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ប្រតិចារិក
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Vamos a considerar la visión terrificadora de Daniel que vivió de este glorioso Daniel capítulo 10 versículos 1 a 10. Escucha la palabra del Señor. En el año tercero de Ciro, rey de Persia, fue revelada la palabra a Daniel, llamado Belsazar. La palabra era verdadera y el conflicto grande, pero él comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión. En aquellos días, yo, Daniel, estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí marjar delicado ni entró en mi boca carne divino, ni me unfí con un cuento hasta que se cumplieron las tres semanas. Y el día 24 del mes primero estaba yo a la orilla del gran río y dije, y alcé mis ojos y miré. He aquí un varón vestido de lino y ceñido sus lomos de oro de ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce roñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. Y solo yo, Daniel, vi aquella visión y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor y huyeron y se escondieron. Quedé pues yo solo y vi esta gran visión y no quedó fuerza en mí. Antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento y no tuve vigor alguno. Pero oí el sonido de sus palabras y al oír el sonido de sus palabras caí sobre mi rostro en un profundo sueño con mi rostro en tierra. Y aquí una mano me tocó y hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. Alabadecer a Dios por su palabra, oramos. Padre celestial, gracias por este tiempo juntos, Padre, gracias por esta mañana y el tiempo de comunión en el almuerzo. Gracias que hemos separado esta tarde ahora para adorarte a ti, para profundizarnos en tu palabra en el libro de Daniel, para compartir de la Santa Cena, Padre, y pido que ahora al ver este pasaje maravilloso de esta figura maravillosa y majestuosa aquí, Padre, que utilizarás este pasaje para conmovernos, para provocar, para crear santas afecciones para ti. En el nombre de Cristo lo pido. Amén. Ok, hemos llegado a la última visión profética en el libro de Daniel. los eruditos, muchas personas cuentan a las diferentes profecías de manera diferente. Algunos dicen que hay un total de nueve. Yo digo que son cuatro o cinco, que eso es el último. Y si estás leyendo adelante, verás que esta visión empieza aquí en Daniel capítulo 10 y continúa hasta el final del capítulo. Los próximos tres capítulos tienen que ver con esa última visión profética. Y de todas las visiones proféticas, yo creo que esa visión es la más climática. Yo creo que todas las otras visiones señalaban esta visión. Hablaremos más de eso en las próximas semanas. Pero aquí vamos a ver una visión adentro de una visión en los próximos capítulos. Esta tarde solo vamos a ver el principio de esta visión, la primera parte, la primera mitad de esta visión. Yo digo que esta última visión es lo más importante de todas las visiones porque es por cómo Daniel llega a visiones muy diferentes que con las otras visiones. Si se acuerdan las otras visiones, él recibió cuando estaba dormido. La última visión que estudiamos al final del capítulo 9 fue dado por medio de Gabriel el Santo Ángel. Pero aquí podemos ver que hay uno que aparece a Daniel vestido en una manera majestuosa como en ningún otro en todo el libro de Daniel. Entonces, él quien da la visión en sí, como veremos, él es parte de la visión, pero él dará la visión en medio de la visión. Y es algo muy único, no solamente en el libro de Daniel, pero comparado con todo el antiguo testamento. Y será esa figura radiante que dará la última visión profética a Daniel en Daniel capítulo 10 a 12. Las otras visiones proféticas venían por sueño o por un ángel, pero esta visión está dada por una figura terrificador, que la manera que Daniel reacciona a esa figura terrificador es mucho más terrible de cuando vio a esa cuarta