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ប្រតិចារិក
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He dado gracias al Señor y no quiero empezar sin agradecer a ustedes por lo que implica, lo que ha implicado el acordar y el comprometerse mutuamente para llevar a cabo esta actividad. Y por supuesto, Dani, gracias por lo que has traído de reprensión y de reflexión a mi propia vida. Tengo aproximadamente 42 años de profesar creer en Jesucristo. Tengo aproximadamente 34 años, 33 años en el ministerio. Y algunas cosas no las sabía, y muchas más debo aprender. Y agradezco a Dios que siempre tiene en su providencia para darnos aquello que sin duda alguna será de utilidad. Tomando prestadas las palabras del salmista que él dijo, joven fui y he envejecido y no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan. Quiero usar ese texto para decir lo siguiente, fui joven y ya he envejecido, pero no he visto No conozco un pastor fiel y su iglesia disfrutando una prédica expositiva sin un pastor que haya cuidado de sí mismo antes que de la ley de Dios. Tengo, como dije, más que 30 años en el ministerio, yo también fui joven como ustedes, No conozco, no he visto a lo largo de mi ministerio un pastor fiel y una iglesia que reciba una prédica expositiva, fiel, continua, sin que este hombre haya cuidado de sí mismo antes que cuidar de la Grey. antes que cuidar de la Iglesia del Señor. Los hermanos nos indicaron los temas y el que ahora trataremos es el pastor cuidando de sí mismo, el pastor cuidando de sí mismo. Y quiero leer algunos textos como base para nuestra meditación. seguramente ya los tienen ustedes en mente. Vamos a leer Hechos 20-28 y también a Primera Timoteo, textos que nuestro hermano nos ha recordado recientemente. Así que comenzamos con Hechos 20-28. Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo se ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. El apóstol Pablo, escribiendo a Timoteo, le dijo, primero a Timoteo 4, verso 13, en adelante. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, del cual el hermano Dani nos ha hablado, que te fue dado mediante la profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate de estas cosas, permanece en ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina, persiste en ello. pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren Vamos a orar Soberano Dios queremos darte gracias por alentar en caso personal mi corazón, nuestros corazones para quienes tenemos Señor ya 60 años y estamos muy cerca, Señor, de mirar Tu rostro. Te damos gracias, Señor, porque podemos ver parados en un firme y sólido fundamento hacia atrás y ver lo que Tú estás haciendo. Concede, Señor, que cada uno de los que aquí estamos, que tenemos el altísimo honor de ser pastores que consideremos con seriedad cuidar de nuestras vidas, predicándonos a nosotros mismos antes que predicar a nuestra iglesia. Señor, me uno al deseo de los pastores que tú les habilites, Señor, para que puedan a su vez habilitar con enseñanza sana, sólida, bíblica, a la siguiente generación de pastores que cosecharán, Señor, los frutos de la siembra que se está realizando en el presente. Junto con muchos creyentes, Señor, hemos elevado esta petición y la repetiremos mientras tengamos vida. Señor, envía obreros a Tumies. y concédenos, Señor, la humildad y la disposición para compartir nuestras humildes experiencias y la humildad y la disposición para recibir también enseñanza, Señor. Y así, Señor, fortalecer nuestros ministerios. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo. Amén. Es verdad, hermanos, que no podremos hacer buen trabajo, si se puede llamar trabajo a lo que hacemos, si no cuidamos de nosotros mismos. Es realmente muy, muy importante. Así que yo quiero compartir algunas de las cosas que tenemos que hacer cuidándonos fielmente conforme el material que tenemos en las Escrituras. Y lo primero que debemos hacer, he estado leyendo algunos de los puritanos y en verdad ellos son un tanto densos de leer y de entender también, por lo menos para mi capacidad, pero hablan del ministerio como algo en verdad sublime, algo en verdad glorioso. Ellos saben que para esa ocupación, tal como Pablo, no eran suficientes. Siempre confesaron y buscaron su dependencia de Dios en todo tiempo, absolutamente en todo tiempo. Así que, Yo quiero dar algunas directrices que estoy siguiendo yo. No estoy diciendo que yo ya lo haya alcanzado, pero sí estoy dispuesto a no tener, no guardar en mi mente las experiencias del pasado, sino proseguir y alcanzar nuevas, nuevas experiencias. Cada hermano tiene algo para enseñar, tiene algo para compartir. Esa es la manera como Dios nos enseña, como Dios nos equipa. Así que he orado por esto y confío en que pueda