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ប្រតិចារិក
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la fe. Él ha venido hablando a la iglesia de Roma, 11 capítulos de doctrina. En el capítulo 12 está enseñando qué hace el creyente, cómo se comporta el creyente. Y lo primero que le dice es como sacrificio vivo, como una ofrenda agradable al Señor, separándose del mundo, siendo transformado en la mente para conocer la voluntad de Dios. Después dice que hay que evitar tener un concepto errado de sí mismo. La razón es porque todos tendemos a pensar algo de nosotros mismos que no es correcto y allí instruye cómo hacerlo. Y básicamente viene de la identidad. En mi relación con los demás, soy parte del cuerpo de Cristo, mi identidad viene de allí, no de mí. y luego se mueve a los dones, mostrando que todos hemos recibido dones, todo creyente, son un poder sobrenatural, son del Espíritu Santo y la fuente de estos dones, que es Dios mismo, Él nos habla en la palabra para que los usemos conforme a esa gracia que Él nos dio, conforme a la gracia que Él nos dio. Si una persona recibe un don en particular, la gracia que Dios le da para usar ese don, es diferente de otra persona en el sentido que es la gracia necesaria para esos dones. Pero como viene de Dios, no hay diferencia. Es decir, nadie puede tomar como crédito o decir, mira, yo tengo este don, tú no tienes ese, sino es igual. No hay diferencia para Dios. Él está obrando igual en cada creyente con el propósito de que nos edifiquemos mutuamente. Y nos ha dado un poder que es sobrenatural para hacerlo, que son los dones. Y vamos a entrar entonces a este don. El primer punto es... El profeta y la profecía. El profeta y la profecía. Recordemos que el texto dice así, el de profecía úsese en proporción a la fe. Entonces, el don de profecía tiene que ver con lo que es conocer la verdad. Es una clase de revelación o proclamación de la verdad de Dios por obra del Espíritu Santo. El profeta en el Antiguo Testamento hablaba al pueblo de Dios, de parte de Dios, y además, una de las funciones del profeta tenía que ver con transcribir, interpretar y poner al día la ley de Dios, porque Dios hablaba a través de ellos, a veces usando símbolos, y ellos daban la interpretación de esos símbolos, y también escribían los mensajes, no todos, pero gran parte de ellos. Y ponían al pueblo de Dios al día con el mensaje de Dios. Un ejemplo de esto lo tenemos con Moisés. Moisés es presentado en el Antiguo Testamento como un profeta. Y cuando Moisés le habla al pueblo, le está hablando de parte de Dios. Entonces, el profeta representa a Dios delante del pueblo y le habla al pueblo acerca de Dios. Si habláramos del sacerdote, una ilustración que ayuda es voltearse. El sacerdote está representando al pueblo delante de Dios. pero en este caso está hablando de profecía. Entonces, el profeta habla en el nombre de Dios, al pueblo de Dios, el mensaje de Dios. En el caso del Antiguo Testamento, el mensaje al pueblo de Israel. Y en Primera de Corintios 14, 3, dice la labor del profeta, la describe aquí Pablo, en Primera de Corintios 14, 3, cuando dice, pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. Entonces, cuando el profeta habla, en el contexto que nos está dando Pablo en el Nuevo Testamento, está edificando, exhortando y consolando. Es decir, que el profeta no necesariamente está hablando del futuro. El profeta está hablando la palabra de Dios al pueblo de Dios, lo que Dios quiso dar. Por ejemplo, en Isaías, en el capítulo 40, que ya lo vimos, no lo voy a leer por cuestión de lo extenso que es. Isaías está hablándole al pueblo de Dios. Esto es profecía. Isaías es un libro profético, profético mayor. Y lo que Isaías habla en todo este capítulo es para consolar a Israel. ¿Y cómo los consuela? Les habla de la grandeza de Dios. El enfoque es la exaltación a Dios y para ver la realidad de la condición de ellos delante de Dios. Entonces, ese profeta está consolando a Israel. Y por lo general, estos profetas del Antiguo Testamento, como Isaías o Moisés, tenían mucha autoridad. Entonces, cuando ellos hablaban, hablaban con una autoridad única que Dios les había dado a ellos como representantes de Dios. Usted sabe que la Biblia tiene cinco profetas mayores y doce profetas menores, lo cual indica que la profecía es muy importante en la Biblia. En el Antiguo Testamento es bastante prevaleciente. Entonces, Ellos hablaban con autoridad. ¿Qué hacía Israel? Normalmente no obedecían, pero eso no determinaba que ellos no tuvieran la autoridad. Dios se las estaba dando. La razón por la que lo estoy mencionando, lo de la autoridad, es porque en el Nuevo Testamento hay procesía. Pero no todos tienen la misma autoridad como la tenían en el Antiguo Testamento. Hay un cambio, sucede un cambio allí. Los apóstoles, en el Nuevo Testamento, todos los apóstoles eran profetas. Todos los apóstoles eran profetas. Todos profetizaban. Ellos tenían el don de profecía. Era uno de los dones que caracterizaba la función del apóstol. Y cuando ellos hablaban, hablaban con autoridad. Entonces, cuando leemos Corintios, eso viene del don de profecía. ¿Por qué? Está hablando de parte de Dios. Acuérdese, profecía no es simplemente predecir el futuro. Aunque sí envuelve eso también. Es hablar la verdad de Dios al pueblo de Dios. Entonces, estamos leyendo de un profeta, Pablo, en el libro de Romanos, o en el libro de Primera de Corintios, o en estas cartas que encontramos ahí en el Nuevo Testamento. Entonces, gran parte de lo que ellos dijeron Por el don de profecía quedó escrito y lo tenemos como cartas en el Nuevo Testamento. Eso que forma parte de la Biblia. Pero no solamente los apóstoles profetizaban. Había otras personas profetizando en el Nuevo Testamento. Y lo que ellos hacían era administrar a sus propias congregaciones. Es decir, no eran profetas itinerarios que andaban viajando de una iglesia a otra, sino que estaban administrando sus congregaciones con la palabra del Señor. Un ejemplo, miremos un ejemplo. En Hechos 11, versos 27 y 28, hay un profeta llamado Ágabo, no sé si estoy pronunciando correctamente su nombre. Hechos 11, verso 27. Dice así Lucas, quien fue el que escribió este libro. Por aquellos días, unos profetas, fíjense que está hablando en plural, quiere decir que aquí hay más personas que son profetas, descendieron de Jerusalén a Antioquía, pero lo único que va a mencionar es Ágavo. Y levantándose uno de ellos, llamado Ágavo, daba a entender por el Espíritu Santo, que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra. Y esto ocurrió durante el reinado del emperador Claudio. Entonces, en este caso, la profecía tiene que ver con un evento que va a suceder en el futuro. Él está diciendo a ellos lo que viene en el futuro. Y aquí