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필사본
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Buenas tardes, hermanos. Es un placer poder estar aquí de nuevo y continuar en esta serie sobre la primera carta de Pedro y el tema de una conducta santa en un mundo hostil a la fe cristiana. Tenemos cuatro domingos en total y hay cinco capítulos en primera de Pedro, entonces vamos a tener que ser selectivos y es lo que tuve que hacer, escoger qué pasaje para esta tarde. El año pasado prediqué sobre el final del capítulo uno y primero los versículos del versículo del capítulo dos en mi predicación, el poder iluminador de la palabra de Dios, así que vamos a saltar estos versículos en la despedida de soltero de Esteban, pude hablar sobre los deberes conyugales de de los hombres casados, entonces saltamos esta parte y vamos a 8 al 22 del capítulo 3. Pero antes quisiera hacer un pequeño recordatorio de lo que hemos visto la semana pasada. El contexto histórico, la situación por la cual estaban pasando estos cristianos. Estos cristianos a quien Pedro escribe estaban viviendo en el norte de la Turquía moderna. En los primeros versículos, Pedro da el nombre de las provincias romanas, pero está ahí en el norte de la Turquía. Creo que no tengo la diapositiva, pero la hemos visto la semana pasada. Y les está escribiendo en un momento en el que ellos estaban pasando por pruebas. El capítulo 4.12 habla del fuego de la prueba que ha sobrevenido sobre aquellos cristianos. El fuego, la prueba, la palabra griega utilizada ahí también se podría traducir horno y habla de un grado intenso de algún suceso o experiencia dolorosa. Algunos eruditos piensan que posiblemente estos cristianos estaban recibiendo esta carta en una de las dos persecuciones oficiales del Imperio Romano. ¿Por qué oficiales? Porque hubo dos en el primer siglo, persecuciones decretadas por el mismo emperador romano, una bajo Nerón en los años 64-65 y otra bajo el emperador romano Domiciano en los años 90-95. Y bueno, se piensa que si es que se escribió durante una persecución oficial, más bien sería la de Nerón, porque en la edad de Domicianos, en los años 90, Pedro ya había fallecido. Pero también el primer capítulo habla de diversas pruebas, o sea, no solamente eran persecuciones físicas, dice diversas pruebas, lo que es seguro es que habían, podríamos decir, persecuciones verbales. Estos cristianos estaban blasfemados, vituperados, ultrajados, calumniados. Esto lo vemos simplemente al leer la carta. donde Pedro dice, no os asustéis, si os blasfemas, no se sorprendan de esto. Y a estos cristianos que estaban pasando por estas pruebas diversas, Pedro les dice de tener una conducta santa, su conducta de ser santa independientemente de si viven en un lugar donde la fe cristiana es aceptada o no. Y la razón nos la da en el primer capítulo, lo hemos visto la vez pasada. La razón es que Dios requiere a su pueblo de ser santo. Él dice, sed santo, pues yo soy santo. Y ellos, aunque no son en gran mayoría descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, son gentiles. Ellos forman parte del pueblo de Dios. Y este pasaje, que estaba dirigido a los judíos, el Antiguo Testamento, sed santos, porque ellos son santos, Pedro lo aplica a tú y yo, a gentiles, porque somos parte del pueblo de Dios y Dios quiere que tengamos esa conducta santa. Entonces, en el primer capítulo, Pedro anima y ayuda a estos cristianos, los anima y los ayuda, los anima de diferentes maneras, les recuerda que ellos tienen una herencia Que ellos son elegidos, que tienen una esperanza, que su salvación les espera, les recuerda que las pruebas cumplen un propósito. Eso lo hemos visto la vez pasada. Y que ellos son parte integrante del plan y del pueblo de Dios. Los anima recordando estas verdades y a nosotros también. Y también los ayuda. No solamente los anima, pero los ayuda. Les ayuda indicando qué cosas van a ayudarles a estos creyentes a obedecer al mandamiento de Dios de tener una conducta santa. Les habla de la importancia de la preparación de la mente. Habla de ceñir los lomos del entendimiento. En el mundo antiguo, uno ceñía sus lomos para prepararse a trabajar, para prepararse para correr o para un viaje arduo. Uno ceñía sus lomos. Es la idea de preparación que Pedro tiene en mente ahí cuando dice, ceñid los lomos de vuestro entendimiento y una preparación en la mente. Él habla de la importancia de los pensamientos. Habla de la renovación del entendimiento, la cual Pablo también habla. La mayoría de las batallas empiezan y se ganan en la mente. Entonces, lo que debemos tener presente en nuestra mente, que es, lo hemos visto la vez pasada, tenemos que tener en mente la gracia que se nos traerá cuando Jesús sea manifestado. Tenemos que pensar en esta gracia que se nos traerá cuando Jesús vuelva. Sin esto, va a ser muy difícil tener esa conducta santa que el Señor requiere de nosotros. El cristiano que no piensa en el futuro, El cristiano que no piensa en la manifestación