Hermanos, si alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurarle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevalos unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Si alguno se cree ser algo, no siendo nada, así mismo se engaña. Así que cada uno someta a prueba a su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo y no en otro. Porque cada uno llevará a su propia carga. En nuestro pasaje esta mañana quiero señalar dos cosas importantes. Primero, la realidad del pecado dentro de la iglesia. Y segundo, la reacción de una congregación verdaderamente espiritual. El apóstol San Pablo en el libro de Gálatas nos habla de una manera abundante acerca de los frutos del Espíritu. Y nos enseña que esos frutos solamente pueden brotar cuando el Evangelio de la gracia es predicado correctamente. Si el Evangelio de la gracia no se predica, el pecado va a seguir reinando de una manera escondida. De una manera religiosa. Y cuando el pecado brota, no hay manera de tratar correctamente, bíblicamente con él. Si la gracia de Dios no es predicada. Por eso el apóstol Pablo dijo que el pecado nos enseñará más de nosotros. Porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Y él no está queriendo decir que el cristiano no va a pecar más. Lo que está queriendo decir es que aunque el pecado penetre, La justicia de Cristo, la gracia de Cristo, el poder del Espíritu Santo, son nuestros defensores y nos permiten luchar contra el pecado. En este pasaje encontramos al Apóstol San Pablo refiriéndose al pecado dentro de la iglesia. Y él habla de tres dimensiones del pecado. En primer lugar, habla del pecado presente descubierto. Dice, hermanos, si alguno fuera sorprendido en alguna falta, Está hablando de un pecado que salió a la luz. Pero Pablo también habla acá acerca de otro tipo de pecado. Un pecado que es latente, que es posible, que es potencial, pero no ha salido. Es posible que salga. De un momento a otro podría salir. Pero no ha salido. Pablo dice, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. En otras palabras, está hablando aquí de un pecado que salió a la luz. Alguien que fue sorprendido en una falta, dice. Pero también está diciendo, considerate a ti mismo, porque hay la posibilidad del pecado en ti. En otras palabras, el pecado que es posible en cualquier momento puede alcanzar a cualquier miembro dentro de la iglesia. En tercer lugar, Pablo habla acerca de un pecado que está presente, pero está escondido. Note la diferencia. Anteriormente habló del pecado que es posible, pero no se ha cometido. Es simplemente una posibilidad. Y hermanos, nosotros tenemos que estar de acuerdo con Pablo. Porque la verdad es que cualquiera de nosotros es capaz de cualquier cosa. Eso es lo que Pablo está diciendo. Ha salido un pecado, dice Pablo. Pero ustedes que son espirituales, restauren a esa persona con espíritu de macedumbre, considerándote a ti mismo, porque también es posible. Es un pecado potencial. Y como les dije, hay un tercer pecado acá. Y es la del pecado que es invisible. No es tan evidente. Pero ahí está. Pablo lo menciona en el verso tres. El que se cree hacer algo, no haciendo nada, a sí mismo se engaña. Está hablando aquí de personas que se creen ser algo sin ser nada. Que se engañan a sí mismas. Eso es un pecado. Ese es un pecado que el Señor combatió de una manera severa. Y que nosotros lo podemos ver especialmente en la vida de los fariseos. Que se creían ser algo y no eran. Se creían ser muy espirituales. Se creían mejores que los demás. Se comparaban. con otros, y decían, yo no soy como nosotros. Y se engañaban así mismo. Así que, la realidad del pecado en la iglesia, es algo de lo que tenemos que estar muy conscientes. Y yo recuerdo que cuando era reconvertido, yo pensaba que todos los hermanos eran una especie de angelitos. Una hermana muy