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Santiago capítulo 5, si Dios lo permite, vamos a considerar el versículo 12. Santiago 5, versículo 12. Sé fiel, di la verdad siempre. Sé fiel, di la verdad siempre. ¿Conoces a alguien que siempre dice la verdad? ¿Conoces a alguien que siempre cumple su palabra? Deberías de poder apuntar a todos los creyentes. Deberías de poder mirar a tu alrededor y decir, sí, sí, sí, sí, sí. Porque el creyente siempre debe decir la verdad. su palabra debe de ser confiable. El problema es que no siempre lo es. Y por ello aquí Santiago, Santiago capítulo 5, versículo 12, se enfoca en la importancia de ser fieles con nuestras palabras, de siempre decir la verdad y no tener que intentar eh... presente... eh... apoyar lo que decimos con juramentos. Es decir, créeme, te lo juro. No, no debe ser necesario. Porque las palabras que salen de nuestra boca deben de significar lo que decimos. Si decimos sí, es sí. Si decimos no, es no. nuestra palabra debe de ser confiable debemos siempre decir la verdad aquí en Santiago 5 versículo 12 dice pero sobre todo hermanos míos no juréis ni por el cielo ni por la tierra ni por ningún otro juramento sino que vuestro sí sea sí y vuestro no Sea o no, para que no caigáis en condenación. Eso es Santiago 5, versículo 12. Y es que jurar solo es necesario en una sociedad que no valora la verdad. Un creyente debe tener tal integridad que su palabra es suficiente. Es suficiente para confirmar cualquier asunto. Antes, un apretón de manos, el dar la mano era suficiente para confirmar un negocio. No había necesidad de un contrato, de testigos, no había necesidad de un montón de gente, incluso abogados, y ahora, hoy en día, aún hay personas que rompen contratos firmados. Porque no cumplen su palabra. juran, hacen un juramento, o hacen un compromiso, hacen promesas y no las cumplen. Incluso nunca tenían la idea de cumplirlo. Y por ello aquí Santiago está diciendo, mira, eso entre creyentes no debe ser el caso para nada. Porque el creyente debe de actuar correctamente. debe de ser fiel a Dios en cualquier situación. Y aquí en Santiago se enfoca, aún a pesar del sufrimiento por el cual estés pasando, debes de ser fiel a Dios. Y por ello aquí en versículo 12, Santiago 5, versículo 12, se enfoca en hablar con fidelidad. Por eso dice, No juréis ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento, sino que vuestro sí sea sí y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación. Ahora, esa idea de jurar es la idea de afirmar con una promesa. Incluso la definición de la Real Academia Española es afirmar o negar algo poniendo por testigo a Dios, o en sí mismo, o en sus criaturas. Y entonces, ahí vemos el... el jurar, el como poner testigo, el decir, ¡estoy diciendo la verdad! ¿No? ¡Te lo juro! O... No es mío, te lo juro. No, hay diferentes... diferentes maneras de jurar, ¿no? Lo hemos escuchado. Te juro que digo la verdad. Te juro que lo haré. Te juro que lo hice. Te juro por... lo que sea, ¿no? Puntos suspensivos. Que es cierto. Te juro que no lo hice yo. Te juro que no es mío. Te juro que... de verdad, te lo juro. Etcétera. Lo hemos escuchado. Yo recuerdo de niño, teniendo amigos, que su palabra no haría nada. Y entonces, te lo juraban tres o cuatro veces. ¿Y piensas que le creían? No. A tal punto que llegó el día que este amigo mío se rompió la clavícula y empezó a gritar, a llorar, no sé qué, y nadie le creyó. Se tuvo que ir caminando a casa solo porque nadie le quería acompañar porque no le creían. A ese punto. Era su engaño. Aunque lo podía jurar las veces que quisiera, no lo iba a cumplir. Y entonces, ese no debe ser el caso entre creyentes. Las personas juran por un montón de cosas, ¿no? Puede ser para reafirmar las palabras que han dicho. Lo que están diciendo es cierto y te lo juran. O para comprometerse a una