de Jesús, el cristiano que no piensa en la gracia que se le traerá, se pierde uno de los medios esenciales que Dios ha dado a su pueblo para alcanzar lo que pide. Tenemos que pensar en el retorno de Jesús, hermanos. Es importante pensar en el retorno de Jesús o pensar que también nosotros podemos irnos de este mundo rápidamente. Es importante para que podamos vivir sabiamente. Y eso es algo que en nuestra sociedad, en nuestro mundo, la gente no quiere hacer. Uno evita el tema de la muerte, pero esto es algo nuevo, parece ser, en la historia de la humanidad. Eso parece ser, los estudiosos dicen que es algo nuevo, que durante milenares la gente vivía sabiendo y teniendo en cuenta la muerte. Se preparaba, por así decir. Pero parece que estos últimos 100 años se intentó sacar la idea de la muerte. Y esto, hermanos, hay buenas cosas con esto, pero hay también malas. Y una de las malas cosas es que esto nos ayuda a vivir sabiamente. Entonces, hemos hablado de más cosas la vez pasada, pero tenemos muchos versículos. Entonces, nos vamos a enfocar ahora en estos versículos. En el versículo 8, que empezó a leer el pastor Ariel, la primera palabra es finalmente. ¿Finalmente qué? Bueno, Pedro ha estado dando instrucciones a diferentes clases, a los siervos o esclavos. Estuvo dando instrucciones a los amos, estuvo dando instrucciones a los hombres y a las mujeres. Y ahora dice, finalmente, y aquí con estos versículos, eso se aplica a todo, independientemente de si tú eres un siervo o un jefe, un empleado o un empleador, hombre o mujer. Esto es para toda clase de cristianos, lo que dicen el versículo ocho y nueve. Y en el pasaje de hoy, ocho veintidós, vamos a ver dos razones para una conducta santa en un mundo hostil a la fe cristiana. Y es por eso que el subtítulo ahí puse razones, razones. Vamos a ver dos razones y muchas más cosas, pero dos razones para una conducta santa en un mundo hostil a la fe cristiana. Pero vamos a leer de nuevo y voy a leer de nuevo estos versículos. Finalmente, ser todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables, no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuiste llamados para que heredases bendición. Porque el que quiere amar la vida y ver días buenos, le refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. Apártase del mal y haga el bien. Busque la paz y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño si vosotros seguís el bien? Mas también, si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones. Y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo él que os demanda razón de la esperanza que hay en vosotros. Teniendo buena conciencia para que, en lo que murmuran de vosotros como malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. Porque también Cristo padece una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva, no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios, por la resurrección de Jesucristo. quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios y a él están sujetos ángeles, autoridades, y potestades. Amén. Vamos ahora hermanos. Para decirte gracias por poder mirar este pasaje de la primera carta de Pedro en esta tarde. Te pedimos que tú nos recuerdes lo que tenemos que recordar. Sabemos que muchas veces en la vida cristiana no se trata de aprender cosas nuevas, simplemente de de recordar lo que ya sabemos para que lo pongamos en práctica, para que lo tengamos presente en nuestra mente. Y hay mucho de esto en este pasaje. Te pedimos que, mediante tu espíritu, tú nos recuerdes estas cosas, algunas básicas de la fe cristiana realmente. Y también hay cosas más difíciles, ayúdanos en este estudio y que todo sea para tu honra y gloria. En el nombre del Señor Jesús. Amén. Si ya fuiste a Costa Rica, seguro que escuchaste la expresión Pura Vida. En el año 2022, uno de mis cuñados pasó tres meses en Costa Rica. No aprendió nada de español, pero sabía una frase, Pura Vida. Él se fue para trabajar y hacer surf. Creo que hizo surf más que trabajar. Y cuando regresó le pregunté qué tal Costa Rica y me dijo Pura Vida. Esta expresión tiene muchos significados. Diferentes personas en Costa Rica dan diferentes definiciones. Sin embargo, lo que todos destacan es la idea de un bienestar o un disfrutar de la vida en Costa Rica. Pues el pasaje que acabamos de leer habla precisamente de la idea de disfrutar de la vida en un cierto sentido. Dios quiere que gocemos la vida, hermanos. Pero para esto hace falta una conducta santa. Fíjense en lo que dice Primera de Pedro en el versículo 10. Dice, porque él que quiere amar la vida y ver días buenos. Guau. Casi provocativo, ¿no? ¿Quién no quiere amar la vida y ver días buenos? Es muy interesante. ¿Qué va a decir ahí Pedro? Pues, ¿qué tiene que hacer? Bien simple. refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. Aquí tenemos lo que los estudiosos de la palabra de Dios, los eruditos, llaman un paralelismo de poesía hebrea. Es algo que se encuentra en los libros poéticos del Antiguo