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ប្រតិចារិក
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vamos hermanos a ir al salmo número cuarenta estamos meditando en el salmo número cuarenta estamos en el versículo número once hemos visto hasta ahora que este salmo es un grito al señor un ruego al señor Dios es Dios es el que nos sustenta y nos fortalece Dios es el que nos guarda y nos guía y en este salmo podemos hemos podido ver como él el salmista se deleitó en el señor se deleitó en su voluntad perseveró luchando día a día contemplando al Señor. Dice este Salmo 40, versículo 11, tú, oh Señor, no retengas tu compasión de mí. Tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente. porque me rodean males sin número. Mis iniquidades me han alcanzado y no puedo ver. Son más numerosas que los cabellos de mi cabeza y el corazón me falla. Tenga bien, oh Señor, libertarme. Apresúrate, Señor, a socorrerme. sean avergonzados y humillados a una, los que buscan mi vida para destruirla. Sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia, los que se complacen en mi mal. Queden atónitos a causa de su vergüenza, los que me dicen, ajá, ajá. Regocíjense y alegrense en ti, todos los que te buscan, que digan continuamente, engrandecido sea el señor los que aman tu salvación por cuanto yo estoy afligido y necesitado el señor me tiene en cuenta tú eres mi socorro y mi libertador dios mío no te tardes amen en este esta última porción del salmo 40 le pide al señor que no retenga su compasión hacia él. Llamados hermanos, esa gracia del Espíritu Santo es uno de los medios que mueve nuestras vidas al servicio a los demás. La compasión nos ayuda a entender el problema del otro. Nos ponemos en el zapato del otro. Cuando mostramos compasión, entendemos la situación del otro y nos movemos a ayudar. La compasión fue lo que Cristo Jesús mostró una y otra vez hacia los pecadores. Pero Él pide además de compasión, es decir, que Dios mire su necesidad, que Dios se duela por su necesidad y que Dios vaya en su auxilio. Además de la compasión, Él también pide por la misericordia y también por la fidelidad del Señor. Miren, hermanos, cómo Él está apelando a las gracias del mismo Espíritu Santo, gracias que Él nos da como dones. pero que están de forma abundante y sin límites en Dios. Nosotros tenemos una limitante, aún por el pecado no somos tan compasivos como deberíamos, no somos más misericordiosos porque nos limitamos. Tenemos una esfera con cierta limitación, el ser humano, pero Dios no. La compasión de Dios, hermano, es sin límite. Usted puede leer en los Salmos, tu misericordia es más allá de los cielos. Es decir, no tienes límite. Tu fidelidad es, wow, altísima. Así como está de alto la tierra del cielo, así es tu fidelidad, así es tu misericordia, así es tu compasión. no tiene límites esas gracias en el señor no tiene límite y queridos hermanos él pide por esto él pide que dios no detenga aquello que le hará bien la compasión del señor aquello que le ayudará la misericordia y aquello que fielmente cumplirá la voluntad de Dios en su vida, la fidelidad, que esto me guarde, que esto me llene continuamente. Y queridos hermanos, estamos en un mundo donde hay sequía, aquí hay sequía en este mundo de amor. Usted lee el periódico, mira la noticia, Ve los noticieros que hay aquí en Honduras o en cualquier parte del mundo. Muerte, destrucción, desgracia, esta y aquello. Entonces, uno termina frustrado. Por eso es que nosotros necesitamos poner nuestros ojos, nuestra mente y nuestro corazón en el Señor y llenarnos del Señor. de su fidelidad, de su compasión, de su misericordia. Y cuanto más cuando estamos afligidos, como es el caso aquí del salmista, tenemos que seguir contemplando las gracias y la bondad del Señor, el carácter del Señor. Porque Él dice en el versículo 12, que no se alejen de mí tu compasión, tu misericordia y tu fidelidad. ¿Por qué? Versículo 12, porque me rodean males. Me rodean males. Hermano, el creyente que no más pone su vista en los periódicos y no lee su Biblia, no va a tener esperanza. Va a estar igual que los hombres y las mujeres del mundo. Pierde toda esperanza. El creyente que deja de orar y llevar su carga delante del Señor, pierde toda esperanza. Y se llena de amargura, dolor, lo que usted ve en la calle, gente aburrida. y llena de rencor porque no han puesto sus ojos en Cristo en su compasión y no le han pedido estas gracias al Señor dame de tu compasión hermano en el mundo usted tiene que cumplir con su deber hacer bien a su prójimo