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En el libro de los Hechos, capítulo 17, vamos a leer a partir del versículo 16. Pero antes vamos a orar. Señor Dios, amado Padre Celestial, te damos gracias por tu palabra santa. Gracias por la obra de tu Espíritu Santo, porque no has dejado huérfana a tu iglesia. Tú nos guías, o Señor hacia toda verdad. Te pedimos que conforme a tu sabia y santa y eterna voluntad, seamos edificados en este día, que tú, Señor, edifiques a tu pueblo, traigas santificación, traigas fortaleza, conocimiento de ti, Señor, y crecimiento en tu gracia. En el nombre de Jesús. Amén. Vamos a leer y el título de este mensaje es, anunciemos el evangelio del Dios no conocido para que él llegue a ser conocido por todos. Versículo 16, Hechos 17. Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Así que discutían en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él. Y unos decían, ¿qué querrá decir este palabrero? Y otros, parece que es predicador de nuevos dioses, porque les predicaba el evangelio de Jesús y de la resurrección. Y tomándole, le trajeron al areópago, diciendo, ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo. Entonces Pablo, puesto en pie en medio del areópago, dijo, Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos, porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción, al Dios no conocido. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres como si necesitase de algo, pues Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra, y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitación. para que busquen a Dios, si en alguna manera palpando puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros, porque en él vivimos y nos movemos y somos, como algunos de vuestros propios poetas también han dicho, porque linaje suyo somos. Siendo pues linaje de Dios, No debemos pensar que la divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan. por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Amén. En medio de todos aquellos ídolos que adoraban los atenienses, se hallaba una inscripción dedicada al Dios no conocido. Hace un par de semanas, Yo conversaba con algunos hermanos y comentábamos sobre el crecimiento numérico que ha tenido el Islam y las mezquitas, y sobre cómo han ganado terreno en más países cada vez. Recuerdo que hablábamos también de la expansión del Evangelio, que a mi entender en nuestro país fue mayor en décadas pasadas de lo que es ahora. En esa ocasión, recuerdo que el hermano Jason comentaba que Occidente ha sido cristianizado. Él decía que, particularmente en nuestro país, todo el mundo ha oído acerca del Señor Jesucristo. Y una evidencia de ello es que muchas personas tienen alguna abuela o un tío que le ha predicado el Evangelio. Alguno en su familia es cristiano. De hecho, hay registros históricos de actividad misionera protestante en el siglo XIX en nuestro país. Sin embargo, las iglesias evangélicas en nuestras ciudades y en nuestros pueblos fueron fundadas alrededor de 1930 y 1940. A pesar de esto, al estar pensando en estas cosas, me preguntaba, ¿qué tan conocido es Dios en nuestro país? ¿Qué tan exacta ha sido la predicación del Evangelio? ¿Ha sido esa predicación, por el contrario, incompleta, fragmentada, inexacta? ¿Qué tan efectivos han sido los métodos de predicación que hemos usado? La predicación ambulante, por ejemplo, la entrega de tratados, los estudios bíblicos, el testimonio de una persona a la vez, la predicación en la congregación, ...o en algún otro contexto en el que la Iglesia se reúne. Ciertamente, como dice en Romanos capítulo 10, en el versículo 14 y 15... Dice, ¿cómo pues invocarán aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Ciertamente este versículo explica la necesidad de la predicación para que Dios llegue a ser conocido y los hombres vengan a él en arrepentimiento y fe. Y muchos de nosotros cada año aprovechamos las reuniones de estos días reuniones familiares, en Navidad, como una oportunidad para predicar el Evangelio a nuestros seres queridos. Algunos incluso envían mensajes como que el niño Jesús nazca en el corazón y te llene de bendiciones. Otros, en