estemos de pie entonces vamos a orar, vamos a presentarnos delante de Dios, vamos a pedirle su dirección y que nos dé su sabiduría para poder no solamente aprender, recibir estas enseñanzas sino también que podamos llevarla a la práctica, que esto nos desafíe como creyentes y podamos ser impactados por estas palabras que estamos estudiando para así vivir por ella, a través de ella y en ella. Por eso, Padre, Abuelo y Dios, Tú que moras en las alturas de los cielos en esta mañana, dános las gracias Señor, gracias Padre, una vez más estamos aquí reunidos en Tu Nombre como Iglesia, como pueblo Tuyo, sentados a la expectativa de lo que Tú tienes que enseñar, de lo que Tú tienes que y sabemos que a través de tu Espíritu Santo existe en nosotros esta capacidad de llevarlo a la práctica, llevarlo a nuestro día a día vivir. Gracias te damos Señor porque nos permite comenzar este primer culto dominical, esta primera escuela dominical del año, que bueno que tus fidelidades, tu fidelidad Señor es la que nos ha sostenido y nos has traído hasta acá este día Señor y sabemos que tú seguirás siendo fiel hasta el final de nuestros días, hasta llevarnos a morar a tu hogar celestial, a nuestro hogar celestial. Padre, en tus manos nos ponemos, ponemos también aquellos que aún no han llegado para que tú también puedas apresurar el paso y puedas venir y aprovechar al máximo estas enseñanzas. Esto te lo pedimos Dios en el nombre poderoso y maravilloso de tu Hijo Amado Jesús. Amén y Amén. Muy bien mis hermanos, entonces estamos en el capítulo 10 de nuestro libro, Los Atributos de Dios, y hoy tenemos este tema muy interesante, la Fidelidad de Dios. Cuando nosotros hablamos de la Fidelidad de Dios, Debemos de también analizar la parte contraria, antagónica de este término, fidelidad, y es la infidelidad. Y tenemos que tomarlo en cuenta porque precisamente la infidelidad es uno de los pecados más prominentes en estos últimos días que nos ha tocado vivir. En el mundo de los negocios, salvo pequeñas excepciones, cada vez más raras, los hombres no se sienten ligados ya a la palabra empeñada a hacer siglos o décadas, vamos a decir atrás pues nuestra sociedad dominicana, un hombre decía algo y no había que firmar ningún documento ni nada porque si lo dijo ese señor pues ya por haberlo dicho el señor pues ya tenía peso lo que había dicho, pero ya eso se fue perdiendo incluso después que comenzaron a armarse lo que son los contratos, los documentos escritos, firmados, legalizados, notarizados, etcétera etcétera etcétera con todo y eso todavía hay personas que sacan sus mañas para tratar de ser infiel al compromiso adquirido eso nosotros lo vemos también en la esfera social en lo que es la infidelidad conyugal eso se ve en todos lados se quebrantan esos sagrados lazos del matrimonio de la misma forma que usted se deshace de una ropa vieja asimismo la persona no respeta lo que es la fidelidad del hogar del matrimonio también en el ambiente eclesiástico, muchas personas que se comprometieron cuando fueron ordenados al ministerio a predicar la verdad en nuestro tiempo, esas personas que se comprometieron a eso luego la atacan, la niegan sin ningún tipo de escrúpulo, Ninguno de nosotros tampoco podemos pensar que estaríamos siendo inmunes a caer en una situación similar. No, no estamos diciendo de que nosotros, bueno, nosotros somos la burbuja, que no va a ser afectado por esto. Tenemos que ser cuidadosos al tratar de pensar que nosotros estamos bien, en que no vamos a caer, que no vamos a caer, porque la Biblia también nos habla a ser cuidadosos y nos dice que el que piense estar firme quiere que no caiga. Entonces, también en nuestro diario vivir, nosotros también hemos sido personas infieles a Cristo, a la luz de los privilegios que Dios nos ha confiado. también muchas veces no le somos del todo fiel y el no serle del todo fiel, pues nos lleva a ser completamente infiel. Acuérdense que en estos caminos no hay término medio, es decir, no, yo soy medio infiel, ¿no? Si soy medio infiel, soy infiel completo. Entonces también nosotros, como creyente, en ocasiones por cualquier descuido, nos lleva a serles infiel a nuestro Dios. Pero la bendición que nosotros tenemos al estudiar este tema es que a ese Dios a quien nosotros servimos, a ese Dios a quien nosotros amamos y quien nos ha llamado a salvación, es un Dios que es fiel, 100% fiel. La palabra, tengo muchos pasajes bíblicos que voy a estar mencionando durante todo el estudio, por razones de tiempo yo