bestia terrible. ¿Se acuerdan de esa figura terrible? Pues este hombre que va a aparecer a Daniel es aún más terrificador, como veremos en su reacción. El punto principal de este pasaje hoy es a ver en asombro esa figura que aparece a Daniel, porque como veremos, él es la gloria de Dios en el hombre. Daniel podrá ver el esplendor de Dios. Y yo creo que podemos argumentar que Daniel puede ver algo que ningún otro hombre ve en el Antiguo Testamento. Y esto es digno de una pausa esta tarde, especialmente en luz de la Santa Cena. Entonces, al ver este pasaje, el de la última visión de Daniel, de la visión de la gloria de Dios en este hombre, hay dos divisiones. Primeramente, quiero ver el contexto de la visión. Nos dice eso en versículos 1 a 4. Creo que eso es muy importante a ver en contexto. Entenderemos más después. Y segundo, veremos y asombraremos a esa figura majestuosa que tenemos en versículos 5 al 10. Entonces, primero veremos el contexto, versículos 1 a 4, y después la gloria de esta visión en versículos 5 a 6. Y mi oración es que el Señor, por su gracia soberana, nos dará una muestra de ese glorioso, el glorioso que vio Daniel. que podamos verlo aún más claramente hoy por fin. OK, empezamos a ver el contexto de esta visión. Fíjense en versículos 1 a 4 conmigo. Realmente nos dicen mucho del contexto en estos cuatro versículos y quiero que lo tomamos lentamente. Muchas veces es muy fácil saltar pasajes así, como lo que tenemos en los primeros cuatro versículos, pero espero que vean la relevancia. Eso es lo que dice la Biblia, dice, en el año tercero del siglo rey de Persia, fue revelada palabra a Daniel, llamado Belsasar, y la palabra era verdadera. El conflicto grande, pero él comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión. En aquellos días, yo, Daniel, estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne de vino, ni me ungí con ungüento hasta que se cumplieran las tres semanas. Y el día 24, el del mes primero, estaba yo a la orilla del gran río y de qué. Terminaremos aquí. Aquí en los primeros cuatro versículos nosotros recibimos mucha información y quiero ver cuatro aspectos del contexto que tenemos aquí de esta versión. Nos da el año, el mes, el día y el lugar. Entonces ya existe esta visión, y todos esos son muy importantes. Primeramente nos dice el año específico cuando acontece esa visión. Versículo uno, en el año tercero de Ciro, rey de Persia. Esa es cuando la palabra fue revelada a Daniel, llamado Belshazzar, y la palabra era verdadera, y el conflicto grande. Pero él comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión. Entonces, el año de esta visión que tenemos en Daniel capítulo 10 hasta Daniel capítulo 12 fue dado a Daniel en el tercer año del reino del rey Ciro de Persia. El rey Ciro ya lo hemos visto algunas veces en el libro de Daniel. Si se acuerdan, Ciro era el rey de Persia, esa nación que conquistó a Babilonia. Era el imperio Medo-Persa. que conquistó Babilonia y es el imperio medio perso que será el segundo poder mundial después de conquistar a Babilonia. Entonces, en el tiempo de esta visión, los persos eran el imperio más grande y poderoso del mundo. Sabemos que en el primer reino de Siro, después de conquistar a Babilonia, él decreta que el pueblo judeo vuelve a Jerusalén. Eso fue uno de sus primeros actos. Y él, un rey cargano, y él decreta en su primer año, después de conquistar a Babilonia, él decreta para que todos los israelitas estén libres de la cautividad y que vuelvan a Jerusalén para reconstruir. Piensen en Ezra o Nehemiah. Sabemos no solamente de la historia, pero de la Biblia en Psicoúnico de Crónicas 36, versículos 22 a 23. También en Ezra, en Nehemiah. Pero es el rey Tiro, ese rey pagano, gentil, de Persia que libera a Israel de cautividad. Y eso es importante porque nos muestra que Dios, y es la primera vez que llegamos a