00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Santiago capítulo 5, si Dios lo permite, vamos a considerar desde la segunda parte del versículo 16 hasta el versículo 18. Santiago 5 desde la segunda parte del versículo 16 hasta el versículo 18. ¿Demuestra tu vida que confías en el poder de la oración? ¿Demuestra tu vida que confías en el poder de la oración? Aquí, terminando la carta de Santiago, vemos cómo el énfasis está en la oración. Aquí, en este texto, destaca el poder y la eficacia de la oración, y nos da un gran ejemplo. Voy a leer el texto aquí, Santiago 5, versículo, en la mitad del versículo 16 dice, la oración eficaz del justo puede mucho. Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras. Y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto". Eso es Santiago 5, de la segunda parte del siglo XVI hasta el versículo 18. ¿Demuestra tu vida que confías en el poder de la oración? Aquí en el versículo 16, vemos, termina el versículo con este recordatorio del gran poder de la oración. Ahora, quizás la oración, podemos pensar quizás en la oración Y no aparenta que sea impresionante, quizás, y por ello es fácil de despreciar. Pero la oración tiene grandes recursos, tiene enorme potencia a su disposición, y la razón de ello es porque Dios escucha la oración. Entonces, todos los recursos de Dios están disponibles para aquel que ora, aquel que ora con fe. Aquí nos dice, Santiago 16, la última frase del siglo, perdón, Santiago 5, la última frase del siglo 16, la oración eficaz del justo puede mucho. Aquí resalta el poder de la oración, resalta la eficacia de la oración Y es que la oración es eficaz para solucionar problemas. Es eficaz para hacer cosas. Cuando oramos, el poder intrínseco de la oración se emite como un poder eficaz que cumple sus objetivos. O sea, oramos a Dios y cuando oramos conforme a su voluntad, Él responde, Él actúa, Él nos da las peticiones que pedimos. y por ello vemos el gran poder y la gran eficacia de la oración. Ahora, Santiago rápidamente deja claro que la oración es poderosa, es eficaz y que no está reservada a un grupo especial o a unos creyentes élites, sino que usa a Elías pero menciona que Él es un hombre igual que nosotros, la misma naturaleza, sujeto a pasiones semejantes a las nuestras. Es lo que nos dice la primera frase del versículo 17. Es que la oración no es lo que tiene poder en sí, sino es Dios quien tiene el poder y responde a la oración. Y es que el justo, aquí menciona, dice, la oración eficaz del justo puede mucho. ¿Quién es el justo? Ahora, aquí en Santiago 5, versículo 6, ya ha mencionado al justo, y en Santiago 5, versículo 6, El justo está siendo condenado, está siendo oprimido por los malhechores. Entonces, ahí nos dice Santiago 5-6, y te habéis condenado y dado muerte al justo y él no os hace resistencia. Entonces, el justo se refiere al creyente, al que ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. El que tiene fe para salvación. Ahora, Santiago ha estado enfatizando a través de la carta de que la fe genuina se vive. La fe genuina se demuestra, da fruto. Por ello, en Santiago 2, versículo 26, Santiago 2, 26, dice, porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Y ahí, en todo ese contexto, lo que Santiago está diciendo es, mira, hay personas que profesan tener fe, pero no tienen obras, no hay fruto de esa fe, entonces, esa fe que dicen tener no es genuina. Esa fe que dicen tener no te salva porque no es una fe real, no es una fe genuina porque no da fruto. La fe genuina da fruto. La fe genuina obra. Y es que el creyente debe vivir su vida centrado en la palabra de Dios. Y por ello es justo, ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, y vive para agradar a su Señor. Y aquí en Santiago 1, versículo 22, vemos cómo enfatiza la importancia de poner en práctica la voluntad de Dios, poner en práctica su palabra. Por eso nos dice en Santiago 1, 22. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Eso es Santiago 1, versículo 22. Entonces, hay que poner en práctica, poner en práctica la palabra de Dios. Incluso el versículo 25, Santiago 1, 25, Dice más, el que mira atentamente la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Ahí enfatizando en ese mismo contexto el poner en práctica la palabra de Dios, el perseverar en ella, el ser hacedor de la palabra, el estudiarla, mirar en ella atentamente para ponerla en práctica. Y es que la oración del creyente, que tiene una buena relación con Dios y sus hermanos en Cristo, es eficaz, es poderosa. Por ello, aquí, volviendo aquí a Santiago, Santiago capítulo 5, la última frase del versículo 16, dice, la oración eficaz del justo puede mucho". Entonces, aquí está mencionando al creyente, cualquier creyente que tiene una buena relación con Dios, una buena relación con sus hermanos en Cristo, tiene este poder disponible por medio de la oración. Y la oración es eficaz, consigue resultados. Nos dice Proverbios 15, 29. Jehová está lejos de los impíos, pero Él oye la oración de los justos. Esos Proverbios 15, versículo 29. O sea, Dios está atento a las oraciones de los justos, a las oraciones de los rectos, a las oraciones de los que le temen, de los que le sirven, de los que le aman, de los que tienen fe en Él. Pero aquel que persiste en su maldad, en su pecado, pues ahí mismo nos dice que Jehová está lejos de los impíos. Esos Proverbios 15-29. En Proverbios 15-8, el sacrificio de los impíos es abominación a Jehová, más la oración de los rectos es su gozo. Sus Proverbios XV del siglo VIII, donde nos presenta a impíos, o sea, personas malhechoras, personas que no temen a Dios, no tienen fe en Dios. Sí, presentan sacrificios, pero no son agradables delante de Dios. Son abominables. Dios los detesta. Pero lo que le da gozo a Dios son las oraciones de los rectos, las oraciones de los justos. Y Dios escucha, Dios oye la oración del justo, y por ello, como nos dice aquí Santiago 5, la última parte del Siglo XVI, por eso la oración eficaz del justo puede mucho. Y es que Santiago quiere dejar claro que la oración O sea, nuestra comunicación con Dios al orar, al hablar con Dios, tiene mucho poder. Y es que la oración tiene poder porque efectúa cambio. La oración provoca que sucedan cosas porque Dios escucha la oración. Y lo que nos está presentando Santiago, es el poder de la oración, la importancia de la oración y la importancia de ser justos al orar, y entonces va a resaltar que no es necesario ser un creyente de élite, no es necesario ser un supersanto, que Dios escucha la oración de cualquier justo. Y cuando oramos conforme a su voluntad, Él responde. Él nos da la petición que pedimos. Y entonces, no es necesario ser un super santo para manejar la oración de una manera eficaz. No es necesario ser un creyente de élite para orar con poder. Y hay que recordar, la oración es esencial en la batalla espiritual. En Efesios 6, versículo 18, Efesios 6, versículo 18. Dice, orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos, ¿vale? Esos Efesios 6, versículo 18. Ahora, justo antes, el contexto anterior a ese versículo, ha mencionado la armadura del Espíritu y ha mencionado la importancia de fortalecernos en el Señor y el poder de su fuerza. Eso es en Efesios 6, versículo 10. Y entonces continúa ahí a partir del versículo 11 hasta el versículo 17, mencionando que debemos de vestirnos de armadura, la armadura de Dios para poder, nos dice versículo 11, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Pero el versículo 18, Efesios 6, 18, nos menciona la importancia de la oración que no es parte de la armadura espiritual, sino la actividad continua que es esencial para el uso de la armadura y de las armas espirituales. Necesitamos orar para poner en práctica, y la palabra de Dios, necesitamos orar para usar las armas espirituales que Dios nos da para batallar en esta batalla espiritual. Y es que la victoria viene aquel que depende de Dios. O sea, Dios le da la victoria porque confía en Él. La oración es la manera en que el creyente se mantiene firme. La oración es la manera en que el creyente muestra su dependencia del Señor. Y por ello, ahí en Efesios 6, 18, dice, orando en todo tiempo. O sea, hay que orar constantemente. ¿Sobre qué? Bueno, sobre todo, o sea, de temas tan diversos como todas las circunstancias de la vida. Dice, orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu. Hay que orar en el Espíritu, hay que orar con su poder, en su poder. Dice, y velando en ello, o sea, resalta ahí el estar alertas. El entregarse a la oración requiere atención. Dice, con toda perseverancia. O sea, mostrando la importancia de dedicarse a la obra. Hay que dedicarse a la oración. Y dice, y suplica por todos los santos. La importancia de orar por todos los creyentes. No hay que orar de manera egoísta solo por uno mismo, sino que hay que interceder por otros también. Por ello vemos esa importancia