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hermanos le voy a invitar que tome conmigo su biblia y la abra a romanos 12 y vamos a estar dando lectura de romanos 12 vamos a empezar en el capítulo en el versículo 3 y vamos a leer hasta hasta el 8 esta es la palabra del señor su santa inspirada palabra y lea así en romanos 12 Empezando en el 3, porque en virtud a la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí de lo que debe de pensar, sino que piense con buen juicio según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. Pues como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros. Que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo, e individualmente miembros los unos de los otros, pero teniendo dones que difieren según la gracia que nos ha sido dada, usémoslo. Si el de profecía usas en la proporción de fe, si el de servicio o en servir, o el que enseña en la enseñanza, el que exhorta en la exhortación, el que da con liberidad, El que dirige con diligencia, el que muestra misericordia con alegría. Esa es la palabra del Señor. Vamos a cerrar en esta tarde. Padre te damos gracias. Pedimos Señor en esta tarde que tú Señor vengas y nos abras este texto que me ayudes a mí Señor a poder explicarlo con facilidad Señor con libertad Señor ayúdame Señor a hablar a palabra tuya en esta tarde Señor y te pido Señor que tú nos abras nuestros oídos y que Señor nos des a un corazón Señor para poder medir lo que vamos a estar viendo Señor y si es según tu Tu voluntad, Señor, aplicarlo en nuestra vida, Señor. En el nombre de Jesús, Tu Hijo, lo pedimos. Amén. Pablo nos ha estado enseñando que las misericordias de Dios, o sea, la salvación de Dios, la redención que Dios ha nos ha dado, deben de impactar nuestras vidas, es lo que Pablo nos ha estado enseñando. Hemos visto la relación vertical, tu relación con Dios, una relación personal tú con Él, donde tú das una entrega total de todo lo que tú eres, tu alma, tu cuerpo, tu mente, tu voluntad, ofrecida en el altar de agradecimiento a Dios. Eso es tú y Él. Y la semana pasada miramos y comenzamos a mirar la relación horizontal. O sea, nuestra relación con Dios también se mira en cómo nosotros nos llevamos con nuestros alrededores. Y eso tiene que ver con gente en este cuerpo y gente allá afuera. Y Pablo nos enseñó que nuestra entrega a Dios es una entrega total, pero también es una entrega a nuestro hermano en humildad, en servicio a otros. Y miramos de que como Pablo tomó la ilustración del cuerpo y que hay diversidad de miembros en un cuerpo, entonces lo podríamos poner así. Hay unidad en el nivel de cómo nosotros debemos de ofrecernos a Dios. Todos nos debemos de ofrecer a Dios igual. Nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestra mente ofrecidos en el altar de agradecimiento a Dios personalmente. Pero en el nivel del horizontal, Pablo dice que nosotros operamos en un cuerpo y tenemos diferentes funciones. En cuanto a servicio, dentro del cuerpo de Cristo hay gran diversidad. No todo hijo de Dios es igual al otro. No todos tenemos los mismos dones. No todos tenemos el mismo llamado. No todos tenemos lo mismo. Hay diferencia. Hay una gran diversidad dentro del cuerpo de Cristo. Dios, cuando Él te salvó por su misericordia, en su gracia, Él te dio un don a ti. Te dio dones. Uno o muchos, o si le quiere poner talentos, Dios se los dio. Quizás no sabías eso, pero Dios, cuando Él te salvó, te impartó algo en su gracia. Y lo que Pablo va a empezar a decir del texto de ahora en adelante es este. Tú tienes un don y cualquiera que sea, úsalo. Eso es lo que Pablo nos va a empezar a decir. Ahora mire, déjame le pregunto una pregunta. ¿Cómo mirarías tú a una persona que dice, Dios derrama sobre mí de todas tus misericordias, inúndame de todas tus bendiciones, cólmame con toda tu bondad, todas tus bondades, pero no me incomodes, no te atrevas a pedirme Dios nada a cambio? No te voy a dar nada de regreso, pero sí dame, dame, dame, inúndame. Pero no me pidas a mí. No me saques de mi confort. No, tú no sabes, Dios, que yo no tengo nada de tiempo. ¿Por qué me quitas tiempo si tú me pides a mí de que yo haga algo en el cuerpo de Cristo? Dios, ¿sabes qué? Yo no puedo hacerlo. Tengo, estoy muy ocupado. Perdóname, no tengo tiempo. ¿Tú cómo mirarías a esa persona que dice, sí Dios, dame, dame, dame de todo, dame la salvación gratis, dame todas tus misericordias, dámelo, pero no me pidas tú nada a cambio? ¿Tú cómo mirarías a esa persona? Estoy seguro de que estás pensando de que esa persona es malagradecida, es lo que dirías, aunque no lo, aunque no, o sea, no, no se dice. Ahora lo que va a pasar aquí es de que Dios te va a decir esto en mi gracia. Yo te he dado dones, úsalos, yo te los di. Úsalos. Úsalos para edificación de mi iglesia. Úsalos para la unidad del cuerpo de Cristo aquí en la tierra. Úsalos para mi gloria. Yo te los di. Úsalos. Porque mire, aparte de entregar nuestra alma, nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra voluntad a Dios en el altar de agradecimiento y de humildemente y en amor servir a nuestros hermanos, Dios no nos pide nada más a cambio. Aparte de esas dos cosas. En esas dos cosas es como las misericordias de Dios se muestran y se empiezan a rebosar de nuestras vidas. Dios te ha dado todo lo que Romanos 1 al 12 en número te lo ha dado. Ahora sí debe de rebosar algo de ti. Y lo que