00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Santiago capítulo 5, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 7 hasta el versículo 9. Santiago 5, desde el 7 al 9. En medio de tu sufrimiento, espera con paciencia al Señor. En medio de tu sufrimiento, espera con paciencia al Señor. aquí en Santiago deja muy claro que esta vida está llena de problemas y al poner tu fe en Cristo como Señor y Salvador estos problemas de este mundo no desaparecen la clave es cómo actúas en medio de las pruebas y por ello nos dice en santiago 1 versículo 2 hermanos míos tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas es la actitud como actúas en medio de las pruebas no si pero notáis ahí santiago 1 versículo 3 Dice que, o sea, el versículo 2 dice que nos podemos gozar, ahora en diversas pruebas, y nos dice el por qué. Versículo 3, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Produce paciencia. Ahora aquí, el texto que vamos a considerar, si Dios lo permite, aquí en Santiago 5, del 7 al 9, dice, por tanto, hermanos, Tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones. porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros para que no seáis condenados. He aquí, el juez está delante de la puerta. Eso es Santiago 5, del 7 al 9. Y podéis notar cómo reitera el llamado a la paciencia. a la perseverancia, al mantenernos perseverando, con paciencia, sabiendo que Dios viene pronto, que nuestro Señor Jesucristo viene pronto, y por ello ahí versículo 7 dice, hasta la venida del Señor, refiriéndose a su segunda venida, a la segunda venida de Cristo. Versículo 8 dice, porque la venida del Señor se acerca, y aún el versículo 9 dice, el juez está delante de la puerta. O sea, nos está presentando la realidad de la segunda venida de Cristo, la certeza de que va a ocurrir, ¡La proximidad! ¡Está cerca! Está tan cerca que es como que puedes escuchar sus pisadas, y está a punto de abrir la puerta. Y es que en medio de tu sufrimiento espera con paciencia al Señor. Aquí, en el texto anterior, podéis notar que ha estado reprochando los opresores, los ricos, que no conocen al Señor y que han estado oprimiendo a los creyentes, lo que destaca es que la vida del creyente, sí, está llena de problemas. En este mundo temporal hay tribulación, hay persecución, ¡Hay opresión! Incluso aquí, en Santiago, vemos que esta carta es escrita a los que están en la dispersión, o sea, han sido dispersados por su fe. La mayoría de los destinatarios originales son judíos, nos menciona ahí en Santiago 1.1, que son las doce tribus que están en la dispersión. La mayoría son pobres, una condición oprimida, sufriendo toda clase de injusticias, Las personas se aprovechan de ellos, les arrastran a los tribunales, les desprecian por su fe, reciben toda clase de violencia, y están sufriendo muchas clases de pruebas. Y por eso, como leí antes ahí en Santiago 1, 2, dice, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas. Las pruebas son reales. Las pruebas son difíciles. Las pruebas nos hacen sufrir. Pero hay esperanza. Y la esperanza está en que Cristo vuelve. En que hay esperanza futura. Y entonces, por ello, aquí vemos la exhortación a ser pacientes. Por eso aquí el texto, aquí en Santiago 5, del 7 al 9, resalta esa idea de ser pacientes. Incluso empieza con esas dos, esas primeras dos palabras, por tanto. O sea, indicando la razón por la que es tan necesaria la paciencia es porque están sufriendo. Es porque hay opresión. No, porque cuando tienes dolores o cuando te hacen violencia o cuando te dañan, cuando estás sufriendo, ¿Quieres que acabe el sufrimiento ya? Y no quieres esperar. ¿Quieres que termine la prueba ya? ¿Quieres que tu vida sea un camino donde hay personas que echan esos pétalos de rosa delante de ti o tiran el... la alfombra roja delante de ti, o vaya personas así con una hoja de palmera y te van dando aire para que no tengas calor, etc. ¿No? ¿Quieres que todo vaya suave, sin problemas? Pero Dios no promete una vida sin problemas. Sí promete una vida eterna, ¿no? Promete una herencia reservada en los cielos y nos dice 1 Pedro 1 versículo 3 bendito el dios y padre de nuestro señor Jesucristo que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de los muertos para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero". Eso es 1 Pedro 1, del 3 al 5, pero podéis notar, pero el siglo 6 dice, "...en lo cual vosotros os alegráis". Aunque ahora, por un poco de