que el apóstol Pablo, ahí en Efesios 6, 18, le pone a la oración. Es que la oración debe ser una característica del creyente. Es esencial, la oración es esencial en la guerra espiritual. Es la manera en que el creyente depende de Dios y pide su empoderamiento para llevar a cabo su voluntad. Necesitamos orar, porque la oración nos fortalece espiritualmente y es la clave para apropiarse de la armadura divina. para mantenerse firme. Eso es lo que resalta Efesios 6, versículo 18. Necesitamos orar. La oración es necesaria para la batalla espiritual, para mantenernos firmes, para usar la armadura. Y entonces, viendo ese poder que tiene la oración. Por eso, volviendo aquí a Santiago 5, versículo 16, la última parte del versículo 16, dice, la oración eficaz del justo puede mucho. Entonces aquí vemos que es la oración del justo, del que ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, tiene una buena relación con Dios y tiene una buena relación con sus hermanos en Cristo, o sea, mantiene sus relaciones y se asegura que están dando en rectitud conforme a la palabra de Dios. Y entonces cuando ora, ora, su oración es eficaz y muy poderosa. Y eso nos debe de animar, debemos de orar, debemos de reconocer el poder de la oración, que tiene poder eficaz. Pero tenemos que recordar también que la Escritura menciona que para que Dios nos dé conforme a nuestras peticiones, tenemos que orar conforme a su voluntad. En 1 de Juan 5, del 14 al 15, 1 de Juan 5, del 14 al 15, dice, esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye, y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Eso es 1 de Juan 5, del 14 al 16. Entonces, tenemos que orar conforme a la voluntad de Dios. Y entonces, la oración tiene mucho poder, es muy eficaz, porque Dios cumple su voluntad, y cuando oramos conforme a su voluntad, Él lleva a cabo su voluntad, Él lleva a cabo las peticiones que le hacemos. Y entonces, lo que hace Santiago, aquí en Santiago 5, del 17 al 18, Termina su exhortación a orar usando el ejemplo de un hombre normal, un hombre recto, que demostró el poder de la oración. Y aquí nos dice, Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto". Ahora, aquí Santiago, inspirado por Dios, usa el ejemplo de Elías, profeta Elías, porque tenía la misma naturaleza que nosotros. Por ello, Elías es un representante de la humanidad. O sea, es una persona normal, un hombre normal. Elías no fue un ser celestial. Elías no fue una persona perfecta. Elías tenía las mismas debilidades que cualquier hombre. Elías tiene los mismos límites que cualquier creyente. Ahí menciona que estaba sujeto a pasiones semejantes a las nuestras. Esa frase básicamente está diciendo que tiene la misma naturaleza que nosotros. O sea, él es igual de débil, tiene la misma naturaleza pecaminosa, o sea, tenía la misma naturaleza pecaminosa que nosotros. Elías también, en ocasiones, actuó conforme a sus emociones. Como luego vemos en 1º de Reyes, 19, del 2 al 4, cuando después que obtiene esa gran victoria en el Monte Carmelo sobre los sacerdotes de Baal, Ahí nos dice en 1 Reyes 19, versículo 2. Entonces envió Jezabel a Elías, un mensajero, diciendo, así me hagan los dioses y aún me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo pues el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida. Y vino a Berseba, que está en Judá, y dejó allí su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino. Y vino, y se sentó debajo de un enebro, y deseando morirse, dijo, basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Eso es 1º de Reyes, capítulo 19, del 2 al 4. O sea, es un contraste bastante grande con el capítulo 18, de 1º de Reyes. Porque en Primera de Reyes vemos a Elías que busca a Cab y le dice, oye, no va a llover. Y justamente es el texto que menciona aquí Santiago, de que no va a llover y no llueve. Y luego le dice, va a llover, pero antes de que ora para que llueva otra vez, vemos que él hace un reto con los los profetas de Baal y entonces dice en versículo 21 esto en primero en primeros reyes 18 versículo 21 dice hasta cuando claudicaréis vosotros entre dios dos pensamientos y jehovás dios seguidle y se va y si va al idempos de él y entonces lo que Lo que nos menciona, están todos estos profetas de Baal, dice, versículo 22, Elías volvió a decir al pueblo, sólo yo he quedado profeta de Jehová, más de los profetas de Baal hay 450 hombres. Desennos, pues, dos bueyes y escojan uno, ellos uno, y