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Muy buenas noches, hermanos. Dios les bendiga. Qué bueno vernos aquí el sábado, ¿verdad? Y no para comer tacos y todo lo que nos encanta. Nomás estamos diciendo nos gusta eso en gran manera. Pero hoy no fue un día así. Y qué bueno. Quiero primero que nada, hermanos, dar gracias a Dios por esta oportunidad. y a que Dios nos da para poder juntos compartir la palabra de Dios gracias al pastor que fíjense ustedes me dio esta oportunidad que tremendo que bendición no de veras que es una enorme bendición gracias por sus oraciones cuando estuvimos afuera y llegamos bien gracias a Dios pero también hermanos quiero sinceramente felicitarles sinceramente Saben, la persona más bendecida cuando venimos a la casa de Dios, es la persona que viene a la casa de Dios. Esa es la más bendecida. No son los jujieles, no son los diáconos, ni siquiera el pastor. La persona más bendecida cuando venimos a la casa de Dios, es los que venimos. Por eso, cuando no estamos estamos perdiendo. Cuando no estamos porque no queremos, pero cuando no estamos, aunque querramos estar, pero estamos enfermos, estamos ocupados en algún viaje que nos mantiene afuera. Bueno, no se puede y no se pudo entonces, pero cuando podemos estar en la casa de Dios, siempre estemos. Porque cada vez hay bendición. Y saben hermanos, lo tremendo es que a veces no sabemos ¿Cómo fuimos de bendición a otros? Yo creo por eso el cielo va a ser, es un lugar hermoso, indescriptible para nosotros. Pero, porque aunque la escritura nos dice, no la comprendemos, pero en la descripción del cielo, pero en el tribunal de Cristo, yo creo que va a ser una cosa hermosísima, porque vamos a dar cuenta de cosas que no supimos aquí en la tierra. ¿Cómo fuimos de ánimo a alguien? hoy que venimos por ejemplo no vamos a saberlo hasta el tribunal de cristo porque a veces ni el hermano a la hermana o a la persona que le fuimos de bendición no nos dijo pero se fue a casa animados o animada o animados porque nos vio a nosotros aquí, por una palabra que le dijimos, a veces nada más por un saludo, solo por eso ya se fue emocionado, alegre, una palabrita que dijimos, ya se fue motivado. Por eso hermanos, qué bendición es. Yo me alegré con los que me dijeron, con los que me decían, a la casa de Jehová iremos. Así es que gracias por ello hermanos, de veras que sí, qué bendición. Ahora vamos a ir a Hechos capítulo 11. De de allí estaremos estaremos extrayendo la enseñanza de la escritura de esta en esta serie de tres mensajes. Vamos a tener tres mensajes y va a estar en esta porción que ahora vamos a leer. Hechos capítulo once. Voy a empezar a leer en el verso diecinueve hasta el final. Tenga su Además de eso, al final del mensaje va a poder llevarlo para estudiar un poco más en su casa, porque vamos a estar viendo si unimos nuestras mentes y corazones para descubrir lo que vamos a estar estudiando el día de mañana, en la mañana y por la noche. Note lo que dice el verso 19. Ahora bien, Los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. En otras palabras, sólo testificaban a los judíos. Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Sirene, los cuales cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén. y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. Este, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, Bernabé, y lleno del Espíritu Santo y de fe, y una gran multitud fue agregada al Señor. Después, fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo, y hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente, y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. En aquellos días, unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía, y levantándose uno de ellos, llamado Ágavo, daba a entender por el espíritu que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada, la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que estaban en Judea, lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. Padre, ayúdanos. Le damos gracias, Señor, por esta enorme bendición. Estar en tu casa siempre es una enorme