amar a su prójimo pero usted no se puede llenar del mundo usted tiene que llenar su corazón y su alma del Señor conéctese del Señor Jesucristo que Él le dará siempre de su amor entonces tú vas a tener mucho amor para brindarle a Gisela, a Yami, a Xiomara, mucho amor ¡ay! ¿por qué Dante siempre tiene tanto amor? ¡ah! es que ustedes viven conectados de los hombres yo me conecto de Cristo de la compasión de Cristo me conecto del amor de Cristo me conecto de la fidelidad y porque tú puedes ser tan fiel siempre al señor hay que yo siempre estoy mirando al señor qué sucede cuando nosotros miramos los hombres que se nos quita el amor se enfría el amor se enfría la diligencia dejamos de congregarnos porque mira Dante no vino hoy mira tú es el patrón el patrón no vino ya te puedes imaginar si estamos mal y por ahí se va, ay que no vino fulanita, ay que sultano no vino y ya nos desanimamos ¿por qué? porque estamos poniendo nuestros ojos sobre el señor el salmista sabía a dónde ir en su aflicción sus ojos siempre estaban puestos en el señor y cuando estaba en la aflicción ya él sabía lo que tenía que hacer Me rodean males sin número, mis iniquidades, y hay los males, Él los va a enumerar, sus propios pecados, hermano. Un mal en este gran mundo, hermano, es tu propio pecado. ¿Tú has considerado eso? ¿Tú has considerado que una de las cosas que te traen dolor a tu corazón es tu propia necedad y pecado? el salmista dice eso mis iniquidades me han alcanzado versículo 12 y no puedo ver se sentía ciego en oscuridad en tinieblas son más numerosos que los cabellos de mi cabeza el que mi corazón mi pecado considera cuán necesaria la compasión de dios al tratar con tu pecado tú necesitas de la compasión de Dios, porque si tú nada más miras tu pecado te vuelves loco. Si tú nada más miras lo poco bueno que tú eres, lo poco agradecido que tú eres, lo poco diligente a leer la Biblia, lo poco diligente a orar, tú dirías, yo estoy tan mal, ¿para qué voy a abrir mi boca? Yo estoy tan mal con el Señor, Pero no es ahí que tienes que poner tu mente, tu boca y tu corazón. Tienes que ponerlo en el Señor. Tienes que tomar tu pecado y llevarlo delante del Señor. Cuando tú ves tu pecado, tú tienes que mirar la cruz también para confesarlo. Cuando tú ves tu mal y que ese pecado produce mal en tu vida, tú tienes que mirar al Señor. y clamar al señor que te ayude y tenga misericordia de ti pero además de su propio pecado por lo que él necesitaba la compasión del señor también él tenía versículo 13 versículo 14 habían personas que buscaban su vida habían personas que buscaban su vida querían hacerle daño versículo 14 se han avergonzados y humillados aún a los que buscan mi vida para destruirla nosotros tenemos un enemigo en el diablo hermano que busca nuestra vida como un león y la biblia dice que él está alrededor de nosotros como un león rugiente buscando a quien devorar no está lejos pero también tenemos otro enemigo que es el mundo que nos ofrece cosas a través de amigos, compañeros, nos ofrece cosas para desviarnos del camino. Se burlan de nosotros, hacen pequeños chistes que nos hieren. ¿Para qué? Para que dejemos el camino y andemos neciamente. Queridos hermanos, el pecado en nuestro propio corazón, el mundo, el diablo, son tres enemigos que uno tiene que tenerlo claro. Hay que tenerlo claro. ¿Para qué? Para ir a la fuente del amor que es Cristo. Para ir a la fuente de la compasión que es nuestro Dios. Hay que ir siempre a la fuente. Cuando uno ve la realidad de la guerra que uno se encuentra espiritual, Uno tiene que entender que todos los días hay que ir a beber del agua de la vida de Dios. Todos los días. El día que tú dejes de beber agua de la vida, ese día, mira, el diablo va a jugar contigo. Te va a dar pata hasta que tú clame al Señor, Señor, pero quítalo de mí. El pecado tuyo te va a avergonzar y va a barrer el piso contigo hasta que tú clames. Todos los días tenemos que beber del agua fresca, del manantial de la vida. Todos los días tenemos que orar. Todos los días tenemos que buscar del Señor para poder estar firme ante el pecado, para poder estar firme delante del mundo y poder estar firme delante del diablo. ellos quieren que seamos avergonzados pero amados hermanos cuando nosotros vamos como dice el versículo 11 y clamamos al señor no retengas tu compasión de mí no retengas tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente el diablo va a decir como job yo no le puedo hacer nada a Yami porque es que tú ha puesto un cerco alrededor de ella ay que pasa es que Yami