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Santiago capítulo 5, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 19 hasta el versículo 20. Santiago capítulo 5 desde el versículo 19 hasta el versículo 20. ¿Te interesas por el estado espiritual de otros? ¿Te interesas por el estado espiritual de otros? Aquí podéis notar aquí en Santiago Capítulo 5, del 19 al 20, Santiago está terminando su carta. Pero él no termina la carta con un saludo, no termina con palabras de bendición, como es común en otras de las cartas del Nuevo Testamento, sino que él concluye con una exhortación. Una exhortación de de abstenerse de la desobediencia. Que nos aseguremos que nosotros estamos caminando rectamente con Dios y que los que están a nuestro alrededor también, o sea, que nos ayudemos mutuamente a vivir vidas obedientes a la verdad. Y termina, o sea, aparentemente de manera abrupta, pero realmente es... de acuerdo a... o sea, actúa de una manera similar a la naturaleza misma de la carta, donde vemos él termina con esta exhortación que nos demos que nos que nos mantengamos fieles cada uno de nosotros y que ayudemos a los demás a hacer lo mismo incluso una conclusión similar a primera de Juan porque en primera de Juan 5 versículo 21 dice hijitos guardados de los ídolos amén y es que la intención es de apartar a los lectores del error realmente resume toda la carta Santiago, a través de la carta, ha estado poniendo mucho énfasis en impedir que cualquier creyente se desvíe de la verdad. Y por ello, si alguien erra en su camino, se le debe hacer volver. Algo que hay que notar, que en la Iglesia primitiva, no se permitía la corrupción moral. Tampoco se escondía, sino que se desenmascaraba y se rechazaba. Por ello Santiago, a través de su carta, ha mencionado varios males que pueden hacer tropezar a otros espiritualmente y pueden hacerte tropezar a ti y por eso los desenmascara. Y dice, hay que rechazarlos, ¿no? El mal uso de la lengua, la envidia, la falta del cuidado de los pobres y de los necesitados, la mundanalidad, los pleitos, etc. Es que el impulso completo de esta carta ha sido impedir que un creyente se desvíe de la verdad. Entonces, tú no te desvíes y ayuda a otros para que no se desvíen de la fe. Es que el conocimiento de la verdad te cambia la vida. Y por ello Santiago ha enfatizado la importancia de vivir de acuerdo a nuestra profesión. Incluso el apóstol Pablo afirma que la verdad y la piedad van juntos. En Tito 1.1 dice Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad. Podéis notar ahí esa conexión que el apóstol Pablo pone entre el conocimiento de la verdad y la piedad. Entonces, no solamente hay que conocer la verdad, hay que ponerla en práctica. Y si conocemos la verdad, se va a notar. Se va a notar con nuestra piedad, se va a notar con nuestra rectitud, se va a notar con nuestro temor de Dios, con nuestra dedicación a Dios, con nuestro amor por Dios. porque Dios va a ser nuestra prioridad. O sea, si realmente conocemos la verdad, si hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, eso nos transforma, entonces vamos a vivir de acuerdo a nuestra profesión. Vamos a vivir en rectitud y por eso se va a notar nuestra piedad. Y aquí, Santiago termina la carta aquí en Santiago 5 del 19 al 20 con esa... realmente es como una señal de alerta dice oye asegúrate de que tú estás bien con Dios y a todo lo posible para que los de a tu alrededor también estén bien con Dios y por ello aquí nos dice Santiago 5 versículo 20 ¡Hermanos! Si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados." Notáis aquí, el versículo 19 empieza refiriéndose a los creyentes, una vez más, como a hermanos, hermanos en Cristo, una relación de familia por la obra de Cristo en la cruz, porque el creyente ha sido adoptado en la familia de Dios, entonces por eso le llama hermanos, dice hermanos. Si alguno entre vosotros, o sea, viendo que está hablando de alguno de aquellos que se congregan en la iglesia, en la comunidad de creyentes, dice, se ha extraviado de la verdad, o sea, alguien que va y se