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필사본
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estamos viendo hermanos el libro pastoreando a nuestros hijos esta clase está dirigida de manera particular a los padres que están criando así también a los abuelos y abuelas que también están cerca de sus nietos y que tienen que estar en cierta manera involucrado también en la crianza Vamos a comenzar a ver hoy los capítulos 5 y 6. Hoy vamos a estar viendo los capítulos 5 y 6. Y el título de la clase de hoy es evaluando nuestras metas como padres. Evaluando nuestras metas como padres. Hay un pasaje que yo quiero que nosotros veamos. que es el pasaje de Colosenses capítulo 3 versículo 23 en lo que usted está buscando el pasaje es importante hermano notar que todos nosotros tenemos una meta un objetivo cuando estamos criando a nuestros hijos Y el que no tiene una meta clara, comúnmente hace lo que otros han hecho. Mi papá, mi mamá me crió de esta manera, yo te voy a criar de esta manera. Mi papá me enseñó a respetar, usted tiene que respetar. Mi abuela me enseñó a que yo fuera una mujer, un hombre de trabajo, usted va a ser un hombre de trabajo. Comúnmente nosotros tenemos una meta, un objetivo en la crianza. Y cuando no lo tenemos, imitamos cómo nos criaron. Pero amados hermanos y amigos que me escuchan, todos nosotros tenemos que entender que hay metas. Debemos de perseguir una meta clara, un objetivo claro en la crianza. Y Dios, Dios tiene un objetivo Dios tiene una meta con nuestros hijos A eso hay que tenerlo bien claro Vamos a ver Colosenses 3.23 Para que usted vea lo que Dios espera Colosenses 3.23 Y todo lo que hagáis Hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís. Observen en estos dos versículos, que se nos está diciendo brevemente el objetivo, la meta que Dios tiene para nosotros. Mi meta, mi objetivo en mi vida debe ser la que Dios me ha dado. ¿Cuál es la meta que Dios me ha dado? Hacerlo todo para Él. Vivir para el Señor. Dice el versículo 23, hacedlo de corazón, sinceramente, con todo tu ser, como para el Señor y no para los hombres. Al nosotros estar viviendo en esta tierra, tenemos que vivir para el Señor y no para los hombres. Porque nosotros esperamos la recompensa que viene del Señor, versículo 24, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Y ahora subraya, lo repite, es a Cristo el Señor a quien servicios. En mi vida, cuando yo trabajo, cuando yo creo a mis hijos, cuando yo estoy estando yo casado con mi esposa, la mujer con su esposo, todo lo tengo que hacer como para el Señor. Si yo creo a mis hijos, lo hago tomando en cuenta a Dios, viendo que me enseña Dios, hacia donde me dirige Dios para el Señor. El que siembra la tierra tiene que hacerlo, pensando en el Señor, para el Señor yo lo hago. Toda mi vida es un servicio al Señor. Vivimos para gloria de Dios. 1 Corintios 10.31 Si comes, si bebes, haces cualquier cosa, hazlo todo para la gloria de Dios, hazlo todo para el Señor. Entonces Colosenses 3, 23 al 24 nos recuerda a esto. Nosotros vivimos para el Señor. Hacemos todo para el Señor. ¿Quién te va a recompensar? ¿Tus hijos? No. El Señor. ¿Tu esposa? Cuando tú le sirvas bien como hombre. No, el Señor. ¿Tu esposo que te va a recompensar? No, el Señor. al Señor servimos dice el versículo 24 siempre es importante tener eso en cuenta porque a veces nos cansamos ¿verdad? a veces nos cansamos este hombre, esta mujer se mal agradecía este muchacho mal criado entonces recuerde que siempre hacemos todo para el Señor ahora nuestra meta al criar a nuestros hijos Debe de tener el mismo propósito. Debe de tener el mismo objetivo. Todos al criar tenemos metas. Todos tenemos objetivos. ¿Por qué tú instruyes a tus niños? ¿Por qué tú lo enseñas? ¿Por qué tú lo corriges? Mire, no haga eso. Venga a bañarse. ¿Por qué usted lo envía a la escuela? ¿Por qué? La Biblia enseña que tienes que hacerlo porque el Señor debe de ser glorificado en la vida de ese niño. Porque el Señor debe de ser