rebosa es dones que Dios da con la misma gracia que Él te salvó. y como ya tenemos ya tengo su atención atentamente vamos a mirar el texto mire lo que dice en el versículo 3 vamos a recordarnos poquito porque en virtud a la gracia que me ha sido dada dice Pablo digo a cada uno de vosotros o sea Pablo nos está señalando a cada uno de vosotros Individualmente, él está diciendo, les digo a cada uno. Él no sabía cuántos había en Roma, pero les está diciendo a cada uno de ustedes, les estoy diciendo lo mismo. No piense más alto de lo que debe de pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros. Que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros. Y mire lo que dice el 6, pero teniendo, o sea, tú ya tienes un don, tú ya lo tienes, está en ti. teniendo dones que difieren. Tú, presentemente creyente, tienes un don de Dios, tienes un charismata, como está en el original, un don de gracia, un regalo de gracia, se podría poner, dones que Dios regala en el momento de salvación. Cuando Él te salva, Él te da a su Espíritu Santo, Y el Espíritu Santo te regala algo, te regala algo para algo. Y Pablo dice en el 6, pero teniendo dones que difieren según la gracia que nos ha sido dada. Todos estos dones vienen por gracia. Es algo que Dios da. Dios es el que los da y sabe para qué son. Son para el bienestar del cuerpo de Cristo. O sea, Considera esto, mis dones no son para mí, mis dones son para ti. Y tus dones son para mí. O sea, es para la unidad del cuerpo de Cristo. Mis dones no son míos. Tus dones no son tuyos. Dios los da a cada uno. Da dones para ser canales de la gracia de Dios, de la bendición de Dios a los que están a mi alrededor. Para eso Dios lo da. El don no es para que tú lo agarras y vayas y lo escondas. Es para que tú lo des. Así como tú recibiste en gracia, así Dios te dio un don para que tú nutras, para que tú sirvas, para que haya unidad en el cuerpo de Cristo. Él no nos dio dones para que los presumamos. Él no nos da dones para que los promovamos. Él no nos da dones, mucho menos para que los escondamos. Él nos da dones para algo, para que el cuerpo de Cristo crezca, se unifique y sirva en este mundo. El reino de Dios debe de expandirse y se va a expandir a través de el cuerpo de Cristo, obrando como debe. Y la Biblia de las Américas, como Pablo no da un verbo explícito de hacer esto, la Biblia de las Américas, esta traducción lo pone muy explícitamente y lo pone de esta manera. En el 6, teniendo dones que difieren según la gracia que nos ha sido dada, úsenlos, úsenlos. O sea, hay tal verbo explícitamente, úsalo. Ahora, En la enseñanza de los apóstoles, en el Nuevo Testamento, hay cuatro lugares donde se puede decir que son listas de los dones espirituales, los dones de gracia. Tenemos aquí nuestro texto de Romanos 12, 6 al 8. Tenemos Primera de Corintios 12, del 4 al 11, ahí lo tengo escrito en sus notas. Tenemos Efesios 4, del 11 al 13. Y tenemos a Pedro Primera de Pedro 4 del 10 al 11. Y algo que es importante en notar de todas estas listas donde los apóstoles instruyen a la iglesia de que Dios te ha dado algo para que lo uses dentro de la iglesia o aún hasta allá afuera en el mundo, es de que mirando a esos cuatro pasajes, ninguno de esos cuatro pasajes es completamente igual al otro. Son cuatro, por decirlo, listas, pero difieren. Ningún pasaje nos da la misma lista doble. Es más, en algunos en nombre difieren en lo que parece ser el mismo don, el mismo regalo, diferencian en varios aspectos y hasta van reduciendo en especificación con el transcurso del tiempo de cómo las cartas fueron escritas por los apóstoles. Esto quizás puede indicar dos cosas y aquí es donde voy a tratar de demostrarles algo. Puede indicar dos cosas esto, si nomás miramos para atrás y miramos comparamos estas cuatro listas que miramos en tres cartas de Pablo y en una del apóstol Pedro. Y la primera es ésta, de que no son listas rígidas ni absolutas, sino generalizaciones de lo que Dios entrega a su cuerpo para que empiece a funcionar. Son categorías de dones, de regalos, de cómo el cuerpo se debe de incorporar y operar y servir y nutrirse en gracia y amor. no son completamente rígidas porque mire aquí en romanos tienes el don de profecía en primera de corintios tienes el don de profecía en efesios tienes pastores maestros y en primera de pedro tienes dones de hablar aquí en Ahí en Primera de Corintios tienes la palabra de sabiduría y palabra de conocimiento. Aquí en Romanos tienes don de enseñanza. Aquí en Romanos aparece el don de dirigir y también en Primera de Corintios encontramos administraciones dentro de la iglesia. Aquí en Romanos, Pablo Dice que hay servicio. En primera de Corintios también miramos ayudas. En Efesios tienes la idea de servicio y en primera de Pedro tienes el don de servir. Aquí en Romanos Pablo agrega el don de exhortación y de mostrar misericordia. En primera de Corintios Pablo agrega el don de la fe. El don de discernir espíritus. Entonces si mira como todas estas listas no son rígidas ni exactas, sino que podemos mirar con estas listas ejemplares. No podemos decir de que es negro o blanco, sino que son mezclas de como Dios te da algo para que tú lo uses, para que tú lo uses en el cuerpo de Cristo, para que tú operes en algo. para la gloria de su nombre. Son mezclas, mezclas especiales. Y como le digo, usted no va a tener los mismos dones que tengo yo y yo no