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Lucas 18, los versículos 1 a 8. El mensaje hoy tiene el título orar siempre y no desmayar. Vamos a leer Lucas 18, 1 a 8. Es un pasaje que en mi vida he leído muchas veces, pero honestamente no lo comprendía hasta esta semana. Lucas 18 1-8 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar. diciendo, había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda la cual venía a él diciendo, hazme justicia de mi adversario. y él no quiso por algún tiempo. Pero después de esto dijo dentro de sí, aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo me agote la paciencia. Y dijo el Señor, oí lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a Él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, hallará fe en la tierra. Señor, pido tu bendición ahora en la lectura de tu palabra y en la predicación de tu palabra. Abre nuestros oídos para comprender la verdad, porque, Señor, siempre necesitamos la verdad. Necesitamos la exhortación que encontramos aquí. Necesitamos más oración, más fe, más perseverancia. Bendícenos, Señor. Te pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén. Una parábola y una aplicación que hace el Señor Jesucristo. Por toda mi vida, creo, cuando leía ese versículo, yo pensaba, yo interpretaba más o menos la parábola en el sentido de otra parábola que encontramos que enfatiza simplemente la idea de que debemos orar siempre. No cansarnos, no fallar, no desmayar, no dejar de orar, sino siempre orar y volver a pedir y volver a pedir sin fallar. Y un día el Señor sí contestará la oración. Y yo pensaba que eso sería o eso es el punto principal, entonces eso es el tema del pasaje. Y eso sí se enseña en otros lugares, en las parábolas de Jesús y en la escritura, que debemos perseverar en la oración. Pero esto no es el punto de este pasaje. Esto es lo que vamos a mirar. Eso no es el punto de este pasaje. Sí nos enseña que debemos perseverar en oración, pero tiene una aplicación más específica, más precisa. que es muy importante para la vida en que estamos en este día. Leí con comprensión por primera vez esta semana y veo que tiene una aplicación muy preciosa para nosotros. Para empezar, tenemos que ver el contexto en realidad. Tenemos que ir atrás, ir más arriba en el pasaje, porque cuando Jesús hablaba no había capítulos en sus palabras, ¿verdad? Es algo continuo aquí que Jesús está enseñando. Vamos arriba a Lucas 17, empezando en versículo 20, vamos a ver el contexto de lo que Jesús está enseñando y dónde cabe esta parábola. En Lucas 17, en versículo 20, dice preguntado por los fariseos cuando había de venir el reino de Dios, cuando había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo el reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán helo aquí o helo allí, porque aquí el reino de Dios está entre vosotros. Él está diciendo que el reino ya existe. El rey ya está presente. El reino ya es, no es algo que ha de venir, es algo que ya es. Si va a haber una manifestación más gloriosa en el futuro, pero ya es el reino está presente. Pero sigue explicando y dijo a sus discípulos versículo 22 tiempo vendrá a años En el futuro, tiempo vendrá, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Él ya está, o ahora, cuando habla, está con ellos, pero dice que no va a ser siempre así. Vienen días cuando van a desear ver los días del Hijo del Hombre. Entonces vienen días cuando no van a mirar a Jesús. Y todo va a ser diferente en esos días. No lo veréis. Eso es importante porque nuestra parábola cabe en esos días cuando Cristo no se mira, no está presente con nosotros aquí físicamente en el mundo. Y os dirán, élo aquí o élo allí. No vayáis ni lo sigáis, pues no es así. Cuando Cristo ya no se mira, no lo vamos a encontrar simplemente buscándolo aquí en la tierra. No, es que Él está escondido. Ha ido al cielo, eso sabemos nosotros, porque ascendió al cielo, ¿verdad? Entonces no lo vamos a encontrar en algún lugar lejos y aislado. Y alguien nos puede decir, ah, pues apareció allí en Nigeria o apareció allí en Sudáfrica o apareció allí en Perú. No, no es así. Él está en el cielo y no lo vamos a encontrar. No está presente con nosotros. Se fue y se fue lejos. Dice y cuando aparece Porque como el relámpago que al fulgar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. Todos sabrán cuando Él viene otra vez. Todos verán. No es algo escondido. pero primero es necesario que padezca o pues mira esto viene otra vez pero antes de irse tiene que padecer primero es necesario que padezca mucho y que sea desechado por esta generación primero sufrirá y entonces se irá se irá lejos y no lo vamos a mirar Pero viene otra vez y que, como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo de Hombre. Él vendrá, vendrá otra vez. