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필사본
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Génesis, capítulo 25. Vamos a ubicarnos todos allá. Bueno, niños, Génesis está al principio o al final de la Biblia? Ah, pues sí, ¿verdad? Génesis significa principio, significa origen, significa comienzo, y es que en verdad el libro de Génesis nos habla del comienzo de todas las cosas. Y vamos a leer en esta ocasión Génesis 25, del 27 al 34. Bueno, en mi Biblia se titula, Esaú vende su primogenitura. Muy bien, voy a leer la palabra del Señor, dice, Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la casa, hombre del campo. Pero Jacob era varón quieto que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú porque comía de su casa. Mas Rebeca amaba a Jacob. Y guisó Jacob un potaje. Y volviendo Esaú del campo cansado, dijo a Jacob, te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto, fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió, véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú, he aquí yo me voy a morir. ¿Para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob, júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas, y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura. Amén. La Palabra del Señor. Vamos a pedir su dirección por medio de la oración. Señor, gracias por este momento en que nos acercamos a Tu Divina Palabra. Ayúdanos, Padre, para que con la sabiduría del Espíritu podamos extraer grandes enseñanzas de esta porción interesantísima de la Biblia. Reconocemos que necesitamos tu ayuda indispensablemente, ya que nuestra sabiduría humana finita no puede comprender tu palabra. Y necesitamos al Espíritu para entender las cosas espirituales. En Cristo Jesús te lo pedimos. Amén. Amados hermanos, en el pasaje anterior hemos aprendido que nació Jacob y Esaú, ¿verdad?, nacieron y ya desde el vientre ellos estaban luchando. Aprendimos que su madre, Rebeca, pidió al Señor que le mostrara qué significaba esa lucha que había en su vientre, y el Señor le revela que no iba a tener un hijo, sino iba a tener dos, ¿verdad?, gemelos. Esto es significativo porque recuerden que Rebeca no pudo tener hijos hasta después de 20 años, porque ella era estéril. El Señor le revela que él es soberano y él había escogido al menor y el mayor iba a servir al menor. Y luego, venimos a nuestro pasaje el día de hoy, donde nos dice que los niños ya han crecido. Los niños ya han crecido. Entonces, estamos hablando ya de hombres que habían buscado, definido sus oficios, sus trabajos, sus profesiones, por así decirlo, ¿ok? Y entonces nos dice que Esaú fue diestro en la caza, él era un gran cazador, hombre del campo. Esa descripción, hermanos, de Esaú es muy interesante, porque en la escritura Cuando hablamos de los cazadores que eran muy hábiles, que eran muy diestros, que eran muy capaces para cazar, no siempre tiene una connotación positiva. Uno puede leer en la Biblia, tanto Antiguo como Nuevo Testamento, pero no hay mucho énfasis positivo en la cacería en sí misma. Lo que sí leemos es que el primer gran cazador vigoroso delante de Jehová era uno que ayudó a fundar la ciudad de Nínive, que llegó a ser el gran imperio de Babilonia que se llamaba Nimrod. ¿Verdad? Y la expresión vigoroso cazador delante de Jehová, en realidad no es muy positiva. Algunos piensan que debe traducirse que era un vigoroso cazador en contra de Jehová. O sea, era un hombre fuerte, un hombre que el mundo admiraba, ¿verdad? Y él protegía a la gente y le gustaba exhibirse. Y vemos de Esaú las mismas características. Fue diestro en la caza, capaz ¡Hombre del campo! Y recuerden que cuando él nació allá en el versículo 25, nos dice que él era rubio y era todo velludo, como una pelliza, y llamaron su nombre Esaú. Y al parecer, Esaú, humanamente