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estuvieron muy contentas porque estuvimos revisando, y lo digo de corazón, estuvimos revisando el valor de la sumisión. ¡Oh, Jaime! Los niños que van a ir a las clases con Jaime y con mi esposa, en los cuneros está mi esposa con hermana Yasmina, ahí están los niños pequeñitos y Jaime va a estar en el salón número uno. con los niños más grandecitos. Así que la instrucción. Y este miércoles a las 5 de la tarde estaré enseñando Fundamentos de la Fe por YouTube. Allí hay mucho material en YouTube. El canal mío es Pastor Enrique Zarria. El canal de la iglesia es Iglesia del Valle Central. En ambos canales hay mucho material. Pero el de enseñanza es en el canal Pastor Enrique Sarria. Este jueves pasado terminé de enseñar todo el libro de Apocalipsis. Lo miramos verso por verso, todo el libro. Entonces, si usted quiere estudiar el libro de Apocalipsis, ahí está. Y si esta semana quiere empezar con Fundamentos de la Fe, ahí está el libro que vamos a usar. Y voy a estar anunciando, si logro conseguir una cámara, necesito una cámara, para poder grabar las clases aquí, en lugar de estar en... miren, mi casa, yo no sé si están grabando ahorita o no, pero bueno, ya empezamos, yo ya empecé. En mi casa, yo uso esta oficina para grabar o mi casa, depende. Ahorita casi no tengo carro porque estamos cortos en carros en la casa, entonces lo hago mucho desde mi casa. Es un screen verde que puse en la pared, en un rinconcito en mi cuarto. Parece como que estuviera aquí, pero yo estoy desde mi casa. Y con una mesita de plástico que pongo, o sea, estoy haciendo todo lo que puedo para transmitirlo y hacerlo bien. Pero yo creo que sería mejor hacerlo aquí. Usar el small chapel. Allí hay un tablero donde puedo hacer más. si se puede hacer así y tener un grupo de estudiantes presenciales que estén estudiando aquí al mismo tiempo que estamos transmitiendo en vivo o grabando o hacer algo así. Entonces, ayúdenme a orar por eso. a pedirle al Señor cómo hacer eso bien, porque vale la pena y hay que invertir en la educación del creyente, es la tarea de los pastores y los maestros. La palabra dice eso en Efesios 4, 12 en adelante. Entonces, el miércoles, si a usted le interesa tomar la clase en persona, dígame, y lo podemos hacer en persona, aquí hay salones para hacer eso y mirar lo que está disponible, pues usarlo y transmitirlo también por YouTube. Vamos al texto del día de hoy, Colosenses 3, verso 19. Hoy seguimos con el esposo. La semana pasada fue la esposa y hoy vamos a entrar en el tema del esposo. El título es El hombre que ama a su mujer. el hombre que ama a su mujer, Colosenses 3, 19 dice el texto maridos amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas en verso 18 vimos como el apóstol comienza a instruir a la iglesia desde el verso 18 hasta el capítulo 4 verso 1 en lo que es la vida social comenzando en el hogar la vida en el hogar y la vida afuera del hogar cómo se relaciona el creyente Lo que muestra es que todo comienza en el hogar, y en el hogar la manera como él comienza, comienza con la esposa, después con el esposo, después los padres con los hijos, los hijos con los padres, los empleados con los empleadores y viceversa, toda esa área la cubre él allí. Y eso es lo que sostiene el funcionamiento correcto en la sociedad, en la familia. Y cuando Pablo habla acerca de la esposa y le dice a las esposas que se sometan a sus maridos, lo que sucedía en ese entonces, lo voy a comentar ligeramente, no me voy a enfocar en ese tema ahora, pero lo que sucedía es que había un tipo de pandemia de no sumisión de parte de las mujeres, un nombre que conocemos hoy en día, una palabra que conocemos. Entonces toda la sociedad estaba afectada por la falta de sumisión de la mujer. También la mujer era muy menospreciada en la cultura que estaba en ese entonces. Era un desorden, pero eso había alcanzado ya a la iglesia del Señor. Por eso Pablo le dice, mujeres estén sujetas a sus maridos. cómo conviene en el Señor. Era lo correcto y era necesario de parte de las mujeres casadas. Enseguida el apóstol Pablo se dirige a los hombres de la iglesia y en este caso a ellos les da dos órdenes. Una positiva y una negativa, lo que contiene este texto. La positiva, esposos amen a sus esposas. La negativa, es que no sean ásperos con ellas. Y vamos a ver por qué Pablo habla así, por qué Pablo les habla a ellos. Entonces, son dos puntos los que acabo de mencionar. El primero, marido ama a tu esposa. El segundo, marido no seas áspero con tu esposa. Entonces, primer punto, marido ama a tu esposa. Cuando el hombre se casa, se casa para dedicarse a su esposa. Por eso Pablo dice, marido ama a tu esposa. Ama a una sola mujer, la que es tu esposa. Y el amor que él menciona allí se refiere a un amor de pacto. Es decir, un amor de pacto es algo que es irrompible. En el mundo está el concepto, cuando las parejas se casan, de que entran en un contrato. Entonces, cuando entran en un contrato, son dos partes que se unen y cuando algo no funciona, pues se salen y hacen otro contrato. Por otro lado, no es lo que Dios dice, no es lo que la palabra indica. El matrimonio es un pacto. Entonces el amor que Pablo se refiere es el amor ágape. De nuevo aparece esa palabra allí. Lo que querían mover en la iglesia era el amor fileos, es decir, como el amor entre hermanos. Pero lo que Pablo le dice no es el amor ágape, es el amor de compromiso, es el amor que sufre, es el amor comprometido, es el amor que va más allá de la pasión o del sentimiento. Y el punto es que el esposo se mantenga amando de continuo a su esposa, de continuo que ame a su esposa. Ahora, ese es el mandamiento, maridos amen a sus esposas. ¿Cómo es este amor? Miremos algunas partes de la Biblia que nos deja ver cómo ese amor, y hay un texto paralelo en el libro de Efesios, donde Pablo le habla al hombre casado cómo amar a la esposa. Y dice que ame a la esposa ¿cómo? Como Cristo amó a la iglesia. Como Cristo amó a la iglesia. Entonces, de nuevo nos encontramos con esta realidad que un esposo que ama bien a su esposa es un esposo que conoce bien al Señor Jesucristo. Porque dice, ama a tu esposa como Cristo amó a la iglesia. Vamos al texto. Esa es la letra A. Dice, se dio por ella. Efesios 5, verso 25 al 33. Pero vamos a empezar con el verso 25. Vamos a solamente usar