las calles, a algún extraño le dicen Cristo te ama y le dan un tratado. No obstante, esa clase de predicación a veces es deficiente por su imprecisión doctrinal y también porque En estos casos, por ejemplo, que he mencionado, solo hacen alusión, por ejemplo, al nacimiento de Cristo, que ciertamente es un peldaño para nosotros hablar de su encarnación y de su deidad. Pero a veces solamente se resalta el amor del Padre, como el versículo muy conocido de Juan 3.16. Pero si solo hablas del nacimiento de Cristo, podrías dar a conocer ciertamente algunos elementos del Evangelio, como qué ocurrió allí en Belén. Dios se encarnó. Aquel hecho sobrenatural único en la historia ocurrió. ¿Quién fue el que nació? Pudiéramos responder a la pregunta que es Emanuel, Dios con nosotros, la segunda persona de la Trinidad, el verbo de Dios. ¿Cómo nació él? Nació de una virgen, por lo cual fue necesario que el ángel Gabriel confirmara a José acerca de todo esto. ¿Sabemos cuándo nació? Que él nació en tiempos de Augusto César, en días de Herodes, rey de Judea, y de Sirenio, gobernador de Siria. Nació en En Belén de Judea sabemos todos esos datos. Quizás no podamos saber el por qué tan solo con hablar de su encarnación. Y con respecto a, por ejemplo, la predicación que llevamos a cabo, claro, en nuestras iglesias, como en el caso de la iglesia Cristo Salvador de que dirige nuestro hermano Jerón, sí es un tratado que, al igual que lo que nosotros elaboramos, gracias a Dios, contiene el Evangelio de una forma profunda. Pero, probablemente, con esa forma de predicación no podamos saber el por qué, que es una pregunta fundamental, que tiene que ver con cada uno de nosotros de forma personal, por la que nos explica nuestra condición como pecador, que amerita que sepamos de nuestra caída, de nuestra condición reprobada delante de Dios y de la incapacidad que tiene el hombre de justificarse delante de él. Podemos saber la causa que es el amor de Dios. La compasión y misericordia de Dios es la causa por la que Dios se encarnó y que por gracia somos salvos. Sin embargo, un mensaje como éste, que sólo está basado en la encarnación del Señor, resultaría insuficiente cuando son expuestos estos mensajes sin una vinculación con la obra redentora de Cristo, con un llamado al arrepentimiento al pecador, el cual debe estar consciente de su culpabilidad, que es merecedor del castigo eterno del infierno y que sólo por la fe en Cristo puede escapar de la ira venidera. Por otro lado, Es posible que esta clase de predicación, cuando la escucha un moralista y escucha arrepiéntete, en su mente, si no se le habla de su condición como pecador, que es un infractor de la ley divina, que él es incapaz de obtener la vida eterna por sus propios méritos, puede que esa forma de predicación no pueda llevarle a un verdadero conocimiento del Señor. Y me explico en cuanto a esto. No es que yo pretenda ser juez y criticar las formas en que se predica el Evangelio o a los hermanos y las formas en que lo hacen. Porque Dios, el Espíritu Santo, es quien convence de pecado, de justicia y de juicio para llevarnos al arrepentimiento. Independientemente de cuál sea el método de la predicación, de cuál sea el número de personas que la escuchan, de cuán docto sea el predicador, de cuán oportuno sea el mensaje o qué tan atento estén los oyentes, Dice David en el Salmo 3, la salvación es de Jehová. Es decir, que en última instancia la efectividad de la predicación para atraer a los hombres a Cristo depende enteramente del poder de Dios. Pablo sembró, Apolos regó, pero el crecimiento lo da Dios. En las Escrituras vemos diversas formas de predicación. La maldad de Acap y Jezabel en su propio palacio y Aquello hizo un método muy efectivo de enseñanza. Él envió oficiales a todas las ciudades de Judá para que enseñaran el libro de la ley del Señor a todo el pueblo. En algunos casos, el trato de Dios fue personal a través del profeta, de sus profetas. Por ejemplo, Elías fue enviado a aquella viuda de Sarepta para el Señor allí probar la fe de esa mujer y para manifestar su poder a través de esos milagros. Eliseo, por igual, trató con el carácter difícil