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ប្រតិចារិក
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El título del sermón es Elección y Reprobación, la Escritura en Romanos 9, del 6 al 13, en la serie La Gracia Salvadora de Dios. Ahí donde están voy a leer la Palabra de Dios. Pero no es que la Palabra de Dios haya fallado, porque no todos los descendientes de Israel son Israel, ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que por Isaac será llamada tu descendencia. Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes. Porque la palabra de la promesa es esta, por este tiempo volveré y Sarah tendrá un hijo. Y no solo esto, sino que también Rebeca concebió mellizos de uno, nuestro padre Isaac. porque cuando aún los mellizos, los gemelos, no habían nacido y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su lección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama, se le dijo a Rebeca, el mayor servirá al menor, tal como está escrito a Jacob, amé, pero a Isaú aborrecí. Amén. Palabra difícil de escuchar, pero para el que lo tiene de gran bendición. Padre, te damos gracias por lo que acabamos de leer. Y pedimos, Padre, que por tus gracias abra nuestra mente para entender esta gran doctrina. Mi petición delante de ti son varias, Padre. Primero, para el cristiano, Padre, que pueda aceptar estas verdades y que en aceptar estas verdades, su fe, Padre, profundice, Padre, en Cristo de tal manera Que pueda, como nuestro hermano estaba leyendo, glorificar a Dios en humildad por el gran trabajo de salvación que tú has traído en nuestras vidas. Esa es mi oración para el cristiano, Padre. Para la persona inconversa que esté dentro de nuestros medios, ya sea por muchos años o sea hoy, visitando, lo que sea, Padre. Si hay persona aquí que no te conoce, pedimos, Padre, que tu palabra es un martillo en la dureza del corazón, quebrantando el corazón duro. Y Padre, por tu Espíritu Santo, tú des un corazón nuevo y que esa persona pueda ver por la primera vez su gran necesidad. Reconocer que en la elección de Dios hay la bendición. Mirar a Cristo como el Salvador y correr a Él y ser salvo. Pedimos, Padre, que nadie salga de este lugar sin experimentar, Padre, la gracia del nuevo nacimiento. En el nombre de Jesús. Amén y Amén. Bueno, gloria sea a Dios, amados. Ninguna porción de la escritura enseña de manera más persuasiva la doctrina de la predestinación como romanos capítulo 9. Este capítulo enseña que nuestra salvación depende en última instancia únicamente de la gracia de Dios, no de nada que hayamos hecho o que podamos hacer. La mayoría de los creyentes evangélicos hoy rechazan esta idea, rechazan la idea de que Dios elija quienes serán salvos mediante una elección incondicional, a pesar de las claras enseñanzas de la Biblia. Ellos niegan esta doctrina de tres maneras principales, como hemos estudiado anteriormente. La primera y más común forma es evitar textos que enseñan la doctrina, como Romanos capítulo 9. Lo ignoran, no quieren liderar con él porque Ellos tienen una idea de lo que debe de decir y porque no dice lo que quieren que digan, lo ignoran por completamente. 2. Otra forma común de negar la doctrina de la adicción es torcer los pasajes clave para adaptarlos a creencias personales o teologías personales. Por ejemplo, en Romanos 9 algunos argumentan que Pablo está refiriéndose a las naciones. y no a los individuos. Ellos dicen, no, no, no, no. Aquí Pablo no está hablando de individuos, de Jacob y de Isaú, pero cuando él usa el nombre Jacob, Isaú le está hablando de Israel y de los Edomitas. Él no está hablando de Ismael, Isaac. Él está hablando de Israel y de las naciones paganas que salieron de Israel y de las naciones paganas que salieron de Ismael. Pero en nuestro texto el argumento de Pablo sobre la elección en Bucra en mi vídeo es específico. Pablo habla específicamente de Ismael, y aquí me lastima mucho el corazón que en la Biblia no se encuentra ningún buen Ismael siendo ya mi nombre. Me ofende un