el verso 25 ahora. Maridos amen a sus mujeres. Aquí está otra vez el mandamiento. Así como Cristo amó a la iglesia y se dio el mismo por ella. Entonces en la letra A, se dio por ella. El punto que estamos viendo es que maridos amen como Cristo amó a la iglesia. Y ese es un amor sacrificial. Cristo se dio por ella. Es decir, que Cristo murió por su esposa. La esposa de Cristo es la iglesia. El amor del esposo así debe de ser por la esposa. Es un amor sacrificial. El amor ágape que estábamos mencionando. Es decir que el esposo está dispuesto a despojarse para dar de sí mismo sin esperar una recompensa. Voy a repetirlo. El esposo está dispuesto a despojarse para dar de sí mismo sin esperar una recompensa, para dar, para darse a su esposa, para dedicarse a su esposa y no está esperando una recompensa. El amor agape no es motivado por la acción que toma otra persona. El amor agape es un amor puro que se origina en Dios y el creyente lo puede manifestar, lo vimos la semana pasada. Entonces, este amor busca el bien de la otra persona antes que buscar su propio bien. Por eso no tiene sentido, como para la mujer, como para el hombre, decir la mujer me someto pero si él ya no es amorágape. ya se perdió el amor allí, el amor que la Biblia está indicando. O que el esposo diga, bueno, yo la amo, pero si ella ya se perdió completamente el mandato, ese no es el mandato. El mandato está fundamentado en un amor que no es motivado por un beneficio que se obtiene, sino porque es un amor puro que se origina en el corazón de Dios y el creyente lo tiene y lo puede manifestar. En el plan soberano de Dios, para mirar el ejemplo del amor de Cristo por la iglesia Dios el Padre estableció darle una esposa a su hijo y esa esposa es la iglesia y el hijo vino tomó la forma de hombre y vino para rescatarla a ella en qué condición se encontraba sucia en sus pecados y delitos. Yo no estoy diciendo que nuestras esposas están así porque nosotros no somos Dios, pero lo que estoy hablando es lo que indica la palabra de la obra de Cristo a favor de la que va a ser su esposa. Ella no era digna, no merecía, no estaba llena de ningún calificativo, al contrario. Estaba en enemistad con Dios, pero Él la amó al punto que se dio a sí mismo por ella. Ese es el amor que Pablo está hablando cuando le dice a los esposos maridos amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia. Entonces el amor del esposo por su esposa no está basado en calificativos que ella tenga o no. Aunque obviamente un hombre que ama a su esposa los va a encontrar. Entonces este amor no se reserva nada, no busca lo suyo propio, es un amor que se da. Así el esposo debe amar a su esposa al punto de buscar el bien de ella por encima del suyo propio. El bien, y este bien es definido por la bondad de Dios. Ese bien es el que Dios quiere para ella, entonces el esposo procura eso para ella. Y esto nos debe llevar al siguiente punto. Pero antes de entrar al siguiente punto, buscar el bien para la esposa no se trata de complacerla a ella en todo. No se puede. Acuérdense, la semana pasada dijimos, la esposa no se somete al esposo como se somete a Dios, porque él no es Dios, él es un hombre. Y hay áreas en que él pudiera fallar. Y si son áreas de pecado, para ofender al Señor ella debe resistir eso, no debe de hacerlo porque va a ofender a Dios. En el amor del esposo por la esposa, ella no es Dios tampoco, entonces los deseos que ella tiene, Él no los va a poder cumplir todos, no le va a poder dar todo lo que ella pide, pero sí lo que indica que Dios es honrado cuando Él concede esas áreas. ¿Sí me hago entender? Ok, entonces pasemos al siguiente. B, la santifica. Entonces el primero... es que el esposo se da por ella, así como Cristo se dio por la iglesia. El segundo, la letra B, es que la santifica. Ese amor por su esposa produce santificación en ella. Verso 26 de Efesios 5 dice, sino que fuera santa e inmaculada. Y si se fijan, contiene un estándar. Lo que Pablo está diciendo aquí contiene un estándar, el estándar de Cristo para su iglesia. Es un solo estándar. Y este amor agape, este amor sacrificado por ella, lo que busca es su santificación, una mujer más santa cada vez. Santa significa separada. dedicada a una sola cosa, es a honrar a Dios. ¿Y cómo sucede o cómo el esposo, en su amor por ella, la va a llevar a la santificación, así como Cristo santifica a la iglesia? Por medio de la palabra. Es por medio de la palabra. Así lo ha hecho Cristo con la iglesia. La purifica con su palabra para que sea una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, inmaculada. Y su palabra habla de qué? De su fidelidad, de su promesa de un amor solemne por ella, un amor inquebrantable por ella. Él declaró en Mateo 16, yo edificaré mi iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y eso fue en el siglo primero. Han pasado dos mil años y allí está la iglesia. porque él fielmente está amando a su iglesia, edificando a su iglesia, santificando a su iglesia. El esposo toma ese ejemplo y mira ese amor, ese amor que no se quiebra, ese amor que no deja de ser, ese amor que es comprometido. Entonces, cuando el esposo siente, siento, estoy hablando de emociones, como que no puede amar a su esposa por alguna situación difícil que se presente. Él puede sobreponer esa dificultad al mirar el ejemplo de Cristo. Y debe de. Y la postura que el esposo mantiene con su esposa es de ese amor inquebrantable. Es decir, el esposo no da espacio, no puede dar espacio a dudar de ese amor. No puede y no debe. debe luchar por mantenerse con un amor comprometido por su esposa así como Cristo por su iglesia. Entonces el esposo como cabeza de su esposa la guía a ella a través de las escrituras es así como logra vencer esto y mantenerse fiel y firme la está guiando a ella a través de las escrituras la está amando basado él en las escrituras en la palabra fiel de Dios en eso se fundamenta él y entonces puede amar a su esposa y cuando hace esto con las escrituras No se trata de que el esposo esté demostrando que él sabe más que ella o que él entiende más que ella. No, no se trata de eso, sino que él vive en obediencia a Dios, sometido a la autoridad de la palabra del Señor y asimismo guía a su esposa paso a paso para llevarla al conocimiento de la revelación del Señor. Y la están amando porque eso toma dedicación, eso toma