desvía por completo, está hablando de la apostasía, del rechazar la verdad, del evangelio, dice, y alguno le hace volver, entonces ese, el primer alguno es alguien que no era creyente y se desvía, Ese segundo alguno que dice, y alguno le hace volver, está identificando alguien que es parte de la congregación que sí es creyente, se da cuenta de que este que profesaba ese creyente se va de la fe, pues este otro va y le testifica, le da el evangelio para hacerle volver. Y en el siglo XX dice, sepa, que el que haga volver al pecador del error de su camino. Entonces, aquel creyente, que le ha evangelizado a esa persona que profesaba ser creyente y se ha ido, se ha entregado a su pecado, y dice, si le hace volver de su camino, ¿cuál es el resultado? La salvación de su alma. Perdón de pecados. Por eso dice, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados. Ahora, aquí, Vemos como Santiago está preocupado por el estado espiritual de todos. O sea, eres creyente, vive en rectitud para Dios. Pero si una persona profesa ser creyente y no lo es, no va a permanecer en la fe. Entonces, ¿qué es lo que debe hacer el creyente? Ir a buscarle y darle el Evangelio para que ponga su fe y confía en Jesús como Señor y Salvador. Es interesante porque aquí termina la carta de esta manera, o sea, no les hace un llamado a obedecer los requisitos del Evangelio, sino hacer volver a una persona que se ha extraviado de la verdad. Y Santiago plantea este tema porque conoce casos de algunos que profesan ser creyentes y abandonaron la fe. Recientemente, en estas últimas semanas, escuché de un joven que que conozco que hace no sé exactamente pero yo diría que hace unos quizás más de diez años profesó la fe profesó ser creyente de haber creído en Jesús como Señor y Salvador pues en estas últimas semanas ha declarado públicamente que nunca creyó y rechaza el Evangelio ¿vale? Entonces, ¿qué haces? Cuando eso ocurre, ¿qué haces con una persona así? Le das el evangelio. Porque eso es lo que necesita. Porque nunca creyó en Jesús como Señor y Salvador, por eso rechaza el evangelio. Un creyente genuino nunca va a rechazar el evangelio. Entonces, si rechaza el evangelio, ¿qué es lo que debes hacer? Darle el evangelio. a hablarle de las buenas nuevas de Jesucristo. Intentar hacer que realmente ponga su fe en Cristo como Señor y Salvador. Hacerle volver a la congregación. Pero primero tiene que poner su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Santiago plantea este tema porque es una realidad, ocurre. Y es que Santiago hace, por eso hace mención, alguno de entre vosotros. Indicando que es una persona que al menos, que al menos se identificó de manera exterior con la comunidad de creyentes, con la comunidad cristiana. Por eso dice, hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad. O sea, es alguno que posiblemente se ha reunido con la iglesia durante mucho tiempo. Quizás tenía alguna posición de liderazgo. O sea, aquí simplemente está diciendo, mira, si alguien se ha extraviado, alguno entre vosotros, Pues, entonces, hay que darle el evangelio. Ahora, puede que esa persona haya creído de manera intelectual, pero no había sido genuino. No tiene una fe viva. No tiene una fe verdadera. Por eso Santiago ha estado enfatizando a través de la carta la importancia de demostrar tu fe viva. O sea, la fe viva se demuestra. Es como un árbol. Un árbol vivo lo demuestra. Demuestra que está vivo porque da hojas y da fruto. Un árbol muerto no da hojas, no da fruto, sino que se pudre. Y entonces, por ello, Santiago nos dice en Santiago 2.14, hermanos míos, ¿de qué aprovecharás si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y Santiago está diciendo, mira, ¿podrá esa fe? O sea, profesa ser creyente, pero no da fruto, entonces no hay vida. Entonces, esa fe que profesa tener, ¿Eso le salva? Y Santiago está diciendo no, porque la fe verdadera se demuestra. El creyente genuino crece, ¡da fruto! En Santiago 2, 19, dice, tú crees que Dios es uno, bien haces. También los demonios creen y tiemblan. Eso es Santiago 2, versículo 