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Mateo 15, del versículo 21 al 28, la fe que vence. Aquí encontramos la primera conversa gentil, mejor dicho, la primera conversa gentil, porque es una mujer. El Señor Jesús ha estado trabajando allí en Israel. Recuerden Mateo 9, que incluso dijo a los apóstoles, Ustedes deben ir a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Eso era la tarea de los apóstoles. Primero a Israel fue la palabra a los judíos, luego a los griegos. Pero allí el Señor miró que los israelitas le estaban rechazando Dice en Juan 1.11 que el vino los suyos, y los suyos no le recibieron, mejor traducido, el vino los suyos, a su tierra, a su nación, a todo lo que es suyo, porque es creador de todo, de los suyos, su pueblo, le rechazaron, más de todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Así que encontramos aquí que el Señor tiene que salir de Israel para un descanso. Pero allí, dice en versículo 21, está en Tiro y Sidón, al noroeste de Israel, y allí, en Tiro y Sidón, encuentra una mujer que está buscándole a él. Es una gentil, así que, como ella cree en el Señor Jesús, es como la primera conversa, es el primer viaje misionero, podemos decir, del Señor Jesús saliendo de Israel. Pero tenemos que recordar las circunstancias aquí de esto. Desde el capítulo 13 al final, encontramos allí Cristo en Nazaret. Leemos eso la semana pasada que en Nazaret, versículo 57, se escandalizaban de Él, Y Jesús dijo, no hay profeta sin hombra, sino en su propio país, en su propio pueblo. Así que el Señor Jesús ya acabó de ser rechazado de su familia, de su gente. Bastante desanimador esto. Y entonces, Él sale de esa región porque el Señor no puede, dice en versículo 58, Mateo 13, 51, allí no pudo hacer muchos milagros por causa de la incredulidad de ellos. Muchas veces nos quejamos. No veo Dios obrar mucho en mi vida por causa de la incredulidad de ellos. Por menos fe que tenemos, por más falta de fe, menos milagros hace Dios. Menos oraciones contesta el Señor. Es la oración de fe, dice Santiago 5. La oración de fe que sana al enfermo. El Señor dice, todo lo que pide creyendo, Él lo hará. Y eso es lo que es el secreto de ver milagros en nuestras vidas, las contestaciones de las oraciones. Es el secreto de tener tu vida cambiada. Cree en el Señor Jesucristo. Serás salvo. Confía en el Señor Jesús. Pero los que no tienen mucha fe, tampoco miren muchos milagros. Viven una vida un poco triste y desesperado, ay, desangustiado, y todo porque no están confiando en el Señor para hacer las cosas que Dios quería hacer para su honra y gloria. Luego encontramos que el Señor sale de allí, en capítulo 14, Ya después de la tristeza de ver su nación rechazarle, su pueblo, su ciudad, su gente rechazarle, ¿qué es lo que encuentra en capítulo 14, en los primeros versículos? Herodes está matando a su primo, Juano Bautista. Allí podemos decir, aunque Cristo es el lucero de la mañana, en un sentido, Juano Bautista era el lucero de la mañana, notando la venida del sol de justicia, según Malacías 4. Y así Cristo, como el sol que traería luz de día a toda la tierra, Juano Bautista anunciando, ya viene el día, y está apuntando aquí el Cordero de Dios. Este Juano Bautista, que yo era su precursor, Pero a la vez, su primo, su primo hermano, seguro que habían jugado juntos, como dije la otra semana, allí en su niñez. Y así en la muerte de Juana Bautista, especialmente escuchando cómo murió, decapitado, allí en la prisión, entregando su cabeza en un plato de plata para después de un baile de una mujer inmoral para un rey, inmoral, El Señor Jesús cómo no va a sentirse bien triste, bien angustiado. La gente de su pueblo le rechaza y ahora ya le han matado el precursor de Cristo, simbolizando que quieren matarle a Él. Y entonces el ciclo 13 de Mateo 14 dice, oyéndolo Jesús se apartó de allí en una barca a un lugar desierto. Ya tenía necesidad de estar a solas con Dios, su Padre. Pero allí encontramos que él estando allí, la multitud le sigue, y Cristo ya angustiado por su gente rechazándole, entristecido con la muerte de su primo, y ahora, ¿qué pasa aquí? Mucha gente siguiéndole, apretándole, ¿y qué hace el Señor Jesús? Enseña todo el día, sana, cura las enfermedades, Y entonces llega la tarde y allí está dando pan a cinco mil hombres y las mujeres y los niños. El Señor nunca se canta de escuchar nuestras oraciones. Nunca se fastidia de ayudarnos. Él, aunque nosotros nos cansamos, a veces nosotros no queremos estar con la gente. El Señor quiere estar a solas con su Padre. Él siempre tiene tiempo para escuchar la oración de un pecador que le acerca, para dar