00:00
00:00
00:01
Transkrypcja
1/0
Los niños los trajeron, ¿no? Andan solteros hoy ustedes dos. Gloria a Dios. Y servir a Dios trae muchas dificultades en el camino. No nos garantiza estar libre de dificultades, pero sí nos garantiza siempre el amor del Señor, la bondad del Señor. Siempre, Dios siempre es fiel. y debemos confiar en él y en su palabra. Vamos a leer al libro de Colosenses en el capítulo 3. Hoy estamos en el verso 21 donde el apóstol Pablo ahora se dirige a los padres, a los padres de familia. Y lo que Pablo ha estado haciendo es llevando a la iglesia de Colosenses a través de su relación con Dios, estableciendo lo que significa la relación con Dios. Y de allí se ha movido a enseñar a los miembros de la familia en particular qué espera Dios de cada uno, de cada miembro. Entonces, ya lo sabemos, las hermanas, ¿qué espera Dios de ustedes, las hermanas casadas? someterse a sus maridos y hacerlo de una manera alegre, con gozo, no quejándose, no cuestionando, sino con alegría, porque eso agrada al Señor. Los esposos, ¿cuál es la parte de los esposos? Amar a nuestras esposas, como Cristo amó a su iglesia. ¿Y no qué? No serás, pero cierto, no ser refunfuniones, no ser amargados con ellas. cuidar el corazón de no hacer eso, porque los hombres tendemos a hacer eso con facilidad. ¿Y los hijos? ¿Cuáles? Dejemos que los niños contesten. ¿Cuál es la parte de los hijos? No, los niños. Esperemos que los niños contesten. Los hijos, hijos, sí. Teenagers, pequeños. Obedecer, ¿cierto? Obedecer a los padres en todo. y honrarlos, porque eso es agradable delante del Señor. Los niños que van a ir con mi esposa a la clase, ya ella está lista. Si van a ir con Verónica, ella está lista. Jaime también. Bueno, Jaime también está listo. Sí, no puede haber un solo líder con un solo niño. Tiene que haber más niños o alguien ayudando. Ok, está bien. Entremos al mensaje, ¿les parece? El título es Padres, no desanimen a sus hijos. Ahora, el enfoque es con los papás. Padres, no desanimen a sus hijos. Entonces, la familia es esencial en la sociedad, en el plan de Dios. La iglesia está formada por familias y Dios está instruyendo, en este caso, a los padres para que no exasperen a sus hijos, para que no desalienten a sus hijos. Entonces nos vamos a enfocar en eso. El texto es el verso 21 de Colosenses 3. Dice, padres no exasperen a sus hijos para que no se desalienten. Miren, en el tiempo en que Pablo escribió esta carta, en el siglo I, en el imperio romano había una ley que establecía una potestad para el padre de familia, el papá. Esa potestad le daba plena libertad para que él decidiera qué hacer con cada miembro de su casa, de su familia. Es decir, este padre era común en ese entonces que algunos pusieran a sus hijos a trabajar con cadenas, los trataban como esclavos, y estaba bien, él era el papá. Otros los vendían como esclavos, otros se deshacían de ellos de ciertas maneras, disponían de sus esposas, Hay un soldado que le escribe a su esposa desde la guerra en Roma y le dice, mira, te voy a mandar cuando me paguen como soldado, tal vez no voy a llegar en tal tiempo, pero cuando nazca el bebé, si es que es un hombre, entonces lo aceptas. ¿Por qué dijo él eso allí? Es una carta, es una porción histórica que hay. Porque los niños cuando nacían, los bebés, se los traían a los pies del papá. Y si el papá se agachaba y recogía a ese bebé, era tomado en esa familia. Pero si el papá se volteaba y no tomaba a ese bebé, entonces ese bebé se deshacían de él. Esa era la potestad que el hombre tenía en Roma. Entonces, cuando Pablo está escribiendo esto y le dice a los padres en la iglesia, no exasperen a sus hijos, es algo súper controversial. Es en contra de lo cultural lo que está sucediendo allí. Es en contra de lo cultural. ¡Qué atroz lo que podían hacer los papás en ese entonces! ¡Qué atroz! ¡Qué atrocidad! Pero pienso hoy en día. Hay una ley que permite que la mujer mate a sus hijos si ella decide que no quiere que ese bebé nazca. Hay leyes que protegen hacer esa barbaridad, esa atrocidad, ese homicidio, ese crimen. Y aún hay candidatos que promueven eso y lo anuncian. Y aún hay creyentes que votan en base a eso. ¡Qué atroz! ¡Qué horrible! Pensamos que en el siglo primero eran unos bárbaros. Que era atroz lo que sucedía. No estamos muy lejos. El pecado es igual. No importa la temporada, no importa la cultura, es lo mismo. Cambia de nombres. Y se le llama ahora Reproductive Health Services, algo así. Servicios de la salud de la reproducción para la mujer. Es un homicidio. Entonces yo creo que el texto aplica mucho para nosotros también el día de hoy. Porque si esta sociedad aprueba que se mate a un bebé que no ha nacido, si esto hace de esta sociedad, ¿qué le espera a un hijo? ¿Qué garantía hay de que un hijo tenga la protección y el amor de sus padres cuando hay padres que pueden matar a sus bebés? ¿Qué garantía hay? Es algo selectivo, aparentemente. Es horrible. Es horrible. Pero regresemonos al siglo I. Cuando Pablo dice, padres no exasperen a sus hijos para que no se desalienten. Muy controversial. Contrario a lo que los hombres habían conocido y lo que la sociedad aceptaba como norma. Por eso es que es un mandamiento, no exasperen a sus hijos. Era necesario parar de hacerlo y esto pone el valor de la vida de los hijos en un lugar altísimo delante del Señor, cuando le da esa orden a los padres. Otra cosa que hacían en ese entonces, si hay una carta en un documento histórico donde dice que matamos a una vaca, le clavamos el cuchillo a un cordero, y está hablando de cosas que está haciendo alguien, narrando, y dentro de eso dice, y a los hijos que nacieron deformes, a esos los ahogamos. Hoy en día, ¿qué dicen los médicos? Tu hijo viene deforme, abórtalo. ¿Es diferente? ¿Hay alguna diferencia? No hay ninguna diferencia. Necesitamos la instrucción de la palabra de Dios para poder vivir dentro del propósito de Dios, con el valor que Dios le da a la vida de las personas y a la solidez dentro de las familias. Entonces es necesario no exasperar a nuestros hijos para que no se desanimen. Pero quiero tomar de varias escrituras. Me voy a expandir no solamente en este texto. Porque estaba pensando en qué es lo que Dios espera de los padres de familia. Qué es lo que Él espera del que tiene hijos. Si el primer punto es padres, instruyan a sus hijos. Perdón que hoy no hubo copias. Mi printer no tiene tinta y... ¿O ya las hicieron? ¿A quién la hizo? ¿Quién trajo la copia? ¿Alguien imprimió en su casa? Jorge, gracias. Ya esta semana le pongo tinta a mi printer para que no esté preocupado. Gracias, muchas gracias por haber hecho eso. Entonces, padres instruyan a sus hijos, es el primer punto. A los padres Dios les ha encargado la formación de sus hijos. Y Dios respalda 100% a los padres. Mire, voy a repetirlo otra vez. Dios respalda 100% a los padres. La formación de los hijos no está en una babysitter. La formación de los hijos no está en las escuelas. No hay ninguna institución que pueda reemplazar el trabajo de los papás. No existe tal cosa. Y no está en el plan de Dios tampoco. y menos la televisión o el teléfono celular o lo que se hace hoy en día, la puerta tan grande que se ha abierto. Es los padres los que tienen esa tarea que hacer. La sociedad quiere quitarle ese privilegio a los papás. Es más, creo que hay una candidata, parece que estoy hablando de política, pero es que cuando oigo lo que