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Apocalipsis 15, y si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 5 hasta el versículo 8. Apocalipsis 15, desde el versículo 5 hasta el versículo 8. Ahora, quiero empezar leyendo el texto. Dice, después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio. Y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios. que vive por los siglos de los siglos. Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios y por su poder. Y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. He leído Apocalipsis 15 desde el versículo 5 hasta el versículo 8 y esta es la última escena antes de que llegan estas últimas siete plagas que vienen de la mano de Dios para castigar a la impiedad. Lo que nos resalta aquí en el libro de Apocalipsis es que la maldad no se va a salir con la suya. el impío o el rebelde, el malo, piensa que puede escapar, ¿no? Piensa que puede robar en la oscuridad cuando nadie está mirando y que nadie le va a pillar. Piensan que pueden oprimir quizás a sus trabajadores y pagarles menos de lo que merecen o dañarles de alguna manera y que nadie les va a juzgar. Muchos intentan distorsionar la verdad aún en los juicios. Hay tanta maldad que nos rodea en este mundo y sería fácil desesperarse. Sería fácil tirar la toalla y decir, bueno, si la maldad persiste, pues mejor ser parte de ello a que se aprovechen de mí, ¿no? Sería muy fácil mirarlo de una manera incorrecta. Pero aquí en Apocalipsis resalta vez tras vez que el mal va a ser juzgado. El que es rebelde contra Dios no se va a salir con la suya, sino que viene el día de juicio. Y aquí en Apocalipsis estamos llegando justo al final, en la culminación de la ira de Dios derramada sobre los rebeldes y ya ha habido varias plagas, ya ha habido varias varias revelaciones que el apóstol Juan ha recibido comunicando la importancia de que el hombre debe de arrepentirse de su maldad. Dios ha sido muy paciente queriendo que todos se arrepientan y que le busquen y que le sirvan. Hoy en día, las personas temen un montón de cosas, pero lo que Jesús exhorta a temer es aquel, nos dice en Mateo 10, 28, dice, aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Eso es Mateo 10, 28. Entonces, por eso Jesús dice, no temáis a los que matan el cuerpo. más el alma no pueden matar. Temed más bien aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Hechos Mateo 10, 28. Y es porque Dios está airado contra el impío. Nos dice Salmo 7, 11. Y por eso debemos de prepararnos para la eternidad. Y es que el juicio final vendrá en el momento que Dios ha establecido. ¿Estás preparado? O sea, ¿estás preparado? Porque el juicio viene, lo quieras o no. ¿Qué es lo que haces cuando estás, quizás de vacaciones, estás en un lugar exótico y en una playa y de repente escuchas, ¡viene un tsunami! ¿Qué es lo que haces? ¿Vas en busca de la cámara de fotos para estar ahí en la playa, estar preparado para tomar la foto del tsunami mientras te viene encima? No creo. Bueno, espero que no. ¿Qué es lo que haces? Te preparas para salvar tu vida. Aún si estás más cerca de casa, ¿no? Estás en un edificio, estás en algún lugar y dicen ¡Fuego, fuego! ¿Qué es lo que haces? ¿Te quedas en tu hogar haciendo lo que estabas haciendo o sales del edificio corriendo? El punto de esas ilustraciones es que nos demos cuenta de la insensatez de no prepararnos para el día de juicio. El saber que viene, el saber que hay peligro, el saber que tenemos que hacer algo, o sea, que tenemos que buscar a Dios, buscar al Salvador, saber que viene el día de juicio y no hacer nada. Es insensatez. Y aquí, en Apocalipsis 15, realmente es un interludio que nos está preparando para el derramamiento final de la ira de Dios, aquí que vemos en las copas, en capítulo 16, y aún cuando por fin lanza a A todos. A todos los rebeldes, a todos los malévolos, a todos los que no confían en Jesús como Señor y Salvador, les lanzan el lago de fuego para ser castigados por toda la eternidad. Y Dios ha demostrado su gran paciencia. Nos dice 2 Pedro 3, 9, que es paciente, Dios es paciente no queriendo que ninguno perezca. sino que todos procedan al arrepentimiento. Eso es 2 Pedro 3, 9. O sea, Dios ha sido muy paciente y aún aquí llegando al fin, aquí que nos está hablando el libro de Apocalipsis de estos