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La Iglesia Evangélica de la Gracia en Barcelona le ofrece la presente grabación por gentileza de don José Grau y de su esposa doña María Beltrán. Le invitamos a visitar también la página web josegrau.es. Deseamos que Dios le bendiga. El catolicismo romano es incomprensible si no se examina en su perspectiva histórica. en lo que ha ido aconteciendo a lo largo de los siglos y lo que ha llegado a ser después de una larga evolución. Esa tarde vamos a ver este aspecto, el testimonio de la historia, la perspectiva histórica del desarrollo del catolicismo romano. Ya sé que este es más el tema de una conferencia, de una charla que de un estudio de la palabra de Dios. Pero es inevitable, insisto, y espero que al término nos daremos cuenta de ello, el ver cómo lo que hoy día se conoce por catolicismo es el resultado de un desarrollo y que sería inexplicable sin este desarrollo histórico. Ya sé que hoy día la historia no está muy de moda, no es lo que más le gusta a la gente, de esto se aprovechan los que están manipulando a la gente porque un pueblo que no tiene memoria, es decir, que no tiene historia, se le arranca su memoria y pierde su identidad. Y tanto para comprendernos a nosotros mismos como para comprender el entorno, para entender en dónde estamos desde largo recorrido de siglos, tenemos que tener una perspectiva histórica y un interés histórico. Por otra parte, a cristianos evangélicos, cristianos del libro, esta exigencia de un pensar con categorías históricas no debiera ser nada extraño, sino al contrario, ya que la fe cristiana es una fe histórica, es una fe enraizada en la historia. Esto se ha dicho, se ha repetido en infinidad de ocasiones. Justamente porque es una fe histórica que depende de una persona histórica, de unos hechos históricos, de la intervención de Dios en medio de la historia de los hombres, lo histórico tiene para nosotros un valor, Y por otra parte, nuestra esperanza, también es una esperanza histórica, nos dirigimos hacia el futuro, hacia los cielos nuevos, la tierra nueva, hacia la renovación de todas las cosas. Esto es también una perspectiva histórica. De manera que no debía ser tan penoso, a fin y al cabo, para cristianos evangélicos, cristianos del libro, el hacer este esfuerzo. Nuestra exposición esta tarde va a estar dominada por dos ideas fundamentales. ¿Fue siempre romano el catolicismo? ¿Fue siempre romano? Nosotros estamos acostumbrados a hablar en términos casi sinónimos. ¿Catolicismo? Romano. ¿Pero fue siempre romano el catolicismo? Y luego, ¿cómo llegó el Papa a ser infalibre? ¿Cómo llegó a tener el dominio sobre toda la cristiandad occidental? Bien, ya sabemos que nuestros amigos católicos, muy a menudo, nos dicen que Roma no cambia nunca. El Papa es el sucesor de San Pedro. San Pedro fue el primer Papa. Todas las cosas han sido siempre iguales. Es una iglesia semper idem. Esta frase en latín. Y la mayoría de católicos se lo creen. Ahora, lo grave es que también nos lo creamos a veces algunos evangélicos mal informados. Quizá antes, antes de continuar, un paréntesis, también he de advertir que esta tarde voy a decir algunas cosas un poco fuertes, no tanto por lo que yo diga, sino por lo que dice la historia pero que tengo que repetir. He de hacer una salvedad y es que todas las afirmaciones que voy a hacer están respaldadas por historiadores y además por historiadores católicos romanos. Quiero decir que no voy a decir nada que no se puede encontrar en libros de texto, en las obras que los más eminentes historiadores han ido explicando y haciendo a lo largo de los siglos. De entrada, quizá para centrar la cuestión, para que estemos en el tema ya de un modo más cálido, Parece ser que oficialmente la Iglesia Católica Romana no se percató de la supremacía y la infalibilidad del Papa hasta el año 1870 en que fue promulgada como dogma la infalibilidad del Papa por aquel concilio Vaticano I. Ahora, ¿podemos creer que Jesucristo dejase a su Iglesia un guía infalible y que sin embargo tardásemos más de 1800 años hasta que nos diéramos cuenta de que teníamos a este guía? Por otra parte, ¿Cómo admitir un vicario de Cristo, aparte del Espíritu Santo, si Jesús dijo que Él no nos dejaría huérfanos? Pero no nos dijo que nos dejaría un obispo, tampoco dijo que sería el obispo de tal o cual ciudad. Y parece ser que los apóstoles tampoco lo debieron entender así, porque si leemos en el Libro de los Hechos, cuando San Pablo se despide de los ancianos de Éfeso, Él les encomienda, y les encomienda a Dios, y a la palabra de su gracia. La palabra de su gracia. La palabra de Dios. La revelación de Dios. La Sagrada Escritura. Esto será lo único que podrá conservar la fe de los Efesios. O sea, Pablo no se había enterado de que en la iglesia había un líder infalible. Pero os voy a decir algo más. Existen aún en bibliotecas, en archivos, ejemplares de catecismos católicos redactados antes de 1870 y en particular voy a referirme a uno porque es quizá del que se han conservado más ejemplares se llama el catecismo de Kenan supongo que en inglés se pronuncia KINAN no sé, que me corrijan y el catecismo este circuló en los países de habla inglesa durante unos 50 años, los primeros 50 años del pasado siglo. Era un catecismo, como decía el título, de controversia o refutación del protestantismo y vindicación del catolicismo. Y os voy a leer lo que decía este catecismo en la edición de 1860, según el testimonio de un libro, por cierto, muy excelente, el libro de Salmon, La infalibilidad de la Iglesia, que dice, la infalibilidad papal, en 1860, la infalibilidad papal es una invención protestante, no es artículo de la fe católica, es una calumnia que han inventado los protestantes en contra de los católicos. Esto se escribía para los católicos o la gente de habla inglesa. Diez años más tarde, en otra edición que se conserva, el Catecismo de Kenan de 1870 dice, La infalibilidad papal es una tradición recibida desde los mismos orígenes de la fe. Es un dogma de la revelación cristiana primitiva. Nadie puede