pasa con la familia, donde quieren extender, creo que tres horas más, el tiempo en las escuelas. Se pasa a eso. Porque en California, California dice nuestros niños, el Estado dice eso. Esa es la filosofía que está atrás de las leyes que se hacen en este Estado en relación con nuestros hijos. Esa es la filosofía que está. Pero Dios respalda 100% a los papás. Pero miren, cuando se quiebra el modelo que Dios nos da de que el esposo sea el que provea, que la esposa sea la que se quede en la casa, cuando se quiebra ese modelo, esa quebradura deja una apertura donde entran otras cosas a reemplazar el orden de Dios. Y eso hace más difícil, eso agrava la situación, lo hace mucho más difícil. Entonces, la pareja, el matrimonio debe luchar por lo que Dios dice, buscar eso. Buscar eso, esforzarse por buscar eso, limitarse en lo que se pueda limitar para tomar este privilegio que Dios les da. Los hijos los da Dios. Pero ¿de quién son los hijos? De Dios. Son de Él. Él les da la vida. Dios tiene un propósito con ellos. Son de Dios. Los padres los tenemos por un tiempo, pero le pertenecen es al Señor. Hay un texto paralelo en Efesios 6, 4, donde Pablo habla también acerca de la crianza de los hijos, pero da un poquito más de detalle. Quiero que vayamos allí en Efesios 6, 4. Está como dos páginas atrás de donde usted está, si estaba en Colosenses. Dice, y ustedes, padres, no provoquen a ir a sus hijos. Colosenses dice, no los exasperen. Aquí dice, no los provoquen a ir a, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor. Voy a mirarlo en un orden diferente. Quiero empezar con la disciplina y la instrucción del Señor. Quiero que empecemos por allí. El punto que estamos viendo es instruir a los hijos. Aquí dice, críenlos en la disciplina e instrucción del Señor. Pero Pablo dice que esta disciplina e instrucción del Señor, dos cosas que van de la mano. Y la disciplina son reglas que se ponen, que se establecen, o un orden que se establece para la formación de los hijos, estableciendo estas reglas, estos parámetros para protegerlos. Mira, un hogar donde no hay reglas, donde a un niño, un hijo, una hija se le permite hacer como quiera, esos hijos se sienten muy inseguros. muy seguros, porque no sienten protección, no sienten esa protección. Hay un efecto en la manera como ellos se sienten, que los expone y los pone en riesgo. Entonces, la disciplina es necesaria porque pone un parámetro, un marco, donde todos se pueden mover dentro de ese marco, de una manera que glorifique al Señor, y la intención es protegerlos. Y dentro de esa disciplina se celebra el buen comportamiento, pero se castiga el mal comportamiento. Hay consecuencias cuando se quiebran esas reglas. Entonces, estas reglas, para ponerlas, hay que ser bien específicos, bien definidos, ¿qué dice Dios? para criar a los hijos. ¿Cómo se parece a lo que dice Dios? ¿Cómo tiene que ver con lo que dice Dios? Y en base a eso se ponen esas reglas. Es decir, el fundamento viene de las Escrituras. Tiene que venir de las Escrituras. Y esas reglas que vienen de la Biblia determinan el camino a seguir, la forma en que se debe formar o encaminar, la dirección que se debe conducir. Los hijos, miren, Deuteronomio 29, 29, estamos viendo la formación, formación y disciplina, lo estoy viendo casi juntos. Deuteronomio 29, 29, dice las cosas que son secretas, le pertenecen al Señor. Pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley. Si se fijan, parenting o ser padres está definido aquí. ¿Cuál es la tarea de los padres? Instruir a sus hijos en la palabra del Señor. Lo que es secreto le pertenece al Señor. Su soberanía, cosas del que no podemos entender. Pero lo revelado es de nosotros y para nuestros hijos. Y miren lo que dice Deuteronomio 6, del 5 al 9, donde da detalles de cómo hacer esto, que dicen Deuteronomio 29, 29. Deuteronomio 6, del 5 al 9. Dice, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón. Este es el mandamiento para los judíos en general. Pero mire como en el verso 7 asume que esto viene o indica que esto viene también para los hijos y dice, y diligentemente las enseñarás a tus hijos y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes y las atarás como una señal a tu mano y serán por insignia entre tus ojos y las escribirás en los postres de tu casa y en tus puertas. Entonces, a los padres se les ordena que amen a Dios con todo su corazón y que le enseñen a sus hijos lo que significa ese amor por Dios. Es decir, los padres toman sus decisiones basadas en su amor por Dios y eso se va a notar en la manera como tratan a sus hijos. Entonces ese amor es definido al principio para establecer cómo van a instruir a sus hijos. Y la manera como indica es un estilo de vida, es decir, abarca todo lo que tiene que ver con la persona, completamente la abarca, no hay distinción. Y el medio para llevarlo es en la enseñanza de la palabra de Dios. Verso 7 dice, de manera diligente deben enseñar a sus hijos. Las enseñarás, las hablarás, las atarás, las escribirás. abarca un esfuerzo diligente de parte de los padres, no como algo casual, no como algo que sucede de vez en cuando. En la plática normal, en la conversación normal, en un hogar cristiano, la conversación normal es la palabra de Dios. Esa es la conversación normal. La conversación normal es antes de comenzar a comer, tomar una pausa y darle gracias a Dios. ¿Por qué? Porque el aprovisto, eso le enseña a los hijos. Yo me acuerdo, uno de mis hijos me preguntó una vez, papá, cuando damos gracias a Dios, se repite siempre la misma oración y me puso a pensar. Y dije, estoy repitiendo y él notó que estoy repitiendo. Y me puso a pensar, ¿por qué le doy gracias al Señor? ¿Cómo le voy a dar gracias al Señor? Empecé a ser más consciente de cómo hacía eso porque los hijos se fijan en cada detalle que los papás están haciendo. Ellos se dan cuenta. A veces con mi esposa estamos hablando, nuestro hijo menor está al otro lado porque está estudiando en su computadora, y empieza a participar de nuestra conversación. Y decimos, ¿está escuchando todo lo que estamos diciendo? Pensamos que estaba hasta allá. Los hijos notan. Ellos se dan cuenta. Ellos están observando, están viendo. Entonces, ¿qué enseñan los padres? La palabra. ¿Cómo enseñan los padres la palabra? Viviéndola. Porque se deriva del amor a Dios. La viven y en su vida, en su caminar, en su sentarse, en su levantarse, en su irse a dormir, en su levantarse en la mañana, La palabra está en ellos, la hablan diligentemente, enseñan, hablan. Algo bueno de hacer. Consejo nada más, hay cosas que han trabajado para mí, seguro que hay cosas que trabajan para usted que yo no sé. Cada hogar es único. Pero algo bueno es, y trato de practicarlo, que se puede practicar es decir lo que usted conoce de la escritura, como si fuera una conversación. No necesariamente como tiene que haber cierta postura, yo antes pensaba así muchas veces, cierta posición, cierta hora y solo ahí se puede hablar la palabra. No, el texto dice que siempre se habla. Entonces en medio de una conversación decir, ¿sabes qué? El Señor es mi pastor y nada me faltará. ¿Y si sabes que en lugares dedicados a los pastos me hará descansar? Y si sabías que junto a corriente de agua él me hará descansar, él me hará, me pastoreará, creo que me escriben las palabras ahí. Es una conversación basada en la verdad de la palabra. Basada en la verdad de la palabra. Afirmar, Dios es