
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
En el nombre de Cristo pedimos estas cosas. Entonces seguimos en Génesis 19. Ya miramos los primeros versículos como acabamos de mencionar y ya vamos a seguir leyendo aquí en versículo 4, Génesis 19, Génesis 19 y versículo 4. Los dos ángeles, como hemos mencionado, han entrado en la ciudad y están ahí básicamente para salvar a Lot. Lot, conociendo la maldad de la ciudad, les invita a quedarse con él. Y ellos dicen, no, no, no, vamos a quedarnos aquí en la ciudad. Pide poderosamente diciendo, por favor, no queden en la ciudad. No va a ser bueno porque él conoce la maldad de la ciudad. Entonces, finalmente entran y coman con él. Y vemos en versículo 4 lo que pasa después. Dice en versículo 4, Genesis 19, 4. Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto. desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot y le dijeron, ¿dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos. Todos sabemos la historia y todos miramos a eso y decimos, ¿cómo pudiera ser que una ciudad entera, dice toda la ciudad, desde el más joven hasta el más anciano, A lo mejor pensamos, bueno, los que están a la edad media, a lo mejor hay muchos malos de 30, 40, pero de 15, de 14 y los de 70, 80. Pero dicen desde los más jóvenes hasta los más grandes. Todos salen y no solamente son malos, pero hasta lo extremo en lo que quieren hacer. Y preguntamos cómo pudiera haber llegado a este punto. Obviamente, Estas personas seguramente cuando eran niños no pensaron, bueno, cuando yo soy adulto, lo que yo quiero hacer es ser un hombre así. Seguramente que cuando la ciudad se fundó, no se fundó solamente para hacer maldad. Entonces, ¿cómo llegaron a este punto? Bueno, igual como vemos en cada nación, cada ciudad alrededor del mundo. como en los Estados Unidos. Estamos viéndolo ahora, ¿verdad? ¿Qué pasa? Poco a poco cambia la cultura. Poco a poco aceptan un pecado pequeño y aceptan más pecado, y aceptan más pecado, y aceptan más pecado. Y ya estamos en un lugar donde pensábamos hace 10 años, 20 años, 30 años, nunca estaríamos aquí. Cuando empezó el aborto, cuando yo estaba creciendo en los años 90, siempre aún los más liberales dijeron, bueno, el aborto es solamente para los casos más raros, las situaciones más extremas. Y queremos que sea legal, pero solamente para situaciones extremas. Y aún pensaron, no es una cosa muy buena, no es algo que queremos celebrar. Pero hoy en día es una cosa que muchos literalmente celebran. Hay personas que van allí en sus marchas y sacan las píldoras para hacer el avulto y proclaman, ahora mismo voy a hacer eso y voy a proclamar que estoy haciéndolo. No es solamente algo pequeño, ya ha llegado a ser algo que se celebra. Igual con la maldad de la inmoralidad en los Estados Unidos. Si se puede creer, el presidente Obama hace solamente unos 10, 15 años estaba diciendo, bueno, los homosexuales está bien que hacen lo que hacen, pero no vamos a apoyar el matrimonio homosexual cuando empezó. Y ya vemos hasta dónde hemos llegado. Cuando aprobaron la homosexualidad, los de corte dijeron, bueno, eso no va a llegar hasta transgénero o otras cosas así. Pero poco a poco, decisiones pequeñas en la cultura hacen que la cultura llegue a ser más y más y más mala. Y ya nos levantamos un día y vemos que las cosas que nunca pensaríamos que serían aceptadas son cosas normales. Y si Dios no obra para los hijos y los nietos, va a ser peor y peor. Y las cosas que para nosotros eran ni pensados en hacer, van a ser normales para ellos. ¿Por qué? Porque pasa poco a poco a poco. ¿Cómo llegaron esos hombres a ser tan malos? La mayoría de nosotros ni pensaríamos en hacer lo que esas personas están haciendo. Pero poco a poco, igual como una nación, cada individuo no llega a ser asesino, no llega a hacer esas cosas tan malas, no llega a hacer todo de una vez. No se levanta un día y dice, bueno, yo voy a ir afuera y violar a personas. No. Decisiones pequeñas, pequeñas, pequeñas. Y ya después de muchas decisiones pequeñas, se levanta un día, están haciendo cosas que nunca pensarían que iban a hacer. Las cosas