y el orgullo de Naamán, y Dios se apiadó de este hombre, sanándole y trayéndole a la fe del Dios de Israel. En cada caso, cumplieron con ser emisarios de Dios para tratar la incredulidad de aquellos individuos a quienes llegó el mensaje. Pero también en el Nuevo Testamento vemos a Juan el Bautista predicando a todos los que acudían a él. En el desierto de Judea, Pedro predicó en el pórtico de Salomón y delante del Sanedrín. Pero también Cornelio, también Pedro predicó a Cornelio y a su familia. En Hechos capítulo 10 podemos ver Y también vemos el discurso de Esteban, el cual habló lleno del Espíritu Santo a un conglomerado de incrédulos religiosos que eran antagonistas al mensaje de la Palabra. Pero Felipe trabajó también de forma individual con el etíope eunuco. Pablo predicó en Damasco, Jerusalén, Antioquía, Iconio y en Listra a las multitudes Pero su acercamiento a Lidia y a la familia de esta fue muy personal, al igual que con la joven que había sido poseída por un demonio y que adivinaba que sus amos hacían negocios por medio de esto. Pablo siguió el ministerio luego en Filipos, Tesalónica, Berea, en Atenas, como vemos en el texto que hemos leído, y en muchos otros lugares. El punto es que la predicación y la enseñanza de estos apóstoles no solo tuvo lugar en las plazas, sino también de manera personal en los hogares. Esa forma de dar testimonio personal lo aprendieron del maestro, de nuestro Señor Jesucristo, quien utilizó ambos métodos de predicación. El Señor no solo dirigió, se dirigió hacia las multitudes en el sermón del monte, y desde una barca hablaba también en el mar de Galilea. sino que también él habló con la mujer samaritana. Habló con Saqueo, con Nicodemo, con el joven rico, entre otros, para declararles con señales y prodigios que él mismo era el Mesías al cual habían estado esperando. Y para así llamarles al arrepentimiento y a una vida de santidad con esas palabras que vemos en más de una ocasión cuando dice, ve y no peques más. Además, él les habló de su muerte y su resurrección. así como también les habló del día del juicio y de su segunda venida y la condenación en el infierno a aquellos que no creen en él. El verbo de Dios les legó el ejemplo por excelencia de predicación. Y me temo que a pesar de que tenemos iglesias cristianas en cada rincón de nuestro país y que predican de formas diferentes, el Dios de las Escrituras aún sigue siendo un Dios desconocido. Creo que, lamentablemente, a muchas almas se les ha hecho daño presentándoles un evangelio fragmentado, una porción solamente, un evangelio incompleto, el cual así es carente de poder. Si bien es cierto, que es una tarea difícil incluir todas las doctrinas relacionadas con la salvación en una conversación de 10 minutos o en un estudio bíblico de 20 minutos, ni siquiera en un sermón de 40 minutos. Sería posible explicar la caída, la expiación, la sustitución, el sacrificio vicario del Señor Jesucristo, la redención, la justificación y más. Sin embargo, creo, que sí es posible sintetizar el mensaje del Evangelio de manera que podamos seguir el consejo de Pablo a Timoteo cuando le dijo, procura con diligencia presentarte a Dios aprobado como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Creo que podemos sintetizar el mensaje del evangelio de una forma que podamos usarla de manera correcta. De hecho, el apóstol, cuando dijo esto, usaba la idea de aquellos que trabajan con la madera, que tienen que tomar una medida exacta, porque si se pasan, desperdician el material. ¿Verdad? Y si es más corto, tienen que trabajar doble. Procura, hermano, debemos procurar usar bien, medir bien la palabra de Dios. tenemos que reconocer. Hay maneras más eficaces que otras al exponer el Evangelio en cuanto a la forma y en cuanto al fondo, porque estos dos aspectos guardan una estrecha relación. A lo largo de las Escrituras vemos buenos ejemplos de predicación. En este caso estamos hablando de Pablo en Atenas, pero bien pudiéramos hablar de Juan el Bautista. En Juan capítulo 3, versículos 28 al 35, si toman anotación, podemos tomar como ejemplo a Pedro en su primer discurso en Hechos capítulo 2, 22 al 42. Allí hallaremos