conducta en el futuro. Voy a hacer esto, voy a cumplir de esta manera, de verdad, y te lo juran. Pero lo que Santiago está diciendo, que realmente está enfatizando la enseñanza de Jesús, que Jesús dio en Mateo 5, Santiago está diciendo, mira, tu palabra debe de ser suficiente, debes de decir la verdad, siempre. Incluso podéis notar aquí las primeras palabras de este versículo, Santiago 5, versículo 12, dice, pero sobre todo. Ahora, esas palabras, pero sobre todo, Lo más probable es que tenga una función de indicar la conclusión de la carta, porque está llegando aquí a la conclusión de la carta, y sí está enfatizando su importancia, ¿no? No hay que dejar a un lado la importancia de lo que está diciendo, pero no es probable que esté diciendo que el no jurar sea más importante que pedir sabiduría de Dios. o que hace ser hacedor de la palabra, o de obedecer el mandato de amor, o el de someterse a la gracia de Dios por medio de Cristo. O sea, lo más probable es que no esté diciendo que eso es mucho más importante que el resto de la carta. Simplemente está haciendo una transición a acabar la carta. Como decir, para terminar, o por último, o finalmente, incluso el apóstol Pablo, A veces en sus cartas, como por ejemplo en 2 Corintios 13, 11, dice, Por lo demás, hermanos. Y entonces termina la carta. Tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivir en paz, y en Dios de paz y de amor estará con vosotros. Eso es en 2 Corintios 13, 11. O en Filipenses 4, 8, Por lo demás, hermanos. todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo digno de la danza, en esto pensad". ¿No? Esos filipenses 4-8. Entonces, estas palabras, pero sobre todo, como mencioné, no hay que desechar la importancia, realmente está resaltando la importancia de la integridad, pero lo más probable es que no esté diciendo esto es lo más importante sobre todo lo que he dicho. ¿Vale? cuando dice pero sobre todo es como una una introducción a la conclusión y aquí dice pero sobre todo hermanos míos no se refiere a los creyentes les llama hermanos porque son hermanos en cristo varias veces aquí en en la epístola de santiago dice y dice no juréis ahora es que en la comunidad de creyentes lo que uno dice determina su conducta. O sea, la palabra y la conducta van juntas. En Santiago 3, versículo 2, dice, si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. O sea, si puedes frenar tu boca, tienes la capacidad de frenar todo tu cuerpo, de disciplinar todo tu cuerpo. Y es que aquí Santiago cuando dice jurar, no juréis, no está hablando de malas palabras, no está hablando de palabrotas, no está hablando de insultos. Está prohibiendo invocar el nombre de Dios para garantizar las palabras que uno dice. Como mencioné antes, o sea, jurar, de acuerdo a la RAE, es afirmar o negar algo, poniendo por testigo a Dios, o en sí mismo, o en sus criaturas. Ahora, lo que hay que entender es que el Antiguo Testamento no prohíbe jurar, pero sí exige cumplir la palabra. Nos dice Levítico 19, 12, no jurarás falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios, yo, Jehová". Eso es Levítico 19, 12. No prohíbe jurar, sino que dice no lo hagas falsamente. O sea, si vas a jurar, cumple tu juramento. O si no, realmente estás profanando el nombre de Dios. Estás usando el nombre de Dios en vano. Porque el jurar El juramento está asociado con el nombre de Dios. Y si no cumples lo que has jurado, entonces estás rompiendo ese mandamiento. Estás usando el nombre de Dios en vano. No lo estás respetando y no estás cumpliendo lo que has dicho. En Números 30, versículo 2. Números 30, versículo 2. Cuando alguno hiciere voto, o hiciere juramento, ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra. Hará conforme a todo lo que salió de su boca. Esos números, 30, versículo 2. Entonces, no prohíbe un voto, no prohíbe un juramento, sino que