pan y pescado a los que necesitan algo. El Señor siempre tiene esa compasión. Pero allí después, en versículo 21, 22, 23, despedida la multitud, ya quería finalmente estar a solas otra vez con su padre. Así que despide los apóstoles como discípulos, como hablamos la semana pasada, por muchas razones. para que ellos no se pongan orgullosos de querer ser hechos príncipes, porque la gente quería poderarse de Cristo, y ser rey, y ellos serían príncipes. Y Él dijo, ustedes vayan de aquí, no tienen que tener orgullo. Pero el Señor también ya había querido estar a solas, y al final ya fue al monte para estar a solas. pero en una noche de frío, de tempestad, de lluvia, de viento. Allí estaba posiblemente calmado mucho de la noche, pero ya rápido por las colinas alrededor del lago de Genéferes, donde estaban, ya llegó una tempestad sobre esas colinas, y enturbó el mar, y Cristo en el monte, ellos en el mar, y el Señor, ya todavía más cansado que nunca, Van caminando sobre el mar, mirándolos ellos remar. El Señor nunca se fatiga de ayudar a los fatigados. Y así que nosotros, fastigados, el Señor viene para ayudar en los momentos más difíciles de la vida, y Él ve nuestro problema. Y allí está que Él calma el mar, pero ya quiere escapar otra vez un poco más, pero llega al otro lado en el capítulo 14, versículo 35, ¿y qué encuentra? ¿Descanso? No, allí hay otros más enfermos y otros más endemoniados, y él pasa otro día echando fuera demonios, sanando a los enfermos, en compasión a la gente. Ay, pero ya finalmente puede descansar, ¿verdad? No, ya viene el capítulo 15, y ya viene la pelea. Si no es suficiente y todas las batallas que ya ha tenido vienen los fariseos para pelear contra él porque el Señor quería enseñar a los discípulos en las lecciones y ya les dejó así a comer sin lavar las manos después de cada plato de comida en una ceremonia religiosa. Y el Señor está diciendo, mira, ceremonias religiosas no lavan las manos, no lavan el corazón. El hecho es que el Señor hace esto por su Espíritu Santo, y quería enseñarles a los discípulos esto, y enseñar a todos alrededor. Pero en esta lección sólo recibe crítica de los fariseos, y Él tiene que volver a ellos en capítulo 15, versículos 3 y 4, y decir, mira, Ustedes son hipócritas, quebrantan el mandamiento de Dios por medio de sus tradiciones. Y así es que el Señor Jesús aquí entonces está otra vez en una batalla con ellos. Y aquí encontramos que el Señor tiene que enseñar a los discípulos la necesidad de guardar el corazón, porque de allí surge el pecado, el orgullo, la envidia, y cuidar eso más que las ceremonias religiosas que no contaminan el alma tanto. Pero entonces ya finalmente el Señor dice, mira, aquí ya nos están rechazando en mi pueblo, ya están prefiriendo esa tradición más que la palabra de Dios, me quieren hasta matar aquí, ya estoy sanando, estoy cansado, pero... No hace falta unas vacaciones. He tratado de ir en un barco, he tratado de ir en el monte y nada funciona. Vamos a salir de la tierra de Israel para encontrar un lugar de vacaciones allí al lado del mar, en la playa de Tiro y Sidon, un poco al norte de Filistea. Interesante este lugar, Tiro y Sidón. Estudia esto. Busca Tiro en la Biblia o Sidón en la Biblia en una concordancia del Antiguo Testamento. Y allí va a ver que un día en Ezequiel 28, quería hablar del diablo, y con el orgullo del diablo, y dice usted, príncipe de Tiro, ¿verdad? El hecho es que era una región entregado al diablo allí, entregado a idolatría, montones, y más ya en el tiempo de Roma, después de Grecia, con todos los ídolos de la mitología que estaba por allí en aquellos días. Y allí encontramos que saliendo Jesús de allí, ¿Dónde está allí? El lugar supuestamente de fe, pero no, era el lugar de religión. Y fue allí el tiro donde encontraría una mujer que tenía fe. El Señor quería salir del lugar de religión para ir a un lugar de fe. El Señor no está en las grandes religiones de esta tierra, Hay muchas iglesias mucho más grandes que esta iglesia, pero no predican mucho la palabra de Dios y Cristo no está allí. Él sale de esta iglesia, sale de estos lugares para ir donde hay un corazón de fe, gente sencilla buscándole a Él para su honra y para su gloria. Aquí encontramos que el Señor sale donde hay una mujer con corazón tierno, corazón fiel, corazón confiado en Él. Y Él sabe de toda la nación que le está rechazando, aunque ellos supuestamente son los religiosos de la tierra, con su religión de Israel, de los judíos. Y allí no está. Va con el lugar de fe. Muchas veces les he hablado en España, de Navidad cuando tienen sus velenes allí y entonces con potencia en una