voy a tener los mismos dones que tienes tú. ¿Por qué? Porque Dios nos ha hecho a todos diferentes. Así como todos no tenemos la misma huella, no tenemos el mismo perfil. Dios a cada uno nos ha dado capacidades en ciertas maneras para ejercerlas, para ayudar al cuerpo de Cristo aquí en esta tierra. Entonces esas 10 listas no son algo que, no pues yo tengo ese don y no tengo aquel, yo quiero aquel, y este pues no se parece, pero yo quiero tener eso. O sea, no es algo rígido, es algo general de cómo los apóstoles empezaron a traer a luz estas cosas. Ahora la segunda es esta. La segunda cosa que podríamos tomar de estas listas, mirándolas así generalmente, es de que, generalmente, en el tiempo del Nuevo Testamento, mientras que el Nuevo Testamento está siendo escrito, porque acuérdense, los apóstoles nos dijeron ahí, ¿sabes qué? Pues vamos a, ¿sabes qué Pedro? Pues Pablo, Juan, hay que empezar a escribir el Nuevo Testamento. No, así no fue como pasó. Como los apóstoles empezaron a mirar y como el Espíritu Santo los empezó a acarrear en ciertas cosas y en ciertos problemas de la iglesia, el Espíritu Santo y Dios los impulsó a escribir y les dio ese don para escribir lo que la palabra de Dios iba a llegar a componerse, el Nuevo Testamento. Pero si lo miramos así, mientras que el Nuevo Testamento está siendo escrito, hay tres categorías de de dones, de regalos del Espíritu Santo. Primero hay dones de señales y luego hay dones, o sea, lo estoy poniendo en categorías así generales, dones de señales, dones de proclamación, o sea, de hablar y dones de servicio dentro de la iglesia, dones de proclamación y de servicio aún están en efecto hasta el día de hoy. El Espíritu Santo sigue dando esos dones a la iglesia, pero mire, En el Nuevo Testamento y la historia de la iglesia después de que los apóstoles mueren, nos muestran que los dones de señales. casi completamente terminaron con los apóstoles. Con la compilación y la completa revelación de Dios del Nuevo Testamento, esos dones empezaron a no tener importancia y no se empezaron a funcionar dentro de las iglesias. ¿Qué son estos dones espirituales que estoy, estos dones de señales que estoy tratando de demostrarles? Pues un don de señal era necesario en ese tiempo porque apuntaba algo muy importante. Los apóstoles tenían que darle validez a su apostolado. Ellos tenían que mostrar de que lo que ellos decían y lo que ellos estaban tratando de fundamentar aquí en la iglesia, en esta tierra, era legítimo. Y Dios le dio a estos hombres señales necesarias para apuntar de que ellos realmente eran apóstoles. Por ejemplo, Pablo en segunda de Corintios 12 12 les dice esto a esta iglesia que tenía muchos problemas y se estaban creyendo y querían enseñar los dones más que se enseñaban más y se estaban peleando. Esta iglesia tenía muchos problemas y mira lo que le dice en segunda de Corintios 12 12. Entre vosotros se operaron las señales de un verdadero apóstol, o sea, de Pablo, con toda perseverancia por medio de señales, prodigios y milagros. O sea, estos dones de señales los tenían los apóstoles, eran prodigios, eran milagros sobrenaturales, lenguas, interpretación de lenguas y eran para el periodo apostólico innecesarios para iglesias tan problemáticas y confundidas, ministerios que Pablo apenas acaba de iniciar en Corinto. Y Pablo necesitaba mostrar tales señales para darle validez de lo que él decía venía de Dios. Y miramos cómo los apóstoles hacían cosas sobrenaturales, como por ejemplo miramos a Pedro y a Juan entrar al templo. ¿Y qué pasó? Miran a este hombre invalido y le dicen, no tenemos dinero, pero sabes qué? En el nombre de Cristo, levántate. Y ese hombre se levantó y empezó a correr dentro de los atrios del templo. Eso fue una señal. Nadie puede ser eso. Nadie en el YouTube ahorita puede ser eso. Nadie. Esas eran señales para validar de que Era de Dios lo que los apóstoles estaban cimentando, cómo era, cómo funcionaba la iglesia del Nuevo Testamento. Por ejemplo, en Hebreos 2, del 3 al 4, se menciona este tipo de dones también cuando el escritor de Hebreos dice esto. ¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande, la cual después de que nos fue anunciada primeramente por el Señor, o sea, por Jesús, nos fue confirmada por los que lo oyeron a Él, testificando Dios juntamente con ellos, o sea, estos dones de señales eran para testificar, Dios estaba testificando que Él estaba con ellos, tantos por señales como prodigios y por diversos milagros y por dones del Espíritu Santo según su propia voluntad. En aquel entonces, acuérdense, no había Biblia. No estaba la revelación de Dios completa. No había Biblia. Entonces, ¿cómo se comprobaba de que la enseñanza y el ministerio de los apóstoles era de veras? ¿Cómo se comprobaba? No había Biblia para decir, no, pues lo que tú estás diciendo está fuera de lo que Dios ha revelado. No existía en aquel entonces todavía. Los libros estaban siendo compilados y no tengan la mentalidad que tenemos ahorita. Ahorita pensamos, no, sale un nuevo libro y todo el Internet lo puede tomar, lo puede bajar y descargar. En aquel entonces las cartas eran dirigidas a esas iglesias Y quizás de esa iglesia no salía hasta después de años y se compartían de iglesia a iglesia y duraron 300 años para compilar todo el Nuevo Testamento y decir esto es la Palabra de Dios y el Espíritu Santo habla a través de estas