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El libro de Zacarías, capítulo 12, empezando en el reciclo 1. Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho, Y aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos. Todos los que se le cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete. Mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera. Y los capitanes de Judá dirán en su corazón, Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios. En aquel día pondré a los capitanes de Judá como bracero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gallerías, y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor. Y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén. Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engranezca sobre Judá. En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén. El que entre ellos fuera débil en aquel tiempo será como David. Y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos. Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieron contra Jerusalén. Hoy regresamos a nuestro estudio de ese libro de Zacarías, una profecía en el Antiguo Testamento del tiempo después del exilio, después del juicio de Dios en contra de Israel, durante un tiempo cuando ellos habían regresado a su tierra y estaban reestableciendo su nación, incluyendo una reconstrucción de su ciudad y del templo. Entonces ellos, este pueblo israelí, habían experimentado el juicio de Dios por sus pecados, por siglos y siglos y siglos de desobedecer a Dios y rechazar su palabra, y por eso su nación fue destruida y tuvieron que ir al exilio por 70 años. Pero Dios era fiel a sus promesas, como siempre. Él no abandonó a su pueblo. Y por eso algunos de ellos habían regresado a su país, a su tierra, para empezar de nuevo. No era fácil. Ellos no tenían nada. Estaban siendo perseguidos por todos lados por sus enemigos. Pero Dios prometió estar con ellos si no regresaban a sus pecados anteriores. Y para ayudarles al pueblo a este tiempo, Dios les envió a Geo y a Zacarías, dos profetas que predicaban la palabra de Dios para el pueblo. Esos son los dos libros que hemos estudiado y que estamos estudiando. ¿Por qué no hemos estado en este estudio por un mes, más o menos? Vamos a tomar un poco de tiempo aquí al principio del mensaje, para revisar lo que hemos visto, las verdades que hemos aprendido de este libro. Porque como enfatizamos en el principio, aunque este no es un libro muy conocido, o muy entendido por muchas personas, es importante, porque es parte de la palabra inspirado por Dios. No tenemos el derecho de no estudiarlo solamente porque es difícil. No tenemos el derecho de solamente quedarnos en el Nuevo Testamento y nunca leer el Antiguo porque no sabemos cómo aplica a nuestras vidas. Todas las Escrituras son inspiradas por Dios y útiles. Lo que fue escrito en el Antiguo Testamento es para nuestro beneficio, es para nosotros hoy en día. Eso no significa que ignoramos el contexto histórico. Cada vez cuando estudiamos un capítulo, un pasaje, estudiamos el contexto histórico, lo que el pueblo israelí citaba en su tiempo. Pero también siempre vemos una aplicación para nosotros, hoy en día. Y a veces también vemos una aplicación futura, porque son profecías de Cristo. Cristo está en ese libro de Zacarías, como está en cualquier otra parte de la Biblia. Esa es parte de la razón, otra vez, por estudiar ese libro, para que ustedes puedan saber y aprender cómo estudiar y cómo leer el Antiguo Testamento por sí mismos, no ignorándolo, sino leyéndolo y recibiendo la aplicación para nuestras vidas. El tema de ese libro de Zacarías, para recordarnos, es uno de la esperanza del pueblo de Dios. El tema de Zacarías es la esperanza del pueblo de Dios. Y hemos estudiado esta esperanza en muchas diferentes maneras. En el principio del libro empezamos con una llamada al arrepentimiento, pensando que el hecho de que esas promesas de Dios en este libro no son para todos. Esas promesas en ese libro son para el pueblo de Dios, los que se han arrepentido de sus pecados, los que creen en Cristo. Incluso para nosotros como cristianos, tenemos que arrepentir de sus pecados constantemente, consistentemente, para recibir esas bendiciones que Dios promete en este libro. Y después vimos la esperanza del pueblo de Dios de muchas diferentes maneras, solamente muy rápido para recordarnos, para tener en mente lo