conocido en la vida de ese niño. Todo debe de guiar a nuestros niños hacia Dios, hacia el Señor. Eso es lo que dice aquí. Cuando tú crías a tus hijos, ¿a quién tú estás sirviendo? A Cristo el Señor tú estás sirviendo. No pierdas el norte, no pierdas el objetivo. La meta no es que yo sea el niño bueno. La meta no es que sean niños preparados, que sean abogados, que sean médicos. Esa no es la meta final. La meta final es que ellos, a través de tu crianza, de tu enseñanza, de tu dirección, de tu amor, de tu instrucción, de tu llevarlo a la escuela, de todo lo que tú haces, todo lo que tú haces, la meta es que ellos vean al Señor en ti y que ellos caminen con Dios. Al final y al cabo, hay muchos hombres que tienen una buena educación, pero son unos impíos. y viven sin Dios, comen sin Dios, ni la gracia le dan a Dios. Entonces, la educación no regenera, no salva. Eso es importante recordarlo. Hacemos las cosas para el Señor, confiando en el Señor. Vivimos para la gloria de Dios, vivimos para Dios. Y esto debe de verse en el tiempo, en el trabajo que enfocamos en nuestros hijos. El propósito final no es que sean buenos niños, eso es un resultado. Una buena educación no es el propósito final, es parte de su desarrollo. Algunos padres nos mandan a los niños a la escuela para que aprendan modales. No, los modales se aprenden en la casa. La crianza es en la casa. La escuela es una academia. Enseña a sumar, multiplicar, a leer, a entender el mundo, la creación. Pero la buena crianza no es en la escuela que se recibe. A veces vienen peor cuando van a la escuela. Se juntan ahí con dos, tres revoltosos. de esos chihuines peliones y vienen peor para la casa. Entonces tú tienes que corregir lo malo que han aprendido. Pero yo quiero que ustedes vean, hermanos, que en el mundo o en nuestra vida hay dos tipos de formas de ver el mundo. Una con Dios y una sin Dios. Hay personas que viven sin Dios. Es una forma de vivir en este mundo. Hay otra forma en la que la gente vive para Dios y para la gloria de Dios, y tomando en cuenta a Dios. Dos formas de vida diferentes. Y comen tortillas, comen frijoles, todo igual. Igual como usted y como yo. Pero ellos no toman en cuenta a Dios para nada. No toman a Dios en cuenta la crianza. No le dan gracias a Dios. otros toman en cuenta a Dios para todo. Entonces, esas dos formas de ver el mundo, uno tiene que en mano aclararlo en su mente, porque usted puede ser cristiano y estar criando a sus hijos como un impío. Usted puede decir que ama a Dios y ni siquiera darle gracias a Dios en oración cuando come. Usted puede decir que ama a Dios y conoce a Dios y no leer su palabra, no orar. Entonces, ¿tú conoces o no conoces a Dios? Nosotros tenemos que entender que usted tiene que vivir de manera práctica. Cuando usted come, vamos a darle gracia a Dios por esta comida tan buena que Dios nos ha dado. Mamá, pero fui yo que trabajé. ¿Y quién te dio la fuerza para trabajar? ¿Y quién te dio esa vida que tú tienes? A mucha gente se le olvida eso. ¿Tú sabes que hay gente ciega, coja, manca, que no puede hacer nada lo que tú haces? Dale gracias a Dios, no seas malagradecido. Tenemos que hablarle así a veces a la gente y recordárselo. Se le olvida. Que lo que son es por la gracia de Dios. Porque Dios quiso. Entonces, Nosotros criamos nuestros hijos de esta manera, guiándolos para que conozcan a Dios. Entonces, debemos de evaluar nuestra crianza y la meta, los objetivos que tenemos, por si acaso estamos actuando como el mundo actúa, sin Dios, haciendo las cosas solamente porque funciona y no porque a Dios le agrada. Vamos a ver algunos ejemplos de lo que yo estoy diciendo. Evaluemos nuestras metas de la crianza. Tenemos que vivir para gloria de Dios. Cuando los padres involucran a sus hijos en deporte o en actividades, ¿qué meta estamos persiguiendo? Siempre tenemos que preguntarnos, ¿por qué yo voy a hacer esto con este muchacho? Yo lo voy a apuntar en fútbol. ¿Para qué? ¿Por qué? Algunos padres inconversos involucran