iglesia católica enrota había un escaparate con su velena adentro, sus imágenes de la posada y encontré eso interesante que adentro tenía como una pequeña estatua del local, del templo de los católicos allí mismo Y allí afuera estaba Jesús, bueno no Jesús todavía, pero José María en pequeña estatua sobre un burro y tocando la puerta como saliendo sacerdote de esa imagen, una pequeña estatua del sacerdote como masonero, diciendo no, no, no hay lugar en el mesón aquí, como que no hay lugar para Jesús en esa iglesia. Ellos no miraron el simbolismo de lo que estaban haciendo. Pero siempre me quedó bien grabado, ¿verdad?, que en muchas religiones hay lugar para grandes programas y mucha música y buena predicación, pero parece que no hay lugar para Jesús en muchas iglesias, en muchas religiones. Y Cristo sale del lugar de religión. para ir donde hay un poco de fe. ¿No tienes tú la fe? ¿No quieres tú tener la fe que puede invitar a Cristo a entrar en tu vida, en tu corazón, en tu barca, en tu familia? Eso es donde está Cristo, en la barca donde hay fe, en la vida, en la familia donde hay fe. Pero aquí encontramos que el que quiere encontrar al Señor, le encontrará. Encontramos en Marcos 7, 24 que indica que Cristo quería apartarse allí en una casa, pero no pudo esconderse porque realmente no quería esconderse. El Señor, a lo mejor, no se hace evidente. No le podemos mirar y tocar en la carne. Pero el que quiere encontrar a Cristo, le encontrará. Si él hizo un saqueo, Vas a subir a un árbol y el Señor sabe que tú te llamas aquello que estás en un árbol y donde estás. Si eres una mujer con flujo de sangre en medio de una gran gente de mucho pueblo, y tú tienes fe para tocar hasta el borde de su manto, el Señor te conoce a ti y dice, ¿Quién me tocó? Y le va a sanar, le va a fortalecer. El que va a encontrar, quien va a encontrar a Cristo, le encontrará. Nunca hay excusa. Oh, donde está Dios, dijeron los rusos. Y allí cuando salió el Sputnik, los primeros astronautas, cosmo...tonautos, no me acuerdo como lo llamaron allí, con Rusia, para el aire, ni circularon a la Tierra, pero subieron y bajaron. Y cuando estaba allí encima, uno Agnóstico ateo dijo, mira aquí estoy sin la tierra, en el espacio, y no veo ningún Dios aquí, seguro que Dios no existe, y se bajó a la tierra. El hecho es que, que necio es eso, que no quiere buscar a Dios en su corazón porque el Señor dice, hay que subir al cielo, Romanos 10, hay que subir al cielo para encontrar a Dios, hay que bajarse al infierno para encontrar a Dios, No, Dios está cerca, en nuestros corazones, en nuestras almas. Él está hablando a tu mente, a tu corazón, esta mañana, como cada día, para decir, cree en el Señor Jesucristo, serás salvo. Confía en mí, y yo cuidaré de ti. Echa tus cuidados a mí, pues yo cuido de ti. El Señor está siempre al lado. Él es el paracleto. Él que llama al lado de uno, viene al lado de uno que le puede llamar y allí está para ser tu ayudante, tu consolador, tu ayuda. Este gran paracleto está cerca de nosotros. Esta mujer quería encontrar a Cristo. Y Cristo fue a Tiro y Sidón y parece que estaba en la casa, pero seguro que Él tenía en su mente que había una mujer allí que estaba buscándole. Y el Señor aparece en sentido de fe, no en visión, no aparece siempre físicamente, pero en este caso físicamente apareció a la mujer para que ella pudiera creer en Él y ver su mano en su vida. El Señor siempre está buscando a Dan. ¿Dónde estás tú, Adán? ¿Dónde estás? ¡Desde el huerto de Edén! Cuando los hombres pecan y se alejan de Dios, Dios está buscándonos. Desde caridad pasado, cuantos como la niña perdida en el bosque, dice después de una noche de frío, escucha la voz de su papá, que toda la noche ha estado circulando en el bosque, hija, ¿dónde estás? Y al final, la hija dice, papi, es tu voz, papi. Y el papá viene, le agarra, y la niña dice, papi, te encontré, papi, te encontré. El Señor está buscándonos y un día aceptamos al Señor Jesús. Creemos que servir a Cristo es la mejor vida posible. Y decimos, ¡Le hallé! ¡Hallé a Cristo! ¿Quién halló a quién? ¿Dios buscándome a mí o yo buscando a Dios? Dicen Romanos 3. Nadie le busca. Y así es que no le buscamos de corazón. Pero el Señor pone en nuestros corazones al deseo de buscarle. Y los que respondan al movimiento del Espíritu Santo en su corazón, Dios le halla a él, como nos ha estado buscando. Cada sermón es Dios buscándote a ti, para que tú sirvas al Señor. Cada vez que lees la Biblia, cada vez que te levantas en un día, y Dios le da nuevo aire en tus pulmones, y nueva luz en tus ojos, eso es Dios diciendo te amo. Te doy fuerza, búsqueme, yo