esfuerzo, eso toma permanencia, eso toma fidelidad poderlo hacer. Pero la fuente viene de la palabra del Señor y el ejemplo viene de Cristo Jesús. ¿Cuál es la oración? Voy a regresar a la semana pasada. ¿Cuál es la oración que ustedes, hermanas, hacen más que cualquier otra oración en relación con su matrimonio? Señor, ayúdame a ser una mujer sumisa a mi esposo así como la iglesia lo es a Cristo. Esa es una oración que ustedes deben hacer todos los días dependiendo de la gracia del Señor para hacer eso de manera que honre a Dios. ¿Cuál es la oración principal del esposo? Señor, ayúdame enséñame a amar a mi esposa como Cristo amó a su iglesia y se dio a sí mismo por ella, habiéndola purificado por el armamento de la palabra para presentársela a sí mismo, una iglesia santa, pura y sin mancha y debe sabérselo de memoria y debe poderlo decir constantemente y no asumir Cuando usted llega del trabajo a su casa, no asumir que usted ya sabe cómo amarla, no asuma eso. Asuma más bien que necesita de la gracia del Señor. Por eso Pablo pone el ejemplo. Ame a su esposa como Cristo amó a la iglesia. ¿Puede usted entender, varón, el amor de Cristo por la iglesia? ¿Y lo puede explicar de una manera exhaustiva? Es decir, ¿usted entiende todo lo que es ese amor y lo puede explicar? Yo no puedo. Yo estoy en el proceso cada día de aprender más de lo que significa el amor de Cristo por su iglesia. Cuanto más el amor como esposo por la esposa demanda una oración y una dependencia constante. Un problema grande en los matrimonios es asumir que usted ya sabe hacer lo que tiene que hacer. Es un problema serio. Hace muchos años en una consejería Me senté con una pareja que querían casarse. Y les dije, bueno, para hacer el matrimonio necesitan consejería. Yo no caso a una pareja sin consejería. No creo que es bueno. Y ella me dijo, bueno, pues, ya ella se había divorciado. Él también era otro matrimonio que querían empezar. Y yo, pues, ya tenemos mucha experiencia. Y les dije, allí está el problema precisamente. pensar que ya tiene la experiencia, pensar que ya sabe y que no necesita de la guianza del señor, eso causa un problema y fue lo que sucedió, terminaron separados después porque no quisieron escuchar. Así es cada día, para usted, no asuma, mujer, no asuma que usted ya sabe cómo someterse, no cometa ese error. Pídale a Dios Señor enséñame qué significa estar sometida a mi esposo de tal manera que tú seas honrado en todo lo que haga Esposo pídale al Señor Señor ayúdame enséñame cómo amar a mi esposa yo llevo casi 28 años de casado y no paro de pedirle al Señor ayúdame a entender cómo amar a mi esposa como Cristo amó a su iglesia es una dependencia constante en el momento que usted se suelta del Señor Ya la regó. Se va a empezar a equivocar, a empezar a ofender al Señor. ¿Por qué? Porque lo peor que puede hacer un creyente es vivir en independencia de Dios. El creyente necesita al Señor. ¿Jesucristo cómo amó a la iglesia? Una característica bien clara del amor de Cristo por la iglesia y la razón por la que Él se entregó por ella. ¿Cuál fue? Su dependencia en el Padre. Jesucristo no paró de depender en el Padre. Necesitaba orar, Él es el Hijo de Dios, dice la palabra que sí. Cada mañana temprano estaba orando. Vimos la semana pasada en el libro de Hebreos que Él aprendió obediencia. ¿Y quiénes somos nosotros? Para decir que no necesitamos depender del Señor, clamar al Señor. Y no asumir que ya sabemos. Pero más bien saber que necesitamos del Señor. para poder amar a la esposa, dándose por ella, procurando su bien en base a la verdad de la palabra, para presentarla a una mujer santa delante de Dios como una novia en su vestido blanco, presentada en pureza para darse a su amado. Hay una meta bien definida para el esposo. El esposo tiene una obligación con su esposa. Pero esta obligación se hace un acto de amor, está fundamentado en el amor. Por eso Pablo dice, maridos, amad a vuestras mujeres. Entonces el amor del esposo es un amor sacrificado y santificado por su esposa. Separado para el honor y para la gloria de Dios. Entonces marido, ama a tu esposa. dándote por ella, santificándola con la palabra del Señor. C, la cuida y la sustenta. La cuida y la sustenta. Entonces, se da por ella, la santifica, la cuida y la sustenta. Como podemos ver, el amor va mucho más allá de palabras bonitas o de flores perfumadas o de una caja de chocolates. Si lo hace, por favor, no deje de hacerlo. Yo creo que es bonito. Pero va más allá de eso. Va mucho más allá. Se manifiesta con obras tangibles, obras que se pueden tocar, se pueden medir, se puede ver el fruto de ese amor, se puede tocar lo que se está haciendo. Mire, Efesios 5, versos 28 al 29. Miremos primero el verso 28. Así deben también los maridos amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Voy a mirar a los varones aquí rápidamente, si ustedes se aman. Vienen bien peinaditos todos, y yo también. Demostramos amor por nosotros, es natural. Pablo dice, así también los maridos amen a sus mujeres como a sus propios cuerpos. Si usted se afeitó esta mañana, no se andaba afeitando acá atrás donde no puede ver, seguramente que se afeitó la barba, o lo que sea, se afeitó el bigote y se preparó, Si usa perfume, usted escoge cuál es el perfume que quiere. No se pone un perfume que no le gusta el olor. Cuando se va a poner la ropa, usted escoge cuál ropa, cómo la va a combinar, cuál es la ropa que quiere. Eso habla de un amor a sí mismo. Pablo dice, el marido ame a su mujer como se ama a sí mismo. Es un amor que ya está allí. Entonces, es un nivel de amor natural. El hombre ya lo tiene. ¿Qué es lo que debe cambiar en ese amor? El enfoque. El enfoque debe cambiar. En lugar del hombre estar buscando cuál es la mejor ropa que él se puede poner, piensa cuál es la mejor ropa que su esposa puede tener. Cuál es el mejor cuidado que él puede tener. Piensa más bien cuál es el mejor cuidado que su esposa puede tener. Entonces apunta hacia ella. ¿Qué es lo que más nos gusta? Porque dice, ama a tu esposa como a ti mismo. El respeto, la dignidad, el honor. No de una manera desmedida, pero es normal pensar así. Entonces el hombre aplica la regla de oro y comienza con su esposa, tratándola a ella con respeto, con honor, con dignidad. El que ama a su esposa, dice el apóstol Pablo, a sí mismo se ama. Miren el verso 29. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia. Lo sustenta y lo cuida. La iglesia depende completamente del sustento que Cristo le da. No puede ser sin él. Él es su fuente, su guía, su defensor, su protector. En ningún momento deja de cuidarla él a ella, a su esposa Jesucristo con ternura. Ella es su cuerpo, él es su cabeza. Así el esposo debe cuidar a su esposa. El amor del esposo por su esposa entonces es un amor que la cuida a ella. Es decir, no busca su propia satisfacción. Su ocupación principal, ¿cuál es? Es ella. ¿Qué necesita ella? La meta principal en el matrimonio para el esposo, de acuerdo a la descripción del amor que Pablo está dando, viene a ser ella, su esposa. El cuidado de su esposa. Sostener a su esposa. Ver, por lo mejor, para ella, No en el gusto, en que una mujer se pueda perder en su propio gusto, pero atado a lo que vimos anterior, en el punto anterior, en santidad. De una manera que ella honre al Señor. Hay hombres que se pierden a veces en esto. Quieren darle de todo a su esposa. Todo lo que ella se antoja, le quieren dar de todo. No es eso lo que el texto está diciendo. Eso no es liderazgo. Eso es perderse en gustos personales que no reflejan necesariamente el honor a Dios. Entonces, complacer a la esposa va en línea con lo que es obedecer al Señor para hacerlo en santidad y amarla a ella, ocupándose de ella. En la conferencia de expositores, en el principio del mes de septiembre que fue esa conferencia, el hermano Paul Washer estaba predicando, y dos veces el hijo, que estaba dispuesto a sufrir lo que él tuviera que sufrir. Si se lo iban a maltratar, o lo iban a insultar, o lo iban a golpear, estaba bien con él por predicar el evangelio, no por andar buscando pleitos. Pero él dijo algo, pero si alguien toca a mi esposa, aunque sea con una pluma, soy un hombre muy diferente, porque es mi esposa. Y un hombre, cuando su esposa la atacan o la ponen como un blanco, créame, responde muy diferente. Si es un hombre que tiene los pantalones puestos y que está dedicado a amar a su esposa, la va a defender, la va a proteger, la va a cuidar, la va a sostener. ¿Por qué? Porque está dispuesto a dar su vida por ella y lo demuestra en las cosas más pequeñas. Porque un hombre tiene que estar dispuesto a morir por su esposa. Y va más allá de decir, si viene una bala, yo me voy a poner allí enfrente. Claro, lo va a hacer. Pero lo está demostrando en las cosas pequeñas. Lo está demostrando en los detalles de cada día. Es allí donde el esposo debe revisar su corazón y mirar cuál es su manifestación de amor hacia ella, cómo la está sustentando. ¿Cómo está cuidando de ella? ¿Cómo está viendo por lo mejor para su esposa? Porque la esposa es parte del esposo. Ahorita vamos a entrar allí, en ese punto. Pero ella es parte de él. Y debe verla como su mejor parte. Hay un término que se usa, dice, mi media naranja, ¿cierto? Hace mucho que no lo escuchaba, pero mi media naranja. Bueno, si ella es su media naranja, ella es la mejor mitad de esa naranja. Así debe cuidarla, el esposo a ella. Así debe considerarla. Entonces, el esposo ama a la esposa dándose por ella, santificándola con la palabra, cuidándola como a sí mismo. D, se une a ella sin reservas. Efesios 5, 31. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Que interesante lo que está diciendo aquí. Porque estas palabras no las dijo el Señor Jesucristo, no las dijo el apóstol Pablo, estas palabras las dijo Adán. Adán fue el que lo dijo. Pablo se está refiriendo a lo que dijo Adán, el primer hombre lo que le dijo a la primera mujer, el primer esposo lo que le dijo a la primera esposa. El esposo perfecto. Nadie ha sido como Adán, por lo menos al principio del capítulo 3. El esposo perfecto. El amor de Adán por Eva era el amor perfecto. El esposo ideal fue él. Y la esposa ideal fue ella. Y él dijo esto en Génesis, ahí donde contiene esa declaración. Y esa declaración que Adán hizo es una declaración de carácter universal. Es decir, que gobierna a todos los hombres, en todas las culturas, en todos los tiempos. Es el modelo ideal. Mire, vamos a Énesis 2, versos 23 y 24. Vamos a mirar ese texto allí, Génesis 2, versos 23 y 24. Aquí lo que está sucediendo es que Dios ha hecho caer a Adán en un sueño profundo. Y para los solteros que estén escuchando este mensaje, era imposible conseguirle esposa a Adán porque no existían mujeres, nomás existía a él. Y Dios le dio una esposa a él. Así que no se preocupen, ni el uno ni el otro, Dios es fiel. Dios es fiel. Dios aquí le provee a una esposa a Adán, lo hace caer en un sueño profundo, saca una de sus costillas y de esa costilla hace a la mujer. Y Adán se despierta en el capítulo 2, verso 23 al 24. Bueno, yo lo que creo que no está en el texto que Adán dijo cuando la vio a ella es ¡wow! Y después de eso dijo esto. El hombre dijo, esta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ella será llamada mujer porque del hombre fue tomada. Mire la declaración que le está haciendo. Claro, para nosotros como que no suena con mucho sentido porque no hablamos así, pero la declaración que Adán está haciendo indica intimidad. cercanía a lo máximo, un tipo de identidad único, supremo e insuperable. Esta es hueso de mis huesos, carne de mi carne, ¿qué hay más íntimo en el cuerpo de un hombre o de una persona que sus propios huesos, que su propia carne? y dice esta es ahora hueso de mis huesos, carne de mi carne es una identidad total la que él está expresando allí Adán igualó su amor por Eva con su amor por sí mismo hueso de mis huesos carne de mi carne es como yo es el amor máximo que una persona puede alcanzar por otra es el amor en el matrimonio insuperable y Adán lo llevó un paso más allá cuando dijo por tanto Porque aquí va más allá de la expresión, de lo romántico, del sentimiento. Cuando dice en el verso 24, por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne. Dejará, se unirá y será. Adán indica una acción específica y significativa sin igual a nivel de todo tipo de relación sexual. ¿Por qué? y de relación social. Porque este amor lo manifiesta el esposo comenzando por el principio, tomando una de las decisiones más difíciles de separándose de sus padres, los padres de él como los padres de ella. Es el primer paso para demostrar ese amor de acuerdo a lo que la escritura establece a nivel universal. Es una