caer en buena tierra. Lo primero que debemos hacer es asegurarnos que nosotros hemos experimentado la gracia salvadora, que estemos ciertos que nosotros somos verdaderamente conversos. Eso es algo muy importante. Debes procurar conocer la obra eficaz del Espíritu en tu vida. habiendo ya experimentado el poder del Evangelio que ahora ofreces a los hombres. Es muy sencillo esto, pero es en verdad algo que comúnmente se pasa por alto. Y un deber de nosotros es afirmar, confirmar que en verdad hemos experimentado la gracia de la salvación. que somos regenerados, que somos salvos. ¿Cómo pastor? Pues si somos cristianos, tenemos un buen tiempo. En la iglesia varios hermanos pueden dar testimonio de eso. Bueno, yo no hablo del testimonio de los hermanos, yo hablo del testimonio del Espíritu Santo y que debe de ser confirmado por tu propia, por tu propia experiencia. Debes cuidarte de morir mientras avisas a los demás acerca del peligro de morir. Debes ver por tu propia vida antes, mientras avisas a los demás que se ocupen de sus propias vidas. He oído de algunas personas que cocinan para otros. Algunos a lo sumo pueden lamer sus dedos y preparan exquisitos manjares, deliciosos platos y reciben encomio por su trabajo. Y bien merecido el encomio, bien reconocido. Pero no seas tú, no seamos nosotros, como un excelente chef, preparando un buen platillo sin gustarlo nosotros. Debemos disfrutarlo nosotros. He oído algunos zastes cortan muy bien, usan las mejores telas, los mejores hilos y visten hombres que se ven elegantes, mientras ellos usan ropa muy sencilla. Que no seamos nosotros preparando el vestido que cubra, aunque ese es nuestro trabajo, que proteja y que embellezca la vida de nuestras hermanas y hermanos, sin vestirnos a nosotros mismos de esa vestidura que deseamos que cubra, que proteja sus vidas. Es verdad, Daniel 12.3 dice que los que enseñan la justicia a la multitud brillarán como las estrellas. Ah, es una preciosa promesa que alienta a cada creyente y por supuesto debe alentar a cada ministro, pero esto presupone que ellos mismos la han aprendido. No es solamente enseñar por enseñar, se debe aprender en la vida práctica. En términos sencillos, su propia sinceridad de fe es la condición de esa gloria. Todo creyente, hombre o mujer, joven o adulto, resplandecerá con la gloria de su Señor. Pero la promesa aquí dice que los que enseñan la justicia a la multitud brillarán como las estrellas. y su labor hermano, la labor pastoral, es una condición de esa promesa para una mayor gloria. El apóstol Pablo en repetidas ocasiones menciona cuál y en qué consistía su gloria como ministro, como fiel y dedicado predicador. Tenía que ver con la fidelidad de los creyentes. Obviamente él era un hombre fiel, evidentemente. Seguramente sabes que muchos han exhortado a los demás a no caer en el infierno mientras ellos caminan hacia el infierno. No seas como uno de ellos que han exhortado a otros a no caer en el infierno mientras ellos mismos van o iban hacia allá. Más de un predicador, más de un predicador que clamó muchas veces a sus oyentes para que escaparan de la condenación, ahora se encuentran en condenación. Eso es muy fácil probarlo y seguramente tú tienes ya algunos textos que así lo enseñan. Crean hermanos. Dios nunca salvó a nadie, Dios nunca salva a nadie por ser predicador o por ser muy capacitado con una habilidad para presentar las verdades del evangelio como el hermano Dani nos lo explicaba hace un momento Nunca, Dios nunca ha salvado a nadie por ser un excelente predicador, por muy capacitado que sea. Solamente, únicamente siendo justificado y santificado por la obra de otro. A decir, nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por tanto, examina primero tu propia vida. Ese es un deber. continuo, permanente. Asegúrate que tú eres un heredero del cielo. Asegúrate que tu voz debe ser oída con verdad y que tú estás seguro que estás caminando al cielo. Asegúrate que crees lo que persuades a los otros que crean. que en verdad lo crees en tu mente y lo recibes con afecto en tu corazón, que es parte integral de tu vida. Asegúrate que tienes al Salvador que ofreces a los demás. Ten presente que tú harás un trabajo sacerdotal y parte de tu trabajo será orar por los demás. Parte de tu trabajo, como dije, si se puede decir trabajo a ello, tu ministerio, tu ocupación, tú ocupa la mejor palabra. Parte de lo que tú haces será orar, orar por tu congregación. A veces orar con mucho gozo, dando gracias a Dios por ellos o por algunos en particular. A veces con mucho dolor y hasta con lágrimas. pero si en tu corazón miras a la iniquidad, es decir, si la atesoras, si la guardas ¿cómo esperas que tu oración sea atendida? ¿no? por supuesto que no eso es lo que dice el salmista recordarás lo que dice el salmo allá en el salmo 66 si quieren verlo por favor yo Voy a leerlo. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. El apóstol Pedro en Hechos 6 dijo a la iglesia primera en Jerusalén que ellos no deberían ocuparse de los distintos trabajos que cada vez aumentaban debido a que Dios estaba aumentando. con versos que ellos querían tener el tiempo para ocuparse de otras cosas a decir las oraciones y la predicación las oraciones y la predicación tú eres uno que Dios ha escogido para llevar el mensaje de salvación Pero tú eres uno que Dios ha escogido para que, según tu tiempo, tu propio itinerario, ocupe ese espacio para dirigirte a Dios por el bien de tu congregación. Y siempre deberás tener tiempo para recordar lo que el Señor Jesús nos dijo y que leímos recientemente en Mateo 9. Siempre deberás buscar tiempo para pedir por el bien de la casa de Israel, pidiendo por la obra de Dios en general. Tienes un conocido, dos conocidos, tres amados hermanos que son pastores, que necesitan tu apoyo en oración. Lutero dijo que era extremadamente pesado pasar un tiempo en oración. extremadamente pesado. Y si quieres ilustración, observa a Josué, blandiendo la espada, yendo en contra de los amalecitas, victorioso sobre los amalecitas. Él sí está haciendo un gran trabajo, pero ¿qué hace Moisés? Sin embargo, no se dice que Josué se hubiese cansado. No digo que no se haya cansado, Pero el texto si nos dice que Moisés se cansó y que es lo que estaba haciendo. Mira a Jesús, recrea esta imagen, que es lo que está haciendo Él. Cuando Él clamó, no una, dos, tres veces, finalmente Él dijo, no sea como yo quiero, sino como tú. Después cuando fueron y vieron el lugar, Alguno dijo ¿qué es esto? Oh, ¿es sudor? No, espera, es sangre. ¿Qué estaba haciendo Jesús? Estaba orando. Tú tienes esa comisión dada por Dios. Es verdad, Pedro dice, 1 Pedro 2, 9, que somos un pueblo escogido, un sacerdocio real y que todos podemos presentarnos delante de Dios en los méritos de nuestro sumo pontífice y orar a Él. Eso es verdad. Pero igual verdad es que tú tienes esa responsabilidad delegada por Dios. y para que tus oraciones prevalezcan, debes aborrecer el pecado. Cuidando, cuidando de ti, de ti mismo. Dije hace un momento, no seas como algunos que han alertado para que huyan, para que escapen de la condenación mientras ellos caminaban hacia ella. Oye lo que Jesús dijo y si ustedes tienen otra interpretación mejor podemos compartirla más tarde. Pero parece ser que Jesús se refirió en casos de quienes fueron predicadores. Mateo 7 dice, versos 21 en adelante, no todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día, oh día terrible, día glorioso para nosotros porque nosotros apuntaremos a Jesús no sacaremos ninguna lista de nuestra manga y diremos Jesús o Señor nosotros hicimos todas estas cosas y creemos que bueno es lo mejor que pudimos no por supuesto nosotros apuntaremos a nuestro Señor pero habrá quienes no podrán apuntar hacia Él apuntarán hacia sí mismos muchos me dirán en aquel día señor, señor no profetizamos en tu nombre acaso no predicamos incluso fuimos ortodoxos incluso fuimos veraces y en tu nombre echamos fuera demonios hubo algunas señales cartas credenciales que nos acompañaron hicimos también muchos milagros oye lo que Jesús dirá nunca os conocí apartados de mí hacedores de maldad tenemos un ejemplo real muchos Pero tenemos un ejemplo real allá en Hechos capítulo 1 verso 25 Pedro está hablando a la iglesia primera en Jerusalén y parte de sus últimas palabras en esa primera ocasión en que se reunió la iglesia para un asunto privado de ella dijo estas palabras para que tome la parte de este ministerio y apostolado de que cayó Judas por transgresión para irse a su propio lugar Ah Judas, es verdad que él era el hijo de perdición, es verdad que él tenía que ir a su lugar, pero debe amonestarnos, debe alertarnos a nosotros y cuidar con diligencia nuestro corazón, que no sea dicho nunca de nosotros lo que se dijo de estos allá en el Salmo número 50 Los versículos 16 y 17. Pero al malo dijo Dios, ¿qué tienes tú de qué hablar de mis leyes y qué tomar mi pacto en tu boca? Pues tú aborreces la corrección y echas a tu espalda mis palabras. Que nosotros seamos cuidadosos de nosotros mismos. Y lo primero que debes asegurar es que has sido objeto de la gracia salvadora. que eres un heredero del cielo eso es mucho eso es mucho el resto está en las manos de Dios pero hay otra cosa que debes hacer asegúrate no solamente de haber gustado la gracia salvadora también debes asegurarte de ejercer las virtudes con las que Dios te vistió que hoy hemos escuchado y debes utilizarlas de una manera vigorosa predicándote a ti mismo todos los sermones que escribes o los bosquejos que