cercana y querida me decía que a ella le gustaría vivir en una colonia solo de cristianos. donde hubiera solamente negocios cristianos, familias cristianas, escuelas cristianas, que todo esto sería maravilloso. Pero el tiempo le enseña a uno, hermano, y la Biblia le enseña a uno, de que la realidad del pecado, ya sea expuesto a la luz, ya sea potencial, o ya sea escondido, en forma de fariseo y de hipocresía, es algo con lo que siempre tenemos que pelear. Así que, en ese contexto, podemos entender lo que Pablo está diciendo acá. Hermanos, si alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurarle con espíritu de mansedumbre, Considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. En el verso 3, y si alguno se cree ser algo, no siendo nada, así mismo se engaña. En la Biblia tenemos ejemplos de pecados en la iglesia que salieron a la luz. En la Biblia tenemos ejemplos de pecados que han salido a la luz. Por ejemplo, el capítulo 5 de 1 Corintios habla de un pecado en la iglesia en el que un hombre tenía una relación ilícita con la mujer de su padre. Y el apóstol Pablo dijo, eso no se oye ni entre los paganos. Ni entre los gentiles escucha eso. Usted lo está tolerando en la iglesia. Así que ahí no solamente estaba pecando la persona, lo cual era suficientemente grave, pero estaba pecando la iglesia. Usted no va a hacer nada respecto a eso. ¿O recuerdan ustedes el pecado de David? David se quedó callado por mucho tiempo hasta que un día llegó el profeta Natán y le contó la historia de un rico que le había robado una oveja a un hombre pobre. Y David se indignó. Y le dijo, ese hombre hay que matarlo. Y el profeta Natan le dijo, ese hombre eres tú. Tú le quitaste su esposa a un hombre. Estas siendo rey, pudiendo tener todo lo que quisieras. En el Salmo treinta y dos, el rey David habla de su experiencia. Y él dice, mientras calleé envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Él sufrió por eso. Y la Biblia abunda, hermano, en ejemplos de pecados que salieron a la luz. Acán, que tomó el anatema cuando invadieron Jericó. Cuando invadieron Jerico, cuando tomó de eso lo que no se suponía que tomara. Y cuando hubo arrepentimiento, Dios restauró a esa persona. Cuando no hubo arrepentimiento, Dios juzgó a esa persona. Y la iglesia, los líderes de la iglesia, tuvieron la responsabilidad de lidiar con esas circunstancias. De manera que no debe ser extraño para nosotros, hermanos. Y debemos de estar conscientes de que estamos en una batalla, una batalla real contra el maligno y contra el pecado. real contra el pecado y contra el mal. Y sólo la justicia perfecta de Cristo, su sangre, su gracia, la justicia que Él nos ofrece gratuitamente por la fe en Cristo, es lo único que nos puede hacer vencedores contra el pecado. Y por supuesto, hermanos, aunque el pecado no salga, aunque el pecado no brote, como en el caso de David o en el caso de este hombre de Corintios 5, o aunque no se haya cometido ningún pecado, nosotros tenemos que decir como el apóstol San Pablo, yo sé que en mí no mora el bien. Porque veo una ley en mis miembros que me lleva a la ley del pecado. Y Pablo no había cometido un pecado, pero estaba consciente de la realidad. del remanente de pecado. Y él exclamó, ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios por Jesucristo. En otras palabras, el pecado potencial es algo también de lo que siempre debemos estar conscientes. Y por supuesto, hermano, si no estamos conscientes de recados invisibles como por ejemplo el orgullo, la soberbia, la envidia, la impureza interna que nadie ve, Si nosotros no llevamos eso delante del Señor, si no luchamos contra eso con la gracia de Cristo, si no nos refugiamos en la gracia de Cristo, nos puede pasar lo que le pasó a Pedro. Pedro estaba tan seguro de sí mismo. lo iban a capturar. Él le dijo, Señor, yo nunca te