bendición. Especialmente, mi Dios, en estos días cuando hay tantas señales y evidencias que estamos en víspera de tu segunda venida. Le damos gracias por la oportunidad y la ocasión que hoy nos reúne. Padre mío, así como hemos visto en estos videos y en otros anteriores, que la visión que tú tienes para alcanzar el mundo, la sigamos apropiando como iglesia. Y no solamente la apropiemos, sino que la aumentemos. Para que conozcamos, no solamente nosotros, de tu poder y gracia al proveernos, pero también otros, los misioneros donde están y las personas y los ministerios que ellos hacen. Pedimos tu gracia en esta noche, mi Dios, que tu nombre sea glorificado en Cristo Jesús. Amén. Amén. Allí está, hermanos, en la porción que estamos y que vamos ahora a ver. Cristianos comprometidos compasivos. Hechos capítulo 11. Tiene como trasfondo, como ustedes pueden ver allí en sus Biblias, dos eventos. El capítulo 11, verso 1, empieza diciendo, oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Esta es, este es un evento. menciona un evento aquí que tiene que ver con lo que sucedió en Hechos 10, donde el apóstol Pedro llevó el evangelio por primera vez a los gentiles, a un gentil llamado Cornelio. A eso se refiere esa frase, está conectando el capítulo 11 con el capítulo 10, porque hasta esta hora La iglesia, los redimidos eran sólo judíos. Cornelio fue el primer gentil que se convirtió al Señor y que está registrado en las páginas sagradas del Libro de Dios. El segundo evento está en el verso 19, donde empezamos la lectura y estamos ahora estudiando. Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban. Eso tiene que ver con lo que pasó en el capítulo 7 y en el capítulo 8. Está conectando el escritor capítulo 7 y 8 con lo que ahora va a decirnos, con lo que va a explicarnos. Y en el verso 26 es donde viene el tema o la serie que queremos ahora presentar. A los discípulos se les llamó cristianos. por primera vez en Antioquía. Estamos viendo entonces una, aunque no vamos a estudiar los tres eventos, sin embargo estamos viendo aquí un evento importante. Primera vez que se oía la palabra cristianos en referencia a los seguidores de Cristo. ¿Por qué le llamaron cristianos? por primera vez en Antioquía, porque los seguidores de Jesús eran personas que su comportamiento, sus actividades en la vida, el vocabulario que usaban, su conducta de vida, era muy parecida a la de Jesucristo. No sé si usted alguna vez ha visto a alguien y dice, ¿cómo te pareces tú a fulano? ya sea por el tamaño, por modales, por algo, algo. Dice, mire, tú eres muy parecido a fulano, nada más por lo físico. Pues aquí no era lo físico, era el carácter, la conducta de vida, el vocabulario, las acciones. Y dijeron los paganos que habían conocido a Cristo, ¿cómo se parecen esto al Nazareno? ¿Y cómo se llamaba él? Le decían Cristo. Ah, pues estos son cristianos. Como un apodo. ¿Cómo se parece este al doctor Chapatín? Ah, pues al doctor Chapatín. Dice, ¿cómo se parecen estos a Cristo? Ah, pues le ponemos de apodo cristianos. Un apodo. Pero no era, era porque se parecían. Solo tres veces se usa la palabra cristiano en la Biblia. Tres. Esta es la primera vez que se usa. La segunda vez está en Hechos 26, 28. El apóstol Paulo está predicándole, está defendiéndose porque estaba preso, porque lo estaban acusando falsamente los judíos líderes. Y entonces él presenta el evangelio al rey Agripa y entonces Agripa le dice en Hechos 26, 28, Pablo, por poco me persuades a ser cristiano. ¿Qué es lo que estaba pensando cuando dijo eso? Estaba pensando porque él sabía que multitudes de Personas en el imperio se habían, habían oído esa predicación del maestro de Jesucristo y se habían convertido y habían cambiado su conducta. Y entonces Pablo le estaba diciendo, necesitas entregarte a Cristo, ser cristiano. Y Agripa le dice, por poco me persuades a ser cristiano. La tercera vez que se usa está en primera de pedro capítulo 4 verso 16 ese grupo de creyentes estaban esparcidos por el imperio romano estaban sufriendo como cristianos y el nombre que llevaban como cristianos podían ser como un