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ប្រតិចារិក
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Nos toca continuar el libro de Eclesiastes, el libro del predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Hemos visto sólo la introducción. El plan es comenzar hoy con el capítulo uno de Eclesiastes en forma. Son doce capítulos. Esta semana, mientras estudiaba, batallé mucho con decidir qué tanto cubrir en cada predicación. Mi plan original era dedicar más o menos una predicación por capítulo, pero creo que eso sería un poco forzado por un par de razones. La primera es que las divisiones de los capítulos en nuestras Biblias no son inspiradas, entonces no siempre cortan en el mejor lugar, ¿no? Pero además de eso, creo que si forzamos a que sea sólo una predicación por capítulo, nos va a obligar a resumir demasiado en algunas secciones. Si recuerdan la introducción, ya planteamos que este libro es una serie de problemas y soluciones. Es un problemario con su solucionario, ¿no? Lo leímos en Eclesiastes 12, vamos de una vez a leer Vamos, busquen todos por favor en Eclesiastés 12, el versículo 11. 12.11 dice que las palabras de los sabios son como aguijones. y como clavos ahincados o fijados son las palabras que forman parte de una colección y que son expuestas por un pastor. Si lo recuerdan, este libro es una colección de aguijones y clavos, problemas y soluciones. Los aguijones son congojas, son problemas inherentes a, inseparables de, la vida en este mundo. Son verdades problemáticas que nos molestan y nos obligan a hacer las preguntas importantes de la vida. Los clavos son las respuestas, las soluciones a los problemas trascendentales que nos comparte Salomón. Entonces, como ese es el formato del libro, Creo que la mejor manera de abordarlo es siguiendo el mismo formato del libro, no tratar de romper eso o de crear divisiones diferentes, sino seguir el mismo formato del libro, no forzarlo a que sea una predicación por capítulo. Y claro que no vamos, o sea, no quiero ir literalmente versículo por versículo, vamos a tratar de ser concisos, vamos a resumir algunas secciones, pero bueno, confío que que Dios nos ayudará. Así que antes de comenzar, vamos a leer el problema de hoy. Vamos a leer la congoja que nos toca considerar hoy y después vamos a orar nuevamente para pedir la ayuda de Dios. Busquen en el capítulo 1, por favor, Eclesiastes 1, ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol? La pregunta de hoy. Vamos a orar. Padre, te agradecemos este día que nos das, esta oportunidad que nos das de cantar canciones nuevas para ti gracias señor porque tú pones una canción nueva en nuestras bocas de alabanza para ti para glorificarte para complacernos señor en tu presencia en tu grandeza señor te rogamos que hoy que vamos a abordar este este tema que tú le diste al predicador hace tantos años pero que sigue tan vigente hoy como lo fue. Te rogamos, Señor, que abras nuestros ojos para ver nuestras mentes, nuestros oídos, nuestros corazones, que Tú toques cada vida el día de hoy. Señor, Tú conoces cada necesidad, Tú conoces creyentes que tal vez estén desanimados aquí, que necesitan ser fortalecidos, animados a seguir sirviéndote con gozo. También conoces a personas que están aquí, pero sin Cristo. Te rogamos, Señor, que Tú obres en ellos una voluntad de entregarse a Ti. Te rogamos que uses esta predicación que sea útil para cada alma, para los propósitos que tú tienes. Te rogamos por el que va a hablar, pidiéndote que hables tú, Señor, porque yo no puedo convencer a nadie. Sólo Tú lo puedes hacer, Señor. Dependemos de Ti de todo corazón. En el nombre de Cristo Jesús. Amén. La actividad a la que más tiempo dedicamos tú y yo en nuestras vidas, y es lo mismo para todos los seres humanos, casi sin excepción, es el trabajo. Lo que más nos ocupa, donde más tiempo invertimos, cada día, cada mes, cada año, es el trabajo. Siempre está la broma en el trabajo, ¿no?, de que ves más a tus compañeros de trabajo que a tu familia, y normalmente eso es verdad, es cierto. Leemos en el Salmo 90, los días de nuestra vida son 70 años, en los más robustos 80 años, pero la mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad. Pronto pasan y volamos. Y este es el primer aguijón. Este es el primer aguijón que nos da el predicador. El primer problema de la vida en este mundo que Salomón nos presenta. Leemos en el versículo 3. