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El libro de Zacarías y el capítulo 11, vamos a empezar en el versículo uno. Oh, Líbano, abre tus puertas y consuma el fuego de tus cedros. Aulla, oh Ciprés, porque el cedro cayó, porque los árboles magníficos son derribados. Aullad, encines de bazán, porque el bosque espeso es derribado. Vos te ha oído de pastores, porque su magnificencia es asolada, estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del Jordán es destruida. Así ha dicho Jehová mi Dios, apacienta las ovejas de la matanza, a las cuales matan sus compradores, y no se quieren por culpables. Y el que las vende dice, bendito sea Jehová, porque he enriquecido. ni sus pastores tienen piedad de ellas. Por tanto, no tendré ya más piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová. Porque aquí yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero y en mano de su rey, y asolarán la tierra, y yo no los libraré de sus manos. Apacente, pues, las ovejas de la matanza. Esto es a los pobres del rebaño. Y tomé para mí dos callados. Al uno puse por nombre Gracia, y al otro Ataduras, y apacenté las ovejas. Y destruía tres pastores en un mes. Pues mi alma se apacentió contra ellos, y también el alma de ellos me aborreció a mí. Y dije, no os apacentaré. La que muriere, que muera, y la que se perdiere, que se pierda. y las que que queraren que cada una coma la carne de su compañera. Tomé luego mi callado gracia y lo quebré, para romper mi pacto que concerté con todos los pueblos. Y fue deshecho en ese día. Y así conocieron los pobres el rebaño que miraban a mí, que era palabra de Jehová. Y les dije, si os parece bien, dadme mi salario, y si no, dejadlo. y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová, échalo al tesoro, hermoso precio con que me han apreciado. Y tomé las treinta piezas de plata y las eché en la casa de Jehová al tesoro. Quebré luego el otro callado a Taduras, para romper la hermandad entre Judá e Israel. Y me dijo Jehová, toma aún los aperos de un pastor insensato, porque aquí yo levanto en la tierra a un pastor que no visitará las pérdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda y romperá sus pezuñas. Hay del pastor inútil que abandone el ganado. y hera la espada de su brazo, y su ojo derecho. Del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido. En este libro de exagerías estamos estudiando el tema de la esperanza del pueblo de Dios. Como siempre, es mi deseo que lo guardemos en mente, este tema, porque es de mucha ayuda para nosotros si podemos relacionar todos los mensajes de un libro con un solo tema, para conectar los temas menores con el tema más importante, que es la esperanza del pueblo de Dios. Ese es el tema de este libro. Y esa esperanza que tenemos en sus promesas, en su protección, en su presencia, que Él es el gran Rey y que nos ha dado a nuestro Salvador y líder en la persona y la obra de Jesucristo. Esa es la base por nuestra esperanza. Pero lo que hemos visto ya dos veces en este estudio del libro, no es solamente un libro de esperanza, sino a veces enfatiza también la necesidad de arrepentimiento, la necesidad de obedecer a Dios de corazón y no solamente de costumbre. Es decir, a veces el mensaje de este libro se interrumpe por una llamada al arrepentimiento, una llamada a obedecer a Dios de corazón y no de costumbre. Y es lo que vamos a encontrar aquí en este pasaje, en este capítulo 11. En vez de solamente dar esperanza, lo que tenemos aquí es una profecía, como vamos a ver, una profecía de Cristo que habla del rechazo de Él y el juicio del castigo que fue el resultado. Lo que vamos a hacer en este mensaje es ver el tema del peligro de rechazar a Cristo, nuestro buen pastor. Hay mucha esperanza para el pueblo de Dios, pero para aquellos que rechazan al Salvador no hay esperanza, sino solamente consecuencias graves. Porque Dios es misericordioso y paciente, pero no para siempre. Él no permite que el rechazo de su Hijo sea sin consecuencias. Por eso vamos a estudiar este pasaje en la misma manera como siempre, pero tal vez más obvia, en esta manera. En primer lugar, pensando en el contexto histórico, de cómo esto aplicó a las personas en tiempo de exagerías. Después, cómo la profecía fue cumplida en Cristo, y después cómo podemos aplicarla en nuestras propias vidas. Vamos a empezar este mensaje del peligro de rechazar al buen pastor, a Jesucristo. En el principio de este capítulo, en los reciclos 1 a 3, tenemos una imagen de lo que Dios iba a hacer con el pueblo. Una descripción de la destrucción de los árboles, como vemos. Y aquí los árboles representan las fuerzas de las naciones, los líderes poderosos. En una manera podemos pensar en esta profecía