a sus hijos en actividades para que simplemente sean fuertes. Ya, ese es su objetivo. Para que el niño sea rudo. Para que él pueda ser bueno, el mejor. Para que él gane una medalla. Yo le pregunto, ¿dónde está Dios ahí? en ese objetivo. Es un objetivo bueno jugar, ganar medalla no es pecado, pero la pregunta es, ¿está Dios ahí? No, no está Dios. Entonces, yo puedo inscribir a mí en un juego de fútbol, pero con otros objetivos, objetivos que toman en cuenta a Dios, porque óigame bien, Dios ve como bueno el deporte. Dios ve como bueno el tener un cuerpo atlético fuerte, porque ese cuerpo fuerte, ese cuerpo que está bien entrenado, bien capacitado, puede servir a otros. Puede ser fuerte para llevar el trabajo difícil que algunos enfermos no lo tienen. ¿Pero cómo se logra un cuerpo así? Ejercitándolo, hermanos. Hay personas que no tienen buenas habilidades en su cuerpo. ¿Usted no ha visto a un niño que caminando se cae? ¿Qué necesita ese niño? Ejercitarse. Es decir, hermanos, que los deportes no son pecado. En los deportes no sos malo. El problema está en qué objetivo tú tienes. Vamos a suponer, para seguir con el ejemplo del fútbol. Yo inscribo a mi hijo en fútbol. Tú te has preguntado qué le van a enseñar a tu hijo ahí, además de fútbol. ¿Qué piensa el entrenador? ¿Cómo enseña el entrenador? Imagínese que usted incribe a su niño en fútbol y se queda ahí escuchando a ver qué va a hacer el entrenador. Y lo primero que él suelta cuando empieza el entrenamiento es mala palabra, mala palabra, mala palabra, mala palabra. ¿Tú quieres que tu hijo aprenda lo malo? Ven el punto aquí. Yo tengo que saber cuál es la forma, el objetivo del que está entrenando. Porque mire, hay personas que entrenan bien. pero no tienen objetivos buenos. Hay personas que entrenan mal y no tienen buenos objetivos. El objetivo de la institución o del entrenador es lo que yo tengo que examinar. ¿Tendrá mi hijo buenos valores aquí, en este equipo? Yo he sacado a mi hija y a mi hijo de equipos porque el entrenador no tiene buenos valores. Y lo he ido a inscribir a otro lugar, porque hay mejores valores. Yo soy el que elijo. Yo soy el que estoy pagando mi dinero. Yo soy el que estoy preparando a mi hijo para que sea un buen... Tenga un cuerpo fuerte, que sea capaz de hacer cosas, que pueda servir. Pero en mis objetivos de la crianza, Yo tengo que examinar y ver cuáles son los objetivos de este caballero o de esa institución, esa escuela. Yo puedo inscribir a mi hijo en una escuela, en un colegio, pero cuáles son los objetivos de ese colegio. Al final, cuando ese niño termine su ciclo escolar, ¿qué va a producirse? ¿Qué clase de persona será? Porque la escuela tiene objetivos. y no tiene que saberlo. Si la escuela no tiene claros sus objetivos, no se sabe lo que ellos van a estar instruyendo y, por lo tanto, el resultado no va a ser nada bueno. Tenemos que preguntarnos en esa institución, en el fútbol, natación, una escuela, una escuela de arte que van a aprender a tocar guitarra, a tocar piano, lo que sea, donde usted va a inscribir a su hijo. Pregúntese, ¿hay instrucción bíblica allí? ¿Hay un adecuado ejemplo de valores? de responsabilidad, de diligencia, de respeto, de limpieza, de lealtad. Porque yo puedo inscribir a mi hijo en un equipo de fútbol y yo sé que el profesor no es cristiano, pero por lo menos es un hombre respetuoso, equilibrado, con valores de la familia, que le gusta la lealtad, Oye, esos son buenos valores, aunque no sea cristiano, él tiene buenos valores, yo quiero eso para mi hijo. Porque el juego del fútbol, o la natación, o el básquet, o el béisbol, no está separado, hermano, de los valores. La persona que instruye, que enseña, enseña con sus valores. Traspasa sus pensamientos e ideas. va a todo lo que enseña unido a lo que él es como persona. Hay integridad, se respeta el derecho, se respeta la autoridad. Miren, hay equipos que no respetan a sus entrenadores. El entrenador no se va a respetar. ¿A dónde va a llegar ese equipo? ¿A