separación de todo tipo de dependencia de ellos. Y la palabra dejará significa abandonar. Eso es lo que significa esa palabra en hebreo cuando se traduce. Significa abandonar, dejar atrás. No está hablando de menospreciar a los padres. Está hablando de otra cosa. Está hablando de otra cosa. Lo que quiere decir es que no hay persona más importante para ese hombre. No hay prioridad más grande que su esposa. No hay otra prioridad más grande. Y como es un hombre, porque el mandamiento que estamos estudiando en Colosenses 3.19, maridos, amadas, vuestras mujeres, es para hombres de la iglesia. Para el hombre, de acuerdo al modelo de Dios. Entonces, de acuerdo a su sumisión al Señor, él obedece al Señor y así hace. Su prioridad más grande viene a ser su esposa. Su decisión más grande la toma. Mire, no hay decisión más grande que el matrimonio después de la salvación. Es la más grande. Después de eso la compra de una casa. Pero el más grande es el matrimonio. ¿Por qué? Es para toda la vida. Es una decisión para toda la vida. Y es entrar en un pacto con Dios. Esa pareja lo que tienen que resolver antes de casarse es entender que están entrando en un pacto con Dios. Que no es de la iglesia. Le pide al pastor que los case, la respuesta debe ser no. ¿Por qué? ¿Cuál pacto pueden hacer con Dios? No hay un pacto con Dios. ¿Cómo va a ser Dios testigo de algo donde la pareja no va a vivir bajo la comunión o en la comunión con la iglesia donde es el contexto donde esto se lleva a cabo? No se puede. Entonces estamos hablando de un hombre cristiano, hombre cristiano, marido ama a tu mujer pero estas acciones demuestran tu amor por ella y están estipuladas por Dios, no es tu elección. es un asunto de fe y ahí comienza el buen liderazgo en el lugar. Entonces, si este esposo deja a los padres, fíjense en esto, ¿dónde quedan los amigos? ¿dónde quedan los hobbies? ¿dónde quedan sus gustos personales? Ella ocupa el primer lugar, después de ella no hay otra cosa, todo queda en segundo lugar o en tercer lugar o inclusive muchas de esas cosas que mencioné desaparecen del calendario de este hombre, porque ella ocupa ese lugar. Ella es la única que se ve en el mapa para él, ya no queda espacio para lo demás. Todo lo demás es secundario y si hay tiempo lo puede hacer con que no afecte su matrimonio. Ese es el amor del esposo. Ella ocupa el corazón de ese hombre a tal grado que él deja a sus padres y dice, Adán, y se unirá a su mujer y serán una sola carne. Sigue hablando. ¿Cuál es el efecto de esta decisión? Una unión física, emocional, material y espiritual. Es una unión donde sólo se encuentran él y ella. No hay nadie más. Exclusiva. Un nivel de exclusividad, de intimidad como en ningún otro tipo de relación. Por eso el hombre es sabio al no hablar de su esposa con otros hombres. El hombre es sabio al no abrir el corazón en relación con su esposa, con otras personas. La protege, la cuida, la sustenta. Hace muchos años escuché a una pareja que se casó y El hombre que se casó, éramos un grupo de muchos jóvenes en una iglesia, éramos una iglesia bastante grande. Y vivíamos en una casa, compartíamos. Cinco de estos jóvenes vivíamos juntos. Y cada que se iba casando uno, no de este grupo, pero de la iglesia, nos reuníamos a hablar. Y uno de ellos llegó a hablar de su esposa y decía unas cosas en su intimidad con ella que yo decía, ¿por qué este hombre está haciendo esto? ¿Por qué está deshonrando su matrimonio? ¿Por qué está exponiendo a su esposa al comentar estas cosas? Un hombre con los pantalones bien puestos, yo creo que podemos usar esos términos nosotros, no hace eso. No habla mal de su esposa, no expone a su esposa. La cuida, la sustenta, la defiende, la protege. Y la ama a tal grado que ni siquiera sus padres están en ese mapa. Es ella la que está allí. Es ella. Y claro, su amor por sus padres, entonces es un amor que entra dentro del orden de Dios. No deja de amarlos. Pero ama tanto a su esposa que parece que los hubiera abandonado a ellos. Es el ejemplo que el Señor Jesucristo dice, el que no me ama más que a su padre, y a su madre, y a su hijo, y a su hija, y a su hermano, y a su hermana, no es digno de mí. Y en otro texto dice, el que no aborrece a su padre y a su madre por causa de mí, no es digno de mí. No está diciendo de odiarlos, está diciendo es que el amor por él es tan grande que parece que los aborreciera, aunque sí los ama. El amor del esposo por ella es tan exclusivo, tan único. Y dice Adán, y se unirán los dos y serán una sola carne. Es una unión como cuando usted pone cemento. Yo esta semana he estado trabajando con algo de cemento. No queda espacio para nada. Se pega y se pega y queda duro como una piedra. No hay manera de quitarlo, así nada más. Queda pegado allí. Esa es la unión que Adán está hablando, que Pablo está hablando, que el Señor Jesucristo habló. Ese es el amor de Cristo por la iglesia. Cristo está pegado con su iglesia. Nada lo despega de su amor por ella. El esposo así debe amar a su esposa. Mire, Rezalomón mostró tanto amor por su esposa que mire lo que ella dice en el verso seis del capítulo Esto está en Cantar de los Cantares, perdón que no dije el libro, Cantar de los Cantares. ¿Saben qué? No puse el capítulo, creo que es el ocho. Eclesiastes, no, no es Eclesiastes, es Cantares, perdón, Cantares ocho. En el verso seis, ella está respondiendo. Claro, en este contexto, el rey Salomón se está refiriendo a la sulamita parece que ella fue su primera esposa porque después el rey se degeneró pero en esta porción donde él experimentó lo bello del orden de Dios en el matrimonio él habla de ella de una manera tan especial que ella responde así en el verso 6 ponme como un sello sobre tu corazón como un sello sobre tu brazo Porque fuerte como la muerte es el amor, inexorable es como el seol los celos. Sus destellos son destellos de fuego, la llama misma del Señor. Las muchas aguas no podrán extinguir el amor, ni los ríos lo apagarán. Hasta allí. Las palabras que ella está usando, esto es poesía, indican un amor inquebrantable. Un amor fuerte, un amor que produce una unidad única y una respuesta. La mujer, mire maridos, su esposa va a responder a su amor por ella cuando su amor por ella es como el amor de Cristo por la iglesia. Ella va a responder, porque Dios la creó así. Ella va a responder, siempre va a responder. Si