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Vamos a entregarle este tiempo al Señor antes de comenzar. Señor, te damos gracias. Gracias por tu palabra, Señor, porque en un mundo donde cada vez se promueven nuevas ideas como más revolucionarias, como mejores, como mejores que las anteriores, tu palabra, señores, permanece para siempre. Señor, y tu palabra es la umbrera a nuestro camino. Señor gracias por el libro de Santiago que hoy vamos a continuar revisando, ayúdanos Señor a comprender qué es lo que nos has querido enseñar a nosotros, pero no solamente en un sentido intelectual sino a que sea carne en nosotros, que tu Espíritu Señor nos ayude a entender esto y recorrer el camino que esto nos demanda, Padre. Sabemos que nuestras fuerzas fracasaríamos, pero Tú reinas y Tú tienes el poder. Tú nos puedes ayudar, Tú nos puedes corregir, Tú nos puedes guiar por el rumbo correcto. Tú puedes hacerlo, Señor. Te pido que me ayudes en la exposición de tu palabra, te pido también que por quienes están escuchando Señor este mensaje, que pueda ser de bendición y de parte tuya para cada uno de nosotros. En el nombre de Jesús. Amén. Vamos a estar revisando Santiago capítulo 4, versos 11 y 12. Continuando con nuestro recorrido por la serie de Santiago. Santiago capítulo 4, versos 11 y 12. Mientras estás buscando en tu Biblia el pasaje, que enseguida lo vamos a leer, Recuerdo que hace varios años, cuando aún vivía con mis papás, cuando todavía era soltero, yo estaba acomodando mi ropa en mi cómoda, en ese mueble donde tenía para guardar la ropa, y encontré algo de polvo. En principio no me preocupé, no le di mayor importancia, saqué la prenda que estaba con un poco de polvo, y era un polvo bien menudito, y sacudí la prenda y la volví a guardar, no pasó nada. Al poco tiempo, me volví a topar con polvo en el mismo compartimento. Y entonces lo que hacía cada vez que me topaba era sacudir las prendas y luego las usaba o las volvía a guardar, dependiendo. Pero cada vez el polvo iba aumentando. Después ya no solamente era que ocupaba unas cuantas prendas, sino prácticamente toda la ropa que estaba en ese cajón estaba con ese polvo. Entonces lo que hacía era sacar todas las prendas y sacudirlas y pensar que con eso ya iba a pasar. Lo que yo no me daba cuenta era que yo solamente estaba, por así decir, atacando a los efectos. Cuando vi que eso no funcionaba, entonces vi que la solución que yo le daba no era eficaz, entonces yo le pregunté a mi mamá, le conté a mi mamá lo que estaba pasando, ¿no? Que encuentro polvo y ella me dijo deben ser termitas. Y es que así era. Las termitas carcomen el mueble, destruyen de adentro hacia afuera. A veces se va a ver la evidencia en una pequeña cantidad de polvo superficial, como era el caso de lo que yo veía. Pero pensamos que es nada más que el polvo que se acumula en casa. Le damos una limpieza superficial, como lo que yo hacía, y las cosas no cambian. Comúnmente el huésped pasa desapercibido hasta que es demasiado tarde y el daño es irreversible. La murmuración, el chisme, es la termita que destruye a cualquier comunidad de creyentes. Tristemente, la murmuración es un pecado tolerado en la iglesia actual. Como a lo largo de esta serie, voy a usar la Biblia de las Américas en el desarrollo, a menos que aclare que voy a usar otra versión. Vamos a leer desde el versículo 1 del capítulo 4. Santiago 1, verso 4... Perdón, capítulo... Santiago 4, verso 1. ¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerras. No tenéis porque no pedís, pedís y no recibís porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres. O almas adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. O pensáis que la Escritura dice en vano, el celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros, pero Él da mayor gracia. Por eso dice, Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes. Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores, y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, lamentad y llorad, que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza. Humillaos en la presencia del Señor y Él os exaltará. Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella. Sólo hay un dador de la ley y juez que es poderoso para salvar y para destruir. ¿Pero tú quién eres que juzgas a tu prójimo? La verdad principal, que también está en nuestros boletines, dice, pese a que la murmuración es algo habitual entre las personas, incluso dentro la iglesia del Señor, a los ojos de Dios es un pecado que debemos esforzarnos por evitar, con la comprensión de que sólo Dios tiene el veredicto final. Son dos versículos que hoy día vamos a ver que realmente no son difíciles de comprender lo que Santiago está transmitiendo. Pero probablemente en la comprensión intelectual no está el problema, sino el entender las dimensiones de este pasaje y las implicaciones que trae a nuestras vidas. Primer punto, criticar a mi hermano no es una forma de amarlo. Quiero traer a su mente, ¿sí?, que piensen lo importante que era para el pueblo judío el decálogo de la ley, ¿sí? Si recordamos incluso cómo ellos reciben este decálogo, la importancia que tenía para ellos, no solamente cómo ellos debían atesorar esto, ¿sí?, recuerdan cómo era la instrucción de que ellos debían luego instruirlos, enseñarles en ese rumbo a sus hijos. Es más, incluso