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento hasta el día en que entró Noé en el arca y vino el diluvio y los destruyó a todos. ¿Qué vemos ahí? Cristo sí viene, viene de sorpresa y cuando viene otra vez trae juicio sobre este mundo. No vamos a seguir leyendo todos los versículos. Eso sería desviar del tema de hoy, pero sigue hablando de la venida de Jesucristo, que cuando viene habrá juicio y habrá separación, separación entre los creyentes, los incrédulos, las ovejas, los cabritos, los escogidos, los no escogidos. Habrá separación, gloria para los salvos, juicio para los no salvos. Entonces estamos viendo, el reino está presente, Cristo sufrirá y se irá lejos y después de un tiempo vendrá otra vez y traerá juicio. Si brincamos hasta 18.8 Después de nuestra parábola, os digo que pronto les hará justicia, pero cuando venga el Hijo del Hombre hallará fe en la tierra. Mira, no ha cambiado el tema. Todavía está considerando ese tiempo entre las dos venidas del Señor Jesucristo y mirando adelante hasta el día cuando venga Jesús otra vez. Entonces, esta parábola está ubicada en la escatología que Jesús miraba. Pronto voy a sufrir, me iré y habrá días cuando dirán, ojalá que estuviera el Señor aquí con nosotros, porque sufrirán. como el maestro, así también el discípulo, verdad? Él padeció y nosotros padeceremos. Estamos viviendo en un mundo perdido. Jesús sufrió injusticias y sus discípulos también sufrirán injusticias durante ese tiempo cuando desean ver uno de los días del Hijo del Hombre. Durante ese tiempo habrá aflicción, injusticia, así como fue para Jesús, así también para nosotros. Nosotros los creyentes vivimos en un mundo perdido, ¿verdad? Es un mundo incrédulo, un mundo pecaminoso. Cristo da esta parábola cuando habla de esos días cuando desearán ver El Señor habla de esos días y nos da esta parábola para animarnos y para prepararnos para vivir durante esos días. Cuando dice, también les refiero yo, 18.1 Jesús, una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar. Durante esos días entre las dos venidas, es un tiempo cuando sí desearemos ver uno de los días del Señor Jesús, pero es un tiempo en que debemos orar siempre y no desmayar. Está hablando de esa época de tiempo entre las dos venidas para los creyentes que sufren injusticia en un mundo perdido. Pensamos en la parábola. Miramos los versículos 1 a 5. Sabemos que las parábolas que daba el Señor Jesucristo eran historias que servían como ilustración historias tomadas de vida natural o vida común, cosas que entendían fácilmente. Si no ocurría diariamente, fácilmente podría ocurrir. Ellos sabían todo eso. Entonces les da una ilustración que iban a entender perfectamente. Fue algo común. Y la parábola dice en versículo 2, Había en una ciudad un juez. Un juez en una ciudad. Y también en esa ciudad había, versículo 3, había en aquella ciudad una viuda. Pues cada ciudad parece ciudad de tamaño. Iba a tener un juez. Eso fue parte del gobierno de aquel día. y los habitantes podían apelar al juez en caso de necesidad cuando había ocurrido algo. ¿Pero qué clase de juez encontramos aquí? Versículo 2 dice que este juez ni temía a Dios ni respetaba a hombre. Entonces él no tenía miedo de nadie. No tenía miedo de Dios. No tenía miedo de hombres. Él hacía lo que quería hacer. Hacía lo que le convenía. Hacía lo que le iba a enriquecer tal vez. Conforme a su gusto, sus caprichos. no juzgaba conforme a la ley ni la voluntad de Dios. Era un juez definitivamente malo en este caso. Y sabemos que existen tales jueces. La mujer, la viuda que encontramos en versículo 3, había también en aquella ciudad una viuda la cual venía a él diciendo, hazme justicia de mi adversario. Ella era víctima de alguna injusticia. Alguien le hizo mal. Alguien le maltrató. Alguien le robó o no le dejó recibir algo que debía recibir, algo la engañó, quién sabe qué, pero alguna injusticia había cometido un adversario y ella no podía