tiempo, si es necesario tengáis que ser afligidos en diversas pruebas. Diversas pruebas. Eso es 1 Pedro 1, del 3 al 6. Ahí también menciona esas diversas pruebas, que mientras tanto, Bueno, pues tenemos que sufrir, pero Dios tiene un propósito. Es hacernos más y más conformados a la imagen de Jesucristo. Las pruebas tienen propósito. Dios obra a través de ellas para que crezcamos espiritualmente, para que le honremos, le glorifiquemos, le conozcamos más de cerca. Y si persiguieron a nuestro Señor Jesucristo, ¿Por qué crees que te deberían de tratar a ti mejor? Incluso nos dice... Segundo Timoteo 3, 12. También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución. O sea, las pruebas... Eso es Segundo Timoteo 3, 12. Las pruebas en este mundo van a venir. Si no estás sufriendo alguna prueba en este momento, las pruebas van a venir. Pero, hay esperanza. Y por eso aquí, ante tal opresión, dificultad, por eso aquí Santiago 5, versículo 7 dice, por tanto, o sea, las pruebas están allí, por tanto, hermanos, no se dirige a los creyentes, los hermanos en Cristo, ¡tened paciencia! ¡Hasta la venida del Señor! Hay que tener paciencia. O sea, Santiago quiere animar a los creyentes, porque los creyentes pueden perseverar, a pesar de la persecución, a pesar de la injusticia, a pesar de la aflicción, porque Cristo conoce su situación. Porque Cristo escucha su clamor. Porque Cristo viene para juzgar. Viene con justicia. Y el mismo día de juicio de los incrédulos es el día de salvación para los creyentes. Y es que Santiago hace un llamado a los creyentes a perseverar con paciencia. Es que el creyente debe de adoptar una actitud de paciencia hasta la venida del Señor. Y la idea de paciencia indica una fortaleza firme, aún en circunstancias difíciles. Nos dice Romanos 8, 25. Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. La fe es creer en algo que no puedes ver. Tener esa certeza. de algo que no puedes ver, como nos dice Hebreos 11, versículo 1. Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. ¿No? Creemos por fe. Lo aceptamos por la fe. Pero oye, en Romanos 8, 25 dice, si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. O nos dice 2 Tesalonicenses 1, 4. Por tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. ¿Por qué los creyentes ahí de Tesalónica pueden soportar todas esas persecuciones y tribulaciones? Porque tienen fe. Y porque permanecen esa fe con paciencia. Eso es 2 Tesalonicenses 1, versículo 4. Y es que el creyente debe de ejercitar PACIENCIA. Esperando y anticipando la venida del Señor. Y es que la venida de Cristo trae bienestar para el creyente. La venida del Señor aquí se refiere a la segunda venida de Cristo. Cuando Él vuelve como Juez y como Salvador. En primera Tessalonicenses 4 del 15 al 18 nos indica el rapto de la iglesia. Cristo vuelve a por su iglesia, pero Él no desciende sobre la tierra en ese momento, sino que Él los arrebata justo antes de la tribulación, se los lleva con Él al cielo, pero siete años después, cuando pase la tribulación, va a haber siete años, entonces Él volverá. y ahí es cuando desciende a la tierra y vemos como él desciende como juez como rey Y él viene para juzgar y reinar, y eso nos lo describe ahí en Apocalipsis 19, versículo 20, cuando él retorna con sus ejércitos, destruye a aquellos que se le oponen, establece su reino milenial y luego, después del reino milenial, Satanás intenta hacer una última revuelta, intentar hacerse con el poder una última vez, pero no puede contra el poder de Cristo. Y entonces es lanzado al lago de fuego y todos sus seguidores. y por ello vemos el gran trono blanco que nos dice apocalipsis 20 del 11 al 12 dice y vi un gran trono blanco Y el que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y de los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios, y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida, y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras. Eso es Apocalipsis 20, del versículo 11 hasta el versículo 12. Y luego nos menciona, en versículo 15, el que no se haya inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. ¿No? Ese juicio del gran trono blanco es para aquellos que han rechazado al Mesías, para aquellos que han rechazado a Dios y no se han sometido, no se han humillado delante de él, no han creído en él para salvación, entonces son los incrédulos, reciben justicia. Y por ello el creyente puede puede gozarse, porque hay esperanza de