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la iglesia no se detiene la iglesia detiene sólo para predicar amén en esta mañana hermanos se les voy a invitar que abramos nuestras biblias en el libro de marcos el capítulo 11 san marcos capítulo 11 vamos a leer dos versos tres versos Vamos a leer únicamente el 12, 13 y 14. San Marcos, capítulo 11, versos del 12 al 14. Puestos de pie, hermanos, unos dos minutos. Vamos a leer la palabra de Dios para más reverencia en esta mañana. Gracias. Y dice, voy a leer desde el 11, dice la palabra de Dios. Hagámoslos al unir todos al mismo tiempo para que todos comportamos de la Palabra de Dios, desde el 11 al 14. Y dice la Palabra de Dios, Y entró Jesús en Jerusalén y en el templo, y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, salióse a Betania con los doce. Y al día siguiente, como salieron de Betania, tuvo hambre, y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si quizás iría en algo. Y como vino a ella, nada yo sino hojas, porque no era tiempo de hijos. Entonces Jesús respondiendo dijo a la higuera, nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos. Oremos al Señor Padre. Gracias por este día que nos has dado. Gracias por tus bendiciones. y en esta mañana, señor, venimos ante tu presencia con un corazón quebrantado, señor, con un corazón necesitando de ti cada día, señor. Pedimos que en esta mañana, oh Padre, tú nos hables a través de tu palabra, señor. Que tú pongas palabras en mi boca, señor. Que en esta mañana, Padre, eh, podamos aprender, podamos entender lo que tú quieres de nuestras vidas. Porque sabemos, Padre, que Si somos tus hijos, tú nos demandarás a nosotros todo lo bueno para ti. Toma nuestras vidas, quita todo impedimento de nuestras mentes ahora mismo, todos los obstáculos en los que puedan estar en nuestras mentes y háblanos a través de tu palabra. En el nombre de Cristo Jesús oramos y las gracias te damos. Amén. Gracias. Pueden sentarse. Ahí en el capítulo de Marcos, hermanos, en el capítulo 11, podemos ver que habla de la higuera, la higuera estéril. Jesús vio, nuestro Señor Jesucristo tenía hambre. Él venía, después de Jerusalén, iban rumbo a Betania cuando miró esa planta, la planta de la higuera. En el libro de Génesis es donde se menciona por primera vez la planta de la higuera y en Apocalipsis también, la última vez, Y él tuvo hambre. Él miró aquella planta frondosa y se acercó a ella. Se acercó porque él tenía hambre. Eso nos demuestra a usted y a mí que él era hombre, él era humano igual a nosotros. A pesar de ser Dios encarnado en su Hijo, él tenía hambre. Y se acercó con aquella confianza. Cuando se acercó a la planta, para su sorpresa, la planta sólo tenía hojas, no tenía frutos. En Palestina, en el tiempo de primavera, se acostumbra que cuando esta planta empieza a tener sus hojas, empiezan a salirle esas bellotas, esas frutas pequeñitas, que eso significa que son comestibles, aún siendo pequeñas, son comestibles. Pero cuando el Señor Jesucristo llegó y miró esa planta con ese montón de hojas, no tenía frutos. No tenía frutos. Tenía apariencia de tener frutos, pero era una planta estéril. Era una planta estéril. Pero hermanos, no era una casualidad ni una equivocación de nuestro Señor Jesucristo no haber hallado ni siquiera frutos. no era ninguna cosa, era una realidad en enseñanza simbólica para la nación de Israel. Porque la planta de la higuera, la higuera representa a la nación de Israel. Pues siempre se ha visto a esa planta como un símbolo de Israel. Esa higuera sin fruto representaba el estado espiritual real del pueblo de Israel. de sus líderes religiosos y de sus ritos seromalianes, eran sólo apariencia. Ese mismo pueblo que en ese mismo capítulo dice, osana al que viene en el bendito del Señor, en el nombre del Señor, más adelante dice, crucifícale, crucifícale. Ahí nos da a entender que eran puras apariencias, líderes religiosos aparentes, pero que no le tenían temor a Dios, no le tenían temor a Dios. Pero hermanos, Esa higuera sin fruto perfectamente puede representar nuestra vida. Esa higuera sin fruto puede perfectamente representar nuestro cristianismo. Puede representar nuestro servicio al Señor. El Señor está buscando en nosotros algo agradable para Él. Él espera algo agradable para Él de nosotros. algo útil para su servicio. Dios está buscando los frutos de nuestra vida. Israel tenía que estar vigilante para dar los frutos en su tiempo, pero no los dio, porque siempre vivieron solo en religiosidad. Nunca tuvieron temor de Dios. Nunca tuvieron temor de Dios. Hermanos, pero muchos de nosotros a veces somos iguales a esas higueras. Somos igual a la higuera estéril. Somos apariencia. Tenemos muchas hojas, pero no tenemos frutos. Tenemos muchas apariencias, pero no tenemos frutos. Espero que en esta mañana Dios nos hable Espero que no lo molestemos con la palabra de Dios. Si la palabra de Dios le incomoda, pues lo siento, es la palabra de Dios. Pero a veces así sucede en nuestras vidas. La gente mira de nosotros lo superficial, lo exterior, pero Dios mira lo interior. Él sabe cómo estamos con los frutos que Él nos está pidiendo. Somos