
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Buenos días, hermanos. Que Dios les bendiga. Es un privilegio de nuevo traer la palabra esta mañana. Hoy tenemos la oportunidad de continuar en Hebreos, capítulo 12, Hebreos, capítulo 12. Y el título del mensaje es Victoria en la carrera de la fe. Esa es la parte 2 de Hebreos 1 a 2. Hebreos capítulo 12, versículo 1 a 2. Voy a leer esta porción y hacemos una oración. Dice así la Palabra de Dios. Por tanto, nosotros también Teniendo de redor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Oremos. Señor Santo, te adoramos, Señor. Te exaltamos y pedimos ahora que nos ayudes a recibir tu palabra, Señor. Suavizanos los corazones si están duros, Señor. Ayúdanos, Señor, a tener oídos para oír que tú seas glorificado en nuestras vidas, Señor. Ayúdame a mí, Señor, ahora para exponer tu palabra y que tú seas glorificado, Señor, y exaltado, Señor, en todo. En nombre de Jesús. Amén. El corredor escocés, tal vez lo conoce, Eric Little, quien ganó una medalla de oro en las Olimpiadas de 1924, hace casi 100 años, es conocido por haber dicho, Dios me hizo rápido y cuando corro siento su placer. Como corredor campeón, pues él disfrutaba, se deleitaba en las carreras. Nosotros no nos podemos identificar con eso, verdad, no somos corredores así como él, pero sí podemos deleitarnos y perseverar en la carrera de la fe. ¿verdad? Podemos aprender aún de un ejemplo, una ilustración de una vida como la de Eric Little, que por lo cierto continuó su carrera de fe en China como misionero, donde murió ¿verdad? Pero terminó su carrera en victoria. Y algo importante hermanos, que no terminó la victoria por sus fuerzas. O sea, él terminó la victoria, la carrera de la fe en victoria por Cristo, la victoria de Cristo, no por su propia victoria. No fue por algo que él hizo, sino por lo que Cristo ya había hecho por él y por nosotros. Nosotros debemos de poder decir que cuando corro la carrera de la fe, siento su placer porque la grado por medio de la fe en Jesús. por su obra, por su victoria. ¿Verdad? Por eso puedo deleitarme, porque él se goza en mí, no porque yo soy bueno, sino porque Cristo es justo, porque él es perfecto. Y cuando me ve a mí, me ve a Cristo, ve a Cristo. Y por esa razón puedo deleitarme, que él está complacido de mí, está agradado de mí. Hebreos 12, 1 a 2, Nos exhorta a perseverar en la carrera de la fe por medio de Jesús y su obra victoriosa. Como vimos la semana pasada. Y vimos que el tipo de paciencia, si usted ve, dice en el versículo 1, leamos de nuevo, dice, Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Y esa carrera, ya vimos, no es una carrera de velocidad para ver quién gana, ¿verdad? Esa carrera es un maratón. Esa carrera requiere resistencia. Esa palabra paciencia es una palabra muy particular porque nos enseña acerca de, y literalmente en griego es upomone, que significa paciencia, perseverancia y constancia. Significa literalmente permanecer bajo presión, permanecer bajo presión. Cuando entendemos eso, hermanos, de veras nos pone a pensar cómo en nuestra naturaleza siempre reaccionamos con lo contrario, de una forma, una actitud de lo contrario. Queremos escapar, queremos escapar de las presiones. Queremos huir de las presiones, pero para nosotros es importante que permanezcamos bajo la presión que estamos pasando para resistir y llegar hasta el fin. Todos vamos a pasar por dificultades, aflicciones, sufrimientos. Y en el versículo 1 nos habla de esta disciplina y por qué es necesario que perseveremos. Y vimos del capítulo 10 y del capítulo 11 cómo es necesario perseverar y las exhortaciones que tenemos para perseverar en la fe, ¿verdad? No es una carrera con habilidades humanas, ¿verdad? Pero sí hay que tener cuidado de descuidarnos tanto en la doctrina como en la práctica, la aplicación de esa doctrina. Y aquí, como vimos, entre los hebreos había aquellos que tal vez no creían en verdad o tenían una doctrina falsa. o equivocada, ya que ellos estaban batallando allí. Entonces, llegando aquí al capítulo 12, el autor de Hebreos exhorta de nuevo a que permanezcan fieles, a que perseveren y les dice cómo primeramente, ¿verdad? Le dice cómo lo pueden hacer. los convence y como