00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Hemos cantado un himno en que el autor prácticamente lo que ha hecho ha sido poner música al Salmo 23. Casi casi podríamos decir que hemos hecho la lectura del Salmo en esta tarde. Pero vamos a leer solamente el versículo 1. Del Salmo 23 que dice el Señor es mi pastor. Nada me faltará. Vamos a presentarnos nuevamente en oración delante de nuestro Dios. Señor y Dios nuestro. Reconociendo esa grandeza como nuestro Dios soberano, como hemos cantado, queremos exaltarte, queremos darte gloria. Tú que has obrado, Señor, por medio de tu providencia en la creación. Tú que nos has mostrado tu gran misericordia, tu verdad, tu compasión, que nos has revelado tu voluntad por medio de tu palabra. Ahora en esta tarde queremos exponernos delante de ella para que tú nos hables, para que tú traigas, Señor, a nuestro corazón las enseñanzas de tu palabra y por medio de ella podamos ser edificados, que podamos colocarnos, Señor, en esa posición de oveja que mira su pastor, que espera, confía y descansa en él para ser guiado, Señor, Llévanos, llévanos Señor por tus sendas, llévanos por tus caminos hacia la santidad y hacia la gloria. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén. En la ocasión anterior, el domingo pasado, comenzamos un estudio de este Salmo 23 y lo hicimos mirando el trasfondo en el que se encuentra el Salmo. Para ello, consideramos tres textos, tres pasajes del Nuevo Testamento que trasladamos al contexto del Salmo, mirando también algo del contenido del Salmo 22 y del Salmo 24. entre el que se encuentra el Salmo 23, como dijimos, y que forman algo así como una trilogía. Tres salmos que tienen una continuidad. En esos pasajes apreciamos a Cristo como pastor desde tres perspectivas distintas. Lo vimos como el buen pastor que da su vida por las ovejas. Esto es Cristo pasando por su propio sacrificio para traer salvación. Vimos al gran pastor El que fue librado de la muerte para ser el pastor eterno, que vive y que se desvive por su rebaño. Y por último vimos al príncipe de los pastores, el que teniendo autoridad entregará coronas de gloria a los suyos. Hacíamos referencia a que lo primero que encontramos en el Salmo es un reconocimiento de Cristo como pastor. Así las palabras de David con las que comienza el Salmo. El Señor es mi pastor. A lo largo del salmo veremos cómo en esa relación íntima que se muestra aquí se distinguen dos direcciones, como dos líneas, desde el pastor hacia la oveja y desde la oveja hacia el pastor. Dos direcciones en las que vemos que en una dirección dice, junto a aguas de reposo me pastoreará. Vemos el pastor actuando de una cierta manera para con sus ovejas. Y en la otra dirección leemos, no temeré mal alguno. Vemos la actitud de la oveja para con su pastor y así vemos lo que el pastor hace por sus ovejas y al mismo tiempo vemos cómo está la oveja, en qué actitud permanece, qué hace ante el cuidado amoroso, ante esa guía que su pastor ejerce sobre ella y cómo ve y responde ante eso que el pastor hace por la oveja. Debemos destacar el centro sobre el que gira este mensaje, la figura del pastor vista desde la mirada de aquel que se encuentra bajo el pastoreo. Y por eso el salmo comienza diciendo Jehová es mi pastor. El sentido que esto tiene en otros pasajes de las escrituras es que las ovejas le pertenecen al pastor. Cristo, el pastor eterno, el salvador de su rebaño, Y hemos de aclarar que no es que uno diga, bueno, pues yo voy a acercarme al rebaño de Cristo. Yo voy a quedarme por ahí, entre esos, porque los que están con ese pastor siempre están en pastos delicados, donde hay aguas, donde nunca les falta nada. Parece que en ese sentido hay cierto atractivo. Pero no, es Cristo el que ha llamado y es Cristo el que ha juntado a su rebaño y a esos que el Padre le dio son sus ovejas. Vimos lo que le costó a Cristo ser el pastor, tuvo que pasar por la cruz, tuvo que hacerse hombre y pasar por la cruz y por la muerte. Ahora, en esta tarde, por medio de otros pasajes de algunos textos, algunos que quizás mencionamos también el otro día, vamos a mirar cuáles son sus implicaciones como pastor. ¿De qué forma actúa? ¿Cómo nos presenta la Biblia la figura del pastor? para después ir descubriendo en el Salmo esas implicaciones según vamos avanzando en su estudio. Esta labor es para descubrir y para conocer al pastor del Salmo 23, que es también mostrado en toda la Biblia, en toda la Escritura. Para que en verdad podamos llegar a decir honestamente Jehová es mi pastor. Pero que lo digamos honestamente, no porque lo lees aquí, no porque lo ves en este precioso y hermoso salmo, tampoco porque tú te hayas acostumbrado a decirlo, porque lo sabemos de memoria, porque lo hemos oído mucho desde niños, que puedes llegar a ser como quien hace un rezo. No, es que en tu corazón tú reconoces a Cristo como tu pastor. Veamos entonces esas implicaciones de ser pastor en los siguientes textos y que ahí podamos ver a Cristo. por medio de estas lecturas y de sus enseñanzas. Vamos a ir en primer lugar al Salmo 78. Salmo 78, versículo 52 al 55. Dice el Salmo 78, versículo 52. Hizo salir a su pueblo como ovejas y los llevó por el desierto como un rebaño. Los guió con seguridad de modo que no tuvieran temor. Y el mar cubrió a sus enemigos, los trajo después a las