desviarse de esta verdad sin pérdida de su fe y salvación. Y si alguien contradice esta definición, sea anatema. Antes de 1870 es un invento y una calumnia protestante. A partir de 1870 es un dogma que se ha creído siempre. Ahora voy a leeros otra frase, otra afirmación, pero antes de imaginaros si la misma la escribió Lutero, Calvino o cualquier otro, pensad un momento. Dice así, confiadamente afirmo que cualquiera que se llama a sí mismo o desee ser llamado obispo universal, por su orgullo, se convierte en precursor del anticristo. ya que en su orgullo este obispo se colocaría, se antepondría a los demás obispos y mi honor es el honor de toda la iglesia, de todos los obispos y no el de uno solo de ellos. ¿Quién suponéis que dijo esto? ¿Lutero, Calvino, Zwinglio? Lo dijo un obispo de Roma, un papa, Gregorio I Magno, pero esto sí en el siglo VI. Él sigue en esta exposición, de lo que él considera precursor del anticristo, el obispo universal, porque en Constantinopla, el obispo de Constantinopla pretendía ser lo que luego ha venido de ser el obispo de Roma. Lo que pasa es que el obispo de Constantinopla no tuvo suerte o las circunstancias históricas no jugaron a favor suyo. Y protestando de esto y escribiendo al obispo de Alejandría Para ponerle en guardia acerca de las pretensiones del de Constantinopla dice el mismo Gregorio I el Magno, en el siglo VI. Os ruego que no me deis más esta presuntuosa denominación de obispo universal, ni a mí ni al obispo de Constantinopla. Porque si tú, que también eres el Papa de Alejandría, como luego explicaré, el título de Papa se aplicaba a todos los obispos en los primeros siglos. Porque si tú, el Papa de Alejandría, niegas que seas también lo que dices que yo o el de Constantinopla somos, a llamarnos Papa Universal, te niegas a ti mismo el honor que yo te arrebataría. Bueno, pero lo más curioso es que a pesar de todo esto y más citas que puedo dar, en los textos oficiales del Concilio Vaticano I, de 1870 que hizo infalible al Papa, se cita a Gregorio Magno como una autoridad y como un testimonio para refrendar la infalibilidad del Papa. Bien, han sido solamente unas citas para que nos demos cuenta de que no ha habido otra iglesia, otra cristiandad a lo largo de los siglos que haya cambiado más He sufrido más alteraciones y más cambios. Solamente en una cosa quizá, pero esta vamos a ver, si la descubrimos, en la tercera de estas charlas. En una cosa, Roma ha sido siempre la misma. Creo que sólo en una cosa, Roma semper idem. Desde los días del imperio romano hasta nuestros días. Pero esto vamos a tratarlo el tercer día. Hoy día vamos a ver ahora, vamos a contestar, ¿fue siempre romano el catolicismo? Cualquiera que se enfrenta con el estudio de la historia de la Iglesia, y lo hace de manera objetiva e imparcial, se da cuenta de que hay por lo menos, por lo menos, cuatro grandes etapas. En primer lugar tenemos una etapa muy clara, que es la época primitiva, que corresponde al cristianismo del Nuevo Testamento y los primeros años del siglo II. Luego es evidente que, a mediados del siglo II, aparece la iglesia católica, pero católica secas, no católica romana, lo cual es una contradicción en los términos, porque católico significa universal, de todo el orden, es sinónimo de ecuménico. Esta iglesia se llamaba católica porque había creyentes en todo el mundo, que sin conocerse, pero tenían el mismo amor a Jesucristo, se amaban, amaban al Señor, esperaban su venida, Eran salvos por la fe, por la gracia, y tenían una regla de fe que era el Nuevo Testamento, que quedaba compendiada en el credo, llamado credo apostólico. El credo apostólico surgió como la necesidad de dar un mínimo de creencias universal para todos. Era lo que se exigía a una persona cuando bajaba a las aguas del bautismo. El credo era lo mínimo, y el máximo era el Nuevo Testamento. Más allá, no hay, más allá del Nuevo Testamento, no hay revelación de Dios. Esta es la Iglesia Católica Antigua. Yo os podría dar el ejemplo de mi experiencia, pero no es el momento, aunque sea de manera muy rápida. Sin embargo, he de decir que antes de conocer el Evangelio y cuando el Señor puso inquietudes en mí para buscarle, recuerdo que leí las confesiones de San Agustín. Y una de las cosas que más me sorprendieron de este libro que corresponde al siglo IV, es que lo que llamaba Iglesia Católica no se parecía en nada a la Iglesia Católica que yo conocía. Entonces, me dije, cuidado con las palabras. Las palabras pueden tener un significado muy diverso, muy diferente, muy distinto según la época en que se usan. Bien, esta Iglesia Católica Antigua es una iglesia, para resumir, tenemos que ir de prisa, que se distingue por dos notas. es episcopal y es conciliar cuando decimos que es episcopal es que está gobernada por obispos pero todos los obispos son iguales entre sí así como todas las iglesias son iguales entre ellas y se reúnen en sínodos en una región, en un país, en una nación o vienen después los llamados concilios ecuménicos es un hecho que los siete primeros concilios ecuménicos reúnen a obispos de todo el mundo en calidad de iguales En España tenemos un gran testimonio al respecto, porque antes de la invasión árabe, la España que estaba dominada por los godos, aquella España fue la que se llama España de los concilios de Toledo. Toledo, como sabéis, era la capital de toda la península ibérica, y en Toledo se celebraban las cortes, no solamente reales, sino también eclesiásticas. Y es un testimonio, está allí, están los archivos, cualquiera puede ir a investigarlo. Y se dará cuenta de que la iglesia de los concilios de Toledo era una iglesia autónoma, independiente, autocéfala, en el sentido de que no recibía órdenes de nadie más que de lo que ellos mismos acordaban en sínodos. Y luego la autoridad de los sínodos ecuménicos, pero que sin embargo tampoco eran impuestos por imposición, sino en todo caso por la fuerza de los acuerdos que allí llegaban a tomarse. El obispo de Roma, sin embargo, y el de Constantinopla se disputaba en el ser lo que se llama primus inter pares, primero