voy a negar. Yo no te voy a negar. Y le juró al Señor que no lo iba a negar. Pero el Señor sabe mejor las cosas. Y le dijo, Pedro, tú me vas a negar. Y Pedro insistió, yo no te voy a negar. Hermano, eso ya era pecado. Este era el pecado de la autosuficiencia. De que él se sentía que podía con sus propias fuerzas. El pecado del orgullo. Y ustedes saben, hermano, lo que le pasó a Pedro. Él negó al Señor tres veces. Su pecado estaba encubierto, su cobardía estaba encubierta, pero él no lo quería reconocer. Con eso debemos de ser muy cuidadosos también. Con esos pecados que lucen decentes. Pecados que lucen inofensivos. Pecados que nosotros los podemos disfrazar. como la soberbia se puede disfrazar de un carácter fuerte. Debemos de estar conscientes de eso. Pablo nos está hablando acá de la realidad del pecado en la iglesia. Pero en realidad este pasaje se concentra especialmente en la primera clase de pecado. Lo que Pablo llama el haber sido sorprendido en alguna falta. Un pecado que ha salido a la luz. Y entonces Pablo nos presenta, nos describe la reacción de una iglesia verdaderamente espiritual. Él dice en el versículo uno, hermanos, si alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, él está asumiendo que esta iglesia va a reaccionar espiritualmente. Él dice, aquí hay una falta. Aquí hay alguien que fue sorprendido en alguna falta. Vosotros, iglesia, esto es lo que tienen que hacer. Vosotros que sois espirituales, esto es lo que tenéis que hacer. Y nos da algunas características. Ahora, noten hermanos que está hablando de una iglesia espiritual. Pero una iglesia espiritual donde hay pecado. En otras palabras, lo que Pablo está sugiriendo acá, es que la espiritualidad de una iglesia no significa que no sucedan eventos pecaminosos. No significa que en esa iglesia todos son perfectos. Que nunca hay un escándalo, ni un problema, es agradable y doloroso. El hecho de que una iglesia es espiritual no quiere decir que esa iglesia es el cielo aquí en la tierra. Una iglesia espiritual, que es robusta espiritualmente, que está alimentada por la palabra de Dios y que camina en el temor de Dios, en ciertos momentos nos puede hacer sentir como que estamos en el cielo. Hay servicios muy especiales, hermano. Hay ocasiones en que yo, sentado allí adorando, he sentido algo tan sublime. O escuchando la Palabra ha sido algo tan maravilloso. Y tener comunión con los hermanos puede ser tan dulce. Es cierto. Pero es cierto también que lidiamos, hermano, con realidades muy duras y difíciles. Hay ocasiones, hermano, en que aún dentro de la iglesia se puede sufrir mucho. Pueden ser demasiado terribles. Pablo está diciendo acá, hermanos, si alguien fuera sorprendido de alguna falta, vosotros que sois espirituales, Esto es lo que tenéis que hacer. Restauradle, con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad las cargas los unos de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Vean lo que Pablo está diciendo acá. Él está dando una lección muy importante para tiempos de crisis. En primer lugar nos está diciendo, hermano, que la iglesia es un lugar de restauración. Primero de todo, nos está diciendo que la iglesia es un lugar de restauración. No es un lugar de destrucción. Incluso cuando alguien ha sido sorprendido en una parte. La iglesia es un lugar de restauración. La iglesia no es un lugar de condenación. Es de restauración. Claro, la Biblia nos enseña cómo es el mecanismo de esa restauración. El mecanismo no es que el pecado que haya se mete debajo de la alfombra y se esconde y dice aquí no ha pasado nada. El mecanismo puede ser algo muy doloroso. La Biblia habla, hermano, de casos extremos. Voy a pedirles que vengan conmigo, hermanos, a la primera carta de Timoteo. Capítulo cinco. Versos 19 y 20. Aquí está hablando específicamente de los pastores. Y noten qué remedio