vimos que es necesario en esto tener una convicción de que la vida de fe es posible, que hay fieles en nuestro pasado, un legado de fe, los que a veces le decimos los héroes de la fe porque vivieron de una forma fiel a Dios. Por lo cierto que la palabra fiel viene de fe, ¿verdad? Ser fiel. A veces desconectamos esas ideas, pero debemos de tener esa convicción. Que si Dios usó y ayudó a tantos, a multitudes de fieles en el pasado, nos va a ayudar a nosotros, pero necesitamos ser convencidos de esto. También vimos que una disciplina determinada es necesaria porque nos descuidamos y no estamos aplicando la disciplina en nuestras vidas y necesitamos estar atentos a los caminos del Señor. Entonces vimos que debemos de despojarnos, ahí en versículo 1, despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia o que tan fácilmente nos enreda. Hay cosas que nos pueden hacer mucho daño porque no estamos poniendo la atención necesaria. Entonces no debemos descuidar nuestra salvación en el sentido de cómo caminamos cada día. vimos lo que es un peso que nos puede hacer caer, que no necesariamente es pecado, pero que nos podemos descuidar de esto, especialmente porque no es pecado. Decimos no es pecado, entonces lo descuidamos. Entonces es importante no descuidar de las cosas que aún no son pecado, pero que nos pueden llevar al pecado. Entonces estar atentos a nuestro caminar, hacer las preguntas difíciles es lo que vimos. También vimos que debemos de tener una confianza en la soberanía de Dios. Vimos ahí en el versículo 1 que Dios mismo es el que pone la carrera por delante. Él es el soberano que usa todas las cosas que nos están pasando, tanto positivas como negativas, Tanto sufrimiento y claridad y confusión, todo lo está usando perfectamente para llevar a cabo su voluntad en nuestras vidas. Entonces tenemos que confiar plenamente que Él está en control de todo y que le pertenecemos y que Él nos va a hacer el bien en medio de todo. Y finalmente vimos que debemos de tener una fe verdadera, ¿verdad? Y esta fe es en Jesús solamente. No hay otra forma de ser salvo, sino por medio de Jesucristo. No hay otro nombre bajo el cielo, verdad, sino el nombre de Jesús que nos salva solamente por medio de él. Y así podemos perseverar. Creo que tal vez en los Estados Unidos es donde más excusas hay de no poder seguir a Jesús como lo manda la palabra de Dios. Pero es posible. Esas instrucciones no son para aquellos que se parecen ser súper espirituales o líderes. Esas instrucciones son para nosotros, hermanos. Son para cada cristiano. Son para el diario vivir. No es cosa de una sensación espiritual o un retiro donde va a sentir algo diferente y entonces va a poder hacer esto. Esto es para que todos podamos vivir la vida cristiana normal. La vida cristiana normal es una carrera, es una carrera radical, es una carrera agonizante muchas veces, ¿verdad? Pero llena de gozo, de paz y toda bendición espiritual en Cristo Jesús. Entonces, ahora lo que vamos a ver es el por qué es posible. Vimos cómo debemos de vivir esta vida perseverando por fe. Ahora vamos a ver ¿Por qué es posible? En el versículo 2, vamos a continuar ahí, es donde veremos que tenemos dos certezas, dos certezas, ¿verdad? Y hay que entender esas dos certezas. Esas dos certezas son para nuestra victoria en la carrera de la fe. Son de la victoria que Cristo ya obtuvo, ¿verdad? Pero hay que entender esa. La primera certeza es que nuestra victoria es por medio de la fe en Jesús. Vamos a continuar en esa sección, pero también después veremos que la certeza de nuestra victoria es por medio de la obra y la exaltación de Jesús. Así que tenemos dos certezas que vamos a estar viendo. Primeramente, continuando con la certeza de nuestra victoria por medio de la fe en Jesús. Hay mucho que decir de la fe, pero necesitamos más claridad sobre qué es la fe bíblica. Entonces, el versículo 2, si ven su Biblia, dice, puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. Hasta ahí. Esa es la primera sección. Esa es nuestra certeza. Primeramente, experimentamos la victoria en Jesús por medio de la fe, porque Él ya obtuvo la victoria. No es para tratar de ganar la victoria, ¿verdad? Porque a veces pensamos que si