voy a tratar de írselo compartiendo, pero no podemos detenernos porque el estudio es un poquito extenso. a mencionar los pasajes bíblicos y todo el que tiene su libro, pues ahí están todos esos pasajes bíblicos que me voy a hacer mención y siempre es bueno que podamos buscarlo en nuestras Biblias para que podamos comparar que es lo que el autor está diciendo pues es acorde a las Sagradas Escrituras. Deuteronomio capítulo 7 verso 9 nos dice de la siguiente forma, Reconoce pues que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel que le guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que lo aman y guardan sus mandamientos. Esa es una cualidad que es esencial al ser de Dios. Sin esa fidelidad, sin ser Dios fiel, Dios no sería Dios. Para Dios ser infiel eso sería obrar en contra de su naturaleza y eso sería imposible, eso sería imposible. Segunda de Timoteo capítulo 2 verso 13 nos dice a nosotros que si nosotros le fuéramos infieles a él, él permanece fiel porque él no puede negarse a sí mismo. La fidelidad es una de las gloriosas perfecciones de su ser. gloriosas perfecciones de su ser. Es como si Dios estuviera vestido de fidelidad. Esa es la idea. El Santo 89.8 nos dice, oh Señor Dios de los ejércitos, quien como tú poderoso eres Señor y tu fidelidad te rodea. tu fidelidad te rodea. Entonces, mis hermanos, bueno, también cuando Él se encarnó, es una profecía que encontramos en Isaías, nos dice que Él estaría, sus lobos estarían ceñidos de su fidelidad, su cintura estaba ya ceñida de su fidelidad, siendo referencia al Mesías, a Cristo, cuando se encarnara. Eso está en Isaías capítulo 11, verso 5. Entonces, también en el Salmo 36, 5 nos dice que va hasta los cielos, llegará tu misericordia y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. Entonces, esa fidelidad que no cambie, acuérdense que nosotros hablamos de la inundabilidad de Dios hace un tiempecito atrás, la inundabilidad de Dios nos lleva a considerar también de que cada uno de sus atributos no hay cambio en él. en sus atributos, en ninguno de sus otros atributos hay ningún cambio en él, es decir, no hay fluctuaciones, no es como que hoy es un poco fiel, mañana un poquito más y pasado quizás no, no tanto, no. Dios es fiel y se mantiene en ese mismo nivel, no se agota por el tiempo, se mantiene allí constante. Es bueno entender eso porque cuando nosotros hablamos de los atributos de Dios, no estamos hablando como pequeñas secciones de Dios. No estamos hablando de pequeñas secciones de Dios. Dios es amor, un poquito aquí. Dios es bondad, ese es el tema que vamos a estudiar el domingo que viene, un poquito aquí. Dios es santo, un poquito aquí. No, Dios es totalmente. Eso es lo que se conoce como la simplicidad de Dios. Es decir, Dios es simple en el sentido de que Él es el todo, no una parte. Dios es amor, cien por ciento. Dios es bondad, cien por ciento. Dios es inmutable, cien por ciento. Dios es fiel, cien por ciento. Entonces, eso nos lleva a entender que en Él no hay variaciones. No hay situaciones externas que lo llevan a variar en su concepto, no en su concepto, perdón, en su esencia, en su ser. Entonces, cuando hablamos de amor, es amor puro, cuando hablamos de justicia, justicia pura, cuando hablamos de fidelidad, es fidelidad pura. Entonces, todo lo que tiene que ver con Dios es inmenso, es grande, es incomparable, Él nunca olvida, Él nunca falta a su palabra, El Señor siempre es, valga la redundancia, fiel en todo, y por esa razón Él cumple cada promesa, cada profecía, cada pacto establecido, cada amenaza, porque como nos dice Números, capítulo 23, verso 19, Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Amén. Como dice también, Él dijo y no hará, habló y no lo ejecutará. Es bueno entender eso, mis hermanos. Entonces, por esa razón, Por esa razón nosotros podemos leer juntamente con Germías en su libro Lamentaciones, Lamentaciones capítulo 2, capítulo 3 perdón, verso 22 al 23 donde dice que sus misericordias nunca decayeron y que sus misericordias son que? Es cierto, es para siempre, pero ese pasaje dice que sus misericordias son nuevas cada mañana. Son nuevas cada mañana. Y grande es su fidelidad, también dice ese pasaje. Entonces, nosotros en las Escrituras encontramos muchos ejemplos acerca de la fidelidad de Dios eso abunda bastante, cuando, comenzando desde Génesis, comenzando desde Génesis, cuando Dios juzgó al mundo conocido en aquel entonces, luego de que Noé se saliera del arca, Dios hace una promesa, una promesa que se sigue cumpliendo en nuestro tiempo. Génesis 8, 22. Oiga, usted va a decir, pero bueno, ¿cuánto no es que se está discutiendo desde esa época? Más de 4.000 años atrás. Génesis 8.22. Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesará. Esa es la promesa. Dios ha sido fiel en cumplir eso, más de cuatro mil años viendo todos estos ciclos, todos estos ciclos que se van repitiendo, el hombre va y viene, vienen naciones, mueren naciones, nacen pueblos, mueren pueblos, pero todavía se sigue manteniendo ese ciclo vital de vida. y esa promesa Dios la dio, Dios la cumplió. Pero también más adelante en Génesis 15 nosotros leemos que Dios le declaró a Abraham una profecía, dice tu descendencia morará en tierra ajena y serás esclavo allí y el verso más adelante dice en la cuarta generación volverán acá. Nosotros podemos ver, nosotros podemos ver cómo esta promesa se cumplió literalmente. Bueno, ustedes van a llegar hasta allá, eso nosotros lo estudiamos también, de cómo ellos iban a ir como esclavos, cómo Dios también obró para que todo pudiera así. Y nos dice la palabra de que cuando llegó el tiempo, el tiempo señalado por Dios, el tiempo de Dios, Leemos en Éxodo 12.41, y pasado los 430 años, en el mismo día, todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto. Es decir, en el tiempo señalado por Dios, Dios cumplió su palabra y ellos salieron de Egipto y fue con mano fuerte y extendida. Eso nosotros conocemos la historia. Dios interviniendo de manera milagrosa en este pueblo con esta nación que Yamal Egipto quiso oponerse a que ellos fueran liberados y así llegaron luego de su tiempo a la tierra prometida como Dios les había prometido ¿a quién fue que Dios les prometió eso? A Abraham. Entonces, también ahí en el capítulo 7, verso 14, hicimos referencia de ese pasaje hace dos domingos atrás, cuando hablamos de Emmanuel, ¿se acuerdan? Donde está la profecía de que aquel a bien concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emmanuel. ¿Se acuerdan? No lo predicamos pero hicimos solamente referencia al pasaje que el Evangelio estaba haciendo referencia. Entonces, de nuevo pasaron los siglos porque Isaías profetizó esos siglos antes, pasaron los siglos, pero venido el cumplimiento, como nos dice Galatas 4.4, venido el cumplimiento, venido el tiempo, el tiempo de Dios, Dios envió a su Hijo nacido de mujer. Entonces, Dios es veraz y su palabra de promesa segura, eso debemos de saberlo, de todas sus relaciones con su pueblo él es fiel, en todas sus relaciones, Dios es fiel, en Dios puede confiar el hombre, esa es una frase que en los Estados Unidos se acuñó cuando la nación inició como nación y es una frase que se acuña todavía en los billetes, en los dólares, en Dios confiamos. En Dios confiamos. Nosotros podemos confiar en Dios. Amén. Nadie ha confiado en Él. Nadie ha confiado en Él en vano. Nadie ha salido defraudado. Y esa verdad preciosa, nosotros la encontramos en cualquier lugar de las Escrituras. En cualquier lugar de las Escrituras. No nos cuesta trabajo encontrarla. La fidelidad de Dios. ¿Por qué, mis hermanos? Porque nosotros como su pueblo, como el pueblo de Dios, necesitamos saber que la fidelidad de Dios es una parte esencial del carácter divino. ¿Por qué razón? ¿Por qué razón usted cree? Bueno, sencillamente porque nosotros vivimos por fe, nosotros andamos por fe confiando en promesas que Dios nos ha dado, y si en nosotros hubiera la duda de que Dios fuera a cumplir esas promesas, entonces estaríamos dando pasos a ciegas. Así de sencillo, mis hermanos. Entonces, debemos de saber, debemos de entender que una cosa es aceptar la fidelidad de Dios como una verdad divina y otra muy distinta, muy distinta, obrar de acuerdo con eso que creemos. Y eso es lo que se da muchas veces en algunos creyentes. Dios nos ha dado a nosotros preciosísimas, grandísimas, hermosísimas y todo lo terminado en "-ísimo", promesas. ¿Pero realmente nuestro corazón en los momentos de prueba, en los momentos de debilidad, cree en esas promesas? ¿Creen que Dios es fiel a cumplir esas promesas que nos ha dado? ¿Que lo puedo leer en la palabra y decir, bueno sí Dios me dice esto y esto, pero es que la cosa, la realidad me dice otra? Estoy aprendiendo otra cosa. Esperamos en realidad que Él haga por nosotros todo lo que ha dicho, todo lo que ha prometido. Descansamos con seguridad absoluta en las palabras que nos dicen que el fiel es el que prometió. En esa palabra, confiamos en ella. Hay épocas en la vida de todos los hombres