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ប្រតិចារិក
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Podemos enfocarnos en este corto tiempo para ver lo que es que Tú tienes para nosotros de Tu Palabra. Pedimos todo esto en el nombre de Jesús. Amén. Me gustaría contarles acerca de Marcos. Marcos era un muchacho que fue a mi universidad, ¿eh? ¿Universidad de qué? Terremoto, ¿eh? Es decir, ahí vienen unos pronto. Es una universidad grande con miles de personas. Pero este muchacho Marcos yo había conocido desde incluso antes de la universidad. Marcos tenía una habilidad impresionante en cuanto al piano. Él concursó en Europa. Él tenía un talento que llegó y sus profesores estaban asombrados al nivel que él tenía. Marcos entró con todo eso. Le encantaba tocar. Acompañaba para coros, para personas. Era un muchacho que ha visto ricamente bendecido en cuanto a este talento de piano. Pero pronto los profesores de Marcos no estaban muy contentos con él. Marcos no le gustaba estudiar. Marcos no le gustaba escuchar. A Marcos le gustaba tocar el piano y hacer lo que sea con cualquier amigo. Y tenía un talento impresionante de clase, de escuchar música y escribirlo a mano. Y yo tomé esa clase, y solo intentando conseguir la melodía era difícil. Este muchacho había escuchado un montón de diferentes instrumentos, no solamente escribía la melodía, sino todas otras voces, hasta seis voces. Así de oído, él sabía cuáles eran las notas. Tenía un talento, pero era perezoso. No quería trabajar. Pronto estaba sacando Fs en sus clases, y de ahí no pudo regresar al colegio. Aunque tenía tanto talento, mucho más, que cualquier otro estudiante en ese tiempo, él no quería trabajar. Él no tenía disciplina. Quería hacer lo suyo, pasarlo con sus amigos, vivir la vida grande. Hace unos pocos años estaba trabajando en telecomunicaciones, una vez trabajaba aquí. Y recibí una llamada. Era una llamada collect de una prisión. Me dijeron, hay un collect call de Marcos Da. Lo aceptaría. Y nuestra política es no podemos aceptar, yo quería aceptarlo, pero no podíamos. Y yo me quedé, este muchacho, con un talento que la mayoría de nosotros diríamos, yo tuviera esto. Pero le faltaba disciplina. Y hoy estamos mirando esta última palabra que se llama templanza. Esa palabra, en Hechos 24, versículo 35, el apóstol Pablo está hablando a Félix. Dice que está hablándole a la justicia y traduce esta palabra, el dominio propio. El dominio propio. Y esta mañana voy a estar usando un poco esos términos. intercambiando el uno por el otro. Si escuchan disciplina, no piensan que sea otra cosa que dominio propio. Es esa palabra templanza. Lo traducen de diferentes maneras, pero es la misma palabra en el griego original. Templanza. Dominio propio. Muchos de nosotros no tenemos el talento de Marcos. Dios me dice, muchos de nosotros no hemos ido a la cárcel. Pero todos nosotros tenemos la tendencia de querer seguir el corriente, de hacer lo que es más fácil en la vida. Y de la Biblia nos dice en Galatas 5, el fruto del Espíritu es amor, es gozo, es paz, es todas las cosas, pero termina contemplanza. Y es bien interesante cuando miramos estos frutos, que cada uno de ellos requiere una aplicación personal a la vida, el amor, la benignidad, la bondad, la fe. Todas estas cosas que hemos estado escuchando esta semana son inútiles sin templanza. Y como dijo el pastor el primer día, es un fruto, todo viene junto, es un paquete. Y es importante que prestamos atención a este último, la templanza Para investigar un poco, quiero ir a un pasaje en 1 Corintios capítulo 9. Y aquí es donde vamos a estar mirando acerca de la disciplina de la templanza en 1 Corintios capítulo 9. 1 Corintios capítulo 9 versículos 24 al 27. 1 Corintios capítulo 9. Versículos 24 al 27, dice así la Palabra de Dios, No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio. Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha de todo se obtiene, ellos a la verdad para recibir una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Así que, yo de esa manera corro, no como a la aventura. De esa manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre. No sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. La palabra aquí, templanza, en este pasaje, se encuentra en el versículo 25. Donde dice, de todo aquel que lucha, de todo se abstiene. Esto es el verbo, tenemos el sustantivo en catas 5. Pero aquí Dios está diciendo, ahí tenemos un pasaje que Dios está hablando acerca de la necesidad de la disciplina. Si vamos a estar mirando acerca de disciplina, primeramente, el agradar a Dios requiere disciplina. Estos frutos del Espíritu, algo que viene de Dios, que se produce en la vida de nosotros. Esto que es un fruto que se ve evidenciado una bella armonía en el hogar, que hace una diferencia. Todo esto requiere la disciplina agradable a Dios. Yo pienso, si yo preguntaría a la mayoría de ustedes esta mañana, ¿Quieren agradar a Dios? ¡Ah, sí! Yo quiero agradar a Dios. Yo quiero agradar a Dios. Nosotros, honestamente como cristianos, los que aquí hemos puesto nuestras penas en Jesucristo, queremos agradar a Dios. Y mira lo que dice el versículo 24. Dice, no sabes que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren. pero uno solo se lleva el premio. Corred de tal manera que lo obtengáis. Hay un premio. Hay algo que podemos obtener. Y eso es la aprobación de Dios. El fruto del Espíritu en nuestras vidas trae la aprobación de Dios. Dios ama esto. Y nosotros decimos, yo quiero agradar a Dios. Yo quiero hacer lo que a Él le agrada. Pero si decimos, yo quiero agradar a Dios, yo quiero tener amor, yo voy a ser amoroso. Pero si no nos disciplinamos para ponerlo en práctica, ¿de qué sirve? No es verdadero amor, porque verdadero amor hay que ser. Y esos momentos que quieres achillar a tu hermano, a tu hermana, llamarle tonto o peor, Todos los tiempos, no, yo tengo que amar a esta persona, aun si no lo merece. Así es bien con él, sin pensar de recibir algo en cambio. Paz. Dice, oh, yo quiero la paz de Dios. Pero requiere la disciplina de la fe en Cristo Jesús. La fe en Dios. Ah, yo quiero gozo. Pero también no quieres confiar en Él, no quieres deleitarte en Él. Es muy fácil decir, yo quiero amar a Dios, yo quiero servir a Dios. Pero la disciplina en la vida cristiana es lo que verdaderamente agrada a Dios. En cada una de esas áreas. Así que ese mensaje, más o menos, esta última palabra está yendo a todas las demás frutos. Estos frutos del Espíritu es necesaria para cada una de ellas. ¿Cómo vas a tener paciencia si explotamos a cada minuto? ¿Ya sabes? ¿Te metes en la zancadilla en el fútbol? O peor, la pelota sale de la banda y tú dices, no salió y metieron gol. El otro equipo dice, no salió, pero salió y meten gol. Y uno quiere decirles unas cuantas. ¡Estás ciego! ¿Qué te pasa? La paciencia que habló el pastor. paciencia de que cuando alguien está encima o te hace algo que tu puedes ir adelante eso requiere disciplina en vez de en vez de estar ahí griteando muérdete la lengua quiero hacerte también por favor pero muérdete la lengua ¿por qué? porque esto agrada a Dios si queremos agradar a Dios requiere disciplina mira lo que Dios aprueba el que corre en serio Mira lo que dice aquí, versículo 24. No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio. Corred de tal manera que lo obtengáis. Dios dice, corred de tal manera que lo obtengáis. Aquí estamos, hemos pasado una semana linda aprendiendo del fruto del Espíritu. Dios ahora dice, corred, corred. para que obtengas. Corre para entrenar, ¡está en serio! No te vayas a ir a un atleta, no vayas simplemente a correr y quedar último. Si es que quedas último, bueno, así pasó, hay que entrenar más. Pero eso no es su propósito. Su deseo es ganar. Y Dios dice, si tu deseo es seguirme a mí, corre para obtener. No simplemente di, abre, a mí me gusta correr, Yo soy atleta. Hay un premio. Corre para obtenerlo. Corre para obtener la bendición de Dios. Es algo bello que Dios da en la vida de uno. Corre para obtenerlo. Uno de mis amigos en Puerto Rico se llama Gabriel Rodríguez. Un buen nombre, Gabriel Rodríguez. Él es un guitarrista fenomenal. Yo tomé clases de él el año pasado y casi me mató. Es muy bueno, muy exigente. Pero Gaby Rodríguez no tocó la guitarra hasta los 19 años. Y él decidió, yo quiero ser guitarrista. Algo pasó ahí. Él decidió, yo quiero