que hemos visto. Esperanza en su soberanía. Que aunque a veces las cosas no parecen así, Dios siempre tiene control de todo. No hay ninguna cosa fuera de su control. Lo que está pasando en el mundo, lo que está pasando en nuestras familias, lo que está pasando en nuestras vidas. Dios es soberano y Dios tiene control de todo. Tenemos esperanza en su juicio, que él va a juzgar a nuestros enemigos, incluso cuando no parece que es la verdad. No va a permitir que ellos nos venzan. Por eso también tenemos esperanza en la prosperidad, no la prosperidad material, necesariamente, sino la prosperidad espiritual, ante todo su presencia, su poder, su protección sobre nosotros. En el capítulo 3 estudiamos nuestra esperanza en la justificación, usando la ilustración de Josué, el sumo sacerdote, con sus vestiduras viles. Y Dios cambió sus vestiduras viles con vestiduras limpias, representando la justicia de Cristo que nosotros recibimos en la salvación. En el siguiente capítulo leemos de Solovell, el líder del pueblo, representando este pueblo y todo el flujo del poder del Espíritu Santo que nosotros tenemos, que cada cristiano puede tener la esperanza en el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Después estudiamos la esperanza en la purificación del pecado, el cumplimiento indudable de la Palabra de Dios, En los capítulos anteriores nos enfocamos mucho en Cristo, profecías de Él, que Él es el rey sacerdote, una cosa que fue prohibida en el Antiguo Testamento, una cosa que solamente Cristo puede cumplir. Cristo es el líder perfecto. Cristo es el buen pastor. Estudiamos todas esas cosas en esos capítulos anteriores aquí en Zacarías. Cristo vino como rey hace dos mil años. Conocíamos la Navidad en humildad. Pero un día va a regresar como rey y no en humildad, sino en todo poder y en toda gloria. Y también intermezclado en estos capítulos estudiamos hay una necesidad muy grande de servir a Dios de corazón, no solamente de costumbre o tradición, sino un servicio gozoso porque somos prisioneros de esperanza, prisioneros de Dios que no quieren otra condición. Tenemos que tener cuidado de los malos pastores, pero tenemos un gran pastor que podemos seguir sin duda y con toda confianza. Eso es muy, muy rápidamente lo que hemos estudiado, los temas que hemos visto. Yo les recomiendo regresar y escuchar esos mensajes otra vez, por lo menos algunos, para recordar lo que Dios nos ha enseñado, para ayudarnos a aplicar esas verdades muy importantes a nuestras vidas. Y una de esas cosas que ya hemos estudiado, que ya mencioné, es algo que tenemos que recordar muy claramente para el mensaje que vamos a escuchar el día de hoy, para este pasaje en Zacarías 12, que siempre hay aplicación para nosotros hoy en día. O sea, hay aplicación también pasada, o había aplicación para Israel, pero siempre hay aplicación en el presente, para nosotros, el pueblo de Dios, la iglesia, hoy en día. El tema de este mensaje es nuestra esperanza en la victoria del pueblo de Dios, la esperanza y la victoria del pueblo de Dios. Nosotros sufrimos mucho, sufrimos muchas pruebas y tentaciones y persecuciones, pero podemos gozarnos en Dios porque él promete proveer la victoria final para su pueblo. Yo quiero enfatizar otra vez esta idea del gozo, así relacionando este mensaje con el de hace ocho días. Este mensaje que yo prediqué, que dije fue el tema para el año de 2014, un año de gozo. Podemos gozarnos siempre, cada segundo, de cada día, en Dios, porque Dios no cambia. Porque nuestro gozo no se basa en nosotros. Nuestro gozo no se basa en nuestras circunstancias. sino en Dios, y por eso podemos gozarnos para siempre. Y parte de la razón por la cual podemos gozarnos para siempre es porque tenemos la esperanza de la victoria, como es el tema de este mensaje. Siempre somos victoriosos en Cristo, no nosotros mismos. En Cristo siempre vemos la victoria. Entonces, en este pasaje, los primeros nueve versículos del capítulo 12 de Zacarías, vamos a estudiar este tema de la victoria del pueblo de Dios. En primer lugar, en cuanto a Israel, cómo aplicó a ellos. Después, cómo aplica a nosotros hoy en día y también en el futuro. Entonces, el primer punto es la victoria para Israel. Antes de ver este punto, la primera cosa que tenemos que estudiar es la descripción de Dios en el versículo uno. Vamos a ver y leer otra vez el versículo uno. Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho, etc. Tenemos que enfocarnos en esa descripción de Dios, porque como yo he enfatizado antes, muchas veces tenemos la tendencia de brincar sobre frases así, que son introducciones a un pasaje, y pensar, bueno, esa es la introducción, vamos a continuar en lo que realmente es importante. O a veces brincamos sobre una descripción de Dios, porque sabemos lo que dice, y no nos meditamos en realmente lo que está enseñándonos. Pero la manera en la cual Dios se describe aquí en el versículo 1 es vital para entender el resto del pasaje. En primer lugar, describe a Dios como Creador. Porque dice, Dios extiende los cielos y funda la tierra. Dios es el creador de todo. Dios creó todo de la nada. También dice que forma el espíritu del hombre dentro de él, diciendo específicamente que Dios no solamente creó la tierra y los animales, sino Dios creó el hombre. Pero fíjense en los verbos aquí. Los verbos en este versículo no son en el tiempo pasado. sino en el tiempo presente. Dios extiende, Dios funda, Dios forma. ¿Por qué? Pues está enfatizando que Dios no es un Dios como describen los deístas, que creó todo, pero ahora no tiene nada que ver con su creación. Dios no es así. Dios no es solamente creador de todo, Dios es el preservador de todo. Él tiene sus manos en los asuntos diarios de este mundo. Es una verdad muy importante aquí en este pasaje, porque lo que el profeta ha dicho en todo ese libro, y lo que va a decir en este capítulo, comunicando la palabra de Dios al pueblo, es algo difícil. Era difícil a creer por el pueblo de Israel, y tal vez es difícil para nosotros creer que es posible lo que Dios dice. Por eso, antes de darnos la profecía, describe a Dios de esta manera. El creador de todo. El Dios que está interesado en todos y que controla los eventos de todo el mundo. Es una de las bases que tenemos para creer en Dios y en lo que dice. No importa tan imposible parece su promesa. Dios es el creador. Dios es soberano. Dios puede hacer cualquier cosa. Él es la única razón por la cual en este momento el mundo continúa girando sobre su eje. Porque Dios en este momento está haciéndolo. Dios es la única razón por la cual nosotros estamos respirando. porque Dios está haciéndolo. Entonces, si Dios tiene en su mano en cada situación, en cada evento, en cada cosa, en todo el mundo, en todo el tiempo. Y si Dios es tan grande, si Dios no solamente es creador de todo, sino también controla todo, podemos creer en lo que dice, ¿no? Es el punto de esa descripción. Antes de ver la profecía, antes de ver lo que Dios dice a través de Zacarías, tenemos que otra vez recordar esta verdad muy importante. Dios es soberano. Dios es el creador. Dios es el preservador de todo. Son esos primeros nueve versículos de ese capítulo. Este, describen una batalla cuando los enemigos de Dios ponen sitio a la ciudad. Un ataque muy fuerte en contra de la nación. Eso es lo que vamos a ver. Pero antes de verlo, el punto del pasado. Es para describir cómo Dios va a obrar para proteger a su pueblo, a no permitir que sea vencido. Es decir, no deberíamos perdernos en los detalles que vamos a ver. Vamos a ver los detalles porque son importantes, pero no deberíamos perdernos en estos detalles. Necesitamos entender el énfasis del Autor y de Dios en este pasaje. Y entonces dices este, Dios va a hacer todo esto. Dios va a obrar para proteger a su pueblo. Él tiene el control aquí. Entonces, mientras leemos esos reciclos y estudiamos lo que dicen, vamos a guardar en mente este punto muy importante. Dios está haciéndolo. Dios es soberano. Por eso, tenemos la victoria. Israel tenía la victoria. Nosotros tenemos la victoria garantizada. Por favor, fíjense en este énfasis mientras estudiamos los detalles de este pasaje, que todo eso que vamos a leer es de Dios, su control y su obra. En el versículo 2 dice que Dios iba a poner a Jerusalén por culpa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá en el sitio contra Jerusalén. Entonces, cuando aquí habla de una copa, está hablando de la copa de la ira de Dios, que es una imagen usada mucho en la Biblia para hablar del juicio de Dios en contra de sus enemigos. Y dice que esta copa hará temblar a estos enemigos de Dios, haciéndolos sin poder, sin la capacidad de hacer algo en contra del pueblo de Dios. En el versículo 3 encontramos otra imagen de cómo Dios iba a obrar a través de su