hasta en el logro de los cristianos también, no nos podemos poner a un lado cuando no resulta fácil creer que Dios es fiel, como que eso es difícil en momentos. Hay momentos que no, pero bueno, si está yendo bien, ahí sí está todo bien. Entonces nuestra fe se ve lastimosamente probada, muchas veces nuestros ojos están oscurecidos por las lágrimas y nosotros no podemos ¿verdad? porque usted sabe cuando usted está llorando como que se le nubla la vista ¿verdad? o los que usan lentes cuando van a un sitio y le dan algo, un vapor ¿verdad que se les hace difícil verdad? muchas veces nuestra vista está nublada precisamente por la situación que nos lleva a llorar, nos lleva a no ver las cosas bien, pero también los ruidos del mundo. El mundo hace mucho ruido, entonces aturde nuestros oídos espirituales y no podemos oír la voz de Dios o otras veces son los susurros de Satanás que nos está bombardeando a nuestra mente en esos momentos. Cuando llega ese momento en que esos planes que habíamos acariciado, que habíamos planificado, que estaban todos para cumplirse, no se cumplieron. Alguien que profesaba ser nuestro hermano en Cristo nos ha traicionado. Entonces, ahí nos tambaleamos, ahí intentamos serles fiel a Dios. Pero una oscura nube lo esconde de nosotros. Entonces ahí es que nosotros descubrimos que para el entendimiento carnal es imposible, para el entendimiento carnal, es imposible armonizar los reveses de la providencia con sus gratas promesas. Precisamente ayer José Miguel Niemejulta hablaba acerca de eso, acerca del caso de José. O sea, llegó a una situación de adversidad, de pruebas, que desde el punto de vista humano Nadie podría pensar que allí estaba Dios obrando para llevarlo a cumplir los sueños que él había tenido con sus hermanos y sus padres. Nadie podría en su sano juicio, desde el punto de vista carnal humano, pensar que José iba a salir bien de tantas pruebas y al contrario, cualquiera pensaría que José le hubiese convenido ser infiel, ser una persona que siguiera la corriente del mundo, porque por seguir la corriente de Dios fue que le fue mal, entre comillas. Entonces, mis hermanos, nosotros debemos de entender que esos momentos de pruebas, esos momentos de lucha, tenemos que afejarnos a las promesas que Dios nos ha dado en su palabra. Cuando nosotros nos veamos tentados a dudar de la fidelidad de Dios, nosotros con toda autoridad podemos decirle a Satanás, vete Satanás, vete Satanás. Aunque yo no puedo armonizar el misterioso proceder divino con las declaraciones de su amor, yo espero en Dios, yo confío en Dios, yo le pido sencillamente que me dé la fuerza para seguir confiando en medio de todas estas luchas. Amén. Usted para con toda autoridad, la autoridad que Dios le ha dado a usted. Dios se va a encargar de explicárselo en su debido tiempo. Yo siempre he dicho Dios se lo va a explicar a usted o en esta vida, en algún momento, o quizás no lo podamos entender ahora en esta vida y sea en la vida futura que lo podamos entender. Eso fue lo que Jesús le dijo a Pedro cuando le fue a lavar los pies, que Pedro no quería que le lavaran los pies, porque para Pedro, para la cultura judía eso era algo muy denigrante de un maestro, su maestro, bajar tan bajo a realizar una función que solamente estaba que solamente estaba para los esclavos, que era distribuida a los esclavos. Lo vio demasiado. No, tú no me vas a lavar los pies jamás, le dijo Pedro a Jesús. Y Jesús le dijo, bueno, si tú no lo haces, no vas a tener parte conmigo. Ahí sí quería que le lavaran todos, ¿verdad? Pero lo importante fue lo que Jesús le dice en el versículo 7, eso está en Juan 13, lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, más lo entenderás después. Y esa es la misma palabra que en los momentos de luchas, en los momentos de batallas, donde todo parece derrumbarse en la vida de nosotros como cristianos, nosotros tenemos que aprender a ser la nuestra. Dios está orando, pero yo no lo entiendo y lo que yo no entiendo ahora yo lo voy a entender después. Y los resultados me demostrarán que Dios no me ha defraudado, ni ha olvidado, ni se ha olvidado de mí. No porque yo sea bueno, ni porque tengo ningún privilegio extra, sino porque Dios es misericordioso. Amén. Porque Dios es fiel. Dios es fiel. Entonces, eso, esa es como la dinámica del creyente en este lado de la eternidad. El Salmo 119, 138 nos dice, tus testimonios que has recomendado son rectos y muy fieles. Dios no solamente nos ha hecho saber lo mejor, sino que no nos