eventos que aún están en el futuro, nos está preparando y nos está alertando de que viene el juicio. ¿Pero estás preparado? ¿Estás preparado para que venga el juicio? Aquí vemos a... en el texto que estamos considerando aquí en Apocalipsis 15, del 5 al 8, a siete ángeles, ¿no? Son los personajes principales en esta visión, y esta visión nos prepara para el derramamiento de estas últimas siete plagas, y vemos como Dios equipa a estos ángeles y les da la autoridad para los juicios, para derramarlos, y les vemos derramándolos ahí en capítulo 16 de Apocalipsis, Y por ello, aquí vemos esta visión, nos dice del siglo V, después de estas cosas miré, ¿no? Está viendo, en esta visión, dice, y aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio. Entonces, tenemos que entender varios conceptos aquí, especialmente si no tienes un gran trasfondo en el Antiguo Testamento, aquí menciona el Templo del Tabernáculo del Testimonio. Ahora, en este contexto, aquí vemos el Templo del Tabernáculo, entonces, ese término templo se está refiriendo al lugar santo que está dentro del Tabernáculo, Y la expresión tabernáculo del testimonio, que nos menciona ahí en versículo 5, se refiere a la tienda, ¿no? Se refiere al tabernáculo, en especial cuando recordamos en el Antiguo Testamento el tabernáculo del testimonio, que es lo que Dios le dio el plano o el modelo para edificar a Moisés, si recordáis ahí, cuando salen de Egipto, y construyen el tabernáculo, y entonces se está refiriendo a este tabernáculo, pero no al terrenal, sino al que, al celestial, ese modelo celestial que Dios le reveló a Moisés para poder construir el tabernáculo del testimonio. Ahora, la razón por la que se le llama Tabernáculo del Testimonio es porque tenemos, dentro del Tabernáculo, se encontraba el Arca del Testimonio, en el Antiguo Testamento, como por ejemplo en Éxodo 25-22, se le llama el Arca del Testimonio, porque era el Testimonio de la Ley de Dios, porque dentro del Arca estaban las tablas, las dos tablas del testimonio que incluían la ley de Dios, los diez mandamientos. Y en Éxodo 32, versículo 15, nos menciona esas dos tablas del testimonio, ¿no? Se hablaba de esa manera porque estaban escritas y contenían los diez mandamientos. Entonces, las tablas del testimonio que contenían los 10 mandamientos están dentro del arca del testimonio en el lugar santísimo nos lo dice hebreos 9 hebreos 9 del 3 al 4 dice tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el lugar santísimo el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en las que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Arón que reverdeció y las tablas del pacto. Esos Hebreos 9, del 3 al 4, donde nos indica que en ese arca, que representaba la presencia de Dios, ahí en el Antiguo Testamento, Dentro del arca había, nos menciona ahí en el texto que acabo de leer, Hebreos 9, específicamente en el versículo 4, había una urna de oro que contenía el maná. El maná era la comida que Dios proveó para los hijos de Israel mientras estaban en el desierto. Entonces, era testimonio de la provisión de Dios y del cuidado de su pueblo. También la vara de Arón que reverdeció Indicando que Aarón era la persona y el linaje que Dios había escogido para ser sus sacerdotes. Entonces, esa vara. Y luego, las tablas del pacto, que se refiere a esas tablas del testimonio, que son las tablas de piedra donde se escribieron los diez mandamientos. Y entonces, eh, vemos, eh, este, aquí nos menciona en Apocalipsis 15, versículo 5, que el apóstol Juan, quien está recibiendo estas visiones y las está escribiendo, dice, después de estas cosas, estos Apocalipsis 15, 5, mire, y aquí fue abierto en el cielo, el templo, o sea, el lugar santo, del tabernáculo del testimonio, Y entonces, viendo este tabernáculo celestial, ¿no? El apóstol Juan usa el tabernáculo de testimonio como el equivalente del celestial, porque el tabernáculo del desierto solamente es un punto de referencia, para que nos demos cuenta de lo que está hablando, está hablando del lugar celestial, del santuario celestial, Y se abre, se abre este templo, o sea, el lugar santo del Tabernáculo Celestial, ¿para qué? Para permitir que los siete ángeles salgan. Entonces, ellos están en la presencia directa de Dios y ellos salen. Lo que hace es indicar el origen de