tan severo receta la Escritura. pero lo hace con mucho cuidado, nos invita a proceder con mucho cuidado, a la vez que severamente. En el verso 19 dice, contra un anciano no admitas acusación, sino con dos o tres testigos. En otras palabras, nos está diciendo que hay que proceder cautelosamente. No dejarse llevar por rumores o acusaciones sin fundamento. Él dice, se necesitan por lo menos dos o tres testigos. Pero en el verso 20 dice, a los que persisten en pecar, Esa palabra persisten es muy importante aquí. Porque está diciendo que no es la primera vez. Está diciendo que ya se trató de una forma ese problema. Se trató de otra manera. La Biblia dice que cuando hay un problema, ya sea un problema entre miembros de la iglesia o un pecado de tipo moral, que lo primero que tiene que hacer es arreglar ese pecado por esa situación entre las personas involucradas, privadamente. Si no se arregla, si no se arregla, deben de ir con dos o tres testigos que los ayuden a resolver el problema. Y si no se arregla, deben de ir con la iglesia. Y si no se arregla, a la persona que ha pecado, se le debe considerar, dice el Señor Jesucristo, gentil y publicano. Eso lo que nos muestra, hermanos, es que la Biblia nos instruye sobre cómo proceder dentro de la iglesia para resolver este tipo de situaciones como el que Pablo nos está mostrando en Gálatas. Pero todo lo que se haga, dice Pablo, se debe hacer para restaurar. Si alguno fuera sorprendido de alguna falta, restaurarle. De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación la cual ni aún se nombra entre los gentiles, tanto que alguno tiene la mujer de su padre. It is reported commonly that there is fornication among you, and such fornication as is not so much as named among Gentiles that one should have his father's wife. Y vosotros estáis envanecidos. And ye are puffed up. ¿No deberían más bien haberos lamentado para que hubiese sido quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? ¿Ustedes están prestando atención, hermano? ¿Se están dando cuenta de lo que está pasando aquí? Pablo dice, miren, aquí hay una falta moral grave. Y ustedes están embalecidos. No deberían más bien de haberse lamentado y haber quitado de en medio de vosotros al que hizo tal acción? Y lo que Pablo nos está dando a entender aquí, hermano, es que esto no fue una acción única, sino que fue algo recurrente, algo que continuaba, era un estilo de vida. Por eso Pablo está yendo hasta el extremo y dice, éste deberían de quitarlo del medio de vosotros. Y en el verso 3 dice, ciertamente yo como ausente en cuerpo pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. Ahora, aquí es importante detenerse un momentito, hermanos. Porque Pablo está hablando de que Él ha juzgado. Y usualmente la tendencia nuestra que no necesariamente es bíblica. Cuando no se entiende bien, es que no debemos juzgar. Y es cierto, el Señor dice que no debemos juzgar. Sin embargo, Pablo está hablando aquí de juzgar. Pero está hablando de un tipo de juicio Que tiene que ver con el bienestar de la iglesia. Es el juicio de un pastor. Del miembro de una iglesia. Que busca la preservación de la paz y la pureza de la iglesia. Así que él dice, yo he juzgado al que tal cosa ha hecho. Y en el verso 4 dicen, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Ahora, repito hermanos, aquí estamos hablando de un caso Aquí no es simplemente un hermano que cometió un pecado grave y se arrepintió, sino que estamos hablando de alguien que tiene ese estilo de vida y está metido en la iglesia. Y sin embargo, Pablo todavía deja abierta la posibilidad de que esa persona puede ser salvo en el día del Señor Jesús. Pero en lo que respecta a la iglesia dice, personas como esa, deben ser entregadas a Satanás. Esa es una frase que no deben deslucharse mucho por eso, hermano. Lo que quiere decir es, ya