estoy buscándote a ti. Cada vez que Dios nos provee comida para comer, es Dios buscándonos y diciéndote amo, búsqueme a mí, porque yo te busco a ti. Aquí encontramos que el que quiere encontrar al Señor le encontrará, porque no se esconde, más bien está buscándonos a cada uno de nosotros para la gloria del Señor. Y eso es lo que encontramos entonces acerca de la fe que vence. Primero es la búsqueda de la fe. El que tiene fe, primero lo demuestra en buscarle al Señor con el movimiento del Señor en su corazón. En el siglo XXII, XXI, dice Jesús salió de allí, fue la región de Tiro y Sidón, un lugar pagano, pero donde había fe en una mujer. Y el Señor va al lugar de fe en ese sentido. Versículo 22. He aquí una mujer cananea. Había salido de aquella región. Porque salió de la región buscando a Jesús, buscando cura. No había curanderos, no había hechiceros. ¿No había ídolos? ¿No había religión? ¿No había médicos por allí? ¿No había maestros y educadores por allí para orientarla y consejeros para ayudarla? Claro que había muchos, pero... Parece que ninguno pudo ayudarla en su necesidad de una hija endemoniada. Ninguno podía dar paz a su alma y gozo a su corazón, y así que esta mujer viene con una búsqueda sincera del Señor saliendo de aquella región. Sabes, si quieres encontrar al Señor Jesús, tienes que salir de un lugar de pecado. En una religión, en un lugar de pecado. Muchas veces tienes que salir de tu religión, no tener fe en tu religión. Tener fe solo en Cristo. Muchas veces, yo nunca dejé mi religión. Entonces nunca encontrarán a Cristo si no ponen la fe en Cristo en vez de su religión. Pero yo tengo ciertas cosas que no puedo dejar en mi vida para seguir a Cristo. Entonces nunca vas a encontrar a Cristo. Saliendo de esa religión. es cuando ya pudo buscar al Señor con sinceridad, y entonces encontramos que ella clamaba, diciendo, Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí, mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Es interesante que ella diga esto, Señor Hijo de David, es un par de cosas que demuestra Uno que esta mujer de alguna manera sabía la Escritura, sabía las promesas de Dios que era un hijo de David que iba a venir, pero hijo de David. Esta región está un poco al norte de Filistea. En Filistea había una estatua de Adon que, estilo de Pérez, que se cayó un día delante del Arco del Señor. En Filistea había cierto gigante, Goliat, y era cierto niño, David, quien mató a Goliat, el héroe de los Filisteos. ¿Quién de esa región iba a adorar a David? y el hijo de David. Hacía falta mucha humillación, mucha fe, para tener todas esas cosas de Felicidad y para arriba adquirir la honestidad, para someterse al hijo de David, Tenía que ser una mujer que había escuchado algo de la Palabra de Dios para usar palabras como misericordia y para saber el título de Jesús como hijo de David, que nacería en Belén. ¡Hijo de David! ¡Señor! Se somete a Él como su Señor. Ten misericordia de mí. Mi hija es gravemente atormentada de un demonio. ¿Qué es lo que nos hace buscar al Señor? Salir de la región de religión, la región de religión, y la región de pecado. ¿Qué le debe inspirar? Una gran necesidad, una gran prueba, especialmente cuando toca tu familia. Yo no sé por qué, pero la mayoría de nosotros, si llegamos a conocer al Señor de adultos, Es porque algo pasó en la familia que nos hizo buscar al Señor. El hecho es que cuando algo toca la familia, eso toca nuestro corazón muy de cerca. Y aquí una mujer bien preocupada por su hija llena del diablo. Y a veces nos preguntamos con nuestros hijos, ¿verdad? Como nuestros padres se preguntaron de nosotros si no estábamos llenos del diablo algunos días, ¿verdad? Pero aquí encontramos que ella de verdad estaba llena del diablo, con su orgullo, con su... Querer comportarse de manera loca con su mundanalidad, yo no sé cómo lo demostró de todo. Si, como el hombre en las tumbas quería desnudarse, a lo mejor caminaba por las playas de Quiroz y Zidón en un bikini. Y eso tiene que ser una persona vestida de... lleno de diablo para hacer eso, ¿verdad? Parece aquí. Pero el hecho es que cuando uno se llena del diablo ya muchas cosas caen en su mente y no ve las cosas malas como malas. Dice, no hay nada malo con mal vestirse, no hay nada malo con ir a esos lugares y comportarme en falta de respeto a mis padres, no hay nada malo en eso. Y entonces llaman lo bueno malo y lo malo lo llaman bueno. Y entonces esta muchacha, no sé cómo lo demostró, pero había agonía. Muchas madres, muchos padres de aquí entienden eso, de la agonía que tienen por sus hijos, de pasar días y noches buscando remedio, buscando un cambio