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le voy a suplicar hermanos de vamos a leer un en el salmo noventa puestos de pie el salmo noventa este muchas veces se ha leído este estos versos y hace poco incluso los usamos pero el mensaje de esta noche hermanos el pastor siempre decía que al servicio de la noche era un mensaje evangelístico y uno se prepara para un mensaje evangelístico pero mirando aquí todos somos de casa ahora sí que vamos a ver cómo le hacemos aquí, pero el Salmo 90 hermano, el capítulo el versículo del 10 al 12 Salmo 90 versos del 10 al 12 y nos dice la palabra de nuestro Dios los días de nuestra edad son 70 años que si los más robustos son 80 años con toda su fortaleza es molestia y trabajo porque es cortado presto y volamos ¿Quién conoce la fortaleza de tu ira y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría. Orémosle a nuestro Dios, Padre, gracias. Gracias por este momento, gracias por esta noche que nos has dado y que podamos estar unidos un grupo de tus hijos, Señor, para escuchar tu palabra, Señor, para alabarte, para glorificarte, para cartar hignos, Señor, en tu nombre. Te pedimos que en esta noche, Padre, Tú nos hables a través de Tu Palabra, que podamos entender lo que Tú quieres para nuestras vidas. Señor, úsame en esta noche y quítame de en medio que sea Tu Palabra, que sea predicada. Y que si hay almas en este lugar que no te conocen, que esta noche sea su día de salvación. Gracias por Tu gran amor y misericordia. En Cristo Jesús oramos y las gracias te damos. Amén. Pueden sentarse, hermanos. Sin lugar a dudas, hermanos, estuve pensando cómo le iba a titular este mensaje de esta noche. A veces los nombres llaman la atención, aunque el mensaje, pero a veces se nos queda el nombre, por lo menos. Y el mensaje de esta noche le he titulado El Aeropuerto de la Vida. el aeropuerto de la vida. Además los aeropuertos son los lugares donde se dan distintas emociones. Cuando vamos a los aeropuertos, miramos gente que hay quienes están llorando de tristeza, otros están llorando de alegrías, otros ríen de emoción. Y los aeropuertos son los lugares también donde se dan las más alegres bienvenidas y donde también se dan las más tristes despedidas. ¿Cuántos de nosotros no hemos ido a los aeropuertos a recoger familiares o a llevar familiares y estamos contentos? La suegra también, bueno, la mía no ha venido y espero que llegue un día. Hermanos, pero cuando recogemos a alguien tenemos tiempo de no verlo, un familiar, a veces hasta los amigos también. No sucede, y no me va a decir que no le suceda a usted porque a mí me ha sucedido. Recibimos al familiar o al amigo en el aeropuerto, ¿cómo estás? Me alegro verte. ¿Cuándo te vas? Acaba de llegar y le estamos preguntando, ¿cuándo te vas? El familiar como que dice, como que ya me están botando, regreso, me regreso. Pero no hermanos, si hay emociones en los aeropuertos, de tristeza, de alegrías. Hay otros lugares que también se llenan de emociones, pero de tristeza. Por ejemplo, no es emoción, pero cuando estamos en una funeraria, miramos, hay una emoción de sentimiento, tristeza, muy diferente a lo que es un aeropuerto, el llanto y alegría por la persona que se va, por la persona que viene. Según tengo entendido que el aeropuerto donde hay más tráfico en el mundo se encuentra aquí en los Estados Unidos, específicamente en Atlanta. Es el Hartsfield-Jackson, ah, ya que no sabía inglés. Donde más, hermanos, donde más de 95 millones de personas de todo el mundo pasan cada año en sus viajes. Uno llegan y otro salen. Más de 95 personas, de millones de personas pasan por ese aeropuerto, hermanos. Pero en esta noche, hermanos, queremos que reflexionemos en el aeropuerto más