desprecio como algo que se no diga que soy cristiano porque me puede pasar algo nos andan persiguiendo, no digas, no me digas hermano, porque me pueden descubrir mejor así nada más. Ey señor, ¿cómo está? Pero no digas cristiano. Y Pedro les escribe y les dice, dice allí, que si alguno sufre, si alguno padece como cristiano, no se avergüence. indirectamente está diciendo hay cristianos por ser cristiano Sufren, no se avergüencen, les da como un ánimo y les dice recuerdan de dónde viene nuestro nombre, nuestro apellido, nuestro apodo que nos pusieron. No se sientan avergonzados, al contrario, alegrense, siéntanse llenos de gozo, de alegría. Así es que si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ellos. Ahora surge la pregunta, ¿qué clase de cristianos eran estos? ¿Eran, como decimos, nominales o practicantes? ¿Eran nada más de nombre o de verdad? Ah, eran practicantes. Bueno, Dios nos dice qué clase de persona, qué clase de cristianos eran. Por ejemplo, Hechos 5, 28. allí están los judíos religiosos que se oponían al a Cristo y al cristianismo y noten el testimonio que ellos dan en 528 hablando de los cristianos les dice ellos no os mandamos estrictamente no enseñéis en ese nombre y note la frase y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina. Habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina. Note otra, otra referencia allí en Hechos 8, 4. Dice que, pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el Evangelio. Noté otra referencia de esos cristianos. Estamos tratando de contestar. ¿Eran nominales o eran practicantes? Porque hoy hay muchos cristianos nominales. Yo no sé si hay más nominales o más practicantes. Usted haga la investigación y compare. Y así usted sabe. Yo creo que hay más nominales y menos practicantes. Note otro testimonio, Hechos 17, 6. Ahí está otro. Dice que hubo un alboroto todo el capítulo, pero esta es la frase que quiero que lleven en mente y que noten en la Biblia, en su Biblia. Estos que trastornan el mundo entero. También han venido acá. Estos que trastornan el mundo entero. Entonces, ¿qué piensan? ¿Eran nominales o practicantes? 100% practicantes. No fueron porristas los que le dijeron, nos adelante, no. Fueron los enemigos de ellos los que dijeron, ya llenaron al mundo, ya llenaron a Jerusalén con esa doctrina. Enemigos. Y usted sabe que nuestros enemigos no hablan bien de nosotros. Pues aquí los enemigos están diciendo, estos son los que han llenado a Jerusalén con esa doctrina. Los enemigos dijeron, estos que han llenado el mundo, están trastornado el mundo entero. También han venido acá. Y lo que toma mayor realza, hermanos, en esto es que no había teléfono, no había televisión, no había radio, no había internet, no había celulares, no había Facebook, no había YouTube, no había nada de las redes sociales que hoy tenemos. Nominales o practicantes? Practicantes. Y ahora uno se pregunta, ¿pero qué es lo que ellos tenían que hoy ¿Qué es? ¿Qué es lo que ellos tenían que hoy no se ve mucho en la vida práctica de muchos cristianos? ¿Qué es lo que ellos tenían que hoy no se ve mucho? Diríamos el Espíritu Santo. No, nosotros también tenemos el Espíritu Santo. Pues diríamos la Escritura. No, ellos tenían menos escritura que nosotros. Nosotros tenemos más escritura hoy que lo que ellos tenían en ese tiempo. Entonces, ¿qué es lo que ellos tenían que nosotros no tenemos o que falta o que hay pocos con ella? ¿Qué es? Creo esto, hermanos. Estos cristianos tenían una filosofía de vida. Tenían fe en Dios. que resultaba en acciones de las cuales Dios, Dios da testimonio, una filosofía de vida, una fe en Dios, que resultaba en acciones de las cuales Dios da testimonio, acciones de fe. Tenían una, su filosofía de vida era moldeada por fe verdadera y esa fe verdadera los impulsaba a actuar de tal manera tan correcta y agradable a Dios que Dios dejó testimonio de eso por eso quiero mencionarles al menos tres distintivos que se notan en estos cristianos que los identifican como cristianos comprometidos y compasivos. Note lo que dice el verso 19 y 20. Ahora bien, los que habían