está la confirmación de lo que sucedió. Ahora miremos en el capítulo 21 de Hechos, en los versos 10 al 11. Y deteniéndonos allí varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Ágavo, es el mismo que leímos en el capítulo 11. Quien vino a vernos y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies y dijo, así dice el Espíritu Santo, Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto y lo entregarán en manos de los gentiles. Está profetizándole a Pablo lo que va a suceder con él de parte de los judíos que lo van a entregar con los gentiles. Una pausa aquí. Este profeta profetiza este evento y cuando uno lee el evento, dice que fueron los romanos los que hicieron esto con Pablo. Entonces, hay personas que toman esto, hay denominaciones que toman esto y dicen, si ven, la profecía de Ágavo no se cumplió tal y como él dijo. Quiere decir que la profecía dada por el hombre tiene un margen de error. Dios habla, pero como es el hombre que lo está dando, hay un margen de error. Entonces, de allí se toma para decir que la profecía, hoy en día, lo que se llama profecía, se puede dar profecías que no se van a cumplir. Eso es errado, eso es falso. Acuérdese, ¿en qué consiste la profecía? El profeta habla al pueblo de Dios, ¿la palabra de quién? de Dios y lo está haciendo por el Espíritu Santo. Dios no puede mentir, así que ese argumento no tiene ningún fundamento. La razón por la que lo estoy tocando es porque es un problema hoy en día eso. Pero quedémonos con lo que estamos viendo aquí. El profeta y la profecía. Entonces hay profetas del Antiguo Testamento con mucha autoridad. Generalmente se escribió lo que ellos decían. A veces profetizaban del futuro, eventos del futuro. A veces eran enseñanzas, como los 10 mandamientos. Era palabra para actuar en base a ella. A veces era exhortación. Estaban corrigiendo, como profetas estaban corrigiendo algún pecado en Israel. Y a veces será consolación, como Isaías, en Isaías 40, está consolando al pueblo de Israel, mostrándoles la grandeza de Dios. Esa es la profecía que él está dando. Ahí en Isaías, usted encuentra, por ejemplo, en Isaías 7, Isaías 9, Isaías 11, acerca del Mesías, las profecías acerca del Mesías, precisas. Vamos a Isaías, capítulo 53, vamos a encontrar también profecías bien precisas acerca de la venida del Señor. Salmos, capítulo 22, es un salmo profético donde describe la crucifixión del Señor Jesucristo en detalle. Impresionante lo que dice allí. Entonces, obviamente, la profecía es un don muy importante, muy importante en la historia de Israel y en la historia de la iglesia del Señor. Y en el Nuevo Testamento, los apóstoles eran profetas, y acabo de leer de parte de ellos, acabo de leer lo que ellos escribieron, lo que ellos dijeron, eso es por el don de profecía. Y también otras personas profetizaban, habían mujeres profetizas, habían hombres profetas también en el Nuevo Testamento. Y estoy usando en término pasado, habían, habían, habían, quiero llegar allí más adelante. Entonces, Eso es algo que sucedió hasta el siglo primero. Miremos ahora las regulaciones para el uso de la profecía. Obviamente estos hombres que profetizaban, Dios los escogía, Dios los llamaba, Dios les hablaba y ellos entregaban el mensaje. Entonces las regulaciones para el uso de la profecía. A. ¿Quién valida las profecías? Cuando es dada una profecía, ¿cómo se sabe que es verdad? Miremos en Primera de Corintios 14, 29. Primera de Corintios 14, 29. Imagínense, están ellos en el servicio y una persona se levanta, yo no sé cuál era la fórmula que ellos usaran, que usaban, pero se conoce mucho la fórmula E, aquí dice el Señor. Obviamente tenía que decir, de parte del Señor yo les quiero decir esto. Entonces, ¿cómo sabían si era verdad o no? Primera de Corintios 14, 29. dice el texto, y que dos o tres profetas hablen y los demás juzguen. Pablo no está diciendo que dos profetas o tres profetas estén profetizando al mismo tiempo. Esto es en la Iglesia de Corintio. Porque antes de eso ha hablado de las lenguas y dice que la manera de usar el don de lenguas es que una persona habla en lenguas y la otra espera su turno. Después habla la otra y siempre lo hacen cuando hay interpretación de lenguas, que son idiomas. Y cuando vienen los profetas dice que dos o tres profetas hablen y los demás juzguen. Es decir, que en un servicio regular de la iglesia, Máximo se permitía, y es lo que la Biblia nos muestra, Máximo se permitía que dos o máximo tres profetas profetizaran a la congregación. No había más de eso. Entonces, nos muestra que hay una regulación. Pablo le está mostrando esa regulación. ¿Y qué más dice? Dice, y los demás juzguen. ¿Quiénes son los demás? ¿La iglesia que está escuchando a los profetas? No, porque unos profetas están hablando, mientras que otros están juzgando lo que el que está profetizando está diciendo. Entonces, la profecía era confirmada por el don de discernimiento que tenían otros profetas. Cuando escuchaban ese mensaje, entonces afirmaban, sí, esto viene de Dios o no, esto no viene de Dios. Entonces, miren 1 Juan 4.1, porque es importante esta regulación que tiene la Biblia en cuanto a la validación de la profecía. 1 Corintios 4.1. De hecho, miren hermanos, el Señor a mí me salvó en una iglesia pentecostal, carismática. Fui enseñado mal acerca de las profecías, torcido, errado completamente, lo que aprendí allá. Pero era todo lo que conocía. Y años después de haber salido de esa iglesia, sirviendo como pastor a esa iglesia en Modesto, yo tenía un nivel de frustración que un amigo lo pudo notar, un amigo americano. Y él me dijo, Enrique, ¿alguna vez te han profetizado? Y yo le dije, sí. ¿Qué te profetizaron? Le conté, me dijeron esto. Me dijo, tú tienes que abandonar eso, porque estás frustrado esperando algo que Dios no te quiso decir. Eso es algo falso. ¿Y saben qué, hermanos? Cuando yo renuncié a eso que me habían dicho según una profecía, encontré una libertad para servirle al Señor y puede salir de un nivel de frustración. Estaba atrapado. Mi mente, mi corazón quedaron atrapados con esas palabras. ¿Por qué? Porque yo quería agradar a Dios. Yo quería amar al Señor y servirle a Él. Y cuando esta persona me dijo, y aquí dice el Señor, si el Señor lo está diciendo, ¿cómo voy a contradecir algo que Él dice? Suena como que es la autoridad de Dios sobre su vida. Mucho cuidado con eso. Tal vez algunos de ustedes les han profetizado. Tenga mucho cuidado, guarde su corazón y recuerde, aquí hay una regulación que nos ayuda a entender. Alguien tiene que verificar eso que se dice, si es verdad o no es verdad. Mire primero a Juan 4.1. Amados, no crean a todo espíritu. sino prueben los espíritus para ver si son de Dios porque muchos falsos ¿qué? profetas han salido al mundo y es bien interesante porque