vida productiva hace patente, tangible, evidente la santidad con que ellos viven. Un empleado cristiano hace patente visible, conocible la santidad por la destreza con que trabaja, siendo fieles al desempeño de sus funciones. También señalábamos que la santidad ha de ser identificada en un empleado por la abnegación con que se desempeña y realiza su trabajo. La santidad de un empleado también puede ser identificada por el amor con que se entrega en cuerpo y en alma a realizar el trabajo. También decíamos que la santidad de un empleado se puede identificar por el entusiasmo que pone al realizar la tarea. El empleado cristiano También se puede identificar en su vida santa por la fidelidad, la rectitud y el apego a los principios que dirigen esa empresa o negocio. En esos principios generales podemos identificar si un empleado es un hombre o mujer, santo, santa. pero la santidad laboral no solamente es cosa de empleados también es cosa de patrones o empleadores de todo tipo y de toda especie Efesios capítulo 6 versículo 9 nos dice y vosotros amos y ponga aquí en lugar de amos empleadores porque ya no existe la esclavitud ya no hay esclavos y amos, hay patrones y empleados o empleadores, y vosotros patronos, hacé con ellos lo mismo, o sea, con vuestros empleados, dejándolas amenazas, porque sabéis que el mismo Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay distinción de personas delante de Él. La actitud de un patrón debe ser tan santa como la actitud de los trabajadores. Eso es lo que, en simples palabras, el apóstol Pablo le está sugiriendo a los patronos. Los patronos, al igual que los obreros, deben tener como meta obedecer y agradar al Señor, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. Ese es el fin por el cual ser santo como empleado, ese es el fin por el cual ser santo como patrono, para que en todo podamos agradar o honrar, adornar la doctrina de nuestro Salvador que profesamos creer la meta suprema de un empresario, comerciante, agricultor, presidente de compañía, administrador, de cualquier negocio o empresa, ha de ser hacer la voluntad de Dios en el trato con Sus empleados, mostrándose delante de ellos semejante a Cristo en todo lo que Él hace para buscar y promover el bienestar de sus empleados. El empresario y patrón cristiano tomará sus decisiones basándose en las normas divinas de la justicia, de la rectitud, de la verdad y de la honestidad, conforme a la voluntad de su Padre Celestial. Por eso su trato con sus empleados estará siempre motivado y encaminado a buscar y a promover el bienestar y la prosperidad de ellos, la seguridad y el bienestar de esos hombres y mujeres que están allí sirviéndole por un sueldo. Todo patrón debe de tomar en cuenta estos principios porque es la regla de equidad con la cual Dios demanda que traten a sus empleados en el marco de sus relaciones patronos, obreros. Ese patrón o esa patrona es un hombre santo, una mujer santa, un hombre santo, si trata con dignidad y respeto a sus empleados, porque ellos como sus propios patronos viven para servirle al Señor en primera instancia. Note que Pablo nos dice hacer con ello lo mismo. O sea, los patronos deben hacer lo mismo con sus empleados que Dios le demanda a los empleados que hagan con sus patronos. La misma norma de santidad que Dios le demanda a los obreros, a los empleados, también se la demanda a los patronos. Así como tus empleados se sujetan a ti en todo para cumplir con sus deberes, así también tú debes sujetarte a las leyes laborales y a los términos del contrato para cumplir con tus compromisos y con tus promesas. Eso es lo que Dios espera de un empleador. Así como ellos son complacientes para hacer sus trabajos, también los empleadores deben ser complacientes para brindarle a sus empleados un clima laboral donde se reconocen sus méritos y se respetan sus derechos, al pie de la letra. Un patrón santo no debe abusar de su autoridad y posición. Dice Pablo dejando las