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Santiago capítulo 2, si Dios lo permite vamos a considerar desde el versículo 20 hasta el versículo 26. Una profesión no es suficiente. Demuestra tu fe con tus obras. Una profesión no es suficiente. Demuestra tu fe con tus obras. Aquí en capítulo 2 de Santiago, vemos cómo Santiago está poniendo a prueba la autenticidad de la fe. O sea, si realmente eres un creyente genuino, ¡demuéstralo! Si realmente tienes vida espiritual, ¡demuéstralo! Santiago empezó con este tema en versículo 17, esto es Santiago 2, versículo 17, donde dice, así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Versículo 18 dice, pero alguno dirá, tú tienes fe, yo tengo obras, muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras. ¿Tú crees que Dios es uno? ¡Bien haces! También los demonios creen y tiemblan. ¿Más quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras a Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? ¿Y se cumplió la escritura que dice, Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia y fue llamado amigo de Dios? ¿Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe? Asimismo también, Raab, la ramera, ¿no fue justificada por obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Ahora, he leído en Santiago 2, desde el versículo 17 hasta el versículo 26, lo que Santiago está diciendo. es que si tienes fe genuina, se debe de mostrar, se debe de ver, incluso usar la ilustración de un cuerpo, si un cuerpo no tiene espíritu, no se mueve, está muerto. Y entonces es lo mismo, si una fe no tiene obras, es que no es una fe genuina, no tiene vida, Y, al igual que un cadáver no se mueve, pues, una fe muerta tampoco se mueve, ¿no? No, no es activa. Eso es lo que, lo que Santiago, donde se está enfocando. Especialmente porque en versículo 14 dice, hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice dice que tiene fe, no es una profesión, o sea, él presenta una profesión, dice que tiene fe y no tiene obras. ¿Podrá la fe salvarle? Y Santiago está diciendo, ¿podrá esa fe de simplemente una profesión de fe, que dice creer pero no lo demuestra, no hay fruto espiritual? Si no hay fruto espiritual, ¿esa clase de fe le puede salvar? Y lo que Santiago está diciendo es, ¡no! Porque la fe genuina te transforma, es una vida nueva, es una nueva criatura y entonces esa nueva criatura vive como una nueva criatura. Esa vida se demuestra, esa fe verdadera se demuestra. Y por ello lo ilustra aquí diciendo en el siglo XV, si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice, id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, de que aprovecha. Entonces viendo, hay una persona que tiene gran necesidad y otra la puede cumplir, pero en vez de demostrar su relación con Cristo, demostrar el amor que ha recibido y el amor que debe reflejar, le dice a la persona en necesidad, ah, bueno, que te vaya bien, o que Dios te provea. Cuando él mismo tiene para proveer, dice de que aprovecha, ¿no? Se debe demostrar la fe genuina. Por eso nos dice que en el siglo XVII, así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Empieza esta sección aquí en Santiago 2 de esa manera y termina en versículo 26 diciendo básicamente lo mismo, cuando dice porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Lo que Santiago está diciendo es que hay personas que pueden aparentar algo, o sea, pueden aparentar tener fe cuando en realidad no es una fe genuina. Es como un producto. A veces te anuncian un producto, en la televisión te dicen ¡te va a cambiar la vida! Y te dicen todos estos detalles y cuando lo compras dices pues... no era lo que decían. No era lo que aparentaba. Mi hermana hace años se compró los zapatos más caros que jamás ha tenido. Se las compró en el mercadillo. Ahora, podréis decir, pero en el mercadillo, en el mercadillo venden cosas baratas. ¿Cómo es que se compró los zapatos más caros de su vida? Es porque le duraron 30 minutos. Ella pagó 3 euros. 3 euros. ¡Wow! ¡Qué ganga! ¿No? ¡Súper barato! ¡Qué bien! Al final no fueron tan baratos. Le duraron 30 minutos. Un euro por minuto. Esos son zapatos muy caros. Perdón, un euro cada 10 minutos, ¿no? Esos son zapatos muy caros. Se veían súper bonitos. Súper buenos. Se veían como que iban a funcionar, ¿no? Esto es una buena compra. Y se dio cuenta muy rápido. Si recuerdo bien, ella iba a pasar el día en Madrid. Entonces, os podéis imaginar yendo hacia Madrid y 30 minutos después se acabaron sus zapatos. Hay productos que prometen mucho, pero no cumplen lo prometido. Entonces, es básicamente lo que Santiago está diciendo. Hay personas que profesan una fe y quizás lo aparentan. Eso es lo que prometen. Prometen una fe genuina. Pero la realidad es la opuesta. Es solamente la cara. Es una fe falsa. ¿Y cómo sabes la diferencia entre una fe falsa y una fe genuina? Es por las obras. Porque una fe genuina se demuestra. Y eso es lo que Santiago está diciendo. Eso es lo que Santiago está enseñando aquí en