trato más ya voy a llegar a la victoria. La victoria ya fue ganada por Cristo. La carrera ya fue ganada por Cristo. Yo tengo que creer y confiar en Cristo que su carrera perfecta, justa y santa es suficiente para que yo termine mi carrera en este mundo, ¿verdad? hasta el final. Entonces, el triunfo de Cristo es mi victoria. Pero la pregunta es si lo creemos en realidad. ¿Lo cree usted, hermano? ¿Cree que el triunfo de Cristo es su triunfo? Porque si cree que tiene que ganarse ese triunfo, siempre va a estar trabajando para tratar de ganarse algo que no es suyo. Pero cuando usted lo recibe del que le pertenece, se lo da como regalo. por fe, ¿verdad? Entonces, para ser fiel, confiamos en el fiel que es perfecto en todo. Tristemente, hermanos, muchos tienen nociones falsas de lo que es la fe. De lo que es la fe. Entonces, creo que vale la pena que consideremos lo que no es la fe primeramente. La fe primeramente es, o más bien no es, algo que proviene del hombre. La fe no proviene del hombre. No tiene sus orígenes con el hombre. El hombre dejado en su propia incapacidad muerta, no busca a Dios ni lo desea. ¿Verdad? Ya lo sabemos. Efesios 2, 8 a 9 dice, porque por gracias soy salvos por medio de la fe y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras para que nadie se gloríe. por si se nos pasa la lección. Es por gracia, es por fe, es regalo de Dios. Aún la fe es parte de la salvación que Dios nos da. No podemos tomar ningún crédito, ninguna gloria por esa salvación. La fe verdadera no depende de nosotros, de usted o de mí. Depende completamente, absolutamente de Dios. La fe tampoco es automática. A veces pensamos que la fe es como un termostauto que se activa automáticamente, ¿verdad? Cuando llega una temperatura se va a prender, voy a tener fe de repente. Tenemos la responsabilidad de creer, ¿verdad? Ese es el balance de nuestro entendimiento. Necesitamos responder a Dios con la fe que Él nos da. No se preocupe si no entiende cómo es posible esto. Dios no nos está pidiendo que averiguamos cómo es posible. Nos está llamando a tener fe. Él es el que nos da la fe. Pero no es automática. La fe no es automática. No se prende así nomás. Tenemos que responder en fe. Otro error que existe es que la fe es algo de visión o de tener fe positiva o ser positivo, ¿verdad? A veces decimos o se ha dicho, yo tengo fe que se va a hacer tal cosa. La fe no es un poder que yo genero. La fe es una agencia, es algo que Dios nos da para confiar en Él, en lo que Él ya dijo. No es lo que yo voy a inventar, que se me ocurra. No es basarme en ilusiones mías, en mis ideas. Es basarme en lo que Dios ya dijo en su palabra. Entonces yo confío en lo que Él dijo, no en lo que yo siento, no en lo que me voy a imaginar. Entonces, la fe no es ser positivo, no es tener visión para mi vida o para su vida. La fe es confiar lo que Dios dijo. El problema, hermanos, es que a veces no queremos leer la Biblia y no sabemos lo que dice. Y es más fácil inventar y decir Dios me dijo. Dios ya dijo. Dios ya habló. Nosotros nos toca creer lo que Él ya dijo. No hay nada fuera de esto. Esa es la revelación de Dios. También, ya vimos también que la fe no es ciega. La fe es ver mejor, ver más lejos y más claramente que nunca, ¿verdad? Porque vamos viendo lo que Dios nos está revelando en su palabra, lo que nos ha dicho en su palabra. Nuestra fe está basada en la verdad eterna, ¿verdad? No en cosas vanas, vacías o que se escapan, ¿verdad? ilusiones del hombre, ideas carnales. Nuestra fe en Jesús está basada en quién es Jesús y en lo que hace Jesús, ¿verdad? Entonces, cuando leemos en versículo 2, disculpe, en versículo 2, puesto los ojos en Jesús, estamos pensando en quién es Jesús. Hicimos la pregunta la semana pasada, ¿cuál es su concepto de Jesús. ¿Qué piensa de Jesús? Hay veces que nuestras culturas en las iglesias han formado nuestra imagen de quién es Jesús y no entendemos lo que la Biblia nos dice de Jesús. Entonces tenemos que aprender qué dice la palabra de Dios sobre Jesús. Estoy creyendo en un Jesús que es mi invención o el Jesús de la palabra de Dios, el Jesús verdadero, ¿verdad? Entonces tenemos que ver lo que dice. La fe verdadera está en Jesús. Entonces la fe, como una