Juan nos está diciendo que algunos falsos profetas han salido por el mundo o que de pronto por allá te vas a encontrar un falso profeta dice muchos Muchos falsos profetas. ¿Dónde está este problema aquí? Obviamente es en el Nuevo Testamento. ¿Pero estaba ese problema también en el Antiguo Testamento? Sí. En el Antiguo Testamento habían falsos profetas. Cuando usted lee la historia de Acap, a quien recurría él, eran los falsos profetas. ¿Por qué? Porque los falsos profetas le decían lo que él quería escuchar. Le decían lo que él quería oír. Y cuando a los profetas de Dios le hablaban, no les gustaba, los detestaba a ellos. Entonces, cuando se usaba este don en el Antiguo Testamento, en el primer siglo de la Iglesia Cristiana, el profeta no era quien validaba el mensaje que profetizaba. Era alguien más. Con el don de discernimiento, quien lo confirmaba. ¿Cómo lo confirmaban? Solo hay una sola manera posible de confirmar una profecía. Y tiene que ser con la escritura misma. Regresemos a Romanos 12, 6, la segunda parte. Dice, si es de profecía, úsese en proporción a la fe. Si usted hace una comparación de traducciones, la Biblia textual dice esto. Si es de profecía, úselo según la analogía de la fe. Y usted dirá, ¿qué es esto de la analogía de la fe? La analogía de la fe es un término teológico, es bueno saberlo. Analogía de la fe. Lo que significa es esto. Cuando hay un texto oscuro en la Biblia, es decir, que no es fácil de entender, se interpreta con los textos que son claros. Voy a poner un ejemplo en lo práctico. Digamos que usted recibe una carta. ¿Quién recibe cartas hoy en día? Es raro, ¿no? Pero digamos que alguien recibe una carta. Usted tiene la carta de cuatro páginas. Y hay una parte de la carta que usted no entiende. ¿Qué hace usted? Se regresa al principio de la carta, ¿cierto? Y busca el hilo de la conversación. Y dice, oh, por eso está diciendo esto. Por eso dice esto. Ok, esa es la analogía de la fe. La Biblia interpreta la Biblia y los textos que son difíciles son interpretados con los textos que son más claros o los que son fundamentales. Así se hacía con la profecía. Cuando Pablo dice que según la medida de la fe, en realidad está hablando según la analogía de la fe. Cuando se dice según la medida de la fe, entonces se toma esta postura, que a mí me la enseñaron y me la enseñaron mal. Cada quien con su propia fe. lo cual separa a la persona de los demás y le atribuye una fe única que los demás no tienen. Entonces, de acuerdo a esa fe va a obrar, eso es falso. Acuérdese, Pablo está diciendo desde el principio en Romanos 12, no tenga un concepto de sí mismo que no sea el apropiado. porque el concepto de su valor, de su identidad, viene del cuerpo de Cristo, de su relación con los demás creyentes. Entonces, el contexto de lo que estamos estudiando es ese. Por tanto, la analogía de la fe es mucho más correcta que decir según la fe de cada persona, según la medida de la fe. Entonces, Pablo establece aquí un paralelismo entre profecía y doctrina. El pastor John MacArthur, me gusta como él lo parafrasea, Romanos 12, 6, dice, Si su don es proclamar la verdad de Dios, hágalo de acuerdo con la fe que ha sido dada. ¿Cuál es la fe que ha sido dada? Es importante que entendamos esto. ¿Cuál es la fe que ha sido dada? En las escrituras. Esa es la fe que ha sido dada, las escrituras. Así que la profecía, cuando se daba en el siglo I, la revisaban a la luz de las escrituras. Cuando yo he mencionado profecías hoy en día, estoy hablando de algo falso. Esos son falsos profetas hoy en día. Yo no estoy hablando de que hoy en día esté ese don vigente. Y ahorita voy a llegar allí con más detalles. Entonces, si alguien habla, de parte del Señor. Pensemos en esto. Usted llega y escucha una predicación y está escuchando una. ¿Cuál es su obligación al escuchar este mensaje? Revisar que este mensaje coincide con las Escrituras. Porque usted no quiere escuchar a un hombre. Usted no quiere aprender de la opinión de un hombre. Usted quiere aprender de lo que Dios dice. Esa es la medida de la fe. La fe que Dios ha dado. La palabra misma. Entonces, cualquier enseñanza, cualquier clase, cualquier predicación, usted lo verifica conforme a las escrituras. El otro día estaba escuchando un charlatán que decía, según es predicador, que Judas sí se arrepintió de todo corazón, pero Pedro no. ¿Y cuál fue el problema? Es que Judas fue a la iglesia. Y yo, ay Dios mío, ¿y la gente escucha esto? ¿Y saben qué? Por millones lo escuchan, por millones. La Biblia advierte en contra de esas cosas. Quien profetiza, tiene que profetizar en línea con la palabra de Dios. Ahora miremos la enseñanza, la predicación, se parece a la profecía. ¿Por qué? Porque es una proclamación de la palabra de Dios. La diferencia está en que antes la Biblia no estaba escrita. Entonces, es bueno hacer una separación allí. Pero tiene que ir de acuerdo con lo que Dios mismo ha hablado. Imagínense, miremos el ejemplo de Moisés. Moisés hablaba de parte del Señor, ¿cierto? ¿Qué le dice Dios a Moisés? Háblale a la roca para que salga agua. ¿Cómo está actuando el pueblo de Israel en Números capítulo 20? Rebeldes, cabezas duras, tercos, necios, incrédulos, quejándose. Y Dios le dice a Moisés, háblale a la roca y la roca va a dar agua para que haya agua para todos. ¿Qué hace Moisés? Mosés va y golpea la roca. ¿Y qué hace con el pueblo de Israel? Dios no le dijo que le hablara a ellos, dijo que le hablara a la roca. Y Mosés va y regaña al pueblo de Israel. Ustedes son unos rebeldes. Y golpea la roca y Dios sale que salga agua. Dios determinó que saliera agua para el ser glorificado dándole agua a esos rebeldes. Y lo hizo a pesar de Moisés, que no quiso hablar lo que Dios le dijo. ¿Y qué pasó con Moisés? No pudo entrar a la tierra prometida. Allí es cuando Dios le dice, no me has santificado. Tú no vas a entrar a la tierra prometida. Es serio. Es serio si Dios habla y una persona dice que está hablando de parte de Dios. Es serio, es delicado. Entonces, los profetas tenían regulaciones que les ayudaban a proteger a las iglesias para que no recibieran profecías falsas sin tener la oportunidad de discernir el mensaje que estaban escuchando. La autoridad, cuando se da palabra de Dios, no es la del hombre. Es la de Dios. Esa es la autoridad. Esa es la autoridad. Miren Judas en el verso 3, miremos allí. Judas, verso 3, lo va a encontrar casi al final de su Biblia, antes de Apocalipsis. Es un solo capítulo, por eso estoy diciendo verso 3. Y dice así el apóstol Judas. Amados, este no es el Judas que traicionó a Jesús, de paso este es otro, no nos confundamos aquí. Amados, por el gran empeño que tenían escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente, ¿por qué? Por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. ¿Cuál