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Bien, mi hermanos, vamos a estar de pie, vamos a orar, presentándonos delante de Dios en este día, dándole las gracias al Señor, porque Él nos da la oportunidad de nosotros estar acá en su casa para así aprender de su Palabra, para así ser expuestos a su Palabra, comenzando con lo que es la Escuela Dominical y luego el Pulto. Oremos a Dios. Padre Bodo y Dios, Tú que mueras en la Sanctura de los Cielos en esta mañana, te damos a Ti las gracias porque una vez más Tú nos das la oportunidad a nosotros, Tus hijos, de venir a este lugar que hemos organizado que hemos preparado como un punto donde nos congregamos, donde nos reunimos para estar en tu presencia, para inscribir en tu templo, para ser expuestos a tu palabra, para que tú hables a nuestros corazones a través de la predicación fiel de tu santa palabra. ponemos en tus manos este día señor, ponemos en tus manos este tiempo, esta mañana para que tú de una manera especial te estés glorificando en los corazones que hemos de estar haciendo acto de presencia acá y que este tiempo sea un tiempo aprovechado al máximo donde podamos prestar la debida atención a lo que es Tu Palabra, ya sea orada, leída, cantada y predicada, y que al salir de aquí, oh Dios, podamos testificar de que Tu Presencia ha estado en medio nuestro y que real y efectivamente Tú has hablado nuestras vidas. Por esta razón te pedimos que seas Tú quien tomes el control absoluto de todo lo que hemos de hacer, Señor. Nosotros somos barro, Tú eres el alfarero. Haz de nosotros, oh Dios, conforme a Tus riquezas en gloria y danos la forma que hacía a Ti bien de placer hacer de nosotros. Esto te lo pedimos, Padre, en el nombre de Jesús. Amén y Amén y Amén. En esta mañana, buenas tardes, nosotros tenemos el capítulo catorce del libro Los Atributos de Dios, que lleva por título La Misericordia de Dios. La Misericordia de Dios. El Salmo 136.1, este Salmo nos muestra este aspecto, como dice el autor, de la perfección divina, de su divino carácter. Salmo 136, 1 nos dice de la siguiente forma. Den gracias al Señor porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia. Dios merece mucha alabanza, mis hermanos, por esta como dice el autor, por lo que repito, es la perfección de su divino carácter. El salmista exhorta a los santos tres veces en otros tantos versículos a dar gracias a Dios por este adorable atributo, este precioso atributo. Y en verdad esto es lo menos que puede pedirse a quienes hemos sido beneficiados tan libremente de este carácter de Dios, de este atributo divino como somos nosotros sus hijos. Entonces, cuando nosotros consideramos este las características de este atributo divino, no nos debería de quedar otra opción que tan sólo bendecir su nombre, que tan sólo exaltar su nombre. Nosotros leemos en muchos pasajes de las Escrituras acerca de la misericordia de Dios. Por ejemplo, en Primera de Reyes, capítulo 3, verso 6, este pasaje nos dice que su misericordia es grande, El Salmo 119, 156 nos dice que su misericordia es mucha, el Salmo 103, 17 dice que desde la eternidad y hasta la eternidad su misericordia es sobre los que le deben. También, como dice el Salmista, nosotros podríamos alabar al Señor y decir juntamente con el Salmista, alabaré de mañana tu misericordia. Eso lo dice el Salmista en el Salmo 59, verso 16. Hay un pasaje bíblico que se encuentra en Éxodo capítulo 33, verso 19, que nos habla Acerca de esto, tiene unas palabras para nosotros. Éxodo, capítulo 33, verso 19, nos dice de la siguiente forma. Éxodo 33, 19, dice de la siguiente forma, y el Señor respondió Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti. Tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión. ¿Qué nosotros vemos ahí? ¿Qué nosotros podemos aprender de eso? Sencillamente ese es un acto de la soberanía de Dios. El Dios decidir tener misericordia de quien Él quiera tener misericordia es un acto de soberanía de Dios. Tenemos que aprender que Dios es soberano en todos sus actos. Él no está influenciado por ningún acto externo ahí. Preste atención a eso, porque de eso vamos a hablar ahora en un par de minutos. Cuando nosotros