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Es un privilegio poder presentar el módulo 9 del curso 222 sobre liderazgo, sobre la base del libro de Jeremy Rennie, Los ancianos de la iglesia. La labor pastoral, o el trabajo de los ancianos, es un trabajo singular que importa una gran responsabilidad al mismo tiempo que una inmensa satisfacción el hecho de que el Señor los considere para poder participar de su obra en la administración de la misma. No se trata de gestionar una empresa o administrar un negocio importante, Tampoco se trata de desarrollar una carrera exitosa, sino que se trata de apacentar la grey de Dios la cual Él ganó con su propia sangre. Eso es lo que el apóstol Pablo dice cuando los escribe a los pastores, a los ancianos de Éfeso en Mileto, en el capítulo 20, versículo 28 del libro de los Hechos. Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo se ha puesto por obispos para apacentar la grey de Dios, la iglesia del Señor, la cual Él ganó con su propia sangre. En este sentido, podemos desprender algunas enseñanzas primarias que van a servir de base también para lo que posteriormente vamos a desarrollar. Se desprenden, en primer lugar, que este es un llamado a los pastores a tener cuidado de sí mismos, mirar, pongan atención de sus propias vidas. Dice Pablo, mirad por vosotros. En segundo lugar, es un llamado a tener cuidado de aquellos a quienes ministran, los ancianos, es decir, la iglesia del Señor por todo el rebaño, dice. En tercer lugar, es un llamado a considerar que fueron puestos en esta labor no por decisión propia o por el establecimiento de algún consejo de administración, sino por el Espíritu Santo, en que el Espíritu Santo se ha puesto por obispos. En cuarto lugar, es un llamado a cumplir su labor apacentando o alimentando o pastoreando aquellos que pertenecen a la iglesia del Señor. No son personas que pertenecen a nosotros, los pastores o los ancianos, sino pertenecen al Señor. Él los compró, como dice en quinto lugar, con su propia sangre, y eso hace hincapié en el valor superlativo que tienen aquellas personas que son parte del rebaño del Señor, de la iglesia del Señor, porque fueron ganadas con un alto precio su propia sangre. Estas consideraciones son importantes como base para lo que posteriormente vamos a ir desarrollando en función del libro que mencionamos al principio. El cuidado de sí mismo es principal en un ministerio pastoral. De hecho, es un punto de mucha importancia que es destacado una y otra vez por Jeremy Rennie en el libro que sirve de base para este módulo de liderazgo que ya hemos mencionado. El libro se titula Los ancianos de la iglesia, con un subtítulo muy interesante, Cómo pastorear al pueblo de Dios como Jesús. Ese es el subtítulo, que es decidor. En otras palabras, si queremos aprender a pastorear, debemos mirar a Jesús e imitarlo a Él, porque Él es el pastor de los pastores. Para ello, es imprescindible manifestar el carácter de Jesús, es decir, cómo podemos desarrollar un adecuado liderazgo dentro de nuestras iglesias como ancianos o pastores de la iglesia. Anciano o pastor, en este sentido, son palabras sinónimas desde la perspectiva de la función que se cumple. Los pastores delegados de Jesús, dice el autor, deben reflejar el carácter de Jesús. Los pastores delegados de Jesús deben reflejar el carácter de Jesús. En otra parte dice, un hombre irreprensible manifiesta un grado de semejanza a Cristo ejemplar. Debemos parecernos a Jesús si queremos liderar sus iglesias, dice en otra parte. Tanto los ancianos como los diáconos deben tener un carácter como el de Cristo. Es otra de las frases que aparece en el libro. El ministerio pastoral El carácter de Cristo, perdón, es una condición sine qua non, dice, del ministerio pastoral, es decir, una necesidad absoluta. Puedes traer a otros a la semejanza de Cristo solo hasta el punto donde tú mismo hayas llegado. Es otra de las frases que habla de la importancia del carácter de Cristo reflejado en aquellos que somos pastores o ancianos de iglesia. El caminar de un anciano con Jesús es la cadena en la que se cuelgan todas las perlas de su labor. Corta esta cadena y las perlas se caen al suelo y se dispersan por todas partes. Esta frase me parece muy interesante y por eso la voy a reiterar. Dice, el caminar de un anciano con Jesús es la cadena en la que se cuelgan todas las perlas de su labor. Corta esta cadena y las perlas caen al suelo y se dispersan por todas partes. Es decir, el carácter es esencial, es más importante que los dones, que los talentos, que las capacidades naturales que una persona puede desarrollar en su función como pastor. Los ancianos deben parecerse cada vez más a Jesús para sí liderar como Jesús. Dice otra de las frases del libro. y luego también podríamos decir que los ancianos son llamados a pastorear a las iglesias locales como Jesús. Todas estas frases que hemos mencionado aparecen en el libro en cuestión, que es la base de este módulo, y destacan principalmente que El carácter de un anciano o de un pastor de una iglesia debe ser semejante al de Cristo, porque no sólo debe enseñar correctamente sino que eso tiene que ser respaldado por un carácter consecuente. Eso es lo básico, lo fundamental, y el libro destaca mucho eso y por eso me llama poderosamente la atención, que es como un hilo rojo que permea todo el libro, va de principio a fin, y que sustenta, en consecuencia, todo lo que posteriormente va a escribir. El libro destaca que el carácter es más importante que los dones o los talentos, en aquellos que hemos sido llamados a pacentar la iglesia de Cristo. Parecernos a Jesús es la clave para pastorear como Jesús. Sólo de esta manera estaremos cumpliendo con nuestro llamamiento. A lo largo de todo el libro, como un hilo rojo subyace esta importante verdad. Tanto los requisitos o cualificaciones de un anciano como su labor reflejan o deben reflejar el carácter de Jesús. Podemos dividir el libro en dos grandes partes. La primera desarrolla las cualificaciones de un anciano, es decir, los requisitos no negociables que apuntan al carácter de alguien que he llamado a esta noble labor. Eso está en el capítulo 1 del libro. las cualificaciones, lo que da lugar al hecho de que una persona pueda ser nombrada y considerada en el ministerio pastoral o en el ministerio de los ancianos de la iglesia. Y la segunda parte, que abarca los capítulos 2 al 8 del libro en cuestión, tratan sobre la labor del liderazgo de ancianos. La primera parte responde a la pregunta ¿quiénes pueden ser ancianos? y la segunda a la pregunta ¿cuál es la labor de un anciano? Estas dos partes son, esencialmente, las que se divide todo el libro y, me parece, en términos prácticos, es un libro muy importante porque no abarca tanto de destacar conceptos digamos, más profundo, sino que va a lo práctico, a lo que significa el ministerio pastoral en la vivencia cotidiana, en lo que tiene que hacer un pastor, la labor que debe cumplir, cómo debe cumplirla, cuáles son las situaciones que se presentan en el proceso del cumplimiento de su labor pastoral o del ministerio de anciano dentro de la