bueno, ¿tú sabes que Dios es bien bueno? Afirmarlo en las conversaciones, traerlo como algo natural. En lugar de dejarlo como algo religioso. Porque eso puede traer un riesgo. Ese problema que los judíos cayeron, para ellos fue religioso y hay personas que... Bueno, todos caemos en ese riesgo y tenemos que tener cuidado. Y hay que atar esas palabras en el corazón, hay que llevarlas en el corazón. Entonces, ¿cuándo se instruye a los hijos? Cuando te sientas, cuando andas, cuando te acuestas y cuando te levantas. Allí está la instrucción de los hijos. Una persona puede cometer el error de pensar, llevo a mi hijo a la iglesia y allá me lo arreglan. Ya le enseñaron lo que debe saber de la palabra. Gloria a Dios por lo que les enseñan, seguro que queda sembrado. Pero los padres, los padres son los principales instructores de sus hijos y a quienes Dios primeramente respalda. ¿Cuánto de la palabra debe dárseles de instrucción a los hijos? ¿En qué cantidad? sobreabundante, nunca para, ¿por qué? Porque el creyente de quien habla, de Cristo. El creyente de quien canta, de Cristo. El creyente a quien acude cuando está en problemas, a Cristo, al Señor, a los pies del Señor. Cuando el creyente anuncia algo, ¿qué es lo que anuncia? A Cristo. Cuando el creyente conoce a una persona que no conocía antes, ¿cuál es lo que está en su mente y en su corazón lograr hacer con esa persona? Darle el Evangelio, Cristo. Sobreabundantemente. Porque es la vida del creyente, pero tiene que tener esa vida. Esto no es algo automático. Esto no es como las personas que mandan a sus hijos a la escuela cristiana, pero ellos son bien mundanos y esperan que allá se los corrijan. No, no es así. Es un estilo de vida y solo así se puede pasar. Mire, recuerdo esto hace años, un primito mío en Colombia. Yo viví 10 años con unos familiares, casi fui adoptado por ellos por 10 años. Pero yo lo llevaba él a veces a su escuela, estaba pequeñito, era antes de Head Start. Estaba bien chiquito porque su mamá trabajaba. Y una vez estábamos esperando el autobús allá en Colombia. Y yo no sé si usted lo ha hecho en México o donde usted es, pero uno se recuesta en la pared y pone la pierna aquí y está ahí esperando, ¿cierto? Está esperando que venga el bus. Y cuando volteaba en el chiquillo, tenía como un año y medio, estaba tratando de que su piecito se le quedara en la pared, copiando lo que yo estaba haciendo. Entonces, lo que los padres hacen, los hijos los van a ver. Van a querer copiar eso. lo van a querer. Es natural. Dios así lo diseñó. Entonces, ¿cómo se conduce la vida del creyente? Debe quedar establecido allí. Vamos a mirar después la elección de los hijos. Pero Dios dice que así se hace. Así se hace, hay que creerle al Señor. Y la disciplina y la instrucción van de la mano. Entonces miremos un poquito la disciplina, la corrección. Es el tema menos favorito de los hijos, pero es el que tenemos que cubrir ahora. Punto dos. Padres, usen la vara de la corrección. Yo recuerdo que mi hermano en Colombia, él era pastor, y le dijo a la iglesia, hermanos, no pueden tener hijos malcriados. Y fue, hizo varas, cortó ramas de árboles, hizo las varas, las pulió, las preparó bien y las puso allí y le dijo, hermanos, allí hay varas, llévenlas, úsenlas. Los menos contentos eran los niños, pero los padres que creyeron la llevaron y el testimonio fue de que sí funciona. Sí funciona. Miren, la Biblia dice que use la vara de la corrección. El creyente, ¿por qué va a cuestionar algo que el Espíritu Santo inspiró? La psicología no hace. La psicología y el humanismo dicen, no, lo vas a transformar. ¿Cuántos chanclasos no le dieron a usted cuando estaba creciendo? Y aquí está. Es buen trabajador y es esforzado, ¿sí o no? A veces era una cuchara que tiraban de la cocina y tenían buena puntería esas mamás. Bueno, lo que el texto dice, En la vara. Y ahí es donde quiero llegar. Ahí es donde quiero llegar, porque Pablo dice, críenlos en la disciplina e instrucción del Señor. Parte de la disciplina tiene que ver con infringir dolor físico. Por eso dice en la vara. Cuando dice en la vara, en el libro de Proverbios, no está hablando de algo simbólico. No está espiritualizando algo, está hablando de una vara. Usted mira el texto y es una vara. En hebreo eso es lo que traduce, una vara. Entonces la disciplina corporal es un asunto de fe. ¿Por qué? Porque cuando el hijo se está portando mal, está desobedeciendo, está deshonrando, debe sentir dolor de inmediato para que sepa que hay unas consecuencias si se porta mal. Eso protege su corazón. Eso protege su corazón porque le va a enseñar que necesita detenerse porque hay dolor allí. Y cuando pequeños es cuando eso se puede hacer. Mire, ¿por qué muchas personas a veces tratan de dejar el pecado en sus vidas y no son creyentes? Por el dolor que causa. Por las consecuencias que trae el pecado. Las personas reaccionan ante el dolor y quieren dejarlo pero no están arrepentidos. Es que les duele mucho y por ese lado no se quieren meter. Aquí hay otros que aunque les duela ahí siguen, pero el principio se aplica desde niños, con los niños. La psicología lo que ha hecho es esto, se centra en el hombre para complacer al hombre. El hombre es el centro o el niño es el centro, en este caso hablando de la crianza de los hijos. Él es el centro, se hace una idolatría donde se termina ofendiendo a Dios, se opone a la disciplina que Dios dice, no confronta el pecado, propone la auto-exaltación o autoestima, una alta autoestima. ¿Y qué ha producido eso? Ese experimento que ha producido una generación de mentirosos egoístas que van contra el matrimonio. Y es muy común la soltería hoy en día porque no se quieren casar. ¿De dónde viene eso? De haberse separado de lo que Dios dice. De haber huido de allí. Esa influencia está fuertísima. Fuertísima. Es un enemigo grande contra el matrimonio el día de hoy. Entonces, no aplicar la disciplina, como Dios dice, produce mucho daño. Mucho daño. Es un asunto de fe. Si Dios, mire, Dios disciplinó a Israel, ¿cierto? Cuando iban en el desierto. Dios los disciplinaba a ellos. Si Dios los disciplinó a ellos, ¿quiénes seríamos nosotros para decir, no, yo no voy a disciplinar a mis hijos? Ellos son super hijos. Son angelitos. Es que no los ha visto. Y nos gusta ver a nuestros hijos así, pues la realidad es que traen la maldad en su corazón. Entonces, es mejor creerle a Dios, obedecerlo a Él, porque si no, se puede escoger un camino que va a llevar a la muerte. Entonces, es necesario crearlos en la disciplina e instrucción del Señor. Mire, en Proverbios 22, 15. En Proverbios va a encontrar mucha sabiduría para la vida y está dedicado al capítulo uno hasta el capítulo nueve, está hablando del padre al hijo. Proverbios 22, 15. La necedad, ¿dónde está? Ligada al corazón del niño. Pero la vara de la disciplina lo alejará de ella. Ellos nacen siendo necios. ¿Qué significa necedad en la Biblia, en el Antiguo Testamento? Dice, el necio dice en su corazón, no hay Dios. Ellos no conocen a Dios. Ellos no nacen conociendo a Dios. No nacen con una naturaleza, ni un deseo de obedecer o de honrar. No pueden. Nacen en pecado. El Rey David dice en el Salmo 51, en pecado me concibió mi madre. Entonces, ¿qué es lo que ayuda a quitar esa necedad del corazón? La vara. La vara de la disciplina dice vara, porque está hablando de infligir dolor físico. Ahora, cuando hablamos de esto, no estamos hablando de abuso, no estamos hablando de eso, porque hay condiciones. Cuando usted mira el texto, el texto le dice, dice la vara de la disciplina la dejará de ella, entonces recibe una instrucción y la vara viene a ser un ayudante en la instrucción de los hijos. La vara sola no va a corregir a los hijos. La vara como un ayudante en la instrucción de los hijos es muy efectiva. Esa es la parte que hay que considerar. Es muy, muy efectiva. Y dice, la vara de la disciplina. Miremos un poquito acerca de la disciplina para que miren lo bueno que es la disciplina. Hebreos 12, 5 al 10. Hebreos doce, en el Nuevo Testamento. Versos cinco al diez. Dice así, además, han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige. Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor. Ni te desanimes al ser reprendido por él. Porque el Señor al que ama disciplina y azota a todo el que recibe por hijo. Está hablando de amor. El señor al que ama, disciplina. Es para su corrección que sufren. Verso 7, Dios los trata como a hijos, porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Dice el escritor de Obregón. ¿Cómo puede haber un hijo sin que sea disciplinado por sus padres? Pues no tiene papá, si no está diciendo disciplinado. Verso 8, pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos. Creo que Reina Valera debe decir bastardos. y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos y los respetábamos. ¿Con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus y viviremos? Verso 10. Porque ellos nos disciplinaban por pocos días, como les parecía, pero hoy nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Hay varios detalles que él está dando aquí que tienen que ver con la disciplina. Dice que el que ama ejerce disciplina. El que ama ejerce disciplina. ¿Qué padre no disciplina a su hijo? El hijo sin disciplina es ilegítimo. Verso 10 dice, nos disciplinaban por pocos días como les parecía. Aquí hay un detalle importante en la disciplina, porque yo creo que se está refiriendo a la disciplina física, porque habla del azote de Dios. Dice que Dios al que ama lo azota. Dice, por pocos días como les parecía. Entonces, cuando dice como les parecía, cada padre de familia, cada papá y cada mamá, es su discreción, decidir cómo va a aplicar esa disciplina. ¿Por qué digo esto? Si usted en su hogar tiene un orden y funciona para usted, no imponga eso sobre otra familia. No diga, oh, es que yo hice así, entonces tú tienes que hacer así. No haga eso. No haga eso. El texto dice que nos disciplinaban como mejor les parecía. No está hablando de un capricho. Yo creo que está hablando de la identidad que cada hogar tiene aquí. Cada familia tiene una identidad única. Usted hace cosas en su familia que otra familia no lo hace y está bien. Esa es su identidad. Son diferentes cada hogar. Cada hogar es diferente. Lo único que permanece igual es el propósito. El propósito de la disciplina es corregir para que Dios sea entonces honrado. Ese propósito es igual. Pero la manera como se hace en cada hogar es única. Es decir, hay hijos que crecieron con un chanclazo. Otros crecieron con un cucharazo. Otros con un varazo. Cada hogar ha sido diferente. Y como ha funcionado, ahora hay características para ejercer eso. Entonces, discreción de los padres como disciplina a sus hijos. Dice que por pocos días, ¿qué indica esto? Es limitado. Son pocos días. Son pocos días. Cuando menos piensa, ya crecieron. Ya crecieron. Ya se fue ese tiempo. Y viene una retrospección de pensar, ¿qué hice? ¿Qué no hice? ¿Cómo lo hice? Entonces ahora, si están pequeños, piense, ¿qué es lo mejor que puedo hacer con diligencia para instruir bien a mis hijos y mostrarles amor con la disciplina? Poniendo orden en la vida de ellos, instruyéndolos. ¿Qué es lo primero que usted le enseña a sus hijos? Obediencia. La palabra habla de eso. Obediencia es lo primerito que usted debe enseñarle a sus hijos. y disciplinarlos en orden, y es algo limitado por pocos días. ¿Por qué dice por pocos días? Porque, miren, no tiene caso golpear a un adulto. No tiene caso. A menos que sea un sistema de prisiones en un país donde todavía lo hacen así. Pero no tiene caso. Aunque Perón dice que los azotes son para necio en su espalda. Por su necedad. Pero la corrección de los hijos tiene un límite en cuanto a lo físico. ¿Por qué? Dice, por pocos días, porque usted debe trabajar o el padre o la madre debe trabajar con sus hijos. ¿Para qué? No para que dependa del azote, sino para que por medio del azote haya aprendido a no hacer ciertas cosas y escoja hacer las que son honrosas delante de Dios. Entonces, el propósito en la crianza de los hijos es llevarlos a ellos a que tomen sus propias decisiones. ¿Por qué? Cuando usted lo está disciplinando, está haciendo que le obedezcan a usted. Pero ese no es el propósito. Si eso es indefinido, entonces no se está cumpliendo el propósito de Dios. El propósito es que ellos obedezcan a quién? A Dios. Apuntarlo siempre a Dios. Que su elección sea obedecer al Señor. No sé. No sé. Eso debe formarse en ese proceso, por eso dice pocos días. Entonces esa discreción de los padres, usted define cuál es esa edad, eso depende de los hijos. Y la disciplina corporal va de acuerdo con la ofensa y en conformidad con la edad del hijo. Los hijos deben saber por qué están siendo disciplinados. Deben saber por qué. Entonces la disciplina es para bien. Verso 10 allí dice, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos en su santidad. Entonces el propósito es corregir para lograr un bien. Corregir para lograr un bien. Entonces la disciplina no se puede hacer con enojo, no se puede hacer como medio de venganza, no se puede hacer para demostrar superioridad sobre ellos, No dice el texto en Génesis cuando dice que Dios hizo al hombre a la mujer y le dijo, multiplíquense, procréense, llenen la tierra. Y dijo, dominen. Todo lo que está en la tierra, nunca le dijo dominen a sus hijos. Dios no dijo eso. Dios no le dio a los padres dominio sobre sus hijos. Los padres les sirven a los hijos toda la vida formándolos para que conozcan quién es el Señor. Pero Dios no le dio dominio sobre sus hijos. Le dio autoridad. Le dio autoridad. Dios le dio al hombre dominio sobre la creación. Entonces es muy claro allí, hay que instruir a los hijos, hay que usar la vara en la corrección. Es una gran ayuda la vara en los primeros años. Yo personalmente corté una rama del patio, de un árbol del patio de mi casa. Y la pulí bien, le quité todos los nudos y todo eso, la pulí, y le enseñé a mis hijos, mira, aquí está la vara de la corrección. Si tú tocas esa vara, es porque te voy a pegar con ella. Así que ni te atrevas a jugar con esto. No puedes jugar con eso. Ya sabes dónde está. Y cuando se aplicaba la disciplina, algo que la palabra indica, cuando dice instruyelos, disciplinalos, es enseñarles. Entonces, los padres deben hablar con sus hijos y decirles, mostrarles el problema. Ahorita lo vamos a ver más en detalle. Enseñarles cuál es la falta. Dialogar con ellos. Si es un niño muy chiquito, no. Con un niño chiquito, dele y ya. No se va a morir por llorar. Pero cuando ya van creciendo, usted necesita dialogar con ellos. Necesita explicarles qué está pasando. y después lo pueden mandar y decirle, mira, ve, tú sabes dónde está la vara y tú mismo la vas a traer. Entonces no se ve como una amenaza de parte de los padres, eso pudiera ayudar, eso pudiera ayudar. Usted