estamos hablando de la misericordia, podemos ver que ésta nace de la bondad de Dios. La primera consecuencia de la bondad divina es lo que nosotros llamamos su benignidad o sus mercedes, como también se traduce en algunas versiones antiguas de la Biblia, del idioma español, su benignidad o sus mercedes. y esto es lo que él hace para dar liberalmente a sus criaturas como tales, es decir, él da como él quiera de su bondad, de sus mercedes y por eso ha dado al ser humano no solamente al ser humano, sino a toda criatura, le ha dado vida, le ha dado el ser a todas sus criaturas, no solamente al ser humano, todo lo que respira ha sido partícipe de su bondad, de su benignidad, mejor dicho, o de sus mercedes. El simple hecho de respirar es un gesto de su misericordia que Dios le ha dado a sus criaturas. Entonces, La segunda consecuencia de la bondad de Dios es su misericordia, que es otra cosa parecida, muy ligada, muy cerquita a este término de benignidad, pero tiene cierta diferencia. Y eso, la misericordia de Dios, eso nos habla acerca de la pronta inclinación del Señor a aliviar las miserias de las criaturas. la pronta inclinación del Señor a aliviar la miseria de las criaturas, especialmente las criaturas caídas. Entonces, cuando hablamos de misericordia estamos hablando desde la presuposición de que el hombre está en un estado y toda su existencia, toda la creación de Dios está en un estado de pecado. Mientras que la indignidad es algo que se da para todos sin tomar esto en cuenta, sin tomar en cuenta el pecado, la misericordia es algo que Dios otorga tomando en cuenta la existencia del pecado. Amén. El pecado ha dañado todo, ha dañado toda la creación, no solamente el ser humano. A pesar de que la gente causante del pecado es el hombre pero el hombre como administrador de la creación de Dios también ha afectado a toda la creación a toda la creación especialmente la tierra vamos a decir quizá no tanto el universo porque no hemos llegado tan lejos pero si llegáramos un poquito más lejos del universo también afectaríamos al universo a causa del pecado y eso le voy a decir un poquito más adelante así que vaya tomando nota Quizás a pesar de que no es tan fácil a primera vista percibir una diferencia real entre lo que es la gracia y la misericordia de Dios, nosotros podríamos tener una idea al estudiar el proceder de Dios para con los ángeles. Dios nunca ha ejercido misericordia sobre los ángeles. porque ellos nunca han tenido necesidad de misericordia. ¿Por qué razón? Porque los ángeles nunca han pecado, no han caído bajo los efectos de la maldición, del pecado. Entonces, por esa razón Dios nunca ha ejercido misericordia sobre los ángeles. Entonces, aun así, los ángeles son objetos de la gracia soberana de Dios. ¿Y cómo son objetos de la gracia de Dios? Bueno, sencillamente porque Él los escogió a sus ángeles dentro de toda la raza angélica, nos dice primero en Timoteo 5.21 que Dios escogió a este grupo, los que le sirven, los que están bajo su servicio. En segundo lugar, A causa de esa elección, Dios los preservó, los guardó. los protegió, en otras palabras, de la apostasía cuando Satanás se reveló y se llevó consigo a una tercera parte de la hueste celestial. Es decir, cuando Satanás se reveló, esos ángeles que quedaron al servicio de Dios, Dios los guardó. Es decir, no van a caer en rebeldía, no se van a ir del lado de Satanás. Así que si usted ha visto alguna película, porque las hay por ahí, que hablan acerca de algunos ángeles que están dubitativos y como que no saben por qué el hago irse, eso no se da. Ya Dios ha preservado a esos ángeles, los ha guardado y están allí a su servicio para siempre. en tercer lugar nos dice la palabra que Cristo fue constituido cabeza de los ángeles en Colosenses capítulo 2 verso 10 en primera de Pedro 3.22 también nos habla de eso y por esa razón ellos tienen garantizado eternamente esa condición santa en que fueron creados allá en el cielo, ese grupo de ángeles que están al servicio de Dios En cuarto lugar, debido a esa elevada posición que los ángeles tienen en el cielo, en que fueron creados también, se le ha asignado a ellos vivir en la presencia