que ellos abarcaron aquellos aspectos necesarios del mensaje del Evangelio que todo pecador debe saber para conocer a Dios. Ahora, en esta ocasión vamos a centrarnos en estos hechos narrados en el capítulo 17 del libro de los hechos. Esa ocasión en que Pablo predicó en Atenas, donde podemos ver un ejemplo de que no sólo tenemos que hablar de algún aspecto como el amor de Dios o de su encarnación, sino que debemos predicar de todas las implicaciones del Evangelio, de su muerte, de su resurrección, de que sólo creyendo en el Señor podemos escapar del día del juicio, aceptándole a Él y que el rechazarle, entonces, es la condenación. Hemos visto que hay maneras públicas y hay maneras personales de predicar. estas buenas nuevas. Estas buenas nuevas que también tienen malas noticias implícitas, pero debemos también predicar acerca de las promesas divinas de esperanza para el pecador. Estos elementos deben estar siempre presentes al predicar el Evangelio para ser mensajeros fieles apegados a las Escrituras, para que el oyente tenga una comprensión plena y pueda llegar a conocer a Dios. Por ello, quiero presentarles y, precisamente, animarles que, de esa forma, prediquemos el Evangelio de manera integral, teniendo en cuenta estos cinco elementos. Primero, habla a los pecadores de la gloria y el poder del trino Dios. Háblales de la Deidad de Cristo. En segundo lugar, veremos, confrontales con su pecado y culpabilidad. Tercero, llámales a reconciliarse con Dios, arrepentirse de sus pecados. En cuarto lugar, adviérteles acerca del juicio final. Y finalmente, háblales de la promesa y esperanza de vida eterna. Volviendo entonces al libro de los hechos, vemos acá el primer punto. debemos hablar a los pecadores del poder del Señor y particularmente convencerles acerca de la Deidad de Cristo. Lo que pasaba aquí en Hechos 17 es que después de un boicot ocasionado por los judíos en Tesalónica, por los judíos de Tesalónica que estaban en Berea, Pablo fue llevado a un puerto cercano. Providencialmente, Él estaba de paso en Atenas. Allí la providencia le llevó en medio de esta situación, donde él esperaba a Silas y a Timoteo para continuar los viajes ministeriales que se habían propuesto. No obstante, aprovechó la ocasión para predicar de Cristo y de la resurrección de los muertos, como vemos en los versículos 18 y 19. Y en el versículo 32. El texto explica que la persona céntrica del mensaje es el Dios no conocido. El cual, de hecho, sí es conocido porque Él se ha revelado. Porque aunque ellos no le conocían, en realidad, Dios sí se ha revelado. Él se ha dado a conocer. Como dice en Hebreos, capítulo 1, y le invito a leer este versículo conmigo, por favor, este pasaje de Hebreos, capítulo 1, los primeros versículos. Dios si se ha dado a conocer, dice Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos posteriores días nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo. Dios, habiendo hablado, notemos los versículos En nuestro texto, versículos 24 al 26, de Hechos 17, donde Pablo está hablando que Dios hizo el mundo, igual que Hebreos 1, Pablo está aquí concatenando la idea que también vemos en el libro de Colosenses. Él está hablando de la preexistencia de Cristo. Él está confirmando lo que es la deidad del Señor. Él está hablando de Cristo y del hecho de que Él no sólo es el creador, sino también aquel por medio de quien todas las cosas subsisten. Todos los sistemas que hay en el universo permanecen y funcionan a causa de Él. Él sí se había dado a conocer. Incluso Dios se dio a conocer a los gentiles. Por eso los magos de Oriente fueron a llevarle presentes. Porque habían oído del Mesías. Él se había dado a conocer. Por eso los principales sacerdotes sabían, conforme a la profecía de Miqueas 5.2, que él nacería en Belén de Judea. Lo maravilloso es lo que acabamos de leer en Hebreos capítulo 1. Que él también se dio a conocer de la manera más especial que el verbo se hizo carne. Él se convirtió en la predicación viviente cuando él vino y habitó entre nosotros. Él es Emmanuel. En Hechos 17, 24 al 28, que estuvimos leyendo, Pablo enfoca su mensaje en la Deidad de Cristo. El evangelio que