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Pablo describe a la Iglesia de Cristo en Corinto como los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados santos. El manuscrito original no incluye el término ser. sino que dice llamados santos. Es una diferencia. Llamados a ser o ya son llamados santos. Porque Dios ha santificado a su iglesia Él la identifica como aquel organismo compuesto de santos no muertos, sino vivos. A los santos en un lugar que estaban vivos y coleando. Estos invocan el nombre del Señor Jesucristo. Estos individuos gozan de una relación y de una comunión especial y espiritual con Cristo, su Señor. Ellos no son santos por un proceso humano de canonización, sino porque Cristo los salvó. Esta iglesia, como cualquier otra iglesia, tiene como su actividad solemne honrar y glorificar al Dios único y verdadero. Ahora, si la iglesia ha de honrar y glorificar a Dios y también ha de cumplir con el propósito, la función y la misión que Cristo le ha dado, la iglesia tiene que recordar y aplicar las siguientes verdades fundamentales acerca de la iglesia. La primera es la siguiente. La verdadera identidad de cada iglesia de Cristo es que ella es el pueblo de Dios, el pueblo que Él redimió. Este es un organismo vivo y espiritual. Es un organismo que tiene una organización. Organización que tiene un gobierno. Y en ese gobierno, y en esa casa, y en esa iglesia, hay normas de conducta que Dios espera que los miembros obedezcan. Primera a Timoteo, capítulo 3, 15, Pablo le dice a Timoteo, te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna, evaluarte de la verdad. En la casa de Dios todo debe hacerse decentemente y con orden. Primero a los Corintios, capítulo 14, versículo 30. Dios es un Dios de orden, no de confusión como en todas las iglesias. La segunda verdad fundamental acerca de la iglesia es que la verdadera gloria de la iglesia es ninguna otra cosa que esta, la presencia especial de Dios en medio de su pueblo reunido. Su presencia salvadora es la gloria más sublime y esplendorosa de la Iglesia. Esta verdad debe llevar a la Iglesia a cuidarse de no ofender al inquilino más importante y el dueño de la Iglesia, Dios. Por tanto, debe de cuidarse de cómo se conduce delante de Él Hermanos, la gloria más sublime y esplendorosa de la iglesia no es su edificio, ni sus números, ni su ministerio, ni sus celebridades, sino la presencia especial de Dios manifestándose en medio de su pueblo. Esa presencia no se manifiesta donde la gente no prepara su corazón para adorar a Dios con reverencia, sin distracción y según su palabra. Para esto es sabio venir aquí, es sabio buscar las Escrituras, es sabio leer, es sabio orar y pedir a Dios la capacitación para adorarle, para poder oír su palabra. ¿La esencia de Dios no se manifiesta donde se cultiva un ambiente superficial, trivial, irreverente, seductivo o mundano? Y así están las iglesias hoy. No todas, gracias a Dios, pero algunas de ellas. El ambiente es provocativo, algunas veces promiscuo, seductivo. No. La presencia de Dios. La presencia de Dios no se manifiesta donde sus miembros no luchan contra el pecado que fácilmente les asedia a Hebreos capítulo 12 versículo 1. Presencia especial de Dios no se manifiesta donde los creyentes entristecen al Espíritu Santo. Estas cosas llevan al Espíritu a restringir o remover la manifestación de su presencia. Y si ésta llega a ser nuestra experiencia, esos días serán los días más tristes y más trágicos de esta iglesia. Se dirá de nosotros lo que se dijo de Israel y cabot sin gloria. Es decir, sin el favor salvador y la bendición de Dios primera. De Samuel, capítulo 4, versículo 21, el primer libro de Samuel. aunque en tal situación podríamos entretener a la gente con múltiples conciertos, dramas, pantomimas, espectáculos de magia, porque hasta la magia ha aparecido en las iglesias hoy, programas sociales, aún así se dirá de nosotros, y eso no es magia, es singloria. Realmente podríamos