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Les voy a invitar que tomen conmigo su Biblia y que la abra a Romanos 13. Romanos 13 y vamos a estar dando lectura del 3, versículo 3 hasta el versículo 5. Amén. Esta es la palabra del Señor, su santa inspirada palabra y lea así en Romanos 13, del 3 al 5. Porque los gobernantes no son motivos de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella. Pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un vengador. que castiga al que practica lo malo. Por tanto, es necesario someterse no solo por razón de castigo, sino también por causa de conciencia. Amén. Esa es la lectura de la palabra del Señor. Padre, te damos gracias y pedimos, Señor, que en esta tarde tú vengas y nos expliques este texto, que nos expongas este texto, Señor, y que tú, Señor, nos hagas nos motives a vivir haciendo el bien aquí en esta sociedad. Que se diga de nosotros, Señor, que somos personas que hacen el bien. Que no solamente predicamos lo que es el bien y no solamente enseñamos lo que es el bien, sino que la gente mire en nuestras vidas, en nuestro comportamiento, lo que es el bien. Que nuestros gobernantes también miren qué es el bien de tus hijos aquí en esta tierra. Aunque nuestra ciudadanía es celestial, por el tiempo presente es una ciudadanía terrenal también aquí. Ayúdanos, Señor, a vivir como Tú nos pides. Ayúdame, Señor, dame gracia para poder explicar este texto. En el nombre de Jesús, Tu Hijo, lo pedimos. Amén. ¿Cuántos de ustedes miran a los gobernantes de este mundo como ministros de Dios? Creo que hay 100 títulos que nos dan ganas de ponerles menos ministros de Dios. Pues así es como Pablo en nuestro texto aquí los describe, los describe como diáconos de Dios, ordenados por Dios para traer a cabo orden en esta tierra, en la sociedad, ordenados también para traer a cabo los propósitos de Dios, lo podemos decir así. Recuerde que para Dios la historia es su historia y Dios usa a los gobernantes para él traer a cabo sus propósitos y sus diseños. Dios puede usar a todo gobernante, cualquiera que sea, lo usa también para traer a cabo los propósitos divinos. Recuerde la vez pasada de que miramos a Nabucodonosor por poquito tiempo y Dios mueve el corazón de Nabucodonosor y le dice ¿Quién es el que está detrás de su reinado? ¿Quién es el que quita reyes? ¿Quién es el que pone reyes? ¿Quién es el que da la autoridad terrenal a los reyes terrenales? Dios usa a los gobernantes para traerle a cabo lo que Él quiere. Lo miramos también. No miramos esto la vez pasada, pero Jeremías, el profeta Jeremías, miren lo que él dice acerca del rey Nabucodonosor. Mire, Jeremías 27.6, déjeme se lo leo y dice así. Hablando de Nabucodonosor, acuérdense Jeremías está hablando cuando ya en Nabucodonosor había hecho ya pedazos se había llevado la primer parte de los habitantes de Jerusalén y Jeremías mire lo que dice y ahora yo he puesto todas estas tierras en manos de mi siervo Dios está diciendo mi siervo Nabucodonosor rey de Babilonia siervo de quien mío Dios está diciendo este es mi siervo así como Pablo está diciendo aquí que son ministros de Dios aquí en Romanos once también Dios mira a Nabucodonosor en el Antiguo Testamento cuando Dios viene con juicio contra Judá por su apostasía Dios dice Nabucodonosor es siervo mío y él va a llevar a cabo mis propósitos Proverbios 21 1. Dice. Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del señor, él lo dirige a donde le place. O sea, Dios está en control. Eso es lo que tú y yo tenemos que tener en cuenta. Si los gobernantes no son lo que nosotros queríamos, quisiéramos que fuesen. pero son ministros de Dios y están establecidos por Dios. Se acuerda también el rey Ciro, Dios también del rey Ciro, un rey pagano, medo persa, después de que Babilonia cayó, se levantó el reinado de los medos persas en el Antiguo Testamento, pues Dios profetiza de este hombre como su ungido, como suministro de algo que Dios tenía planeado hacer. En Isaías 50 y 45 1, así dice el Señor, así dice Yahvé, Asiro, 250 años de que existiera este hombre, Dios ya está profetizando de este hombre y le está diciendo su ungido, a quien he tomado por la diestra para someter ante él las naciones. ¿Quién está en control? Dios está en control. Son ministros de Dios para llevar a cabo los propósitos de Dios. ¿Y sabe qué? También aquí en Romanos 9, miramos lo mismo. ¿Se acuerda? Si va, augea unas hojas para atrás en Romanos 9. Miramos que en Romanos 9, versículos 17 y 18, Dios dice esto. Pablo citando el Antiguo Testamento. ¿Por qué la Escritura dice de Faraón? Para esto mismo te he levantado. ¿Quién levantó a Faraón? en la tierra de Egipto Dios lo levantó y dice Dios para esto mismo te he levantado para demostrar mi poder en ti para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra es Dios el que levanta reyes y el que establece reyes los reinos y los gobernantes de los reinos terrenales juegan un elemento esencial en los planes y propósitos de Dios Eso tenemos que tenerlo en claro. En este sentido son ministros de Dios, como Pablo le va a decir aquí en Romanos 13. En ese sentido también sirven también para mantener el orden dentro de nuestra sociedad, para el bien de la sociedad y de la nación. Nuestro deber es someternos a ellos. ya sea desde el presidente hasta los gobernantes locales. Nuestro deber como hijos de Dios es someternos a ellos. Ahora habrá un tiempo correcto en que pintamos la raya y decimos hasta aquí preferimos obedecer directamente a Dios en lugar del ministro de Dios que Dios lo ha puesto como autoridad. O sea, ¿habrá ciertos casos donde nosotros decimos no? Ahí no obedecemos. ¿Habrá ciertos casos? La respuesta es sí. Cuando ellos nos limitan a hacer lo que Dios nos pide hacer. O cuando ellos nos piden hacer lo que Dios nos limita a hacer. Ahí pintamos la raya. Los gobernantes no son