pueblo, una imagen más fuerte. Dice que Dios pondrá a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos. Todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. Hay una progresión aquí. En primer lugar, Dios está haciendo que los enemigos sean sin poder, temblando, no tienen poder para hacer nada. débiles por la culpa que los hace temblar. Después lo hace Israel como una piedra que despedaza a esas naciones en contra de su pueblo, dañándoles en vez de solamente debilitarles. Es una progresión. En primer lugar, los enemigos sin poder, débiles. Después, dañados con esta piedra. Y Dios continúa vallando para su pueblo en el siglo IV. dice que Él herirá con pánico a todo caballo y con locura al jinete, que herirá con ceguera a todo caballo de los pueblos. Aquí el caballo y los jinetes representando la fuerza militar de ese tiempo. Entonces ahí resumen. Podemos ver claramente en esos versículos que Dios está batallando para su pueblo, debilitando y dañando e hiriendo los enemigos de su pueblo. Pero no solamente hace esas cosas en contra de sus enemigos, sino también dice que Él hace algo positivo para su pueblo. En el versículo 4 dice que Dios abrirá sus ojos sobre la casa de Judá. ¿Qué significa? Que Él va a bendecirles. ¿Cómo? Versículo 5 dice, Y los capitanes de Judá dirán en su corazón, Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios. Entonces, tenemos que entender, Dios no solamente va a obrar para su pueblo. No solamente va a batallar para ellos. También va a revelar a ellos claramente que Él está haciéndolo, no ellos. Que ellos no tienen fuerzas en sí mismos. Que ellos nunca podrían conquistar a sus enemigos. Dios está venciendo a las naciones para el bien de su pueblo. Esos capitanes del siglo V van a entender que las fuerzas de los habitantes de Jerusalén son fuerzas dadas por Jehová de los ejércitos, su Dios. Este título, Jehová de los ejércitos, es el título militar de Dios, hablando de su poder, que es omnipotente, que tiene el poder para hacer cualquier cosa. Y aquí en esta batalla, Él está ejerciendo su poder para ayudar a su pueblo y conquistar a sus enemigos. Por eso su victoria estaba garantizada. porque no tenía que ver con ellos. No tenía que ver con sus fuerzas, con su poder, sino Dios estaba haciendo todo. En el versículo 6, describe esta victoria con las imágenes de los líderes de los ejércitos como braceros de fuego entre leña o como antorcha ardiendo entre gavías. Entonces, ¿qué pasa con la leña que está en el fuego? O con una gavía de trigo cuando se introduce una antorcha ardiendo. se queman, no? Están destruidos. Esa es la imagen aquí también. El resto del versículo 6 dice que esos capitanes de Judá, como fuego, consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor. Dice que serán invencibles porque Jehová de los ejércitos está con ellos. El versículo 7 lo hace completamente claro que Dios está haciendo todo. Dice, Él librará las tiendas de Judá. Él defenderá los moradores de Jerusalén. Haciendo aquellos que son débiles tan fuertes como David, el gran rey. Ellos que ya son fuertes como David y su linaje. Invencibles como Dios, como el ángel de Jehová. Y en el versículo nueve hace un resumen de la batalla. Dios destruirá a todas las naciones que vinieron contra Jerusalén. Entonces este es el mensaje de Dios a través de Zacarías para el pueblo de Israel en su tiempo, prometiendo éxito en la batalla, dándoles esperanza en la victoria a través de su Dios. Pero tenemos que preguntarnos, ¿cuándo sucedió esta batalla? ¿O cuándo va a suceder? No vamos a pasar mucho tiempo aquí, pero tenemos que pensar un poco. Tenemos tres opciones, hablando de esta batalla que se describe aquí. Una, que es una batalla que ya sucedió, que está en la historia, que habla de algo que desde nuestra perspectiva está en el pasado. El problema es que no hay evidencia de una batalla así. Jerusalén fue atacada en el año 70, pero fue destruida. No fue protegida. Los judíos fueron esparcidos. Por eso no es posible decir que esta batalla ya ha sucedido, porque ya no ha sucedido. Podemos leer la historia. Las otras dos opciones son estas, que esta batalla será en el futuro, literalmente va a suceder un día en el futuro, o que este pasaje está hablando metafóricamente, no de una batalla literal, sino de la manera en la cual Dios va a proteger a su iglesia, la Nueva Jerusalén, como hemos estudiado, y cómo Él