19. Hablando de una persona que ha creído de manera intelectual. Vale, sí, cree que Dios existe, cree que posiblemente tiene todo este conocimiento de la Biblia, tiene conocimiento de que Jesús es Señor, de que Jesús es Salvador, pero tiene su fe es igual que la de los demonios, que no es una fe genuina, no es una fe verdadera, Es una... simplemente ha creído de manera intelectual, pero no es una fe viva y verdadera. Y por ello, se extravía de la verdad. Dice, hermano, si alguno de entre vosotros, esto es Santiago 5, versículo 19, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, esa idea de extraviado de la verdad, lo que realmente invoca la metáfora de la oveja descarriada, que ocurre muchas veces en el Antiguo Testamento, también en el Nuevo Testamento, por ejemplo, en Mateo 18, del 12 al 13, dice, ¿qué os parece? Aquí Jesús enseñando, dice, si un hombre tiene 100 ovejas y se descarría una de ellas, ¿no deja las 99 y va por los montes a buscar a la que se había descarriado? Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquella que por las 99 que no se descarriaron. Ahí está hablando esta metáfora de una abeja que se descarría, que se aparta de la manada, que se pierde. En primera de Pedro, eso era Mateo 18 del 12 al 13, en primera de Pedro 2 versículo 25, dice porque vosotros erais como ovejas descarriadas. Pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas". Eso es 1 Pedro 2, versículo 25. Cuando vemos... Cuando aquí Santiago nos menciona esta idea de extraviado de la verdad, nos hace pensar en eso, una oveja descarriada. Y es que el término extraviarse puede referirse a cualquier desviación, en este contexto cualquier desviación de la fe verdadera, sea de manera accidental o intencional, poco grave o muy grave. Puede que le hayan engañado, o puede que sea por su propia iniciativa que se desvía. Sin embargo, el versículo 20 deja muy claro que su desvío es muy grave, porque el resultado es, si no vuelve, muere su alma. muere su alma y no se le cubren los pecados. Eso identifica a alguien que no ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Identifica a alguien que no es creyente. Entonces, es un no creyente. Porque el que se desvía su camino le lleva a la muerte, porque abandona el camino de la verdad, se extravía de la verdad. Un creyente genuino no puede ser, porque a un creyente genuino no le puedes amenazar con la muerte eterna. ¿Por qué? Porque Cristo le ha salvado de la muerte eterna, porque ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, y por ello tiene seguridad de salvación. Nos dice Juan 10 del 27 al 29. Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen y yo les doy vida eterna y no perecerán jamás. Ni nadie las arrebatará de mi mano. mi padre que me las dio es mayor que todos y nadie las puede arrebatar de la mano de mi padre eso es Juan capítulo 10 versículo 27 y versículo 29 viendo la la seguridad de salvación viendo que Aquí en Santiago no puede referirse a un creyente que se ha extraviado, sino es un incrédulo, porque el creyente no se le puede amenazar con la muerte eterna. Incluso en Colosenses 1, del 12 al 14, dice con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz, el cual nos ha librado de la potestad de las tiñiblas y trasladado al reino de su amado Hijo en quien tenemos redención por su sangre el perdón de pecados". O sea, el creyente tiene perdón de pecados porque ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Eso es Colosenses 1, del 12 al 14, donde también resalta que el creyente participa de la herencia de los santos en luz. Entonces, no puede ser rescatado otra vez de la muerte de su alma, porque ya ha sido rescatado de la muerte de su alma por la obra de Cristo en la cruz. Entonces, este que se ha extraviado no es un creyente, sino es un inconverso. En 1 Pedro 1, del 3 al 5, resalta la herencia que tiene el creyente, esta esperanza viva, nos dice 1 Pedro 1 del 3 al 5. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero." Eso es primera de Pedro, capítulo 1, del 3 al 5. Entonces, lo que Santiago está haciendo aquí en Santiago 5 del versículo 19 al versículo 20 está dejando claro que en cualquier congregación hay aquellos que aunque profesan ser creyentes en realidad no lo son. Y por eso puede haber alguien que se reúne en una congregación durante cierto tiempo y luego rechaza la fe y luego se va. ¿Por qué? Porque nunca fue creyente. Es que la condición real de la persona se hace evidente al rechazar la verdad. Y los creyentes genuinos, ¿qué es lo que hacen? Hacen todo lo posible para que esa persona que se ha ido, que se convierta al Señor. O sea, que se convierta al camino recto. Está hablando de apostasía. O sea, es una persona que abandona públicamente la fe que profesaba creer. ¿Y por qué puede hacer eso? Porque nunca fue salvo. No es un creyente genuino. En Segunda de Timoteo 13 nos menciona la... la seriedad de ello, la seriedad de extraviarse de la verdad, porque nos dice, más los hombres, perdón, más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor engañando y siendo engañados. Eso es 2 Timoteo 3, versículo 13. O sea, engañan a otros y ellos mismos se engañan a sí mismos. Es una espiral de pecado, de engaño. En Efesios 4, 14, nos menciona la astucia de estos engañadores. Dice, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Por eso, hay que protegerse con la verdad. Eso es Efesios 4, versículo 14. Y es que su extravío, no sólo de doctrina, también es de manera de vivir. Porque le vemos aquí, volviendo aquí a Santiago 5, versículo 19. Y dice, según uno de vosotros se ha extraviado de la verdad. La verdad se refiere, de manera general, a todo lo implicado en el Evangelio. Entonces, se han apartado de la verdad del Evangelio. Como sabemos, Jesús mismo se identifica a sí mismo como la verdad. En Juan 14, 6, Jesús dijo, yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Entonces, al desviarse de la verdad del Evangelio, realmente se está desviando de Jesús. Y la verdad es algo que se debe creer y también practicar. Como nos dice 1ª de Juan 1.6, si decimos que tenemos comunión con Él y andamos en tiñeblas, mentimos y no practicamos la verdad. O sea, hay que practicar la verdad, hay que conocer la verdad, la verdad del Evangelio, pero hay que practicarla. Pero aquí Santiago, en su carta, ha mencionado varias veces de cómo Satanás está detrás de muchas clases de mal, de muchas clases de mal comportamiento. Porque vemos en Santiago 3, del 14 al 15, dice, pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. ¿Sabéis? Una sabiduría influenciada por Satanás, que lleva a toda clase de maldad. Eso es Santiago 3, del 14 al 15. O en Santiago 4, versículo 7, dice, Someteos, pues, a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros. Eso es Santiago 4, 7. ¿Qué pasa si no te sometes a Dios? No vas a resistir al diablo, te va a influir, vas a hacer toda clase de maldad. Pero para mantenerte firme, te sometes a Dios, le obedeces, Caminas en rectitud, y entonces resistes al diablo, y el diablo huye. Y es que, viendo el... aquí a esta persona, volviendo aquí a Santiago 5, versículo 19, que se ha extraviado de la verdad. Es que la verdad es una manera de vivir. Nos dice Salmo 86, versículo 11. ¡Enséñame, oh Jehová, tu camino! Caminaré yo en tu verdad. afirma en mi corazón para que tema tu nombre". Eso es Salmo 86, versículo 11. Entonces, cuando vemos aquí que esta persona, aquí en Santiago 5, 19, se ha extraviado de la verdad, pues se ha extraviado de, o sea, se ha apartado de Cristo, quien es la verdad, se ha apartado del mensaje de verdad, del mensaje del Evangelio, se ha apartado de la palabra de Dios. Está viviendo de una manera que no agrada a Dios. Y está confesando que ya no cree la verdad. Es que para Santiago no se puede separar la doctrina correcta, o sea, la enseñanza correcta de las Escrituras, no se puede separar de una conducta correcta. Por eso Santiago está enfatizando, vale, ¿tienes fe genuina? Demuéstralo. Si no lo puedes demostrar es porque no tienes fe genuina. Lo que uno cree y confiesa debe ponerlo en práctica. Y es que la fe genuina es activa, es