amenazas, porque sabéis que el mismo Señor de ellos y vuestro está en los cielos y que no hay distinción de personas delante de Él. Ninguna relación humana, ninguna relación humana es piadosa si se basa en las amenazas, en infundir temor y miedo para lograr objetivos, te voy a votar si tú no me haces esto o aquello como muchas veces sucede dice alguien el patrón santo se caracteriza porque hace uso mínimo de su autoridad y poder se asciende de hacer alarde de su poder y no le impone a la fuerza sobre aquellos que están bajo su supervisión Nunca es abusivo ni desconsiderado. Se da cuenta de que su propia autoridad, aunque es dada por Dios, tiene un carácter estrictamente funcional y temporal. Sabe que Él y Sus trabajadores por igual están bajo la autoridad suprema de Dios, que es el Señor de ellos y Suyo, quien no está en la tierra sino en los cielos. El patrón cristiano fiel sabe que es un consiervo de Jesucristo al lado de Sus empleados, y rinde cuenta al mismo Amo y Señor." Él es consciente de eso. Termina la cita. Un empleado cristiano, en otras Aun el más insignificante en la empresa, por ejemplo, el conserje, tiene la misma dignidad delante de Dios que el más encopetado de los empresarios, no importa los millones que tenga en su cuenta bancaria. Un conserje a los ojos de Dios es de la misma dignidad del patrón o jefe que lo contrató. Y en ese tenor Dios no hará acepción de persona. Si el conserje peca, Dios le aplicará la disciplina correctiva necesaria, lo mismo que si el patrón peca, también Dios le aplicará la misma medida de disciplina correctiva conforme a la grandeza y malignidad de su pecado. Si el conserje peca violando las leyes laborales, tendrá su disciplina. Y si el patrón peca violando las mismas leyes laborales, también tendrá su misma medicina, porque Dios no hace acepción de persona. En Él no hay favoritismo, no hay vacas sagradas, no hay intocables. No es que a ese no, porque a ese Dios lo respeta, porque él es el jefe. Pero le está chupando la sangre al empleado. Pero Dios a él le tiene su plato aparte porque él es el jefe, él es intocable. A muchos Dios les ha quitado la fortuna de la mano. Por violadores de los principios establecido por Dios para regular la relación obrero-patrón, patrón-obrero, y guardar el negocio y la empresa como una extensión del reino de Dios aquí en la tierra. En hecho, capítulo 10, verso 34, nos dice Pedro, de veras me doy cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que en toda nación le es acepto el que le teme y obra en justicia. La santidad de un patrón se puede ver cuando éste aplica la fórmula de los reformadores. Al trabajar y al administrar su negocio, todo empleado, lo mismo que todo patrón, debe de aplicar esta fórmula, y en su aplicación e implementación está ligado la prosperidad de esa empresa, de ese negocio que Dios ha puesto en su mano. trabaja todo lo que puedas, invierte todo lo que puedas, ahorra todo lo que puedas y da todo lo que puedas. Todo empresario debe de agarrar e implementar esa filosofía bíblica del trabajo. Si has de ser un patrón santo, Necesitamos hombres que de acuerdo a sus capacidades y posibilidades se conviertan en micro, mediano y grandes empresarios. Porque sus negocios y empresa no son otra cosa sino que ministerios del reino de Dios, y por día de consecuencia ministerios de iglesia bíblica de la Trinidad. Y, hermanos, este es un principio que me gustaría que ustedes colocaran en sus corazones y que fijaran allí, en sus mentes. Todo negocio, toda empresa, todo comercio, toda actividad económica frutífera, debe de ser vista como una extensión o aplicación del reino de Dios aquí en la tierra. Y como consecuencia de eso, un ministerio de la iglesia local, el agente divino para administrar la gracia de Dios, que ha de ser aplicada en todos los departamentos de la vida, incluyendo la vida laboral, la vida productiva, la vida económica, en todos sus aspectos, conforme a la justicia, la verdad y la