mire cómo funciona en su casa y la motivación al corregirlos debe ser porque usted los ama, no porque, ay, estos chiquillos ya me sacaron la... ¿Piedra, dicen en Colombia, o ya me hicieron enojar? No. Es porque los ama, los quieres corregir, y es una oportunidad. Cuando sus hijos se portan mal, mírelo como una oportunidad para enseñarles. Lo es. Y hacerlo correctamente, y ahí está la vara que le puede ayudar. ¿Todas las veces se usa? No. Eso tiene que decidir cada papá. No es necesario usarla todo el tiempo. Tercero. Padres, reprendan a sus hijos. Proverbios 29 y 15. Voy a ir un poquito rápido porque tengo muchas escrituras que quiero compartir. Provemos 29 y 15. La vara, ¿se acuerdan el anterior? Provemos 22 y 15. La vara de la disciplina. Este dice la vara y la reprensión dan sabiduría. Entonces la vara y la reprensión van juntos. Entonces, El uso de la vara nunca es separado de una motivación justa y amorosa con la intención de guiar en santidad. Por eso la vara es puesta en este verso al lado de la reprensión. Ahora miremos entonces la reprensión. Ya vimos que dice la Biblia de la disciplina, es buena, viene de Dios, muestra amor, demuestra que es un padre, una madre que ama a sus hijos el que hace la disciplina y detalle de cómo hacerla. Ahora la reprensión, 2 Timoteo 3, 16. Muchos de ustedes se lo saben de memoria, algunos de ustedes se lo estuvieron memorizando esta semana, los que están tomando la clase en YouTube de Fundamentos de la Fe. Segunda de Timoteo 3, 16, toda la escritura, toda la palabra es inspirada por Dios y útil para enseñar, redarguir, corregir e instruir injusticia. Redarguir es lo mismo que reprensión. En la Biblia de las Américas, en la Nueva Biblia de las Américas, dice para reprender, para corregir, para instruir en justicia. Entonces, la vara de la corrección va al lado de la reprensión. Van juntas. Esa es la instrucción que da la Palabra. Entonces, ¿qué hace la Palabra? Ok, la reprensión viene de la Palabra. Si usted impone sus ideas, si el Padre impone las ideas, impone meramente sus tradiciones y eso es lo que está enforzando, va a causar un problema. Va a causar un problema porque no necesariamente va a tener el respaldo de Dios. Si usted está estableciendo la verdad de Dios, en base a la verdad de Dios, está usando la vara que le ayuda y trayendo la reprensión, Dios está soportando, ayudándole, viendo que eso se lleve a cabo. Dios es fiel a su palabra. Entonces, ¿qué hace la palabra? Es buena para enseñar. Entonces, usted le enseña, el padre le enseña a los hijos la verdad bíblica. Esto es lo que dice Dios. Esto dice Dios en la escritura y le muestra. Por ejemplo, si usted ve que el chiquillo a la chiquilla se está robando un juguete de su hermano o de su hermana. Usted dice, está robando. Tengo que enseñarle. Dale con la vara, ¿qué va a arreglar? Si no sabe, ¿qué pasó? Tiene que sentarse y enseñarle a ese niño. Y si no hay una corrección, entonces se ayuda con la vara. Pero si usted le enseña, niño, mira, la Biblia dice, no robarás. Dios dice que no. No puedes hacer eso. Y le va a dar las excusas que dan los hijos. Muchos otros no. Entonces usted trata, si es un hijo que da excusas, le dice, no me puede dar excusas, porque yo vi, tengo la evidencia, Dios dice que no. Y si es un niño que es compliant, pues tiene menos dificultad. Entonces, le enseña la verdad bíblica. Dice, para reprender, es la segunda cosa que hace la palabra. Entonces, confronta lo que no está de acuerdo con el estándar de la palabra y llama las cosas como Dios las llama. Si el chiquillo dice que yo lo quería prestado, no, Dios dice que eso es robar. Entonces, lo llama como Dios lo llama. le empieza a enseñar, esa es la reprensión. Para corregir, que es lo tercero, muestra la manera correcta de vivir. Entonces le dice, no es así, mira lo que dice Pablo I de Timoteo, el que robaba ya no robe más, sino que trabaje y aún ayude al que necesita. Entonces le enseña el principio bíblico. Y por último, cuarto, para instruir injusticia. Esta es la parte de la práctica bíblica. Entonces, si robó, la Biblia dice tienes que restituir ¿cuántas veces? Seis veces de lo que se robó o lo que dice en el Antiguo Testamento. Entonces usted trata, si usted quiere aplicar ese principio, o como principio no necesariamente seis veces, pero tiene que pagar lo que tomó. Entonces usted le ayuda, ok. Tienes que trabajar en la práctica, esto es lo que vas a hacer y esto es como lo vas a reponer. ¿Sí? Depende de la edad. Todo eso depende de la edad. Entonces, la vara y la reprensión van de la mano. Cuando se usa la vara, debe ir acompañada del esfuerzo por instruir bíblicamente. Tienen que ir juntos. Esto toma tiempo. Esto toma tiempo. Es un error. Mire, si usted tiene varios hijos, usted va a notar que son diferentes. Hay unos que son más traviesos, en todo el tiempo se meten en problemas más. Es un error pensar que la vara va a corregir ese corazoncito. No sucede. Tiene que ir con la instrucción, y la instrucción toma tiempo. Porque hay que sentarse, mirarle a los ojos, hacer preguntas, tratar de entender con ese niño la situación. Entonces eso toma dedicación. Es lo que dice, lo que leímos al principio en Deuteronomio, cuando dice que diligentemente la enseñarás. Entonces cuando dice diligentemente la enseñarás, no es simplemente como que se dice así al aire y ya se tiene que hacer, es en la ocasión adecuada. En el momento adecuado allí viene la instrucción, la reprensión y la corrección con la ayuda de la barra si es necesario. ¿Qué puede hacer usted en esta situación? Usted puede enseñar compasión, amor, bondad, mansedumbre, humildad, justicia, puede enseñar tantas cosas. Hay situaciones donde usted puede estar, el padre puede estar con alguna situación que su hijo cometió, si le ha enseñado bien, le puede preguntar, ¿qué fue lo que hiciste? Tal cosa. ¿Qué dice Dios acerca de siempre diríjalo a Dios? ¿Qué dice Dios acerca de esto? Dios dice esto en la palabra, que no está bien. Entonces, ¿qué pasa si tú has roto el principio de Dios? me merezco un castigo. Ya debe de saber, usted instruye a sus niños para que ellos sepan y entiendan el proceso. Entonces, no es usted peleándose contra sus hijos, es usted con sus hijos obedeciendo a Dios. Y si así es, y el niño concluye, la niña concluye, entonces merezco ser castigado. Debe llegar a ese punto donde acepte que merece el castigo. Y una vez que lo hace, usted le dice, ve, trae la vara. Porque te mereces ese tipo de castigo. Y lo ejecuta. Lo ejecuta con amor. Tiene que dolerle, pero lo hace con amor. porque el amor es sufrido. No estoy diciendo abusar, pero estoy hablando de ser fiel a lo que ha establecido con la intención de instruir bien a sus hijos. Y hay situaciones donde usted puede llevar a su hijo, si usted hace ese diálogo, usted lo establece, y su hijo entiende el orden de la disciplina, usted puede mostrar compasión, también enseñarle. Trae la vara, la trae, Volteate. Usted le instruye, no metas las manos. Si metes las manos, te puedo lastimar un dedo. No hagas eso. Si empiezas a gritar antes de que te pegue, te voy a dar dos más, así que no grites. Usted le indica a su hijo. Usted le enseña qué hacer. Usted le está instruyendo en todo el proceso. Su hijo no le instruye a usted. Usted instruye a su hijo. Y hay ocasiones donde le puede decir, ¿sabes qué? Sí, los dos estamos de acuerdo que tú mereces el castigo, ¿cierto? Sí. Ok, no