absolutos. Dios es absoluto. y los gobernantes en su loquera por poder, aunque si son ministros de Dios en un sentido. Cuando ellos nos piden hacer algo que es contrario a lo que Dios nos pide, ahí decimos no. o cuando ellos nos piden hacer algo que Dios nos dice eso no debes de hacer, ahí también decimos no. Los gobernantes simplemente por ponerlo así generalmente solamente sirven para dos cosas, ¿saben para qué dos cosas sirven? Para proteger la vida y para proteger el derecho a la propiedad privada. Aparte de esas dos cosas, los tenemos como adornos. Esos son los dos ministerios que ellos tienen, según las escrituras, proteger la vida y proteger el derecho a lo privado. Aparte de esas dos cosas, sirven de puro adorno. Pero Pablo aquí dice en Romanos 13, Del 3 al 4, porque los gobernantes no son motivos de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas pues no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Recuérdese quién está en el trono del César, del imperio romano, cuando Pablo está escribiendo esta carta. Un tal llamado Nerón que se convertiría en un tirano. Nerón cae dentro de la categoría de los más feos del mundo que ha existido. Lo podemos meter en la categoría de los Hitlers del mundo, de los Vladimir Lenins del mundo, de los Joseph Stalins del mundo, de los Mao Zedong del mundo, de esa clase de gente. Es cuando Pablo está diciendo es ministro de Dios para tu bien. Pablo les dice ministros de Dios que en cierta manera están sirviendo los secretos, los propósitos secretos de Dios, sirviendo a los decretos que no conocemos de Dios también. Y Pablo no solamente dice que son ministros de Dios, Pablo dice que son ministros de Dios para qué? Para bien. Ahora podríamos nosotros decir que Pues bien, en este caso necesitamos definirlo bíblicamente. ¿Qué es bien? ¿Qué es bien según las escrituras? Pues lo que Dios dice que es bien es lo que es bueno. Y Pablo nos dice, son buenos en un sentido, en que mantienen orden y en que mantienen una cierta autoridad de la sociedad. Es para tu bien. Y eso no debemos de nosotros de menospreciarlo. Aquí en Estados Unidos, Tenemos grandes privilegios y los ministros públicos, los magistrados públicos es para nuestro bien. La policía es para nuestro bien. Los gobernantes son para nuestro bien. Son ministros de Dios. ¿Pero sabe qué? Yo pienso que Pablo no se ha olvidado de que lo que él escribió en esta misma carta, vaya conmigo a Romanos 8, porque mire, Pablo también mira de que los ministros de Dios pueden hacer el mal y puede Dios usarlos también para el mal. Podemos debatir qué significa bien en este caso, mire lo que dice Romanos 8, 28. Porque los que, y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien. Esto es para los que son llamados conforme a su propósito. Dice que todas las cosas, miren lo que dice en el 33. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia o persecución? ¿De dónde viene la persecución? Mucha viene de los gobernantes. Hambre, desnudez, peligro, espada. Tal como está escrito, por causa tuya somos puestos a muerte. Todo el día somos considerados como ovejas para el matadero. Pablo no se le ha olvidado de que Dios puede usar a los gobernantes para darnos la entrada al cielo para matarnos. ¿Por qué? Porque nosotros siempre vamos a poner lo que la palabra de Dios nos dice. Sí, son gobernantes y debemos someternos a ellos, pero si ellos nos piden adoración, alabanza, cosas que Dios nos limita y nos dice eso es solamente para Dios. Por ejemplo, los César, ¿sabe cómo miraba la gente a los César? Los César los miraban como dioses hechos carne. Los miraban como si Dios estuviera en el imperio. Eran hombres, pero la población los miraba y los deificaba como dioses a los imperadores. No eran dioses. Ellos querían tributo y ellos querían que se les adorara como tal. Muchos cristianos saben qué pasó en esos tiempos. Muchos cristianos dieron su vida porque dijeron no. Hay un solo Señor y no es el César. Hay un Señor y es Cristo Jesús. El César pedía confiésame a mí como Señor o a los leones. Los cristianos decían no. Jesús es Señor. Pablo mismo nos enseña aquí en Romanos de confesar a Jesús por Señor. Es la salvación. En Romanos 10, ¿se acuerda cuando lo miramos? Jesús por Señor. ¿Será bueno en veces que los gobernantes se conviertan en un instrumento que nos introducen a los creyentes en Cristo a la gloria eterna? O sea, que nos den matarile, que nos maten, que nos ejecuten. ¿Os puede ser? Dios puede usarlos para ese motivo también. ¿Será bueno que los gobernantes gobiernen, mantengan la paz y ejecuten las leyes? También para ellos son buenos. En ambos casos podríamos decir que son buenos. Por eso Pablo nos dice, nuestro deber no es tanto traer una revolución en contra de ellos, sino orar por ellos para su salvación. Pablo nos instruye esto en Timoteo, ¿se acuerda? Primera de Timoteo 2. Es por eso que debemos nosotros ser los mejores ciudadanos, hacer el bien, como aquí nos está diciendo, tal como Cristo nos enseñó. Los gobernantes son para bien. No creo que podamos encontrar un gobernante normal que castigue a alguien por no matar a alguien. o que galardone a alguien por robarle a otro. En cierta manera, todos tienen un sentido de qué es bueno y es malo. Ahora no, no en todos los sentidos, pero en sentidos normales civiles no van a castigar a alguien que acaba de violar a una inocente. A él no le van a dar un galardón hasta en lugares donde no tienen la palabra de Dios. En lugares donde, vamos a decir, allá en la jungla de quién sabe dónde, Alguien que hace eso, ¿qué pasa con ellos? Les cortan la cabeza el próximo día. Hasta en lugares de esos se saben que eso no se hace y se les retribuye, se les paga según lo que hicieron. En cierta manera son para bien. Los estableció Dios para mantener la paz y el bien social. Y Pablo nos dice ahí en el versículo que hemos estado