razón, según la Biblia. Al convertirte, no sólo tu alma cambió de dueño, sino también tu negocio y demás posiciones o posesiones materiales. Eso es lo que nos enseña Hechos 4, 34 al 37, donde vemos que lo que se convertían, ¿qué hacían esta gente? Vendían sus propiedades y las llevaban a los pies de los apóstoles para que las mismas fuesen administrada por los apóstoles para satisfacer las necesidades puntuales que los santos tenían en esos momentos. Sin embargo, en el día de hoy tú no tienes que vender tus propiedades, tú no tienes que vender tu negocio para traerlo a la iglesia como una ofrenda. para que los diáconos la administren. No. Hoy tú no tienes que hacer eso. Hoy la dejamos en tus manos. Dejamos ese negocio para que tú lo administres. Lo dejamos para que tú lo cuides, para que tú lo protejas y para que tú lo prosperes. Trabajando todo lo que pueda, ahorrando todo lo que pueda, invirtiendo todo lo que pueda y dando todo lo que pueda. Tú eres el responsable de hacer de eso un ente de bien para ti y un ente de bien para todo aquel que está bajo tu sombrilla laboral en la empresa y en el negocio. Tú debes, en consecuencia, siendo tu negocio ahora un departamento de la iglesia de Cristo, un ministerio de la iglesia del Señor Jesucristo, administrar ese tu negocio, que es el negocio del Señor, del cual tú has sido hecho administrador, es tu deber administrar ese negocio según los principios de la administración de empresa, pero también según los principios de la contabilidad y la economía. ¿Con qué finalidad? Para hacer tu negocio una empresa rentable, que es lo que Dios espera que suceda. Si alguien te pregunta, ¿tú tienes algún ministerio en la iglesia? ¿Qué tú le responderías? ¿Qué tú le responderías? No, yo no hago nada en la iglesia. Esa es una respuesta equivocada. Tu negocio, tu trabajo, tu empresa, tu oficio, tu profesión, es un ministerio en la iglesia local. Allí debe de brillar la gracia de Dios en la realización de ese trabajo, de esa obra o de ese servicio que tú brinda para promover el bien de los demás y naturalmente a cambio de una remuneración para ganarte tu comida con el sudor de tu frente. Ese es el plan de Dios. y esa es la voluntad de Dios. Tu respuesta debe de ser mi negocio es un ministerio de la iglesia y ahí yo uso ocho o diez horas diarias trabajando con fidelidad para producir para producir conforme a los dones y talentos que Dios me has dado por gracia para prosperar, mi vida familiar, para prosperar a aquellos que son mis empleados, mis obreros, a quienes yo les pago un sueldo para ese fin. Por eso, mi hermano, es tu deber y responsabilidad trabajar y administrar con fidelidad tu oficio, tu oficina, tu negocio, tu empresa, tu empleo. ¿Por qué? Porque son ministerios del Señor Jesucristo para bendecirte a ti y para bendecir a los empleados que tú contrataste para que trabajen para ti. Por eso tú debes trabajar para el Señor en tu negocio o empresa, todo lo que puedas. Tú debes trabajar para el Señor en tu negocio, el tiempo requerido y necesario para echar hacia adelante ese negocio y esa empresa. empleando todas tus capacidades y recursos para hacer de eso una realidad y un bien para muchos. Y un bien para muchos. Por eso nos asegura Proverbio 10.4, la mano negligente empobrece, pero la mano de los diligentes, ¿qué? Enriquece. Enriquece. prosperará. Proverbio 13, 4. El alma del perezoso desea y nada alcanza, pero el alma de los diligentes será prosperada. Capítulo 12, verso 24 de Proverbio. La mano de los dirigentes gobernará, pero la de los negligentes será tributaria. Capítulo 21, versículo 5. Los proyectos del diligente resultarán en abundancia, pero todo, todo apresurado va a parar en la escasez. Queremos ver hombres y mujeres, santos, en esta iglesia que prosperan en virtud de creerle a Dios y de aplicar los principios de la buena administración en sus negocios. Es lo que Dios espera de un comerciante, de un empresario, sea ese micro, mediano o