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2.10 Primera de Timoteo 2.10 Dice así la palabra del Señor. Si no con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. Esta instrucción que viene a dar Pablo a Timoteo es la segunda en una serie de instrucciones y de ordenanzas para las mujeres dentro de las congregaciones. Anteriormente hablamos de la necesidad que tenían las hermanas de poderse vestir de una manera decorosa para comunicar. La apariencia de una mujer cristiana, de una mujer que profesa la piedad en contraste con la manera en cómo se visten las mujeres del mundo. El apóstol acentúa que la mujer cristiana tiene que diferenciarse del mundo y su vestuario tiene que comunicar la piedad que ella profesa. Pero el mensaje, si se queda hasta ahí, es un mensaje inconcluso, porque el apóstol va a venir a sugerir cuál es dónde debería de estar el corazón de las amadas hermanas en lugar de centrar sus fuerzas, en lugar de centrar el esfuerzo del ejercicio de su fe en situaciones meramente superficiales. Y entonces en contraste viene a decir que las mujeres puedan vestirse con buenas obras como corresponde a las mujeres que profesan la piedad. Entonces lo que nos da a entender esta enseñanza es que las mujeres que profesan la piedad deben sustentar su testimonio con su comportamiento y con su apariencia piadosa. Y la manera en la que nos va a sugerir el apóstol Pablo que esto debe hacerse es adornándose con buenas obras. ¿Cómo van las mujeres a lucir la modestía? ¿Cómo van las mujeres a lucir todas esas virtudes que el apóstol está hablando? Y él dice por medio de las buenas obras. No se trata tanto del vestuario como de las hornas, de las obras que adornan nuestro comportamiento y nuestra apariencia. Entonces, vamos a comenzar esta mañana viendo algunos términos claves que nos presenta ese pasaje. ¿Verdad? Vamos a ver a lo que se refiere cuando habla acerca de buenas obras. Vamos a definir también lo que refiere cuando se habla acerca de la piedad. Y vamos a definir también cuando se habla de la palabra profesar. De qué es lo que está hablando el apóstol Pablo acá. Comenzando con buenas obras, esa palabra que es sagatón se refiere a las obras que realmente son buenas y no solamente que son obras en apariencia. Son obras buenas de corazón, que nacen de un corazón genuino delante de Dios y no solamente una obra hecha para que los demás lo miren o para salir del paso. Así que no se trata solamente de aparecer en la foto, sino que se trata también de ensuciarse las manos en el proceso para lograr hacer algo, ¿verdad? Las buenas obras no necesariamente son vistas, pero sí actuadas o ejecutadas. Y esto es propio, hermanos, de las mujeres que profesan la piedad. Su intención no es que la anden viendo, sino que su intención es trabajar, como nos muestra a nosotros el caso de la mujer virtuosa en Proverbios 31. Luego, cuando hablamos de la palabra profesar, esa palabra es evangelia, y esa palabra significa hacer un anuncio público. Esto nos habla a nosotros de que las buenas obras que caracterizan a las mujeres cristianas, en virtud de la profesión de amor a Jesucristo que ellas han hecho, se han comprometido públicamente a seguir la piedad. Es un compromiso que tienen no solamente con los de su casa, o no solamente con las personas allegadas a ellas, sino que es un compromiso público ante la asamblea de cristianos, ante la asamblea de creyentes reunidos, y ante el Señor Jesucristo por encima de todo. Y luego tenemos el término piedad, que viene de la palabra griega teosebia. Y eso se refiere a mostrar reverencia a Dios. Declarar que usted es cristiana es comprometerse a que usted va a amar, a que usted va a adorar, a que usted va a honrar, a que usted va a temer al Señor. Una mujer no puede pretender temer a Dios y hacer caso omiso de lo que Dios dice en su palabra en relación a su conducta. Si vamos a decir que somos cristianos, si vamos a decir que vamos a seguir a Cristo, si vamos a decir que somos personas de piedad, personas que confiesan, que ponen su confianza en Cristo Jesús, necesariamente tenemos que amarlo, adorarlo, honrarlo y temerlo. No puede pretender una persona decir que es cristiana y hacer caso omiso a lo que dice la palabra con respecto a su apariencia y a su conducta. Eso es incongruente con la profesión de fe. Si usted ha hecho una profesión de fe en Cristo Jesús, su comportamiento, su conducta y su apariencia tiene que ser congruente con esa profesión. No puedo yo llenarme la boca diciendo que soy cristiano y tener una conducta impía o tener una apariencia como la de la gente del mundo. Eso se tiene que evidenciar en mis buenas obras, en las cosas que la gente puede ver acerca de mí. no se puede contradecir el plan de Dios para nuestras vidas en la iglesia y a pesar de eso decir o pretender que amamos a Dios esto resulta hermanos y van a encontrar ustedes que va a resultar bien relevante en las siguientes instrucciones que vamos a estar leyendo así que acuérdese y guarde esto en su memoria y en su chip ¿verdad? que es necesario que si nosotros decimos amar a Dios tenemos que hacer caso o tenemos que ser obedientes a su palabra no importa lo que sea que nos diga su palabra ahorita pues quizás todos dicen amén quizás todos están de acuerdo pero vamos a llegar a un momento en este texto en que las cosas se ponen un poquito difíciles pero con la ayuda de dios pues vamos a salir adelante. Si usted está de acuerdo en que usted tiene que obedecer a Dios porque usted lo ama, entonces usted va a estar conmigo en este en este capítulo. Así que aguanten un rato y siga viniendo también porque esto no es tampoco el final de este mensaje. Ahora, una de las preguntas que surge frecuentemente cuando hablamos o cuando estudiamos toda esta sección de instrucciones para la mujer cristiana en la iglesia es ¿Por qué solo a las mujeres le dicen estas cosas y por qué no a los hombres? Son preguntas que usted se va a encontrar a lo largo de toda esta sección. Y aunque se le da estas instrucciones de manera directa a la mujer, quiero decirle a mi amado hermano, varón, que estas instrucciones no están limitadas para el hombre tampoco. Pero hay algunas de ellas que tienen una aplicación y en última instancia la aplicación de estas ordenanzas que se les da a la mujer vienen a desembocar en la familia y por consiguiente a los hombres también que están ahí en el límite de influencia de la mujer. Y la razón por la que se le dan estas instrucciones de manera más directa a la mujer es por la influencia que la mujer puede ejercer en el hogar. Mientras que el hombre aporta el liderazgo en una familia, la mujer aporta los valores emocionales que si provienen de un corazón regenerado, glorifican a Dios de una manera muy singular. entonces Dios tiene en mente, el plan de Dios es impactar la familia dándole estas instrucciones específicas a la mujer porque Dios sabe que la mujer crea un vínculo emocional muy importante en sus hijos y en el resto de su familia y esto hermanos se lo digo, hermanas, se lo digo con toda sinceridad y no solamente para ganarme su simpatía después del tema tan difícil que vimos la vez pasada, ¿verdad? Pero es importante que nosotros sepamos esto. Tim Chalice, un popular escritor reformado, escribió un artículo titulado El poder de la madre que ora. Y en este artículo él narra cómo los grandes hombres de la fe Desde Atanasio de Alejandría, pasando por John Newton, Hudson Taylor, Charles Spurgeon, J.C. Ryle, el Obispo de Liverpool, sin ningún orden particular hermanos, hasta llegar a John Piper y Manuel Cheran, todos han sido impactados por una madre que ha orado. La influencia de su madre ha logrado impactar su vida a grado tal de involucrar. a muchos hombres dentro del ministerio. Entonces el liderazgo o la función que ejerce una madre dentro de una familia es algo muy importante. Sin duda, cuando Dios planta una semilla en el corazón de una mujer, puede esperar que sus frutos florezcan en el resto de una familia. Y por esta razón, pienso, mis amados, que Dios está dando estas instrucciones de manera directa a las mujeres. Y cuán cierto, hermanos, es esto también en el trabajo del ministerio. muchas veces para nosotros como pastores las ocupaciones en el estudio de la palabra y en la oración nos hacen olvidarnos de las buenas obras hacia los demás hermanos y hacia Dios primeramente pero a Dios gracias por nuestras mujeres que son ayudas idóneas y ellas siempre nos recuerdan acerca de la importancia del amor sacrificial detrás de estas buenas obras Entonces, comenzando con nuestro tema, ya encaminándonos en la parte más sustancial de este estudio ¿Cuáles son esas buenas obras con las que las mujeres deben adornarse? ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de estas buenas obras? Y para contestar estas preguntas, vamos a ver seis puntos muy importantes que nos definen a nosotros esta situación de las buenas obras. En primer lugar, ¿qué son y qué no son las buenas obras? En segundo, ¿cuál es el propósito que tienen estas buenas obras? En tercero, ¿de dónde viene esa capacidad para poder hacer buenas obras? En cuarto, ¿qué pasa cuando cumplimos con hacer estas buenas obras? En quinto, ¿qué debemos esperar de nuestras buenas obras? Y por último, ¿cómo recibe Dios nuestras buenas obras? Así que comencemos con la primera. ¿Qué son y qué no son estas buenas obras? Es importante que definamos esto, hermanos, porque el mundo nos ha enseñado a nosotros que buenas obras es ayudar a una ancianita a cruzar el semáforo, ir a limpiar las calles después de un desfile, hacer esto o hacer el otro, y son cosas que nosotros vamos a ver que son contrarias al concepto que Dios tiene acerca de las buenas obras. Entonces, cuando hablamos de las buenas obras, tenemos que saber que las buenas obras del mundo son como los días festivos en Honduras. Hoy día tenemos más días festivos que días laborales. Siempre están inventándose un nuevo día para conmemorar. Virtualmente nosotros podemos ir a cualquier día al calendario y encontrar que los 365 días del año corresponden