mirando aquí, mire lo que sigue diciendo. Pero si haces lo malo, teme. Si tú haces lo malo, teme. O sea, tiene un terror si tú haces lo malo. Por qué? Porque no lleva la espada, porque en vano no lleva la espada, no lleva la espada en vano. O sea, si tú haces algo malo, temele a las autoridades. ¿Por qué? Porque ellos tienen la autoridad bajo Dios y tienen una espada. Tú rompes las leyes terrenales, tú estás pecando contra Dios. Tú rompes las leyes terrenales y ellos tienen la autoridad para usar la espada. Dios no les ha puesto un rodillo en sus manos. Dios no les ha puesto un chipote chillón en sus manos. Dios no les ha puesto un cotonete en sus manos o una pala en sus manos. Dios, ¿qué les ha puesto? Una espada. ¿Saben de dónde viene este concepto de la espada? Y tristemente hoy estamos alrevesados. Hoy se pide más derechos por la gente culpable que por los niños inocentes. Hay más derechos para gente criminales que han sido enjuiciados como culpables. Hay más consideración y más más. Hay más. Ay, es que se siente muy triste, pues pobrecitos van a orar y muchos años. La cosa es de que según el Antiguo Testamento y según como Dios hizo el pacto con Noé. Alguien que toma sangre inocente. Su sangre va a dar. Esa era como Dios miraba la justicia en aquel entonces. Ahora todo el mundo aboga, no, pues por los inocentes. Están en las cárceles. ¿Qué pasó cuando vino el COVID? Querían sacar a todo mundo de las cárceles y querían meter a la gente que no se comportaba a las cárceles. O sea, ya estamos en cierta manera revesados. No está diciendo Pablo que ellos son completamente perfectos, pero si son ministros de Dios para bien, por lo cual debes de comportarte bien. Ahora, Ese concepto de la espada, ¿dónde lo miramos la primera vez? En el libro de Génesis, ¿qué pasó cuando pecó Adán y Eva? Fueron expulsados. ¿Y qué puso Dios a la entrada del Edén? Una espada. ¿Qué simbolizaba esa espada? La autoridad de que no iban a pasar. ¿Qué pasaría si Adán se hubiera regresado a entrar al Edén? ¿Qué pasa? ¿Qué cree usted que Dios le hubiera hecho con esa espada? a la mejor se lo echaba a Adán si él regresaba otra vez al Edén. La espada es para mantener un orden y Dios dijo pecaron están destituidos de este jardín de mi presencia ahora son pecadores y sus hijos nacerán pecadores y no van a poder ustedes crear una entrada otra vez para atrás. Dios puso una espada y de ahí miramos esto de que la espada la tiene la autoridad y Pablo está diciendo aquí Dios les ha dado a ellos la espada y deben de usarla tristemente hoy ya casi no se usa en el gobierno que se use la espada ahora Se usa ya no más, ay pobrecito, hay que meterlo a la cárcel para que viva ahí bien a gusto, mirando tele todo el rato, a ver si eso lo recapacita. No. Si alguien hace una, algo malo, malo, debe de pagar por lo malo. Por eso Pablo nos dice, haz el bien. Pablo no nos está diciendo, rétalos o trata a ver como si te, si te puedes zafar de ellos. Pablo nos dice algo, haz el bien, haz el bien y no vas a tener miedo en contra de la autoridad. La espada significa máxima autoridad, el instrumento de venganza, el instrumento que da la pena de muerte. Aparece en el Edén y aparece para cada vez que hay una autoridad en la espada. Hoy, por ejemplo, no podríamos decir que es la espada. Ahorita todo el mundo tiene pistolas, pero ¿quién tiene tanques? ¿Quién tiene matralletas? ¿Quién tiene aviones de guerra? El gobierno. El gobierno los tiene. Ahorita la espada, uno agarra una espada y compra la espada y la cuelga en la pared. Y ay, qué bonita el adornito de la espada. En aquel entonces solamente los gobernantes tenían el poder de la espada. Y Pablo dice que es bueno y Dios le dio esa espada para que hagan lo bueno. Pues ministro de Dios es. Es ministro de Dios, aunque sean pecaminosos, malvados y proquitas, ministro de Dios es, y mire lo que dice, un vengador que castiga al que practica lo malo. Ya ve cuando miramos la venganza, que miramos en el Antiguo Testamento ese concepto de ojo por ojo y diente por diente, ¿se acuerda de eso? Pues ese concepto era para los gobernantes de Israel, para los jueces. Ellos miraban, no, pues este se le quitó el ojo. Algo justo es de que nosotros como gobernantes, no en pleitos personales, sino ante los gobernantes, ante la, ante la autoridad. Este era, por decirlo así, la case law, como le dicen en inglés. Ese es, así es como debes de tú hacer tus leyes. Ojo por ojo, diente por diente, era para los gobernantes. Aquí Pablo está diciendo lo mismo, es ministro de Dios, un vengador. El gobierno tiene la responsabilidad de vengarse si alguien te practica lo malo. Alguien viene e intencionalmente quema tu casa, tú puedes ir a denunciarlo ante la autoridad y decirle a la autoridad, mira, esto pasó, lo hice intencionalmente y el gobierno debe, con toda la ley, restaurarte a ti en tus daños. En ese sentido, el gobierno está para ser vengador, pero eso no te da derecho a ti de tú tomarlo personalmente, ir a quemarle la casa al que te la quemó a ti. Eso no se hace. Pero ante un gobierno, Pablo aquí también nos muestra, es un vengador. Dios le ha dado la autoridad de ser un vengador que castiga al que hace lo malo en casos civiles. Todavía sigue, por decirlo así, En esencia, todavía se sigue practicando. En cierta manera, todavía está vigente eso del Antiguo Testamento. Pablo nos dijo en Romanos 12, 19, Amados, nunca os vengáis a vosotros mismos, sino dar lugar a la ira de Dios. Pues Pablo aquí está diciendo, el gobierno también es un vengador. Dios es un vengador que algún día va a ser la venganza máxima, pero también le ha delegado al gobierno ciertos derechos. Y uno de esos derechos es tener la espada para el orden y para ser vengador del que practica lo malo. En ese sentido, sí podemos apelar al gobierno si algo pasa. Pero también mucha gente hoy en día, ah, se van al otro