ningún lado? Entonces, voy yo a incluir a mi hijo. en un equipo que es un desorden, empezando por entrenador. No, yo no quiero que mi hijo sea un desorden. Entonces hay tantas áreas que uno tiene que estar pensando, porque uno tiene que evaluar al final qué es lo que vamos a recibir de muchacho. Donde tú lo instruyas, donde tú lo incluyas, lo inscribas, tienen claro tus hijos que sus actividades tiene mucho que ver con Dios. Es decir, que yo soy el que estoy criando, hermano. Yo soy el que pago la crianza de mi hijo. Yo sé los valores que yo quiero que ellos tengan. Pero usted sabe que en algunas actividades hay cosas que suceden. Por ejemplo, en la natación, en el fútbol, en el básquet, en el béisbol, hay juegos que se realizan el domingo. Y yo me siento con mis hijos y les explico, miren mis hijos, el domingo es el día del Señor. Nosotros no jugamos el domingo, no practicamos el domingo. ¿Y sabe lo que yo he hecho y mi esposa ha hecho? en sus clases, por ejemplo, de natación u otros equipos. Mire, entrenador, yo quiero... Vamos a inscribir al niño con el equipo, nos gustan mucho los valores. Recalcamos siempre lo que nos interesa. Nos gustan mucho los valores. Usted es una persona disciplinada. Usted es una persona responsable. Nos gusta eso porque yo sé que eso es lo que mi hijo va a recibir. Pero yo quiero decirle algo. Los domingos nosotros no podemos comprometernos. con el equipo. Porque el domingo nosotros tenemos un compromiso, adoramos al Señor. Mano, lo hemos hecho siempre. Y el entrenador, oye, y si es una persona respetuosa, no, no hay ningún problema, o va a ser transparente, mira, todas las actividades son los domingos, usted no va a poder participar aquí. Ah, bueno, no hay problema, vamos a buscar otro equipo. Mano, lo hemos hecho. y nuestro equipo, nuestros hijos han estado en diferentes equipos. Tienen todos sus juegos desde el jueves hasta el domingo. Nosotros no vamos el domingo. Les decimos, pueden contar con nosotros de jueves a sábado. Ya el sábado nosotros regresamos en la tarde porque tenemos un compromiso con el Señor. Hermano, yo estoy mostrando al equipo Y a mis hijos, mis valores cristianos. ¿Sabe cuál es ese? El cuarto mandamiento. Pero vamos a ver el catecismo que estamos viendo. Hay un día del Señor y ese cuarto mandamiento dice que hay que apartar de los siete un día para el Señor. Y usted no se puede imaginar cómo eso ha impactado a muchas personas. Cuando nosotros le decimos, se lo decimos y lo cumplimos. Le ha impactado porque de una vez te ves que cambian, cambian la manera. Hermano, hasta los juegos lo han cambiado. Por nosotros indirectamente. Pero es por el Señor. Por nosotros lo han hecho. Nosotros queremos que ustedes participen. Y hasta las actividades, hermanos, lo han movido para el sábado o para el viernes. Porque los demás pueden, tienen rejuego con su tiempo. Nosotros no podemos y se lo hemos explicado. Hermanos, pero esos valores cristianos que yo tengo, se los estoy traspasando a mis hijos, con mi ejemplo. Se los estoy traspasando al equipo, con mi ejemplo. Se los estoy traspasando al mundo, hermanos. Cada vez que yo involucro a mis hijos en una actividad, yo pongo las cosas claritas desde el principio, porque no hay presión. Yo soy creyente, yo soy cristiano. Entonces, estos valores que yo estoy transmitiendo a mis hijos deben de verse en mis actividades. Ay, papi, que hay una actividad. ¿Y cuándo es, mijo? ¿El domingo? No, mijo, tú sabes que no podemos. El domingo es el día del Señor. No es por mí, es que el domingo es el día del Señor. Ahora, es por mí porque yo honro a mi Señor. Yo amo a mi Señor. La Biblia, hermano, es la que pone el fundamento para nosotros criar. Ya vimos en la clase anterior y en las anteriores que yo soy un instrumento en la mano del Señor. Yo soy un mayordomo, un administrador. El Padre me ha dado a mí para administrar. ¿Sabe cómo yo voy a administrar? Como dice el Padre. No como dice el mundo, hermano. El mundo no sabe nada. No conoce a Dios. Y