grande que existe. no es el de Pekín, no es el de China, no es aquí, no. Hay un aeropuerto más grande que existe, donde las salidas, hermanos, son sin retorno. Donde las salidas son sin retorno. Y es aquí donde está el mensaje, el nombre del mensaje, el mensaje, el aeropuerto de la vida. Ahí no hay viajes de regreso. es que se va por el aeropuerto de la vida, no hay viajes de regreso. Es tan grande ese aeropuerto, hermano, que cada año, según las estadísticas, cada año en el mundo, más de 55 millones de personas pasan por solo el de salida. Más de 55 millones pasan por solo el de salida. Y ese aeropuerto se llama la muerte. No hay marcha atrás. Unos van con Cristo, a la vida eterna otros tristemente van con la nación eterna van al infierno claro también en el aeropuerto de la vida hermanos no solamente podemos decir los que mueren sino también están esas llegan esas criaturas que nacen esos niños esos nietos esos hijos y todo cuando vienen esos niños toda esa alegría en los hogares porque ha nacido un niño Nos ponemos contentos, ponemos a jugar, pero por ley de la vida, esos niños van a crecer. Esos niños se van a casar. Esos niños también van a tener hijos. Pero esos niños también van a llegar a este aeropuerto. Así como usted y yo que estamos más cerca de ese aeropuerto. Hay quienes estamos más cerca unos que otros. Y no digamos que no porque es peligroso. Hay quienes estamos más cerca. Y ni usted ni yo queremos ir al aeropuerto. Cuando vamos para el aeropuerto, que vamos a un viaje a nuestro país o donde sea, vamos contentos que queremos que el carro corra a 90 millas por hora, ¿para qué? Para no perder el vuelo. Pero si vamos a este aeropuerto, le decimos al taxista, métele retroceso, pero ahí no se va a poder. Cuando nos toca, porque nos va a tocar un día, estemos preparados, estemos preparados para cuando ese día que tengamos que partir sea para vida eterna o sea para condensación eterna, estemos listos. Como les dije, van a venir esos niños, van a nacer, van a traer alegría, va a ser algo maravilloso, pero también un día van a morir. Al hablar, hermanos, del aeropuerto de la vida, tenemos muchas lecciones que tomar para cada uno de nosotros. Tenemos muchas lecciones que tomar, que aún estamos, como les dije, en ese camino de la vida, que cada día, cada día está más cerca, cada día está más cerca, el cual nadie quiere llegar, pero no podemos evitarlo. Se han ido, hemos visto que se han ido personas que amamos en el Señor, no esperábamos que se fueran, pero es la ley de la vida. Y aquí en este versículo que hemos leído en esta noche, hermanos, nos dice que los años de nuestra edad son 70 años. Son 70 años. Yannick, ¿cómo estás? Pero, y en los más robustos, 80. En los más robustos, 80 años. Pero esos años pronto pasan volando. Hoy decimos que los años pasan así, rápido. Hace poco estábamos en enero, estamos en, ya en diciembre, ya el otro mes otra vez a enero. Y nos va a tocar hermano, tristemente nos va a tocar. Yo le dije, le dije a mi esposa y le digo siempre, ayer casualmente le estaba diciendo, yo me voy a morir y qué vas a hacer cuando tú te mueras, que cuando yo me muera. Y ella me dice, tú solo bromeas, que yo bromeo dice ella, ella quiere que sea algo en serio entonces. hermano pero ya no quiero ya no quiero bromear así porque siempre que le digo me voy a morir tú sólo broma sólo un broma sólo un broma pero no como les dije cuando nos vamos hermanos de vacaciones no queremos perder ese vuelo para este a este aeropuerto de la vía tenemos que ir tarde o temprano usted y yo sólo Dios sabe y lo único el único deseo en nuestro corazón en mi corazón y debe ser su deseo es que cuando ese viaje nos corresponda estemos preparados que usted y yo