está diciendo, lo que salga de tu boca, cúmplelo. Ponlo en práctica. Entonces, no se debe usar un voto para intentar manipular, No se debe usar un juramento para intentar manipular o para engañar. Ese es el problema. Que la gente usa un juramento, pero realmente el propósito de ellos es engañar. Y eso es lo que Dios condena. Y entonces vemos la importancia de cumplir la palabra. Todo lo que salió de su boca. Hay que cumplirlo. Eso es números 30, versículo 2. Está condenando aquel que toma a la ligera el jurar. Los votos, los juramentos eran voluntarios. Pero eran vinculantes. O sea, no tenías que hacer un voto, no tenías que jurar algo en ese contexto. Era voluntario, pero si jurabas, si hacías un voto, eso te vinculaba. Estabas obligado a cumplirlo. El problema es que algunos no estaban tomando el juramento en serio. Por ello Jesús mismo, en Mateo 23, del 16 al 22, se dirige a los líderes religiosos y dice, ¡Ay de vosotros, guías ciegos! ¿Qué decís? Esto es Mateo 23, versículo 16. Si alguno jura por el templo, no es nada. Pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. ¡Insensatos y ciegos! Porque, ¿cuál es mayor, el oro o el templo que santifica el oro? También decís, si alguno jura por el altar, no es nada. Pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. ¡Necios y ciegos! Porque, ¿cuál es mayor, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda? Pues, el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él. Y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita. Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él. Eso es Mateo 23, del 16 al 22. Lo que Jesús hace, es conectar cualquier juramento con Dios. y por ello Jesús les llama guías ciegos por su falta de comprensión espiritual por su entendimiento superficial de las escrituras piensan que su juramento no es vinculante si no usan el nombre de Dios entonces pueden jurar algo pero si no lo cumplen no pasa nada mientras que no usen directamente el nombre de Dios Es interesante porque aún los escritos antiguos de la tradición judía abordan este tema. Y hay debates sobre qué juramentos son válidos y vinculantes y cuáles no. En la tradición judía misma, ellos discuten estas cosas. Y por ello Jesús, allí en Mateo 23, del 16 al 22, les llama guías ciegos. O sea, no entienden las Escrituras. No entienden que deben de cumplir siempre su palabra. No debe ser necesario hacer un juramento. Y es que Jesús está condenando juramentos escurridizos y evasivos. donde te juran algo y te lo pintan muy bonito y te lo juran por tal persona o por tal cosa o por su propia vida pero no significa nada porque su propósito es engañarte es evasivo ah bueno es que sí sí lo juré pero no era vinculante porque no lo jure en el nombre de dios están jurando sin tener la intención de decir la verdad no tienen la intención de cumplir lo prometido estaban realmente estimulando el engaño. Por eso, estos líderes religiosos que deben de guiar al pueblo a Dios, les están apartando de Dios. Porque no están estimulando la verdad, la honestidad, sino están estimulando el engaño, permitiendo esta clase de juramentos escurridizos. Y por ello, Jesús insistió que debían de decir la verdad siempre. Todos los juramentos están relacionados con Dios y por ello son serios y son vinculantes. Juramentos evasivos están prohibidos. La clave del asunto es decir la verdad. Hay que decir la verdad. Por eso ahora en Mateo 5, en Mateo 5 del 33 al 37, que realmente Jesús está enseñando, y Santiago, aquí en Santiago 5.12, usa esa enseñanza, esa instrucción de Jesús, la usa aquí, podréis notar las similitudes, porque Santiago dice, pero sobre todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento, sino que vuestro sí sea sí, vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación. lo toma de la enseñanza de Jesús, porque en Mateo 5, 33 al 37 