entre iguales. Fijaos bien, primero entre iguales. Y esto por una razón obvia, según ellos, para nosotros no es tan claro, pero que siendo Roma la capital del imperio, el obispo de Roma tenía que ser el primero al menos en honor, en rango. Ideas mundanas que empezaron a infiltrarse, sobre todo después de la paz de Constantino. cuando el cristianismo fue convertido en en primer lugar en una religión que era admirada pero luego ya fue convertida en religión oficial y fue impuesta entonces entraron toda una serie de gentes, miles y miles de personas que no habían experimentado la conversión, el nuevo nacimiento y entraban a la iglesia simplemente por no ser mal vistos por las autoridades y entonces entró también con ellos el paganismo. Y estos conceptos, esa mentalidad de que el obispo de la capital del imperio tenía que ser el primero, pero todavía era primus inter pares. Ahora, sabemos que luego Constantino traslada la capitalidad del imperio desde Roma a Constantinopla, y entonces el obispo de Constantinopla quiere ser el primero entre iguales. Y durante dos siglos hay una serie de disputas de creyas que son realmente vergonzosas, para ver cuál de ellos tiene la primacía. Entonces vemos pues que comienza ya una idea de lucha eclesiástica. Y llegamos a la Edad Media, o a los comienzos de la Edad Media, finales de la época antigua, que en Roma, por una serie de circunstancias que ahora voy a explicar, pues se llegó a forjar toda una hegemonía sobre Europa Occidental desde Roma. Allí se fragó la conversión, la conversión del catolicismo antiguo en catolicismo romano. Esta es la otra etapa, la tercera etapa importante. Luego viene la época de la reforma. Bien, si nosotros analizamos los textos más antiguos y vemos los ministerios que hay en la iglesia, por ejemplo, analizamos las cartas de Pablo a los Efesios, a los Corintios, a Timoteo, a Tito, vemos que allí sólo hay obispos o ancianos, pastores y diáconos. Nada más. En el siglo II se separa el obispo del presbítero. Esto es un error, pero todavía no se ha llegado a figuras como el arzobispo, el cardenal, el papa, etc. El más grande historiador que tuvo la iglesia católica en el siglo pasado, Von Dollinger, escribe Tenemos escritos y afirmaciones referentes a la jerarquía eclesiástica que existía en la iglesia antigua. Y en ninguno de estos escritos, de aquellos primeros siglos, aparece la dignidad papal, ni se menciona como si existiera una cosa semejante en la iglesia. Tenemos, por ejemplo, los escritos del Pseudo-Dionisio, compuestos en el siglo V y relacionados con la jerarquía. Y allí se menciona obispos, presbíteros y diáconos. También si consultamos a Isidoro de Sevilla, el gran líder español del siglo VII, él menciona todos los cargos y grupos eclesiásticos y los divide en cuatro grupos, patriarcas, arzobispos, metropolitanos y obispos, pero no menciona el Papa. De hecho, el término este, Papa, es de origen griego, no latino, y fue en Alejandría y no en Roma, en donde empezó a usarse para el obispo. Más tarde, el Obispo de Roma quiso que el título este se le aplicara únicamente a él. Para que veamos la situación, quizá de manera más clara, si nosotros nos hiciéramos la pregunta ¿Cómo eran elegidos los Obispos de Roma en la Antigüedad? Hoy día todos sabemos cómo es elegido el Obispo de Roma. Aparece en la prensa, en los periódicos, en la televisión, como se reúnen los cardenales en un cónclave, se les encierra allí no pueden salir de allí hasta que no han nombrado un sucesor y todo esto se rodea con una gran importancia ¿no? pero ha sido siempre así para empezar al Papa actual solo se le pueden elegir los cardenales pero resulta que durante mil años la iglesia no ha conocido cardenales el cardenal es un ministerio que no aparece sino hasta cerca del año 1000. O sea, entre el siglo X y el XI. No hay cardenales antes. En la elección de los antiguos obispos de Roma no intervenían cardenales porque no existían cardenales. El oficio de cardenal es introducido mil años después. Los obispos de Roma eran elegidos exactamente igual que los demás obispos de la cristiandad antigua con la participación de todo el pueblo fiel y los pastores de cada una de las ciudades en donde había que elegir al obispo. Aquí mismo en Barcelona tenemos las actas de elecciones de varios obispos del siglo III y IV y sabemos por los documentos que se han conservado que casi siempre han elegidos por aclamación Era el pueblo que veía la capacidad, las virtudes de algún hermano entre los demás hermanos de la iglesia y era elegido. En la elección de los antiguos obispos de Roma no participaba ninguna representación de la iglesia universal. Si el obispo de Roma hubiera sido entonces lo que es ahora, o pretende ser ahora, obispo de todos los obispos, el cabeza de todos, entonces era lógico que hubiera habido alguna representación con carácter mundial, representativo de todas las regiones de todo el mundo. Y no es así. Se elegía al obispo de Roma exactamente como se elegía al obispo de Toledo, al de Barcelona, al de Tarragona o al de Sevilla. Bien, no hay tiempo pero os podría dar unas citas de la manera como fueron elegidos algunos de los obispos antiguos de Roma que hoy día Roma considera como un eslabón cada uno de ellos de esta serie de los papas hasta el día de hoy. Bien, respecto al papado y en su perspectiva histórica creo que lo que nosotros tenemos que objetar entre otras cosas es lo siguiente, en primer lugar Que no basta proclamar que un pontífice romano es sucesor de Pedro, el apóstol de Jesucristo. Para poder hacer tal afirmación, habría que demostrar antes las siguientes cosas que voy a enumerar. En primer lugar, tendría que demostrar que Pedro fue investido del título y oficio de vicario de Cristo en la Tierra, de representante de Cristo en la Tierra. Y no hay ni una sola palabra en el Nuevo Testamento de dicho vicariato. Hay un vicario de Cristo, ya lo he dicho, es el Espíritu Santo. En segundo lugar, aun suponiendo que Pedro haya sido investido como el vicario de Cristo, entonces tendría que demostrarse que Pedro tuvo