literalmente, porque estas naciones aquí mencionadas, Líbano, Bazán, la región del Jordán, fueron destruidos completamente. Pero también vemos una imagen aquí, una ilustración de estos árboles, porque los cedros son árboles muy grandes y difícil de Cortar, ¿no? Aquí está hablando de que ellos van a ser quemados con fuego, consumados con fuego. Es muy difícil, ¿no? Porque es un árbol muy grande. También habla en Versículo 2 de las encinas, también árboles grandes y difíciles de quemar. La distracción aquí es que a Dios no le importa. el poder o la fuerza de una nación, de un pueblo, de un individuo. Porque cuando su juicio venga, viene con poder. Y él no va a ser rechazado o no va a ser negado o resistido por nadie, porque su poder es tan grande como tenemos aquí en esta ilustración. Tenemos que guardar esto en mente, el poder de Dios, porque vamos a ver en este capítulo el peligro de rechazar al buen pastor. ¿Y por qué es peligroso? Esa es la pregunta, ¿no? Es lo que yo puse en el título, pero ¿por qué? Por esta razón en estos reciclos 1 a 3, ¿por qué este Dios es tan grande? Porque Dios no va a permitir que una persona continúe en pecado, pecado y pecado para siempre sin consecuencias. No va a permitir que el rechazo de su hijo sea sin consecuencias. y no importa quién está resistiéndole. Dios es tan grande y poderoso que puede hacer todo, que puede castigar o juzgar a cualquier persona. Y después de esos reciclos de introducción, de advertencia, de la fuerza e ira de Dios, empezando en el reciclo 4, leemos de algo que Dios instruyó a Zacarías, algo que Zacarías tenía que hacer como profecía del juicio de Dios, de lo que iba a pasar en el futuro. Dios dijo a Zacarías, en el reciclo 4, apacienta las ovejas de la matanza. Entonces, Zacarías tenía que ser pastor. Literalmente o figurativamente no sabemos, pero lo que hizo, sin duda, fue ante todo el pueblo para que pudiera ver y entender lo que Dios estaba diciendo. Entonces, Zacarías tenía que ser el pastor de un rebaño de ovejas. Pero ovejas de un tipo específico, según este versículo. Dice, ovejas de matanza. ¿Qué significa eso? habla de ovejas preparadas para ser matadas para su carne, para comer. Estas ovejas no fueron protegidas o cuidadas, sino solamente listas para ser compradas y destruidas. Y así era el rebaño sobre lo cual Zacarías tenía el cuidado, según este mandamiento de Dios, ovejas que iban a ser destruidas sin la intervención de alguien para salvarlas. Y así era el pueblo de Israel en ese tiempo de Zacarías, recientemente devuelto de exilio, pero todavía con amenaza constante de destrucción, porque ellos estaban bajo otro rey pagano. No era un país independiente, sino a merced de sus enemigos. Y desafortunadamente este problema no era solamente físico, tuvieron ovejas para la matanza físicamente, pero espiritualmente también, porque todavía tenían la tendencia de no creer en Dios, de creer en sí mismos, o creer en el hombre para su protección y no en Dios. Y por eso Dios envió a los profetas, a Eheo, a Zacarías, para advirtirles en contra de regresar a los pecados de sus padres, como en toda la historia de su país. Porque así, regresando a sus pecados y actuando incorrectamente, serían ovejas nada más para la matanza de ser destruidas otra vez. Este peligro de actuar incorrectamente tristemente llegó a ser la verdad. Es lo que leemos en los siguientes reciclos. Otra vez vamos a leer los reciclos 4 a 6. Así ha dicho Jehová mi Dios, apacienta las ovejas de la matanza, a las cuales matan sus compradores, y no se tienen por culpables. Y el que las vende dice, bendito sea Jehová, porque he enriquecido. ni sus pastores tienen piedad de ellas. Por tanto, no tendré ya más piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová. Porque aquí yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero y en mano de su rey, y asolarán la tierra, y yo no los libraré de sus manos. Entonces eran ovejas para la matanza, porque otra vez estaban desobedeciendo a Dios, regresando a los pecados de sus padres. Y Dios estaba castigándoles y juzgándoles. Porque habla aquí de los que compran esas ovejas, también de ellos que las venden, que aún sus pastores no tienen misericordia sobre ellos. Y la razón es porque, según lo que Dios dice en Versículo 6, él no tendrá más misericordia sobre ellos tampoco. Él no tendrá más compasión sobre las ovejas, sino entregarlas para destrucción y esclavitud. Y leemos esto, esta promesa terrible. Tal vez parece como una contradicción del libro, ¿no? Entonces, ¿cuál es el tema del libro? La esperanza del pueblo de Dios. Específicamente en los capítulos anteriores hemos leído, hemos estudiado mucho que Dios prometió volver a su pueblo, juzgar a los malos