definición, la fe verdadera es la confianza sobrenatural en Cristo y nada más. La fe verdadera también nos ayuda a hacer al lado todas las cosas que se ponen enfrente de una visión clara de quien es Jesús. Entonces, como dijimos, no podemos poner los ojos en el pecado, en el mundo y en la carne y al mismo tiempo poner los ojos en Jesús. Nos estamos engañando si pensamos que al fijar la mirada en las cosas de este mundo vamos a poder también al mismo tiempo ver a Jesús y verlo claramente y verlo en su hermosura. No es posible. O tenemos los ojos en el mundo, en el pecado, en las cosas vanas o tenemos los ojos de fe en Jesús y lo vemos tal y como la palabra nos dice, ¿verdad? Entonces tenemos que entender que dice la palabra de quien es Jesús. Voltee conmigo a Hebreos capítulo 1 versículo 3. Capítulo 1, versículo 3, fíjese cada detalle que nos describe, porque el autor de Hebreos ya nos habló de la identidad de Jesús. Entonces, cuando sacamos un versículo fuera de contexto, pues no entendemos que el autor ya estaba hablando de esto, ¿verdad? No es para nosotros insertar nuestras ideas. Fíjese el versículo 3, lo que dice de Jesús, el cual siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas. Cada detalle hermanos que dice aquí nos habla de la identidad de Jesús. Él es heredero de todas las cosas. Él hizo o por medio de Él fue hecho todo el universo. Él es el resplandor de la gloria de Dios. El resplandor de la gloria de Dios. Es la expresión exacta de su naturaleza. Exacta. O sea, Él es Dios, el Dios vivo. Él es el Dios que desapareció a Isaías, a Moisés. Él es Dios. Él sostiene todas las cosas con la palabra de su poder. Y versículo 6 dice, y otra vez cuando introduce al primogenito, En el mundo dice adórenle todos los ángeles de Dios. Él es digno de adoración de los mismos ángeles, verdad? No es para jugar con Cristo, no es para imaginarnos lo que queramos de Jesús. Tenemos que conocer a Jesús y abrir su palabra y conocerlo mejor cada día, verdad? Entonces él es en hebreos. Él es absolutamente suficiente y supremo sobre todo. El problema que tenían los hebreos es que no creían tanto en tiempos, algunos, que no era suficiente. Necesitaban hacer ritos de la religión judía de ese tiempo. Necesitaban a Melquisedec, por eso se cree que se usa a Melquisedec, porque querían a los ángeles a los que querían adorar y elevar a otras cosas. Pero en la Carta de Hebreos se ve que Cristo es supremo sobre todo. No hay nadie que se compara a Jesús. Es único en su persona, ¿verdad? Entonces, cuando vemos a Jesús, ponemos nuestra fe en Jesús, estamos viendo a nuestro Dios. Estamos viendo al Rey de Reyes. Estamos confiando en el Dios verdadero. También dice que es Jesús el autor y consumador de la fe, que Él es Señor de nuestra salvación. Él es el autor y consumador de nuestra fe, en Hebreos 12 de nuevo. Y esto significa que Jesús es el soberano sobre nuestra salvación. Eso no es algo ligero de decir, bueno, él movió mi corazón para que yo creyera en él. Y el soberano sigo siendo yo. ¿Verdad? No, no es así. Cristo es el soberano sobre nuestra salvación. Él es el pionero de nuestra fe. Él mismo encierra todo lo que es nuestra salvación desde el principio hasta el final. Completamente. por su poder desde el principio hasta el final. ¿Verdad? No hay nada que se deja al azar, no hay nada que se deja a la suerte, no hay suerte ante los ojos de Dios. Él controla absolutamente todo y Cristo es el Señor. Entonces, tenemos fe porque Él nos dio la fe. Tenemos fe porque Él nos dio la fe. Crecemos en nuestra fe porque Él alimenta nuestra fe. Terminamos nuestra carrera de fe por medio de Jesús porque Él perfecciona nuestra fe. Cada aspecto, principio, en proceso y hasta el final. Tenemos esta certeza, hermanos. Cuando corremos la carrera, puesto los ojos en Jesús, que Él va a terminar la carrera. que empezamos. No depende de que si llegamos. Él nos va a ayudar, nos va a disciplinar. Lea el resto del capítulo 12. Si no se disciplina usted, Dios lo va a disciplinar. Él va a usar la disciplina para sus hijos. Hay que aprender a madurar, ¿verdad? Antes de que tengamos que aprender de esta forma. Pablo en Filipenses 1.6 está de acuerdo y