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Muy bien, muy bienvenidos en esta tarde. Damos gracias a Dios por otra oportunidad de estar juntos y nuevamente abrir su palabra y confiamos que el Señor tiene algo especial para cada uno de nosotros en esta tarde ciertamente estamos tan agradecidos por el aniversario todo lo que vemos de su mano en tantas maneras y gracias, gracias por Señor todo lo que tú haces en nuestro favor muy bien, y en esta tarde voy a invitarles a abrir sus biblias en el libro de Isaías capítulo cincuenta y cinco Isaías capítulo cincuenta y cinco. Y vamos a leer este hermoso pasaje de la Palabra de Dios. Y dice así. A todos los sedientos, venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio vino y leche, ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente y comed del bien y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído y venid a mí, oíd y vivirá vuestra alma, y haré con vosotros pacto eterno las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí y amarás a gente que no conociste y gentes que no te conocieron correrán a ti por causa de Jehová tu Dios y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser aliado, y amadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino y el hombre iniquo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos. y mis pensamientos más que vuestros pensamientos porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve y no vuelve allá sino que riega la tierra y la hace germinar y producir y da semilla al que siembra y pan al que come así será mi palabra que sale de mi boca no volverá a mí vacía sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo que yo envié. porque con alegría saldréis y con paz seréis vueltos. Los montes y los colleados levantarán canción delante de vosotros y todos los árboles del campo darán palmada de aplauso. En lugar de salsa crecerá ciprés y en lugar de la ortiga que será Rayán y será Jehová por nombre, por señal eterna, que nunca será raída. Dios bendiga su palabra. En esta tarde, bueno, ayer, gracias a Dios celebramos el cuarto aniversario de la Iglesia y hoy es el primer domingo de nuestro quinto año de existencia. Gracias a Dios. Y como lo he hecho en otras oportunidades, Quiero presentarles un desafío para este año y luego que permanezca por el resto de nuestras vidas aquí. Y es interesante En estos días, a propósito de este sermón y de este aniversario de la Iglesia, estaba pensando algunas de las grandes decisiones que he tenido que tomar en mi vida. Bueno, en nuestra época uno no solía tomar decisiones personales importantes, por lo menos hasta la adolescencia. Y así ocurrió en mi caso, recién tal vez cuando tuve 19 años en 1957, la primera fue tal vez la decisión de estudiar escribanía. Es decir, me introdujo en el campo del estudio universitario en una serie de responsabilidades muy grandes y en la prosecución de objetivos muy importantes. ¿Se imaginan? Pero luego, en 1958, vino la decisión de trabajar en una ocupación más estable. Desde luego, el estudio no iba a dar resultados sino, después de un largo plazo, Así que decidí estudiar preparación bancaria en ese año 1958 y al llegar el año 59, mediante un severo concurso de oposición, Me empleé, me tomaron en la caja de jubilaciones bancarias, una institución muy próspera, muy importante en el Uruguay. Tiene reputación en todo el mundo como caja de jubilaciones que sirve las pasividades a los empleados bancarios, solamente a los bancarios. Bueno, allí me empleé mientras seguía, continuaba estudiando Derecho. Y luego vino 1960, y se imaginan junto con la que ahora es mi esposa, entonces mi novia, tomamos la importantísima decisión de casarnos, 1960, es decir, 64 años atrás. Y luego vinieron otras muchas decisiones, ahora ya compartidas y sobrellevadas con la ayuda idónea, nuevos lugares donde vivir, otras actividades que emprender, diferentes decisiones. ahora más abundantes y sin duda vino una tal vez la más importante en 1969 y fue la decisión, cuando tomé la decisión de aceptar a Cristo como mi salvador personal, 1969. En 1972 luego vino pronto una decisión que habría de traer enormes consecuencias a nuestra vida. Casi que nunca imaginamos todo lo que iba a traer. Nada menos que la decisión de estudiar en el instituto bíblico que funcionaba en nuestra iglesia. y allí estuve por tres años intensos de estudio y de preparación de servicio práctico en la iglesia y en el exterior en todas las actividades que esta iglesia desarrollaba allí en Montevideo y para nuestra sorpresa en 1975 ya estaba sirviendo en la iglesia nos sentíamos muy cómodos y estábamos muy útiles allí ayudando al pastor de nuestra iglesia y demás, pero para nuestra sorpresa fuimos invitados para salir al campo misionero. Fue para ir a México, precisaban un misionero que dominara el idioma. En 1975 salimos para