apariencias, como le dije, para el hombre. Somos hojas, pero lo que Dios busca en nuestra vida no lo encuentra. Y tenemos que saber que el cristianismo no se trata, como le dije, de lo exterior, sino de los frutos producidos de un corazón agradable a Dios. Si somos agradecidos a Dios, vamos a dar frutos agradables para Él. Hermanos, es tiempo de fructificar. No hay ninguna excusa para que usted y yo no fructifiquemos. No hay ninguna excusa para que usted y yo no llevemos los frutos a nuestro Dios y frutos agradables. Estamos empezando otra etapa y es de donde ahora, si nosotros fructificamos, ¿cómo estuviera la casa de Dios? ¿Cómo estuviera la casa de Dios? Desgraciadamente estamos dejando este trabajo para dos, tres personas, pero todos Todavía estamos a tiempo hermanos, usted y yo. Nuestro Señor Jesucristo de repente puede venir. Y Él no viene a ver una iglesia, un bonito templo que tenemos. Él no va a venir a ver cómo estamos cantando. Él no va a venir a ver qué... No, Él va a venir a ver los frutos que esta iglesia, que usted y yo, tenemos para Él. ¿Y cómo nos va a encontrar? ¿Cómo nos va a encontrar? es tiempo de fructificar. No hay excusas. No tenemos ninguna excusa, usted y yo, para producir los frutos que Él espera. No podemos decir que, como dijo el pueblo de Israel, que todavía, en el libro de Marcos nos adelante, dice que cuando nuestro Señor Jesucristo fue a Liguera, dice que todavía no era el tiempo de que esa planta diera hijos. Pero el tiempo de nosotros es ahora. Ahora es el tiempo de fructificar, no mañana, es ahora. No lo hicimos ayer, el ayer ya pasó, ahora un nuevo camino, una nueva meta y fructificar para la obra de nuestro Dios. ¿Por qué es tiempo de fructificar, hermano? Porque Dios ya hizo toda su parte para que demos frutos. Dios ya hizo en su vida y en mi vida todo lo necesario, todo lo que Él tenía que hacer para que usted y yo llevemos frutos. Busquemos en Isaías 5-7, hermano, por favor. El libro de Isaías, capítulo 5. Isaías 5, del 1 al 7. Nos dice la palabra de Dios. Ahora cantaré por mi amado, el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en un recuesto lugar fértil. Había la acercado y despedregado y plantándola de vidas escogidas, había edificado en medio de ellas una torre y también asentado un lagar en ella y esperaba que llevase uvas y se llevó uvas silvestres. Sigue diciendo, ahora pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad entre mí y mi viña. ¿Qué más se había de hacer en mi viña que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo esperando yo que llevase uvas? Ha llevado uvas silvestres. Os mostraré pues ahora lo que haré yo a mi viña. Quitaréle su vallado y será para ser consumida aportillare su cerca y será para ser holladas qué palabra más impactante es la que nuestro dios dice en esos versículos en isaías 5 de león al 7 dice que más he de hacer yo por mi viña él había dado a él había hecho todos nosotros cuando vamos a sembrar frutas vegetales porque o sea nuestros hogares a veces Hay una planta que más, no sé ustedes, pero la planta que más da frutos rápidos es el tomate, no sé por qué. Nosotros sembramos una planta de tomate y al tomate para acá, para allá, donde el hermano Juan vamos y el tomate por aquí, hasta en la sala tiene tomates. Es lo más rápido que se dan los tomates. Y buscamos lo mejor, vamos a Jondipo, donde sea, buscamos la mejor tierra, todo lo mejor para que esa planta, ¿qué? De frutos, fructifica, de frutos. Así fue nuestro Señor. con el pueblo de Israel. Dice, ¿qué no he hecho yo? Dice, ¿qué más se había de hacer a mi viña que no haya hecho yo en ella? Como esperando. Nuestro Señor Jesucristo, hermano, la había puesto en primer lugar en una tierra fértil. ¿Qué significa eso? Él había escogido la tierra. Así somos cada uno de nosotros cuando queremos sembrar algo. No agarramos una mata y la ponemos en cualquier parte porque no va a dar frutos. Nuestro Señor la había puesto en un lugar, en una tierra fértil. Él había tomado su tiempo, la había limpiado, la había despregado, había quitado aquel montón de piedras para que pudiera la planta salir, para que pudiera dar frutos. La había sembrado, dice, de vides escogidas. La había sembrado de vides escogidas. La semilla había escogido la mejor semilla. Había hecho en medio, hermanos, había hecho en ella, en medio, un vallado para que los animales no la destruyeran. Tuvo esa paciencia. Nosotros tenemos perros y cuando se siembra algo, lo primero que pone es un cerco ahí en la grada para que el perro no baja y haga con ella, con las plantas, con todo lo que quiera. Nuestro Señor lo había puesto cerca, vallado, a lo que él había sembrado. Y él estaba esperando frutos, porque sabía lo que había hecho. Él estaba esperando frutos, pero dice que le dio frutos agrios, amargos, frutos silvestres. Esa viña representaba al pueblo de Israel, que siempre estuvo en idolatría, que siempre tuvo otros dioses, que nunca buscaban a Dios, siempre se estaban quejando de Dios. En nuestra vida cristiana como hijos de Dios, hermanos, Él se pregunta lo mismo de cada uno de nosotros. Cuando nos fructificamos, Él nos hace esa pregunta. ¿Qué