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y así como estamos en pie hermano abrimos la palabra de dios al libro de santiago el libro de santiago el capítulo 1 para leer juntos lo que dice la palabra de dios hermano voy a comenzar a leer en el versículo 18 aunque el versículo 18 fue como el texto que cerró el último mensaje que tuvimos Quiero utilizarlo, hermano, porque es un puente para atar, hermano. El verso 18 es un puente que ata lo que hemos enseñado hasta ahora con lo que va a enseñar el Señor en los próximos versículos. Y dice, Él de su voluntad nos hizo nacer por la palabra de verdad para que seamos primicias de sus criaturas. Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios, Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que se considera en un rostro natural. porque él se considera a sí mismo y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña a su corazón la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta. Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo. Hermanos, hoy voy a predicar un mensaje que titulé El movimiento se demuestra caminando. El movimiento se demuestra cambiando. No es una frase que yo me inventé, es una frase que yo aprendí muchos años atrás. Pero hermano, decimos que creemos lo que Dios dice y que queremos ir donde Dios va. Pero hermano, el problema es que todo son palabras. Lo decimos con la boca, pero no lo mostramos con nuestros actos. Y la palabra de Dios es una palabra que nos enseña lo que somos. Por eso que yo le pedí que cantara ese hino en una oración. Mi corazón, oh Dios, examinalo hoy. Ayúdame, Señor, avívame. Ayúdame a ser un hacedor y no un oidor de tu palabra. Padre, yo te pido que bendigas la palabra y que nos ayudes, Señor, a participar en ella, a practicar lo que ella dice, Señor, a hacer lo que ella nos enseña. Y yo te ruego, Padre, que me escondas a mí tras lucre de Cristo, Padre. Ayúdame a recordar lo que estudié. Y ayúdame, Padre, a transmitir lo que Tu Palabra verdaderamente enseña. Que no sean mis pensamientos, que no sean mis palabras, que no sean mis ideas, que sea lo que el texto de Dios nos dice. Padre Celestial, no hay nada que yo pueda decir a los hombres que pueda transformar su vida. Es solamente lo que Tú dices. Tomado Padre y ungido por el Espíritu Santo de Dios, el que puede cambiar la vida de los pecadores. Yo necesito que tú me cambies. Necesito tu presencia. Necesito, Señor, que tú estés conmigo. Padre, yo quiero ser del mundo un vencedor. Por eso quiero guardar mi contacto contigo. Ayúdame, Señor, a ser un hacedor de la palabra y no solamente un oidor. Señor, que cada uno de nosotros tenga el deseo esta mañana de ser un hacedor y no solo un oidor. Gracias por reunirte con nosotros. En el nombre de Jesús. Amén. Yo no sé si usted cuando pequeño Hizo lo que hice yo, pero cuando pequeño me fascinaba, creía que me gustaba mucho manejar, porque de adulto me enteré que no me gusta. Pero cuando uno es niño, hermano, como que es algo que le fascina. Uno quiere montarse en los carritos, yo no sé, aquí bumper cars, ahí le llamamos los carritos locos, no sé cómo le llaman, pero le gustaba a uno montarse, hermano, o ir a un lugar donde uno está manejando un carro y cree uno que verdaderamente lo está manejando, aunque verdaderamente está montado un carril que lo guía a uno. Pero cuando niño uno piensa en que uno puede manejar. A mí me fascinaba hacer esto. al punto hermano que cuando tenía algunos 6, 7 años yo ponía en el piso dos pedazos de bloqueo, dos pedazos de madera, lo que encontrara y cogía una tapa y este era el guía y esos eran los pedales del carro. Y hermano en mi mente yo viajaba el mundo. Un día mi tío me llevó a casa de la esposa de su tía, estaba con mis padres y era en el campo. y cuando miramos en el campo había un río y antes del río hermano había un montón de basura que la gente había tirado y entre ellos había un carro abandonado adivine que yo fue lo que me aló, me aló el carro y cuando me monté hermano tenía guía y tenía pedales y tenía cambios y yo wow yo tenía algunos ocho años y hermano yo me monté y pasé yo no sé cuántas horas en aquel carro montado y en mi mente hermano yo viajé todo Puerto Rico. Yo fui a la casa de mis tías, yo fui y visité a mis primos, yo visité a todo el que yo quise y en mi mente yo iba manejando. Pero la pregunta es, ¿se movió el carro? Fue todo algo en mi mente. ¿Por qué el carro no podía llegar? Porque no tenía un motor que lo moviera, porque no tenía llantas, porque no tenía combustible, porque no servía. Muchas veces, hermano, nosotros creemos que estamos caminando, pero todo es algo mental. Está aquí, hermanos, y nosotros decimos, esto es todo lo que voy a hacer, y esto es todos los lugares a que voy a ir. Y en mi mente, hermanos, yo trazo una línea y trazo unos lugares donde voy a llegar, pero no llego. Porque todo, hermanos, es un proceso mental. No existe el combustible de la Palabra de Dios para que me mueva donde yo necesito llegar. No existe, hermanos, el motor donde el Espíritu Santo de Dios toma mi vida y