hablando, en términos del mundo, era un hombre muy atractivo, un hombre grande, un hombre fuerte, impresionante, que de acuerdo con los estándares del mundo, dejaba boquiabiertos a los demás. Era un hombre del campo. La expresión hombre del campo también significa alguien que es rudo, alguien que es fuerte, alguien que es salvaje. Hombre del campo. Así como los animales del campo, ¿verdad? Bestias del campo hace alusión a esa característica de dureza, de... fortaleza de salvaje. Así también lo era Esaú. Era diestro en la casa, hombre del campo. Un hombre que no estaba quieto, por así decirlo. Bueno, muchas veces nosotros también no estamos quietos, ¿verdad? No podemos estar quietos. pero así era Esaú. Esta expresión, hombre del campo, entonces, no es una expresión negativa, por ejemplo, con respecto a la agricultura, sino que cuando dice hombre del campo, está en conexión con que era un cazador, era uno que andaba rondando los campos en busca de animales, y al parecer él se entretenía, ¿verdad? cazando animales para comer, como también cazando animales fieros, salvajes, porque cuando vende su primogenitura en el versículo 32, Él dice, bueno, ¿de qué me va a servir mi primogenitura? Si yo ya me voy a morir, aquí yo me voy a morir. Y parece ser, ¿verdad?, que transmite esa idea de que debido a que su oficio era este oficio intrépido, este oficio peligroso, este oficio donde exponía su propia vida, en cualquier momento Esaú podía, ¿qué? Morir. Lo podía matar algún animal. Seguramente los niños han visto alguna película, ¿verdad?, donde hay un hombre que le gusta la cacería y lucha con los osos y lucha con otros animales. Bueno, en realidad el hombre comparado con una bestia salvaje, en cualquier momento puede que morir. ¿Pero cómo era Jacob? Jacob dice que era varón quieto. Interesante expresión, ¿cierto o no? Era varón quieto. Era un hombre quieto. Pero esa palabra, quieto, es la misma que se usa también para Job, cuando dice que él era varón perfecto. Esa es la expresión que se usa para Job. La misma palabra en hebreo es la palabra tam, tam. Entonces Jacob era tam. Hope era tan quieto y tiene la idea de íntegro, tiene la idea de sano, tiene la idea de alguien estable, no solamente de estar en un lugar sino en su juicio. Él era una persona Quieta, tranquila, que tenía los pies en la tierra, que a diferencia de Esaú, no andaba todo el tiempo en el campo buscando bestias salvajes, animales para comer. sino era un hombre que se dedicaba a su familia, que era responsable, que trabajaba en su casa. No debemos pensar que Jacob era uno que era flojo y entonces no quería hacer nada, ¿verdad? No, no, no. La expresión que viene a continuación, que habitaba en tiendas, es una expresión que caracteriza al padre Abraham, a Isaac, a Jacob, ¿verdad?, que habitaban en tiendas. Y en la literatura antigua es una designación para las clases elevadas, estables, que sobresalían porque eran personas que estaban establecidas y entonces trabajaban y desarrollaban, progresaban. Entonces, nos damos cuenta esta, este Esa diferencia de carácter, de temperamento, de personalidad entre Jacob y Esaú. Y bueno, aquí ya se empieza a ver esa distinción que Dios hizo desde que estaban en el vientre de su madre. Él habitaba en tiendas. Bueno. Hermanos, el 28 nos recuerda algo triste. Dice, Y amó Isaac a Esaú porque comía de su casa, mas Rebeca amaba a Jacob. Isaac no se dice mucho en la escritura, es bien interesante. Y lo que se dice no es muy elogiante, por así decirlo. No es muy halagante, ¿verdad? Halagador. Dice que él amaba a Esaú, y vean la razón que da, porque comía de su casa. Comía de lo que cazaba, ¿verdad? Si mataba venados, pues comía carne de venado. Y este Isaac decía, oh, me encanta cómo mi hijo me trae carne de venado, ¿verdad? Si