ofrecer No, realmente como iglesia no podríamos ofrecer algo diferente de lo que el mundo ya ofrece y mejor de lo que nosotros podríamos hacerlo. Porque ellos si tienen el dinero para los fuegos artificiales, ellos si tienen el dinero y la tecnología avanzada para todas esas cosas espectaculares que llaman la atención. Lamentablemente esta ha sido la experiencia de algunas iglesias y Cabot se ha dicho de ellas y se han entregado entonces a dar lo que Dios no les mandó. Aunque la gente en ese sitio donde hay diversión, música, se siente bien, se siente inspirada, animada y satisfecha, tales iglesias no tienen lo que es más importante y necesario, la presencia especial de Dios, iluminando, santificando, conservando, por medio del Espíritu y de la Palabra. Con razón en tal situación no hay una convicción profunda de pecado. No hay un aprecio especial por las verdades profundas y bíblicas sobre Dios, Cristo, la salvación, la piedad, la santidad de la iglesia, el arrepentimiento, la fe y el evangelio. Hay poco de ese tipo de testimonio que atrae a los hombres a querer oír el Evangelio y a glorificar a Dios. Mateo 5, versículo 16, así brille vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras, vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. En esas llamadas iglesias Hay una apariencia de piedad, pero se desconoce el poder santificador y transformador de la verdad de la religión, lo que produce la verdad del Evangelio. La gente quiere ir al cielo, lamentablemente, acompañada con su pecado y su mundanalidad. Los cultos de la oración están vacíos. Los hombres no claman a Dios, no perseveran en la oración. Sus oraciones están centradas en sí mismos y en lo transitorio. Lo más importante no es una relación con el Señor Jesucristo. Su ambición principal no es amarle más o agradarle. No, no, al contrario, la gente quiere identificarse con el mundo. Como resultado, Hay un vacío interno en el corazón que se busca llenar con lo que el mundo ofrece. Si observan cuidadosamente sus actividades, sus programas, sus eventos, sus fiestas, sus comidas, vemos que reflejan lo que el mundo hace. En algunos casos refleja Hollywood. Una palabra nueva para algunos de ustedes, Bollywood. ¿Qué es eso, Pastor? Los indios en la India tienen un Bollywood y tienen un actor que es más famoso que cualquier actor en el mundo. No les falta nada. Y esto se intenta traer a la Iglesia para llenar el vacío que ha dejado la ausencia del Espíritu Santo porque la gente no ha venido a adorar a Dios, no quiere tratar con su pecado y quiere parecerse a Bollywood. Quieren bailar al son de Bollywood, las mujeres, con el ombligo por fuera, girando sus cuerpos y sus caderas. De esas iglesias se dice, y cabo, sin gloria. Esto debe entristecernos, nos debe llevar a aclamar a Dios por ellos y por nosotros que esto no sucede aquí. Y dar gracias a Dios cuando los pastores con la actitud correcta se acercan y nos estimulan a las buenas obras. O nos exhortan. o nos reprende. Si no queremos que la gloria suplime y esplendorosa de esta Iglesia, sea empañada o sea parte de nosotros, debemos esforzarnos por aplicar la verdad de Isaías, capítulo 66, versículo 2. Pero a este hombre miraré, aquel que es pobre, contrito y humilde de espíritu, que tiembla ante mi palabra. Además, tenemos que obedecer las instrucciones dadas por el Espíritu Santo a través de Pablo en Efesios capítulo 4, versículo 30, y dice, y no entristezcáis al Espíritu Santo. por el que fuiste sellados para el día de redención. Se ha quitado de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros. Ah, pero yo pensaba que si estaba en la iglesia esto va a ser un pedacito del cielo. En cierto sentido lo es, en cierto sentido no lo es. Esta es una iglesia llena de pecadores, pecadores que necesitan ser exhortados, y Pablo exhorta, perdonándoos unos a otros. Ay, pastor, pero usted no sabe lo que aquella vieja me dijo. Fíjese, se atreve hasta llamarla vieja. perdonándonos unos