me lleva donde yo quiero llevar, donde yo necesito llegar. Hermanos, ese es el problema que existe en nuestra vida. Somos como niños que nos montamos, hermanos, en un carro viejo que no tiene motor y llantas y creemos que llegamos. Pero no nos hemos movido una sola pulgada. Santiago, hermanos, Tiene como tema las señales de la verdadera fe. Hoy es el tercero de estos mensajes. Hemos mirado hermano en los versículos 2 al 12 que nosotros necesitamos aprender a gozarnos en las pruebas, en las dificultades que Dios permite en nuestra vida. Porque lo hace hermano para acercarnos a Él, para ayudarnos a ser semejantes a Él. Él lo permite en nuestra vida. pero después cambia el versículo 13 al 18 como miramos la semana pasada y nosotros pensamos que la prueba que viene es la misma prueba que existe en los versículos anteriores pero la palabra cambió ahora es la palabra tentación y aprendimos cuando estudiamos el texto la semana pasada que la tentación hermanos no viene de parte de Dios Porque Dios no puede ser tentado con el mal, ni Él tienta a nadie. La tentación existe dentro de nosotros. Nuestro pecado, nuestra naturaleza de pecado, hermano, nos empuja, nos atrae, la palabra nos arrastra. Pero vimos, hermanos, que no tenemos por qué caer en la tentación. Dios siempre provee una salida, una puerta de escape para que nosotros podamos triunfar. Ahora es interesante, que el versículo 18 nos dice a nosotros el de su voluntad nos hizo nacer por la palabra de verdad para que seamos primicia de sus criaturas si somos hijos de Dios no tenemos hermano porque vivir una vida derrotada cediendo continuamente a la tentación que Satanás y que nosotros hermano la mayor parte de las veces culpamos a Satanás cuando verdaderamente somos nosotros Él la presenta, pero no te obliga a caer. Tú caes porque tú te dejas arrastrar por el pecado, la concupiscencia que hay en ti. Y además nos dice a nosotros que nosotros fuimos salvados, lavados, regenerados de la palabra de verdad para que seamos primicia de sus criaturas. Somos hijos de Dios. y como Hijo de Dios la Escritura nos dice en Colosense necesitamos aprender a andar como es digno del Señor agradándole en todo llevando fruto en toda buena obra entonces en el versículo 19 utiliza una palabra para ayudarnos a atar ese tema con lo que Él está por enseñarnos y es la palabra por esto Hermano, esa palabra, ata, es una palabra, hermano, de enlace. Lo que nos está diciendo a nosotros es que nosotros como creyentes no sólo creímos lo que la palabra de Dios dice para salvación, sino que es un imperativo para la vida cristiana creer, estudiar, escudriñar, meditar y practicar la palabra para poder subsistir en nuestra vida diaria como creyentes. por cuanto nosotros hemos creído, por cuanto nosotros somos nacidos de nuevo. Por cuanto nosotros hemos sido lavados por la sangre de Cristo y regenerados por el poder del Espíritu Santo y Él utilizó la Palabra de Dios para ayudarnos a entender nuestra necesidad de Cristo, hermano, y nos dio la Palabra de Dios para vivir una vida de victoria, entonces nosotros necesitamos aprender a no ser oidores de la Palabra, sino hacedores de la Palabra. y en esta tarde hermanos yo voy a predicar yo quiero que miremos el movimiento se demuestra caminando pero la pregunta que yo hago es como Santiago nos enseña a ser hacedores y no solamente oidores y hay tres hermanos verdades fundamentales en estos versos Los versículos 19 y 20 nos dice a nosotros que el verdadero creyente presta atención a lo que la palabra de Dios dice. En el versículo número 21 al 25 nos dice, el verdadero creyente persevera privadamente en lo que la palabra de Dios nos dice. Habla de perseverar, primero es prestar atención después nos dice hay que perseverar esto implica hermano que estamos haciéndolo cada día pero nos dice entonces en los versículos 26 y 27 que el verdadero creyente practica públicamente lo que la palabra de Dios dice es decir no solamente hermano yo lo hago en mi vida personal cuando estoy solo no solamente lo hago hermano cuando la palabra de Dios me señala Esto se transmite en una práctica que envuelve a los demás. Así que con este bosquejo en mente, vamos a mirar lo que la Palabra de Dios tiene que enseñarnos. Y lo primero que yo quiero que entendamos es que el verdadero creyente presta atención a lo que la Palabra de Dios dice. Nota lo que dice el verso 19, porque es un mandato ¿Por cuánto? Versículo 18. Hemos sido lavados, somos regenerados, hemos nacido de nuevo. La Palabra de Dios mora en el corazón de nosotros, hermanos. Ahora somos primicias de las criaturas del Señor. Nota lo que dice. Por eso, mis amados hermanos, ahora no está hablando, hermano, a personas que no conoce el Señor, le está hablando a quienes, a los hermanos, todo hombre, ahora nota el mandato, sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse, porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Hermano, esto aparente texto nos puede confundir como si nosotros pudiésemos ganar la justicia de Dios, pero vamos a mirar lo que el texto verdaderamente