mataba aves también, ¿verdad? Y entonces, parece ser que Isaac No estaba dejándose guiar por lo que Dios le había revelado a Rebeca y a él acerca de que el Señor había escogido a quien? Al menor, a Jacob, y no a Esaú. Y parece que este Isaac le encantaba esa vida intrépida, atrevida de su hijo Esaú. Parece que él estaba muy impresionado como era Esaú, un hombre grande, fuerte, intrépido. Y entonces Isaac hace su elección no con base a los principios de la Palabra de Dios, no con base a la revelación de Dios, sino con base a su gusto, con fundamento en lo que le gustaba comer. Y hermanos, ese principio, esa idea de la comida en la Biblia es bien interesante. Porque la Biblia nos revela en el Antiguo y en el Nuevo Testamento que para muchos la comida es su Dios, ¿cierto o no? Para muchos el vientre es su Dios, dice la Palabra. Idolatramos la comida y vivimos en una sociedad así, ¿cierto o no? Vivimos en una sociedad en que, bueno, vamos a salir a comer aunque estamos llenos, ¿verdad? Pero vamos a salir a comer y vamos a hacer esto, vamos a hacerlo. ¿De malo la comida? No, es una bendición de Dios. Pero se dan cuenta aquí que este Isaac no amaba a Esaú porque Esaú era un hombre piadoso, un hombre que cuidaba de su casa, sino porque le daba de comer y le gustaba la comida. Eso no quiere decir, hermanos, que este Jacob era irresponsable y no daba de comer a su familia, porque después leemos que él estaba, ¿qué? ¡Cocinando, verdad! ¡Estaba haciendo un potaje! Pero a Isaac no le impresionaba eso. A él le gustaba más la vida de cacería que llevaba este Saúl y por eso lo amaba. Y dice Rebeca amaba a Jacob, Había una división entre los padres, y cuando existe verdad favoritos entre los hijos, favoritos de los padres, eso crea división en la familia, ¿cierto o no? Es triste, ¿verdad? Pero incluso, hermanos, incluso en familias cristianas, cuando hay hijos que buscan amar a Dios, sus padres a veces los desprecian. ¿Pero qué tal si el joven o la joven le gusta el deporte, el cine o lo que sea y quiere sobresalir? ¡Oh, eso sí! Pero si nuestros hijos quieren buscar el camino de Dios, ¡eh, eso no! Y parece que Isaac era así. Y entonces Rebeca amaba a Jacob. Ahora, ¿el amor de Rebeca por Jacob era correcto? Bueno, es interesante, ¿verdad? ¿Por qué? Porque Dios le había revelado a quién. A Rebeca, que Él había escogido a quién. ¿Verdad? Y entonces, tal vez, la forma en que lo hacía Rebeca no era correcta, pero su fundamento era correcto. Ella estaba amando al que Dios amaba. A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. Ahora ese era el decreto de Dios, ¿verdad? Pero Rebeca como madre debería amar a ambos hijos, ¿verdad? A Esaú y a Jacob. Pero es posible, ¿verdad?, que Isaac, no estando conforme a lo que Dios había revelado, prefiere amar a Esaú por su vida de cazador, por su vida. que traía muchos halagos de la gente. Y entonces Rebeca dice, ah no, entonces si se trata de amar a uno de los dos, yo amo a Jacob. Y entonces eso fue muy triste. Entonces aquí un principio importante es verdad, papá, mamá, amemos a nuestros hijos, ¿verdad? Por igual. No tengamos favoritos. Todos nuestros niños tienen dones diferentes. ¿Lo han notado? ¿Verdad que sí? Unos son muy buenos para los números, ¿verdad? Otros no. Otros son muy buenos para leer y recordar historias y eso es muy bonito. Dios nos ha dado talento a cada uno de nosotros. Imagínense que todos supieran matemáticas nada más. ¿Quién va a diseñar ropa, ¿verdad? ¿Quién va a cocinar? ¿Quién va a hacer otras cosas? ¿Verdad? La Biblia y el apóstol Pablo dicen que somos un cuerpo y entonces dice que la oreja no le puede decir al ojo, no te necesito. Imagínense. ¿Puede ser todo el cuerpo pura oreja? ¿O puro ojo? No, ¿verdad? Entonces no debe haber favoritos. Bueno, hermanos, esto asienta