más malas. Entonces, la segunda cosa que vemos es no solamente nos cambia poco a poco hasta que estamos en un lugar donde nunca pensábamos que íbamos a estar, pero nos corrompe poco a poco hasta que hagamos males que nunca pensábamos que podríamos hacer. Creo que cada uno de nosotros en nuestras vidas propias hemos visto en ciertas áreas, cuando hemos dejado el pecado entrar, que siempre después de un tiempo, si dejamos el pecado seguir, empezamos a hacer cosas que cuando al principio pensamos nunca íbamos a hacer. El amor era mentir y al principio dijimos, bueno, solamente voy a decir una mentira pequeña y ya no más. Pero ya esa mentira tuvimos que decir otra mentira un poco más grande para cubrirlo y otra mentira un poco más grande. Ya nos acostumbrábamos a mentir y ya después de dos o tres años de seguir mintiendo y no confesarlo y buscar ayuda de Dios, ya estamos diciendo mentiras derecho y en todos los lugares, derecha y izquierda. Y mentiras muy grandes. Y toda nuestra vida ya ni sabemos lo que es mentira y lo que es verdad. Y pensamos, ¿cómo llegué a este punto que mi vida es, hay tantas mentiras y ni sé cómo llegué aquí? Bueno, empezó con una mentira pequeña. Que no confesamos, que dejamos estar ahí y entonces añadimos otro sin confesar y otro. Muchas personas adictas a diferentes sustancias, al alcohol, a las drogas. ¿Cómo empezó? Con solamente un poco de marihuana, ¿verdad? Con un poco, tomar un poco de cerveza. Y un poco más, y un poco más, y ya llegó un tiempo difícil, y tomaste más, y ya te levantaste y ya eres adicto. Igual con todas las cosas, el chisme. Solamente hablar un poco de esa cosa, de esa persona. Y ya como un fuego, ya es como algo dulce que nos gusta. Y empezamos a decir, oh, me encanta el sentimiento de que esas personas saben que yo sé algo que ellos no saben. Y empezamos a compartir más y más y más y más. Y ya vemos relaciones destruidas, iglesias rompidas. Y pensamos, ¿cómo llegué a este punto? Con un poco, solamente un poco. El amor es pereza, un poco de pereza, dormir demasiado aquí, no hacer lo que debes hacer en el trabajo. Y ya empiezas a decir, bueno, todavía estoy haciendo la mayoría de lo que debo hacer. Y poco a poco haces menos y menos y menos. Y ya te levantas un día y por las ocho horas del trabajo estás haciendo una hora de trabajo. Y seguramente ustedes conocen personas así en su trabajo. Pero cómo llegaron así por poco a poco a poco? Y así fue con esas personas. No llegaron a este punto de maldad en un día. Y muchas veces nosotros decimos, bueno, yo nunca haría tal cosa. Y seguramente los de Israel pensaron lo mismo, ¿verdad? ¿Pero qué vemos en el libro de jueces? Vemos a un tribo de Israel, Benjamín. haciendo exactamente la misma cosa. No voy a leer el pasaje porque es tan grosera de lo que hacen las personas. Pero ya no son de Sodoma y Gomorra, ya es el pueblo mismo de Israel, Benjamín, que están haciendo esas cosas tan malvadas. Y si no tenemos cuidado, cada uno de nosotros podemos terminar haciendo cosas que antes pensamos, bueno, yo nunca haría tal cosa. Pero solo es por la gracia de Dios que no terminamos ahí. Hace un año leí un libro acerca de las personas en Alemania y fue acerca de cómo pudieron las personas normales llegar a apoyar a los nazis y cómo pudieron las familias normales llegar a convertirse en personas que entregaron a sus vecinos a ser maltratados y asesinados? ¿Cómo llegaron a ser los guardias en esos campamentos cuando torturaron a esas personas? ¿Cómo llegaron a ese punto? Y habla del hecho de que fueron muchas decisiones pequeñas. Fue solamente empezar a hablar mal de los judíos. como vemos algunas personas haciendo hoy, verdad? Y diciendo Bueno, ellos son los ricos. Ellos siempre prestan dinero con mucho interés y los judíos son malos. Y solamente con un poco de chisme empezó así. Entonces empezaron a leer más cosas acerca de de la historia de los judíos. Empezaron a escuchar las pláticas de Hitler y de otros. Y fue poco a poco. Decisiones pequeñas que transformó sus vidas hasta que llegaron al punto que estaban matando a millones de niños, de bebés, de