ha expondido lo peor. nos ha descrito fielmente la ruina que la caída del hombre, que el pecado del hombre trajo consigo. Ha diagnosticado también el terrible estado que ha producido el pecado en el hombre, eso también nos lo ha mostrado el Señor. El Señor también nos ha mostrado el odio que Él tiene hacia el pecado. ese odio que debe de ser castigado, que debe de ser castigado. El Señor también nos ha dicho en Su Palabra que Él es fuego consumidor. que él es fuego consumidor. Entonces, nosotros leemos la palabra y nosotros vemos que en su palabra no sólo abunda demostraciones de fidelidad en el cumplimiento de sus promesas, sino que también recoge numerosos ejemplos de su fidelidad en la ejecución de sus amenazas. Acuérdese eso también, ¿verdad? Porque si nos vamos solamente a la fidelidad y que Dios es bueno y que Dios cumple y que Dios nos sostiene y que Dios aquello y que Dios lo otro, entonces pudiera llegar el caso de que alguien se le olvide que Dios también es un buen Cristo y que también Él es fiel y cumple lo que ha prometido, el castigo. Amén. Y quien no tendrá por inocente al culpable. ¿Sabía usted eso? También hay que ver eso, acuérdese, no se vaya solamente de un solo lado, que ese es el problema. es el problema de muchas iglesias en nuestros tiempos. Cuando nosotros leemos la historia de Israel, cada etapa de la historia de Israel, nosotros vemos ejemplificado ese hecho, ese hecho solemne de que Dios no dejaba pasar las cosas por alto, lo mal hecho. Lo mismo nosotros vemos en los referentes a individuos, en el caso del faraón, como Dios buscó a Faraón en el caso de Faraón en el tiempo de Moisés, como Dios buscó a Acán y muchos otros casos que nosotros vemos en las Escrituras. Y así será con nosotros también, mis hermanos, si no hemos acudido a Cristo para salvación. Si Él no ha venido a nuestra vida como nuestro Salvador, en algún momento de la historia vendrá como nuestro Juzgado, como nuestro Juez. Amén. Eso es bueno tenerlo en cuenta. Usted tiene que saber de qué lado usted está parado. Te ha venido, Cristo ha venido a su vida como su Salvador, ahora, pues gloria a Dios. Sus promesas son fieles y verdaderas y se cumplen. Usted todavía no lo ha recibido como su salvador, como su señor, pues entonces usted está en una situación peligrosa, todavía está aquí, pero si sigue por ese camino, lo único que le espera es el juicio de Dios y Dios es fiel en cumplir su juicio. Amén. Aunque no nos guste esa parte, porque es verdad, yo sé que esa parte no nos gusta, nos gustan los buenos, nada más, pero también hay que hablar de los malos. Dios es fiel en proteger a su pueblo, a los que Él ha redimido, Fiel es Dios por el cual fuisteis llamado a la comunión con su Hijo. Eso decía Pablo, nos dice la palabra primera de Corintios 1.9. En ese versículo se promete que Dios va a confirmar a los suyos hasta el fin. La fe que tenía el apóstol era una fe de absoluta seguridad de la salvación de los creyentes, de esos creyentes en Corinto, basado no en el poder de las resoluciones, que ellos pudieran tener, comenzando el año, las resoluciones de mil años, sino en la capacidad de Aquel que tiene para, o en la veracidad, mejor, en la veracidad de Aquel que ha dicho que los iba a sostener hasta el día de Cristo. Al igual que con nosotros, como Iglesia, como pueblo de Dios. Dios no va a permitir que perezcan ninguno, ninguno de aquellos que forman parte de la herencia que Él ha dado a su Hijo Jesucristo. Ninguno que es suyo, bueno el mismo Jesús dijo que nosotros estamos seguros en sus manos y que nadie, ¿qué puede nadie?, ¿qué cosa? Nos puede arrebatar de sus manos. Ahí no hay poder que pueda. y Dios nos va a proteger, nos va a cuidar hasta el día final. Entonces, Dios es fiel en proteger a su pueblo, esa es una promesa segura para los que hemos sido salvados, para los que Dios ha traído a salvarse, para los que Dios, para los que nos hemos arrepentido, nos hemos convertido. Pero en medio de esa fidelidad de que Dios va a proteger a su pueblo, Dios también es fiel en disciplinar a su pueblo. ¿Se acuerdan de entender eso? porque pensamos que solamente nos toca la cosa buena. Entonces Dios es tan fiel, es tan fiel en lo que le tiene como en lo que da, fiel tanto cuando envía penas como cuando concede alegría, porque en ambos casos Dios quiere enseñarnos algo. La fidelidad de Dios es una verdad que debemos reconocer, no solamente si nosotros estamos en paz, sino también cuando sufrimos, cuando sufrimos la más severa reprensión