macro empresario. Dios espera eso. Eso fue lo que Juan deseó a Gallo. Juan deseaba que Gallo prosperara, su alma así como prosperaban sus negocios. Tercera de Juan, versículo 2, amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud así como prospera tu alma. Hermanos, Dios espera que haya prosperidad material, así como hay prosperidad espiritual. Así como prospera nuestra alma en el amor a Dios, también debe de prosperar en nuestro amor al trabajo. Así como prospera nuestra alma en la diligencia, en el uso continuo de los medios públicos y privados de gracia, también Dios espera que nos esmeremos en la preparación académica, social, para ser más eficiente y productivo en otros negocios. Para eso Dios nos dio la cabeza. No para que la tengamos ciosa, sino para que seamos diligentes en la preparación, en nuestra preparación para ser útiles y productivos. Eso es parte de la santidad del creyente. Eso es parte del carácter del creyente. El Salmo 1 nos dice una tremenda promesa para el hombre y la mujer santos. Dice allí que para el santo que no anda según el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en silla de los burladores, para esos, Dios promete en el versículo 3, que será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará. Hermanos, eso es para los santos. ¿Cómo podemos identificar a un santo según el Salmo 1? Por las hojas, por las hojas que no se demaduran, siempre están verdecitos y llenos de savia, pero también por la frutificación, por los frutos, Todo lo que hace prosperará. ¿Y por qué prospera todo lo que hace? Por lo que precede. Por lo que precede. ¿Y qué es lo que precede? ¿Cuál es el contexto? Según el pasaje que hemos visto. No anda según el consejo de los impíos. No se detiene en el camino de los pecadores. no se sienta en silla de burladores. ¿Y qué es eso en la práctica? Santidad. Eso es santidad. ¿Y cómo se hace evidente esa santidad? Por el follaje, por el follaje y los frutos que produce ese follaje de santidad en su vida cotidiana. Por eso será un hombre de negocio bienaventurado, porque, entre otras cosas, sus necesidades estarán satisfechas. Sus necesidades temporales estarán satisfechas, ¿por qué? Porque da su fruto en su tiempo, y todo en sus caminos son prosperidad. todos los hechos que acompañan en su caminar son prosperidad, son prosperado por la gracia de Dios, por eso es bienaventurado, por eso es dichoso y feliz. La santidad produce progreso y adelanto, y adelanto en los bienes espirituales y naturalmente en los bienes materiales. Hermano, ¿cuáles son las metas que deben de promover el corazón y la vida de un empresario cristiano, sea este micro, mediano o un macroempresario? ¿Cuáles son las metas básicas que deben de promover en el creyente empresario cristiano la prosperidad? de su negocio. ¿Cuáles son las metas que deben tener los empresarios delante de sus ojos? Para trabajar todo lo que puedan, para ahorrar todo lo que puedan, para invertir todo lo que puedan y para dar todo lo que puedan. ¿Cuáles son las metas? Ciertamente, hermanos, Para poder echar hacia adelante un negocio o una empresa se requieren metas de fe, metas de fe, proyectos de fe, planes de fe, elaborados y calculados partiendo de la realidad que se tiene y sobre todo partiendo de las promesas grandiosas y gloriosas que nos da Dios en su santa y bendita palabra. Porque hay promesas allí. Si dicen hermanos que no estamos de acuerdo, porque entendemos que son antibíblicas y herécticas, la mayoría de la doctrina llamada de la prosperidad, porque su motivación es diabólica, sin embargo, No deja de ser cierto, hermano, que la Biblia promete, promete y asegura en su palabra que la mano del diligente será prosperado de tapa a tapa suelta en la Escritura. Es una promesa bíblica de pieza a cabeza y en ese tenor todo creyente tiene el deber y el derecho de hacer metas de fe para prosperar en su negocio, de hacer metas de fe para prosperar en su empleo, para prosperar en su