obediente. Obedece a Dios, obedece al Evangelio. Y por ello aquí vemos, esta persona se ha extraviado, pero alguno, ¿quién es ese alguno? Alguno de la comunidad de creyentes. Algún creyente genuino se da cuenta de que esta persona se ha extraviado y le hace volver. Dice, y alguno le hace volver. Es la idea de hacerle cambiar de dirección. Se refiere a la conversión. Es un cambio de 180 grados. Va hacia una dirección y le hace volver. Le hace cambiar de dirección. Entonces, va en el camino erróneo, le hace cambiar al camino recto. Le hace volver. Volverse de una vida errónea al camino correcto. es volverse del engaño a seguir la verdad. Nos dice Ezequiel 33, versículo 11. Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué moriréis, oh casa de Israel? Eso es Ezequiel 33, versículo 11. Esa es la idea. Caminando en el camino incorrecto, y hay que volverse ese cambio, esa conversión, ese cambio de 180 grados para caminar en el camino de Dios. Es necesaria esa conversión, el creer en Jesús como Señor y Salvador. Por eso, en Hechos 3, versículo 19, El apóstol Pedro dice, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Deben de darse cuenta de que están en el camino incorrecto, camino del engaño, arrepentirse de sus pecados y convertirse de corazón. Creer en Jesús como Señor y Salvador. Y entonces, aquí en Santiago 5, versículo 19, Y dice, y alguno le hace volver, sepa, en versículo 20, ahora, después de, de, de haber mencionado esa situación hipotética, ¿no?, de, si alguno, ¿no?, si esto ocurriese en tu congregación, lo presenta de una manera hipotética, donde un miembro de la comunidad se desvía de la fe, volviendo al pecado, y otro creyente le hace volver al camino recto, Aquí en el versículo 20, describe el resultado de tal acción. Dice, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados. Entonces, el que se desvía, hay que tener muy claro, no es un creyente genuino. Porque el creyente no se puede a amenazar con la muerte eterna, con la muerte de su alma. Aquí menciona que esta persona que se había extraviado y vuelve recibe salvación de su alma. Recibe perdón de pecados. Entonces no es un creyente genuino. De todas formas, el creyente genuino no puede perder su salvación. Por ello, no debemos de pensar que está hablando de este texto aquí en Santiago 5, del 19 al 20, que una persona puede perder su salvación, ¿no? En Primera de Pedro 1.5 dice, Sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. Eso es Primera de Pedro 1.5. Entonces, Dios es quien nos guarda por medio de la fe. Ese texto también que leí en Juan 10, del 27 al 29, donde Jesús dice, yo les doy vida eterna y no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano. Habiendo esa seguridad de salvación. O sea, la salvación se obtiene por la fe, al creer en Jesús como Señor y Salvador. ¡No es por obras! Entonces, no puedes perder la salvación por obras. Entonces, aquí no está hablando de que un creyente genuino pierde la fe o pierde su salvación o se extravía de la verdad, no está hablando de un no creyente, un incrédulo, alguien que nunca ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Posiblemente ha profesado de manera pública, sí, yo soy creyente. Quizás ha seguido el ejemplo de una oración y ha hecho una oración pública, quizás. El punto es que nunca fue un creyente genuino. Lo que está dejando muy claro es que en cualquier congregación de creyentes puede haber una persona que profesa ser creyente pero en realidad no lo es. Y entonces aquí vemos la acción, la acción de ayudar a otro a arrepentirse de su pecado y restaurarle a la comunidad de creyentes le salvará el alma. Le salva el alma de muerte eterna y cubre sus pecados. Esa idea de salvar de la muerte y cubrir los pecados, realmente es paralelo, eso es lo que ocurre cuando una persona pone su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, recibe perdón de pecados, salvación de su alma, vida eterna. Y es que la misión lo ha llevado a cabo un creyente, o sea, un creyente genuino de la comunidad de creyentes, va en búsqueda de aquel