que el malhechor va a recibir justicia. No se va a escapar con la suya, porque Cristo volverá. Y eso es lo que está enfatizando aquí Santiago, 5, versículo 7, donde dice, por tanto, hermanos, tener paciencia hasta la venida del Señor. En Hechos 1, del 10 al 11, cuando Cristo asciende, dice en Hechos 1.10, estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que se iba, que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron, varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá, como lo habéis visto ir al cielo. Tenemos esa promesa de que Él volverá. Esos hechos 1, del 10 al 11. Incluso nos dice ahí en Mateo 24, del 29 al 30, dice, inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas, entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre, es un título mesiánico, refiriéndose a Jesús de Nazaret, el Cristo, verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Eso es Mateo 24, del 29 al 30, refiriéndose a su segunda venida, que nos describe ahí Apocalipsis 19. Eso era Mateo 24, del 29 al 30. Entonces, aquí vemos la paciencia que el creyente debe reflejar, debe vivir perseverando en la fe, con paciencia, hasta que Cristo vuelva. Y es que el creyente debe de adoptar una actitud de paciencia. Y es que, ante el sufrimiento, el creyente debe tener paciencia, sabiendo que llegará el día cuando todo cambiará. O sea, el injusto va a recibir justicia y condenación. O sea, el que ha rechazado a Dios toda su vida, el que ha oprimido, el que ha dañado, el que ha vivido para sí mismo, va a recibir justicia. No tienes que tomar venganza en tus manos, no tienes que intentar cambiar la situación y dañar a otra persona, porque eso le pertenece a Dios. Nos dice Romanos 12, 19, no os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está, mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Son Romanos 12, versículo 19. O sea, el creyente no debe de tomar la situación en sus manos y vengarse de sus opresores, o vengarse de sus enemigos, o vengarse de aquellos que le dañan. No. Eso le pertenece a Dios. Dios se encarga de eso. O sea, el injusto va a recibir justicia y condenación. Y el recto va a recibir salvación. O sea, va a completar su salvación. Y por ahí el creyente no debe tomar la justicia en sus manos. Aunque los tribunales humanos sean injustos. Aunque los tribunales sean influenciados por los recursos de los ricos. Y quizás reciban sobornos, etc. No, no tomes la justicia en tus manos. Eso le toca a Dios. Espera con paciencia. Dios va a llevar a cabo su plan. Puedes confiar en su palabra. Y es que la esperanza del creyente es que Cristo corregirá los males sufridos. Cristo dará a cada uno conforme a su obra. Y el que tiene paciencia, a pesar de las pruebas que está sufriendo, demuestra que confía en Dios. realmente es la respuesta adecuada ante las pruebas, ante la opresión, ante las dificultades. Por eso, como leí antes en Santiago 1, 3, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas. O sea, Dios está probando vuestra fe y eso produce paciencia, y eso es lo que necesitamos, paciencia. Y entonces, para ejemplificarlo, esa paciencia que debemos de reflejar, Aquí usa el ejemplo de un agricultor. Dice, esto es Santiago 5, versículo 7. A la mitad del versículo dice, mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Aquí el agricultor es un ejemplo... Es una ilustración natural, ¿no?, de la paciencia. ¿Por qué? Tiene que reflejar mucha paciencia. Tiene que trabajar sin saber qué va a ocurrir con el clima. Sin saber si va a llover lo suficiente o adecuadamente. Él no puede hacer nada para que la cosecha llegue antes de tiempo, aunque tenga hambre. Especialmente en la antigüedad, donde había poca comida y guardabas esa semilla, ¡era preciosa! Esa semilla representaba su sustento, ¡su vida! Y la cosecha, pues, determinaba su supervivencia. Y pues os podéis imaginar, tiene poca semilla y... y bueno, sabe que hay posibilidad de hambre. Si no viene una cosecha abundante, o sea, va a tener problemas y su familia quizás tenga hambre. Pero tiene que mostrar paciencia. No puede comerse la cosecha antes de tiempo. No, tiene que esperar. No puede hacer nada para que la cosecha crezca más rápido. No puede hacer nada para que para que llueva todo conforme a su plan. Incluso si hablas con los agricultores, incluso hoy en día. Recuerdo hablando con un agricultor diciendo es que la lluvia no cae al gusto de todos. Porque unos quieren mucha