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Muy buenos días, hermanos. Espero
que estén pasando un buen tiempo de Navidad y fin de año en estos
días. Algunos que nos visitan y nos da mucho gusto. Es un tiempo
diferente, verdad? Los de la iglesia salen y otros
de otras iglesias vienen y nos visitan. Es un privilegio. Vamos
a buscar nuestras Biblias, el libro de Lucas. Puestos de pie,
leer del capítulo 2. Lucas capítulo 2. Vamos a leer comenzando el versículo
1 y terminando en el versículo 20. Lucas capítulo 2, versículo
1 hasta el 20. Sigan con sus vistas la lectura
de este pasaje. Lucas 2. a condición aquellos
días que se promulgó un edicto de parte de Augusto César que
todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo
sirenio gobernador de Siria, e iban todos para ser empadronados
cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea de la
ciudad de Nazaret a Judea a la ciudad de David, que se llama
Belén, por cuanto era de la casa y familia de David. para ser
empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba
encinta. Y aconteció que estando ellos
allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a
luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales, lo acostó
en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Había pastores en la misma región que velaban y guardaban las vigilias
de la noche sobre su rebaño. Y aquí se les presentó un ángel
del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron
gran temor. Pero el ángel les dijo, No temáis,
porque aquí os doy nuevas de gran gozo que será para todo
el pueblo. que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador,
que es Cristo el Señor. Esto os servirá de señal. Hallaréis
al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Irrepentidamente
apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que
alababan a Dios y decían, Gloria a Dios en las alturas y en la
tierra paz, buena voluntad para con los hombres. Sucedió que
cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores
dijeron unos a otros, pasemos pues hasta Belén y veamos esto
que ha sucedido y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron
pues apresuradamente y hallaron a María y a José y al niño acostado
en el percebre. Y al verlo, dieron a conocer
lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron
se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María
guardaba todas esas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los
pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que
habían oído y visto, como se les había dicho. Es aquí en la
lectura de la escritura. Oremos para que el Señor nos
ayude a entenderla. Bendito Señor, nuestro gran Dios,
te damos gracias que podemos estar en tu casa. Gracias que
podemos entonar estos himnos. Gracias que tenemos hermanos
y hermanas en Cristo. Podemos tener compañerismo. Gracias
por los hijos que nos has dado, los niños en la escuela dominical.
Te pedimos por cada uno de ellos que ellos sigan adelante en el
Evangelio. Te pedimos, Señor, para nosotros
ahora que tu palabra se extienda. Te pedimos, Señor, por el Espíritu
Santo que convenza de pecado, que nos consuele, nos dirija,
nos nos lleve a Cristo. Y si hablo, que hable conforme
a la palabra de Dios. Y si ministro, que ministre conforme
al poder que Dios da para que en todo sea nuestro Señor Jesucristo
exaltado. En su bendito y santo nombre
te lo pedimos. Amén. Amén. Sentémonos, hermanos. Este es el último sermón de nuestra
serie navideña. En este pasaje de Lucas que leímos,
Lucas capítulo 2, se nos relata, comenzando en el versículo 8,
sobre cómo los ángeles anunciaron el nacimiento del Señor a unos
pastores. Y de este párrafo, generalmente
los predicadores enfatizan a los pastores, que son pastores de
ovejas, pastores de corderos, pastores pobres, pastores trabajadores,
pastores obedientes, que a ellos se les anunció el nacimiento
del Señor. Hay otros que enfatizan a los
ángeles, que son poderosos, se aparecieron, son ministradores,
como dice en Hebreos, a los que serán heredos de la salvación.
Los ángeles enfatizan a los predicadores, que son seres que alaban al Señor
con cánticos. Y estas enseñanzas, por supuesto,
están bien, son bíblicas, pero no son la razón principal por
la cual tenemos este pasaje. El corazón del pasaje lo tenemos
en las palabras del ángel a los pastores en el versículo 10.