Testamento como Job, Salmos, Proverbios, y eclesiastes. En estos libros del Antiguo Testamento, que se llaman libros poéticos, en caso de que no lo supieras, encontramos estos paralelismos de poesía hebrea. Y no es sorprendente que esto aparezca aquí en la carta, en el Nuevo Testamento, porque lo que está haciendo Pedro aquí es citando el Antiguo Testamento. Él está citando al salmista en el Salmo 34. En otras palabras, Pedro está diciendo a sus lectores, como lo dice el Salmo 34, el que quiera amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. En este paralelismo de poesía hebrea, los estudiosos también dicen que la segunda parte explica la primera. El mal que tenemos que rechazar es el engaño. Así funciona la poesía hebrea y esos paralelismos. El engaño, el hacer creer a alguien lo que no es verdad. Pero no estamos hablando solamente de mentiras aquí. No es la palabra griega seudo que se utiliza, que quiere decir algo falso o una mentira, seudo, la tenemos en español un seudónimo, un falso nombre. No es esta palabra que es utilizada. La palabra griega es la palabra dolos. La palabra dolos es una palabra que incluye mentiras, pero también otro tipo de engaños. El diccionario griego español dice que podríamos traducir ardid. Yo no sabía lo que era un ardid, tuve que mirarlo en un diccionario. Un ardid es un medio empleado hábilmente para engañar o conseguir algo. Un medio empleado hábilmente para engañar o conseguir algo. Sinónimos son artimaña, astucia utilizada para lo que no es justo. Se habla del ardil de un estafador. Este es el sentido de esta palabra. No solamente mentiras, sino artimañas, medios empleados hábilmente para engañar o conseguir algo. Si quieres amar la vida, el Señor dice, No utilices tus palabras para conseguir algo de manera engañosa. Sobre todo con los hermanos. Sobre todo entre nosotros, hermanos. El contexto aquí es las relaciones principalmente entre hermanos. Claro, se aplica a gente de afuera, pero sobre todo entre nosotros. Qué terrible, qué pena engañar a su hermano de manera hábil con tus palabras. No seas un manipulador. Es también lo que implica este versículo. No seas un manipulador, sobre todo con tus hermanos. No es la primera vez que Pedro utiliza la palabra dolos en su carta. La vez anterior era para describir la conducta perfecta de Jesús que nos anima a imitar. Pero nos anima a imitar esta conducta perfecta de Jesús que, Bueno, el cual no hizo pecado ni se halló engaño en su boca, quien cuando le maldecían no respondía con maldición, cuando padecía no amenazaba. Jesús no engañó con las palabras y nosotros tampoco deberíamos, hermanos. Seamos francos, seamos honestos, sobre todo entre nosotros, y sinceros. Esa es la primera parte, pero hay otra. Para amar la vida, También es importante la conducta. Esta segunda parte, en el versículo 11, dice apártese del mal y haga el bien. Si quieres amar la vida, apártate del mal en todas sus formas. El crimen, claro, pero también la crítica. Apartémonos del mal en todas sus formas. Todas estas cosas tienen consecuencias negativas y no vas a amar la vida, vas a odiarla. Si quieres amar la vida, aparte del mal y haz el bien. Pero no se acaba aquí. Busca la paz y sígala. Podríamos decir, busca la paz y persigue esta paz. La palabra utilizada Para síguela es la misma palabra utilizada para alguien que está opuesto a la fe cristiana, que persigue a un cristiano. Es la idea de no dejarlo. Es la idea de persistencia ahí. Busca la paz y persíguela. En cada situación trata de apagar fuegos. No echarle leña al fuego. En cada situación busca la armonía. No busques, en inglés dicen el drama, no ames el conflicto. Jesús dice, viene a aventurar los pacificadores, los que intentan, trabajan para esa paz. No se trata simplemente de quedarse a distancia. Dios, claro, nos pide eso, pero nos pide más, nos pide de intentar trabajar a la armonía, a pacificar. Claro, no nos venguemos. Ni siquiera sería necesario mencionarlo esto, pero no te desquites. El versículo 9 dice, no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición. No nos venguemos, al contrario, busquemos la paz y persigamos esta paz. Hermanos, lo que escogemos tiene un impacto en nuestro bienestar. Lo que escogemos tiene un impacto en nuestro bienestar. Proverbios 11, 17 dice... Aquí está la idea de bienestar. A su alma hace bien el hombre misericordioso, mas el cruel se atormenta a sí mismo. Si quieres amar la vida, escoge lo bueno. Si escoges vengarte, si escoges lo mal, te va a afectar a ti primeramente y vas a odiar la vida, no vas a amar la vida. Ahora, si haces estas dos cosas, no engañar con tus palabras y perseguir la paz, estás contado con los justos. No los justos desde el punto de vista del cumplimiento de la ley, pues no hay justo ni a uno, dice Pablo en Romanos. Pero en el sentido de la cosmovisión de la Biblia, en el sentido de la cosmovisión de los salmos, donde están los justos y los injustos, los justos y los pecadores. Si haces estas dos cosas, no engañar con