Muy bien, mis hermanos, vamos a comenzar nuestra escuela dominical. Yo quiero invitarles a que estemos de pie y que así podamos orar al Señor y presentarnos en esta mañana. Padre bueno y Dios tú que moras en las alturas de los cielos, a ti te alabamos, te glorificamos, te damos el honor, la gloria y la honra que sólo tú mereces como nuestro creador sustentador, Señor, de todo lo creado. Gracias Padre por este día que también nosotros podemos estar a la mesa espiritual para recibir estas enseñanzas que tú has legado a hijos tuyos, a quienes has usado para ser esos medios de gracia en los cuales podamos profundizar más en tu palabra. Te suplicamos, oh Señor, que tu Espíritu Santo esté obrando de manera eficaz en nuestros corazones, que nosotros no seamos oidores olvidadizos de estas verdades, sino que podamos ponerla por obra, Señor. que podamos también ser instrumento para dar a conocer las verdades tuyas al mundo, Señor. Perdona, oh Dios, toda dejadez de nuestra parte, toda desidia, toda inconsistencia entre lo que somos llamados a vivir y lo que hacemos. Suplicándote, Padre, que estas palabras vayan trabajando en nuestros corazones para que real y efectivamente podamos ser sal, podamos ser luz en medio de esta generación maligna y perversa, Señor. En tus manos estamos, habla nuestras vidas, te lo suplicamos, Señor, por Cristo Jesús nuestro Salvador. Amén y Amén. Muy bien mis hermanos, entonces en esta mañana nosotros continuamos con lo que es el estudio del libro, Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Ese estudio, o este libro mejor dicho, nosotros quedamos hace varios domingos atrás en el capítulo 7 que está en la página 90 y pico, pero avanzamos algo avanzamos hasta esta sección que nos dice los pasos del Maestro. Entonces, a partir de allí Nosotros vamos a desarrollar y a concluir este capítulo 7 de este libro, Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. ¿En qué página está? Página 100 en la parte de abajo. Nosotros vimos hace varios domingos atrás, porque tenemos varios domingos sin celebrar la escuela dominical, nosotros vimos como somos llamados a presentar el mensaje del evangelio dando gracia para el humilde y la ley para el soberbio. Entonces aquí comienza con un ejemplo que encontramos en las escrituras. Vámonos a Juan capítulo 4. Juan capítulo 4. En Juan capítulo 4, Bueno, es bueno tener algo claro. Es necesario que nosotros traigamos, cuando estamos predicando el mensaje del evangelio, que nosotros traigamos el conocimiento de la enfermedad del pecado mediante el uso de lo que es la ley antes de ofrecer el remedio del evangelio. Entonces, en Juan capítulo 4, nosotros podemos ver un ejemplo de ese testimonio personal cuando Jesús habla con la mujer samaritana en el pozo. Nosotros vemos que Jesús comienza a hablar acerca de lo natural, acerca de la esfera natural. Primero comienza a hablarle acerca de una necesidad que es sentida y que pudo haber sido real también en Jesús. ¿Qué es lo que le dice para entrar en conversación con ella? Cuando llega la mujer, ¿qué le dice Jesús para entrar en conversación? Dame, dame de beber. Es decir, él comienza con lo natural. Ella va a buscar agua. Él está allí sentado en el pozo y le dice dame de beber. Eso es lo natural. Y luego pasa a lo espiritual. Cuando la mujer le dice cómo tú siendo judío me pides a mí, que soy mujer samaritana, agua para beber. Y Jesús le dice si tú supieras quién está frente a ti, el poder de Dios que hay en él, tú le pedirías a él, ¿qué cosa? ¿qué tú le pedirías? ¿eh? y él te daría agua viva, agua viva, luego de eso entra en conversación con ella Y llega un momento en el cual él le hace ver la realidad de su condición como mujer que estaba cometiendo el pecado de quebrantar el séptimo mandamiento que nos habla acerca de no cometerás adulterio. en la ocasión donde Jesús le dice llama a tu marido y ella le dice no tengo marido y Jesús le dice bien has dicho no tengo marido porque cinco maridos has tenido y el que ahora tiene no es tu marido. Es decir, le está dando convicción de pecado de que ella ha quebrantado el séptimo mandamiento que nos habla acerca de no cometer adulterio. Muy bien, luego él se revela a sí mismo como el Mesías y ya entonces comienza ese trabajo de evangelización no sólo de ella sino también de el pueblo porque ella se convierte en una evangelista, ella va y anuncia al pueblo que hay alguien allí que le ha dicho todo lo que ella es Así que cuando el autor del libro dice, y también nosotros debemos de hacerlo así, cuando nosotros nos acercamos a alguien, siempre debemos de hablar con esa persona tratando