fronteras de su tierra santa, a este monte que ganó su mano derecha, echó las naciones de delante de ellos, con cuerdas repartió sus tierras en heredad e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel. Este salmo nos habla de cuando Israel salió de Egipto, y cómo Dios tenía cuidado de su pueblo, todo lo que Dios hizo por ellos en esa salida, en ese peregrinaje, conduciéndolos de día y de noche, guiándoles, alumbrándoles sin apartarse de ellos. Eso es lo que hace Cristo por la iglesia. Habiéndonos sacado de la esclavitud de nuestros pecados, habiéndonos liberado de ese Egipto en el que nosotros estábamos presos, Ahora nos conduce guiándonos, nos conduce alumbrándonos por medio de su palabra. ¿Con qué compara el pueblo este salmo? Con un rebaño de ovejas. Esa es una figura frecuente en las escrituras y no sólo de David. Pero miren también otra cosa que se desprende de ahí y que nos habla del pastor. La fidelidad de Dios para con los suyos. Y esta fidelidad casi siempre está en contraste con la deslealtad de los suyos hacia él. Estas cosas que Dios hace por su pueblo formaban parte de sus propias promesas hacia él. Dios cumple sus promesas. ¿Y cómo responde el pueblo ante el cumplimiento de esas promesas para bien, ante esas muestras de Dios hacia ellos? Versículo 56. al 58 dice esta es la manera en que responde el pueblo pero ellos tentaron y enojaron al dios altísimo y no guardaron sus testimonios sino que se volvieron y se revelaron como sus padres como sus padres habían hecho se volvieron como arco engañoso le enojaron con sus lugares altos y le provocaron acelo con sus imágenes de talla Un pueblo como un arco engañoso, dice ahí, como un arco que no hace su función. Las flechas que dispara ese arco salen desviadas, no salen hacia donde tienen que ir o el arco se rompe cuando lo vas a usar. No es válido, es engañoso, no te puedes fiar de él, no es fiable. Pues así habla del pueblo, inestables por su desobediencia y por su idolatría. ¿Cuántos beneficios pone Dios delante de los suyos? ¿Cuántos bienes? ¿Cuánta bendición derrama Dios para con su pueblo? ¿Y en cuántas ocasiones los suyos parecen no haber recibido nada? Actúan para con Dios como si Dios no hubiera hecho nada por ellos, como si Dios no les hubiera dado nada. Y esto nos lleva a una gran verdad. La gratitud conduce a la fidelidad. ¿Saben cuál es una de las cosas que distingue al ingrato del agradecido? La gratitud. No es solo decir gracias ante un favor recibido. Eso es lo que le queremos inculcar a los niños desde que son pequeños. Hay que decir gracias. Hay que ser agradecidos. Pero decir gracias no es suficiente. ¿Eso qué diferencia? Es que al ingrato le cuesta reconocer por qué dar gracias. No lo ve. no percibe, no entiende. Pero el que experimenta gratitud se siente favorecido, ve el favor de Dios, ve el bien de Dios, lo percibe y siente gratitud. Y esa gratitud la expresa con palabras, pero también con algo más. El creyente expresa la gratitud en obediencia. vamos a otro texto Isaías capítulo 53 vamos a leer ahora en Isaías perdón Isaías 63 versículos del 10 al 14 este salmo que habla también del pueblo de Dios dice Isaías 63 10 mas ellos fueron rebeldes e hicieron enojar su santo espíritu por lo cual se les volvió enemigo y él mismo peleó contra ellos Pero se acordó de los días antiguos de Moisés y de su pueblo diciendo, ¿dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu? ¿El que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria? ¿El que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo? ¿El que los condujo por los abismos como un caballo por el desierto sin que tropezaran? El espíritu de Jehová los pastoreó como a una bestia que desciende al valle. Así pastoreaste a tu pueblo para hacerte nombre glorioso. De estos versículos vamos a destacar dos enseñanzas y creo que son importantes. Aquí vemos que está también hablando de Israel al comienzo de su peregrinaje y lo hace recordando una rebeldía. y está nuevamente recordando las misericordias de Dios como la multitud de sus piedades. Como dice el versículo 7 de las misericordias de Jehová haré memoria. En primer lugar vemos en este pasaje que Dios para ejercer el pastoreo sobre su pueblo se vale de hombres sobre los que pone su espíritu. Fijen, miren ahí la mención que hace a Moisés, a la figura de Moisés. Miren aquí a Moisés, el pastor de su rebaño. Estos hombres que Dios pone ahí ejercen un ministerio en medio del rebaño de Cristo. Dios los pone y los capacita por su espíritu para llevar a cabo esa tarea de edificación y guía del pueblo como vemos en Moisés. Y ese tratamiento que le corresponde a Cristo como pastor se lo otorga también a ellos. Así vemos a Moisés como pastor de Israel, ejerciendo de guía y haciéndolo bajo la dirección del espíritu de Dios. Dios dispone los medios para que la iglesia sea edificada. Dios habilita pastores para que se haga un correcto de esos medios en la iglesia. Ponen ellos su espíritu y lo hace de una manera especial con el propósito de transmitir a través de ellos su santa voluntad para la iglesia. Dice que Dios los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria. Fíjense qué expresión más interesante. Dios los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria. La derecha de ese siervo, pero en ella estaba el brazo de Dios. miren lo