estamos llamados a predicar se centra en Dios. Ese es el punto principal. Su santidad, su gloria, su alabanza, su plan eterno son el punto de partida en la predicación del evangelio. Nuestro mensaje no es humanista como era el caso de Erasmo de Rotterdam. Sí, hay una doctrina que es siempre, es y siempre será combatida por los incrédulos. Esa doctrina es la deidad de Cristo. Muchos en la actualidad tienen una actitud de comprensión y hasta una mal llamada espiritualidad por medio de la cual están dispuestos a tolerar cualquier costumbre, cualquier declaración o conducta del Islam, del Budismo y de las sectas pseudo cristianas. Pero niegan la verdad fundamental de que Cristo es Dios. Y debemos levantar esa bandera, siempre, en primer lugar, al predicar el Evangelio. Las Escrituras declaran que Jesús es el Creador, la Segunda Persona de la Trinidad, Dios Omnipotente y Príncipe de Paz, que Él se revela en cada página de las Escrituras, desde Génesis hasta Apocalipsis. Dice, y también la palabra enseña que Él, por Él y para Él, son todas las cosas. La Trinidad actuó en la creación y actúa en la creación también de cada... de una nueva criatura, de cada uno que es regenerado. Ahí está Cristo presente. Pero antes de iniciar a predicar el Evangelio de manera personal o de forma pública, más bien de forma personal, siempre deberíamos preguntarle a la persona, ¿qué sabes del Señor Jesucristo? Si hay algo que el ser humano rechaza, es cuando tú tratas de enseñarle algo que ya sabe. Escucha e instruyele a partir de ahí. Al predicar el Evangelio, ve con la actitud que tiene un periodista de investigación. Está dispuesto a buscar el qué, el quién, el cómo, cuándo, dónde y por qué las cosas han ocurrido. Recuerda que, por ejemplo, Lucas fue un historiador. y que pocos años después del Ministerio Terrenal del Señor, varios historiadores, como Cornelio Tácito, Flavio Josefo, Plinio el Joven, Trajano y otros, recopilaron información de cientos de hechos relacionados con el Señor y dejaron decenas de fuentes bibliográficas. Notemos que Pablo disputaba con los ciudadanos atenienses y los extranjeros visitantes Pablo estaba listo para responder a sus muchas inquietudes. Veamos los versículos 18 al 21. ¿Cuántas preguntas le hacían? ¿Qué querrá decir este? Se preguntaban entre ellos. Luego le preguntaban, ¿podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues, tenían gran curiosidad. Al predicar, hermano, muéstrale la evidencia bíblica de las profecías que apuntaban al Mesías y ponlas en paralelo con el cumplimiento en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, aquella profecía en Génesis 3.15, que Él destruiría la cabeza de la serpiente. Predice de un Salvador que sería la simiente de la mujer. refiriéndose al nacimiento virginal, así como la victoria de Cristo sobre Satanás. También Jeremías 31, 15. Isaías 35, versículo 5. Siempre relaciona la profecía con el cumplimiento del Mesías. Así como los salmos en el capítulo 2 también nos hablan acerca del ungido, del elegido. Daniel capítulo 9 también predica de estas cosas. No te quedes en los detalles solamente de un aspecto en particular, como es la encarnación del Señor, sino que debes, en segundo lugar, confrontarles con su pecado y su culpabilidad. Por ejemplo, en Hechos capítulo 8, el etíope eunuco leía un pasaje en Isaías 53. Entonces allí Felipe fue guiado por el Espíritu Santo para acercarse al carruaje y preguntar Este le preguntó entonces al profeta si había escrito esto de sí mismo o de algún otro. Y Felipe, ¿qué hizo? Comenzando desde esa escritura, le anunció el Evangelio de Jesús. La reacción del hombre fue que él creyó, fue bautizado y siguió su camino con gozo. Sin una presentación correcta del Evangelio, este hombre no hubiera llegado a tener convicción de pecado y obediencia a los principios que el Señor estableció. Vemos claramente que él entendió el propósito del bautismo y que él creyó en la Deidad de Cristo y que él es el Salvador. Para esto es necesario conocer también a quienes le predicamos. tengamos un background, tengamos un perfil de las personas a quienes les predicamos. Pablo conocía bien a su auditorio los