dice, estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1.6 La palabra nos habla, se refiere a nosotros como su obra maestra. Él es el artista. Él es el que hace la obra en nosotros. Vaya conmigo a Efesios 2.10 Efesios 2.10 Dice así la palabra de Dios en Efesios 2.10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Somos hechura suya. Esa palabra hechura es poema de donde derribamos la palabra poema, ¿verdad? Ya ha oído esta palabra. Es algo de hermosura, de una expresión de belleza, de verdad, con orden y hermosura, ¿verdad? Y describe no tanto la creación, que estamos hablando de una nueva creación, Describe al creador su capacidad, su bondad, su habilidad de crear en nosotros, diseñar con su mano artista. Así como creó el universo, nos creó a nosotros en Cristo Jesús con orden, con propósito, con un fin. Entonces, cuando pensamos en este versículo, dice, somos hechuras suyas, creados en Cristo Jesús, para buenas obras, para la carrera, para la guerra, para vivir la vida cristiana, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. ¿Hizo algo bueno hoy? No fue su idea. No fue su idea. Fue por la obra del Señor Jesús. Fue porque en el pudimos vivir lo que el quiso. Por fe lo pudimos hacer, por fe lo pudimos ver y fue para su gloria. Nadie se lleva la gloria por lo que hacemos bueno. Fíjese como dice en la versión nueva versión o traducción viviente de este, que es un paráfrasis de ese versículo, dice pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempos atrás. más práctico en forma de decirlo, pero nos ayuda a entender que él es el diseñador de esta vida para nosotros. Si no lo vemos es porque nuestros ojos no están en Cristo Jesús. No estamos corriendo la carrera como debemos. Entonces hay que examinar porque son grandes verdades que nos ponen a prueba. A veces parecen ideales. Bueno, que a alguien más maduro le toque eso. Yo no puedo por tal razón. Inventamos excusas, ¿verdad? Como ya vimos la semana pasada. Entonces, esa es la primera certeza, hermanos. Tenemos la certeza que, puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, tenemos victoria. Tenemos victoria porque la recibimos por medio de Jesús, por su victoria, por la victoria de Jesús. La segunda certeza es la certeza, más bien la certeza de nuestra victoria es por medio de la obra y la exaltación de Jesús. Cuando vemos a Jesús y entendemos quién es Jesús, Ya vimos la semana pasada que todo lo demás se desvanece. Solamente el objeto de nuestra fe es lo que queda claro, en enfoque. Él es el que nos hace perseverar. Pero esa certeza, esta fe, esta salvación, esta gran salvación, esta es solamente posible por medio de la obra y la exaltación de Jesús. No hay otra forma de ejercer la fe. La fe y la salvación, todo esto existe por quien es Jesús y por lo que Él hizo, ¿verdad? Por lo que Él hizo. Entonces, tenemos esta certeza y tenemos esta fe, primeramente, por el gozo de Jesús, por su misión. Vea otra vez en Hebreos 12, versículo 2, seguimos ahí, Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz. El cual por el gozo puesto delante de él. Suena similar, ¿no? Ya lo escuchó la semana pasada. El versículo 1 habla de la carrera que está puesta por delante en nosotros. Entonces, claro que aquí hay un paralelo, o sea que vemos que vemos que si Dios está en control y pone la carrera por delante de nosotros, es el mismo Dios que ha puesto y ha ordenado todo lo que iba a pasar Jesús para llegar a la cruz, para llegar a resucitar y ser exaltado. Es el gran poder de nuestro creador todopoderoso. Entonces aquí vemos cómo Dios usó su poder para ordenar todo perfectamente y llegar a pasar todo lo que pasó, todos los sufrimientos de Jesús, todas las tentaciones de Jesús. Todo fue ordenado por Dios. Dios estuvo en control de absolutamente todo. Lo interesante es que cuando pensamos el versículo 1, Batallamos en pensar que Dios está en control de todo en mi vida. Qué triste, ¿verdad? Decimos, el Señor, Dios Padre, está en control, estuvo en control para que Jesucristo cumpliera todo, para que Él viviera esta vida, para que Él muriera por los pecados, para que nada se estorbara en el camino de la victoria de Cristo. Y lo decimos con confianza. Pero cuando se trata de hablar de la carrera que tenemos