sido esparcidos. Voy a ir al 20 para ganar el tiempo más, pero había entre ellos unos cristianos. Había entre ellos unos varones de Chipre de Sirene, los cuales entrando entraron en Antioquía. Cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos anunciando el evangelio del Señor. Aquí está lo que yo veo aquí, hermanos. Estos cristianos tenían un compromiso. Habían tomado y hecho un compromiso con su Salvador. Habían hecho un compromiso con su Salvador. Obedecían por amor a Jesucristo. obedecían por amor a Jesucristo. Noten el contraste en el verso 19 y en el verso 20. En el verso 19 dice que entraron allí y se ve un grupo entrando allí a este lugar, Fenicia, Chipre y Antioquía. pero solamente testificaban a judíos. Note el verso 20. En el verso 20, este grupo dijo a judíos y a gentiles. Es la palabra griego allí. Es otra palabra que se usa para hablar de los gentiles. También se usaba la palabra romanos. Así los judíos usaban la palabra romanos para hablar de todos los los gentiles. También usaban la palabra paganos para hablar de todos los gentiles. Griego era una de estas palabras que se usaban para hablar de los gentiles. Ahora, noten aquí, siga pensando y vea la escritura. Ambos grupos eran creyentes, eran judíos, pero unos estaban más comprometidos con Dios. ¿Cómo sabemos? Hermanos, la verdadera fe se demuestra en obras. Estamos de acuerdo, ¿verdad? La verdadera fe, hemos aprendido esto en la serie que el pastor ha estado presentando en Santiago. Y Santiago lo aclara, Santiago 2, 18. Nos dice claramente, algunos dirán, tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras. la verdadera fe se muestra por obras. Miren, la efectividad del programa misionero en la iglesia local, en esta iglesia local, depende y va a depender y siempre ha dependido de los miembros que tienen fe en Dios. Y por eso, son cristianos comprometidos. Obedecían porque amaban. Hermanos, ¿qué se espera? Lo mínimo que se espera de una pareja que el muchacho le pide matrimonio como lo hicimos algunos de los casados aquí o todos y ella acepta y agarra, recibe el anillo de compromiso, ¿qué es lo mínimo que se espera? Pues que cumplan la promesa que se hicieron, que él se case con ella y ella con él. Que al menos se mantengan fieles en todo el tiempo, pero se espera que ella no esté esperando que un día le diga a él, ya sabe que ella no va a casar, así es que, ahí ve qué haces. Él no está esperando que ella le diga eso tampoco. los dos están pensando en el día, la hora y el lugar. Hermanos, y ahora, porque se aman, mantienen el compromiso. Estos discípulos amaban al Señor Jesús. Tenían un compromiso y obedecían porque amaban. No porque los amenazaban o chicoteaban o no, no, no. Simplemente había en ellos un enorme, un profundo, sincero amor. Y por amor a él, vivían en ese compromiso, obedecían porque tenían fe en él, confiaban en él. Unos, dice aquí, y usted notó eso en el verso 19, unos hablaban solo a judíos. ¿Por qué? Uno puede pensar, ¿por qué? ¿Por qué solo a judíos? Bueno, era más fácil hablar a los judíos. ¿Por qué? Ellos tenían la ley, conocían los ritos, todas las ceremonias, todo, o sea, tenían el mismo vocabulario. Y no había mucho que tener que explicarle y contradecir, ahí estaban. Los gentiles, al contrario, eran paganos, idólatras, inmorales, no conocían nada de la ley, los holocaustos, las ofrendas, sacerdocio, nada. Ellos no tenían ningún conocimiento. ¿A quién de los dos era más fácil hablarles? A los judíos. Pero este grupo dijeron, nosotros vamos a hablarles, nosotros vamos a hablarle a los gentiles. Aunque cueste, aunque no entiendan, aunque sean inmorales, paganos, idólatras, nosotros vamos a confiar en la palabra y en el poder de Dios. Y creyendo eso, vamos a hablarles. Hermanos, Pensemos nosotros en eso. ¿Saben qué es lo que más hay hoy en la comunidad cristiana? No quieren comprometerse en nada. Mejor nominal. Llego, me siento y me voy. Y mientras más gente hay, menos porque no me conocen. Y mientras más me puedo cubrir, que no me descubran mejor. ¿Por qué? No quiere compromiso. A veces sí, hermano, puede servir