El versículo 10 dice, Pero el ángel les dijo, No temáis, porque
aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo,
que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es
Cristo el Señor. Esta mañana nos profundizaremos
en la primera frase, cuando el ángel dice, He aquí os doy nuevas
de gran gozo, que será para todo el pueblo. Y especialmente meditaremos
en las palabras, nuevas de gran gozo. Nuevas de gran gozo. Hemos de aclarar las palabras,
la frase, para todo el pueblo. Estas nuevas de gran gozo, dice,
será para todo el pueblo. ¿Quién es el pueblo? Pues no
ha de ser el pueblo de Belén, porque el Evangelio, las buenas
noticias, es para todo el mundo. No es para Belén nada más esto,
no es para la ciudad de David, como se le llama aquí. Y es obvio
que no todas las personas que vivían en Israel, el pueblo de
Israel, la nación de Israel, se pusieron muy contentas con
las noticias de que Cristo había nacido. Cuando Herodes escuchó
de los reyes magos, bueno, llamados reyes magos, los sabios del oriente,
¿verdad? Cuando Herodes escuchó de los
reyes magos que el rey de los judíos había nacido, él se sorprendió. Y nos dice la Biblia que toda
Jerusalén con él. Y Herodes no se puso muy contento. Por supuesto que no. A lo último
se enfureció tanto que mandó matar a todos los niños menores
de dos años de la región de Belén de Judea. Ustedes conocen la
historia. Herodes, Jerusalén, se sorprendieron. No se pusieron muy alegres por
esto. Los religiosos de este tiempo, los escribas, los doctores
de la ley, no se alegraron con las noticias tampoco. De hecho,
cuando conocieron a Cristo, también lo quisieron matar. Y a lo último,
lo crucificaron. No lo recibieron. Entonces, ¿a
quién se refiere el ángel cuando dice, les doy nuevas de gran
gozo que será para todo el pueblo? ¿Quién es el pueblo que se alegra
con estas noticias? Bueno, Mateo 1.21 nos da la respuesta. En Mateo 1.21, un gran texto
de Navidad, estudiamos el domingo pasado, Mateo 1.21, otro ángel
se le aparece a José y le dice que la Virgen María dará a Luz
un hijo y Le llamarás Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus
pecados. ¿Quién es su pueblo? El pueblo
en griego es una palabra que también se puede traducir a multitud,
se puede traducir también gente como en Lucas 6, 17. Entonces
el pueblo aquí, el pueblo de Cristo, se trata de la gente
de Cristo, se trata del pueblo de los que Él redimió. O como
dice nuestro Señor Jesucristo, le gusta mucho decir las personas
que el Padre le dio, sus ovejas. Su iglesia, ¿verdad? Los que
creen en Él. Gente de todo el mundo, no solamente
judíos, pero también no judíos, los gentiles, una multitud innumerable,
nos dice en Apocalipsis 7. De eso se trata. Esos son los
que se pusieron muy alegres por el evangelio que Cristo había
nacido. Pero también aquí, cuando hablamos
de pueblo, recordemos precisamente en Mateo 1, 21, nos dice que
Él salvará a su pueblo de qué? de sus pecados. ¿Quiere decir
que era un pueblo pecador? Sabemos la historia, nos conocemos
a nosotros mismos, somos rebeldes, necios, desobedientes. Ese es
el pueblo que Cristo vino a salvar y por nosotros, por pura misericordia,
vino a este mundo, por amor y compasión divino, vino para nosotros para
nacer en Belén y morir en Jerusalén. Muy bien, con esto en mente,
ya sabemos quién es el pueblo aquí. Ahora metemos en la frase,
he aquí os doy nuevas de gran gozo. que le dijo el ángel a
los pastores. He aquí os doy nuevas de gran
gozo. En el español de nuestros días,
aquí como hablamos en Sonora, nosotros diríamos, miren, fíjense,
les doy buenas noticias de mucha alegría. En este versículo, el
ángel anuncia el evangelio a los pastores. Literalmente el versículo
lee, fíjense, los evangelizo. Esa es la palabra en griego,
los evangelizo. Les doy buenas noticias que causarán
gran alegría. Y nunca en la historia, nunca
en ningún periódico, en ninguna radio se habían escuchado tan
buenas noticias o las mejores noticias del universo. Son noticias
que causan gran alegría en el alma, lo profundo de nuestro
ser. No tan solamente en la cara,
pero en el corazón. Yo no voy a la mega. Prefiero
el mandadito aquí o otras tiendas. Está bien si ustedes van a la
mega, Soriana, ¿verdad? ¿Saben qué significa mega? mega
es una palabra griega de hecho es una palabra que se usa en
este texto cuando dice gran gozo es la palabra megalos gran es
mega mega gozo como dice el himno oh santísimo felicísimo que causa
mucha felicidad mucha alegría son noticias que causan muchísima
alegría mega alegría Entonces la frase que vamos a meditar
nos lleva a preguntarnos, ¿por qué las noticias de Cristo causarían
mega alegría a todo el pueblo? Es lo que vamos a ver en esta
mañana. ¿Por qué las noticias del nacimiento de Jesús en Belén
causarían tanta alegría, mega alegría a todo el pueblo? Bueno, pudiéramos pensar en tres
razones. La primera, en primer lugar,
causarían mega alegría porque las habían esperado por mucho
tiempo. Esas noticias las habían esperado
por muchísimo tiempo. No sé si a ustedes les ha tocado
comprar cosas en línea o también como lo hacíamos antes, ¿verdad?