páginas. Ahora, en la primera carta, eso nomás fue introducción a lo que estoy tratando de demostrarles. En la primera carta a la iglesia de Corinto, Se piensa que esta carta fue escrita como en el año 52-53 después de Cristo y los dones que son de señales parecen estar intermezclados con los otros dones en el lugar en donde Pablo habla de dones que es Primera de Corintios 12. Entonces le voy a invitar ahí que vaya ahí conmigo en Primera de Corintios 12 porque mire vamos a leer y mire lo que Pablo le dice a esta iglesia. Una de las primeras cartas del Nuevo Testamento fue la primera carta a Corinto. Y mire lo que dice ahí a esta iglesia que Pablo recién acababa de fundar duró un año y medio ahí se tuvo que ir y surgieron un montón de problemas y mire lo que les dice y les instruye a esta iglesia Primera Corintios 12 9 a otro fe por el mismo espíritu, a otro dones de sanidad por el único espíritu, por el sí, por el único espíritu, al otro poder de milagros, a otro profecía, a otro discernimiento de espíritus, a otro diversas clases de lenguas, a otra interpretación de lenguas y luego si brinca hasta el 28 dice y en la iglesia de Dios Dios ha diseñado primeramente apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros, y luego milagros, después dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas. ¿Y sabe qué es lo que es interesante? Mirando ya la lista primera de Corinto, es de que Romanos se escribe como el año 58, 59. O sea, pasa ya un transcurso de más o menos como 7, 8 años. Y los dones, la lista de los dones de Romanos 12, a diferencia de la lista de Corintos, no se menciona ninguno de los dones milagrosos de hablar en lenguas o de milagros. Lo que miramos aquí en Romanos es de que se muestran dones muy normales. Fueron importantes para la iglesia de Corinto, pero ¿sabe qué? A lo mejor quizás la iglesia romana donde estaba muy retirado, o sea, en aquel entonces, Corinto estaba muy retirado de Roma, la iglesia de Roma quizás era una iglesia que quizás ni estaba consciente de ese tipo de dones en operación, porque acuérdese, Pablo cuando le escribe a Roma, él no los conocía y no sabía esa iglesia, conocía a ciertas personas dentro de esa iglesia, pero él no conocía a nadie ahí. pues los dones de señales fueron importantes para Primera de Corinto y Segunda. Pero no se mencionan aquí en Romanos, en la carta a los Efesios, escrita como en el año 63, o sea, cuatro años después, no se mencionan ahí tampoco, solamente oficios oficiales para la iglesia, para la unidad y para el crecimiento de la iglesia de Éfeso. En la epístola de Pedro, que es una de las últimas epístolas, una epístola general, no dedicada a una iglesia, sino que dedicada a varias iglesias. En una audiencia muy general, escrita como en el año 65, se mencionan dos tipos de dones, dos categorías de dones. Mire, ahí la tengo escrita, primera de Pedro 4, del 10 al 11, mire lo que dice Pedro. según cada uno ha recibido un don especial úselo sirviendo los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios multiforme gracia de Dios el que habla y mire aquí está el que habla que hable conforme a las palabras de Dios el que sirve que lo haga por la fortaleza que Dios da para que En todo, Dios se ha glorificado mediante Jesucristo. Para eso son los dones. Para hablar, para servir. ¿Para qué? Para que Dios se ha glorificado. Para eso Dios te dio a ti un don. Quizás no sabes cuál es, pero Dios te lo dio. Pedro lo simplifica mucho, dividiéndolo en dos categorías. Donas de hablar, y dones de servir. Entonces, si ve cómo podemos mirar una disminución según el tiempo de cómo están escritas y la expansión de la iglesia, podríamos decir de que estos dones de señales fueron instrumentales en primer plano para el establecimiento del cuerpo de Cristo en la época de los apóstoles e incluso Se puede ver esta secuencia cronológica de estos libros de que hay una disminución en las listas. Ya son categorías de hablar y de servir. Ya no hay tanto eso místico, eso especial que estaba en el tiempo de los apóstoles, donde se podía caer alguien, morirse y Pablo ir por él, orar por él y levantarlo de nuevo. Pedro, Pablo ya ve que Pablo también las las las bufandas de Pablo sanaban cosas así eran necesarias ahorita pues ahorita le digo lo que pienso porque no no me quiero sobrepasar todavía porque mire también los padres apostólicos o sea los hombres que le siguieron a los apóstoles Y después de los padres post apostólicos, miramos de que esos dones empezaron a no ser usados dentro de la iglesia de Cristo. No se miraba tanto. Ellos más bien, estos padres apostólicos, después de los apóstoles, ellos no sabían qué hacer con el don de lenguas. No sabían. Se empezó a disminuir. Y entonces, mirando eso, concluimos esto. que básicamente en la escritura para el día de hoy hay dos tipos de dones, dones de hablar y dones de servir. En la iglesia eso es lo que hay, típicamente, normativamente, normalmente dones de hablar como profecía, enseñanza, exhortación. Dones de servir, de servir, de gobernar, de dar, de mostrar misericordia, de caridad, Entonces... Lo que vamos a hacer hoy es de que vamos a mirar el primero, el don de profecía, porque es el más difícil. Ok, ya la próxima vez miramos los otros seis, porque son siete aquí en Romanos. Hoy vamos a mirar el más difícil y les voy a les voy a tratar de convencer con algo, porque esta semana