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol? Esta es la primera pregunta. Yo tengo casi 10 años trabajando en mi carrera, en el campo que estudié profesionalmente, en dos empresas diferentes, pero algunos de ustedes dicen, ay hermanos, 10 años, que son 10 años, yo ya tengo 20, 30, 40, 50... trabajando. Pero vean, aquí Salomón no se está refiriendo sólo al ámbito profesional, no está hablando sólo de tu vocación. Claro que incluye eso, pero es una referencia más genérica. Es todo tu trabajo. Todo tu trabajo. Las tareas del hogar. Todo lo que implica labor. Todo esfuerzo por realizar una tarea. Es decir, todos estamos incluidos. No solo los que desempeñan alguna profesión. Entonces, la pregunta que Salomón nos hace a ti y a mí es ¿Qué provecho tienes? ¿Qué te ha dejado? La versión en inglés lo traduce así. ¿Cuál es la utilidad monetaria? En términos financieros. ¿Cuál es la utilidad de todo tu trabajo? ¿Cuál es la ganancia? ¿En qué te redituó? Al final, digamos, a corte de caja, ¿no? ¿Qué intereses te dejó toda esa labor? Todo ese duro trabajo con el que te afanaste debajo del sol, cada día levantándote temprano, llegando tarde, esforzándote, desgastándote, incluso hasta sacrificando tu salud. Algunos ya están contestando. ¡Ah, hermano, déjame te cuento! mi casa, mi coche, mis cuentas bancarias, mi patrimonio, mi legado, mi XYZ. Vamos a ver, Salomón nos va a ayudar a analizar si realmente nos queda utilidad al final. Si realmente nos pagaron o nos pagarán los intereses de todo eso. Regresemos al capítulo 1 para entrar al análisis que hizo Salomón de esta pregunta. A partir del versículo 2. Vanidad de vanidades, dijo el predicador. Vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, generación viene, pero la tierra siempre permanece. El sol sale y el sol se pone, vuelve a su lugar y de ahí sale de nuevo. El viento sopla hacia el sur y gira hacia el norte, va girando de continuo y de nuevo vuelve el viento a sus giros. Todos los ríos van al mar o vuelven al mar, pero el mar no se llena. El lugar donde los ríos corren Ahí vuelven a correr. Todas las cosas son fatigosas y nadie es capaz de explicarlas. El ojo no se harta de ver, ni el oído se sacia de oír. Lo que fue, eso será. Lo que ha sido hecho, eso se hará. Nada hay nuevo debajo del sol. Hay algo de lo que se pueda decir, mira, esto es nuevo. Ya sucedió en las edades que nos han precedido. No hay memoria de lo primero, ni tampoco de lo que será postrero. No habrá memoria de ello entre los que serán después. Este versículo tres y este pasaje es el comienzo de toda esta gran serie de investigaciones que hizo Salomón a lo largo del libro. Su investigación fue algo muy práctico, como podemos ver inmediatamente, completamente aterrizado a los grandes temas de la vida. ¿Qué cosa más relevante a nuestra vida diaria pudiera haber investigado Salomón? ¿Qué cosa más relevante que el trabajo, nuestras labores diarias debajo del sol? Y nos preguntan, ¿qué provecho? Tiene el nombre de todo eso. ¿Qué provecho tienes? ¿Qué te ha dejado? La respuesta inicial, en los versículos 4 al 11, la respuesta que Salomón da inicialmente es una respuesta terrenal. Es decir, Salomón responde en primera instancia con argumentos terrenales. Con argumentos humanos, que cualquier hombre, sea cristiano o no, cualquiera que se ponga a analizar esto, podría meditar estas cosas y llegar a estas conclusiones, ¿no?, y este análisis. Responde lo que tendría que responder cualquier hombre sincero, cualquier hombre honesto, que intente responder la pregunta sin incluir a Dios. La pregunta, Es una pregunta que yo creo que todo mundo nos hemos hecho. Al menos de manera superficial, ¿no? Vas llegando tarde al trabajo, ya todo molido, ahí medio, ya nada más quieres llegar a dormir, ya no hiciste ejercicio, ya nada. Y dices, ¿y qué provecho me está dejando esto? Déjame recordar. ¿Por qué sigo haciendo esto? ¿Por qué estoy en esto? Todos nos hemos hecho esta pregunta. Algunos lo hacemos todos los días. ¿Qué provecho me va a dejar este trabajo que estoy realizando? ¿Qué me va a dejar que estoy ganando? Es una pregunta importante. ¿Quién se atrevería a tomar un empleo, un trabajo, un proyecto, sin preguntar cuánto le van a pagar? sólo los más novatos, ¿no? De repente traes a un albañil o algo, o un carpintero, o lo que quieran, no estamos calificando la profesión, el albañil es una buena profesión. Pero a veces cuando su primer trabajo está tan emocionado porque ya le diste la chama que ni te dicen cuánto, de cuánto va a ser, ¿no? Y luego hay unos mañosos que se aprovechan de esas cosas. Pero, ¿quién? toma un trabajo, un proyecto, sin hablar de cuánto, cuánto me van a pagar. ¿Quién ha terminado una entrevista sin hablar del sueldo, de la remuneración? ¡Nadie! Pero vean, en este capítulo, Salomón no está hablando de tu sueldo temporal, monetario. No está hablando de la recompensa a corto plazo. Está hablando a gran escala, ¿no? Está hablando al corte de caja. Está hablando del balance eterno. Al final de tu vida. En el estado de resultados final. En el corte final. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo? Con que se afana debajo del sol. Esa es una pregunta trascendental. Una pregunta que todo mundo debería hacerse. ¿Al final qué? ¿Con qué me quedo? Todo mi trabajo, todos mis labores, mis actividades en toda mi vida, ¿qué me van a dejar al final? Es decir, el día que salga de este mundo, ¿voy a estar mejor por toda mi dura labor? ¿Me va a dejar algo? ¿Habrá algún provecho de todo lo que hice? ¿Saldré mejor que como entré al mundo? La respuesta inicial en el versículo 2, no. No saldré mejor. No habrá provecho. No saldré mejor que como entré. No saldré de este mundo con utilidades, con intereses de todo el trabajo, de todas las labores que desempeñé. Job expresó esto mucho antes que Salomón. ¿Se acuerdan? ¿Qué dijo Job? Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo volveré allá. Ya lo entendían. Salomón también lo dijo. Vean Ecclesiastes 5.15, por favor. Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá. Tal como vino Zeidá, Nada de su duro trabajo llevará en su mano cuando se vaya. Podríamos entrar a todas las ilustraciones que ya conocen, el que quiere que lo entierren con su coche y su cheque. No, no es necesario. Entré al mundo desnudo, saldré desnudo, no me voy a llevar nada. Todo lo que tuve, todo lo que adquirí, Un préstamo. Nunca lo tuve realmente. Cualquier embalsamador... El hermano Hallager me dice que se les dicen muerteros. No estoy tan seguro, pero... ¿Quién es el embalsamador? El que prepara el cuerpo del difunto, ¿no? El que les coge su ropa y le doblan las manos y muchas otras cosas desagradables. Cualquiera de esos Les puede corroborar, si le preguntan, los muertos no se quedan con nada, ni su ropa se la llevan. Los hombres hacen su mejor esfuerzo por evitar esta conclusión, por no terminar, como dice el versículo 2, vanidades, vanidades, todo es vanidad. Todos quieren evitar que sus vidas terminen en un cero. que sus vidas terminen siendo inútiles, sin provecho. Todos quieren terminar en números negros, para los que saben de contabilidad. Quieren ser algo, obtener algo, llevarse algo que trascienda esta vida, que no termine en un cero. Pero lo logran al final. No lo logran. Resulta que todo fue vano, todo fue transitorio. No logran un provecho que trascienda. Dejan todo atrás. El predicador da una respuesta inicial a la pregunta como prefacio. En el versículo 2, ya lo leímos, vanidad de vanidad, en el 4 empieza a contestar detalladamente. Versículo 4, su primer punto. Generación va y generación viene. ¿Cuántos millones de hombres y mujeres han venido a este mundo antes que tú? Y tú no sabes ni su nombre. Por más que hagas en esta vida, por más que construyas, no importa qué obtengas, no te vas a quedar aquí. Te vas a ir pronto. y serás como los que fueron antes de ti. Lo vemos leyendo las genealogías de la Biblia, ¿no? Si han leído sus Biblias, saben que hay unos capítulos enteros, y fulanito, hijo de perenganito, y perenganito, hijo de Juanito, y así se va. Algunos creen que las genealogías no deberían estar en la Biblia, o no les dan importancia. sí deben estar. Uno de sus propósitos es mostrar el linaje del Mesías que cumplió todas las profecías. Pero yo he estado más de una vez leyendo esas genealogías y pensando, no tengo idea, ¿quiénes fueron estas personas? ¡No sé! He estado más de una vez en un cementerio, caminando, leyendo las lápidas, Pensando, esta persona vivió igual que yo sobre este mundo. Estuvo aquí, veo su nombre, no queda nada. La única huella que queda es su nombre en una lápida y nadie se acuerda. Nadie sabe quién era. Esa persona trabajó, construyó, aprendió y ahora, ¿qué queda de todo eso? He visto lo mismo antes de la muerte. En asilos para ancianos. Mi abuela tuvo que vivir en un hogar para ancianos porque tenía Alzheimer's y era un riesgo para ella y para otros. O sea, no había manera de estar despierto toda la noche porque ella a las 3 de la mañana era capaz de avanzar, agarrar las llaves del coche y salir a darse una vuelta. Entonces, no había manera, ¿no? No hubo opción más que internarla. Internarla. Yo recuerdo estar ahí, ver multitudes de personas que fueron como tú y yo, y ya no se acuerdan de su nombre. Ellos ya no se acuerdan de su nombre. Personas que tuvieron familias, trabajos, algunos que dejaron un gran imperio atrás, futuro financiero, lo perdieron todo. Estaban en el proceso de perderlo todo al borde de la tumba antes de que los enterraran. El problema, el aguijón que estamos considerando hoy, es universal. Acontece a todos los hombres. Generación va y generación viene. Tú no vas a ser diferente a los que están en un asilo hoy. No vas a ser diferente a los millones que te precedieron en la tumba. Si no encuentras una solución real a este problema, generación va y generación viene, pero la tierra siempre permanece. La segunda mitad del versículo enfatiza lo efímero de la vida. Lo efímero de la vida del hombre, el hecho de que tú no vas a cambiar el mundo. Tú no vas a cambiar el mundo. El mundo va a ser el mismo cuando te vayas. El mismo que era antes que tú llegaras. No tienes manera de hacer algo permanente. Por eso es tan ridículo cuando personas nos quieren decir todo esto de que el mundo se va a acabar y no lo estamos acabando. No va a durar ni 50 años más. No estoy tan seguro, ¿no? Máximo 100 años se va a acabar, nos lo vamos a acabar. Bueno, es cierto que somos llamados a ser buenos mayordomos de la creación, es cierto que los hombres por su mala mayordomía y su falta de temor de Dios han dañado ecosistemas y han contaminado lugares maravillosos de la creación, pero quienes creen que está en nuestro poder hacer cosas como acabar con el