sucesores. Y esto sí que el Nuevo Testamento lo niega rotundamente. Pedro era uno de los doce. Sobre él está fundada la Iglesia. ¿Sobre él? Y sobre los doce. Efesios 2, 20. Edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. ¿Tuvieron sucesores los apóstoles? En absoluto. ¿Es el apostolado un oficio eclesiástico que llega a perpetuarse a lo largo de los siglos? El Nuevo Testamento enseña lo contrario. El apostolado es el fundamento único, irrepetible, intransferible sobre el que se asienta la verdad de la Iglesia. Por definición, el apostolado es intransferible, no puede prolongarse. Los apóstoles no tienen sucesores. Los apóstoles nos hablan hoy por las páginas del Nuevo Testamento, que es también su testamento. Por esto, en la oración sacerdotal, Jesús dice, Señor, que crean en mí por la palabra de ellos, no por la palabra de sus sucesores. en un libro que escribí hace años, El Fundamento Apostólico, explico con más amplitud este punto, para cualquiera que quiere puede referirse al mismo. De modo que, afirmar que un señor es el sucesor de San Pedro, es una contradicción que no tiene base en la Biblia. En primer lugar porque Jesús no le nombró, no nombró jamás a nadie que le sucediera como vicario, y luego porque los mismos apóstoles, y Pedro en particular, no tuvo sucesores. Pedro está en las dos epístolas que nos ha dejado. Allí oímos la voz de Pedro. Y somos apostólicos cuando seguimos las enseñanzas del Nuevo Testamento. En tercer lugar, para tales pretensiones debería también demostrarse que los actuales obispos de Roma son los sucesores en línea directa, sin fisuras ni rupturas del apóstol. Y esto sí que históricamente tampoco es demostrable. Yo ya sé que hay listas. hay libros con listas de los papas desde San Pedro, ¿no? Pero si os tomáis el trabajo de de hacer una colección de estas listas os daréis cuenta que difieren y que no hay seguridad en los años de algunos de los llamados obispos o los papas de Roma más antiguos. La interpretación católica romana de Mateo 16-18 cuando Jesús le dice a Pedro tú eres Pedro, sobre esta piedra edificaré mi iglesia. La interpretación que hace la iglesia de Roma no nos convence por las siguientes razones. En primer lugar, porque es inconsistente con la naturaleza y el símbolo arquitectónico del fundamento, puesto una vez por todas. En segundo lugar, porque confunde apostolado con episcopado post-apostólico. Tercer lugar, porque borro la distinción que se da en el original entre Petros y Petra. Hay una ligera diferencia entre la roca y la piedra. La roca es Cristo, la piedra es el apóstol. Porque supone una injusticia con respecto a los demás apóstoles quienes, como un cuerpo, son también expresamente llamados el fundamento de la Iglesia. Por otra parte, también, si en la Iglesia hubiera de haber habido una autoridad infalible, ¿cómo se explica la preocupación de la Iglesia primitiva para saber dónde estaba el canon de libros inspirados? Como ha dicho el gran teólogo Oscar Kuhlman, y también otros, Rutherford, Bruce y otros, la idea del canon, si empezamos a pensar con seriedad y con tranquilidad, refuta cualquier concepto de un obispo infalible porque si la iglesia hubiera tenido un oráculo vivo infalible nos hubiera preocupado lo más mínimo de tener unos libros separados de otros para saber dónde está la palabra de Dios y distinguirla de lo demás ya que la palabra de Dios hubiera estado viva en los labios de algún hombre pero la iglesia era consciente que con la muerte del último de los apóstoles la palabra de Dios se cerraba y quedaba en un canon, es decir, en un límite de libros. De ahí que la idea del canon es incomprensible si realmente hay una autoridad infalible en alguna parte. El más grande historiador que antes he mencionado, Von Dollinger, en el siglo pasado, cuando Roma decreta la infalibilidad del Papa, en 1870, él dijo lo siguiente, como cristiano, como teólogo, como historiador, como ciudadano, no puede aceptar esta doctrina. Por supuesto fue excomulgado, pero hasta el día de hoy los católicos reconocen que es el más grande historiador que tuvieron ellos el siglo pasado. Ahora, hoy día, un hombre que todavía no ha sido excomulgado, ignoro si lo será, ahora no están de moda las excomuniones. pero es por lo menos tolerado. Hans Kuhn podría dar muchos más argumentos de los que él da en sus obras, en sus libros y otros autores católicos. Pero, volviendo de nuevo al recorrido histórico que me he impuesto a hacer esta tarde, a nosotros nos sorprende, al menos a los que somos un poco aficionados al estudio de la historia, encontrar que El Papa ha asumido para sí títulos que son de origen no bíblico, sino pagano. Por ejemplo, Pontífice Máximo. Pontífix Máximus. El Pontífix Máximus era el jefe de la religión pagana en Roma. Y en el año 378, un emperador, Graciano, renuncia a ese título. porque además era un título que llegó a caer en el emperador, ya que era la máxima autoridad y así reunía el poder político y el eclesiástico. Renunció a ello y los cristianos estuvieron muy contentos, por supuesto, porque aquel título era algo que no les gustaba. Y cien años antes, en el año 218, un hombre que por todo es considerado como un padre de la iglesia, Tertuliano, se burlaba de un tal Calixto, se burlaba de un tal Calixto, que era el obispo de una iglesia. Al parecer tenía muchas ínfulas. Y Tertuliano le decía, oye tú, Pontífice Máximo. Pero lo decía en burla. No en serio, sino en burla. Entonces, claro, quedamos sorprendidos que ya a partir del siglo V, León I toma ese título y se hace llamar Pontífice Máximo de la religión cristiana. He de decir, también, que la autoridad infalible que se pretende en Roma, alrededor de la figura del Papa, una iglesia infalible porque tiene una cabeza infalible, también está contradicha por la historia, ya que nos consta, esto es historia, esto es pura historia, que hubo por lo menos cuatro papas que cayeron en energía, pero eso no lo digo yo. es que fueron condenados oficialmente y lo fueron además algunos de ellos no por concilios regionales o locales sino ecuménicos internacionales