puedo hacer yo más por ti? ¿Qué puedo hacer yo más por ti? Mano, es una pregunta que nuestro Señor Jesucristo nos hace. cuando mira que nuestra vida no está fructificando, cuando no mira los frutos en nuestras vidas. Él nos hace esa pregunta. Es una pregunta individualmente. ¿Qué hago? ¿O qué he hecho yo por ti? En primer lugar, hermano, él nos ha puesto en una lareda fértil. nos ha puesto en su iglesia. Nos ha puesto en su iglesia. Tenemos un lugar hermoso, donde aprendemos la palabra de Dios, donde se nos enseña la palabra de Dios, pero donde tenemos también que salir a ponerla en práctica. Tenemos que salir a ponerla en práctica. Dice que nos limpió y nos despregó. Nos quitó toda la piedra. Había todo lo malo que había entre nosotros. Él lo quitó. ¿Y cómo lo quitó? con el perdón de su preciosa sangre para nosotros. Con el perdón de su preciosa sangre, él nos limpió y nos quitó todo para que pudiéramos fructificar. También dice que nos sembró de vides escogidas. Él ha escogido lo mejor para usted y para mí. Y que él sabe que es lo mejor para usted y para mí, es su palabra. Él nos ha dejado su Biblia, nos ha dejado su palabra, para que a través de ella nosotros aprendamos y sepamos cómo fructificar. Y no solamente eso, hermano, como allá como el pueblo de Israel también hizo una torre sobre nuestra vida. ¿Y qué es esa torre? Es su presencia, la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. El Espíritu Santo que nos dirige, el Espíritu Santo que nos guía a que hagamos lo que Él nos manda hacer en Su Palabra. Hermanos, tenemos iglesia, tenemos Biblia, tenemos todas las oportunidades para servirle a nuestro Dios. Él ya hizo todo por cada uno de nosotros. Ahora, ¿qué es lo mejor que podemos hacer nosotros por Él? ¿Qué es lo mejor que podemos hacer nosotros por Él? ¿Saben qué es, hermano? Es dar frutos. Es lo mejor que podemos hacer, dar frutos. ¿Pero qué frutos espera Dios de mi vida? ¿Cuáles son los frutos que espera Dios de mi vida? Dice en Lucas, busquemos Lucas 3, 8 hermanos, por favor. Lucas 3, del 7 al 8. 7, dice. Y decía la gente que se darían para ser bautizadas de él o generación de víboras en... ¿Quién conseñó a huir de la gran ira venidera? A ser pues, dice... ¿Qué dice hermanos? ¿Frutos de qué? frutos dignos de arrepentimiento, frutos dignos de arrepentimiento. La palabra arrepentimiento viene de la palabra griega metanoía, que significa un cambio en la forma de pensar. Es algo que se refleja en la actitud externa de nuestra vida. Es un cambio que tiene, primeramente tiene que haber un cambio de mente y una actitud externa en nuestra vida, De eso proviene la palabra arrepentimiento. Dice que tenemos los frutos dignos de arrepentimiento. O los frutos producidos por el arrepentimiento, dice, que son los cambios en nuestra vida motivados por el cambio en nuestra mente. Cuando nos arrepentimos, toda nuestra vida, toda nuestra mente, todo nuestro corazón cambia. Ya no pensamos como era más antes. lo hace cuando tenemos arrepentimiento en nuestra vida. Dios ha hecho todo para que tengamos un cambio en nuestra vida. Él ya lo hizo todo, hermanos. Entonces, ¿cuánto vamos, cuánto más vamos a esperar para darle los frutos que Él quiere de nosotros? ¿Cuánto más? Él no está esperando nosotros los frutos de la carne, como dice allá en Gálatas 5 del 22 en adelante. Los frutos de la carne, hermanos, ya los dimos en el mundo. Ya anduvimos en borracheras, ya anduvimos en fornicación, ya anduvimos en adulterio, ya anduvimos en mentiras, ya anduvimos en idolatría. Ya anduvimos en todos los frutos de la carne que hoy en día nos avergüenza decirnos, pero ya anduvimos en ello. Él no está esperando de nosotros esos frutos de la carne. Entonces, ¿qué frutos está esperando Dios de nosotros? Está esperando los frutos del Espíritu Santo. Él está esperando en nosotros, como sus hijos, el fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas, que son Nueve. Un fútbol son nueve manifestaciones. Vamos a ver. Amor, gozo, todos hermanos lo sabemos, ¿no? Paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, fe, mansedumbre, templanza. Son nueve. Son nueve manifestaciones del fruto del Espíritu Santo que debemos de tener. No es que debemos tener uno o dos, no solo vamos a tener amor. Son los nueve frutos que se deben manifestar en nuestra vida. Dios espera hijos, Dios espera cristianos llenos de amor. Dios espera que demostremos su amor, no solo para él, sino para nuestro prójimo. Ese es el amor, ese es el fruto, es el primer fruto que se menciona amor. Todos son importantes, no sólo el amor, todos son importantes. Pero Él espera que manifestemos ese amor a Él y también a nuestro prójimo. Amémonos cada uno de nosotros. Dice, Dios espera un fruto lleno de gozo. Un fruto lleno de gozo. Aún en nuestras pruebas, aún en nuestras situaciones que estemos pasando delicadas, con dolor, Dios quiere que siempre tengamos el gozo en nuestras vidas. Él quiere que estemos llenos de paciencia. Es lo que a veces menos tenemos, paciencia. Él quiere que sepamos esperar en Él. Que sepamos esperar en Él porque es en su tiempo. No es en mi tiempo, ni en su tiempo. Es en el tiempo de