este texto, porque si tú tienes una fe falsa, tú dices, sí, yo creo, pero se queda ahí, es una fe intelectual, al final tienes la fe de los demonios, como nos dice el versículo 19. Tú crees que Dios es uno, bien haces. También los demonios creen y tiemblan. No, si solamente es una fe intelectual, el saber sobre la escritura, el saber sobre Jesús, el saber sobre Dios, el quizás conocer la escritura muy bien, pero si no es una fe genuina, si nunca hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, es una fe falsa y puede aparentar algo que no es. Y eso es lo que Santiago y está presentando aquí. No, Santiago sigue hablando a un oponente y sigue dándole evidencia de que la fe y las obras son inseparables. Van juntas, la fe y las obras. Ahora, Santiago está hablando de que una vez que has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, vas a poner en práctica obras. No está hablando de la salvación inicial, no está diciendo que la salvación es por obras, lo que está diciendo es que la salvación se demuestra con las obras. Entonces aquí en versículo 20 dice, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? Aquí vemos cómo Santiago se dirige directamente a un oponente que le está contradiciendo, ¿no? Está diciendo, no, es que se puede tener fe y se puede tener obras. Incluso, quizás está pensando en ellas como diferentes dones, ¿no? Este tiene el don de fe, este tiene el don de obras. No, pero Santiago está diciendo, no, no, no, van juntas. La fe y las obras van juntas. Ahora, aquí puede que el oponente sea ficticio o que sea real, pero vemos como Santiago resalta la falta de entendimiento de su oponente. Por eso le llama hombre vano. Vano se termina la idea de vacío, de necio. Le está llamando necio, le está llamando un hombre vacío, un hombre que no tiene sabiduría, no tiene entendimiento. Y eso es lo que Santiago está haciendo, está resaltando la falta de entendimiento de su oponente. La idea es de ignorancia terca, o alguien que persiste en ignorancia. Y su fracaso intelectual tiene implicaciones morales. Por ello, incluso, vemos que al continuar en esa insensatez, realmente lo que está reflejando es el mismo intelecto o la misma creencia que tienen los demonios. Y es una fe que no salva. Los demonios no son salvos, son ángeles caídos y no salvan. Y por ello, Santiago está diciendo, mira, la fe sin obras es muerta. Y por ello Santiago dice, oye, más quieres saber, o sea, le pregunta si quiere más evidencia de que la fe sin obras es vana. Y Santiago está diciendo, la fe sin obras no trabaja. Y por ello está muerta. Eso es lo que estaba enfatizando por el siglo XVII. Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Eso es lo que dice aquí el versículo 20. La fe sin obras es muerta. No tiene vida. Por ello, la fe que no obra es ineficaz para salvar. La fe inactiva es la fe que tienen los demonios. Es una fe intelectual. Ellos saben la verdad, pero no les impacta. no nos impacta el corazón entonces esa fe es falsa aparenta algo que realmente no es es como os podéis imaginar un salvavidas pero un salvavidas que no flota te lo puedes poner a lo mejor vas a ir en una barca o en un viaje en un ferry o algo quizás en una canoa o lo que sea y te pones un salvavidas, pero es un salvavidas que no flota. O sea, no sirve para nada, pero se ve muy bonito, tiene unos colores muy llamativos, te da la sensación y la confianza de que va a funcionar, pero una vez que caes al agua es cuando te das cuenta rápidamente de que no funciona. Y así es la fe falsa, te promete algo y te sientes muy cómodo, cumples el ritual, haces lo que tienes que hacer, vistes cómo te tienes que vestir, dices lo que tienes que decir y todo aparenta bien, Pero se va a demostrar en el día final quién es el que realmente tiene salvación. O no, si es genuino. O no. Y es que una profesión no es suficiente. Tiene que ser genuino. Y eso se demuestra con las obras. Y por ello aquí lo que hace Santiago es usar dos ejemplos del Antiguo Testamento para demostrar que la fe genuina se demuestra con obras. Usa a Abraham como uno de los ejemplos y luego usa en versículo 25 a Rahab como el segundo ejemplo. Y es totalmente natural usar el Antiguo Testamento para demostrar a creyentes judíos que la fe obra Si recordáis, nos menciona Santiago 1, versículo 1, que se dirige la carta, o sea, los destinatarios originales eran a las doce tribus que estaban en la dispersión. Entonces, son israelitas. Entonces, tiene sentido de que use el antiguo testamento para demostrar a los creyentes judíos que la fe obra. Y por ello Santiago apela a Abraham. Apela a Abraham, quien es el patriarca de la nación de Israel. En Génesis 12, del 1 al 3, dice, pero Jehová había dicho a Abram, vete de tu tierra y tu parentela y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré y haré de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren y a los que te maldijeren maldeciré y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Eso es Génesis 