servir al Señor todo el tiempo y luego no nos dieron visas para entrar en México, así que junto con la misión decidimos venir a las ciudades corrientes en Argentina. ¡Qué bendición! Fue sorprendente, porque si nos hubieran invitado para venir a la Argentina, tal vez no hubiéramos aceptado. Ustedes saben que con los argentinos nosotros tenemos ciertas cuestiones cuando se trata de fútbol. Somos enemigos, pero no. El Señor hizo esto, ¿no? Nos llamó a México y después nos trajo a las ciudades corrientes. ¡Eso! Y luego de 22 años, hermoso ministerio, allí se levantó una iglesia, un instituto bíblico, una escuela y liceo cristianos y un hermoso grupo de hermanos y creyentes. El Señor permitió que lleváramos hasta entregarla allí a los hermanos Correntinos y en 2001 tomamos la decisión de dejar corrientes y volvernos al Uruguay. Y allí estuvimos en Montevideo, tuvimos un hermoso ministerio por 18 años en nuestra propia casa, nunca encontramos un local para la iglesia, pero allí se desarrolló un hermoso grupo y realmente alabamos al Señor por todo lo que Él hizo en este tiempo. Y ahora estamos aquí, en Villa Carlos Paz. Y para nuestra sorpresa Dios nos da esta oportunidad de servirles en la constitución y el desarrollo de otra iglesia. Y estamos tan agradecidos a Dios a esta altura de nuestras vidas. Y bueno, les he contado todas estas historias y decisiones solamente para fundamentar un axioma. Quiero fundamentar un axioma. Un axioma es una proposición clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración alguna, y ustedes la han experimentado sin duda también en sus vidas, y es éste el axioma que cada decisión que tomamos puede traer inmensurables consecuencias para el resto de nuestras vidas. ¿Y por qué menciono esta verdad tan real y tan reconocible en cada una de nuestras experiencias? Porque hoy quiero desafiarles a tomar una decisión. Es decir, quiero que cada uno de nosotros y todos nosotros como grupo Al comenzar este nuevo año de vida de nuestra Iglesia, tal vez como Iglesia, tomemos una decisión delante del Señor y esperemos confiadamente lo que serán los resultados que Él, Él mismo, nos promete. Y la invitación está aquí, en las primeras palabras de este capítulo 55 de Isaías. Dice a todos los sedientos, venid a las aguas, y a los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. inclinad vuestro oído y venid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Oídme atentamente y comed del bien y se deleitará vuestra alma con grosura. Es una decisión a responder a esta invitación de Dios. Él dice, venid, inclinad vuestro oído y oíd oír y vivirá vuestra alma. Y vamos a examinar lo que significa este desafío, esta invitación de Dios y que era el Señor que muchos Yo diría más que todos, todos nosotros, podamos en esta tarde tomar una de esas decisiones que puede cambiar radicalmente el curso de nuestra vida. La vamos a recordar para siempre. Y la invitación de Dios tiene primeramente un sentido genérico. consiste en acercarse a Dios, en acercarse a Dios en forma general. Dice el versículo 7, Deje limpio su camino, y el hombre iniquo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Y sabemos, en el trato entre Dios y el hombre, es el hombre el que se alejó de Dios. se alejó de su Creador, y desde entonces allá en el Jardín del Edén, Dios lo está llamando una y otra vez de muchas maneras, por todos lados. Lo está llamando a volverse a Él, a acercarse a Dios, a tomar de su misericordia, tomar de su buena voluntad para con sus criaturas, Sabiendo que Dios es amplio, amplio en perdonar, tiene la mejor disposición de tratar con nuestros pecados, de proveer la solución, de tal modo que podamos volver a tener una buena relación con Él. Este es el sentido genérico o general de esta invitación. Pero luego el capítulo 55 de Isaías enfatiza lo que podríamos llamar el sentido específico, otro sentido más determinado en esta invitación de Dios. Este sentido específico se va desarrollando a lo largo del capítulo con expresiones como estas, oírme atentamente, inclinad vuestro oído, porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, mis pensamientos son más altos que los vuestros, así será mi palabra que sale de mi boca. Y esta es una invitación específica a oír, a oír la palabra de Dios. Es una invitación a escuchar la palabra de Dios, a tomar de ella, a satisfacer en ella nuestra sed, a comer de ella para alimentar nuestras almas. Vamos a orar. Padre, Padre, gracias, gracias por tu palabra. Gracias que la tenemos, gracias que podemos abrirla con libertad. Bendícela también en esta oportunidad, danos toda la gracia que precisamos para que pueda llegar a nuestros corazones y hacer toda la obra que tú quieres. Y oramos agradecidos desde ya porque lo pedimos con todo deseo y confianza en el nombre del Señor Jesucristo. Amén y Amén. Este capítulo, 55 de