Por correo, por catálogos o íbamos a Jesse Penney a Tucson, íbamos
a encargar algo y no lo tenían. Y nos decía, no sé cómo se dice
en español, back order. Es como cuando lo van a tener
después y nos van a avisar, ya llegó, ¿verdad? Pero ahí va a
estar guardado. No está todavía ahí. Teníamos
que esperar a veces hasta meses, porque de aquí que íbamos a Tucson
otra vez, ¿verdad? A recoger el paquete. Estaba back order,
decían en inglés. Por mucho tiempo estuvimos esperando,
pero cuando llegó, ¡yeah! La corbata que yo quería. Esa
es la que me fascina en esas paisleys. Una paisley es como
una de estas, ¿verdad? Bueno, por fin llegó la corbata
y estaba contento después de mucho tiempo. Hace muchísimos
años, muchísimo tiempo, miles de años, que Dios había prometido
a su pueblo un salvador. Miles de años esperando esta
buena noticia. ¡Ya nació! La primera mujer,
fue una mujer que recibió estas noticias. Fue una mujer que se
le dijo, van a hacer un salvador. La mujer se llamaba Eva. Y se
le dijo a Eva, de tu simiente vendrá el salvador que vencerá
al dragón, la simiente de la serpiente. Y a través de la historia,
escuchamos que Dios le dijo a Abraham, de tus simientes serán benditas
todas las naciones. Y nuestro Señor Jesucristo nos
dice que Abraham supo de su día. En Juan nos dice, en Juan 8,
que Cristo dijo, Abraham, nuestro padre, se gozó de ver mi día
y lo vio y se gozó. Escribió de su Redentor, de su
Salvador. Sabía que Cristo venía en los
Salmos. David, una otra vez, menciona
a Cristo, por supuesto. Miles de años antes, todos los
profetas. Quiero que subrayen esto en Esos
3.18. A mí, yo lo leí y pensé, ¿cómo es posible? Bueno, es muy
posible porque tenemos sus escritos y muchos de ellos dijeron. Pero hubo muchos profetas que
no tenemos lo que ellos predicaron. Pero vean lo que dice Eshosh
capítulo 3 y versículo 18. Y quiero que subrayen una palabra
nada más. Eshosh capítulo 3 y el versículo 18. El apóstol Pedro está predicando
que mataron al autor de la vida y nos dice el versículo 17. Mas
ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también
vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo
que había antes anunciado por boca de todos sus profetas. Todos sus profetas, subrayen
todos. Todos los profetas de Dios predicaron,
anunciaron, Cristo viene, va a nacer, va a padecer en la cruz.