Dios. Hermanos, aprendamos a esperar en Dios. aprendamos a esperar en Dios. Debemos tener paciencia. El amor, hermanos, ¿cómo está nuestro amor con aquellas personas que hablan a espalda de los hermanos? Debemos llamarlo. ¿Cómo está el amor de aquellas personas que están sin Cristo? ¿Cómo está nuestro amor hacia ellos? debemos amarlos e ir y hablarles de esa gran verdad, de esa gran verdad. Dice que debemos estar llenos de dignidad, el cristiano debe estar lleno de dignidad y bondad. ¿Bondad qué es? Que no dañemos, que no hagamos daño con nuestras palabras, con nuestra manera de ser hacia las demás personas, hacia los demás hermanos. No debemos de hacer daño, no debemos de hacer daño. A veces hay un grupito de hermanos aquí platicando y a veces viene un hermano y como que el hermano que viene como que no nos... aún así entre nosotros no nos caemos bien, entonces uno agarra por aquí, otro agarra por allá, otro agarra por acá y el hermano que llegó se quedó solo. ¿Por qué será a veces hermano que no se han fijado que... y hermano, y por favor no diga que no, no diga que no, porque si... Allá viene aquel. y nos vamos, y nos vamos. ¿Sabes a veces por qué sucede esto, hermano? Porque somos nosotros mismos, con nuestras actitudes, que aquellos hermanos no quieren que estemos ahí. Pero debemos de amarlo, aunque nos cueste, debemos de amarlo, porque es uno de los frutos que el cristiano debe de tener, debemos de amarlo. Dice que el cristiano debe ser lleno de qué, hermano? De fe, de fe. ¿Fé para qué? Para que Dios pueda hacer maravillas en nuestras vidas, para que Dios pueda hacer maravillas en nuestros hogares, para que Dios pueda trabajar en nuestras vidas, esperar en Él, tener esa fe, tener esa paciencia que sólo en Él la podemos encontrar. Debemos también, dice que el cristiano debe ser lleno de mansedumbre, que no perdamos el control. A veces nos comportamos peor a veces con los incrédulos. Nos dicen algo que no nos gusta, corremos al carro a sacar el bate que andamos ahí. A ver si, decímelo otra vez, decímelo otra vez. Sucede. Y como dijo uno pastor, una vez con una calcomanía atrás, Cristo te ama y un montón de cosas, y sacamos el bate. Qué mal testimonio hacemos en cuanto a eso. Hermanos, también el cristiano debe ser lleno. de templanza. ¿Qué es templanza? Es saber decir no a las cosas de este mundo. Decir no a las cosas de este mundo. Entonces, vengo a la siguiente pregunta. ¿Qué tengo que hacer para dar frutos para Dios? Ya estamos tocando esta pregunta, ¿qué tengo que hacer para dar frutos? Ahora, después de que somos llenos de los frutos, del fruto del Espíritu Santo en nuestra vida. Entonces, ¿qué tengo que hacer para poder dar fruto para Dios? Juan 15, un pasaje muy conocido, no tengo que decirlo porque ya lo saben más, Juan 15, del 1 al 5. Juan 15, del 1 al 5. Hermanos, no sé si a ustedes les ha pasado esto, Pero esas personas, la mayor parte ahora, así como está la tecnología, cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, todos trabajamos, ganamos dinero, y ese dinero automáticamente va para una cuenta de banco. Cuando tenemos, hemos puesto ese camino para que el dinero automáticamente, ya sabemos que día ese dinero va a caer en el cajero. Entonces vengo yo, o viene usted, saca su tarjeta, va al cajero, va a sacar aquel dinero que es suyo, aquel dinero que usted se lo ha ganado con su trabajo, aquel dinero que le pertenece, que fueron 40, 48 horas de trabajo, usted saca tu tarjeta, va al cajero, mete la tarjeta, ¿y qué sucede? Bueno, yo ya no voy porque no hay. Yo voy, mi tarjeta ya ni voy porque ni me la quiero agarrar porque dinero no hay. hermano se nos ha olvidado a veces el que la clave se nos ha olvidado ese pin porque a veces cuando alguien trata de meter la tarjeta y ese pin incorrecto recibe otra el banco que provisionalmente tiene otro pin tiene otra clave y no y usted puede hacer lo que usted quiera en ese momento hermano puede agarrar aquel cajero como usted quiera agarrarlo a patadas decir ese dinero es mío pero eso se lo van a llevar pero no le va a dar nada Van a llegar los del banco y le van a decir, señor, ¿qué le pasa? Que estoy metiendo en mi tarjeta, pero se me ha olvidado la clave ahí, el pin. No sé, le dice. ¿Qué tiene que hacer usted en ese momento? Ir. Vámonos ya, véngase, vamos a la oficina. Lo meten a la oficina y empiezan a hacer un montón de preguntas que a veces a uno le parece... A veces a mí me han hecho unas preguntas, hermano, que me dice, ¿cuál de estos tres carros fue suyo en el año 80 y algo? Y me ponen tres nombres de carro. ¿Cuál es el nombre materno de su mamá? ¿Cómo se llama su mascota? Y si me equivoqué en eso, hermanos, no me dan nada. No me dan absolutamente nada porque son preguntas que uno mismo las llena, pero con la vejez se le olvida. Se le olvida a uno. No, René, no está bien. Y sí, desgraciadamente, así es en nuestra vida cristiana. Así es. Nos reímos, hermanos, pero en nuestra vida cristiana se nos ha olvidado cómo fructificar. Yo sé que muchos van a decir, eso ya lo sabemos, todo lo que se ha dicho se sabe, nada de lo que he dicho es nuevo, todo lo sabemos, pero no lo ponemos por