estas plagas. O sea, Dios es el que derrama su ira. ¿Contra quiénes? Contra los malos. Incluso nos dice en Romanos 1.18, en Romanos 1.18 nos dice, porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Dios está airado contra el impío y él derrama su ira contra la maldad. De eso era Romanos 1.18. Y aquí vemos el origen. Volviendo aquí a Epocalipsis 15.5, el origen de estas plagas viene de Dios. O sea, es Dios. Y Dios demuestra que está preparado para castigar a los rebeldes. ¡Ha sido muy paciente! Pero ya es tarde, ¿no? Ya llega un tiempo cuando ya no hay posibilidad de arrepentimiento, ya no hay posibilidad de recibir perdón. Y el énfasis está en la presencia de Dios quien manda a estas plagas sobre los rebeldes. Demuestra que Dios está en contra del pecado. Y Dios ha sido muy paciente, pero aún así los rebeldes persisten en menospreciar los mandamientos de Dios. Porque si volvemos atrás, al capítulo 9, Apocalipsis 9, versículo 20, justamente después de... unas de las plagas que recibe la Tierra, nos dice, versículo 20, y los hombres que no fueron muertos con estas plagas, entonces Apocalipsis 9, 20, ni aún así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra, y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar. Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos. Ahí vemos esa constante rebeldía, no quieren obedecer, no quieren someterse al plan de Dios, no quieren aceptar los mandamientos de Dios, sino que los rechazan. Aunque Dios ha sido muy paciente y constantemente les anuncia de antemano, por medio de sus profetas, por medio de predicadores, de que viene el día de juicio, muchos no quieren recibirlo. Y se van a perder. pero vemos cómo Dios hace todo lo que puede hacer para que nos arrepintamos, para que le busquemos. Y entonces, aquí en versículo 6, dice, y del templo salieron los siete ángeles, que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro". Ahora aquí vemos que salen, ¿no? El versículo anterior nos dice que el lugar santo, ¿no?, el templo en el cielo fue abierto, y en versículo 6 nos dice que salieron, del templo salieron los siete ángeles. Y estos siete ángeles, que no han salido anteriormente en Apocalipsis, aquí salen con estas últimas plagas, estas últimas siete plagas, que es la culminación de la ira de Dios. Y, aunque, si notáis, el versículo 7 nos menciona que reciben las copas, aquí nos menciona en el versículo 6 que tenían las siete plagas, pero expresa la gloria celestial en la vestimenta de los ángeles porque aquí expresa de cómo van vestidos dice vestidos de lino limpio y resplandeciente y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro Y la descripción de su vestimenta es similar a la que encontramos en la descripción de la vestimenta de Cristo en el capítulo 1, Apocalipsis 1, versículo 13, donde nos dice, y en medio de los siete candeleros a uno semejante el hijo del hombre vestido de una ropa que llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Pero aquí vemos esta vestimenta que resalta su... su dignidad. Resalta su autoridad. Ellos sirven al Señor de señores, al Rey de reyes. Ellos vienen encomendados, son emisarios de Dios y por ello su vestimenta es apropiada a su misión. Y están vestidos apropiadamente, reflejando pureza, santidad, como representantes de Dios. y muestra su posición honorable y sagrada. Muestra su acción recta. Están haciendo lo recto al traer estos juicios, al recibir estos juicios y derramarlos sobre los rebeldes. Y en versículo 7 dice, y uno de los cuatro seres vivientes vio a los siete ángeles perdón, dio, dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios que vive por los siglos de los siglos y viendo a uno de estos cuatro seres vivientes y cuando recordamos anteriormente les hemos visto aquí en Apocalipsis y en especial en el capítulo 4 les vemos muy cercanos al trono de Dios allí en Apocalipsis 4, versículo 6, por ejemplo. Dice, y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal, y junto al trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. Y entonces empieza a describir a estos seres vivientes, pero están cerca del trono de Dios. Entonces, aquí vemos, volviendo a Apocalipsis 15, versículo 7, a uno de estos cuatro seres vivientes que da a los siete ángeles siete copas de oro. Les está entregando estas copas, dando