de algún tema de actualidad para ambos, puede ser el clima, puede ser los deportes, algún tema de actualidad, esa es la forma de introducirnos a la persona que nosotros queremos evangelizar. Luego dice que eso es para conocerlo, y quizás bromeando con ellos, y luego dice el autor del libro que él gira deliberadamente de lo natural a lo espiritual, y eso lo hace mediante el uso de folletos evangelísticos. Por eso es tan importante que nosotros tengamos material evangelístico. Aquí nosotros tenemos mucho material evangelístico. De hecho, aquí llegaron varias revistas que tienen un enfoque evangelístico, que le pueden servir de mucha ayuda. Nuevas han llegado en esta semana. Dice el autor que él se acerca a la persona luego de haber conversado sobre un tema de actualidad, clima, deporte, noticias, algo de actualidad, y luego con ese folleto Él le dice a la persona, ¿has recibido uno de estos? Es un folleto evangelístico, le dice él, y le pregunta, porque no solamente es regalarlo, como hacen muchos en la calle, no solamente es eso, sino que le pregunta, ¿qué piensas que sucede cuando alguien muere? ¿Crees que hay vida más allá de la muerte? Esa es la pregunta introductoria, con el folleto que ya le está entregando. Y dice él que cualquiera que sea la respuesta de esa persona, ya sea que esa persona diga, no creo que haya vida después de la muerte, o que diga, sí yo creo que hay vida después de la muerte, cualquiera de las dos respuestas que le da la persona a quien él está evangelizando, Entonces él le hace esta pregunta. Si existe un cielo, ¿crees que seas suficientemente bueno para ir allá? No importa la respuesta que dé la persona. La persona puede decir, yo no creo que haya vida después de la muerte. Olvídese de eso. La pregunta que él hace es ¿Crees que sea suficientemente bueno para ir al cielo? ¿Si existe un cielo? Dice el autor que casi todo el mundo piensa que va a ir al cielo, eso nosotros también lo hemos visto, esa es la respuesta que da el 99% de la gente, porque piensan que son moralmente buenos, Como dice Proverbio 26, muchos hombres proclaman su propia lealtad. Y esto se debe a que no cuentan con una definición correcta de lo que es bueno, a la luz de la palabra. En el mundo puede haber muchas definiciones de lo que es bueno. Pero a la luz de la palabra, la mayoría de las personas que responden que se consideran personas buenas y que por eso van a ir al cielo, es porque no tienen un conocimiento definido de lo que es la palabra, lo que la palabra define como bueno. Y entonces, él dice que él hace lo que hizo Jesús cuando se encontró con aquel joven que le dijo a Jesús, maestro bueno, y lo que hizo Pablo en Romanos capítulo 2. ¿Qué fue lo que hizo Pablo en Romanos capítulo 2? Eso lo vimos la última vez que nos reunimos en la escuela dominical, presentar la ley. Presentar la ley porque la ley nos dice o nos da una definición de lo que es bueno. La ley de Dios, los diez mandamientos, nos dice que es lo bueno a los ojos de Dios. Entonces yo no soy amado a pensar de que yo entiendo que esto es bueno o que aquello es bueno, sino la ley de Dios es lo que asume y define y realza lo que realmente es bueno en esta tierra. Y por esa razón, él continúa, el autor, hablándole acerca de la ley, presentándole algunos de los diez mandamientos de la ley. Y le pregunta, ¿cuántas mentiras crees que has contado en tu vida? Una persona que sea sincera va a decir muchas. Alguien le podrá decir, no, algunas mentiras blancas, no estoy hablando de mentiras blancas o negras. ¿Cuántas mentiras tú crees que he hablado en tu vida? ¿Muchas o pocas? Si le dices pocas, ok, pero has mentido, ¿verdad? ¿Poco pero mentido? Sí. No hay nadie en esta tierra que pueda decir que nunca ha mentido. Una media verdad es una mentira completa, tenga eso pendiente. Cuando usted tergiversa la verdad, ya es una mentira. Entonces, ¿qué eres? le pregunta a la persona que se está evangelizando ¿qué eres? si usted ha mentido pocas veces en su vida ¿qué usted es? un mentiroso una persona que habla mentira es un mentiroso Entonces sigue hablándole acerca de la ley. Acuérdese que uno de los mandamientos de la ley dice no hablarás mentira, no darás falso testimonio. Luego le dice ¿alguna vez has robado algo independientemente de su valor? La mayoría de la gente va a decir que no a esa pregunta. No, yo nunca he robado a nadie. Entonces él le dice y dice que algunas veces él sonríe y le dice pero ahora ahora mismo tú acabas de decir que eres un mentiroso vamos a ver si vamos a ser sinceros alguna vez en tu vida has robado algo aunque sea muy pequeño y la persona puede