usted está amándola como Cristo amó a su iglesia. El amor del esposo por la esposa produce un sentido de seguridad, de firmeza en la vida matrimonial. Un sentido donde ella empieza a experimentar libertad para expresarse. ¿Cómo? ¿Siguiendo sus propios sueños? No. Siguiendo la voluntad de Dios. siguiendo la voluntad de Dios entonces los sueños de ella entran en el lugar adecuado cuando ella es motivada por el amor de su esposo a seguir la voluntad del Señor y puede lograr todas esas cosas que Dios afirma en su corazón y empieza a fluir ella empieza a fluir con los dones que le da el espíritu ella empieza a fluir con la capacidad que Dios le da a ella en la sumisión para la esposa se hace mucho más llevable si este orden está así Así un cambio genera vida, genera libertad. El esposo debe amar a su esposa prevaleciendo en unidad con ella en todo tiempo y bajo todo tipo de circunstancias. Pero hay un orden que la palabra presenta de las cosas que él hace. Entonces el mandato que el apóstol Pablo le da a los hombres es amen a sus esposas. Y no ha cambiado el orden que Dios estableció porque viene de la creación. Y Adán nos deja ver eso. Cuando Adán habló allí en el capítulo 2 ¿Quién creen ustedes que inspiró a Adán? Porque Adán y Eva no tenían papás. El Espíritu Santo. Dios el Espíritu Santo inspiró a Adán para que dijera esas palabras. El Señor Jesucristo las afirma en el libro de Mateo y en los evangelios. Y Pablo lo afirma en el libro de Efesios capítulo 5. Entonces... Marido, ama a tu esposa dándote por ella, santificándola con la palabra, cuidándola como a ti mismo, uniéndote a ella sin reservas. Puedes entregarte completamente porque Dios te va a respaldar. Y el segundo punto que Pablo dice, regresando a Colosenses capítulo 3, verso 19, Dice, maridos amen a sus mujeres y aquí está el segundo punto, no sean ásperos con ella. Le pudiera preguntar a las esposas, esposas, ¿ustedes creen que sus esposos a veces han sido ásperos con usted? Mamá tiene que contestar y no va a estar así haciéndole a su esposo ahora, después ustedes se arreglan. Pero parece que es natural en el hombre mostrar áspereza en el trato. Parece que es natural. Pero también la manera como está escrito el texto es interesante porque indica que algo está incitando a los hombres para ser ásperos con ellas. Otra manera de traducir ese texto es, los esposos amen a las esposas y no sean amargados con ella. No sea un cara de limón con su esposa, prácticamente podríamos decir en términos modernos. El modo del verbo, como está conjugado, es imperativo. Lo que indica que es una orden. Esposos, no seas un amargado con ella. No seas áspero. Y es necesario que así lo hagan. Así que no se nos presenta a los esposos una opción. Se nos está dando una orden allí. pero muestra también la manera como está conjugado el verbo que esta acción está sucediendo y era necesario parar, había que interrumpir que los hombres estuvieran siendo ásperos con ellas o que estuvieran amargados en sus corazones con ella. Otro aspecto del verbo que es la voz, la voz pasiva del verbo indica que el comportamiento de ellos es el resultado de algo, es pasivo, o sea, algo más está influenciando sobre el comportamiento de ellos. ¿Cómo sabemos qué es lo que está influenciando? El verso 18. El verso 18, Pablo dice, mujeres estén sujetas a sus maridos como conviene en el Señor, porque no se estaban sujetando. Y lo que parece, como indica el texto, es que los hombres estaban amargados por la falta de sujeción de sus esposas. Y estaban actuando con amargura hacia ellas. Eran hombres frustrados en sus matrimonios por la falta de sujeción de sus esposas. Por la forma como ellas se comportaban en el hogar. Y ellos habían encontrado una excusa para ser amargados con ellas por la falta de sumisión de sus esposas pero Pablo soluciona el problema cuando le dice al hombre ama a tu mujer y no seas áspero con ella no le da ninguna condición y cuando le dice a la mujer sometase a sus maridos como conviene en el señor tampoco no les da ninguna condición y soluciona el problema para los dos el riesgo que presenta el comportarse esposas de una manera no sumisa con su esposo, es que el esposo puede responder de una manera abusiva en el uso de su autoridad sobre usted. En la sociedad en que vivimos, en la sociedad en que estuviéramos, puede causar una provocación. Ahora, el esposo cristiano Puede tomar la decisión de amarla a ella aunque ella no esté sujeta todavía. Puede hacerlo. Y debe de hacerlo. Porque es un mandamiento. Y parar de ser áspero, de estar amargado con ella, es un mandamiento también, no está acondicionado. Lo que estoy hablando es la realidad de la influencia de una cosa sobre otra. Y cada quien tiene que usar sabiduría así en su casa. Por esa razón, la oración de la esposa debe de ser, Señor, enséñame a cómo someterme a mi esposo. Así como la iglesia se somete a Cristo. Enséñame qué significa esto. Enséñame en cada situación, en cada ocasión. Ayúdame a ser sabia en cómo ejercer esta parte que me corresponde a mí. Porque la mujer es definida en base a la sujeción. Y el esposo pide ayuda al señor porque él es definido en base al amor, al amor y a no ser áspero con ella. Entonces en esta parte, esposo no sea áspero con su esposa, el tono que usa, la manera como le pide a ella algo que usted considera que debe de hacerse, cómo le habla a su esposa, el uso de sarcasmo. y situaciones que son manipulantes o son opresivas sobre ella. Su esposa no debe de sentirse oprimida por usted. Su esposa no debe sentirse menospreciada por usted en ninguna circunstancia porque el Señor Jesucristo jamás menosprecia a su iglesia. Miren, estaba en un retiro de pastores de oración y uno que iba allí que, perdónenme que lo diga, pero me caía al hígado. A veces así hay personas, por la razón de que yo no veía que él honraba al Señor. Y parecía que los demás no lo notaban, pero él empezó a hablar mal de la iglesia. a usar términos despectivos acerca de la iglesia. Éramos pastores y él quería como, oh, esa iglesia que los pisotean a ustedes, que los maltratan, que los menosprecian. Y yo me paré e irrumpí la oración y le dije, no puedo orar contigo porque Cristo jamás usa esos términos para referirse a su iglesia. Ella es su novia. Jesús no habla así de su iglesia. No lo puedo aceptar. Le dije, no puedo orar contigo. Así