tus palabras y perseguir la paz, estás contado con los justos. Esto es lo que implica el versículo siguiente, el versículo 12. Mira, dice porque los ojos del Señor están sobre los justos. y sus oídos atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. Dios tiene sus ojos puestos sobre los justos y está atentos a sus oraciones. Esta es una verdad fundamental que tenemos que recordar, pero no solamente es una verdad fundamental, es una promesa. Esto es una promesa también, creo que no lo tengo aquí. Dios tiene sus ojos sobre los justos. En el contexto, los justos no son los que cumplen la ley perfectamente, son estas personas que refrenan su lengua del mal y sus labios no hablan engaño, los que se apartan del mal y que buscan la paz y la persigan. Espero que esto te anime, hermano. Dios tiene sus ojos sobre ti si te apartas del mal y si buscas la paz. Ahora, esto no quiere decir que no tendrás oposición por ser un cristiano. Es posible que te persigan, es posible que sufras. Estos creyentes pensamos que ellos sufrían algunas verdades, persecuciones físicas, pero no solamente, había persecuciones verbales como las tenemos incluso en nuestro país. El primer capítulo habla de diversas pruebas. Es posible que haya oposición por tu fe. Es posible que no tengas algunos privilegios. Es posible que recibas amenazas. Es posible que la gente sea agresiva en su manera de hablar porque eres un cristiano. Claro, aquí en este país no te lo van a decir así. Era un país cristiano, pero hay oposición contra los cristianos. Desde siempre la hubo. Jesús dice que no te odian a ti, te odian a él mismo, al Señor Jesucristo. Pero sufrir por la justicia es un gran privilegio, y esto es lo que vemos en el versículo 14. Dice, más también, si alguna cosa padeceis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Bienaventurados sois. Esto no es Pedro que lo dice. Esto es Jesús que lo dijo en el sermón del monte. Bienaventurados los que padecen siendo perseguidos por la justicia. Bienaventurados sois. Por cierto, sufrir por la justicia no está definido, pero creo que todos podemos estar de acuerdo que es tal vez sufrir por alabar a Dios. Esto es justo. Sufrir por someterse a él. Esto es justo. Esto es sufrir por la justicia. Sufrir porque obedecemos los mandamientos de Dios y no los de los hombres. Esto es justo. Tenemos que obedecer los mandamientos de Dios. Esto es sufrir por la justicia. Entonces, ¿qué quiere Dios que hagamos si estamos sufriendo por la justicia? Y de nuevo, no necesariamente son persecuciones físicas. Hay montones de maneras en que gente opuesta al evangelio puede hacerte sufrir de cierta manera, hacerte sentir que tú eres un cristiano y que eres diferente. ¿Qué quiere Dios que hagamos si sufrimos por la justicia? Pues el texto lo dice en los versículos que siguen, versículos catorce y quince, catorce, si, si sigo donde lo dejé, dice, por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificar a Dios el Señor en vuestros corazones. Debemos no temer al hombre, sino santificar a Dios. Si sufres por la justicia, no temas al hombre, santifica a Dios. Ahora, santificar es una palabra que es utilizada en la Biblia, pero a veces no es fácil saber exactamente lo que significa santificar a alguien, santificar a Dios o santificar a Cristo. ¿Qué significa esto? Si miras un diccionario, significa tratar como sagrado. Tenemos que tratar al Señor como sagrado. Y parte de esto es temer a Dios. Aquí yo sugiero, y voy a intentar demostrártelo. Aquí yo sugiero que la idea de santificar en el versículo 15 implica temer a Dios. Y lo puse aquí, es como... Perdón, aquí. En 1 Pedro 3.15, santificar a Dios implica temerlo. Y quiero intentar demostrarte esto, a ver si te voy a convencer o no. Voy a explicar un poco. ¿Por qué pienso así yo? ¿Y por qué piensan así algunos estudiosos? Pues primeramente hay que saber que Pedro ya mandó ya mandó en su carta antes que tenemos que temer a Dios. O sea, esto ya es un énfasis que él tiene, Pedro. Entonces, no sería extraño que la idea de temerlo estuviera aquí. Si tú lees el versículo 17 del capítulo 1, dice esto. dice y si invocáis por padre aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno conducíos en temor conducíos en temor la idea de temor de Dios y vuelve esta idea en el capítulo dos versículo diecisiete honrada a todos Amad a los hermanos, pero temed a Dios. Está esta idea de temer a Dios en la carta de Pedro. Primeramente. Segundo, estoy intentando, a ver si te voy a convencer de esto que puse en la pantalla, que santificar a Dios en el versículo 15 del capítulo 3 implica temerlo. Segundo, el mandamiento de santificar a Dios sigue el mandamiento de no temer al hombre. Míralo. Versículo 14 dice, por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, temor del hombre, sino santificar a Dios. No temas al hombre, pero santifica a Dios. Es un dato interesante. Significa que las dos cosas no están alejadas la una de la otra, como podríamos pensar a primera vista, tal