es esa fe? la palabra de Dios. ¿De qué está hablando Judas? De eso. Entonces, lo que Judas está enseñando, comunicando de parte de Dios, es en relación con lo que Dios les ha dado, no otra cosa. Miremos otro texto. Primera de Pedro 4.11. Primera de Pedro 4.11. El punto es que la profecía tiene que ir en línea con lo que Dios ha revelado, no es algo que vaya a contradecir quién Dios es. Primero de Pedro 4, 11. Dice así el apóstol Pedro. Bueno, voy a leer. Bueno, sí leamos el 11 nada más. El que habla, que hable conforme a qué? A las palabras de Dios. Y el que habla, el que profetiza, habla. El que enseña, el que exhorta, el que consuela, está hablando. ¿Cómo lo hace? conforme a las palabras de Dios. Entonces, hay una regulación sobre las profecías. Miremos otro texto, allí mismo, en el libro de Primera de Pedro, cuando Pedro está hablando, perdón, no es Primera de Pedro, es Segunda de Pedro, cuando Pedro está hablando acerca de la palabra. Dice verso 19 de Pedro, segunda de Pedro 1. Y así tenemos la palabra, ¿qué? Profética, más segura. ¿Cuál es la palabra profética más segura? Porque dice, así tenemos esto que es más seguro. A la cual ustedes hacen bien en prestar atención como una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en sus corazones. Esta palabra profética, Pedro está hablando es de la Biblia. de las escrituras, de lo que Dios ya les reveló a ellos, de estos que está hablando. Y dice, tenemos esta palabra profética más segura. ¿Por qué está hablando así él? Porque no se trata de escuchar a personas que traen cosas nuevas, sino de escuchar a Dios, porque su palabra no cambia, es permanente. Esa es la regulación de las profecías. Miro que dice el verso 20, pero ante todo sepan esto, que ninguna profecía de la escritura es asunto de interpretación personal. Es decir, una persona dice aquí dice Dios y esto es y ya, si no, no. Pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios. Y Pedro aquí está hablando. de que él, si uno sigue la secuencia de lo que él está diciendo, es un testigo de la transfiguración del Señor Jesucristo. Él vio la gloria del Señor Jesucristo. Pero esa experiencia no es la autoridad que él impone sobre sus oyentes, sino que él dice, tenemos una palabra más segura, la palabra profética que Dios ya nos dio las Escrituras. Hacemos bien en escuchar allí. Iglesia, entonces, una advertencia que nosotros encontramos aquí es, cuidado con lo que usted escucha. Cuidado los que andan escuchando un montón de predicaciones cada semana. Cuidado. Porque su nivel de discernimiento debe ser súper exageradamente de bueno para poder distinguir cada mensaje que están escuchando. Además que tiene la obligación de obedecer lo que escucha. Dios no habla para que nos llenemos la cabeza del conocimiento, Dios habla para que obedezcamos. Y proféticamente Él ha dado toda la escritura, toda la palabra para que nosotros la tengamos, donde profecía es muy importante. Entonces, es regulado. Letra B, ¿cuántos y cuánto podían profetizar? En primera de Corintios 14, 29. Entonces, ¿por qué estoy tocando estos puntitos así? Miren hermanos, la profecía no era algo suelto, que de repente llegaba una persona y decía, aquí dice el Señor. Los textos nos dejan ver que era algo regulado por la iglesia del Señor. 1 Corintios 14, 29 dice el apóstol Pablo, Y que dos o tres profetas hablen y los demás juzguen. Fue el que vimos ahora. Y en el verso 31 dice así. Porque todos pueden profetizar uno por uno. Para que todos aprendan y todos sean exhortados. ¿Quiénes son todos? ¿Toda la congregación que profetice? No. Todos los profetas que hay en la congregación. Que lo hagan por turno. Y después el todos. para que todos aprendan y todos sean exhortados, es decir, todos van a estar escuchando, incluyendo a los profetas que están callados esperando su turno. Y eso dice en el verso 30, pero si a otro que está sentado le he revelado algo, que calle el primero. ¿Qué dice esto? Está regulando el tiempo que puede profetizar. O sea que esto de la profecía, como se usaba, No era como que alguien se levantaba y aquí dice el Señor y durara una hora hablando con plena libertad sin tener que estar sujeto a la misma iglesia, no es así. Decían, cállate, siéntate, hay otro que Dios ya le dio palabra para la iglesia, vamos a escucharlo a él. Y los otros estaban discerniendo los mensajes. Entonces, esto es importante porque el concepto de la profecía es un concepto generalmente muy suelto en la mente de muchos creyentes. Es importante entender cómo la palabra lo presenta. En Hechos 17, 10 al 11, Pablo predica a los vereanos y mire lo que ellos hacen. Enseguida los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas a Verea, los cuales al llegar fueron a la sinagoga de los judíos. Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud. ¿Haciendo qué? ¿Cómo recibieron la palabra? Escudriñando diariamente las escrituras. para ver si estas cosas eran así. Entonces, era verificado. Ellos tenían esa obligación, igual que la tiene cada creyente y cada iglesia en ese entonces. C. ¿Quiénes eran instruidos por la profecía? Primero en el crónitos es 1431, porque todos pueden profetizar uno por uno para que todos aprendan y todos sean exhortados. Todos en iglesia, incluyendo los profetas que estaban sentados, ¿sí? Y mantiene el orden uno por uno. ¿Qué nos indica esto? ¿Qué más nos dice esto de la profecía? La profecía entraba dentro de lo que es el uso ordenado del poder del Espíritu Santo para edificar a la iglesia. Hasta aquí una pregunta a ustedes. ¿Ustedes creen que el don de profecía es algo desordenado? ¿Hasta dónde hemos visto? Tiene muchas regulaciones. Y son bien claras las regulaciones. De lo que hemos visto, del don de profecía, ¿es algo suelto donde la persona puede decir lo que se le ocurra y se tiene que tomar porque dijo, de aquí dice el Señor? No, había una verificación de parte de otras personas. Había una verificación de parte de otras personas. ¿Y cuál era el propósito? edificar. Por eso Pablo dice, lo vimos la semana pasada, anhelen los mejores dones. Y Pablo dice, yo anhelo el don de profecía, no a nivel individual, pero que en la iglesia, en el siglo primero, se manifestara el don de profecía. ¿Por qué? Lo acabamos de leer, para que todos aprendan. En cambio, con el don de lenguas, si no había un traductor, nadie aprendía nada. Hoy en día, el don de lenguas no existe, ya terminó. Hoy en día lo que hay es un balbuceo. Balbucear, decir cosas sin sentido, eso es todo lo que hay. En 1 Corintios 14.40 dice, pero que todo se haga decentemente y en orden. Entonces, la manifestación de los dones del Espíritu Santo. nunca tiene que ver con desorden. Nunca tiene que ver con personas cayéndose al suelo, gritando, llorando, ladrando o haciendo todo ese