yo estaba escuchando y leyendo el comentario de John MacArthur y él hizo puntos de que los voy a los voy a. O sea, hizo tan buenos puntos que me convenció a mí y me gustaría compartirlo con ustedes. Entonces mire, profecía, ¿qué pensamos nosotros con profecía? Yo sé de que nosotros venemos de denominaciones pentecostales, casi todos, venemos de denominaciones pentecostales y para nosotros El concepto que tenemos en nuestra mente de profecía quiere decir, y no totalmente, pero quiere decir más o menos algo así, una revelación de mi futuro. Cuando alguien se para como profeta, supuestamente, uno dice, oh, ya me van a decir. Ah, me van a decir el secreto qué va a pasar, qué va a pasar en 15 años, qué va a pasar en 10 años. Dígame hermano, profetíceme por favor y sea preciso. Ok, yo como les digo, yo recibí más de, ya no me acuerdo ni cuántas profecías y sabe cuántas se hicieron realidad? Ok, entonces no estoy hablando de alguien que no sabe, pero para nuestra mente decimos ok, es la revelación del futuro, es lo que la voluntad de Dios tiene para mí. Y la cosa es esta, como les dije la vez pasada, no la pasada ya hace varias veces, de que el profeta dice, ok, eso te va a pasar, pero tú tienes que hacer esto para que esto pase. O sea, yo me acuerdo cuando yo estaba chiquito, quizás yo tenía la edad de SESC, mi hijo como como ocho años y me dijeron, sabes que tú vas a tener el don de sanidad y de milagros y te lo estoy profetizando. Y me dijeron, úngete las manos de aceite cada noche. Y sabe cuánto yo duré hundiéndome las manos? Duré años. Pregúntele a mi mamá porque me tenía que comprar botella tras botella de aceite de oliva. Y nunca se hizo, porque el profeta dijo, si fallas una sola vez, se te va el don. ¿Qué clase de tontera es esa? Pero es lo que tenemos. Pensamos que una persona, cuando dice, así dice el Señor, esa persona se convierte en Isaías, se convierte en Jeremías y que su palabra tiene el mismo peso que los profetas del Antiguo Testamento. Así pensamos, viniendo de esa clase de de rama, de denominación. Pero ¿qué si yo le propusiera una cosa? Que la profecía no es un don apostólico sobrenatural. que ha cesado, ni que tampoco son loqueras emocionales subjetivas como las que se miran en el día de hoy. ¿Qué si yo le dijera que más bien y no exclusivamente, pero sí mayormente, es incorporado y practicado en la predicación y la proclamación de la palabra de Dios? ¿Qué si yo le dijera eso? Porque mire, necesitamos preguntarnos una pregunta clave. ¿Cuál es el propósito de la profecía? Vamos a decir que se practica como la practican los pentecostales. Vamos a decir que eso es cierto. ¿Cuál es el propósito de la profecía? Pues vaya conmigo a 1 Corintios 14 y Pablo ahí va a decir cuál es el propósito. Tiene un propósito cada don. Cada don tiene un propósito. Ahora estamos mirando el primero aquí de esta lista de Romanos 12. Pero mire, 1 Corintios 14, del 3 al 4, Pablo da el propósito de por qué él dio profecía, por qué Dios dio dones de profecía, empezando en el 3 de 1 Corintios 14. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. Para eso habla el profeta, el que profetiza, para edificación, para exhortación, para consolación. El que habla lenguas a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a quién? a la iglesia. No edifica a una persona en particular, edifica a la iglesia. Para eso es el propósito. Pablo no dice nada de predecir el futuro. Cuando da el propósito de para qué es la profecía, él no dice nada de predecir el futuro. No necesariamente tiene que ser revelación sobrenatural. ¿Sabe qué significa el término profeta? Así, profetizar en el griego, literalmente significa hablar ante. Hablar ante. Eso es lo que significa, ¿ante qué? Ante gente. Levantarse y hablar. Así como estoy hablando yo, públicamente. Levantarse y hablar. ¿De qué? ¿O para qué? pues con el propósito de edificar, con el propósito de exhortar a la obediencia a la fe y traer consolación a través de esas palabras. Es un don de hablar públicamente para proclamar y aplicar la palabra del Dios vivo a tu vida, a tu circunstancia, en tu tiempo, en tu época. ¿Cómo se practica normalmente, normativamente hoy en día? Por medio de la predicación de la Palabra de Dios. Primera de Pedro, mire lo que dice la lista de Primera de Pedro 4.10, mire cómo lo pone ahí Pedro. Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviendo los unos a los otros como buenos administradores de la multiforma gracia de Dios el que habla. que hable, ¿cómo debe de hablar? Conforme a las palabras de Dios. Pedro lo encierra. Pedro dice, el que habla, hable, ¿cómo debes de hablar? Conforme a las palabras de Dios. ¿Cuáles son las palabras de Dios? ¿Son las mías o son estas? Estas son las palabras de Dios. Eso es lo que trato yo de explicarles cada domingo. La palabra de Dios, la carta de Pablo a la iglesia que estaba en Roma, son las palabras de Dios. Y Pablo, Pedro dice fácilmente, el que habla, que hable conforme a las palabras de Dios. Mire un ejemplo del Antiguo Testamento. Cuando Dios llamó a Moisés, y mire, esto está muy interesante. Esto es lo que saca MacArthur. Y mire lo que dice. Cuando Dios llamó a Moisés para sacar a Israel de Egipto, Moisés dio una excusa y dio una excusa muy interesante. Se acuerda que subió y vio la zarza y Dios le da ciertas señales. Mira, mete tu mano en el costado y salió toda leprosa. O sea, para