inmediata de Dios, servirle constantemente en el Templo Celestial y recibir los encargos honorables de parte del Señor. Eso nos habla en Daniel, capítulo 7, verso 10 y Hebreo, capítulo 1, verso 14. Entonces, eso nos habla de la gracia de Dios para con estos ángeles, pero allí no hay misericordia. Para con los ángeles, porque los ángeles nunca pecaron. Entonces Dios ha dado su gracia para con los ángeles pero no ha dado su misericordia para con ellos, para con ese grupo porque nunca ha pecado. Entonces cuando nosotros estudiamos La Misericordia de Dios, según se nos presenta en las Escrituras, nosotros necesitamos tener una distinción triple para que podamos usar, como nos dice la Palabra, para usar bien la Palabra de Verdad, como dice el Apóstol Pablo. Entonces, debemos de ver esa distinción triple de lo que es la misericordia de Dios. En primer lugar, la misericordia de Dios se extiende no sólo a los hombres, no solamente a todos los hombres, no solamente a los creyentes, sino también a los no creyentes, pero también se extiende a la creación entera. Eso es lo que nos dice el Salmo 145, verso 9, que sus misericordias son sobre todas sus obras, sobre todas las obras de Dios. Entonces, la misericordia de Dios se extiende sobre toda su creación, hombres creyentes, hombres impíos y toda la creación habitada, creada por Dios, todo el universo, se extiende la misericordia de Dios. Eso es lo que nos dice también en Hechos capítulo 17, verso 25, que nos habla y nos dice que Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Dios tiene compasión de esa creación irracional en sus necesidades y le suple con la provisión apropiada. Cuando hablamos de la creación irracional estamos hablando de los animales, estamos hablando de las plantas, no hay raciocinio en el animal, las plantas tampoco, a pesar de que hay algunos pro naturaleza que hablan de que sienten, ya eso es discutible en otro estudio, ¿Verdad? Te podemos traer en otra ocasión si realmente sientes o no. No estoy diciendo con esto que usted es llamado a maltratar la creación de Dios, tampoco. Porque hace unos minutos le dije que el hombre es el culpable de que la creación sufra los embates del pecado, ¿se acuerdan que se lo dije hace un ratito? Porque habían llegado, ¿verdad? Entonces, con eso no estoy diciendo que usted es llamado a maltratar la creación de Dios, al contrario, usted es administrador como un ser humano de lo que Dios ha creado y usted debe preservar y cuidar la creación de Dios. Tenga eso pendiente siempre. Pero Dios extiende su misericordia sobre esos seres, esta es la idea, sobre estos seres invasionales. que no tienen raciocinio, que no piensan tienen conductas aprendidas y muchas veces el hombre ha tratado de hacer ver al hombre como si fuera también un animal y llevarle a aprender conductas y eso es otro tema también que tendríamos que tomar para estudiar un día aparte pero debemos de entender que los animales están en esta condición de no razonamiento entonces Dios extiende también su misericordia sobre esas criaturas irracionales. Pero en segundo lugar, hay una misericordia especial que Dios ejerce sobre los hijos de los hombres ayudándolos y socorriéndolos en sus pecados. Entonces, a esto, como nos dice la Palabra, Dios también les da lo que necesitan. Por ejemplo, como dice Mateo 5.45, que Dios hace salir su sol sobre malos y sobre buenos, que hace llover sobre justos y sobre imbustos. Pero tercero, bueno, este es sobre su creación especial, Londres, pero en tercer lugar, hay una misericordia soberana, acuérdense, tenga pendiente la soberanía de Dios en este aspecto, hay una misericordia soberana que está reservada para los herederos de salvación y que se les comunica a estas personas por el camino del pacto a través del Mediador, Jesucristo. Amén. Entonces, tres tipos de misericordia, una sobre toda la creación, incluyendo a hombres, a seres racionales e irracionales, todas las demás creaciones. En segundo lugar, sobre los seres racionales, sobre la creación especial de Dios, el hombre, la humanidad en sentido general. Hay una misericordia con toda la humanidad. Y en tercer lugar, hay una misericordia especial