iglesia. Lo primero entonces que vamos a ver, considerando eso, son las cualificaciones bíblicas de los pastores. ¿Quién puede ser un pastor o quién puede ser un anciano? Esa es la pregunta que va a responder por medio de las Escrituras. Este es el fundamento sobre el cual se desarrolla la labor pastoral, porque partimos primero por lo que somos y luego entonces viene lo que hacemos. Si estos requisitos no se cumplen, es imposible hablar de ancianos conforme a la palabra de Dios. Cada uno de nosotros debe evaluar su vida en función de estos requisitos y contestar a la pregunta ¿soy yo esa persona? Efectivamente, estoy cualificado para poder ocupar una función como la que las Escrituras presentan y que es tan importante para el desarrollo de la iglesia del Señor Jesucristo, para el desarrollo de una iglesia local, para que el Evangelio pueda progresar desde la iglesia hacia afuera, para que las personas sean transformadas, para que sean guiadas adecuadamente en términos bíblicos, el carácter de una persona Es lo esencial, y eso es lo que abarca la primera parte del libro. Lo primero, dentro de estos requisitos o de estas cualificaciones que se requieren para ser un anciano bíblico, es un anhelo por servir como anciano. Esto procede de I Timoteo 3.1. Si alguno anhela o vispado, buena obra desea. Si alguno anhela o vispado, buena obra desea. Lo que está enseñando este texto es que la persona tiene que tener un deseo voluntariamente, un anhelo ferviente por tomar esa función, por servir al Señor a través del ministerio de los ancianos en una iglesia. Es imprescindible que tengamos un deseo profundo de ser un delegado de Cristo para servir en su iglesia. no es una imposición, no tiene que ser porque tiene ciertas cualidades, no tiene que ser una persona anciano porque efectivamente tiene capacidades de enseñanza, por ejemplo, que más adelante vamos a ver que también se requieren, sin embargo, si no tiene el deseo, el anhelo genuino de poder servir en este ministerio, entonces no puede estar calificado. Por eso, allí dice, en 1 Timoteo 3.1, si alguno anhela o vispado, buena obra de ser. El énfasis está en el anhelo, el deseo voluntario de servir de esa manera. En segundo lugar, un carácter acorde con la labor a desempeñar. Un carácter acorde con la labor a desempeñar. La piedad es un requisito esencial que califica a un anciano como tal. Tanto cuando le escribe a Timoteo como cuando aconseja a Tito, Pablo enfatiza la importancia de un carácter como el de Cristo a la hora de llamar a ciertos hermanos y establecerlos como ancianos de las iglesias. En 1 Timoteo capítulo 3, versículos 2 y 3, en Tito 1, 7 y 8, se describen claramente cuáles son las cualificaciones de un anciano conforme a lo que las Escrituras presentan. En el capítulo 3, versículos 1 y 2, dice de primera de Timoteo, palabra fiel si alguno en el obispado buena obra desea, pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro. que gobierne bien su casa y que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? No un neófito, no sea quien vaneciendo se caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Todos esos son requisitos no transables, no negociables, que necesariamente se han de exigir cuando hablamos del carácter que debe tener una persona para poder hacer su labor de anciano conforme a las Escrituras. Irreprensible, en primer lugar, es lo primero que aparece. No vamos a ver cada uno de ellos porque sería largo, sino que vamos a acotar un poco la exposición en este sentido. Vamos a partir por lo primero que dice que es lo básico, me parece, lo central. Es necesario que el obispo sea irreprensible, irreprensible. En el libro aparece una buena definición de esto. Dice, ser irreprensible significa que un anciano debe ser un hombre de quien nadie sospeche malproceder o inmoralidad. Ser irreprensible significa que un anciano debe ser un hombre de quien nadie sospeche malproceder o inmoralidad. Es decir, que tenga un testimonio incoherente delante de Dios y delante de los hombres. No implica esto impecabilidad absoluta, sino consecuencia de una vida piadosa delante de Dios y de los hombres. Una persona irreprensible no puede ser acusada de actos o conductas reprochables. Eso descalificaría inmediatamente a alguien que es un delegado de Cristo para servir en la iglesia del Señor. En segundo lugar, tiene que ser sobrio, lo que significa con dominio propio. que tiene control sobre sí mismo, es una persona que no está controlada por sus pasiones, sino que tiene la capacidad de negarse a sí mismo para servir adecuadamente. Este es una de las cosas, quizás, que muchas veces se pasa por alto cuando se habla de la cualificación de los ancianos. Es bueno que uno, como una persona que está llamado a servir en la obra del Señor como un anciano, como un pastor, esté revisando constantemente cuáles son aquellas cosas que tiene que someter, que tiene que tener bajo el dominio. del carácter, que no lo dominen, que no lo controlen. Una persona sobria es una persona que no es controlada por las circunstancias ni tampoco por aquellas pasiones que pueden proceder de lo profundo de su corazón. Somos seres humanos y, en consecuencia, estamos sujetos también a ellos. Sin embargo, una persona que sirve en el ministerio pastoral tiene que ser sobrio, con dominio propio, tiene control sobre sí mismo. Luego también tiene que ser amable, dice, lo que implica sensibilidad y gentileza. Esto es particularmente importante a la hora de tratar con conflictos en la iglesia. ¿Cómo se puede enfrentar algún tipo de conflicto o situación difícil en la iglesia si no se es amable, si se es pendenciero, como dice más adelante la Escritura? Si es una persona que está constantemente desarrollando un carácter muy duro, evidentemente es difícil de que pueda poder manifestar sensibilidad en el momento de tratar una situación compleja dentro de la iglesia. El anciano debe ser un pacificador, pero con autoridad, es decir, el hecho de que sea un pacificador no implica necesariamente que sea alguien que no tiene carácter, es decir, que va a dejar que pase lo que pase y no va a hacer nada, sino que es una persona que enfrenta la situación pero con un carácter pacificador, intentando solucionar el problema y no echando, como decimos normalmente, tratando de apagar el fuego con combustible. Luego también hay otra calificación que tiene que ver con el carácter no codicioso, y esto tiene que ver con nuestra relación con las cosas materiales, y con el dinero particularmente. El apóstol Pedro dice en 1 Pedro 5.2 que debe apacentar la ley de Dios no por ganancia deshonesta, no por ganancia deshonesta, es decir, no buscando hacer progresar económicamente a través del ministerio o sobre, aprovechando esa situación y esa circunstancia, porque eso implicaría una persona que quedaría inmediatamente descalificada. Es una persona que no sea dominada por el impulso de tener más y más porque, como dice la Biblia, el que quiere enriquecerse, de esa manera cae el lazo del diablo. de tal forma que, en este sentido, el carácter de esa persona en relación a los bienes tiene que ser claramente