a una festividad en particular. Y para cada una de esas particulares hay ciertos grupos sociales que piden que sea un día de feriado nacional. Ahí tenemos a los abogados pidiendo que el día de los abogados sea un feriado nacional. Tenemos a los mercadólogos, tenemos a los arquitectos, tenemos a los odontólogos, por ahí, ¿verdad? Cada quien jala agua para su propio molino y están pidiendo que cierto día festivo sea un día de feriado nacional, ¿verdad? Sin embargo, nosotros tenemos un referente por el cual como hondureños nos comprometemos a observar ciertas festividades que por su trascendencia con nuestra identidad como hondureños podemos celebrar. Y este referente que nos dice a nosotros que días son feriados y que no, es la constitución de la república. Así que sólo los que la Constitución de la República enumera como días feriados o días festivos, en efecto, los son. ¿Y esto qué tiene que ver con las Buenas Obras? Es lo mismo. Porque el mundo llama Buenas Obras a vertir un amor desenfrenado hacia los animales. ¡Pobrecitos los animales! Tenemos que rescatarlos de la calle, tenemos que hacer esto y el otro con los animales. Habiendo, hermanos, tanto niño necesitado de amor en los orfanatos, el mundo nos llama a vertir nuestro esfuerzo y nuestro amor en rescatar animales. No estoy diciendo que sea malo, pero la desproporción y la desigualdad es, me parece a mí, contrario a darle el valor que tiene una vida humana. También el mundo llama a buenas obras a cuidar el planeta antes que la vida de un bebé en el vientre de una madre. Todo el mundo está preocupado por salvar el planeta, todo el mundo está preocupado por la contaminación ambiental, por el calentamiento global, por el cambio climático y desestiman, desestiman la vida de un bebé en el vientre de una madre, promoviéndolo como un derecho universal de las mujeres para poder terminar con la vida de un bebé. Entonces les importa más el planeta que la vida de un niño no nacido. Y el mundo llama eso buenas obras. Otro ejemplo de esas buenas obras para el mundo es promover las perversiones homosexuales antes que proteger la santidad de la institución del matrimonio diseñado por Dios. Y el mundo dice que eso es una buena obra. Así que el problema es que si el término de buenas obras se deja abierto a la interpretación humana, es un término demasiado subjetivo para que el humano que tiene afectos depravados de corazón, lo interprete como algo bueno. Que sea el corazón humano el que diga esto es bueno y esto es malo. No podemos nosotros discernirlo. Porque para lo que para mí es bueno, puede que para usted no lo sea. Quizás para alguien sea una buena obra librar a una joven de un embarazo no deseado. Mientras que para una persona con conocimiento verdadero y temor de Dios, no lo sea. Entonces, ¿quién tiene la razón? ¿Quién está haciendo una buena obra? ¿El que interrumpe el embarazo? ¿O el que se opone a ese y promueve la vida? ¿Se da cuenta? Entonces, gracias a Dios y en su infinita sabiduría, misericordia y providencia, Él dejó para nosotros establecido lo que Él considera como buenas obras. De lo contrario, estaríamos con los días festivos llamándoles buenas obras a todas las cosas que se nos ocurran. ¿Qué son entonces las buenas obras? Bueno, la palabra nos dice a nosotros cuáles son las buenas obras según Dios. Entonces quiero que me acompañe a Miqueas 6, 8. Miqueas 6, 8. Mire lo que dice que son buenas obras. Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, ¿y qué pide Jehová de ti? solamente hacer justicia y amar misericordia y humillarte ante tu Dios. Conforme vayamos viendo estos pasajes vamos a ir viendo que lo que el mundo tiene como buenas obras es muy diferente a la idea que Dios tiene o la definición que Dios tiene acerca de estas buenas obras. Cuando hablamos de justicia, tenemos que entender que nuestro sentido de justicia está viciado por un corazón lleno de pecado. Para muchos, justicia es quitarle al rico para darle al pobre. Eso es justicia. Pero para Dios, justicia es asegurar que ambos, el rico y el pobre, tienen igualdad de oportunidades para hacer riquezas. Eso es justicia. Entonces, ¿tenemos que ver la justicia desde la perspectiva de Dios y no la perspectiva del hombre? Porque la justicia de Dios dice que está bien y que es un derecho universal que una mujer pueda ponerle fin a la vida de un niño no nacido. ¿Se acuenta? No podemos confiar nosotros en la justicia del mundo. tenemos que confiar en la justicia de Dios y para entender la justicia de Dios tenemos que leer la palabra y tenemos que saber tenemos que conocer el corazón de Dios para saber lo que es justo y poder cumplir lo que nos dice Miqueas a nosotros lo que pide Jehová de nosotros es solamente hacer justicia pero no justicia conforme al mundo no justicia conforme a nuestro corazón sino que justicia conforme a lo que Dios dice que es justo luego cuando hablamos de misericordia misericordia hermanos, no solamente es para el necesitado no solamente es para las personas paupérrimas en la calle la