a otros así como Dios os perdonó en Cristo. ¿Qué verdades tenemos que mantener delante de nosotros en este nuevo año como iglesia y durante todo el tiempo que estemos aquí como iglesia? La primera verdad es que la verdadera identidad de cada iglesia, oiga bien, de cada iglesia no es de una iglesia, ha sido de una iglesia, no, no, no, de cada iglesia de Cristo es que la iglesia es el pueblo de Dios, su pueblo redimido, un organismo no muerto, sino vivo. que continúa viniendo a él para recibir de él vida espiritual. Segunda verdad, la gloria más sublime de cada iglesia es la presencia especial de Dios en medio de su pueblo. Por tanto, debemos renunciar a todo aquello que empañe o quite esa gloria de nosotros. En tercer lugar, El mayor ministerio de cada iglesia de Cristo es la predicación de la palabra de Dios. Repito, el mayor ministerio de cada iglesia de Cristo es la predicación de la palabra de Dios. La verdadera identidad, el pueblo de Dios. la gloria más sublime, la presencia de Dios. El mayor ministerio o el ministerio principal de cada iglesia de Cristo es la predicación de todo el consejo de Dios. Hechos capítulo 6, porción que hemos leído, versículo 2 al 4, entonces los 12 convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron, no es conveniente que nosotros descuidemos el ministerio principal o el mayor ministerio de esta iglesia en Jerusalén para servir mesas. Sabemos que hay que hacer algo por las ancianitas. Sabemos que hay que hacer algo por las viudas. No podemos dejar eso del todo. Pero esto, aunque debemos hacerlo, no podemos hacerlo sin dejar de hacer lo que es principal. Porque entonces todos nos vamos a morir. No habrá provisión para nadie. Por lo tanto, hermanos, hay que hacer algo. Dependiendo del Espíritu de Dios, dieron instrucciones a la Iglesia, escoged entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos de Espíritu Santo y de sabiduría, quienes podamos encajar en esta tarea, y nosotros nos entregaremos a qué. Número uno, oración. Dios abre nuestros ojos para poder contemplar las maravillas de Tu Hijo, para poder interpretar Tu Palabra. Y se entregaron a la oración y al ministerio de la Palabra. Aunque se pueden desarrollar múltiples ministerios legítimos en la Iglesia, aún así, si no hay un ministerio de exposición bíblica, nuestras vidas estarán vacías y sin guía. La congregación estará expuesta a todo viento de doctrina, a toda clase de errores, peligros, herejías, confusiones, desvíos doctrinales y morales. La iglesia será presa fácil para los predadores. que son descritos por Pablo en Hechos capítulo 20, versículos 29 y 30 de la siguiente manera. Sé que después de mi partida... Una iglesia apostólica. Una iglesia que tenía toda la verdad y solo la verdad. Una iglesia que Dios bendijo, que tenía una pluralidad de ancianos. Sé que después de mi partida vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño. Oiga, ya eso es suficiente para uno asustarse. Pero lo que sigue trae más terror. Y yo no podía concebir que una cosa así pudiera pasar aquí. Y de entre vosotros mismos –está hablando los ancianos– se levantarán algunos ancianos o algunos obispos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Usted tiene razón, usted lo trae delante de los ancianos y si eso no pasa usted lo entrega al Señor, pero usted no divide una iglesia. Por más buena razón que usted tenga, las cosas hay que hacerlas decentemente y con orden según lo que enseña la Palabra de Dios. Pastor, usted le está tirando a quien se le aplique que se lo aplique. Y al que le caiga bien, el único que lamento es que este no viene de la República, pero al que le caiga bien que se lo ponga. ¿Cuál es el problema? Es mejor vivir exhortados que nosotros ser parte de estos infames, como lo son los falsos profetas, los falsos maestros y aquellos que se ponen a hablar detrás de los ancianos, sean ancianos o miembros de la Iglesia, para, consciente o inconscientemente, arrastrar tras ellos