secundario, no tiene que importar en el sentido de poder desarrollar un buen ministerio pensando en la gloria del Señor, pensando en la edificación de los hermanos que están a su cargo, que el Señor ha puesto a su cargo, y no pensando en sí mismo para ver qué provecho va a sacar del ministerio. Es notable que estas cualidades, y es lógico también que así sea, están en Jesús en un grado de perfección. Él era irreprensible. Por ejemplo, cuando enfrentó a los judíos en Juan 8, 46, les dijo, ¿quién de vosotros me redargulle de pecado? ¿Quién de vosotros me redargulle de pecado? Allí mostró que él era irreprensible. Ninguna persona que estaba en ese momento escuchándolo pudo decir algo en contra de Jesús. De hecho, cuando dijeron algo fueron acusaciones completamente falsas, sin ninguna base. Todas eran acusaciones que eran simplemente calumnias. No pudieron encontrar falta alguna en Jesús. Recuerdo también lo que pasó en el Antiguo Testamento con Daniel, cuando quisieron encontrarlo en alguna falta y no pudieron. Lo vigilaron durante un buen tiempo, tratando de encontrar algo, pero no pudieron. Eso es un carácter irreprensible. El Señor Jesucristo se manifiesta, como dije, en un grado de perfección. Pero también Jesús era una persona sobria. Dice quien cuando le maldecían no respondía con maldición, cuando padecía no amenazaba. Miren, el control absoluto que tenía, el dominio propio que tenía el Señor Jesucristo se puede apreciar a través de ese texto. Cuando le maldecían no respondía con maldición, cuando padecía no amenazaba. Primera de Pedro 2.23. Jesús era amable. Esto es especialmente notable cuando trataba con pecadores. Es interesante que cuando el Señor trató con las personas quizás más desechadas desde el punto de vista moral por la sociedad y por los religiosos judíos particularmente, el Señor Jesucristo trató con esas personas en una manera muy amable. Cuando trataba, por ejemplo, con cobradores de impuestos, cuando trató con personas de baja moral, como la mujer que fue encontrada en adulterio o las prostitutas, el Señor Jesucristo trató de una manera distinta, con amabilidad, a esas personas. Cuando los niños recuerdan, cuando vienen los discípulos y les dicen que no molesten a Jesús y el Señor dice, dejen que los niños vengan a mí, los toma, los sienta sobre sus piernas y los bendice. Él fue una persona amable. Las cosas materiales para él no fueron nunca un problema, no tuvo dónde recostar su cabeza y reyazó categóricamente la oferta de Satanás cuando le ofreció todos los reinos del mundo. Es decir, el Señor Jesucristo vino no teniendo nada del punto de vista material y volvió y ascendió al cielo no teniendo nada del punto de vista material, siendo el Hijo de Dios. De tal forma que, si queremos ver estas cualificaciones del anciano o del pastor de la iglesia, necesitamos atender al carácter del Señor Jesucristo porque ahí están en grado de perfección. Luego, también dicen las Escrituras que un anciano tiene que tener como cualidad que sea apto para enseñar. Esto es muy importante. Otra vez necesitamos enfatizar la importancia de esto porque la Biblia lo dice, que sea apto para enseñar. Este es un requisito apuntando a su labor. Un anciano debe estar capacitado para predicar y enseñar la Palabra de Dios tal como ha sido revelada. Aquellos que están a su cuidado deben recibir el alimento que requieren para su crecimiento. ¿Y cómo se alimentan? Obviamente con la Palabra de Dios. Y por eso dice que el anciano tiene que ser apto para enseñar. Es un requisito imprescindible. Jesús fue un predicador ejemplar. Cuando lo vemos ahí en el libro de Mateo, los evangelios en general siempre estaban predicando y enseñando. O sea, predicaba, enseñaba y sanaba. Esas eran las tres cosas que resumen de alguna manera su ministerio, pero la enseñanza y la predicación de la Palabra eran centrales en su ministerio. También, los que somos llamados a servir como sus pastores o los ancianos de una iglesia, delegados por el Señor, debemos ser aptos para enseñar. Una persona puede tener todo el deseo de querer ser alguien que participe como un anciano de una iglesia o cumpla una función y un rol como un anciano de la iglesia, pero si no es apto para enseñar, no está cualificado. Eso es lo que está diciendo la palabra de Dios. Luego también, uno que gobierne bien su casa. Esto estamos viendo en función de los requisitos que aparecen aquí, tanto aquí como en Tito también, en capítulo 1 están claros los requisitos. Uno que gobierne bien su casa. Lo primero que dice al respecto dice que sea marido de una sola mujer, marido de una sola mujer, enfatizando la pureza sexual que es muy importante cuando se trata del ministerio pastoral. El carácter de un hombre tiene que tener, en primera instancia, en relación a su mujer, una actitud de honrar el pacto matrimonial absolutamente. Tiene que honrar el pacto matrimonial. La pureza sexual es un requisito exigible, no transable, que se requiere. En segundo lugar, tiene que liderar a su familia. Dice que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Versículo 4. Que gobierne bien su casa. lidera su familia, debe tener a sus hijos en su gestión, bajo la autoridad. El hogar es el antecedente inmediato para ejercer el liderazgo en la iglesia. ¿Por qué? El que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? dice 1 Primoteo 3, 4 y 5, el que no sabe gobernar bien su casa ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? y es lógico que así sea porque el rol, la función que cumple el padre en el hogar es la función de liderar a su familia y si no sabe liderar a su familia es difícil entonces que se ponga, el Señor lo ponga en un lugar donde tiene que liderar a una familia más grande, en este caso, a los creyentes dentro del contexto de una iglesia local. Es evidente que es el antecedente inmediato para poder servir adecuadamente como alguien que gobierna la iglesia. debe gobernar bien su casa. Y en tercer lugar, en los requisitos estos relacionados con la casa y su rol y su función como líder, debe ser hospedador, dice, hospedador. El teólogo, quizás muy poco conocido, de la Reforma, Heinrich Müllinger, un reformador suizo, que sucedió a un rico swinglio en Suiza, Dice la historia que él acogió a la esposa y a los hijos de Suiglio a la muerte de éste, es decir, él se hizo cargo. Suiglio murió en una batalla con las confrontaciones que se daban con el mundo católico en ese tiempo. y él tomó a la esposa y a los hijos y los llevó y se encargó de ellos desde el punto de vista material también. De tal forma que él mostró un carácter como el carácter que debe mostrar un anciano o un pastor que implica que sea hospedador. Un anciano debe manifestar compasión y preocupación por los necesitados y esa es la forma mejor de presentarlo. a través de que sea alguien hospedador, alguien que pueda atender las necesidades igualmente de los demás. Luego también, otra parte del carácter, es importante también esto que un creyente tiene que ser un creyente consagrado. Versículo 6, no un neófito, no sea quien vaneciéndose caiga en la condenación del diablo. Un neófito, una persona