voy a dar estos cuatro nombres Liberio en el siglo IV primero flirteó con el arianismo y luego cayó en energía ariana Liberio en el siglo IV Un tal Zósimo, en el siglo V, cayó en la herejía pelagiana. Se puso en contra de Agustín y a favor de Pelagio. Quizá en eso era un precursor, de lo que luego tenía que suceder en Roma. Vigilio, en el siglo VI, cayó en la herejía monofisita. Y Honorio, en el siglo VII, en la herejía monotelita. ¿Podéis ver qué hay? Por lo menos un papareje para cada siglo, siglo IV, V, VI y VII. Del siglo IV al siglo VII tenemos cuatro obispos de Roma que son condenados. El Papa Vigilio escribió el mismo luego de haberse arrepentido, porque se arrepintió afortunadamente, y escribiendo al Patriarca de Constantinopla le decía que había sido un instrumento en las manos del diablo, quien trabaja para destruir la Iglesia. Pero suerte que el señor vela por su iglesia y él pudo arrepentirse del arrianismo. Peor fue la suerte del Papa Honorio, porque el Papa Honorio perseveró en la herejía monotelita y el VI Concilio Ecuménico III de Constantinopla en el siglo VII condenó oficialmente, de manera que son las actas, los decretos de un concilio universal. Y bueno, lo curioso del caso aquí es que luego, durante dos o tres siglos, los papas, los obispos de Roma, que vinieron después de él, condenaban la memoria, la infausta memoria del Papa Honorio, porque había caído en herejía. Bien, entonces, seguramente os estáis ahora ya, a estas alturas, haciéndoos la pregunta, ¿Qué factores explican la hegemonía romana? Bueno, son muchos, yo solamente voy a mencionar siete. En primer lugar, el traslado de la capital del imperio de Roma a Constantinopla. Una aclaración. Estos factores son de carácter objetivo, tan objetivo, que aunque no ordenados de esta manera, como yo lo he hecho, pero se pueden encontrar en todos los libros de historia que sean ligeramente imparciales. el traslado de la capital del imperio de Roma a Constantinopla. ¿Por qué? Porque dejó a la iglesia de Roma como único poder importante en Occidente. Un historiador español, Alberto del Castillo, que enseñó en nuestra universidad en Barcelona, escribía, la iglesia no sólo se vio libre de la burocracia imperial, sino que al producirse la separación del poder imperial primero, y después la desaparición de este poder en Occidente, ya sabéis que llegó a partirse el imperio en dos partes, la parte de Constantinopla y la parte de Roma, el Papa, como Pontifex Maximus de la Iglesia Católica en Occidente, pasó a ser el conductor de Occidente. Y este traslado de la capital del imperio desde Roma a Constantinopla dejó a la Iglesia Occidental libre, con las manos libres, para poder desarrollar su propia forma de organización. El Obispo de Roma, en la sede de los Césares, es ahora el hombre más importante de Occidente y pronto se convierte en la cabeza política tanto como espiritual. En segundo lugar, y como consecuencia de esto, del traslado de la capital del imperio, desde Constantinopla el emperador se sentía emperador de todo el imperio y por consiguiente por encima del Papa de Roma. Y entonces le dijo, ya que en esta parte de mi imperio queda lejos de la mía, voy a delegarte autoridad y tú vas a ser el juez en todos los casos importantes que haya en cuanto a litigios eclesiásticos. Esto al principio, litigios eclesiásticos. Luego ya fueron incluso políticos y de todo orden, porque el Papa quedó convertido en la figura más importante de Occidente. Pero lo grave es que todo esto fue incorporado en el código de Justiniano. Los que saben un poco de leyes saben que el derecho romano fue influido por el cristianismo para bien. Y de ahí que en el siglo V y VI, más particularmente en el VI, pues se hacen una serie de reformas del antiguo derecho romano y se expurgan las cosas que son contrarias a la conciencia cristiana. Pero no solamente esto fue para bien, yo creo que también fue para mal, porque el Código de Justiniano incorpora, incorpora todos los privilegios que los emperadores de Constantinopla habían dado a los obispos de Roma. Y entonces, si se tienen en cuenta que el Código de Justiniano es el derecho europeo durante 15 siglos, Entonces tenemos que, con la autoridad de la ley, de las leyes de todos los países europeos, pues queda refrendada la autoridad del obispo de Roma. Hay todavía más factores. Tercer factor. Las invasiones de los godos, o los bárbaros, como se les llamaba, separan todavía más a Roma de Constantinopla. La coronación de Carlo Magno por el Papa León marca este principio ya de hegemonía bien clara en Occidente. En Oriente se desarrolla lo que los historiadores llaman el Césaropapismo, pero en Occidente la Teocracia Pontificia. En Oriente los obispos están sometidos férreamente al emperador. La religión es la religión del Estado. Y esto ha ocurrido siempre y hasta el día de hoy. Pues si se habéis leído en los periódicos que en Grecia pues hay un problema entre el Estado y la llamada Iglesia Ortodoxa, que es la que es, en cierto aspecto, la continuadora de la Iglesia Antigua antes de ser Iglesia Romana. Era Católica Antigua, pero no Católica Romana. Y en Rusia, pues exactamente igual. El Zar fue siempre la cabeza de la Iglesia Ortodoxa, allí. Y hasta luego que ha cambiado el régimen, los comunistas, el Partido Comunista tiene la pretensión de ser el jefe de la Iglesia Ortodoxa. Por lo menos ordena lo que hay que hacer. Es lo que se llama Césaro-Papismo. Pero en Roma, el obispo de Roma se ideó otra figura de las relaciones Iglesia-Estado, y es la teocracia pontificia. Es decir, el Estado no tiene que estar por encima de la Iglesia, es la Iglesia la que tiene que estar por encima del Estado. Cuarto lugar, o cuarto punto, cuarto factor. La llamada donación de Constantino. Hay una leyenda, que Dante recoge también en su Divina Comedia y dice, oh, Constantino, cuánto mal hizo al mundo la donación que tú hiciste de Roma al Obispo, al Papa. Lo que no sabía Dante es que la donación ésta jamás tuvo lugar. Fue una falsificación. Y repito, eso lo explican hoy día hasta los libros católicos