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Salmo 62, versículo 6. Solo él es mi roca y mi salvación, mi refugio. Nunca seré sacudido. En Dios descansan mi salvación y mi gloria. La roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios. Confiad en él en todo tiempo, oh pueblo. Derramad vuestro corazón delante de él. Dios es nuestro refugio. Los hombres de baja condición solo son vanidad y los de alto rango son mentira. En la balanza suben. Todos juntos pesan menos que un soplo. No confiéis en la opresión. ni en el robo pongáis vuestra esperanza. Si las riquezas aumentan, no pongas el corazón en ellas. Una vez ha hablado Dios, dos veces he oído esto, que de Dios es el poder y tuya es, oh Señor, la misericordia, pues tú pagas al hombre conforme a sus obras. Amén. Esta segunda parte del capítulo del Salmo 62 continúa mirando a Dios como nuestro refugio. Continúa mirando a Dios como nuestra gloria. Solo él, versículo 6, solo él es mi roca y mi salvación, mi refugio. Nunca seré sacudido. El salmista continúa mirando a Dios y continúa contemplando su refugio en él. Continúa entendiendo que él es el que gobierna, controla, dirige y establece todas las cosas. Aún el que cae, como el que se levanta, es por Dios. Por eso él encuentra en Dios un refugio y una salvación segura. Porque él sabe que todas las cosas están en las manos de él. Por eso él afirma, y miren hermanos cómo lo afirma en versículo 6, versículo 7, en Dios descansan mi salvación y mi gloria. Y aquí vemos dos cosas. Vemos que él habla de la salvación. En Dios, de dios viene nuestra salvación pero también de dios viene nuestra prosperidad nuestra gloria nuestra buena fama nuestra nuestra nuestro beneficio la salvación viene del señor uno podría llamar esto como algo espiritual pero también las cosas materiales vienen de dios todo viene de dios la salvación como la gloria Y aquí está hablando un hombre que sabía lo que era la gloria, ganar batallas, tener victorias. Él encontraba en Dios dos cosas, su salvación y sus victorias, su buena fama, su gloria. La roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios. Una vez más lo afirma. Miren, hermanos, cómo él en esta oración, David, afirma y reafirma que no hay otro lugar donde refugiarse. Por eso, cuando tú vienes a Dios y buscas tu consuelo en Dios, tú estarás seguro. Tú estarás protegido. Has tomado una sabe decisión. Cuando buscas en Dios tu fortaleza, has tomado una sabe decisión. Él es el fuerte. Todo el que se refugia en Él tiene esperanza. Confiad en Él en todo tiempo. Oh, pueblo, derramad vuestro corazón delante de Él. David podía hablar con experiencia. podía cantar con experiencia y de acuerdo a esa experiencia vivida a esas luchas que él había tenido y a la confianza que había alcanzado hablando de la seguridad y creo que hemos hablado de eso en otro momento no es simplemente que somos salvos es que también Dios nos da seguridad para hablar con seguridad y con confianza Esa seguridad es de alta estima para todo aquel que esté en el camino del Señor. Porque aunque usted sea salvo, usted puede llegar con mucha debilidad y flaqueza. Pero David aquí tiene lo que tenía el apóstol Pablo, seguridad en su salvación. A veces usted puede estar en su casa, tener comida, tener protección, tener un Tener todo a su favor y aún así sentirse inseguro. Tener de todo en su casa y aún así sentirse sin paz. Y entonces, no que la seguridad es de las cosas que tenemos. Mucha gente piensa que tener pisto, tener dinero es la seguridad, pero no es así. Hay personas que tienen dinero y no tienen seguridad, no tienen paz, tienen temor, mucho temor. ¿Sabe por qué sucede eso? Porque tu confianza no está en Dios. Tú puedes cantar mucha aleluya, tener el radio prendido en la emisora cristiana todo el día, Pero si tú no tienes confianza en el Señor, tú vas a andar como el hombre de la calle que no confía nunca en Dios. Hermanos, David hablaba de algo que él tenía en su corazón, una certeza, tenía una fe en el Señor que le daba confianza. Y por eso él podía decir a los demás, derrame en su corazón, en Dios estás angustiado, Ora al Señor. Estás con problemas, presenta tu problema delante del Señor. Su confianza lo llevaba a hablar con esta seguridad. Y es algo, amados hermanos, que se debe de buscar. Esa seguridad tenemos que buscarla en Dios. Versículo 9, los hombres de baja condición son sólo vanidad y los de altos rangos son mentira. Todos son puestos en balanza y no pesan nada. Si tú pones tu confianza en el hombre, hay que yo confío en que hoy me van a subir el sueldo. Ay, que yo confío en que mis hijos me van a salir bueno. Ay, que yo confío en que mi esposo, en que mi esposa. Si pones confianza en el hombre, vas a perder toda seguridad. Vas a estar amedrentado. No, que yo tengo mi seguridad. Tengo mi ejército. Tengo mi policía que me cuida. Pon tu confianza en el Señor. Yo voy a salir a trabajar y de seguro que voy a conseguir comida. Pon tu confianza en el Señor. Sal a trabajar, ten