nueva, alguien que recién está empezando, alguien que recién está conociendo al Señor y está comenzando a desarrollar sus su vida espiritual, a crecer en su vida espiritual. Si es una persona que recién está comenzando, es difícil encargarle un ministerio tan importante como es el hecho de guiar a una congregación. Esto es peligroso, dice Pablo. Se requiere más que un entusiasmo para servir como anciano delegado de Jesús para su iglesia. Normalmente los jóvenes con poca experiencia tienen algo que es muy bueno en un sentido, pero tienen que ser guiados, que es la pasión por hacer las cosas, el deseo, la energía que tienen, pero necesitan Primeramente, un grado de madurez, y por eso un anciano debe ser una persona con un carácter consagrado, con una persona ya que tiene experiencia. La experiencia es fundamental. De esa manera lo atestigua el mismo nombre que describe el cargo, anciano. Anciano, experiencia y sabiduría, eso es lo que da a entender el concepto, se requiere de aquellos que van a tomar esa labor, esa función, lo cual no puede ser posible en un creyente nuevo. Jeremy Rennie dice, debemos parecernos a Jesús si queremos liderar sus iglesias, y Jesús personifica estas características. Obviamente debe haber una evidencia de que realmente, primero, es un creyente genuino, segundo, es un creyente consagrado, tercero, que gobierne bien su casa, en todos los aspectos, cuarto, que también sea hospedador, y quinto, que tenga igualmente un carácter irreprensible delante de la gente, para que no caiga en descrédito. En el versículo 7 del capítulo 3 de 1 Timoteo dice, es necesario que tenga un buen testimonio de los de afuera para que no caiga en descrédito el lazo del diablo, por supuesto, que también desde la perspectiva de la gente pueda notarse que nadie puede acusarlo de algo que esté fuera de las normas escriturales y del comportamiento moral que se pide, que se demanda de un siervo del Señor. De tal manera que ahí tenemos la primera parte que es la base, que es el sustento de todo lo demás, que es el carácter, el carácter de los pastores o de los ancianos que gobiernan la iglesia. En segundo lugar, esta es la segunda división principal, la labor de los pastores. Esto abarca los capítulos 2 al 8 del libro en cuestión que estamos desarrollando. Gracias al Señor las Escrituras no nos dejan sin información al respecto, por el contrario, son muy precisas al hablar del tema. En este sentido hay muchas especulaciones. Se piensa, si hacemos una encuesta en una iglesia, probablemente cada uno va a tener un concepto distinto respecto a la labor pastoral. ¿Qué es lo que tiene que hacer un pastor? ¿Cómo desarrolla su labor? ¿A quiénes debe apuntar? Todas estas cosas, por ejemplo, son propias de Cada uno de los que se sientan normalmente en la iglesia a escuchar a un pastor o que son pastoreados por él, ¿cuál debe ser la labor de un pastor? Es una pregunta que normalmente se hace. Cuando se trata de la labor de los ancianos, las Escrituras enfatizan una palabra interesante que es apacentar. Cuando Jesús restaura a Pedro le dice, apacienta mis corderos. luego pastorea mis ovejas, apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas. Cuando Pablo se despide y los ancianos de Éfeso, en el texto con el que comenzamos, dice que el Espíritu Santo los ha puesto a ellos como sobreveedores, o obispos, para apacentar la iglesia del Señor. Otra vez el mismo concepto, ¿se fijan? Apacentar la iglesia del Señor. Y Pedro en su primera carta, en el capítulo 5, versículos 1 al 4, ordena apacentar la crey de Dios que está entre vosotros. ¿Cuál es el concepto que se reitera? Apacentar. De tal manera que podemos decir que la Biblia dice que la labor principal de un anciano, de un pastor, es pastorear el rebaño de Dios. porque pastorear y apacentar, en ese sentido, están hablando de la función que se cumple. Así como el hecho de que primeramente destacamos o mencionamos el carácter como una de las implicaciones, digamos, más importantes desde el punto de vista de lo que una persona tiene que ser ahora que va a cumplir la labor pastoral, ahora hablamos de la tarea. Notemos como en 1 Pedro capítulo 5, El apóstol Pedro dice, ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos y testigo de los padecimientos de Cristo que soy también participante de la gloria que será revelada, apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, apacentad la grey de Dios que está entre vosotros. Por tanto, como dice el autor del libro, los ancianos son pastores y su principal trabajo es cuidar a los miembros de la iglesia como los pastores cuidan a sus ovejas. Ese es el referente, esa es la metáfora que se utiliza mucho en la Biblia, ¿cierto? debe cuidar a los miembros de la iglesia como los pastores cuidan a sus ovejas. Los ancianos son pastores delegados que sirven al buen pastor guiando a sus ovejas, dice el autor del libro. La tarea principal entonces de un pastor cuál es? Pastorear, cuidar, proteger, guiar, alimentar. a la grey de Dios, a las ovejas que el Señor ganó con su propia sangre. A cada uno de los creyentes que pertenecen a una iglesia local, esa es la función central. Ahora, ¿cómo hacen esto? Esa es la pregunta que brota naturalmente. ¿Cómo se hace? En primer lugar, trabajando en medio de las ovejas. ¿Trabajando en medio de las ovejas qué significa? Que el pastor no pastorea con control remoto. es decir, a distancia, porque lo contrario es cierto, no se necesitaría tener pastores en la iglesia local, alguien podría hacerlo desde afuera, desde lejos. Su tarea principal no es administrar la iglesia, del punto de vista, valga la redundancia, administrativo, sino tiene que ver con estar en medio de las ovejas. en el redil. Los pastores trabajan con personas y para ello deben establecer relaciones porque las personas funcionamos de esa manera, estableciendo relaciones. Nos conocemos mutuamente, el pastor conoce a los suyos, los suyos conocen al pastor. El carácter de cada uno de ellos, ¿cómo se puede conocer? Estableciendo relaciones significativas. entre el pastor o el anciano y las personas. El implicarse en estas relaciones significativas con las personas produce también una eficacia mayor al pastorado, porque, ¿cómo saber cuál es la necesidad de la gente? evidentemente, a través de estas relaciones. El pastor, entonces, conoce a sus ovejas, sus ovejas lo conocen a él. Los ancianos no son meros administradores, sino pastores que guían a las ovejas estando con ellas. La mayor parte del ministerio de Jesús, ¿cómo lo vemos? Entre la gente. Él andaba, caminaba de un lugar a otro, iba en su recorrido ahí alrededor del mar de Galilea, tomaba un barco, pasaba al otro lado y estaba siempre con gente a su alrededor. Posteriormente, en el último tiempo, cuando él dejó, se apartó de las multitudes, se concentró en los discípulos para poder prepararlos, capacitarlos, para que posteriormente siguieran con este ministerio. Pero estaba siempre entre la gente. ¿Cuál es el propósito, cuál es la meta que se quiere conseguir con esta labor? Esto es lo segundo. La meta de los ancianos al trabajar entre las ovejas y con las