por delante, batallamos. Y así que esos dos puntos tenemos que verlos conectados directamente. Pero aquí, en la certeza que tenemos en el gozo de Jesús, nos habla de algo muy particular. El gozo de Jesús, obviamente no era el sufrimiento. O sea, no se gozó en sufrir. El sufrimiento y el dolor fue real. Su gozo fue ver lo que iba a acabar en esa carrera, lo que iba a ganar en esa carrera, el fin de esta carrera, lo que se iba a realizar por medio de esta carrera. Así que su gozo fue terminar la misión en la tierra, salvar a su pueblo y también glorificar a su padre y como el versículo al final del 2 dice también para sentarse a la diestra del trono de Dios. Entonces su gozo Era un gozo que no podemos entender nosotros, pero su gozo lo podemos experimentar cuando estamos agradecidos y adoramos a Dios por lo que Él ya hizo. Por lo que Él ya hizo. Nos claramente vemos la mano soberana de Dios moviendo todo lo que pasó Jesús. Y nosotros también se nos manda a considerar Dice que en Santiago, hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. O sea que vamos a sufrir. vamos a pasar por tiempos difíciles. Entonces, cuando resistimos tomarlo como gozo, como sumo gozo, nos estamos perdiendo una lección muy práctica, muy básica, ¿verdad? Que estamos a veces destinados a repetir de nuevo, ¿verdad? Entonces, ¿cómo lo hacemos? Vemos a Jesús, vemos su gozo, vemos cómo Él triunfó, cómo Él perseveró. como obedeció a su Padre. Entonces, tenemos gran gozo, gran razón de gozarnos en el gozo de Jesús, ¿verdad? Y Él nos manda a estar también listos para las pruebas que vamos a tener. Entonces, tenemos la certeza, hermanos, por medio del gozo Puesto delante de Jesús Dice que sufrió la cruz Tenemos fe en la obra redentora de Jesús Los ojos en Jesús significa que yo veo lo que Cristo hizo Dice que Él sufrió la cruz Soportó la cruz Jesús sufrió una muerte atroz, ¿verdad? Sabemos. Y es más, usted ve las películas, ve a La Pasión de Cristo y a propósito se hizo de una forma muy gráfica, ¿verdad? Para captar la atención de muchos. Y pensamos, ¿así fue? Sí, muy probable que así fue. Fue la crucifixión inventada para los peores de criminales. Se perfeccionó para hacer el castigo más humillante, más vergonzoso, más doloroso que jamás ha existido. Lo inventaron los de Persia y los romanos lo perfeccionaron. Pero más allá hermanos, que una película puede darnos a ver o entender No es solo esto, no es solamente lo que se vio, no es solamente lo que podemos imaginarnos. Más allá de esta realidad en la cruz, es que Jesús absorbió la ira de Dios en nuestro lugar, aplacando el juicio que nosotros merecíamos. Cuando pensamos de tal manera, Dios amó. al mundo, ¿verdad? Pensamos, pensamos solamente en lo bonito que se siente que Dios me ama. Pero no pensamos en que aunque yo era pecador, muerto, apartado de Dios, aunque yo merecía su ira, Él mandó a su Hijo y murió por mí. Y Él recibió el juicio que yo merezco, ¿verdad? Entonces, en Isaías 53, vaya conmigo a Isaías 53, lo conocemos muy bien, pero para entender aquí más sobre el sufrimiento de Jesús en la cruz, versículo 3 al 5, dice así la palabra, despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto y como que escondimos de él el rostro. fue menospreciado y no le estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Gloria a Dios. Gloria a Dios que el Mesías vino, el Mesías cumplió y él resucitó. Y resucitó no solamente para demostrar un milagro, hermanos. ¿Verdad? En Colosenses 2, 13. Creo que es Filipenses 2, 13. Sí. 2, 13 a 15. Fíjese la grandeza de su triunfo. Dice, a vosotros estando muertos en pecados, en la circuncisión de vuestra carne, os Dios vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de decretos que había contra nosotros, que nos era contraria quitándola de en medio y clavándola en la cruz. despojando a los principados y a las potestades los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz triunfando sobre ellos en la cruz que Cristo triunfó Cristo es el que tuvo la victoria verdad y bueno al final del 12 ya seguimos en el capítulo 12 de hebreos Al final dice menospreciando el oprobio. Y cuando pensamos en la cruz y lo que hizo ahí triunfando en la cruz, hubo una vergüenza. También