que dicen hebreos 13 17 y aquí en hebreos está hablando de los pastores les dice ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta dar cuentas a quien dar cuentas a cristo el gran pastor de la iglesia que los colocó en ese lugar en ese ministerio, en ese tratamiento como pastor. Hermanos, algunos quizás ven el hecho de que Dios les pedirá cuentas a ellos por sus errores antes que el honor que ellos tienen como pastores. Por cuanto son hombres, por cuanto cometen errores, pero algunos ven antes eso, que Dios les va a pedir cuentas, que el honor que Cristo les ha dado como pastor sobre su rebaño, Pero al decir esto en hebreo lo hace para llamar a la obediencia ante la responsabilidad que ellos tienen de conducir la iglesia de Dios. Y estas cosas ahí se las están diciendo a la iglesia. Al hablarles de ciertos deberes que ellos han de tener en cuenta. Y es ahí que les dice, acordaos de vuestros pastores. No que les dice esto a los pastores expresamente, lo que hemos leído, sino a la iglesia, para que tengan en cuenta estas cosas y para que los tengan en cuenta ellos. La segunda enseñanza del pasaje la vemos al final del versículo 14. Así pastoreaste a tu pueblo para hacerte nombre glorioso. En la manera y con los instrumentos que se mencionan en esos versículos, guiando. conduciendo a los suyos por medio de hombres. En esa manera, Dios tiene otro propósito aún mayor que el bienestar del pueblo. Mostrar su propia gloria, mostrarla en y a través de sus escogidos. ¿Dios necesita más gloria a su nombre? ¿Será porque aún se le puede añadir más gloria? pero no es él el alto, el sublime, cuyo nombre es el santo? ¿Acaso podremos nosotros añadir gloria a aquel que le pertenece toda la gloria? Hermano, debes saber que tú y yo, como miembros de la iglesia de Cristo, somos muestras vivientes del Cristo glorioso. Somos un testimonio vivo de lo que Cristo ha hecho en nuestras vidas. A través de la iglesia, Él se manifiesta al mundo. Nosotros somos testimonio de la obra de salvación por medio de Cristo, lo que Él ha hecho en nosotros. Por ti y por mí, Cristo recibe y muestra su gloria ante los incrédulos. Entonces, piensa en lo que significa cómo andas tú. ¿Cómo ando yo entre los que nos rodean y lo que los demás perciben de nosotros? ¿Tú causas un impacto en las personas por cómo te conduces en todos tus asuntos, en tu vida, en tus actividades, en todo lo que haces cada día, dondequiera que estás? ¿Tú causas un impacto? Cuando ellos saben que eres un creyente, porque te declaras como creyente, quizás, y seguramente ellos no comprendan los principios por los que tú gobiernas tu vida, no sepan de las enseñanzas de las escrituras, no sepan de las doctrinas, ni la sana doctrina, ni esta enseñanza, ni la otra, ni los principios prácticos que tú quieres aplicar a tu vida como creyente, no sepan de nada de eso. Pero dirán que eres diferente. Y lo dirán porque lo eres. Eres miembro de la iglesia de Cristo, rebaño, cordero, perdón, oveja de su rebaño, oveja del rebaño de Cristo. Y si es así, entonces has de conducirte como tal, como si llevaras la gloria de Cristo delante de ti. Vamos a ir a otro texto. Isaías, ahora sí 53, versículos 6 y 7. Este pasaje tan conocido por todos. Todos lo conocemos y este pasaje se refiere a nosotros. Todos nosotros nos descarriamos como oveja, cada cual se apartó por su camino. Mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca. En esta cita recordamos de nuevo lo que le costó a Cristo llegar a ser el pastor. Para ser pastor hubo de pasar por esto. Un pasaje profético que nos habla de la actitud y la entrega de Cristo ante su sufrimiento. Y este texto hace que nos preguntemos si nos cuesta mucho ser obedientes ante la posición que nosotros debemos de ocupar. Casi nadie quiere sujetarse a unas normas establecidas para todos. hay normas, hay leyes que cumplir, hay normas que seguir, pero la mayoría prefieren seguir por libres en todos los sentidos. Ese es el cada cual por su camino, andar según nuestra mente, según nuestro criterio, en nuestra propia libertad, sin tener que dar cuentas de nuestros actos. ¿Quién quiere ser como una oveja? Como esa frase despectiva que en ocasiones hace alusión a los creyentes, parecen corderitos, como que hacen todo lo mismo, siguen todos lo mismo o al mismo. Pues miren aquí la actitud de Cristo. La actitud de Cristo se compara con la de un humilde cordero que es llevado al matadero. Pero no una oveja, sino la cría joven de una oveja. que de forma inconsciente se dirige a su muerte. La llevan a esa cría sin dar el más mínimo pataleo. No se queja, no se esfuerza en luchar. Un corderito. Jesús, sabiendo hacia dónde se dirige, lo hace en obediencia. No se resiste. A pesar de que sabe a dónde va, se entrega de forma voluntaria. No se resiste a pesar de que le causa dolor, un dolor en todos los sentidos. Esa es la actitud de Cristo. Y así es comparado como un cordero, como la cría joven de una abeja. Y también es comparado con la oveja, que es trasquilada sin queja alguna. Se coloca allí y la trasquilan sin decir nada. ¿No le llama la atención lo que Cristo se hizo para ser el pastor de sus ovejas? de esas que están descarriadas y que deben ser llevadas al redil, se hizo como uno de esos animales dóciles. ¿Recuerdan al eunuco en el capítulo 8 de Hechos, al que Felipe le