práctica, por eso se nos olvida la manera de fructificar, por eso se nos olvida lo que Dios nos manda hacer en su palabra, porque no lo ponemos por práctica. Y por eso es que estamos perdiendo muchas bendiciones en nuestros hogares, en nuestras vidas, porque se nos ha olvidado la clave para rectificar. Nos estamos perdiendo bendiciones espirituales en nuestra vida. Y aquí, hermanos, en el libro de Juan, en el capítulo 15, vamos a ir leyendo verso por verso, Dios nos dice lo que tenemos que hacer. En esta mañana, Vamos a ver cuál es la clave para fructificar. Y espero hermanos que no se les vaya a olvidar cuál va a ser la clave para fructificar. Que eso, de este mensaje por lo menos le quede cuál es la clave para fructificar. Por lo menos, eso espero hermanos. Antes de ver la clave hermanos, vamos a ver dos verdades espirituales. que cada hijo de Dios, que cada hija de Dios debe saber. Vamos a ver dos verdades espirituales. Y la primera verdad espiritual la encontramos en el versículo 1. Dice, yo soy la vid verdadera y mi padre es el labrador. Yo soy la vid verdadera y mi padre es el labrador. Esa es una verdad que tenemos que tener bien clara, pero no solamente, oigan bien hermanos, dice Nuestro Señor Jesucristo, yo soy la vid, pero le hace una aclaración, que dice después, yo soy la vid verdadera. ¿Por qué Nuestro Señor Jesucristo hace aclaración, yo soy la vid verdadera? Se ha puesto a pensar, porque Él dice, yo soy la vid verdadera, porque hay muchas vides falsas, hay muchas vides falsas, Y ¿cuáles son esas vidas falsas? Las religiones, la filosofía, esa filosofía de la nueva era. Mente positiva, tú todo lo puedes, concéntrate. Hacemos eso. Muchos pensamos que es mentira, pero es verdad. Esa filosofía nos meten. Si realmente no estamos bien fundados en la Palabra de Dios, lo vamos a creer. Mente positiva, tú todo lo puedes. Pero déjame decirte, hermano, que por mucha mente positiva que tú tengas, déjame decirte, estimado amigo, que por mucha mente positiva que tú tengas, tú no vas a ser salvo. Tú no vas a arreglar tu hogar, tú no vas a arreglar tu familia, tú no vas a arreglar tus hijos. Quien lo único que lo puede arreglar es aquel que dijo en Filipe 4-6. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Si estamos en la vida verdadera, sí podríamos solucionar estos problemas. Si estamos en la vida verdadera, sí podríamos. Ellos, estas vidas nos ofrecen tantas cosas. Pero son cosas que sólo Cristo Jesús las puede cumplir. Sólo en Él. las podemos cumplir, hermano. Entonces, tenemos que entender, hermano, como les dije, que como hijos de Dios, si estamos en Cristo, estamos en la vid verdadera. Porque hay muchas, muchas vides falsas, que lo que no pueden dar, solo ofrecen lo que solo Cristo puede dar. ofrecen el cielo, pero no te enseñan el camino. Porque Cristo dijo, yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí. Él es el único camino. ¿Cuántas veces cuando estábamos en nuestros países o los que viven aquí, que no éramos cristianos, estábamos en la religión actual, en la religión, la católica? recibíamos clases, íbamos así y nos enseñaban a través de folletos, mira el cielo, mira aquí, mira Calles de Oro, mira Los Alpes, mira el Huerto del Edén, mira aquí, me enseñaban tantas cosas y yo no quedaba. Así. Muchas veces nos enseñaron, pero nunca, realmente, que yo sepa, a mí nunca me dijeron cuál era el camino para llegar allí. Cuál era el camino, y hay muchas religiones, que te enseñan tantas cosas, pero realmente no te enseñan cuál es el verdadero camino, porque ese verdadero camino sólo es Cristo, Jesús. Hermanos, dice ahí en el versículo 2, la primer verdad espiritual que vamos a encontrar es que el Padre espera fruto de ti y de mí. La primera verdad espiritual es que nuestro Padre Celestial espera fruto de ti y de mí. ¿Y por qué espera fruto de ti y de mí? Porque estamos en la vida verdadera, que es Cristo Jesús. Porque estamos en la vida verdadera. Si nuestro Señor Jesucristo dijo que era la vida verdadera, es porque hay, como les dije, otra vida falsa. Tenemos que comprender que si Jesús dijo que Él era la vid, la vid, la planta de la uva, la planta que da la uva para qué? Si les digo, ya sé que van a contestar rápido. Todos, no van a decir, sino que todo el mundo va a decir vino. Es lo primero que se viene a la mente y es verdad, pero la vid es la planta de la fruta, la fruta que da la vid. Y si estamos, si permanecemos, si estamos en la vid, Él nos da, nos nutre. Él nos da todo lo necesario para que usted y yo fructifiquemos. Pero eso es si estamos unidos a la vida. Separados de Él no podemos hacer absolutamente nada. Pero también tenemos que saber la primera verdad espiritual es que si estamos en la vida, el Padre que es el Labrador está esperando frutos de ti y de mí. Santiago 5, 7. Santiago 5, 7. Nos dice la Palabra de Dios. Pues, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el hablador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando, dice, con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía. esperando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y tardía. Nuestro Padre está esperando frutos de