ser. Él no tocaba nada. Y quería entrar al conservatorio para hacer su carrera. Así que él estudió un año de guitarra solito tomando clases privadas para llegar a nivel para poder entrar. Ya entrado en el conservatorio, Gabriel Rodríguez solía pasar unas 10 horas diarias ensayando guitarra. ¡Él iba en serio! Él iba en serio. Y por eso es que el año pasado, año y medio, él ganó el concurso nacional de Puerto Rico. ¿Por qué? Porque tenía un deseo, pero se aplicó para llegar a la meta. Nosotros, creo que todos nosotros que hemos verdaderamente puesto nuestra fe en el Señor Jesucristo, queremos, queremos llegar a la meta. queremos el premio, queremos una vida bendecida de Dios. Pero muchas veces vamos a ir por el corriente, lo que más fácil parece, y no queremos aplicarnos a correr la carrera. Y Dios dice, esto es algo que me agrada. Y si tú como cristiano quieres la aprobación de Dios, esta cosa, este dominio propio, esta disciplina es algo que agrada a Dios. Es algo que agrada a Dios. Pero aunque es algo que agrada a Dios, es algo que requiere gran esfuerzo. Segundo, la disciplina requiere gran esfuerzo. Veamos el versículo 25. Dice así, Todo aquel que lucha, de todo se abstiene. Ellos hablan de verdad para recibir una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Requiere esfuerzo. Requiere esfuerzo. No es fácil. Si vivir la vida cristiana de la manera que Dios lo quiere fuera fácil, todos lo haríamos. Si fuera fácil ganar una carrera, todos ganaríamos. No funciona. Pero Dios dice, yo quiero que tú corras de tal manera que obtengas el premio. y esta palabra aquí en el versículo 25 dice todo aquel que lucha esta palabra no está hablando de lucha libre sino del esfuerzo que involucraba para correr el maratón como también el entrenamiento físico para boxear esta palabra de la cual agarramos nuestra palabra española agonía es una palabra que habla del esfuerzo de trabajo Yo he entrenado para equipo de fútbol. Me acuerdo mi primer año. Era tan malo que yo calenté el asiento. Pero iba a todos los ensayos. Y una vez yo salté la comida, porque tenía que estudiar. Llegué a la cena y comí un montón de burritos. Y al ensayo, en vez de estar jugando un partidito o estar disparando, era un ensayo de correr. ¡Ay! Hacía unos 96 grados afuera, nosotros en el sol, corriendo. Tengo su mano fuerte, no perdí nada. Pero qué horrible se sentía. Otros días, yo entrenaba para el fútbol, y al segundo año ya me dejaban jugar algo. Y bueno, yo empezaba. Era rápido y yo entrenaba en las montañas, corriendo, subiendo, bajando por el valle y terminando de sprint, de una subida larga. A veces llegaba casi enfermo porque estaba intentando bajar mis tiempos. Aunque no tenía aire, aunque mis pulmones ardían, yo seguía incluso más rápido para terminar y mejorar mis tiempos. Un atleta hace esto todos los días. Y Dios dice, mira, hay que luchar. Hay que luchar. Pero dice, nosotros, versículo 25, dice, todo aquel que lucha de todo se abstiene. Ellos para una corona corrupta y nosotros para una incorruptible. Interesante que Dios dice así. Nosotros estamos en una lucha. Estamos en una lucha. Espero que estén a la lucha. Si no están a la lucha, hay un problema en su vida. Quizás todavía no es un creyente. Si no están luchando para hacer el bien, ¿por qué no le importa? Pero si uno es verdaderamente hijo de Dios, que ha puesto su fe en el Señor Jesucristo, ha perdido el pecado en sus pecados, lucha, lucha. Y hemos visto esta semana muchas diferentes áreas en las cuales debemos poner atención y luchar. La vida cristiana es una bendición tremenda, pero es una lucha. Es una lucha. Hacer lo correcto requiere que nosotros nos paremos para hacer lo correcto. Si hay cosas quizás en su familia que tiene que cambiar, es la paz que no existe en su casa. Porque hay guerras. Es la paz en esta enemistad entre hermano y hermana. Y hay que venir a ellos y hay que luchar. Si son chiquitos los padres, hay que luchar con ellos. Los niños chiquitos los padres, hay que luchar con ellos. Si son jóvenes, hay que intentar instruirlos. Si usted es joven esta mañana y está dando mierda a sus padres, hay que luchar para hacerle bien. Porque el mundo alrededor te