pastores, guiar a su pueblo, enviarles un buen pastor, un buen líder. ¿Por qué leemos en el siguiente capítulo algo que parece tan malo? Tanto juicio en contra de Dios. Pero la razón fue debido a las acciones del pueblo. Si hablamos de los israelitas en ese tiempo, parece que ellos habían rechazado a Sodobabel y su liderazgo. Y recordamos que Sodobabel fue el líder que Dios había puesto sobre su pueblo. Pero el pueblo había rechazado a este líder. Entonces, aunque Dios les había rescatado de su exilio, aunque ellos habían regresado a su país otra vez, estaban actuando de la misma manera, regresando sus pecados, rechazando el liderazgo de Dios, rechazando los líderes de Dios. Y por eso tenemos esta profecía de lo que Dios iba a hacer, que aunque ellos estaban experimentando sus bendiciones en el momento, debido a su rechazo de sus líderes, del liderazgo puesto por Dios, iban a ser destruidos otra vez. Es como que Dios está diciendo, bueno, si ustedes no les gusta el líder que yo he puesto, si ustedes no van a obedecerme, entonces, yo voy a darles otros líderes, líderes malos, para que vean que lo que yo escojo es mejor que ustedes. Y como vamos a ver este rechazo de Dios y de sus líderes, No fue solamente algo que pasó aquí, en ese contexto, en ese tiempo de Zacarías, sino que es una profecía de lo que los judíos iban a hacer en cuanto a Cristo. Dios envió a su Hijo para ser el líder perfecto de la nación de Israel, pero ellos no le querían. ellos le rechazaron y le mataron. Y por eso Dios les entregó a sus propios deseos, líderes malos, hasta la destrucción de su país otra vez. Y cuando aplicamos este punto a nosotros, también sabemos que naturalmente cada persona rechaza a Dios, rechaza a Cristo y no hay nada más peligroso que rechazar a este gran pastor, ese Salvador que Dios nos ha dado. Porque después de un tiempo, Dios no va a tener más merced y cordia sobre la persona. Va a entregarle la destrucción y esclavitud. Pero después de profetizar lo que iba a pasar con este rebaño, sobre lo cual Zacarías tenía que pastorear, de que iban a ser destruidos y no protegidos, en el versículo 7 regresamos al tiempo real para Zacarías. Leemos de lo que él hizo. En el versículo 7 dice que Zacarías tomó para él dos callados. Callados eran varas de los pastores. Normalmente uno para defender el rebaño de sus enemigos, de las bestias salvajes, y otro callado para proteger, para cuidar a las ovejas. Los dos callados van a ser dos cosas diferentes. Eso es como Dios se describe en el Salmo 23, que leímos, ¿no? Tu vara y tu callado me infundirán al viento. Y así fue con Zacarías en esta profecía. Él tenía dos callados y, interesantemente, puso nombres a sus dos callados, nombres con significados. Gracia al primero y Ataduras al otro. El primero, Gracia, habla del estado del rebaño ante los ojos de Dios, de su posición antes de rechazarle. En el Salmo 27.4 se usa esta misma palabra para hablar de la hermosura de Dios. Estamos hablando de hermosura, de favor de Dios, como decíamos en la clase. La gracia es el favor inmerecido de Dios. Eso es lo que este primer callado representó. El segundo callado se llamaba ataduras. Esta palabra se traduce como cuerdas o ligaduras en otros lugares. Está hablando de algo bueno, no algo malo. de una cosa que era parte de la bendición de Dios para con su pueblo, unión, unión del pueblo, que fue una bendición de Dios. Y con esos dos callados en mano, Zacarías apacentó las ovejas, obedeció lo que Dios dijo, cumplió la carga que Dios le había dado de actuar como buen pastor para con el pueblo. En el versículo 8 dice que Él destruyó a tres pastores en un mes. No dice quiénes eran estos pastores o si representaron algo. Pero lo que entendemos es que Zacarías estaba haciendo su trabajo correctamente, defendiendo su rebaño y quitando los malos pastores sobre los cuales leímos en el capítulo anterior. Entonces Zacarías estaba haciendo todo bueno, obedeciendo el mandamiento de Dios, de ser buen pastor sobre este rebaño. Pero algo sucedió. Porque al final del Biciclo 8 dice que Zacarías se impacienteó contra su rebaño y el alma de ellos le aborreció a él. Es decir, aunque Zacarías estaba haciendo todo lo correcto, con sus dos callados, con gracia y unión, aunque él estaba bendiciendo al pueblo por protegerlos, la relación empeoró. Zacarías dijo en el Biciclo 9 Y dije, no os apacentaré, la que muriere, que muera, y la que se perdiere, que se pierda, y las que quedaren, que cada una coma la carne de su compañera. Pues es muy fuerte, ¿no? Sáquenese de estar diciendo, yo no voy a protegerles más. Y versículo 10 dice que él quebró el callado que se llamaba gracia, demostrando que ya no iba a demostrar gracia para con