va a dar victoria a su pueblo. Yo no puedo decir sin lugar para la duda cuál de estas dos opciones es lo correcto. Yo tengo la tendencia de creer que este pasaje habla de una batalla literal que va a suceder en la nación física de Israel en el futuro. Pero hemos que aclarar algo muy importante. Eso no es para decir que en el futuro Dios va a obrar otra vez de Israel, otra vez como nación, y dejar de usar su iglesia, como algunos enseñan. De ninguna manera. No estoy diciendo eso. Eso no es la verdad. Dios nunca va a regresar y usar Israel como nación otra vez. El pueblo de Dios, ahora, es la iglesia. Si hay un futuro para Israel, para los judíos, se encuentra en la iglesia, no fuera de ella. Para aclarar este punto muy importante, si Dios quiere salvar a muchos judíos otra vez en el futuro, así sea su plan soberano, pero no va a hacerlo fuera de la iglesia, va a hacerlo en la iglesia, porque ahora el pueblo de Dios no es una nación física. la iglesia es de toda tribu y nación y lengua en todo el mundo. Entonces si decimos que esta batalla será en el futuro, que va a suceder un día de manera literal en cuanto a Israel como nación, está bien, siempre y cuando entendemos que no será un regreso al plan de Dios para una nación física, sino algo que ayudaría a toda la iglesia. Entonces, el pueblo de Dios, perdón, el pueblo de Israel, en ese tiempo, cuando escuchaba esta profecía, podía tener su esperanza en la victoria del pueblo de Dios, en la victoria final, ante todo. Aunque ellos vivían en un tiempo de mucha incertidumbre, muchas pruebas, mucho sufrimiento, con esta profecía, ellos podían tener la confianza que Dios tenía un plan y que no iba a abandonarlos. Pero ese es el contexto histórico, la aplicación para Israel en el tiempo de Zacarías, su esperanza en la victoria. Pero después de ver esta aplicación para Israel, obviamente tenemos que ver cuál es la aplicación para nosotros. El contexto histórico es muy importante, entender lo que pasó, lo que iba a pasar. Pero tenemos que pensar cuál es la aplicación de Dios para nosotros en esta iglesia hoy en día, en este año de 2014, de este pasaje de Zacarías. Entonces, para ver esta verdad, para ver la aplicación para nosotros, vamos a regresar a versículo uno y empezar otra vez ver los versículos del pasaje y encontrar los principios que no solamente eran para Israel, sino que son para nosotros también. En versículo uno, en primer lugar, podemos creer en el hecho de que tenemos la victoria porque Dios es el creador de todo. Entonces, la victoria para nosotros. Estudiamos la victoria para Israel. Ahora, el segundo punto es la victoria para nosotros. Y vamos a verlo en cuatro diferentes maneras. En primer lugar, tenemos la victoria, sin duda, porque Dios es el creador de todo. Estudiamos eso en principio, otra vez, pensando en el hecho de que esta verdad provee la base por el resto del capítulo. Esta verdad de Dios como Creador, proveyó la confianza para Israel en su tiempo de creer en esta profecía. Pero la cosa es que nosotros, los hijos de Dios hoy en día, estamos en una batalla también. No estamos en una batalla física, obviamente. Estamos en una batalla diaria que es espiritual. Y parte de la confianza que nosotros tenemos diariamente en cada parte de la batalla, la confianza que podemos vencer a los enemigos, Satanás, el mundo y la carne, es porque servimos a un Dios que es el creador de todo. pues es una verdad que nosotros sabemos sin problema. Dios es el Creador. Tenemos que pensar, ¿cómo aplica esta verdad a mi vida diaria? Si Dios es el Creador de todo, y no solamente el Creador, sino también el Preservador y el Soberano, ¿por qué no confío en Él? ¿Por qué cuando las circunstancias vengan, yo caigo en desánimo? Yo caigo en desconfianza. ¿Por qué? Porque no entendemos correctamente esta verdad. Tenemos la victoria diariamente en cada cosa porque Dios es el creador de todo. Servimos a un Dios que es tan grande, que creó todo y también preserva todo y también controla todo. Y si Dios creó todo, no hay nada fuera de su control. Pues una creencia en los primeros capítulos de Génesis es vital para nuestra fe. Una creencia en la creación y no en la evolución. Una persona que cree en la evolución niega que la Biblia sea la verdad. Tenemos que estar muy claros aquí. Si una persona cree en la evolución, niega que la Biblia sea la verdad. Niega que Dios personalmente