tú haces toda la enseñanza que tú haces debes predicártela a ti mismo aunque lo hiciera solamente para ti no sería trabajo en vano pero yo digo que lo hagas para beneficio de la iglesia Yo digo que debo hacerlo para mi propio beneficio, obvio, pero para el beneficio de la iglesia. Eso es muy, muy importante. Dios ha dado directrices específicas en las cuales nosotros debemos ocuparnos. Y Él nos ha habilitado para llevarlas a cabo. Él no nos pide nada que Él no nos haya dado. Él no nos pide nada que no nos haya dado ya. Así que cuando tú pones, cuando nosotros ponemos nuestros intereses en las cosas santas, en las cosas de arriba, tus feligreses se darán cuenta y serán beneficiados. Ellos probablemente participen de ese fruto. del estudio, de la meditación, de la oración ellos van a ser beneficiados sin duda, sin duda alguna tus oraciones, tus alabanzas y tus enseñanzas les serán dulcemente útiles si tú estás cuidando de ocupar, de utilizar las virtudes con las cuales Dios te equipó si Él te llamó para el ministerio y providencialmente has entrado en el en la manera que la Biblia lo enseña entonces el te ha habilitado debes cuidar, debes cuidar tu vida hermano, hermano somos las nodrizas de los niños en Cristo somos las nodrizas de los pequeños en el Señor si no nos alimentamos nosotros bien tampoco lo haremos con ellos pronto van a adelgazar pronto se debilitarán y como consecuencia de una manera débil si es que llevan a cabo su deber lo harán de una manera débil y deficiente y es verdad que ellos también deben buscar el propio alimento es asunto personal de cada creyente eso es una verdad pero es deber de nosotros como decíamos de los chefs, los buenos cocineros ellos gustan o deben gustar también lo que preparan pero no pueden hacerlo nosotros si, nosotros si providencialmente Dios nos da un texto Una bendición a través de la lectura, de la meditación. Dios está cargando tu corazón porque dedicas tiempo a la oración. Él está guiándote a preparar algo que tú sabes es necesario para tu congregación. Y mientras lo haces tú no solamente lames tus dedos. Tú comes trozos y te alimentas, te nutres para poder poner delante de tu iglesia ese mismo alimento que como te ha nutrido a ti, como te ha alimentado a ti. ¿Debo decir que te ha exhortado? ¿Debo decir que te ha reprendido? ¿Debo decir que te ha amonestado? Si, también eso sería necesario. Aunque estoy enfatizando lo otro. Pero si ha servido para ti, seguramente el Señor en su misericordia lo utilizará para la edificación de los hermanos que Dios ha puesto a tu cuidado. Hermano, Hermano cuida tu propio corazón vigílalo sobre toda cosa guardada esa es la instrucción del Espíritu Santo a través de Salomón sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de él mana la vida y si no sabemos cómo allí el mismo Salomón nos dice qué es lo que tenemos y cómo tenemos que hacerlo obviamente meditando y guardando la palabra de Dios en nuestros corazones pero también mortificando las corrientes pecaminosas que emanan de lo que oímos, de lo que vemos y lo que hacemos, lo que decimos debemos cuidar entonces nuestro corazón. Evita las pasiones, evita los malos deseos, mortifica las inclinaciones mundanas, profundiza en la fe, profundiza en el amor y en el celo. Ocúpate de estas cosas permanentemente, permanentemente, para que tu aprovechamiento sea notablemente visible. Persiste en ello, pues haciendo eso te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren Eso fue lo que Pablo le dijo a Timoteo, un hijo en la fe, un compañero entrañable Timoteo sin duda alguna tenía que persistir, no la tenía fácil Ya ustedes saben lo que Pablo dijo a los ancianos allá en la reunión que tuvieron a la orilla de la playa, allí, y se despidió de ellos y les advirtió que de entre ellos mismos se levantarían quienes hablarían cosas perversas y que causarían daño a la iglesia. Bueno, entre esos hombres está el Pastor Timoteo. Y el Pastor Timoteo tenía que ver que se implementaran todas las cosas que el Pastor Daniel nos recordó ahora. Él tenía ese deber. de ver que aquel que anhelara obispado era un excelente anhelo. ¡Qué bueno! Pero era necesario que reuniera algunas características que hoy se nos han recordado. Ocúpate de eso, querido hermano. También debes ocuparte de que tu ejemplo No contradiga tu doctrina. Que tu ejemplo no contradiga lo que tú dices. No vayas a desmentir con tu vida lo que dices con tu lengua, porque será un grande estorbo a tu labor. Es un gran estorbo para nuestro trabajo cuando otros contradicen en privado durante la semana lo que nosotros decimos el domingo o el miércoles desde este lugar. Es un gran estorbo que en la casa se converse o en algún otro lugar desaprobando lo que se dijo desde el púlpito. Sí que es un