preparación académica, todo lo que tiene que hacer metas de fe, planes de fe, proyectos de fe para crecer y prosperar, y Dios espera que eso sea así, que usted no sea un mediocre que se queda allí 30 años, como Israel en el desierto dando vuelta allí sin llegar a ningún sitio. Eso no honra a Dios, ni glorifica a Dios tampoco. Eso no es verdad. No somos partidarios de ese conformismo enfermizo que se basa, entre otras cosas, más que nada, en el animismo y el fatalismo del cual estamos muy afectados generalmente. Yo soy pobre, Siempre seré pobre y nada podré hacer para cambiar mi estado de pobreza. Ese es el lema del fatalismo y del animismo también. Son casi gemelos. Yo he sido pobre, soy pobre y siempre seré pobre y nada podré hacer para cambiar las circunstancias de mi pobreza. Eso es verdad, hermano. Eso es una mentira diabólica. ¡Diabólica! La pobreza comienza aquí, en la mente, en lo que se cree. Y la prueba de eso, para mí más fehaciente, está en el hecho de que Dios le prometió a Israel una tierra donde fluía leche y miel. Y no fue en el corazón de la Amazona, Hay abundancia de agua, abundancia de árboles, abundancia de tierra fértil. No fue la tierra mocana la que le prometieron a ellos, para un poquito más cerca. Porque ahí en esa tierra de moca usted siembra lo que sea, donde sea, y eso sale de ahí una tremenda mata llena de frutos. Mano, fue un desierto. ¿Dónde estaba la miel y la leche en un desierto? Eso es cierto de Palestina. Que no se da ni la maldición, como dicen la gente. ¿Dónde estaba la leche y la miel? ¿Dónde? En lo que ellos creían. En el Dios en quien ellos creían. Ahí estaba la leche y la miel. Que les capacitaría para sacarle miel al desierto. Para sacarle leche al desierto. En Cristo somos poderosos creadores y obradores de maravilla. ¿Por qué? Porque podemos sacarle miel al desierto y podemos sacarle leche a la vaca del desierto. Por eso somos poderosos creadores y obradores de maravilla. Es difícil negociar en estos tiempos, muy difícil. muy difícil en estos tiempos ser empresario y sobre todo santo no es un maíz no es fácil es complejo y difícil porque la sociedad está diseñada y basada en la mentira en el error y en el engaño y es difícil nadar contra la corriente pero mis amados hermanos fue aquí donde nos pusieron a nosotros en el desierto y hemos de creerle a Dios que en ese desierto Él nos dará la capacidad de producir leche y de producir miel, ahí en el desierto. Amados hermanos, necesitamos esa clase de hombres y mujeres que le creen a Dios, que le creen a Dios y basado en su relación con Dios Desafían el desierto, desafían la inhospitalidad del terreno, creyéndole a Dios que Él puede cambiar las circunstancias, no importa lo desértico que sea el terreno, Él puede mandar lluvia al desierto, para poner el desierto a producir vegetales en abundancia, para su gloria y tu bienestar. Hermanos, ¿cómo podemos servir a Dios por medio del negocio de la empresa o del empleo? Primero que nada financiando la obra de Dios. La proclamación del Evangelio tiene un costo y la Biblia dice que debemos de honrar a Dios con las primicias de nuestros frutos en la cosecha. Provecho capítulo 3, versículo 9, nos enseña tal cosa. Los hombres de Dios de negocio le sirven a Dios financiando la obra de Dios a través de la frutificación con que sus negocios son prosperados. Yo recuerdo que este edificio donde estamos ahora fue el fruto de la bendición del Señor sobre dos o tres hermanos en su vida económica y financiera. Y esos hermanos por la abundancia de sus ofrendas hicieron posible que adquiriéramos este terreno y el edificio donde estamos. Fueron fieles y fueron fructíferos en sus negocios, en sus empresas, en sus labores económicas. Y de esa manera financiaron con sus recursos las demandas económicas que se requerían para hacer posible que tuviésemos este local. Porque tiene un costo la obra de Dios. ¿Sabe por cuánto anda la obra, el costo de esta iglesia? ¿Por más de cien