creyera cada cosa originalmente. Y por eso una persona que no cree en la creación, una persona que cree en la evolución, no puede tener la confianza en lo que estamos estudiando. no puede tener la confianza en la victoria del pueblo de Dios. Entonces, esta batalla de creencias entre la evolución y la creación no es algo que solamente pertenece a los eruditos, no es algo que solamente pertenece a los científicos. ¿Estamos de acuerdo? Pero es muy importante. No es un asunto de la ciencia, de hecho. sino uno de la fe y la creencia. Nosotros creemos que Dios creó todo. Él es el creador omnipotente, y por eso podemos creer que tenemos la victoria. Podemos gozarnos en cualquier situación porque es Dios que ha permitido esa situación en nuestras vidas. Una persona que cree que estas cosas... Dios no tenía parte en su creación. No puede tener ninguna confianza en su vida diaria. Toda la vida es de suerte. Nada más. Nosotros creemos en un Creador. Entonces otra vez, eso no es algo científico. No tiene que ver con la ciencia. Es un asunto de la fe. Si creemos en la evolución, negamos la Biblia. Y no podemos tener confianza en la victoria del pueblo de Dios. Entonces, lo que aprendemos en Génesis 1 y lo que se ha enseñado otra vez aquí en Zacarías 12, 1, que Dios es el creador de todo, tiene aplicación muy práctica para nuestras vidas, especialmente pensando en ese tema de nuestra esperanza y la victoria del pueblo de Dios. Esa es la primera aplicación. Tenemos la victoria porque Dios es el creador de todo. En segundo lugar, tenemos la victoria porque Dios es soberano. Y yo veo esto en nuestro pasaje por las muchísimas repeticiones de la primera persona en los verbos. Escúchenme mientras leo lo que Dios dijo. Yo pongo, yo pondré, heriré, abriré, heriré, pondré, procuraré. También los versículos 7 y 8 dicen que Jehová librará, Jehová defenderá. Entonces, ¿quién tiene el control aquí? Dios, Dios está haciendo todo, está diciendo todo en la primera persona. ¿Quién está dirigiendo esta batalla y sus resultados? Dios, obviamente. Y nuestro Dios nunca cambia. El Dios que estaba dirigiendo la batalla y sus resultados en esta batalla física que se descrita aquí, es el mismo Dios soberano que está dirigiendo la batalla y los resultados en nuestras vidas diariamente. No tenemos problemas en creer solamente, tenemos problemas en aplicar esta verdad en nuestras vidas. Si no creemos en esta verdad, si no creemos que Dios está dirigiendo cada batalla, y si no creemos que Dios está dando los resultados que Él quiere de cada batalla, nosotros negamos la soberanía de Dios. Y si negamos la soberanía de Dios, no podemos gozarnos este año, porque vamos a preocuparnos y desanimarnos muchísimo. Pero si creemos en lo que dice la Biblia, las promesas aquí, que tenemos la confianza, la esperanza de la victoria, porque el Dios es soberano. Entonces vamos a tener la capacidad espiritual de gozarnos en cualquier situación, en cualquier prueba, de estar contentos con lo que Dios nos ha dado y lo que Él va a hacer en nuestras vidas. Entonces tenemos la esperanza en la victoria, no porque somos fuertes, no porque podemos vencer nosotros mismos, sino porque Dios es soberano y Él tiene control de todo, de cada situación y cada batalla y los resultados de ellas. En tercer lugar, tenemos la victoria porque Dios es nuestra fuerza. Obviamente esto tiene que ver con la verdad de que Él es soberano, pero de manera más específica. Vemos esta verdad en nuestro capítulo en esta manera. Lo que los capitanes de Judá descubrieron en versículo 5. que el pueblo de Dios tenía sus fuerzas en Jehová de los ejércitos, su Dios, es algo que nosotros necesitamos descubrir o redescubrir en nuestras vidas para tener la confianza en la victoria que es nuestra. Entonces, estudiamos este punto hace ocho días, ¿no? En cuanto al tema de nuestro gozo, podemos gozarnos porque Dios es nuestra fuerza, porque encontramos el poder que necesitamos cada día para vivir cada día como Él quiere, no nosotros mismos, ni en cualquier ser humano, ni en la iglesia, sino en Dios. Tenemos nuestras fuerzas en Jehová de los ejércitos, nuestro Dios. Por eso, cuando estamos tentados a dudar, a pensar que somos conquistados, que no hay victoria, tenemos que recordar esta esperanza, esperanza en la victoria para el pueblo de Dios, porque Dios es nuestra fuerza. Él es omnipotente, infinito, y es