sepamos a dónde veamos, que estemos seguros para dónde vamos. Y si hay alguna persona en esta noche aquí que no esté segura, ¿para dónde va? Joven, adolescentes, adultos, cada uno de nosotros debemos tener la seguridad. No esperemos, no pensemos, jóvenes y adolescentes, que como dice la Biblia, 70 y 80 años, la muerte no tiene distinción de personas. Se van niños, se van jóvenes, se van ricos, se van pobres, nos vamos bonitos, se van feos y así sucesivamente hermano pero tenemos que estar preparados para cuando ese día llegue tenemos que estar preparados para cuando ese día llegue hermano miremos Juan vamos a abrir el libro de Juan en el capítulo 5 en el Juan vamos a leer un verso ahí que dice la palabra de Dios Juan 5 24 nos dice la palabra de Dios De cierto, de cierto digo, el que oye mi palabra y cree el que me ha enviado tiene vida eterna y no vendrá a condenación más pasó de muerte a vida. Más pasó de muerte a vida. Hermanos, en el aeropuerto de la vida sólo hay dos destinos de salida. Sólo hay dos. Salvación o condenación. No hay más. No esperemos que haya más. Si cuando hemos ido al aeropuerto y estamos esperando, cuando entramos y ya nos chequeamos y todo, nos sentamos a esperar, ¿qué es lo primero que estamos atentos a qué? A la pantalla. En todos los aeropuertos hay una pantalla de donde aparecen todos los destinos de salida para todas partes del mundo. Y estamos atentos, según para nosotros estamos mirando a qué horas, si el vuelo está a tiempo, si se ha delatado, cualquier cosa. Pero en el acuerdo de la vida, como les dije, únicamente hay dos opciones. Eternidad de salvación o eternidad de condenación. No hay más. No busquemos. No hay más opciones. No hay alternativas. Ahí, hermanos, no hay escalas. Cuando a veces salimos, vamos con escalas. Tal vez porque el pasaje nos cuesta más barato o cualquier cosa, pero cuando lleguemos, nosotros a esa salida de la muerte. Como dicen los católicos y de todo el mundo, ¿no? Al purgatorio, en ese, no hay escala en este vuelo. Es un vuelo directo. Es un vuelo directo. No hay tal cosa de una segunda oportunidad. Es aquí donde tenemos que estar a cuentas con nuestro Dios. Segunda de Corintios, el 5-8, Segunda de Corintios 5-8, La palabra de Dios nos dice, más confiamos y más quisiéramos partir del cuerpo y estar presentes al Señor. Ese debe de ser nuestro sentir. Más confiamos y más quisiéramos partir del cuerpo y estar presentes del Señor. Pero realmente, debe ser nuestro sentir, pero no lo deseamos. Nadie desea irse ahora mismo, nadie. René quiere ver sus hijas crecer, Jorge quiere ver su nieto jugar con ellos, yo quiero ver mis hijos, algún día se casan y hay uno que ya dio una señal y así sucesivamente vamos ir hermanos vamos ir queriéndonos acomodar para no hacer ese viaje pero tenemos que irnos tenemos que irnos hermanos y debemos de pensar cómo nos vamos a ir el que sale del aeropuerto de la vida lleva vuelo directo y a uno de esos dos lugares a uno de esos dos lugares, condenación eterna o vida eterna. Pero algo muy importante también hermano es que en ese aeropuerto como en todos, en ese aeropuerto de la vida también hay un departamento de migración, hay un departamento de migración, no vamos a pasar al norte. En estos aeropuertos aquí pasan a veces con pasaportes fraudulentos o papeles chuecos como decimos pero cuando nos lleguemos al aeropuerto de la vida ni se le ocurra llevar a aeropuerto falso porque es más puede tener un pasaporte legal pero si no tiene Cristo en su corazón no va a entrar al aeropuerto de la vida eterna tiene que esperar a tener su confianza puesta en nuestro Dios porque en el libro de apocalipsis el 21 27 dice no entrará en ella ninguna cosa sucia ninguna cosa sucia o que