ovejas es hacer crecer, es decir, procurar que se produzca crecimiento espiritual en los miembros de la iglesia, llevarlos a la madurez cristiana. Ese es el propósito. Y aquí hay una diferencia entre los pastores literales, pastores de ovejas, y el pastor espiritual, en este caso. ¿Por qué? Porque las ovejas son animales que siempre serán animales que deben ser guiados y conducidos. Pero las personas, los seres humanos, somos seres que tenemos la capacidad de entender las cosas. Cuando se trata, por ejemplo, de guiarles bíblicamente las personas, también la congregación, en este caso los creyentes, tienen la responsabilidad de su crecimiento espiritual al ser expuestos a la Palabra, al obedecer las Escrituras, finalmente llegan a depender de Cristo. y de la obra de Cristo, del Espíritu Santo que mora en ellos, y al ser alimentados constantemente con la Palabra, llegan a un grado de madurez. Y ese es el propósito final, de tal forma que ahora dependen del Señor. no necesitan toda la vida tener a alguien como una especie de bastón que los afirme, sino requieren madurar hasta que Cristo sea formado, vaya siendo formado en ellos y vayan progresando significativamente en este crecimiento. Este es el objetivo, ayudar a los creyentes a que Cristo sea formado en ellos. Este es el objetivo de la labor pastoral. Veamos, por ejemplo, Efesios capítulo 4, Efesios capítulo 4, versículos 11 en adelante, dice el apóstol Pablo, él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de, con este propósito, de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, ahí el término es usado en el sentido de madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Ese es el propósito. Hacia eso tiene que tender la labor, cuál es la meta, el objetivo del gobierno de ancianos, de la dirección de los ancianos en una iglesia, o de los pastores, es llevar a la gente a esa situación. Ahora, es importante recalcar que nosotros no somos los pastores, los ancianos, los que transformamos a la gente. Es Dios el que los transforma, pero los transforma a través del poder de la Palabra, obrando en ellos. cambiando sus percepciones equivocadas y dotándolos con lo que necesitan para lograr este crecimiento efectivo. Pero la meta es parecernos a Cristo, tanto los pastores como también los hermanos de la iglesia. La labor de los ancianos no es acostumbrar a los creyentes a depender de ellos, sino de Cristo. que sean llevados a la madurez por la enseñanza de la Palabra de Dios para que puedan asimismo reflejar a Cristo en su vida. Es un efecto de multiplicación, porque en la medida en que van madurando y van siendo más conformados a la imagen de Cristo, ellos también van siendo de influencia para que otros hagan lo mismo. Entonces, este efecto de multiplicación se produce cuando nosotros, los pastores, los ancianos, también vamos cumpliendo con nuestra labor y nuestra función principal, que es llevarlos a la madurez en Cristo. Ahora, ¿cómo se puede lograr esa meta en términos prácticos? Esto es lo tercero que desarrolla el libro respecto a la labor de los ancianos. Como se dijo antes, uno de los requisitos no negociables que se exige de los ancianos es que éste sea apto para enseñar. Tiene mucho que ver con llevarlos a la madurez. ¿Cómo pueden ser llevados a la madurez? Al ser expuestos a la palabra de Dios continuamente. Para lograr el objetivo de llevar a la madurez a los creyentes debe alimentar el pastor, los ancianos, debe alimentar las almas de los miembros de la iglesia. Esta es la tarea más básica de un anciano, este es el elemento distintivo de la labor pastoral. Porque la Biblia habla, por ejemplo, de los requisitos de los diáconos también en la Escritura, pero hay un requisito de los diáconos que no está y que sí está en los ancianos. ¿Cuál es? Apto para enseñar. Entonces es una labor fundamental porque es el instrumento que Dios utiliza para llevar a la gente a la madurez en Cristo. Dado que Dios gobierna y guía a su iglesia por su palabra, entonces es imprescindible que aquellos que servimos como delegados del pastor de los pastores enseñemos la palabra. una y otra vez, este es el instrumento que Dios utiliza y nosotros estamos llamados precisamente a entregarlo. Siendo esta una tarea clave para llevar a los creyentes a la madurez en Cristo, los ancianos o pastores deben invertir mucho de sus esfuerzos a prepararse en el estudio profundo de la palabra de Dios, de tal manera que puedan dar alimento contundente a las ovejas a su cuidado. Necesitamos no sólo darle leche, porque a un niño cuando recién nace se le da leche, pero posteriormente hay que darle un alimento más sólido. Y el alimento más sólido implica un trabajo en examinar las escrituras, escudriñar, profundizar en ellas para poder dar ese alimento contundente a las ovejas, a los creyentes de la iglesia, para que puedan llegar a la madurez en Cristo. De esta manera, entonces, además de alimentar a los creyentes en forma contundente, esto también los protege de la falsa enseñanza. es decir, al servir una dieta continua de palabra de Dios, esto los va a capacitar para poder discernir, darse cuenta cuando hay un peligro inminente a través de una doctrina falsa que está propagándose alrededor de la iglesia o inclusive dentro de la iglesia. Los protege contra la falsa enseñanza. Pablo cuando le escribe a Tito, En el capítulo 1 de ese libro, versículo 9, le dice lo siguiente, respecto a los requisitos de los ancianos también, dice que debe ser retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. es decir, que las personas tienen que ser preparadas a través del estudio de las escrituras para ser apologistas, es decir, defensores de su fe, saber por qué creen lo que creen. Para eso, entonces, los ancianos tienen que desarrollar su labor ministerial enseñando adecuadamente la Palabra de Dios. También los ancianos deben estar en consecuencia vigilantes ante el asomo de cualquier herejía que amenace la salud de la iglesia. Las herejías son propias del ser humano, como dijo A. W. Tocel, que en el fondo cada uno de nosotros somos herejes en potencia, y eso es una realidad. Necesitamos tener cuidado. Recuerden cuando Pablo les habla, se despide de ellos en Mileto, los ancianos de Éfeso, él les dice más adelante, del versículo 28, siguiendo un poquito más adelante, le dice que de entre ellos mismos se levantarán algunos que causarán estragos dentro de la iglesia. Versículo 29, porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al rebaño y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos, de vosotros mismos." Eso tiene que haber sido muy fuerte para ellos cuando recibieron esta instrucción. Es decir, Pablo le estaba diciendo cuídense ustedes mismos porque ustedes pueden ser en potencia o son en potencia herejes que pueden desviar. y causar estragos dentro de la iglesia. Por tanto, verá, dice en el versículo siguiente, los ancianos entonces deben ser vigilantes ante el asomo de cualquier herejía que amenace la salud de los creyentes. Para ello, deben estar constantemente conociendo las falsas enseñanzas. No deben ser ignorantes de lo que está pasando a su