vez. Tercero, cuando el Nuevo Testamento habla del temor al hombre, muchas veces lo contrasta con el temor de Dios. De hecho, dice que el temor de Dios realmente es el antídoto al temor al hombre. Cuarto, y sobre todo, esto que dice Pedro aquí es una cita del Antiguo Testamento. Y uno no puede entender completamente correctamente de qué habla Pedro si uno no lee el contexto original de la cita. ¿Alguien tiene una Biblia de estudios? Si la tienes en tus manos, si tienes una Biblia de estudios con referencias cruzadas, donde hay referencias, ya verás que esto es una cita del Antiguo Testamento. Pedro está citando Isaías 8, 12 y 13. Vayamos allá. Vamos a leer la cita en su contexto original. Lo cual es importante para entender completamente a qué se refiere Pedro aquí. Isaías 8, 12 al 13. Isaías 8. Versículos doce al trece. El contexto es es una posible guerra que va a llegar a Judá y Jerusalén. Es hay enemigos, los sirios, los sirios y las diez tribus del norte que estaban separadas de de las dos tribus del sur, Judá y Benjamín. Y y Siria con las las diez tribus del norte hicieron una alianza para venir a pelear contra Jerusalén. Ese es el contexto. Vamos a leerlo, dice no llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo a Jehová de los ejércitos, a él santificad, sea él vuestro temor y él sea vuestro miedo. Es interesante que aquí eh eh la idea de santificar está está puesta con la idea de temer a Dios y y Pedro si volvemos a Primero Hebreo 3, en el versículo 15, ahí es una alusión clara a este pasaje de Isaías. Y en el pasaje de Isaías, el santificar a Dios está puesto al lado de la idea de temer a Dios. Y es por eso que este santificar a Dios del versículo 15, seguramente ahí está la idea de temerlo a él también. Y esto tal vez nos ayuda un poco, porque la idea de santificar a Dios es algo para mí un poco abstracto. Santificar, vale. Considerar como sagrado, vale. Pero dame algo más concreto. ¿Temer a Dios o qué? Cuando sufrimos por la justicia, ¿qué hay que hacer? Hay que santificar a Dios y esto implica temerlo a él. Y ahora tal vez tú haces la pregunta muy bien, pero eso no me ayuda tanto en verdad, porque ¿y qué es temer a Dios? ¿Qué es temer a Dios? ¿Qué es el temor de Dios? Pues yo me atrevo a decir, y no soy el único, pero yo me atrevo a decir que el temor de Dios no es la reverencia a Dios. Tener un temor de Dios no es meramente tener una reverencia a Dios, hacia Dios. Como lo decía uno de mis profesores, las palabras reverencia y reverenciar existían en el idioma griego y no son estas que son utilizadas. El erudito cristiano Wayne Grudem Define el temor de Dios como el deseo de evitar el descontento de Dios y su disciplina en nuestras vidas. ¿Y cómo llega a esta definición? El mira. El mira en toda la Biblia cuando se habla del temor de Dios. Mira todos los pasajes y trata de llegar a una conclusión, a una definición, y dice, el temor de Dios es el deseo de evitar el descontento de Dios y su disciplina en nuestras vidas. En un sentido, es un verdadero temor. Es un temor de alguien que nos ama, gracias a Dios. Alguien que nos quiere bien. Hermanos, es Dios que hay que temer. No hay que temer a los que tienen autoridad, a los inteligentes, a los jueces. Hay que temer a Dios. El cristiano no debería temer nada ni nadie, sino a Dios solamente. Recuerda esto si un día tienes miedo de alguien, alguien te impresiona. No sé cómo decirlo. Piensa, no tienes que temer a esa persona. Teme a Dios únicamente. Y hay que santificar a Dios, el texto dice, en nuestros corazones. En nuestros corazones, de nuevo, la idea de los pensamientos. Tú dices, ¿cómo de pensamientos? Dices de corazones. Bueno, para los autores de la Biblia, el corazón no siempre era las emociones. El corazón en la Biblia es la sede del ser interior. la sede del ser interior, y eso incluye a los pensamientos. De hecho, cuando el Antiguo Testamento quiere hablar de las emociones, muchas veces no habla del corazón, habla de los intestinos. El corazón es el hombre interior. Y esto incluía los pensamientos. Cuando en Proverbios leemos, sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida, no está hablando tanto de las emociones. No es guarda tus emociones, guarda tus pensamientos. Dice, santificar a Dios como Señor o a Dios el Señor en vuestros corazones. La idea de los pensamientos que habíamos visto la vez pasada. La importancia de los pensamientos. Y lo que acompaña a esta exhortación es el dar testimonio. Hay que estar listo para explicar por qué tenemos una esperanza. Versículos 15 a 16, lo voy a leer de nuevo. Dice, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. teniendo buena conciencia para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores sean avergonzados, no se calumnean vuestra buena conducta en Cristo. Hay que estar listo para explicar por qué tenemos una esperanza. Si tú temes a Dios y no al hombre, esto se va a ver y esto va a molestar a algunas personas y vas a tener oportunidades para dar testimonio. Da testimonio, pero