Isaías, es un capítulo que exalta la bendición de escuchar la palabra de Dios, de recibirla, de apropiarla, de dejar que penetre nuestro corazón y se apropie de él. Y en esto consiste el desafío que quiero proponerles en esta tarde, que cada creyente y la Iglesia toda pueda en alguna manera llenarse, llenarse de la Palabra de Dios. Pueda experimentar un nuevo deseo, una nueva sed, un nuevo apetito espiritual por la Palabra de Dios, y que de aquí en adelante podamos recordar este día como el comienzo de un avivamiento espiritual que consista en escudriñar, en aprender, en recibir y en obedecer la palabra de Dios. Y por eso quiero hablarles del poder y la eficacia de la palabra de Dios Primeramente, ¿qué es la palabra de Dios? El texto nos define lo que es. Dice el versículo 8, Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos. Y el 9, Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis pensamientos más que vuestros pensamientos. La Palabra de Dios, la Santa Biblia, es nada menos que los pensamientos de Dios, es decir, es Dios que por medio de Su Palabra nos revela lo más profundo de Sí mismo. se revela a sí mismo, al hombre, le hace conocer su persona, su naturaleza, sus atributos, pero más que esto, sus pensamientos, sus deseos, sus propósitos, sus planes, la sabiduría de su designio creador. y especialmente la provisión que Dios dio a las necesidades de su criatura humana. En suma, es por la palabra de Dios que podemos conocer a Dios de verdad, de verdad, en espíritu y en verdad. En suma, es por la Palabra de Dios que podemos conocer a Dios, y es como expresa el propio Señor Jesucristo en San Juan 5.39, Él dijo, escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí. La Biblia es la revelación de Dios acerca de su salvación. La invitación tiene el propósito no sólo de que el hombre conozca a Dios, pero mucho más que esto, que obtenga la salvación de su alma, el perdón de sus pecados y la vida eterna. Allí dicen los versículos 6 y 7, buscad a Jehová mientras puede ser hallado, y amadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino y el hombre iniguo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Hay una sencilla pero profunda exposición del Evangelio en estos dos versículos de este capítulo cincuenta y cinco. Con razón, los últimos capítulos, desde el capítulo cuarenta en adelante de Isaías, esta parte del libro es bien llamada el Evangelio según Isaías. Y el versículo 6 nos muestra que Dios está cercano, que Dios está dispuesto para recibir al hombre, que es posible reencontrarse con él, que este es el tiempo de la buena voluntad de Dios, Y luego el versículo 7 contiene palabras claves para entender nuestra condición, para entender el Evangelio, la buena nueva de Jesucristo. Allí dice impío, hombre iniguo. Nos dice mucho de la condición del ser humano sin Dios, sin Cristo, perdido, rumbo a la condenación eterna. impío, sin piedad, sin amor ni reverencia por Dios, ajeno a la verdad de Dios, aunque fuera religioso, hay muchos religiosos, porque se aferran a ideas de hombres acerca de Dios, pero no a Dios mismo. Y luego inicuo, malvado, injusto, plagado de todo mal, en pensamiento, palabra y obra. es la condición de todo el género humano. Pecadores, todos nosotros, apartados de Dios, sin esperanza en el mundo. Pero saben, hermanos, a estos hombres, así como están en su condición de pecadores, Dios los ama. Dios los ama y los está llamando por medio de Su Palabra. Les dice que está cercano, que es posible reencontrarse con Él. Porque Dios tendrá de Él misericordia, Dios será amplio en perdonar. La Palabra de Dios es el instrumento de Dios para anunciarnos esta salvación. para hacérnosla conocer. Por eso el apóstol Pablo le recuerda a Timoteo, en segunda de Timoteo 3.15, él le dice, y que desde la niñez ha sabido las sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Y así con nosotros. Hemos conocido la Palabra de Dios para salvarnos, para aprender la salvación que es en Cristo Jesús. Tercero, porque la Palabra de Dios es viva y eficaz. Luego el profeta Isaías nos asegura la eficacia de la Palabra de Dios para hacer lo que Dios quiere. Dicen los versículos 10 y 11, porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para que la envié. ¡Oh, la eficacia de la palabra de Dios! ¡Qué confianza nos inspira! ¡Qué seguridad nos da! ¡Qué seguridad nos da! Hay muchas historias que lo comprueban. Un misionero colportor, es decir, que distribuía la Biblia en una región de España, él iba de pueblo en pueblo distribuyendo biblias y folletos hablando con la gente y una mañana encontró a un hombre que estaba construyendo una pared era un albañil y le ofreció una biblia escribió, le preguntó el nombre y lo escribió en la primera página se la dedicó para fulano de tal y le entregó la Biblia. En realidad el hombre no la quería, así que junto con el