contestar sí cuando era pequeño cuando eso fue una cosa de muchachos o no. Está bien, no hay problema con eso, entonces ¿qué eres? ¿Qué eres? ¿Un ladrón? ¿Un ladrón? Pero incluso si la persona dice yo nunca he robado, entonces ya se va a un aspecto que es más sensible para toda la humanidad. ¿Alguna vez has evadido impuesto? ¿Alguna vez has reclamado algo que no es tuyo? No, nunca. Bueno, pues está bien, no hay problema, pero yo te aseguro que todos aquí en la tierra han hecho esto y eso lo convierte en un ladrón. Sigue hablando y le dice, la palabra de Dios nos dice que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón. ¿Has hecho eso alguna vez? Solamente mirarla con deseo. ¿Alguna vez has tomado el nombre de Dios en vano? ¿Has jurado, has prometido hacer algo y no lo has cumplido? ¿Has utilizado su nombre para cherchar con tus amigos? ¿En algún momento lo has hecho así? Vamos, piénsalo. entonces le dice en vista de que tú has hecho esto eso es blasfemia y éxodo 27 dice que Dios no tendrá por inocente al culpable no te estoy juzgando pero tú mismo has reconocido que has hablado mentira quizás robado has adulterado en tu corazón no físicamente y el día del juicio tendrás que enfrentar a Dios. Y solamente hemos visto cuatro de los diez mandamientos. Y como la Biblia dice en Romanos 2.15 que la ley de Dios está escrita en el corazón del ser humano, la conciencia del hombre lo acusa reconociendo la verdad de lo que está diciendo aunque no lo diga con los labios. lo reconoce, aunque no lo diga con los labios, aunque no se lo diga en la cara a usted, pero en su corazón sabe que algo está mal en su vida. Entonces luego le dice el hermano, si Dios te juzga conforme a esta norma el día del juicio, ¿serás inocente o culpable? Si de esos cuatro, por lo menos uno de los cuatro mandamientos que te he mencionado, tú has quebrantado, el hablar una mentirita blanca, por lo menos eso solo, ¿cómo te encontrarías delante de Dios? Inocente o culpable. ¿Cómo estaría, cómo te diría que estaría esa persona? Culpable. Culpable. Culpable. ¿Crees que irás al cielo o al infierno? Si eres culpable. La respuesta habitual que la gente da a eso, no al cielo. ¿Por qué? Porque eso es resultado del evangelio moderno que se está predicando en muchas iglesias. Entonces, como la mayoría de la gente va a responder, no, yo voy al cielo, yo lo he hecho malo, pero yo voy al cielo. Entonces, como la mayoría de la gente va a responder así, Él le hace otra pregunta. ¿Eso se debe? ¿Tú crees que vas al cielo porque crees que Dios es bueno y que pasará por alto tus pecados? Y la mayoría de la gente va a responder, sí, eso es así. Él va a pasar por alto mis pecados. Entonces se le da un ejemplo, le muestra un ejemplo. Ustedes lo tienen ahí en sus libros. Le voy a leer el ejemplo tal como está. Preste atención y si usted me puede alcanzar lo puede leer conmigo también. Dice, imagina que se dijera eso en un tribunal de justicia. Digamos que has cometido una violación, homicidio, tráfico de drogas, delitos muy serios. El juez dice, eres culpable, tengo aquí todas las evidencias. ¿Tienes algo que decir antes de que aplique la sentencia? Y tú dices, sí, señor juez. Yo estoy convencido de que usted es un buen hombre y pasará por alto mis delitos. El juez probablemente diría de la siguiente forma en una cosa tienes razón si soy un hombre bueno y precisamente por eso voy a asegurar que se haga justicia debido a mi bondad voy a asegurar que seas castigado por tus delitos y precisamente lo que los pecadores esperan que lo salven el día del juicio que es la bondad de Dios será lo que los va a condenar porque mis hermanos porque en este mundo y en República Dominicana hay un concepto totalmente errado que piensa que el juez bueno y bondadoso es aquel que va a dejar pasar por alto nuestras culpas. Mire lo que ocurre, muchas veces se dan los casos en el tribunal de que hay una persona que es acusada de algo y la función del abogado es tratar de ver las virtudes o tratar de justificar el mal proceder de esa persona. Si esa persona, de una forma u otra, es allegado a usted, usted querrá, si usted es un apoyador, Ojalá no. Usted querrá que el juez lo exima de sus culpas, pero si por el contrario usted una persona que es imparcial y está viendo desde lejos la realidad, y usted ve que esa persona ha cometido sus faltas, Es una persona, para dar un ejemplo, que ha conducido de manera temeraria. Una persona que ha conducido borracha, para darle casos sencillos. No le estoy hablando de robos ni de muertes. Algo sencillo. Una persona que conduce de manera temeraria y que en otras