el precedente de lo que viene, porque al parecer Jacob había observado a Esaú, su hermano, cómo era. Muy probablemente ellos ya habían platicado acerca de la primogenitura. Ya este Jacob sabía, ¿verdad?, que Dios, en su soberanía, lo había escogido a él, y entonces este Jacob era una persona que, aunque no era perfecto y aunque cometía pecados, pero era alguien que buscaba la voluntad de Dios y sabía que, por decreto divino, la primogenitura era de él, no de Saúl. Pero seguramente había visto cómo actuaba Esaú intépido, llegaba del campo, ¿verdad?, con su lanza y su espada, ¿no?, y un hombre duro, rudo, que podía morir en cualquier momento y no le interesaba las cosas espirituales. Y tal vez él ya había platicado con Esaú acerca de la primogenitura, se daba cuenta que a Esaú no le importaba nada de eso. Y dice que él estaba guisando un potaje. estaba cocinando allí y volvió Esaú del campo cansado, como que pareciera que este Jacob ya lo había planeado y dijo, ah, ya he visto cuando no casa nada y llega pero bien cansado y es un arrebatado, es alguien que no piensa, no le interesa lo que Dios ha revelado, él por naturaleza es el el primogénito, el primero que iba a recibir una doble porción en su casa, que iba a ser el El líder espiritual de la familia, principalmente que a través de él iba a nacer un día el Salvador. No le interesaba eso a Esaú. Y dice que Jacob estaba cocinando y llegó Esaú del campo cansado. Cansado. Y la idea ahí de cansado no es solamente pues cansado físicamente, sino agotado y como dice él, a punto de morirse. Así era Esaú. Aunque no estaba ya muriendo, pero él era así. No, no a veces actuamos de esa manera, hermanos, ¿verdad? Actuamos así, ¡ay! Más los hombres, ¿verdad? Cuando nos da un dolorcito, ¡ay! Sentimos que ya nos morimos, ¿verdad? Las mujeres son más fuertes, ¿cierto o no? Son más fuertes las mujeres. Los hombres no somos tan fuertes. ¡En fin! Entonces llega este Esaú, entra a la tienda, este Jacob está cocinando y me imagino que cuando entró estaba cansado y tenía hambre y huele. ¿No han entrado cuando mamá está cocinando carnitas o algo así? No, hombre, llega el olor de la fritanga y ¡ay! decimos ¡qué rico! Si es verdura, pues decimos ¡ah! hasta dicen verduras, ¿verdad? Pero si es fritanga, verdad, si es carnitas, barbacoa, no hombre, hasta se marea uno con el olor. ¿Cierto o no? Y entonces, me imagino que entró, siente la comida, el olor de la comida, y vean cómo habla, este hombre que no tenía ningún interés en las cosas espirituales. Dice, te ruego que me des de comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. El español no logra comunicar la fuerza de la expresión, pero lo que está diciendo este Saúl es lo siguiente. Te ruego que me dejes engullirme de tragar eso que estás así. Esa es la idea en realidad. No nada más de comer. Él era así ese. Era como una bestia del campo, ¿verdad? Que cuando atrapan a su presa, ¿qué hacen? ¡Blaaaah! Y se la tragan. Así era Esaú. Y cuando dice, dame a comer, le está diciendo, déjame que yo me parague todo lo que estás haciendo. Y luego, en español dice, que me des de comer de ese guiso rojo, pero en el hebreo es una doble repetición. Significa, dame a comer de eso rojo, de eso rojo, pero lo quiero ya. Esa es la idea. Jacob sabía cómo era Esaú. Por eso fue llamado su nombre Edom. Y vean, esa designación es interesante. Edom significa que no solamente este temperamento, esta personalidad, está caracterizando a Esaú. sino que todos sus descendientes fueron llamados, ¿qué? Edomitas, rojos, salvajes, intrépidos, gente del mundo que no le interesa a las cosas espirituales. Por eso, hermanos, papá, mamá, lo que hacemos hoy determina cómo van a ser, ¿quién? Nuestros hijos. Si no muestras interés por las cosas espirituales, ¿eso pueden heredar