mil pesos mensuales? ¿Por más de cien mil pesos mensuales anda el costo de esta iglesia? Y van a salir nuevos hijos del pato del antepajo. Usted cree que le gana para pagar esto? O de lo mío? Yo soy más barata que él todavía. Hermano, esto sale de los bolsillos suyos. Dios espera que así sea. Para eso le prospere y le bendice. para que usted tenga todo lo suficiente y necesario para satisfacer sus necesidades familiares y adorarle a Él a través de sus diezmos y ofrenda de la empresa, del negocio, del empleo que Él ha puesto en tus manos y Él espera que eso prospere ¿sabe para qué? para que también así prosperen tus ofrendas queremos un edificio más grande son los americanos que van a venir a construírnoslo que se creen? son los americanos? no hermanos, no se junte somos nosotros y yo estoy orando para que Dios aquí prospere, los negocios los negocios de los cuales saldrán esos recursos porque no van a salir del aire ustedes que van a salir del aire, las hojas se van a convertir en papeletas Esa mata está llena de hojas, y de repente ahí está... ¡Wow! Día cien cada uno, de dos mil cada hoja. ¡Milagro de Dios! ¿Usted cree que es así que van a salir las hojas? No hermano, no es ahí, no se van a convertir en papeletas las hojas de esa mata que están ahí adelante. Es el trabajo, del sudor nuestro donde va a salir eso. Y yo creo que saldrá. Así como salió este edificio la primera vez, seguirán saliendo más edificios, todos los que sean necesarios. Pues yo no cuento con los recursos tuyos, con los del Señor. Que los pondrá en tus manos para que tú los administres y seas fiel. Le servimos a Dios en la empresa o en el negocio cuando usamos esa empresa o negocio como un medio para disipular a otros. Mucha de la gente de aquí, muchos de los clientes que hay aquí hoy en día son el fruto de la fidelidad de hermanos y hermanas con negocios y allí sus negocios han predicado el Evangelio a sus empleados y esos empleados han respondido al llamado del Señor Jesucristo. De modo que el negocio, la empresa, es un lugar extraordinario que se puede usar con mucha libertad para llevar a cabo el trabajo de predicar el Evangelio, mis amados hermanos. Con ese fin también debemos de ver el negocio como un medio para predicar el Evangelio a los perdidos que están sin Cristo. También le servimos a Dios en la empresa o el negocio cuando lo usamos para ayudar a satisfacer las necesidades de otros, en lo particular de nuestros empleados. Tanto los familiares del patrón como los familiares de los empleados tienen necesidades. Y los negocios, hermanos, son medio que Dios ha dado al hombre para llenar esas necesidades. Por eso, nos dice 1 Timoteo 5.8, si alguno no tiene cuidado de los suyos y especialmente de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. Dios espera que trabajemos y ganemos lo suficiente para satisfacer todas y cada una de las necesidades de aquellos que están bajo nuestra sombrilla familiar. Santiago 5-4 dice, aquí clama el jornal de los obreros que cegaron vuestros campos, el que fraudulentamente ha sido retenido por vosotros y a quien le habla Santiago aquí? a los empresarios tacaños que se hacen rico a cotillas de quienes? de los empleados que con su terfugio le quitan esos pocos cheles que se ganan o le pagan muy poco conforme al mercado que hay en lo laboral. Un empleado debe de ganar lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia. Y el empleador debe tomar en cuenta esa realidad, porque eso es lo que Dios espera. Que cada persona satisfaga sus necesidades familiares, y el empleador debe de saber eso que con tres mil pesos, que eso es una de las cosas horribles que pasa en la sociedad. ¿Cuánto gana un policía? Cuatro mil ochocientos pesos. Eso gana un policía que está allá en el rollo medio, en agua. cuatro mil ochocientos pesos y le decuentan casi cuatrocientos de seguro, de que se yo quien, de que se yo cuanto casi cuatrocientos le decuentan en cuanto le quede el sueldo cuatro