misericordia es también para los de nuestra casa para aquellas personas que nosotros no toleramos con quienes tenemos, llegamos a tener diferencias irreconciliables a ellos, a los de la casa nuestra primeramente Dios nos manda a mostrar misericordia y nosotros muchas veces nuestro sentido de misericordia es ser candil de la calle y oscuridad de la casa con nuestros hijos no mostramos misericordia con nuestros padres no mostramos misericordia con nuestros hermanos con nuestros parientes cercanos no mostramos misericordia el señor nos recuerda y nos dice que bien tiene que tu ames a los que te aman a los que el nos ha llamado a mostrarle amores a aquellos que no nos aman A esos son los que tenemos que mostrar misericordia, porque esos son los que se van a perder. Pero no nos gusta, porque no hay ganancia en eso. Porque no hay reconocimiento en eso. Porque no hay triunfo en eso, porque no hay laureles en eso. Muchas veces hay sufrimiento, muchas veces hay agonía, muchas veces hay muchos sentimientos de situaciones difíciles. Pero la misericordia es primeramente para aquellos a los que nosotros, en nuestro corazón, pecador y rebelde, nos rehusamos a mostrársela. Y cuando nos habla acerca de la humildad, hermanos, todo mundo puede parecer humilde en una foto. Y todo mundo puede decir, ¡ay, qué muchacho más humilde! ¿Cómo ayuda? ¿Cómo hace? ¿Qué líder más humilde? ¿Cómo anda ahí en todas las...? ¿Qué nos dice Miqueas? ¿Para qué es la humildad? Para humillarnos delante de Dios. De nada nos sirve humillarnos delante de los hombres si no estamos dispuestos a humillarnos primeramente delante del Señor. La humildad no es para las selfies de Facebook ayudando a los necesitados. La humildad es para rendir tu vida en adoración y obediencia delante de Dios. Luego encontramos Romano 12.2 que nos habla también acerca de qué es una buena obra. Nos dice Romano 12.2, Otra buena obra según Dios es no conformarse al mundo sino perseverar en la santidad. Se da cuenta como muchas veces nosotros invertimos en un montón de actividades y en un montón de cosas pensando que son buenas obras, pero no estamos haciendo lo que la palabra nos dice que son buenas obras. Mientras que estamos ahí afuera ayudando a los necesitados, a los que necesitan un acto de servicio o un acto de misericordia, nos estamos olvidando de hacer las cosas que realmente son buenas para nuestra alma. Las cosas que realmente son buenas delante de nuestro Dios. Cosas como no conformarnos a la imagen del mundo. Cosas como estar perseverando en nuestra santidad. Esas son las buenas obras que Dios demanda de nosotros. Luego encontramos en Hebreos 13.21 otra buena obra. Que os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad haciendo Él en vosotros lo que es agradable delante de Él por Jesucristo al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Buena obra es hacer la voluntad de Dios permitiéndole a Él hacer lo que es agradable a Cristo para la gloria de Él y no la tuya. Es hacer la voluntad de Dios permitiéndole a Él hacer lo que es agradable a Cristo para la gloria de Él y no la gloria tuya. En otras palabras, mi hermano, tus buenas obras no se van a notar. Nadie se va a dar cuenta cuando hagas una buena obra, porque no se trata acerca de ti. Las buenas obras no tienen que reflejarte a ti, sino que tienen que reflejar a Cristo. Si tú te estás llevando la gloria, entonces realmente no es una buena obra la que estás haciendo. Pero si el Señor es el que se lleva la gloria en las cosas que hacemos, entonces ahí sí. Colosenses 2.3 dice, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Otra buena obra es escudriñar la palabra para encontrar los tesoros de la sabiduría y el conocimiento, como dice en Segunda de Tiboteo 3.16 y 17. Y este es un versículo que usted se sabe mejor que yo. Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y enteramente preparado, ¿para qué? Para toda buena obra. Muchos de nosotros no relacionamos buena obra con leer la escritura, con escudriñar la escritura. Ya hice mis buenas obras porque le llevé una canasta de comida a aquella familia que estaba necesitada. Hermano, ese es un acto de servicio, ese es un acto de misericordia. ¿Leíste la palabra este día? ¿Escudriñaste en la palabra del Señor? Esa es una buena obra. ¿Te aseguraste de que estás haciendo la voluntad de Dios con tus acciones? Esa es una buena obra. ¿Te humillaste delante de Dios para ponerle todos sus planes a Él esta mañana? Esa es una buena obra. Así que no confundas actos de servicio y de misericordia con buenas obras. Las buenas obras de Dios no tienen nada que ver con lo que nosotros pensamos o consideramos como buenas obras. Ahora, ¿cuál es el propósito de estas buenas obras? ¿Cuál es el propósito detrás de estas buenas obras? Bien, nuestras buenas obras, hermanos, tienen que manifestar obediencia a los mandamientos de Dios como fruto y evidencia de una fe verdadera y viva según Santiago 2.17. El propósito de una buena obra es evidenciar obediencia nuestra a los mandamientos de Dios como