razonar con el adversario y ganar justicia, entonces tuvo que ir al juez. Pues ella hizo lo razonable, ¿verdad? apela a las autoridades como debe poder hacer apelar a las autoridades. Pues Romanos 13 Las Escrituras enseñan que los magistrados son establecidos por Dios. Entonces ella fue el juez. Eso fue un recurso, un remedio común en su tiempo, aún en nuestro tiempo. Pues hay autoridades, ellos tienen un propósito. Dios tiene remedios para alcanzar justicia en situaciones así. Pero la primera parte de 4 vemos, ella había dicho hazme justicia. Y él no quiso por algún tiempo, no la aceptaba, no le hacía justicia. Pero después de esto, dijo dentro de sí, aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia. No sé que viniendo de continuo me agote la paciencia. Ella volvía y volvía y volvía y pedía. justicia. Y él no le hacía caso por largo rato. Fue un hombre corrupto, un juez corrupto, deshonesto. No le convenía hacerle caso, ayudarla. No quiso hacerle justicia. Pero cuando ellos seguía, se molestaba. Ya no quería que ella siguiera así, pues dice, le voy a hacer justicia simplemente para que no me siga molestando. Cuando le convenía más que no. Solo le hizo justicia cuando convenía. Ella, entonces sabemos que durante ese tiempo sufrió una injusticia vivía frustrada, probablemente desilusionada, herida, sufría y él no hacía caso. Pero ella seguía. Eso es la parábola. Si pensamos en la viuda, en ella Miramos pensando en la aplicación de la parábola. ¿Qué enseñaba Jesús en la parábola? En la viuda, en ella, miramos a nosotros mismos. Sabemos que estamos entre las dos venidas del Señor Jesucristo y deseamos ver los días del Señor. Pero mientras que estamos entre las dos venidas, estamos en este mundo incrédulo, un mundo que rechaza a Cristo. Es un mundo que maltrata a los discípulos de Cristo. Muchas veces somos víctimas de la injusticia, del pecado. como la viuda, padecemos los efectos de injusticia en este mundo, a veces relacionado con nuestra fe, a veces simplemente relacionado con seres humanos en un mundo pecaminoso. Pero en versículo 7 vemos bueno en 7 nos muestra que eso o ella nos muestra a nosotros como ella volvía al juez dice acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche ella nos muestra a nosotros nosotros los escogidos que clamamos a Dios día y noche ella sufrió injusticia y nosotros también en este mundo perdido Sufrimos injusticias. Pensamos en ejemplos. Ejemplos en nuestra vida cotidiana. Tal vez allá en la escuela o tal vez allá en tu trabajo. Cuántas veces es el tramposo que avanza. El honesto queda atrás. ¿Cuántas veces es el deshonesto que gana y el honesto queda atrás? Los ladrones nos roban. Engañadores nos estafan. Eso sería algo muy común. Hoy es algo muy común con las viudas. Hay personas que su especialidad es estafar a las viudas porque ellos tienen mucha necesidad y no tienen un esposo que los defiende o con los mayores de edad. que ya tienen ahorros limitados, ya no trabajan, y ellos están buscando toda clase de ayuda. Y hay engañadores que aprovechan que son vulnerables. Sí, hay engañadores. Hay mentirosos que nos hieren. A veces hay leyes injustas que nos perjudican. Eso sí existe. No voy a comparar países, pero en un país donde hay más influencia cristiana, son más justas las leyes. Donde hay menos influencia cristiana, son más injustas. muchas de las leyes. Y si son países anticristianas, pues hay mucha injusticia en las leyes. Pero en el mundo con más influencia cristiana, o en la nación con más influencia cristiana aún son pecadores y aún hay corrupción y hay leyes injustas aún en el país mejor o jueces corruptos que nos hacen injusticias. Otra vez, donde hay más influencia cristiana son más jueces honestos, pero donde quiera hay jueces corruptos. Y sabemos que a veces, tristemente a veces, a nuestros hermanos o nuestros amigos más cercanos nos apuñalan en la espalda. Siempre hemos, todos hemos experimentado tal injusticia. Esa viuda, en ella nos miramos a nosotros y todos padecemos injusticias, toda clase de injusticia. Y como ella, ella tenía el recurso de ir al al juez. El Señor nos ha dado recursos también. En cuanto ocurren injusticias en nuestras vidas, tenemos recursos, remedios que podemos seguir, que podemos aprovechar, que podemos usar para hallar justicia. Pues si pensamos en casos de ofensa personal, mira conmigo en