ese punto en el tiempo, pero podemos ver que Dios cumple su propiedad con Jeremías. Daniel, capítulo 9, Daniel trataba de la oración que Dios cumpliría su profecía. Daniel fue a Jeremías y dijo, yo leyendo la profecía, nuestra captividad durará por 70 años. Daniel empezó a calcular, diciendo, pues ya casi estamos en ese punto, ya falta solo un año. Y va el Señor y ora una oración maravillosa en Daniel, capítulo 9, donde ya se aferra la palabra de Dios y a sus promesas. Y dice, Señor, lo harás, hazlo, Padre. Y aquí podemos ver que Dios, de hecho, lo hace. Él libera a su pueblo por medio de ese rey pagano, Ciro. Pero fíjense que nos dice que esta visión no aconteció en el primer año del reino de Ciro, sino en el tercer año, dos años después de la liberación del pueblo de Dios y de la cautividad. La cautividad de Babilonio terminó en como 538 a.C. Entonces, esta edición era como 536. Entonces, podemos entender el año que aconteció esta edición. Daniel ya probablemente tenía casi 90 años a este tiempo. Piénsalo, Daniel, el libro de Daniel empezó cuando Nebuchadnezzar venció a Jerusalén cuando Daniel era un joven. Ahora llegamos al Daniel, ya viejo, sabio, en sus ochentas, y que recibe esta visión. Daniel pasó toda su vida adulta en la cautividad de Babilonia. Entonces, esta visión acontece dos años después de la liberación del pueblo de Dios de la cautividad. Y sabemos de la palabra de Dios que un grupo grande del pueblo de Dios, de los israelitas, volvieron a Israel a reconciliarla. Piensa en Nehemiah, Pero todo no va bien, si se acuerdan de esos libros de volver a edificar el templo. Pero muchos judeos volvieron. Entonces, el año fue dado en el año 536 a. C. Antes de ver la segunda parte del contexto histórico, nos dice que Daniel recibió esta visión. Y esta visión se resume aquí en versículo 2 o en versículo 1. que fue una visión de un gran conflicto y era verdadera. Y esto será muy importante después al profundizar más en capítulo 10 y en capítulo 11. Pero esta visión que Daniel recibirá en los próximos tres capítulos hablará de una gran guerra. Entonces, segundo, vamos a pensar en el mes. Nos dice el mes en versículo 4. Y era el primer mes, el mes primero. Cuando pensamos en el mes primero, ¿en cuál mes pensamos? ¿Cuál es el primer mes del año, niños? Enero, ¿verdad? Pero en el Antiguo Testamento, en el tiempo de los israelitas y el calendario judío, no era el primer mes para ellos. El primer mes del año no vino en el invierno, sino que empezó en la primavera. Y era el mes de Nisan. Eso era el primer mes del año. Y ese mes es un mes significante en el Antiguo Testamento. Nos dice éxodo después en Levítico y Números. Pero Nisan, el primer mes del año, es el mes de la Pascua. Y en la fiesta de la Pascua celebraron en el mes de Nisan, celebrando el éxodo. Cuando el ángel de la muerte pase sobre las casas que tienen sangre del cordero en la puerta, entonces Daniel recibe esta visión el primer mes en Nizán, entonces el año 536 antes de Cristo en el mes de Nizán. Según Tésoro vamos a ver el día en versículo 24, y el día 24 del mes de Nizán. Este es muy importante si escuchas en Éxodo, Éxodo capítulo 12, tenemos el origen de la fiesta de Nizán. paspa y la fiesta del pan sin levadura y nos dicen los días cuando esa cosa tiene que acontecer. Del 5 al 21 del primer mes, por una semana entera, los israelitas tenían que festejar la fiesta del pan sin levadura que representaba que tan rápido el pueblo de Dios tenía que salir de Egipto para salir en el éxodo. tenían que salir tan rápido que el pan no podía terminar de hornear, entonces tenían que salir rápido. Entonces esa fiesta representaba ese evento. Y la Pascua tenía que acontecer antes de la fiesta del pan sin levadura, en el día 14. semana de pan sin levadura se llama la semana de la Pascua, muchas veces. Entonces, esta visión viene a Daniel 10 