de Cout. La donación de Constantino se supone que Un tal Pipino, el rey de los francos, regaló al obispo de Roma territorios. Esto es evidente, le regaló unas tierras. Pero luego los obispos y los sacerdotes allí en Roma le presentaron un documento diciéndole, Constantino ya nos había dado Roma. Por consiguiente, este rey de los francos, ignorante, no sabía ni leer ni escribir, pues aceptó que los documentos eran auténticos y de ahí viene los llamados estados pontificios los estados temporales de la iglesia que existieron durante siglos y solamente cuando se consiguió la unidad italiana en el siglo pasado pues en 1875 creo 78 pues concluyeron y de ahí viene en cierto sentido también todavía hoy el estado de la ciudad del Vaticano que es un estado pero es un estado conseguido con estas artimañas Lo grave es que no solamente hubo la falsificación de la donación de Constantino, sino las llamadas seudo-isidorianas. Y esto es una historia que parece casi casi de fantasía, historia ficción, pero no es historia ficción. Durante toda la Edad Media se estuvieron fabricando documentos falsos para amontonar prerrogativas que dieran autoridad a los señores que mandaban desde Roma. Y teniendo en cuenta que eran épocas de mucha ignorancia, Carlomagno no aprendió, creo, a leer y a escribir sino cuando era un hombre ya casi anciano, eso para daros una idea, el emperador. Entonces con toda esta serie de los documentos que supuestamente entregaban al Papa no solamente tierras y dominios, sino que en los mismos había textos de Agustín, de Jerónimo, de los grandes siervos de Dios del pasado, como si estos hombres también hubiesen ya apoyado la idea de un Papa de Roma infalible. Esto explica que hombres tan eminentes como Aquino, Tomás de Aquino, el padre de la Escobástica, él cita a veces textos de Agustín que son falsos, pero él no es el falsificador. El pobre es que se los encontró hechos. Y él, de buena fe, creyó que eran citas auténticas. Hoy día, las ediciones que se hacen de la Suma Teológica de Tomás de Aquino, todos los textos de estos han sido expurgados. Pero existieron durante siglos, y daban una autoridad. Por consiguiente, no nos extrañe que al llegar al siglo XI, nos encontramos con un papa, Gregorio VII, que declara ya de una manera abierta la superioridad del Papa sobre toda otra autoridad sobre reyes, emperadores concilios, sacerdotes y obispos hay un episodio muy célebre los estudiantes de historia de la Edad Media lo saben bien, es el episodio de Canossa Enrique IV, el emperador tuvo que hacer penitencia y el Papa lo tuvo allí en las afueras de su palacio, era invierno, hacía un frío enorme, con nieve, y el emperador, de rodillas, durante dos días, rogando que le recibiera el Papa. Y el Papa adentro en su castillo, al lado de la estufa, para enseñarle a este emperador que el Papa es superior al emperador. El emperador logró el perdón del papa, pero tan pronto como se hizo fuerte, volvió a rebelarse. Y la Edad Media, muchos lo saben ya, es la lucha entre el imperio y Roma, el papado y el imperio. Porque la teocracia pontificia, que se iba extendiendo a nivel ideológico, y los monjes también iban esparciendo por toda Europa. Era algo que sin embargo repelía a los reyes y a los emperadores. Era una cuestión de intereses, era una pugna entre unas fuerzas y otras. Gregorio VII ha pasado a la historia como el primero de los obispos de Roma que expresó de manera clara, diáfana y llevó a la práctica la teocracia pontificia. Luego le sigue Inocencio III al cual se le ha llamado el César Augusto de El Papado, por el poder inmenso que llegó a tener. Os voy a dar un ejemplo de la exégesis de estos obispos de Roma, que pretendían ser infalibles y que consiguieron dominar Europa. Lucas 22, 38, sabéis todos el pasaje de memoria, en el huerto de los Olivos, los apóstoles le dicen al Señor, aquí hay dos espadas, y Jesús dice, basta, Pues bien, partiendo de una interpretación alegórica, se da la siguiente explicación. Jesús dice basta porque quiere decir que con dos espadas es suficiente, con el emperador y con el papa, porque el papa llevaba espada entonces y tenía sus ejércitos. Una espada significa el poder temporal y la otra el poder espiritual. Ahora bien, las dos espadas pertenecen a la iglesia y el papa delega la espada temporal al emperador, un regalo que le hace. por consiguiente el emperador está sujeto al papa y por esto Carlomagno se hace coronar emperador en un día de la napida del año 880 y entonces el papa lo dice abiertamente a todo el mundo si yo corono al emperador, yo soy superior al emperador pero bien, este señor Gregorio VII, este obispo de Roma dijo lo siguiente, textualmente, ahora cito de una obra suya que se llama dictatus papae, textualmente, literalmente. Sólo el pontífice puede deponer o establecer obispos. Antes los obispos eran elegidos. Ahora son nombrados por el Papa, desde este obispo de Roma. Sólo él puede usar la insignia imperial, fijaos, la atribución del poder temporal. Sólo él puede usar el poder y la insignia imperial. Todos los príncipes deben besar los pies, ¿de quién? Solo del Papa, de nadie más. El pontífice puede deponer al emperador. Nadie puede juzgar al Papa. El pontífice puede liberar a los súbditos de la fidelidad hacia un monarca inico, o mejor dicho, un monarca que no sea de las simpatías del Papa. El título de Papa le pertenece al solo. El que no esté en paz con la Iglesia Católica Romana no será tenido por católico. Por consiguiente, ahora lo católico tiene que ser católico romano. La iglesia romana no erró ni errará jamás. No sé cómo explicaba este señor lo de los cuatro que cayeron en herejía, pero en fin. En el sínodo romano del año 1800, no, perdón, del año 1080, Gregorio VII dijo deseamos demostrar al mundo que podemos dar y quitar, según nuestra voluntad, reinos, ducados, principados, en una palabra, las posesiones todas de todos los hombres, porque tenemos poder de atar y desatar, así entendía las palabras de Jesús, atar y desatar. Luego hay otro ejemplo, el de la luna y el sol, decía Inocencio III, el César Augusto