a entender que esto viene de Dios. Una vez más, resaltando el origen de estas plagas. Vienen de Dios, vienen con autorización divina, y estas copas realmente tienen conexión con el templo terrenal. consideramos en Primero de Reyes 7.50, los menciona como tazas, pero ahí menciona estas copas, eso es en Primero de Reyes 7.50, versículo 50, y también tenían asociación con los sacrificios, en Éxodo 27, versículo 3, los menciona otra vez, menciona estos tazones, que son estas copas que se usaban en conexión con el templo, con la adoración, con los sacrificios en especial. Pero estas copas, que nos menciona aquí en Apocalipsis 15, estas copas vienen del santuario celestial. Y si notáis, cada uno de los ángeles recibe una de las copas, y al recibirlas, está recibiendo la autoridad para usarlas. recibiendo el permiso para usarlas. Luego ya, en capítulo 16, reciben el mandato de ir a derramar estas copas, estas últimas plagas de juicio. Y estas plagas que están en estas copas, ¿no? Estas copas están llenas de la ira de Dios. Y es porque Dios es santo. Y al él ser santo, él tiene que juzgar con rectitud. Él no puede dejar que la maldad se salga con la suya, sino que él tiene que castigar a la maldad. Porque un juez, en un tribunal, si él deja escapar al malvado, ¿es justo? No. tiene que castigar la maldad. Y entonces, Dios, al ser juez justo, tiene que castigar la maldad. Él es santo y puro, y entonces no puede dejar pasar la maldad para siempre. Él es paciente, deseando que todos se arrepientan, pero viene el día. Viene el día de juicio. Ahora, es interesante porque hay unas copas anteriores, unas copas de oro, que aparecen aquí en Apoclipsis, en otro contexto, en capítulo 5, versículo 8, y tienen conexión con la oración. Nos dice en Apoclipsis 5, 8, cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos se postraron delante del cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso que son las oraciones de los santos. Entonces, tienen conexión con la oración. Y aparenta aquí que el apóstol Juan está haciendo una conexión entre la oración y especial, si recordáis, vemos a los mártires que han muerto por su fe Orando a Dios que Dios haga justicia. Y eso es lo que está haciendo. Está haciendo justicia. Está pagando a cada uno conforme a su obra. Les está dando lo que merecen por su rebeldía y por su maldad. Entonces aparenta que el apóstol Juan está haciendo una conexión entre la oración y castigo divino. Pero en este contexto, las copas de oro están llenas de la ira de Dios. Sí, Dios ha refrenado su ira santa contra el pecado durante un tiempo. Pero ahora, ¿no? Aquí el capítulo 15 nos está diciendo que ahora es el tiempo. Ahora está el punto de derramar su ira, porque están llenas, están llenas, las copas están llenas de la ira de Dios y están llenas indicando la magnitud del juicio divino y al mismo tiempo su efecto desastroso. Y es que el juicio divino es final. Dios no tiene que castigar después de esto. Esto lo completa. Dios ha estado mostrando mucha paciencia y aún en sus juicios anteriores siempre ha dado oportunidad para arrepentimiento. Pero en cuanto se derraman estas últimas siete plagas ya no hay más tiempo para arrepentimiento. Y entonces aquí nos dice en versículo 7 y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de dios que vive por los siglos de los siglos y aquí está resaltando con esa con esa frase que vive por los siglos de los siglos está resaltando aquí la soberanía de Dios, que Él vive y es capaz de ejecutar castigo sobre todos sus adversarios, Dios vive para siempre y por ello, su ira contra la maldad no cesa, Dios es recto y justo al juzgar la maldad. Y realmente es un contraste de que Dios vive, es un contraste con todos los ídolos, los ídolos de las naciones. Nos lo menciona en Salmo 115, del 3 al 7, dice, nuestro Dios está en los cielos. Todo lo que quiso, ha hecho. O sea, Él es el creador, Él es el que vive, el creador, el que ha hecho absolutamente todo. Pero en versículo 4, esto es Salmo 115, versículo 4, dice, los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, más no hablan. Tienen ojos, más no ven. Orejas tienen, más no oyen. Tienen narices, más no huelen. Manos tienen, más no palpan. Tienen pies, más no andan. No hablan con su garganta. Les está resaltando que esos, los