dice, además habéis oído que fue dicho a los antiguos, no perjurarás si no cumplirás el Señor tus juramentos, pero yo os digo, no juréis en ninguna manera, ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey, ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar, sí, sí, no, no. Porque lo que es más de esto, de mal, procede. Hechos Mateo 5, del 33 al 37. Donde Jesús, ahí básicamente resume diferentes leyes del Antiguo Testamento diciendo, mira, esto es lo que habéis escuchado, ¿no? No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero entonces, vemos como Jesús, viendo que no están tomando en serio el juramento, lo cual en el Antiguo Testamento siempre, en los textos que mencionan el juramento, siempre requiere que se tome en serio el juramento. Jesús dice, mira, si vais a jurar de esa manera, lo prohíbo, porque estáis engañando. Ahora, Jesús no está hablando de promesas normales. Las promesas hay que cumplirlas, ¿no? Cuando dices que vas a hacer algo, debes hacerlo. Él está hablando de un testimonio jurado. El decir, mira, te lo juro por mi vida, ¿no? Entonces, no solamente prometer algo, sino decir, te lo prometo, o sea, voy a cumplir este trabajo, voy a hacer este trabajo para ti, o voy a... voy a... Mamá, voy a limpiar mi habitación, ¿no? Una promesa, pero entonces, el añadir un juramento. El decir, de verdad lo atestigo, pongo a Dios como mi testigo de que voy a limpiar mi habitación, ¿no? Entonces, es estar haciendo un testimonio jurado. Y es que jurar es una declaración que apela a Dios o a una de sus criaturas para confirmar lo que se ha dicho. Cuando la realidad es lo que digas debe de ser cierto siempre. Di la verdad. No necesitas añadir una confirmación de lo que has dicho, llamar a alguien por testigo para confirmar lo que has dicho. Pero aquí vemos a Jesús, en ese texto ahí en Mateo 5, del 33 al 37, donde Jesús dice, yo os digo, esto es versículo 34, no juréis en ninguna manera. O sea, si los juramentos que estaban diseñados para fomentar la honestidad se vuelven mentiras y engaños, Jesús los elimina. está prohibiendo el juramento que intenta apoyar la palabra o la promesa de una persona. O sea, está condenando el uso de un juramento que se usa para señalar la veracidad de sus intenciones. O sea, promete que va a hacer algo y luego dice, de verdad, mis intenciones son reales y te lo... y entonces lo jura. Eso es lo que está condenando. Porque el Antiguo Testamento apunta a la importancia de la honestidad. Si una persona nunca jura, pues entonces nunca va a jurar falsamente. Por eso, ahí mismo en Mateo, en Mateo 5.34 dice, no juréis en ninguna manera. O sea, si esa va a ser vuestra actitud, que estáis jurando para saliros con la vuestra y realmente Lo vais a cumplir si os conviene. Si no os conviene, no vais a cumplir, pues entonces no juréis. No lo hagáis. En Deuteronomio 23, 22, dice más cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. ¿Por qué? Porque si prometes, tienes que cumplirlo. Pero si prometes y no lo haces, o sea, si juras a Dios, si haces un voto a Dios y no lo haces, entonces es pecado. Y por ello, Jesús realmente está usando ese texto de Deuteronomio 23, 22, que dice, cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. ¿Por qué? No has prometido, no has jurado, y por ello, si no lo cumples, no pasa nada, no has pecado. Viendo la importancia de la honestidad. Y lo que hace Jesús es insistir que cualquier juramento está relacionado con Dios, y por ello, su nombre. Entonces, al jurar, realmente estás... Ese juramento está relacionado con el nombre de Dios. Si no cumples ese juramento, estarás rompiendo dos de los diez mandamientos. porque en éxodo 20.16 nos menciona, dice no hay que hablar falso testimonio, no darás falso testimonio, entonces no mentirás, no darás un testimonio falso, entonces si no cumples ese juramento has mentido, has