estas tablas de la ley, sí, donde estaba el decálogo, los diez mandamientos, luego fueron guardados en el arca del pacto. Y sabemos que el arca del pacto era uno de los mayores y principales tesoros que tenía el pueblo judío. Diez mandamientos, sí, que en determinado momento hacían temblar a los mismos judíos. que apuntaban a la santidad de Dios, pero a la vez apuntaban también a que el ser humano no era santo. Y que si bien a sus propios estándares el ser humano podía ser bueno, a la luz de estos diez mandamientos podemos ver que no es así. El ministerio en los pasos del maestro, por ejemplo, de Ray Comfort, por eso es que los toma como método para evangelizar, empezando en los diez mandamientos. Ahora bien, estos 10 mandamientos eran muy importantes para el pueblo judío. Pero la pregunta que en ese tiempo surgía y que probablemente todavía puede surgir es cuál de estos mandamientos era el más importante. No sé si alguna vez has escuchado preguntas como, si sólo podrías llevar un objeto a una isla, ¿qué objeto llevarías? O una pregunta todavía más Más crítica, ¿no? Si habría un incendio y solo podrías rescatar a una persona, ¿a quién rescatarías? ¿Cuál es el sentido, cuál es el fin de este tipo de preguntas? Revelar nuestras prioridades, ¿verdad? Si vas a llevar a una isla solamente un objeto, probablemente vas a llevar algo que atesoras, algo que es más preciado que otros objetos que tú tengas. Si te preguntan a quién rescatarías en un incendio, probablemente rescatarías a la persona que es más querida por ti. Entonces cuando pedimos así un resumen o que escojamos entre varias cosas a una, ese es el fin. Pero también esas preguntas se pueden usar con trampa, para sacar otra vez a relucir nuestras verdaderas prioridades. Y así ha sido a lo largo de la historia, no es que ahora solamente es así. En el tiempo de Jesús también le hacían preguntas, los maestros de la ley, le hacían preguntas con trampa. para atender su respuesta y para que después puedan acusarlo a él por las respuestas que él daba. Lo interesante es que aún en ese contexto Jesús usaba esas oportunidades y esas preguntas para enseñar. Y tenemos a día de hoy todavía esas enseñanzas en la Palabra del Señor. Pasen conmigo por favor a sus Biblias a Mateo capítulo 22. Mateo capítulo veintidós verso treinta y cuatro Mateo veintidós treinta y cuatro dice pero al oír los fariseos sí que Jesús había dejado callados a los saduceos que eran en la otra agrupación que había se agruparon dice y uno de ellos intérprete de la ley Para ponerle a prueba, le preguntó a Jesús, Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Y Él le dijo, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a este, amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. No sé si ha tocado ver, conocer, escuchar, leer de personas que tienen, por ejemplo, mucho conocimiento de la Biblia, pero que son tan indiferentes o incluso aborrecen a la iglesia. o a veces no puede ser la iglesia, a veces puede ser su propia familia. Es interesante porque esas personas dicen amar a Dios y que Dios es lo más importante, pero donde probablemente se muestra el garrafal de sus errores en el segundo mandamiento de gran importancia, amar a tu prójimo. Aquí Jesús está presentando de manera casi indivisible que siquiera en el resumen de este decálogo de la ley, es más, la ley y los profetas son estos dos mandamientos. Amar a Dios con todo y por encima de todo y amar al prójimo como a uno mismo. Pregunto, ¿Jesús podía haber resumido el decálogo en un solo mandamiento? Claramente vemos que Jesús ha preferido no resumirlo en un solo mandamiento. Hoy no es mi intención profundizar en por qué no lo ha decidido hacer y qué es lo que nos ha querido enseñar con estos dos mandamientos, pero claramente lo ha resumido en dos mandamientos. Uno es vertical, que es amar a Dios, y el otro es horizontal, amar a nuestro prójimo. Pero es interesante también porque este segundo mandamiento, digamos el mandamiento horizontal de amar a nuestro prójimo, está relacionado con el primero. Uno no puede cumplir este mandamiento horizontal si no ha cumplido el primero. Sólo Dios puede capacitarnos para amar a nuestro prójimo. pero eso nace de fruto de un amor genuino por el Señor. Apartado de eso, solamente podrían ser buenas intenciones que en el tiempo se diluirían. Solo un amor genuino por Dios nos capacita para que podamos amar genuinamente a nuestro prójimo. Lo interesante es esa palabra, ¿no?, prójimo, y por qué Dios la usa. Nuestro prójimo puede estar en forma de nuestro cónyuge. Nuestro prójimo puede estar en forma de nuestros padres. Nuestro prójimo puede estar en forma de nuestros hijos, nuestros hermanos, nuestro jefe, nuestros empleados, nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos, nuestros hermanos de la iglesia. A lo largo de lo que vamos a continuar viendo en este pasaje, no quiero que perdamos de vista este principio, este fundamento. Amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Probablemente Santiago tenía en mente también este pasaje cuando, cuando escribe lo que escribe. volviendo a Santiago, Santiago 4.11. Empieza, antes de eso hemos leído que hacía una exhortación, hacía una llamada de atención dura, fuerte, después proclama o presenta el Evangelio a la manera de Santiago, sí, pero no chocando con cómo lo presentan