alrededor. Nosotros podemos relajarnos en un momento determinado y pensar que lo único que importa es de la iglesia o de la puerta del templo hacia adentro, pero no es así. Tiene que ver con hermanos que están viviendo en contextos de una sociedad corrupta, de una sociedad que, a través de filosofías e ideologías, trata de conducir a la persona lejos de la verdad. Por eso, el anciano tiene que estar atento a todo esto, ver las diferentes filosofías y pensamientos que están en ese momento predominando y que pueden ser y seguramente serán de una influencia negativa a los creyentes que están a su cargo. Para ello, Se debe definir, como dice bien en el libro el autor, se debe definir cuáles son la responsabilidad o quiénes están bajo la responsabilidad de los ancianos de la iglesia local determinada. ¿Por qué? Porque podemos hacernos la pregunta y sobre quién es el responsable. Evidentemente sobre los que son parte de la iglesia local. ¿Y cómo se definen los que son parte de la iglesia local? Por medio de la membresía. Para eso es necesario, entonces, definir claramente la membresía para saber sobre quién es responsable primariamente, y evaluando también los ministerios de la iglesia en cuanto al contenido de la enseñanza que se está entregando. Aquí me detengo para explicar un poquito más. Por ejemplo, ¿qué se enseña en la escuela dominical respecto a los niños? ¿Cuál es la enseñanza que se está transmitiendo? Los ancianos somos responsables de poder vigilar que esa sea enseñanza conforme a las Escrituras, que tenga como centro el Evangelio, que pueda ser enseñanza correcta, sana doctrina. y nosotros hemos de vigilar eso. ¿Qué se está enseñando en el grupo de jóvenes, por ejemplo, que se reúne? ¿Qué se está enseñando en el grupo de damas que se reúnen en la iglesia para nombrar solamente algunos ministerios? Es importante saber cuál es el contenido de lo que se enseña. Eso es parte de la labor, donde se deben estar evaluando los ministerios constantemente. Luego también, deben estar pensando en capacitar a otros para que sigan la labor de enseñanza. Y justamente este curso se llama II-XII por el hecho de que se basa en II de Timoteo, capítulo 2, versículo 2. De ahí el nombre, curso II-II-II. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, dice Pablo, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Es decir, debe haber un efecto multiplicador en cuanto a la capacitación, la preparación de ancianos que continúe la labor. Porque esto no se trata de una persona exclusivamente. ¿Se imaginan que la iglesia dependiese de una persona? Evidentemente eso es imposible. Entonces, se requiere que a través de la enseñanza de la Palabra de Dios que estamos en esta parte, en este momento, como cumple la labor, la función, el pastor o el anciano, necesitamos entonces multiplicarnos desde la perspectiva de preparar, capacitar bíblicamente a otros para que continúen la labor de enseñanza. Por otro lado, otra manera en que se debe ejercer la labor pastoral es vigilando que ninguna oveja salga del redil sin la supervisión, es decir, sin darnos cuenta de que esto esté sucediendo. La labor de vigilar es buscar a aquellas ovejas que se deslizan peligrosamente fuera de la iglesia. Eso pasa, lamentablemente. No quisiéramos que ocurriera, pero eso pasa. Para ello es necesario saber sobre quién es responsable la labor del pastoreo, otra vez, fijar cuál es la membresía de la iglesia. Es imprescindible tener una definición adecuada de esto. La membresía identifica a los miembros de una congregación específica y los reúne. y hace posible delimitar la labor de los ancianos en cuanto a tratar con aquellos que están bajo supervisión. En este sentido, el autor menciona a varias personas, varios tipos de creyentes que se deslizan del radíl, como que se van apartando paulatinamente por una u otra causa. Los primeros que menciona es aquellos que pecan, por supuesto, hay pecado que confrontar. Cuando alguien peca hay que confrontar el pecado. ¿Con qué fin? Con el fin de conducir al arrepentimiento y la restauración, ese es el propósito. no es para destruirlos, sino para restaurarlos a la comunión. Pero es necesario confrontar esta situación, no es una labor muy grata, sinceramente no es. No hay satisfacción en ese sentido, en primera instancia, el confrontar a las personas porque están en pecado para llevarles a través de la obra que el Señor hace en sus corazones que sean llevados al arrepentimiento y a la restauración, pero hay algo que sí se debe hacer y que es enfrentar esa situación. Por otro lado, hay ovejas que paulatina y lentamente se empiezan a deslizar de la iglesia por diversos motivos, por ejemplo, porque están muy recargados de trabajo, porque tienen un trabajo y asumieron otro trabajo, o porque tienen un trabajo y ahora quisieron estudiar de noche, no sé, cualquier otra cosa, y empiezan poco a poco a dejar de asistir a las reuniones normales de la iglesia. Y no vienen a una, después a otra, después son dos, después son tres y evidentemente eso va produciendo problemas. Es como un bote que se desamarra del muelle y poco a poco comienza con el oleaje a irse hacia adentro. Entre más tiempo pasa es más difícil volverlo a la orilla. De esa manera también, estas personas se empiezan a deslizar por motivos que quizás no son necesariamente pecaminosos en sí mismos, pero que sí pueden llegar a serlo cuando empiezan a gobernar la vida de la persona por los intereses que la persona empieza a desarrollar y ya empieza a deslizarse de la comunión de la iglesia. Se debe estar atento y tratar con ellos. mostrarles bíblicamente que hay una transgresión a una norma bíblica, no dejando de congregarse como algunos tienen por costumbre. Están también, por otro lado, en tercer lugar, aquellos creyentes que están pasando por momentos difíciles. y deben ser atendidos oportunamente creyentes que están sufriendo algún tipo de enfermedad, alguna enfermedad terminal muchas veces, en algunos casos, algunas situaciones conflictivas desde el punto de vista emocional, quizás, o desde la perspectiva económica, es decir, diferentes tipos de situaciones y esos creyentes naturalmente se debilitan, flaquean en su vida cristiana y necesitan igualmente atención. Otros, por otro lado, también menciona el autor en cuarto lugar, otros que están resentidos por alguna disputa entre creyentes, por alguna diferencia que tuvieron, y comienzan entonces a luchar con estas cosas y finalmente esto empieza a gatillar en el hecho de que no quieren congregarse. Yo no quiero ir ahí porque está tal persona y esa persona me hizo algo. Recuerden el caso de Boia y Sinte, al cual el apóstol Pablo dice que toda la iglesia se movilice para procurar que se pongan de acuerdo estas dos hermanas de la iglesia de Filipo, una iglesia la cual Pablo quería mucho, amaba mucho, y era una iglesia ejemplar en muchos aspectos, sin embargo, había un problema de relaciones interpersonal. Y entonces, por estas relaciones interpersonales quebradas, se empieza a deslizar una persona y se empieza a apartar de la comunión de la iglesia. Ésta también debe ser tratado. Y por otro lado, están