hace abominación y mentira sino solamente los que los que están inscritos en la vida en el libro de la vida del cordero son los únicos que van a poder entrar al aeropuerto de la vida a la vida eterna los que están inscritos en el libro de la vida ahí mismo en el 2015 dice y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego como les dije va a haber un departamento de migración donde hay un libro en el cual únicamente lo que están escritos los nombres de aquellos que llevan destino al cielo donde están escritos los nombres de aquellas personas que están escritas a la gloria eterna. El que no está inscrito ahí va con vuelo directo, desgraciadamente, a condenación eterna en el infierno. Y es ahí, hermanos, donde usted y yo jugamos un papel muy importante en cuanto a esto. No permitamos que más personas vayan por el aeropuerto de la muerte. Y si van por el aeropuerto del camino de la muerte, que vayan seguros, que vayan con Cristo en sus corazones, que vayan con Cristo en sus corazones. Hermanos, también en el aeropuerto de la vida nadie lleva maletas. Pero algo bien importante, que es lo que quiero que en esta noche también lo, usted y yo, nosotros como hijos de Dios, y como le dije anteriormente, si hay alguien que no conoce a nuestro Señor Jesucristo como Salvador. Quiero que sepa que para viajar en los aeropuertos de todo el mundo, es necesario comprar el boleto. Si no tenemos ese boleto, no vamos a ningún lugar. Pero para viajar, viajar en el aeropuerto de la vida hacia la salvación eterna, usted no necesita boleto, porque ese boleto ya fue pagado. Ese boleto fue pagado en Juan 3.16. y ese boleto se llama Jesús y es un jet super veloz con abrir y cerrar de ojos no tenemos que hacer escalas no tenemos que pagar, comprar un pasaje porque ya Él pagó el pasaje por usted y por mí y es por fe en nuestros corazones si tenemos a Cristo Jesús que no necesitamos ese boleto porque ese boleto se llama Jesús. Que le quede bien claro, hermano, que ya su pasaje está pagado, no lo pagó el hermano Raúl, no lo pagó nadie, lo pagó nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario. Por usted y por mí. Debemos de hacer eso siempre, en mento, que no es por nosotros mismos, sino sólo por el gran amor y la gran misericordia que él demostró en ese lugar. Pero hermanos, miremos Lucas 12, Lucas 12, del 16 al 20, dice la palabra de Dios, y refirióles una palabra diciendo, la edad de un hombre rico había llevado mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo, ¿qué haré? Porque no tengo donde juntar mis frutos. Y dijo, esto haré, derribaré mis alfolías y los edificaré mayores, y ahí juntaré todos mis frutos y mis bienes. y viene la gran mentira que el diablo le mete al ser humano y diré a mi alma alma a mi alma muchos bienes tienes almacenado para muchos años reposate come bebe huélgate y dijole Dios necio esta noche te vas en el aeropuerto de la vida pero vas para la condenación eterna necio esta noche vuelven a pedir tu alma y lo que has prevenido ¿De quién será? Así es el que hace para sí tesoros. Y no es rico para con Dios. Y no es con rico para con Dios. En el aeropuerto de la vida, como les digo, hermanos, nadie, nadie va a llevar maletas, ni maletines, ni cajas. Nadie puede llevar absolutamente nada. Vamos, como dijo Hopp, en 121, como dijo Hermann, desnudo, salir bien y desnudo me voy, así vamos a ir, cuando nos toque ese viaje no vamos a llevar absolutamente nada, en las líneas aéreas cuando vamos especialmente y bueno, cuando vamos especialmente a TACA, LAXA, esas aerolíneas centroamericanas, miramos y miramos aquel montón de personas que vamos aquel montón de carretas, una, dos, tres, cuatro, cinco cajas, seis cajas, pagan, pagan por esos, por