en esto. No, hermano, no voy a poder, es que no voy a cumplir. No quiere compromiso. ¡Hoy abunda! ¡Abunda! Y dice, hermano, pero si agarra este puesto, esta responsabilidad, hay que venir cada domingo en la mañana y en la noche. Ay no, entonces no, ya es mucho lo que me estás pidiendo. Hermano, ayuda de la cuna. No, no quiero responsabilidad. Noten el verso 21, hermanos. El resultado del compromiso por amor y fe. Noten el resultado del compromiso por amor y fe. Y la mano del Señor estaba con ellos. Y gran número creyó y se convirtió al Señor. Hay varias verdades aquí. Oh, hermanos, que cautive esto en nuestro corazón, porque esta es la, esto es lo que nos tiene a los cristianos en bancarrota. No queremos compromiso, porque el compromiso nos compromete. Lógico, ¿verdad? Pero no seamos, no damos cuenta de lo que perdemos. No nos damos cuenta de lo que perdemos. Note aquí lo que pasó. Tenían la aprobación del Señor en lo que hacían. La mano del Señor estaba con ellos. ¿Usted no cree tener la mano del Señor sobre todo lo que hacemos? ¿La quiere usted? Pues este es parte del resultado del compromiso. A veces oímos pareja y dicen, no, yo mejor no me quiero casar porque es compromiso. Así vivimos juntos, pero no tenemos compromiso. El día que nos aburramos, pues ya se va yo también. Lo que no saben es cuánta bendición se pierde. Esto es lo que tenemos que tomar en cuenta. Queremos la mano de Dios sobre nosotros. Queremos que Él bendiga nuestra vida, que Él bendiga nuestra familia, que Él bendiga nuestro trabajo, que Él nos prospere, que nos haga caer bien en todas partes y la bendición de Dios esté con nosotros. Pero no queremos compromiso. Está conmigo, ¿verdad? Entendemos, mira ahí el resultado. Tenía la aprobación del Señor en lo que hacían. La mano del Señor estaba con ellos. Y noten, tenía la intervención del Espíritu Santo en su obra. Gran número creyó y se convirtió. ¿Quién trajo convicción sobre esos convertidos? El Espíritu Santo. Así es que, hermanos, Usted y yo queremos que el Espíritu Santo se manifieste en nuestra vida diaria, que nos ilumine, que nos guíe, que nos proteja, que nos ilumine, que nos guíe, que sea nuestro ayudador. El problema es que queremos irnos por donde nosotros queremos y el Espíritu no se va allí. Entonces lo entristecemos y lo apagamos. Si somos salvos, mora en nosotros. El problema es que o está triste o está apagado. ¿Y por qué? ¿Qué es lo que lo hace estar así? Bueno, aquí está exactamente lo contrario de estos hermanos. Estaban comprometidos con Dios, con la obra, porque amaban a Jesucristo. porque confiaban en Él. Y estas dos cosas resucitó o estas dos resultó en que tenían la aprobación del Señor en lo que hacían, tenían la intervención del Espíritu Santo en su obra. Y hermanos, esto sigue siendo igual hoy. Igualito sigue siendo hoy. No hay diferencia. El mismo Dios de ellos es el Dios nuestro. El mismo poder que tenía antes lo tiene ahora. Lo mismo sucede hoy, nomás que hay que estar comprometidos, porque le amamos y porque confiamos en Él. Note el resultado. cuando no hay compromiso por amor y fe. Note allí en el verso 22, 23, 24. Note lo que está sucediendo ahora. Llegó la noticia, dice el verso 22. Llegó la noticia de estas cosas a oído de la iglesia que estaba en Jerusalén. Y enviaron. ¿Quién envió? Y enviaron a Bernabé que fuese a Antioquía. ¿Quién lo envió? Pues, ¿quiénes estaban en Jerusalén? Los apóstoles. Ahí estaba Juan, ahí estaba Pedro, ahí estaban los demás apóstoles. Y yo no sé por qué la Escritura no nos dice por qué no fueron ellos. Primero, Antioquía estaba como a 500 kilómetros de Jerusalén. y no se viajaba en carro ni en avión, sino cuando bien iba, iba en barco o en camello. Era difícil, el viaje no estaba fácil. Estaban ocupados probablemente, eran los líderes en la iglesia en Jerusalén. Lo que haya sido, quizás tenían otros asuntos importantes ¿Pero qué era más importante que esto? ¿Llegó la noticia? ¿Cómo llegó? No sabemos. Alguien de los discípulos, alguien de los... Fue allá a Jerusalén a avisarles, mire, allá en Antioquía está pasando algo que nunca hemos