tus hijos? ¿Que quieres que tus hijos sean hombres del mundo? ¿Que los halague el mundo? ¿O quieres que reciban la bendición de Dios? Bueno, dice, por tanto fue llamado su nombre Edom. Es decir, todos los descendientes, ¿verdad? Él no recibió nunca el nombre de Edom. Esa es una nota que nos da Moisés, el autor de Génesis. Su nombre era Esaú, ¿verdad? Pero por este incidente, por este incidente salvaje de este hombre, que se quería tragar lo que estaba cocinando su hermano y no le importaban las cosas espirituales, sus descendientes fueron llamados como él, Edomitas. Y ellos llegaron a ser enemigos del pueblo de Dios también. Gracias a Dios que nos ha librado de ser como Edom, ¿verdad? Como Esaú, ¿cierto o no? Como éramos antes en el pasado, ¿verdad? Así éramos. Nos comíamos el mundo, ¿cierto o no? Nos creíamos Superman. Y somos como los niños, ¿verdad? Que se creen Batman y se avientan. y chocan con la realidad, ¿cierto o no? Chocan en la tierra y se lastiman. Pero saben hermanos, Dios es grande y poderoso, porque a gente dura, a gente ruda como nosotros, a gente rebelde como nosotros, Cristo, ¿verdad?, con su sangre carmesí roja, nos ha salvado y nos ha perdonado. y nos ha hecho quietos, ¿verdad? Nos ha sentado para que ya no andemos más viviendo esa vida fiera, salvaje en el mundo. Bueno, este Jacob dice, véndeme en este día tu primogenitura. Noten cómo Jacob aprovecha el momento. ¿Estuvo bien lo que hizo Jacob o no? Porque él bien le pudo haber dado de comer a su hermano y ya, ¿verdad? Pero Jacob aprovecha el momento. Entonces, Jacob sabía que por decreto divino la primogenitura era de quién? De él. Aunque Esaú era el mayor. Pero él sabía que Dios le había dicho, tú vas a ser el primogénito, por así decirlo. por decreto divino. Tú eres el que vas a ser el líder de la familia, tú eres el que vas a tener autoridad. Y en ese contexto, hermanos, la primogenitura significaba que especialmente el primogénito iba a ser aquel que iba a continuar el pacto de Dios, la alianza de Dios, la promesa de Dios, que iba a ser el líder espiritual en su familia, que iba a ser el sacerdote en su familia, porque en ese tiempo no habían otras iglesias, ¿verdad? Era la iglesia, era el pueblo de Dios. Él iba a ser el sacerdote en su familia y Esaú no quería nada con eso. Y este Jacob dice, véndeme en este día tu primogenitura, véndemela. Interesante, porque Jacob no actuó bien, aunque sus motivaciones eran correctas, creo yo, porque él sabía que Dios lo había elegido, pero la forma en que quería apropiarse de la bendición de Dios no fue la correcta. Él pensaba que comprándole a Esaúl la primogenitura, iba a obtener la primogenitura. Pero no era así. Él la iba a obtener porque Dios se la iba a dar. Y eso es bien interesante porque como cristianos a veces queremos forzar las cosas, ¿cierto? Queremos hacerlo que suceda a nuestra manera. Y nuestras motivaciones pueden ser las correctas, ¿verdad hermanos? Pero a veces queremos que Dios cumpla su palabra y decimos, le voy a echar la mano a Dios. o lo voy a hacer de esta manera, ¿cierto o no? A veces actuamos de esa manera. Entonces debemos tener cuidado y en ese sentido no debemos ser ni como el Saúl ni como Jacob, sino debemos confiar y esperar y ser pacientes de que Dios va a actuar y va a hacer cumplir su voluntad. Véndeme tu primogenitura. No, la primogenitura no se vende. La gracia de Dios no se vende. El perdón de pecados no se vende. No lo podemos comprar con dinero, con plata o con oro, sino es un regalo de Dios. Es por la gracia de Dios. Entonces dijo Esaú, he aquí yo me voy a morir, ¿para qué pues me servirá la primogenitura? Imagínense. O sea, estaba tan cansado, era tan exagerado, no le importaban las cosas espirituales. ¿Para qué me va a servir si ya me voy a morir? O sea, la idea es