yo les decía, como les decía hace un momento, el mundo, hay una parte del mundo que vive sin Dios. No le importa a Dios, ni su palabra. Pero hay otra parte del mundo de la que yo soy, que a mí sí me importa a Dios y yo obedezco su palabra. Y el mundo que está aquí hermanos que vive sin Dios, cría sin Dios, sin tomar en cuenta la palabra de Dios, va a tener sus resultados. Yo estoy orando a Dios para que los resultados finales sean hijos que conozcan a Dios. No porque yo le he obligado a entender el Evangelio, sino porque yo se lo he enseñado con mi carácter, mi ejemplo, y también con el precepto, con la enseñanza y mi comando, mi instrucción. Entonces hermanos, eso es la crianza. La Biblia nos da la base para nosotros participar de todas las actividades. Estamos hablando ahora de involucrarnos en deportes y actividades. Sí, hermano, la Biblia pone en base un fundamento para que nuestros hijos hagan todas sus actividades, para que participen de sus juegos, para que tengan un cuerpo ejercitado, porque el cuerpo es un regalo, hermano de Dios, pero es un templo que hay que cuidar. Y mire, un niño obeso es un problema porque el niño se está ejercitando. Necesita tener buenos músculos. Necesita que esa grasa se vaya deshaciendo. Para que él tenga la fuerza necesaria para servir y trabajar. La Biblia quiere que nuestros hijos sean buenos mayordomos de los talentos que Dios le ha dado. Y su cuerpo son parte de esos talentos. El niño debe desarrollar sus habilidades. Yo inscribí a mi hija en una clase de gimnasia, porque no sabía correr. Se tropezaba y se veía cayendo. ¿Qué voy a hacer con esta muchacha? Y le inscribimos en una clase de gimnasia. Y yo hacía la actividad todos los días, pero nosotros pusimos nuestras cosas claras. Mira, profesora, esto y esto y esto. Tenemos esta situación con esta niña. y observamos, escuchamos los valores que tenían hermanos porque yo instruyo con valores cristianos yo enseño con valores cristianos y aunque no sea cristiano el profesor yo observo los valores oigo los valores que tiene porque aunque muchas personas no son cristianas tienen valores cristianos de trasfondo La lealtad, la responsabilidad, la diligencia, esos son valores cristianos. El cumplir con el deber a tiempo, esos son valores cristianos. Y aunque las personas no sean cristianas, esos valores son buenos para nuestros hijos. Tenemos que desarrollar, hermanos, a nuestros hijos, desarrollarlos, fortalecerlos. Y las actividades atléticas pueden ser una manera valiosa de proporcionar ese desarrollo. Pero, amado hermano, nunca un creyente puede separar habilidades atléticas de los valores cristianos. Nunca lo puede separar. porque las habilidades atléticas estarán siempre unidas al valor que la persona tenga. Si el valor de la persona solamente es obtener una medalla, un trofeo, sin importar la lealtad, la responsabilidad, el respeto por los demás, Él va a terminar metiendo el pie, empujando y haciendo mucho daño al otro, solamente para ganar una medalla o un trofeo. Pero observen, hermanos, que ahí está su valor. Su valor es solamente lo que el mundo ofrece, la gloria, el aplauso de los hombres, el trofeo. Qué feo se ve cuando usted ve a un niño, a un joven o a un adulto empujando al otro para él ganar. Y ganó, y tuvo la corona, la medalla. Pero qué feo, qué desagradable, ni alimpío. Oye, pero tú no tienes, ¿cómo se le dice en deporte cuando tú no tienes ética? Pero tú no tienes ese espíritu de deporte. Hermano, cuando se dice eso, espíritu del deporte, está hablando de ese cuidado y respeto aún hasta por el contrincante, contra el contrario. Yo voy a jugar y voy a dar lo mejor. Y yo espero que tú de lo mejor. ¿Y quién va a ganar? El mejor, el que esté mejor preparado. Pero eso no significa que yo le voy a morder, a meter el pie. hacer maldades, a romper la cabeza el mano al otro para yo ganar. Eso te dice qué clase de valores tiene esa persona o ese entrenador. Entonces, queridos hermanos, nosotros estamos viviendo en tiempos