dice, no, esto es normal. Es normal hablar a los padres. ¿Qué tú haces? No, yo soy independiente. Yo pienso. Pero eso es lo que Dios dice. Él dice, el fruto del Espíritu en tu vida como creyente. Vimos este mayo, mansedumbre. Mansedumbre. Dios quiere esto en nuestras vidas, pero es una lucha. Porque hay veces, yo juego fútbol. Y donde más pierdo el fruto del Espíritu, Es en un partido, así bien fuerte del fútbol. Si es medio amistoso, no pasa nada. Pero si es un poco más fuerte, y uno te entra de atrás, y no toca la pelota, y solo te pega a ti. Uno que trae. Ay, ¿qué pasa con este? Y cada uno tenemos diferentes áreas, y tenemos que luchar. Muchas veces que yo voy a jugar fútbol, yo intento orar antes. ¿Tienes ayúdame a tener y controlar mi temper? lo que es el pronto, que sube tan pronto, como dicen en España. Sí, el esperamento, en España se dice el pronto, para lo que es la ira, que viene rápido. Dios quiere que nosotros podamos controlar eso. Para ti quizás sea la paz, hay mucha ansiedad en su vida, y para adquirir disciplina, para disciplinar tu mente, para confiar en Dios. Para dejar de pensar, ay, ¿qué es esto si el otro? O, ay, ¿qué es esto? Este problema. Ay, ¿qué es de mis hijos? Pero seriamente, Dios aquí está en esta situación. Ayúdame, yo confío en Ti. Yo confío en Ti. Es una lucha. Es una lucha que merece la pena. Vean lo que dice aquí el versículo 25. Dice que los que luchan De todo se abstiene. Otra vez esta es la palabra que dice, en todo literalmente, practica el dominio propio. En todo practica el dominio propio. Es una lucha. No es fácil. Requiere esfuerzo en cada uno. Aria de nuestras vidas dice, en todo. En todo. Si es no suficiente decir, ah, el amor me va bastante bien, pero voy a dar el gozo, Voy a olvidar la venimidad a la bondad. Bueno, ya estoy bien en esta área. Yo sé en todo. Un atleta se cuida su dieta. lo que comen. Mi primer año de fútbol nos prohibieron beber esas bebidas que tuvieron burbuja. ¿Por qué? No importa que fuera Coca-Cola o otra cosa, Sprite, se prohibía porque esas burbujitas mezclan con la sangre y la sangre puede transportar menos oxígeno. Así que para algo como el fútbol donde es más tiempo, eso lo quieren. Baloncesto es otra cosa. Toma tu Pepsi y juega baloncesto. ¿Qué esperan? Lo hacen así. Pero tenemos que controlar, ¿por qué? Porque queremos poder jugar mejor en el campo. ¡Comer! Si uno quiere levantar pesas, vea a uno de aquí, que es Alberto, vea que levanta pesas. Él no sólo come ensaladitas por ahí, él come carne. Yo levanté pesas dos años, yo comí mucha proteína y me quedé igual de flaco. ¡No era justo! Yo levantaba más que mi primo que tenía un brazo así, y así un flaquito de palo. No hay justicia en la vida. Pero después conseguí a mi esposa de todos modos, así que... Para los flacos hay esperanza. Hay esperanza. pero requiere trabajo. Y si vamos a vivir lo que ha sido nuestro deseo, vivir lo que Dios ha puesto en nuestros corazones esta semana, vamos a tener que trabajar porque no es fácil. Y vamos a tener que mirar muchas áreas de nuestra vida, porque Dios quiere que entregamos a sus pensamientos bajo su control, que podamos ya dejar de preocuparnos Que podamos dejar de pensar pensamientos malos contra otros. Esas envidias, esas contiendas que están aquí, nunca lo decimos. Hay otros que nos dicen que hay que dejar eso. Pero Dios quiere que pongamos esfuerzo. Que tengamos templanza en todo. Porque esto es algo que viene de Él. Es algo que viene de Él. Si tú dices, hoy mismo, yo voy a vivir una vida para Dios. Escuchamos esta noche, Navidad fiel. Amén que sea tu deseo. Pero si dices yo lo voy a vivir, tu no lo vas a vivir. No lo vas a vivir. Según Timoteo 2, versículo 1 dice, hijo mío, Pablo escribió a Timoteo, esfuérzate. que es en Cristo Jesús. La gracia es en Cristo Jesús. Y si nosotros vamos a tener el poder del Espíritu, para tener el fruto del Espíritu, para tener una vida que refleja y glorifica a Dios, solamente lo tendremos por medio de la gracia de Jesucristo. Si usted tiene un problema en su vida, un área que esta semana le ha tocado, y ha habido varios mensajes de hermanos que yo he escuchado que me han tocado personalmente, todos han hablado