no debe tener la protección espiritual de la iglesia, y allá en el mundo, va a ir a sufrir. Eso es el sentido de esa frase. Ya no va a ser considerado parte de la vida de la iglesia. Ustedes saben que Dios puede usar a Satanás para disciplinar a alguien. Pero repito. Pongan atención. Este es un caso extremo. No todos los casos son así. Pero lo que nos está ilustrando este pasaje, hermano, es que dentro de la iglesia hay recursos bíblicos, procedimientos bíblicos para lidiar con situaciones críticas. Regresemos a Galatas. Lo que tenemos en Galatas no es tan crítico como la de Corintios. Pero es serio. Pero quise presentarle los dos casos para que ustedes se den cuenta que la Biblia nos instruye de cómo proceder de acuerdo a cómo sea la situación. Pero cualquiera que sea el procedimiento, Pablo dice, hágase con espíritu de mansedumbre. Restaurarlo. Con espíritu de mansedumbre. Así que la iglesia, hermanos, es un lugar de restauración. Todos aquellos que pecan siendo cristianos, tendrán que darle cuenta al Señor. Y Dios es un misericordioso, hermano. Porque nosotros pecamos todos los días. O no. Y Dios no nos está castigando todos los días. La inmensa mayoría de veces, Dios actúa con misericordia. Pero Dios conoce los corazones y las circunstancias. Y hay momentos en que el Señor dice, llegó el momento del azote. A veces, hermano, uno mismo pecando dice, pero ¿por qué no me ha pasado nada? Yo esperaba que me pasara algo peor. Y algunos toman eso como que si se pueden jugar con Dios. Por eso dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 10, que nos acordemos del pueblo en el desierto. Todos fueron bendecidos, bebieron del agua de la roca, Comieron del maná que caía del cielo. Pero dice que de la mayoría de ellos, Dios no se agradó. Y Pablo dice, y estas cosas son escritas para nuestra amonestación. Para que no pequemos como ellos pecaron. Así que el que piensa estar firme, mire, que no caiga. Pero hermano, cualquiera que sea el procedimiento, la iglesia es un lugar de restauración. Así que Pablo dice en Galatas 6, restaurarle con espíritu de mansedumbre. En otras palabras, la iglesia es un lugar donde todo lo que se haga, por más severo que sea, cuando es necesario. Debe ser hecho con espíritu de mansedumbre. Mansedumbre es una mezcla de humildad, autocontrol y disposición de aprender. Actuar con mansedumbre quiere decir que una persona actúa prudentemente, humildemente, controlando sus emociones y sus acciones, y dispuesta a aprender de cualquier cosa que esté sucediendo. Esto es lo que Pablo está diciendo. Pablo está diciendo, hay crisis. Cuando haya crisis, cuando alguien sea sorprendido en alguna falta, con espíritu de mansedero, con templanza, humildad y disposición de aprender. Pablo dice que fuimos llamados a una vocación. en la cual debemos caminar con humildad y mansedumbre, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor. En Colosenses, el apóstol dice que nosotros debemos vestirnos de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, y de paciencia. Debemos ponernos ese vestido, hermano. Humildad, de benignidad, de mansedumbre, y de paciencia. Pero el apóstol Pablo agrega algo más. Dice, si alguien es sorprendido... Pueden que la iglesia es un lugar de restauración. Restáurenle. Con espíritu de mansedumbre. Y lo tercero que Pablo recomienda es, considerate a ti mismo. No sea que a ti te pase lo mío. No sea que tú también seas aceptado. En otras palabras hermano, una iglesia verdaderamente espiritual, es una iglesia, en donde las personas, donde los peyentes están conscientes de su pecaminosidad. El fariseo que oró en aquella parábola que el Señor contó, él no estaba consciente de su pecaminosidad. Él estaba consciente de la pecaminosidad de otros. Inmediatamente podía ver el pecado de otros. Y cuando veía el pecado de otros, decía, ah, yo