los apóstoles. Y aquí cambia su tono. Aquí empieza diciendo, hermanos, no habléis mal los unos de los otros. Santiago pone en evidencia que hablar mal de un hermano es juzgar a la ley y que no es el rumbo a seguir. Murmurar de mi hermano no es una manera legítima de amarlo. Lo voy a poner más bien de otra manera. Murmurar de otra persona es una violación del mandamiento de amar a mi prójimo. Y entonces puede surgir una pregunta que es legítima. Si no debo de murmurar, entonces, ¿cómo puedo corregir a mi hermano cuando éste está pecando o cuando éste está en el error? Lo bueno es que la Biblia también responde eso. Mateo dieciocho vayan a sus bibles a Mateo dieciocho quince por favor Mateo dieciocho quince está respondiendo a esto Mateo dieciocho quince y si tu hermano peca ve y repréndelo a solas si te escucha has ganado a tu hermano Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o dos o a dos más para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia. Y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos. En verdad os digo, todo lo que a Teix en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el cielo. Además, os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Y entonces, esta es una muy buena enseñanza de parte de Jesús mismo, donde nos muestra a quiénes debemos involucrar y cómo debemos involucrar. Como vemos, Jesús nos está enseñando pautas intencionales de cómo incluir en la conversación sólo a las personas estrictamente necesarias, no más. Pero a veces vemos que, aún en las iglesias más bien, se cambia el orden y se exponen cosas que no necesariamente deberían ser expuestas. Volviendo a Santiago, cuando dice, hermanos, no habléis mal los unos de los otros, es interesante, bueno, en la Biblia de las Américas dicen, no habléis mal los unos de los otros. La mayoría de las traducciones al español dicen algo semejante. Pero la reina Valera, que probablemente tienen algunos acá, traduce, no murmurar los unos de los otros. La murmuración no es un camino que glorifica a Dios. y me atrevo a decir que bajo ningún concepto. Revisemos el significado de murmurar. El diccionario Oxford de Lenguajes lo va a definir como hablar, ¿sí?, una persona en voz baja, en especial manifestando una queja o un disgusto por alguna cosa. No el famoso Generalmente esa queja o ese disgusto va a ser por otra persona que no está presente. Pero también este diccionario pone otro significado y es hablar mal de una persona que no está presente. Creo que ambas definiciones son aplicables para lo que Santiago está comunicando. La palabra original en el griego también se puede traducir correctamente como hablar mal de calumniar, hablar en contra de. Y algo que ha llamado mi atención es que nosotros sabemos que hay palabras que derivan de otras palabras. Creo que son palabras primitivas y derivadas, algo así son el nombre. Lo interesante es que esta palabra del griego, ¿sí?, que se traduce como hablar mal, calumniar, deriva de otra palabra. que es, que se podría traducir como traidor o difamador. Entonces claramente esta palabra tiene una connotación negativa. Entonces si volvemos a la pregunta que al principio hemos hecho ¿Cómo ve Dios esto? Lo cierto es que a Dios no le agrada. y sin embargo está, parece normalizado, parece que es lo más común, parece que tenemos, que siempre tenemos razones para hacerlo y es más, hasta muchas veces podemos buscar razones a nuestros ojos legítimas para hacerlo. Punto dos, cuando no cumplimos la ley, negamos la autoridad de la ley. Voy a leer otra vez el versículo once, pero esta vez poniendo énfasis en la segunda parte. Hermanos, no habléis malos unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella. Es interesante cómo ahora todavía se habla del término democracia y se lo maneja a conveniencia. Y algunos creen que el tema de las monarquías son cosas del pasado. Parece que no entendemos muy bien cómo todavía es el corazón del ser humano y cómo son las ambiciones del ser humano. Lo interesante en esas ambiciones que podemos leer en la historia o que podemos ver probablemente incluso en la actualidad, es que esas personas que están en posiciones de autoridad, y lo podemos ver en círculos pequeños como también en círculos grandes, es que parece que han perdido de vista que su autoridad no es intrínseca. que su autoridad es delegada, es delegada por Dios. Incluso aquellos que apuntan a Romanos 13, por ejemplo, por el tema del principio de guardar y respetar a la autoridad, ahí mismo te explica que es una autoridad delegada. ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué implicaciones tiene esto? Que las personas estamos entre pares. No podemos decir que una persona es superior a otra. porque tiene estudios, porque no tiene estudios, por el color de piel, por la raza, por la lengua, por el dinero. Estamos entre pares. Todos somos criaturas de Dios. No hay personas que sean superiores a otras. Y a lo largo de Santiago vemos eso y lo vamos a seguir viendo. Santiago está resaltando eso. No podemos ponernos por encima de la ley para juzgar a la ley porque nosotros también estamos bajo la ley de Dios. La ley también nos juzga a nosotros. Douglas Moo sugiere que Santiago está tocando el tema de hablar mal en su carta porque había divisiones que se estaban dando en la iglesia. Y probablemente leyendo lo que está antes de Santiago 4.11 podemos coincidir en lo que Douglas Moo dice. parece ser que habían divisiones en la iglesia. Y lo cierto es que eso se repite a lo largo de la historia, divisiones en las iglesias. Muchas veces producto de este pecado de hablar mal, de calumniar, de chismear. Mu también va a sugerir que Santiago, cuando está hablando en el verso 11 y el verso 12, está apuntando al Antiguo Testamento, al Levítico diecinueve. Pero lo interesante es que no lo está apuntando como un judío probablemente en ese tiempo lo apuntaría, sino que lo está apuntando, está apuntando al Levítico diecinueve, pero con una óptica neotestamentaria. ¿Qué quiere decir? A la luz de lo que ya se ha dicho, a la luz de lo que Jesús se ha dicho, a la luz de lo que Jesús se ha enseñado. Un judío probablemente apuntaría a todo eso de una manera externa, pero Santiago no. Santiago está apuntando como foco, como problema central, a algo interno, al problema del corazón, de la naturaleza pecaminosa del ser humano. Vamos al Levítico 19, por favor, Levítico 19. Levítico 19, verso 16. no andarás de calumniador entre tu pueblo. No harás nada contra la vida de tu prójimo. Yo soy Yahvé. No odiarás a tu compatriota en tu corazón. Podrás ciertamente reprender a tu prójimo, pero no incurrirás en pecado a causa de él. No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Yahvé. Vean como en estos tres versículos dos veces Dios está diciendo yo soy llave. ¿Y por qué está diciendo yo soy llave? Establece el mandamiento y después dice yo soy llave, para que sea sin objeción. Es interesante porque cuando alguna vez un niño le responde a su papá, un niño o un joven le responde a su papá y el papá le tiene que estar recordando la autoridad que él tiene y le dices yo soy tu padre o yo soy tu madre. O el famoso ¿con quién crees que estás hablando? Y aquí en un sentido Dios nos está recordando eso. y a través son mandamientos, no son sugerencias. Ahora es interesante porque aunque tengamos una opinión muy elevada de la ley de Dios, que digamos la Biblia es la palabra de Dios y hagamos toda esa declaración que hacemos antes del mensaje, cuando nosotros no cumplimos la ley de Dios, le estamos diciendo al mundo que la ley no tiene tanto valor como nosotros decimos que tiene. cuando no hay un esfuerzo real de nuestra parte. No estoy hablando de salvación, estoy hablando de dirección de nuestras vidas. Si no nos esforzamos por alinearnos a los mandamientos de la ley de Dios, claramente estamos negando la autoridad que ella tiene en lo práctico. Un esfuerzo real del creyente debe ser el esforzarse de no hablar mal de su hermano o juzgarlo con ligereza. pero probablemente es en algo que incurrimos. Recuerdo que en ocasiones escuchaba predicadores, probablemente también a salir de mi boca decir, en una iglesia, pero no en esta, en una iglesia ha pasado esto, pero no en esta, hermanos, pero no en esta. No me animaría a decir, no en esta. Si bien podemos escuchar ejemplos críticos, graves, nefastos, que incluso hace que algunos se aparten temporalmente de la fe o cosas semejantes, lo cierto es que nosotros también debemos reconocer nuestra situación y dónde estamos en esto. ¿Cuánto toleramos este pecado? ¿Cuánto participamos en este pecado de la murmuración? Hay un pasaje que quisiera que revisemos del Antiguo Testamento, aparte del Levítico 19, que muestra las implicaciones de lo que hemos hablado, de la murmuración, las consecuencias, y en este caso tiene que ver con Noé. Para aquellos que están haciendo el plan del libro, probablemente en esta época están revisando a Noé, sí, bueno, a Génesis, perdón, y entre eso han debido leer lo de Noé. Génesis, capítulo 9. Jesús capítulo nueve verso dieciocho a veces no nos quedamos con no es solamente con el con la escena antes de la arca no durante el diluvio y hasta ahí llegó Bien, Génesis capítulo 9 verso 18, esto pasa después del diluvio. Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet. Y Cam fue el padre de Canán, es decir, de los cananitas. Estos tres fueron los hijos de Noé, y de ellos se pobló toda la tierra. Entonces Noé comenzó a labrar la tierra y plantó una viña, y bebió el vino y se embriagó y se desnudó en medio de su tienda. y Cam, padre de Canán, vio la desnudez de su padre y se lo contó a sus dos hermanos que estaban afuera. Entonces Sem y Japheth tomaron un manto, lo pusieron sobre sus hombros y caminando hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre y sus rostros estaban vueltos y no vieron la desnudez de su padre. Cuando Noé despertó de su embriaguez y supo lo que su hijo menor le había hecho, dijo, Maldito sea Canán, siervo de siervos será para sus hermanos. Dijo también, bendito sea Yahvé, el Dios de Zem, y sea Canán su siervo. Engrandezca Dios a Japheth, y habite en las tiendas de Zem, y sea Canán su siervo. Confieso que varias veces leí ese pasaje y no lograba entender la gravedad de lo que ahí estaba pasando y por qué después recibe una maldición de parte, por qué Camo recibe una maldición de parte de su padre. Esos son pasajes o preguntas que me hacía cuando leía ese pasaje durante varias, varias veces que leí ese pasaje. Pensemos en la situación. Dice que Noé ha trabajado, sí, tuvo una viña, después cosechó de su viña, sí, y bebió el vino que él había producido y se embriagó. Lo cual sí podemos