del papado, así como la luna recibe su luz del sol, al que es inferior por sus dimensiones, por la oposición y por el poder, asimismo el poder real es como la luna que obtiene de la autoridad pontificia el resplandor de su dignidad. Del Papa Sol. Los reinos eran tenidos como súbditos del Papa. Esto lo sabemos bien, cualquiera que conoce un poco la historia de Cataluña sabe de reyes que tuvieron también que humillarse a los Papas. Pedro II de Aragón y de Cataluña tuvo que poner su reino a servicio del Papa como un feudo obligándose a pagar tributos anuales correspondientes. Y parte de lo que era la Cataluña francesa, bueno ahora es la Cataluña francesa, pero entonces era Cataluña catalana, pues se perdió en una batalla en que a Pedro IV, el Papa este mismo, el Papa Inocente III, le mandó ejércitos para que le aplastaran y entonces él recogió una parte de toda la región que es la lengua de hoy para regalársela al rey de Francia, que era su aliado. Bien, pero tenemos que continuar. Un sexto factor. La abolición del culto y la liturgia de cada región o estado. En España teníamos una liturgia antiquísima. La que se llama hoy día, se llama liturgia Mozart. Se le llama así porque es la liturgia que los cristianos que vivían en el territorio ocupado por los árabes conservaron y por eso es el nombre de Mozárabe que no es un buen nombre porque de hecho el nombre auténtico debería ser liturgia hispánica, liturgia hispana ya que corresponde a la liturgia a la manera de celebrar el culto en toda la península ibérica antes de la invasión de los árabes en el siglo IX cuando la reconquista pues empieza a tener éxito y empezamos a arrojar a los árabes al mar, sin embargo se hizo aliados con Roma y por eso en el siglo IX en Toledo un monje de Cluny por orden del Papa de Gregorio VII obliga al Rey Alfonso de Castilla a que renuncie a la liturgia mozárabe e implante la liturgia romana y desde entonces la Iglesia Católica Española es romana. Hasta entonces había sido Iglesia Católica Española. A partir del siglo IX es Iglesia Católica Romana y tiene que celebrar según la pauta de Roma. Bueno, no puedo entrar en detalles, la cosa no fue fácil la gente tanto en Castilla como en Aragón se sublevaron, los querían, ellos amaban su liturgia, querían tener su culto particular, el suyo, pero todo fue en vano, ya que los ejércitos de la Reconquista estaban todos ellos bajo las órdenes y bajo el cuidado de los confesores espirituales de Cluni, que eran las avanzadillas, las órdenes religiosas de Romo. Y luego ya, para concluir, creo que el séptimo factor es la teología escolástica, que toma de las falsas, los documentos espurios, toda esta serie de textos que son equivocados, pero que dieron, digamos, el soporte ideológico, la base. Para concluir, para resumir, como dice un exégete historiador inglés, Lightfoot, autor de varios comentarios a las epístolas de San Pablo, la teoría católica romana supone que la Iglesia de Roma deriva toda su autoridad del Obispo de Roma, como sucesor de San Pedro. Esto es lo que se le enseña oficialmente. Pero la historia dice totalmente al revés, invierto los términos, y demuestra que el poder del Obispo de Roma fue resultado del poder de la Iglesia de Roma, porque lo importante era la Iglesia, no el Obispo. La Iglesia por ser de Roma, la capital del imperio, y por concurrir en ella toda esta serie de factores históricos que llevaron a la acumulación de un poder, una hegemonía, que fue explotada. En lugar de aprender la humildad, el servicio, pues se inclinó por el mandato. De modo que en su origen es una autoridad, una primacía, no tanto del Obispo como de la Iglesia de la Capital del Imperio. Lo que hizo el Obispo de Roma es recoger el manto de los Césares y lo adornó con una tiara. recogió la herencia de los Césares y la adorna con una tiara. Yo por eso creo que, eso es un inciso, y no lo digo dogmáticamente, en eso no soy dogmático, pero es una convicción que se va afirmando cada vez más en mí, que la iglesia católica es una iglesia de la cual se habla en las profecías bíblicas. Porque creo que Por ejemplo, he estudiado bastante el libro de Daniel, en el cual aparecen cuatro grandes imperios. El último imperio es el romano, el imperio romano. Y se nos dice que en los días del cuarto imperio, el romano, nacerán Mesías. Y eso ocurre así. Jesús nació en tiempos de César Augusto. Pero se nos dice también que este imperio durará, aunque no bajo la misma forma, sino bajo formas diferentes, y entonces aparecen las figuras de una serie de cuernos que simbolizan una serie de reinos, de países y de grupos. Y como dicen muy buenos exégetas, Young, por ejemplo, dice, el cuerno pequeño es evidente que es la continuación del imperio romano bajo otra forma. No sabemos cuál, pero bajo otra forma. Entonces tenemos que en las profecías bíblicas hay un cuarto imperio, y es el romano, que ha de durar siempre hasta que vuelva el Señor. Un imperio que está en el trasfondo desde la primera venida a la segunda venida de Cristo. Creo, por consiguiente, que es posible identificar en la misma profecía bíblica la Iglesia Católica de Roma, lo cual no puede afirmarse de todos los movimientos religiosos que hay en el mundo. Pero ya digo, sin dogmatizar, yo creo que la Iglesia Católica es la continuación del Imperio de Roma bajo otra forma. Y eso en el último día quizá vamos a entenderlo más aún, el por qué digo esto. Bien, es una época, la época del apogeo del papado, en la cual pues aparece también el sacerdotalismo, el sacramentalismo, los sacramentos con su concepción casi mágica de la gracia, la concepción sacramental de la fe, que necesitan a un sacerdote para que haga el milagro de convertir el pan y vino en la sangre de la carne de Cristo, solo el sacerdote puede hacerlo, sacerdotalismo, una élite, un grupo que se erige en dueño de los canales de la gracia y los únicos que pueden realizar los milagros de los sacramentos. La salvación viene a través de los sacramentos, ya no por la sola fe, se introduce pues toda una serie de desviaciones. En el siglo VI empieza a surgir la