12, del versículo 1 al versículo 3, donde Dios le promete y hace un pacto con Abram y le promete que de él saldrá una nación grande, ¿no? Y Dios le va a bendecir, le va a engrandecer su nombre. Entonces, vemos aquí al patriarca Abraham, de donde salen las tribus de Israel, y Santiago usa a Abraham porque Abraham, entre los judíos, él es un ejemplo de virtud moral, es ejemplar. Ahora, vemos aquí en versículo 21 dice no fue justificado esto es santiago 2 21 no fue justificado por las obras abraham nuestro padre cuando ofreció a su hijo isaac sobre el altar Eso es Santiago 2.21. Entonces, Santiago no solamente menciona una de las obras de Abraham, sino que hace referencia a uno de los episodios más famosos de la vida de Abraham, cuando Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo. O sea, ese hijo que Dios le había prometido. Abraham y Sarai no podían tener hijos Y entonces Dios le promete que le dará un hijo. Por fin le da ese hijo. Ya cuando en avanzada edad, o sea, cuando parecía imposible, Dios les da el hijo. Y entonces Dios les dice, ese hijo le debes sacrificar. O sea, dame ese hijo. ¿Y qué es lo que hace Abraham? Cumple. va en obediencia a Dios. Nos lo describe ahí Génesis 22 al punto que cuando Abraham levanta el cuchillo para matar a su hijo, ahí es cuando Dios le para. Diciendo, ahí está, ¿no? Has obedecido, has cumplido, has aprobado la prueba. Me has demostrado que realmente me amas a mí más que a tu hijo. Y es que Dios puso la obediencia de Abraham a prueba al pedirle que sacrificara a su hijo, quien Dios ya le había prometido sería el fundamento de su descendencia. Dios le había dicho, ese es el hijo, ese es quien te va a heredar, ese es de donde va a salir toda esa bendición, toda esa nación. Te voy a multiplicar a ti, a tu descendencia, a través de ese hijo. Y de repente Dios le dice, sacrifica a ese hijo. Pues sería difícil. Pero Abraham estuvo dispuesto por obediencia a Dios. Y por ello Santiago, aquí en Santiago 2, enfatiza que la fe causó las obras de abram por las cuales fue justificado que nos dice aquí versículo 22 y versículo 23 cuando dice no ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras y se cumplió la escritura que dice abram creyó a dios se le fue contado por justicia y fue llamado amigo de dios entonces aquí viendo volviendo aquí al versículo 21 donde Abraham fue justificado, nos dice, por las obras. Cuando dice, no fue justificado por las obras Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar. Ahora, aquí Santiago hace las obras, la causa del por qué Abraham fue justificado. Lo cual, si no se entiende correctamente, puede que choque mucho, porque aparenta una contradicción con el apóstol Pablo y hay una aparente tensión entre Santiago y los escritos inspirados por Dios que escribió el apóstol Pablo porque usan los dos usan aquí en este texto usan Génesis 15 6 cuando dice en Génesis 15 voy a leer desde el versículo 4 al 6 dice vino luego perdón, luego vino a él palabra de Jehová diciendo no te heredará este sino un hijo tuyo será el que te heredará y lo llevó fuera y le dijo mira ahora los cielos y cuenta las estrellas si las puedes contar y le dijo así será tu descendencia y creyó a Jehová y le fue contado por justicia eso es Génesis 15 del 4 al 6 cuando Dios le dice yo te voy a dar un hijo y Ese va a ser tu descendiente. Y te voy a multiplicar como las estrellas del cielo. ¿Y entonces qué es lo que ocurre ahí en Génesis 15,6? Y creyó a Jehová. Ahí muestra fe. Él cree y entonces le fue contado por justicia. Y luego vemos esos Génesis 15. Pero luego vemos, como el ejemplo que nos presenta aquí Santiago, es el sacrificio de Isaac, en Génesis 22. Eso ocurre mucho tiempo después, años después. Entonces, primero Abraham creyó. Eso le fue contado por justicia, pero demostró esa justicia. Él demostró esa fe al estar dispuesto a obedecer. Obedecer a Dios. Ahora, Entonces, aquí, Santiago y Pablo usan este texto. Usan el texto de Génesis 15, versículo 6. El apóstol Pablo lo usa, una de las veces que lo usa es en Romanos 4. Y voy a leer un texto un poquito largo, pero es Romanos 4, del 1 al 3, donde el apóstol Pablo usa Génesis 15, versículo 6, para demostrar que habrán primero creyó. Y al haber creído, ahí es cuando fue justificado. Luego las obras vinieron después. Entonces, no fue justificado por las obras, por hacer lo que es bueno, sino por la fe. Romanos 4, del 1 al 13, dice que pues diremos que halló Abraham nuestro padre según la carne. Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene que gloriarse, pero no para con Dios. ¿Por qué? ¿Qué dice la escritura? Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda. Más al que no obra, sino cree en aquel que justifica el impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras. Diciendo, bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión o también para los de la incircuncisión. Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo pues le fue contada? Estando en la circuncisión o en la incircuncisión. No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia, de la fe que tuvo estando a un incircunciso. Para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia. Y padre de la circuncisión para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. Porque no por la ley fue dada Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Y entonces, hay Romanos 4, he leído desde el versículo 1 al versículo 13, donde el apóstol Pablo, inspirado por Dios, usa el ejemplo de Abraham, diciendo, mira, él primero creyó, y fue justificado. Como nos dice Génesis 15, 6, creyó a Jehová y le fue contado por justicia. Y entonces, usa ese texto, y luego también usa la historia de Abraham, donde Abraham primero creyó, Fue justificado y luego hizo obras que demostraron su fe, porque fue circuncidado después de haber creído. Fue y eh... presentó a Isaac como un sacrificio después de haber creído. Entonces, ¿cómo fue justificado? No fue por hacerlo recto, no por hacer buenas obras y ganar mérito con Dios. No. Primero creyó. Y fue justificado. Y entonces el apóstol Pablo usa ese texto de Génesis 15 para demostrar que la salvación no es por obras, no es por ganarse mérito con Dios, para ganarte la salvación, sino la salvación es por la fe. Es creer. Creer primero. Y luego se demuestran las obras. primero hay que creer en Jesús como Señor y Salvador y entonces por eso ahí en Romanos 4 vemos como Pablo usa el ejemplo de Abraham para ese argumento de que la salvación es por la fe porque luego en Génesis 17 es cuando Dios le dice a Abraham que debe de circuncidarse. Eso es en Génesis 17, del 23 al 24. Entonces, por ello, Pablo concluye que el hombre es justificado por la fe. Por eso, Romanos 3, 28. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. Ahora, cuando tienes ese texto presente, Romanos 3, 28, el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley aparenta contradecir lo que dice Santiago porque Santiago 2 versículo 21 dice no fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar no aparenta una contradicción pero es que Pablo usa el término justifica para indicar el veredicto judicial de Dios cuando pronuncia, inocente, al pecador que ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Entonces, el apóstol Pablo está usando ese término de justificar en el sentido cuando un juez dice la deuda ha sido pagada, eres libre, ¿no? O sea, le proclama inocente, le proclama sin culpa, y es porque ya ha sido pagado. Entonces, Pablo se está enfocando en la justificación inicial. Cuando una persona pone su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, la justicia de Jesucristo se la aplica a él. Porque él, por la fe, recibe a Jesús como su Señor, como su Salvador, como aquel que muere en su lugar. Y entonces, Cristo toma todo su pecado, lo cual ha pagado por ello en la cruz, y Él le da su justicia. Entonces, por ello, Dios puede declarar inocente o justo al pecador. No por su obra, no por su mérito, no por lo que ha hecho, sino por su fe, porque ha creído en Jesús como Señor y Salvador. Y esa transacción ha ocurrido, y Dios acepta el pago de Cristo por el pecador. Y por ello, Pablo está hablando de esa justificación inicial. Y esa justificación inicial es por fe, no por obras. Pero Santiago está hablando de la justificación final, Está hablando de que el día de juicio, se va a evaluar a las personas, y el que ha permanecido en la fe, el que ha demostrado la fe, esa fe genuina, ha sido justificado inicialmente por la fe, lo va a demostrar con las obras, y entonces va a decir, justificar. No, entonces, Santiago está hablando de la justificación final. Santiago usa justificar en el sentido de demostrar ser justos. Por ello, en Santiago 2.18, dice, pero alguno dirá, tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras. Es esa idea. Te demuestro mi fe por mis obras. Y el punto de Santiago aquí es que la fe y las obras de fe no se pueden separar. Si tienes fe genuina, entonces harás obras de fe genuina. Es que la obediencia de Abraham confirmó que él tenía fe genuina. Es como si vas a una tienda de mascotas y dices, mira, me quiero comprar un perro. Perfecto. y te llevan a un animal presente y le tienes que evaluar tú. Ellos te pueden decir lo que quieran. Pueden decir, esto es un perro, pero si no ladra y tiene una caparazón, es verde, mayormente pasa su tiempo en el agua, le encantan comer pescado, Dices, espérate, yo pensaba que los perros ladraban, yo pensaba que los perros tenían pelo. O sea, no tenían caparazón. ¡Esto no es un perro! ¡Esto es... una tortuga! ¿No? O sea, si no es un perro, ¡se nota! Al igual que si buscas una tortuga, pues buscas las características de una tortuga o de un pececito o lo que quieras. Pero el punto es que algo genuino es genuino. Entonces, eso es lo que Santiago está diciendo. O sea, la fe genuina se demuestra, se ve, se percibe. Y entonces, por ello, aquí lo que Santiago está haciendo es usar el ejemplo de