Todos los profetas, todos. por miles de años. Viene, ahí
viene Cristo. Como le dijo Abraham a su hijo,
¿verdad? El Señor se proveerá para el
sacrificio. Juan el Bautista dijo, he aquí
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y estas
noticias, esas noticias Causaron mega alegría, por supuesto, a
todo el pueblo. Estaban esperando que Cristo
viniera, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Por
eso causaron mega alegría. Por mucho tiempo esperando esto. En segundo lugar, en segundo
lugar, pudiéramos pensar que causaron mega alegría porque
había mucha necesidad de estas noticias. Había mucha necesidad
de estas noticias. Vamos a suponer que estás muy
enfermo, estás muy grave, y el doctor te dice, necesitamos esta
medicina. Ahorita no hay esta medicina. Hay unos estudios en Houston,
Texas, sobre esta medicina que tal vez nos dé esperanza en cuanto
a su caso. Y ahí estás, por semanas estás
orando, le pides a tus amigos oren, que esta medicina se apruebe. Estás sufriendo. Y llega un amigo y te dice, te
compré un Rolex. Te compré un Rolex. Tú le dices, no me sirve un Rolex
ahorita. Me estoy muriendo. Yo necesito
la medicina. Hasta que el doctor te dice,
la medicina ha sido aprobada. Ya viene en camino. Y es lo que
más necesitabas. Teturgia. Y así aquí. lo que le urgía al pueblo, y
lo que más necesitamos hoy. Como leímos en Mateo 1.21, es
un salvador, el salvador de nuestros pecados. Son los pecados los
que no nos dejan vivir, es lo que nos está matando, es lo que
carga nuestras conciencias, es lo que nos lleva al infierno
eterno. Necesitamos un salvador. No podemos salvarnos a nosotros
mismos. Nacimos con pecados. Muchos pecados cometemos todos
los días y Dios es tan santo, tan estricto, tan puro. Es un
necio el que confía en la moralidad, en civismo, en dar limosnas,
que de alguna manera Dios lo va a aprobar hacia el final porque
es más buena, más bueno que el vecino. No, no, no, no, no. Y
hay mucha necesidad entonces, mucha necesidad de estas noticias
que ha nacido un salvador, que es lo que más necesitamos, es
lo que más nos urge. Y en nuestros días es lo que
se necesita, el evangelio de salvación. Hoy en nuestros días,
lo profetizó el apóstol Pablo, vivimos en días peligrosos porque
hay hombres amadores de sí mismos, avariciosos, vanabloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres. ingratos, traidores,
amadores de los deleites, más que de Dios. Y luego Santiago,
como leímos precisamente en esta mañana, nos dice, si cometemos
un pecado somos culpables de todos. Ante Dios somos culpables
ante su ley. Nos condena a la muerte a todos.
Una mentira nos condena. Una mala palabra nos condena.
Un mal pensamiento nos condena. Una envidia, un enojo nos condena
ante Dios. Entonces, qué buenas noticias. Excelentes noticias. La medicina
está lista. Os ha nacido un salvador. Con razón, causan mega alegría. Claro. Tenemos mucha necesidad
de estas noticias. Que nos ha nacido un salvador
para nosotros. Os ha nacido. Es para ustedes,
para nuestro beneficio, para nuestra salvación. Y algo que
hay de notarse aquí, no sé si ustedes saben esto, nos dice
aquí, vean el pasaje de Lucas, veanlo en su Biblia. En Lucas
nos dice que os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador
que es Cristo el Señor, que es Cristo el Señor. El ángel, cuando
menciona esta palabra Señor, y no tan solamente aquí, pero
en todo el Nuevo Testamento, cuando se usa esta palabra Señor,
se usa una palabra griega que traduce el hebreo Adonai, que
traduce el hebreo Jehová, el Dios del Antiguo Testamento.