doctrina del purgatorio que Inocencio III declarará como dogma. También Inocencio III creó la Inquisición. Inocencio III también fue quien dio su autoridad para que se entendiese que en la Santa Cena no estamos ante unos símbolos sino ante la misma realidad de la carne y la sangre de Cristo. aparece en el siglo VIII la obligación de la confesión auricular al sacerdote, en el mismo siglo VIII la adoración del símbolo de la cruz, en el siglo IX el uso de agua, esa agua que se entiende que es bendita, pero que sin embargo le arrojan cosas infectadas, por ejemplo, jeringuillas de personas que tienen el SIDA, y sin embargo los microbios están por allí. O sea, por más bendita que sea el agua, no los elimina. Aparecen toda una serie de imposiciones. Y bueno, podríamos extendernos mucho, pero no quiero fatigaros más. Ahora, como un final de todas estas consideraciones, yo traía aquí un montón de hojas más para considerar en particular el concepto de poder creo que es la clave, el concepto de poder el señor cuando dijo que los suyos, sus discípulos tenemos que entender el ministerio como un servicio y no como un poder creo que es algo que a veces en la iglesia se olvida y creo que este fue el peligro, fue la gran tentación de Roma que olvidó el servicio y se erigió en un poder. Claro, lo hizo en nombre del servicio, porque creyó que asumiendo el poder este podía servir mejor, e incluso, seguro que en muchos casos, infinidad de ellos, de buena fe, creyendo que así se servía a Dios, pero en realidad se estaba dando la espalda a la palabra de Dios. Bien, yo creo que todo esto nos enseña a ser humildes, y dirige nuestra atención en ese gran periodo de la historia que sigue a partir del siglo XVI, que es la época de la Reforma. La Reforma se levantó contra todo eso, contra todo lo que acabo de explicar. Porque los reformadores nacieron en ese ambiente, con esas ideas, y claro, cuando uno ve el panorama, se da cuenta de que los reformadores estaban justificados. Porque, sencillamente, ¿qué es lo que ellos quisieron hacer? Pues dijeron, no podemos llamar Señor a Cristo si su Palabra no tiene señorío sobre nosotros. No podemos llamar Señor a Cristo si en la Iglesia Jesucristo no manda y no nos habla por su Palabra. Y si por encima de la Palabra de la Iglesia no está la Palabra de Dios. Aún más, si la Iglesia no se rige por la Palabra de Dios puede dudar de que sea verdadera Iglesia de Jesucristo. Y de ahí el principio, sólo la Escritura. Y recordaron que ya Agustín, Agustín en el siglo V, llegó a decir, la iglesia se deforma, porque somos humanos, ya hay elementos humanos en la iglesia, y la iglesia tiende a deformarse, hay una deformación continua. Por consiguiente, él exclamaba, reformémonos, nos deformamos, pues reformémonos, para volver a ser sal y luz en el mundo. Era la aplicación de lo que dice el salmista, Salmo 43,3. Envía tu luz y tu verdad, no sólo tu verdad, sino también tu luz, para que nos haga inteligible tu verdad. Estas me guiarán y me conducirán a tu santo monte. Envía tu luz y tu verdad. En tu luz veremos la luz, pero necesitamos que la luz de la palabra brille con todo su fulgor. En la dieta de Worms, ya lo sabéis, Lutero dijo ante el emperador Carlos I de España y V de Alemania, los papas se han equivocado, los concilios se han equivocado, y tú mismo como emperador te equivocas. Todos nos equivocamos, sólo la palabra de Dios es infalible, porque sólo Dios es Dios, y sólo Cristo es el Salvador. Yo pienso que la historia es una maestra en humildad. Al menos es lo que siempre yo saco como un bien y como una bendición de la lectura histórica. La historia nos hace ser humildes. Nos hace ser humildes porque, incluso en las cosas hermosas y grandes que Dios permite que hagamos, nos damos cuenta de que otros, por la gracia de Dios, ya empezaron a hacerlas. No podemos infatuarnos. Tenemos maestros que nos enseñan constantemente a lo largo de los siglos y que nos espolean. Y en los errores pues nos damos cuenta de que somos muy débiles y que nadie debe de arrogarse el título de infalible o creérselo. Porque a veces, como me decía un hermano, bueno, no tenemos ningún papa entre nosotros, pero haylos, haylos, haylos entre nosotros también. La historia nos enseña a ser maestra en humildad. y que ahora guardamos su palabra por su gracia y porque realmente reconocemos que somos inclinados al error y que también en esta esfera del poder podemos caer en la tentación de abusar, no sólo de usar sino de abusar de él. Y en la esfera no solamente del poder eclesiástico, en todas las esferas, en el Estado, en la educación, en la familia, en la industria, en todas las esferas del poder. Bueno mes haber sido humillado para que aprenda tus estatutos. Yo creo que esta es la gran lección de la historia que nos da. No podemos mirar con desprecio a nadie y menos a personas que están equivocadas, menos aún a los que son víctimas de la equivocación de unos líderes. Y creo que con mucho amor y con compasión hemos de compartir el Evangelio de Jesucristo no nuestras ideas, sino el Evangelio de Jesucristo, e invitar a todas las iglesias a una reforma constante. Y por eso concluyo con las palabras de San Pablo en Romanos 12.2. No os conforméis a este siglo, sino transformaos. Fijaos bien, reformaos. No os conforméis, sino reformaos, por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis no solamente para que sepáis, cuidado, para que comprobéis, para que experimentéis, a mí me gustan mucho los verbos que aparecen en este versículo, no os conforméis, reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, por esta acción renovadora, para que comprobemos, para que experimentemos, no solamente para que conozcamos sino para que experimentemos, cuál sea, cuál es la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. Que nos ayude a que así sea.
Catolicismo 2: Evolución e Historia
Series Catolicismo Romano
Sermon ID | 1114081917328 |
Duration | 1:02:05 |
Date | |
Category | Teaching |
Bible Text | Revelation 22:14-21 |
Language | Spanish |
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