Abraham, diciendo, mira, ¿ves sus obras? ¿Ves lo que él estuvo dispuesto a hacer? Eso demuestra su fe. Esas obras demuestran su fe y por ello él es justificado. Entonces está hablando de esa justificación final, de que ha demostrado su fe y que es genuina. Y por ahí abre siglo XXII, dice, ¿no ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? O sea, Santiago quiere dejar muy claro que la fe, que no da fruto, es inútil. Santiago quiere demostrar que la fe de Abraham fue más allá de la afirmación intelectual. Es muy fácil decir, sí, yo creo. Otra cosa es estar dispuesto a obrar esa fe. Estar dispuesto a amar a tus enemigos. Estar dispuesto a dar el evangelio a personas que te odian. o incluso llegar al punto de que te maten por tu fe. Hay una gran diferencia entre una afirmación intelectual, sí, sí, yo creo, pero de repente, cuando hay persecución, desaparece. Entonces, viendo aquí la importancia de demostrar esa fe, Y es que la fe de Abraham fue más allá de la afirmación intelectual. La fe de Abraham era activa, constantemente trabajando juntamente con sus obras. Por eso dice, ¿no ves que la fe actuó juntamente con sus obras? Porque tenía fe genuina, lo demostró. Eso es lo que está diciendo. Y es un ejemplo de lo que Pablo, o sea, Pablo llamaría santificación, ¿no? Santificación es el crecimiento espiritual. Crecimiento espiritual en obediencia a Dios por la vida, a través de la vida, de por vida. Vamos creciendo espiritualmente, vamos demostrando buenas obras, pero es por la fe que tenemos. Pablo lo llamaría santificación. Aquí Santiago está diciendo, mira, está demostrando que es justificado. y cómo la fe y las obras trabajan de manera unísona, en unión, trabajan juntas. Por eso dice, ¿no ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? O sea, la fe de Abraham alcanzó su meta cuando el patriarca obedeció a Dios. O sea, él demostró su fe al obedecer. La fe de Abraham maduró. ¿No? Y... y... se... en el proceso aprendió más sobre el carácter de Dios. Su confianza en Dios incrementó y produjo el propósito intencionado. Por eso nos dice aquí, se perfeccionó. Entonces, llegó a su madurez, cuando desempeñó esa obra. O sea, tenía fe inicial, él creyó a Dios, le fue contado por justicia, pero demostró, por medio de sus obras, por medio de su obediencia, su fe genuina. Y por ello, en el siglo XXIII dice, y se cumplió la escritura, que dice, Abraham creyó a Dios, le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Ahora, aquí lo que hace Santiago es citar la Escritura para confirmar lo que ha estado diciendo. Cuando dice, y se cumplió la Escritura, no está diciendo que había una profecía y de que se cumplió, sino que está diciendo que la Escritura misma confirma lo que Santiago ha estado diciendo, que Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia y fue llamado amigo de Dios. Lo que Santiago hace es mostrar dos resultados de esa cooperación de la fe y las obras. Nos dice, Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia, esa es la primera, y la segunda fue llamado amigo de Dios. Entonces, lo que hace aquí es cita Génesis 15, versículo 6. Lo leía antes cuando dice Cuando Dios le dice, así será tu descendencia, y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Nos está citando ahí Génesis 15, versículo 6. Esa idea, le fue contado por justicia, significa darle una justicia que no le pertenece intrínsecamente. Él no es justo por sí mismo. Él merece castigo eterno en el infierno por el pecado. Todos nacemos siendo pecadores. Abraham nació siendo pecador. ¿Qué es lo que merece? La muerte. Nos dice Romanos 6, 23. La paga del pecado es muerte. Entonces Abraham no merecía ser justificado, no merecía ser declarado inocente. Por sí mismo estaba condenado. Pero Dios es quien le da esa justicia por su fe. Porque creyó. Nos dice Romanos 4, del 3 al 5. ¿Qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda. Más el que no obra, sino cree en aquel que justifica el impío, su fe le es contada por justicia. Eso es Romanos 4, del 3 al 5. Lo que el apóstol Pablo está diciendo ahí, básicamente, es Imaginaos, alguien os da un regalo. Y de repente, o sea, estás muy agradecido por el regalo, pero de repente empiezas a estar en su casa y a limpiar sus platos. O a limpiarle la casa. Empiezas a trabajar. Empiezas a hacerle un montón de cosas. Entonces, al final, ese regalo ya deja de ser un regalo por gracia. te lo estás ganando. No sé si alguna vez habéis dado un regalo. En mi caso, yo he dado un regalo a mis padres, y mis padres se sienten... Mi padre es un padre muy generoso, entonces a él le gusta dar regalos, pero recibir regalos es más difícil. Entonces, ¿qué pasa? Que ha habido ocasiones donde él, de repente, como intenta... como pagar ese regalo. O dar ese regalo. Intenta... cubrir alguna necesidad o algo... Es como que está pagando el regalo. ¿Qué es lo que ocurre? Deja de ser un regalo. Es como que se lo está ganando. Y lo que Pablo está diciendo es, oye, Eso no es gracia. Tú