adultos, sin pensar. Eso no fue solamente Hitler. Hitler no mató a los millones de judíos a solas. Tuvo mucha ayuda de personas normales, personas como tú y yo. ¿Cómo pasó eso poco a poco a poco? ¿Cómo llegamos nosotros, cómo llegan cristianos que han crecido en la iglesia a hacer cosas tan malas? Por decisiones pequeñas, poco a poco a poco, que nos corrumpe, que nos corrumpe, que nos corrumpe, hasta que finalmente terminamos hacer cosas que nunca pensamos que íbamos a hacer. En Lamentaciones, capítulo 4, versículo 6, dice, Dice que en el tiempo de Jeremías, el pecado de Israel era peor que el de Sodoma. No debemos nunca llegar a un punto en nuestras vidas, hermanos, cuando creemos, Yo puedo jugar un poco con ese pecado, pero yo nunca voy a hacer esas cosas como Sodoma y Gomorrah. No, no, no. Si jugamos con el pecado, nos corrompe poco a poco a poco hasta que estamos haciendo cosas que pensamos que nunca íbamos a hacer. Solo es por la gracia de Dios que podemos evitar ese fin. Entonces, Recuerda, el pecado siempre nos lleva donde no quisimos. Nos cambia poco a poco hasta que estamos en un lugar donde nunca pensamos que íbamos a estar. Nos corrompe poco a poco hasta que hagamos males que nunca pensamos que podríamos hacer. Regresando a Génesis 19, versículo 6. Génesis 19, versículo 6. Dice, entonces Lot salió a ellos a la puerta y cerró la puerta atrás y dijo, os ruego, Nota cómo les habla, hermanos míos. Que no hagáis tal maldad. Sabemos que el Lord dice a Pedro que él era justo. Sabemos que en su corazón todavía quería hacerlo bueno y él reconoce lo que ellos están haciendo no es bueno y él quiere proteger a los buenos. Y gracias a Dios que todavía nota que eso es maldad. Pero, él no había pasado tanto tiempo con los de Sodoma sin ser afectado. Porque, ¿qué hace después? Versículo ocho. He aquí, ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón. Os las sacaré fuera y hacer de ellas como bien os pareciera. solamente que esos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tierra". ¿Cómo puede ser? ¿Cómo uno puede llegar al punto que está dispuesto a sacrificar a sus dos hijas a la maldad de esos hombres? Ni podemos imaginar eso. Pero su mente ha sido tan transformada por los que están alrededor que ya ha llegado al punto que él piensa que está haciendo algo bueno y él está haciendo algo bueno en tratar de guardar a esos dos hombres de la maldad. Pero para hacer algo bueno, él hace algo aún más malo. Y eso es la tercera cosa que vemos, que nos influye el pecado poco a poco hasta que estamos dispuestos a sacrificar lo que es más precioso. nos influye poco a poco hasta que estamos dispuestos a sacrificar lo que es más precioso. Y eso es lo que llega a ese punto cuando ya él está sacrificando a sus dos hijas a la maldad de Sodom y Gomorrah. Gracias a Dios que los ángeles y Dios mismo les guarda de eso. Pero seguimos viendo el resto de la historia que aunque les guarda de eso, sus hijas ya están perdidas. Y qué tristeza que aunque Lot fue salvo, perdió toda su familia. Sacrificó sus hijas al altar de sus propios deseos. Y eso solamente muestra cómo ha sido influenciado Lot. Y nos muestra que nosotros también podemos llegar a este punto. sacrificando a lo que en verdad debe ser más precioso para nosotros, para satisfacer nuestros propios deseos. Hace, creo que un año o dos años, Alison y yo leímos un libro acerca de, se llama La generación ansiosa, y habla de cómo la tecnología ha afectado a los jóvenes. Y habla del hecho de que muchos padres han sacrificado los futuros de sus jóvenes, dándoles mucha tecnología sin cuidarlos. Y la razón es para que ellos puedan vivir su vida. Es mucho más fácil dar a un joven, dar a un niño tecnología todo el día. Y entonces yo puedo hacer lo que yo quiero hacer. Es mucho más difícil tener que pasar tiempo con ellos y cuidarlos y guardarlos. y por eso muchos están creciendo con muchos problemas. Y lastimosamente muchas personas sacrifican lo que es más precioso al altar de sus propios deseos. ¿Por qué? Porque poco a poco esas otras cosas llegaron a ser más importantes que Dios y de lo que debe ser más