extremo, se vengan de más. Ahorita hay un montón de gente que, vamos a decir, se corta un dedo y él no se quiere cobrar un dedo, él quiere que le cobren todo el cuerpo y mete abogados y mete abogados y tenemos que tener en cierta manera, ok, El gobierno está puesto ahí también para poner orden y establecer justicia, pero también no vamos a ser aprovechados. Hay muchos americanos que son bien aprovechados en cuanto a andar a suen, de andar, cómo se dice en español, a demandando y demandan de más. No tenemos que ser justos en nuestros juicios y en nuestros reclamos. Y mire lo que dice el 5 aquí en Romanos 13. Por tanto, O sea, Pablo aquí está dando un punto. Y cada vez que Pablo dice, por tanto, tenemos que poner atención, porque mire Romanos 13, 1, mire lo que dice. Tenemos que mirar todos los porqués, todos los por tantos y todos los pues, porque Pablo está haciendo un argumento. Y mire lo que dice el 1. Sometase todas las personas a las autoridades que gobiernan. ¿Por qué? lo da la razón porque no hay autoridad sino de Dios y las que existen por Dios son constituidas y mira lo que dice el 2 por consiguiente el que resiste la autoridad ahí está ahí está Pablo explicando el 3 porque los gobernantes no son motivos de temor para los de buena conducta sino para que hace lo malo y mira lo que dice el 4 pues es para ti un ministro de Dios y aquí en el 5 miramos otro por tanto Esta es la razón. Es necesario someterse, no solo por razón de castigo. O sea, tú te vas a someter no solamente porque ellos tienen la espada y te pueden meter a la cárcel. No es solamente ese el motivo. El gobierno tiene la autoridad de hacer eso. Si tú quiebras la ley, el gobierno tiene la autoridad de hacer eso. Pero no solamente eso es lo que nos mueve. Hay algo más allá, más trascendente de lo que miramos físicamente en el orden civil. Hay algo más allá, Pablo dice, sino por causa de la conciencia. Por causa de la conciencia, porque Pablo introduce la conciencia. Porque Pablo ya lo dicho, lo ha dicho. Dios los estableció, están ahí por Dios. Tú les desobedeces, estás desobedeciendo a Dios. Dios los estableció. Tú quiebras las leyes. Tú estás desobedeciendo a Dios. Por eso es causa de conciencia. Ahora yo me imagino que lo que está pensando el apóstol Pablo en el momento antes de su ejecutación, ejecución. Pablo fue ejecutado por Nerón. No sabemos cómo ni cuándo, pero fue por orden de César. Y yo me imagino a Pablo que él estaba pensando exactamente lo que escribió aquí en Romanos 13. Acuérdese, Pablo no solamente escribió esto bonito aquí en Romanos 13. Pablo no solamente lo escribió, Pablo también lo vivió y terminó su vida. Siendo obediente a lo que escribió en Romanos 13. Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Y el César acababa de pedir su cabeza y que dijo Pablo. Sométanse a las autoridades. Por tanto, es necesario en el cinco someterse no solo por razón de castigo, sino también por la conciencia, por la conciencia, conciencia de qué? De que ir en contra al gobierno es ir en contra de Dios. en revelarnos en contra de nuestro gobierno sea como sea Pablo no ha establecido no pues en el comunismo si te puedes revelar no pues en la democracia ahí también te puedes revelar no Pablo está diciendo los gobernadores sean como sean son establecidos por Dios por esta razón para mantener la paz y para tener la espada y para los propósitos de Dios ser cumplidos a través de ellos la conciencia viene Y es algo bueno la conciencia. Hay mucha gente que ya ahorita ya tiene la conciencia tan maltratada, de que ya la conciencia ya no les dice nada. ¿Sabe qué es lo que es la conciencia? Mire, déjeme se lo pongo en términos para que los entienda. La conciencia En el hombre es algo bueno, es una brújula moral que te enseña y te indica eso está bien, eso está mal. Y Pablo aquí lo está poniendo en términos civiles. Si tú vas en contra del gobierno y quiebras leyes, eso está mal. La conciencia es para el alma como lo que el dolor es para el cuerpo. Cuando a ti te duele algo, el dolor es tu amigo o es tu enemigo. Cuando tú te quiebras una pierna, ¿qué es lo primero que sientes? Dolor. Y el dolor que te están mostrando. Tu pierna está mal. Cuídala. El dolor es algo bueno. La conciencia en lo espiritual nuestro, la parte espiritual mía, es algo que me duele y me dice lo que acabas de hacer está mal y Pablo aquí lo está aplicando ante los gobernantes tu conciencia debe de decirte si tú vas en contra de lo que está establecido por Dios en tu nación y tú quiebras leyes humanas tu conciencia te debe de decir lo que acabo de hacer es malo no debo de hacerlo no debo de hacerlo En este caso, no debemos ir en contra de la conciencia. En cuanto a lo que está establecido por Dios en nuestra nación, no debemos ir en contra de nuestra conciencia. Debemos someternos a nuestros gobernantes. Eso es lo que Pablo nos dice. Hace el bien. Hace el bien. Y tendrás elogios de ella, de los gobernantes. Hace el bien. Vive haciendo el bien. Muy bien. Pues esa es la exposición de estos tres versículos. Ahora, La pregunta, ¿cuáles son los límites bíblicos donde el creyente con buena conciencia puede o más bien debe decirle no al gobierno sin ser rebelde ante los ojos de Dios? O sea, ¿cuándo podemos pintar la raya y en buena conciencia decir eso no lo hago? Sin ser rebelde ante Dios, ¿Cuándo es cuando podemos hacer eso? Pues mire, en el caso aquí del apóstol Pablo, según como yo entiendo el libro de Hechos, Hechos es una defensa por Lucas para demostrar en detalle la iglesia de Cristo y el caso de Pablo. Si usted lee el libro de Hechos está estructurado como una defensa de Pablo. Termina con Pablo llegando a Roma, ahí termina ese libro. Y Pablo apeló al emperador, él siendo un ciudadano romano de nacimiento, él apeló porque en Jerusalén lo querían matar. Y él apeló. Pues yo pienso que Hechos es una exposición de