te lo voy a dar hoy. Quiero mostrarte compasión. Vamos a guardar la vara. Hoy no te lo voy a dar. Quiero mostrarte lo que es la compasión. Usted le enseña lo que es la compasión. ¿Qué es la compasión? Que no le está dando lo que merece, sino lo que no merece. Pero es que ya entendió el problema, entonces lo puede hacer. Si no entiende, Usted trata de razonar. Si tiene la edad para razonar y no entiende, usted tiene que usar la vara. Es su gran ayuda allí. No la puede soltar. O lo que usted necesite usar para corregir la situación. Que sea razonable, ¿sí? Acuérdese. Usted es la persona que está viendo por sus hijos. Usted entiende. Nadie desde afuera le puede decir, mira, así, así, así. Pongo algunos ejemplos, pero eso es usted. Dios le va a dar la sabiduría y el entendimiento a usted. Confía en Dios. Crea en Dios. Crea lo que Dios dice. Y no haga de la corrección un campo de batalla. No es correcto. No es correcto. Usted puede hacer de la corrección algo de que es un tiempo de instrucción motivado por el amor, pero eso demanda dedicación y diligencia de su parte. Demanda eso. Mucho tiempo. Mucho tiempo. Y la meta al corregir a los hijos es que ellos lleguen a obedecer al Señor. Cuarto, este es el principal que vimos en Colosenses, padres no exasperen a sus hijos. ¿Significa que el tratar con nuestros hijos no produzca ira en sus corazones? Creo que me adelanté en el punto tres al decir no haga de la disciplina un campo de batalla. No haga de la disciplina un asunto donde usted tiene que insultar, donde tiene que gritar, donde tiene que tirar cosas. No haga eso. Porque no está diseñado así, no es así. Ahí es donde se hace, eso ya es un abuso. Allí hay un abuso psicológico, un abuso emocional, hay un abuso físico, y Dios no aprueba eso. Tiene que hacerse bien. No debe producir ira ni corazón de los hijos. Mire, en griego la palabra que usa para el significado de provocarlos a ira es, eso es lo que significa cuando Pablo dice, no los provoquen a ira, no sea que se desalienten, es dejar de soplar el viento sobre las velas de un barco. El barco necesita que el viento sople para que se inflen las velas y se muevan. Provocar a los hijos a ira, irritarlos, al no dar una buena disciplina, quita esa fuerza, lo desalienta en su corazón y produce ira en ellos. ¿Qué otras cosas producen ira? No vivir una vida justa. Exaspera a los hijos porque ellos ven, ellos ven cómo viven los padres. Padres cristianos que viven como el diablo y los hijos ven eso. Y los provoca ira, porque hay hipocresía, no es consistente lo que dicen con lo que hacen. Eso provoca a los hijos ira. ¿Cómo los va a instruir en la verdad, si no está viviendo la verdad? no enseñar obediencia incondicional desde muy corta edad, exaspera a los hijos, los provoca ira. Si desde pequeñitos nos están siendo enseñados a la obediencia, pero cuando usted enseña la obediencia, usted tiene que ser verídico, veraz, es decir, lo que usted dice, usted vela que suceda, porque otra manera de provocarlos a ira es cuando dice una cosa y al día siguiente está diciendo otra cosa y el pueblo chiquito dice, pues, ¿a cuál lado, dónde, aquí o qué pasó? ¿Cuándo me cambiaron las reglas y yo no supe? Y lo están castigando. Eso provoca ira. Eso confunde, provoca ira. Y la obediencia es indispensable, hermanos. Enseñar obediencia debe ser el primer paso que usted toma con sus hijos. Si no, lo va a exasperar. Mire, quiero mostrarles 1 Samuel 15, 22 al 23. Hay varios textos aquí que tengo, pero voy a leer solamente ese. Vamos a 1 Samuel 15. Está en los libros históricos de su Biblia. Primera de Samuel, 15, es la historia de Saúl, cuando Saúl peca contra el Señor. Y mira lo que dice Samuel, el profeta. Versos 22 y 23, y Samuel dijo, ¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? Aquí está indicando en la religiosidad, en la apariencia, o verdaderamente servir de corazón. Entiende, el obedecer es mejor que un sacrificio y el prestar atención que la grasa de los carneros. Porque la rebelión, mire, la obediencia a la rebelión, Él lo está poniendo juntos aquí. La rebelión es como el pecado de adivinación o de brujería. y la desobediencia como la iniquidad e idolatría miren lo horrible que es la desobediencia por cuanto tú has desechado la palabra del Señor y aquí está indicando que es la desobediencia es desechar la palabra del Señor por cuanto tú has desechado la palabra del Señor Él también te ha desechado para que no seas rey la mano de Dios está contra el desobediente dice Y lo pone al lado de la brujería, del pecado de adivinación. Y dice que es rebelión y es rechazar a Dios. Entonces, el primero que tiene que enseñar es obediencia en su casa. Sus hijos tienen que obedecerle a usted. Porque es la figura que ellos conocen. Todavía no entienden bien de Dios, pero a usted lo pueden ver y debe haber obediencia. Pero si usted no es una persona obediente a Dios, Es muy difícil que sus hijos le vayan a obedecer. Tiene que tener un buen ejemplo establecido, sólido, para poderle ayudar a sus hijos en eso. Y la vara le puede ayudar bastante allí. Le puede ayudar. Pero eso implica, acuérdese, diligencia, tiempo, esfuerzo. La vara sola no puede arreglar el corazón. No es la intención del texto. ¿Qué chaspera a los hijos también? Usar la vara con enojo. Mire, la Biblia dice que Dios está airado de continuo contra el impío. Salmo capítulo 7 dice eso. Pero nunca dice que Dios está airado con sus hijos. No dice eso. Entonces, la disciplina del Señor con sus hijos no es en ira, es en amor. La disciplina de los padres a los hijos no es una manifestación de ira y de enojo y de gritería e insultos y de humillación, no. Es en amor, se hace con amor. Colosenses 3, 8 dice, pero ahora desechen también todo esto, ira, enojo, malicia, insultos, lenguaje ofensivo de su boca. Sus hijos no deben experimentar eso de usted, de los padres. Si la corrección se hace y el propósito no es honrar a Dios, eso provoca ira a los hijos. ¿Por qué? Porque se hace con el propósito de satisfacer a los papás, en lugar de satisfacer a Dios, Él debe tomar el primer lugar. Otra cosa que provoca ira a los hijos, permitir que los hijos se quejen contra los padres. No solo es deshonroso, pero también exaspera a los hijos y termina desanimándolos. ¿Cómo? Imagínense un soldado que le dice al capitán, ¿y por qué voy a hacer lo que tú me dices? ¿Se pueden imaginar algo así? ¿Al calabozo? ¿Pan y agua un mes? Jaime, ¿tú fuiste soldado? ¿O fue tu cuñado? Y él cuenta... Él no le podía decir al capitán, eh, yo no voy a hacer eso, hoy no lo quiero hacer, ¿o por qué me lo vas a pedir? Al hoyo. En el trabajo también así es. En todos lugares. Y en la casa es donde comienza este orden. No se puede permitir que un hijo proteste. No se puede permitir porque deshonra a Dios. Causa problemas. Mira, Filipenses 2.14. Pablo, la semana pasada lo miramos de parte de la actitud de los hijos, pero ahora lo podemos mirar de parte de los padres con los hijos. Filipenses 2.14. Hagan todo sin contienda. ¿Cierto? Felipe C. 214 dice, hagan todas las cosas sin murmuración ni discusiones. Cuando los padres le piden a los hijos que hagan algo, y los hijos empiezan a refunfuñar, ¿saben qué es refunfuñar? ¿Cierto? ¿Cómo se dirá eso en mexicano? En colombiano decimos como quejarse, como resungar, gracias, resungar. Esa es la palabra. Tengo que corregir mi diccionario allí. Si los hijos comienzan a rezongar, cuando