epicúreos Ellos enseñaban que el propósito de la vida era el placer, algo parecido a los hedonistas. El placer y la liberación del dolor, las pasiones y los temores. Por otro lado estaban los estoicos, que enfatizaban el vivir en paz con la naturaleza, en dependencia de la razón y de otros poderes autosuficientes. Ambas escuelas filosóficas enfatizaban la búsqueda de la paz interna. Es importante conocer a quiénes le predicamos y las preguntas que pueden surgir de ellos. Primordialmente, Pablo discutía con judíos y gentiles temerosos de Dios en la sinagoga, luego debatió con filósofos epicúreos y estoicos en el Areópago, que era el tribunal superior de la antigua Atenas. Así también le llamaban a las personas que se reunían en ese lugar. Y para tener una idea de cómo pensaba ese auditorio al que Pablo le hablaba, estos eran filósofos griegos, los cuales buscaban lo que ellos llamaban el elemento primero de todas las cosas. ¿Cuál era el origen, el sustrato, la causa de la realidad o del cosmos? Ellos se hacían preguntas como, ¿cuál es el origen y principio de todas las cosas? ¿Qué es el bien, la verdad o la justicia? ¿Existe Dios? ¿Por qué estoy en este mundo? ¿Qué es el conocimiento? ¿Cómo se adquiere el conocimiento? ¿Qué hace que las creencias justificadas sean justificadas? Todas esas preguntas que ellos se hacían nunca podrían llegar a tener respuestas satisfactorias, porque todas esas preguntas se encuentran respuestas en la palabra de Dios. Así que, ese era el perfil de los que debatían con el apóstol Pablo. Aquello no era una disertación calmada y amistosa, era una audiencia inquisidora y hostil, curiosa, caracterizada por mucha religiosidad. Pablo cita incluso a alguno de sus filósofos la frase, linaje suyo somos, se atribuye al poeta griego Arato. Otros señalan que era Cleánto, el estoico, el autor. El hecho es que, aunque se indica la frase, en él vivimos, nos movemos y somos, se indica que fue dicha por el filósofo Epiménides de Nosos. Ya de antaño, Job había dicho, en Job 12.10, que en su mano, en las manos de Dios, está la vida de todo ser viviente. Y Daniel le hizo saber esto al rey Belsasar. en aquel día en que Dios profirió juicio contra él, donde dice Daniel 5.23, no glorificaste aquel en cuya mano se encuentra tu propio aliento. O sea que lo que estos filósofos palpando, arañando, llegaban a comprender claramente está establecido en la palabra de Dios. Guiado por el Espíritu Santo, Pablo cita a estos filósofos, de los cuales él tenía conocimiento. Él conocía a la audiencia a la que le estaba predicando. Pero él no lo hizo para alardear de conocimiento y de acervo cultural y literario, ni meramente para empatizar con la audiencia. Líbrenos, Dios, de esto. Él lo hizo para hacerles entender que, aunque ellos, como civilización, habían escalado a ciertos niveles de desarrollo, Eso no le era suficiente para conocer al Salvador, el cual había de ser conocido por la locura de la predicación de la Palabra de Dios. La filosofía podía darles un acercamiento, palpando los bordes de la verdad, si pudiera así decirse, pero aún ellos eran ignorantes del Evangelio de salvación. Y yo me imagino que el hecho de que Pablo les llamara ignorantes fue un insulto para estos encumbrados miembros de la élite ateniense. Atenas fue la cuna de la democracia y centro del aprendizaje del mundo antiguo. Allí podrían estar algunos de los más grandes artistas, escritores y pensadores de aquel entonces. Y tal era la riqueza cultural de Atenas que probablemente sea la única ocasión en la historia en que el conquistado que fue Grecia se impuso, impuso su cultura sobre el conquistador que era Roma. La tradición helenística fue tan rica en urbanismo, comercio, filosofía y política, etcétera, que su influencia llega hasta el día de hoy. Y Roma absorbió esa cultura en vez de reprimirla. Ciertamente habían alcanzado gran conocimiento los atenienses. Pero Pablo le pone claro de que eran ignorantes y no podían llegar al conocimiento de Dios si no era por la predicación del Evangelio. Esto nos ayuda a entender que Pablo estaba poniendo el dedo en la llaga del orgullo de ellos. Tal vez dirían, ¿cómo este