ocasiones ha conducido borracha. ¿Usted estaría de acuerdo con que ese juez a esa persona le diga, está bien, te voy a perdonar, puede irte? ¿Usted cree que esa persona se sentiría tan agradecida con el juez que no lo volvería a hacer? ¿O por el contrario, se sentiría con la libertad de volverlo a hacer porque tendría la facilidad de volver a salir cuando lo encuentre cometiendo la imprudencia? Entonces, lo que hace bueno o malo a un juez es precisamente cuando aplica la justicia. El juez que aplica lo que está escrito en la ley, esa persona es buena. Y precisamente ese es el error que se mueve mucho en nuestro entorno y algunas iglesias que ya ni siquiera se pueden llamar que son cristianas. Que se quiere hacer ver que Dios es tan bueno que va a permitir que la persona siga en su pecado, siga en sus desavenencias, siga en su rebeldía en contra de Dios y que después cuando llegue aquel día Dios lo va a perdonar porque Dios es bondadoso. Y no es así, al contrario, la bondad de Dios es la que lleva a que Él aplique la justicia como es debido. Esa bondad que se manifiesta en que nosotros siendo pecadores no sufrimos el castigo porque alguien ya lo sufrió por nosotros. Debemos entender eso No es que Dios nos perdonó y dijo está bien, olvídate de tu pecado, no. Él nos perdonó porque Cristo sufrió el pecado, la condena del pecado que yo me merecía y que usted también se merecía. Entonces esa es la diferencia, o estamos en Cristo y somos librados del castigo porque Cristo lo sufrió por nosotros o no estamos en Cristo y sufrimos la consecuencia eterna de nuestros propios pecados. Entonces, la bondad de Dios será lo que va a condenar a la persona. Si Dios es bueno, por naturaleza tiene que castigar a los homicidas, a los violadores, a los ladrones, a los mentirosos, a los fornicarios, a los blasfemos. Dios va a castigar el pecado donde quiera que esa persona se encuentre en ese momento en que se ha llamado a la presencia de Dios. Entonces, eso es lo que se busca, hacerle ver la realidad a la gente. Delante de Dios no vamos a poder ser excusados. La ley de Dios nos dice a nosotros que por naturaleza somos, para decir algunas cosas básicas, somos mentirosos. Por naturaleza ofendemos a diario a Dios, tomamos el nombre de Dios en vano. Cuando nos comprometemos a hacer algo y no lo cumplimos, estamos quebrantando ese mandamiento. porque estamos delante de Dios constantemente por naturaleza somos adúlteros porque cualquier deseo que salga del corazón aunque no se lleve a la práctica ya es pecado entonces no vamos a estar excusados delante de Dios por nuestros propios méritos por eso necesitamos a Cristo y eso es lo que nosotros debemos de hacer con la persona cuando le estamos presentando el Evangelio es hacerle ver de que el pecado de la persona es contra el cielo, es contra Dios, que esos pequeños pecados han provocado la ira de Dios porque han violado la ley moral y que la ira de Dios permanece sobre esa persona como nos dice Juan 3.36, que ha sido pesado en balanza y ha sido encontrado falto de peso. Y luego que se le hace ver esa condición a esa persona que se está evangelizando, entonces ya está listo para las buenas noticias y ahora puede comprender el increíble amor de Dios en Jesucristo. Eso es lo que nos dice Gálatas 3.13. Me gustaría invitarle a que usted lo lea conmigo, por favor. El pasaje está ahí también en el libro, pero está en la versión Reina Valera. Entonces, yo quiero invitarle a que lo leamos en la Nueva Bíblia de las Américas. Galatas 3.13 nos dice, Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está, maldito todo el que cuelga de un madero. Pero también en Romanos 5.8 hay una promesa bonita para aquellos que se refugian en Cristo. Romanos 5.8, mire como nos dice, página 1155 de nuestras Biblias. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, ¿qué ocurrió? Cristo murió por nosotros. Entonces nosotros hemos violado la ley de Dios, pero Jesucristo pagó nuestra multa. Amén. Y eso significa que Dios puede legalmente retirar los cargos contra nosotros, porque ya alguien pagó por nosotros, ya alguien sufrió el castigo por nosotros, Entonces debemos de usar la ley de Dios, resumida en esos 10 mandamientos, para mostrarle al pecador su verdadera condición. De nada nos sirve decirle al pecador, Jesucristo te ama, porque la gente va a pensar, si me ama, yo como soy me ama. No, mis hermanos, la ira de Dios está sobre el pecador. Ese amor que Dios ha mostrado es a través de Jesucristo y el que rechaza a Cristo ha rechazado ese amor y está condenado al infierno. Entonces hay que presentarle primero la condición, la