lo que Pablo había hecho y lo que la iglesia estaba haciendo. Pablo no había hecho nada malo. Pablo, si hubiera llegado esta carta a este excelentísimo teófilo del libro de Hechos, Pablo le hubieran quitado los cargos porque Pablo no había hecho malo, nada, no, no hubiera hecho nada malo en Jerusalén o en los dos años que quedó en Roma. Pero eso es lo que yo pienso. Miren, esta es mi imaginación teológica. Lo que le dio la muerte a Pablo no fueron los cargos que le pusieron en Jerusalén. Lo que yo pienso que le dio la muerte a Pablo es de que, ok, le dijeron a Pablo, sabes qué? Que has absuelto de los cargos. Pero déjame te pedir una cosa, dale tributo al César. Eso es como pienso yo que Pablo dio su vida. Se le pidió, dije César es señor y Pablo dijo no. Y con eso fue para quitarle la cabeza, porque Pablo en sí no tenía cargos. Entonces la pregunta es esta, ¿qué es buena conducta? Porque lo que Pablo se está refiriendo aquí en Romanos 13, 14, porque los gobernantes no son motivos de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Pues qué es el bien y qué es el mal? Pablo está diciendo que son para buena conducta. Pues es para ti un ministro de Dios para bien, porque si haces lo malo, teme, porque no lleva en vano la espada, pues ministro es de Dios un vengador que castiga al que practica lo malo. ¿Quién define qué es bueno y qué es malo? Dios. Los gobernantes no definen qué es bueno y qué es malo. Dios lo define. Pablo nos ordena a someternos a ellos. Pero, ¿qué pasa cuando las autoridades le llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo? ¿Qué hacemos en esa situación? ¿Qué pasa si la autoridad dice, no, ¿sabes qué? Esta iglesia debe de casar a homosexuales. ¿Qué decimos ahí? Pablo, Dios nos enseña que el homosexualismo es un pecado que debemos de arrepentirnos. Los pecadores que los practican es un pecado como todos los otros pecados. Pero el gobierno nos está diciendo, no, el gobierno ahora ha decidido que esto es bueno. ¿Qué hace? La iglesia. Pues decimos que no. ¿Por qué? Porque vamos en contra de lo que la palabra de Dios ha establecido y lo que Dios ha bendecido para el matrimonio. Dios define el matrimonio, Dios establece el matrimonio y Dios bendice el matrimonio. ¿Con qué? Con hijos. El gobierno o nueve jueces vestidos de negro no definen qué es el matrimonio. Dios lo define. Pues, ¿qué hacemos cuando el gobierno le dice a lo malo bueno y a lo bueno malo? ¿Nos sometemos sin limitación? No, hay una limitación bíblica. Hay una limitación bíblica. Hay que hacer un recorrido por toda la Biblia. Hay una limitación bíblica. Cuando ellos nos limitan a hacer lo que Dios nos ordena hacer y nos pide hacer, ahí decimos no. O cuando ellos nos piden hacer lo que Dios nos dice eso no hagas, ahí también decimos que no. Se acuerda de las parteras de Egipto en Éxodo 1. Se acuerda que el faraón le dijo a las parteras, estas parteras hebreas, El Rey habló con las parteras, déjeme leer un éxodo 1.15. El Rey de Egipto, el faraón, les habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Cifra, y la otra, Pua. Y les dijo, cuando estés asistiendo a las hebreas a dar a luz y las veas sobre el hecho del parto, si es un hijo, les darás muerte. Pero si es una hija, entonces vivirá. Esa fue la orden de la autoridad. Esa fue la ley del emperador, del faraón. Si es un varón, lo matas. Si es una hembra, la dejas vivir. Fue una orden que ellas recibieron de la máxima autoridad ¿Deberían ellas someterse a esa clase de orden que vino de arriba? ¿Por qué? Pues miren lo que ellas hacen en el 17. Pero las parteras temían a Dios. Temían a Dios. ¿Por qué? Dios es el que dice, no matarás. Dios dice, no matarás. Y ellas, ¿qué hicieron? No hicieron como el rey de Egipto les había mandado, sino que dejaron con vida a los niños. O sea, por temor a Dios, no se sometieron ni obedecieron las órdenes que venían del que estaba a cargo. ¿Por qué? Porque de ellos, el que estaba a cargo, les estaba pidiendo algo que Dios decía, no debes de matar. Entonces los gobernantes si son siervos de Dios, ministros de Dios, pero cuando ellos compunden las cosas y ellos cambian lo que es bueno o lo que es malo, ahí con buena conciencia un cristiano dice no. Entonces estas parteras no se sometieron, no obedecieron y hasta se excusaron diciendo algo contrario a lo que eran sus verdaderas intenciones. Miren lo que dice en el versículo 18 de Éxodo 1 El rey hizo llamar a las parteras y les dijo ¿Por qué habéis hecho esto? ¿Y habéis dejado con vida a los niños? Respondieron las parteras a Faraón Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias Pues son robustas y dan a luz antes de que la partera llegue a ellas Ellas se excusaron ¿Con qué? ¿Me entiendo? ¿Y qué hizo Dios en el 20? Y Dios favoreció a las parteras. Y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso. Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios, Él prosperó sus familias. Dios las prosperó con lo más valioso, con familia. Entonces, desobedecer las autoridades cuando hay un claro mandamiento de Dios como no matar. Si tú desobedeces a las autoridades y honras a Dios en lugar de ellas, dimes el favor de Dios. Ahora, ¿pueden venir consecuencias? Sí, pueden venir consecuencias. Ya miramos más adelante en el libro de Daniel. ¿Se acuerda de los amigos de Daniel? Daniel fue sacado de Jerusalén, menciona a tres otros, ya no me acuerdo los nombres hebreos, conozco los nombres babilónicos, pero estos amigos de Daniel El rey Nabucodonosor hizo una enorme estatua de oro y él pidió que todos los de la provincia de toda Babilonia los mandó a reunir absolutamente a todos los gobernantes del reinado que vinieran a ver esta estatua y mientras estaban de pie y estaba esta estatua el heraldo del rey dio esta orden con fuerza y mire lo que les dice se os ordena a vosotros Pueblos, naciones, lenguas, en este momento