en el corazón de sus hijos para que sirvan al Señor. Los hijos no tienen ni idea, ni idea del dolor que está en el corazón de un padre y una madre por un hijo o una hija que no quiere servir a Dios. Un día, si tienen hijos y sus hijos se ponen rebeldes contra usted, usted va a entender el dolor, la agonía. En la muerte de mi mamá, mis hermanas lloraban desconsoladamente porque dijeron, ya entendemos que tenemos hijos rebeldes. Ya entendemos el dolor que causamos al corazón de nuestra madre por nuestra rebeldía, por nuestro rehuso de servirle al Señor. Y esta madre hace cualquier cosa por su hija. Y así asegura que había ido a médicos, a psicólogos, a maestros, y nadie le pudo ayudar porque no hay ayuda fuera de Jesucristo. Él es el gran Yo Soy. Necesitas ayuda, Él es tu ayuda. Pero fuera de Él, No hay esperanza. Pero aquí encontramos la búsqueda de fe con respeto, con una oración bien bonita y planeada. Oh Señor, Hijo de David, ten misericordia en mí, mi hija es claramente... bla, bla, bla, bla, bla, bla. Una oración bien bonita, bien preciosa, bien bíblica, puedo decir. Pero Dios no contesta las oraciones sólo porque son bonitas. solo porque son bien planeadas y son muy preciosas y oraciones de oro. Aquí dice versículo 23, todos juntos la primera parte, pero Jesús no le respondió palabra. ¿Qué va a encontrar tu búsqueda tan sincera de fe muchas veces? El silencio de Dios. Aquí encontramos, después de la búsqueda de fe, tenemos que encontrar la perseverancia de la fe, la petición perseverante de fe contra el silencio de Dios. Note que no hay negación. El Señor no le niega su petición, solamente no lo contesta muy rápido. Quiere ponerle por pruebas primero. probar su fe. Quiere usar a esta mujer para demostrar algo especial a los apóstoles. Sabe que esta mujer puede aguantar una prueba. Y por eso le pone en la prueba. Si Dios le permite una prueba, su versículo de memoria esta semana, 1 Corintios 10, 13, es una prueba humana, pero es una prueba que usted no puede aguantar sin la ayuda de Dios, Pero Dios hará la salida para que podáis aguantar. El Señor sabe cuánto puedes hacer con Su gracia. Él nos pone silencio y pruebas que no podemos aguantar sin la ayuda del Señor. Pero con Su gracia podemos aguantar las pruebas, pero hace falta Su gracia. Pero muchas veces la primera prueba que nos pone es la prueba de silencio. Señor, he llorado ya por todo el día. Señor, ya han pasado semanas. Oh, Señor, ya he llorado por meses. Señor, he llorado por mi hijo, por mi hija, por años. Y todavía es rebelde, Señor. Todavía parece lleno de diablos, Señor. Por favor, Señor, ¿no me oyes? Y la respuesta silencio. ¿Puedes todavía creer? ¿Puedes todavía perseverar y ir adelante contra el silencio de Dios? Lo interpretamos como negación. Dios me ha dicho que no, pero no, no, no ha dicho siempre no. Es que ha dicho, aprende unas lecciones y voy a usarte para enseñar lecciones a los discípulos aquí y otros incrédulos por allí, porque yo sé que tú puedes aguantar con mi gracia, así que ponte en mis manos y que seas un instrumento útil para mí en este caso. Y aquí encontramos entonces, contra el silencio, ella sigue rogando, pero entonces encuentra otro problema. Después del silencio de Dios, el rechazo, o mejor dicho posiblemente aquí, el perjuicio, los perjuicios de los apóstoles, la indiferencia de los apóstoles, versículo 23. Entonces, acercándose a sus discípulos, le rogaron, diciendo, ¡Despídela, pues da vueltas tras nosotros! ¡Hombre, estamos de vacaciones! ¿Ya no querías ir a la barca? ¿La gente no te dejó en paz? ¿Ya no querías subir al monte? ¿Y ya no querías volver al otro lado de la orilla? ¿No querías tú? ¿Y ya teníamos que salir de Israel e ir de vacaciones? Y aquí está la gente molestándome y yo estoy de vacaciones. Y ellos, además, hubieran pensado, pero señor, tú dijiste que teníamos que ir a las ovejas perdidas de Israel y esta es una mujer gentil. No nos interesan los gentiles, es que huelen mal. En España les he relatado de la niñez de Jason, recuerdo, todavía teníamos muchos muchos gitanitos que venían a nuestra iglesia en Rota, España, ¿verdad? Y nunca se bañaban. Siempre niños bien sucios de la calle por allí. Algunos del pueblo dijeron, si tú dejas a esos gitanos ir a tu iglesia, nosotros no vamos. Y dije, mira, la iglesia de Dios está abierta para todo el mundo. Quiero que tú vengas, pero no vamos a rechazar a otros, solo porque los padres no saben bañar a sus hijos. Pero todavía recuerdo las veces que Jason se pondría allí y estaría allí todo el tiempo, ¿verdad? Y después dijimos, Jason, ¿qué le pasa? Y dice, la niña huele mal, papi, no quiero