importante para nosotros. Poco a poco eso pasa. ¿Cuántas personas sacrifican sus esposos, sus esposas, su matrimonio al altar de sus propios deseos, de más dinero, de lucuria, de envidia, de enojo. ¿Cuántas personas sacrifican sus hijos porque están tan preocupados en ganar un poco más de dinero? Están tan preocupados en los deportes. Yo he visto a tantos padres sacrificar sus hijos horas y horas, cada domingo, cada sábado, todos los días en deportes. Y crecen y a lo mejor son muy buenos para jugar al fútbol, pero no saben nada de Dios. Están sacrificando sus hijos al altar de sus propios deseos. ¿Cuántos de nosotros sacrificamos a nuestra iglesia. Sacrificamos a nuestros familiares. Sacrificamos a otros solamente porque nosotros queremos algo y poco a poco lo hacemos. No es una decisión como Lord de decir aquí están mis hijas. Son miles de decisiones que hagamos cada día. Decisiones pequeñas y grandes de poner mis deseos sobre el bienestar de mi compañero de trabajo, sobre el bienestar de mis padres, sobre el bienestar de mis vecinos. Y en vez de buscar el bien de otros, buscamos nuestro bienestar y estamos más influenciados por los que están alrededor. Leímos esta noche en la iglesia, este es el capítulo 5, y ahí menciona a un hombre que trabaja muy duro y gana mucho dinero para sí mismo y deja a sus hijos sin él. Y demasiados de nosotros, así vivimos nuestras vidas. Sean nuestros hijos, sean nuestros esposos, sean nuestros amigos, sean los otros de la iglesia. Sacrificamos lo más precioso en el altar del pecado. Y perdemos todo, porque poco a poco hicimos decisiones, como Lot, hasta llegar al punto que ya miramos y nuestro matrimonio es destruido. Nuestra relación con nuestros padres, nuestros hijos, nuestras madres, destruidos. ¿Por qué? Porque poco a poco a poco nos alejamos de Dios. Poco a poco, pero de poco dejamos avaricia e enojo y envidia entrar en nuestras vidas y poco a poco sacrificamos a otros en el altar. Nos influye poco a poco hasta que estamos dispuestos a sacrificar lo que es más precioso. Versículo nueve. Y ellos respondieron. Quita ya. Y añadieron, ¿vino este extraño para habitar entre nosotros? ¿Y habrá de elegirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, al Lot. Y así se acercaron para romper la puerta. Otra vez vimos al principio que Lot está sentado a la puerta de la ciudad. Eso significa que él tenía supuestamente respeto del pueblo. Le habían escogido como uno de los líderes del pueblo. Lo les habla y les dice Mira, son mis hermanos. Lo pensaba que él había sido aceptado por ellos. A lo mejor él había trabajado por años para ganar su aprecio, su aceptación. Y ya en un momento, cuando lo se estorba lo que ellos quieren, están dispuestos ya a matar. Y dicen ¿Quién eres tú? No eres nadie para nosotros. Era solamente un estorbo para que no agarramos lo que nosotros queríamos agarrar. Todo ese tiempo que él había pasado pensando que estaba ganando su favor, su amistad, era un engaño. A ellos no les importaba nada. Y eso es la cuarta cosa que vemos. Nos engaña poco a poco hasta que se revela con violencia para destruirnos. Una de las cosas más tristes que he visto en mi vida son jóvenes cristianos que se venden para ganar el favor de los que no quieren nada que ver con Dios. Ahora mismo hay un amigo, una amiga de nosotros que Allison y yo hemos conocido por varios años, una cristiana que ama al Señor, pero se conoció un muchacho que no era cristiano. Los dos dijimos a ella, mira, tienes que tener cuidado. Y ella dijo no, no, no, no, no entienden. Yo sé que no conoce al señor, pero es un muchacho muy sincero. Me ama mucho, me habla muy bien, me trata muy bien. Se casaron, tienen un hijo y ya acaba de hablar con Allison, que ya su esposo está con otra mujer que está maltratándole y ya están en divorcio. Lo mismo pasó con un amigo mío que yo he conocido desde joven. Crecimos en la escuela Hertha juntos. Tenía una familia muy buena, pero se desesperó, se casó con una amiga que había conocido y ya están divorciándose porque ya no tienen nada que ver con él. ¿Por qué? Porque al principio parecen tan