en que oigas el sonido de todos estos instrumentos de música y os postréis y adoréis a la estatua de oro, pero el que no se postre y adore será echado inmediatamente a un horno de fuego ardiente. Ese fue lo que el heraldo dijo. Este fue el edicto. Esta es la autoridad dando una, dando una, una orden a través de un edicto. Esto es lo que deben de hacer. Cuando ustedes escuchan los instrumentos, se postran ante la estatua. Pues llegó a oídos del rey de que algunos jóvenes no lo estaban haciendo. Estaban bajo administración de una provincia de Babilonia y se llamaban Zadrak Mesaque Abednego. Y estos hombres, miren lo que dice ahí. En Daniel 3, 12, Sadrach, Mesach y Abednego, estos hombres, oh rey, no hacen caso, no sirven a tus dioses, ni adoran a la estatua de oro que has levantado. Entonces Nabucodonosor, enojado, furioso, dio orden a traer Sadrach, Mesach y Abednego. Estos hombres fueron conocidos, fueron conducidos ante el rey. Habló Nabucodonosor y les dijo, es verdad. Zadrak, Meshaka, Abednego, que no servís a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he levantado, estás puestos ahora a cuando escuchen todos estos instrumentos de música, están dispuestos a hacerlo aquí otra vez. ¿Y qué hicieron Zadrak, Meshaka, Abednego? Dijeron no. Desobedecieron. ¿Por qué? Porque Dios dice, no, no tendrás otros dioses delante de mí. Dice ahí en el 16. Sadrach, Mesach y Abednego respondieron y dijeron al Reina Buconosor, no necesitamos darte una respuesta acerca de este asunto. Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente y de tu mano, oh Rey. De tu mano Rey nos librará. Pero si no lo hace, si Dios no viene y nos salva, has de saber, oh Rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos a la estatua de oro que has levantado. Ellos se negaron a hacer lo que Dios les prohibía hacer. inclinarse ante un ídolo y como resultado de ello desobedecieron y dejaron en vergüenza al rey por serles fieles a Dios. Desobedecieron una orden. Ellos pintaron la raya y dijeron en todo te obedecemos hasta le dicen oh rey Le hablan con respeto, le hablan como alguien que Dios ha puesto como autoridad, pero cuando Él ya compunde las cosas y va más allá, pide más allá de lo que Dios les permite hacer, ellos pintaron la raya y dijeron, no. Es muy importante notar esto. Ellos no fueron irrespetuosos. Más bien le dicen como su título propio o rey. Simplemente dijeron no haremos esto que nos piden. Y sabes qué? Si vienen consecuencias, pues vendrán las consecuencias. Pero no podemos nosotros hacer lo que la autoridad nos pide hacer porque va en contra de los designios de Dios. Primero es Dios y después eres tú, Rey. Y nos estás pidiendo, nos estás poniendo un conflicto entre al Dios que servimos y a ti que servimos. No te podemos poner a ti en frente de Dios. Es lo que le dijeron en otras palabras. Y sabemos qué pasó. Por su desobediencia fueron echados al horno de fuego. ¿Y qué hizo Dios? Dios los salvó. ¿Y qué hizo el Rey cuando miró que Dios lo salvó? Como que empezó a mirar las cosas completamente diferente y dice Daniel Entonces el rey hizo prosperar a Sadrach, Mesaquia y Abednego en la provincia de Babilonia. Miramos también a Daniel. ¿Daniel qué se pidió? Cayó el reino babilónico y surgió el reino de los Medos y los Persas y Daniel era gobernante de toda una provincia. Era el primer ministro bajo el rey Darío. ¿Y qué pasó? Querían derrocar a Daniel porque Daniel vivía haciendo el bien, mostrando una vida ejemplar. Sí, siendo gobernante. ¿Puede un cristiano ser gobernante? ¿Puede alguien que teme a Dios ser gobernante así como Daniel? ¿Pero qué empezó? La gente empezó a tenerle celo a Daniel y dijeron, pues, ¿cómo lo vamos a derrocar? Este hombre hace el bien en todo. Oh, pues encontraron algo en que podían derrocarlo. Engañaron al rey a firmar un edicto que nadie podía hacer ninguna oración a ningún otro dios por quién sabe cuántos días. Y el que no adorara a el rey, a este Darío, lo iban a echar un foso a leones. Pues Daniel miró el edicto y dijo, Está muy bien, pero yo no voy a adorar a este rey. Y Daniel intencionalmente que nos dice ahí la profecía de Daniel, de que él abría las ventanas, él se apuntaba enfocándose a Jerusalén y él oraba tres veces al día. Pues qué pasó? Lo encontraron orando no a Darío, sino a Yahvé, Dios. Y qué pasó? Le dijeron a Darío. Sabes qué? Tú firmaste un edicto es ley y este hombre quebró la ley. Qué dijo Daniel? pues ni modo que vengan las consecuencias pero yo no puedo poner a Dios en segundo lugar para ponerte a ti o Rey en primer lugar si tú eres el Ministro de Dios y te obedezco en todo lo que tiene que ver con asuntos terrenales. Pero cuando tú me pides de que yo que adore a ti y que no haga ninguna oración a mi Dios, que en mi creador prefiero a Dios. Y qué pasó con Daniel? Echado en el trono, en el trono de los leones, en el ojo, ahora en el horno, en el pozo de los leones. Y qué pasó? Desobedeció. al Rey. Sufrió las consecuencias. Daniel siguió haciendo lo correcto ante Dios, no importando las prohibiciones gubernamentales. Él se mantuvo firme. ¿En qué? En obedecer a Dios. Se mantuvo firme y sí, vinieron las consecuencias. Se mantuvo firme, fue arrojado al foso de los leones y sabemos el final de la historia. Daniel fue puesto otra vez a su lugar. Y los hombres que conspiraron contra él, ellos fueron echados al foso de los leones. Desobedecieron al rey. Porque es primero Dios y lo que Dios dice que es bueno y después los gobernantes en todo lo que los gobernantes te piden a ti y a mí, tú debes de obedecerlos en todo, menos cuando ellos entran en un territorio donde Dios dice que no o Dios dice que sí y los gobiernos cambian las cosas. Ahí tú debes decir con buena conciencia. No. Y sufrir las consecuencias. Y ¿sabes qué? Quizás sufrir las consecuencias como Pablo, como Pedro, como los santos de la era