solamente para los que Dios trae la salvación. Entonces, si nosotros nos fijamos un poco más en la diferencia entre las distinciones de la segunda y la tercera, que les he mencionado acerca de esa misericordia sobre toda la humanidad y sobre sus escogidos, nosotros vamos a notar que las misericordias que Dios otorga a los impíos son de naturaleza puramente temporal. temporal, es decir, se limitan estrictamente a la vida presente. Esa es la segunda misericordia. Esa segunda misericordia no se extenderá para ellos más allá de la tumba. Amén. Entonces ese que el sol sale, que el sol se acuesta, que pueden recibir los beneficios de la lluvia, del alimento, del sustento, solamente mientras estén en esta tierra. Es decir, que sea más el tiempo mayor, en estos tiempos finales, que esa misericordia se va a extender sobre alguien, quizás si llega a cien años, cien años nada más, va a recibir los beneficios de esa misericordia. Es ahí hacia el capítulo 27, verso 12 nos dice, aquel no es pueblo de entendimiento, por tanto su acero no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él, el que lo formó. Amen. Quizás algunas personas llegan hasta este punto y dicen, pero ven acá, no dice la Biblia que sus misericordias es para siempre. No habíamos mencionado el Salmo 136, verso 1, que nos dice que para siempre es su misericordia. Entonces hay dos cosas que nosotros debemos de tomar en cuenta con referencia a esto. Dos cosas. Dos cosas. Esta muchachita, esta jovencita aquí hablando. Dos cosas. Dios no puede dejar jamás de ser misericordioso. Eso es lo primero. Y discúlpenme a los que están allá atrás que no les estoy viendo la cara porque me está dando reflejo la luz. Así que si ustedes están viendo o me están sacando la lengua, yo no lo estoy viendo, discúlpenme. Quizá ahorita ya cuando soltúo un poquito les pueda ver la cara. Pero desde aquí para allá, desde Ocerville para atrás, no le veo la cara a nadie. Yo sí sé que se parece a Miguelina esa, o a ella. Érmeli que sacó la cabeza. Pero no le veo la cara, en serio, me estoy quedando ciego con el reflejo de allá afuera. Entonces... Entonces le decía, le decía... Les decía que hay dos cosas a tener en cuenta con referencia a eso. Dios no puede dejar jamás de ser misericordioso porque esa es una cualidad de su esencia divina. Eso es lo primero. Dios nunca va a dejar de ser misericordioso. Eso nos dice el Salmo 116, 5. Pero el ejercicio de su misericordia está regulado por su voluntad soberana. el ejercicio de subservicoria está regulado por su voluntad soberana. Y esto debe de ser así, mis hermanos, porque no hay nada ajeno a él, fuera de él, que le obligue a actuar de una forma u otra. ¿Por qué? porque si hubiera algo ajeno a Dios que le llevara a actuar con misericordia o con cualquier otro atributo, Dios dejaría de ser Dios, Dios dejaría de ser soberano. Entonces es imposible que Dios se deje influenciar por actos externos a su mismo carácter. Entonces sólo la gracia soberana determina el ejercicio de la misericordia divina. esa gracia soberana de Dios, esa gracia soberana de Dios. Y Dios habla acerca de eso. Romanos capítulo 9 verso 15, esto es Pablo haciendo referencia al Antiguo Testamento, Y Pablo dice, haciendo referencia a Dios que está hablando, Pablo dice, mas a Moisés dice, tendré misericordia del que yo tenga misericordia. Amén. Y esa es precisamente la cita al pasaje bíblico que nosotros leímos en Éxodo capítulo 33. Éxodo capítulo 33 que leímos hace unos minutos, verso 19, si más bien no me equivoco. Se lo leo de nuevo, porque Pablo está haciendo referencia a este carácter de este atributo divino. Éxodo 33.19, y el Señor respondió, yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, proclamaré el nombre del Señor delante de ti. Entonces, la segunda parte de ese verso dice, tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión. Entonces, la causa de la misericordia de Dios no es la desdicha del ser humano, La causa de la misericordia de Dios no es la desdicha del ser humano, de la criatura de Dios. No hay nada ajeno a Dios, no hay nada fuera de Dios que pueda influir en Él. No hay nada que pueda influir en Él. Si Dios fuese influido