de parte de Dios. Acuérdense que los momentos de tribulación, los momentos de prueba llegan a la vida del creyente con uno de los objetivos. O pudiera ser el caso de que Dios quiere probarnos para fortalecer nuestra fe, porque no hemos hecho nada, como en el caso de José, como en el caso de Job, que Dios tenía un propósito ulterior, que no supieron ver, no digo que no supieron ver, desde el punto de vista humano pues no había forma de ver cuál era el propósito de Dios. O también llegan las pruebas a nuestras vidas a causa de algún pecado, y ya esa es una forma de Dios reprendernos, de Dios azotarnos como a hijos. O sea, siempre que lleguen las pruebas en nuestra vida, analícese usted primero, para saber en qué condición usted está. Si usted está bien delante de Dios, si usted entiende que su vida ha sido fiel y están llegando esas pruebas, pues ore a Dios para que le ayude a perseverar en esas pruebas y le dé la victoria en su momento y en su momento usted entienda por qué razón llegó esa prueba a su vida. Pero si usted ve que hay algo en su vida, como en el caso de los hermanos de José, que estudiamos hace un tiempo, cuando ellos se encontraron con José y vieron que toda esa prueba le habían llegado, ya su corazón arrepentido le llevó a pensar, esto no está ocurriendo porque nosotros hicimos mal al vender a nuestra hermana. Esto nos está llegando por esto, nosotros hicimos mal. Es decir, hubo arrepentimiento en ellos y su demostración, la demostración de ellos, a la vista del mismo José, le llevó a José a perdonarlos también. Aunque esa no era la condición para que José los perdonara, pero también eso fue como una motivación, vamos a decir. Entonces, cuando llegan esas pruebas tenemos que saber en qué lugar estamos. Y eso debe de llevarnos entonces a humillarnos siempre delante de Dios, a confesar que realmente si hemos pecado merecemos su corrección, en lugar de murmurar nosotros debemos de darle gracias porque la palabra de Dios dice que el padre al que ama, al hijo que ama, ¿cómo es que dice? castiga, castiga, ¿verdad? entonces darle gracias a Dios porque es una demostración de que usted es hijo de Dios. Porque si usted no fuera hijo de Dios, usted pudiera vivir en pecado toda su vida y Dios no le va a arrepender por eso. Al final sí, al final sí, ¿verdad?, el día del juicio, pero durante su vida no. Por eso usted ve tanto hijo que progresa y avanza y le va bien, porque su día está preparado para ellos. Pero al que ama, Dios disciplina, Dios disciplina. Cuando su vara cae sobre nosotros, nosotros tenemos que decir como dijo el rey David, como dijo Daniel, perdón, Tuya es Señor la justicia y nuestra la confusión de rostro. Tuya es Señor la justicia y nuestra la confusión de rostro. Tú tienes la razón, Señor, nosotros somos los que nos equivocamos. ¿Qué les parece? Eso está en Daniel 9, 7. O como dice el salmista en el Salmo 119, 75. Conozco, Jehová, que tus juicios son buscos, y que conforme a tu fidelidad me amplíes. ¿Alguien podría decir eso? Esta gente de la propiedad no dicen eso. Esos versos no están en su Biblia, quizás porque le pasaron un rayón negro. Es decir, ellos van a subrayar algo, entonces le pasaron el rayón negro y se le olvidó, y ahí se le borró. Conozco Jehová que tus juicios son justos y que conforme a tu fidelidad me afliges. Salmo 119, 75. Entonces, La pena, la aflicción es parte de ese amor que Dios nos ha prometido en ese pacto eterno. Cuando eso ocurre es porque Dios está buscando glorificarse en nuestras vidas. Entonces Dios no solamente es fiel, Dios es fiel no solamente a pesar de las aflicciones sino también por enviarlas. Eso no nos gusta, ¿verdad? No somos masoquistas, no deberíamos ser masoquistas, no deberíamos anhelar esto. Podemos sentirnos en la libertad de decir, si es posible, pasa de mí esta copa, como borró Jesús, más no como yo quiera, sino como tú. Esa es la segunda parte que también debe de estar acompañada en esa oración. Si es posible, dígame, manténme, que yo sea fiel en la abundancia, entiendo bien en todo, pero que no se haga como yo quiera, sino como tú. Amén, sino como tú. Entonces, nosotros podríamos hablar de tener paz interna, si nosotros llegáramos a entender en ese momento de aflicción que todo lo que le ocurre al creyente es porque Dios tiene un propósito mayor en nuestras vidas. Podríamos llegar a tener una mayor paz interna. Siempre, ¿verdad?, examinándonos a la luz de la palabra, ¿verdad?, porque acuérdense que le he dicho que las aflicciones, las