planeta, enfriar el planeta, calentar el planeta, no. Están equivocados. Acabo de salir, ¿no?, que el hoyo en el ozono, que los expertos pronosticaban que tenía que hacerse más grande porque están las cosas, estamos haciendo cada vez más daño y no hemos hecho nada para revertirlo. Ah, se hizo más chico. Y fue así como que les tomó unos días carburar y luego, ¿está funcionando lo que estamos haciendo? No, no, no está funcionando. No, no. No fue gracias al hombre. Generación va, generación viene, pero la tierra siempre permanece. El siguiente versículo continúa enfatizando lo efímero del hombre. Dice, el sol sale, el sol se pone, Vuelve a su lugar y de ahí sale de nuevo. Generación va, generación viene. El pasar de cada generación es como la salida y la puesta del sol sobre este planeta. No es más. No cambia nada. Solo es un constante ir y venir. Cada generación. Como el salir del sol y el ponerse. Como el pasar de las estaciones. Como el día y la noche. Leemos en 6, el viento sopla hacia el sur y gira hacia el norte, va girando de continuo y de nuevo vuelve el viento a sus giros. Todos los ríos vuelven al mar, pero el mar no se llena. Al lugar a donde los ríos corren, ahí vuelven a correr. Tú no vas a cambiar el mundo con tus esfuerzos, ni con tu legado. ni con tu duro trabajo con el que te afanas debajo del sol. El mundo va a seguir como siempre ha sido después de ti. Otro mensaje de estos versículos es que la vida en este mundo es monótona, repetitiva. aburrida. La vida terrenal sigue siendo la misma, sigue siendo lo de siempre, después de cuantas generaciones. Sale el sol y se pone, el viento sigue sus patrones, el ciclo del agua continúa. Así como los patrones de la naturaleza permanecen iguales, los patrones en la vida de los hombres permanecen iguales. Los mismos patrones, los mismos ciclos se repiten generación tras generación. Lo que está de moda hoy pasa de moda mañana y luego regresa en un ratito más. Luego está INN otra vez. Los patrones en la historia. Se repiten. Es el famoso refrán, ¿no? Los que no aprenden de la historia están condenados a repetirla. Pero, ¿cuál es el punto de todo esto? ¿Qué quiere Salomón? Hacernos pensar. Este es el primero de los sajijones. El primero de esos problemas trascendentales que debemos considerar. ¿Qué provecho tiene el hombre? de todo su duro trabajo. Vanidades, vanidades. Todo es vanidad. Y algunos pensan, no, yo no estoy de acuerdo, hermano. Yo no estoy de acuerdo con eso. Mi vida no es vanidad. Yo sí tengo provecho. Yo sí voy a cambiar el mundo. ¿Será? Si eres honesto contigo mismo, ¿será verdad eso? vas a ver que generación va generación viene pero la tierra siempre permanece tu vida vista desde una perspectiva meramente humana es como la salida y la puesta del sol desde esa perspectiva lo más que pudieras aspirar es tratar de disfrutar un poco el proceso tratar de disfrutar el ciclo un poco porque al final No hay provecho de todo tu duro trabajo con que te azañas. Avanzando al versículo 8. Todas las cosas son fatigosas. Nadie es capaz de explicarlas. La versión en inglés lo traduce un poco mejor. Todas las cosas son fatigosas Más de lo que el hombre puede expresar. O sea, cuando los hombres dicen, estoy aburrido, estoy harto de este trabajo, estoy harto de hacer esto, todo. Sí, más de lo que puedes expresar. Todas las cosas son fatigosas. Más de lo que el hombre puede expresar. Todas las cosas en esta vida terrenal son fatigosas, todas. No hay nada que no te canse, nada que no te arte. Si te gustan los deportes, hay un límite de cuánto puedes ver antes de cansarte. Si te gusta cocinar, si te gusta pintar, si te gusta tu profesión, si te gusta enseñar, si te gustan los videojuegos, Sea cual sea tu actividad favorita en la vida, hay un límite después del cual se vuelve fatigoso, te cansa, te harta. Hermanos, yo recuerdo, y esto está tan claro en mi memoria como si fuera ayer. Recuerdo cuando era un niño, estamos hablando de 10, 10 años, 11, 12, 13, Y me la pasaba jugando con mis amigos, o sea, trabajaba, ya trabajaba, ya estudiaba, ya tenía labores en el lugar, pero todo el día estabas esperando acabar con todo eso para ir con tus cuates. Pero recuerdo que conforme pasaba el tiempo, llegó un momento en que pasábamos días, horas, tardes enteras sin hacer nada porque estábamos hartos de las fuentes de diversión que teníamos. Hartos del soccer, hartos del americano, hartos de las escondidillas, hartos del bote pateado, hartos de los videojuegos, los parques, la bici, los patines. Aún si tu trabajo es volar un avión, aun si tu trabajo es echarte en paracaídas los que no tienen certificación entonces tu te echas y ellos se amarran a ti te vas a hartar si eres piloto de carreras a mi me gustan las carreras varios de estos pilotos en la flor de su carrera no ya me harté me voy a jubilar como? todo el mundo quiere hacer lo que tu estas haciendo y ya te hartaste? Todas las cosas en esta vida son fatigosas. Todas. Te hartas hasta de lo que más te gusta. Versículo 8. El ojo no se sacia de ver. Esa es la mejor traducción. La