visto. ¿Por qué? ¿Por qué no vamos a ver? Vengan a ver. ¿Quién llevó la noticia? ¿Quién sabe quién llevó? Pero alguien la llevó. Y los apóstoles dijeron que vaya a Bernabé. ¿Y qué sucedió entonces? No hubo motivación en el liderazgo, la verdad, no hubo. Porque, como dice el dicho, donde hay un querer, también hay poder. Usted y yo sabemos que cuando queremos algo, no dejamos. Algunos de ustedes, hijos, saben, tercos y tercos, hasta que les decimos que sí. A veces las espositas queridas están, no, yo quiero esto, yo quiero esto y esto, y hasta que decimos que sí. A veces somos nosotros, no, que yo quiero ir, que yo quiero hacer esto, hasta que nos dan permiso. Donde hay un querer, también hay poder. Los discípulos, los apóstoles, por lo que haya sido, no fueron. Y no hay otra pérdida aquí, verso 23. Este, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Note lo que dice, este cuando llegó y vio la gracia de Dios, ¿qué pasó? se regocijó, se alegró, se emocionó, le dio una emoción interna que le trajo alegría, gozo, contentamiento. Como ahorita en la Serie Mundial, lo que estábamos con Astros, aquí vamos a agarrar, aquí ganamos. Y no ganamos. Pero hay una emoción esperando que algo sucediera en este último y no sucedió nada. Perdimos. Este se regocijó. Hermanos, noten la vida espiritual de Bernabé. Noten qué persona es. Qué personas son los que se regocijan. Cuando oyen buenas noticias del avance del evangelio, cuando oyen que hay personas salvas, oigan, miren lo que dice el verso 24. ¿Por qué se regocijó? ¿Por qué les exhortó? ¿Por qué fue allá, hasta Antioquía, 500 kilómetros? Dice el 24, porque era varón bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y como resultado de eso, una gran multitud fue agregada al Señor. Su fe le movía, lo impulsaba a actuar en obediencia. Había en él un compromiso, un compromiso. Los otros, los que lo enviaron, quien hayan sido, no experimentaron nada. no fueron motivados por ánimo, no fueron de ánimo, no tuvieron bendición, no se regocijaron. Y saben, note el capítulo 12, verso 1 al 3, en aquel mismo tiempo, note, en aquel mismo tiempo, cuando allá en Antioquía había avivamiento, había ánimo, había gozo, había regocijo, Y nos sale que pasó. Dice que Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles y mató a Jacobo, mató al pastor. Y dice que mató a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Yo no puedo evitar preguntarme, Si hubieran estado en Antioquía, a 500 kilómetros, sería que lo hubieran matado. Sería que lo hubieran arrestado. Si hubieran estado en Antioquía, a lo mejor no lo hubieran matado. A lo mejor no hubieran arrestado. Oh, hermanos, déjenme decirles esto con claridad. Ahí lo declara la Escritura, verso 27 al 29. No lo voy a leer, pero ustedes lo tienen. los miembros de la iglesia en Jerusalén, en vez de ser de fuente de bendición para otros, más bien fueron recipientes de la bendición de otros, porque ellos perdieron la bendición, perdieron la bendición. Se quedaron sin pastor, se quedaron sin el otro, porque Jacobo funcionaba como pastor, lo mataron. Pedro lo echaron a la cárcel y el Señor lo desapareció después de esto, porque si no también lo iban a matar. Termino, hermano, diciéndoles esto. La diferencia, la diferencia para bendición en esta conferencia lo harán los miembros comprometidos con Cristo y su obra, porque amamos a Cristo y porque confiamos en Él. Estos son los miembros que van a hacer la diferencia en esta conferencia misionera. Habrá un grupo que seremos de ánimo y bendición a otros en otros países, en otras etnias durante todo este año, pero habrá otros miembros que no serán de bendición ni de ánimo a nadie. Habrá un grupo de nosotros que nos regocijaremos al leer los reportes misioneros, como miramos este video y como oímos los reportes. y otros miembros no se dan a regocijar, nada. Habrá un grupo que por la fe y amor a Dios y estamos comprometidos con Dios y su obra y seremos de bendición a otros. Habrán otros miembros que por su incredulidad, su falta de amor, no hay compromiso con Dios y su obra, Y en vez de ser de bendición