Mateo 18, versículo 15. En caso de ofensa personal, injusticias personales, Mateo 18, 15, Por tanto, si tu hermano peca contra ti, el Señor nos da el recurso, el remedio, nos instruye que hacer de Y repréndele, estando tú y él solos. Si él te oyere, has ganado a tu hermano. El Señor nos enseña. Pues si un hermano, un ser querido o pues un hermano, otra persona, cuando peca contra ti, cuando te hace injusticia, ¿qué debes hacer? Nos dice qué hacer. Ir con él y tratarlo. Tú y él solos, dice Jesús. No, no, no ir hablando, quejando a todo el mundo. Sabes, fulano me hizo tal. No, ir con él. Platita con él. Busca reconciliarse. Busca alcanzar justicia. Si te oyeras ganado a tu hermano. El Señor nos da este remedio. Y cuando los dos siguen el Espíritu Santo, habrá reconciliación y harán justicia. Pero honestamente, hermanos, sabemos que a veces no se alcanza justicia. Aún platicamos directamente con él, solos, Buscando con buena actitud reconciliación, no se alcanza justicia. y quedamos frustrados. Pues hay otro remedio. Siguen en los versillos 16 y 17 otro recurso que el Señor nos da. Si no te oyere, toma un contigo uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Y si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia. Y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. Otra vez, la esperanza es justicia, reconciliación. Y por eso, si tú fuiste y no alcanzaste justicia, pues entonces puedes llevar testigos. Y si no hacen caso de tú y los testigos, puedes hablar a la iglesia. Y si no escuchan a la iglesia, va a haber una disciplina. Y la esperanza es reconciliación. alcanzar justicia, pero si la persona no acepta, no va a alcanzar justicia en la relación entre los dos. Vas a estar frustrada, tal vez triste, seguirá desconfianza, habrá separación, no lo que querían. Puede ser que la persona no acepta y puede ser que no solamente eso, sino que también la iglesia falla. La iglesia toma el lado del culpable y no te da justicia a ti, porque las iglesias pueden fallar también. Y padecemos injusticia en este mundo perdido. Es posible. Y ya no hay más recurso en el mundo. Hay otros recursos, tal vez un clase un poco diferente. Espero que sea un clase un poco diferente. Otro remedio, pues podemos ir a las autoridades cuando hay otras clases de remedios. No simples ofensas entre dos personas. Podemos ir a las policías. En un país donde hay más influencia cristiana, esperamos que los policías están allí para defender y ayudar. Pero sabemos, sabemos que los policías pueden fallar. Pueden fallar por inhabilidad, simplemente no son capaces de funcionar como buen policía. O por falta de motivación no hacen caso. O por ser corruptos. O por favorecer al malo. Todo eso puede ocurrir. Esperamos que no sea así. Pero la cosa es que en este mundo perdido va a haber injusticias. Y no vamos a alcanzar, encontrar la verdad y alcanzar justicia. En los gobiernos, pues también, no solamente los policías, pero otro recurso, remedio, pues nada más un detalle de eso. Debe haber leyes justas que nos protegen, ¿verdad? Y otra vez, no voy a hablar de países, pero en algunos lugares hay más justicia que en otros. Y muchas veces las leyes deben y sí nos protegen. leyes, leyes buenas, leyes justas. Pero muchas veces sí, pero demasiadas veces no son leyes justas que nos protegen. Sabemos que donde quiere que hay algunas leyes injustas. Y aún si las leyes son justas, a veces la aplicación que hacen los policías y los jueces y el gobierno, la aplicación termina con injusticia. Da un privilegio a algunos y no dan a otros los mismos privilegios. Y hay más y más leyes contra los cristianos, aún aquí en los Estados Unidos. Hablando, si tú mencionas lo que tú crees en cuanto al aborto, te pueden Terminar el trabajo si eres profesor en una universidad o si mencionas algo acerca de los homosexuales o transexuales o tu fe cristiana, te pueden despedir. No, eso no se dice aquí. No se acepta. En algunos países aún te echan a la cárcel. Increíblemente. Hay países donde el cristiano simplemente por creer es golpeado, mujeres violadas, echados en la prisión o matados. Injusticias en muchos países. Y los jueces como en la parábola. Es un remedio que debemos poder buscar jueces y tribunales. Y debe haber justicia. Espero que sí haya justicia. Pero sabemos que a veces hay testigos falsos. Y no hay justicia. Hay abogados, abogados