en cualquier momento puedo morir cazando allá, ¿verdad? Un animal salvaje me ataca y me muero y se acabó. ¿Y de qué me sirve la primogenitura? ¿Confiaba en Dios? No. ¿Le importaba que él iba a ser el líder espiritual de la familia? ¿Que un día de él iba a nacer el Mesías, el Señor Jesucristo? No le interesaba. Triste. Triste. Su sed, hermanos, en la Iglesia. Porque aquí estamos hablando no de los paganos, estamos hablando de los cristianos, por así decirlo, del pueblo de Dios, de la Iglesia de Dios, que en la Iglesia misma hay muchos Esaús. Esaús, hermanos, tenía grandes privilegios. Era nieto de quién? Del Patriarca Abraham. Era hijo del patriarca Isaac, ¿verdad? Era la única iglesia que existía. Muy probablemente conocía a Melquisedec, ¿verdad? Al sacerdote del Dios Altísimo. ¿Le importó eso a Esaú? No. Él despreció las cosas de Dios por las cosas del mundo. No le importó. ¿Y cuántas veces también? Dios guarde a nuestros hijos, ¿verdad? Para que no crezcan así y después se dejen apantallar, impresionar por el mundo y luego se vayan y abandonen la iglesia. La gracia de Dios es más preciosa que todo el mundo entero. ¿Verdad? Lo hemos comentado varias veces, los Dorantes tienen tres, los Mendozas tres, la hermana tiene seis, nosotros tenemos cinco, ¿verdad? ¿Qué va a pasar con nuestros hijos? ¿Queremos que sean Esaús? No, ¿verdad? No queremos que desprecien las cosas espirituales, pero padre, papá, mamá, ahora, ahora es que tenemos que dedicarles tiempo, que tenemos que guiarlos en el camino de Dios. Porque cuando se apartan del camino de Dios, ¿duele? Mucho, ¿verdad? Duele mucho. ¿Para qué me servirá la primogenitura? Estaba despreciando la bendición de Dios. este hombre, impresionante. Y dice, y dijo Jacob, bueno, júramelo en este día. Hermanos, un juramento es algo serio, ¿verdad? Ahora ya no lo tomamos así, pero el juramento es algo serio. Y a veces hasta entre cristianos usamos la palabra juramento como cualquier cosa. Júramelo, júramelo, júramelo. No, ¿verdad? Hay que tener cuidado. El juramento es invocar el nombre de Dios y decir, si miento o si no digo la verdad, tú me vas a castigar. Y este Jacob seguramente sabía del temperamento inestable de Saúl, loco, salvaje, y le dice, júramelo en este momento. ¿Y él qué hizo? Se lo juró. Imagínense, se lo juró y vendió a Jacob su primongenitura. No le importó, no le importó. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas y él comió y bebió y se levantó y se fue. Noten esa descripción. Comió, bebió, se levantó y se fue. ¿Y cómo termina diciendo? Así menospreció Esaú la primogenitura. Así menospreció Esaú la bendición de Dios. Así menospreció Esaú la alianza, el pacto de Dios. Así menospreció Esaú al Señor Jesucristo. Así lo hizo. Amados hermanos, ¿cuántas veces somos como Esaú? Menospreciamos las cosas de Dios por las cosas del mundo. Que Dios nos perdone, ¿verdad? Que Dios nos ayude a poner como prioridad las cosas de Dios y no las cosas del mundo. Lo que nos parezca tal vez trivial en este momento, hermanos, puede tener consecuencias gravísimas de las cuales nos podemos arrepentir toda nuestra vida en el futuro. Bueno, ¿qué dice el Nuevo Testamento de Esaú en este caso? ¿Cómo lo describe? En Hebreos 12 lo encontramos. Noten cómo dice ahí, en Hebreos capítulo 12, dice lo siguiente, Hebreos 12, en el versículo 16. Está hablando precisamente de los que rechazan la gracia de Dios, ¿verdad? De eso está hablando. Dice en el 15 de Hebreos 12, mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura os estorbe y por ella muchos sean contaminados. Y dice después, no sea que haya algún fornicario o profano. Algunos comentaristas piensan que Fornicario y profano se aplican a Esaú. Algunos dicen que no. Profano sí, pero fornicario no. Pero bueno, tal y como era Esaú, es