mayoría dicen harta. La mejor. El ojo no se sacia de ver. Ni el oído se sacia de oír. Este versículo lo vemos ilustrado todos los días, tal vez hoy más que nunca. Sale el iPhone 7 y a los 6 meses el 8. De hecho ya salen el 8 y el 10 juntos, porque ya no basta que solo pasemos del 7 al 8. No, y el 9 no, vamos al 8 y de una vez al 10. Al mismo tiempo. Ya no basta que salga una sola iteración al año. Hace 20 años nos parecían increíbles los efectos de las películas como Parque Jurásico, ¿no? Hoy día es cualquier cosa eso. Los efectos, los terminados, los diseños, todo está cada vez mejor. Todo está cada vez más impresionante. La música. Salió en cassettes y tiramos los vinilos, ¿no? Salió en CD y tiramos los cassettes. Salió en iPods y tiramos los CDs. y ya el mp3 tampoco sirve aquí, no o sea a losles o algo así tu canción favorita la que podías escuchar 10 veces de seguido y te decían no te has cansado de esa canción ya y me ibas en el coche, no todo el camino la ponías y otra y no vamos a volver a escuchar esa y vamos a ya te cansó ahora quieres otra ¿Quieres más? Los ricos se compran un Ferrari, pero eso no basta, hay que ponerle chapa de oro. Hay que comprar un tigre en vez de un gatito. El que no es tan rico se compra un bocho, pero eso no basta, hay que cambiarle los rines y ponerle un alerón. Esta verdad se refleja en todos lados. No sólo en los productos y el consumismo, aún en nuestra apreciación de la naturaleza. Si tú vas al nevado de Toluca, si vas a la playa en Cancún, si vas a ver el Gran Cañón, ¿la segunda visita es igual que la primera? No. Ya no. Ya lo viste. Ya no surte el mismo impacto. Por muy magnífico que sea, ya no te impresiona como la primera vez. Todos conocemos esta ley en la vida, la ley de los retornos decrecientes. Estamos todos sujetos a eso en esta vida. Siempre queremos ver algo más, algo más grande, algo mejor, algo más nuevo. Nuestros ojos nunca están satisfechos, nuestros oídos nunca están satisfechos debajo del sol. Siempre queremos más y nada cumple. Nada satisface, nada llega a las expectativas, al grado que algunos dicen que la clave de la felicidad es la persecución, ¿no? El chiste no es cuando ya lo tengas ese, cuando estás tratando de obtenerlo, eso es lo que más disfrutas. De todos modos es lo mismo. Todo es fatigoso. El deseo del hombre siempre excede sus posesiones. Sus expectativas siempre sobrepasan la realidad. Por lo tanto, no hay provecho real y duradero de todo su trabajo con que se afana debajo del sol. Si seguimos leyendo el versículo 9, lo que fue, eso será. Lo que ha sido, eso se hará. Nada hay nuevo debajo del sol. Hay algo de lo que se puede decir, ¡mira, esto es nuevo! Ya sucedió en las edades que nos han precedido. El hombre busca, ansía, novedad. Si no la encuentra, se aburre. Hemos hablado de esto antes, pero si ustedes investigan los suicidios, Cuáles en sus notas, los que dejan una nota, es que me fui porque esto. Elegí terminar porque esto. Estaban aburridos. Y más las personas que tienen todo, ¿no? Todo el dinero, toda la fama, todo el éxito. Resulta que estaban aburridos. y ya no les quedaba nada por lo cual vivir, nada nuevo, nada emocionante, nada que te motive a seguir. El pecado siempre promete novedad, promete algo nuevo, pero siempre termina en la misma. en la misma amarga decepción. Y te esclavizan el proceso. Los pecados hoy, vean esto, los pecados cometidos hoy son los mismos que se cometían hace mil años, hace cinco mil años. ¿Alguien puede pensar? No, hermano, no, no, no es cierto. No es cierto que no hay nada nuevo debajo del sol. Hoy día tenemos iPhones. Hace dos mil años ni siquiera teníamos computadoras. Sí. ¿Pero cambiaron los pecados? ¿Qué busca el hombre para hacerlo feliz, el iPhone o el pecado? El pecado. ¿Cambiaron los pecados? ¡No son los mismos! ¡Estamos esclavizados a los mismos pecados! ¡Konos y Naifon! El hombre sigue esclavizado a los mismos pecados que se cometían en el Génesis. ¡Léelo y verás! Hay personas que nunca han leído bien el Génesis y terminan en shock por los pecados que están registrados ahí. ¡Hoy día! Terminan en shock. Ese es el tema central. de todo esto. Los hombres viven inmersos en los mismos pecados y el pecado nunca reditúa, nunca aprovecha más de lo que le reditúa a Dan y a Eva. Incluso, por el lado de las invenciones, si lo vemos meramente en cuestiones de tecnología, mucho de lo que se considera nuevo hoy día, no lo es. Ya existía, es más, hay científicos hoy día tratando de entender cómo hicieron las cosas hace cuatro mil años porque no las podemos hacer. Si quisiéramos hacer las pirámides en Egipto hoy día, no podríamos. Dicen, no sabemos cómo. No sabemos cómo lo hicieron. ¿Quién sabe? Andamos investigando. Se supone que Gutenberg inventó la imprenta. Resulta que en China ya la habían inventado cientos de años antes, nada más que no sabían, no había internet, entonces nadie se enteró. Se supone que los hermanos Wright invertaron el avión, pero hay muchas evidencias de que también eso ya existía en Sudamérica. Ya lo habían hecho. Si comparamos