decirle que huele mal. Y así es que a veces ya no tenemos compasión para ciertas personas por cómo huelen. Son gentiles, ¿verdad? Son gente sucia por allí. cuando íbamos a ir para Rota, para Andalucía, primero habíamos vivido en Madrid, y entonces ya cerca de Valencia, dos de los pueblos más conocidos de España, ¿verdad? Y entonces allí alguna mujer de Valencia nos dijo, tú vas para Andalucía, no sabes que en España tenemos los de Valladolid y los de Burgos, que son los primeros, y entonces los de Madrid, luego de Barcelona, luego de de Valencia, pero allí, en nuestro pueblo, los más bajos son los gitanos, y solo un poco encima los gitanos son los andaluces, ¿verdad? Y tú vas a ir allí, vas a trabajar con ellos, y eres el pueblo más amable de la Tierra, salvo por ustedes, los más amables de España. De hecho, es que era gente bien amable. Pero de hecho, es que toda esa semana, en Día del Rey, de toda una mujer andaluz, ¿verdad?, que por 22 años nos han enviado turrones de España, y otra vez mi hija estaba, a ver si vienen los turrones antes de Navidad, ¿verdad?, antes de volver a Bob Jones, y mi esposa dice, no hija, es que... Ya sabe que Isabel ha tenido cáncer y no tiene fuerza para hacer esas cosas y tiene problemas con el divorcio de su hija ahora y con tantas cosas. Ella no va a preocuparse de nosotros. En el mero Día de Reyes aquí viene el paquete, ¿verdad? Con chorrones y polvorones y yo no sé qué de España. Yo no quiero ni tocarlo, ¿verdad? Pero de hecho es porque está bien grasosa. Pero de hecho es que ricas son. Pero el hecho es que allí todavía la gente despreciaba a los andaluces, despreciaba a los gitanos. Y yo veo más razón por amarlos, verdad, con los años. Pero, ¿cuántas veces hay personas que huelen mal a nosotros? Y yo no puedo tratar con esta gente, invitarle a mi casa o a la iglesia o lo que sea. Y aquí encontramos que la gente puede tener perjuicios contra nosotros, indiferencia a nuestras almas. Y nos irritamos y ya no queremos ni hablar con ellos si ellos no quieren hablar con nosotros. Pero la perseverancia de la fe es lo que importa aquí. Después de buscar al Señor hay que perseverar contra silencio contra aquellos perjuicios, contra esa indiferencia de los apóstoles. Pero para nosotros, como discípulos del Señor Jesús, hacemos el camino difícil para llegar a Jesús por causa de nuestro silencio y nuestra indiferencia. Yo me pregunto en el silencio de Cristo, ¿por qué fue silencioso? será de Puebla la mujer, pero yo me pregunto otra cosa. A lo mejor estaban mirando los discípulos de un lado a otro. Como, ¡eh!, sin decirlo, ¡eh, chavalitos! Pide, será hecha, ¿verdad? ¿No me van a pedir por esta mujer? Ya dije en el steakyer, porque él es Dios que escribió la palabra, ¿verdad? Ya dije en este TL, he buscado a un hombre para ponerse en la brecha. Está la mano de Dios acortada para que no pueda salvar. Pero si es pecado de no orar, hay su separación entre ustedes y mí, entre ustedes y Dios. Estoy esperando a un hombre para ponerse en la brecha de oración, para orar. Señor, quédese mujer. Señor, sana la mujer. Creo que Cristo posiblemente en parte fue silencioso, esperando la oración de cristianos. Y creo que Dios quiere salvar más almas hoy en día, pero se queda un poco silencioso esperando tus oraciones y mis oraciones por las almas perdidas para que ellos lleguen a ser salvos. Y ellos, en vez de no decir nada, hablaron de su corazón de perjuicios, de indiferencia, de desprecio de otros, ¡DESPÍDELA! ¡Pues da voz tras nosotros y nos está molestando! Y así encontramos a una mujer con la búsqueda de la fe, con perseverancia de la fe, con esperanza de la fe que le hace seguir con la petición seguida de la fe. Versículo 24, él respondiendo, no son enviados sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Otra prueba, después de silencio, después de indiferencia y perjuicios, ya tiene la prueba de aparente rechazo. No digo rechazo, pero aparente rechazo. Porque Él dice, no son enviados las ovejas perdidas de la casa, ya no son enviados para los gentiles, sino sólo para los israelitas. Y hay momentos cuando parece que Dios nos ha rechazado las oraciones. ¿Y cómo vamos a responder? ¿Vamos a venir a esto ya con, OK, si no quieres escucharme ya voy a vivir mi vida como yo quiera? No. Aquí tenemos la esperanza de la fe que guía a la adoración de la fe. Si tienes fe verdadera, Vas a buscar al Señor. Vas a perseverar en la búsqueda. Vas a tener esperanza en el Señor. Y vas a adorar al Señor. Entonces, ella vino en el versículo 25. Y se postró ante Él. Se postró en adoración. Mira, esto no es sólo de rodillo. Esta es una mujer. No sé