no. Igual la esposa debe sentirse así de parte del trato que el esposo le da a ella. El trato áspero produce en las esposas desánimo. Puede causar depresión, emociones de depresión en ella, de menosprecio, si el trato no es prevalente en el amor antes que el ser ásperos con ella. Hay que tener mucho cuidado como el esposo trata a su esposa. Mira lo que dice Pedro, en primera de Pedro 3, 7. Yo creo que la manera como Pablo lo puso nos está dando un balance perfecto en cómo mirar la parte del esposo en su matrimonio. ¿Amarla? No siendo áspero o no estando amargado con ella. Primero, Pedro 3.7. Ustedes, maridos, igualmente convivan de manera comprensiva con sus mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer. dándole honor por ser heredera como ustedes de la gracia de la vida para que sus oraciones no sean estorbadas. Entonces lo primero que dice es que vivan con ella de manera comprensiva, sea considerado con su esposa, sensible a las necesidades de ella, a los sentimientos de su esposa. Para un hombre puede que la esposa diga algo y él puede decir eso no es nada, Eso no es nada para usted, pero para ella lo es. ¿Por qué lo es para ella? La pregunta es ¿por qué ella se siente así? ¿Por qué ella está expresando ese sentimiento? ¿Por qué para ella es importante esto? Entonces, no la califica como usted es, como hombre, sino que la atiende, la sustenta, la cuida, se da por ella, busca que es lo mejor para ella, es comprensivo con su esposa. El esposo dedica mucho tiempo a conocer a su esposa y a tratar de identificarse en los sentimientos que ella expresa, porque ella es mujer. Y aquí dice, porque es un vaso más frágil, puesto que es mujer. Claro, hoy en día a la mujer le enseñan a que sea igual al hombre. Eso se llama igualitarismo, lo cual es antibíblico. Igual en valor, pero no, las emociones de una mujer son diferentes. ¿Se ha fijado la diferencia, por ejemplo? Yo recuerdo cuando nuestros niños estaban pequeños. Cuatro chiquillos en la casa. Tremendos. Mi esposa contestaba el teléfono. Contestaba el teléfono en medio de eso, estaba cocinando, estaba atendiendo la conversación y los ponía ellos en su lugar. Y yo me fijaba que a veces a mí me llamaban y en medio de esas situaciones yo tapaba el teléfono y decía, cállense, no puedo hablar. No podía. Desorden. A veces voy manejando, estamos buscando un parking y ella me dice, oh, tal cosa. Y digo, no me cuentes nada porque no puedo pensar dónde voy a meter el carro. Y si ella está manejando, está bien, está manejando, está parqueando el carro, puede estar en el teléfono, no importa. La capacidad que tiene la mujer es única. Pero así ellas expresan con emociones lo que sienten, lo que ven. La pregunta principal de un esposo para una mujer no es tanto qué piensa, sino cómo te sientes. Esa debería ser la pregunta. Porque la mujer abraza. Dios la hizo por naturaleza amorosa, por eso el mandamiento para ella no es que ame a su esposo, es para él. Entonces, el esposo debe considerar eso en ella. Ser comprensivo en su manera de vivir con su mujer. Y esa comprensión va a formar un vínculo bien fuerte en el matrimonio. Y dice, como un vaso más frágil, puesto que es mujer, o sea, sea caballeroso. Un tío me decía, lo cortés no quita lo valiente. Puede seguir siendo valiente, pero muestra cortesía. No te va a quitar lo valiente. Cuando usted llega con ella a un lugar, usted se baja primero, le abre la puerta, espera a que ella se baja y después la cierra. Cuando se va a ir a un lugar, abre la puerta, espera a que ella se siente y después cierra la puerta y usted se sube después. Será aspero decir, apúrate, muévete, nos tenemos que ir. No. Se detiene, le abre a ella. Si su esposa le atiende a usted con un vaso de agua, dele las gracias. Dele gracias, amor, gracias. Use las palabras de cariño que usted usa con ella. Exprésele agradecimiento constantemente. Exprésele aprecio por todo lo que ella hace. Fíjese y déjele saber. Es importante ser caballeroso, ser amoroso con ella. Cédale a ella el mejor lugar. Si usted va a un restaurante, ahora que los restaurantes están afuera, está el parking con unas sillas y un techito ahí, Si el sol da de este lado, usted siéntese donde le da el sol en la cara y póngale a ella donde le da la sombra. Dele el mejor lugar. Dele siempre lo mejor a ella. Y dice, dándole honor por ser heredera como ustedes de la gracia de la vida. Interesante como Pedro lo pone. Es así, mire, ella es una hija de Dios. Si está en la fe, ella es una hija de Dios. ¿Qué significa eso? Que fue perdonada y lavada con la sangre de Cristo. Usted no puede pagar ese precio. Cristo lo pagó por ella. Entonces, trátela como una hija de Dios. Con el respeto, con el honor, de acuerdo a la obra, al precio que se pagó por ella. Y recuerde, ella tiene los mismos derechos, los mismos beneficios espirituales por la obra de Cristo a su favor que los que usted tiene. Es igual. Es la redimión. Dios es su padre. De ella son todas las promesas y un día ella se sentará a reinar con Cristo a las naciones de la tierra. ¿Por qué digo esto? Porque en la resurrección Ni se casarán, ni se darán en casamiento. No hay diferencia entre hombre y mujer en la resurrección. Ahorita hay una diferencia, pero no entonces. Mi esposa me dice, ¿y cuando resucitemos entonces? Yo le digo, no, no, no, no. Hasta que la muerte nos separe, ya allí, ya es otra onda. Afrod me enseñó a hablar así. Fue un chiste que contamos una vez en una cena de parejas. Pero en la resurrección es igual. Cuando Apocalipsis capítulo 20 dice que se sientan a reinar con el Señor Jesucristo, no da una distinción entre varón o mujer. Allí no hay distinción. La distinción es aquí, es ahora. Pero no entonces. Entonces usted la trata a ella como una coheredera de la gracia de Dios. Así como usted lo es. No hay ninguna diferencia. Y créame, si alguien La Biblia, mire, los salmos imprecatorios hablan de venganza. Hablan de Señor, dale y quíbrale los dientes y quítale la vida y quítale todo eso. Salmos imprecatorios. ¿Por qué están esos salmos imprecatorios? Porque está hablando de la justicia de Dios defendiendo a sus hijos. De eso está hablando. Claro, en el Nuevo Testamento somos llamados a perdonar a los que nos ofenden, a orar por los que nos persiguen, a bendecir a los que nos maldicen. Pero, Cuando usted llega al libro de Apocalipsis, las