decir que está mal, sí, el embriagarse. Y Noé se desnudó. Pero hay que entender que él se desnudó cuando estaba en su propia tienda. Y por lo menos como yo lo asumo, es como que estuviese en su dormitorio. Y aún suponiendo que debido a su embriaguez no estaba lúcido y que ha sido un descuido de su parte y que no debería haberlo hecho, cuando Cam lo ve en esa situación, él decide contarle a sus hermanos. Y reconozco que lo natural que yo hacía en este pasaje y pasaba varias veces ahí era ese contarle a los hermanos, yo no lo veía como algo que no se debía de hacer. Pero lo cierto es que eso es lo que él ha hecho, que no debería de haber hecho. La reacción de Sem y Jafet, los otros dos hermanos, creo que ponen mayor evidencia cuál ha sido el error de Cam. Aunque la Escritura no nos dice cuál ha sido la intención de Cam, por qué él va y les cuenta a sus hermanos que ha visto la desnudez de su padre, una posibilidad era que quería exponer el error de su papá. Y como dije hace poco, la reacción de Semihafet pone en evidencia que lo que Kama había hecho no estaba bien. Y tal vez una forma de demostrar ese desacuerdo con el actuar de su hermano hubiese sido no darle importancia, decir habla de eso y no hago nada. Pero Semihafet No es solamente que no le han prestado importancia, o no es que solamente, ah, sí, en serio, vamos a ir a ver. No. Ellos han actuado con verdadero amor por su padre. Y ellos han tomado acción en un rumbo completamente diferente a lo que Cam había hecho. La Biblia dice que tomaron un manto, lo pusieron sobre sus hombros y caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Y además aclara la intencionalidad de ellos. Dice, cubrieron la desnudez de su padre y sus rostros estaban vueltos y no vieron la desnudez de su padre. Y el caminar probablemente atrás y todo eso incluso muestra que los querían cuidar a su papá. Algunas consideraciones que quiero que pensemos en esto. ¿Kam mintió en algún momento en esta historia? ¿Kam dijo alguna mentira? ¿Kam exageró? No basta con decir la verdad o mentir, sino las motivaciones que muchas veces hay detrás de eso. A veces podemos leer las cosas muy fríamente y no ver el corazón con el que se las hace. Cam no mintió, pero a pesar de eso recibió la maldición por parte de su padre o podríamos decir incluso de parte de Dios. ¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia las fallas de los demás? el camino directo a ir y hacerlo público. ¿Alguna vez un matrimonio con diferencias, por ejemplo, va y entonces va el esposo o la esposa va y se lo cuenta a sus papás, tal vez con la intención de ser comprendido? Pero muy pocas veces después de eso sale luz verde o las cosas se solucionan, sino en ocasiones más bien se mete, se involucra a otras personas y el problema se hace más grande. Y con eso no digo que nunca se deba acudir a otras personas. Pero muchas veces hay un corazón que no es correcto cuando nosotros exponemos a otros, cuando nosotros murmuramos. La situación en la que se encontraba Noé evidencia ese error, él estaba desnudo, estaba embriagado, pero aún en ese contexto Semi y Jafet lo cubrieron. Incluso un autor decía y ponía la analogía de Dios cubriendo a Adán y Eva. ¿Recuerdan? Adán y Eva comen del fruto prohibido y entonces toman conciencia de que estaban desnudos, se avergüenzan y cubren hojas de la higuera y con eso se cubren. Ellos habían transgredido la ley de Dios. Ellos habían pecado. Pero a pesar de eso, Dios les provee mejores vestimentas que esas hojas de higuera. Dios les provee ropas de piel, eso dice la palabra. Aún en eso Dios ha mostrado gracia. Y probablemente en este caso Sam y Japheth hicieron lo mismo. A lo que voy con todo esto es que no solo se trata de no murmurar sino de hacer bien. Algo de lo que debemos salir como creyentes y a lo que debe llevarnos la palabra cuando somos confrontados con ella, cuando somos expuestos a ella, es de no solamente ver las cosas, los mandamientos de Dios como algo gravoso, como algo porque Dios es aburrido, porque Dios es muy vertical. No, debemos ver el espíritu de por qué Dios nos da mandamientos. Y a lo largo de ya estos años en la iglesia, hemos visto que no solamente se trata, por ejemplo, de no mentir, sino se trata de qué? Hablar verdad. No solo se trata de no ser tosco o grosero con mis palabras, sino que también se trata de ¿qué? Hablar con gracia, conversaciones sazonadas con sal. Los mandamientos que el Señor nos da no solo son cosas por no hacer, sino que también nos dice que debemos hacer. Y acá sé, mi hija Fed, y cierro. Porque probablemente en su contexto, en su situación, lo más cómodo para ellos era no prestar atención si es que no querían pecar y dejarlo ahí. Ellos buscaron cubrir. Punto 3. Voy a leer el verso 12 de Santiago 4. Solo hay un dador de la ley y juez que es poderoso para salvar y para destruir. ¿Pero tú quién eres que juzgas a tu prójimo? Quiero tener un especial cuidado porque esto de juzgar al prójimo también es mal usado en este tiempo. Pero lo cierto es que juzgar con ligereza a nuestro prójimo es pecado. Generalmente un muy alto concepto de nosotros mismos nos hace ligeros a juzgar a otros. Peor si mi enfoque va a ser egoísta y centrado en yo en el centro. Tristemente somos más rápidos para ver las flaquezas de otros antes que las nuestras. El deportista, ¿no? Aquel que puede dar