que mirara Moisés de que Dios lo estaba llamando y que le iba a dar validez a su a su ministerio, es sacar el pueblo de Egipto. Pues, Moisés le da una excusa muy interesante y Dios le responde con algo más interesante. Mire, ahí éxodo 10, perdón, éxodo 4. Éxodo 4.10 y luego del 13 al 16, mire lo que dice este relato de Moisés en Éxodo 4.10. Entonces Moisés dijo al Señor, o sea, ya pasó todo esto que les platiqué y mire lo que dice. Entonces Moisés le dijo a Yahvé, por favor Señor, nunca he sido hombre elocuente. Ni ayer, ni en los tiempos de mi pasado, ni aún después de que haya hablado, de que has hablado con tu siervo, porque soy tardo del habla y torpe de lengua. Esa era la excusa de Moisés. ¿Y sabe qué? Moisés vino a ser el profeta a quien Cristo venía a reemplazar. Y él no sabía hablar, según él. ¡Excusa! Fue una excusa, así a lo plano. Este fue educado en la corte del faraón y no sabía hablar. Miren a mí lo que dice. Pero Dios le dijo. En el 13, pero le dijo, perdón, es Moisés, pero le dijo, te ruego, señor, envía ahora el mensaje por medio de quien tú quieras. Entonces se encendió la ira de Yahvé contra Moisés y le dijo, no está ahí tu hermano Aarón en Levita. Yo sé que él habla bien y que además es aquí. Él sale a recibirte. Al verte se alegrará en su corazón y tú le hablarás y pondrá las palabras en su boca y yo estaré. con tu boca y con la con su boca y os enseñaré lo que haz lo que debes de hacer además él hablará por ti al pueblo y él te servirá como boca y tú serás para él como Dios y luego si vamos poquito más adelante en Éxodo siete el versículo uno mira lo que dice entonces el Señor le dijo a Moisés mira yo te hago como Dios a faraón y tu hermano Harón será tu profeta Aarón fue profeta, Aarón fue sacerdote, pero le dice a Dios tú vas a ser como Dios al faraón y éste Aarón va a ser tu profeta, tú hablarás todo lo que yo te mande y Aarón tu hermano hablará al faraón para que dejes salir de la tierra a los hijos de Israel. Ahora sí, en el Antiguo Testamento encontramos a muchos hombres ejerciendo el oficio de profeta. Ellos vivían en cuevas. ¿Sabe por qué vivían en cuevas? Porque el pueblo no los quería ahí alrededor. Se tenían que esconder del pueblo. Porque ellos venían y traían palabra de Dios y la gente los echaba para afuera. Servían como profetas. Pero nosotros cometemos un gran error si pensamos que ellos se la pasaban prediciendo el futuro. Los profetas del Antiguo Testamento no hablaban tanto de predecir al futuro, más bien su ministerio y su mensaje estaba basado predicando el pasado. Ellos eran como piscales del pacto. Dios había hecho un pacto con Israel. Ellos estaban quebrando el pacto y Dios mandaba a los profetas ¿para qué? Para decirle al pueblo que se arrepientan, que dejen a dioses paganos, que regresen al Señor su Dios, que Él va a ser misericordioso y bondadoso si ellos se arrepienten. Y cuando el pueblo no quería arrepentirse, entonces sí, los profetas hablaban, revelando, borrosamente predicaban cómo Dios iba a traer salvación y restauración. Pero no se la pasaban siempre. Esto va a pasar en el futuro. Y además, las profecías no son tan claras. Cristo vino y las hizo claras. Pero si las profecías del Antiguo Testamento hubieran sido tan claras de que se pasaban prediciendo el futuro con exactitud, todo Israel hubiera sido salvo. Pero fueron muy pocos los que creyeron porque solamente hablaron no sabiendo, como dice Pedro, no sabiendo el tiempo ni la hora ni de qué ellos estaban hablando, sino el Espíritu Santo a través de ellos. John MacArthur pone esto de esta manera, déjame se lo leo. Si va al Antiguo Testamento, encontrará que los profetas instruyeron, exhortaron, advirtieron, reprendieron, alentaron, enfatizaron el deber a la obediencia y el arrepentimiento, promovieron la reverencia, llamaron a la justicia, condenaron el pecado, advirtieron sobre el juicio y promovieron bendición. Y no siempre fue una revelación nueva. fue simplemente hablar en público y dar el mensaje de Dios. Su énfasis generalmente estaba en una aplicación práctica, haciendo que la Palabra de Dios fuera relevante para la vida. Fueron comunicadores relevantes de la Palabra de Dios, tomando la Palabra de Dios y trayéndola a la vida. Déjeme le pregunto algo. Usted nunca se ha sentado o ha escuchado predicaciones en donde todo el mundo puede estar ausente y usted piensa y siente de que ese predicador le está hablando directamente a usted. Nunca le ha tocado. Yo tengo dos hombres de que a mí me da cosa cada vez que los escucho o que leo sus libros. Uno es John Owen, porque ese leo un libro de él y ese es como si me estuviera hablando completamente a mí. Otro es Paul Washer. Yo escucho predicaciones de Paul Washer y no me gustan porque siento que sabe todo lo que pienso, todo lo que hago y ahí nomás está. Y yo lo miro, híjole, es que Dios, pues me estás hablando tú a través de este hombre y en una exactitud que me da, me da cosa. Dios puede hablar a través de su palabra, de su predicación, usando a un hombre, a hombres que no saben nada, que son torpes al hablar, pero Dios y el Espíritu Santo puede tomar esas palabras y rasgarte el corazón. Mire otro ejemplo en el Nuevo Testamento, uno del viejo y uno del nuevo. ¿Se acuerda cuando Jesús dice? No todo aquel que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día, ¿no profetizamos en tu nombre? ¿Qué estaban haciendo? ¿Estaban