nuestras vidas con las vidas de los primeros hombres, no difieren mucho. trabajamos para tener alimentos, trabajamos para obtener hogares, para proveer las necesidades de la familia, luchamos por mantener la salud, nos defendemos de quien nos quieren quitar lo nuestro, nos esforzamos por educarnos, tratamos de mejorar nuestras vidas. Lo mismo hacían en el Génesis. ¿Desde cuándo ha hecho eso el hombre? El hombre siempre ha hecho lo mismo, tratar de mejorar su vida terrenal. Tratamos de disfrutar lo que nos ofrece este mundo y esta vida, por muy efímero que sea. Adoramos dioses falsos, ídolos, la creación, el yo. Adoramos al pecado. El hombre fue creado para adorar, tiene una naturaleza religiosa. Pero adoramos sólo al pecado si Dios no nos libra de eso. No adoramos a Dios, adoramos al pecado si Dios no nos libra. El hombre sigue buscando qué o quién lo llene. Generación tras generación. Esa es la historia de la raza humana. Seguimos haciendo lo mismo debajo del sol. Así que no hay provecho debajo del sol. Para quienes creen que su provecho, su utilidad, su manera de terminar en números negros será ser recordado, ser recordado, dejar un legado. El predicador dice en el versículo 11, no hay memoria de lo primero. ni tampoco de lo que será postrero. No habrá memoria de ello entre los que serán después. No recordarán a los que ya murieron, viviendo como tú vives. No los han recordado. Los que vivieron con el objetivo que tú tienes, no los han recordado, no te recordarán a ti. No podemos recordar ni lo que pasó hace dos semanas. ¿Tú sabes, te sabes los nombres de tus tatarabuelos? Algunos por aquí sí se los han de saber, pero... ¿Quiénes de ustedes se saben los nombres? A ver, levante la mano el que se sabe los nombres de sus tatarabuelos. Nadie. Ni uno. No sabemos cuántas generaciones, tres generaciones, no sabemos, somos descendientes de ellos. ¿Qué va a pasar en tres generaciones con tu nombre, contigo, con tu legado? No te van a recordar. No habrá memoria de ellos entre los que serán después, dice la palabra. La tumba borrará tu memoria de entre los que viven. Así como tú pasas por cientos de tumbas y no tienes idea quiénes fueron ellos, nadie va a saber quién fuiste tú. No caigas en el engaño de pensar que tú vas a hacer algo tan notable, que a ti sí te van a recordar y vas a seguir vivo en la memoria, en los que vendrán después. Todos los discursos de graduación o titulación universitaria hablan de cómo esta generación va a salir a cambiar el mundo. Pues ya falló con quien sabe cuantas otras generaciones, no creo que vaya a funcionar con la tuya. La realidad apaga todo eso muy rápido. No podemos cambiar el mundo, ni siquiera podemos cambiarnos a nosotros mismos para librarnos de nuestra esclavitud al pecado. Nos van a olvidar. Así que la conclusión de todo esto es que debajo del sol no hay provecho. visto en términos humanos. No hay utilidad, no hay mejoría, nada que perdure, nada que trascienda. No es posible obtener felicidad permanente buscando en fuentes no permanentes, en fuentes efímeras, temporales. Sólo buscando en Cristo. ¿Qué solución nos ofrece Él a todo este problema? Toda esta congoja de los hombres que viven bajo el sol. Vamos a Mateo capítulo 16, por favor. Mateo 16. Cristo mismo, repite, pongan atención a lo que vamos a leer, confirma todo lo que hemos visto en este primer capítulo de Eclesiastes. Él dijo en 16.24, si alguno quiere venir en pos de mí, nieguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. porque el que quiere salvar su vida la perderá y el que pierda su vida por causa de mí la hallará y vean esto a ver si les suena familiar pues de que aprovecha el hombre si gana el mundo entero y pierde su alma o que dará el hombre en rescate por su alma tu alma Eres tú mismo. Tu alma es lo único eterno que tienes, lo único que trascenderá esta vida. Tu alma es lo único que tienes de verdad. Pero el hombre natural, el hombre por naturaleza descuida su alma. Cuida de su salud, cuida de su dinero, busca provecho debajo del sol, pero descuida su alma. El hombre trata de ganar el mundo mientras pierde su alma. Y al hacer eso, pierde lo mejor que tiene, su única posesión de valor eterno. Prefiere perseguir lo insignificante. Descuídalo mucho para perseguir lo poco. Un muy mal trato. Un trato que no te deja ganancia, ni utilidad, ni provecho alguno. Perder tu alma mientras corres tras este mundo es una pérdida sin medida. Es la pérdida más grande, la pérdida eterna. No cometas ese error. Como tantos ya lo han hecho. No desperdicies tu vida. No hagas ese maltrato. Cristo dijo, la vida del hombre no consiste de la abundancia de los bienes que posee. Lo mismo que dijo Salomón. Los hombres siguen cometiendo ese error, siguen centrando su vida en cosas que aunque las obtengan no se las pueden llevar. Siempre ha sido así, siempre será así en este mundo. Cristo nos dice, vamos a Lucas 17, para los que siguen dudando, yo creo que si hay cosas nuevas debajo del sol. Yo creo que esta vida sí vale la pena más vivirla que hace dos mil años que no tenían ni tubería, ni... ¿Es eso cierto? ¿Realmente porque hay internet entonces ya la vida vale la pena vivirla? ¿Hay provecho debajo del sol? Cristo lo responde. Dice Lucas 17, 26. Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento hasta el día en que entró Noé en el arca y vino el diluvio y los destruyó a todos. Así mismo sucedió Así mismo como sucedió en los días de Lot, comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban. Mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del ciego fuego y a sufre. y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. Lo vimos hace unas semanas. ¿Cuándo es el día del Hijo del Hombre? La segunda venida de Cristo Jesús. O sea, al final del mundo las cosas van a ser igual. Las personas van a estar viviendo de la misma manera. Lo que hacían los hombres en la última generación antes del diluvio, en la generación antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, lo mismo. No hoy, en el futuro, en la segunda venida. En toda la historia del mundo, los hombres que viven sin Dios no habrán logrado provecho alguno con todo su duro trabajo. con el que se afanan debajo del sol. No habrán aprendido, ni ganado, ni mejorado en nada. No realmente, no eternamente. Cristo mismo confirmó lo que hemos visto en boca de Salomón, lo que hemos visto hoy, lo que proclama el predicador de eclesiastés. Así que ahora, encaminándonos a concluir el último esfuerzo, para terminar, veamos la diferencia que trae Cristo a quienes se entregan a Él. Si Dios es tu fundamento, si vives para Él, tienes seguridad eterna, tendrás provecho Eterno. Este mundo, aunque ha visto tantas generaciones ir y venir, se va a acabar. Aunque es tan permanente a comparación de nosotros que somos como la salida y la puesta del sol, se va a acabar. Pero Dios, Él es eterno. Y por lo tanto puede dar seguridad eterna. Vamos a leer en el Salmo 102 por favor. Salmo 102, versículo 25. Tú fundaste la tierra en la antigüedad. Los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permanecerás. Todos ellos envejecerán, como un vestido, como ropa los cambiarás y pasarán, pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán. Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y su descendencia estará firme delante de ti. Dios es eterno, y cada generación que pone su confianza en Él, que vive para Él, alcanza provecho eterno. Eso es lo que dice el versículo 28. Habitaremos seguros. firmes delante de Dios. Esas son palabras de esperanza eterna. Eso es provecho eterno. Más seguro que la misma tierra que pisamos hoy. Cristo dijo, el cielo y la tierra pasarán, ¿pero qué? Mis palabras No pasarán. Lo que acabamos de leer, el versículo 28 del Salmo 102, son las palabras de Dios. Esto no pasará. Esto es seguro. Con Dios vemos que la historia de este mundo no es un ciclo repetitivo como nos parece a los hombres. Es lineal. va en una línea recta. Vemos el inicio en Génesis capítulo uno y vemos la conclusión en segunda de Pedro tres y Apocalipsis veintiuno y otros lugares de la palabra que hablan de cielos nuevos y tierra nueva. Dios dice, he aquí yo hago nuevas todas las cosas. En el estado glorificado Cuando estemos con Cristo, todo será nuevo. Imagínate, todos los días, con la sensación de novedad que tenías cuando eras un niño. Ahorita con Emma, supongo que todos saben, Emma es hija de Nancy y Lalo, nos gusta mucho cómo se maravilla, ¿no?, el elevador. Y todos, hasta casi nos asombramos nosotros, o sea, compartimos en su asombro. Imagínate todos los días de la eternidad con ese sentido de asombro. No se va a acabar, no te va a sartar, no se va a ser viejo, no va a ser como, bueno, es que ya llevo un año, el hermano Elías, ¿no? Ya llevo como un año más o menos en el cielo. Ya no es tan impresionante, no. Eso no va a pasar. El hermano Elías está tan asombrado hoy, tan lleno como lo estuvo el año pasado cuando falleció. Esra, eso es provecho eterno. Ese es el único provecho eterno. Nada será aburrido. Nada será tedioso, nada será viejo, nada será, ¡ay, eso ya lo vi! Vamos al gran trono blanco, ¡oh, ya fui varias veces hermano! Este, mejor vamos a visitar al hermano Spurgeon, o sea, no va a pasar eso. Hoy día nos pasa. Abragoso sin fin, deleite sin fin, sirviéndole, habitando con él para siempre, por todas las edades sin fin. Todo será nuevo. Los creyentes, si realmente lo somos, hemos comenzado con una pequeña probada de eso en esta vida. Porque Dios comenzó una obra nueva en nosotros cuando nos entregamos a Cristo. Él nos dice en Juan 3 que experimentamos el nuevo nacimiento. Yo les puedo decir que el día de mi conversión fue el mejor día de mi vida. No tengo otro día en mi memoria que haya sido mejor que ese. Encontramos novedad de vida y dice Romano 6 que caminamos en ella, no se acaba. Somos creación nueva en Cristo Jesús, 2 Corintios 5. Al salvarnos, Dios pone una nueva canción, un nuevo cántico en nuestras bocas, Salmo 40. Sus misericordias para los creyentes, nuevas, cada mañana, Lamentaciones 3. Lo que el hombre busca y nunca encuentra, se encuentra en Dios. ¿Quieres