un fruto y una evidencia de una fe verdadera y viva. Si nuestras buenas obras no están haciendo eso, entonces realmente no son buenas obras. Las buenas obras nos permiten expresar nuestra gratitud a Dios, fortalecen nuestra seguridad en Él, Edifican a nuestros hermanos. ¿Cuántas de las obras que tú has hecho en los últimos años han edificado a tus hermanos? ¿O únicamente han servido para que eleves tu perfil de liderazgo? ¿Para con los pastores y para con los demás hermanos? ¿Realmente tus buenas obras expresan la gratitud que tú tienes a Dios? ¿Te dan seguridad en Él? Edifican a tus hermanos. Adornan tu profesión en el Evangelio. y algo muy interesante que dice primera de Pedro 2, 12 y 15 que las buenas obras tapan la boca de nuestros adversarios hacen callar la boca de los ignorantes y glorifican a Dios ¿a quien glorifican nuestras buenas obras realmente? mire este es un checklist que usted puede ir haciendo para darse cuenta si sus buenas obras realmente son buenas obras expresan su gratitud a Dios, fortalecen su seguridad en Él, edifican a otros hermanos, adornan su profesión en el Evangelio, tapan la boca de hombres ignorantes y glorifican a Dios. Si nuestras buenas obras cumplen con esas cosas, entonces estamos bien. Pero si nuestras buenas obras únicamente nos glorifican a nosotros, ahí sí tenemos un serio problema. En pocas palabras, hace a Dios relevante. Nuestras buenas obras hacen a Dios relevante y a nosotros irrelevantes. Pero al hacerlo de esta manera, al ser desconocidos por los hombres, nosotros pasamos a ser reconocidos por Dios para vida eterna. Y no hay gloria más grande que esa. Aunque seamos ignorados por los hombres, nosotros somos conocidos por Dios. Estas son entonces, hermanos, las obras en las que nosotros deberíamos estar trabajando, principalmente las hermanas, para dar ejemplo a los demás miembros de su familia y de su congregación. Número tres, ¿de dónde viene esta capacidad en nosotros para poder hacer buenas obras? Y es necesario que para esto entendamos que ningún hombre sin Cristo tiene la capacidad de hacer buenas obras. Porque las buenas obras que está haciendo sin Cristo las está haciendo únicamente para Él. Isaías 64.6 nos arroja más luz acerca de esto. Dice, si bien todos nosotros somos como suciedad y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia, y caímos todos nosotros como la hoja y nuestra maldad nos llevaron como el viento. Isaías nos dice que nuestras buenas obras, las obras más justas del hombre más justo, son trapos de inmundicia delante del Señor. ¿Por qué? Porque no glorifican a Dios, sino que lo glorifican a Él mismo. Porque no proceden de un corazón regenerado, sino que procede de un corazón pecador que no sabe distinguir entre la justicia del mundo y la justicia de Dios. Juan Calvino expresaba lo siguiente, lo bueno que miran en mí es Cristo y lo malo que ven en mí soy yo mismo. Soy yo mismo. De manera que como creyentes nuestra capacidad para hacer buenas obras no es de nosotros mismos sino que es completamente del Espíritu de Cristo El Espíritu Santo, el que nos capacita a nosotros por medio de la regeneración, por medio de la santificación, para poder hacer buenas obras, y Él actuando de nosotros, es el que nos permite hacer aquellas cosas que son agradables delante de Él, porque son Su voluntad. De lo contrario, el resto de nuestras buenas obras solo son show. No nos distinguimos en nada con las organizaciones filantrópicas, con las organizaciones humanistas. Si nuestras buenas obras no están en consonancia con la palabra de Dios, realmente no son buenas obras. Así que para que podamos tener esa capacidad para poder hacer buenas obras, además de las virtudes que ya nos ha dado el Espíritu Santo, necesitamos tener una influencia real del Espíritu Santo. porque Él es el que obra en nosotros tanto el querer como el hacer, dice la palabra del Señor. Entonces nosotros necesitamos dejar que el Espíritu Santo influencie en nuestra vida de una manera poderosa que nos impregne de ese querer y de ese hacer para poder realizar las buenas obras. ¿Cómo podemos tener nosotros esa influencia real del Espíritu Santo? congregándonos, sirviendo, estudiando la palabra, teniendo comunión unos con otros, etc, etc. Pero si piensas que puedes tener influencia del Espíritu Santo quedándote en tu casa y viendo Netflix, por los estándares bíblicos permítame decirle que usted está muy equivocado la única manera en la que usted va a ganar influencia del Espíritu Santo es participando de las obras de los santos del Señor en su congregación, en el estudio de la palabra, en el servicio y en todas las cosas que involucran la gloria del nombre de Dios no estando en nuestra casa vegetando ni participando en actividades ociosas La manera en como nosotros recibimos influencia del Espíritu Santo es estando acá en la iglesia, es yendo a los grupos pequeños, es participando en las actividades de la iglesia, estando con otros creyentes. El que es creyente está llamado a hacer su vida en torno a la familia