forastero viene y tiene la osadía de llamarme ignorante? Tal vez fue la razón por la que como vemos al final del pasaje muchos de ellos no creyeron y se burlaron de Pablo veamos en tercer lugar debemos hacer un llamado a reconciliarse con Dios debemos hacer un llamado a todo aquel que escuche el evangelio que venga al arrepentimiento Pablo lo dice aquí en el versículo 30 les dice pero Dios Habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda. Y subrayemos la palabra manda. Recuerden que el primer punto era su deidad, por lo cual Dios tiene autoridad para mandar. Él manda a todos los hombres que se arrepientan. Pablo los llama al arrepentimiento ante el juicio inminente de Dios. No es casualidad que el arrepentimiento fue el eje central de la predicación de los profetas desde el Antiguo Testamento. Si vemos en Osea 6-7, a eso le llama el Señor, al arrepentimiento al pueblo. Pero, ¿cuál fue el eje de la predicación de Juan el Bautista? Arrepentidos porque el Reino de los Cielos se ha acercado. ¿Y qué decir del Señor Jesucristo? que los llamaba y los confrontaba con su pecado y los llamaba al arrepentimiento. Pero los apóstoles también siguieron con esa misma línea de predicación de la palabra. Si aún tú no estás en Cristo, debes saber que Dios quiere que tú sientas vergüenza, humillación y tristeza y rechazo por el pecado. Dios te llama al arrepentimiento. Tú te has preguntado en algún momento si estás sin Cristo el porqué de la cruz? Dios estableció que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. Porque como un Dios justísimo y santísimo puede simplemente pasar por alto el pecado, es imposible para Dios. Pero a su vez fue Dios quien estableció la muerte vicaria, que es la muerte en sustitución, en la cual el justo, que es Cristo, murió por los injustos para llevarnos a Dios. Si tú crees en aquel que justifica al impío, si crees en Cristo, entonces esa fe te es contada por justicia. Dios lo toma en cuenta como un cumplimiento de la ley de parte tuyo. Hace un momento cantábamos vida abundante, y dice ese himno, por su muerte, vida me dio. ¿Entiendes el por qué? Es que él murió en lugar del pecador para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Incluye en tu mensaje una advertencia también, hermano, al juicio final. Hechos 17, 31. por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Dios ha establecido un día de juicio en el que Cristo será el juez. Aquel varón que menciona aquí es el Señor Jesucristo. Necesitamos ser reconciliados Y esto implica que hay una enemistad entre el pecador y Dios. Entre cada persona que aún no ha conocido a Cristo y Dios hay una enemistad. Segunda a los Corintios 5, 19. Leamos. Segunda a los Corintios 5, 19. Dice la palabra. que Dios nos ha llamado a predicar. Dice que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándole en cuenta a los hombres sus pecados. Y nos encargó la palabra de la reconciliación. Dios se llama a hacer las paces con él. Como escribió un siervo de Dios, he aquí en maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre. Hay una enemistad tuya con Dios. En la desobediencia de nuestros padres Adán y Eva, la humanidad completa cayó bajo la maldición del pecado. Y eso hizo necesario que viniera el Redentor. El hombre a quien Dios designó para llevar a cabo el juicio es el mismo que se levantó de los muertos. Él es la persona central del mensaje del Evangelio. Él es el emisor de este mensaje. Toda la humanidad es la receptora. Y de entre nosotros, Dios ha escogido algunos para ser pastores, maestros, evangelistas, misioneros, para hacer la obra del ministerio. Y a través de ellos, Dios llama, Dios llama también a cada creyente, a todos los creyentes, a ser heraldos, a ser pregoneros de las buenas nuevas del Evangelio. Somos embajadores encargados de llevar este mensaje y de rogarle a la gente, reconcíliate con Dios. Que escuches y conozcas a Dios, porque de eso depende tu destino eterno. Cristo es el juez. Él también es el rey, porque ante Él se doblará toda rodilla y toda lengua confesará que Él es el Señor para gloria de Dios Padre. Hay un día de juicio final. Aquellos que aún no han gustado la benignidad