ser recordado? Hablábamos de las genealogías al principio. Las leemos y ¡ah! ¿Quién sabe? Pero cuando llega el nombre de David, ¿no sabes quién es David? Sí, claro que sí. ¿Por qué? Por la obra de Dios en él. Porque era un hijo de Dios. Vemos las genealogías. Y algunos dicen, ay, ya aburrido que es. Ah, no, pero este nombre sí, este sí sé quién era. Sí me acuerdo de él. Eso pasa con cada creyente porque en Cristo hay trascendencia. En Cristo habrá memoria de ti. Los hombres de este mundo se preocupan porque otros hombres los recuerden y hacen monumentos. ¿Qué importa que otros hombres te recuerden? Sólo hay un ser que sí importa que te recuerde. Sólo debes preocuparte porque Dios te recuerde. Dios sí recuerda a sus hijos. Él dice, los que temían a Jehová alabaron. perdón, hablaron cada uno con su compañero y Jehová prestó atención y escuchó y fue escrito un libro como memorial delante de él para que los que temen a Jehová y para los que toman en cuenta su nombre sean recordados Dios recuerda a sus hijos Dios no olvida el nombre de los que le temen. Los recordará y los guardará con Él para siempre. El ladrón en la cruz, ¿qué pidió? Señor, acuérdate. Recuérdame a mí cuando entres en tu reino, cuando vengas en tu reino. Eso fue lo que le pidió. Eso pasa con cada creyente. El Señor le recordó. ¿Estás cansado? En Dios hay descanso. Buscas satisfacción real, placer real, en Dios lo hay. Esta es la diferencia que hace Dios. En cada punto en la que la vida debajo del sol decepciona, y resulta sin provecho. La vida con Cristo es lo contrario. No decepciona. El creyente no se quedará sin provecho de esta vida. No dejará todo atrás. No perderá todo. Él sí puede mandar tesoros a la eternidad. Él sí puede mandar la mudanza por adelantado. ¿Cómo hermano, por FedEx? No. Obedeciendo a Dios, sirviendo a Dios, dando de sus recursos, tiempo, moneda, dinero, lo que sea, dando de sus recursos terrenales para la propagación de su reino aquí en la tierra, dando un vaso de agua fría a sus siervos, ya conocen los textos, No acumuleis para vosotros tesoros en la tierra donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban, más bien acumulad para vosotros tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten a robar. Y luego cualquiera que da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría, solamente porque es mi discípulo. Es decir, llega alguien que se identifica como creyente y tú no lo has visto en tu vida, pero porque él dice que es un hermano, le das un vaso de agua, dice, de ciertos digo, jamás perderá su recompensa. Es como cuando abres una cuenta en el banco, Y en la letra chiquita hasta abajo dice que tus fondos están garantizados hasta cierto límite por banquico. O sea, aunque quiebren estos, no te preocupes, estás cubierto. Bueno, Dios, cuando haces algo en su reino por la propagación de su reino por sus hijos, Él también pone su firma y dice, garantizado por Dios. Nadie te lo va a quitar. No perderás tu recompensa. Entonces, hermanos, todo lo que resta de todo esto es vivir a la luz de la eternidad, vivir para Dios, vivir para lo que está por encima del sol, no debajo del sol, por encima del sol, en los cielos. Para hacer eso debes hallar tu vida en Cristo. Cada día que no pasa eso es un día perdido. un día sin provecho. Hermano, yo ya estoy muy viejo, ya... yo creo que ya pasó mi oportunidad. No, Dios dice que Él puede recuperar los años que perdiste sin Él. Él puede hacer del resto de tu vida fructífera, con provecho eterno. Debes hallar tu vida en Cristo. Lo más sabio que puedes hacer es dejar de esperar y buscar satisfacción terrenal debajo del sol para buscar la celestial en Cristo Jesús el Señor vamos a orar Señor te agradecemos porque todo este problema, toda esta congoja no termina en que no hay nada, en que no hay esperanza, en que no hay provecho debajo del sol. Hay provecho eterno en Cristo Jesús. Señor, deseamos que cada persona que está aquí pueda conocer ese provecho, pueda conocer ese milagro. Visítanos, te rogamos, Señor, con salvación aún el día de hoy. Señor, si algunos de tus hijos que ya te conocen están aquí desanimados, aburridos, muéstrales tu gracia y ayúdalos a retomar el ánimo en Cristo, Señor. hacerse tesoros en el cielo. Gracias Señor porque nos das esta increíble esperanza de que nuestras vidas no son un desperdicio y que no seremos olvidados en ti. Te damos gracias en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
02 Eclesiastes No hay provecho
ស៊េរី Eclesiastés
¡Generación va, y generación viene… Tú no vas ser diferente a los que están en un asilo hoy, no vas a ser diferente a los millones que te precedieron en la tumba, si no encuentras una solución real a este problema…
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 83194381636 |
រយៈពេល | 1:06:52 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ការថ្វាយបង្គំថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | សាស្ដា 1:2-11; ទំនុកដំកើង 90:10 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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