imposible vencerle. Y si es imposible vencerle a Él, es imposible vencernos a nosotros. ¿Lo creemos? Bueno, todos están de acuerdo ahora, pero mañana, el mes siguiente, cuando muchas pruebas entran en sus vidas, tenemos que no solamente recordar esta verdad ahorita, sino recordarlo y meditar en ella a través de las semanas, a través del año. Y cuatro, tenemos la victoria porque Cristo ya la ha ganado. Tuvimos la victoria porque Cristo ya la ha ganado. Es la indicación final de este pasaje en nuestras vidas. ¿Cómo veo esta verdad aquí en este pasaje? Yo quiero ser muy cuidadoso, porque no estoy diciendo que veo una profecía de Cristo aquí, necesariamente, sino algo que debería hacernos pensar y meditar en Él. En el versículo 8, leemos de la casa de David y del ángel de Jehová, dos descripciones. Y como dije, el punto aquí de este versículo, este pasaje, es de fuerza y poder que Dios iba a fortalecer a su pueblo para ser fuerte como David y invencible como el ángel de Jehová. Es el punto. Pero cuando nosotros llegamos a este versículo y meditamos en cómo aplican nuestras vidas, ¿en qué pensamos? Yo espero que recordemos la verdad bíblica que Cristo es el hijo de David, de su linaje. Y también que las apariencias del ángel de Jehová en el Antiguo Testamento eran apariencias de Cristo antes de su encarnación, antes de su nacimiento aquí. Yo no creo que sea coincidencia que Dios inspiró estas dos descripciones aquí, de David y del ángel de Jehová. Porque la única razón por la cual podemos confiar completamente en la victoria es porque Cristo ya la ha ganado por nosotros. La única razón por la cual podemos tener esta esperanza sobre la cual estamos estudiando de la victoria es porque Cristo, el Rey en el linaje de David, Cristo, el Ángel de Jehová, es fuerte y han conquistado. Y por eso tenemos la victoria en Él. Dios nos hace fuertes como David, y como el hijo de David, Jesucristo. Dios nos hace fuertes como el ángel de Jehová, invencibles porque estamos en Cristo. Es la aplicación que podemos ver de este reciclo, y entender que tenemos la victoria porque Cristo ya la ha ganado. Es la única razón por la cual tenemos esperanza. Si buscamos en 1 Corintios 15, Vamos a leer los versículos 51 a 57. Vamos a ver la misma verdad. El libro de 1 Corintios 15, empezando en el versículo 51. Leyendo aquí de la victoria que tenemos porque Cristo ha ganado esa victoria. 1 Corintios 15. 51 a 57 Y dice, he aquí os digo un misterio. No todos dormiremos, pero todos seremos transformados. En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita, su vida es la muerte en victoria. ¿Por qué? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Al final de las cuentas, esa es la única razón por la cual tenemos victoria. Tenemos la victoria en Cristo, porque Cristo ya la ha ganado. Cristo ha ganado la victoria en su muerte en la cruz. Y pues ahora la muerte, el pecado, Satanás, no tiene poder sobre nosotros. No pueden vencernos. Es completamente imposible. Es como cantamos en ese himno de solo Jesús. Y dice, libre de culpa y temor por el poder de Cristo en mí. Desde nacer hasta morir, Cristo dirige mi existir. Nadie podrá, ni Satanás, arrebatarme de mi Dios. ¿Por qué? Por lo que leemos aquí en 1 Corintios 15. Porque Dios nos ha dado la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque Cristo conquistó la muerte. Cristo conquistó el pecado de Satanás. Y por eso tenemos la victoria. Tenemos la esperanza en la victoria porque Cristo ya la ha ganado y somos victoriosos en él. Este punto que tenemos de la victoria en Cristo nos lleva a un punto final. Que este mensaje no solamente fue para Israel en su tiempo, prometiendo una victoria para ellos, ni es solamente para nosotros hoy en día, sino también nos hace pensar en una victoria final, algo en el futuro. Entonces, no sabemos exactamente cuándo esta batalla aquí va a suceder. No sabemos sin duda si se refiere solamente a Israel como nación o habla de manera figurativa en cuanto al pueblo de Dios. Pero una cosa es segura. La victoria final y futura es nuestra. Es una verdad segura. La victoria final y futura es nuestra. Si esta batalla aquí es algo que va a suceder en Israel como nación física en el futuro, de todos modos tenemos que pensar en la iglesia, en el pueblo de Dios espiritual, porque sabemos que nunca vamos a regresar a un templo físico o sacrificios del sistema de nuestro