discípulos. que tú y yo nunca seamos tal persona. Que nunca caigamos ahí, pero despierta, esta es la realidad. Y si nosotros no somos cuidadosos, esto nos va a pasar. Queridos hermanos, el mayor ministerio de cualquier verdadera iglesia de Cristo no es un ministerio de benevolencia, de compasión, no es un ministerio social, no es un ministerio de fiestas, y habían fiestas agapes en esos días. Nada de esto era más importante que el ministerio mayor de la iglesia o el mayor ministerio de la iglesia, la predicación de la palabra de Dios. Sostenida e entregada por la oración. El mayor ministerio de la Iglesia es la predicación expositiva de la Palabra de Dios. Los apóstoles entendieron esta verdad desde el comienzo de la Iglesia en Jerusalén, por esta razón no permitieron que ninguna cosa, ministerio, fiesta, por más noble que fuera, les impidiera entregarse de lleno a este ministerio. Pastor, Voy a abrir el telón un poquito esta mañana. Pastor Ariel José Rodríguez y el Pastor Piñero con muchos planes. Pero nosotros nos exhortamos, ¿qué es lo más importante? Que no puede ser descuidado el Ministerio Pastoral de esta Iglesia y Lo más importante en ese ministerio es el ministerio de la Palabra. Los apóstoles entendían muy bien que la necesidad principal de la Iglesia no era su ministerio de compasión a las viudas, no era el ministerio de corporatores u oradores fascinados con su intelectualismo polémico y controversial. Lo que la Iglesia necesita, y necesita hoy más que nunca, son predicadores que prediquen todo el Consejo de Dios. Predicadores que bajo la unción del Espíritu Santo presenten, expliquen y apliquen toda la verdad divina revelada en las Santas Escrituras. Nosotros no necesitamos más artistas, actores, mimos, ¿saben lo que son los mimos? No hablan. Esos son los mismos. Y tenemos predicadores y pastores que no se atreven a abrir sus bocas con la verdad. Se sienten intimidados ¡No necesitamos más, ¡minus! Oradores, facilitadores, coordinadores, lo que la iglesia necesita, lo que esta nación necesita, lo que la Casa Blanca necesita, son predicadores fieles de Cristo que unidos con el Espíritu Santo prediquen con de nuevo convicción, fervor, autoridad, integridad, urgencia, pasión, fidelidad y persuasión el amor. toda la palabra de Dios. Es triste ver personas que tienen acceso a nuestros líderes, a gente rica perdiendo el tiempo. No predican, se conforman con lo más mínimo, si acaso. No se atreven a decir al Presidente, le respetamos, oramos por usted, Pero si usted no se arrepiente, el infierno va a estar más caliente para usted, Donald Trump. ¿Cómo es eso y cómo te atreves? Sí, por eso mismo. El infierno, si usted cae ahí, va a ser más caliente para usted, porque desde que usted llegó a este mundo, tenía una madre que enseñaba la Biblia en su casa y en la escuela dominical. ¿Usted ha tenido testimonios? ha oído oraciones, ha oído la reprensión de Bill, Billy Graham no, del hijo de Billy Graham, que le dijo los otros días, eso lo escribió, no digas tanta palabra blanco, no la digas, tenemos niños aquí. Donald Trump mira, se sonríe y dice, estoy tratando. Ese hombre tiene pan, Ese es hijo de su padre. Es lo mejor de peligro. Esa es la clase de hombre que necesitamos hoy. Eso es lo que queremos si Dios nos permite se produzca en esta iglesia mediante la academia ministerial. Esos son los hombres que queremos que Dios nos permita enviar a otro lugar. la mayor bendición de la iglesia. En este sentido en que estamos hablando es la predicación bíblica de la verdad salvadora de Dios. Esto es lo que Dios ha escogido como el medio para lograr su propósito misericordioso de salvación y santificación de su pueblo. Es a través de la predicación de la palabra que Dios salva y regenera a los pecadores. A través de la predicación de la Palabra de Dios, es que el pecador recibe el conocimiento que necesita para su salvación. Pastor, no diga más, porque no lo van a invitar a Maralago. Y a la Casa