que hasta utilizan los deportes o las actividades con valores que no son agradables a Dios. Por lo tanto, nunca separemos Deporte de los valores y de la enseñanza que usted está transmitiendo. Yo estoy criando, hermano, cuando instruyo, cuando inscribo a mi hijo en una clase. ¿Qué le van a enseñar a él? Porque yo que estoy pagando esa clase, estoy criando a través de eso. Yo soy el responsable, hermano. Yo, papá, mamá, él es responsable de lo que se le va a enseñar a él. Por lo tanto, Procura que la actividad atlética siempre produzca unidad, valores realmente que hablan de la fe. Se puede, hermanos, se puede hacer. Se puede hacer si estamos involucrados en eso. Es más, como familia, qué bonito es cuando salimos juntos a hacer ejercicio. Eso puede producir unidad familiar. Pero, amado hermano, observe cómo la meta de inscribir a mi hijo en actividades físicas, atléticas, tienen que estar de acuerdo a mis valores como hijo de Dios. Pero, en segundo lugar, veamos otra meta, otro ejemplo. Estamos evaluando nuestras metas como padres. cuando tenemos un enfoque psicológico. Hay padres que en la educación hacen más énfasis en el enfoque psicológico del niño, cómo el niño se ve a sí mismo, baja autoestima, alta autoestima, cómo el niño se siente con el trato que le dan. Muchos padres piensan que deben trabajar sobre la aceptación, aumentar la autoestima, Y ahí terminan con la sobreprotección de sus hijos. Lo protegen de tal manera que el niño no puede ni levantar una hojita del piso. Sobreprotección. Y el niño no puede tener traumas. Siempre una protección en todo. Y hermano, en esto hay que tener un poquito de cuidado. Todo es importante. Porque estamos criando a personas. que tienen un alma hermanos y sienten y ven el mundo y también se ven a sí mismos. Entonces hermanos, la Biblia nunca habla de aumentar la autoestima. La Biblia habla de tener una autoestima correcta, tener un correcto pensar de vosotros mismos. La Biblia no habla de amarme a mí mismo, tengo que amarme a mí mismo No, no, no, la Biblia dice ama a tu prójimo ¿Por qué esto? Porque hay cosas que Dios la ha colocado en nuestra vida de forma natural Yo me amo de forma natural a mí mismo hermano Usted se ama de forma natural a sí mismo No hay que explicarle que usted debe de amarse a sí mismo Eso es algo natural. Y me estoy refiriendo a casos normales. Casos normales. Porque me voy a explicar también en casos que no son normales. En los casos normales, un niño que está creciendo con sus padres no necesita que se le dé más autoestima, hermano. Que se le aumente el ego. Eso no se necesita. Ya él tiene un ego. Algo en el que el mismo se ve a sí mismo y se considera, se protege. ¿Qué tenemos que trabajar según las escrituras? El respeto mutuo hacia los demás, hacia sí mismo. Lo que enseña la Biblia en cuanto amar al prójimo y servir al prójimo. Porque nuestros niños se aman, hermanos. Usted observa que aún los niños pequeñitos dicen ese es mi juguete. Usted no tiene que decirle que todo es de él, porque él ya lo sabe. Él va a defender lo suyo. Algunos hasta pelean. Ahí en Tulín tenemos dos niños pequeñitos, dos varoncitos, que viven peleando por la juguete entre ellos. Hermanos, no tenemos que enseñarles eso a los niños. Ellos van a pelear entre ellos. ¿Qué tenemos que enseñarles? Lo contrario, a compartir, a trabajar en equipo. Entonces, hermanos, hay que tener un poquito de cuidado con ese enfoque psicológico, porque Es posible que terminemos haciéndole un daño, por ejemplo, a los varones. Los varones juegan y dejan todo tirado. ¡Ay, tengo que recoger los juegos del niño! No, no, no. Eso no va a ayudar a su autoestima, sino a hacer un desorden. El niño tiene que aprender que cuando terminó de jugar, venga a recoger, recoja todo, coloca todo en su lugar. El niño va a comer, vamos a enseñarlo a comer. Hermanos, hay niños pequeñitos de cero a un año que hay que dar la comida en la mano. Pero ya llegó un momento que tenemos que enseñarle al niño a ser independiente, a