días después de la Pascua. Y no creo que eso es sin importancia. Algunos dicen que 10 es el número de complejo de algo que es entero, pues puede ser el caso aquí. Pero realmente quiero enfocarme aquí que esta visión viene pronto después del tiempo más importante en el calendario de la Nación de Dios, durante la Pascua, en tiempo de fiesta. ¿Pero qué hacía Daniel durante ese tiempo? Pues nos dice desde el tercer día de ese mes hasta el día 24, que incluía la Pascua. ¿Qué estaba haciendo Daniel? ¿Estaba festejando? Pues no. ¿Qué estaba haciendo? Estaba afligido y ayunando por 21 días. Un día cuando debe haber festejado, Daniel estaba ayunando, afligido, por lo que él vio en la visión. En esa visión que le fue dado. Pero la conexión de la PASCO no es inimportante y de eso veremos después. Tenemos el año, el mes, el día, 536, el mes de Nissan y el día 24. Ahora vamos a ver el lugar y después llegaremos a esa persona. ¿Dónde está Daniel cuando acontece esta visión? Pues al final del versículo 4. Estaba yo a la orilla del gran río Idikei. Por mis historianos y geógrafos, pues quién sabe dónde está este río. ¿Quién me puede decir un país tal vez? Irak. Entonces el río, y de que él está en el día moderno de Irak o en el país anciano de Babilonio, que ahora ha sido conquistado por Persia. Entonces, Irak es el lugar donde estaba Babilonio y ahora Babilonio ha sido conquistado por Persia. Entonces, ¿qué nos dice aquí? En el tercer año del reino del rey Ciro, ¿dónde estaba Daniel? No estaba en Jerusalén. ¿Por qué es importante eso? Esto es el tercer año. El pueblo ya había vuelto a Jerusalén. Tú pensarías de todas las personas que volvieran a Jerusalén que Daniel iría. No para poner niveles a las personas, pero en este momento de la historia relativa, Daniel tiene que ser el hombre más importante. Él es fiel, ha recibido posiciones de prominencia. Él es muy conocido, es un hombre fiel, ya mayor. Si voy a volver a Jerusalén, la primera persona que voy a traer conmigo es Daniel. Él sería mi general a volver a Jerusalén como administrador, como líder. Pero nos dice que en el tercer año Daniel no estaba en Jerusalén, sino que estaba ahí en el río Iretel. Estaba en Babilonia, en Persia. Y eso debe asombrarnos. Y lo interesante, lo sabemos de la historia y de algún contexto típico, en el tercer año del reino del Rey Ciro, es el año cuando primeramente volvieron a festejar la Pascua en Jerusalén. Todavía no habían reconstruido el templo, pero la Pascua fue celebrada por la primera vez desde la cautividad de Babilonia. Entonces, si piensas en el tiempo, Daniel, cuando recibe esta visión, él está perdiendo la primera Pascua en Jerusalén, desde antes de la cautividad pabiloniana. Algunos dicen, por eso está afligido ayunando, porque no está ahí en persona. Aunque yo sé que él celebra la Páscua, él sabe de la visión que veremos en las próximas semanas, pues yo creo que él realmente estaba afligido porque sabe la destrucción, la tribulación que vendrá por el pueblo de Dios en el futuro, aunque debe ser un tiempo de alegrarse. Él entiende porque ha recibido visiones en Daniel capítulo 9 de lo que vendrá para su pueblo, que aunque han sido liberados, hay más tribulación por ellos. La pregunta para la mayoría de las personas cuando llegamos al versículo 4 es, ¿por qué Daniel no regresó a Jerusalén con los demás? Pues no sabemos. Tal vez tendrá buenos pensamientos. Comparte conmigo después del servicio sus pensamientos de por qué Daniel no estaba con ellos. Si tenía que adivinar, yo diría tal vez es por su edad. Ya está muy avanzado de años. Y este viaje no era un viaje fácil, era un viaje de 900 días. Para él tomar a pie o en camello pues sería cuatro meses de viaje por tierra difícil. Tal vez eso era el caso, no sabemos. Pero sabemos que la providencia soberana de Dios es que él estuviera en Persia y no en