testamento, porque Cristo ha cumplido todo eso, al muerto una vez para siempre. Otra vez, si hay un futuro para Israel, va a encontrarse en la Iglesia de Jesucristo, no en la Nación de Israel. Ningún judío es mejor que cualquier cristiano solamente porque es judío. Ahora la Iglesia, si seamos judíos o gentiles, no importa, somos uno en Cristo. Pues incluso leyendo aquí de algo que tal vez sería una victoria para Israel, podemos sacar una aplicación de victoria para nosotros, para el pueblo de Dios en el futuro. Si tal vez piensas que estoy forzadamente interpretando el sentido de este texto, cuando pensamos en Jerusalén y las profecías de esa ciudad, es muy importante recordar lo que hemos estudiado. Cómo el libro de Apocalipsis habla de la ciudad de Jerusalén. Hemos estudiado en ese libro que Jerusalén, la nueva Jerusalén, es la iglesia. Nosotros somos la Jerusalén espiritual. Este Jerusalén, según Apocalipsis 21-22, no tiene templo, porque Dios es el templo y el corredor. Entonces, no está hablando de la ciudad física de Israel como antes, como un templo, el templo de Salomón y los sacrificios. La Nueva Jerusalén, que es la iglesia, no tiene templo porque Cristo es el templo. Cristo es la luz. Cristo es todo lo que esta Jerusalén necesita. Por eso tenemos todo el derecho de tomar este pasaje y pensar en nosotros en el futuro. Que esta batalla tal vez solamente se refiere a una espiritual. Y si es así, podemos pensar de esta manera. Que no hay ningún enemigo que puede vencer a la Jerusalén espiritual. Como Paty oró antes del servicio, las puertas del Hades no pueden prevalecer en contra de la Iglesia. Traemos la victoria y podemos sacar esta aplicación en este pasaje. Nosotros somos la Nueva Jerusalén. Vamos a quedarnos en la Nueva Jerusalén para siempre, como Apocalipsis describe, y no hay ningún enemigo que puede vencernos, porque estamos en Cristo y Cristo es victorioso. Entonces, tenemos esperanza en la victoria del Pueblo de Dios, porque somos el Pueblo de Dios, porque somos los hijos de Dios. Esa es la verdad que hemos visto hoy en este pasaje de Zacarías. Claro que sufrimos, no quiero negarlo. Claro que pasamos por dificultades y persecuciones, obviamente. Pero el Hijo de Dios nunca tiene una razón válida para desanimarse. Porque nuestra confianza no está en nosotros, ni en otras personas. si en nuestra confianza y esperanza está Dios. Está en la esperanza final, la esperanza en la victoria final. Precisamente, ¿por qué no depende en nosotros, sino en Dios? Dios, el creador y preservador de todo. Dios, el soberano infinito. Dios, el fuerte y todopoderoso. Dios, quien envió a Cristo para conquistar la muerte y Satanás y garantizar la victoria final para siempre. Nuestra confianza está en Él, en este Dios. Entonces, gocémonos entonces, hermanos, por estas grandes verdades, por esta gran esperanza de la victoria del pueblo de Dios. Vamos a orar. Nuestro Padre Celestial, le damos muchas gracias por esta promesa, esta confianza, esta esperanza que tenemos en Ti. en la vida eterna, en la salvación. Que siempre somos victoriosos. Que siempre triunfamos en Cristo. Porque no depende de nosotros. Somos muy débiles. Pero tú no eres débil. Tú eres el Todopoderoso y por eso podemos confiar en lo que dices. Lo que te pedimos, Señor, es ayuda. De creer así aun cuando las cosas no parecen. cuando las cosas no parecen estar así. Necesitamos ayuda de vivir por fe y no por vista. Necesitamos la fe y la confianza para esta semana, para esta noche, para cuando regresamos a la casa, para cuando empezamos otra vez el trabajo mañana, cuando estamos con nuestras familias o con nuestros amigos. Necesitamos la ayuda de creer en esta verdad y aplicarla. de vivir en victoria porque somos victoriosos, de no escucharnos a nosotros mismos y nuestro corazón engañoso, sino creer en tu palabra. Ayúdenos, por favor, en este día, en esta semana y en este año. Vivir en esta confianza y vivir en este gozo. En el nombre de Cristo. Amén.
Nuestra esperanza en la victoria del pueblo de Dios
Series Estudio sobre Zacarías
Sufrimos muchas pruebas y tentaciones y persecuciones, pero podemos gozarnos en Dios porque promete proveer la victoria final para Su pueblo.
Sermon ID | 125162222294 |
Duration | 46:21 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Zechariah 12:1-9 |
Language | Spanish |
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