se puede traducir despreciando la vergüenza, despreciando la vergüenza. O sea que la cruz siendo un instrumento de vergüenza, que también era donde se manifestaron nuestros pecados. Ese instrumento de vergüenza y la vergüenza de nuestra culpa, de nuestros pecados, Dios o más bien Jesús la menospreció, la hizo al lado. Nosotros nos despojamos del pecado y del peso. Jesús menospreció la culpa, la vergüenza, o sea, intencionalmente no le hizo caso, no voy a dejar que esto me detenga, porque esta carga no era cualquier cosa, no es una frase que está de pasada nomás. O sea, que él sufrió la cruz menospreciando el oprobio, es decir, que Cristo no dejó que la culpa lo detuviera de terminar su misión, de terminar lo que su Padre lo mandó a hacer por nosotros. ¿Verdad? Finalmente hermanos dice, y se sentó a la diestra del trono de Dios, después de tener triunfo en la cruz, Después de declararnos libres, de liberarnos, vemos la última frase. Y se sentó a la diestra del trono de Dios. Y aquí tenemos fe en la gloria de la exaltación de Jesús. ¿verdad? Se sentó a la diestra del trono y primeramente notamos que dice y se sentó, se sentó ¿verdad? Y también menciona en Hebreos 1.3 se sentó a la diestra de la majestad de las alturas ¿verdad? En Hebreos 1.3 se dice pues a quien de los ángeles dijo Dios jamás siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies Siéntate a mi diestra. Hebreos cita el Salmo 110. Es interesante que al sentarse estaba haciendo varias cosas, unas cosas que podemos notar esta mañana. Primeramente al sentarse, De acuerdo al Salmo 110, estaba declarando su dominio, el comienzo de su dominio sobre sus enemigos y sobre su pueblo, su reinado como Mesías sobre su pueblo. Una declaración de victoria en su exaltación, que es la segunda parte, lo que nos declara que al sentarse, el padre aceptó el sacrificio del hijo, de su hijo. El padre recibió el sacrificio en expiciación por su pueblo, verdad, para redimir a su pueblo. Entonces, también lo exaltó por esta obra. Entonces, dice Filipenses 2.9, le exaltó hasta lo sumo. Usted ha oído este, o ha leído este pasaje. Esa exaltación no es solamente regresarlo donde estaba antes. Jesús fue sumamente o súper exaltado. El resto de esos versículos, Filipenses 2, 9 a 11, dice, le exaltó hasta lo sumo y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra. Y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre Para gloria de Dios Padre Así que Él es digno de adoración Él es digno de que nosotros tengamos esta certeza ¿Verdad? Que perseveremos en la carrera de la fe por medio de estas certezas que tenemos en nuestro Dios Su victoria es nuestra victoria ¿Verdad? Confiamos en Él. Entonces, en conclusión, hermanos, ¿con qué batallamos nosotros, verdad? ¿Con qué batallamos que nos causa que perdamos de vista a Jesús? ¿Con qué batallamos que nos saca del camino, de la carrera? No hay que tomar una encuesta. No es necesario, porque la palabra ya nos enseña que. Entonces, para examinarnos es necesario entender dónde están nuestros afectos, nuestros deseos. Eso es lo que nos saca del camino. Eso es lo que se convierte en un peso que es demasiado para cargar. Entonces, vea conmigo para cerrar en primera de Juan. Capítulo 2, recículo 15 a 17. Un mandamiento que nos da aquí por medio de Juan dice, no améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del padre no está en él, porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida no proviene del Padre sino del mundo y el mundo pasa y todos y sus deseos pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre entonces vemos que estos deseos son las cosas que nos pueden sacar del camino pero todo depende de hacer algo negativo. Dice, no ames al mundo. Si amamos al mundo, vamos a estar viendo, vamos a estar enfocándonos en los deseos de la carne, o sea, los deseos que salen de esa carne, de los hábitos, de nuestras debilidades según, de las cosas que nos hacen caer, los deseos de los ojos, las cosas que nos atraen visualmente, Y en este mundo, en este tiempo, tenemos tantas cosas que nos pueden distraer por su atracción visual. Esa es la apariencia solamente. En realidad, lo que nos dice la Palabra, lo que nos está enseñando es de que