estás pagando por ello. Entonces, lo estás haciendo por las obras. Así no es como se gana la salvación. Es totalmente por gracia. Por eso dice Romanos 4, del 3 al 5, es el texto que acabo de leer, dice, al que obra no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda. Más al que no obra, sino creen aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Es la idea de, acéptalo por fe. Y entonces, te lo es contado por justicia. No tienes que obrar para ganar mérito, no tienes que obrar o trabajar para ganártelo. Entonces, Pablo está pensando en esa ubicación de Génesis 15, 6, y lo cita como evidencia de la declaración de justicia inicial de Abraham, se obtuvo exclusivamente por la fe. Pero Santiago está destacando el estatus de Abraham. Abraham es justo delante de Dios. Él no está pensando en la cronología del evento. O sea, el apóstol Pablo está diciendo, primero vino la fe y luego las obras. Santiago está diciendo, Abraham es justificado. Y no está pensando en la cronología del evento, sino en que la declaración de justicia se aplica a la vida de Abraham. Y él lo demostró. Y por ello, aquí en versículo, esto es Santiago 2, versículo 23, dice, se cumplió la escritura, Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Y luego vemos otro resultado, allí en la última parte del versículo 23, donde dice, fue llamado amigo de Dios. fue llamado amigo de dios y es interesante porque varios textos de la escritura como en segunda crónicas 20 versículos 7 describe a abram como amigo de dios o sea tuvo una relación de dios él desarrolló esta relación especial con dios al punto que dios le llamó su amigo y está presentando, aquí Santiago está presentando el estatus privilegiado de Abraham. En Segunda de Crónicas, Segunda de Crónicas 20, versículo 7, dice, Dios nuestro, ¿no echaste a los moradores de esa tierra delante de tu pueblo, Israel, y la diste a la descendencia de Abraham, tu amigo, para siempre? Onisaias 41,8. Pero tú, Israel, siervo mío eres tú, Jacob, a quien yo escogí descendencia de Abram, mi amigo. O sea, viendo ese estatus privilegiado de Abram. No, realmente Abram es un ejemplo de alguien que tiene amistad con Dios y no con el mundo. Porque justamente aquí en Santiago 4, versículo 4, dice, ó almas adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿Quieres ser amigo del mundo? Pues te estás constituyendo como enemigo de Dios. Pero Abraham era amigo de Dios. y viendo ese resultado, ese gran beneficio de su fe, de haberle creído la Palabra de Dios. Y por ahí en versículo 24 resume, aquí Santiago resume lo que ha estado diciendo, dice, vosotros veis, ahora ya no se está dirigiendo directamente a su oponente, sino ahora a toda la congregación, vosotros veis pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. O sea, Santiago muestra con el ejemplo de la vida de Abraham que la fe y las obras son inseparables. Pero otra vez, este versículo aparenta contradecir lo que dice Pablo, lo que dice Pablo, inspirado por Dios en Romanos 3, 28, donde dice, concluimos pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley. Y aquí dice Veis pues que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. Lo que es clave es esa última frase. cuando dice, y no solamente por la fe. Como dije, Santiago está pensando en que las obras demuestran tu fe, demuestran que eres justificado, y entonces en el juicio final te dicen, justificado. Pablo está pensando del momento inicial. Cuando una persona pone su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, entonces Dios le dice, justificado. No delante de Dios, ya es justificado. Pero Santiago está resaltando que las obras demuestran esa justificación. Y es que Santiago está atacando la fe falsa. Aquí en todo ese texto está atacando esa fe falsa que dice ser algo que realmente no es. Por eso es Santiago 2.14. Dice, ¿de qué aprovecharás si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y está diciendo, ¿podrá esa fe, esa fe que profesa algo y no lo demuestra, puede esa fe a salvar, lo que Santiago está diciendo, para nada. Para nada. ¿No? Porque supongo que cuando tenéis una avería en vuestro vehículo, pues, ¿qué es lo que hacéis? Llamáis a un mecánico, que realmente es mecánico. Os aconsejo que si una persona dice, sí, yo soy mecánico, Y no tiene... No sabéis con certeza que es mecánico, o que es un buen mecánico, mejor no lo dejéis vuestro vehículo. ¿No? Porque... ¡Va a haber problemas! Porque no es... Simplemente porque profesas ser algo, no significa que lo es. No solamente... No te creas todo lo que te ponen en el currículum. ¿No? Primero, asegúrate que es cierto. ¿Por qué? Porque las personas pueden pueden aparentar, pueden profesar algo que realmente no son. Y por ello, Santiago está diciendo, mira, las buenas obras demuestran la fe genuina. Por ello, Santiago aquí está atacando a esa fe falsa, que profesa algo que realmente no es. Por eso Santiago 2, 17, dice así también, la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Santiago