su propio peso ahí, se burla del que no puede hacerlo, midiendo desde su condición. Aquel que puede dar 10 vueltas al estadio, se burla del que no puede dar 10 vueltas. Aquel que es mucho más paciente que otros, se burla del que no tiene paciencia. Y así podríamos seguir pensando porque juzgamos a nuestra conveniencia, de acuerdo a cómo somos, de acuerdo a nuestro criterio, a nuestras fortalezas, pero muy rara vez de acuerdo a nuestras debilidades. Y es que, si no somos creyentes, Por definición nosotros nos hemos puesto en el centro. Y si somos creyentes probablemente estamos luchando con salir de ese centro. Porque muy dentro de nosotros en ocasiones nos creemos mejores que otros. Ya sea descansando en nuestras capacidades, en nuestra inteligencia, en nuestras habilidades, en nuestra posición, en alguna aptitud o virtud que tengamos. Como diría alguien, van agloriándonos de cuán humildes somos. Pero si hablamos en un sentido de tribunal legal, Pablo hacía mucho eso, ¿no? Hacía muchas comparaciones de tribunal legal para explicar el Evangelio, por ejemplo. Si hablamos en un sentido de tribunal legal, debemos tener claridad que nosotros, O vamos a estar en el banquillo de los acusados o vamos a estar como testigos. Pero nunca nos vamos a sentar en el banquillo de jueces o del juez. Y a ver Dios es el verdadero juez sobre todo. Craig Kinder explica, el hecho de que sólo Dios era el verdadero juez, era una enseñanza común judía y del Nuevo Testamento. En la enseñanza judía, los tribunales terrenales sólo funcionaban bajo su autoridad, la autoridad de Dios. Y entonces, la autoridad que tenían los humanos era una autoridad delegada, no intrínseca. y los que allí impartían justicia tenían que hacerlo con base en la ley, incluso con base en la ley de Dios. Las investigaciones tenían que llevarse a cabo minuciosamente con un mínimo de dos testigos. actuar como testigo falso y calumniar a alguien ante los tribunales sin tener información genuina de primera mano, se castigaba con la misma pena que hubiera recibido la persona falsamente acusada si hubiera sido condenada. Es decir, no era nomás ser testigo falso. Pero a día de hoy, Más bien es lo común tener testigos falsos. Quiero que pongas atención en esto. El versículo 11 empieza con la palabra hermanos, otra vez, antes estaba siendo una exhortación fuerte, después baja, sí, cambia, es como si estuvieses en un vehículo, sí, cambia la caja y les habla con amor y les dice hermanos. Pero después, con intencionalidad, porque es la palabra del Señor, el versículo 12 termina con la pregunta, ¿Quién eres tú? ¿Quién eres que juzgas a tu prójimo? Ya no está usando la palabra hermano, porque podría haberlo puesto, ¿Quién eres tú que juzgas a tu hermano? Probablemente está apuntando a toda la enseñanza que Jesús había hecho sobre el prójimo. ¿Recuerdan en el primer punto cuando hablamos del resumen de la ley? Y el segundo mandamiento, el mandamiento horizontal tenía que ver con amar a tu prójimo. Prójimo. Jesús también luego se le acercan y le preguntan ¿Quién es mi prójimo? Y entonces Jesús responde la parábola del buen samaritano. Ese es el contexto del prójimo. Y ahora Santiago está usando ¿Quién eres tú que juzgas a tu prójimo? Y por si no recuerdas o no has leído la parábola del buen samaritano, está en Lucas 10, 25 al 37. Realmente te animo a que podamos leer, y si no lo puedes leer hoy día, que lo puedes leer en el transcurso de la semana. Ahí al final va a aparecer una palabra, gracias a Dios por esa palabra, misericordia. Lo que Santiago quiere mostrarnos es que nuestro rol es ayudar a nuestro prójimo. Obviamente honrando a Dios, por tanto no le voy a ayudar a pecar, porque eso no honra a Dios. Pero la pregunta es, al hablar mal de mi prójimo, ¿en qué lo estoy ayudando? Aquí quiero aclarar que Santiago no está hablando de que debemos promover o socapar a los pecadores siendo cómplices de ellos. Y si he dado a entender eso, quiero aclarar que no es el caso. Por eso mismo Santiago va a mencionar en varias ocasiones y especialmente al principio la importancia de la sabiduría de lo alto. Tenemos que tener, y si no tenemos sabiduría, que se la pidamos a Dios, el cual da abundantemente y sin reproche. porque a la luz de cada situación debemos analizar. Pero el punto es que sólo Dios puede salvar y destruir, por tanto, el veredicto final sólo es atribución de Dios. Y otra vez, poniendo otra vez la figura del tribunal legal, nosotros no vamos a estar como jueces. Ya casi para ir terminando. Yo sé que probablemente sacar estadísticas de esto sería difícil, pero si acaso habría el ejercicio, la posibilidad de sacar estadísticas reales, no imaginarias, no construidas a conveniencia, yo creo que específicamente sobre cuántas veces se incurre en este pecado de la murmuración nos alarmaría. Y tal vez nos desanimaría, ¿no? Porque como decía, no solamente es fuera de la iglesia, sino también es dentro de la iglesia. Es más, veamos el contexto. ¿A quién les está hablando Santiago? Porque la murmuración es uno de los pecados más respetados y, o por lo menos, tolerados por los creyentes. Incluso muchas veces es promovido, normalizado por los líderes en las iglesias. Y a veces son los mismos líderes los que hacen de eso algo común. Pero para el creyente lo más importante es cómo ve Dios eso. Entonces la pregunta, más