por La condición de miseria de los pecadores, un ejemplo de los leprosos, Dios los limpiaría y salvaría a todos, pero Él no lo hace así. ¿Por qué? ¿Por qué Dios no lo hace así? Porque esa es su soberanía, porque Él es soberano. Amén. Él es soberano. Ese es un atributo de Dios. Entonces nosotros no podemos hablar de misericordias merecidas porque nadie merece misericordia y sería una contradicción Si fuera merecida, no fuera misericordia. Sería un pago. Sería algo ganado. Entonces, no es misericordia. Misericordia es algo que no merecemos. Eso es lo que nos dice el Señor en Tito 3.5, que Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino ¿por qué? Por su misericordia. Eso por esa razón nos salvó. Entonces una cosa es contraposición a la otra. No es nosotros que hacemos nada para ganar el favor de Dios. Ese es el error de mucha gente y en ese error Satanás tiene mantenido a muchas personas, hasta muchos creyentes caen en ese error de pensar como que se van a ganar el favor de Dios. Si yo hago esto, yo voy a lograr esto. Y no, mis hermanos, no es así. Nosotros deberíamos de orar, Señor, ten misericordia de mí y haz conmigo como a ti te plazca, Señor. No nos hemos ganado nada, ni nunca nos lo ganaremos. Pero también otra cosa que nosotros debemos de entender es que tampoco son los méritos de Cristo los que mueven a Dios a otorgar su misericordia sobre los elegidos. Porque eso sería poner el efecto en lugar de la causa. Cristo fue enviado por o a causa de la tierna misericordia de Dios. Cristo fue enviado a causa de esa misericordia de Dios Los méritos de Cristo hicieron que justamente concediera misericordias espirituales a sus escogidos. Acuérdense que Él nos llamó, Él nos salvó desde antes de la Fundación del Mundo, eso es lo que nos dice la Palabra. Entonces antes de la Fundación del Mundo Él nos vio, tuvo misericordia y luego entonces creó las condiciones para que pudiéramos ser librados de la condenación eterna. Dentro de esas condiciones estuvo el enviar a su hijo a morir en nuestro lugar. Entonces, la misericordia de Dios proviene solamente de la propia voluntad soberana de Dios. Por otra parte, Aunque sea verdad, una bendita y gloriosa verdad, que la misericordia de Dios permanece para siempre, nosotros también debemos observar detenidamente a quiénes se muestra dicha misericordia. ¿A quiénes se muestra? Y yo le voy a decir algo y lo voy a explicar porque yo creo que usted lo entiende, ¿verdad? Dios muestra su misericordia, y eso es porque el autor lo dice, yo estoy de acuerdo con él, si no estuviera digo no estoy de acuerdo con el autor, pero también tengo que exponerlo. Dios muestra su misericordia al arrojar a los récordos al lago del fuego y a su… en el futuro. Dios muestra su misericordia a la jornada, a los pecadores, al lago de Puebla. Les voy a explicar porque antes de que Danilo explote. Nosotros debemos de considerar el castigo de los impíos desde tres puntos de vista. El castigo de los impíos desde tres puntos de vista. El primer punto de vista es el que tenemos que ver que se trata de un acto de justicia que vindica el honor de Dios. Eso es lo primero. La misericordia divina nunca se manifiesta en perjuicio de su santidad y su justicia. Es decir, una cosa de la otra no quita lo otro. Para los impíos es un acto de equidad, Es un acto de justicia el hacerle sufrir el castigo eterno debido a sus iniquidades. Entonces, una cosa de la otra no quita, una cosa no tumba a la otra. Entonces, Dios es justo. ¿Se acuerdan que lo hemos hablado muchas veces, verdad? La Biblia nos dice que Dios no tendrá por inocente al culpable. Entonces, la misericordia de Dios no puede tumbar eso. Eso es lo primero. Pero desde el punto de vista de los redimidos, de los que han sido salvados, el castigo de los impíos es un acto de misericordia indecible. Imagínense ustedes qué terrible sería si el presente estado de cosas en el cual nosotros vivimos continuara para siempre. Si los hijos de Dios tuvieran que vivir rodeados de los hijos del diablo. Si los oídos de los santos tuvieran que escuchar el lenguaje sucio y blasfemo de los impíos toda la eternidad, ¿el cielo entonces dejaría de ser