mil quinientos hermanos cree usted que un hombre de familia, padre de familia con cuatro mil quinientos pesos va a pagar una casa comprar comida, pagar luz, pagar teléfono. ¿Usted cree que con eso lo va a hacer? ¿Qué usted cree? ¿Está bueno poner al jefe de la policía a vivir con los 4.500? A ver si es bueno. ¿Poner al jefe de la policía a vivir con 4.500? A ver si se le da pela. ¿Y así quieren que esos hombres sean? al favor. Esas son de las incongruencias sociales que tenemos. Cada empleador debe tomar en cuenta las necesidades de sus empleados, sus gastos, pero también sus capacidades para que pueda En base a eso, dale un sueldo justo, hermano. Dios espera de cada empresario una vida santa. Y esa santidad, mis hermanos, está establecida en la Biblia como la base o plataforma donde el hombre de Dios, la mujer de Dios empresaria ha de crecer en su negocio y en su empresa capítulo 11, verso 24 del proverbio dice hay quienes reparten y les es añadido más y hay quienes retienen indebidamente sólo para acabar en la escasez y eso es interesante lo que ese proverbio nos dice a nosotros. Mis amados hermanos, un empresario santo se caracterizará porque trata bien, no solamente a sus empleados, sino también a sus clientes, a sus clientes. Trata bien a sus clientes. Cuando la gente descubre que usted no lo engaña en el que les brinda, en el trabajo que le hace. ¿Qué hace la gente? Generalmente, que tomará su tarjeta, y cada vez que tiene un trabajo, ¿a quién llama? A usted. ¿Por qué? Porque usted le garantiza sus intereses, le garantiza su bienestar, y le garantiza, sobre todo, lo chelito. Tiene una garantía para él, por eso lo buscará a usted y no a otro. Cuando sucede lo contrario, cuando usted se da a conocer como un engañador y mentiroso en los negocios, hay que usted engaña, lo engaña una vez, pero eso se ocupa de se ocupa de decirle a todos sus vecinos y a todos sus amigos y a todas sus familias, mira por ahí no vaya, porque eso es un ladronazo, es una ladronaza. Me escogió tanto, me estafó con tanto, me faltó en esto, en aquello, en lo otro, me prometió que iba a entregar en tres días y estuve tres meses atrás de él, pidiéndole y rogándole que me entregara el trabajo y nunca terminaba. Hay quienes tienen la mala costumbre de, sin tener la capacidad productiva, cogerle, sobre todo en el caso de talleres, cogerle trabajo a 10 gente, pero no tienen la capacidad de producirle a uno. Le cogen a 10 y a los 10 le cogen dinero. Y entonces se enredan de tal manera, que los 10 terminan enemistado con esa persona. Y hermanos, eso es letal para todo negocio, eso es terriblemente mortal para todo negocio. Por eso encontramos tanta gente por ahí pasando trabajo, ¿saben por qué? Y son buenos técnicos, son excelentes técnicos, pero están por ahí pasando hambre, porque han enredado a tanta gente que ya nadie los busca nadie los busca ni le da nada que hacer porque óigame es difícil bregar con esta gente porque muchas veces usted le da dinero de buena fe y termina con esta persona convertido en que? en un tremendo enemigo en un terrible enemigo porque se quedan con su trabajo se quedan con su cuarto Y aparte de eso, todo el tiempo que usted tuvo que estar detrás de esa persona llamándole por teléfono, yendo al taller, yendo al negocio. Óigame, eso es terrible. Mala, mala sangre que usted coge. Que cualquiera lo coge y lo ahorca. Terrible. Hermanos, en un micro, mediano, o gran empresario cristiano. Eso no debe de ser. Eso no debe de ser. Eso no debe de suceder. Un empresario cristiano es alguien que velará por los intereses de su cliente, es alguien que le cobrará un precio justo a su cliente es alguien que le entregará la mercancía en el tiempo indicado a su cliente. Ese es un empresario santo. Con ese tipo de gente se puede negociar y tratar. ¿Sí o no? Es alguien confiable y respetuoso. Por eso le hacen cola. para comprarle a él, para que él sea quien le trabaje. Y hermano, por ejemplo, en estos tiempos