que aún si lo ha normalizado en tu iglesia o tu líder cae en eso, es cómo ve Dios esto. Claramente no es un pecado que Dios ve con indiferencia. Y Dios quiere y nos exhorta a que esto cambie. Voy a hacer algunas preguntas para que podamos pensar en lo que hemos visto hoy día. ¿Cómo estoy yo? Sí, cada uno se haga esa pregunta ¿Cómo estoy yo frente a la murmuración? ¿Cómo estás frente a la murmuración? ¿Me esfuerzo por no incurrir en murmuración? ¿Me doy cuenta cuando cometo este pecado? Hermanos, nuestra condición antes de Cristo era muertos en delitos y pecados, no un poquito afectados, un poquito dañados, muertos en nuestros delitos y pecados. De ahí nos está sacando Dios. Hay tantas cosas en nuestra mente, en nuestra forma de ser, en nuestra conducta que tienen que ir cambiando. Gloria a Dios para quienes conocen al Señor a temprana edad, que su esfuerzo pueda ser ir en rumbo a la santificación progresiva. ¿Me doy cuenta cuando cometo este pecado? Ahora, aun si me doy cuenta que cometo este pecado, y esto ya implica reflexión, ¿hago algo para enmendar el daño cometido? Y si tendría que ir evaluándome a la luz de esas preguntas que voy poniendo, la verdad es que creo que se probaría. Probablemente muchos de nosotros se probaríamos. ¿Confieso este pecado de la murmuración cuando lo cometo? ¿Alguna vez te ha tocado callar a alguien que está murmurando algo de otra persona que no está presente? O tal vez ahí el sentido de la curiosidad o que te gusta el chisme ha hecho que continúes. O tal vez solamente el tema de no querer ganarte una enemistad o no querer que te digan extremista. Pero aún si fuese el caso de que no quieres enemistarte con esa persona que está murmurando, más fuerte debería ser nuestro celo por el Señor, nuestro temor por el Señor. ¿Me esfuerzo por no calumniar o estar en círculos donde se promueve eso? Y ojo, ¿no? Si uno es peligroso con su lengua, imagínense cuando varios que son peligrosos con su lengua están juntos. Ahora, ojo con eso, no quiero que se me malentienda y entonces diga, la solución no me voy a reunir, voy a ser asocial, no. Es cuidar lo que hablo. Es guiar las conversaciones. No participar de conversaciones que no aprovecho. Es corregir con amor. o tal vez en algunos casos incluso corregir con firmeza. El que anda murmurando revela secretos, por tanto no te asocies con el chismoso. Proverbios 20, 19. Proverbios 23. El prudente ve el mal y se esconde, mas los simples siguen adelante y son castigados. espacios que son de bendición, que son propicios para la edificación, como por ejemplo, reunión de varones, reunión de mujeres, reunión de compañerismo, pueden ser desvirtuado por esto. Ahora, ojo con esto, la moraleja no es entonces, no participo de esto, participa, pero sé de bendición. Y si la reunión, la conversación se está desviando, pon fren, reconduce, Algunas recomendaciones prácticas que nos pueden ayudar. Si murmurar es un pecado al que estás acostumbrado y ves con normalidad, confiesa a Dios que te deleitas en ese pecado. No todos los pecados, y eso es lo peligroso del pecado, no todo pecado se siente mal cuando lo estás haciendo. Y probablemente este sea uno de esos. probablemente nos deleitamos en este pecado, pero sabemos que es pecado. Y el paso es la confesión, confesarle a Dios que nos deleitamos en él. También confesarle a Dios nuestra falta de amor por nuestro y voluntad de obedecerle. Porque a veces cantamos, oramos, hablamos de la voluntad de Dios, pero a veces hay áreas de nuestra vida que no queremos ponerlas en sujeción al Señor. Si la persona que te hablas está quejando de la otra persona, de otra persona que no está presente ahí, Pregúntale si ha expresado sus quejas a él o a ella. Proverbios 25 9 Discute tu caso con tu prójimo y no descubras el secreto de otro. Cuán de ánimo es ver ese tipo de conductas, que aunque no son habituales, a Dios gracias he podido ver. me han desafiado. Que nosotros también seamos de ánimo para otros. Si un creyente quiere murmurar contigo sobre otro creyente, exhórtale en amor que no es el rumbo. reflexiona, piensa si pides detalles sólo por curiosidad, proponte no consentir a tu curiosidad, no pidas detalles de los secretos de otros. Otra recomendación práctica, cambia el tema y cuenta algo edificante, Por ejemplo, si están hablando mal de otra persona, tú puedes mencionar algo que aprecias de esa persona de la que están hablando mal. Y probablemente, aún tal vez por razones, por motivaciones incorrectas, esas personas van a parar con la murmuración. y probablemente también, acá vamos a caer probablemente muchos, el problema está en que hablamos mucho. Proverbios 10, 19, en las muchas palabras la transgresión es inevitable, mas el que se frena sus labios es prudente. Proverbios 13, 3, el que guarda su boca preserva su vida, el que mucho abre sus labios termina en ruina. Y ahí, por ejemplo, los matrimonios podemos ayudarnos. A veces hay uno que habla más, uno que habla menos. Podemos ayudarnos, a la vez dejemos ayudarnos. Si vas a decir algo, primero piénsalo una vez más. Si vas a decir algo que puedes rayar, que presumiblemente en tu mente está que puede sonar a murmuración, piénsalo una vez más. Si no puedes decir algo edificante, a veces es mejor no decir nada. Entonces, ¿siempre debo resolver los problemas yo solo? No, hay espacio, habrá