cielo? ¿El paraíso dejaría de ser paraíso? ¿A ustedes no se cansa de oír tantas malas palabras en su alrededor y a la vez en la casa? Señor, ¡cámbialo o llévatelo! eso me acuerda a esa mujer que me dice San Pedro. Señor, cámbialo o llévatelo. No, pero que se lo lleve para otro lado, que se lo lleve a otro barrio, no, que se lo lleve. Claro, eso verá. Exactamente, eso es así. Entonces, imagínese ustedes, no podríamos vivir. El Señor nos ha prometido cielo nuevo, nos ha prometido tierra nueva, un mundo de paz, un mundo de alegría, un mundo donde no habrá dolor, donde no habrá muerte, donde no habrá llanto, dolor. Nos dice Apocalipsis, las primeras cosas pasaron. Imagínese usted que usted tuviera que vivir con alguien que nunca fue cambiado por el Señor, que nunca se arrepintió, que nunca se convirtió. Sería un infierno prácticamente. Entonces eso es un acto de misericordia, el que Dios castiga, lo impida, el que no se quiera arrepentir. También para el creyente, porque va a ser librado de eso, de esa piedra en el zapato. Qué hermoso es que nosotros podemos ver en Apocalipsis que en esa nueva Jerusalén donde iremos a morar, no va a entrar ninguna cosa inmunda, ninguna cosa que hace abominación o mentira. Eso es así mis hermanos. Y si usted piensa que quizás esto es algo ya para el futuro, mire como en las escrituras, como el mismo David, el sanista David, Nosotros nos lo encontramos orando a Dios de la siguiente forma, en el Salmo 143.12 él dice de la siguiente forma, ir por tu misericordia, disiparás a mis enemigos y destruirás a todos los adversarios de mi alma, porque yo soy tu siervo. El Salmo 136.15 dice, arrojó a Faraón y a su ejército en el mar rojo, porque para siempre es su misericordia. ¿Dónde estuvo la misericordia de Dios? Cuando arrojó al Mar Rojo a Faraón y a su ejército. ¿Para con quién fue esa misericordia? Para con los israelitas, para con el pueblo de Dios. Para con Faraón fue un acto de justicia, un acto de justicia para con Faraón y sus ejércitos, para con los israelitas un acto de misericordia. Otra vez en Apocalipsis, tenemos que irnos a Apocalipsis. Apocalipsis 19, 1 al 3, leemos. Oí una gran voz de gran multitud en el cielo que decía, Aleluya, salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro, porque sus juicios son verdaderos y justos, pues ha juzgado a la grande lamera. que ha corrompido la tierra con su fornicación y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Y otra vez dijeron ¡Aleluya! y el rumbo de ella sube por los silos de los siglos. Entonces, por lo que nosotros acabamos de ver, es una vana, nosotros notamos que es vana la esperanza presuntuosa de los impíos de muchas personas que piensan que a pesar de su constante desafío a Dios, cuentan con que Él será misericordioso con ellos en algún día. Hay personas que dicen, no creo que Dios me eche jamás en el infierno, Él es demasiado misericordioso. Y es el autor que esa esperanza se anida como una víbora en el pecho de la persona y le causará la muerte. ¿Por qué? Porque Dios es un Dios de justicia y también es un Dios de misericordia. Y Él ha declarado de forma categórica que no tendrá ningún modo por inocente al culpable. Y el culpable merece el castigo. Nosotros merecemos el castigo también. La diferencia es que Dios ha provisto un medio que sufrió nuestro castigo. Cristo murió en la cruz por nosotros, no por los judíos de aquel entonces, no por los discípulos de aquel entonces, fue por nosotros. No es la única forma. Alguien tiene que sufrir las consecuencias. Ahora sufre el hombre, o la sufre o la sufrió físico. No hay términos medios. No es que Dios, a fin de cuentas, te va a dejar pasar. Dios no es dominicano, Dios no da chance. Ustedes lo sabían. Sí, porque algunas veces pensamos como que Él es dominicano. Él dice, chancealo ahí. No, Dios no da chance eso. No, mis hermanos. Entonces, Él lo ha declarado de forma categórica, no tendrá por inocente al culpable. El Salmo 9, 17 dice que serán trasladados al Señor todos los que se olvidan de Dios. No importa, no importa que los hombres digan, no creo que, por ejemplo, les voy a dar un ejemplo, Yo no creo que aquí se vaya a desatar un brote de