condición en que se encuentra a la vista de Dios, no a la vista del mundo. Es a la vista de Dios. ¿Cuál es tu condición? Tú tienes que arreglar cuentas con Dios, sólo primero. No estamos buscando que la persona tenga un mejor estilo de vida aquí en la Tierra, porque probablemente no lo va a tener si se convierte. Tu mejor vida ahora no es aquí, tu mejor vida ahora no es aquí, es en el cielo. como anda un libro por ahí de un falso profeta, apóstolo o lo que sea. Jesús ha dicho, en el mundo ustedes van a tener aflicción, pero ¿cuál es la segunda parte de ese pasaje? ¿Quién se lo sabe? Pero confía, yo he vencido al mundo. Ahora, ¿cómo yo me beneficio de eso cuando yo estoy en Cristo? ¿Cómo se beneficia ese inconverso, ese que no conoce al Señor? Cuando viene en arrepentimiento y fe al Señor. Entonces esa es la condición que hay que hacerle ver. La ley le muestra al mundo, le muestra a esa persona que usted está evangelizando, que están condenados por Dios. No es que si se mueren se van para el infierno, es que en esa condición están alejados de Dios. están fuera de la gracia de Dios. El que no tiene a Cristo está fuera de la gracia de Dios por mucho que hable de Dios con sus labios. Esa es la diferencia entre aquel que tiene a Cristo como Señor y Salvador y aquel que no lo tiene. Por eso es tan urgente debemos de sentir esa carga de que la gente oiga del Evangelio. El principio de la sabiduría es el temor del Señor. Todo comienza por allí. Todo comienza por allí. Hay otro testimonio, mis hermanos, que es muy interesante verlo y leerlo. Usted lo tiene allí, no sé en qué página estamos. Acerca de una predicación al aire libre que estaba llevando a cabo el autor del libro, y se encontró con una mujer que comenzó, él estaba al aire libre, es decir, estaba predicando en una esquina, ¿verdad? Ustedes saben lo que es una predicación al aire libre, ¿verdad? Se ponen en una esquina, comienzan a hablar, entonces se reunió una cuanta gente y desde allá apareció una mujer que comenzó a hablarle. ¿Y cómo él manejó la situación? Porque también nos vamos a encontrar con personas que van a tratar de desviar la atención. ¿Cómo fue que él lo hizo? Vamos a ver. Si usted, ¿en qué página? Dice a principios de 2010, 104, muy bien, página 104. Lo leo tal como está. A principios de 2010 yo estaba predicando al aire libre en Huntington Beach a unas 80 personas. Un hombre me había estado contradiciendo y su esposa gritó, yo he abandonado mi creencia en Dios, yo era católica y tuve 8 abortos. Le pregunté cuántos hijos vivos tenía y le dije, ¿le has dado gracias a Dios por tus dos hijos sanos? ¿le has dado gracias por tus ojos? Puedes ver, no estás ciega, ¿le has dado gracias por tu cerebro? Puedes pensar, ¿le has dado gracias por este maravilloso país libre en el que has nacido y por tu marido tan guapo? Es decir, tan precioso, ¿verdad? Guapo es precioso. Cuando respondió muy desafiante, yo doy gracias a la ciencia por mis hijos. Le contesté, es Dios el que abre y cierra la matriz, no la ciencia. ¿Crees que eres una buena persona? Soy muy buena persona. Respondió ella. ¿Cuántas mentiras has contado en tu vida? ¿Alguna vez has robado algo de valor que sea? Etcétera. Ella reconoció haber mentido y robado, así que le hablé acerca del día del juicio, la realidad del infierno y el hecho de que a pesar de ser criminales culpables y de que Dios es un juez justo, Jesús se interpuso y pagó nuestra multa por nosotros. Debido a la muerte y resurrección del Salvador, Dios puede legalmente retirar todos los cargos contra nosotros, puede cancelar nuestra sentencia de muerte en cuanto nos arrepentimos y creemos en Jesucristo. Cuando terminé de predicar, el hombre y su esposa me buscaron y con gratitud aceptaron algo de literatura. No estaban ofendidos e incluso me pidieron mi correo electrónico. No les pedí a ninguno de los dos que tomaran una decisión. Simplemente los dejé en las manos de un creador fiel, sabiendo que el Evangelio es poder de Dios para salvación. ¿Qué fue lo que él hizo? Reinfojó el mensaje cuando esta persona quiso denostar lo que era Dios, él lo re-enfocó, en primer lugar, viendo las características que estaban a la vista de todo. Era una persona que tenía hijos, se quejaba de ocho pero tenía hijos, de ocho abortos, podía ver y estaba en un país libre donde ella podía expresarse también. Entonces, lo llevó a entender de que hay pequeñas cosas que nosotros damos por sentado que son gracias de Dios que Él nos ha concedido a nosotros y nos enfocamos muchas veces de manera pecaminosa en esos detalles que nos afectan en el día a día, esos detalles