Blanca, olvídese. Y cuando estemos, tampoco. Y cuando se inviten a los otros pastores, que han estado hablando bien de ellos, a la nave espacial, yo no sé qué, y la envíen, usted no va a estar ahí, pastor. No, yo no necesito tal cosa. Pero mis manos están limpias de la sangre de todos ellos y de ustedes. Dios ha escogido la predicación, lo que otros llaman locura, pero hombres como Musk, Donald Trump y su gabinete necesitan, y entre ellos, gracias a Dios, a gente cristiana. Hermanos 10, porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. Y cómo pues invocarán aquel en quien han creído y cómo creerán en aquel de quien no han oído y cómo irán sin haber quien les predique la verdad, toda la verdad, aunque ellos se disgusten. Porque ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conocía a Dios, por medio de su propia sabiduría, graduó a Dios mediante la necesidad de la predicación salvada a los que no creen. Y que desde la niñez ha sabido las Sagradas Escrituras las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Ahí está, cómo Dios imparte la sabiduría que tú necesitas al tú recibir el conocimiento de la verdad para la salvación de tu alma. Dios da todo esto a través de la predicación de su palabra. Ah, pastor, pero en aquellos tiempos del apóstol la predicación era necesaria, pero las cosas hoy han cambiado. El avance científico, tecnológico y virtual exige un medio diferente o medios diferentes para que podamos alcanzar al hombre moderno. Aunque el mundo ha avanzado, las necesidades más profundas del alma del hombre no han cambiado y seguirán siendo las mismas hasta que Cristo llegue. Su condición moral, social y espiritual es la misma, no importa cuál sea su trasfondo cultural, étnico, social o educacional. Esto se ve en sus poesías, entrevistas, revistas, publicaciones, arte, música, cine, entretenimiento, sus vestidos en sus plataformas sociales, Facebook, YouTube, Instagram, Twitter, TikTok, MySpace, LinkedIn, Snapchat, Pinterest. El hombre, a pesar de todo, es el mismo. Nace con una naturaleza pecaminosa y caída, por esta razón crea, escoge y practica el pecado. El hombre natural está muerto en sus delitos y pecados, su mente está entenebrecida y Pablo le dice a los efecios cristianos. No andéis así como andan los gentiles en la vanidad de su mente. En la vanidad de su mente. Esta es una mente carente de sustancia, es decir, trivial, que va atrás la felicidad, pero nunca puede alcanzar lo que verdaderamente es la felicidad. Va tras la felicidad, pero finalmente no puede obtenerla porque una vez encuentre lo que buscaba, tal cosa no le otorga una felicidad completa, satisfactoria y duradera. Consume sus energías en pos de metas puramente egoístas. Como dice este comentarista, el hombre acumula lo que no deja de ser temporal y busca satisfacción en lo que por sí es engañoso y decepcionante. No le llena, no le satisface permanentemente, finalmente le deja vacío. El diablo y el mundo y el placer tarde o temprano te dejarán vacío. y endeudado. Además, su mente está entenebrecida y esa persona está excluida de la vida de Dios por la ignorancia y dureza de su corazón. Isaías capítulo 5 describe al hombre de esta manera, toda cabeza está enferma, todo corazón desfallecido, de la planta del pie a la cabeza no hay en él nada santo. Nada sano. Salmo 58, 3. Desde la matriz están desviados los impíos, desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentira. Génesis 6, 5. El juicio de Dios que trajo como culminación la destrucción del mundo de antaño que sólo ocho personas Si me acuerdo bien, fueron salvas. Y el Señor vio, y era mucha la maldad del hombre en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. ¿Y cuál fue el remedio? Total destrucción. El hombre en su condición caída y depravada desprecia lo que él más necesita, la Palabra de Dios, el Evangelio. ¿Eres tú una de esas personas aquí hoy? La reacción de muchos en la Iglesia, lamentablemente, es reducir y reemplazar