lluvia, otros quieren poca lluvia, otros no quieren lluvia ahora, otros sí quieren lluvia ahora. Y entonces, bueno, es que no lo puedes controlar. Y por eso el agricultor tiene que mostrar mucha paciencia. Sí, el agricultor tiene que trabajar. Tiene que preparar el campo, plantar la semilla... Pero tiene que esperar. Tiene que esperar la cosecha. Realmente puede hacer poco para impactar el resultado de todo su trabajo. Tiene que esperar y orar para que llueve de la manera adecuada, en el tiempo adecuado, y tiene que esperar. Tiene que mostrar paciencia. Está obligado a esperar la cosecha con paciencia. Tienes que esperar. No es solamente echar agua y de repente salen las plantas. No, tienes que esperar. y es que el agricultor depende del clima tiene que ejercitar la paciencia y es que el fruto de la tierra es precioso porque es su sustento por eso ahí dice el precioso fruto de la tierra pues es su sustento determina su supervivencia y entonces dice eh... aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía Ahora, las lluvias de noviembre a abril se dividían en tres. La lluvia temprana es en el otoño y es necesaria para sembrar, ¿no? Para preparar el terreno y poder sembrar. Entonces, eso es en octubre y noviembre. Llega esa lluvia temprana en el otoño. La lluvia del invierno es lluvia fuerte de diciembre a febrero. Pero luego es esencial recibir la lluvia tardía, que es en la primavera, es marzo y abril, para que el grano se hinche. Y entonces se hincha justo antes de la cosecha y entonces lo cosechas y tienes ese grano bien preparado, pero necesitas esas lluvias. especialmente en un territorio seco, cuando piensas en el territorio de Israel y sus alrededores, pues necesitas lluvia. Necesitas la lluvia a tiempo, porque si llueve demasiado se puede arruinar la cosecha, dependiendo de la temporada. Entonces, por ello tiene que mostrar paciencia y tiene que orar. El agricultor tiene que orar para que Dios dé la lluvia que necesita. Lo interesante es que en el Antiguo Testamento, todas las veces que menciona la lluvia temprana y la tardía, está en un contexto de fidelidad a Dios. Si el pueblo de Israel es fiel a Dios, es obediente, pone en práctica su palabra, Dios les bendice con las lluvias. Nos dice Deuteronomio 11, del 13 al 15. Si obedeciéreis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía, y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados y comerás y te saciarás. Eso es Deuteronomio 11, del 13 al 15. Deuteronomio 11, del 13 al 15. O sea, Dios promete dar lluvia si le obedecen, si le sirven. Y es que la lluvia temprana y la tardía demostraban el cuidado y la provisión de Dios. Y es que el agricultor sabio aprende a esperar. Aprende a esperar la lluvia con paciencia. Y entonces, al igual que el agricultor tiene que esperar con paciencia, el creyente debe ser paciente. Y esperar el tiempo y el propósito de Dios. Porque muchas veces no reflejamos paciencia. Y ahí es cuando vienen los problemas. Porque actuamos incorrectamente. Y es que el creyente debe esperar en el Señor. Debe reconocer que no puede forzar la mano de Dios para que Cristo vuelva antes, al igual que el agricultor no puede forzar la mano de Dios para que llueva como él quiere que llueva, o que venga el grano o la cosecha antes de tiempo, no. Tiene que esperar. Tiene que confiar en Dios. Y es que el creyente debe esperar correctamente el retorno de Cristo. ¿No debe de hacer concesiones espirituales? ¿No debe de ceder al mundo? ¿No debe de atacar al mundo? No, para vengarse, sino que debe de esperar con paciencia. Es que la confianza y paciencia en el cuidado de Dios recuerda al que sufre que Dios es fiel. Dios es fiel. Dios cumple sus promesas y Él vendrá a salvar al justo y va a juzgar a sus enemigos. Por ello hay que mostrar paciencia. Y lo reitera en el versículo 8. Eso es Santiago 5, 8. Tened también vosotros paciencia. Y afirmad, afirmad vuestros corazones. Porque la venida del Señor se acerca. Aquí Santiago reitera ese llamado a la paciencia. Hay que ser pacientes. Y añade la exhortación de mantenerse firmes. Incluso ahí dice afirmad vuestros corazones. Es que mientras el creyente espera la venida del Señor, debe de fortalecerse para las pruebas. Las pruebas van a venir. Fortalecete en el Señor. Van a venir las pruebas, pero también va... Estás en una lucha espiritual, fortalecete en el Señor. Como nos dice ahí en Efesios 6. Hay que estar preparados para las pruebas y