ha estado enfatizando que la fe genuina da fruto genuino. Un manzano genuino da manzanas genuinas. Si vas a comprar un manzano y tienen manzanas atadas al árbol, las han atado, no te creas la apariencia, asegúrate de que es un manzano. Porque te lo pueden pintar muy bonito, pero si no es genuino, no va a dar manzanas. Entonces, es la idea, ¿no? La fe genuina da fruto genuino. Y Santiago está poniendo a prueba la autenticidad de la fe. Las buenas obras son una expresión esencial de la fe genuina. Si no hay obras genuinas que reflejan el fruto del Espíritu, entonces es que no hay fe genuina. Y lo que Santiago afirma es que la fe sin obras es vana. Una persona puede afirmar tener fe genuina sin realmente tenerla, porque solamente es una profesión. Y lo que Santiago está diciendo es que sólo la profesión de fe no puede salvar, porque si no, al final es la misma fe de los demonios, que no son salvos, como nos dice ahí en el siglo XIX. Y es que Pablo da a entender que la fe en el Señor requiere obediencia. Él a un mismo O sea, Pablo afirma, el apóstol Pablo afirma que la fe genuina es dinámica, es poderosa, por medio de la cual el creyente es unido con Cristo, su Señor. Y requiere obediencia, por ello, el apóstol Pablo dice en Romanos 1.5, dice, por quien recibimos la gracia del apostolado para la obediencia a la fe. en todas las naciones por amor de su nombre. O sea, por eso Pablo habla de la obediencia a la fe. Hay que obedecer a la fe. Es creer en el Evangelio y vivir de acuerdo al Evangelio. Es obedecer la palabra de Dios. Y aún Pablo habla de la fe que obra por el amor. En Galatas 5, 6. La fe que obra por el amor. O sea, la fe verdadera obra. Da fruto. Y por ello el resultado es que no hay contradicción. O sea, Pablo habla de la declaración inicial de la inocencia de un pecador delante de Dios. Santiago se refiere al veredicto final de inocencia en el juicio final. Por ello, aquí Santiago no está contradiciendo a Pablo, sino que... Santiago no está diciendo que la salvación es por obras, sino que la fe no es genuina si no tiene obras. Eso es lo que Santiago está diciendo. Entonces, Santiago no está defendiendo cómo alguien puede ser justificado delante de Dios, sino que la fe genuina se demuestra en sus obras. Es que un pecador sólo puede tener una relación con Dios por la fe. Eso es lo que resalta el apóstol Pablo. Santiago está resaltando la confirmación. Esa confirmación de la relación con Dios se toma en cuenta, se toman en cuenta las obras genuinas que produce la fe verdadera. Hay fe verdadera y entonces producen obras verdaderas. Entonces, eh... Por ello, vemos una aparente contradicción, pero no hay contradicción. Quiero que quede muy claro. No hay contradicción, porque Pablo afirma que una persona solo puede ser justificada por la fe, aparte de las obras. Pero Santiago no permite que una persona afirme una fe genuina si no tiene obras. Si no tiene obras que demuestran esa fe. Por ello, una profesión no es suficiente. Demuestra tu fe con tus obras. Aquí Santiago ha usado el ejemplo de Abraham, pero da otro ejemplo, en versículo 25, dice, asimismo también, Raab la ramera. ¿No fue justificada por las obras? ¿Por obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Ahora, la historia de Raab se encuentra en Josué capítulo 2. Raab vivía en Jericó. Los hijos de Israel van a conquistar Jericó, pero mandan dos espías y los espías llegan a Jericó y entran en su casa. Aquí nos menciona que Raab era una ramera. Simplemente para que tengamos una perspectiva, no tenemos todos los detalles porque la escritura no lo menciona, pero en esos tiempos había como mesones. Entonces, no debemos de pensar que era una casa de prostitutas, sino que era un mesón donde había prostitutas. Llegan estos espías y se quedan en el mesón, ¿vale? Se quedan en el mesón, pero Rahab muestra fe. Ella ha escuchado las historias de lo que Dios, Yahweh, el Dios verdadero, ha hecho. y que van a venir, Dios les ha prometido esa tierra prometida, o sea, esa tierra, y por ello, Jericó es un obstáculo al plan de Dios, Dios, lo van a destruir. Ella tiene fe, y por su fe, ella tiene fe que la justifica, pero ella obra de acuerdo a esa fe. ¿Qué es lo que hace? Ella salva, le salva la vida de sus espías. y no se los entrega al rey de Jerico, a los hombres que vienen a matarlos, sino que ella les... su casa estaba en el muro y él las saca por una ventana y les indica cómo escapar de aquellos que han ido a buscar a matarles. Entonces, eso, la historia está en Josué capítulo 2, pero viendo cómo Su fe es lo que la justifica y ella demuestra su fe con sus obras. Ella mismo dice en Josué 2.11, Porque Jehová vuestro Dios es Dios, arriba en los cielos y abajo en la tierra. No vemos esa expresión de fe. Ella cree en Yahweh como el Dios verdadero. Y aquí, en Santiago capítulo 2, aunque Santiago no menciona la fe de Abraham, Se puede deducir, a través de las escrituras, en el Antiguo Testamento o en el Nuevo Testamento, como