ellos. Aquí leemos nosotros de la impaciencia de Zacarías y lo que Zacarías hizo. ¿A qué pensamos? Es la tenencia de pensar que estaba en pecado, ¿no? Y si no tuviéramos el versículo 11, esa sería una conclusión correcta, yo creo. Pero sabemos que eso no fue pecado de Zacarías, que no era su propio enoje pecaminoso, porque en el versículo 11 dice que los pobres conocieron lo que estaba pasando y que era palabra de Jehová. Lo que Zacarías hizo en esta profecía, en esta imagen, de no proteger al rebaño más, de quebrar sus callados, fue conforme a la voluntad de Dios. Porque en esta profecía Dios estaba demostrando, como vamos a ver, cómo él iba a actuar con su pueblo rebelde en el futuro. Pues con esta imagen, con lo que Zacarías estaba haciendo, fue una profecía de lo que Dios iba a hacer en el futuro. Y para aumentar el problema, aumentar el agravio, leemos lo que pasó en los versículos 12 y 13. Zacarías dijo al pueblo, si os parece bien, dadme mi salario, obvio, y si no, dejadlo. Y ellos pesaron, por Zacarías, salario, treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová, échalo al tesoro, hermoso precio con que me han apreciado. Yo tomé las treinta piezas de plata y las eché en la casa de Jehová al tesoro. Entonces Zacarías, obviamente, pidió lo que medició para su labor, su salario, su recompensa. Pero él no recibió un salario justo. Se dice, él recibió, ¿cuánto? Treinta piezas de plata. Eso no fue un salario justo, sino esto fue la recompensa por la muerte de un esclavo acorneado por un buey, según la ley en Éxodo 21. Es decir, esto fue una ofensa a Zacarías, porque ellos estaban dándole no el salario del pastor, sino la recompensa por un esclavo muerto. Esto fue una ofensa a Zacarías en ese tiempo. Por eso Dios mandó a Zacarías qué hacer con esta moneda. En el versículo 13, otra vez. Échalo al tesoro. Hermoso precio con que me han apreciado. Con mucho sarcasmo aquí. Hermoso precio. Precio de esclavo. Entonces, otra vez, está demostrando la rebelión de este pueblo en contra de su buen pastor. Zacarías actuaba correctamente. Protegió al pueblo. Actuaba como buen pastor. Ellos le rechazaron. Le ofendieron por este salario también. Dice que Zacarías le echó en la casa de Jehová al tesoro. Eso no es literalmente lo que es la palabra. La palabra literalmente no es tesoro, sino alfarero. Pues parece como que Zacarías fue al templo y le echó el dinero a un alfarero que estaba allí. Vamos a ver la importancia de esto un poco más adelante, solamente para ponerla en la mente, que esa traducción no es correcta. No es tesoro, sino es alfarero. Vamos a ver por qué es importante un poquito más adelante. Y después de esto, otra ofensa, después de recibir un salario muy injusto, después de que fue obvio que ellos no iban a cambiar, en el versículo 14 dice que Zacarías rompió el otro callado, a Feaduras, o unión, para romper la hermandad entre Judá e Israel, hablando de juicio no solamente de fuera, sino de visión interna también. Y para continuar con el castigo, Dios dijo a Zacarías en el reciclo 15 de tomar otra vez los aperos de un pastor, las cosas que ellos usan, como los callados, y específicamente las cosas de un pastor insensato. Es decir, después de actuar como un buen pastor, después de ser rechazado como un buen pastor del rebaño, Dios mandó a Zacarías de regresar y actuar como un mal pastor para con ellos. En vez de reflejar la imagen de un buen pastor, Zacarías ahora tenía que reflejar la imagen de un mal pastor. Uno que, según el versículo 16, no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda y romperá sus pezuñas. Es un pastor inútil que no hace nada bueno para el rebaño, sino solamente descuida y hace daño. Todo eso es lo que Zacarías hizo conforme al mandamiento de Dios. Eso fue muy rápido, yo sé, pero para entender todo juntos. Eso es lo que Zacarías hizo en ese tiempo conforme al mandamiento de Dios. De manera literal o figurativa no sabemos, pero el pueblo de Dios sabía lo que estaba haciendo. Pero la pregunta es, ¿con cuál razón? ¿Cuál es el punto aquí? ¿Cuál fue la meta de esta ilustración? No sirve para nosotros si solamente lo leemos y no entendemos por qué es importante. ¿Por qué Zacarías hizo todo eso? Bueno, en obediencia a la Palabra de Dios, obviamente, pero ¿cuál fue la meta de Dios a través de lo que Zacarías hizo? Y lo que yo quiero demostrar en el resto del mensaje es que todo lo que Zacarías hizo Aquí en este capítulo que hemos leído, lo que hemos estudiado, fue una profecía, demostrando lo que estaba pasando en el pueblo en ese tiempo, sí, pero también profetizando de Cristo, de cuando Cristo iba a venir a la Tierra en su primera venida, el rechazo que Él iba a experimentar. Esa fue la profecía, esa es una profecía de Cristo aquí. Y cuando yo menciono que vamos a ver otra vez que esta profecía es de Cristo, yo espero que nadie se canse de ver a Cristo aquí en este libro. Yo espero que nadie piense que yo estoy encontrando a Cristo donde no está. Yo voy a demostrar bíblicamente que esta profecía es de Cristo. Pero ese es parte del punto de todo este estudio de Zacarías y Ajeo. Cuando leemos el Antiguo Testamento, necesitamos buscar a Cristo porque Cristo está en cada parte. Entonces, ¿cómo? ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Cómo vamos a ver que esta profecía es de Cristo? Eso es lo que vamos a ver. Para hacerlo, para ver cómo esta es una profecía de Cristo y también para ver cómo aplica a nosotros, vamos a regresar a lo que Zacarías hizo en esta imagen de él como pastor y ver bíblicamente cómo aplica a Cristo. Entonces, otra vez, vamos a regresar al versículo 4. Lo que Zacarías hizo en primer lugar fue apacentar las ovejas de la matanza. Es decir, Zacarías tenía que ser pastor de este rebaño. Y no debería ser difícil ver a Cristo aquí, ¿no? Cristo es un buen pastor. Es lo que él mismo dijo en Juan 10. Vamos a leer en Juan 10, empezando en versículo 7. El libro de Juan, por favor, en sus Biblias, el capítulo 10. Empezando en el versículo 7, para entender que cuando leemos aquí de la obra de Zacarías como buen pastor, necesitamos pensar en Cristo como el buen pastor también. Todos, por favor, en sus Biblias, en el libro de Juan, el capítulo 10, y vamos a empezar en el versículo 7. Aquí tenemos las mismas palabras de Dios, de Cristo, para nosotros. Cristo dijo en Juan 17, de cierto, de cierto os digo, yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron ladrones son y salteadores, pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta. El que por mí entraré será salvo y entrará y saldrá y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia. En el reciclo, no perdón, continuando. Yo soy el buen pastor. El buen pastor su vida da por las ovejas. Continuando en el reciclo 14. Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas y las mías me conocen. Así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre y pongo mi vida por las ovejas. Cuando leemos de Zacarías como buen pastor, en este libro de Zacarías, en este capítulo 11, nuestras mentes inmediatamente deberían ir a ese pasaje en Juan 10 para pensar en Cristo como el buen pastor. Él es la puerta de las ovejas. Él conoce a los suyos y da su vida por ellos. No hay nadie que ama a su pueblo como Dios nos ama. Es imposible, como Cristo nos ama. No hay nadie como Él. No hay nadie como Él como perfecto líder y gran Rey y buen Pastor, como hemos estudiado en Zacarías. Y cuando pensamos en la profecía que estamos estudiando en Zacarías 9-11, su profecía de Cristo, entendemos, otra vez, que esa es una profecía de Cristo como buen Pastor. Esas son las cosas que hemos visto en estas semanas pasadas. Cristo es el gran rey. Cristo es el líder perfecto. Y ahora entendemos que Cristo es el buen pastor. Si regresamos a Zacarías 11, vemos que Zacarías estaba representando a Cristo. actuando como él, como un buen pastor de su pueblo, de la nación de Israel. Cristo vino para salvarles a ellos, para salvar a su pueblo de Israel. Vino con gracia. Vino con la capacidad de unirles en el mismo, representado por esos dos callados. Es decir, cuando leemos esos reciclos y su descripción de Isajerías, como un buen pastor, con gracia, con unión, podemos ver a Cristo y deberíamos ver a Cristo como nuestro buen pastor. Pero pregunta, ¿Qué pasó cuando Cristo vino? Fue rechazado. Él destruyó a los fariseos y otros líderes judíos con sus palabras, exponiéndoles por ser hipócritas y malos pastores, malos líderes, sin cuidado por el rebaño, exactamente como Zacarías hizo. Destruyó a los malos pastores, pero fue rechazado de todos modos. Zacarías fue un buen pastor y fue rechazado. Cristo era un buen pastor y fue rechazado. Es la misma cosa aquí. Cristo fue rechazado de la misma manera porque leemos en Juan 1.11, a los suyos vino y los suyos no recibieron. Entonces, Cristo vino para salvar a la nación de Israel, pero por mayor parte los de la nación no le querían. ¿Se acuerdan de cómo Cristo dijo en Mateo 23? Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¿Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polvuelos debajo de las alas? Y no quisiste. Y Cristo vino, ¿a cuál país? a Israel. No vino a México, no vino a los Estados Unidos, no vino a Canadá, sino a su pueblo de Israel. Y los suyos le rechazaron, completamente. Le rechazaron, le aborrecieron. Y por eso Cristo les rechazó. Referencia, eso es lo que vemos aquí en Zacarías 11, la misma cosa. Esta imagen de lo que Zacarías hizo es lo que pasó con Cristo cuando vino a la tierra. Y lo que pasó es que Cristo no salvó todo el pueblo de Israel, sino los dejó a la mayoría en sus pecados y su estado de muerte, así cumpliendo las palabras del versículo nueve. La que muriere, que muera. Y a la que se perdiere, que se pierda. Exactamente lo que pasó con los israelitas. Ellos no querían aceptar a Cristo, murieron. Cristo les rechazó. Cristo les rechazó. Cristo quebró su callado de gracia. Detuvo su favor para con sus relitas. Como dice en el versículo 10. Dice además que rompió su pacto, pero no con su pueblo. Fíjense que dice. Dice que él rompió el pacto que concertó con todos los pueblos. Dios quebró todo el pacto diciendo ahora sus enemigos yo no voy a protegerlos más. Yo he quebrado mi pacto con ellos y ahora ellos van a llegar otra vez y destruirles. su nación va a ser otra vez completamente destruida. Es lo que pasó, ¿no? Leemos en la historia qué pasó en el año 70 después de Cristo. Los romanos destruyeron Jerusalén, el templo, y esparcieron a los judíos por todo el mundo. Y por siglos, y siglos, y siglos, y siglos, y siglos, los israelitas estaban en otros países, esparcidos, no en su propio país, sufriendo mucho, perseguidos. ¿Por qué? Por esta razón, porque ellos rechazaron a su buen pastor, algo que Zacarías aquí estaba profetizando. Y porque ellos le rechazaron a él, él les rechazó a ellos. Es lo que tenemos aquí en esta profecía. Y realmente es lo que sucedió en la historia cuando Cristo vino. Eso significa que todo fue su culpa, ¿no? No eso fue una culpa de Dios. de rechazar a su pueblo, sino fue en juicio y castigo en contra de ellos. Pero leemos algo muy importante en los reciclos 12 y 13, algo que nos ayuda a entender que sí, esta profecía es de Cristo, sin duda alguna. Habla de rechazo y lo que pasó en los reciclos 12 y 13. Otra vez en esos reciclos habla de que ellos dieron a Zacarías un salario muy injusto y él lo echó en el templo. Cuando leemos aquí, en los reciclos 12 y 13, de treinta piezas de plata. ¿De qué pensamos? Yo espero que pensemos en Cristo, que recordemos lo que pasó en Mateo 26 y 27, cuando Judas traicionó a Cristo por treinta piezas de plato, exactamente como fue profetizado aquí. Y la misma cosa pasó con esas monedas también, interesantemente. Vamos a leer en Mateo 27, Empezamos en el versículo 3. En el capítulo 26 de Mateo leemos de la traición de Judas, que él recibió esas treinta piezas de plata, y en Mateo 27 leemos de lo que pasó con esas monedas, con esas treinta piezas de plata. Mateo 27, los versículos 3 a 10. Mateo 27, empezando en mi ciclo 3. Entonces, Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, que Jesús era condenado, devolvió al arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron que nos importa a nosotros. Calla tu. Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió y fue y se arcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron, no es ilícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero para el sepulturo de los extranjeros, por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy Campo de Sangre. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías cuando dijo, Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel, y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor. Entonces, en la profecía de Isaac Arias, el rechazo de él como buen pastor fue obvio por el salario injusto que recibió, 30 piezas de plata, demostrando oprobio de él y su ministerio. Ellos pensaban que Isaac Arias no valía más, solamente el precio de un esclavo, nada más. Y la misma cosa pasó con Cristo. Judas traicionó a Cristo por el precio de un esclavo muerto, no por mucho dinero, Los líderes judíos demostraron su oprobio de Cristo y su ministerio. Pensaban que no valía más que solamente un esclavo muerto. Y el resultado fue lo mismo también. Zacarías, por mandamiento de Dios, echó el dinero en el templo. Por eso dije que es muy importante leer en Zacarías, no en el Tesoro. Porque aquí en Mateo, de hecho, en el versículo 6, los principales sacerdotes dijeron, no es lícito echarlas en el Tesoro. Entonces, no es lo que pasó. Podemos traducir la palabra literalmente en Zacarías. Que fue echado en el templo al alfarero. ¿Por qué? Pues no tiene sentido. hasta que leemos aquí en Mateo que es exactamente lo que pasó con las monedas. Fue echado del templo para comprar el campo del alfarero. Así, como dice en el versículo 9 y 10, cumpliendo esta profecía. Pero, una cosa, aquí en Mateo dice que esto fue hecho para cumplir la profecía de quien? Jeremías. Se pregunta, ¿tenemos un problema aquí? ¿tenemos una contradicción o qué? ¿Por qué dicen Jeremías cuando obviamente fue una profecía de