negativos. Entonces, siempre tratamos de dirigir a la persona que reconozca en primera instancia que hay cosas que Dios nos ha dado, aunque nosotros la tengamos como un hecho. El ver, el usted caminar, son cosas que Dios nos ha dado. Y como esa persona tenía hijos, había tenido ocho abortos, pero nadie sabe en qué contexto. Si era ella que había decidido abortarlo. En Estados Unidos eso es permitido. Es difícil, ¿verdad?, creer que fueran abortos espontáneos, pero él no quiso enfocarse en eso, él no quiso decir, no quiso tratar de inquirir con esta mujer de que si esos abortos eran espontáneos o provocados. No, no se enfocó en eso, sino en el aspecto de lo que ella tenía y que debía de dar gracia a Dios por ello. Incluso en el momento que ella dice, yo lo que creo en la ciencia, yo le doy gracia a la ciencia, no. Es Dios quien te ha permitido a ti tener los hijos, es Dios quien abre y cierra la matriz. Entonces, el autor nos dice que ese es el mismo método que nosotros debemos de usar con un mormón, con un musulmán, con un intelectual, cualquiera a quien usted desee testificar. Hay muchas personas, muchos métodos evangelísticos que tratan de enseñar, no, tú tienes que conocer a el contexto a quien tú le vas a predicar para entonces tú irte por allí. No, mis hermanos, no es así, solamente es hablar la palabra, la palabra de Dios es suficiente, a la luz de lo que ellos necesitan saber en ese momento, cuál es su condición, cuál es su situación en ese momento, a los ojos de Dios, no a los ojos del mundo, miren cómo lo hizo con esta mujer es la ley, la ley de Dios la que nos hace ver nuestros pecados entonces eso ocurre muchas veces en algunas iglesias solamente se enfocan en el aspecto del amor de Dios y el amor de Dios es maravilloso como dice el coro pero no debe enfocarse en ese amor de Dios sin que ante la persona sepa a qué grado se ha manifestado ese amor a través de él enviar a su hijo a morir por nuestros pecados, a sufrir esa muerte dolorosa, a sufrir esas vejaciones, esas humillaciones porque alguien tenía que pagar el castigo que yo me merecía. Entonces, tiene que comenzar por ahí. Si la persona piensa que es una buena persona de inicio, si no le hacemos ver a la luz de la palabra, a la luz de los diez mandamientos, que hemos quebrantado sus mandamientos, la persona no va a tener necesidad de arrepentirse. Y va a ver la iglesia como una actividad más, como ir a un club, como ir a un estadio, a ver un juego de pelota, como ir a un concierto, como ir a una discoteca. Así es que lo va a ver, mis hermanos. Y esto no es asunto de una actividad más. Usted no hace una actividad más cuando viene a la iglesia. Esto es su vida. Porque fue Cristo quien dio su vida. siendo inocente, sin necesidad de hacerlo, y lo hizo para que nosotros pudiéramos ser librados del castigo eterno. Entonces, por esa razón hay que hacerle ver la ley a las personas, la ley de Dios, que está resumida, ¿en qué cosa le dije? En los 10 mandamientos. Hay que hacerle ver su condición caída a la persona. Como dice Galatas 3.24, la ley ha venido a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo. Hasta que no conocemos nuestra condición pecadora, nuestra condición caída, entonces no podemos considerar o tener necesidad de un salvador. Si yo pienso que Dios va a pasar por alto los pecados de todo el mundo y que todos nos vamos a ir para el cielo, no importa lo que hagamos, ¿para qué necesita un salvador? Y ese es el concepto que se maneja en el mundo. No, ven, ven. Olvídate de lo que tú hagas. La iglesia está hecha para que te sienta bien y no necesariamente es así. Ese mensaje que nosotros vemos en las Escrituras, ese mensaje que utilizó Jesús, es aplicable a todas las personas en cualquier lugar. Ese mensaje es para felices y personas quebrantadas, para personas ricas, para personas pobres. para personas que hablen nuestro idioma, para personas que no hablen nuestro idioma, para personas que vivan en una mansión o para personas que vivan en una choza. Es el mismo mensaje para todos, sin importar sus creencias o estilos de vida. Es el mismo mensaje. Tenemos que darlo. Ahora quizás surge la pregunta, ¿tenemos que usar la ley cada vez que testificamos? No necesariamente. Recuerda el principio bíblico que hablamos el domingo último cuando tuvimos la escuela dominical. Ley al soberbio y gracia a quien? Aquí. Al humilde. Ley al soberbio y gracia al humilde. Si la persona es soberbia o farisaica necesita la ley para humillarlo. Y cómo usted sabe si una persona es farisaica, es soberbia? sencillamente cuando usted le hace una pregunta a esa persona. ¿Usted cree que es una buena persona? Si la respuesta es sí, yo soy una buena persona, entonces usted necesita hacer lo que hizo Jesús en Marcos 10, 17 al 19. Vamos a ver qué fue lo que hizo Jesús allí. Vaya conmigo, Marcos 10, 17 al 19. Página 1031 de la Nueva Biblia de las Américas. ¿Qué hizo Jesús allí? ¿Quién se anima a leerlo? 