Jerusalén. Imagínate, estando en Jerusalén para reconstruir el templo pues sería muy difícil. reconstruir el templo. Como sabemos de Nehemiah, no era fácil hacerlo. No era fácil reconstruir el templo. Pero yo creo que al final del día es la providencia de Dios que él estaba en Babilonia y no en Jerusalén. Y veremos que no era tan mal para él porque él vio una visión de alguien mucho mejor que la reconstrucción del templo. Y esa es la figura que le vamos a ver ahora en versículos 5 a 10. Vamos a ver el quién de la visión. Ya sabemos cuándo aconteció, en el año 536 en el mes de Nisan, en el día 24 en Persia. Pero ahora vamos a ver el quién, la gloria de la visión, este hombre con la vestidura de oro. Vamos a leerlo. Y Daniel dice, y alcé mis ojos y miré, y aquí un varón vestido de lino, ceñido sus lomos de oro de ufaz. Su cuerpo era como un berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñidos, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. Y solo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo. sino que se apoderó de ellos un gran temor y huyeron y se escondieron. Quedé pues yo solo y vi esta gran visión y no quedé fuerza en mí. Antes mi fuerza se cambia en desfallecimiento y no tuve vigor alguno. Pero oí el sonido de sus palabras y al oír el sonido de sus palabras caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra. Y aquí una mano me tocó y hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. Amén. Creo que lo que tenemos aquí en Daniel capítulo 10 es probablemente la revelación más espléndida de la gloria de Dios en una persona en todo el Antiguo Testamento. No solamente en el libro de Daniel, porque hemos visto cosas increíbles en el libro de Daniel, pero yo creo que en todo el Antiguo Testamento. Más increíble de lo que vio Moisés o lo que vio Isaías. Aquí él recibe su visión de Dios en su gloria. Por eso creo que sería malo tratar esas visiones como todas las otras visiones. Hay algo extraordinario aquí en esta visión. Es muy único porque la persona que describen aquí que nos dará la visión es única. Vamos a ver su descripción. Espero que vean que están de acuerdo conmigo del asombro que él inspira. Dice que después de tres semanas de ayunar y está reflejido que Daniel asó los ojos y miró un hombre. Daniel pasa por tres semanas, tres grupos de siete, como vimos en Daniel capítulo 9, los 77. No sé qué, pero es interesante. Pero lo que nos dice de este hombre, nos dicen siete descripciones específicas de este hombre. Y yo creo que de esas tres semanas de duelo, a un Daniel, recibió una vista de la tribulación que tal vez el pueblo de Dios pasara en el futuro. Pero vamos a ver primeramente las siete descripciones diferentes de esa figura majestuosa. Primeramente, está vestido en lino. Cuando decimos que alguien estaba vestido de lino, pues todos lo podemos hacer, no es tan importante. Pero el lino en el Antiguo Testamento era importante porque solamente una persona se vistió de lino. ¿Y quién era? El sacerdote, solo los sacerdotes se vestían de lino. Tenía que hacerlo, era parte de su vestidura, vestirse de lino. Entonces, él que aparece está vestido como un sacerdote. Segundo, que tiene ceñidos los lomos con oro, un cinturón de oro, podríamos decir. No solamente es oro dorado de color, sino que está hecho de oro. Es muy importante porque ese cinturón era parte del vestidor de quién? De sacerdote, ¿verdad? Los sacerdotes se vestían ceñidos de morado o de escalota, pero este sacerdote está ceñido de oro, hecho de oro, no dorado. Los próximos cinco descripciones, vamos a disminuir los primeros. Lino y Señor de Oro, pues, son increíbles, pero los próximos son descripciones, son cosas supernaturales. Su cuerpo era como Beril, no como un huracán, sino Beril, que es uno de esos joyas maravillosas. Lo pueden mirar en Google, son de colores diferentes, pero una joya maravillosa. Y Beril es... está incluido en la vestidura de quién? Pues del sumo sacerdote, ¿verdad? Es una de las joyas que utilizaba el sumo sacerdote en su pechero. Entonces, no nos decía que estaba vestido con ropa que tenía un beril, sino que dice que todo su cuerpo era como un berilo. Todo su cuerpo brillaba como un diamante, brillaba como un beril. Segundo, cuarto, nos dice que su rostro pareció un relámpago. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que su rostro brillaba brillantemente como una luz, una luz que cegaba, como un relámpago. Podríamos decir que era tan brillante que ni siquiera podía ver la cara de ese hombre porque brillaba tanto. Y después de eso nos dice que sus ojos eran como un tocho de fuego. Ahora sabemos que este hombre no es cualquier hombre, y sabemos que es más de un santo ángel también, porque sus ojos eran como antorchas de fuego. Entonces, si lo vieras, solo podría ver luz brillante como relámpago con dos antorchas para sus ojos. Y después nos dice que sus brazos y sus pies eran de color de bronce, bruñido, que brillaba como el oro. Y de último dice de su voz, que su voz es como el estreno de una multitud, de miles y miles de voces. Una voz que daría miedo a cualquier hombre al escucharlo. Ese es el hombre quien vio a Daniel aquel día. Y nos dice en versículo 7 a 10 que los que estaban con Daniel, pues tenemos su reacción Primeramente, había personas con Daniel cuando apareció la visión, y los hombres con él no vieron la visión. Pero estaban, parece que estaban tan asustados que huyeron antes de ver lo que estaba pasando. Estaban tan asustados que se huyeron. No tal vez que no pudieron verlo, pero ellos vieron la luz y huyeron porque no querían descubrir la fuente de esa luz. Todos huyeron de miedo, pero Daniel permaneció. Y mira la reacción de Daniel. Dice que todo su cuerpo, su fuerza salió de su cuerpo. Cuando él vio esta visión, está paralizado. Él está paralizado con temor al ver a este hombre. La fuerza salió de su cuerpo. Y cuando el hombre habla, dice que Daniel cae a su rostro, su rostro en tierra. Él no quiere ver ya a este hombre por miedo. Él cae como una persona muerta, como una persona dormida. Y aquí podemos ver que Daniel realmente estaba aterrorizado por la manera en que actúa. Y por fin, en versículo 10, el hombre toca a Daniel y empieza a temblar una vez que el hombre le toque. Ahora, ¿qué debemos aprender de esta figura majestuosa? Pues la primera pregunta en la cual pensamos es, ¿quién es? ¿Quién es la identidad de este hombre? Uno de los candidatos es Gabriel, el ángel, Gabriel el ángel que sí proclamó la visión al final de Daniel capítulo 9 de los 70 semanas, pero no creo que es el caso aquí. Porque cuando Gabriel llegó, cada vez que llega Gabriel nos dice que es Gabriel, nos da su nombre. Y también aquí Daniel jamás respondió a Gabriel como responde a esta persona. No recibimos esta descripción de Gabriel en la otra ocasión en este libro. No solamente la descripción de Gabriel, sino de todos los ángeles. Tampoco puede ser Miguel, el arcángel, el mayor de los ángeles, porque él se menciona después en ese capítulo junto con esa figura. Entonces, no puede estar dos personas en el mismo lugar. No puede haber otro ángel porque Gabriel y Miguel son los mejores ángeles. No habrá ningún ángel más majestuoso que esos dos. Entonces, ¿quién es? Yo creo que ya saben lo que es mi respuesta. Si han estado conmigo en este viaje por Daniel, no es nadie más que el Cristo preencarnado. Este es el Señor Jesús antes de su encarnación. Y yo lo digo por varias razones. Cristo ya en su forma preencarnada ha hecho varias apariencias en el libro de Daniel. Pensamos en Daniel capítulo 3, la cuarta persona en el enorme fuego que protegió a Sadrach, Misach y a Bénigo. Ahí Dios el hijo en forma preencarnada estaba ahí. Dios estaba ahí en capítulo 6 con