esos bultos para llevarlos, ellos pagan un precio pero nosotros no, o sea el hijo de Dios, el cristiano cuando moramos y nos toca partir por el puerto de la vida ni nosotros, ni los que mueren sin Cristo van a llevar nada necio, lo que tienes, lo que has provisto ¿de quién será? ¿de quién será lo que has provisto? Por mucho que estemos afanados a estas cosas, si es bueno vivir bien, si es bueno tener buenas cosas, si es bueno estar holgadamente, económicamente bien, pero no debemos. Ese no es el todo el hombre. El todo para nosotros debe ser servir a nuestro Dios. El aeropuerto cuando lleva maleta dice que hay un peso estipulado, pagan, llevan y todo eso. Pero en el aeropuerto de la vida nadie. puede llevar absolutamente nada. Aunque haya tenido grande riqueza en este mundo, no puede llevar de este mundo nada. Así que si está pensando, hermano, que cuando usted muera o yo muera, vamos a llevar algo, olvídese. Todo le va a quedar aquí. Las deudas, el dinero si tiene, todo va a quedar en la familia. Todo va a quedar aquí. Entonces lo que tenemos que hacer es estar siempre buscando hacer la voluntad de nuestro Dios. Todas esas cosas, hermanos, por las que vivimos aferrados, todas esas cosas por las que hemos trabajado, todas esas cosas que hemos puesto tanto amor a lo material, eso se va a quedar. Casas, negocios, carros, todo eso se va a quedar, eso no lo vamos a poder llevar. Es cosas por las cuales quizás, tal vez, hemos descuidado a nuestras familias. Porque nos afanamos tanto al trabajo, nos afanamos tanto a las cosas de la vida, que olvidamos nuestra familia, olvidamos nuestros hijos, olvidamos la iglesia, por estar afanado. Porque le puedo... Hay personas que hoy trabajaron, y es bueno, a veces, si es necesario, hay personas que trabajan los domingos porque se lo exigen en el trabajo. O es el día que le toca trabajar, cuando le pusieron a trabajar y le dijeron, tú vas a trabajar el domingo, lo quieres o lo dejas. Pero a veces nosotros queremos trabajar el domingo para tener más dinero. Si el jefe nos dice, como te decía, ¿quieres trabajar el domingo? Un domingo que pierdan la iglesia no es nada. Pero después viene el otro domingo. Y de ahí viene el otro domingo. Y seguimos trabajando. Y después nos quedamos trabajando todos los domingos. Hermano, no nos afanemos por lo que el mundo nos ofrece. Si tenemos responsabilidades, Usted y yo tenemos responsabilidad, tenemos una familia. Pero debemos enseñarle a nuestra familia que nuestra prioridad en nuestras vidas debe ser Dios. Eso debemos enseñar a nuestra familia, que nuestra prioridad debe ser Dios. A veces hasta la salud perdemos por el trabajo. Nos enfermamos por tanto trabajo. Pero cuando salgamos de este mundo, no nos llevaremos nada no nos llevaremos nada y tenemos hermanos que comprenderlo porque si no como dice ahí como dijo en en el salmo el último el versículo 21 la última parte del salmo 90 dice esta dice que seremos dice como los las bestias que perecen de campo si nos aferramos tanto a estas cosas No podemos, no podemos aferrarnos a las cosas de este mundo. Tenemos que comprender, hermanos, tenemos que comprender que los tesoros del cristiano, los tesoros suyos, los tesoros míos, están ahí arriba en el cielo. Porque nuestro Señor Jesucristo murió por nosotros. Nuestros tesoros están en el cielo. Y cuando salimos de este aeropuerto de la vida, no vamos a llevar absolutamente nada. porque es allá donde está nuestro tesoro. Mateo 6, 19 y 20 nos dice la palabra de Dios. Mateo 6, 19 y 20. Miren hermano lo que dice Mateo 6, 19 y 20. No os hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orinco rompen y donde los ladrones minan y hurtan. Masaseos tesoros en el cielo. masaceos tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el orinco rompen y donde ladrones no minan ni hurtan. Nuestro tesoro hermanos está bien guardado, nuestro tesoro está bien cuidado en los cielos, nuestro tesoro nos está esperando. Olvidemos que no vamos a llevar nada de este lugar cuando nos vayamos, cuando Dios nos llame, cuando hagamos ese viaje, porque lo tenemos que hacer tarde o temprano, tenemos que hacer ese viaje. Tenemos que hacer ese viaje. Pero algo muy importante, hermanos, es que en el aeropuerto de la vida no hay tiempo, hermanos, para despedidas. Y eso usted y yo lo sabemos, que en el aeropuerto de la vida no hay tiempo para despedidas, no hay tiempo para abrazos, no hay tiempo para besos. Todo eso tenemos que hacerlo antes de llegar allá, antes de llegar allá. Eclesiastes Todos los conocemos. Es Clasias 3, 3. Vamos a leer Clasias 3, 3, 1 y el 5 y el 8 para... Dice... Palabras del picador, hijo de David, el rey de Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el predicador. Todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se habana debajo del sol? ¿Qué nos aprovecha, hermanos, si nos dedicamos solo a trabajar, trabajar y trabajar? No nos aprovechamos nada. Pero dice el 5. y sale el sol dice y pones el sol y como deseo vuelve a su lugar ese es el 1 ahora vamos en el 3 quería ver el primero ese dice el 3 1 para todas las cosas dijo el predicador en el 1 1 1 dice vanidad de vanidades y en el 3 nos dice Para todas las cosas hay sazón. Para todas las cosas hay tiempo. Y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo. Todo tiene su tiempo. No va a ser en nuestro tiempo. Y ahí nos dice tiempo de nacer, tiempo de amar, tiempo... Dice el 5. Tiempo de esparcir las piedras, tiempo de llegar a las piedras, tiempo de abrazar y tiempo de alejarse de abrazar. Tiempo de agenciar y tiempo de perder tiempo, tiempo de guardar y tiempo de arrojar. El ocho, hermanos, tiempo, dice, de amar y tiempo de ofrecer, tiempo de guerra y tiempo de paz, tiempo de amar. Es ahí donde nosotros debemos de estar con esas personas que están a nuestro alrededor, con nuestros hijos, con nuestras esposas, con nuestros familiares. No debemos de esperar a que sea demasiado tarde. Tenemos cada uno de los que estamos aquí, tenemos familiares que no son salvos. Y últimamente hemos estado hablando tanto de la muerte, estamos hablando tanto de que tenemos que hablarle porque no sabemos cuándo ellos o nosotros vamos a partir el aeropuerto de la vida. Qué triste sería que un día de estos uno de nuestros familiares partiera en el aeropuerto de la vida, pero ¿en cuál dirección? ¿Condenación eterna? Es tiempo de ir, de mamá, de papá, decirles que les amamos, demostrarles ese amor, y si no han conocido a Nuestra Señora de Jesucristo, hablarles del gran amor que Él demostró en la Cruz del Calvario por cada uno de nosotros. mandan los momentos más tristes, los momentos más duros en los aeropuertos son las despedidas. Cuando vienen, alegres, contentos, lloramos de alegría cuando se van, lloramos porque aquellas personas ya se van. Miramos que se van nuestros hijos, nuestras esposas, nuestros familiares, hay tristeza porque ellos se marchan. Pero quiero que sepan, aunque en ese momento de tristeza hay tranquilidad, ¿Por qué hay tranquilidad? Porque sabemos que un día, cuando nos despedimos en el aeropuerto, estoy hablando de ahí, no en el aeropuerto de la vida, cuando vamos al aeropuerto a despedirnos, hay una tranquilidad. Lloramos porque no nos vamos a ver por un tiempo, pero tenemos esa tranquilidad que un día nos vamos a volver otra vez. Podemos ir nosotros a nuestro país o ellos pueden venir aquí. Es una tristeza, un llanto temporal porque lo vamos a volver a ver. Pero