tu policía, ten tu trabajo, ten todo, pero no ponga confianza en esas cosas, ponlo en el Señor. Son cosas muy diferentes. Usted puede tener a un hombre, un ejército para protegerlo, pero si Dios no protege la casa, en vano cuida el ejército. Usted puede conocer a un país con mayores capacidades militares que los Estados Unidos. Muy difícil. Y miren cómo el 11 de septiembre eso se volvió un caos. Cómo el 11 de septiembre Estados Unidos tembló. No es cuestión de armas, señores. No es cuestión de poder económico. No es cuestión de capacidad, inteligencia. Si Dios no cuida la casa, en vano están los militares, policías que cuidan. Si Dios no va con nosotros, mejor ni salgamos. Vamos a quedarnos aquí, tranquilos. Pero si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Si vas a coger un examen, si vas a salir a una responsabilidad, clama a Dios, ora, que Él es poderoso para socorrer a todo aquel que confíe en Él. Pero los hombres, ricos o pobres, valen menos que nada, son polvo. No confiéis en la opresión, versículo 10, Si tú no vas a confiar en los hombres, versículo 9, tampoco confíes en lo malo, versículo 10. No confíes en tu astucia, en tu maldad, en tu robo, en aumentar tus riquezas. No pongas tu corazón en eso. Aún si tú fueras el hombre o la mujer más rica de Juticalpa, no pongas tu confianza en eso. Eso es basura. El dinero es papel. hueco, vacío. Pon tu confianza en aquel que no duerme, el eterno, el todopoderoso, el soberano, el sabio. El dinero, úsalo para tus responsabilidades, pero nunca ponga tu confianza en eso. Porque hoy está con nosotros y mañana no. Si aumentan las riquezas, muy bien, dale gracia a Dios, pero no ponga tu esperanza en las riquezas. Aunque usted tenga un millón de 2,000, 5,000 lempiras en los bolsillos, antes de usted ir a invertir ese dinero, ore a Dios, Dios mío, me conviene este negocio. Señor, dame sabiduría. Estórvame, si no es tu voluntad. Tenemos que pedir al Señor. Porque hay gente que invierte 1,000 y gana 5,000. porque Dios lo bendijo. Pero hay gente que invierte un millón y lo pierde todo. Lo pierde todo. ¿Dónde estaba su confianza? En la riqueza, en el negocio, en tu negocio seguro. No pongas tu confianza en el hombre. Dice el versículo 11, una vez ha hablado Dios, dos veces he oído esto, que de Dios es el poder. Y tuya es, oh Señor, la misericordia, pues tú pagas al hombre conforme a sus obras. No olvidemos esos dos versículos. De Dios es el poder. El que me da poder, fuerza, para yo hacer mi trabajo, cumplir con mis deberes, tener salud, para criar a hijos, para estar en pie, es Dios. El que protege nuestra casa y nuestra vida es Dios. Él es el que tiene el poder. En nosotros no hay poder. En nosotros no hay poder. Hermanos, no olvidemos la historia, como en los días del COVID. Gente multimillonaria se murió de COVID. No fulano, un superatleta. Yo vi a uno que decía, el COVID es un disparate, eso no existe. Era un hombre fuerte, alto, hermoso. La mujer lo enterró con muchas lágrimas y con dos hijos huérfanos. Porque como no existía el COVID, él no usaba la mascarilla, él andaba como el pie le parecía. Ahí lo tuvo que enterrar la mujer. Ay, fulano, si tú nos hubieras hecho caso. No es por ser atleta, no es por tener dinero, el poder, Lo da Dios. Es de Dios el poder. Él se lo da al que Él quiere. La misericordia para lograr las cosas es de Dios. Es por misericordia que estamos vivos. No porque no lo merecemos. Lo que el hombre y la mujer pecador se merece es la muerte por su pecado, por su necedad. Si usted pide lo que usted merece, no espera otra cosa sino juicio. Pero si usted pide misericordia, Dios la da. Dios la da. Pida por misericordia. Pida por perdón. Pida para que Dios le ayude. Y Él lo va a ayudar. Así que si hay un arma letal, un poder por sobre todos los hombres, ese es Dios. Y el que confía en Él. estará confiado, seguro, y su corazón estará en paz. Así que, amados hermanos, Dios ha hablado. Y cuando Dios habla, las cosas pasan. Cuando Dios tiene misericordia, las cosas pasan. Pero cuando Dios juzga, temblad. Cuando Dios juzga, temblad. porque es un juez santo y es un juez implacable. Así que Dios nos ayuda, hermanos, a ver que nuestro refugio está en él. No confiéis en las riquezas, si hay muchas. No confiéis en los hombres de baja condición o en los de alto rango, militares, generales, Mi primo es general, él me va a ayudar. Si Dios no quiere que te ayude, aunque sea el presidente, no lo va a poder hacer. Porque lo que aquí se cumple en este mundo es la voluntad de Dios. Así que Dios nos ayude a poder mirar a Dios y verlo como nuestro único refugio. ni las riquezas, ni los hombres, ni nadie es nuestro refugio. Suelte todo eso. Confía en el Señor.
Mi confianza únicamente esta en Dios
Series Los Salmos
Mi confianza únicamente esta en Dios
Sermon ID | 126241651372932 |
Duration | 15:49 |
Date | |
Category | Devotional |
Bible Text | Psalm 62:6-12 |
Language | Spanish |
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