usted y de mí. Si todavía no hemos empezado a fructificar, Él está esperando. Estamos a tiempo de darle a nuestro Señor los frutos que Él espera. Si ya tenemos los frutos del Espíritu Santo, tenemos todo para fructificar. Tenemos todo para darle a nuestro Padre La segunda verdad espiritual, hermana, la encontramos ahí en el versículo dos, uno y dos, la segunda verdad espiritual. En el uno dice, en el dos dice, todo pámpano que en mí no lleva fruto le quitará y todo aquel que lleva fruto le limpiará, ¿para qué? Para que lleve más fruto. Si miramos en el verso, empezamos, que no lleva fruto, ahí dice para que lleve más frutos, más adelante dice para que lleve mucho más fruto. Si estamos en la vid, Vamos a llevar muchos frutos. Muchos. Pero debemos estar en la vida verdadera. Dice, todo pamplo que en mí no lleva fruto le quitará y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve más fruto. Todo aquel... Hermano, si usted está llevando frutos para Dios, gracias a Dios. Gloria a Dios porque usted está llevando frutos para Dios. Dice que lo va a limpiar más. ¿Para qué? Para que lleve más frutos. Si usted o yo no estamos llevando frutos para Dios, dice que Él nos quitará. Es una... Es Dios quien se va a encargar de trabajar en nosotros si no estamos llevando los frutos que Él quiere. No es la iglesia, no es el pastor, no es nadie. Es Dios quien se va a encargar de trabajar en nuestra vida si no estamos llevando los frutos. Pero si estamos llevando frutos, Él va a limpiarnos más. Para que llevemos, dice, más frutos. Yo le pregunto en esta mañana, hermanos, ¿cuántos quieren llevar frutos para Dios? Les vuelvo a preguntar, ¿cuántos quieren llevar más frutos para Dios? Pero déjenme decirles una cosa. Si ustedes y yo queremos llevar más frutos para Dios, Dios nos va a limpiar. Nos va a limpiar más para que llevemos frutos. Pero déjenme decirles que en ese tratamiento, esa limpieza que Él va a hacer en nuestras vidas para que llevemos frutos, a veces duele, hermanos. A veces duele. porque tal vez va a haber cosas dentro de nosotros. Que le digamos al Señor, sabe que vas a limpiarme, pero esto no. Deja este poquito de monte aquí, de tierra, no quiero que esto lo quites, no. No es así. Si queremos llevar más frutos, Él va a sacar de nosotros todo lo malo. Si estamos llevando frutos, va a seguir limpiándonos para que llevemos más frutos para su honra y para su gloria. Y el que no está llevando, Dios va a trabajar con él. el que no está llevando, Dios va a trabajar de él. Sabemos que la vid tiene que ser fructífera, tiene que ser podada, tiene que ser limpiada para que siempre produzca buenos frutos y no de frutos agrios, silvestres. Jesús nos dice que teniendo todo lo necesario para fructificar, el que no da frutos dice que el padre, el labrador, va a trabajar, le quitará y dice que será echado fuera. No esperemos. que Dios haga algo en nuestras vidas por no querer fructificar. El único que puede quitar también, Dios es el único que puede hacer en nosotros algo que nos desagrade a nuestra vida. ¿Cuántas veces hemos visto, hermanos, cuántas veces se ha visto, cristianos, que no estamos dando frutos? ¿Cuántas veces no damos frutos? Estamos conformes con lo que estamos haciendo. Pero el servicio a Dios es llevar muchos frutos. El Señor se va a encargar de usted y de mí. Si usted está llevando frutos, gloria a Dios. Si usted no está llevando frutos, si yo no estoy llevando frutos, Dios va a trabajar conmigo. Dios va a trabajar con usted. Ahora vamos a ver la clave para fructificar. Miramos dos verdades espirituales. La primera verdad espiritual es que el Labrador, el Padre espera frutos de usted y de mí. El Padre espera frutos de usted y de mí. La segunda verdad es de que si usted está llevando frutos, yo lo voy a limpiar. Si usted no está llevando frutos, yo voy a trabajar con usted. La segunda verdad es que el Padre no es indiferente. No es indiferente ni con los que llevan fruto, ni con los que no llevan fruto. Él va a trabajar en nuestras vidas. Pero la clave para fructificar, hermanos, la podemos encontrar también en el 4 y en el 5, ahí mismo, en el 4 y en el 5 de Juan 15. Dice, estado en mí y yo en vosotros, como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo si no tuviera en la vid, así ni vosotros si no estuvieras en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos. El que está en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. Hacemos la vuelta al versículo y dice, sin mí nada podéis hacer. Pero si le damos vuelta, con Cristo, ¿qué no podemos hacer, hermano? Con Cristo, ¿qué no podemos hacer? Separado de Él, muy claro dice, no podemos hacer absolutamente nada, pero con Él lo podemos hacer todo. sólo debemos de confiar en Él. Así como es imposible que una rama que sea cortada del árbol, es imposible que dé frutos, así es imposible que un cristiano, que cada uno es otro, separados de Dios, demos frutos, alejados de Dios, usted y yo, no podemos dar frutos. Si queremos llevar frutos, debemos estar apegados. a Dios. Debemos estar apegados a Dios porque Él lo dice, permaneced en mí. Y es una decisión que cada uno como cristiano debemos de