apostólica, de los padres apostólicos. Sufrir las consecuencias. Pero ¿sabe qué se me hace muy interesante con Daniel y con todas estas personas? No fueron irrespetuosos ante el Rey. Fueron firmes, se mantuvieron firmes, pero nunca desafiaron ni le faltaron al respeto a sus gobernantes. Fueron firmes y no se movieron, pero mostraron lo que es hacer el bien. Miramos también a los apóstoles. ¿Se acuerda que Lolo empiezan a predicar a los apóstoles y qué pasa? Ya ve, va Pedro y Juan, entran al templo, miran a un paralítico ahí y les pidió dinero y saben qué, pues no tenemos dinero. Los apóstoles, el papa no tenía dinero. Y le dijo, ¿sabes qué? Pues no tengo dinero, ¿sabes qué? En nombre de Cristo Jesús, levántate. Y ellos se metieron al de este y se levantó este hombre y entró para adentro con ellos y miraron todo este espectáculo. Y estos hombres pudieron predicar el evangelio. ¿Y qué pasó con los líderes religiosos? Dijeron, no podemos andar teniendo estas cosas. Estas manifestaciones milagrosas no las podemos tener. ¿Qué fue lo que hicieron los gobernantes? Metieron a Pablo y a Juan a la cárcel por levantar a un inválido. Los metieron ahí en la cárcel. Más bien ellos se preguntan en Hechos 4.16 diciendo ¿qué haremos con estos hombres? Porque el hecho de que un minagro es notable y ha sido realizado por medio de ellos es evidente. Y todos los que viven en Jerusalén no pueden negarlo. A fin de que no se divulgue más entre el pueblo amenacemosles para que no hablen más de este hombre. No hablen más a hombre alguno en este nombre. Cuando los llamaron, les ordenaron no hablar más de Jesús. No hablar más en el nombre de Jesús. Esa fue la orden de arriba. Tú cállate la boca. Se te prohíbe hablar en Jesús. Se prohíbe hablar. No hicieron nada. Solamente dijeron en el nombre de Jesús, levántate. Y este se levantó brincando. Fue todo lo que hicieron. Ese fue su delito. Le dijeron, ya no puedes hablar más de Jesús. Está un conflicto. Dios que les pidió a los apóstoles. vayan por todo el mundo y que hagan prediquen el evangelio esa fue orden divina de Dios y aquí están los gobernantes diciéndoles te ordenamos que ya no hables más en este nombre o sea hay un conflicto miren cómo lo cómo lo responden Pedro y Juan más respondiendo Pedro y Juan en el 19 Hay de hechos cuatro más respondiendo Pedro y Juan les dijeron vosotros mismos juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios. A quién vamos a obedecer a ustedes que son la autoridad o a Dios que es la máxima autoridad y nos mandó nos comisionó ir a predicar el evangelio y ustedes nos están diciendo no hablen más acerca de este Jesús. ¿A quién vamos a obedecer? ¿Qué es lo que es justo? ¿Obedecer a Dios o obedecer al hombre? El 20. Porque vosotros no, porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. Ahí le están diciendo, no podemos parar. Ustedes, hay un conflicto, hay dos órdenes, se contradicen. Dios dice ve, ustedes nos están diciendo cállense. Más adelante, en el capítulo 5, miramos lo mismo. Los apóstoles son puestos otra vez en la cárcel, son liberados milagrosamente, salen del templo y lo primero que hacen es abrir su boca y predicar a Jesús. Los capturan otra vez y en Hechos 5, 27, miren lo que pasa. Cuando los trajeron y los pusieron delante del concilio y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo, os decimos, nos dimos órdenes estrictas de no continuar enseñando en este hombre, y he aquí, habéis llenado a Jerusalén con vuestras enseñanzas. ¿Y queréis traer sobre nosotros la sangre de este hombre? O sea, ¿quieren culparnos de que nosotros matamos a este Jesús que ustedes andan predicando de que resucitó entre los muertos? Y mira lo que dice el 19, más respondiendo Pedro y los apóstoles dijeron, debemos obedecer a Dios antes que los hombres. ¿Dónde pintamos la raya? Pues cuando los gobernantes nos dicen Tú no puedes hacer esto, pero Dios te dice hazlo. O cuando los gobernantes te dicen debes de hacer esto y Dios te dice eso no lo vas a hacer. Ahí es donde la raya se pinta. Ahí es donde con una conciencia libre puedes decir que no. Aparte de eso, y déjame lo repito. Aparte de eso, tu deber es someterte. Lo repito otra vez, aparte de esa limitación bíblica donde los gobernantes te dicen hace esto y Dios te dice eso no debes de hacerlo, es pecado, es malo o cuando los gobernantes te dicen deja de hacer eso y Dios te dice hazlo, ahí pintas la raya. Aparte de esa limitación, nuestro deber es someterlo. Entonces, ¿qué aprendemos con todo esto? Uno, resistimos y desobedecemos al gobierno sólo cuando él nos ordena hacer algo que la palabra de Dios prohíbe o nos prohíbe hacer algo que la palabra de Dios nos ordena. En todo lo demás, sujetos debemos estar a toda autoridad. Así es como Dios quiere que sus hijos vivan en esta vida. Esta vida, estos reinos, esta tierra, este mundo es pasajero. Nuestro enfoque es eterno. Nuestro enfoque no debe ser pasajero. Dos, cuando un gobierno comienza a distorsionar asuntos morales, Transformando lo que Dios dice que es bueno a algo malo o algo malo y contrario a la naturaleza que Dios establece como algo bueno, según lo dicen los gobernantes, cuando cambian las cosas. Ellos dejan de ser ministros de Dios para bien. Siguen siendo ministros de Dios. pero empiezan a ser ministros de Dios para mal. Dios es el que define qué es bueno y qué es malo, no los gobernantes o las cortes o los cambios de leyes. Dios es el que lo define. Estamos privilegiados viviendo en este país y yo le doy gracias a Dios por tener este privilegio de vivir aquí, uno de los mejores países. los mejores gobiernos y el mejor sistema de gobierno fue establecido aquí. Este país no solamente nos pide, sino nos da el derecho y nos da el deber de involucrarnos en nuestro gobierno. Ahora la pregunta es, ¿hasta cuándo un cristiano se involucra en este gobierno? Porque aquí el gobierno