Sigan la lógica, sigan la lógica. El ángel usa una palabra en griego
que traduce el hebreo Jehová, Adonai. Por ejemplo, vean el
versículo 9. Y aquí se les presentó un ángel
del Señor. Y la gloria del Señor lo rodeó
de resplandor y tuvieron gran temor. Es esto de Dios, Jehová. Y luego aquí nos dice en nuestro
texto, os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador,
que es Cristo el Señor. Cristo es Dios, el Señor del
Antiguo Testamento. Y la lección entonces es que
Cristo como salvador tiene todo el poder de Dios. Es un poderoso
salvador, como dijo el padre de Juan el Bautista. Es un omnipotente
salvador. Ninguno de nosotros, ninguna
de las personas que están aquí o que me están escuchando puede
decir, yo soy muy pecador. Mi pecado es horrible, si supieran. No puedes decir eso. Cristo es
un poderoso salvador porque él es el Señor. No puedes decir,
mi vecino es imposible. No puedes decir, mi hijo es imposible. No puedes decir, mi amigo es
imposible. No, no, no, no, no. Cristo es
un poderoso salvador. Cristo el Señor. Donde las buenas
noticias del nacimiento de Cristo causarían mega alegría a todo
el pueblo porque las habían esperado durante mucho tiempo. Número
dos, porque había mucha necesidad de esas noticias. Y en último
lugar, pudiéramos pensar, porque las buenas noticias incluyen
muchas bendiciones. Las buenas noticias incluyen
muchas bendiciones. No sé si usted ha tenido muy
buenas noticias, perdón, muy buenas calificaciones, excelente
en primaria, desde kinder, ¿verdad? Excelente en kinder, excelente
en primaria, excelente en secundaria, excelente en la preparatoria.
Y luego usted solicita una beca. Usted quiere ayuda para pagar
la colegiatura. Es muy cara, muy cara en la UTEC
de Monterrey, carísima. Quieren una beca. Y la solicitan
a la asociación Rodríguez. Creo que hay una asociación Rodríguez
aquí en Hermosillo, ¿verdad? En zona que pueden dar becas.
Y por fin recibe noticias la respuesta a su petición sobre
esta beca. Y usted lee. Se le ha otorgado la beca que incluye libros, colegiatura,
el dormitorio, todos los gastos, más un estipendo para sus necesidades
personales. Todo incluido. Eso sí que son
buenas noticias. Usted esperaba la colegiatura
nada más, pero le pagan todo. Y además le dan extra. Y así
es aquí. Y aquí os doy nuevas de gran
gozo que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy en la ciudad
de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Cristo como
Salvador, su salvación incluye mucho, mucho más que nada más
perdonarnos, mucho más que eso. Dios ha nacido un Salvador que
es Cristo, incluye su obra precisamente como Cristo. Cristo es una palabra
griega, en hebreo ustedes la conocen. Mesías, que significa
ungido. En el Antiguo Testamento, Dios
mandó que se ungiera a todas las personas que Él había escogido
para que fueran sacerdotes o profetas o reyes. Esos eran los ungidos
de Dios, los Mesías, los Cristos de Dios. Ahora, cuando hablamos
de Cristo con respecto a nuestro Señor Jesucristo, hay algunas
personas que creen que Cristo es como su segundo nombre. que
algunas personas le decían Jesús, otras personas decían Cristo,
otras personas decían Jesucristo. Cristo era como su segundo nombre.
Pero no, no, no es así. Vean conmigo, Hechos 2, 36. Hechos
2, 36. Una vez más, Pedro predicando
ahora en el Sermón del Pentecostés. Hechos 2, 36. Sepa pues ciertísimamente toda
la casa de Israel, que a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis,
Dios le ha hecho Señor y Cristo. Dios le ha hecho Cristo. Cristo es una profesión. Cristo es una función, un oficio. Eran ungidos para ser sacerdotes,
profetas y reyes. Jesús de Belén fue ungido, es
el Cristo, lo ha hecho Cristo, para que cumpliera con esas tres
funciones. De profeta, para enseñarnos de
Dios. Todo lo que necesitamos, la realidad,
la verdad existencial. ¿De dónde venimos? ¿Para qué
estamos aquí? ¿Cómo estamos bien con Dios?
¿A dónde vamos? ¿En qué va a terminar todo esto?
Cristo nos enseña, como sacerdote. Él tiene la función de representarnos
ante Dios. El profeta representaba a Dios
ante los hombres, el sacerdote representaba a los hombres ante
Dios. Nos explica en hebreos y en romanos
también, como sacerdote Cristo intercede por nosotros, como
sacerdote sacrifica, se sacrificó a sí mismo, a sí mismo, a sí
mismo, por nosotros una sola vez para siempre. Y como Rey,
Él nos atrae, nos gobierna, nos sostiene, nos dirige. Él provee
líderes en su reino, leyes para que sepamos cómo acercarnos a
Él, cómo agradarle a Él. Eso tenemos por nuestra salvación,
porque Él es nuestro Salvador. El mundo no tiene esto. El pueblo
de Dios, sí. Pero hay más. Porque os ha nacido
un Salvador, incluye todas las bendiciones de nuestra salvación.