corruptos y no hay justicia. Hay jueces injustos, tal vez jueces comprados y no hay justicia. A veces aún con el deseo mejor hay veredictos, así, veredictos, veredictas, veredictos equivocados. Y no hay justicia. Y desgraciadamente hay sentencias desiguales. Algunos tienen más privilegio que otros y los que no tienen privilegio tienen sentencias peores que los otros. En el país mejor puede ser así. pero en muchos lugares es común. Y los cristianos sufren y los ciudadanos sufren. No se alcanza justicia en este mundo pecaminoso. Si es así, ¿cómo nos reaccionamos? Cuando hemos apelado a los recursos, los remedios. Y cuando no hay más recursos y permanece la injusticia y nada podemos hacer en este mundo. Hemos sido tratado con injusticia y así va a ser. No se compone, no se corrige. Nada podemos hacer. ¿Cómo vamos a reaccionar? Eso es lo que el Señor está viendo. En esos días cuando deseamos los días del Señor, pero Él no ha venido todavía, no ha venido a juzgar todavía. Deseamos los días. Son días de aflicción y días de injusticia. ¿Cómo vamos a vivir y cómo vamos a reaccionar? Para eso dio el Señor esta parábola. ¿Reaccionamos con amargura? Muy fácil. Si hay injusticia, nada podemos hacer. Amargura. pero es pecado. ¿Reaccionamos con enojo? Es pecado. ¿Se debilita nuestra fe por soportar, sufrir injusticias? Pues es pecado. ¿Reaccionamos Rehusando de perdonar. Es pecado. ¿Nos aislamos de los demás? Pues no voy a tratar con nadie entonces. No, no es correcto eso. Si los hermanos nos fallan y la iglesia nos falla, abandonamos la iglesia. No, eso no es la voluntad del Señor. Echamos la toalla, ni modo. O intentamos tomar control con nuestras manos cuando no podemos hacer justicia. ¿Volvemos injusticia por injusticia? muy común, pero es pecado. Buscamos venganza. Es pecado. Pero es muy fácil reaccionar así. Y si miramos a las autoridades, desconfiamos las autoridades, espero que no sea necesario eso. Pero en este día yo veo en este país que hay muchos que sí desconfían en las autoridades. Algunos en su reacción a las injusticias, tal vez justicias reales, tal vez injusticias imaginadas o tal vez injusticias imaginadas o reales. Pero algunos amutinan. destruyen tiendas, rompen los cristales de las puertas del mostrador y roban los bienes, queman coches, golpean inocentes, aún matan a la gente, amutinan. Eso es la reacción cuando no hay justicia. Para Un cristiano, todo eso es, todas esas reacciones pecaminosas, todo eso es desmayar. Pero el Señor nos dio esta parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar. Observamos rápidamente las diferencias entre el juez injusto y Cristo. Ese hombre era juez y era juez injusto. Lucas 17 y también Lucas 18 nos dice que Cristo viene y nos da a entender que Cristo viene para juzgar. Jesús es Rey y Jesús es Juez y viene para juzgar. Y dice en versículo 7, ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos? que claman a él día y noche, ¿se tardará en responderles o digo que pronto les hará justicia? Hay gran diferencia entre el juez de la parábola al Señor Jesucristo. Jesús hará justicia. Jesús hace caso de sus escogidos que claman día y noche. Jesús no les resiste. Su oído está abierto. A ver si puedo encontrar en el Salmo 34. Los ojos, 34 15 de los Salmos, los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos. Diecisiete claman los justos y Jehová oye y los libre de todas sus angustias. El Señor nos hace caso. No es como el juez injusto. Y Jesús viene. Y cuando viene pronto hará justicia. Tal vez hará justicia en esta vida. Seguramente hará justicia en su venida. Cuando viene, pronto hará justicia. Y es interesante, siendo que el Señor usó el ejemplo del juez injusto Y sabemos que en las injusticias de este mundo hay jueces injustos que afectan a todos. Pues hay un versículo muy interesante en Ecclesiastes 5,8. Ecclesiastes 5,8. Si la opresión de pobres, injusticia. Y perversión de derecho, injusticia. y de justicia vieres en la provincia. Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia, perversión de derecho, perversión de justicia vieres en la provincia, no te marvilles de ello. En este mundo hay todo eso. ¿Por qué? Y mira lo que dice. Sobre el alto, el juez, vigila otro más alto. Y uno más alto está sobre ellos. ¿Qué está diciendo? Parece que el juez es todopoderoso y hace lo que quiere en su injusticia, pero él no se da cuenta que hay otro juez más alto todavía, que lo está mirando y lo llamará a cuentas. En su venida el Señor Jesucristo hará plena justicia para los que han sufrido injusticia. Habrá plena justicia. Tal vez esa justicia incluye gracia y el Señor concede gracia y arrepentimiento y reconciliación. Y para el cristiano eso es nuestro deseo mayor. Pero puede ser que sea castigo eterno también. Pero el Señor hará justicia. En ese día, hermanos, los escogidos serán saciados, contentos, gozosos, porque Cristo les hará justicia. Para concluir, hermanos, miramos la segunda mitad del versículo 8. Dice, bueno, dice, os digo que pronto les hará justicia. Habrá justicia en el día de la venida. Estamos entre las dos venidas. Son días de injusticia, pero en ese día sí habrá justicia. Y durante este tiempo, ¿qué debemos hacer? Orar y no desmayar. Y hace la pregunta, ¿Hallará? Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿Hallará fe en la tierra? Está escrito en una forma que puede indicar ¿Hallará esa fe? Esa clase de fe, esa clase de fe que ora siempre y no desmaya. Cuando Cristo venga. La exhortación de versículo uno es. Orar siempre y no desmayar. Mientras que Cristo no está y deseamos ver sus días, mientras que padecemos injusticia y estamos frustrados, desilusionados. ¿Qué debemos hacer? Orar y no desmayar. Aunque los remedios terrenales, todos los que hemos visto, nos fallan. ¿Qué debemos hacer? Orar. Clamar a Él día y noche. y confiar que en su tiempo hará justicia en todas esas relaciones. Y no desfallar. Eso es la exhortación. Hallará esa clase de fe que ora siempre y que no desmaya. ¿Qué aspecto, qué aspecto tiene la persona que no desmaya. ¿Cómo se parece? Rápidamente unos versículos. Miren, primero de Pedro 2, 19 y 20. Primero de Pedro 2, 19 y 20. porque esto merece aprobación. Si alguno a causa de la conciencia delante de Dios sufre molestias padeciendo injustamente, pues qué gloria es si pecando sois abofeteados y lo soportáis, mas si haciendo lo bueno sufrís y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Soportar. Ser abofeteado por hacer bien. Eso aprobado por Dios. Entonces seguir firmes. 3 9, miren lo que dice ahí mismo en el primero de Pedro. No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo. sabiendo que fuiste llamado para que heredases bendición. No devolver mal por mal, maldición por maldición, sino bendecir. Eso es el aspecto de la persona que no desmaya. 4.19 De modo que si los que padecen según la voluntad de Dios encomienden sus almas al fiel creador y hagan el bien. Eso es la persona que no desmaya encomendar su alma al fiel creador y hacer bien. y cinco, seis a siete. Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. Sí, mis hermanos, Si mi familia, si mis amigos, si el mundo alrededor, si el mismo gobierno me hace mal. ¿Qué hacemos? Nos humillamos. Nos humillamos bajo la poderosa mano de Dios y echamos nuestra ansiedad sobre él. Sabemos que él tiene cuidado de nosotros. El aspecto de la persona que no desmaya es el que permanece fiel en justicia, en la palabra de Dios, en la semejanza de Cristo, a pesar de lo que ocurre en el mundo. Eso es la persona que ama a su enemigo. Es la persona que perdona a su adversario. Es la persona que evita venganza y simplemente confía en Dios, ora y no desmaya. La pregunta que Cristo hace, cuando finalmente viene, venga, cuando llega hallará esta clase de fe en la tierra? Todos los hijos de Dios tienen fe, pero algunos más débiles que otros. ¿Hallará esta clase de fe? El hecho de Cristo de hacer la pregunta nos debe sorprender, hermanos. y nos debe despertar y hacer, resolver, responder a Jesús a su pregunta. Cuando Él dice, hallará esa clase de fe, nos debe despertar y hacer responder, sí, Señor. Por lo menos habrá una persona que tiene esa clase de fe. Voy a orar siempre. No voy a desmayar. No puedo contestar por todos los demás, pero sí, Señor, por lo menos habrá una persona. Yo quiero orar siempre y no desmayar. sea lo que sea la injusticia en esta vida. Horemos, hermanos.
Orar siempre y no desmayar
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Iglesia Bautista Todo Por Gracia
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Sermon ID | 12324198582606 |
Duration | 53:09 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 18:1-8 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.