hazlo como marcado aquí. Hazlo como marcado aquí. Presentamos, según el texto, presentamos una defensa, no presentamos un ataque. Una defensa, no un ataque. Alguien dirá, bueno, pero los... O tal vez tú piensas, bueno, pero los profetas del Antiguo Testamento le daban duro al pueblo. Incluso Pedro. Pedro le dio muy duro a los judíos en Hechos 2, cuando les predica. Sí, pero hay una diferencia, hermanos. No es la misma dispensación y no es la misma audiencia. Ellos, los profetas, incluso Pedro, en estos dos, usaban un tono muy fuerte, no una defensa, era casi un ataque. Les ponía la culpa, habéis crucificado al Señor Jesucristo. Pero era diferente, ellos hablaban al pueblo de Dios, no a los gentiles. Hablaban a gente que tenía un conocimiento de Dios y que estaba bajo el pacto que Dios había hecho con ellos. Cuando Pablo habla a los gentiles, el tono es bien diferente. Cuando habla a los atenienses, el tono de Pablo es muy diferente. Cuando habla a Agripa, el tono de Pablo es bien diferente. presentamos una defensa, no un ataque de la esperanza que está en nosotros. Esta esperanza, pues la vida eterna, juicio final, pero perdón de pecado del Señor Jesucristo, etcétera, etcétera. Con mansedumbre y reverencia. Mansedumbre, que significa, pues, amabilidad, gentileza. Reverencia. Un profundo respeto. Hay que tener mucho respeto cuando uno da testimonio. Hay que tener mucho respeto cuando alguien da testimonio. No de la cosmovisión del otro, no de lo que piensa, pero de la persona a la que estás hablando. Hay que tener muchísimo respeto. Con mansedubre irreverencia hay que presentar una defensa. En base a este versículo, a mí me parece que arrinconar a un inconverso que nos dio su confianza no está bien. Me explico. Yo estuve en lugares, en reunión de cristianos, donde invitamos a un inconverso y, de repente, él está solo ahí, el inconverso, y somos 10 cristianos, y bam, le lanzamos bombas y le atacamos de argumentos y tal, y el pobre nos dio su confianza, vino, y ya no presentamos una defensa, sino un ataque. Nuestras buenas intenciones a veces no cumplen con nuestros propósitos. No está bien tomar a un inconverso preso en una reunión de cristianos. No vale invitarle a una célula comunitaria y después que él nos haya mostrado su confianza en aceptar nuestra invitación, mirarle por encima del hombro enseñándole por qué nuestro punto de vista es el bueno y el suyo no. Y lo digo porque creo que a veces, por causa de nuestro celo, metemos la pata. Nuestras buenas intenciones a veces nos alejan del estándar definido por este versículo, mansedumbre y reverencia. Queremos convencer a una persona de la veracidad del evangelio y ya no presentamos una defensa, sino un ataque. Aunque venga de una buena intención, la verdad es que no es muy útil. podemos ganar el argumento y perder la persona. Lo que realmente impacta a las personas es el amor que tenemos entre nosotros. Entonces, algo que te va a ayudar en tu testimonio, que me va a ayudar a mí en mi testimonio, es la conducta. El versículo 16 dice, teniendo buena conciencia para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Hablar mucho de Cristo no sirve de nada si tu conducta no empareja con tus palabras. A la gente no le importa lo que dices hasta que vean cómo vives. El comportamiento es lo que habla más fuerte, no las palabras. El comportamiento testifica y respalda tus palabras. Son necesarias las palabras. O sea, sin el oír, uno no puede creer en el Evangelio, Romanos 10. Pero ha de estar la conducta que va con las palabras, hermanos. Y en el versículo 17 nos dice, porque mejor es que padezcas haciendo el bien, si es la voluntad de Dios, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. Hermanos, el sufrimiento puede ser la voluntad de Dios. El sufrimiento puede ser la voluntad de Dios, no el deseo de Dios, pero de alguna manera lo permite, es su voluntad soberana. Entonces podemos sufrir y y y está bien, está bien, ¿sabes por qué? Está bien porque porque Cristo también sufrió, sufrió por la justicia y él sufrió injustamente, es lo que nos dicen los versículos siguientes, versículos dieciocho a diecinueve, porque está bien Cristo, padeció una sola vez por los pecadores, por los para llevarnos a Dios, siendo la verdad muerto en la carne pero vivificado en espíritu, en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados. Esto es una digresión. Y esta digresión continúa hasta el versículo 21 o 22. Entonces, ¿Qué es esto de que Jesús predicó a los espíritus encarcelados en el versículo 19? ¿Qué es esto? Pues en base a este, a este y a otro versículo, Efesios 4, 9, algunos piensan que Jesús predicó a los muertos en el infierno entre su muerte y su resurrección. ¿Alguien sabía, alguien ha oído o sabía algo del del credo de los apóstoles? ¿Alguien ya oyó eso, el credo de los apóstoles? El credo de los apóstoles es un documento muy antiguo, pero no es de los apóstoles, se llama así, pero no es de los apóstoles. La fecha que le han puesto los hereditos cristianos y seculares es más de 100 años después de la muerte de los apóstoles, pero se llama así, el credo de los apóstoles. Es un documento que se propone ser un resumen de las doctrinas básicas enseñadas por los apóstoles. Y esto dice el creo de los apóstoles, no es muy largo. Tal vez la primera confesión de fe conocida. Y interesantemente, fíjense lo que pone ahí en el medio. Lo puse en rojo creo. En el medio dice... Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos. ¿Qué es esto? ¿Descendió a los infiernos? Entonces, pregunta, ¿descendió Jesús a los infiernos para predicar a los muertos? Pues la mayoría de los cristianos evangélicos no piensa que Jesús fue a predicar en el infierno a los muertos. Hay otra manera de entender este texto. Hay otra manera de entenderlo. Todo tiene que ver con una palabra, la palabra temporalidad. La pregunta es, ¿cuándo? ¿Cuándo es que Jesús predicó a los espíritus encarcelados? ¿Antes o después que estuvieran encarcelados? La pregunta es, ¿cuándo? ¿Cuándo es que Jesús les predicó a los espíritus encarcelados? ¿Antes o después que estuvieran encarcelados? Si yo te digo, fui a cenar con mi esposa en el downtown el día que nos comprometimos. Fui a cenar con mi esposa en el downtown, en el centro de la ciudad, el día que nos comprometimos. No estoy diciendo que ella era mi esposa entonces. Pero digo, fui a cenar con mi esposa en el downtown el día que nos comprometimos. Nadie va a decir, no, pero no era tu esposa, ¿por qué hablas así? No, o sea, utilizo el tiempo de hoy. Hoy es mi esposa, entonces digo esposa. Todo tiene que ver con el tiempo. A veces utilizamos las palabras tomando en cuenta el tiempo en el que vivimos y no el tiempo de la historia. Cuando fuimos a cenar el día que nos comprometimos, Millie no era mi esposa. Sin embargo, puedo decir, fui a cenar con mi esposa en el Downtown el día que me comprometí con ella. Entonces, ¿qué quiero decir con esto? Pues los espíritus encarcelados no habían de estar encarcelados cuando Cristo les predicó las palabras. Los espíritus encarcelados solo significa que estaban encarcelados cuando Pedro escribió esto en el primer siglo. Jesús vivió hace dos mil años, dos mil años, pero su espíritu es eterno y ya existía antes. Estamos hablando de la preexistencia de Cristo, el espíritu de Cristo ya existía antes de la venida de Cristo. Fíjense lo que decía el capítulo uno. Capítulo 1, versículo 11. Los profetas estaban escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el espíritu de Cristo. Estaban los profetas del Antiguo Testamento. Cristo, hermanos, Cristo predicó a los espíritus que están encarcelados ahora o en el tiempo de Pedro. pero cuando estos estaban en carne y hueso, cuando estas personas estaban vivas, La predicación ocurrió cuando estos espíritus tenían carne y huesos. Fíjese lo que dice el versículo veinte, si volvemos al capítulo tres, versículo veinte dice, los, hablando de estos de estos espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca en la cual pocas personas, decir ocho, fueron salvadas por agua. Entonces tal vez tú piensas, ¿y cómo es que Jesús predicó en el tiempo de Noé? Pues el texto nos dice que Jesús predicó en carne y hueso, perdón, pues el texto nos dice que Jesús no predicó en carne y hueso en el tiempo de Noé, sino en espíritu. Es lo que dice el texto. En espíritu. Dice, versículo 18 termina diciendo, vivificado en espíritu. en el cual también fue priego. Jesús predicó en espíritu en el tiempo de Noé. ¿Cómo es eso posible? Bueno, pues Jesús, los profetas ya tenían el espíritu de Jesús, lo hemos visto en el capítulo 1. Y es muy probable que Noé, que era pregonero de justicia, también ahí estaba el Señor Jesucristo en espíritu en Noé, predicando durante muchos años a esta generación que ahora los que no creyeron son espíritus encarcelados. Y por eso el texto puede decir que Cristo predicó a estos espíritus encarcelados. La pregunta es cuándo. No dice que Cristo predicó cuando estaban en la cárcel, en el infierno. Les predicó antes y ahora están encarcelados. Es la mejor manera de entenderlo. No tenemos ninguna otra evidencia en el Nuevo Testamento que Cristo hubiera ido al infierno para predicar. Esto no lo vemos en ningún lugar. Y la verdad es que es mejor entenderlo así, como estamos explicando. Porque el texto apunta a esto. Cristo predicó a los espíritus que están encarcelados ahora a través de los profetas. El espíritu de Cristo estaba en los profetas y seguramente no también. Entonces, para resumir, la pregunta es, ¿cuándo? ¿Predicó a los espíritus encarcelados entre su muerte y su exurrección? Lo más probable es que no. El texto, en verdad, nos dice cuándo. Dice, fíjate, dice cuándo el texto dice. cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé. Es ahí que Cristo en espíritu predicó mediante Noé, que era pregonero de justicia. De hecho, Pedro dice eso en su segunda carta. Y esta digresión continúa en el versículo 21. Y este versículo 21 es un versículo difícil de