dioses de las naciones, no tienen vida. Esa, esa idolatría es vana. Y aún está contrastando con esa imagen de la bestia que vimos ahí en capítulo 13. En Apocalipsis 13, versículo 15, donde le tienen que dar aliento, y se le permitió dar aliento, nos dice Apocalipsis 13, 15, se le permitió infundir aliento, o sea, la segunda bestia le infunde aliento a la imagen de la bestia para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Pero no tiene vida en sí mismo. Le tienen que infundir aliento. Pero el Dios verdadero está vivo. Y él es capaz de ejecutar juicio, de castigar a la maldad. Y él vence a todos sus adversarios Él es soberano. Y es algo que el rey Nebuchadnezzar de Babilonia tuvo que darse cuenta, que nos lo enumerá ahí Daniel capítulo 4, cuando después de que se dio cuenta en capítulo 4 del 3 al, perdón, 34 al 35, Daniel capítulo 4 del versículo 34 al 35 dice, más al fin del tiempo yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, mi razón me fue de vuelta y bendije al Altísimo y a la vea y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno. Su reino por todas las edades y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada. Él hace según su voluntad en el ejército del cielo. Y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano y le diga, ¿qué haces? Eso es Daniel 4, del 34 al 35. Y es que Dios vive por los siglos de los siglos. Y por ello, él derrama su ira contra los malvados, no pueden escapar Porque él, él no deja de ser, y su ira contra la maldad no deja de ser, entonces por ello, el castigo es eterno. Y aquí en Apocalipsis 15, versículo 8, dice, y el templo, se llenó de humo por la gloria de Dios y por su poder y nadie podrá entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. Otra vez, subraya que las plagas vienen de Dios, pero aquí vemos cómo Dios manifiesta su gloria, manifiesta su poder, manifiesta su santidad, porque estos ángeles salen del santuario y el santuario se llenó del humo de la gloria y del poder de Dios. Y lo que indica es la presencia de Dios en todo su poder, en toda su gloria para llevar a cabo su juicio contra la maldad. Ahora, si recordáis, en el Antiguo Testamento Dios también llenó el tabernáculo, nos dice éxodo 40 del 34 al 35 y también llenó el templo, ahí en segunda de crónicas 5 versículo 14 donde vemos que la gloria de Jehová llenó el tabernáculo o llenó la casa de Dios, el templo, Y es que en el Antiguo Testamento, Dios revelaba su presencia con una nube o con humo, como vemos en el monte Sinaí, en Éxodo 19, 18, nos dice, todo el monte Sinaí humeaba porque Jehová había descendido sobre él en fuego, y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. Éxodo 19, versículo 18. Y es que la nube envuelve, envuelve todo con su resplandor y señala la presencia de Dios. Lo que hace es atestiguar que Dios es el único soberano, es el único todopoderoso, Él es justo y Él es digno de gloria. Y si notáis aquí en Apocalipsis 15, 8, nos dice, a la mitad del siglo, y nadie podía entrar en el templo. O sea, no pueden entrar en el santuario hasta que se completan los últimos juicios. Está resaltando la santidad inigualable de Dios. Porque si notáis, ni siquiera los ángeles pueden entrar. Los hombres no pueden entrar, los ángeles no pueden entrar porque Dios es separado de toda su creación, de todas las criaturas. Él es santo. Indica que los que persisten en pecar y menosprecian la soberanía y la santidad de Dios van a recibir juicio inminente. Porque ahí mismo nos dice nadie podría entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. Entonces, durante ese tiempo de las siete plagas nadie va a tener acceso a Dios. Dios está presente y Él está actuando contra la maldad porque está anunciando el fin. Este es el juicio final. Aquí vienen las últimas plagas de la tribulación. Y lo que nos está resaltando es que va a haber un día cuando va a ser demasiado tarde para arrepentirse. Yo enseño inglés a niños pequeños. Y enseñando a niños es muy importante que ellos sepan cuáles son las reglas de clase. Porque ellos fácilmente se desvían de las reglas de clase. fácilmente se les olvida. Entonces, constantemente hay que recordarles las reglas. Oye, no puedes morder, no puedes tirar del pelo, ¿no? No puedes pegarle puñetazos o patadas a tus compañeros. O sea, hay reglas que