montón de tonterías, porque ese no es el Espíritu Santo. Ese es otro espíritu. Y tal vez es obra de Satanás y se le atribuye a Dios el Espíritu Santo, lo cual es una abominación. Es serio el asunto. Es serio. Entonces, con el don de profecía todos eran edificados. Por eso Pablo anhelaba el don de profecía sobre el don de lenguas. Entonces, a través de las profecías los hermanos aprendían que más eran exhortados y también eran consolados a través del don de profecías. Así que no es algo loco, no es algo raro, no es algo místico, es la verdad de Dios. Dios no le va a dar a la iglesia algo que no es su verdad. Dios no le va a dar algo a la iglesia que no tenga que ver con pastorear su corazón y sus vidas. Y Dios no le va a dar algo a la iglesia donde los deje todos locos y perdidos sin saber qué pasó aquí. Dios le habla al corazón, pero usa el lenguaje principalmente. ¿Por qué? Porque nuestra mente tiene que recibir el mensaje. Tenemos que entender, tiene lógica. Porque entonces, ¿qué es la fe? Si no es algo que entendemos. Conocemos, Dios nos permite conocer. Y los dones como el don de profecía eran muy importantes para la iglesia del Señor. Muy, muy importante. Entonces, lo que muestra esto es la necesidad de los hermanos de ser instruidos intelectualmente, es decir, con el conocimiento de la verdad. Jesucristo mismo dice, Dios anda buscando adoradores que lo adoren, ¿cómo? En espíritu y en verdad. Por el poder del espíritu, que son salvos, y por el conocimiento de la verdad. Es decir, le saltan al Señor en base al conocimiento que Dios da de sí mismo. En primera Corintios 14, 19 han notado que estoy con muchas escrituras, porque estoy usando un texto básico que es el que menciona el don de profecía. Pero lo extendí porque nosotros en general no entendemos muy bien estos dones y la información que hemos recibido es muy torcida. Entonces tengo la necesidad de dar fundamento aquí. Primero Corintios 14, 19 dice el apóstol Pablo, sin embargo en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento para destruir también a otros antes que diez mil palabras en lenguas. Es decir, entendimiento que la iglesia entienda, que pueda claramente comprender lo que se está diciendo, porque entonces son edificados. Ahora, el último punto, el don de profecía al día de hoy. El don de profecía al día de hoy, punto tres. Y la pregunta que queremos contestar es, ¿quiénes pueden profetizar hoy en día? Acuérdese, leímos en Corintio, Pablo habla que profeticen y en turno, ¿quiénes? Los hermanos de Corinto, ¿en qué tiempo? En el siglo I. Romanos, capítulo XII, ¿cuál siglo es? El siglo I. Fíjense lo que está pasando en Romanos antes de meterme aquí. Primera Corintios 12, 13 y 14 habla de una lista de dones que son hay maravillas, hay milagros, hay prodigios. Pero cuando usted lee Romanos 12, no están. Y viene una pregunta, ¿por qué Pablo cambió cuando está hablando en Romanos 12? Y la respuesta es bien sencilla. Porque en romanos, después de Corintios, ya no se necesitan esos dones, han ido cesando esos dones, han ido parando de funcionar. Leamos los dones que Pablo da en Romanos 12, verso 6, que es nuestro texto, hasta el 8. Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos. Si el de profecía, úsese en proporción a la fe. Si el de servicio, No hay milagros aquí. No hay prodigios aquí. El único don extraordinario es el de profecía. Pero el don de profecía es enseñar, es consolar, es exhortar, básicamente. No es hablar del futuro siempre. Entonces hubo un cambio y la razón es esa. Porque a medida que iba pasando el tiempo, Dios dejó de testificar con ese poder maravilloso porque la palabra ya iba quedando establecida y la autoridad de los apóstoles. Entonces, ¿quién puede profetizar el día de hoy? Recordemos, la profecía es comunicar un mensaje de Dios, o sea, la palabra de Dios. ¿Cuáles son las características del mensaje de Dios? Cuando se da el mensaje de Dios, no es mentira. Es decir, que no puede ser No puede ser que alguien diga algo de parte de Dios y no se cumpla. Yo no sé si usted vio, pero hace unos años estaban poniendo, ya ves, los grupos en WhatsApp o a veces mandan fotos y se veían unas fotos con unas olas gigantescas allá por Miami, en Florida, y que va a venir y que el agua va a tapar Estados Unidos. Y yo, ¿están tontos o qué? ¿Qué les pasa? ¿En eso usan su capacidad de hacer gráficos? Si Dios prometió que no iba a destruir a la humanidad con agua, ¿qué les pasa? ¿Se va a contradecir Dios? ¿Puede alguien profetizar eso el día de hoy? No, absolutamente no. Hay algunos, y cuidado con esto, que dicen cosas que van a pasar en el futuro, algunas que sí suceden. Pero si el don de profecía no está vigente hoy, ¿quién les dijo a ellos? Satanás conoce los planes de las personas. Ya leímos que hay muchos falsos profetas. Así que Satanás se mueve en medio de esos dones. Que no son dones, pero se les llama así. Cuidado con eso, iglesia. Estamos tocando un tema muy delicado. Un tema muy delicado. Entonces la palabra de Dios no es mentira. Así que si se da una profecía, se tiene que cumplir. Si es en relación con el futuro, no puede no cumplirse. Sí, no contradice su propio mensaje, va en línea con toda la revelación. De la prueba de los falsos profetas es que no se cumple lo que dicen en la iglesia carismática al día de hoy. Sus teólogos escriben que sí es falible. Es decir, que como son ellos, hombres, se van a equivocar algunas veces y que tal vez el 30% o el 40% de sus profecías se van a cumplir. Dios no es así. Ellos no hablaron de parte de Dios. ¿Qué le dicen a la gente en esas reuniones? Oh, Dios me muestra que hay alguien aquí que te gusta la música. Come on, hermanos. ¿A cuánto no le gusta la música aquí? Eso va a ser raro que a alguien no le guste la música. O tú tienes un problema y tienes un problema de dolor. Of course. ¿A quién no nos duele? A algo. Están manipulando a la gente. No están hablando de parte de Dios. No están hablando de parte de Dios. Son falsos. Están abusando de la gente. Están dañando el corazón de las personas. Están confundiendo a las personas. Y lo más horrible es que dicen que están hablando de parte de Dios. Entonces el carácter de Dios está siendo pisoteado y a Dios se le está presentando como un mentiroso, como un abusador. Dios no es así. Dios no es así. Si un hombre habla de parte de Dios, habla la palabra de Dios y si existiera el don de profecía al día de hoy, que ya no se necesita, entonces tendría que ir en línea con la misma palabra de Dios. Pero ¿para qué nos va a hablar Dios por medio de profecías cuando ya las tenemos todas escritas aquí? ¿Cómo se va a contradecir Dios cuando en Apocalipsis 22, 18 dice que el que le agregue a las palabras de esta profecía, las plagas que están descritas aquí caerán sobre él. ¿Para qué