córtenlo en pedazos y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová, y el Dios que respondiera por medio del fuego, éste sea Dios. Y todo el pueblo respondió diciendo, bien dicho. Vale, entonces, vemos este reto que Elías les presenta al pueblo de Israel, y entonces, ¿qué es lo que ocurre? Pues, los profetas de Baal hacen toda su tradición, preparan el el sacrificio, el buey, etcétera, pero no hay ninguna respuesta. Pero cuando Elías ora a Dios, Dios le da la respuesta y desciende fuego del cielo y consume el holocausto, lave todo el agua que le había echado encima, etcétera. Y viendo el fervor de Elías, viendo su entrega, viendo su dedicación, está en el alto de la montaña, ¿no? O sea, todo va bien. Y es fácil obedecer a Dios en esos momentos. Pero en el capítulo 19, porque en el capítulo 18 lo que hacen es, en versículo 40 dice, prended a los profetas de Baal para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron y los llevó Elías al arroyo de Cisón y allí los degolló. Entonces, degollan a estos profetas de Baal que nos menciona en en versículo 22, primero de Reyes 18, 22, que hay 450, los de Goyan, y entonces Jezabel, que era una mujer impía, pues ella quiere, bueno, tú has matado a los profetas de Baal, a los cuales, porque ella servía a Baal, entonces ella le dice a Elías, pues yo te voy a quitarte la vida a ti, ¿qué es lo que ocurre? pues Elías se desanima, actúa conforme a sus emociones. Ahí realmente demuestra que es un hombre exactamente como nosotros. Porque algunos días estamos en lo alto de la montaña y otros días estamos en la parte baja del valle escondiéndonos. Estamos corriendo por nuestra vida, intentando salvar nuestra vida. Muchas veces fluctuamos las emociones. somos personas normales. Elías es una persona normal. Pero viendo aquí, como Santiago le usa como ejemplo, diciendo, mira, Elías, teniendo la misma naturaleza picaminosa que nosotros, teniendo las mismas fluctuaciones, los mismos límites, los mismos problemas, las mismas tentaciones, etcétera, él oró a Dios y Dios respondió su oración. Y es que su habilidad de orar y obtener resultados no fue porque era diferente a nosotros. Elías tenía la misma naturaleza que nosotros. La clave fue su conexión con el Espíritu Santo. O sea, la clave fue que él era recto y oró a Dios. Y sus oraciones no fueron el resultado de arrogancia o de egoísmo, sino de confianza en Dios. Él oró confiando en que Dios haría exactamente lo que estaba pidiendo. Porque estaba pidiendo conforme a la voluntad de Dios. Y por ello Santiago deja claro que cualquier creyente tiene la habilidad de orar con poder, al igual que Elías. Ahora, Santiago describe la situación registrada aquí en 1º de Reyes 17 y 18. En 1º de Reyes 17, versículo 1, dice entonces Elías Tisbita, que era de los moradores de Galad, dijo a Acab, vive a Jeovadios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. Entonces, ahí vemos a Elías que le dice a Acab, Acab era un rey impío, y entonces, viendo cómo Elías le dice a Acab, mira, no va a llover hasta que yo lo diga. No va a llover hasta que yo ore a Dios para que él haga llover. es el primero de Reyes, 17, versículo 1. Y entonces, en capítulo 18, el versículo 41-45, nos dice el texto, nos dice Santiago que fueron tres años y medio, en Reyes 18, versículo 1, lo menciona de una manera general diciendo en primeros reyes 18 1 dice pasados muchos días vino palabra de jehová a elías en el tercer año diciendo demuéstrate acá y yo haré llover sobre la faz de la tierra entonces dios le dice esta es mi voluntad quiero hacer yo llover sobre la tierra entonces elías sabe cuál cuál es la voluntad de dios dios se lo ha revelado y entonces va a orar para que Dios dé la lluvia, pero entonces vemos como no llueve hasta que Eliás ora con fervor. Pero notáis ahí en 1º Reyes 18, versículo 1, ahí menciona el tercer año, simplemente lo está mencionando de manera general, el tercer año, pero luego específicamente en Santiago nos menciona que son tres años y medio, o sea, lo especifica Ahí al final del siglo XVII, no llovió sobre la tierra por 3 años y 6 meses, en Lucas también. Lucas 4, versículo 25 menciona 3 años y 6 meses. Dice, en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías cuando el cielo fue cerrado por 3 años y 6 meses y hubo una gran hambre en toda la tierra. Esos Lucas 4, 25. Entonces son 3 años y 6 meses. Ahora, Durante ese tiempo, hay una gran sequía, porque no ha llovido en tres