pruebas que pueden llegar a nuestra vida, nos puede encontrar en uno de los lados, o puede ser que hayamos pecado y lo que Dios nos está llamando capítulos para que no arrepentamos, o puede ser que sea un medio para Dios glorificarse de alguna forma en un momento dado que quizás en ese momento no entendemos como humanos que somos. Entonces siempre es bueno, desde el examen, me llegó la prueba, yo sé que Dios le va a decir, no, no, no, espérate, te llegó la prueba, hay algo en tu vida que necesitas arreglar, que esto es una forma, es una señal de advertencia de Dios para que tú recapacites, vengas a Él, te arrepientas, ¿verdad? Siempre es bueno que toda prueba, toda situación nos lleve a autoexaminarnos a la luz de la revelación eterna para ver cómo estamos. Eso nos lleva entonces a entender que Dios es fiel al disciplinar a los suyos, ¿verdad? Eso lo vemos allí. Pero también Dios es fiel al glorificar a sus hijos. dice Primeras de Salomisenses, Primeras de Salomisenses 5.24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. Aquí está haciendo referencia a los santos, a esos santos que son guardados irreprensibles hasta la venida del Señor Jesucristo. Dios no nos trata a nosotros según nuestros méritos, pues nosotros no tenemos mérito algún. No hay nada que nos justifique delante de Dios. Dios nos trata según su propio nombre. Dios es fiel a su propósito, a sí mismo y a su propio propósito de gracia. Dios es fiel en cumplir lo que Él ha prometido, Dios es fiel en cumplir su pacto eterno, ese pacto que en primera instancia fue obrado por las tres personas de la Trinidad y la Eternidad pasada, allí obraron este, lo que se conoce como el pacto de gerencia. Entonces, en base a eso, nosotros somos privilegiados, nosotros somos beneficiados de esos pactos. Por esa razón dice que a los que Él llamó, a estos también predestinó. Y a los que predestinó, a los que Él predestinó, a estos también llamó. A los que llamó, a estos también justificó. Y a los que justificó, a estos también glorificó. Amén. Glorificó. Entonces Dios hace una demostración plena de la permanencia de su bondad eterna, al llamarnos de las tinieblas, como nos dice la palabra a su luz, admirable. Esa es una obra de Dios, que Dios hace, ¿verdad? Y nosotros somos beneficiados de eso. Nosotros somos beneficiados de eso. Por esa razón el apóstol Pablo descansaba en esa seguridad. Esto no es una obra mía, es una obra de Dios, en primera instancia, una obra de Dios, porque todo es de Dios. Entonces, si Dios ha sido fiel en traernos hasta acá, si Dios ha sido fiel en traerle a usted hasta acá, en permanecer hasta acá, Dios va a ser fiel hasta llevarlo allá, a la gloria. Amén. Eso es lo que debemos de entender. Y eso es lo que el apóstol Pablo decía, yo sé a quién he creído y estoy seguro, hay un himno, hay una canción, pero yo sé… no. Yo sé a quién he creído y estoy seguro de que Él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Se lo sabe, porque yo creo que lo he oído. El pasaje segundo de Primonteo 1.12 Yo sé a quién he creído y estoy seguro que es el poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Amén. Entonces, la comprensión de esa verdad, mis hermanos, de todo esto que hemos hablado, nos va a librar, poco a poco, aunque ya nos va a ocurrir una vez, nos va a librar de la inquietud. Cuando nosotros estamos llenos de ansiedad, por lo que sea, cuando nosotros contemplamos nuestra situación con temor, cuando nosotros miramos al mañana con pesimismo, Nosotros estamos rechazando la fidelidad de Dios. Ya sabía eso. Yo le decía a Buendía hace un tiempo que la obra que me ha llevado a permanecer es precisamente lo que es la… a confiar en Dios, a permanecer en medio de todas las pruebas, es precisamente la Teología Reformada. Porque ese es un concepto que no se da en ningún otro… ninguna otra escuela de teología. Cuando yo hablo de escuela de teología no estoy hablando de que haya como un seminario o algo, no, estoy hablando de que todo lo que se predica en una iglesia es teología. Puede ser una falsa teología, puede ser una herejía, puede ser doctrina de demonios, pero es un tipo de teología, un tipo de enseñanza. Entonces lo que me ha sostenido hasta este tiempo es precisamente creer esto, de que Dios es fiel, que yo no tengo que estar declarando o cancelando, porque la Biblia no me habla de eso. Entonces esto me lleva a mí a serle fiel. Si Dios me trajo hasta acá, Dios va a ser fiel en cumplir su promesa. Si hasta ahora le servimos, Dios va a ser