nos iba a dar el Señor Jesucristo, de su propia voz, esta advertencia? No hay donde profecía el día de hoy. Y no debemos quitarle su importancia en la historia de la iglesia y en la historia de Israel. Que ese es un extremo que no debemos caer. Claro que sí, es importantísimo. Y gracias a esos profetas, nosotros tenemos las escrituras el día de hoy. Pero lo que hoy hay son falsos. Y de acuerdo al Antiguo Testamento, cada persona que profetizan en nombre de Dios debe morir. De acuerdo a Deuteronomio, capítulo 18. Así dice. porque están falsificando un mensaje como si fuera de Dios, cuando era de ellos mismos. Esa es la advertencia que Dios le da, esa es la ley que Dios le da en el Antiguo Testamento. No vaya a andar buscando falsos profetas por allí y después metiéndonos en líos. Dios se encarga de ellos. Dios se encarga. El Señor Jesucristo dice que daremos cuenta de cada palabra que sale de nuestros labios. Imagínense ¿Cuántos de ustedes esta semana no se equivocaron en lo que ustedes hablaron? Vamos a darle cuentas a Dios por eso. Y en Jesucristo tenemos el perdón. Pero imagínense esto. Que ustedes dijeran que están profetizando de parte de Dios. Cuando no es posible, de acuerdo a la palabra. Y estar diciendo eso en el nombre de Dios, cuando somos juzgados por cada palabra que decimos, ¿qué será? de usar el nombre de Dios para dar palabras que son mentiras y manipular a las personas. Dios no es mentiroso para que se proclame algo en su nombre y no se cumpla. El don de profecía fluyó con los apóstoles y durante su época en el siglo I, quienes lo profetizaban, lo hacían durante el tiempo de los apóstoles, no después. De la revelación que ellos daban, parte fue escrita y otra no. Y la que fue escrita la tenemos en las escrituras. No todos los profetas eran apóstoles, pero todos los apóstoles sí fueron profetas y profetizaron. Los que no eran apóstoles, el rol primordial de ellos era su iglesia local. ¿Hacer qué? Exhortar, consolar, enseñar. Con la conclusión de la última profecía del Nuevo Testamento, que es Apocalipsis, la profecía se hizo obsoleta y también peligrosa para quienes están pretendiendo profetizar el día de hoy. Así que cualquier mensaje profético después de Apocalipsis es una farsa. Es una farsa. ¿Quién es el padre de la mentira? Entonces de allí viene, no viene de Dios. Ahora salen algunas preguntas. Salen algunas preguntas porque cuando leemos el libro de Apocalipsis, estamos hablando del futuro. No está sucediendo lo que está pasando. Esa es otra cosa que digo, ay, Dios mío, de veras que no me arranco los pelos porque ya me van quedando menos cada vez, pero pasó la pandemia. Voy a poner un ejemplo. COVID. Oh, estamos en los últimos tiempos. Mira lo que está pasando. Esto es el Apocalipsis. Come on. ¿Apocalipsis? ¿Saben cuántas personas mueren cuando se abre el primer sello? Una cuarta parte de los habitantes de la Tierra. Eso equivale a toda Sudamérica, toda Centroamérica, toda África y la mitad de Estados Unidos. ¡Nunca hemos visto nada así! Usan las profecías y digo yo, pues cuando vengan los tiempos la gente no va a creer porque le están mintiendo. Porque viene una gripa, entonces ahora ese es el fin. Come on, lean sus Biblias. Pero ciertamente cuando leemos Apocalipsis resulta que hay profecías en el futuro. Yo acabo de decir que cuando se terminó de escribir Apocalipsis ya no hay profecías. No lo estoy negando, no me estoy contradiciendo. Apocalipsis no ha sucedido. Apocalipsis es en el futuro. La Biblia se terminó de escribir en el siglo I, cuando se terminó Apocalipsis. No hay profecía porque no se necesita. Ahora, en el futuro, lo que dice Apocalipsis que no se ha cumplido, allí van a haber profetas. ¿Y esos profetas qué van a hacer? Ellos van a hablarle al pueblo de Israel primordialmente, porque es cuando Dios está restaurando a Israel. Y también al mundo, que en ese entonces para predicarles el Evangelio del Señor Jesucristo. Pero no son profecías personales, no son ideas de personas, todo entra dentro del plan de Dios. En Joel 2.28 dice, y sucederá que después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y sus hijos y sus hijas profetizarán, sus ancianos soñarán sueños, sus jóvenes verán visiones. Sí, en Apocalipsis también eso se va a cumplir, pero no ahora. Y en Hechos se cumplió, pero no ahora. Ahora, ¿qué hacemos con textos como 1 Tessalonicenses 5, 20 al 22? Vamos allí, porque esa es una pregunta que sale. ¿Qué hacemos con ese texto? 1 Tessalonicenses 5, versos 20 al 22. No desprecien las profecías. Ah, o sea que hay profecías y no hay que despreciarlas. Acordémonos en qué tiempo fue escrito Primera de Tesalonicenses, en el siglo I. Miremos el contexto de todo el libro de Primera de Tesalonicenses. ¿Qué está pasando en Primera de Tesalonicenses? Falsos profetas han engañado a los hermanos y les han dicho que la segunda venida del Señor Jesucristo ya sucedió. y Pablo les está teniendo que enseñar en contra de esas falsas profecías. Por eso escribe Primera de Tesaronicenses, es una respuesta inclusive a los falsos profetas. Entonces dice el texto del 20 al 22, No desprecien las profecías, antes bien examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno, absténganse de toda forma de mal. ¿Qué ha pasado con ellos? Los tesaronicenses ya no quieren creer en la profecía. ¿Necesitan ellos la profecía? Sí, la Biblia no se ha terminado de escribir, ellos la necesitan. Y Pablo le está diciendo, no la desechen toda. disiernan, revisen, confirmen con la palabra que ya conocen y lo que es bueno, lo que es verdadero, tómenlo, no menosprecien las profecías. Porque Dios quiere hablarles a través de profecías a los tesanonicenses. Esa es la explicación de eso. Pero lo que hacen muchos carismáticos hoy en día, si ven, ahí dice, hay profecías, no las menosprecien, porque que la menosprecien está desobedeciendo a Dios completamente fuera de contexto. Fuera de contexto. La profecía de la revelación de la palabra de Dios, por tanto, no debe menospreciarse. Aquí la tenemos y no la menospreciamos. Menospreciamos a los que pretenden ser profetas y estar trayendo palabra de Dios cuando no están trayendo palabra de Dios, sino del diablo o de sus propias emociones, de sus propias pensamientos y deseos, no de Dios. Tenemos la profecía, es congruente con la voluntad de Dios, es la palabra verdadera. Y el punto de Pablo con los tesaronicenses, usen discernimiento. Mire Segunda de Timoteo 4, 3 al 4, lo que pasa aquí. Segunda de Timoteo 4, 3 al 4. Este problema de escuchar falsos mensajes es muy común en el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento y el día de hoy. Segunda de Timoteo 4, 3 al 4 dice, porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comenzón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros. ¿Quién