malaria o de dengue si yo debo acumular el agua en el patio, en los charcos y no la limpio. Yo no creo que eso se vaya a dar. ¿Usted cree que hay posibilidad de que eso no se dé? ¿Por qué lo digo? Con mis hermanos están las condiciones dadas están las condiciones dadas para que si se dé un brote de malaria, de dengue, de cualquier tipo de enfermedad que sea contagiosa, que se transmita a través de un mosquito que anide en ese tipo de agua. Eso es así, mis hermanos. Entonces, muchas personas dicen, yo no creo que Dios va a condenar, a condenarme, o a condenar a toda la humanidad, porque Dios no sería justo, Dios sería imbusto si lo condena todo al contrario. Sería imbusto si no lo condenara lo que merece en su condena. Entonces, muchas personas solamente se enfojan en el aspecto del amor, de la bondad de Dios, de la misericordia de Dios. y no ven el otro aspecto y por esa razón esas personas continúan despreciando la autoridad de Dios, pisoteando sus leyes, sus mandatos, viviendo el pecado y aún así tienen la esperanza de contar con su misericordia. Pero Dios no es injusto consigo mismo. Él muestra misericordia, nos dice la palabra de Dios para con el penitente, con el sincero, con el corazón contristo, con el corazón humillado. Ese es el corazón que Dios no desprecia. Entonces es algo diabólico, es una doctrina diabólica el pensar que se puede seguir en pecado y con todo y eso pensar que Dios va a tener misericordia divina, que Dios va a condonar el castigo. No, mis hermanos, eso no es lo que la Biblia encena. Vamos a leer Deuteronomio capítulo veintinueve verso dieciocho al veinte. Vamos a leer con sumo cuidado. Tengo pendiente a Danilo, ya casi vuelvo. Deuteronomio capítulo veintinueve verso dieciocho al veinte. ¿Lo tenemos? Dice así, no sea que hay entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se alee hoy del Señor nuestro Dios, para ir y servir a los dioses de aquellas naciones, no sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenoso y ajenco. Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá diciendo, tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón a fin de destruir la tierra regada junto con la seca. Verso 20 el Señor jamás querrá perdonarlo, sino que la ira del Señor y su celo arderán contra ese hombre y toda maldición que está escrita en este libro caerá sobre él y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo. Aquí está hablando la persona que dice no, Dios no va a orar así, No va a durar así. Eso no es cierto. De alguna forma Dios me va a librar en algún momento. Porque yo amo mucho a Dios. La Biblia dice, bueno, si me amáis, mis matamientos guardaré. ¿Verdad que sí? Pero yo amo mucho a Dios. ¿Cómo tú lo amas? Demuéstralo. Entonces, dice que Dios jamás querrá perdonarlo, querrá perdonarlo. ¿Por qué? Sencillamente porque esa persona se ha confiado en su propio procedimiento, en su propia lógica y no en los claros mandatos de Dios, en las claras ordenanzas nosotros debemos analizar esto porque su misericordia es grande eso es cierto es grande sobre lo que le temen él extiende su misericordia a quien a él le place pero esa misericordia nosotros como hijos de Dios podemos manifestarla en nuestro dia a dia de vivir por ese corazón deseoso con un gran anhelo de buscar su rostro Y esa es la mejor forma, esa es la mejor forma de demostrar que Dios está extendiendo su misericordia sobre nosotros. Que nosotros somos agentes beneficiarios de su misericordia. Amén. Muy bien. Entonces ahora sí, hermano Daniel, ¿alguna pregunta?
La Misericordia de Dios
Series Los Atributos de Dios
"Alabad a Jehová, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia" (Sal. 136:1).
Dios merece ser muy alabado por esta perfección de su divino carácter. El salmista exhorta a los santos, tres veces en otros tantos versículos, a dar gracias a Dios por este adorable atributo. Y, en
verdad, esto es lo menos que puede pedirse a los que se han beneficiado tan grandemente del mismo.
Sermon ID | 215192023286294 |
Duration | 44:17 |
Date | |
Category | Sunday School |
Bible Text | Matthew 5:45; Psalm 136:1 |
Language | Spanish |
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