mi corazón para algunos que medio se metieron yo no lo puedo mejorar pero Dios si puede pero yo tengo que decir Dios esto es una área de mi vida tengo ansiedad dame paz Dios ayúdame a confiar en ti hoy y mañana Dios ayúdame a confiar en ti hoy paciencia Dios ayúdame a cuidarme con mis hijos hoy Y claro, muchos de nosotros tenemos un área, uno de sus frutos. Y tenemos que poner atención, tenemos que poner disciplina, pero siempre confiando en la fuerza de Dios y confiando que Él nos ayudará. Y mientras hacemos eso, estaremos corriendo esa carrera, yendo hacia la meta que Dios quiere, porque sí se puede alcanzar. Dios quiere que sigamos. Y mira como resulta en premios eternos. Versículo 25. Dice, todo aquel que luche se abstiene de ellos. En todas áreas tiene esa disciplina. A la verdad ellos lo hacen para una corona corruptible. Una medallita olímpica. Y como gastan años y años y años de su vida entrenando para esa medallita. Y muchos que gastan todo su vida entrenando nunca agarran ni una. Lo hacen por una corona corruptible. Y creo que muchas veces ponen más atención que nosotros los cristianos. Y Dios dice, no, nosotros tenemos uno incorruptible. Si tú te enfocas en estas áreas, con la ayuda de Dios, quieres ser plaza. este control, esta disciplina que viene solamente de Dios. Vas a ver resultados eternos en tu vida. No te vas a quedar ahí atrás, donde estabas antes. Vas a ir avanzando. Quizás no veas que es tan rápido, pero otros van a ver. Hermano tal, antes se enojaba bien rápido, ahora no se enoja tanto. Hermana tal, ella estaba siempre como una cabrita en la montaña. Ahí siento, ahí siento, ahí votando de un lado a otro. es mucho más aceptable ahora aprendido a confiar en Dios cuando tenemos la ayuda de Dios para hacer la obra de Dios Él hará esa obra y dará frutos eternos pero ahora llegamos y vemos que Dios quiere que nosotros podamos tomar la decisión el tercer punto es mi decisión en cuanto al futuro Perdón, en cuanto a la disciplina determinará mi futuro. Tenemos una decisión ante nosotros esta mañana. Hemos escuchado buenos mensajes. Hemos dicho amén. Decidimos, yo quiero ser buen cristiano, pero ahora todo requiere una decisión. Y vamos a ver la decisión de Pablo, versículos 26 y 27. Dice así la palabra de Dios. Así que yo de esta manera corro, no como a la aventura, De esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sé que yo, habiendo sido herraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Hay una decisión enfrente de nosotros. Padre, en el versículo 26, yo de esta manera corro. Tenemos la carrera de la vida cristiana enfrente nuestra. tenemos estos frutos que son bellos y Pablo dijo yo corro de esta manera agonizando con todo esfuerzo con toda disciplina yo sigo adelante de esta manera corro yo quiero ese premio de Dios yo quiero esos galardones de vida eterna yo sigo adelante no como la aventura Y más muchas veces creo que vivimos nuestras vidas cristianas a la aventura. Bueno, si me sale ser buen cristiano, me sale. ¿No te va a salir? Porque requiere una decisión. Yo voy a hacer lo que haga Dios. Yo voy a hacer lo correcto. Yo voy a amar a mi familia. Yo voy a amar a mi padre inconverso, borracho. Yo voy a amar a este, aquel, aquella. ¿Por qué? Porque ellos no merecen, no, porque yo sigo a Dios. Y voy a seguir en este camino. Necesitamos a Dios. ¿Cuándo se ha escuchado hablar de Benjamin Franklin? ¿Benjamin Franklin? Si uno estudia aquí en Estados Unidos va a escuchar de Benjamin Franklin, uno de los hombres que tuvo mucha influencia en la formación de este país. Este hombre era un deísta. Creía en Dios como en Dios que empieza todo, que creó todo el mundo y lo dejó. Que se encarga de sus cositas y así él veía a Dios. Dios estaba por ahí y yo estaba aquí, no sé si él creyó, él creyó todo pero yo debo vivir una vida moral hacer lo que es bueno así que él decidió, tomó la biblia y agarró diferentes virtudes podríamos decir parecidas al fruto del espíritu y él dijo, yo voy a trabajar en una virtud cada semana y solamente esa virtud, según la semana le añado otro y ya para el final de unos meses Yo voy a estar casi perfecto. Casi no duró nada y dijo, esto es imposible. Dios