1031, Nueva Biblia de las Américas, la versión Nueva Biblia de las Américas. Cuando Jesús salía para irse, vino un hombre corriendo y arrodillándose delante de él, le preguntó, maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le respondió, ¿por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios. Tú sabes los mandamientos. No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre. ¿Qué fue lo que hizo Jesús allí? Mostrarle qué cosa. ¿Eh? La ley. La ley. Para mostrarle a esa persona, a ese muchacho, a ese joven rico que no era una buena persona y que necesitaba un salvador. Incluso, ¿dónde se ve de que no era una buena persona? En el simple hecho de que él trata de justificar, si dice, todo eso lo he guardado desde mi juventud. Y el Señor le dice, una cosa te hace falta. ve y vende todo lo que tiene y sígueme y tendrás tesoro para conmigo en el cielo. ¿Qué mandamiento él quebrantó cuando se fue triste y no obedeció ese llamado de Jesús de venderlo todo? ¿Cuál mandamiento él quebrantó? ¿Cuál mandamiento? Míralo acá. el primer mandamiento. No tendrás otros dioses delante de mí. Y usted dice, ¿y por qué el primer mandamiento? Porque las riquezas se habían convertido en el dios de él, de ese joven rico. Él no estaba dispuesto a sacrificar sus riquezas para servir a Dios. Entonces había quebrantado el primer mandamiento. Y por esa razón se fue triste. No estaba dispuesto amar a Dios sobre todas las cosas. Y por esa razón no siguió el camino del Señor. Nosotros tenemos que presentar la ley a las personas. Nosotros tenemos una urgencia de presentar el mensaje a las personas. Tenemos una urgencia de hacerle ver la condición en la cual se encuentra esa persona. Yo le estoy afirmando esto y le preguntaría a usted, ¿por qué usted cree que yo digo que tenemos esa urgencia de hablarle a la gente? ¿Por qué tenemos urgencia? ¿Quién me dice? Anímense con toda confianza a equivocarse o a tener la razón. Yo diría confianza. Háblele alto a ellos que usted está bien. Porque ya el fin se acerca en la avenida de Cristo. Lo oyó ya Lucy. ¿Por qué? Porque ya el fin se acerca. Ah, muy bien. Soy yo que no oigo bien. Porque el fin se acerca, pero no sólo eso, mis hermanos, aunque dure 500 años más para llegar el fin, mire qué cosa, ninguno de nosotros estaremos con vida si durara 500 años en llegar el fin. Entonces, ¿cuál es el asunto? Está bien eso, el fin se acerca, estamos de acuerdo, Pero es que no necesariamente todos vamos a llegar al fin. No nos vamos a llegar al fin. Pudiera ser que esa persona sea la última oportunidad que el Señor le está brindando con respecto a usted, de usted presentarle el mensaje a ella. Porque quizás esa persona mañana no va a estar aquí, aunque la vida siga. aunque la tierra siga girando. Usted no sabe cuándo Dios va a llamar a esa persona a su presencia. Una persona puede gozar de salud. Hace unos años se vio en las noticias un señor que todos los días hacía ejercicio en el Mirador Sur, todos los días. Y un día en la mañana, como era común, salió a hacer ejercicio, le dio un ataque y se murió. ¿Quién hubiese pensado que una persona saludable, que se ejercitaba, que tenía un ritmo de vida saludable, según la gente, porque yo nunca lo conocí, se iba a encontrar la muerte haciendo lo que acostumbraba hacer? no fue que salió a tomar, no era que era una persona que se descuidaba de la salud, no era una persona que salió a la calle y lo chocaron a un imprudente, no, él salió a hacer su rutina diaria y se encontró con la muerte. Entonces, como nosotros no sabemos cuando Dios nos va a llamar a nosotros o a la persona que tenemos enfrente, Como no sabemos cuándo Dios la va a llamar a ella, a su presencia, tenemos urgencia de predicarles a ellos. Pero otra cosa, mis hermanos, esa puede ser una persona desconocida y quizás no nos importe cuál sea el estado eterno de esa persona, porque no la conocemos. Pero ¿y nuestros familiares? Nuestros familiares, los que no conocen al Señor, Usted también debería tener esa urgencia de que esa persona oiga del mensaje y orar por ella, orar por ella, pero nunca tome como una excusa decir yo le predico con mi vida. Nosotros somos llamados a predicar con nuestra vida, sí, claro está, pero también la Biblia dice que nosotros somos heraldos, que nosotros somos mensajeros, que