O como dice en cierto lugar, Él nos bendijo en toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Y aquí podemos hacer
una lista comenzando con nuestra vida nueva. que se nos concede
el arrepentimiento, se nos da el don de la fe. Somos declarados
justos, transformados por su gracia. Pero además, esta salvación
incluye que somos adoptados por Dios. Nosotros solamente se nos
perdonó. Pero el Señor nos hizo hijos
suyos. ¡Increíble! Fuera un buen juez
que después de pagar la multa le dice al criminal, estás libre. ¡A tu casa! Pero que juez es
éste que nos perdona, él paga la multa y nos dice ¡Ven a mi
casa! ¡Quiero que seas mi hijo! ¡Quiero
que seas mi heredero! ¡Co-heredero! ¡Co-heredero con
Cristo! Esa es la salvación. Incluye
todo. Nuestras oraciones son escuchadas.
Todo lo malo que nos pudiera pasar, usado para nuestro bien. Y nos provee todo lo necesario
para que lleguemos al final. Con razón, las buenas noticias
del nacimiento de Cristo causarían mega alegría a todo el pueblo. Muy bien, antes de las conclusiones
prácticas. Leamos dos versículos nada más
que confirman esta verdad. El evangelio causa mucha alegría,
gran gozo. La cristiandad, a lo último,
es una religión de alegría, de gozo. No sé si ustedes han notado
antes, ahí en el semáforo, a la izquierda en el Quintero Arce,
hay unos letreros muy grandes. Hay uno de birria. Está muy buena
ahí la birria, por cierto. Pero hay otro de una iglesia.
No sé si se han fijado de los cultos, de los servicios que
dan. Bueno, uno de esos cultos dice,
culto de alegría. Uno de los cultos. No, no, no. Todos los cultos de todos los
cristianos son de alegría, son de gozo. No está solamente uno. Vamos a los versículos. Hechos
capítulo ocho. Hay muchos, por supuesto, sobre
todo en los Salmos, pero nada más vamos a leer dos. Hechos
capítulo ocho y versículo cinco. Felipe. Bueno, voy a comenzar con el
versículo cuatro. Tiene que ver con el contexto. Hechos capítulo
ocho y versículo cuatro. Pero los que fueron esparcidos.
iban por todas partes anunciando, ¿qué? El Evangelio. Entonces Felipe, descendiendo
a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Ese es el Evangelio.
Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía
Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que
tenían espíritus inmundos, salían esos dando grandes voces, y muchos
paralíticos y cojos eran sanados. Así que había gran gozo en aquella
ciudad. Gran gozo. Mega gozo. Otro ejemplo. Segunda de Corintios
8. Segunda de Corintios, capítulo
8. Nos dice el versículo 1. Así
mismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado
a las iglesias de Macedonia. que en grande prueba de tribulación,
la abundancia de su gozo, la abundancia de su gozo y su profunda
pobreza abundaron en riquezas de su generosidad, abundancia
de gozo. Por qué? Como nos dice el versículo
9, conocían la gracia de nuestro señor Jesucristo, que por amor
a nosotros se hizo pobre, siendo rico para que nosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos. Otro antrexto de Navidad, por
cierto, Y conocieron el evangelio, abundante gozo en sus vidas. Muy bien, comprobado esto, vamos
a terminar con dos conclusiones prácticas. Y aquí os doy nuevas
de gran gozo que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy
en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. La primera
conclusión es que la Navidad se trata del nacimiento del Salvador,
que es Cristo el Señor. El versículo lo dice claramente.
La Navidad Se trata del nacimiento del Salvador, que es Cristo el
Señor. El Señor, Dios, cumplió su promesa
y nos ha dado el Salvador que tanto esperábamos, que tanto
necesitábamos, y nos ha dado tantas bendiciones en Cristo.
Nos ha dado todo. Como dice el apóstol en Corintios,
todo es vuestro. En Cristo tenemos todo. Entonces,
debemos celebrar este tiempo con mucha gratitud. mucha alegría,
mucho agradecimiento por el gran regalo que Dios nos ha dado.