engañado, has hecho un falso testimonio y en éxodo 20.7 dice que no debemos de tomar el nombre de Dios en vano O sea, no debemos usar el nombre de una manera que, como si no tuviera valor, o de una manera vacía, o como una palabra normal. No, debemos de respetar el nombre de Dios. Entonces, al jurar, el juramento está conectado con el nombre de Dios, pues, si no cumplimos ese juramento, estamos tomando el nombre de Dios en vano. El punto del texto es que Dios requiere honestidad. Y Jesús, ahí en Mateo 5, del 33 al 37, está enfatizando que el creyente debe de hablar la verdad. El creyente no debe de pensar que puede mentir, al menos que jure. O sea, al menos que jure, no creas lo que yo digo. Si te lo juro, entonces sí créelo. No, no debe ser el caso. Incluso la necesidad de apoyar lo que uno dice con juramento, revela que no se está viviendo al estándar de honestidad que Dios desea para nosotros. Si siempre tienes que jurar, eso significa que normalmente engañas, normalmente mientes. Si siempre dices la verdad, No hay necesidad de juramento. Vas a decir la verdad. Y tu palabra es verdad. Y por ello, Jesús, ahí en Mateo 5, del 33 al 37, y también el texto que estamos considerando aquí en Santiago 5, que hace referencia a esa enseñanza de Jesús, enfatizan que se deben de evitar los juramentos. Porque el problema no es el juramento, sino la falta de veracidad de las personas. Como mencioné antes, el Antiguo Testamento no prohibió el juramento. Incluso, tenemos a Dios mismo haciendo juramentos, tomando juramentos. ¿Por qué? Porque Él garantiza el cumplimiento de lo que ha prometido. Pero él no necesita el testimonio de otro. Él da su propio testimonio porque es quien tiene el mejor testimonio. Incluso nos dice, Hebreos 6 del 13 al 14, porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo, de cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Esos Hebreos 6 del 13 al 14. En Hebreos 3, del 7 al 11, de por lo cual, como dice el Espíritu Santo, si oyeréis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. En el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres y me probaron, y vieron mis obras, 40 años. A causa de lo cual, me disgusté contra esa generación, y dije, siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira, no entrarán en mi reposo". Esos Hebreos 3, del 7 al 11. Entonces, Dios jura, eso significa que juramento en sí no es pecado. Es la razón por la que se jura, es el corazón. Incluso Jesús mismo dio testimonio bajo juramento. Jesús, en Mateo 26, del 63 al 64, nos dice que Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo, te conjuro. Por Dios, por el Dios viviente que nos diga si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios. Entonces, puso a Jesús bajo juramento. Y Jesús respondió. Y dijo, tú lo has dicho. Y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viñendo las nubes del cielo. Eso es Mateo 26, del 63 al 64. Entonces, ahí vemos Dios encarnado también, jurando. Aún el apóstol Pablo, él también llamó a Dios por testigo de lo que estaba diciendo, para ser testigo de lo que decía. Nos dice Galatas 1, 20. En esto que os escribo he aquí delante de Dios que no miento. He aquí, delante de Dios, que no miento. Está usando a Dios como testigo de que lo que dice es verdad. Entonces, la tendencia de devaluar un juramento con su uso frecuente, la tendencia de escaparse de la obligación, llevó a la prohibición de su frecuencia. y por ello aquí realmente el punto no es no es condenar cualquier clase de juramento sino es el porque es el jurar a la ligera o para asegurar la veracidad de su palabra o su promesa o sea aparenta que ni Jesús ni Santiago Ellos no están hablando de juramentos formales, o sea, juramentos hechos para propósitos legales. Por ejemplo, tienes que dar testimonio en un juicio, pues te obligan a jurar que vas a decir