en Hebreos 11, 31, cuando dice, por la fe, Raab la ramera no pereció juntamente con los descendientes, eh, perdón, con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. Eso es Hebreos 11, versículo 31. O sea, vemos la fe de Raab. Incluso aquí mismo vemos cómo le hace paralelo con Abraham. Ahora, algunos preguntan, oye, ¿cómo es que haya escogido a Abraham y luego haya escogido a Raab como ejemplos? Y puede que Santiago haya escogido a Abraham y a Raab como ejemplos de prosélitos, de personas que antes adoraban a dioses falsos y ahora adoran al dios verdadero. o puede que haya escogido a Abraham y a Rahab porque se les presenta como modelos de fe modelos de hospitalidad porque Abraham recibe a esos tres visitantes en Génesis 18 y Rahab recibe a los dos espías en Josué 2 aún Santiago pretende mostrar como la fe de Abraham y la fe de Rahab esa fe actuó en contraste con la fe muerta de las personas que no ayudan a los necesitados. Lo cual lo ha mencionado ahí en versículo... del versículo 15 al 17 de Santiago 2. ¿No? Aquellos que no ayudan a los necesitados tienen una fe muerta. Pero, Abraham y Rahab sí ayudaron. Sí fueron hospitalarios. Sí fueron modelos de fe. Puede que mencione a Rahab simplemente para dar variedad. ¿No? O sea, Rahab, porque Rahab es muy diferente a Abraham. O sea, Abraham, hombre rico, un hombre moral, padre de la nación de Israel, una figura importante en su sociedad. Pero Rahab es exactamente lo opuesto. Rahab, probablemente pobre, una mujer inmoral, marginada en su sociedad, una figura totalmente insignificante. en su sociedad, ¿no? Entonces, aquí Santiago pone a una mujer de poca importancia y ramera con el patriarca honrado y amigo de Dios. O sea, el contraste entre los dos muestra que todos necesitan demostrar fe genuina. Da igual si eres importante o no. Da igual si tienes riquezas o no. Da igual tu pasado. Tienes que poner tu fe en Cristo como Señor y Salvador, ¿no? Y hay que demostrar esa fe genuina por medio de la vida transformada. Y es que Abraham y Rahab demostraron su fe con sus acciones. Sus obras demostraron su estado espiritual. El propósito es mostrar que cualquiera es capaz de actuar de acuerdo a su fe. Y eso es lo que debemos hacer. Vivir nuestra fe. Y por ello termina aquí el texto en versículo 26 diciendo, porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. O sea, aquí Santiago termina el pasaje reiterando el punto central. La fe sin obras está muerta. Si pensamos en la creación, en Génesis 2.7, Nos dice que entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra. ¿Vale? Ahí está el cuerpo. Y sopló en su nariz aliento de vida. Y fue el hombre un ser viviente. Entonces, antes de que Dios soplase en su nariz aliento de vida, el hombre no era un ser viviente. Era un cuerpo. Pero cuando Dios le da el espíritu, Ahí es cuando el hombre viene a ser un ser viviente, ¿no? ¡Le da vida! Nosotros entendemos el concepto. Un cadáver no se mueve. Alguien que está vivo se mueve. Entonces, eso es lo que Santiago está diciendo. Como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Y es que la fe sin obras es solamente una profesión, que no tiene derecho a afirmar la fe genuina. Incluso Martín Lutero, en su comentario a los romanos, dijo, esta fe es algo vivo, activo y poderoso. Es imposible que no esté haciendo cosas buenas incesantemente. No pregunta si han de hacer buenas obras, sino que antes de que se haga la pregunta, ya las ha hecho. Y las está haciendo constantemente. Quien no hace tales obras, sin embargo, es un incrédulo. busca a tientas la fe y las buenas obras, pero no sabe ni lo que es la fe, ni lo que son las buenas obras. Sin embargo, habla y habla con muchas palabras. Habla con muchas palabras sobre la fe y las buenas obras. Martín Lutero, está describiendo lo que está diciendo Santiago. ¡Demuestra tu fe! Porque una persona puede hablar, puede profesar mucho. Incluso ahí dice, habla y habla con muchas palabras sobre la fe y las buenas obras. Eso es lo que dice Martín Lutero. Habla mucho, pero solamente es una profesión, porque no lo vive. Y por ello, porque no vive su fe, es que no tiene vida espiritual. No tiene una fe genuina. Y por ello, Por eso tenemos aquí este texto de Santiago capítulo 2. Porque una profesión no es suficiente. Hay que demostrar esa fe con las obras. Entonces, considera tu corazón. Considera tu vida. ¿Realmente estás demostrando fe genuina con tus obras? Vamos a terminar en oración. Gracias Padre por tu palabra. Gracias porque tú es fiel a tu palabra. Ayúdanos a vivir de acuerdo a tu palabra, a vivir nuestra fe, a reflejarte día a día. Ayúdanos porque no podemos solos. En el nombre de Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
Una profesión no es suficiente; demuestra tu fe con tus obras
Series Santiago
Sermon ID | 101231631395859 |
Duration | 58:11 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 2:20-26 |
Language | Spanish |
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