de la fe. Si a usted le importa la gloria de Cristo, usted va a estar más involucrado en las cosas que tienen que ver con exaltar el nombre de cristo que en las cosas que tienen que ver con darle valor a la carne a eso hemos sido llamados por eso el llamado al cristianismo no es algo fácil hay un montón de cosas a las que tenemos que renunciar muchas cosas que queremos aún más que el mismo cristo aún más que el mismo cristo Si es el Espíritu el que pone en nosotros el querer como el hacer, tenemos que entender hermanos que esto no significa que nosotros nos vamos a volver negligentes. Ah no, yo no voy a hacer nada hasta que el Espíritu Santo ponga en mí el querer y el hacer. Porque hay hermanos que piensan así de esa manera. no debemos esperar que el Espíritu Santo ponga en nosotros el querer y el hacer por el contrario debemos ser diligentes en avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros por eso Pablo le dice a Timoteo en 2 Timoteo 1.6 por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos como avivamos ese fuego del don de Dios en nosotros por una administración del pastor por una declaración desde el púlpito por un acto de rompimiento espiritual en el que se traspasan dimensiones y cae sobre nosotros una unción especial para avivar el fuego no ninguna de esas cosas tampoco ese fuego se va a avivar desde el rechinar de una maca tenemos que trabajar por eso y tenemos que estar cerca de la llama de la congregación de los santos para que nuestro fuego pueda arder Si estamos lejos, más temprano que tarde nos vamos a enfriar. Número 4. ¿Qué pasa cuando cumplimos con hacer estas buenas obras? Obviamente todo el mundo sabe que las buenas obras traen recompensa. El mundo premia las buenas obras. Recientemente la iglesia romana en nuestra ciudad otorgó unos reconocimientos llamados sirineos que se les da a las personas que hacen buenas obras. esta palabra de sirineos viene de un personaje en la biblia que se llama simón de sirene que ayudó a jesús por orden de los romanos a cargar la cruz y básicamente su reconocimiento está diciendo muchas gracias por ayudar a jesús a cargar la cruz como que si el señor necesitara de nuestra ayuda pero ese es un tema que vamos a hablar quizás en otro momento el punto es hermanos que nadie nadie hace nada hoy en día si no hay un incentivo para ganar ya sea un incentivo monetario o no monetario así que para contestar esta pregunta ¿qué pasa cuando cumplimos con hacer las buenas obras? la respuesta increíblemente fantástica y fabulosa es que absolutamente nada no ganamos nada lucas 1710 nos contesta esa pregunta a nosotros. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado decir, siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer hicimos. ¿Qué sucede cuando usted hace buenas obras? Nada, porque está haciendo lo que usted tiene que hacer. ¿Cómo le parece? La segunda confesión bautista de Londres dedica todo un capítulo, el capítulo 16, a hablar acerca de las buenas obras. Y ésta nos dice lo siguiente. Quienes alcancen la máxima obediencia posible en esta vida, quedan tan lejos de llegar a un grado máximo y de hacer más de lo que Dios requiere. Hermanos, el hombre más justo y más santo en la tierra está lejos, lejos de llegar al estándar de lo que Dios quiere de nuestras buenas obras. que nos falta mucho de lo que por deber estamos obligados a hacer así que ni podemos llegar allá arriba y todavía lo que hemos hecho no está llegando ni siquiera al mínimo de lo que nosotros deberíamos hacer así que hermanos no hay tales de que yo hice, yo di, yo puse, yo traje, yo llevé y aquí no me reconocen nada excelente, te vamos a reconocer, te reconocemos oficialmente como siervo inútil ¿Cómo le parece? Y eso es de acuerdo a las palabras de Jesús. Un hermano sirve, es diligente, lleva, trae, pone, da y todo, el galardón al siervo inútil. Porque hicimos lo que nos tocaba hacer. Hermano, no se enoje conmigo. Eso es lo que dice Jesús. Eso es lo que dice Jesús. Nuestras buenas obras no aportan en nada. Sin embargo, las tenemos que hacer. Es nuestra responsabilidad como cristianos. ¿Qué debemos esperar entonces de nuestras buenas obras? Alguien podrá jactarse de que sus obras son conformes a las que dice la Biblia. Hermano, mis obras, si usted las pone bajo la perspectiva bíblica, son como dicen la Biblia. Yo estoy en concordancia con lo que dice la Biblia. ¿Qué debo esperar entonces? Si sus obras son congruentes con la Biblia, nada tampoco. Recuerde que nuestras obras son buenas en primer lugar porque proceden del Espíritu Santo y no proceden de nosotros. Así que si usted hace algo bueno es porque el Espíritu Santo lo hizo a través de usted y al ser hechas por nosotros son impuras y están mezcladas con tanta debilidad y con tanta imperfección que no van a poder soportar la severidad del juicio de Dios. Aún cuando presentemos nuestras buenas obras en el día del juicio, no van a pasar la severidad del juicio de Dios porque va a decir, tus buenas obras no me impresionan en nada. No has logrado nada