En las palabras del apóstol Pablo, gracias a Dios por su don y nefa. Segunda conclusión. La felicidad
real, el gozo en el alma, se encuentra en tener como salvador
a Cristo el Señor. La felicidad real, la alegría
del alma, lo más profundo en su ser, se encuentra en tener
como salvador a Cristo el Señor. Solo, solo si resuelves el problema
que Dios tiene contra ti, por tus desobediencias, puedes tener
gozo, o como acabamos de cantar, puedes tener paz en el alma.
Entonces, tienes que arrepentirte. Tienes que creer el Evangelio.
Hay mucha gente feliz, alegre en este tiempo por los aguinaldos,
los regalos, compras, borrachera, etc. Pero esta felicidad es muy
pasajera, muy superficial. No tienen un salvador. No tienen
a Cristo el Señor. Entonces, asegúrate que eres
parte del pueblo de Dios, del pueblo de Cristo. Asegúrate que
estás alegre en estos días, no tanto por lo material, los amigos
o tu familia, pero porque Dios se ha reconciliado contigo. Y
tienes paz, gozo, porque estás seguro que Dios te ha perdonado
todo. Estás seguro que tienes un gran
Salvador que te llevará la gloria eterna. Pero como te aseguras
de que eres parte del pueblo de Dios, Bueno, no tienes que
escarbar si soy escogido o no, me siento o no, pero sabes que
eres parte del pueblo de Dios porque crees en la primera Navidad.
¿Crees que sucedió en la historia que Dios Hijo se hizo humano,
en carne, con un cuerpo como el de nosotros, vivió entre nosotros
cumpliendo la ley de Dios en nuestro lugar como nuestro representante,
se sacrificó a sí mismo por nuestros pecados? ¿Lo crees de corazón? ¿Lo crees? Eso es lo que te hace
parte de esa gente que tanto se goza en el Evangelio. Y eso
es lo que quiero enfatizar. Entre más entendamos y apliquemos
el Evangelio a nuestras vidas, más felicidad vamos a tener.
Como cristianos, a mí me falta esto. Yo creo que a todos nos
falta esto. Y al último, Creo que cuando
estemos en gloria en el cielo, entonces vamos a entenderlo al
100%, ¿verdad? ¿Qué tan pobre se hizo Cristo
siendo tan rico y vino a este mundo dejando su trono de gloria? Vino a sacar la escoria. Entretanto, entendamos más y
apliquemos el Evangelio. Es salvación. Entonces sí, alabemos y adoremos
al Señor con más voz, más corazón en nuestras vidas. No sé si notaron
el último versículo del pasaje que leímos en Lucas, y con eso
termino. Lucas capítulo 2 nos dice qué
pasó con los pastores. ¿Qué hicieron a lo último? Nos
dice el versículo 20. ¿Volvieron los pastores? glorificando
y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto,
como se les había dicho. Os ha nacido hoy en la ciudad
de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Oremos. Gracias Señor por tu bondad,
tu gran amor, tu compasión para con nosotros. Y que siendo aún
pecadores, Cristo vino, nació y murió por nosotros. Bendecimos
tu nombre. Oh Señor, te pedimos que en este
día nos des descanso, paz, nos des la alegría de tu salvación
y saber que tenemos todo en Cristo. La salvación desde el principio
hasta el final. Tú que has comenzado esa obra
de salvación, la terminarás hasta el final. Nos perfeccionarás
a la imagen de Cristo. Qué glorioso será ese día. Ayúdanos,
Señor, a vivir con esta fe, esa esperanza. a vivir vidas con
alegría, sí, y también con mucho agradecimiento y con esa gratitud
que te sirvamos en todo lo que hacemos. En Cristo Jesús. Amén. Amén. Vamos a despedirnos
el himno Tengo Paz es
La mega alegría de la Navidad
Series Navidad
Qué noticias te dan mega alegría? Examinamos porque las noticias de Cristo el Salvador son motivo de mega alegria para Su pueblo.
| Sermon ID | 1229242127373130 |
| Duration | 37:03 |
| Date | |
| Category | Sunday Service |
| Bible Text | Luke 2:10 |
| Language | Spanish |
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