si puso el vestido mejor que tenía. Voy a comprarme un vestido especial para entrevistarme con el Señor, ¿verdad? Todo nuevo, a lo mejor blanquito por allí, y se postró, eso significa que está afuera donde hay tierra y polvo, y se cayó, cayó tendido en la tierra, delante del Señor. Sin importar la suciedad de la tierra. sin importar la humillación de todo esto, porque encontramos que esta mujer tenía una petición y no iba a ser excluida, no iba a estar rechazada, porque Dios había puesto en su corazón esto de adorarle a Él, aunque tenía que humillarse para adorarle a Él. Y en esta adoración de la fe vino, y ya con su petición sencilla, Señor, ¡Socórrame! La semana pasada, leímos esta oración. ¿Recuerda? En Mateo 14, había un señor que tenía que aprender no sólo a decir, ¡Oh Señor del mar tempestuoso y de los cielos y de la luna y del sol! Ya allí estaba bajando Pedro rápido el agua. Y allí aprendió a orar. ¿Y qué dijo Pedro? ¡Señor, socórrame! ¿Qué dice esa mujer? ¡Señor, socórrame! El Señor no se quedó impresionado. Se hizo oración bonita y larga. ¡Oh, Señor, hijo de David, ten mi ser y bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla! No. Y aquí el Señor contesta una oración, aunque no sea impresionante, una oración de corazón. Eso es lo que el Señor escucha. Muchas veces tenemos gemidos indecibles que el Espíritu lleva al trono de Dios. No tenemos tiempo ni palabras para decir más, ni para pedir. No sabemos qué es mejor. Pero decimos, Señor, socórrame. Tú sabes mejor, Tú haces mejor, Señor, socórrame. Y aquí encontramos esta petición de la fe con una carga de amor clamada de corazón, y así hacía las cargas de otros sus cargas. La carga de su hija, sufriendo con el seremonio. La mamá la hizo su propia carga, y así que iba a persistir en la petición de la fe. Iba a venir al Señor con la adoración de la fe, Pero todavía había otra cosa que tenía que demostrar acerca de la fe que vence. Reciclo 26. El Señor allí lo tiene, cedido en la tierra. Allí le tiene rogando al Señor que abórreme. Allí le tiene a la mujer humillado por los apóstoles. Allí tiene la mujer encontrando el silencio de Dios. Todo en contra de ella. Y al final el Señor tiene compasión de ella, ¿verdad? Se dice en el versículo 26, respondiendo, Él dijo, No es tan bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Allí está ascendido a la tierra como un perro, una perrita. ¡Wow! La humillación de la fe. He dicho que sin la gracia de Dios, uno no podría hacer lo que está haciendo esta mujer, aguantar lo que está aguantando esta mujer. A veces el Señor es silencioso con nosotros, parece que nos rechaza, la gente del Señor está maltratándonos, y no nos saluda en la iglesia, y así que estoy ofendido de cómo me trataron en esa iglesia, y aquí viene el Señor y me atropella, me humilla y me llama una perrilla. Explícame eso. ¿No se ha sentido así alguna vez? Que una cosa tras otra cosa, tras otra cosa, desengaños, tragedias, Gente maltratándome, parece que Dios mismo silencioso, Dios mismo negándome las oraciones, todo negativo aquí. La única cosa que puede vencer en esta humillación es la fe. La fe verdadera, que cuando uno está humillado, se humilla. La mayoría de nosotros, cuando la gente nos humilla, yo no voy a humillarme a mí mismo. Yo voy a reaccionar y defenderme, y mostrar que yo no soy un perro, y que yo, y porque me trata, y mira lo que yo he hecho, y... Y esta mujer, en vez de enorgullecerse cuando está humillada, se humilla a sí misma aún más. Y acepta la palabra del Señor. ¿Me llamas un perrillo? Bueno, en nuestros oídos uno piensa en un perro. ¿Me llamas un perro? Y uno pensaría, Cristo seguro que está indicando esto. Los judíos llamaban a los gentiles perros. Pablo en todo sentido dice a los judíos no creyentes, ustedes son los perros que tienen tu vientre como tu Dios. Ustedes son los perros los que no quieren servir al Señor y tener intereses espirituales. Pero el hecho es que esta mujer hubiera pensado, sí, judíos me han llamado perro, perra, antes. Porque nos consideran gente vulgar y así me está humillando Cristo Pero por la gracia de Dios, esta mujer ve más que eso. ¡No es un perro de la calle! Este año pasado en D.A.F. me quedé impresionado en el verano. del sinnúmero de perros callejeros que están por allí comiendo las ratas de la calle o lo que hay por allí, verdad, la basura, pero montones de perros grandes y delgaditos, no, no, nadie les da de comer y me quedé en la gran ciudad de DF bien impresionado de eso y cada vez que pienso ya en este versículo Pienso en las calles de DF, ¿verdad?, y el sinnúmero de perros delgados que están allí en la calle. Pero