está diciendo. utiliza la palabra pronto para el mandato sea pronto para oír significa la palabra pronto significa está listo como un soldado hermano está listo 24 horas al día porque no sabe cuándo hermano lo van a llamar o van a tocar la trompeta y tiene que salir a seguir las órdenes que le dan hermano como una persona está lista es decir está la palabra implica estar atento estar entusiasmado tener el deseo estar listo para recibir y asimilar lo que el mensaje que Dios tiene para con ellos yo me pregunto hermano cuántos de nosotros vinimos y por eso estamos tratando de tener estos 10 minutos de oración para alistarnos para prepararnos, para hermanos pedirle a Dios que nos dé a nosotros ese en inglés, ese deseo, ese anhelo, esa ansiedad de recibir lo que Dios tiene para nosotros, ese es el mandato que Dios dice, eso es lo que la palabra esté pronto, eso es lo que está diciendo, nosotros tenemos que estar alerta, tenemos que estar disponibles, tenemos que tener ese deseo Dios, háblame, como dijo Samuel, que tu siervo escucha. Yo me temo, hermanos, que nosotros no tenemos este tipo de prontitud en nuestra vida. Por eso es que nos convertimos en personas que hablamos y nos airamos. Ahora, vamos a hablar de eso en un momentito. Porque quiero que entendamos el mandato, la palabra oír, denota lo que se va a decir públicamente a través de la lectura e instrucción de la Palabra de Dios. Es decir, estoy listo para recibir el mensaje y la exposición de la Palabra de Dios. Y la Escritura nos dice, todo hombre, todo creyente debe de estar pronto, listo para recibir el mensaje público de la exposición de la Palabra de Dios. Y después te dice, La segunda parte te dice, sea tardo para hablar, sea tardo para airarse. Es interesante, la palabra tardo significa lento. Es decir, toma tiempo para reaccionar. Muchas veces reaccionamos de manera emocional sin meditar en lo que pasa o en lo que se dice. Hay dos palabras hermano, o hay varias palabras griegas para utilizar la palabra hablar. La primera, hermano, que quiero que miremos, y no es la que se utiliza aquí, es la palabra lego. Y esa palabra significa dar un discurso, disertar sobre algo utilizando la razón. Es lo que yo estoy haciendo hoy. Estoy haciendo un lego. Estoy, hermano, estudiamos lo que dice y estamos explicando, razonando lo que la palabra de Dios enseña. Pero hay otra palabra, es la palabra laleo. Y la palabra que utiliza aquí en el texto es la palabra LA LEO. Y esa palabra lo que significa es comunicar palabras, hablar sin pensar. ¿Cuántas veces nosotros hablamos sin pensar? ¿Pero sabe lo que me mueve a mí hablar sin pensar? Que la Palabra de Dios me confrontó y el Espíritu Santo de Dios me tocó y me atravesó. La Escritura nos dice a nosotros que es como una espada de dos filos. que penetra hasta partir que el alma las coyunturas y los tuétanos y disierne las intenciones y los pensamientos del corazón cuando la palabra de Dios hermanos me muestra el mensaje y yo hermanos me toca hermano y comienza hermanos a destruir a penetrar hasta las coyunturas y los tuétanos hermanos esos músculos que están hermanos a mantenernos atados y comienza a manifestarme las intenciones y los pensamientos que en mi corazón hay cómo reacciono yo esa es la palabra airarse la palabra hermano airarse hay varias palabras en la escritura muchas veces la palabra ira es exploto y digo cosas hermano que no te voy a decir pero hay otra palabra que es la que se utiliza aquí ese hermano como me agarró y no medité En lo que la palabra de Dios dice, ahora yo voy a maquinar maneras de destruir aquella persona que me señaló o que Dios utilizó para señalarme en mi necesidad. Y lamentablemente hermanos, por lo general, almorzamos tacos al pastor. Y yo no hablo de los tacos al pastor que le gusta ahí se comer al hermano Gregorio. Y no estoy diciendo que el hermano Gregorio se va a comer tacos al pastor hoy. Tú sabes lo que quiero decir, ¿verdad que sí? Es la carne, hermano, que si usted va y pide, le dice, denme un taquito al pastor. Pero hermano, usted no está tomando taco al pastor, está tomando taco al pastor. ¿Usted entiende lo que quiero decir? ¿Ah? ¿Por qué? Porque la palabra de Dios me agarró. Hermano, déjeme decirle algo. Y yo lo he dicho muchas veces aquí, lo voy a repetir. Si yo tengo un problema contigo, hermanos, yo no voy a usar este pulpito para resolver ese problema. La Biblia no me dice a mí que utilice el púlpito para resolver el problema que yo tengo contigo. La Biblia dice que yo vaya y privadamente lo resuelva contigo. Y yo voy a hacer lo que la Palabra de Dios dice. Si la Palabra de Dios te agarra, hermano, dale gracias al Señor que Dios te ama tanto que te está señalando lo que la Palabra de Dios dice. Y dice, sea tardo para hablar, decir cosas, hermano, que después posiblemente te vas a arrepentir. Sea tardo para irarse. Pero estoy listo para recibir lo que Dios tiene que enseñarme. ¿Por qué? Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Esa palabra, la ira, es decir, tú, hermanos, hablar cosas, hermanos, sin sentido, cosas, hermanos, sin pensar, No obra la justicia, la palabra justicia no es la justicia en que nos es impartida a nosotros a través de Cristo, donde somos declarados inocentes, no tenemos que pagar por nuestro pecado, esa es una palabra. Pero la palabra justicia aquí en este texto implica hermano, no es aquello que agrada a Dios. No es aquello recto que glorifica a Dios, que es como el andar digno del Señor. Es decir, hermanos, cuando nosotros actuamos de esta manera, no estoy actuando de una manera que agrada a Dios. Eso es lo que está diciendo la palabra de Dios. Hermanos, es importante que lo entendamos. Porque hermanos, muchas veces las aseveraciones que haces por causa de tu ira, el deseo de hacer daño a la otra persona, hermanos, no tienen ningún tipo de propósito espiritual. Y muchas veces, hermanos, las aseveraciones son las manifestaciones de mis hábitos carnales inmundanos. Y otra vez hermanos, nosotros lo hacemos para nosotros tratar de ganar el favor de otras personas. Hermanos, no tengo que estar aquí para ganar el favor de otras personas. Tengo que estar aquí hermanos porque yo necesito el favor de Dios sobre mi vida. Así que hermano, el primer principio, la primera verdad básica, clara, que la Palabra de Dios tiene que decirnos a nosotros, es que el verdadero creyente presta atención a lo que la Palabra de Dios tiene que decirme. Estoy listo para recibirlo. Traigo el saco. Dios, esto es para mí, pero traigo solamente el saco mío. Muchas veces venimos con dos sacos. Este es para mí, me voy a llevar el del otro. También lo cojo aquí para decirle, mira, esto ahora es para ti. me estoy explicando hermano, es algo personal. Y créeme hermano que cuando yo predico ya Dios me agarró a mí. Ya Dios me agarró a mí. Así que número uno, el verdadero creyente presta atención. Pero es interesante que la palabra de Dios no se queda ahí. porque nos dice a nosotros, por lo cual, es decir, porque entendemos este principio de la Palabra de Dios, que yo creo que está listo para recibir la Palabra, no es para yo tratar de hacerle daño al otro creyente, sino Dios está moldeándome para la gloria de Él, entonces hermano, yo necesito desechar toda inmundicia y abundancia de malicia y recibir con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. pero ser hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la Palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era, mas el que mira atentamente la perfecta Leila de la libertad, y persever en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, Este será bienaventurado en lo que hace. ¿Qué está diciéndonos, hermano? Utiliza la palabra perseverar. De ahí yo tomo la palabra. Porque el verdadero creyente persevera. Utiliza el ejemplo del espejo. Esto es algo, hermano, personal. Esto es algo privado. Persevera. Es lo que la Palabra de Dios tiene que decir. No solamente estoy prestando atención. No vengo con la actitud de Dios háblame. Vengo hermanos a qué? A considerar para qué? Para poner en práctica, para hacer un hábito de ello en mi vida. Esa es la palabra perseverar. Hacer un hábito en mi vida. Hermanos, muchas veces nosotros no queremos hacer hábitos en nuestra vida. Si nos gusta hacer hábitos, los hábitos que nos atraen a nosotros y que nos caen bien a nosotros. Pero aquello que es contra mi naturaleza, no me gusta. A los niños les encanta el dulce. No sé por qué. Pero no les gusta el brócoli. Muchos de ustedes tampoco les gusta el brócoli. Pero el brócoli es bueno para ti. Yo no me olvido nunca la primera vez que yo quería probar brócoli. Estaba recién casado, yo nunca había comido brócoli, y yo veía que a los americanos les encantaba, comían brócoli, y yo decía, ¿qué es el brócoli? Y compré uno con queso. Hermano, le digo de verdad, probé el primer bocal y dije, tú lo comes tú, Carmen. Yo no sé si usted se acuerda de eso. Pues yo sí me acuerdo, nunca me olvido, uno de esos cream giants. Estábamos recién casados. Pero ¿sabe una cosa, hermano? Comencé a comerlo, y a comerlo, y a comerlo, y ahora me gusta hasta crudo. crudo me lo como y sabe una cosa hermano no me ha matado estoy bien y es bueno para mí me está siguiendo hermano ahora déjame decirte lo que la palabra está diciendo déjame ayudarte a entenderlo para poder para poder perseverar necesito apropiar es decir hacerlo personal hacerlo mío y la escritura nos dice a nosotros que para aprobar, apropiar tenemos que hacer dos cosas verso 21, desechar y recibir es interesante que el libro de Efesios nos dice a nosotros quitarnos, desvestirnos, usar la misma figura la misma ilustración para nosotros hermanos recibir primero tenemos que qué, que vaciar hermano no estás consciente de que estás lleno de inmundicia que nosotros estamos llenos de malicia en nuestra vida la palabra hermanos desechar quiere decir desvístete quítate la forma del verbo demanda que me quite este vestido y lo volte para no ponérmelo más Porque una cosa, hermano, es quitármelo para volvérmelo a poner después. Y eso es lo que nosotros estamos acostumbrados a hacer. Lavamos la ropa, ¿verdad