cuando ellos o nosotros, ellos especialmente, les toca partir por el aeropuerto de la vida, condenación eterna, eso va a ser lo más triste. Y es ahí donde empezamos a lamentarnos, ¿por qué? Es ahí donde pensamos a decir, ¿por qué? Yo les comenté que cuando mi hermano murió en un accidente, un domingo, él me llamó el sábado, como a las dos de la tarde. Y yo le dije, estas fueron mis palabras, tan afanado estaba las cosas que le dije, te llamo el lunes. El domingo, Dios se lo llevó. No hubo la oportunidad, hermano, de poder hablar con él, no pude hablar más con él. Pero hermano, estoy seguro de donde él está, porque él tenía a Cristo Jesús en corazón. Él está en la vida eterna, no está en la condenación eterna. Esa es la tranquilidad que tengo. Y nosotros, como hijos de Dios, es la tranquilidad que debemos tener si nuestros familiares han partido con Cristo Jesús en su corazón. Como les dije, pero en el aeropuerto de la vida, las despedidas son definitivas. Eclesiastes, no hay tiempo. No hay tiempo cuando las despedidas en el aeropuerto de la vida suceden. En nuestros familiares, sin conocer a Cristo, ya no hay tiempo, hermanos. Es una despedida. hasta la eternidad. Es una despedida hasta la eternidad. Por eso es que usted y yo debemos aprovechar el tiempo. No dejemos palabras de afecto, no dejemos palabras de aliento, no dejemos de decirles palabras de amor, no dejemos hermano de decirle perdóname, palabra difícil. No entiende hermano a veces cómo es que hay tanta molestia entre nosotros, a veces incluso entre los familiares y nos cuesta decir esa palabrita perdóname si ustedes estén en esta noche aquí si yo estoy en esta noche aquí estamos en esa situación podemos regresar a nuestros hogares podemos agarrar ese teléfono y llamar a esas personas y decirles sabes que te amo sabes que si te ofendí perdóname sabes que cristo te ama ese debe de ser nuestro anhelo siempre en nuestras vidas. Hablarle a nuestros familiares para que no vayan a condenación eterna. Como les dije, hay quienes se van al aeropuerto para otros lugares y vamos a estar en contacto con ellos. Con las tantas tecnologías que hay, Whatsapp, Messenger, todo eso, no hay día que no se usa. Lo debemos usar ahora más seguidos para llamar donde ellos se encuentren. Y no les cuesta un centavo. Yo tengo un montón de mensajes ahí en WhatsApp que no los he abierto porque no puedo abrirlos todavía. Pero, hermanos, hay que usar ese medio. Ya lo que lo tenemos, usémoslo para pedir perdón a esas personas que amamos y a los que no amamos también pedirles perdón. Los tiempos son malos, hermanos. Los tiempos que estamos viviendo son malos. Aprovechemos cada minuto con las personas que hoy Dios nos permite estar a nuestros lados, con las personas que Dios nos permite estar a nuestro lado. Efesios 5 16 Efesios 5 16 nos dice la palabra de Dios dice redimiendo el tiempo porque los días son malos aprovechemos cada minuto de nuestras vidas para hablarles del amor de Dios no perdamos en el tiempo en otras cosas para cuando toque el momento de la despedida eterna tengamos hermanos esa satisfacción de haber dicho lo que teníamos que decir, tengamos esa satisfacción de haber dicho de lo que teníamos que haber de decir, tengamos esa satisfacción de haber compartido con ellos lo que teníamos que compartir, lo mejor que pudimos darles a ellos, pero sobre todo asegurémonos que nuestra familia ¿Qué es lo más importante? Asegurémonos que nuestra familia tenga sus nombres inscritos en el libro de la vida, en el libro, como dicen en Apocalipsis, en el libro de la vida del Cordero. Para cuando lleguemos al aeropuerto de la vida, la despedida, hermanos, no sea un adiós, sino un hasta pronto. Cuando nos volvamos a ver allá