te dice, hey, tu derecho y tu deber es votar, tu derecho y tu deber es hacer esto. Tu derecho y tu deber es protestar pacíficamente. Tu deber y tu derecho. Y hay un montón de derechos que el gobierno nos pide que ejerzamos. La pregunta es, ¿hasta qué punto se involucra un cristiano? ¿Hasta qué lejos puede llegar un creyente en su involucración en asuntos políticos? Pues sí, mire, ahí les va mi opinión. Esta es mi opinión. No lo tome. Esta es mi opinión. No lo tome como si yo estuviera hablando de la cátedra de Pedro o de Moisés. Ok. Esta es mi opinión. Lo que la palabra de Dios nos pide. Esto es lo que sí la palabra de Dios nos pide. Primeramente es orar y interceder por y suplicar por nuestros gobernantes. Suplicar a Dios por ellos. Eso es lo que si la palabra de Dios nos pide que hagamos primero. Tristemente, muchos cristianos no oran por sus gobernantes. Y. Duran más tiempo revelándose y manifestándose en contra de los gobernantes que Dios ha puesto en lugar de orar por ellos. Mi regla es esta, si tú oras por tu gobernante dos horas esa semana, tú puedes ir dos horas y de reclamar tu protesta. Pero primero tenemos que hacer lo que es bíblico, orar por ellos. Mucha gente Se olvida de orar por ellos y luego, no, pues hay que hacer esta marcha, este movimiento y está bien. No estoy diciendo que está mal, pero lo que la palabra de Dios nos pide primero es orar por ellos, orar por la salvación de ellos, no por cambiar reformas políticas que solamente van a cambiar el ambiente civil, no van a cambiar corazones. Nuestro poder como cristianos está en la oración primeramente, no en la protesta. Aunque si yo cuánto quisiera protestar a mi gobierno, pero sabes que ese no es mi deber. Mi deber es predicar la palabra de Dios y saber de que Dios estableció, los estableció a ellos y que mi involucramiento político no es tanto por cambiar las leyes que quizás los manden a todo el mundo al infierno. Mi deber y nuestro deber es el enfoque de que la salvación llegue a estas personas. y llegue a las personas que los apoyan. Eso es lo que sí debe ser nuestro enfoque. Afectuamos a nuestros gobernantes no con protestas, no afectamos a nuestros gobernantes con amenazas o desobediencia o con revoluciones. ¿Sabes cómo sí afectamos el ambiente político? Con la oración y viviendo vidas piadosas. Así sí lo afectamos. Buscamos una reforma, un avivamiento, no una revolución. La reforma y el avivamiento lo hace Dios. ¿Y sabes qué pasa cada vez que hay una reforma y un avivamiento? Dios pone a su iglesia a orar. No a protestar, aunque sí tenemos derecho de protestar pacíficamente, pero ese es un derecho que nos da el gobierno. Nuestro deber como cristiano es orar por el gobierno. Ya después de que ores por el gobierno, entonces sí. Como por ejemplo, yo estoy, pues no así muy involucrado, pero si estoy involucrado en un movimiento que es en contra del aborto. Para que se pare, para que Estados Unidos pare el sacrificio de sangre inocente y de niños inocentes que ya está peor que el holocausto de los judíos. Pero ¿sabe qué? Eso es algo que lo tengo muy abajo porque mi llamado es predicar el evangelio. Ese es mi llamado y en eso debo de estar ocupado. Todo lo demás es algo, algo que queda en el periférico. Es importante, sí es importante, porque niños están siendo muertos inocentemente por gente malvada que prefiere darle derechos a gente matona. En lugar de darle la pena de muerte, le dan la pena de muerte a un niño inocente que no tomó que nada que ver con relaciones sexuales dentro de sus padres. A ellos sí les damos la pena de muerte, pero a los matones dentro de las cárceles, a ellos no, a ellos sí les extendemos la mano de misericordia y eso está mal. Pero ¿sabe qué? Mi deber no es andar predicando acerca del aborto, porque ¿sabe qué? Mi deber y nuestro deber es orar por nuestros gobernantes y predicar el evangelio. Eso sí nos llamó Dios. Todo lo demás es secundario y ni secundario. Ya queda en una etapa ya muy baja y es importante para mí, sí lo es. Y yo quiero afectar a mi generación con eso. Así como fue un pecado la esclavitud en este país, es un pecado el aborto en este país igualmente. Porque también esta nación nos da el derecho a la vida, a la felicidad por este gobierno. Pero, ¿hasta cuándo llega un cristiano? Primero necesitamos orar por nuestros gobernantes, antes de tratar de efectuar un cambio en la sociedad. Eso es lo que Dios sí nos pide hacer. Cuando hagamos eso, entonces sí. Pero si mantenemos más tiempo involucrados en asuntos que no nos pertenecen, aunque son importantes, y no oramos por ellos, estamos haciendo las cosas antibíblicas. Oremos, Padre te damos gracias Señor por Tu Palabra. Ayúdanos Señor a afectar a nuestras comunidades, a nuestra sociedad, viviendo vidas piadosas, haciendo el bien, orando por nuestros gobernantes, sometiéndonos y ayúdanos Señor a ser sabios cuando pintamos la raya. Ayúdanos Señor a pelear, a escoger bien nuestras batallas. Cuando digo que no y cuando digo eso es algo que no es tan importante o cuando sí me paro firme diciendo esto no voy a hacer porque va en contra de lo que tú me pides o está en contra de lo que tú me pides hacer. Señor ayúdanos a tener la sabiduría de Salomón para saber cuándo sí hacemos las cosas y cuándo no. Ayúdanos a ser los mejores ciudadanos Tú nos pides que seamos los mejores ciudadanos. Queremos serlos, no tanto por honrar al Rey, sino por honrarte a Ti a través de honrar al Rey. En nombre de Jesús pido, Señor, que Tú bendigas ese tiempo y la exposición de Tu palabra. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.
Ministros de Dios—según Romanos
Serie El Evangelio según Romanos
ID kazania | 4112221606449 |
Czas trwania | 1:03:21 |
Data | |
Kategoria | Niedzielne nabożeństwo |
Tekst biblijny | Rzymianie 13:4-5 |
Język | hiszpański |
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