prediciendo el futuro? No. Estaban siendo portavoces, estaban siendo portavoces de la palabra de Dios estaban siendo oradores públicos proclamando la palabra de Dios a multitudes eran predicadores en el nombre de Jesús lo estaban haciendo nomás que lo estaban haciendo con muy malas intenciones y ni siquiera lo estaban haciendo para la gloria de Dios como hay muchos hoy en estos días mira el YouTube el tubito ahí va a encontrar a muchos hombres que no predican la palabra de Dios déjame le digo Si usted mira, y no le estoy diciendo que no mire, pero si usted mira que alguien se sale del púlpito y no regresa otra vez al púlpito, sino que se vaya por las bancas y quién sabe acá, esa persona no está predicando la palabra de Dios. La palabra de Dios, uno se pone detrás de ella y la expone al pueblo basado ahí. Pero si un predicador anda allá, por allá, por allá y nunca regresa o trae la Biblia así, la mira así toda mal, eso no es alguien, un portavoz de la palabra de Dios. Entonces, el don de la profecía está en operación hasta el día de hoy. Yo trato de ejercerlo a lo mejor de mi habilidad cada domingo, tomando la palabra de Dios, explicándola, exponiéndola, tratando de aplicarla a nuestra situación, en nuestro lugar, a nuestros tiempos, tratando de aplicarla para que tú mires todas las bendiciones con las que Dios te ha colmado. ¿Y sabe qué? El decir de que la profecía es normativamente la exposición y la aplicación de la palabra de Dios detrás de un púlpito, no quiere decir que el Espíritu Santo no puede obrar sobrenaturalmente en otras situaciones. O sea, por ejemplo. Alguien viene. Tiene un problema en su vida y uno ora y le dice a Dios, sabes que Dios dame sabiduría para para hablar con esta persona. ¿Y sabes qué? Puede ser de que espontáneamente Dios te da sabiduría, así como de la nada, y tú dices exactamente lo que esa persona necesita. O sea, ¿lo ponemos todo a predicación? Normativamente sí, pero no quiere decir que el Espíritu Santo no puede depositar algo en tu corazón en el que salen palabras de la palabra de Dios que pueden cambiar corazones allá afuera. El Espíritu Santo puede tomar situaciones así, pero normativamente hoy, normitivamente, se hace a través de predicar y tratar de exponer y aplicar la Palabra de Dios a la gente, a ti, a mí. Acuérdese, yo cuando predico, ¿sabe qué? Yo me estoy predicando a mí, no les estoy predicando a ustedes. Yo me estoy tratando primero de predicar a mí, porque yo lo necesito más que ustedes. Yo necesito que Dios me hable, que Dios me corrija, que Dios me instruya, que Dios en su gracia me moldee. Ahora sí hay que mirar la última parte del versículo 6. Pero teniendo dones que difieren. Según la gracia que nos ha sido dada, usemoslo. Si el de profecía úsese en la proporción de fe. Y a mí me gusta cómo lo traduce la Biblia a las Américas, porque da más apoyo a lo que hemos estado hablando. Porque mire, si lo tomáramos como lo traduce la reina Valera. La reina Valera lo traduce así, úsese conforme a la medida de la fe. O sea, y eso puede sonar Subjetivo. En el versículo 3, Dios dice que Dios da medida de fe. Y aquí, si lo ponemos así, podemos decir no, pues que Dios le da más medida de fe a diferentes predicadores que a otros predicadores. Aunque es cierto, se puede tomar de esa manera y. Es correcto, pero como lo pone la Biblia de las Américas y otras traducciones, Pablo agrega un artículo antes de fe que se traduce así, como lo pone la Biblia de las Américas, úsese en la proporción a la fe. Qué es la fe? Yo te pregunto hoy en esta tarde qué es la fe? Porque Pablo dice úsese en la proporción a la fe. Creo que Pablo está mirando e indicando de que él mira de que hay un cuerpo de verdad, objetiva, no subjetiva, objetiva, la fe, el evangelio, todas las doctrinas que nosotros creemos que están aquí en este libro, o sea, la completa y cerrada palabra de Dios. La fe, la fe que Judas 1.3 dice, amados, por el gran empeño que tenía de escribirlos acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirlos, exhortándoos a contender ardientemente por la fe. que de una vez para siempre fue entregada, fue depositada a los santos. La fe, algo objetivo. Hay una fe, un evangelio de gracia. Hay una salvación eterna que se predica y todo el que profetiza debe de concidir con la fe, debe de ser consistente con la fe escrita, con esta palabra de Dios. Debe de valorar La fe como está escrita. El que profetiza, el que habla la palabra de Dios no debe de sobrepasar lo que está escrito, no debe de despreciar lo que está escrito, no debe de ignorar lo que está escrito. Ese es un verdadero profeta ejerciendo ese don de profeta. La fe una vez y para siempre depositada a los santos, dada a los santos. Si alguien no hace eso, debe ser rechazado completamente. El día que yo deje de hacer eso, el día que yo venga y les diga puros chistes, les diga puras historias y abra la Biblia y de ahí nomás lea un versículo y me voy a quien sabe a dónde y le dé lo que usted quiere escuchar y darle cositas y cosquillitas en los oídos. El día que yo haga eso, usted deje de venir porque ya no estoy profetizando la palabra de Dios. Ahora, para terminar, me gustaría llamar la atención. En su Biblia, habla a la primera de tesalonicenses, porque ahí Pablo dice algo muy interesante acerca de la profecía. Con esto terminamos en primera de tesalonicenses 5, 16 al 22. Primera de