para la batalla espiritual. Por eso hay que fortalecerse en el Señor. Aquí destaca una espera activa. El creyente debe esperar y ser paciente, ¿no? Al igual que un agricultor, que sí, espera la cosecha, pero mientras espera la cosecha, se mantiene activo. Trabaja, ¿no? Tiene que controlar las malezas, o tiene que fertilizar los campos, o tiene que proteger su sembrado, sus campos, tienen que protegerlo de los animales que lo puedan dañar. Tienen que protegerlo de los ladrones que se lo quieran quitar. Tiene que activamente trabajar. Entonces, de esa misma manera, el creyente debe mantenerse activo, fortaleciéndose, como aquí nos dice, afirmad vuestros corazones. O sea, hay que mostrar paciencia mientras esperamos fortalecer nuestros corazones. Y es que la cuestión no es el tiempo de espera. No, Dios se encarga del tiempo. Él va a venir en el tiempo perfecto. Pero es que la cuestión no es el tiempo de espera, sino la necesidad de permanecer firme. Hay que permanecer firme durante el... Al igual que el agricultor, que tiene que permanecer firme durante el periodo antes de la cosecha. No tiene que esperar hasta que el fruto esté preparado. pero cosecha demasiado pronto, no hace... ¡No sirve! No va a servir ese... esa... el fruto. Entonces, por ello, tiene que esperar con paciencia. Y la cuestión es lo que uno hace durante la espera, ¿no? Entre tanto que espera. Y aquí, esta idea de afirmad vuestros corazones, es la idea de estar firmes espiritualmente. es estar firme en la fe sin ceder a la duda. El creyente debe permanecer con paciencia, fortaleciendo su corazón, fortaleciendo su confianza en Dios, fortaleciendo su relación con Dios. En vez de agitarse por sus circunstancias adversas y la opresión que está sufriendo, debe desarrollar un espíritu de estabilidad. Incluso vemos que la necesidad de orar para que Dios nos fortalezca, ¿no? Incluso en 1 Tesanoicenses 3, del 12 al 13, 1 Tesanoicenses 3, del 12 al 13, dice, el Señor os haga crecer y abundar en amor, unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones. irreprensibles en santidad delante de Dios, nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos, sus primeras tesernoicenses 3 del 12 al 13. Vemos ahí el apóstol Pablo orando por los creyentes para que afirmen sus corazones y sean irreprensibles delante de Dios. Eso es 1 Tessalonicenses 3, del 12 al 13. Y es que el creyente debe tener firmeza de fe en medio de las tentaciones, en medio de las pruebas, en medio de las tribulaciones. Ahora, si notáis, en el versículo 7, aquí en Santiago 5, versículo 7, enfatiza la venida, ¿no? Dice, tener paciencia hasta la venida del Señor, pero aquí en el versículo 8, enfatiza la cercanía de la venida. Dice, porque la venida del Señor se acerca. Es que la paciencia y la firmeza espiritual se basa en la cercanía de la venida del Señor. Está por venir. Y es que la confianza está basada en la esperanza. Al igual que el agricultor tiene esperanza de que van a venir las lluvias, El creyente tiene esperanza de que Cristo volverá. Y debe reflejar esa paciencia. Y es que aquí el texto presenta la cercanía de la venida del Señor. Incluso el Nuevo Testamento enfatiza la cercanía. Cuando dice en Romanos 13, 12, dice, la noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz". Son Romanos 13, 12. En 1 Pedro 4, 7. "...mas el fin de todas las cosas se acerca. Sed, pues, sobrios y velad en oración". Eso es 1 Pedro 4, 7. Incluso nos dice Mateo 24, del 35 al 39, Mateo 24-35, el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero el día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Más como los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. porque como los días antes del diluvio estaban comiendo, bebiendo y casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos así será también la venida del hijo del hombre cuando menos lo esperen va a venir al igual que el diluvio llegó en los días de Noé como ahí menciona estaban Estaban comiendo, bebiendo, casándose, dándose en casamiento... Y no sabían hasta que vino el diluvio. Así será la venida del Hijo del Hombre. Las personas estarán viviendo como viven y de repente vendrá a... Y... Entonces ahí... Viendo que vendrá en juicio, ¿no? Será demasiado tarde para los rebeldes. Y es que esta cercanía que menciona cuando dice, porque la venida del Señor se acerca, esta cercanía es apropiada en el marco temporal. ¿No? A la luz de la eternidad, su venida está cerca. Lo que resalta las escrituras es que Dios es muy paciente. Por eso, a nuestros ojos se demora. ¿No? Porque aquí esta carta de Santiago se escribió hace unos dos mil años. y ahí está diciendo la venida del señor se acerca pero realmente resalta la paciencia de dios porque en segunda de pedro 3 del 8 al 9 dice maso amados no ignoreis esto que para el señor un día es como mil años y mil años como un día entonces nuestra perspectiva del tiempo es diferente a la de la perspectiva de dios porque como nos dice ahí primera perdón segunda de pedro 3 8 Para el Señor, un día es como mil años. Y mil años como un día. Versículo 9. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Eso es 2 Pedro 3, del 8 al 9. Entonces, esta demora que hay, Es muy bueno porque Dios está siendo paciente mostrando su misericordia para que todas las personas posibles se arrepientan de su pecado y clamen a Él. Dios va a cumplir su promesa. Y es que la venida de Cristo en gloria es el clímax de la salvación. Y por eso es necesario estar preparados. Es necesario perseverar en la fe. Y es que la esperanza de la cercanía de la venida de Cristo fortalece el corazón del creyente. Y es que la certeza y la proximidad de la venida del Señor realmente debe de impactar todo lo que hacemos. Debe de impactar nuestras decisiones. Nuestros valores. Es que debes de demostrar tu confianza en Dios al tener paciencia. Debes de afirmar tu fe en Dios al confiar en Él con paciencia. Debes de persistir siendo paciente por la fe. Fortalece tu fe aún a pesar de los sufrimientos. Fortalécete porque Cristo viene pronto. Y entonces llegamos aquí al versículo 9. Santiago 5 Versículo 9, dice, hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados, he aquí el juez está delante de la puerta. ¿Qué es lo que ocurre cuando no reflejas paciencia? Pues rápidamente te empiezas a quejar. Rápidamente empiezas a culpar a otros, a apuntar el dedo, a otros. Rápidamente, juzgas a otros. Protestas negativamente contra otros. Por ello, lo que hace Santiago es hacer esa conexión entre la paciencia que debemos reflejar ante la venida de Cristo, que se acerca y que está a la puerta, como nos menciona aquí lo del siglo IX, con el cómo nos tratamos los unos a los otros durante este tiempo de espera. debemos de reflejar paciencia. Y Santiago, inspirado por Dios, vuelve al tema de las palabras pecaminosas. Es que la queja contrasta con la paciencia que el creyente debe de reflejar. Es que la comunidad de creyentes ya tiene que soportar muchos ataques de los malvados que están fuera de la comunidad de la iglesia. No debería de haber ataques dentro de la iglesia. Dentro de la comunidad de creyentes, los creyentes deben de apoyarse y fortalecerse en la fe, no dañarse los unos a los otros, no quejarse los unos contra los otros, y yo creo que entendemos, o sea, el que sufre, el que sufre cuando tienes dolores es fácil quejarte, pero por ello aquí esta exhortación, sé paciente, Cristo viene pronto, refleja paciencia, O sea, para el que sufre, le es fácil tener mala actitud y quejarse. Es fácil frustrarnos los unos contra los otros. Bueno, porque la presión es demasiado y es como que no la podemos soportar, entonces nos empezamos a quejar. Empezamos a culpar a otros. Quizás por las circunstancias difíciles, o quizás por enfermedad, por opresión, por persecución, quizás el estrés del trabajo, o la presión de las clases, o quizás vienen esos desacuerdos, o quizás esas quejas, esas acusaciones para que nosotros podamos evitar problemas. Pero no debe ser el caso, entre en la comunidad de creyentes. No debemos de quejarnos, debemos de ser pacientes, como nos menciona aquí en versículo 7, hasta la venida del Señor. Y en versículo 8, porque la venida del Señor se acerca. Es que la exhortación, aquí en el siglo IX, es de guardarse de la mala actitud. Y de las malas palabras, porque el juez está cerca. Por eso nos dicen en el siglo IX, hermanos, no os quejéis unos contra otros. Para que no seáis condenados. Y aquí, el juez está delante de la puerta. Ahora aquí el... podéis notar, menciona para que no seáis condenados, ese término condenados es la idea de juzgados o evaluados, pasar juicio. Recordar que todo aquel que ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, no va a ser condenado con los incrédulos, no va a ser... no va a participar en ese... el gran trono blanco No va a sufrir la ira de Dios porque Cristo le ha rescatado, le ha salvado. Pero cada creyente sí va a ser evaluado por Cristo. Entonces, por ello, está diciendo, oye, eres creyente, sí. De todas formas, el juez viene para evaluar. Asegúrate de estar preparado para esa evaluación. El creyente debe de reflejar el carácter de Dios aún en sus pruebas. Aún cuando todo le va mal y sufre. Es que quejarse es la expresión de frustración por sufrimiento, por opresión. Está diciendo, mira, no hables mal de otro. No te quejes contra otro. Esa queja implica juicio. Nos dice Santiago 4, del 11 al 12. Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano, y juzga a su hermano, murmura de la ley, y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder. Pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? Eso es Santiago 4, del 11 al 12. Nosotros no tenemos la autoridad para juzgar a nadie. No tenemos esa autoridad. No debemos de criticar, no debemos de quejarnos contra otros. Porque Dios es juez. Él es quien tiene la autoridad para juzgar. Nos dice Mateo 7, del 1 al 2. No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. Eso es Mateo 7, del 1 al 2. Y es que quejarse es lo opuesto a la confianza. Es lo opuesto a la paciencia. Quejarse es decir que Dios no te ha dado todo lo que necesitas. Quejarse demuestra orgullo. al expresar que uno mismo es el juez y puede juzgar. Y está juzgando y se queja de que las circunstancias no son las que deberían de ser e incluso básicamente decir que uno mismo sabe más que Dios. Dios se ha equivocado y tiene que cambiar la manera de hacer las cosas porque tiene que hacerlo a mi manera, de acuerdo a mis planes. Entonces, quejarse demuestra orgullo. Y es que el creyente debe ser paciente para con los demás. Eso es lo que nos dice a través de las escrituras. Nos dice Efesios 4, 2. Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. Eso es Efesios 4, versículo 2. Primera Tesalonicense es 5, 14. Del 14 al 15. Primera Tesalonicense es 5, 14. También nos rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal. Antes, seguid siempre lo bueno para con otros y para con todos. Sos primera T.N. 4, perdón, primera T.N. 5, del 14 al 15. En Efesios 4.29, ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca. sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes." Esos, Efesios 4, versículo 29. Hay que recordar, todo lo que decimos, o sea, vamos a dar cuenta por todo lo que decimos. Dios lo sabe. Nos dice Mateo 12, 36. Mateo 12, 36. Mas yo digo, que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día de juicio. Y por ello aquí Santiago, inspirado por Dios, menciona la venida del juez. No, ha mencionado la venida de Cristo, la venida del Señor, y que la venida del Señor se acerca, y el versículo 9 dice, para que no seáis condenados he aquí, el juez está delante de la puerta. Y de la manera que lo describe, es como cuando estás esperando a alguien y escuchas sus pisadas. Y sabes que dentro de poco va a abrir la puerta. Estás escuchando las pisadas y en cualquier momento va a abrir la puerta. Y así lo describe. Y aquí el juez está delante de la puerta. O sea, su venida es inminente. En cualquier momento va a abrir la puerta, en cualquier momento va a venir. Y el juez juzgará a los malvados, pero los creyentes también serán evaluados. Porque todo creyente va a ser evaluado por Cristo. Nos dice 2 Corintios 5.10. 2 Corintios 5.10 dice porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Eso es 2 Corintios 5.10. El tribunal de Cristo es para los creyentes, donde van a ser evaluados. no está determinando su... su eternidad, ¿no? Porque al haber puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, ya son... el creyente ya es salvo de la ira de Dios. Aquí, en el tribunal de Cristo, está evaluando sus hechos, qué es lo que ha hecho durante su vida. Y como nos dice en 1 Corintios 3, del 10 al 15, o sea cada uno, la obra de cada uno va a ser evaluada. Y ahí en 1 Corintios 3, del 10 al 15 lo describe como la edificación de una casa, de un edificio. Dice 1 Corintios 3, 10. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima, pero cada uno mire como sobre edifica. porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno o jarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la declarará. Pues por el fuego será revelada y la obra de cada uno, cual sea el fuego, la aprobará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa Si la hora de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego". Eso es 1 Corintios 3, del 10 al 15. Ahí describe esa evaluación del creyente por medio de... de acuerdo a sus obras, dependiendo de la construcción que ha edificado durante su vida. El creyente es salvo. ¿No? El salvo de la ira de Dios. Nadie le puede quitar la salvación, porque está guardado por el poder de Dios. Pero va a recibir recompensa de acuerdo a su obra. Va a ser evaluado de acuerdo a su obra, dependiendo a cómo ha edificado. Y ahí en 1 Corintios 3, del 10 al 15, describe diferentes materiales y lo que hay que entender es que se va a evaluar cada edificio que se construya, se va a evaluar con fuego. Si la obra permanece, hay recompensa. Si la obra no permanece, no hay recompensa. Y por ello, hay que estar preparados para el día de la evaluación. ¿No? Para el... Para el... Para comparecer ante el tribunal de Cristo, como nos dice 2 Corintios 5, 10. Y por ello, cada creyente debe de evaluar su propia conducta. Porque el juez está cerca Y por ello aquí este texto, aquí en Santiago 5, del 7 al 9, resalta que el Señor viene. Y su venida se acerca. Incluso está a la puerta, está por abrir la puerta. Y es que la verdad de la venida de Cristo debe de corregir nuestras actitudes. Debemos de corregir nuestros pensamientos, nuestras acciones, debemos de considerar nuestra vida y darnos cuenta de que el juez está cerca, vamos a ser evaluados y debemos de ajustarnos a las escrituras. Pero al mismo tiempo, cuando sufrimos las pruebas, cuando nos oprimen, nos dañan, hacen toda clase de mal contra nosotros, el saber que Cristo viene y que su venida se acerca, que está a la puerta, eso debe de animarnos. No hay que desesperarse ante las pruebas. Hay que responder con fe. No hay que tomar la situación en nuestras manos. Hay que dejar la venganza en las manos de Dios. No hay que dudar del control de Dios. Debemos someternos a su plan. No hay que dudar del cuidado de Dios. Hay que descansar en su provisión. Por ello, cuando venga la aflicción, confía en el plan de Dios. Cuando ha tentado a quejarte, recuerda que vas a dar cuenta a Cristo por tus palabras. En vez de pensar que sabes mejor, sométete a Dios, porque Él es soberano. En vez de pensar que Dios te ha desamparado, recuerda que Él promete estar a tu lado. Cuando sufras, recuerda que Dios te está perfeccionando. En vez de echarle la culpa a Dios por todo tu sufrimiento, recuerda que Él quiere lo mejor para ti. En el momento de la prueba, recuerda la esperanza viva que tienes en Cristo. Cuando el dolor sea más fuerte, pon tu mirada en las cosas de arriba. Gózate en la gloria venidera. Cuando tus circunstancias te quieran desanimar, Anímate en el Señor. Mientras más sufras, más espera en la venida de nuestro Señor Jesucristo. Es que en medio de tu sufrimiento espera con paciencia al Señor. El Salmo 37, Salmo 37 aborda este tema y nos dice, Salmo 37, versículo 1, dice, no te impacientes a causa de los malignos. ni tengas envidia de los que hacen iniquidad porque como hierbas serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán confía en Jehová y haz el bien y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad deleítate a sí mismo en Jehová y Él te concederá las peticiones de tu corazón encomienda Jehová tu camino y confía en Él y Él hará exhibirá tu justicia como la luz tu derecho como el mediodía guarda silencio ante Jehová y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino. Por el hombre que hace maldades, deja la ira y desecha el enojo. No te excites en manera alguna a hacerlo malo, porque los malignos serán destruidos. Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo. Observará su lugar y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz. Eso es Salmo 37, del 1 al 11, y si saltamos al versículo 37, Salmo 37, 37, dice, considera al íntegro y mira al justo, porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos aún destruidos. La posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es de Jehová. Y Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará. Los libertará de los impíos y los salvará. Por cuanto en Él esperaron. Eso es Salmo 37, del 37 al 40. En medio de tu sufrimiento, Espera con paciencia al Señor. Vamos a terminar en oración.
En medio de tu sufrimiento, espera con paciencia al Señor
Series Santiago
Sermon ID | 1231231650214240 |
Duration | 54:04 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 5:7-9 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.