problema, sí que es un estorbo. Algunas veces los creyentes no recuerdan, bueno, En mi iglesia a veces no recuerdan, en la tarde, lo del sermón de la mañana. Imagínate, si hay resistencia, si hay oposición, si se acordarán para el siguiente domingo. Ya hay suficiente obstáculo, hay suficiente estorbo. No seas tú mismo un estorbo. No te contradigas. vive de tal manera que puedas decir, sed imitadores de mí, así como yo imito a Cristo. Debes procurar hacerlo. Es un estándar muy, muy alto. Y mientras estemos aquí, no lo alcanzaremos. Pero debemos vivir para desear alcanzarlo. Y modelar de esa manera el carácter de nuestro Señor a quien servimos no menos no es permitido menos no podemos concluir razonablemente bueno eso es realmente muy alto nadie va a llegar por lo tanto desisto no debes persistir y tratar de alcanzar esa medida Dios se encargará de hacer Todo aquello que sea necesario para que tú crezcas en gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La meta, según el apóstol Pablo, los creyentes de Roma es que seamos como Cristo. Y para ello nuestro Dios está trabajando con todos los creyentes. Pero es deber tuyo, es deber mío modelar a Cristo. Vive de tal manera que pueda decir síganme porque yo estoy siguiendo al Señor y que ellos puedan ver que en verdad estás siguiendo, estás siguiendo al Señor. He oído en compañeros pastores en el pasado, en el medio en que yo estaba antes y decían que era presunción Imagínense, que era presunción decir a la congregación que me siguieran como ejemplo. Que era presuntuoso que tú dijeras imiten hermanos. De hecho, cada pastor debe ser modelo para cada hombre en la iglesia. De hecho, su familia debe ser modelo para cada familia en la iglesia. Sus hijos deben ser los modelos a seguir. Eso es verdad y esa es nuestra responsabilidad. Es verdad, hermano. Tenemos que vigilar nuestros actos, tanto como nuestras palabras, si queremos ser verdaderos siervos de Cristo. Con frecuencia hablamos a nuestros congregantes pidiéndoles ser hacedores de la palabra y no tan solamente oídores. Tal vez hemos elaborado un estudio, una prédica acerca de estos versículos, procurando que nuestra audiencia tenga una escucha expositiva, tratando de enseñarles a que inclinen su oído y procuren escuchar con interés de aprender. tal vez les hemos dicho es muy importante por eso Dios nos dio dos oídos y una sola lengua porque Santiago en ese contexto dice espera habla poco, habla menos, guarda silencio y escucha bien tal vez hemos dirigido estas palabras a nuestra iglesia hermanos, hermanos escuchemos bien lo que Dios nos dice esta mañana eso está bien que lo hagas pero sabes que de igual manera tú, de igual manera nosotros debemos ser hacedores y no solamente predicadores debemos ser hacedores y no solamente habladores del evangelio tenemos que ser hacedores no vaya a ser que al igual que el oidor olvidadizo nosotros también nos engañemos Una práctica, perdón, una doctrina práctica se predica en la práctica. Y el Evangelio es eminentemente práctico. Aunque tenemos que pedir a Dios que ensanche nuestro entendimiento y procurar aprender mucho de ello, es sin duda algo práctico. Mantente, ruego, tu inocencia, es decir, sé irreprensible. Como decía el hermano en la mañana, que ninguna acusación se pegue, que caiga. Es verdad. Los creyentes, los pastores, los pastores con frecuencia se les atribuye algunas faltas que no han cometido. Esas no deben pegarse a nosotros. Y nosotros debemos vivir y desear vivir que seamos irreprensibles, que andemos, que vivamos sin ofender, que tu vida, hermano, condene al pecado y que persuada a la gente de tal manera que vivan y deseen vivir así también. Mira, ¿cómo esperas que tus feligreses cuiden sus almas? ¿Cómo esperas que ellos cuiden sus vidas si tú no cuidas la tuya? ¿Cómo? No es posible. En su providencia, en su soberanía, en los misteriosos caminos del Señor, hay experiencias de pastores, suponiendo que en verdad son, pero hombres que han ministrado delante de alguna iglesia que no han cuidado sus vidas y han traído de sonoro al nombre de Cristo y un gran daño a la iglesia. No obstante, en esas iglesias Dios ha preservado algún remanente. Algunas personas fieles allí han permanecido. Gracias a Dios por ello, porque Dios cuida a los suyos. Pero es nuestro deber si recomendamos a la gente, a nuestra gente, cuiden sus vidas amados hermanos, debes cuidar la tuya. Si no quieres que sus conversaciones después de la predica en el convivio, en el break que llamamos, si no quieres que sus conversaciones sean superficiales, Debes procurar que tu conversación contenga siempre palabras edificantes. Que siempre tenga como propósito, como fin último, la edificación de aquel que te oye. Quizá de esa manera los hermanos aprendan y