a otros, van a ser recipientes de bendición de otros. En vez de que ellos sean de bendición, otros van a ayudarles en su necesidad. Hermanos, yo creo que este es un tiempo para examinar nuestro amor y nuestra fe en Cristo, nuestro amor por Él, nuestro compromiso con Él, y ahora entonces ver cómo está nuestro compromiso con Dios y Su obra. Hermanos, no estoy predicando de profecía, pero estos días son días de grande oportunidad. Grande oportunidad. El mundo está preguntando, ¿qué está pasando? ¿Qué está pasando? El mundo está preguntando, ¿qué pasa? Este es un tiempo para decir a los misioneros, hermanos, vayan. Yo no puedo ir a la India, pero hermano, usted puede ir allá. Y aunque asustado con el terremoto, pero le predicó a un montón de gente. El hermano, nosotros no pudimos ir allá, pero él está allá. y le estamos apoyando. Ahí estamos representados. No podemos andar por todas partes como el hermano Turrisa, pero ahí tenemos parte. A mí me regocija oír y leer reportes de misioneros, porque en cada reporte que oigo y que leo, veo que mi apoyo está allí. Cada logro, mi apoyo, allí está. Estos son días de gran oportunidad. Por eso no perdamos esta oportunidad que hoy tenemos. Renovemos nuestra fe en Dios, nuestro amor a Él y su obra. Y entonces, vamos a ser cristianos comprometidos con Dios. Y las limitaciones que podamos tener económicas o de cualquier tipo, Dios va a convertirlas en un medio de bendición. ¿Que nos va a costar? Sí. Yo creo que si Bernabé viviera y le decimos, hermano, ¿cómo te costó llegar a Antioquía? ¿En cuántos días llegaste? Nos va a decir, oiga, mira lo que me pasó aquí, aquí, aquí. ¿Y dónde dormías en el camino? No habían hoteles. ¿A dónde dormiría? ¿Quién sabe? Tal vez en el campo, en alguna piedra, en algún lugar alto porque había víboras y arañas y alacranes. Bueno, ¿y para comer cómo hiciste? No había restaurante en el camino. ¿Cómo lo hiciste para comer? ¿En cuántos días fuiste caminando en barco, en cebra, en caballo, en camello? ¿Y cuánto te dolía ir montado en un camello por tres días? Piensa usted cuánto cómodo. Es bonito montarse en el camello, nada más para tomar la foto ahí en Egipto, los que van allá y ya se bajan. Pero vete 500 kilómetros en un camello. ¡Ay, hermano! ¿Y la comida, Bernabé, cómo la calentaste? A veces me la comí así. ¿Y cómo lo hiciste? ¿No habían ladrones? ¿Ladrones siempre han habido? Aquí, allá y en todas partes. Bernabé nos diría, mira, mira todo lo que me pasó para llegar a Antioquía. Ah, pero cuando llegué a Antioquía, qué alegría, qué regocijo. Hermanos, ¿qué es lo que hoy en día está pasando con la iglesia del siglo XXI? Falta compromiso. ¿Por qué? Porque falta amor a Dios y fe en Dios. Cuando estas dos cosas se combinan en nuestra vida por la obra del Espíritu Santo, vamos a ser una iglesia bendecida, cristianos, alegres, contentos, porque cada vez que oigamos un misionero que nos reporta, nos dice esto y esto está pasando, vamos a decir gloria a Dios. ¿Por qué? Porque ahí tengo parte yo. Yo no sé ustedes, pero cuando oigo reportes, de los misioneros que apoyamos, yo pienso en el Tribunal de Cristo. Honestamente, yo pienso en el Tribunal de Cristo, porque en ese día vamos a saber todo lo que se logró. Aquí no supimos, pero que en ese día el Señor va a decir, porque me amaste y porque confiaste en mí y porque te mantuviste firmes en medio de las escaseces, tú siempre pusiste allí para hacer mi obra, aquí está. Porque dice la Escritura que según haya hecho, sea bueno o sea malo, cuando estaba en la tierra, en el cuerpo. Hermanos, ayer fue Bernabé y los otros que venían de Chipre y de Sirene. Hoy somos nosotros. No sabemos cómo se llamaban los otros, porque habían otros. No sabemos cómo se llamaban. Por aquí sabemos quiénes somos, dónde vivimos, qué hacemos. Así es que hermano, en esta semana, anime a tus niños a tomar una tarjeta de promesa de fe y dile hijo, llénala por fe, llénala tú también. Anime a sus jóvenes, a sus hijos que son jóvenes, hijo prueba tu amor y fe en Dios, llena la tarjeta. ¿Cuánto vas a confiar en Dios? Llena tu tarjeta. aunque sean