aquellos que están resentidos con los mismos ancianos o los pastores. Es decir, que ellos no quieren ir porque no están de acuerdo con alguna situación del pastor o quizás porque hay una crítica a alguna posición específica o alguna forma de actuar respecto del mismo pastor. Esto es más difícil, porque el anciano o los ancianos están en el deber de ir y tratar con ellos, pero es difícil tratar con ellos cuando justamente el problema parece que somos nosotros mismos, los mismos ancianos de la iglesia. y por eso están resentidos. Pero allí es donde está la importancia, más adelante lo vamos a ver, de la pluralidad de ancianos, es decir, que haya más de un anciano que gobierne una iglesia, que sea una pluralidad de ancianos como la Biblia lo presenta. Ese siempre es el ideal. desde el punto de vista de las Escrituras, porque así, entonces, la persona que no es causa, entre comillas, del problema que la otra persona tiene con uno de los ancianos, puede ir el otro anciano para tratar con ellos. Es decir, hay una ventaja muy grande en ese aspecto también. Estos son tipos de situaciones que se pueden presentar en términos prácticos. Por eso me gusta mucho el libro porque es muy práctico, absolutamente trata con las situaciones que se dan en el ministerio pastoral. Otra área importante de tratar es entender que los ancianos son llamados a liderar sin enseñorearse. Eso lo dice Pedro en una forma muy, muy clara en I de Pedro, capítulo 5, que es uno de los textos principales en relación a los ancianos. Ahora, aquí hay dos cosas que parecen contradictorias porque, por un lado, se le llama al anciano a liderar, la iglesia, no tenga temor de liderar la iglesia, no tenga temor de gobernar en un sentido correcto de la palabra para guiar, para conducir, pero tiene que hacerlo sin enseñorearse. ¿Ven? ¿Cómo compensar las dos cosas? ¿Ven que aquí uno puede apreciar algo muy importante, que el carácter es importante? Si el carácter no es adecuado, si los requisitos que se mencionan, esa persona no los tiene ahí en 1 Timoteo capítulo 3 y en Tito 1, entonces no va a poder enfrentar adecuadamente este tipo de situaciones cuando se presenten. ¿Cómo va a liderar sin enseñolearse la ley? Jesús ha comisionado a los ancianos de la iglesia para guiar a su rebaño, de tal manera que exige de nosotros iniciativa y disposición a liderar. No es que se siente la persona y dice, bueno, yo no voy a intervenir porque si no me va a traer esto o esto u otros problemas. No, si fue llamado por el Señor, fue puesto en una labor y en una función de liderazgo, tiene que liderar, pero tiene que hacerlo teniendo cuidado, y aquí hay una cosa importante, de su orgullo. de transformarse en una persona que gobierna. autoritariamente sobre la gente, porque eso no es la labor que la Biblia menciona que debe tener el siervo del Señor. Este liderazgo debe ser ejercido piadosa y amorosamente, estos son conceptos interesantes, piadosamente, es decir, la persona tiene que ser consciente que un día tiene que dar cuenta delante de Dios de su labor. Está haciendo una labor dada por el Señor y él tiene que dar cuenta delante del Señor. y amorosamente porque aquellos que están a su cuidado han sido ganados con la preciosa sangre y comprados con la preciosa sangre de Cristo. Tienen un valor particular delante del Señor. Entonces, se debe liderar no como Señor, sino como siervo. Recordando que el verdadero líder es el que sirve y no el que manda. Yo quiero que vayamos a Mateo capítulo 20, Versículos 25 al 28. Esto se da en el contexto de cuando Santiago y Juan quisieron tener los lugares de preeminencia en el reino del Señor Jesucristo. El versículo 25 dice, entonces Jesús llamándolos dijo, sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ella potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. Y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo. Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por mucho. Miren cuál es el ejemplo máximo. Pastorear conforme al corazón del Señor Jesucristo implica entonces actuar también como Él lo hizo. Ahora, él no sólo enseñó esto sino lo ejemplificó de una manera extraordinaria. Quizás uno de los textos más hermosos de las Escrituras es el de Juan, capítulo 13, cuando el Señor Jesucristo lava los pies de sus discípulos. la noche antes, poco antes de ir a la cruz y morir por ellos. En el capítulo 13 de Juan, versículos 14 al 16, el Señor dijo esto después de haberle lavado los pies a sus discípulos. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros, porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto digo, el siervo no es mayor que su Señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Allí está el ejemplo práctico. Jesús no sólo lo dijo sino lo hizo. ¿Y quién era él? El Hijo Eterno de Dios. De tal manera que ese ejemplo es extraordinario porque está enseñando que liderar significa servir. Y eso es una de las cosas que normalmente se pasa por alto. Comentando esta última escena en que Jesús lava los pies de sus discípulos, el autor del libro, Jeremy Rennie dijo, Jesús descalzó los pies de sus discípulos y les lavó la suciedad con sus propias manos. Al día siguiente él fue despojado y esas mismas manos fueron clavadas a una cruz para lavar el pecado del alma de sus discípulos. Aquellos que se ven perdonados a los pies de la cruz miran el liderazgo y la grandeza de un modo inverso, lo cual escandaliza al mundo. ¿Dónde encontramos en el mundo, en cualquier sistema, en cualquier institución, a personas que creen que tienen que liderar sirviendo? No existe eso. Pero la iglesia es distinta. La iglesia es distinta. El Señor de la iglesia enseñó y mostró con el ejemplo que el que lidera es el que sirve, no el que se enseñorea de las personas. ¿Para ello qué se requiere? Humildad. y que es justamente una de las cosas escasas, de las cualidades que son escasas en el ser humano y aún en los creyentes, porque estamos todavía en un proceso, en una lucha con nosotros mismos. Pero se requiere humildad y por eso cuando se nombran ancianos o cuando se designan ancianos en la iglesia es necesario designar a aquellas personas que manifiesten este carácter. un carácter humilde, un carácter dócil, un carácter que pueda también recibir la amonestación cuando sea necesario pero al mismo tiempo también reconocer dentro de su propio corazón cuando hay algo que no está bien. Es necesaria humildad. Esto se manifiesta en que? En que podemos delegar a otros también la responsabilidad, no la responsabilidad en sí de la labor de la función de anciano, pero sí ciertas funciones, ciertas labores. Por ejemplo, lo que hacemos en la iglesia normalmente cuando delegamos en los diáconos algunas tareas de carácter administrativo para, como hicieron los apóstoles, encargarse de la oración y la palabra de Dios. El delegar implica humildad porque significa que somos conscientes de que no lo podemos hacer todo y necesitamos. Como dijo también el autor que el liderazgo se trata de una tarea de un equipo, no es solo personal. También nos impulsa a mantener en alto la palabra de Dios como nuestra autoridad máxima y el evangelio