con tus buenas obras. Tus buenas obras no te compran la salvación. Tus buenas obras no te compran la entrada a la vida eterna. Cuando Cristo vuelva, nuestras buenas obras no serán nada más que heno, paja y hojarasca. Por lo tanto no podemos, aun por nuestras mejores obras, merecer el perdón del pecado o la vida eterna de la mano de Dios. A causa de la gran desproporción que existe entre nuestras obras y la gloria que ha de venir, y también por la distancia infinita que hay entre nosotros y Dios, a quien no podemos beneficiar en nada por nuestras mejores obras, ni satisfacer la deuda por nuestros pecados anteriores. ¿Qué cosa podemos hacer para ganar la vida eterna? ¿Qué cosa podemos hacer nosotros que nos gane el perdón de parte de Dios? ¿Qué cosa podemos hacer nosotros que le añada gloria al nombre de Dios? Hermanos, ¿qué cosa puede usted hacer que contribuya a ser más grande a Dios? Nada. Absolutamente nada. Job, el hombre más justo sobre la tierra, estaba lejos de alcanzar la salvación por sus obras. Y mire lo que le dice su amigo Elifaz en Job 22, del 2 al 3. ¿Traerá el hombre provecho a Dios? Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio. ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado o provecho de que tú hagas perfectos tus caminos? La respuesta es no. Nuestras buenas obras no aportan en nada a nuestra salvación. Nadie debe creer que por hacerlas está eximido de la ira de Dios. he escuchado personas que dicen no si yo soy bueno pastor yo no le hago daño a nadie cuando Cristo vuelva me voy a ir al cielo porque siempre ayudé siempre di siempre hice siempre aquí siempre allá romanos 3.23 nos dice que no hay justo ni uno solo ni uno solo nos dice que todos somos culpables y estamos destituidos de la gloria de Dios decir que serás eximido por tus buenas obras es como pretender que nosotros nos paremos ante un juez y seamos juzgados por un delito tan terrible como el de la violación y pretender que el juez nos vaya a absolver porque son más las cosas buenas que hemos hecho que lo malo que hemos hecho. No, señor juez, no me juzgue. Mire, yo siempre he ayudado, yo soy bueno, yo doy a los pobres, yo hago aquí, yo hago allá. No estás en juicio por las cosas buenas que tú has hecho. Estás en juicio por la única cosa mala que hiciste. Como seres humanos somos culpables delante de Dios. No estamos en juicio por nuestras buenas obras. En nuestro caso somos culpables de haber quebrantado la ley de Dios, y en el día del juicio seremos declarados culpables para la condenación eterna, a menos de que nos arrepintamos y pongamos nuestra confianza para salvación en Cristo Jesús. Entonces sí, Las obras de Cristo son más valiosas que nuestra maldad. Y la justicia que hay en Cristo va a ser imputada y aplicada a nosotros. Y de esa manera podemos ser salvos. De esa manera podemos ser declarados inocentes en el gran juicio de Dios. Esa es la única manera en que nuestras obras pueden tener valor. En que la justicia de Cristo sea aplicada a nosotros. Ya por último, ¿cómo recibe Dios entonces nuestras buenas obras? si hablamos de que no tenemos la capacidad para hacer buenas obras y de que nuestras obras son como trapo de inmundicia nos dice Isaías y que estas no aportan absolutamente nada para nuestra salvación entonces cómo pueden llegar a Dios nuestras obras y ser llamadas buenas en primer lugar Dios no recibe todas las buenas obras Él recibe únicamente las de aquellos que están en Cristo únicamente y por consiguiente tiene la facultad de hacer la voluntad de Dios aquellos que están en Cristo tienen la facultad de hacer la voluntad de Dios permitiéndole a él hacer las cosas que son agradables a Cristo para la gloria suya solo recibe las buenas obras de aquellos que están en Cristo Porque aquellos que están en Cristo tienen la capacidad de hacer las cosas que le agradan a Dios, de hacer las cosas que son la voluntad de Dios y que son para la gloria de Él. Por eso, aunque un impío lea la Escritura, practique la misericordia y se abstenga de pecar, aún sus obras siguen siendo desagradables a Dios. una persona que no está en Cristo Jesús por muy bueno que sea sus buenas obras no resultan agradables a Dios el infierno está lleno de buenas personas el infierno está lleno de personas que hacen misericordia el infierno está lleno de personas que ayudan, que dan, que hacen pero como no son esas cosas las que nos hacen justos delante de Dios sino que es el estar en Cristo Jesús Así que por mucho que Simpío se mate leyendo la Biblia, se mate absteniéndose de pecar, se mate ayudando a otros, sus buenas obras no llegarán a ser buenas delante del Señor, porque no está en Cristo Jesús. Sus obras siguen siendo desagradables a Dios, porque como dijimos, no está en Cristo. Por tanto sus obras, aunque tienen apariencia de piedad, únicamente lo satisfacen a él mismo y no a Dios. Entonces alguien podría decir, bueno, si mis obras no agradan a Dios y no puedo hacer nada para agradarlo, ¿por qué me voy a esforzar? ¿Para qué voy a hacer entonces lo bueno? Si