años y seis meses. Hay gran hambre, porque como no ha llovido, pues la tierra no ha producido fruto. Y entonces en 1º de Reyes 18, versículo 41, dice, entonces Elías dijo a Acab, sube, come y bebe, porque una lluvia grande se oye. Acap subió a comer y a beber y Elías subió a la cumbre del Carmelo. Y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado, sube ahora y mira hacia el mar. Y él subió y miró y dijo, no hay nada. Y él le volvió a decir, vuelve siete veces. Y la séptima vez dijo, yo veo una nube pequeña, perdón, una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre que sube del mar. Y él dijo, ve y di a Cap, unce tu carro, desciende, para que la lluvia no te ataje. Y aconteció estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia, y subiendo a Cap vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel. Entonces ahí vemos como Elías ora, Una vez más, y Dios responde a su oración. Dios responde ante la oración fervorosa de Elías. Eso es lo que resalta también Santiago, porque nos dice, volviendo aquí a Santiago 5, versículo 17, dice, Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente. Oró fervientemente. O sea, con mucha dedicación, con mucho esfuerzo, con muchas ganas, oró fervientemente para que no lloviese. ¿Y cuál fue el resultado? No llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y luego le vemos orando otra vez. Orando otra vez, dice, y otra vez oró y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. O sea, Pero la clave es que él oró fervientemente. Él oró con fervor. Y por ello era un hombre poderoso en oración. Ahora vemos Elías en otras escenas, en capítulo 18 y en capítulo 17, donde Elías muestra mucho poder en la oración. porque por ejemplo hay en primeros reyes 18 del 36 al 39 el ora para que dios haga descender fuego del cielo y consuma el holocausto y eso es lo que ocurre nos dice primero de reyes 18 del 36 al 39 dice cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto se acercó el profeta elías y dijo jehová dios de abraham de isaac y de israel sea hoy manifiesto que tú eres dios en israel y que yo soy tu siervo y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme para que conozca este pueblo, que tú, oh Jehová, eres el Dios y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aún lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron, Jehová es el Dios, Jehová es el Dios. Esos primeros reyes, 18, del 36 al 39. Ahí también muestra ese poder de la oración. Él oró fervientemente. Es un ejemplo a seguir en esa oración fervorosa. También vemos en 1º de Reyes 17, del 17 al 24, cuando él ora para resucitar al hijo de la viuda. Nos dice 1 Reyes 17, del 17 al 24. Después de estas cosas, aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa y la enfermedad fue tan grave que no quedó en el aliento. Ella dijo a Elias, ¿qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades y para hacer morir a mi hijo? Él le dijo, dame acá a tu hijo. Entonces, él lo tomó en su borragazo lo llevó al aposento donde él estaba y lo puso sobre su cama y clamando a Jehová dijo Jehová Dios mío a una la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido haciéndola morir es su hijo y se tendió sobre el niño tres veces y clamó a Jehová y dijo Jehová Dios mío te ruego que hagas volver el alma de este niño a él y Jehová oyó la voz de Elías y el alma del niño volvió a él y revivió tomando luego Elías al niño lo trajo del aposento a la casa y lo dio a su madre y le dijo a Elías, mira, tu hijo vive. Entonces la mujer dijo a Elías, ahora conozco que tú eres varón de Dios y que la palabra de Jehová está, perdón, la palabra de Jehová es verdad en tu boca. Esos primeros de Reyes 17, del 17 al 24. O sea, hay otras dos historias que muestran la oración de Elías y cómo Dios responde con poder ante esa oración eficaz de Elías. Y dados esos ejemplos, ¿por qué usar, por qué escoger el ejemplo de la lluvia? ¿Por qué, por qué escoge Santiago ese ejemplo de la lluvia, de que Elías oró para que no lloviese y no llovió, y luego oró para que lloviese y llovió? O sea, ¿por qué? Y es que las oraciones de Elías surgen por la rebelión de Aqab. Y luego, también, por su arrepentimiento, o sea, porque a Kab se arrepiente y por eso Eliás ora para que llueva una vez más. Entonces, no sólo ilustra el poder de la oración, sino también la restauración de un líder del pueblo de Dios, lo cual es similar a la restauración con la cual va a terminar la