hay que recordar, ¿no? Y muchas otras, ¿no? Pero el punto es que hay reglas y les recuerdo las reglas. Y aún durante clase les doy advertencias cuando algunos se van desviando de las reglas, pero si persisten en su rebeldía, llega un momento cuando ya es demasiado tarde para arreglar sus acciones. Ya es demasiado tarde para no evitar el castigo. ¿No? Sí, he sido muy paciente, le he recordado, oye, ¿Estás hablando cuando no deberías? ¿O estás de pie cuando deberías estar sentado? No, le voy recordando. Pero llega un momento cuando es ya. ¿Ya te has pasado? Ahora hay castigo, ¿no? Ve, siéntate en la esquina, no puedes participar de la clase, no puedes participar de los juegos, incluso toda la clase va a actuar como que no estás en clase. Hay un tiempo, un momento cuando ya es demasiado tarde. Y lo interesante es que ahí es cuando muchos de los niños intentan reformar, intentan reformar rápidamente para intentar ponerse en gracia una vez conmigo y decir, no, no, mira, yo me porto muy bien, y se sientan bien, y doblan las manos, como que no van a hacer absolutamente nada, pero ya es demasiado tarde. Y es la misma idea, con el juicio divino. Dios es muy paciente. Dios desea que nos arrepintamos. Incluso con el texto que mencioné anteriormente, ahí en 2 Pedro 3, 9 nos dice, el Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Eso es 2 Pedro 3, 9. Dios es muy paciente y aún en medio de los juicios permite que las personas se arrepientan. Pero va a llegar un día, va a llegar un momento, cuando ya es demasiado tarde. Y eso es lo que nos está anunciando aquí este texto, cuando se derramen estas últimas plagas de la ira de Dios. Y ya va a ser demasiado tarde. Y por ello, en Hebreos mismo, Hebreos 3, versículos 7 al 8, citando un texto del Antiguo Testamento, pero nos exhorta, Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. O sea, Dios constantemente se ha comunicado con nosotros, aquí tenemos su palabra y Dios nos la ha puesto delante de los ojos. O sea, la tenemos traducida en nuestro lenguaje. Dios ha preservado su palabra durante miles de años para que nosotros tuviéramos acceso a ella. Para poder conocerle y conocer la salvación que él provee. Entonces, no persistas siendo rebelde. No endurezcas tu corazón contra Dios, porque te va a ir mal. Y si quieres saber cómo de mal, solamente tienes que leer el libro de Apocalipsis, porque vas a recibir toda la ira de Dios de lleno. Pero, si aceptas el sacrificio de Cristo, porque Él tomó la ira de Dios por nosotros, Entonces, tú ya no tienes que sufrir esa ira, porque Cristo pagó por ti. Y por ello, eh, 2 Corintios 5, 21. Dice, al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. O sea, él tomó la ira que nosotros merecíamos. en Romanos 5, versículo 8, más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Entonces, no seas rebelde ante el Evangelio, porque nos dice Romanos 6, 23, porque la paga del pecado es muerte más la dádiva de Dios. es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. Tu eternidad depende de qué es lo que haces con Cristo. Si le aceptas como Señor y Salvador o no. Porque si no le aceptas como Señor y Salvador, entonces vas a recibir la ira de Dios que mereces. Y Dios está siendo justo al darte el castigo que mereces. Y por eso en Juan 3.36 dice, el que cree en el Hijo, está hablando de Jesucristo, el que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo, o sea, el que no quiere creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Y por ello debes de considerar tu corazón, considerar qué es lo que estás haciendo con Cristo, y creer en Él como Señor y salvado, nos dice Juan 3,16, porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigenito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. El juicio final vendrá. ¡Va a venir! Y vendrá en el momento que Dios ha establecido. Tú no sabes cuándo, yo no sé cuándo, pero Dios sí sabe. Y en ese día va a ser demasiado tarde para arrepentirte. Estás preparado para la eternidad. Vamos a terminar en oración.
El juicio final vendrá en el momento que Dios ha establecido; ¿estás preparado?
Series Apocalipsis
Sermon ID | 123221639335643 |
Duration | 40:34 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Revelation 15:5-8 |
Language | Spanish |
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