del Señor, que aún no han creído en Cristo como Señor y Salvador. El llamado de Dios para ti, a la luz del juicio final, el llamado de Dios es, reconcíliate. Dios te dice a través de sus siervos, reconcíliate conmigo. Dios juzgará vivos y muertos conforme a este evangelio que tú escuchas hoy. Tal vez, esto te suena extraño porque crees, tal vez, que no eres enemigo de Dios. Mira lo que dice la palabra en Santiago 4.4. El Señor dice que aquel que es amigo del mundo, perdón, amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios. Y sé que muchos predicadores se han desviado del punto central del Evangelio y ya no hablan del pecado. Pero nosotros queremos ser fieles al Señor y decirte la verdad. Eres enemigo de Dios si estás sin Cristo. Has vivido en mundanalidad, como dice Santiago, siendo amigo del mundo. Has dado la espalda a los mandamientos de Dios. Sí, tú eres enemigo de Dios. Y Él te llama a deponer tus armas, a confesar tus pecados a Él y arrepentirte de todo corazón. Pero finalmente Dios te llama, y hermano, esto debemos predicarlo, la promesa de una esperanza de vida eterna. Pablo habló de la resurrección aquí en el Libro de Hechos. La resurrección es crucial Dice que Él dio fe a todos con haberle levantado de los muertos. Hermanos, hubo decenas, cientos de personas testigos de la resurrección del Señor. Creemos en Él por la fe. Pero como un extra, Dios ha dado evidencia histórica de todo lo que Él hizo. La resurrección señala su victoria sobre el pecado y sobre la consecuencia del pecado, que es la muerte. Porque el Señor venció la muerte. Él venció la muerte y ahora Él nos da la victoria sobre la muerte a todos los que creemos en Él. Como dice en 1 Tesalonicenses, capítulo 4, versículos 13 en adelante, Dice, tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual decimos esto en palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el mismo Señor, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire y así estaremos para siempre con el Señor. Hermanos, prediquemos este mensaje. Digamos a todo aquel que no ha creído en el Señor, arrepiéntete, reconcíliate con Dios. Tus pecados han hecho enemistad entre tú y el Padre. Y sólo la fe en el Hijo de Dios te puede hacer salvo. Escapa de la ira venidera que viene pronto. El llamado es a conocer a Dios. Él se ha dado a conocer por medio de su palabra. Cuando prediquemos, digámosle a los pecadores que ellos no pueden llegar a conocer a Dios por sus propios méritos. que ellos sólo pueden llegar a conocerle porque Él se ha revelado en el Hijo. Dios se ha dado a conocer. Y tal vez este es el versículo más conocido, Juan 3.16, que de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Pero al escuchar este versículo, Les rogamos a Dios que tú puedas conectar ahora los puntos y puedas ver la imagen completa. Dios es amor, como dice Juan 3, 16. Pero no olvides que Él es fuego consumidor. Él no dará por inocente al culpable. Acude a Cristo, clama a Él y serás salvo. Entonces, aquel Para quienes los atenienses era un Dios no conocido, para ti sí será conocido y será tu Padre Celestial y te dará vida y bendición y gozo por la eternidad. Amén. Señor, Dios santo y poderoso, alabamos tu nombre, Señor, y te exaltamos. Te pedimos, oh Padre, que tú Nos hagas heraldos de tu palabra, que tú nos enseñes cómo presentar tu santo evangelio y seamos hallados fieles como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Ayúdanos a trazarla con exactitud, porque tú nos has dado las herramientas, Señor. Danos sabiduría, Padre, pues solamente con la sabiduría de lo alto que viene de ti, Señor, por la obra del Espíritu Santo aquí en medio nuestro, es que podemos predicar tu Evangelio. Cuán bellos son los pies de los que anuncian la paz. Haz mucho de nuestros pies hermosos, Señor. En el nombre de Jesús. Amén.
Anunciemos el evangelio del Dios no conocido para que sea conocido por todos
Anunciemos el evangelio del Dios no conocido para que sea conocido por todos
Sermon ID | 123124122582976 |
Duration | 48:43 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Acts 17:16-22 |
Language | Spanish |
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