no nos dejemos llevar por la superficie sin inquirir por el valor de lo que está ahí, ¿verdad? O sea, no estamos inquiriendo qué es lo que está detrás de esto, qué es el valor verdadero de estas cosas. Entonces, cuando yo me dejo llevar por mi vista y no contemplo, ¿qué tiene de valor esto para mí? Ya estoy amando algo de forma como el mundo y Dios nos llama a que no amemos este mundo. Entonces los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, el orgullo de la vida, o sea las cosas que nos hacen sentir como que somos más. Todo esto se conecta al peso que debemos despojarnos, se conecta al pecado, la incredulidad y cualquier pecado que incluya en nuestra vida. La vanagloria de la vida es las cosas que nos gustan hacer tal vez que nos hace sentir como que tenemos más valor, somos más. Tal vez una posición más reconocida o un conocimiento que impacta, o una voz que impacta, o una capacidad que impacta. Cualquier cosa legítima puede convertirse en una tentación a sentirme como más de lo que soy. La vanagloria de la vida. Las cosas buenas de la vida, cuando se disfrutan según y se usan para sentirse como que somos más. Pero hay que vernos como somos. Cuando tenemos fe en el Señor, no solamente creemos lo que Él dice y dijo de Él mismo, sino que creemos lo que Él dijo de mí mismo, de yo, de mí. O sea, ¿qué es lo que dice de mí? ¿Qué es lo que dice que es mi problema? Si yo no creo esas cosas, si no creemos esas cosas, hermanos, vamos a estar constantemente batallando porque no estamos buscando el engaño del pecado. ¿Cómo es que me está engañando? Y sí que nos engaña. Tenemos que estar al tanto de cómo son esas cosas, qué son esas cosas y cuáles son los engaños, las artimañas que se usan para hacernos caer. Los deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida. Entonces, la pregunta es que si ha puesto su vista en estos deseos y sus deseos, hoy podemos poner la mirada en Cristo Jesús. Hoy podemos verlo más claramente. Hoy podemos renovar nuestra vista en Jesús, ¿verdad? Pero requiere que yo esté dispuesto, requiere que yo confiese mis pecados, requiere que yo diga lo mismo, que es el significado de confesión, diga lo mismo que Dios dice de mí. Si Dios dice que yo he pecado, confieso el pecado. Si Dios dice que esto me lleva al pecado, pero yo sigo ignorando porque es libertad, según yo, Tengo que confesar que estoy ignorando algo al propósito, lo cual es pecado, porque no puede ser por fe esto, ¿verdad? Entonces, ahora podemos poner los ojos en Jesús, pero necesitamos ser purificados, necesitamos arrepentirnos y confiar en nuestro Señor Jesús. Recordemos, Él ya obtuvo la gloria, nosotros no la adquirimos, no la ganamos, nosotros confiamos en el que ya adquirió la gloria. Así que, ¿cómo responde la fe? Que agrada a Dios. Escuche lo que dice el salmista. Salmo 27, 8, en la Biblia de las Américas, escúchelo. Cuando dijiste, buscad mi rostro, mi corazón respondió, como un eco, mi corazón respondió, tu rostro, Señor, buscaré. Lo voy a leer de nuevo. Cuando dijiste, buscad mi rostro, Mi corazón respondió, tu rostro Señor buscaré. Dios nos ayude. Señor Santo venimos ante ti primeramente dándote gracias por tu palabra Señor porque tú eres bueno y misericordioso que nos has dado tu palabra, nos has ayudado a entender grandes verdades Señor. No somos nadie, Señor, para reclamar y decir lo que merecemos, porque merecemos el infierno. Pero si no fuera por Jesús, en quien nuestra visa está puesta, por lo que Él ya hizo en la cruz, por lo que Él ya terminó. y redimiendo a su pueblo, Señor. Gracias, Padre, por ti, hijo Jesús. Gracias, porque Él hizo todo por nosotros. Y Él gritó, consumado es. Gracias, Señor, porque verdaderamente cuando Él gritó esto, es verdad, todo fue pagado por completo. No hay deuda ya para los que son tuyos. Ayúdanos a reflexionar y examinar nuestras vidas, viendo que nos llamas a perseverar, por medio de la fe en Jesús, en su obra y en su exaltación. En el nombre de Jesús te pedimos esto. Amén.
Corriendo La Carrera Con Paciencia Pt 2
Series Hebreos
Sermon ID | 131221536336561 |
Duration | 55:46 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Hebrews 12:1-2 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.