nosotros somos llamados a decirle a la gente las cosas buenas, las maravillas, como dice la palabra del Señor, las maravillas de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Entonces tenemos que hacerlo, tenemos urgencia para el que no conocemos en la calle, pero también para nuestras familias de que oigan acerca del mensaje. La persona tiene que conocer cuál es su condición a los ojos de Dios, a la luz de la ley de Dios. Esa persona puede pensar que es una buena persona, pero a la luz de la ley de Dios no lo es. Entonces, ¿qué prima hay? ¿Lo que ella piense o lo que Dios piense? ¿Quién es el que castiga? ¿Quién es el que salva? ¿Quién es el que condena? ¿Quién es el que libra de la condenación eterna? ¿Quién? ¡Ella! o Dios. Entonces, ¿qué es lo más importante, el concepto o la idea que tenga Dios de la condición de esa persona o la idea que tenga esa persona de su propia condición? ¿Qué es más importante? Lo que Dios, el concepto de Dios. Ahora, ¿cuál es el concepto que Dios tiene de la persona? Lo tenemos en la Palabra, a la luz de los diez mandamientos. a la luz del audiez mandamiento conforme nosotros lo vemos enseñado por nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos dice que esa persona merece el infierno que toda la humanidad merece el infierno y que la única vía de escape de ser librado del infierno es Cristo Jesús es aceptándole como Señor y Salvador, es viniendo delante de Él en arrepentimiento y fe. Ese es el llamado, mis hermanos. Ese es el llamado que tenemos que hacer. Tenemos que confrontar a la persona con lo que la Palabra de Dios nos ha mostrado, lo que la Palabra de Dios ya ha dicho, cuál es el estado del hombre. Nosotros tenemos un estándar, tenemos una regla y tenemos que ser medidos a la luz de esa regla y ese estándar y esa regla es Jesucristo. No hay otra forma. Entonces, tenemos que enfatizar eso con la gente. No podemos desmayar, no podemos avergonzarnos de confrontar a la gente con su condición. Necesitan un salvador. Necesitan un salvador. ¿Por qué necesitan un salvador? Porque el hombre ha quebrantado la ley de Dios. Porque Dios ha establecido que no va a tener por inocente al culpable. Porque la ira de Dios está sobre el pecador. Y si no se arrepiente, irremediablemente lo que le espera es la condenación eterna. Esa es la predicación que tenemos que hacer. Deje de lado eso de que usted predica con su vida. Claro, usted tiene que predicar con su vida, pero no se quede allí. No se quede allí. Porque Romanos 10 nos habla acerca de que cómo irán si no hay quien les predique. O no espere que venga un predicador de fuera, es usted el llamado. Así que yo le invito a que usted pueda sacar un tiempo en esta semana y volver a leer este capítulo 7. Usted lo pueda analizar de nuevo y pueda tomar esos ejemplos para que comience a poner en práctica lo que es la exposición de los 10 mandamientos hacia esa persona que se considera una buena persona. Eso fue lo que Jesús hizo. Lo hizo con la mujer samaritana, lo hizo con el joven rico, Lo hizo con todas las personas que se acercaron a él. Los confrontó con su condición. No le pasó paño tibio, los confrontó, le dijo, tú necesitas esto. Cuando Nicodemo fue, le dijo, tú necesitas nacer de nuevo. Y efectivamente, en el caso de Nicodemo, en el caso de la mujer samaritana, nacieron de nuevo. En el caso del joven rico, no. Eso quiere decir que no en todas las ocasiones la gente va a responder afirmativamente al llamado. Si con Jesús no lo hicieron todos, mucho menos con nosotros. Pero lo que sí tenemos que tener en cuenta es que esa es una responsabilidad que no podemos postergar, que no podemos dejar para después, que no podemos esperar a yo conocer a esa persona, porque esa es también otra excusa. No que yo voy a esperar a conocerla, no. Mira el ejemplo de la mujer samaritana, Jesús le metió la conversación, un tema de actualidad. En el caso de él, estaban ahí en el pozo, ella fue a buscar agua, dame de beber, le metió la conversación. Es nuestra responsabilidad, de igual forma, entablar conversaciones, aprovechar los tiempos que el Señor nos da, ya sea cuando vamos en la calle, cuando vamos en el autobús, cuando estamos esperando algún turno, ya sea para una consulta, ya sea para comprar algo en la fila, en el supermercado, en el banco, donde sea. Tenemos que hablarle a la gente. Tenemos que presentarles, como dice, la ley para el soberbio y la gracia para el humilde. Amén. Bien, pues vamos a dejar nuestra lección por el día de hoy. Les invito a que sigan leyendo este libro, está muy interesante. El otro lado. Dale, cierra. Sigue cerrando.