anunció el evangelio de salvación? No vamos a leerlo. Este fue el pasaje que estaba leyendo. Este fue el pasaje que dio pie a su conversión. Y el eunuco preguntó, ¿de quién dice el profeta esto? Estas cosas, como un cordero fue llevado al matadero, como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, no abrió su boca. ¿De quién dice el profeta esto? ¿Cómo le llamaría la atención a este hombre esta forma de presentársele al Hijo de Dios? Como cordero fue llevado. Emudeció, no abrió su boca. ¿Cómo contrasta esto con la idea de alguien que viene a dar libertad, que viene a liberar? Un cordero que se dirige a la muerte, al sacrificio, sin abrir su boca. Cristo, dócilmente, para cumplir ese propósito para el que fue enviado al hombre, morir por nuestros pecados y ser nuestro gran pastor, habiendo pasado por ahí. Eso nos lo recuerda Apocalipsis 7, 17, donde dice, porque el cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua de vida. El cordero que está en medio del trono los pastoreará. El cordero que es pastor, un pastor que es pastor, por haber pasado por ese camino del cordero. Vamos a otro texto. Este texto que también mencionamos el otro día y que todos conocemos también, Juan 10, 27. El Evangelio de Juan, capítulo 10, versículo 27, dice, mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen. Esto es lo que nos dice la Escritura. un pastor que llama a los suyos, a los que han de creer para ser salvos. Y así, Cristo va juntando un rebaño de hombres y mujeres para que le sigan, para que le sirvan, para que le adoren. Tú, creyente, tú también fuiste añadido cuando Cristo te llamó y lo hizo trayendo a tu mente lo que tú eras. ¿Cuál era tu condición? Y lo que Cristo hizo por ti lo trajo a tu mente. Te declaró tu pecado y tú conociste la sentencia por ese pecado. Viste a Cristo en el Calvario y viste cómo Él te abrió las puertas de la redención. ¿No fue así tu salvación? ¿No pasaste así a ser oveja del rebaño de Cristo? Creo que este es un buen versículo para empezar a considerar el tema del Salmo 23, para tenerlo en nuestra mente, que nos dará luz en lo que podemos encontrar en este Salmo. Tenemos una afirmación del Señor Jesús acerca de esos que hemos dicho que le son entregados por su Padre. Si en el Salmo encontramos que se nos habla de una relación estrecha entre el pastor y sus ovejas, aquí Jesús apunta una relación personal pero una relación creada por vínculos espirituales. Él no se refiere a que tuviera ovejas que cuidaba y que le respondían cuando las llamaba, como si supiese sus nombres simplemente. Él se está mostrando como el salvador de almas y se identifica con ellos, con esos que llama ovejas, se identifica con sus ovejas. Y lo hace primeramente diciendo que son suyas, mis ovejas. Creo que es apropiado detenernos en estas palabras de Jesús para sacar algún punto que nos será de utilidad en esta exposición. Y además, si tenemos en cuenta que el Salmo 23 está escrito en forma figurada, nos hemos de apoyar en otros textos de las escrituras que guarden una relación directa. Esa relación con lo que dice el Salmo para poder comprenderlo, para poder entenderlo. Y en estas palabras de Jesús tenemos un contexto adecuado para considerarlo. Aquí se nos habla de pertenencia y pertenencia como una propiedad. Esta pertenencia no es como la de personas que siguen a alguien, que lo hacen como un mayor o un menor grado de discernimiento. Esos que dicen soy de o sigo a se llevan por pensamientos ideales. y esas cosas marcan su vida siguen a tal persona o tal filosofía o tal pensamiento y eso lo absorben en su mente y marca todo lo que hacen por tal o por cual o posturas ante equipos deportivos yo soy del tal o soy del cual y su vida está marcada por todo eso se visten con las ropas de ese equipo todo lo que hacen es pensando en esas cosas Pero aquí nos habla de creyentes que siguen a Cristo y que lo hacen con un interior renovado. Lo hacen con toda su mente y con todo su corazón. Se entregan firmemente y fielmente a su pastor. Una de las cosas que más se inculca en la mente es el derecho a la libertad y a la autonomía en muchos sentidos. Incluso con referencia a esto, se le dice a los niños que se les debe de procurar el entorno idóneo para que ellos sean capaces de tomar sus propias decisiones sin tener que depender de los mayores. Se persuade a la independencia del ser humano, a la libertad de pensamiento. Nadie quiere ser el cordero que es llevado, nadie. Decir que se depende de otro es como si fuese algo que degrada a la persona. Todos quieren tener derecho a ser uno mismo, sin que sean otros los que marquen las pautas por las que hay que pasar, lo que hay que hacer. Esto, aparte de que suena bien, que puede tener su sentido, En algún sentido puede ser correcto tener una capacidad de pensamiento, una capacidad de razonamiento propio. Eso es bueno. Pero esos principios también han llevado a la rebeldía, rebeldía hacia las leyes, rebeldía hacia los padres, rebeldía hacia toda autoridad. Por seguir y tener esa libertad de pensamiento y hacer lo que uno quiere, andar por nuestros propios caminos, o en la iglesia. Una rebeldía hacia los pastores. Hacia la dirección creada por Cristo en la iglesia. Donde prima eso de la democracia y los derechos que cada uno tiene. Bajo esos derechos donde los pastores tienen que estar bajo los criterios de cada uno. Hacer lo que uno piensa. Y han de entrar por ahí. Nosotros decimos que Cristo es nuestro pastor. Lo decimos a boca llena. Forma parte de nuestro vocabulario. Cristo es nuestro pastor. Pero hermano, hasta eso puede que sea más fácil de decir que nosotros somos sus ovejas. Decía el Salmo 100 reconocer que Jehová es Dios. Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos y ovejas de su prado. En las palabras de Cristo que hemos leído, no hay un término medio. En las palabras que leímos en Juan 10, no hay un término medio que proponga al creyente la posibilidad de tomarse su relación con una cierta libertad para tomar decisiones. Él dice, oyen mi voz y me siguen. La cuestión no está en los derechos, ya que él es el que tiene y el que da el derecho. Como dije, eso es lo que primero se distingue, que Jesús le dice que las ovejas, los suyos, le pertenecen. A lo largo de este capítulo de Juan, esta afirmación la repite en varias ocasiones. Insiste en ella y no lo dice con cierto temor, para que esto a los que se lo dice no le malentiendan. Por eso es incrédulos a los que les habla. Lo dice con la boca llena. Lo dice con palabras claras y lo dice sin rodeos. Yo conozco a mis ovejas, mi padre me las dio. Está hablando de personas que son su posesión, son suyas. Y la enseñanza de esto no es algo alegórico, es literal. Cuando se dirija a esos incrédulos en ese capítulo y les habla de ovejas que le pertenecen, Ellos no están pensando qué será lo que se refiere Cristo al decir que tiene ovejas propias, como si hablara en un doble sentido, como quisiera decir otra cosa. En el versículo 26, Jesús les dice, ustedes no me creen porque no son de mis ovejas. Por eso no me creen. Más claro, más claro no lo puede decir. Esos hombres eran religiosos que le habían escuchado quizás en varias ocasiones. esas ocasiones en que él había presentado el evangelio, Jesús les dice, os lo he dicho, como si ya se lo hubiera repetido, os lo he dicho y no me creéis. Y esto era hablando de sí mismo como el Cristo. Este es el comienzo del Salmo, pero desde la mirada de Cristo, mis ovejas son palabras que expresan su pensamiento y su sentimiento hacia los suyos. El resto del Salmo hay que mirarlo desde esa perspectiva, la perspectiva de Cristo. En cada proclamación que encontramos ahí está incluido ese pensamiento de David. Jehová es mi pastor, nada me faltará. Jehová es mi pastor, en lugares de delicados pastos me hará descansar. Jehová es mi pastor, junto a aguas de reposo me pastoreará. Jehová es mi pastor, confortará mi alma. Que Jehová es nuestro pastor está implícito en cada una de las frases que podemos encontrar en el Salmo. Que Cristo es nuestro pastor es algo inherente a cada una de esas declaraciones del salmista. Es la enseñanza que se desprende de todo el Salmo. Jehová es mi pastor, que es lo que cantamos antes. Y el resto son implicaciones que imprimen en el creyente un carácter de seguridad, de confianza, de descanso por cuanto Cristo es su pastor. El salmista declara aquello en lo que al pastor se refiere en relación con sus ovejas. Por ser pastor, por ser pastor, nos puede conducir de la manera en que lo hace. Por ser pastor, nos puede proveer como lo hace. Son los resultados de tener a Cristo como pastor y no hay pastor como él. No hay otro que pueda hacer esa labor como él la hace. Hermano, yo quisiera hacerte una pregunta. Qué significado tiene para ti el que tú pertenezcas a Cristo? El que tú pertenezcas a este rebaño? Tú me puedes contestar que él cuida de ti? que te sostiene, que te guía, que nos ha dejado la Biblia para que sea nuestra guía, nuestra dirección. Y me podrás decir otras cosas quizás así que te vienen a la mente. Pero para que respondas a la pregunta, yo quisiera llevarte hasta el momento de la eternidad en que Dios en su soberanía preparó el plan de redención. Cuando en el trono de Dios Se tomó la decisión de la muerte de Cristo. ¿Sabes en qué estaba pensando Dios para tomar tal decisión? Dios estaba pensando en pecadores como tú y como yo. Y me dirijo a aquellos que han creído con la fe salvadora. Y me refiero también a los que han de creer cuando llegue el tiempo. A esos que Cristo llamará porque son suyos. Dios estaba pensando en ti en particular. Por tu propio nombre, si tú lo quieres ver así. Cristo sería enviado a morir por ti. Hacerse hombre y morir en la cruz por ti. El Dios de los cielos. El Dios de toda creación. Estaba planeando algo tan grande. Y tan terrible a la vez. Y lo estaba haciendo por ti. incluso mucho antes de tu nacimiento, desde la eternidad. Y llegado el tiempo aceptable, llegado ese momento de Cristo en sus propósitos divinos, fuiste llamado a la salvación. ¿Cómo puedo comprender tal cosa? Mi mente se abruma ante esa realidad. No lo puedo entender. ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú? ¿O tú acaso piensas que lo merecías? ¿Que eras digno de que Cristo muriera por ti? Si piensas que el Hijo de Dios debía de morir por ti, y debía de hacer esta obra de redención por ti, algo tienes que arreglar. Algo no está bien en tu interior. ¿Qué significado tiene eso para ti? Con esta pregunta yo no intento que sea una pregunta trivial que apele a las emociones, sino que consideres lo que significa tener un pastor como Cristo. Considéralo. Lo que significa e implica pertenecer al rebaño de Cristo. Ya lo vimos cuando miramos el Salmo 22 el otro día, para descubrir a Cristo en el Calvario, en ese lugar clamando, lleno de dolor, sabiéndose desamparado. ¿Por qué tuvo él que pasar por eso? Lo hizo voluntariamente, pacíficamente por ti y por mí. Oirá en mi voz y habrá un rebaño y un pastor. David se ve en ese rebaño y reconoce a su pastor. Pero sin embargo, hay creyentes que andan como si no tuvieran pastor. andan por sus caminos, en su vida, en sus pensamientos, en sus actitudes. No se plantean el hecho de que Dios los ha colocado en una posición y en un lugar concreto en sus vidas y los ha colocado en esta iglesia y en esta iglesia local. Dios los ha colocado en una posición y un lugar concreto simbolizado en este texto del Salmo 23 por una oveja y un rebaño. Pero más bien viven como si para ellos todo fuera igual que para otros que no conocen a Cristo. Y viven así. Si desean un estilo de vida como el de otros, piensan que tienen derecho a tenerlos. Porque no se ven a sí mismos dando cuentas a nadie de lo que hacen. Quieren tener su propia vida. En teoría se reconocen hijos de Dios, pero solo llegan hasta ahí. hasta ese reconocimiento personal, la puerta de la obediencia, la puerta de la dependencia, del compromiso, de la fidelidad. Esa puerta la dejan cerrada y la dejan cerrada porque les cuesta un sacrificio personal. No quieren ver lo que hay detrás de esa puerta cerrada. Así que se mantienen al margen. Esa tu noción de la pertenencia a Cristo. Quiero invitarte a que pongas toda tu intención y todo tu esfuerzo en abrir esas puertas que aún permanecen cerradas para ti, las que te llevan a la obediencia, a la fidelidad, al compromiso. Lo que vas a encontrar tras ellas, ¿sabes qué es, hermano? Cuando llegues a la obediencia y a la fidelidad y a esta actitud hacia tu pastor, cuando abras esas puertas, lo que vas a encontrar son esos pastos y esas aguas tranquilas de las que nos habla el Salmo. Porque esas cosas solo se ven en la obediencia y en la dependencia. Pero quizás esperemos que estas cosas formen parte de una manera natural en nuestras vidas, sin llegar a la obediencia y a la fidelidad a depender de Cristo. Hemos visto la fidelidad de Dios para con los suyos a través de estos textos que hemos leído y con esta fidelidad hemos visto la gratitud. También que Cristo para ejercer el pastoreo sobre su pueblo se vale de hombres sobre los que él pone su espíritu. Por el pastoreo muestra su propia gloria a través de sus escogidos. Y por último, en el texto de Juan, hemos visto esto sobre la dependencia. Mis ovejas oyen mi voz. Yo las conozco y me siguen. Mis ovejas. Vamos a ir concluyendo. En esta conclusión miremos qué es lo que llegamos a alcanzar por tener un pastor como Jesucristo. Hemos mirado a Cristo. Hemos mirado esas implicaciones como pastor. ¿Por qué es pastor? ¿Qué hace como pastor? Ahora, ¿qué llegamos a alcanzar por tener un pastor como Jesucristo? Y así entramos en las declaraciones del salmista. David primero reconoce a su pastor, pero después contempla qué es lo que su pastor le pone delante y le dice, nada me faltará. Este nada me faltará no se refiere solo a cosas materiales o ciertos beneficios que su pastor le quiera dar. sino es algo mucho más completo y mucho más extenso. Es una situación, una posición en la que lo coloca, en la que pone a la oveja. Es una forma muy especial de tratar con él, de conducirlo hacia un lugar determinado. Consideren lo que David dice en el Salmo y consideren que lo que él dice es el resultado de que Dios es fiel para con los suyos. y nos expone cómo es esa relación pastor oveja. Y lo hace en distintos aspectos. Porque el Salmo no son sólo delicados pastos. Aguas de reposo, esto que nos suena también. El Salmo 23 no es sólo eso. También hay vara. La vara de la corrección para tratar con nosotros en la infidelidad. Lo primero que nos dice David es que nada nos faltará. ¿Cuáles pueden ser las necesidades que dice David que le serán cubiertas por su pastor? Ese nada nos faltará. Porque a nuestra mente pueden venir muchas cosas. ¿Qué, hermano? ¿Qué viene a ti, a tu mente, cuando tú lees nada nos faltará? A primera vista, pudieran parecer necesidades comunes a todos. Alimento, descanso, cuidado, trabajo, todo lo necesario para nuestra vida. Nada me faltará. Vayamos a un texto, Filipenses, capítulo 4, versículo 19. En estas palabras de Pablo a los creyentes de Filipo les dice, 4, 19, Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Estas palabras que escribe Pablo parecen palabras de ánimo, pero están cargadas de una gran confianza en su señor. En esta promesa que transmite Pablo, miren y observen no tanto la promesa en sí, sino deténganse a observar a observar a aquel que la escribe. Pablo realmente quiere darles palabras de confirmación y de confianza en Dios. Dios va a darles lo que ellos necesitan. ¿A quién no le anima eso? Ese consuelo haría que nuestra mente se extendiera, pensando cuántas cosas forman nuestra necesidad. Pensando en, como decía, todas esas cosas que pueden venir a nuestra mente, las cosas que necesitamos, primordiales para nuestra vida y quizás algo más. Y pensando en todas esas cosas, hacer una lista de peticiones. para después llevarlas al trono de la gracia en oración, llevarlas hasta aquel que es