próximo ladillo metió la Biblia y lo cubrió con mezcla. Ahora, años más tarde, un terremoto agitó aquella región y un oficial del gobierno que examinaba los edificios para evaluar las pérdidas Se sorprendió al encontrar en una rajadura, en uno de los edificios, encontrar un libro. Y, curioso, lo sacó y descubrió que era una Biblia. Y comenzó a leerla. Dijo, ¿pero qué cosa esta Biblia? Y comenzó a leerla. y leyó los evangelios, y entendió el mensaje, y aceptó a Cristo como su Salvador personal. Y años más tarde, él mismo quiso distribuir la Biblia, quiso volverse también colportor, y así lo hizo. Sintió deseos de distribuir la Biblia, siendo que por ella había conocido la salvación Y un día andando por los pueblos allí también en España, ofreció una Biblia a un albañil. Y éste le respondió, no, no quiero. Ya me dieron una y la metí en una pared. Qué cosa. Entonces el oficial del gobierno dijo, pero qué extraordinario. Buscó en su bolso y sacó la Biblia original. Amigo, ¿cómo se llama usted? Fulano de tal. Sí, fulano de tal. Mire, aquí está su Biblia. Dios lo está buscando. ha llegado hasta aquí para volver a darle su Palabra y le predicó el Evangelio, y ya que aquel albañil también aceptó a Cristo como su Salvador personal. ¡Oh, el poder de la Palabra de Dios! Y esta invitación de Isaías tiene la absoluta garantía de la eficacia de la Palabra de Dios. eficacia por su origen. La palabra de Dios, a semejanza de la lluvia y de la nieve, desciende del cielo, tiene origen divino, proviene de Dios, es inspirada por Dios. De allí su absoluta eficacia no es palabra de hombres, y es por su operación Así como la lluvia riega la tierra y la hace producir, la Palabra de Dios penetra el alma, la transforma, la cambia, obra sobre el corazón del ser humano, y esto es precisamente lo que necesitamos, que la Palabra de Dios transforme cada día nuestro corazón. Como expresa otra vez el mismo apóstol Pablo, que él dice con tanta claridad, se lo dice a Timotedo también, toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para incluir en justicia. a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." Es en 2 Timoteo 3, 16 y 17. La Palabra de Dios penetra hasta partir el alma y el espíritu, las conjunturas y los tuétanos, y disierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Todo esto hace, así dice Hebreos 4.12, No piense nadie en cambiar el corazón del hombre sin la palabra de Dios. No hay nada que se pueda hacer. Y Dios expresa que esta obra es segura. El versículo 11 dice, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero. y será prosperada en aquello para lo que la envié. Dios no ha hablado su Palabra en vano. Dios no hace nada en vano. Y su Palabra da resultados con toda seguridad. Y de esto tratan los siguientes versículos. En otras palabras, si nos volvemos a la Palabra de Dios y oímos, habrá resultados, es garantido. ¿Qué ocurrirá con los que responden a esta invitación? Dice el versículo 12, porque con alegría saldréis y con paz seréis vueltos, los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. Entre otro significado, este versículo está hablando de lo que será este volverse a Dios al escuchar su palabra, volverse de la indiferencia, volverse de la incredulidad, de la indolencia, de la pereza, de la inactividad en que muchos creyentes viven su vida espiritual. Volver a la actividad, oír la palabra de Dios, Ese movimiento hacia Dios, ese abrir nuestro oído y nuestro corazón a Dios, traerá gozo, paz, bendición al corazón como nada puede producir en este mundo. Pero no solamente nosotros saldremos con gozo, aquí la palabra dice, el profeta expresa, los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, expresarán su gozo, su alabanza a Dios con canción. Es extraordinario, dice, y todos los árboles del campo darán palmadas por ver lo que ocurre con un creyente que oye, que escucha la palabra de Dios y la obedece. Todo lo que rodea expresará su aprobación, porque no hay nada más apropiado que podamos hacer. que oír, meditar, memorizar, aprender y obedecer la Palabra de Dios. Y esto es lo que queremos. Esto es lo que queremos ver en este año en la Iglesia Bíblica de Villa Carlos Paz. Dios bendiga su Palabra. Gracias, gracias Señor. Gracias, gracias por tu palabra. Oh, que nos quedamos tan cortos en expresarla. Pero ponemos, Señor, este deseo delante tuyo que tú la bendigas, puedas hacer toda la obra que tú quieres. pueda traer mucha bendición a nuestras vidas y mucha gloria a tu nombre. Y oramos con todo deseo y confianza te lo pedimos en el nombre del Señor Jesucristo. Amén. Amén. Amén. Gracias. Gracias. Muy bien.
La decisión de oír la Palabra de Dios
Sermon ID | 121024230111665 |
Duration | 34:44 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Isaiah 55 |
Language | Spanish |
© Copyright
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