donde hay tanto engaño y tanta estafa, de cuanto valore la integridad en el negocio y en el trabajo que tú haces, sobre todo cuando tú eres un técnico, hay montones de talleres de mecánica por ejemplo, por poner un ejemplo que usted lleva su vehículo para que le pongan una pieza original según el fabricante y a usted le cobran los cuartos como si fuera una pieza original y le ponen una carabelita hecha en China y al mes su vehículo anda por ahí, peor, porque le quitaron la original y le pusieron una basura, entonces está peor. Eso es algo calamitoso realmente, eso es algo calamitoso y de eso está plagada la sociedad. Ahora cuando un técnico se hace de fama por su seriedad, ¿qué sucede generalmente? que mientras todo el mundo por ahí está halando aire, abostezando, porque está con la mano inerte, porque no hay nada que hacer, a él le hacen cola. A él le hacen cola para esperar que le vea su vehículo. Hermanos, eso es santidad en la práctica. Eso es santidad en la práctica y la santidad produce frutos. frutos agradables, frutos de bienestar, frutos que promueven vuestro crecimiento económico en su negocio y en su empresa. ¿Cuál es el lema del comercio generalmente? Vende lo peor en la menor cantidad y al mayor precio. Ese es el lema. Ese es el lema del comercio. Vende lo peor en la menor cantidad y al mayor precio. ¿Cómo se llama eso? Robo, estafa, engaño. Hermano, ¿y qué sucede con un cliente a quien usted le vende lo peor, en la menor cantidad y al mayor precio? ¿Qué sucede con ese cliente suyo? No. No volverá por ahí ni de visita. Y le comenzará a hacer campaña negativa a su negocio. Ahora, un empleado, un empresario santo, ¿qué hará? ¿Cuál será su lema? Da lo mejor que pueda, en la mayor cantidad posible, al mejor precio posible. La mejor calidad, en la mayor cantidad, al mejor precio posible. Así piensa un empresario cristiano, con la mente de Cristo. Y hermanos, esa matemática divina de seguro que atraerá la sonrisa de la aprobación de Dios primero, y segundo, atraerá a los clientes para buscar la mejor calidad con la mayor cantidad, con el mejor precio del mercado. No se deje engañar haciendo lo contrario. no te dejes engañar el diablo haciendo lo contrario si deseas prosperar en tu negocio recuerda trabaja todo lo que puedas ahorra todo lo que puedas invierte todo lo que puedas y da todo lo que puedas brindándole al cliente que cosa la mejor calidad la mayor cantidad al mejor precio. Hermanos, para el negocio esa es una propaganda que dará frutos, y para tus bolsillos eso será una propaganda que multiplicará tu cementera. Que Dios nos haga hombres y mujeres empresarios santos. que viven para la gloria de Dios y promover el reino de Dios en nuestros negocios o a través de nuestros negocios, empleos, talleres, sea cual sea nuestra actividad económica. Queremos ver aquí hombres y mujeres de negocios que se levanten con esos principios para convertir el desierto en una vaca que produce leche. en un barril que produce miel. La miel del bienestar material, la leche de una vida abundante y próspera para nuestro bienestar, la familia y la expansión del reino de Dios. Para eso, hermano, queremos ver aquí empresarios para que busquen ese fin, para que busquen ese objetivo, para la gloria de Dios. Oremos. Te damos gracias, oh Dios, por Tu Palabra que hemos traído en esta hora. Permítenos, Señor, ser esos santos, esas santas que Tú demandas que seamos en la vida económica comercial. Prospéranos en ellos, Señor, y ayúdanos a ser fieles en esta obra de ser mayordomos de los recursos y bienes que tú pones en nuestras manos. Pues lo rogamos y suplicamos, oh Dios, en el nombre de Jesús. Amén.
Empresarios llamados a santidad
Series Vivir en santidad
Un llamado a los negociantes, empresarios a vivir en santidad
Sermon ID | 221142019334 |
Duration | 1:00:58 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Peter 1:13-16 |
Language | Spanish |
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