no, ella no pensó en eso, de perros de la calle o del campo. Ella dice, versículo 27, dijo, sí, Señor, pero aún los, Tú no dijiste perros, Tú dijiste perrillos. Algunos perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. Hay algunos de ustedes que tienen perrillos y no comen las migajas de la mesa. Ellos comen encima de la mesa, antes de los niños. Es que un perrillo es una cosa querida. Es una princesa. Es mejor que las hijas o los hijos de algunas casas. Si yo era con mi papá, nos maltrató a nosotros. Pero nunca maltrató a sus perrillos, ¿verdad? Eran sus preciosos. Y ella se dio cuenta de eso. Pudiera haberse ofendido, pero escuchó bien la palabra de Dios. ¿Tú no me llamaste un perro o una perra? Tú me llamaste un perrillo, y la gente ama sus perrillos, y por lo menos les da las migajas de la mesa de los hijos. No estoy pidiendo que me dé comida de cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños, Señor. Estoy pidiendo una migaja de un favor. La sanidad de mi hija. Tenemos la humillación, la humildad de la fe. Y al final versículo 28, el Señor mirando a los apóstoles con sus perjuicios, con su poca fe, mirando a cualquier otra persona alrededor que no tiene mucha fe, para decirles, oh mujer, grande es tu fe. No como he visto con estos discípulos que necesitan aprender de usted que es fe, ¿Qué es fe humilde? ¿Qué es fe perseverante? ¿Qué es fe de petición? ¿Qué es fe de adoración? ¡Oh mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieras. Y su hija fue sanada desde aquella hora. Amén. Contra el reproche lo admitió, lo confesó. ¡Sí, Señor! ¡Soy como una perrilla, si gusta! ¡Soy una pecadora que merezco este trato! Podemos venir al Señor con esta humillación, con esta humildad. Sí, Señor, todo lo que me das, todo lo que me haces, todo lo que me permites, yo lo merezco, peor merezco. Yo merezco el infierno, Señor. Tú has sido bueno en sólo darme vida hasta aquí. Señor, yo soy como un perro por ingratitud, por no entregarme a Tu servicio. Y así tenemos la victoria de la fe. El Señor no le niega nada a los que no le niegan a Él nada. El Señor no le niega nada a usted si usted no le niega a Él nada. Pero hay que negarte a ti mismo, tomar tu cruz y seguirle. No hay un problema tan malo que Dios no lo puede sanar. No hay problema con... para el alma humilde. El problema viene con el alma orgulloso que no quiere humillarse. Los resultados de esto, los discípulos dieron su misión y su propósito, de ganar almas. No desesperarse de ningún gentil por allí. Dios interesa en todos los que le busquen con fe. AMAR LOS PECADORES Y APRENDER DE ELLOS COMO LA FE AGRADA A DIOS Y APRENDER LA HUMILDAD, LA HUMILLACION APRENDER LO QUE ES VERDADERA ADORACION ESTA MUJER TIENE MAS FE QUE TODOS USTEDES DISCIPLOS APRENDAN DE ELLA LO QUE ES LA FE EL SEÑOR NOS ENSEÑA POR CAMINOS DUROS, DIFICILES Y POR GENTE HUMILDE de lo que debemos tener para recibir sus bendiciones. ¿Has aprendido la lección? ¿Quieres humillarte delante de Él? Dices, Señor, me he quejado de tantas cosas inciertos como esta mujer. Y hago problema, tras problema, tras problema, y la sigues pisando y atropellando. Así me siento yo, atropellado, pisado, rechazado, Señor. Pero, solo estas probando mi fe. Y si tengo bastante humildad, Señor me vas a usar como un ejemplo a otros, para ganar almas al Señor. Y sabes, la fe de esta mujer, ¿No nos inspira a nosotros dos mil años más tarde? El hecho es que tu fe no solo te ayuda a ti, pero inspira a la gente alrededor de usted, y posiblemente años más tarde la gente estará hablando, como hoy y mañana en el funeral de Doña María, estaremos hablando un poco de la fe de una mujer que amaba al Señor. y el testimonio de los creyentes de esta iglesia que han muerto y han estado con el Señor. Hoy ya puedo pensar en varios, y no quiero ni comenzar casi, pero más cerca de María estoy pensando en la madre de Milde y Mirta, ¿verdad? Y como la fe de personas así todavía está resonando en nuestros ojos, todavía está penetrando en nuestras mentes. todavía está animando nuestros corazones. ¿Tú tienes una fe que va a animar a otros, o eres como los discípulos, despreciando a otros humildes? Cuando debes aprender a ellos a tener fe, podemos.
La Fe que Vence - Mateo 15:21-28
Series Discipulado
Una mujer cananea necesita un milagro que solo Cristo puede hacer. Cuando uno busca al Señor con FE, El oirá - y le usa para enseñar muchas lecciones de la fe milagrosa a sus discípulos.
Sermon ID | 111111826323 |
Duration | 52:26 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Matthew 15:21-28 |
Language | Spanish |
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