del Señor Jesucristo como necesario para nosotros mismos también. porque allí en el Evangelio miramos a la cruz y nos damos cuenta de la necesidad de ser siervos para poder liderar correctamente. Como dice el autor del libro, cada uno de los ancianos somos pastores ovejas, pecadores salvados y sustentados por gracia, que seguimos al buen pastor Jesucristo, con una función especial encargada por Jesús a quien debemos dar cuenta un día de la labor que estamos haciendo. Los ancianos no somos señores, existe un solo Señor y este es Jesucristo, el dueño de la iglesia. En resumen entonces, la labor de los ancianos de la iglesia es la siguiente. Ellos pastorean un rebaño, enseñan doctrina, refutan el error, alimentan a los miembros para que alcancen madurez, buscan a las ovejas descarriadas, gobiernan y lideran y calman conflictos, entre otras cosas. Esa es la labor pastoral. Esta última cita es del mismo autor del libro. Para desarrollar esta labor adecuadamente es imprescindible entender y aceptar que se requiere de una pluralidad de ancianos, El Nuevo Testamento deja esto muy en claro en Hechos capítulo 14, versículos 23, Hechos 20-27, Filipenses 1-1, Tito 1-5, y en muchas partes cuando se refiere al liderazgo siempre lo hace en plural. No es un líder, son varios líderes. ¿Por qué? Porque de esta manera se puede compartir la carga haciendo una sana división del trabajo. se desarrollan mejor los diversos dones que cada uno de ellos tiene. Una persona no tiene todos los dones y por eso es necesaria la pluralidad. El autor menciona un ejemplo de la navaja suiza. La conocen, ¿cierto? La navaja suiza tiene una cantidad de elementos que son para diversas cosas. Bueno, eso es un liderazgo de ancianos, él dice. porque cada uno tiene una función especial y específica y se complementan todos para esto. Se da también la posibilidad de pastorearse mutuamente, es decir, de orar junto con los demás, alentarse mutuamente, aconsejarse mutuamente cuando hay una pluralidad de ancianos. Permite que los ancianos se rindan cuenta mutuamente. Esto es bueno para el orgullo, necesario para cada uno de nosotros. El anciano debe procurar madurar cada día más en Cristo, parecerse más a Cristo. Debe buscar por todos los medios posibles ser transformado a la imagen del Señor. De esta manera será un ejemplo a imitar. Y esta es otra de las funciones, más que funciones es lo que nos pide la Biblia que seamos. ¿Recuerden a Pablo? Pablo dijo que debían imitarlo a él como él imitaba a Cristo. de tal forma que su ejemplo de vida debe ser consistente, por supuesto, y para eso, entonces, se transforma en un ejemplo a imitar. Hermanos, sed imitadores de mí y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Eso dice Pablo en Filipencias 3.17. No solo se debe pastorear, digo, con la enseñanza y haciendo cosas, también es imprescindible que se enseñe con el ejemplo. El autor del libro dice, el trabajo de un anciano implica pastorear siendo y haciendo. siendo y haciendo, porque de lo contrario no puede ser que su vida no respalde su enseñanza, no puede ser que su enseñanza sea una y su vida sea distinta. Tiene que ser un ejemplo a imitar en ese sentido. Todo lo que un anciano hace en su labor debe estar impregnado por la piedad, de lo contrario no es más que una actuación. Y ningún hipócrita debe estar al cuidado del rebaño que Jesús ganó con su propia sangre. Eso es imposible. Por eso debe estar siempre examinando su vida a la luz de las Escrituras y mirando a Jesús para evaluar su propia vida y labor como delegado de Jesús. Por esta razón Pablo le dice a Timoteo que tenga cuidado de sí mismo. El guardar el corazón es una tarea diaria de cada uno de nosotros. Debemos también ser hombres que crecen junto a la congregación. Es una persona que, como Pablo, debe manifestar su convicción de proseguir a la meta en constante transformación. No sólo tiene que esperar cambios y transformaciones en la grey, sino que su propia vida debe ser transformada por ese mismo evangelio que él predica. Por eso es que nunca debe descuidar la oración. ¿Cómo cuida su corazón? Con la oración. Es el oxígeno del alma y manifiesta una dependencia total de Dios. ¿Por qué oramos? Porque necesitamos a Dios. Cuando oramos estamos reconociendo que no somos suficientes nosotros mismos y necesitamos a Cristo, su poder, su dirección, su sabiduría, su gracia y su presencia cada día en nuestra vida. La oración es pedir, Señor, por favor, ven. Señor, por favor, derrama tu gracia sobre mí cada día, dame sabiduría, dirige mi vida para poder saber también cómo conducir a la iglesia que es tuya, que te pertenece. Por ello la oración es imprescindible en la vida diaria de todo siervo de Cristo. Imitamos a Jesús cuando oramos. Recuerden, siendo el Hijo de Dios oraba constantemente. cuando fue bautizado, cuando llamó a sus discípulos, cuando fue transfigurado, la última noche antes de ir a la cruz en el huerto de Getsemaní, cuando estaba en la cruz, en todo momento él estaba orando a su Padre. Sólo Dios puede dar el crecimiento, eso lo sabemos. Y con ello, el éxito de la labor de los ancianos, porque sólo Él puede cambiar el corazón y transformar la vida de aquellos que están a nuestro cuidado. Y entonces, ¿a quién tenemos que acudir para pedir que eso sea una realidad? Obviamente al Señor, en oración. De tal forma que la oración es un componente esencial de la vida de un pastor. Cuidado personal, íntimo, secreto, la oración tiene que acompañar siempre la vida y la labor de un pastor. También en público, en los momentos en que conversamos, en que aconsejamos, necesitamos también estar orando permanentemente. Una gran labor, y aquí estoy terminando, requiere de hombres entregados en las manos de Cristo para ser usados por Él. Nuestra dependencia de Dios es vital para ejercer una buena labor con el carácter que se demanda de nosotros. El Señor dispuso que su evangelio y su obra sea llevada por hombres comunes y corrientes, hombres simples, no extraordinarios, para realizar una labor extraordinaria. Y por eso es que no somos suficientes en nosotros mismos, como el apóstol Pablo dijo, sino que nuestra suficiencia viene de Dios. El carácter es esencial y la labor también está muy bien descrita en las Escrituras. Y eso es lo más lindo de este libro, el poder llevarnos a considerar las Escrituras y a darnos cuenta de la necesidad de examinarnos, digamos, constantemente nuestro propio corazón para ver de qué manera estamos cumpliendo esta maravillosa labor que Él nos encargó. Es la empresa más gloriosa en la cual una persona puede involucrarse, pero es también con una alta responsabilidad. Por eso, hay advertencias para desarrollar bien este ministerio y la Escritura, pero hay también promesas. Cuando venga el príncipe de los pastores, entonces también recibiremos la corona que el Señor tiene preparada para quienes servimos en un ministerio como este.
C222 9. El Liderazgo
Series C222 Temas
Sermon ID | 1281780367 |
Duration | 1:10:58 |
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Category | Conference |
Language | Spanish |
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