entender. Habla del bautismo que corresponde a esto, ahora nos salva, no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios. La dificultad es este bautismo que nos salva. No dice el bautismo que nos salva. El texto dice el bautismo que nos salva. Es por eso que tenemos un problema. Porque sabemos que el bautismo nos salva. Sabemos que la fe salva. Es un versículo un poco difícil de entender. Pero probablemente no dice que el bautismo salva de por sí. Primeramente, esto iría en contra del resto de la palabra de la Biblia que dice que la fe Es la que salva. Y hay muchos ejemplos. Hay el crucificado con Jesús, que él no se bautizó. Sin embargo, Jesús básicamente le dice que salvo. Dice, hoy estás conmigo en el paraíso. Entonces, probablemente no hay que pensar que Pedro está diciendo que el bautismo de por sí salva. De hecho, incluso Pedro, creo que tiene miedo que uno piense así, dice que el bautismo no quita las inmundicias de la carne. Si el bautismo no quita las inmundicias de la carne, ¿cómo es que puede salvar? Y tercero, este versículo dice que el bautismo salva ¿Por qué? Porque es la aspiración de una buena conciencia hacia Dios. O literalmente, porque es una demanda de una buena conciencia hacia Dios. Si tú demandas a Dios, vas a ser salvo. Si tú le demandas, Él te va a salvar. Entonces, aquí hay una digresión un poquito de Pedro. Nosotros no entendemos muy bien por qué Pedro habla del bautismo ahí en el medio. Pero es muy probable que estos primeros creyentes se bautizaban. Y esto, no sé si chocaba a la gente, a sus vecinos en el imperio romano, qué es esto que están haciendo, el bautismo. Y Pedro les está recordando, está bien, sigan bautizándose, el Señor lo mandó. Y tal vez les está trayendo aliento de continuar con esto, si es el Señor que lo mandó. Entonces, ¿qué podemos concluir con esta digresión? Pues esta digresión nos va a llevar al capítulo 4, el mensaje de la próxima vez, y nos va a preparar para el capítulo 4, el mensaje de la próxima vez en dos semanas. Pero también podemos concluir por lo menos una cosa de esta digresión. Por lo menos podemos concluir una cosa Hermanos, no hay que pensar que los que vivieron antes de Cristo no tuvieron la oportunidad de creer en Dios. Los que vivieron antes de Cristo tuvieron la oportunidad de creer en Dios también. Esto es una de las cosas que parece decirnos este texto. Muchos preguntan hoy, y tal vez ya lo preguntaban hace dos mil años, ¿Y qué tanto de los que vieron antes de Cristo? Si hay que creer en Cristo para ser salvo, entonces, ¿qué tanto de los que vieron antes de Cristo? No sé si un inconverso ya te hizo esta pregunta a ti. ¿Cómo podían ellos creer en Dios? ¿No es un poco injusto para ellos? Tal vez has oído esto. Pues el texto, revela que ellos también tuvieron la oportunidad de creer porque había gente, en todo caso ahí el espíritu de Cristo estaba en los profetas, muy probablemente en Noé y Cristo en espíritu les predicó a estos espíritus que desobedecieron que ahora están encarcelados. Ellos también recibieron algún tipo de predicación, los que vivieron antes de Cristo. Tenemos que confiar en Dios, es lo que nos parece decir este texto. Y también los que nos dicen... Vamos a verlo en preview. Capítulo 4, versículo 6, fíjate lo que dice. Capítulo 4, versículo 6. Porque por eso también ha sido predicado el evangelio a los muertos. Ha sido predicado el evangelio a los que ya han muerto. incluyendo a los que murieron ante Cristo. El evangelio de una manera ha sido predicado a ellos también. Podemos confiar en Dios, que Dios trajo el evangelio a estas personas y no habrá injusticia, hermanos. Cuando estemos delante del tribunal, todo el mundo, incluso los que van a ser condenados, reconocerán. Es justicia, es justicia. Entonces, vamos a dejarlo ahí, simplemente recordar algunas enseñanzas de este estudio de esta noche. El sufrimiento puede ser la voluntad de Dios. Sufrir por la justicia es un gran privilegio porque es imitar a Cristo. Es un gran privilegio porque es imitar a Cristo. Porque también Cristo padeció. Es así que empieza el versículo 18. Porque también Cristo padeció. Y nosotros, si sufrimos por la justicia, tenemos que considerarnos bienaventurados. Estamos simplemente imitando a Cristo. Estamos en el lugar en el que tenemos que estar. Sufrir por la justicia no es un accidente. Está bien. Y finalmente, los que vivieron antes de Cristo tuvieron la oportunidad de creer en Dios. Es algo que podemos sacar de esta digresión, pero hay muchas más cosas. Entonces, recordemos estas exhortaciones un poquito cuando damos testimonio con reverencia y mansedumbre. La conducta es muy importante para apoyar ese testimonio. ¿Qué hacemos si sufrimos por la justicia? Nos sometemos a Dios, pero ¿qué dice el texto? Dice, no temamos al hombre, santifiquemos a Dios en nuestros corazones, temámoslo a él.
Dos Razones para una Conducta Santa en un Mundo Hostil
시리즈 1 Pedro
설교 아이디( ID) | 6324196332436 |
기간 | 56:08 |
날짜 | |
카테고리 | 일요일 예배 |
언어 | 스페인어 |