amables. Pero cuantos jóvenes, cuantos aún adultos nosotros decimos, bueno, yo solamente quiero la amistad con ellos. Estamos dispuestos a sacrificar nuestra moralidad para ganar su favor. Y cuando ya vienen los tiempos difíciles, ¿qué pasa? Nos dejan. ¿Por qué? Porque no conocen al Señor. ¿Qué pasó con esos amigos, hermanos suyos? Dicen, ¿quién eres nuestro juez? Vamos a hacerte a ti más mal que hemos de hacer a ellos. Tenemos que reconocer que siempre termina el pecado en un lugar donde no pensábamos que iba a terminar. Y entonces en el siglo X, para terminar la última cosa, no solamente nos cambia poco a poco hasta que estamos en un lugar donde nunca pensamos que íbamos a estar, nos corrompe poco a poco hasta que hagamos males que nunca pensábamos que podríamos hacer, nos influye poco a poco. hasta que estamos dispuestos a sacrificar lo que es más precioso. Nos engaña poco a poco hasta que se revela con violencia para destruirnos. Pero versículo 10. Entonces los varones alargaron la mano, hablando de los ángeles, y metieron a Lord en casa con ellos y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa, hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor. Vamos a pararnos ahí por un momento para pensar en lo que está pasando aquí. Todo el pueblo está allí tratando de atacar y están ahí tratando de atacar. Los dos anales agarran a lo le agarran y lo jalan para adentro y usan su poder dado por Dios para cegar a todos. Imagínate un hombre ahí afuera tratando de hacer esta maldad contra esos hombres y de repente te das cuenta que ya eres ciego. y que todos los demás que están alrededor están ciegos. Y te das cuenta que los hombres que están adentro tienen poderes increíblemente grandes. Para la mayoría, uno de los más malos diría, no quiero nada que ver con ellos porque ellos son poderosos. Ya soy ciego. Mi vida está completamente cambiada. Voy a correr de aquí lo más que puedo porque yo no quiero nada más con esas personas. Eso sería la cosa sabia para hacer, la cosa normal para hacer. Pero después de ver el poder de esos dos ángeles, después de ser cegado y perder la vista. Qué hace? Final del siglo once. De manera que se fatigaban buscando la puerta. Estaban tan controlados por sus deseos pecaminosos que fueron completamente insensatos. Habían sido cegados. Sabían que esos hombres tenían mucho poder. Sabían que su pecado iba a destruirlos, pero no podían dejar de buscar satisfacer sus deseos. Y así cada uno de nosotros entendemos eso. Cada uno de nosotros hemos tenido tiempos en nuestras vidas cuando sabíamos que nuestro enojo iba a destruir todo y todavía no podríamos controlarlo. Sabíamos que nuestra envidia iba a destruir todo, que nuestra preocupación por todo estaba destruyendo toda nuestra familia, todas nuestras relaciones, pero seguíamos con eso, que esa lujuria iba a destruir todas nuestras relaciones con otras personas. Pero aún sabiendo, aún viendo las consecuencias de nuestro pecado, ¿qué hacemos? Seguimos. ¿Por qué? Porque el pecado nos controla poco a poco hasta que hagamos las cosas más insensatas. ¿Qué tonto era seguir tratando de buscar la puerta de la persona que acaba de cegarte? Pero cuán tontos somos todos en seguir buscando el pecado que ya ha destruido tantas nuestras vidas. Pero seguimos. ¿Por qué? Porque el pecado siempre nos lleva a un lugar donde no quisimos ir. Dicen que ahí en Alaska, en los Estados Unidos, ahí arriba, donde hace muchísimo frío antes los indios de Alaska, cuando querían cazar a los lobos que estaban allí, lo que hacían es tomar un cuchillo. muy afilado y lo que hacían es como hace mucho frío y pusieron un poco de sangre de un animal ahí en el cuchillo hasta que se congeló. Pusieron más y más y más y había mucho sangre congelado ahí en ese cuchillo. Entonces, cuando llegaron, fueron allí a donde sabían que había lobos y lo solamente lo pusieron allí para arriba en la nieve y esperaron. Y allí llegaron los lobos y empezaron a a comer la sangre que estaban allí. Y comiendo la sangre, no se dieron cuenta que ya era su propia sangre después de un tiempo. Y como hacía mucho frío, sus lenguas