que sí? Pero hay veces usted que se pone una ropa que usted dice, la esposa dice, quítatela y bótala. ¿Cuándo se dice eso? Y cuando uno entra, hermano, que esa ropa está manchada, hasta más no poder. Y usted, hermano, dice, esta ropa no sirve para nada. No hay manera de sacarle esas manchas por más que la lave. Dice, quítatela, ¿y qué? Y bótala. Eso es lo que está diciendo. La malicia, la inmundicia, hermanos, de eso está hablando. Inmundicia es aquello que está sucio, que está asqueroso y denota impureza moral, aquello que se ensucia y mancha para siempre. Y dice, y manifiestas son las obras de la carne. que son adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas. Debe ser una cosa hermano, cuando nosotros practicamos esto, Dios nos puede limpiar. Pero sabe una cosa hermano, los clavos, por más que los saquemos, siempre dejan la huella ¿Sabes de qué hablo? El niñito que vino de su padre, haciendo muchas travesuras, y le dijo, papá, ¿qué hago? El papá le dijo, cada vez que haga algo malo, va y clavo un clavo en la puerta. Un día vino y dijo, papá, tengo la puerta llena, ya no cabe más clavos. Y el papá le dice, pues ahora cada vez que haga algo bueno, quita un clavo. Y comenzó a portarse bien porque quería sacar todos los clavos de la puerta. Y un día dice, papá. Y dice, ¿qué pasó? Y dice, ya no hay clavos en la puerta, papá. Y dice, ¡qué bueno! Y dice, ¿pero y qué hago ahora con los rotos? ¿Me entiendes lo que quiero decir? Mano de Dios limpia, pero las huellas quedan. Y las cicatrices permanecen. Y por más hermano que nosotros querramos y nos pongamos crema de cacao y crema de coco y yo no sé qué más se pone y vitamina E, siempre de alguna manera la huella sigue. Usted la puede aclarar, pero siempre está ahí. Yo todavía veo la jota que tengo aquí. Ya casi no se nota, porque hace tantos años. No fue la primera vez que me cogieron puntos. No fue allá, fue acá. Dice, no la veo, es que está acá. No sé si me estoy explicando. Hermanos, es importante que la palabra abundancia malice la actitud de la mente que desea el mar y el accidente del otro, de aquel contra cual tú tienes ira y estás atesorándolo como algo que, ay, qué bueno que le pasó, bueno que se lo merecía. ¿Me entiendes lo que te quiero decir? Y tú dices, no, eso nunca me ha pasado, no me digas eso a mí. Tú sabes que nos pasa. Tú sabes que somos humanos y lo has hecho en algún momento de tu vida. Entonces, hermano, nos dice a nosotros que necesitamos primero apropiarnos y para apropiarnos tenemos que desechar para poder recibir Y lo dice, recibir con mansedumbre, la palabra implantada. La palabra implantada, hermano, significa aquello que no es natural al corazón del hombre. Aquello que tiene que ser puesto ahí, es la palabra grafted, en inglés. ¿Sabes lo que es un graft? Yo no soy médico, Alberto lo puede explicar un poquito más que yo de esto. Pero hermano, a veces hemos escuchado cuando tienen que ponerle pedazos de piel para hacer un... le dicen, te estoy haciendo un implante, un inierto de piel. injerto de piel. ¿Por qué? Porque había algo ahí que tuvimos que limpiar y hay que sacar de algún lugar y ponerlo ahí para que cubra ese hueso y cubra ese músculo para que la herida sane. ¿Saben una cosa hermanos? La palabra de Dios no es natural a nosotros los hombres. Ni lo que la palabra de Dios demanda nos viene natural. ¿Qué es natural decir una mentira? ¿Qué tenemos que enseñar? Decir la verdad. ¿Qué es natural, hermano? Esto es mío, ser egoísta. ¿Qué no es natural? Compartirlo. ¿Tú no me crees? Mira a los niños. ¿Quién les enseña a comer? Nadie, por naturaleza, aprende a qué. ¿A qué hay que comer? Ya mi nietecito, cuatro meses. ¿Cuándo cumple cinco? El doce. Ya está comiendo cereal. Y antier Víctor Juan nos llamó para que lo viera. Gracias a Dios por FaceTime. Qué bueno, hermano. Me gusta ver a mi nieto. Hermano, ¿sabe? Él me llamó para que lo viera y me dice, mira, lo está comiendo cereal. Y usted sabe que ya le agarraba la mano al papá para que se lo avanzara a poner en la boca. ¿Quién le enseñó? Pero hermano, es algo que viene natural, el deseo de comer. Tengo hambre, avanza que tengo hambre, ponlo en la boca. Cuatro meses, ¿qué entiende él? Dios tiene que poner la palabra, Dios implantarla. que no es natural a nosotros. Recibir la palabra implantada implica la habilidad de ayudarte a tener victoria para que no tengas que enfrentar las horrendas consecuencias de tu pecado. Pero hermano, para poder perseverar necesito primero apropiar y para perseverar necesito no solamente apropiar, sino poner en práctica, obedecer. Constancia, necesitas obediencia. Hasta que yo no comience a obedecer la primera vez, me va a ser difícil obedecer la segunda vez. Tú no puedes obedecer una segunda vez hasta que has obedecido una primera vez. Y no puedes obedecer una tercera vez hasta que has obedecido una segunda vez. pero cada vez que obedeces se te hace más fácil obedecer la próxima vez porque han visto que los beneficios de la obediencia y nosotros hermanos no estamos mirando los beneficios de la obediencia