carta de Santiago, porque notáis el versículo 19, Santiago 5, 19, dice, hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno le hace volver, sepa que el que le haga volver, perdón, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará de muerte a un alma. y cubrirá multitud de pecados". Vale, eso es Santiago 5, del 19 al 20. Ahí está mencionando a la restauración de alguien que se ha extraviado. Y entonces, es lo que ocurre en esa escena, en esa historia sobre la lluvia, porque Eliás Ora, proveyéndose castigo a Acab y a Israel porque han rechazado a Dios, se han entregado a la idolatría y por eso las oraciones de Elías tienen esa meta de producir arrepentimiento y una vez que se arrepientan, una vez que se arrepienten y confiesan, hay restauración, hay restauración para la nación de Israel y por eso Elías ora para que llueva otra vez. Al mismo tiempo, este ejemplo de oración de Elías para que llueva y para que, o sea, para que no llueva y luego que llueva, es un ejemplo de persistencia, es un ejemplo de paciencia. Además, cuando ora diciendo, va a haber sequía hasta que yo ore otra vez, pues es necesario esperar para saber si la oración para una sequía realmente se cumple. O sea, no puedes orar para sequía hoy y decir, bueno, hay sequía. No, bueno, tienes que esperar un tiempo para asegurarte que se ha cumplido esa oración. Entonces, viendo un ejemplo de paciencia, de persistencia, de fervor, porque incluso nos dice el versículo 18, y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. Ahora, si notáis en el texto, o si recordáis el texto que leí antes, vemos que Elías, cuando volvió a orar, o sea, oró para que lloviese, No fue suficiente simplemente una oración. Él tuvo que persistir orando. Él tuvo que permanecer orando. Él ya confiaba de que Dios iba a mandar lluvia. Por eso le dijo a Kab, va a llover. Y entonces, después que le dice, va a llover, empieza a orar. Y ora una vez, y ora otra vez, y entonces vemos que tiene que enviar a su siervo a subir y que mire hacia el mar y tuvo que hacerlo siete veces. Tuvo que volver siete veces. Lo que destaca es la persistencia. Destaca la perseverancia en la oración. Elías tuvo que perseverar en la oración. O sea, Elías ora y Dios quita la maldición de la hambruna. El momento que Elías pidió, Dios respondió. Sin embargo, hubo un periodo de tiempo que requería que Elías ejerciera su fe. Que ejercitase su fe. Que demostrase su fe en la palabra de Dios. Que demostrase que confiaba en el poder de la oración. Y por ello, lo vemos a Elías orando y continuando orando. Porque Elías sabía que estaba actuando de acuerdo al plan de Dios, de acuerdo a su voluntad, aún en esa oración inicial, cuando oró para que no lloviese, y esa oración final, cuando oró para que lloviese. Y es que Elías demostró que Dios escucha la oración del justo. Porque no llovió, hasta que Elías oró con fervor, hasta que Elías oró con dedicación, hasta que persistió, hasta que perseveró en la oración. Y por ello, el ejemplo de Elías nos exhorta a orar. Especialmente porque la Escritura es clara, o sea, Dios puede hacer aún más de lo que podemos pedir. Él puede hacer aún más de lo que entendemos. Efesios 3, del 20 al 21, dice, y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. Eso es Efesios 3, del 20 al 21, donde deja muy claro que Dios puede hacer mucho más de lo que pedimos. Dios puede hacer mucho más de lo que entendemos. O sea, cuando oramos, tenemos todos los recursos de Dios disponibles. Y Él, Él escucha la oración y cuando oramos conforme a su voluntad, Él nos da las peticiones de nuestro corazón. Debemos de orar conforme a su voluntad y debemos de reconocer el poder eficaz de la oración. Eso es lo que está resaltando aquí Santiago, capítulo 5. de la última parte del siglo XVI hasta el siglo XVIII. Que la oración tiene mucho poder, tiene mucha eficacia, y cada creyente tiene este poder disponible por medio de la oración. Entonces, ¿por qué no oramos más? deberíamos de orar más, deberíamos de confiar más en el poder de la oración. Y por eso la pregunta, ¿demuestra tu vida que confías en el poder de la oración? ¿Demuestra tu vida que confías en el poder de la oración? Vamos a terminar en oración.
¿Demuestra tu vida que confías en el poder de la oración?
Series Santiago
Sermon ID | 12424221137465 |
Duration | 41:14 |
Date | |
Category | Midweek Service |
Bible Text | James 5:16-18 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.