fiel en cumplir su promesa. No sé de qué forma, porque Dios tiene formas diferentes de obrar, como las que yo quizás pensaría que pudiera darse, pero Dios es fiel en cumplir sus palabras. Y si Dios nos ha traído hasta acá, Dios va a ser fiel hasta el día final. Amén. ¿Cómo lo hará? Yo no puedo decirle cómo lo hará. Yo puedo hacer planes, puedo hacer proyectos, puedo presentarlo delante de Dios. Eso está claro. Tampoco me voy a quedar con los brazos cruzados y decir, bueno, yo voy a orar como Él quiera. No, eso tampoco, porque Dios también me pide a mí que yo debo de organizarme, que yo debo de planificarme, que yo debo de orar, que yo debo de actuar humanamente hablando hasta donde me da mis capacidades humanas. Yo debo de hacer eso, pero siempre confiando en la plena seguridad de que Dios es fiel, que Dios no es hijo de hombre, que todo el mundo me puede fallar pero Dios no. Amén. Entonces, si creemos eso, Nosotros comenzamos a dudar, pero mira que mañana, imagínate esta situación, cómo vamos a hacer esto, cómo vamos a hacer… Si comenzamos a dudar de esto, de cómo yo lo voy a hacer así, yo estoy dudando de que Dios es fiel. Porque estoy diciendo de forma indirecta, sí, yo sé que Dios cumple, pero imagínate, es que no se ve bien la cosa. Entonces me estoy enfocando en el punto de vista humano de la situación del momento y no estoy viendo que por encima de esa situación hay un Dios que gobierna todo y que no hay nadie que se le interponga y que todo lo que haya de ocurrir en mi vida como cristiano, como cristiano obra para mí, como cristiano. Eso es bueno entender, ¿verdad? Nosotros solamente tenemos dos bandos, o el creyente o el no creyente. El cristiano o el inconverso. El incrédulo y el crédulo. El impío y el pío. Estos son los términos, lo que pasa es que no se usan mucho en la otra parte. Entonces, el que ha oído nuestras oraciones en el pasado. El que ha oído nuestras oraciones en el pasado no dejará de sufrir nuestras necesidades en el momento de apuro. ¿Usted cree que Dios ha obrado en su vida en el pasado? Si todavía Dios no ha obrado en el pasado, entonces la invitación es que hoy usted se convierta, porque es que yo no creo en un cristiano que diga que Dios no ha obrado nada en su vida. Ese nunca ha sido cristiano. Ha estado en la iglesia, ¿verdad?, con una visita, ¿verdad?, pero no ha sido cristiano. porque yo si le puedo decir que Dios ha oído mis oraciones en el pasado. Entonces, como nos dice Job 5.19, en seis tribulaciones te librará y en la séptima no te tocará el mar. En seis tribulaciones te librará y en la séptima no tocara el mar. Eso lo dijo alguien que sí fue probado de verdad. ¿Verdad que sí? O por lo menos el contexto de la historia es de un momento bien fuerte. Entonces esa comprensión de esa bendita verdad va a frenar nuestra murmuración hacia Dios. Quizás no murmuramos públicamente pero nuestra murmuración interna. El Señor sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros. y el descansar en esa vela nos va a llevar entonces a callar nuestras quejas, nuestra impaciencia. Dios va a ser honrado si cuando pasamos por la prueba y la reprensión nosotros tenemos una buena memoria de Él. Cuando pasamos por la prueba Dios va a ser honrado si no acordamos de cómo Dios ha Si nosotros sabemos reivindicar su sabiduría, su justicia y reconocemos su amor en medio de la misma prueba, en medio de la misma corrección, en medio del mismo castigo, la comprensión de esa verdad, de la fidelidad de Dios, va a aumentar nuestra confianza en Dios. Va a aumentar nuestra confianza en Dios. Primera de Pedro, capítulo 4, verso 19, ¿cómo nos dice a nosotros? ¿Cómo nos dice ese pasaje bíblico? Y acuérdense que esta historia, estas cartas fueron escritas en medio de gran persecución, de gran deslucha. y hoy es como el apóstol Pedro le decía a la iglesia de aquel entonces que también es noticia a nosotros. Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios encomienden sus almas al fiel Creador haciendo el bien. Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien. Esta es la vida del creyente. Cuando nosotros abandonamos confiadamente nuestras vidas y todas nuestras cosas en las manos de Dios, vamos a vivir una vida de descontentamiento, Vamos a vivir una vida de contentamiento porque vamos a decir en nuestro corazón de que Dios lo hace todo bien. Que Dios lo hace todo bien. Amén. Esto ocurrió, bueno, gloria a Dios. Demos gracias a Dios. Amén. ¿Alguna pregunta, alguna opinión con respecto a este tema?