que coma él mismo, a que se limpie la boquita. Todo eso, hermano, es parte de su desarrollo. Pero a veces ese enfoque de sobreprotección sobre los niños producen niños que no pueden hacer absolutamente nada que usan el lloro como una forma en la que tú dices ya se está aprovechando porque un niño de cero a siete meses yo entiendo que llore es su manera de responder es su manera de responder pero ya un niño de un año para arriba llorar y patear porque no le da lo que él quiere mano eso no es un lloro Ya eso es manipulación. Entonces, a veces un enfoque en la que el niño hay que sobreprotegerlo. Todo dárselo al niño. El niño lloró y hay que rápido dárselo, ¿por qué? Para que deje de llorar. No, hermano, eso no es así. Deje de llorar. Yo solo he dicho a niños de 12 años y hasta de un año, mire, deje de llorar. Deje de estar manipulando. Yo no les digo manipular, pues no me van a entender. Deje de llorar. compórtese dominio propio, le estoy enseñando le estoy enseñando eso, entonces los padres que han vivido alguna clase de trauma me voy a ir al extremo contrario hay padres que hemos tenido a veces trauma en nuestra crianza con padres o madres que han sido tan estrictos que no nos han dejado ni expresarnos, ni hablar padres a los que tú no podías ni mirar la cara porque te daban un pecoso. Y hay padres que en ese sentido fueron demasiado abusivos en esa crianza o esa forma de crianza. Bueno, tenemos que tener cuidado, tenemos que evaluar la forma en que fuimos criados. Si ahora somos adultos y tenemos la gracia de Dios y la palabra de Dios, hermanos, podemos llevar. Un balance en la crianza. Si usted evalúa. Que si usted llega a la conclusión de que sus padres exageraron en algunas áreas, usted no tiene que imitarlos hermanos en su exageración, porque ahora tú tienes la palabra de Dios. Tal vez tus padres la tenían, pero no tenían la luz. Pero ahora tú tienes más luz, más entendimiento. Hermano, ¿no es verdad que por todo hay que darle un golpe a un niño? ¿No es verdad que los niños no pueden hablar? Eso no es verdad, hermano. Hay que dejarlo hablar. Hay que dejarlo que se comuniquen, que expresen sus ideas. Por favor, mi hijo, haga tal cosa. Papi, ¿te puedo decir algo? Dígame, mi hijo. Mira, yo no quiero hacerlo por esto y esto. ¿Y tú evaluas como adulto? Bueno, está bien. Vamos a hacerlo en otro momento. ¿O tú dices no? Yo te entendí, pero no. Vamos a hacer lo que yo te dije. Entonces, yo tengo que tener una comunicación, poder comunicarme con el niño. A veces uno tiene traumas, hermano, y uno lo lleva a la crianza. Bueno, a mí me criaron de esta manera, yo no quiero que mis hijos sufran. A mí me corrigieron demasiado, yo no quiero corregir a mis hijos. ¿Y no vamos a los extremos? ¿No vamos a los extremos? A mí no me dejaron ni salir de la puerta. A mí no me hicieron, no me dejaron hacer tal cosa. Evalúe lo que sucedió usted cuando era un niño, ahora que es adulto, y si estuvo bien o mal, según la palabra de Dios, y cambies si es necesario. Esas conductas aprendidas que de antemano son difíciles de cambiar, pero por la gracia de Dios podemos trabajar con ellas, hermano. Podemos trabajar con ellas. Hay cosas que son... Hay cosas que no hacemos. Mire, yo no le doy un fajazo a mis hijos porque de mí abusaron. Eso fue tu caso, hermano. Ese fue el error de tus padres. La Biblia manda a que la necedad se aparte del niño con la faja hermano, no con otra cosa. Entonces, no permita que tus traumas, tus traumas de la niñez afecte la crianza de tus hijos. Lucha, ora, busca ayuda. Busca ayuda. Tal vez usted no sabe si es correcto o algo. Aquí estoy yo, pregúnteme. Tal vez yo no tenga su trago, hermano. Y con otro hermano de la fe maduro, usted va, Tony, ¿qué usted piensa sobre tal cosa? Porque yo he visto esto y esto. ¿Qué usted piensa? ¿Qué dicen las Escrituras? Y hablamos y entonces usted puede autoexaminarse. Mi esposa a mí me ha ayudado con cosas que yo he traído de mi niñez. Dante, pero eso está mal por esto. Y me ha