quiere que hagamos la decisión en su fuerza. Porque Él lo da. Y Pablo dijo, yo de esa manera corro, yo voy para adelante, versículo 26. De esa manera peleo, no como quien golpea el aire. Yo no simplemente estoy entrenando ahí, A ver, intentando sacar lo que puedo, mejorarme. No. Yo no voy a la aventura. A ver si gano. A ver si me va bien. Yo no voy simplemente a ver si le pego a esta vez o no le doy. No. Mira lo que dice el versículo 27. Sino que golpeo mi cuerpo, lo pongo en servidumbre. No sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Tenemos una decisión enfrente de nosotros. Si su decisión es no voy a hacer nada, va a tener consecuencias. Jóvenes, si su decisión es decir nada, hacer nada, vivir como nada, Dios es el que escribe las reglas. No tú. Uno puede pensar, yo puedo vivir como quiero y no va a pasar nada. Dios escribió las reglas. Hay consecuencia por el pecado. Y Dios dice, yo de esa manera, debes de correr de esa manera. Tú debes decir, yo de esa manera, yo voy a correr. Yo voy a correr. Yo voy a hacer lo correcto. Porque esto es lo que Dios quiere de mi vida. Dios quiere esto en mi vida. Tenemos que hacer la decisión. Mira lo que dice el apóstol. No sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Impacta. Es fuerte. El apóstol Pablo ya tenía un ministerio largo cuando escribió esta tarjeta, esta carta. Y él dijo, yo sigo. agonizando. Yo sigo poniendo mi cuerpo abajo, teniendo disciplina para agradar a Dios, para que no sea eliminado. Eso debe ser nuestro deseo. No es que vamos a perder la salvación, pero vamos a perder muchas bendiciones de Dios. Vamos a perder muchas oportunidades para combatir el Evangelio. Que hoy podamos decir, yo Yo voy a seguir adelante. Yo voy a correr. Yo voy a hacer lo que agrada a Dios. El amor. Voy a enseñar amor hacia mi familia. Hacia mi hermano, hacia mi hermana. Gratitud. La bondad. Yo voy a dar. Yo voy a dar. La paz. Yo voy a confiar. El gozo. Voy a gozarme en Dios, regocijar, delitarme y estar contento con Dios. Con Dios. Todas estas cosas son cosas que Dios quiere. Ven y mira, Dios vive una vida que verdaderamente es buena y que por eso tiene la bondad de Dios. Ese fruto de estar derecho. Ese deseo que se expresa en la bondad. que tengamos esas cosas que podamos hacer como dice el apóstol en el versículo 24 correr de tal manera que lo obtengáis correr de tal manera que lo obtengáis y aquí es mi desafío para ustedes esta noche cuál es el desafío de Dios el de correr para que lo obtengáis Dios ha hablado de tu vida correr para que obtengas Dios ha dicho, mira, yo quiero que tu me agradas, corre, para que obtengas. Es un joven y Dios dice, yo quiero que me sirvas, tu vete a correr, para que obtengas. El otro Pablo ya ha avanzado en el ministerio y dijo, yo todavía me estoy disciplinando y estoy esforzando para llegar a esa meta, para obtener ese premio. Corre para que obtengamos. Corremos. Nuestro Padre, te deseamos gracias por tus bendiciones. Pedimos tu ayuda, Dios. Esta semana has salvado nuestros corazones. Pedimos, Señor, que nos llenes de ese fruto. Pido por los que están aquí que todavía no son salvos, que puedan ser salvos, Señor, y puedan entrar en lo que es el gozo. del fruto del Espíritu. Pueden entrar en el amor, primeramente el amor de Dios por nosotros, que Dios es su Hijo Jesucristo, y que por eso nosotros también podemos amar. Nosotros amamos porque Él nos primero amó. Dios, danos esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Danos ese gozo, esa paciencia, esa bondad. Danos esa fe, esa fidelidad a Ti. Dios, somos débiles, pero Tú eres fiel. Ayúdanos, Dios, porque sin Ti nada podemos hacer. En Ti todo lo puedo el Cristo que me fortalece. ¡Fortalézcanos, Padre! Llévanos con Tu bendición, que este sea por la honra y gloria de Tu nombre. Amén.
Templanza - Fruto del Espiritu
ស៊េរី Crecimiento cristiano
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 727111813492 |
រយៈពេល | 37:19 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | Camp Meeting |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | កាឡាទី 5:16-25 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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