la predicación por otros medios. Pero Dios, por medio de Pablo, le dice a Timoteo, predica la Palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo si es conveniente o no conveniente, favorable para ti o no, si eres favorable para los que lean. No, el autor predica la Palabra, exhorta, reprende con toda paciencia. Aunque la Iglesia no tenga muchos ministerios, no sea tan conocida ni dueña de un edificio amplio. Ah, pero allí donde hay un predicador que predica la Palabra bajo la bendición del Espíritu de Dios, allí está el mayor ministerio de la Iglesia. ¿Y cómo se necesita? el mayor ministerio de la Iglesia, discúlpeme que lo voy a repetir, no es ni será la música, como Lisette canta, la música, la música, la música, como si la música fuera la panacea que resolviera todo, la música, siguen cantando la música, Pero qué vidas vacías, qué vanidad. Todo es superficial, transitorio. Nada trajimos a este mundo y Ricky Martin no se llevará con él la vida loca. Pastor, pero usted dice, porque ahí es que está la gente. Ahí es donde está la gente. Ese es el mundo en que la gente vive. Y allí hay que buscarlos. Es necesario enfatizar este punto porque muchos hoy han convertido la música en el ministerio principal de la Iglesia. No se han dado cuenta que mucha, no dije toda, porque hay cosas buenas que compositores de la música hacen, buenas piezas. Pero no se han dado cuenta que mucha de la música contemporánea es un caballo de Troya. parece inofensiva, pero trae consigo un ejército desbastador que consume la vitalidad espiritual y el discernimiento de la iglesia. Yo puedo hablar de la soberanía de Dios a las cinco, las obtenidas de la gracia a las cinco solas. Tienen un ministerio aquí de enseñanza, pero si yo como pastor o los pastores aquí permiten esa clase de cosas, tenemos un caballo de Troya ahí dentro, tenemos el ejército que sale cuando Troya está tranquilo, se meten y deshacen y absorben toda la energía espiritual, dejando un camino de sangre y de muerte. Tristemente, esta es la experiencia de algunas iglesias. Se han olvidado de esta verdad fundamental. El mayor ministerio de la Iglesia es la predicación de la Palabra de Dios. El mayor ministerio de la Iglesia es la predicación. Consciente de esta verdad, los apóstoles se entregaron a predicar. ¿Y cuál fue el resultado? El texto en el versículo 6 del capítulo, el texto en el versículo 7, capítulo 6 de Hechos lo dice, y la palabra de Dios crecía. Pero ven acá, la palabra de Dios no crece. Ya esto, la revelación terminó. Con esto terminó, no hay más. No hay más. Te digo que no hay más. Tú te pones a leerla, olvídate bien, que te vas a olvidar de cualquier cosa. Yo también oía voces. Gracias al Señor que Dios me libró de tal cosa. Cuando me enseñó que toda la escritura es suficiente para conocer la voluntad de Dios y aplicarla, mi vida cambió. Y yo le debo eso primero a Dios y a aquel siervo que Dios usó, el doctor Albert N. Martin. No solamente me dijo que la Biblia es suficiente, sino, piñeros, vamos a sentarnos. Vamos a aplicarla y gracias a Dios le debo a él mi esposa, mi familia y mis nietos. Hay que darle algo a Carlos también. Y el ministerio de esta iglesia, la Biblia es suficiente. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para toda enseñanza, para ayudar a guir, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios alcance madurez espiritual y esté preparado para hacer todo lo que Dios requiere de él. Y si es todo, la Biblia lo tiene todo. El resultado fue obvio. Estos hombres predicaron y la palabra crecía. No, no porque había nuevas revelaciones, sino porque la predicación bajo la unción del Espíritu de Dios trajo un efecto que penetró en el corazón y la conciencia de los hombres que los llevó a dejar sus mentiras, sus pecados, a seguir a Cristo. Y no lo digo yo, ni me lo inventé, el texto lo dice. El número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén. ¿Y cómo? Lo que no podía esperarse, que los