es el problema aquí? Son las personas, no los falsos maestros, las que están levantando a los falsos maestros, de acuerdo a lo que dice aquí, y apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a los mitos. Pero tú, sesorio en todas las cosas, sufre penalidades, hace el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio. Un vecino hace años me pasó un video, me dijo, tienes que escucharlo. Jesse Duplantis. Yo no sabía quién era Jesse Duplantis. Y me puse a escucharlo, y viendo las multitudes, en Colombia decimos chorreando la baba, tontos. Siguiendo lo que este hombre le decía, yo decía, ¿este hombre está en drogas o qué está haciendo? Estaba según describiendo el cielo. Estaba según diciendo que Jesucristo lo llevó a mostrarle la mansión que él iba a tener y que allá tenía los sueños, los muebles de sus sueños que él siempre anhelaba. El oro que él siempre había deseado. Y que Jesucristo lo sacudía y le decía, tienes que decirles. Digo, what? ¿Y la gente le está creyendo? ¿Y las multitudes están siguiendo eso? No es raro, es muy común. Y aquí dice, Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina. No les importa la enseñanza de Dios. No les importa la represión del Señor para que dejen sus pecados. No les importa la dirección de Dios para vivir en santidad, separados del mundo, como Pablo dice en Romanos 12, 1 y 2. No les importa. Les importa lo que suena bien, lo que le hace cosquilla a sus oídos y se acumulan. Ellos se acumulan en sus maestros, los buscan y los alaman y los siguen. Y ahí están, siendo engañados, siendo dirigidos en el camino equivocado. ¿Y qué pasa con esas personas después? Viene el tiempo de sufrimiento, viene el tiempo de enfermedad, viene el tiempo de las pérdidas. ¿Y qué hacen? No tienen esperanza porque el Dios del que le hablaron es un Dios mentiroso, es un Dios que no cumple ninguna promesa, es un Dios que no les puede fortalecer porque no es el Dios de la Biblia, los guiaron a un lugar equivocado. ¿Y qué pasa con esas personas? Se resisten a creer en la palabra del Señor porque dicen, yo no puedo confiar en eso. Les daña sus corazones, los destruye sus vidas, los acaba. Y otros prosperan haciéndose más avariciosos, más manipuladores. Es un desastre. Es un problema serio. Por eso es importante conocer mejor qué es esto del don de profecía. ¿Qué dice la Biblia del don de profecía? Entonces, Tesalonicense está respondiendo a falsas profecías que están agobiando a los hermanos. Ellos están llorando por esas falsas profecías, pensando que el Señor Jesucristo ya vino y ellos se quedaron. Y Pablo les dice, no, no, no es así. Confíen en la promesa del Señor. Él viene. Y los que murieron en Cristo se van a levantar primero y después nosotros seremos arrebatados con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor. transformados. Les habían robado la esperanza con esas falsas profecías a los tesaronesenses. Los colosenses son confrontados con falsas enseñanzas también, herejías que están dañando la iglesia. Gálatas es confrontado con un falso evangelio. Pablo tiene que escribir Gálatas para proteger a las iglesias de Galacia. Es una lucha constante. Pablo cuando dice que el Señor me ha dado un aguijón en la carne, yo no creo que está hablando de una enfermedad porque si usted lee el libro, él está hablando de falsos maestros, lucha de falsos maestros, falsos maestros, falsos profetas. Yo creo que el aguijón en la carne de Pablo era que le enseñaba la verdad y estos falsos venían y confundían a la gente, tenía que regresar y volver a enseñar y venían y tenía que defender su ministerio. Yo creo que ese era el aguijón de Pablo. Puedo ser equivocado porque eso es debatible. pero es a la lucha que se encuentran las escrituras. Hay una lucha por nuestras mentes, hay una lucha por nuestros corazones, por nuestras vidas. Y la única libertad que vamos a encontrar es escuchando al Señor, su palabra, verificando que lo que nosotros estamos recibiendo viene de aquí y no fuera de aquí. Y rechazando todo emocionalismo que está torcido, no está mal ser emocional, pero sí cuando está guiando a las personas fuera de la verdad. Manifestaciones, ¿De qué? ¿No es el espíritu de Dios que una persona se caiga en convulsiones y se esté revolcando y golpea a un niño de 10 años y le dañe los ojos? Como hay evidencia de cosas así en iglesias pentecostales y carismáticas. Para dar un ejemplo nada más. No. Dios ama a las personas y Él no les va a hablar para dañar sus corazones. Jamás, jamás, jamás. Jamás. Dios quiere que las personas sean fortalecidas en sus corazones, en la confianza de las promesas de Dios en la palabra y las profecías son esenciales en el tiempo que se dieron para que nosotros las apreciemos el día de hoy. Aquí están. Todas están aquí. Si usted quiere vivir una profecía, fácil, bien fácil. Lea el libro de Apocalipsis en voz alta y va a escuchar una profecía, va a escuchar la voz de Dios allí. Fácil. Y Juan dice, bienaventurado, el que lee y el que escucha estas palabras. Miren, 2 Pedro 2.1. Obviamente este es un tema que me apasiona porque he visto el daño que esto puede hacer si no se conoce bien la verdad. ¿Y saben cuántas personas hay siguiendo esa línea? ¿600 millones? ¿Y sigue creciendo el número o se considera que va a aumentar más? Una vez alguien me dijo, pero si somos los 600 millones, ¿cómo vas a ser diferente de lo que dice allí? Dice, es tu decisión, obedeces a Dios o sigues a la multitud que se está perdiendo en falsos mensajes. Segunda de Pedro 2.1, pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo. así como habrá también falsos maestros entre ustedes, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina. Allí mismo, verso 12 al 14, pero estos como animales irracionales, nacidos como criaturas de instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando de lo que ignoran, serán también destruidos con la destrucción de estas criaturas, sufriendo el mal como pago de su iniquidad, cuentan por deleite andar en placeres disolutos durante el día, son manchas e inmundicias deleitándose en sus engaños mientras banquetean con ustedes. Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar. Seducen a las almas inestables. Tienen un corazón ejercitado en la avaricia. Son hijos de maldición. Segunda de Pedro es una descripción de los falsos maestros. Ahí está la lucha que he estado mencionando. Está por todas partes en la Biblia, esta lucha. Satanás no quiere que usted reciba la verdad como es. Satanás no quiere eso. Pero nosotros tenemos la verdad y tenemos que luchar por mantenernos en la verdad. Tenemos que luchar por mantenernos separados de lo que es falso y llamarlo tal y como es. Y quedarnos mejor con la verdad. Mire el verso 22 ahí mismo. Les ha sucedido a ellos, según el proverbio verdadero, el perro vuelve a su propio vómito y la puerca lavada vuelve a reborcarse en el cieno. Es todo lo que son. No son mis palabras, son las palabras del apóstol Pedro. Si leemos a Judas, vamos a encontrar palabras severas también de parte de Judas. Si leemos a Pablo, Pablo también dice, los he entregado a Satanás para que aprendan a no blasfemar en nombre del Señor. La Biblia no habla ligeramente de este asunto. No. Son términos pesados, serios, porque la ofensa es seria. Entonces el punto es, no hay profetas el día de hoy. No existe tal cosa. Mira las palabras del Señor Jesucristo, Mateo 24, 4 al 5. Ustedes piensan que ya terminé, pero no, hermanos. Esto tiene un buen recorrido. Ya casi llegamos al final. Pero miren, Mateo, quiero que escuchemos la voz del Señor Jesucristo. Versos 4 y 5. Jesús les respondió, tengan cuidado de que nadie los engañe. ¿Cuál es la advertencia principal del Señor Jesucristo cuando está hablando de los tiempos finales? Tengan cuidado de que nadie los engañe. ¿Cómo viene el engaño? Con mensajes falsos. Principalmente, ¿quiénes son los que traen mensajes falsos? Falsos profetas. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo yo soy el Cristo y engañarán a muchos. No dice que algunos, dice que muchos. Mire el verso 11, ahí mismo. Se levantarán muchos falsos profetas y a muchos engañarán. No son poquitos, no son pocos, son muchos, son muchos. Ahí está la advertencia, no escucha. Mira la respuesta de Dios a los falsos profetas en Deuteronomio 18, que lo mencionamos ahora, verso 20 al 22. Pero el profeta que hable con orgullo en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado a hablar o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá. Y si dices en tu corazón, ¿cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado? ¿Cómo se distingue una falsa profecía? Cuando un profeta hable en el nombre del Señor, Si lo que fue dicho no acontece ni se cumple, esa es la palabra que el Señor no ha hablado. Con la arrogancia la ha hablado el profeta, no tendrás temor de él. No sé si ustedes vieron, yo veo poco de eso, pero hubo un cantante, soy malo para recordarme los nombres, parece que era una persona muy querida, le dio cáncer y él cantó hasta lo último que pudo. Pero fue muy común que personas profetizas y profetas le dijeran, aquí Dios te sana y tú vas a estar bien y te vas a levantar otra vez. Él está muerto. Él está muerto. Si hubiera profecía, hubiera habido consuelo y fortaleza para ese hombre. No mensajes falsos. Y son comunes esos mensajes. Son bien comunes el día de hoy. Necesitamos escuchar a Dios y tenemos la manera de comprobar cuando Él nos habla. Tenemos la palabra profética más exacta, más confiable. Tenemos la palabra profética. Regresemos a Romanos 12 para cerrar con el texto que estamos estudiando. Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos. Si el de profecía úsese en proporción a la fe, yo creo que los romanos obedecieron lo que Pablo dijo aquí. Y lo usaron en proporción a la fe o a la analogía de la fe, o en concordancia con la fe que Dios les dio a ellos, que fue la palabra de Dios. Nosotros, ¿qué hacemos con el don de profecía? Disfrutémoslo, aquí está. No menospreciemos la profecía. Aquí está. Aquí está. Fuera de aquí, nada. No hay espacio para nada de eso. Y cuando lo usaron, era algo regulado, era algo confirmado por otras personas, era algo hecho en orden y el propósito siempre, acuérdese de esto con los dones, el propósito del don regula al don. Siempre. Y el propósito del don es la edificación de los santos. Siempre es la edificación de los santos, para que crezcan en la fe, para que sean consolados, para que sean exhortados, para que sean edificados, para creerle al Señor. Entonces, allí tenemos la verdad del Señor, hacemos bien en escucharlo a Él. ¿Por qué no nos ponemos de pie y cerramos con una oración? Señor, gracias por tu palabra, por la revelación de tu palabra, por los hombres fieles que tenían temor de ti, escucharon, profetizaron, escribieron, exhortaron, consolaron, animaron. Y aquí tenemos, Señor, esa palabra profética. Gracias por ese don tan hermoso, tan precioso de la profecía, Señor. Porque ningún hombre pudo haber hablado con esa inteligencia, con esa capacidad. Eras tú, Señor, comunicando tu mensaje a través de los profetas al pueblo de Dios. Y aquí lo tenemos completo, Señor. Gracias. Gracias, Señor, que hoy no necesitamos el don de profecía, porque entonces estaríamos incompletos, sin tu palabra plena, pero ya la tenemos. Gracias, Padre. Ayúdanos a valorar lo que nos has dado, a apreciarlo, Señor, a amar a las personas que están confundidas con mensajes evangelios, profetas falsos, mensajes falsos. Están abusándoles sus corazones, sus mentes, sus emociones, sus vidas. que podamos hablar con compasión, Señor, que podamos hablar con amor cuando tengamos la oportunidad de llamarlos a la verdad. Ayúdanos a nosotros, Señor, a permanecer fieles a Tu Palabra, a obedecerla, Señor, a dar testimonio de la verdad. Creemos que es verdad cuando nos dice que Tú moriste en la cruz, Señor. Creemos que es verdad cuando nos dice que Tú fuiste sepultado y resucitaste al tercer día. que ascendiste al cielo y creemos que tú regresas tú vienes por una iglesia santa tú vienes por aquellos que creen en ti señor creemos y esperamos que esa profecía se va a cumplir señor y mientras nos preparamos en santidad para encontrarnos contigo Lloramos por quienes no han creído ni esperan la venida tuya, Señor. Viven una vida sin esperanza, sin propósito. Un día aquí, otro día allá, sin saber a quién sirven, sin saber qué esperan, sin saber qué sucede después de la muerte. Padre, permite que en sus corazones ellos tengan convicción de pecado. para que crean en Cristo Jesús como el Señor, el Salvador, el que pagó en la cruz para darle salvación y vida eterna. Oramos, Señor, por esa fe, por ese cambio en sus corazones. En el nombre de Jesucristo te lo pedimos y te damos las gracias, Señor. Amén y amén. Dios los bendiga.
Don de Profecia
ស៊េរី Romanos
El Profeta y la Profecía (Vs. 6b)
Regulaciones para el uso de la profecía
A. ¿Quién valida las profecías?
B. ¿Cuántos y cuanto podían profetizar?
C. ¿Quiénes eran instruidos por la profecía?
- El Don de Profecía hoy
a) No es mentira
b) Si es en relación con el futuro, No puede no cumplirse
c) No contradice su propio mensaje, va en línea con toda la revelación.
d) La prueba de los falsos profetas es que no se cumple lo que dicen.
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រយៈពេល | 20:45 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ការថ្វាយបង្គំថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | រ៉ូម 12:6 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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