la verdad, ¿no? Entonces, Jesús y Santiago no están hablando de eso. O quizás el tener que jurar para ser un ciudadano de un país no está hablando de ese juramento formal. La cuestión aparenta que es un juramento voluntario, un juramento para asegurar la veracidad de su palabra o promesa. De todas formas, en Deuteronomio 6, 13, dice, a Jehová tu Dios temerás, y a él sólo servirás, y por su nombre jurarás. Eso es Deuteronomio 6, 13. Entonces, cuando jurás, lo vas a hacer por su nombre, y Estás jurando porque te obligan a ello de acuerdo a la circunstancia. No es un juramento voluntario para intentar defender de qué estás diciendo la verdad. Entonces, está prohibiendo el juramento que intenta apoyar la palabra o la promesa de una persona. O sea, está condenando el uso de un juramento que se usa para señalar la veracidad de sus intenciones. El problema que menciona Santiago es el juramento poco realista. El juramento exagerado que no se cumplía. Que dañaba el carácter y el testimonio del creyente. Es que el creyente debe estar dedicado a la integridad. Debe estar dedicado a decir lo cierto. Es que la palabra de creyente no debe de requerir un juramento. Pero si estás en un juicio y requieren que jures, pues entonces, juras, ¿no? Vas a decir la verdad porque ellos no te conocen, pero tu palabra, tú sabes que vas a decir la verdad. Es que el creyente debe andar en la verdad del Evangelio todos los días. El hombre de fe no resuelve sus problemas con juramento, sino con oración, porque Jurar también puede ser por causa de impaciencia. ¡No, créeme! O, vamos a hacer este negocio, te lo juro que lo voy a hacer. Y usan el juramento de esa manera. O también por falta de fe, por falta de confianza en Dios, para escapar sufrimiento. Tenemos un ejemplo en jueces 11 del 30 al 31 donde dice Jefté hizo voto a Jehová diciendo si entregares a los amonitas en mis manos cualquiera que saliera de las puertas cualquiera que saliera de las puertas de mi casa a recibirme cuando regrese victorioso de los amonitas será de Jehová y lo ofreceré en holocausto esos jueces 11 del 30 al 31 hace un voto, hace un juramento sin pensar a la ligera En vez de intentar resolver las dificultades con un juramento, las personas de fe oran y piden ayuda a Dios. Jefté estaba desesperado, tantos amonitas, les están... tiene temor. Entonces, ¿qué es lo que hace? Un juramento a la ligera. Y eso es lo que la Escritura prohíbe. Hay que cumplir los juramentos. Y es que el uso común de juramentos pone en duda todo lo que se dice. Todo lo que se promete. Es que el creyente debe de cumplir lo que dice. El creyente debe ser tan íntegro que sus palabras significan lo que significan. Y no hay necesidad de juramento. El hombre de fe hace lo que dice. Incluso en el Salmo 15, en Salmo 15 versículo 4, dice, el que aún jurando en daño suyo. No por eso cambia. Eso es Salmos 15, versículo 4. Ahí mencionando a una persona de fe que promete hacer algo, quizás un negocio. Sí, te llevaré la mercancía a tal precio. O te lo vendo a tal precio. Y luego, cuando por fin le va a llevar la mercancía ¿Y le va a vender la mercancía? Pues han subido los precios. Ahora en vez de ganancia, ahora tengo pérdida. Pero lo voy a decir igual. ¡Porque voy a cumplir mi palabra! Esa es la idea. Voy a cumplir mi palabra, aunque... Como nos menciona ahí. Aún jurando en daño suyo, no por eso cambia. Salmo 15, versículo 4. ha hecho una promesa, la va a cumplir. Aunque al final le resulte dañino o vaya en su contra, su promesa lo va a cumplir. Eso es Salmo 15, versículo 4. Es que el hombre de fe siempre dice la verdad. El hombre de fe espera en Dios y es fiel a su palabra porque Dios es fiel a su palabra. Y el creyente refleja el carácter de Dios su Padre. Y por ello, aquí Santiago 5, Versículo 12 dice, pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento. ¿Me