los leones, cerrando las bocas de los leones. Cristo en su forma, preencarnado. La visión de Cristo, el hijo del hombre, Daniel capítulo 7, que descendió de las nubes del cielo con gloria y poder. Aun si volvemos a Daniel capítulo 7, no tenemos mucha descripción del hombre que baja en la nube. Realmente solamente podemos ver a alguien que viene en la nube. ¿Escuchamos de la anciana del día, del trono, la descripción de Dios en su trono? Entonces hemos visto esas descripciones. Y aunque no se ve en la visión que Gabriel dio a Daniel, en Daniel capítulo 9 de las 70 semanas, en esta visión que le dio Gabriel hablaba principalmente de Cristo, el Mesías, que será cortado, que terminará los sacrificios y las ofrendas, o sea, los costos. Hay sentido que al final de Daniel, la última visión que tenemos en este libro sería una visión de Cristo preencarnado, el Hijo de Dios, el Señor Jesús apareciendo a Daniel en toda su gloria, describiendo a él lo que acontecerá, lo que desarrollará en la historia humana. Después de todo, todas las otras visiones nos señalaban a esta visión. La visión después que tenemos en Daniel capítulos 11 a 12 es increíble. Pero yo creo que eso es el mejor de toda la visión de capítulos 10 a 12, esa primera parte. Yo creo que eso es la gloria de la visión. Después nos hablará de todas las cosas que acontecerán en la historia, y cómo se desarrollarán, y cómo fueron predijo, y cómo se cumplirán, y será increíble. ¡Wow! Todas las profecías, he profetizado cientos de años antes, y cada nación, pues es increíble. Pero, La gloria verdadera es este hombre que tenemos aquí, el Señor Jesucristo en forma preencarnada. De nuevo, Cristo se ha visto en todo Daniel. Era la roca profetizada en Daniel capítulo 2. Y quiero mostrarles cómo todas las visiones hablan de esta visión. En Daniel capítulo 2, el sueño del Rey Naucolonoso de esa estatua y cada sección representaba a la nación. ¿Pero cuál era la última cosa mencionada en esa estatua? ¿Qué asustó tanto al reino de Bucodonosor? ¿Algo que iba a destruir la estatua? ¿Se acuerdan? Era la roca. La roca que vendría a destruir la estatua. Eso que representaba al reino de Dios. Que al final Cristo destruyera todos los reinos de los hombres. Aquí en Daniel, capítulo 10, vemos a Cristo como algo mucho más terificador que la cuarta bestia de la segunda versión de Daniel, capítulo 7. Él es más terificador de los cuatro bestias, pero aún más de la última bestia, la cuarta. Demostrando que todos los reyes saganos de la historia no comparan con el Rey de Reyes, el Señor de Sores. No comparan con su poder, con su majestad, con su capacidad, con su gloria. Y lo último lo digo, que es de Cristo preencarnado, que creo que es el argumento más conveniente. Y es que las descripciones que tenemos aquí en Daniel capítulo 10 son casi palabra por palabra la misma descripción que le apostó Juan de Cristo cuando el Cristo resucitado viene a darle la visión que tenemos en el libro de Apocalipsis. justo conmigo en Apocalipsis capítulo 1. Creo que es muy importante para nosotros. Nuestro hermano lo leyó a principios del culto, pero quiero que te fijen con sus propios ojos. Para mí es difícil no ver estas descripciones como de la misma persona. Te ayuda también a entender el libro de Apocalipsis, porque lo que pasa en el libro de Apocalipsis no es nada nuevo, porque ya pasó en el libro de Daniel. Cristo viene y da una visión de un apocalipso, del fin de la historia humana. Lo que es Apocalipsis capítulo 1 nos dice, ¿en cuál versículo quiero empezar? Empezando en versículo 13 de Apocalipsis capítulo 1 dice, Juan, estando en la isla de Patmos, ve a esa figura que viene, se le acerca y dice, Uno como el hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñidos por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve. Sus ojos como llamas de fuego, sus pies semejantes