tesalonicenses 5. del 16 al 22, mire lo que la palabra del Señor dice ahí, lo que Pablo le instruye a esta iglesia. Mirad que ninguno devuelva mal por mal, sino procurad siempre lo bueno, los unos para con los otros y para con todos. El 16, estad siempre gozosos, orad sin cesar, dad gracias a Dios en todo, porque esa es la voluntad de Dios para vosotros. No apaguéis el espíritu, no menosprecéis las profecías. O sea, la palabra de Dios proclamada, explicada, aplicada por el Espíritu Santo a través de hombres. Y en veces yo no digo cosas, en veces yo digo, ay, ¿por qué dije eso? ¿Y por qué dije lo otro? ¿Y por qué me pasé esto? Pero la Palabra de Dios proclamada, explicada, aplicada por el Espíritu Santo directamente a tu corazón. No la debes de menospreciar, no la debes de hacer menos. No la debes de hacer menos. Pablo le dice a Timoteo, a un joven que era un, un, un, un Maestro, él establecía iglesias y les dice a Timoteo, Timoteo, predica la palabra. Insiste en tiempo y fuera de tiempo. Y lo dice, en esa palabra esto es lo que vas a hacer, redarguir y reprender, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Eso es predicar la palabra de Dios. Y es lo que Pablo dice, no menosprecéis las profecías, las profecías escritas aquí. Y cuando alguien trata de traer esta profecía y explicártela y ponértela en tu corazón y a través del poder del Espíritu Santo viene y la aplica a tu vida. No menosprecies eso. Y el 21 dice, antes bien, examínalo todo cuidadosamente. ¿Cómo lo vas a examinar? Te pregunto en esta tarde, cómo vas a examinar que lo que yo te digo. Tiene sentido o es cierto o se puede respaldar bíblicamente, cómo lo vas a examinar tú? Pues si corresponde, si es consistente, si está de acuerdo, si cuadra. Con la fe una vez y para siempre entregada a los santos, que es la palabra de Dios, así es como tú lo vas a poder examinar cuidadosamente cuidadosamente es el Evangelio de Dios es el testimonio de Jesús porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía dice Apocalipsis la predicación es exponer a Cristo Por eso les digo yo siempre, miren a Cristo, sean como Cristo. Cristo debe ser el centro de cada palabra que sale detrás de un púlpito. Debes de tú examinarlo, no te creas todo lo que yo te diga. No te lo creas. Créelo porque tú lo miras en la Escritura. Créelo y hazlo porque tú lo miras en la Escritura. Con cuidado. Tú no creas lo que cada profeta, predicador te dice. Créelo porque lo miras y porque el Espíritu Santo te convence y te derragulle de que estás en error. Y si el Espíritu Santo no te derragulle eso, pues quizás hay otros problemas o el problema es el predicador. Pero tú debes de hacer esto. Pensar las cosas. Así como los de Berea en el libro de los Apóstoles, de los Hechos de los Apóstoles, ellos examinaban a ver si lo que Pablo decía concordaba con lo que estaba escrito en el Antiguo Testamento. ¿Concuerda? Entonces, para aplicarlo a tu vida hoy, porque cada quien que profetiza tiene que aplicarlo, pues ahí va la aplicación. Dejémonos de sentimentalismo y de emocionalismo. Dejemos eso atrás. Lo que se enseña hoy en día es de que si, si sientes, si hay emoción, si esta persona puede mover la gente por la manera elocuente que habla, por los chistes que se tira, eso es sentimentalismo. La palabra de Dios no tiene nada de sentimiento detrás de ello, a menos de que el Espíritu Santo venga por su poder y lo aplica a tu corazón. Pero dejémonos ya el sentimentalismo de hoy en día, el emocionalismo. Dejemos eso atrás y movámonos hacia adelante a lo que es bíblico, a lo que es seguro para nuestra vida juntos. Para que nuestra vida juntos sea sana. Para que nuestra vida juntos sea fuerte. Para que nuestra vida juntos sea sazonada con su gracia. Lo único que va a hacer esto posible es si nos apegamos a las Escrituras y exponemos y las creemos y las hacemos para esta vida juntos. Dios no nos ha sacado de esta vida. Y sabe para qué es la profecía, la predicación de la Palabra de Dios? Para exhortar. Para consolar, para corregir, para moverte a Ti, para que vivas una vida para Su gloria, para eso es, para eso es, para eso Dios dones. Amén. Padre te damos gracias en esta tarde porque Tú eres bueno Señor en dar dones Señor a Tu iglesia. Porque en veces Señor nosotros necesitamos mucho ser instruidos porque nosotros nacemos como bebés y no sabemos Señor si Tú no nos instruyes y gracias porque tenemos en abundancia Señor Tu Palabra y ayúdanos Señor trae a esta pequeña congregación Señor más gentes que amen Tu Palabra que te amen a ti, al Dios que dio esta palabra como suficiente. Que no necesiten, Señor, ser movidos por emocionalismo de este mundo, donde las iglesias parecen ya más conciertos mundanos que iglesias cristianas. Trae gente, Señor, que te ame a ti y que quieras, Señor. unirse a un cuerpo donde tratamos de ejercer como tú nos pides para la unidad del cuerpo en humildad y amor, Señor. Pedimos, Señor, que tú nos des en tu gracia, Señor, más gente que piense así de esta manera. Señor, te pido que tú bendigas a mis hermanos, Señor. Bendiga es la predicación de Tu Palabra. En el nombre de Jesús, Tu Hijo lo pedimos. Amén.
Dones de Gracia—según Romanos
Series El Evangelio según Romanos
Sermon ID | 1102239403509 |
Duration | 58:45 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 12:6 |
Language | Spanish |
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