estoy mencionando? Esas prácticas de usar diferentes partes de la creación. No voy a nombrar el nombre de Dios, entonces no es vinculante. No, no, no. Cualquier juramento te vincula. Entonces, mira, si no vas a cumplir tu palabra, no jures. no jures a la ligera. Sino, aquí en la mitad del siglo XII, Santiago V XII, sino que vuestro sí sea sí y vuestro no sea no. O sea, nuestras afirmaciones afirmativas o negativas deben de representar la verdad. Nuestra veracidad debe ser fiable. Y por ello no necesitamos un juramento para apoyar lo que decimos. Nuestra palabra debería ser tan fidedigna como un documento firmado. Ahora, aquí cuando dice vuestro sí sea sí y vuestro no sea no, con esas palabras no está proponiendo una manera apropiada de hacer un juramento, sino que está instruyendo a la gente a decir la verdad. O sea, que nuestro sí, signifique sí. Que nuestro no significa no. Un creyente siempre debe decir la verdad y cumplir sus promesas. Nuestro sí o nuestro no deben de ser suficientes. Y es que dentro de la comunidad de creyentes no debe de ser necesario el uso de juramentos. Todo creyente debe de decir la verdad, debe de cumplir sus promesas. La palabra del creyente siempre debe ser fiable. No debe haber necesidad de jurar porque el cliente es fiel a su palabra. Por ello, o sea, nunca mientas. Si nunca mientes, si siempre dices la verdad, siempre te podrán creer. Si mientes y engañas, entonces no te van a poder creer. Es que los juramentos atan a la persona y pueden causar condenación. Porque cuando se jura, se está prometiendo, se está usando el nombre de Dios y por ello, dice, para que no caigas en condenación. O sea, hacer un juramento involucra el nombre de Dios e incrementa la obligación. Incluso en el Antiguo Testamento, en Deuteronomio 23, del 21 al 23, dice, cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo. Porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti. Y será pecado en ti. Perdón, y sería pecado en ti. Mas cuando te abstengas de prometer no habrá en ti pecado. Pero lo que hubiere salido de tus labios lo guardarás y lo cumplirás conforme lo prometiste a Jehová tu Dios pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca. Sos de Deuteronomio 23 del veintiuno al veintitrés. De otro número veintitrés, de veintiuno al veintitrés. Cumple tu palabra. Si juras y no cumples, entonces estás, estás tomando el nombre de Dios en vano, has jurado en falso, has engañado, has mentido, Has pecado contra Dios. ¿Y por qué has pecado? Dios te juzga. Pero se dice para que no caigáis en condenación. La clave. Sé fiel. Di la verdad siempre. ¡Sé fiel! ¡Di la verdad siempre! Si no te creen, al menos que hagas un juramento, arrepiéntete de tu falta de honestidad. Di la verdad siempre, y no tendrás que hacer juramentos. En vez de jurar que harás algo, siempre cumple lo que prometes. En vez de jurar que dices la verdad, vive de tal manera que no tengan ocasión de dudar tu palabra. En vez de ponerte una máscara delante de los hombres, vive honestamente. Usa tus palabras sabiamente. Cuando hables, de la verdad usa tus palabras para edificar en vez de vivir para complacer a los hombres hablando palabras engañosas vive para dios en vez de temer al hombre Y entonces, intentar usar tus palabras para, para complacerle y, y, y, y, ir al punto de jurar, o sea, en vez de temer al hombre, vive exclusivamente para Dios. Hazlo recto, siempre. Di la verdad. Porque la gente debe saber que eres una persona confiable. O sea, si conoces a Cristo, debes de ser fiable, debes de decir la verdad. Por ello, sé fiel. Di la verdad siempre. Vamos a terminar en oración.
Sé fiel; di la verdad siempre
Series Santiago
Sermon ID | 17241912552145 |
Duration | 40:35 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 5:12 |
Language | Spanish |
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