en nuestra vida nos dice la escritura que nosotros entonces seamos hacedores y utiliza número uno un mandato y el primero dice hacedor, hacedor significa convertirme en Es decir, yo me convierto en eso. ¿Te ha escuchado una persona que dice, se convierte en... Alguien dice, tú te conviertes en lo que comes. ¿Sabes lo que yo quiero decir? ¿Ha escuchado ese refrán? Pero otra persona, hermanos, dice, yo quiero ser hombre. ¿Cómo una persona se convierte en hombre? ¿Llegué a cierta edad y ya eso me hace ser hombre? ¿Me desarrollé y ya tengo madurez física y ya eso me hace ser hombre? Tengo noticias para ti. Físicamente puedes haber madurado. Y haber crecido. Y puedes cumplir hermano, 22 años, 23, 24 años. Pero eso no te hace a ti ser hombre. Tú te conviertes en hombre cuando comienzas a practicar lo que es correcto y aprendes a tomar decisiones rectas. Aunque no sea lo que yo quiero, soy hombre porque hago aquello que es correcto hacer. Porque hago aquello que es beneficioso hacer. Hermano, qué difícil es convertirse en hombre. el pastor como te dice hermano yo me casé tenía 22 años cuando me casé pero mi esposa puede decirle que yo no era un hombre y no estoy diciendo hermano que no era hombre físicamente ni estoy diciendo que era hombre, hermano, como hombre, pero maduralmente, mentalmente, hermano, no tenía. Tendría edad, tendría matrimonio, tendría un aro en mi mano, tendría el sexo que me hacía hombre, hermano, tenía la autoridad que quizás me podía decir me hace hombre a mí, estaba independiente de mi padre, pero hermano, no tenía la capacidad de poder hacer las cosas que un hombre tiene que hacer. Tuve que aprender a ser hombre. La palabra implantada me ayuda a mí a madurar, me ayuda a mí a crecer. Eso es lo que la palabra oidor está implicando. Es interesante porque dice hacer, hacer demanda hermano, algo habitual y no casual. Es interesante una frase que leí, porque me ayudó a entender algo que estoy enseñando los miércoles, quizás le ayudará a usted a entender algo o a expresar algo que yo sé, pero que dice, dice el hacedor es el discípulo, no aquella persona que está auditando una clase. Usted sabe, hermano, que cuando uno está en la escuela, en la universidad, a veces dice, yo quiero escuchar esa clase, ¿cómo la voy a coger? La voy a coger de oyente. ¿Por qué la quiere coger de oyente? Porque no quiere hacer los trabajos que eso conlleva. No quiere pasar el trabajo, pero ¿sabe una cosa? Tú eres una persona que oíste la clase, escuchaste la lectura, pero no pusiste en práctica nada de lo que se te enseñó. Pero el discípulo no es un oyente, es un practicante. y tiene que hacer las tareas, y tiene que poner en práctica lo que está haciendo. Yo podría sentarme en 20.000 clases como oyente en contabilidad, y ¿sabe qué? No hubiese aprendido ningún tipo de contabilidad, porque no había hecho los problemas que conllevaban ayudarme a practicar lo que el Maestro estaba diciendo, para entender lo que me falta para poder preguntar, para poder aprender, para poder practicar. Una persona que va a estudiar programación de computadora se puede ir a la clase como oyente y puede escuchar todas las lecturas, pero nunca se siente escribir un problema. ¿Sabe una cosa, hermano? No es un alumno. Digo, no es un discípulo. No está practicando. Eso es lo que pasa con nosotros. Somos oyentes. Venimos aquí, voy a oír el mensaje. Pero no somos discípulos. Voy a practicar el mensaje. ¿Entiende lo que la Palabra de Dios está diciéndote? Ahora te dice a ti, porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Es interesante, los espejos en aquel tiempo estaban hechos de tres metales. La mayoría era de bronce pulido. Algunos de plata y en ocasiones raras los hacían de oro. Gente que tenía más dinero podía hacer de oro. Y obviamente mientras más costosa el metal, mejor el reflejo del espejo. Pero la mayoría era el bronce. Ahora, ¿qué pasa con el bronce? ¿Alguien tiene algo aquí de bronce en su casa? Con el tiempo, ¿qué pasa con el bronce? Se pone, ¿cómo? Opaco. Usted tiene que pulirlo, ¿para qué? Para ver si ahora... ¿Alguna vez tú, Javier, tienes algo de bronce en tu casa? Lo pules. ¿Te has tratado de mirar en eso de bronce? ¿Y puedes tú ver algo bien? Eso es lo que pasa. La Palabra está diciéndonos a nosotros el que ha oído el pernoazo es semejante al hombre que considera, es decir, se detuvo a prestar atención suficiente como para notar algunos defectos o imperfecciones que necesitaban ser corregidos. Y créeme, hermano, que es difícil en un espejo de bronce tu poder ver que cuando te afeitaste todavía te quedan por aquí algunos pelitos que no te afeitaste de la cara. Y dice, ah, tengo que afeitarme porque me vi en el espejo. Pero tan pronto te fuiste, te pusiste así en el café y se te olvidó los pelitos que tenía en la cara. Y no fuiste y te afeitaste. Eso es lo que está diciendo. El hombre que es oidor dice, me vi, vi que tenía unos defectos, pero me fui por la puerta y lo enganché. Todo el mensaje lo enganché. Y ahí parece que hay un clavo que vamos a decir, Enrique, remuéveme ese