sus conversaciones también tendrán esta característica. La edificación de la fe de los creyentes. gobierna bien tu familia. Soy pastor, soy padre de familia, tengo hijas y no he disfrutado tanto la vida como la compañía de mi esposa y la compañía de mis hijas. Pero no he tenido momentos tan dolorosos como los que me han dado ellas. Hemos aprendido juntos a seguir a nuestro Dios. Y Dios ha tenido misericordia de guardar nuestra casa, nuestra familia. Y el bien que disfrutamos, sin duda alguna, ha sido el favor inmerecido de nuestro Dios y Señor. Pero soy muy complacido de lo que Dios ha hecho en mi familia. No estoy diciendo que yo cuidé bien como debía hacerlo. Sé que he dejado muchas cosas de hacer. Y reconozco que ha sido la gracia y el favor de Dios. Pero es mi deber insistir en esto. y mientras estén bajo mi techo, procuraré gobernar y cuidar bien de ellas. Procurando que ella acepte el rol de esposa. Obviamente cumpliendo yo el rol de esposo. Juntos siendo un equipo para ser los padres que Dios dice que debemos ser. Con la alta expectativa que ellas quieran abrazar el diseño y ser las hijas que Dios dice que deben ser. No seas soberbio. Procura la humildad. Procura aprender de otros cómo Dios guió sus vidas, cómo Dios los preservó y confía que Dios preservará la tuya. Mira, para ninguna virtud servirá más tu ejemplo que para la humildad, para la mansedumbre y para la abnegación. Para eso es muy importante tu ejemplo. ¿Quieres abnegación? ¿Quieres mansedumbre? ¿Quieres humildad en tu congregación? Modela esas cosas. Muestra cómo Dios hace de ti un hombre abnegado, manso y humilde. Tienes un modelo. Aprende de él. y te darás cuenta que su yugo no es pesado. Recientemente escuchaba a un hermano en nuestra iglesia, el hermano Juan Cepeda, quienes lo conocen, estaba predicando acerca del texto que he citado, de Mateo 11, y él afirmaba que el yugo de Cristo es una carga ligera. Sin embargo, hay un yugo difícil, dijo él. Y algunos pusimos un poco más de atención para ver qué es lo que decía. Y él dijo, el yugo difícil es cuando nosotros decidimos hacer nuestra voluntad y no la de Cristo. Pero si nosotros uncidos, unidos a Él, Decimos no la nuestra sino la tuya Señor, entonces Él hará todo en nosotros. No sé si ustedes, me imagino que ya no hay menos los jóvenes, tal vez los hermanos que tengan arriba de 50 años y ya no sé, pues dicen que el norte es otra cosa y el sur es otra cosa. Y nuestros cultivos hace años se hacían de una manera todavía rudimentaria y por aquí ya hay mucha maquinaria. Pero me voy a arriesgar a hacer este ejemplo. ¿Ustedes saben lo que es una yunta? alguien sabe lo que es un arado, un yugo, una coyunda? Ok, entonces ustedes le explican a los jóvenes después. A mí me tocó ver cuando era yo un niño, adolescente, cómo uncían a un torete nuevo con un buey de experiencia, vamos a decirlo así, un animal de trabajo con mucho tiempo en el trabajo, con uno nuevo. Así que el yuntero, el trabajador, de esa manera entrenaba a un animal nuevo, los uncian. Y me tocó ver, arando la tierra, muy suave, muy suave era entrenamiento, pero el animalito joven, con todo su vigor, parecía más fuerte que el mayor, Con todo su empeño, iba haciendo esto, para acá y para allá. Alado. Iba el animal de experiencia, firme, firme. Tal vez le decía, lo haría mejor yo solo. ¿No has pensado alguna vez eso, de un hermano alado tuyo? Yo sí. y he pedido perdón a Dios. Yo sí, otra vez, otra vez. Pero este animalito experimentado iba firme, firme. ¿Sabe qué? Gradualmente, tres, cuatro, cinco veces uncido con el animal de experiencia, pronto agarraba surco. No sé si eso es algo conocido, pero agarraba surco. ¿Sabe qué? El animal de experiencia sólo guiaba y el otro hacía el trabajo. Eso decían, eso decían los hombres. Yo era muy, muy joven, casi niño. Eso decían ellos, eso decían ellos. Dios, obviamente estoy uncido con mi Señor. Él hace el trabajo. Y Dios me ha uncido con hombres jóvenes. Y algunas veces me hicieron así también. Pero ¿saben qué? Ahora yo voy despacio. ¿Y el peso, la carga? Bueno, llevo un poco. Es así. Es así realmente. Modela eso. Aprende, dijo el Señor, ¿verdad? Aprende de mí que soy manso y humilde. Y para esa virtud, nada es mejor que la mansedumbre, la abnegación. Perdona las fallas. Perdona. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Haz como nuestro Señor y Salvador, quien cuando le maldecían, no respondía con maldición. Romanos 12, 21 y Primera de Pedro 2, 23. De esa manera estarás siguiendo a tu Maestro. Y entonces podrás decir, sígame como yo estoy siguiendo al Señor. Cuando los pecadores, predicamos a ellos cada vez que predicamos. Cuando los pecadores son obstinados y nos tratan con desdén la carne nos llama a usar nuestras propias armas para dominarlos por medios carnales. Tal vez elevamos el tono de la voz o gesticulizamos de tal manera que les mostremos quién tiene el control, quién tiene el mando. Esa no es la buena manera, de hecho no es una manera. En su lugar, debes enfrentarlos con bondad, con paciencia y con mansedumbre. Los medios carnales, oye bien, el temperamento, la fuerza y todo aquello, sólo va a demostrar que tienes más poder humano que ellos, nada más. Si te impones Con fuerza sobre fuerza semejante, sólo va a demostrar que tienes más fuerza que ellos. En cambio, en cambio, si los enfrentas por medios espirituales, les mostrarás que los superas en excelencia espiritual. Y se humillarán no delante tuyo, sino delante de tu Señor. Y ellos desearán también mostrar esa misma cualidad. Oh Dios quiera que así sea en nuestras vidas. Finalmente, debes asegurarte que no falten, que no sean débiles las cualidades que necesitas para la obra. debes fortalecerlas, debes pulirlas, que cada vez sean más visibles, más sólidas. El que quiere enseñar a los demás los misterios de la salvación, debe procurar obligatoriamente un mayor conocimiento, debe procurar un crecimiento en tales misterios revelados en las Escrituras. Gracias a Dios que Pedro escribió acerca de Pablo, que Pablo había escrito cosas muy difíciles. Y yo cuando encuentro algo difícil le doy gracias a Pedro. Hay cosas bien difíciles, hay cosas difíciles. Hay grandes dificultades teológicas que tenemos que resolver. Tenemos que desentrañarlo, tenemos que buscarlo. Habla con alguien. Dani es testigo de las veces que yo he hablado para pedir algún norte, alguna dirección. Recuerdo una vez y comenté al Pastor David que le pregunté a Dani algo acerca, no me acuerdo exactamente cuál era el tema, pero Dani me dijo te voy a llevar un libro. Y yo dije, no, no me lo puedes dar en 30 segundos. No, me trajo un libro. Gracias por ese libro. Gracias por ese libro. Pregunta a alguien. Acércate a alguien. Humildemente reconoce que hay cosas difíciles de entender, muy difíciles de explicar. Pero es tu tarea procurar entenderlas. Es tu responsabilidad. Hay muchos pasajes difíciles de la palabra que explicar. Hay deberes en los cuales nos podemos descarriar a nosotros mismos y aún a los que nos siguen, si no estamos bien informados en cuanto del asunto. Es riesgoso. Estamos caminando por terreno resbaladizo. Es menester que procuremos aumentar, fortalecer nuestras virtudes. Ellas son dañadas muchas veces por desuso. Ellas son dañadas muchas veces por negligencia, por descuido. Algunas veces por otros pecados. Y es deber de nosotros mantenerlas fuertes, limpias, bien pulidas. Además de las cosas que debemos procurar entender para compartir, para enseñar, debemos saber que hay muchos pecados que no se podrán evitar sin entendimiento, que no se podrán evitar sin una precaución. que se nos provee a través del conocimiento, a través de la enseñanza de la Palabra de Dios. Hay muchas tentaciones sutiles a las cuales tenemos que abrir los ojos a nuestra congregación. Ellos tienen que aprender a diferenciar entre lo que es realmente malo y no lo que parece malo. Ese es el problema, hay cosas tan obvias, malas, hay cosas obvias tan buenas, no tenemos que enseñar a distinguir eso. Tenemos que enseñar y aprender nosotros a distinguir de aquello que parece bueno, pero esencialmente no lo es. Aquello que alguien se escandaliza porque parece realmente malo, realmente no es tan malo. y nosotros debemos tener hermano esa disposición para poder guiar a nuestras congregaciones. Hermano mío, el llamado es glorioso, la responsabilidad, la tarea lo es también. Debemos ser hombres hábiles, decididos y dispuestos. No somos mejores que Pablo, por supuesto. Clamemos como él clamó. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Dejemos de lado el orgullo. Dejemos de lado la independencia. No somos autosuficientes. de hecho por diseño de Dios no somos autosuficientes somos dependientes somos complementarios lo que me falta a mí lo tiene otro de mis hermanos lo que falta uno de mis hermanos quizá lo tengo yo si recibimos de gracia de gracia damos y de esa manera tenemos intereses comunes la gloria de nuestro Dios la edificación del pueblo de Dios yo ayer decía que el pastor se debe o pastores se deben primariamente a su iglesia a menos que el interés común de la obra demande de su tiempo y en ese sentido habrá alguien que demande de nosotros Habrá otra congregación que demande de nosotros que estemos listos, hermana, hermano. Hemos considerado que tenemos todo esto para hacer. Son varias responsabilidades. Por lo tanto, para concluir, ¿cómo no debemos andar en todo esfuerzo santo y empeño para el trabajo? Te ruego, Crece en conocimiento. Procura adquirir experiencia. Crece en