espacio para la consejería, para el consejo. Pero tengamos cuidado de que no sea solamente murmuración. El corazón del justo medita cómo responder, mas la boca de los impíos habla lo malo. Proverbios 15, 28. Mateo 12, 36. Y os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ellos en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado. Y creo que aquí vienen recomendaciones que son tan o más importantes que las que he dado, que eran recomendaciones prácticas. Las que vienen también son recomendaciones prácticas. Porque no solamente tiene que ser un esfuerzo de parte nuestra. Pídele en oración a Dios que te dé más dominio propio. Santiago nos ha hablado sobre lo terrible que puede ser nuestra lengua. Pero Dios puede ayudarnos, Su Espíritu puede ayudarnos Pídele en oración a Dios que te dé más amor por tu prójimo Otra vez, cuando estoy murmurando de alguien que no está presente ¿Estoy manifestando amor por esa persona? Finalmente, un consejo que va a la luz de todo lo que hemos hablado Ocúpate en lo que debes de hacer. Pablo, cuando le escribe a Timoteo, pone como ejemplo negativo a las viudas jóvenes, ya que a veces ellas erraban porque se ocupaban de cosas de las que ellas no debían de ocuparse. 1 Timoteo 5.13. Y además aprenden a estar ociosas yendo de casa en casa, y no solo ociosas, sino también charlatanas y entremetidas, hablando de cosas que no son dignas. Primera Tesalonicenses 4.11. Y que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila y os ocupéis de vuestros propios asuntos y trabajéis con vuestras manos tal como os hemos mandado. Otra vez, este punto es a la luz de todo lo que hemos hablado. No estoy hablando de que nos centremos solamente en nosotros mismos. sino que si vamos a ocuparnos de otros, que sea para bendición, no para tropiezo. Tal vez esta va a ser una pregunta más personal para la iglesia bíblica de León. ¿Te has dado cuenta, has prestado atención a lo que Dios quiere trabajar con nuestra iglesia en este último tiempo? Definitivamente, Dios está hablando y está obrando en nuestra iglesia. Desea santificar a la iglesia. Pregunto cómo vamos a responder ante esto. Leo la verdad principal. Pese a que la murmuración es algo muy habitual entre las personas, incluso dentro de la iglesia del Señor, a los ojos de Dios es un pecado que debemos esforzarnos por evitar, con la comprensión de que sólo Dios tiene el veredicto final. Romanos 12.16. Tened al mismo sentir unos con otros. No seáis activos en vuestro pensar, sino condescendientes con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. Amados, nunca os vengáis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está, mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonará sobre su cabeza. no seas vencido por el mal sino vence con el bien el mal vamos a orar Señor te damos gracias por tu palabra gracias por la obra que haces en tu iglesia gracias Señor porque no nos dejas como nos has encontrado Y a pesar de a veces nuestra dureza, Tú quieres trabajar en cada uno de nosotros. Señor, que ahora nuestro pensamiento en este momento no sea pensar y decir, este mensaje era para tal, este mensaje era para cual. Que entienda, que reconozca que Tú estás hablándome a mí. Señor, reconocemos y te pedimos perdón porque al final de la abundancia de nuestro corazón es lo que hablamos, Señor. Y a veces hemos normalizado algo que Tú no ves con buenos ojos, algo que quieres cambiar. Señor, te pedimos perdón por acomodarnos al mundo en la murmuración, porque a veces en las iglesias hacemos más bien un lugar, Señor, de murmuración. y otros, aunque incorrectamente, utilizan esa justificación para no estar con la iglesia. Señor, ayúdanos a que sea un lugar de bendición, tanto en los tiempos formales como en los tiempos informales. Señor, ayúdanos. Queremos pedirte que nos ayudes a frenar nuestra lengua, para no hablar con ligereza, para no hablar de más. Señor, ayúdanos a no ponernos a nosotros al centro, Señor, a poner a nuestro hermano, a nuestro prójimo, Señor, a amarlo como nos amamos a nosotros mismos. Señor, danos más dominio propio, ayúdanos en eso, danos más amor por nuestro prójimo. Señor, que podamos también corregir a quienes están en el error, pero que no lo hagamos con soberbia, con altivez. Más bien que lo hagamos con humildad y con verdadero amor, que tú nos des esa sabiduría de lo alto para saber cómo analizar, cómo actuar en cada situación particular. Que no seamos cómplices del pecado, Señor. pero que tampoco dañemos más. Danos, señores, sabiduría. Ayúdanos a recordar que tú eres juez sobre tu creación, que tú juzgas, que tú vas a pagar. Gracias, Señor, por lo que nos hablas. Ayúdanos a no ser oidores olvidadizos, sino hacedores de tu palabra. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
La murmuración: Un pecado tolerado
Series Santiago
Verdad principal: Pese a que la murmuración es algo muy habitual entre las personas, incluso dentro la iglesia del Señor; a los ojos de Dios es un pecado que debemos esforzarnos por evitar; con la comprensión de que solo Dios tiene el veredicto final.
Escrituras tomadas de La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Sermon ID | 115232259544479 |
Duration | 1:07:55 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 4:11-12 |
Language | Spanish |
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