que ha rechazado la fe, le da el Evangelio una vez más y entonces pone su fe en Cristo como Señor y Salvador por la primera vez. Antes era una profesión pero era una profesión falsa. Realmente no era una profesión genuina sino similar a la de los demonios que nos menciona ahí Santiago 2 versículo 19 dice tú crees que Dios es uno bien haces también los demonios creen y tiemblan. O sea, el tener un conocimiento intelectual no es suficiente. Claro que los demonios saben que Dios existe. Son ángeles caídos. Han estado en su presencia. Claro que lo saben, pero eso no les salva. Y entonces, aquí vemos esta persona que está en error, en el camino de error, lo manifiesta públicamente y un creyente se interesa por él. y le daré evangelio y por eso pedí confianza de Jesús como Señor y Salvador. Y por ello el resultado es recibes salvación de su alma y perdón de pecados. Ese interés por otros debe ser una cualidad de todos los creyentes. Debemos de evangelizar. Debemos de anunciar las buenas nuevas de salvación a todos. Realmente este versículo exhorta a los creyentes a actuar para recuperar a un pecador que ha tomado la dirección incorrecta. Y es que el rechazar la verdad es el camino a la muerte. Y la muerte se refiere a la muerte espiritual. No está hablando de una muerte física, está hablando de una muerte espiritual. Es la condenación eterna que resulta de morir en los pecados por no haber creído en Cristo como Señor y Salvador. en Santiago 1, Santiago 1, versículo 5, Santiago 1, versículo, perdón, versículo 15, Santiago 1, 15, dice, entonces la concupiscencia, o sea, esos deseos malignos, después que ha concebido, da a luz el pecado, y el pecado, la muerte. O sea, dice, y el pecado siendo consumado da a luz la muerte. Entonces, el camino del pecado, ¿A qué te lleva? A la muerte. ¿Qué muerte? La muerte espiritual. Por eso nos dice Romanos 6,23. Romanos 6,23. Porque la paga del pecado es muerte. O sea, el salario que mereces por ser pecador, por haber pecado, es la muerte. muerte eterna. Pero nos dice Romanos 6, 23, la segunda parte, más la diva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Entonces hay vida eterna para aquellos que creen en Jesús como Señor y Salvador. Aquellos que rechazan la verdad, que no quieren creer en el Evangelio, entonces pues mueren en sus pecados. Es como Juan, Juan 3, 36, Juan 3,36 dice, el que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Ahí lo deja muy claro. ¿Quieres morir en tus pecados? ¿Quieres que tu alma muera? ¿Quieres que... pasar la eternidad condenado en el lago de fuego? No tienes que hacer absolutamente nada. Vive tu vida como quieres. Y vas a llegar a la muerte. Muerte eterna. No tienes que hacer nada. Si quieres ser salvo, si quieres salvar tu alma, recibir perdón de pecados, tienes que creer en Jesús como Señor y Salvador. Juan 3, 36. El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo, hablando de Jesucristo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. ¿Por qué? Porque el pecado te lleva a la muerte. Como ese texto que acabo de leer ahí en Romanos 6, 23. La paga del pecado es muerte. ¿Eres pecador? Sí, todos somos pecadores. En Romanos 3... Romanos 3, 10. No hay justo ni a un uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, aún así hicieron inútiles, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. O sea, todos somos pecadores. Y por si acaso hubiera alguna duda sobre ello, en Romanos 5.12 dice, por tanto, como el pecado entró al mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres. Por cuanto todos pecaron. O sea, heredemos, perdón, heredamos la naturaleza pecaminosa de nuestros padres. Que la heredaron de sus padres. Que la heredaron de sus padres. Y va hasta Danieva. que pecanon contra Dios, y por haber desobedecido a Dios, reciben la muerte. ¿No? Porque Dios les dijo, si coméis del fruto de ese árbol, moriréis. ¿Y? Dios cumple su palabra. Morimos en nuestros pecados, al menos que creamos en Jesús como Señor y Salvador. Y por ello aquí, Santiago 5, versículo 20, Está resaltando que si le haces