tomar, dice permanecer. En la versión del 60 dice el que permanece en mí. Aquí en la antigua versión dice, estad en mí y yo en vosotros. En el 7 nos dice, si estuvieras en mí, Y mis palabras estuvieran en vosotros, pedid todo lo que quisierais al Padre y será hecho. En la versión 360 dice permaneced. Debemos permanecer en la vida. Pero, ¿qué es permaneced? Literalmente, permaneced significa mantenerse sin cambio en un mismo lugar. Mantener, permanecer significa mantenerse sin cambio en un mismo lugar hermanos y amigos o hermanos y el que lo trajo, lo invitó a la iglesia y ya no viene ¿qué tiene que hacer usted? Continuar maestro de la escuela dominical o líder de la iglesia tienes que continuar en la obra del señor tenemos que permanecer en la obra del señor si alguien, si mi esposa no quiere venir ¿qué tengo que hacer yo? Si mis hijos no quieren venir, ¿qué tengo que hacer yo? Permanecer. Si quiero llevar frutos para Dios, debemos permanecer en Él. Eso es todo, hermanos. Debemos de permanecer en Él. Como le dije, permanecer es mantenerse sin cambios en un lugar. Aunque todas las situaciones difíciles vengan a lo alrededor, debemos de seguir. Tenemos que seguir adelante, no tenemos que cambiar, tenemos que ser firmes a lo que Él nos manda. Permanecer en Cristo nos abre la puerta, hermano, de muchas bendiciones en nuestra vida. No le estoy dando un mensaje de motivación, no, no, no, estoy dándole un mensaje de fe. No van a decir, hermano Raúl, sí, hay mensajes que nos motivan a seguir adelante, pero yo no quiero que vayan a decir que el hermano Raúl dijo que si permanecemos en Cristo tenemos muchas bendiciones. No, Dios nos va a bendecir a su manera. Dios nos va a bendecir a su manera. No estemos pensando, si Dios quiere darlo, como le dije la semana pasada, un carro, una casa nueva, Él lo va a hacer a su manera, pero no son bendiciones. Las bendiciones espirituales son las que nosotros debemos desear en nuestras vidas. Lo demás dice que Él lo va a proveer. Él se va a encargar de proveer todo a nuestras vidas. Lo de nosotros es permanecer. Es la misión de nosotros permanecer en Él. ¿Con qué corazón? venimos esta mañana a nosotros en la iglesia. Venimos con un corazón de que Dios nos hable, que Dios toque nuestras vidas. Y esta mañana, hermanos, si Dios te ha hablado, yo espero que permanezcas, que permanezcamos en él. Nosotros, hermanos, tenemos un problema. Nosotros los cristianos tenemos un problema, hermanos, un poco grande. Como dije, que permanecer literalmente significa mantenerse cambio, sin cambio, sin ningún lugar, pero ¿qué significa espiritualmente? Permanecer. ¿Qué significa espiritualmente, bíblicamente, permanecer? Vamos a 1 Corintios 15, 58. 1 Corintios 15, 58. En 1 Corintios 15, 58, la palabra de Dios nos dice Así que, hermanos, hermanos, está hablándole a hermanos, está hablándole a la iglesia Así que, hermanos míos, amados, dice, están firmes y constantes Están firmes y constantes creciendo en la obra del Señor siempre firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. Amén. El trabajo en el Señor no es en vano. Hermanos, lo que hagamos para Él, Él no se queda con lo que nosotros hagamos para Él. Él nos devuelve y nos devuelve más de lo que ustedes y yo merecemos. Nos devuelve más de lo que ustedes y yo merecemos. Pero como les dije, a veces nosotros los cristianos Tenemos un problema un poco grande. Dije un poco grande, puede ser más grande. ¿Saben cuál es el problema, hermanos? Que nosotros queremos trabajar para el mundo y cobrarle el salario a Dios. Queremos trabajar para el mundo y cobrarle el salario a Dios. ¿Qué significa? Queremos todo lo del mundo, queremos disfrutar la mundanidad, queremos andar aquí, queremos andar en todo esto, lo que el mundo ofrece. pero queremos las bendiciones de Dios. Eso no es así. O como dijo el hermano Pizarro, somos o no somos. Queremos fructificar, Dios nos va a limpiar. Si no estás fructificando, Dios va a trabajar contigo. Si estamos fructificando, Él va a trabajar en nuestras vidas. ¿Para qué? Para que llevemos más frutos. Para que llevemos más frutos. Estimado amigo que en esta mañana nos está visitando, damos las gracias, pero tú también un día puedes llegar a tener los frutos del Espíritu en tu vida. Tú también un día puedes llegar a tener la salvación, pero esa salvación solo la da el que dijo en Juan 146, yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie Nadie viene al Padre si no es por mí. Déjame decirte, estimado amigo, que esta mañana vamos a hacer un pequeño dos minutos paseo. Es paseo por el infierno. Porque quiero que sepa que el que va al infierno, el que muere y va al infierno, no sale, no regresa más, se queda ahí. Pero a través de la Biblia, sí, podemos mirar. ver un paseo para que te des cuenta, estimado amigo, cómo es el infierno. Cómo es el infierno. Y eso lo podemos ver a través de la historia de Rico y Lázaro. Dice la palabra de Dios que es una historia porque dice nombre. Dice nombre. Pero no dice el nombre. Algo interesante que no dice el nombre del rico. Sólo dice el nombre de Lázaro. Dice que Lázaro murió, dice, y fue al cielo. Los ángeles lo llevaron al