Zacarías? Ante todo, no creemos que la Biblia tiene errores. Entonces, no pensamos así. Entonces, tenemos que pensar cuál es la interpretación correcta. Hay dos opciones. Uno, que Mateo estaba pensando no solamente en la profecía de Zacarías, sino en una profecía de Jeremías también. Porque Jeremías, en su profecía en los capítulos 18 y 19, también profetiza de la misma situación, del alfarero. Pues es muy probable que Mateo estaba pensando en estas dos profecías, profecía de Zacarías y profecía de Jeremías, y solamente escogió nombrar uno de los profetas en vez de los dos. En vez de decir, esto fue para cumplir la profecía de Jeremías y Zacarías, solamente mencionó a Jeremías. La otra posibilidad es que estaba hablando de los profetas en general, y enlistó o mencionó a Jeremías, porque Jeremías normalmente fue enlistado como uno de los primeros de los profetas. Yo creo que la primera respuesta es la más correcta para entender lo que Mateo estaba diciendo. Pero de todos modos entendemos que la profecía, en Zacarías 11, sobre la cual estamos estudiando, es de Cristo, porque fue cumplida en su vida aquí en Mateo 26 y 27. Revisando a Zacarías 11 otra vez, terminando el capítulo, sabemos que lo que dice fue la verdad en cuanto a Israel. Y Israel sufrió por muchos malos pastores, por muchos malos líderes a través de su historia, como fue profetizado en los versículos 15 y 16. Pero no es el final de la historia. Porque en el siglo XVII dice que Dios iba a castigar a este pastor inútil que ha hecho tantas malas cosas con su pueblo. Dice que Dios herirá su brazo y su ojo derecho con la espada, dos partes del cuerpo muy importantes para ser pastor. Por eso, en esta manera Dios estaba castigando a este mal pastor. Yo no creo que Dios va a salvar a Israel como nación en el futuro. Porque ahora su pueblo no es físico. El pueblo de Dios no es una nación, sino es la iglesia. Pero sí creo que Dios va a demostrar misericordio otra vez para con ellos, y que va a salvar a muchos judíos y traerlos a la iglesia. Esto es lo que hemos visto muchas veces aquí en Zacarías, ¿no? Que Dios iba a juntar todo su pueblo de todas las naciones en el Nuevo Jerusalén, que es el cielo, demostrando para mí que Dios no solamente va a salvar los gentiles, nosotros, sino también va a demostrar misericordia para con los israelitas y salvarlos. Pero no salvarlos para darlos un templo otra vez y sacrificios otra vez, pero traerlos y entregarlos aquí en la iglesia. Nos hemos visto toda esta historia, toda esta imagen, toda esta profecía en su contexto histórico y también cómo fue cumplido en la vida de Cristo. Pero como siempre, tenemos la confianza de que hay algo aquí para nosotros. Es importante ver el contexto histórico. Es importante ver que esta profecía fue cumplida en Cristo. Pero ¿cómo aplica a nosotros? ¿Cómo podemos salir de aquí con más confianza en nuestro buen pastor? o, ante todo, en cuanto al tema, pensando en el peligro de rechazar al Buen Pastor. En primer lugar, pensemos en cuanto a los incrédulos, pensemos en cuanto a las personas sin Cristo, personas que han rechazado a este líder perfecto, este Buen Pastor, exactamente como los judíos hace dos mil años. Porque es fácil pensar, ¿qué malos eran esos judíos? De matar a sus Mesías, de matar a Cristo, ¿qué malos eran esos judíos? Es fácil pensar que somos mejores. Pero hay personas aquí, aquí en este lugar, el día de hoy, que han hecho lo mismo. Personas aquí que han rechazado a Cristo como su buen pastor en la misma manera como estos judíos. Si estás dependiendo de tus buenas obras para la salvación, estás rechazando a Cristo. Si piensas que no la necesitas, que estás bien en tu vida como está, estás rechazando al Buen Pastor. Y como yo he dicho muchísimas veces, no hay nada más peligroso que puedes hacer. Estás jugando con tu alma. Estás jugando con lo que va a pasar después de tu muerte. Es peligroso porque como Dios rechazó al pueblo de Israel cuando ellos rechazaron a su Hijo, Como él decidió no demostrar más misericordia y gracia con ellos, puede hacer lo mismo contigo. Su niño, joven, no sabes por cuánto tiempo Dios va a demostrarte más misericordia. Tú no sabes cuánto más tiempo Dios va a darte la oportunidad de estar aquí y escuchar el Evangelio, escuchar el mensaje de la salvación. Es muy peligroso esperar hasta más tarde. Porque tal vez más tarde Dios te habrá rechazado y no tendrás la oportunidad de arrepentirte. Hoy es el día de tu salvación. No mañana, no en otro año, sino hoy. Eso no es solamente la verdad para niños y jóvenes, sino para cualquier persona aquí que ha escuchado el Evangelio, las buenas nuevas de la salvación, pero continúa en tu pecado de rechazar a este buen Pastor. No