los padres le están pidiendo que hagan algo, están permitiendo que su hijo peque contra Dios. Acuérdese, la mujer se somete al esposo sin rezongar. Lo hace con alegría y gozo en su corazón. Los hijos van a ver eso. Si ella no lo hace, está provocando a ir a sus hijos. Y si a los hijos se les permite rezongar, cuando se les pide que hagan algo, están pecando. Un hijo debe obedecer sin rezongar, sin protestar, sin cuestionar. ¿Y cómo se logra eso? Si lo que usted como padre les pide es razonable, es entendible y tiene un sentido. A menos que esté muy chiquito, no tiene que darle ninguna explicación a un chiquito. Pero a medida que van creciendo, se van aumentando las explicaciones. Otra cosa que provoca, comparar a un hijo con otro hijo. Eso muestra preferencia con unos hijos y exaspera. Mira lo que dice Salmo 139, del 13 al 16, o escúchenme porque necesito ir rápido, dice así. Porque tú formaste mis entrañas, me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho. Maravillosas son tus obras y mi alma lo sabe muy bien. No estaba oculto de ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado y entretejido en las profundidades de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni aún uno solo de ellos. Maravillosa esta descripción que está dando aquí. ¿Si saben lo que él está diciendo en esa porción del Salmo 139 donde habla de la omnisciencia de Dios? Tú me conoces de manera particular, de manera individual, soy diferente a todos los demás, soy único, tú me hiciste, tú me formaste, así. Entonces un padre no puede comparar a sus hijos con los demás, no puede hacer eso. Lo va a provocar a ira, va a causar resentimiento en sus corazones, no es justo. Y niega lo que dice esta porción de Salmos 139. Otra cosa que provoca a los hijos a ira, no pedir perdón. En nuestra cultura esto es muy común, que los padres nunca pidan perdón. Y algunos de nosotros hemos crecido en hogares donde nuestros padres jamás han pedido perdón. Ese es el pecado de ellos. Pero como creyentes no podemos reproducir ese pecado. ¿Y no nos vamos a pegar de allá o es que no? No. ¿Quién de nosotros ha hecho toda la disciplina exactamente como Dios espera? ¿Quién de nosotros ha hecho toda la instrucción exactamente, sin pasar por alto ni una sola palabra? ¿Quién de nosotros puede decir, yo sí lo he hecho? Todos nos hemos equivocado. Por hacer de más, tal vez el castigo fue de más. Por no castigar a tiempo. Por pasar por alto algo que no debería de pasarse. Todos nos equivocamos. Entonces, cerciórese que usted le pide perdón a sus hijos. No le pida perdón cuando le va a dar el pao pao. No cometa ese error. No le quite la esencia de la disciplina. No vaya a hacer eso. Pero sí pídale perdón cuando usted sabe que se equivocó. sea humilde en su corazón, muestre humildad delante de sus hijos. Ser un buen padre, una buena madre, no indica que jamás se pueda equivocar. Más bien les puede enseñar a ellos, yo también me equivoco, pero mira, Dios dice que esto es lo que hago cuando me equivoco, pido perdón. Entonces no lo chaspere, porque Dios no habla de reprimir, dominar o retener. habla de criar. Es decir, el propósito es formar a los hijos para que ellos se vayan, para que un día se vayan, no para que se queden. Formarlos para que se queden es un fracaso. Formarlos para que se vayan es el propósito de Dios. Que tomen sus propias decisiones, que formen su propio hogar, como Dios indica que se debe formar un hogar. Y quinto, porque si no cubre el quinto punto, entonces podemos caer en una carga injusta como padres. Y el quinto punto es, padres, ustedes no pueden salvar a sus hijos. No pueden salvar a sus hijos. Esa es una obra de Dios, exclusivamente de Dios, y Dios no comparte su gloria con nadie. Créame, usted no puede salvar a sus hijos. No estoy tratando de desanimarlos. Pero a veces como que hay un sentimiento dentro de la iglesia donde el cristiano puede llegar a pensar que hice esto, hice esto, hice esto, entonces Dios estás obligado a salvar a mis hijos porque yo hice lo que tú decías. No, no es así. No es así, créame que no es así. Yo no le estoy diciendo que no crean la salvación de Dios. Lo que le estoy implorando es confíe en la gracia, en la bondad, en la misericordia de Dios. Su esfuerzo no va a salvar a sus hijos. Dios es el que los puede salvar. Dios le ordena a usted que les enseñe a ir a Él. Pero el que los puede salvar es Dios. Es Él y solamente Él. Hay hogares. Hay hogares malditos. malvados, donde resultan hijos salvos. ¿Quién hizo eso? Fue Dios. Y hay hogares buenos donde salen hijos malditos. La obra es de Dios, al final la obra es de Dios. En vano trabajan los edificadores, si no es Jehová el que edifica la casa. Genesis 4-8 narra cómo Caín mató a su hermano Abel. ¿Qué influencia tuvo Caín para matar a su hermano? El crimen de lo más horrible que hay es que cae en la vida de otra persona. ¿Quién es el señor Caín, Néstor? Uno de los mejores padres que han existido en la historia de la humanidad, Adán y Eva. En el periodo donde había menos influencia de maldad que en toda la historia de la humanidad. ¿Qué pasó allí? Nació en pecado. Dios le dijo no peques, pero fue y pecó, mató a su hermano. No podemos decir que Adán le enseñó que matara a su hermano. Génesis 9.25 está la primera descripción de un padre maldiciendo a uno de sus hijos. Dice, maldito sea Canaán, siervo de siervos será para sus hermanos. ¿Fue no él un mal hombre? No, miren lo que dice Génesis 7.1. He visto que sólo tú eres justo delante de mí en esta generación de billones de personas. Sólo no era justo delante de Dios. Y maldijo a su hijo Canaán. porque vio su desnudez y parece que él se burló de su papá cuando indica que sus hermanos se voltearon de espaldas y llevaron la ropa para cubrir a su papá, se negaron a verlo, mientras que él no. Leímos hoy el Salmo 47. ¿Qué dice en la introducción del Salmo 47? Miren, el título grande que sale en el Salmo 47 Eso lo pusieron los traductores. Pero las palabras pequeñas que están antes del verso 1 son inspiradas por el Espíritu Santo. Y dice, para el director del coro, Salmo de los hijos de Coré. ¿Quién fue Coré? Un rebelde. Que se rebeló contra el liderazgo de Moisés y Dios lo mató a él. Y a los que estaban con él, se los tragó la tierra. Pero a los hijos no los mató. y aparecen en el Libro de los Salmos, los hijos de Corea. Aparecen por mucho tiempo. Me estoy yendo al otro lado. Malos padres, buenos hijos. Ahora, ¿cómo se soluciona esto? Mire Ezequiel 18-20. Ezequiel, si usted tiene tiempo, léalo. No sé cuánto tiempo llevo predicando. ¿Ustedes tienen prisa? No va a caber en el CD la predicación. Pero bueno, gracias Santiago. Ezequiel, en el capítulo 18. ¿Por qué considero esto tan importante? ¿Por qué he decidido cerrar el mensaje con esta parte? Usted haga el trabajo que tiene que hacer con sus hijos. Esfuércese, obedézcale a Dios, gánese el corazón de sus hijos, llegue a ellos, ámelos, sea paciente, compasivo, sea serio, sea firme, sea justo, sea amoroso. Pero siempre sepa que el que los va a salvar es Dios, no usted. Usted no tiene ninguna gloria en la salvación de sus hijos. Le pertenece a Dios. Entonces usted hace todo lo que Dios le dice con fe, con confianza en Él. Nunca se aparte, ni nunca deje de pensar que pueden ser salvos. No lo haga. No abandone jamás ese pensamiento, ni esa postura. No se trata de dejar eso a un lado. Se trata de aferrarse más y confiar