ya estaban un poco congeladas, no sentían el dolor. Y seguían y seguían hasta que literalmente comieron a sí mismos. Mataron por perder tanta sangre. Y eso es exactamente lo que cada uno de nosotros hacemos con el pecado. Matamos a nosotros mismos y seguimos en este pecado. El pecado siempre nos lleva a un lugar donde no quisimos ir. En Juan capítulo 8 nos da la única esperanza que nosotros tenemos. Juan capítulo 8, versículo 31. Y se dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él, Si vosotros permaneciéreis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron, Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú seréis libres? Jesús les respondió, De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre. El hijo sí queda para siempre. Así que si el hijo os libertar, seréis verdaderamente libres. Sé que sois descendientes de Abraham, pero procuráis matarme. porque mi palabra no haya cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre, y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro Padre". Yo sé que cada uno de nosotros hemos conocido la verdad de estas palabras. Gracias a Dios que en Cristo hay libertad. Cristo vino a morir para libertarnos del pecado. para libertarnos de las consecuencias del pecado. Pero tiene que empezar con reconocer que somos esclavos. El problema es que demasiadas veces nosotros creemos, bueno, yo no soy esclavo. Sí tengo ese pecado en mi vida, pero no soy esclavo a ese pecado. Yo puedo controlarlo. Yo sé que, yo creo que eso me va a hacerme que yo puedo subir en el trabajo. Yo creo que eso me va a traer placer o gozo. Y no es mucho, solo es una pequeña cosa. Pero siempre, el pecado siempre nos lleva a donde no quisimos ir. Y tenemos que confesar, ahora es pequeño, pero si dejo ese pecado, seguir en mi vida va a crecer y crecer y crecer. Y tengo que ahora reconocer cuán malo es este pecado, confesarlo al Señor y pedir su gracia para cambiar. No sé cuál pecado es en su vida. A lo mejor es chisme, a lo mejor es mentira, a lo mejor lujuria, a lo mejor envidia, a lo mejor egoísmo, enojo, pereza. Pero si sabemos que hay pecado en nuestras vidas y pensamos que vamos a controlarlo, estamos engañándonos a nosotros mismos. Y un día vamos a levantarnos y encontrarnos en un lugar haciendo cosas que nunca pensábamos que íbamos a hacer. Entonces tenemos que decir al Señor, Señor, no importa si soy hijo de Abraham, no importa si soy miembro de la iglesia bíblica bautista de Antioquía. No importa si soy pastor. Si yo juego con el pecado, siempre voy a terminar en un lugar donde no quiero terminar. Entonces tengo que pararlo ahora. Tengo que arrepentirme ahora, darme la vuelta ahora. Tengo que rogar al Señor y confesar ese pecado y buscar la gracia y el perdón de Dios para cambiar ahora, para que Él me libre del pecado y de las consecuencias seguras que vienen con el pecado. Padre, hemos leído esta noche uno de los pasajes menos agradables de la Palabra. Pero uno de los pasajes más importantes para aceptar. Señor, yo sé que muchas veces en mi vida he dejado a diferentes pecados crecer por un tiempo y Al principio pensé que nunca iba a hacer cosas que terminé haciendo. Señor, si hay alguien aquí, seguramente que muchos de nosotros tenemos pecados en nuestras vidas y sabemos que no te agradan a ti, pero no queremos dejarlos. Pensamos, bueno, yo sé que no es muy bueno, pero Yo puedo controlarlo y está dándome algo que yo creo que quiero, que es importante, que es bueno. Señor, ayúdanos a reconocer que el pecado siempre nos engaña. Y siempre obra poco a poco a poco. Hasta que terminamos destruyendo todo. Hasta que terminamos haciendo cosas que nunca pensamos que íbamos a hacer. hasta que terminamos matándonos a nosotros mismos como esos lobos. Señor, guárdanos de nosotros mismos. Señor, ayúdanos a tomar en serio tu palabra. Que hay un camino que parece bien para el hombre.
Lot en Sodoma
Series Génesis
Iglesia Bíblica Bautista Antioquia
Sermon ID | 21025171752427 |
Duration | 33:48 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | Genesis 19 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.