sacerdotes, los más que odiaban el cristianismo, odiaban a Cristo, odiaban la iglesia, odiaban el cristianismo, los sacerdotes llegaron a obedecer la fe. No había individuos que se opusieran tan violentamente al evangelio como estos individuos. Sin embargo, su resistencia no prevaleció contra el poder convincente y salvador de la Palabra de Dios. Mi Palabra, así será mi Palabra, que sale de mi boca, no volverá a mí vacía, sin haber alcanzado lo que desee y logrado mi propósito, para el cual lo envié. La envió para la salvación, no para la maldición o condenación de aquellos sacerdotes, sino su salvación. Y llegó con poder, porque habían hombres que tenían pantalones y no reemplazaron aún cosas que eran legítimas. No permitieron que éstas reemplazaran la predicación fiel de la Palabra de Dios. Amén. Hermanos, no hay emperadores, reyes, señores, nobles o huestes satánica que detenga el cumplimiento del propósito divino mediante la predicación fiel de la palabra de Dios. Aleluya. Como alguien declaró, la palabra del Señor crecía, crecía, afectaba el corazón aún de los santos y como resultado directo ¿Cómo creció? Como resultado directo de librar a los apóstoles para cumplir su ministerio principal y también resultado de la unidad de la Iglesia. La Iglesia en Jerusalén estaba unida, no porque no tenía problemas, sino porque estaba unida, seguía instrucciones bíblicas. Los pastores haciendo lo que tenían que hacer y la Iglesia unida. Tanto el Consejo Pastoral como la organización de la Iglesia permitieron que el ministerio ungido de la Palabra creciera y efectuara un cambio poderoso y transformador en la vida de la Iglesia y en la vida de los que no eran creyentes. A medida que la Palabra seguía propagándose, el número de los discípulos se multiplicaba grandemente. porque el mayor ministerio de la Iglesia es la predicación de la Palabra, a los pastores se les debe liberar para enfocarse en la predicación de la Palabra y la oración y yo voy a añadir la preparación de futuros hombres que prediquen la Palabra. Una Iglesia unida, organizada y bien enseñada será un poderoso testimonio para el mundo perdido. En este nuevo año debemos comprometernos a sostener esas verdades que nos capacitarán para honrar a Dios, para cumplir nuestro propósito, función y misión como iglesia. ¿Cuáles son estas? La verdadera identidad de cada iglesia de Cristo es que ella es el pueblo de Dios. su pueblo redimido. La gloria más sublime y esplendorosa de cada iglesia es la presencia especial de Dios obrando en medio de su pueblo. El mayor ministerio de cada iglesia es la predicación de la palabra de Dios en medio de su pueblo. Los ocho minutos que les robé la semana pasada, se los estoy dando ahora mismo. No se olviden de estas verdades. ¿Quién es? ¿Qué es la Iglesia? ¿Quién es la Iglesia? El pueblo de Dios. ¿Cuál es nuestra gloria? No, Piñero. Y no te escondas, tú tampoco. el Señor. Nuestro mayor ministerio, no es la consejería aunque es importante, es la fiel predicación de la Palabra de Dios. Cuando hay tal cosa, mucha de la consejería desaparece. Ahora no diga, así, ay, yo pensaba ir pero ahora no voy porque me voy a sentir mal, porque el pastor dijo que lo más importante es, sí, sí, yo lo dije pero no dije, que eso excluía la consejería. Que el Señor, en su misericordia, nos ayude a mantener aquí, aquí, estas verdades y que nos guíen como iglesia. Oremos. Oh Padre, agradecemos la enseñanza de tu palabra. Úsala para hacernos mucho bien y nunca permitas que aquí en este lugar, detrás de este púlpito, haya otra cosa que reemplace o que ocupe el lugar de la predicación bíblica. Llévanos con bien a nuestros hogares y que estas verdades fundamentales sobre la Iglesia no se nos olviden. Te lo pedimos en Cristo. Amén.
Verdades fundamentales sobre la Iglesia II
Sermon ID | 11625143435056 |
Duration | 48:30 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Language | Spanish |
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