almas de los que mueren a manos de los que los persiguen, están clamando al Señor y le dice, Señor, ¿hasta cuándo cobrarás venganza por los que nos mataron cuando estábamos en la tierra? El Señor le dice, espérense un poquito más hasta que entren los que faltan. Y cuando se llega al capítulo 19, Jesucristo viene y cobra venganza de los que trataron así a sus hijos. ¿Por qué mencionó esto? ¿Como esposo? ¿Usted cree que puede hacer algo con su esposa, menospreciándola tal vez, tratándola mal y pensar que Dios no le va a cobrar cuentas? Y es lo que Pedro dice allí. Sigue en el texto, dice, para que sus oraciones no sean estorbadas. Hay una advertencia. Para que sus oraciones no sean estorbadas. Un hombre áspero, con su mujer un amargado, un cara de limón con su esposa. Dios no escucha sus oraciones. Dios no lo va a escuchar. ¿Qué es lo peor que le puede pasar a un hombre, a un creyente? Que Dios no lo escuche. Es lo peor que le puede pasar. ¿Qué le queda? ¿Qué le queda si Dios no está escuchando sus oraciones? Es una ruina espiritual. Por eso Pedro dice para que sus oraciones no sean estorbadas. La palabra afirma en Salmos capítulo 7 en el libro de proverbios que Dios no escucha la oración de un inconverso. Por eso es ofensivo cuando alguien que no está en Cristo dice, oh, yo le pido a mi Diosito y él hace todo esto. Para Dios es una abominación la oración de un impío, así dice la palabra. Y Pedro dice, para que sus oraciones no sean estorbadas. Es lo peor que le puede pasar a un hombre que Dios no lo escuche. Mire, el teólogo Charles Big en Inglaterra, él murió hace muchos años, en el siglo pasado, dijo lo siguiente, la imagen de una esposa injuriada se interpone entre las oraciones del marido y el oído de Dios. Para él va a ser un bloque impasable si no está tratando bien a su esposa, como Dios dice. Ella debe experimentar amor, Cuidado, sostenimiento, comprensión, cariño, ser liderada, con firmeza en la verdad, sentirse segura, protegida, defendida, apreciada y más valorada que cualquier otra persona en todo el mundo. Así es el amor de un esposo por su esposa y así se debe sentir una esposa cuando está siendo amada por su esposo. Eso es lo que Pablo está estableciendo allí en Colosenses 3, 18 y 19. Así que, no sea áspero con su esposa. Es la advertencia. ¿Y cómo supera esto? Amándola. Viva comprensivamente con ella, tratándola como un vaso más frágil. Y acordándose que ella es coheredera de la gracia de Dios igual que lo es usted, si usted está en la fe. Así que marido, ama a tu esposa dándote por ella, santificándola con la palabra, cuidándola como a ti mismo, uniéndote a ella sin reservas. Y no seas áspero con tu esposa. ¿Les parece si oramos y cerramos aquí esta sesión? Hay mucho más que la palabra habla y el hombre debe buscar en su lectura de todos los libros de la Biblia, los principios que le enseñan acerca del trato, acerca del amor, acerca de lo que leímos y estudiamos antes, revestidos de tierna compasión, soportándoos unos a otros. Allí está toda esa instrucción para vivir sabiamente dentro de nuestros matrimonios. ¿Por qué no nos ponemos de pie y vamos a orar? ¿Qué les parece? Señor, gracias por tu palabra. Gracias por la orden que los hombres estamos recibiendo, los hombres casados, de amar a nuestras esposas y no ser ásperos con ellas o no ser amargados con ellas. Padre, los hombres en Colosenses habían encontrado la excusa de la falta de sumisión de sus esposas para estar amargados con ellas y maltratarlas. Ayúdanos a nosotros a no tener ninguna excusa porque no la podemos presentar delante de ti. Más bien tomar la iniciativa como cabeza del hogar, como cabeza de la mujer para amarla, para cuidarla, para protegerla, para ser comprensivos con ella, para darle un lugar tan alto que nadie más cobra tanta importancia como ella en el corazón de su esposo y oramos señor por nuestras esposas que ellas se sientan seguras principalmente por el amor que tú les das y entonces por el amor que reciben en su matrimonio y se sometan que estén sujetas señor que es una acción de amor de parte de ellas la sujeción al liderazgo de sus maridos ¿Cómo aplica esto en cada hogar, Señor? Es un asunto de sabiduría, es un asunto de las circunstancias, pero el principio jamás se mueve, es el mismo principio. Ayúdanos, Señor, a cada uno en nuestros matrimonios a traerte honor y gloria. Oramos, Señor, que los matrimonios cristianos reflejen el amor de Cristo por la iglesia en la manera como el esposo trata a su esposa. Y la sumisión de la esposa hacia el esposo que manifieste y que muestre la sumisión de la iglesia por Cristo es lo más glorioso. Es donde está tu plan en la iglesia. Es lo único que se sostiene en toda la humanidad dentro de tu plan, Señor. Son muy valiosos nuestros matrimonios. Es muy valioso lo que podemos hacer. Ayúdanos. Te pedimos perdón, Padre. por toda acción que ha sido tomada en amargura, en resentimiento, que ha ofendido a nuestras esposas. Y oramos los esposos pidiendo, Señor, sabiduría y guianza, y que nuestro ejemplo principal sea el amor que Cristo mostró por su iglesia, y así vivamos con ella sabiamente. Padre, oramos por las personas que no son salvas, que no han experimentado ese amor de Cristo por la iglesia y necesitan el perdón de sus pecados, por la convicción en sus corazones para que se arrepientan y clamen a ti por la salvación de su alma y por la fe que viene de ti, ese regalo que tú das para poder creer y venir a los pies de Cristo, declarándolo como su Señor y Salvador. Lloramos que nuestros matrimonios sean instrumentos para llamar a muchos a la fe, para ser discípulos, para bautizarlos, Señor. Te lo pedimos, Dios mío, creyendo que estás escuchándonos. Y te damos las gracias en el nombre de tu Hijo Jesucristo. Amén y Amén.
El Hombre que Ama a Su Mujer
Series LA FAMILIA_Colosenses
Pablo ordena a los esposos a que amen a sus esposas y que dejen de ser asperos o amargados con ellas. En este mensaje el pastor Enrique muestra lo que significa amar y como amar a las esposas, ademas de responder porque los esposos en Colosas estavan amargados con sus esposas y como el esposo del siglo 21 debe actuar.
Sermon ID | 1015201924483190 |
Duration | 1:06:48 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Colossians 3:19 |
Language | Spanish |
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