dador, el dador de todo bien, y presentárselas delante. Nada me faltará. Presentársela para que Dios nos conceda todas nuestras peticiones. Pero cuando Pablo escribe la carta, expresa cosas que nos harían recapacitar y nos harían poner el énfasis en algo más. Pablo se encuentra preso en Roma. Está probablemente esperando su ejecución. Está esperando que lo maten. En esa situación, muchos estarían en un estado de desánimo por esa expectativa, la muerte y además sufriendo. Ser ejecutado en breve. Pero Pablo ha recibido una visita. Es una visita especial de un hermano que es enviado desde esa iglesia de Filipo. Y ahora, un tiempo después, les escribe, diciéndoles que lo que ellos le enviaron hace que tenga abundancia y se goza en ello. Miren el versículo 18. Pero todo lo he recibido y tengo abundancia. Estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis. Olor fragante, sacrificio, acepto, agradable a Dios. Para él, esas cosas que recibe son un sacrificio aceptable a Dios. Le da un valor, una importancia por encima de lo material. No eran simplemente bienes, cosas. que resolvieran algunas de sus necesidades en el momento y en la situación que se encontraba. No, sino que para él tienen un significado especial. Y si bien provienen de otras personas, de estos hermanos, Pablo lo relaciona con Dios. Pablo mira a Dios al ver esas cosas y dice, mi Dios pues suplirá. ¿No les recuerdan estas palabras? Mi Dios suplirá todo lo que os falta. ¿No les recuerdan estas palabras a las de David en el Salmo? Jehová es mi pastor, nada me faltará. En contextos similares tienen la misma motivación. Pablo también imprime un sentido de posesión y pertenencia. Mi Dios, mi Dios. Una gratitud a Dios por lo que recibe. Y esto no es algo que se pueda ver fácilmente, cuesta verlo. Creyentes, cuando pasan por una situación precaria, una situación económica, enfermedad o otras situaciones que pueden caer con facilidad en el desánimo y en la amargura, rara vez se ve a alguien que se contente con lo poco que tiene para unas mínimas necesidades. Lo que vemos aquí es el contentamiento ante el reconocimiento de la providencia de Dios. Viendo al soberano, se acepta lo que uno tiene y la situación en la que uno se encuentra como algo que forma parte de la voluntad de Dios. Algo que es para su perfección, para su santificación. Y ve la mano de Dios, ve la providencia de Dios, Y esto produce gratitud hacia Dios y produce contentamiento. Miren en Filipenses también capítulo 1, versículos 3 y 4, doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros. Esto, esto que vemos en Pablo, esta actitud solo se puede ver en el que ha percibido la gracia de Dios. Y aquí hay un empleo de la mente y del corazón hacia esas cosas que provienen de Dios. Pablo dice que esa gratitud es cada vez que se acuerda de ellos. Cada vez que su memoria le trae a la mente a esos hermanos y lo que han hecho por él. A pesar de que se encuentra en aflicción, preso y esperando ser ejecutado, a pesar de eso, pero ahí su mente se ocupa en recordar las bendiciones de Dios. Pero eso no es algo como un ejercicio mental para recordar cosas agradables y como que al traer cosas a nuestra mente, pues nos sentimos tranquilos, contentos. No, Pablo lo hace con gozo. Aunque está en la situación que está, su corazón está gozoso. Pablo les dice al final de la carta es que esos hermanos van a recibir de Dios todo lo que les falta como una respuesta a lo que ellos han hecho por él. Esas ofrendas que le han enviado, ese amor que han mostrado hacia él. Dios se los devolverá en forma de bendición y será conforme a las riquezas de Dios. Si tú necesitas pedir algo a alguien, Se lo vas a pedir a alguien que te lo puede dar. Le pedirás según sus posibilidades. Dios posee los cielos de los cielos. Y así Pablo les dice mi Dios, pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en Cristo Jesús. Dios quiere abrir los cielos para derramar su bendición. Pero espera que tú estés como tienes que estar, en el lugar que tienes que estar, siendo fiel ante su fidelidad, en obediencia donde él te ha colocado, en su gestión a los que ocupan el lugar de Cristo entre nosotros. Esos que están interviniendo en el cuidado de tu alma, Recuerda que sobre ellos está el espíritu de Dios. Y considera también cómo te conduces en todas las áreas de tu vida. Todo eso que tú haces, dondequiera que tú te conduces, todas esas cosas y situaciones son una muestra de la gloria de Dios. Manifiesta a Dios su gloria a través de ti, tanto a tus hermanos como a los incrédulos. Considera que tu pastor es Jesucristo, el que dio su vida por ti. El nada me faltará no es tanto tu percepción acerca de tus propias necesidades, sino el contentamiento ante su providencia en su soberana voluntad. Su trato contigo es para mostrar su gloria por medio de ti en tu obediencia y fidelidad. El contentamiento es una confianza interna en la soberanía y la voluntad de Dios. Y esa confianza interna produce gozo, produce paz, produce gratitud. Produce gratitud a Dios en la vida de un creyente. Independientemente de las circunstancias externas, las situaciones por las que puedas estar pasando, el Señor es mi pastor, nada me faltará. Y ves la mano de Dios en su providencia, el nada me faltará. Creo que va más por esta idea del contentamiento en la confianza en Cristo