clavo para que la gente no lo enganche el mensaje ahí. Porque nos olvidamos rápido de lo que nosotros dijimos. o nos olvidamos rápidamente de lo que le dijimos al Señor en el altar o nos olvidamos rápidamente de lo que el Señor me señaló y lo que Dios me dijo a mí tienes que hacer esto para poder llegar y yo vengo hermano y no le digo Señor sí ayúdame pero me olvido rápidamente soy un oídor olvidadizo y que hago me engaño a mí mismo me engaño a mí mismo Creo que porque no lo tengo en mi mente, eso desapareció, pero no desapareció hasta ahí, hasta que te lo afeites. Pero nos dice a nosotros, pero el que se considera a sí mismo, perdón, pero más el que mira atentamente en la perfecta ley. Ahora va a utilizar y va a decir la perfecta ley. La palabra ley es un cuerpo autoritativo de una verdad fundamental de la fe cristiana. Y nos dice a nosotros, hermano, que esto es perfecto, es decir, que no está completo, no le falta nada. El que se mira en la Palabra de Dios, que está completa. Ahora dice, de la libertad, la Palabra de la Libertad es aquello que me va a mí, ¿a qué? A no esclavizar, el pecado de esclavizar. Pero Dios vino, ¿para qué? Para liberarme del poder del pecado. Cuando yo me miro en la Palabra de Dios y presto atención, ¿para qué? Para afeitar lo que está mal, entonces ¿qué hace? Me da libertad. Me da libertad para caminar. Me da libertad para adorar. Me da libertad para hablar con los demás. Contrario a la imagen distorsionada del espejo, veo verdaderamente quién soy yo. ¿Qué hace esto, hermano? Me ayuda a ponerlo en práctica. Así que, número uno. El verdadero creyente. ¿Qué dice la Escritura? presta atención a lo que la Palabra de Dios dice. El verdadero creyente persevera privadamente en lo que la Palabra de Dios dice. Pero voy a terminar. El verdadero creyente practica públicamente lo que la Palabra de Dios dice. Cuando yo estoy limpio, entonces puedo hacer qué? Públicamente practicar. Pero es interesante porque hay dos verdades fundamentales. El verso 26 dice, si alguno se cree religioso entre vosotros, La religiosidad está hablando de algo externo. Y después dice, la religión pura es algo que viene de adentro, es algo interno. Así que nos va a hablar primero de nuestra práctica externa, porque estamos enfocados en aquello que la gente ve, o en la parte externa, pero que no nace de un deseo de que la gente vea, sino un deseo de qué? De agradar a Dios. Si la palabra de Dios habita en mí, entonces yo no puedo estar preocupado en las apariencias externas de la religión. Hermano, yo sé que nosotros estamos pensando en cristianismo. Pastor, esto no es una religión, es una vida. Y yo estoy claro de eso, hermano. Pero tenemos que entender el contexto cuando esto fue escrito. Para los judíos, hermanos, el judaísmo era ¿qué? Una religión. y él está diciendo estamos más preocupados ¿por qué? por las apariencias externas que es el problema de los pariseos y de los saduceos lea Mateo capítulo 23 son sepulcros blanqueados estamos más preocupados hermanos ¿por qué? porque la gente nos vea en todos los servicios de la iglesia no estoy diciendo que está mal estoy diciendo que mire la motivación Estoy más preocupado en que, en que hacer una oración mecánica. Y ya es una, ya hermano, yo le puedo decir a usted, voy a orar y pa, pa, pa, pa, pa, pa, y es algo mecánico. Cuando estoy hablando con Dios, en vez de derramar mi corazón como hizo Ana frente a Dios. Estoy más preocupado hermanos en participar de los servicios del Señor. Hermanos, de participar en la cena del Señor o participar en las actividades donde todo el mundo sabe. Así, yo estoy ahí pues porque de verdad soy un buen cristiano. Dice, ten cuidado. Ten cuidado. Porque si tú haces esto, pues no estás refrenando tu lengua. ¿Qué está diciendo hermanos? Sigo como dice el primer versículo. El versículo que miramos al principio. Hablando porque el mensaje me tocó. Ah, estoy en todos los servicios. Dejé que iba a decir el pastor a ver qué puedo decirle. Dejé que iba a decir el pastor para ver a quién puedo. Yo voy a estar en todos los cultos a ver a quién me va a dar un oído para yo hablar. Eso es lo que está diciendo. dice la religión del tal está vacía es como es la palabra vacía es un ídolo ah pastor yo no me arrodillo frente a una imagen yo no me arrodillo frente a una imagen que está hecha de yeso o frente a una imagen que está hecha de madera yo no me arrodillo frente a un hombre y le beso a la mano porque eso es idolatría ¡Cuidado que tus prácticas no sean idolatría! Y eso es lo que está diciendo. Esa es la palabra vana. Pero te dicen la religión pura y sin mácula. Es decir, aquello que es transparente, que no está corrupto, que no está manchado, sin mácula, frente al Padre. Es interesante porque en el español no se lee de la manera en que está escrito, pero la manera que está escrito implica Nuestro Padre. ¿Y por qué es importante la palabra Nuestro Padre? Porque muchas veces pensamos la palabra Padre, lo podemos ver a Dios como un juez. Pero cuando decimos Nuestro Padre, no lo vemos como un juez, sino