costado, me ha costado, me ha costado. Pero eso me ha ayudado, su amonestación, el que ya me los recuerde, eso está mal, eso está mal. Por ejemplo, madres que nunca tuvieron afecto con sus hijos, padres que nunca hablaban con sus hijos. Ah, por eso yo no hablo con los niños. Pero eso está bien. No, yo sé que eso no está bien. Pues cambia. Cambia entonces. Pídele a Dios que te ayude a cambiar. Pídele a Dios ahora. Hermano, los traumas pueden ser un problema cuando nosotros no los enfocamos correctamente. Nuestros hijos tienen que recibir todo lo que Dios manda. Instrucción, amonestación, corrección, la faja, la alabanza cuando hace un buen trabajo, todo lo que Dios manda. Ah, que yo fui un orgulloso y yo por eso no alabo a nadie. Te está yendo otro al extremo. La Biblia dice que el que merece honra, se le dé honra. Al que respeto, se le dé respeto. Eso lo dicen las Escrituras. Romano capítulo 13, habla de las autoridades están para alabar al que hace lo bueno. Entonces, mire hermano, como las escrituras nos dan un balance, un balance. Auto-evaluémonos. Ya se me fue el tiempo, ya son las 10, así que voy a dejar, que esperaba concluir con estos últimos dos puntos, pero Voy a dejaros unos últimos dos puntos para la semana que viene. Hermanos, siempre evaluemos nuestras metas. La manera en que estamos criando tiene que revelar, mostrar mis valores cristianos, mis principios cristianos. Si la manera en que yo estoy criando no muestra eso, tengo que evaluarme. Si yo cuando estoy criando veo que hago lo mismo que hace el mundo o que mis valores son los mismos que el mundo tiene, hermano, yo soy que tengo que evaluarlo. Tengo que evaluarlo. Esto es lo que enseña la palabra de Dios. Ah, mira, que todos los partidos son los domingos. Ah, pues mira, yo lamentablemente no voy a poder participar en ningún partido, pues yo el domingo estoy sirviendo al Señor. Oye, pero, y eso no puede ser flexible. No, mira, todo puede ser flexible. Porque es más fácil que la gente venga un sábado a las cuatro de la tarde, en un ambiente tranquilo, ahí estamos todos, y disfrutando. ¿Pero cómo yo voy a cambiar el mundo, hermanos? ¿Es por mi vida? ¿Por mis valores? Eso es lo que va a cambiar el mundo. Eso es lo que va a impactar, a golpear el mundo para que el mundo diga, oh pero nosotros pensábamos que estábamos bien. No, ustedes no están bien. Ustedes no están tomando en cuenta a Dios, ni para tomar sus juegos. Pero ven acá, esto es un equipo, y aquí hay gente que dice, Cristiano, aquí ni oran para empezar un juego. Vamos a dar gracias a Dios, vamos a empezar orando. Más no hay cosas que nosotros vamos a cambiar por nuestra fe, nuestros equipos, los padres, Nuestros entrenadores, las instituciones donde estemos, van a cambiar cuando comiencen a vernos a nosotros. Esa joven es cristiana, ese hombre es cristiano, esa mujer es cristiana. Mira cómo hacen, mira lo que dicen, mira que no participan porque son creyentes. ¿Y por qué nosotros no hacemos eso? También nosotros somos cristianos. Hermanos, el mundo va a ser impactado por nuestras vidas. Que nuestra crianza vaya, hermano, mire, unida a los valores y principios cristianos para que eso transforme a nuestra sociedad y el mundo. Vamos, hermanos, a orar. Padre, damos gracias por este tiempo de Escuela Dominical. Te queremos pedir que tú nos bendigas y continúes ayudándonos a evaluar nuestras metas como padres y que podamos perseguir que sea lo que hagamos, cualquier cosa. lo hagamos sirviéndote a ti. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.
Evaluando nuestras metas como padres #05
시리즈 Pastoreando a nuestros jóvenes
Hacemos las cosas para los hombres o para el Señor, vivimos para los hombres, para nuestros hijos, para nosotros mismos, O vivimos para la gloria de Dios, haciéndolo todo como para el Señor, esto se reflejará en nuestra crianza.
설교 아이디( ID) | 930221514414136 |
기간 | 46:06 |
날짜 | |
카테고리 | 주일 학교 |
성경 본문 | 골로새서 3:23 |
언어 | 스페인어 |
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