como pastor. Esta es una verdad que fortalece el alma. El bien y la misericordia de que nos habla el salmo también están dentro de los propósitos de Cristo en su soberanía y en su providencia para cada uno y para la iglesia. Cuando lo reconocemos, cuando reconocemos eso y nos sometemos a Cristo, estamos entonces en el camino para alcanzar la confianza en el nada me faltará. Para terminar, quisiera dirigirme a aquellos que no forman parte del rebaño. Amigo, quisiera traer de nuevo a tu mente las palabras de Jesús, diciendo que tiene otras ovejas que traer para añadir a su rebaño. Pero quiero llamarte a reflexionar en las personas a las que hablaba Cristo estas palabras. Como dije antes, quizás ya le hubieran escuchado decir estas cosas que tenían que ver con él mismo. como el enviado de Dios. Pero las palabras de Cristo no traspasaban la barrera hasta el interior de sus corazones. Miren en Juan 10, el capítulo de antes, versículo 24. Miren la actitud y las palabras de estas personas. Y le rodearon los judíos y le dijeron, ¿hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús le respondió, os lo he dicho y no creéis, os lo he dicho y no creéis. Y ellos decían, dínoslo abiertamente, os lo he dicho. Ellos mantenían una actitud hacia Cristo y en esa postura eran incapaces de comprender la verdad que era evidente. Jesús sí sabía de esa actitud de ellos. Como sabe, amigo, cuál es tu postura ante esto que tú has escuchado aquí en esta tarde o en otras ocasiones, quizás muchas veces aquí entre nosotros o joven, jovencito en tu casa, con tu familia. Ante estas palabras, ¿sabes cómo respondieron esos hombres a las palabras de Jesús? A lo que Jesús dijo, dice el versículo 31, volvieron a tomar piedras para apedrearles. Jesús les decía cosas como, yo soy la puerta, el que por mí entrares será salvo y entrará y saldrá y hallará pastos. O les decía, yo he venido para que tengan vida. Y ellos querían apedrearlo por esas palabras. ¿Esa es tu respuesta al evangelio? Si es así, entonces tú estás tirando piedras sobre tu propia eternidad. Cristo se fue de allí después de estas cosas, se fue de allí a otro lugar y allí predicó y allí muchos creyeron en él. Quiera Dios abrir los ojos de tu entendimiento para que también puedas creer que pueda abrir los ojos de tu entendimiento como a otros le fueron abiertos para creer, para que creas en el Señor Jesucristo y Él pueda llegar a ser tu salvador y tu pastor. Nos despedimos en oración. Nuestro Dios y nuestro Padre, nuestro pastor eterno, soberano y rey. Te reconocemos como nuestro Dios, te reconocemos como aquel que tiene autoridad sobre nuestra vida. Reconocemos que nuestras vidas están en tus manos, que dependemos de tu soberana misericordia, de que tú tengas compasión de nosotros. Tú, que has querido acercarte a nosotros, que te has revelado por medio de tu palabra y que has traído bien a nuestras almas, haciéndonos entender el mensaje de salvación en que nos has mostrado a Cristo como aquel que desde la eternidad fue enviado para morir por los pecados, para hacerse hombre, morir en la cruz, resucitar y ahora interceder por todos aquellos que han de formar parte de ese rebaño eterno. Gracias, señor, porque tú nos has traído hasta ahí. Gracias porque tú nos has dado luz para comprender esta obra de misericordia. Pedimos ahora también, señor, que tú tengas misericordia de estos que escuchan estas cosas para que también puedan entender el evangelio, puedan entender la obra de salvación, puedan ver tu misericordia, su propia condición de pecado. esa sentencia señor que nos declara que nos lleva hacia la eternidad en el infierno que lo puedan entender y puedan así acercarse al gran pastor al salvador del mundo aquel que mostró su gran amor acercándose y muriendo en la cruz Haz tu obra, Señor, en medio nuestro. Haz tu obra en medio de tu iglesia y que podamos ser testimonio de esta obra que tú has hecho entre nosotros para que otros puedan acercarse a ti, Señor, para entregar sus vidas a la obediencia y a la fidelidad. Guíanos, Señor, ahora, como nuestro pastor a lo largo de esta semana. Guíanos, pastoreanos, Señor, en todos nuestros caminos En esas situaciones por las que hemos de andar, que en todas ellas, Señor, podamos reconocerte a ti como nuestro pastor, como que estás delante nuestro, para que sí podamos seguir en todos esos caminos haciendo tu voluntad, obedeciéndote, porque tú estás delante de nuestro, marcándonos el camino, alumbrándonos, Señor, por medio de tu palabra. Enséñanos la humildad. Enséñanos la fidelidad. Enséñanos, Señor, a seguirte a ti y no andar según nuestro propio corazón y nuestra propia mente en esa libertad que todos queremos tener. Enséñanos, Señor, para que podamos ser sumisos delante de tu palabra. Acuérdate de aquellos que están en debilidad y nuevamente presentamos delante de ti, señora, nuestro pastor José Antonio, para que tú le fortalezca y le restablezca. Guárdanos y acompáñanos en todo lo que hagamos a lo largo de esta semana. Ponemos todos nuestros caminos delante de ti y así confiamos y esperamos, Señor, en tu santa voluntad. En el nombre del Señor Jesús lo pedimos. Amén.
Nada me faltará
Sermon ID | 19251539413897 |
Duration | 1:04:30 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | Psalm 23 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.