lo hagas, porque es muy peligroso para tu alma, para tu estado eterno. Para revisar, para que tengamos todo en la mente lo que hemos estudiado hoy, El cumplimiento primario de esta profecía sucedió en la vida y en el ministerio de Cristo. Él vino a su pueblo, a los judíos, para ser su buen pastor, para salvarles a ellos. Porque ellos estaban en necesidad de la salvación. Física sí, pero más importante, espiritual. Pero él fue rechazado por su pueblo. Y no solamente rechazado de ser buen pastor, sino hasta la muerte, hasta el punto de que ellos no querían ver ni su cara en su tierra un día más. Por eso ellos pagaron a Judas para traicionarlo, y no por una cantidad grande, sino el precio de un esclavo muerto, demostrando su oprobio por su Mesías. Judas le entregó a su maestro por treinta piezas de plata. Después se sintió mucho remordimiento e intentó volverlo, pero para que la profecía fuera cumplida, los líderes judíos no tomaron su dinero, sino los usó para comprar el campo del alfarero, cumpliendo perfectamente lo que Zacarías hizo en echar dinero al alfarero en el templo en su tiempo. Y si Jesús realmente es el buen pastor ahora también, no solamente antes, no solamente para los judíos, sino para los de todas las naciones. ¿Qué va a suceder para las personas que le rechazan? Cristo va a decir la misma cosa que Dios dijo en nuestro pasaje en el versículo 4, 6. Dios va a decir, yo no voy a tener más misericordia de ti. Ya no. ¿Por qué eso es tan importante? Porque hay personas aquí que me han escuchado muchísimo. Muchísimo. Niños, jóvenes, adultos. Algunos aquí que me han escuchado y continúan, continúan rechazándome. No rechazándome, rechazando la palabra de Dios. Eso no puede ser más peligroso. Porque un día Dios va a decirte, ya no. No más misericordia para ti. Tú no puedes ser salvado. Hoy es el día de tu salvación. no sabes si tienes mañana o que si Dios va a continuar demostrando misericordia para contigo también es la aplicación más importante de este mensaje para ustedes que están aquí sin Cristo necesitan dejar de actuar en esta manera de rechazo en cuanto al buen pastor y creer en él y creer en lo que ha hecho pero incluso en este mensaje de rechazo, de peligro. Hay esperanza. Hay esperanza para los cristianos. Esperanza para los hijos de Dios. Porque Dios no puede abandonar a su pueblo. Dios no puede fallar en sus promesas. Porque es un buen pastor, un pastor perfecto. Cristo no puede rechazarnos porque no ha roto sus callados de gracia y unión para con nosotros. Continúa demostrando su gracia. Continúa dándonos unión con él. Tenemos un buen pastor y nada nos faltará. Él nos hace descansar y reposar. Él nos pastorea, nos conforta, nos guía por amor de su nombre. Aunque sufrimos, ningún mal puede dañarnos, porque Él está con nosotros, demostrando Su gracia y las ataduras que nos atan con Él. Y por eso nuestros corazones están llenos de Su misericordia, de Su amor, bendeciéndonos que estarán con nosotros hasta el final de nuestras vidas, y aún después, cuando estemos con Él en la eternidad perfecta para siempre. Cristo es nuestro buen Pastor. Nada nos faltará. Vamos ahora. Nuestro Padre Celestial, te damos gracias por este mensaje y te pedimos que tú lo uses para quebrantar los corazones de las personas aquí que continúan rechazándote, si sean niños o jóvenes o adultos, no importa. Te pedimos que tú continúes demostrando misericordia para con ellos, que tú continúes dando más oportunidades de escuchar y responder a tu palabra que es su responsabilidad. Nosotros tenemos una carga muy grande por las personas así que están aquí entre nosotros, pero no podemos hacer nada. Nada más podemos predicar la palabra, compartir lo que has dicho, pero solamente tú puedes salvar. Es lo que queremos ver más aquí en esta iglesia. Que tú salves más personas. Que tú quebrantes más personas y sus corazones para que vengan a ti, para que se arrepientan. Por favor, demuestre misericordia para con ellos. Pero también queremos darte gracias por el hecho de que tú eres nuestro gran pastor. Aquí somos como tus hijos. Nada nos faltará. Siempre nos guías. Siempre estás con nosotros. Siempre usas tus callados de gracia y de unión para ayudarnos, para darnos lo que no merecemos y para atarnos juntos con nuestros hermanos y contigo. Gracias por esta bendición. Te damos gracias y te pedimos por esas cosas en el nombre de nuestro Cristo. Amén.
El peligro de rechazar al Buen Pastor
Series Estudio sobre Zacarías
Dios es misericordioso y paciente, pero no para siempre.
Sermon ID | 12516175507 |
Duration | 47:49 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Zechariah 11 |
Language | Spanish |
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