estoy bien. Yo diezmo, yo oro, yo ayuno, yo soy bien. No estaba consciente. Y dice que un día ese fariseo fue a orar. Y oraba consigo mismo. Le gustaba oírse. Le gustaban sus oraciones, cómo se oían. Y decía, Señor, gracias que yo no soy como los otros. Gracias que yo sí, yo diezmo oro y ayuno. Y la Biblia dice que había allí un publicano, un pecador. Y golpeaba su pecho con dolor. Y le decía, Señor, sé propicio a mí, pecador. Ten misericordia. Estaba viendo su propio pecado. El otro estaba viendo el pecado de los otros. Pablo está diciendo a Calván. Miren su propio pecado. Y si no tienen pecado de hecho, recuerden que ustedes son capaces de cualquier cosa. Hermano, no es una buena señal cuando un cristiano reacciona y dice, Pastor, yo no, yo no. Eso es lo que hizo Pedro. Es una mala señal, hermanos. Porque una de las evidencias de un verdadero cristiano está consciente de su bajeza personal. Se identifica con Pablo cuando él exclama, miserable de mí, miserable hombre de mí. Pero Pablo, hermanos, agrega algo más. 2 Sobrellevar las cargas los unos de los otros, y cumplir así la ley de Cristo. Así que la iglesia es un lugar de restauración donde cualquier procedimiento que se lleve a cabo por más duro que sea debe ser hecho para restaurar con espíritu de mansedumbre conscientes de nuestro propio pecado y dispuestos a llevar las cargas En este caso, obviamente, Pablo está hablando de esta persona que fue encontrada en una falta, y como diciéndoles, compartan esa carga, esa vergüenza, ese dolor, esas consecuencias con esta persona. Lleven las cargas los unos de los otros. Pablo dice algo muy poderoso, importante acá. Y dice, y cumplir así la ley de Cristo. Él pudo haber dicho, cumplir la ley de Moisés. Pero, ¿saben ustedes lo que Moisés haría? Lo que la ley de Moisés haría? Lo destruye. Lo aplasta. Lo condena. No. Ustedes actúen para restaurar con espíritu de mansedumbre, considerándose a sí mismos, llevando las cargas. Y así van a cumplir la ley de Cristo. Pero en lugar de eso, Él dice, restórenlos en un espíritu de humildad y tomen la pérdida de los demás, para que así puedan cumplir la ley de Cristo. ¿Y cuál era la ley de Cristo? La ley de misericordia. La ley de la gracia. La ley de la gracia. Aquella mujer pecadora que llegó a llorar, a lavar sus pies con sus lágrimas. Recuerda a esa mujer pecadora que vino ante el Señor para lavar los pies de Cristo con sus propias lágrimas. La gente alrededor decía, oh, si este fuera profeta, sabría que esa es pecadora. Y el Señor le respondió y le dijo, ¿Ustedes están pensando que yo vine a sanar a los sanos? No, yo vine a sanar a los enfermos. Los sanos no tienen necesidad de médico. Los enfermos son los que tienen necesidad de médico. Eso es la ley de Cristo, hermano. Escuchen ustedes al Señor Jesucristo hablando con aquel hombre que murió a su lado, crucificado. Ese hombre vivió toda su vida cometiendo delitos. Cuando aquel hombre se arrepintió, el Señor le dijo, tú estarás conmigo en el paraíso. Le habló palabras de perdón de restauración. ¿Pueden ustedes visualizar a Cristo, hermano, cuando le llevaron a aquella mujer encontrada en el acto mismo del adulterio? Y sus fiscales, sus acusadores, con el libro de la ley en la mano, le dijeron, mira, aquí está escrito, Y el Señor les dice, comiencen a tirar la piedra. El que no tenga pecado, tire la primera. Esa es la ley de Cristo. Ninguno de ellos, no puede hacerlo. Y cuando todos se fueron y el Señor levantó su rostro, porque dice la Biblia que Él escribió en la tierra, no sabemos qué era lo que estaba escribiendo. Y está escribiendo. Gracias. Él levanta su rostro y sólo está Él y la mujer. Y le dice a la mujer, mujer, ¿dónde están los que te condenaban? Y la mujer le dice, se fueron. Y el Señor le dice, pues yo tampoco te condeno, vete y no peques más. Por eso es que el Señor, hermanos, nos relató la parábola del Hijo Pródigo. Por eso es que Pablo dice en el libro de Romanos, capítulo 15. Verso 1. Así que los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles We then that are strong ought to bear the infirmities of the weak, y no agradarnos a nosotros mismos, and not to please ourselves. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo. Let every one of us please his neighbor. Verso tres, porque ni a un Cristo se agradó a sí mismo. For even Christ pleased not himself. Antes bien, como está escrito, los vituperios de los que te vituperaban cayeron sobre mí. But as it is written, the reproaches of them that reproached you fell on me. Esta es, hermano, la forma en que el apóstol nos recomienda proceder en momentos de crisis. Pienso que para lo que nosotros tenemos que estar preparados, y una iglesia saludable debe entender estas cosas, hermano. Así como debemos estar preparados para la muerte, también debemos estar preparados para las tragedias. Debemos estar preparados para las tragedias. Para los momentos difíciles. Allí es cuando el Evangelio, hermano, brilla con más fuerza. Allí es donde la gracia de Dios sobrepuja. en la tragedia, en el dolor, en el pecado, en la miseria, es cuando la gloria de Cristo se hace más manifiesta. Hermanos, si alguno fuera sorprendido, recuerden que la iglesia es un lugar de restauración. Recuerden actuar con espíritu de mansedumbre. Recuerden considerarse a sí mismos. Porque a ustedes les puede pasar también. Y lleven las cargas de los otros. Porque esa es la ley de Cristo. Así actuó Cristo. Él tomó tus pecados. Él llevó mis cargas. Tomó mi angustia, mi dolor, mi miseria. y la llevó a la cruz del Calvario. Cualquiera aquí que se encuentre en el pecado ya sea cristiano que ha pecado o sea una persona que nunca se había dado cuenta que es pecador hay misericordia hay un regalo gratuito tu justicia no te va a servir Tu justicia te va a condenar. Es como un trapo de inmundicia delante de Dios. Pero el Señor dice, yo te ofrezco mi justicia. Gratuita. Por la fe. por la sangre de Aquel que se entregó en la cruz de Cristo. Hermanos, la manera de confrontar el pecado primero es en la cruz de Cristo. Ahí es donde hay limpieza. Ahí es donde hay perdón. Ahí es donde hay justicia. Es donde hay justicia que prevalece. Debemos de arreglar el pecado en nosotros mismos. Cuando hay pecado en nosotros, que nosotros luchamos con él y no lo hemos logrado doblegar. Debemos de ir a la cruz del Señor. Y si el pecado se ha arraigado de tal manera que parece que no sale, Nosotros vivimos en medio de una familia donde hay gente, hombres que Dios ha puesto, mujeres que Dios ha puesto para que nos ayuden, para que oren por nosotros y aún para que confesemos nuestros pecados en privado si es necesario. Y cuando el pecado explota súbitamente amenazando traer escándalo y amenazando traer división o mala reputación sobre la iglesia La Iglesia, hermano, tiene que reaccionar también conforme a las instrucciones bíblicas. Algunas veces el pecado, hermano, Dios también lo trata a través de la justicia humana. Dios trata de muchas maneras. Pero siempre su propósito es restaurar. pero su propósito siempre es restaurar. ¡Qué maravilloso Dios tenemos, hermano! ¡Qué Dios de gracia, misericordia! La Biblia dice, estas cosas os escribo para que no pequeéis, pero si alguno hubiera pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. ¿Ustedes saben qué importante es un abogado en un caso de ley? ¿Y qué caros son, hermano? Y nosotros tenemos un abogado, un sacerdote que intercede por nosotros. Un consolador. Y tenemos su consejo, su palabra. Hermanos, y esta mañana, cuando nosotros estemos comiendo ese pan, y tomando esas copas, ese pan representa el Cuerpo de Cristo. La copa representa la sangre de Cristo, por la cual Él borra nuestros pecados.