al brote bruñido, ergulfante como en un horno, y su voz como estreno de muchas aguas. Es muy parecido, ¿verdad? Son iguales las descripciones. Increíble. Pero qué tan increíble es que Daniel, Daniel ya mayor, Daniel ya había pasado por 70 años de cautividad, de tribulación. Daniel había sido fiel al Señor en medio de nación malvada tras nación malvada. ¿Y cómo apremia el Señor a Daniel? No, no puede ir a Jerusalén para ver la reconstrucción del templo y el principio de los sacrificios. ¿Sabes lo que puede ver que nadie más podía ver? Algo mucho mejor. Algo que creo que ningún otro santo en el Antiguo Testamento podría ver. Algo que Moisés y Isaías seguramente deseaban. Daniel podía ver al Mesías, al ungido, el Señor Jesucristo mismo, en toda su gloria, antes de su primera venida. Eso es más de 500 años antes del nacimiento de Cristo. Pues no hay mejor hombre a quien acontecer esa visión. Por eso, El libro de Daniel está, dicen que el libro de Daniel es el apocalipsis del Antiguo Testamento. Entonces, Daniel termina como apocalipsis empieza. Es fascinante. La venida de Cristo para dar una visión del futuro a su siervo. Ahora, llego a considerar este pasaje en luz de la tantosana. Acuérdate, Daniel no pudo estar en la primera Pascua en Jerusalén después de la cautividad. No podía asistir porque todavía estaba en Persia. Pero, él pudo ver el Cordero de Gloria en todo su esplendor. Yo creo que la visión de Daniel capítulo 9, el Mesías cortado, no creo que Daniel sabía todo lo que iba a acontecer. No lo entendía plenamente. Pero aquí es difícil de Después de ver una figura tan gloriosa, él sabía que había visto a Dios en figura de un hombre, en Cristo, el esplendor de Dios. Él podía ver la persona de quien la sombra de la Pascua señalaba. Esta tarde a tomar la Santa Cena, pensando en lo que Cristo había hecho por nosotros en su muerte y en su resurrección. Pero ahora estamos al otro lado de la cruz, estamos al otro lado de la encarnación que Daniel no vio. Entonces podemos ver la gloria de Cristo en su plenitud, aún más de lo que vio Daniel, porque Daniel no sabía cómo todo iba a desarrollar, sólo lo vio en sombra. Pero ahora, en el nuevo pacto, tenemos a Cristo revelado para nosotros. Sabemos lo que hizo en Su obra redentiva. Sabemos que Su cuerpo fue roto para nosotros, Su sangre derramada por nosotros. Sabemos cómo Él cumplió la salvación. Sabemos quién es la Roca y cómo destruyera todos los reinos del mundo y cómo destruyera al pecado por medio de la cruz. Por eso, ahora a compartir de la Santa Cena, No podemos ser como Daniel, afligido, en duelo. Sí, hay un tiempo para arrepentirse de sus pecados antes de venir a la cena. Es cierto. Pero es un tiempo para celebrar, para festejar porque Cristo ha venido. Aquí en Daniel sólo vio en sombras. Él ha hecho tabernáculo entre nosotros. Él vivió y murió por nosotros. Él resucitó y ahora está sentado a la diézera de Dios. Él, de quien profetizó Daniel capítulo 9, ha venido, ha sido cortado. Sabemos cómo fue. Él puso un fin a los sacrificios. Por eso ahora tenemos la santa cena. Él nos dio vida eterna y gozo eterna. Tenemos perdón de pecado en Él. Podemos ver todo en la imagen. Y un día, Veremos no solamente una visión de la gloria de Dios como lo que vio Daniel, pero veremos un día en la gloria de Cristo por quien es, cuando Él vuelve de nuevo bajándose en las nubes, cuando Él reúne a los elegidos y cuando Él nos glorifica. Ese día será iglesia. Venga rápido, Señor Jesús. Amén.
La Vision de la Gloria de Dios
ស៊េរី Daniel (Spanish)
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 72824195156796 |
រយៈពេល | 39:49 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ល្ងាចថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | ដានីយ៉ែល 10:1-10 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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