en que Dios es poderoso para cambiar el corazón de sus hijos. Dios puede hacerlo. Pero no se condene. Si lo que usted hizo y lo hizo bien, al final parece que no resulta. No se condene ni deje que lo condenen tampoco. Eso déjeselo a Dios. Eso déjeselo a Dios. Usted confíe en Dios. Siga orando por ellos. Clame por ellos. Llore por ellos. Pídale al Señor por el corazón de sus hijos. Usted haga su parte. Establezca los principios de Dios con amor. Pero mira lo que dice Ezequiel 18, verso 20. El alma que peque esa morirá. El hijo no cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo. La justicia del justo será sobre él y la maldad del impío será sobre él. No acuse a los padres que sus hijos no han sido salvos todavía, si ellos han hecho su trabajo. Además, usted ni siquiera vive con ellos. y no le dé crédito a los que sus hijos son salvos porque el crédito es de Dios, es de Dios. Son los principios que la palabra nos da en la creencia de los hijos y debemos creerle a Dios. ¿Para qué? Para que estemos libres de una acusación que no tiene fundamento en la Biblia y podamos prevalecer en la oración cuando necesitamos orar, en el clamor cuando necesitamos clamar, en el llanto cuando necesitamos clamar. Sufrimos por nuestros hijos, lloramos por nuestros hijos. Nos quebramos la espalda por nuestros hijos. Damos todo lo que podemos por nuestros hijos. Nadie nos va a robar eso. Nadie nos va a quitar eso. Dios es fiel. Dios es fiel para respaldar ese esfuerzo. Pero es en el tiempo de Él, no es en el tiempo de nosotros. No deje de creer. No pare de creer. Jamás pare de creer. No pierda su fe. No deje que su corazón se desvíe en otros lados. Dios es fiel. Dios respalda 100% a los padres en su labor de crear a sus hijos. Si no son salvos cuando usted espera que sean salvos, no quiere decir que Dios no los está respaldando. Es que es el tiempo de Él. La salvación la da Él. El tiempo, Él lo da, Él lo determina. No le pertenece a los padres. A los padres les pertenece creer. Nunca dejar de creer. prevalezca en la oración, en el ruego por la salvación de sus hijos. No asuma que porque usted hizo un buen trabajo entonces Dios está obligado para salvarlos. Jamás asuma eso. Porque la salvación es un regalo de Dios y no está motivado por sus obras, por ninguna. Está movido exclusivamente por el amor de Dios. De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénico para que todo aquel que necrea no se pierda, más tenga vida eterna. Es una obra iniciada en Dios, por Dios y llevada a cabo por Dios. Sólo Él recibe la gloria. Israel tuvo el mejor ejemplo como nación, pero se voltearon contra el Señor. Laboramos con el fin de llevarlos a la salvación de sus almas. Esa es nuestra tarea. Está definida claramente en las Escrituras. No hay otra tarea. No es que llegue a ser el mejor músico. No es que llegue a ser el mejor jugador. No es que llegue a ser el mejor estudiante. No, no es eso. Es que vengan a Cristo. Y no descansamos hasta que eso suceda. No descansamos sabiendo que depende de Dios. Yo antes oraba casi exigiéndole a Dios que salvara a mis hijos. Y aprendí con el tiempo a entender que su salvación dependía no de mis obras sino de la misericordia del Señor. Mi parte era creerle a Él y seguirle creyendo. Lo hacemos creyendo que así será. Eso y sólo eso es lo que esperamos ver en la vida de nuestros hijos y nada más, no esperamos nada más que su salvación. Y no debemos esperar nada más. Los criamos para que conozcan y obedezcan al Señor Jesucristo como el Señor de sus vidas. El Señor Jesucristo, dice en Marcos 10, 13 al 14, que le trajeron unos niños para que los tocara y los discípulos reprendieron a los padres y el Señor contestó, dejad que los niños vengan a mí, no se los impidáis porque de los tales es el reino de los cielos. Allí viene una definición bien clara de lo que es ser papás. No le impida tampoco usted a sus hijos jamás que ellos conozcan la verdad. Trayendo cosas inmundas a su casa, no se los impida. No sea un tropiezo, no vaya a hacer eso. Sea fiel en lo que tiene que hacer, en lo que la palabra le indica, pero confíe que es Dios. Es Dios el que los puede salvar. Y Dios es poderoso para hacerlo. ¿Y sabe qué? Dios ama a nuestros hijos más que lo que nosotros podemos jamás llegar a amarlos. Dios conoce verdaderamente a nuestros hijos. Nosotros creemos que conocemos a nuestros hijos. Y qué bueno lo que conocemos de ellos, pero quien los conoce es Dios. Anhelamos su salvación, pero Dios es el que quiere salvarlos a ellos. Él no va a deshonrar el esfuerzo de ningún padre. Dios es fiel. Creámosle a Él, pero confiemos que es plenamente por su misericordia. Vamos ahora, ¿por qué no nos ponemos de pie? Y cerramos con una oración delante del Señor. Padre, gracias por la claridad de las Escrituras. en cuanto a la crianza de los hijos por el mandamiento de no exasperarlos que los padres no pongamos tropiezos en frente de nuestros hijos que impidan que se acerquen a ti como querían hacer los discípulos sino que dejemos que vayan a ti porque de los tales es el reino de los cielos tú dices muestras el deseo que tú tienes de que todos los hijos vengan a ti señor Úsanos como instrumentos para presentar la verdad, pero porque vivimos esa verdad, porque obedecemos esa verdad y porque reflejamos en nuestros hogares esa verdad. Ayúdanos a reconocer las faltas, Señor, los errores, a admitir, Señor, que el único Padre perfecto eres Tú, Señor. La única relación perfecta entre hijo y padre y padre e hijo es Cristo y Dios. Nosotros nos hallamos necesitados de tu gracia, de tu bondad, de sabiduría para instruir correctamente usando la vara cuando es necesario usarla y hacerlo con amor, con claridad. de sabiduría para instruir a nuestros hijos, para abrir cada vez más y más el diálogo con ellos, para instruirlos en la palabra para que sepan que necesitan obedecerte a ti. Y si no lo hacen, que sepan que te están ofendiendo a ti también, Señor. Danos gracia, danos sabiduría. Señor, y si no han sido salvos en el tiempo que esperábamos, eso no nos pertenece a nosotros, eso te pertenece a Ti, Señor. No podemos salvar a nuestros hijos. Podemos instruirlos y confiar y esperar y clamar delante de Ti con llanto, con clamor, Señor, creyendo que Tú los quieres salvar y Tú los puedes salvar, Señor. Padre, oramos por los que están aquí, Señor. Rogamos por su salvación de cada uno de ellos. Ten misericordia, Señor. No merecemos hacer esta oración. Venimos basados en Tu misericordia. Ten misericordia, Padre. Alcánzalos a todos, Señor. Que conozcan que Cristo Jesús pagó por sus pecados. Que en Cristo Jesús pueden tener el perdón, la salvación y la vida eterna. que sepan, Señor, la oferta que tú presentas en tu Hijo Jesucristo, Padre. Señor, gracias por escuchar la oración, el ruego de cada padre en su hogar, por la ayuda que tú ofreces, la sabiduría que das, Señor, por el respaldo que tú das para que tu nombre sea honrado en cada hogar. Señor, gracias, Padre. Te bendecimos y te damos a ti la gloria y la honra en el nombre de Jesucristo.
Padres, no desanimen a sus Hijos
Serie LA FAMILIA_Colosenses
En este mensaje el enfoque esta en los padres y su parte en la formacion de los hijos
ID kazania | 10282042853779 |
Czas trwania | 1:16:48 |
Data | |
Kategoria | Niedzielne nabożeństwo |
Tekst biblijny | Kolosan 3:21 |
Język | hiszpański |
Dodaj komentarz
Komentarze
Brak Komentarzy
© Prawo autorskie
2025 SermonAudio.