probable que ambas cosas se le aplicaban, ¿verdad? O sea, fornicario quiere decir que era sexualmente inmoral. Andaba con una y mil mujeres, por así decirlo. Era profano. Profano es alguien que profana, que desprecia, que pisotea las cosas de Dios. Por eso dice, tengamos cuidado, dice, no sea que haya algún fornicario o profano como Esaú que por una sola comida vendió su primogenitura. O sea, que Hebreos, el autor de Hebreos nos está diciendo, desde Esaú hasta ahora hay muchos que Esaús, ¿verdad? Hay muchos. Que Dios nos ayude para que no despreciemos la gracia de Dios. Porque después, ¿qué va a suceder? Vean lo que dice al final. Porque ya saben que aún después, dice el versículo 17, deseando heredar la bendición, fue desechado y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque lo procuró con lágrimas. ¿Ya vieron? No juguemos, hermanos, con las cosas de Dios. Porque nos podemos arrepentir. Y podemos llorar. Y vamos a sufrir mucho. Y solamente Dios puede tener misericordia y restaurarnos. No juguemos con las cosas de Dios. No las dejemos para después. No seamos profanos como el Saúl. Que el Señor nos perdone porque si lo hemos hecho muchas veces. La advertencia se nos da, hermanos, domingo tras domingos. ¿Cómo vamos a actuar? Seremos quietos, sabios, prudentes, temerosos de Dios, que buscamos las cosas de Dios o las cosas del mundo. ¿Cuál es el principio de Jesús para su pueblo? Mas buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás, todo lo demás que queremos que está conforme a la voluntad de Dios, se nos va a añadir, se nos va a dar. El Señor va a satisfacer tu corazón. El Señor va a traer de verdad alegría en tu corazón, en tu vida. Cuando tú estás buscando por medio del mundo satisfacción a tu vida, tarde o temprano te vas a desilusionar. Pero si buscas primeramente el reino de Dios y su justicia, Si amas al Señor Jesucristo, si guías a tu familia en el camino de Dios, no es que no va a haber problemas, pero el Señor nos extenderá su gracia y su misericordia, y entonces podremos estar contentos y felices. Amados hermanos, esa U tenía muchas desventajas comparadas con nosotros, ¿verdad? No había muchas iglesias alrededor de Saúl. Ellos eran la iglesia. Y ahora... Bueno, hace rato oímos gente que vino, ¿verdad? Anda buscando una iglesia porque van a dar regalos y va a ver esto y va a ver lo demás. ¡Qué triste es cuando la gente actúa así, ¿cierto o no? Que están buscando otra cosa menos el Evangelio, menos la gracia de Dios. Amados hermanos, Nosotros somos el Saúl y seremos doblemente castigados si somos como él. ¿Por qué? Un montón de iglesias, ¿verdad? Hay que tener cuidado con las iglesias, sin embargo. Pero estamos en una iglesia donde predicamos la Palabra de Dios. Tenemos la Biblia. ¿El Saúl tenía la Biblia? No tenía ni el Antiguo Testamento. Nosotros tenemos el Antiguo y el Nuevo Testamento. ¿El Saúl podía decir, bueno, voy a estudiar la Palabra en la semana? Bueno, así como era Isaac, híjole, uno dice, valga, me parece que Isaac no se preocupaba mucho, ¿verdad?, por sus hijos. La Iglesia te ofrece estudios bíblicos, te ofrece guianza, dirección. ¿La vas a aprovechar? Tenemos más ventajas que esa U. ¿Las aprovecharemos? ¿Usaremos los medios de gracia que Dios nos da o seguiremos siendo hombres y mujeres del campo, es decir, rudos, salvajes, indómitos? Después lo podemos lamentar. Gloria a Dios porque el Señor Jesucristo nos ha transformado de ser esos esaús rudos y duros y bestias e intrépidos, rebeldes, nos ha dado un corazón quieto. Nos ha dado el corazón de Jesús, manso y humilde de corazón. Que le busquemos y nos sometamos a él. Amén. Oremos, hermanos.
Esau vende su primogenitura
시리즈 Genesis
설교 아이디( ID) | 426231815377619 |
기간 | 37:56 |
날짜 | |
카테고리 | 일요일 예배 |
성경 본문 | 창세기 25:27-34 |
언어 | 스페인어 |