aquel que nos ama y está interesado en nosotros. Dice, lo que es puro, es transparente y sin mancha ante el Dios que me ama, es esto. Ahora utiliza visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación. La palabra visitar es tener cuidado, interesarme, va más allá de solamente enterarme. es moverme a ayudar en la necesidad, y utilizaba a los huérfanos, y utilizaba a las viudas, porque en aquel tiempo eran los dos grupos de personas que más necesitaban. Ahora hermanos pensemos en nuestros días, ¿quienes necesitan más? ¿Quienes necesitan más de mí? ¿Quién puedes tú pensar en este momento que verdaderamente necesita más de ti? Nosotros hermanos como creyentes muchas veces no nos interesamos en las necesidades sociales de aquellos que están a nuestro alrededor. Pero hay personas gritando por alguien que les ame. Hay personas gritando hermanos por aquel que le ayude, que le preste atención. Hay personas, hermanos, que están sumidas en alcoholismo, hay personas que están sumidas, hermanos, en drogadicción, hay personas que están sumidas, hermanos, en prostitución o en homosexualismo y están gritando porque necesitan. Pero nosotros no le prestamos atención a ellos. Estamos muy altos. Ellos no estamos en el nivel que estoy yo. Yo me pregunto, hermanos, si entrara aquí alguien el día de hoy, descalzo, maloliente, con el pelo desaliñado, ¿cómo le recibiríamos nosotros? ¿Cómo le recibiríamos nosotros? Le diríamos, con 20 años, ven déjame hacerte una tacita de café. O buscaríamos, ¿qué necesitas? ¿5 pesos? Toma aquí está, para que te valga. ¿Me estoy explicando? No estoy hablando de alguien que no venga a la iglesia. Cuando estábamos nosotros, ¿se acuerdan cuando estábamos allá en el centro? No había un domingo en la noche que no llegara alguien de ambulante para pedir ayuda, para pedir comida y para pedir que el pastor lo llevara, porque ya estaba tarde. a donde iba a pasar la noche, y si yo no iba con él o mandaba a alguien de la iglesia no los recibía, tenía que ir el pastor para decir que estaba en nuestro servicio y se quedaba en el servicio aunque no entendía ni papa por darle que alguien hermano lo llevara para poder tener donde pasar la noche yo no sé, ¿tú llegaste a llevar alguno Enrique? ¿tú llegaste a llevar alguno? casi siempre Javier Rossi era el que iba y lo llevaba Gerardo, ¿tú llegaste a llevar alguno? ¿dónde está Gerardo? no llegaste, ni tú tampoco Jorge, pero Javier Rossi siempre iba hermano no sé si me estoy explicando ¿Cómo voy a montar un desconocido en mi casa? Si el camino me sale. No estoy hablando, hermano, que nos paremos ahí ahora por la calle a montar a todo el desconocido que va a ver, vete que te voy a llevar, hermano. No estoy diciendo eso. Sé que vivo unos tiempos peligrosos. No sé si eso fue lo que le pasó al pastor Ramón Martínez o no. Pero, hermano, estoy hablando de que nosotros tenemos que tener el deseo, la disposición de verdaderamente mirar al desentado e ir al cansado donde le está. Cristo a mí no me alcanzó, hermanos, cuando yo sabía todo lo que sé. Cristo me alcanzó donde yo estaba. Él alcanzó a la mujer samaritana donde ella estaba, con cinco maridos que había tenido y el que ahora tenía no era su marido. Pero Él alcanzó en Samaria, donde los judíos se desviaban para no pasar. El pasaje del buen samaritano. El hombre estaba herido, el levita, el sacerdote, todos le pasaron de largo, pero el samaritano le alcanzó en su necesidad. Y esto es lo que nos está diciendo. Y nos dice que entonces nos guardemos su mancha sin mundo. Es interesante hermano, esto consiste en dos cosas y voy a terminar. Caridad, que es amor. y castidad que santidad. Hermanos, la palabra de Dios nos transforma. Pero para yo, hermanos, ser santo y puro frente a los demás, tengo que primero hacer lo que tengo que hacer. Alguien me dijo, la gente no le importa cuánto tú sabes hasta que sabe cuánto le importa. Muchas veces nosotros estamos más interesados en que la gente sepa cuánto yo sé, cuando la gente está más interesada en saber cuánto a ellos le importa. Hermanos, es importante que nosotros pensemos de esta manera. que para esto Dios nos da la palabra. La pregunta es, ¿estamos practicando nosotros lo que Dios quiere que practiquemos? ¿Como iglesias, como personas, como individuos? ¿Estamos practicando lo que la palabra de Dios nos manda? Mano que Dios tenga misericordia en nosotros y nos ayude y nos cree una verdadera convicción. Señor, háblame. que estoy listo para ser y obedecer lo que tú tienes que enseñar. Padre, gracias por la palabra. Ayúdanos, Señora, a practicarlo, a vivirla, a atesorarla. Nos encomendamos a tu gracia. En el nombre de Jesús. Con la cabeza baja, nadie está hablando.
El movimiento se demuestra caminando
Series Santiago-Señales de la Fe
En este mensaje el pastor Fernandez nos habla de tres principios de la palabra de Dios para ser hacedores y no tan solo oidores.
Sermon ID | 1031141729317 |
Duration | 50:15 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Language | Spanish |
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