pequeños, aunque sean de 3, 4, 5, 7 años, ya van a la escuela y le dicen, hijo, esto estamos haciendo por los misioneros. Llena la tarjeta. Dice, pero papi, ¿dónde voy a agarrar yo? No te preocupes, ten fe en Dios. Y cuando le de una peseta o 50 centavos o 5 dólares para que compre dulce o coca o lo que sea, hijo, no olvides tu promesa de fe. ¿De dónde la vas a sacar? De los 3 pesos que te di para comprar dulce. Hay padre, pero ahí nomás me dio tres, pues eso es, saca de allí, tres símbolos de Trinidad, sáquela de allí. Y hágale entender, hay algo más importante que las cocas, hay algo más importante que los dulces, hay algo más importante que juguetes, la obra de Dios, la obra de Dios. Y mañana tu hijo, puede ser que sea un misionero, tu hija, tu hijo, tu nieto, tu nieta. Y no vamos a querer que nosotros, que alguien diga, ahí va este hermano al campo misionero, yo le voy a apoyar. Y Dios va a recordar, ah, cuando este hermano vivía, porque ya está en mi presencia, cómo apoyó la obra misionera. Ahora va su nieto, ahora va su hijo, ahora le voy a proveer a este nieto, a este hijo, porque su papá, su mamá, su abuelito, su abuelita, cómo me amaban y cómo confiaban en mí. Dice, hermano, ¿es por obras? Hermanos, Dios preparó buenas obras para que anduviésemos en ellas desde antes que fuéramos salvos. Oremos. Padre, termina la enseñanza. Gracias, Señor. Gracias, porque a través de los años nos ha bendecido. Somos una iglesia bendecida por ti, Señor. Somos familias bendecidas por ti. Hoy es tiempo, como hemos cantado, de ir y anunciar por todo el mundo las buenas nuevas. No podemos ir, pero podemos ayudar a alguien que está dispuesto a ir. Señor, este hermano que está en el Líbano, Honestamente, yo no quisiera estar allí en esta situación. Sin embargo, el hermano García, ahí tiene a sus hijos, su esposa con él, y están sirviendo, aunque están cayendo bombas alrededor. Padre mío, ayúdanos a nosotros a ver que hay alguien que quiere ir a la India y quiere poner allí a su esposa y a sus hijos. Ayúdanos a ver que estamos aquí en este país con sus limitaciones, pero mejor que aquellos. Y por amor a ti y por fe en ti, ayúdense en esta semana a decirte, Señor, aquí está mi amor y mi fe. Aquí está reflejada en este compromiso que hago con ti, porque te amo y porque confío en ti. Ayúdanos, oh Señor, ayúdanos. en esta noche antes de decir amén. ¿Por qué no unimos nuestras voces? Tal vez usted dice, Pastor, ayúdeme. Ore por mí. Yo estoy batallando. Esta es una lucha, pero yo quiero estar activo. Yo quiero estar participando activamente en el programa misionero de esta iglesia. Ayúdeme a orar, Pastor. Que Dios me ayude a mí en mi vida. Ore por mí. ¿Hay alguna mano? Allá, una, dos, tres. Gloria a Dios. Gloria a Dios. Gloria a Dios. Gloria a Dios. Amén. Amén. Amén. Gloria a Dios. Padre, tú has visto las manos aún y los corazones mejor que nosotros. Tú sabes aquello, Señor, que aunque no levantaron tal vez sus manos, sus corazones están ahí palpitando, pensando y luchando, porque hay un enemigo que no quiere ver tu obra avanzar. Pero gracias te damos a ti, que mayor es el que está en nosotros que está en el mundo. Ayúdanos, pues, en esta semana, en este fin de semana, a hacer una diferencia en el mundo entero. porque te amamos y porque confiamos en ti. Bendices, Señor, las manos que han sido levantadas, estimula esos corazones y nos ayudes a amarte y así poder cantar con el himnólogo, yo quisiera hablarte del amor de Cristo, pues en él hay un amigo fuerte y fiel. Por su gracia transformó mi vida entera y lo que ahora soy lo debo a él. Señor, yo quiero que otros oigan esta historia. Ayúdanos a llegar allá. Te lo ruego por tus hijos aquí presentes en Cristo Jesús. Amén. Amén. Hermanos, mañana hablaremos del segundo distintivo. Búsquelo, está ahí mismo. A ver si lo hallamos y llegamos a la misma conclusión. Esa es la tarea para mañana. Dios les bendiga.
Misiones Sabado 4 de Nov, 2023
Sermon ID | 111623818135119 |
Duration | 50:30 |
Date | |
Category | Prayer Meeting |
Language | Spanish |
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