cielo. Y el rico murió, ¿y fue a dónde? Al Hades, al infierno. Y ahí fue el lugar de tormentos. Nos dice la Biblia que cuando él murió, él le habló al padre Abraham y le dijo, padre, manda a Lázaro, que habla a mi familia, Le dijo, tengo sed, me estoy quemando en este lugar de tormentos. No esperes llegar a ese lugar. No esperes que la muerte toque a nuestra puerta. Mañana puede ser demasiado tarde. No pensemos que estamos muy jóvenes para eso. No pensemos que solo los ancianos o los enfermos van a morir, no, la muerte. no tiene acepción de personas. Y si tú estás en esta mañana aquí es porque Cristo te ha dado la oportunidad, porque Cristo quiere darte la salvación que sólo Él la puede dar. Termino con esta ilustración. Cierta vez un joven subámbolo mandó al mercado a buscar una compra, pero de repente El siervo llegó donde el amo corriendo asustado y le digo por favor dame el caballo más veloz que tenga porque tengo que irme para Samarkanda. Esta noche tengo que irme a Samarkanda. Pero le dice, pero ¿qué te pasa? ¿Por qué vienes así? Le dice el amo. Porque en el mercado, le dice, me encontré la muerte y me hizo unas amenazas. El amo le dio el caballo más veloz y el siervo se fue. Al poco rato, el amo bajó al mercado, fue al mercado y encontró a la muerte. Encontró a la muerte. Y le dice el siervo a la muerte, ¿por qué esta mañana tú asustaste a mi siervo? Y la muerte le contestó, no lo asusté, solo me extrañé de verlo esta mañana aquí, porque tengo entendido que esta noche tenemos una cita en Zamarcanda. hermano de la muerte, nadie se escapa. Cuando nos toca, nos toca. Él iba huyendo para Samarcanda, pero la muerte lo iba a estar esperando en Samarcanda. Así es, mi amigo, no pienses. Es lo único seguro que tenemos. Cristo murió por ti, Cristo murió por mí. Este es el día aceptable, hoy es el día de salvación. No esperes para el día de mañana, porque el día de mañana puede ser muy tarde. Cristo te ama, pero así como te ama, si tú mueres sin Cristo, desgraciadamente, vas al infierno. Padre, gracias. Gracias, Señor, por este pequeño mensaje. Gracias por tus palabras. Te pedimos, Padre, que nos ayudes a ponerla por práctica. Te pedimos que nos enseñes a fructificar, que nos enseñes a llevar frutos para ti. Padre, por esas almas, esas amistades que en esta mañana se encuentran aquí, Señor, reunidas, te suplico por ellos que tú les des una oportunidad, que ellos puedan reconocer, oh Padre, que un día estaremos ante tu presencia, que un día, oh Señor, no estaremos en este mundo, pero si morimos contigo, Señor, qué felicidad sería. Pero si morimos sin reconocerte como nuestro único y suficiente Salvador, Padre, sería lo más triste de nuestras vidas, así como ese rico estaba en el infierno, Tú todavía estás salvando almas, Señor. Hermanos, si en esta mañana Dios le ha hablado, no esperemos el día de mañana para fructificar. Hoy es el día. Podemos empezar a llevarle frutos al Señor. Hoy es el día que usted y yo podemos hacer todo lo agradable para nuestro Dios. El altar está abierto. Si tú quieres pasar, puedes hacerlo con toda confianza. Si tú quieres pedir al Señor que te cambie, que te ayude a llevar más frutos para Él, frutos dignos de arrepentimiento, puedes pasar enfrente. Puedes pasar enfrente y darle gracias a Dios porque hasta este momento Él te ha bendecido, hasta este momento Él te ha ayudado. No esperemos, no esperemos que Dios nos vaya a limpiar a su manera. démosle gracias y digamos, Dios mío, límpiame para llevar más frutos para ti estamos a tiempo de llevar frutos para Dios estimado amigo, ¿cuál es tu decisión en esta mañana? ¿quieres rechazar a Cristo o le quieres aceptar ahí donde estás? únicamente levanta tu mano y dile Señor, yo te acepto como mi único y suficiente Salvador yo quiero que salve mi vida, Padre ahí donde estás tú puedes hacerlo Él te ha dado la oportunidad para que tú tengas una oportunidad más de entregarle tu corazón. No dejes escapar esta oportunidad. Acepta hoy la salvación de Dios. Hoy es el día aceptable. Hoy es el día de salvación. Hoy es el día de salvación. No hay nadie más. No hay nadie que quiera pasar a pedirle a nuestro Dios para que nos limpie. Dios es grande. Gracias a Dios por su amor, hermanos. Tenemos todo para fructificar. Tenemos todo para darle a Dios. Solo es de que nosotros nos pongamos en las manos de Dios. Y qué grandes maravillas se la va a hacer en nuestras vidas. si nos ponemos en sus manos. Gracias, Señor. Gracias, Padre, por este momento. Gracias por tu palabra. Te pido que nos ayudes hoy y siempre a llevar frutos para ti, Señor, y que los frutos del Espíritu mueren en nosotros para que podamos testificarle a otros y decirles que sólo en ti encontramos la salvación de nuestras almas. Y a nosotros, Señor, ayúdanos a hablarles a aquellos que no te conocen de Cristo. Gracias por tu amor. Gracias por tu misericordia. Y es en el bendito nombre de Cristo Jesús, tu Hijo amado, que pido estas cosas. Amén.
Es Tiempo Para Fructificar
Sermon ID | 1111181154188 |
Duration | 56:37 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Language | Spanish |
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