volver a un pecador del error de su camino, ¡le salva! Le salva de la condenación. Le salva de sus pecados. Y es que el pecador recibe el Evangelio y es salvo. En Santiago 1, versículo 21, dice, Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. O sea, la palabra implantada es la palabra del Evangelio que tiene poder para salvar. Tiene poder para regenerar. Eso es Santiago 1, versículo 21. Y es que, por ello, aquí, el que recibe La salvación de su alma y el perdón de pecados, aquí en Santiago 5, versículo 20, es la persona que se había extraviado, la persona que nunca había puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Y ahora sí lo hace, ahora sí cree para salvación. No está hablando de aquel que es creyente y le hace volver, recibe salvación de su alma y perdón de pecados, porque él ya lo ha recibido. Ya tiene ese estatus, ya es hijo de Dios. Ahora, la escritura sí menciona que un creyente que fielmente comunica el mensaje de salvación se beneficia, ¿no?, cumple su responsabilidad de proclamar el mensaje de Dios, el mensaje que Dios le ha dado, y también, pues, confirma o demuestra su propia fe, su propia salvación, Por eso la idea de restaurar a otro, pues sí demuestra que esa persona es creyente, ¿no? Nos dice Ezequiel 3, versículo 21, dice, pero si al justo amonestares, para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá porque fue amonestado, y tú habrás librado tu alma. Entonces, Ezequiel 3, 21, cuando Dios le dice a Ezequiel, mira, debes de comunicar el mensaje que yo te doy, si lo haces fielmente, pues, tú salvarás tu alma. O en primera Timoteo 4, versículo 16, el apóstol Pablo, inspirado por Dios, le dice a Timoteo, ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. Persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. Entonces, ahí, Timoteo debe predicar fielmente la Escritura, y entonces, al predicar fielmente la Escritura, al guiar a otros a los pies de Cristo, al enseñarles la verdad del Evangelio, entonces, él también se beneficia, ¿no? Él salva al... da el Evangelio para que otros se salven, pero él también, al creer el Evangelio y enseñarlo también. O sea, él demuestra que es un creyente genuino, demuestra su propia fe. Está... lo que está resaltando es que el creyente que está caminando en rectitud, es responsable de ayudar al extraviado. Es responsable de ayudar a aquellos que no creen en Jesús como Señor y Salvador. Es responsable de darles el Evangelio, de evangelizar. No obstante, aquí en este texto, es el pecador que se convierte a Cristo. es quien recibe la salvación, es quien recibe el perdón de pecados, aquel que se había extraviado y ahora vuelve. Porque aquel que le ha guiado los pies de Cristo, aquel que le ha hecho volver, ya es de Cristo, ya es salvo. Y es que la salvación y el perdón de pecados en este texto aquí en Santiago 5 del 19 al 20 ocurren cuando la persona que se había extraviado se convierte. Y entonces, ¿qué es lo que recibe? Salvación de su alma. Dice, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados. Es que Dios es quien cubre los pecados, proveyendo perdón total. Nos dice en Salmo 32, versículo 1. Salmo 32, 1. Dice, bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. Esa idea de cubierto su pecado es esa idea de perdón. Eso es Salmo 32, versículo 1. Salmo 85, versículo 2. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo, todos los pecados de ellos cubriste. Ahora, cuando menciona que Dios cubre los pecados, está mencionando perdón total. O sea, el perdón de Dios es total. Nos dice el Salmo 103, versículo 12. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Eso es Salmo 103, versículo 12. En Isaías 43, 25. Isaías 43, 25. Dios dice, yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo y no me acordaré de tus pecados. Eso es Isaías 43, 25. O sea, cuando Dios perdona, su perdón es total. Él cubre los pecados. Entonces, por eso vemos estas frases paralelas, ¿no? Salvación de alma y perdón de pecados, que ocurren al mismo tiempo. Cuando una persona pone su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, recibe salvación de su alma. Y entonces vemos aquí cómo la epístola de Santiago termina de esta manera. Realmente, en armonía con su naturaleza, porque termina rápidamente. Santiago estaba enfatizando la fe genuina, que se vive y que se demuestra con obediencia. Ha estado examinando la fe, la fe viva, y ha considerado necesario amonestar, amonestarles por las deficiencias. Pero a pesar de ello, a través de toda la carta de Santiago, su intención No ha sido condenar. Ha sido restaurar. Ha sido, oye, date cuenta de tu pecado. Arrepiéntete de tu pecado. Vive por Cristo. Vive para Él. Es restaurar. Y entonces por eso termina la carta de esta manera. ¿Te das cuenta que hay otra persona que se identifica como alguien que nunca ha creído genuinamente? Pues dale el Evangelio. ve e intenta restaurarle para que crea. Y es que los creyentes no solo deben de poner atención en ser hacedores de la palabra de Dios, sino también deben de ayudar a otros a poner la palabra de Dios por práctica. Porque lo que ha estado resaltando Santiago a través de la carta es que la vida cristiana no se debe de vivir en solitario. Somos una comunidad de creyentes que nos animamos mutuamente. Dios nos ha dado la iglesia para que nos apoyemos y nos animemos. Cada creyente pertenece a esta asamblea, a este grupo de creyentes que se identifica como la iglesia. La iglesia local, pero también la iglesia universal y todos debemos animarnos mutuamente. Porque cada uno pertenecemos al cuerpo de Cristo y debemos de ayudarnos y mantenernos unidos. Nos dice Hebreos 10, del 23 al 25. ¡Mantengamos firme! ¡Sin fluctuar! La profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y, consideremos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos, y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca. Esos Hebreos 10, del 23 al 25, ¿podéis ver? La comunidad trabajando en unísono. Por eso menciona ahí, considerémonos unos a otros, para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos. O sea, esa unidad, esa... Esa comunidad que se apoya mutuamente. Y por ello Santiago termina la carta de esta manera. Para que nos demos cuenta de la importancia de que nosotros vivamos para Cristo y asegurarnos que los demás también. O sea, intentar hacer todo lo posible, animarnos mutuamente, estimularnos, ayudarnos a crecer espiritualmente. Porque el pecado, sí, es un problema personal. Cada uno debemos de arrepentirnos de nuestro propio pecado, pero también el pecado afecta a toda la comunidad de creyentes. Por ello, el sabio practica la obediencia y estará motivado a vivir de manera que el necio rechace la necidad y se convierte al camino correcto. O sea, nuestra vida debe ser ejemplar, debe ser una luz para que otros se den cuenta de su mal camino, de su error, y que se vuelvan al camino correcto. Y por ello Santiago termina la carta de esta manera. Para que nos demos cuenta de la importancia de ayudarnos mutuamente en la fe. de crecer espiritualmente y de que es nuestra responsabilidad testificar, darle Evangelio. Debemos de estar interesados en el estado espiritual de otros, dándole Evangelio a personas que nunca han hecho una profesión de fe, que nunca han profesado ser creyentes, y dándole Evangelio también a aquellos que así han profesado ser creyentes, pero demuestran que no lo son. quizás por sus acciones, quizás por sus palabras, pero darles el Evangelio. Es para que consideremos nuestro corazón delante de Dios, si realmente hemos puesto nuestra fe en Cristo o no. que si has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, pues abre los ojos y anima a los que están a tu alrededor y fortalécete en el Señor tú mismo, pero también haz lo posible para fortalecer a los demás en Cristo. Te interesas por el estado espiritual de otros. Vamos a terminar en oración.
¿Te interesas por el estado espiritual de otros?
Series Santiago
Sermon ID | 12824174902249 |
Duration | 46:34 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 5:19-20 |
Language | Spanish |
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