mis obras no van a ser recibidas por Dios ni le van a ganar nada. ¿Por qué tendría una persona que esforzarse en hacer buenas obras? Porque aún el descuido de no hacer buenas obras es más pecaminoso y más desagradable a Dios todavía. ¡Ay no, pastor, pero cómo dice eso si Dios deteste el pecado pero ama al pecador! Si mire cuánto lo ama, Salmo 7, del 11 al 12. Dios es juez justo y Dios está airado contra el impío todos los días. Si no se arrepiente, Él afilará su espada. Armado tiene ya su arco y lo ha preparado. Tensado tiene ya su arco, dice. Es como cuando ya lo hizo para atrás y solo está esperando soltar la flecha para clavársela al que es impío. Dios está irado todos los días contra el impío. Y el que deje de hacer buenas obras resulta más desagradable y más pecaminoso para Dios. En segundo lugar, cuando estamos en Cristo, Dios no nos mira a nosotros. Dios no mira nuestras obras. Dios mira a su Hijo en nosotros. Y le place tanto la obra terminada, la obra completa y la obra perfecta de Cristo, que Él acepta aquello, acepta y recompensa aquello que es sincero, aun cuando provenga de un recipiente o de un instrumento tan débil y tan lleno de imperfecciones como el nuestro. Pero la obra de Cristo hace que Dios reciba con adorado y con placer nuestras obras y las recompense. ¿Con cuánta razón entonces el apóstol Pablo se expresaba en Gálatas 2.20 Con Cristo estoy juntamente crucificado. Ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí. Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Pablo sabía que la única probabilidad que él tenía para estar bien parado delante de Dios y que Dios recibiera con agrado sus buenas obras, era estar escondido en Dios. Era la garantía eterna que le daba ser uno mismo con Cristo. Por eso las buenas obras de Pablo se enfocaban en que su vida estuviera escondida en Dios, en que quien viviera su vida fuera Cristo y no él. Porque cuando nosotros vivimos hermanos de esa manera, Dios recibe nuestras buenas obras. Porque no son nuestras, son de Cristo. Esa es también, hermanos, la misma razón por la que nosotros debemos ocuparnos diligentemente en el estudio de la Palabra de Dios, para que crezcamos en nuestra imagen y nuestro carácter a la semejanza de Cristo. Pero hermano, si nunca estudiamos la palabra, si nunca la escudriñamos, si nunca nos preocupamos por servir, si nunca nos preocupamos por congregarnos, si nunca nos preocupamos por estar alrededor de otros creyentes, ¿cómo vamos a crecer en imagen y en carácter de Cristo? ¿Usted piensa que las cosas del mundo lo van a ayudar a crecer en carácter y en imagen a Cristo? ¿Usted piensa que los memes que lee en Facebook lo van a ayudar a crecer en carácter y en imagen a Cristo? ¿Usted cree que las series que pasa viendo todas las semanas lo van a ayudar a crecer en carácter y imagen a Cristo? No se equivoque. Solo hay una manera y es difícil. Difícil. No hay una forma fácil de hacer. Tenemos que esforzarnos. Por eso el camino del creyente requiere que ponga su vida en la cruz. que entregue su vida, que tome la cruz y que siga y tomar la cruz no es un camino fácil es un camino difícil pero es un camino que tenemos que hacer si nosotros queremos crecer en imagen y en carácter a Cristo para que nuestras obras sean agradables delante de Dios ya para terminar la manera en como Dios ha dispuesto que el ejercicio de este mandamiento se lleve a cabo es a través de la influencia de las mujeres en el hogar y la iglesia y que hermosa labor hermanas este es un ministerio tan importante que no debe ser descuidado porque cuando estemos en la presencia del señor nosotros, la iglesia como un todo dice la biblia que será ataviada como una novia perfecta y su atavío más hermoso su vestido más hermoso, el vestido que engalana a esa novia perfecta de Cristo, adivine cuál es las buenas obras nosotros leemos en Apocalipsis 19, 7 y 8 gocémonos y alegremos y demosle gloria porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente porque el hino fino es las acciones justas de los santos. Amadas han sido confiadas con un hermoso privilegio y una gran responsabilidad al ser adornadas con buenas obras. Que el Espíritu Santo nos ayude a todos a cumplir con este ministerio para que podamos presentar a su iglesia como esa novia perfecta, pura y sin mancha. ataviada con el lino fino que son las buenas obras de los justos. Pongámonos de pie, vamos ahora.
La Mujer Cristiana y Las Buenas Obras
Series Cumple Tu Ministerio
Pablo presenta a Timoteo una alternativa para la vestimenta de la mujer cristiana en contraste con la mujer del mundo. Esta alternativa son las buenas obras. Pero al estudiar que son estas buenas obras nos damos cuentas que lo que Dios llama buenas obras son cuestiones muy diferentes de lo que el mundo nos dice que es una buena obra. Estudiemos juntos de que son estas buenas obras.
Sermon ID | 10719143408074 |
Duration | 51:17 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Timothy 2:10 |
Language | Spanish |
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