en la vida eterna. está en nuestras manos hablarles, no sólo a nuestros familiares, nuestras amistades y aquellas otras personas que no conocen de Cristo. ¿Para qué? Para cuando vayan por el aeropuerto, les toque llegar al aeropuerto de la vida, sea a vida eterna y no a condenación eterna. Termino con esto. Si nos tocara a nosotros en esta noche llegar a ese punto, llegar al aeropuerto de la vida. Creo que todos aquí somos salvos. Pienso que todos aquí somos salvos. Pero si alguien tiene duda en esta noche, si cuando le toque llegar al aeropuerto de la vida no sabe dónde va, Dios le está dando una oportunidad en esta noche. Dios le está dando una oportunidad. Gracias a Dios que a usted y a mí nos dio esa oportunidad de poder estar seguros que cuando tomamos ese camino, es el camino de la vida eterna. Gracias, padre. Gracias, señor, por este corto mensaje. Gracias por tu palabra. La necesitamos en nuestra vida, señor, porque sabemos, oh, padre, que solo en ti encontramos la salvación de nuestras almas. Es a través de ti, de tu gran amor, de tu gran misericordia, oh, señor, que podemos estar seguros que si este día nos toca tomar ese camino, sabemos para dónde vamos. Hay muchos hermanos aquí, Padre, y te pedimos que tú nos des esa seguridad a cada uno, a nuestros hijos, a nuestras esposas, a nuestros familiares. Ayúdanos a poder rezablar, no redimiendo el tiempo en otras cosas, sino hablándotele de tu amor, hablándote lo que tú hiciste en la Cruz del Calvario. Gracias, oh Padre, porque tu gran amor, tu gran misericordia, viniste a este mundo a morir, ser sepultado y resucitar para darnos la vida eterna. ¿Cómo está tu relación, hermano, en esta noche con Dios? Gracias a Dios que si el día de hoy mueres, vas al aeropuerto de la vida, a la vida eterna. Pero le hemos estado hablando a nuestros familiares, para que ellos también vayan por ese camino, o nos hemos hecho indiferentes. Este es el momento de decirle a nuestro Padre, Padre perdóname, porque no he hablado a mi padre, no le he hablado a mi madre, a mis hermanos, a mis amigos. Dígale Señor, no quiero que ellos vayan a condenación eterna. No intercamo nuestros corazones para poder hablarles, decirles a ellos perdónenme. si les hemos fallado. Esto es el momento. Gracias a Dios, la mayoría salva. Pero no quisiera ustedes en esta noche venir al altar y decir, Señor, tengo que hablarle a mi pariente, tengo que hablarle a mi familiar, tengo que decirle que Cristo le ama. No dejemos para mañana, hermano, lo que podamos hacer hoy. Ya mis familiares son salvos. Queden nuestras amistades. Queden nuestras amistades. No nos conformemos con ser salvos nosotros. no nos conformemos porque por eso Dios nos ha puesto aquí para hablarles a ellos de Cristo. Si hay alguien en esta noche que no está seguro de su salvación, si hay alguien en esta noche que piensa que si muere no sabe cuál va a ser su destino, en esta noche Dios te puede dar la seguridad. Debes tener esa seguridad de que si mueres vas a la vida eterna. Dios nos está llamando. Qué bueno que todos aquí hemos hecho esa decisión. Qué bueno que esté seguro de esa decisión. Nuevamente, gracias, padre. Gracias por tu gran amor y despídenos, oh Señor, de este lugar, hermano, de tu presencia, y ayúdanos allá afuera a testificar, a hablarles a otro de ese gran amor que sólo tú lo puedes dar. Por este mensaje, Señor, ayúdanos a aplicarlo a nuestras vidas y que podamos Decir siempre que solo en ti se encuentra la salvación. En Cristo Jesús oramos y las gracias te damos.
El Aeropuerto De La Vida
Sermon ID | 1216181632222977 |
Duration | 39:08 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | Psalm 90:10-12 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.