habilidades. Especialmente ustedes que son jóvenes, que están siendo expuestos al ejemplo de otros hermanos. Aprendan. Absorban todo lo que sea posible. Eso no quiere decir que necesariamente sean pastores. Mañana, si Dios te permite, alcanzar una edad y formar una familia, inevitablemente serás pastor. Inevitablemente tendrás que ser pastor. Tendrás una alma, tu esposa, para instruir, para enseñar, para guiar. Si Dios te permite en esa familia procrear hijos, serás pastor de tus hijos. Tendrás que enseñarles quién es Dios, a amar a Dios, a obedecer a Dios. Entonces, toda instrucción es útil. Todo conocimiento acumulado es útil. Adquiere conocimiento. Fortalece tus habilidades. Mira por ti mismo. Mira por ti mismo. Pues el Espíritu Santo te ha puesto por vigilante y guía para cuidar del rebaño. Oigamos otra vez como lo presentó el apóstol Pablo a los ancianos de Éfeso. Se nos ha recordado esta mañana las palabras intercambiables que se ocupan para el ministerio pastoral Y decimos con Pablo que los pastores son supervisores que pastorean el rebaño. Son ancianos, la primera palabra que aparece allí, que supervisan el rebaño pastoreándolo, alimentándolo, guiándolo. Y dijo Pablo, por tanto, mirad por vosotros. y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual Él ganó por su propia sangre. Ten presente que es la iglesia de Cristo. Ten presente el precio que Él pagó para obtenerla, para hacerla apta para Sí mismo, limpiándola de sus pecados. Crece en conocimiento y experiencia. Crece en habilidades y en la manera de realizar fielmente la obra a la que fuiste llamado. Mira por ti mismo, pues el Espíritu Santo te ha puesto por vigilante y guía para cuidar primero de la enseñanza de la Palabra de Dios y a través de tu ejemplo delante de la Iglesia del Señor, la cual Él ganó por su propia sangre. Ocúpate en la lectura. la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que Dios te dio habilitándote así para el ministerio. Ocúpate en estas cosas continuamente y ve que tu aprovechamiento sea notorio y útil a todos. Ten cuidado de ti y no olvides que haciéndolo te salvarás a ti mismo. Asegúrate, asegúrate que la gracia de Dios es real en tu vida. No sea que estés anunciando, escapen, escapen, y tú caigas. Ve que eres objeto de la gracia de Dios, que puedas afirmar ante tu congregación, Dios me amó desde antes de la fundación del mundo. Y me amó de tal manera que envió a su Hijo Jesucristo. Y me asegura que su amor es eterno. Y en tiempo y forma Él mostró su amor, lo hizo patente, en que siendo yo aún pecador, Cristo murió por mí. Él fue dispuesto a ser mi Salvador. Y Dios, nosotros cantábamos eso ¿verdad? acerca del intercambio glorioso. Dios lo hizo pecado para que yo fuese hecho justicia. Yo, pecador, merecedor del infierno, siendo objeto de la gracia, hoy soy justo y santificado por la obra redentora de mi Salvador. Ve que eso sea real en tu vida. Tienes un alma que salvar, la tuya propia. Haciéndolo, salvarás a los demás. Obviamente sabemos que es Cristo el Salvador. Daniel nos lo recordaba. Él es el glorioso Salvador. Pero Él nos ha dado una gran responsabilidad y debemos empeñarnos como si dependiera de nosotros. Oremos. Amado Dios, en el nombre de Jesús, concede, Señor, que tu gracia constriña nuestros espíritus, que tu amor nos impulse de tal manera a cuidar con diligencia el tesoro que has depositado en nuestros cuerpos que son solo vasijas de barro. Concédenos la gracia, Señor, que podamos caminar delante de nuestras mujeres, de nuestros hombres, con sus hijos. Que juntos, Señor, caminemos delante de aquellas personas que nos observan y que podamos decir, Señor, con autoridad de tu palabra, que tú eres real en nuestras vidas. y que deseamos Señor modelar la vida cristiana bendice Señor a los pastores que están involucrados Señor en este ministerio que tú estás levantando en la laguna concede Señor la buena disposición de respeto recíproco Señor de comprensión hacia las diferencias que prevalezcan Señor y que deseen Señor encarecidamente expandir tu reino en este lugar Señor veo que hay jóvenes Señor con sed de Dios que entre ellos haya quienes quieran ser uncidos a sus pastores viendo que sus pastores son uncidos a Cristo y que aprendan Señor a vivir para gloria tuya. En el dulce nombre de Jesús, tu Hijo amado. Amén.
El pastor cuidando de si mismo
ស៊េរី Por Una Iglesia Saludable
Conferencias en Torreon, Coahuila, Mexico
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 629222250175949 |
រយៈពេល | 1:07:20 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | សីក្ខាសាលា |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | ធីម៉ូថេ ទី ១ 4:13-16; កិច្ចការ 20:28 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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