va todo lo día a la base con la sangre de Cristo su pecado ella celaba y confía en su pecado yo no puedo hacer nada con Yami porque Yami siempre está con esa cabeza buscando del Señor ah lo que pasa es que Yami va a leer de la palabra de Dios Y así ponga su nombre ahí. ¿Por qué Job tenía un cerco que lo protegía? Ah, busqué. Ese hombre oraba. Ese hombre confesaba su pecado. Llamaba a sus hijos, vengan, vamos a orar. Venga, vamos para la iglesia. Y lo ponía a cuenta delante del Señor. Lea Job capítulo 1, 2, 3, 4 para que usted vea cómo Job no jugaba con la gloria de Dios en su casa. En todo lo que hacía, prosperaba. En todo lo que hacía, prosperaba. Era un hombre rico. Tenía muchos negocios. Tenía mucho trabajo. Tenía muchos negocios, mucho trabajo. ¿Y sabe qué? Él no se perdía en lo claro. Él no se llenaba de orgullo. Buscaba al Señor. Queridos hermanos, al final, como dice el versículo 16 y 17, nos regocijaremos y nos alegraremos. No solamente nosotros, sino todos los que buscan al Señor. Regocíjense y alegrense en ti. En ti. Todos los que te buscan. Que digan continuamente, engrandecidos sea el Señor, los que aman tu salvación. ¿Ven lo que está diciendo? Él se está uniendo a la congregación de los santos. Todos los que buscan al Señor diariamente se van a encontrar, ¿sabe dónde? Adorando y alabando al Señor diariamente, pero también en el culto de adoración. Porque amado hermano, definitivamente, solamente las personas que perseveran buscando al Señor en sus hogares, usted la va a encontrar también en el culto del domingo. El que no está orando en su casa, es muy difícil que usted lo ve en el culto de oración aquí. Es muy difícil que usted lo ve en el culto de adoración el domingo aquí. Pero si está la semana entera desconectada del Señor, Estoy hablando de la gente piadosa. Porque hay gente que viene el domingo a ponchar solamente. Y usted lo ve que no canta, no lee la Biblia, no hace nada. Es un club social a lo que viene. Yo no me refiero a esos impíos. Me estoy refiriendo a gente piadosa. Entonces, regocíjense y alegrense en ti. Todos los que te buscan. Ponga esas rayitas ahí, sus rayas. ¿Quiénes se van a regocijar al final? Los que le buscan ¿Por qué? Porque recibirán de la compasión del Señor recibirán de la misericordia del Señor recibirán de la fidelidad del Señor en los días de seca cuando no hay nada el Señor en su fidelidad le va a llevar lo que necesita cuando yo no haya nada en su compasión dios se moverá para extenderle un brazo de ayuda pero eso es lo que le buscan lo que pueden tener esa esperanza por eso dice engrandecido sea el señor esto es una alabanza un cántico una doxología engrandecido sea el señor por tanto Por cuanto yo estoy afligido y necesitado, el Señor me tiene en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador. Dios mío, no te tardes. ¿Qué hombre y qué esperanza tiene este hombre? Ha dicho todas estas palabras y tiene claro su aflicción, su necesidad. ha ido donde el Señor, ha aclamado al Señor, ha pedido el socorro del Señor y ha reconocido que su única forma de libertad viene del Señor. Y en último, su última petición es, no te tardes. Él viene porque él es compasivo. Por eso que él viene, porque él es compasivo. No te tardes, señor. No te tardes. Miren la fe como está actuando ahí. La fe ejercitándose ahí. Ya el Señor viene. Él es compasivo. Yo sé que Él va a venir. Yo sé que me va a buscar a mí. Él va a buscarme. Porque Él es compasivo, como David. Dime, David, tú pecaste. ¿Te quieres poner en manos de Dios o en manos de los hombres? ¿En la faja de Dios o en la espada del hombre? No, espérate. En la faja del Señor. Que el Señor me dé su fajazo, su correazo, porque Él es misericordioso. Llegará un momento que va a decir, ya está bueno, ya te discipliné, está bueno. Pero el hombre, el hombre no se cansa de darle hasta que se muera. Por eso, amado hermano, Él espera. No te tardes, Señor. Está esperando aquí. Está esperando en el Señor. Así que, amado hermano, no nos cansemos de orar. Él va a venir y no se va a tardar. Amén.
No retengas tu compasión de mí
ស៊េរី Los Salmos
Tú, oh Señor, no retengas tu compasión[a] de mí;
tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente,
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 713231648235810 |
រយៈពេល | 20:41 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ការបង្រៀនខ្លី |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | ទំនុកដំកើង 40:11-17 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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