poquito, pero así son las cosas. Habla de Ismael, de Isaac, de Jacob y de Saúl. Habla directamente de que Dios elige a Isaac sobre Ismael. y a Jacob sobre Isaú. Eso es, eso aquí se ve claramente hablando de individuos antes de nacer, llega hasta el punto de la vientre antes de nacer, antes que ellos hubieran hecho algo. Dios escogió al uno sobre el otro. Así que hacer esto de naciones realmente es torcer la escritura para que diga lo que nosotros queremos que diga y no lo que dice claramente. Es una herejia. La tercera negación surge de la falsa idea de la presencia, presciencia, que significa antes conocimiento. Es una creencia, hemos hablado nosotros de ella, herética, que afirma que Dios mira hacia adelante en el tiempo y elige a aquellos que vendrán a Cristo, eligiéndolos para salvación en el pasado. Cristo mira, mira que esta persona va a recibir a Cristo del futuro, así que Cristo lo elige en el pasado. Esta noción es peligrosa y antiblífica. No se encuentra en ninguna porción de la Biblia. Más adelante en nuestro capítulo, en los versículos 10 al 12, Pablo abordará esta falsa creencia con más detalles. Pero déjeme decir esto. En ninguna parte en la Palabra de Dios se encuentra esta idea de que Dios reacciona a la humanidad. Dios no puede reaccionar. Y cuando lo ponemos en términos simples, realmente la idea se oye simple y aún chistosa. No va a llegar un momento donde Dios dice mira lo que hizo tal fulano. Yo no lo esperaba. ¿Qué voy a hacer? Cuando lo ponemos en esos términos realmente Es como una broma considerar algo así. Dios no puede hacer eso. Dios todo lo sabe. Dios no aprende. Todo está preprogramado por Dios. Esto lo sabemos. Esto declara la Biblia. Así que pensar que Dios reacciona a nuestras decisiones en el pasado porque vio que íbamos a elegirlo en el futuro realmente es una tontería. Pero lastimablemente ha crecido en popularidad de nuestros púlpitos en varias iglesias. Si recuerda usted, en los primeros versículos de Romano 9, el apóstol Pablo lamentó el rechazo de Cristo por parte de sus hermanos los judíos. Aunque su nación se le había dado los pactos y las promesas y la palabra y la adoración y el Mesías según la carne, Jesucristo mismo, aunque fueron grandemente privilegiados, los judíos habían rechazado la redención realizada en Cristo. Y esto, dice Pablo, le causaba un llanto interno, le causaba un dolor de corazón porque él quería ver su patria venir a Cristo Jesús y aunque su nación les había dado todos estos privilegios y habían rechazado hasta dice la palabra de Dios que su mismo pueblo se había vuelto contra el Salvador leemos en Juan 1.11 a los suyos vino y los suyos no lo recibieron ahí está el lamento de Pablo ahí está el corazón quebrantado del apóstol Por lo tanto, la porción de la escritura de hoy tenía como objetivo responder a las preguntas que surgirán naturalmente de las declaraciones de Pablo en el versículo 1 al 5. ¿Cuál es esa pregunta? Bueno, la primera pregunta se encuentra en los versículos 6 al 9. ¿Acaso Dios fracasó en el acto de salvación? O, en otra palabra, de otra manera de decir esa pregunta, ¿puede Dios fracasar cuando Él intenta salvar? Bueno, ojalá que ustedes ya sepan la respuesta a esa pregunta. Pablo dice lo siguiente, pero no es que la palabra de Dios haya fallado, porque no todos los descendientes de Israel son Israel, sino los hijos por ser, dice, sino todos hijos por ser descendiente de Abraham, sino que por Isaac será llamada tu descendencia. Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino los hijos de la promesa son considerados como descendientes. Porque la palabra de promesa es esta, por este tiempo volveré y Sara tendrá a un hijo. A Pablo le preocupaba que su expresión de gran tristeza y continuo dolor que expresó en los primeros versículos del capítulo pudieran ser malinterpretados como una sugerencia de que la promesa de Dios a Israel había fracasado y el propósito de Dios en salvarla había sido frustrado. Por lo tanto, él aclara que sí se hizo una maravillosa promesa a Israel, pero esa promesa nunca estuvo destinada a salvar a toda la sino al verdadero Israel, aquellos que, como habrán, creerían en las promesas de Dios. Esas promesas apuntaban a un futuro salvador que haría expiación por el pueblo de Dios. Y ese es el punto de Pablo. El punto de Pablo es este. No, Dios no fracasó. Dios sí salvó a Israel, pero al verdadero Israel. Aquellos que son Israel por dentro, aquellos que ponen su esperanza en las promesas de Dios. Aquellos que estaban mirando hacia futuro que viniera el Mesías a morir en la cruz y resucitar entre los muertos. Aquellos que no estaban llenos de orgullo por nacionalidad, sino que reconocieron su pecaminosidad y se entregaron a Cristo. Cristo sí salvó a todo Israel, el remanente. Amén. Y es muy importante que entendamos esto. Pablo rechazó la idea de que la salvación pudiera heredarse a través de la biología o por ser parte de la nación visible de Israel. Es importante que usted oiga esto. Usted no puede nacer salvo. Yo hablo con gente y dice, oh yo nací cristiano. Yo le digo es imposible. Nacimos todos pecadores. El cristianismo viene cuando reconozco mi pecaminosidad delante del Señor y me entrego a Dios mediante Jesucristo y hasta que eso no ocurra yo no soy cristiano, yo nací cristiano de chiquito mi mamá me llevaba a la iglesia, yo siempre fui a la iglesia, siempre me aprisioné, siempre hice mi comunión, hice todas esas cosas y tenemos estas listas de acciones que hemos hecho, que hemos hecho y decimos y por ellas hoy soy salvo Y Pablo aquí niega eso, no es teobiología, no es como naciste, no es tu herencia, no es tu legado, no es nada lo que te puede salvar, solo Cristo Jesús te puede salvar. Amén. Es tan importante. Él enfatizó la diferencia entre la iglesia visible y la iglesia invisible, la nación visible y la nación invisible, destacando que no todos los miembros de la nación visible eran salvos, no todos los miembros de la nación visible eran garantizados ser elegidos por Dios para la salvación. ¿Y de qué estamos hablando de visible y invisible? Bueno, hoy cuando usted mira aquí alrededor, esta es la congregación de la iglesia visible. Usted vino a la iglesia hoy, es parte de esta iglesia hoy. Es posible que no venga el próximo domingo, es posible que este sea su último domingo en esta iglesia. Pero por hoy usted es parte de esta iglesia visible. Los que están aquí, los que están en este cuarto, todos somos parte de la iglesia visible, están aquí. Pero nada más porque llegaron aquí no significa que son salvos o que están en Cristo. Nomás porque vinieron a la iglesia no significa que usted tiene relación con Jesucristo. Lo que significa que están aquí hoy, están escuchando hoy, pero no significa nada más que eso. Ustedes son la parte de la iglesia visible hoy, pero hay una iglesia invisible. Esos son los miembros de esta iglesia que están aquí hoy que Dios realmente ha salvado. Yo no los conozco, a veces yo no puedo ver a su corazón, no puedo ver si eso es entregado a Cristo, pero Dios conoce quién son los suyos. Amén. Y esos son los miembros de la iglesia que, invisible, porque son invisibles a ojos humanos, pero siempre son visibles a los ojos de Dios, que sabe todo. Amén. Es igual que cuando usted va a una tienda, nada más porque está en esa tienda, usted no es parte del comercio de esa tienda. Es posible que usted vaya a ver y sale, pero no, es parte. Y aquí miramos nada más porque llegó aquí hoy no significa que usted está bien con Dios. Mucha gente cree que si voy a la iglesia soy salvo. Si doy dinero a la iglesia soy qué? Salvo. Si leo mi Biblia soy salvo. Si oro soy salvo. Si canto soy salvo. Y aunque esas cosas son buenas si estoy en Cristo nada me puede salvar hasta que esté yo aquí en Jesucristo mi Salvador. Cuando yo estoy en él, soy salvo. Y ahora leer la Biblia es un deleite porque ahí encuentro a Cristo. Cantar es un deleite porque canto de Cristo. Venir a la iglesia es un deleite porque estoy con la familia de Cristo, adorando a Cristo. Amén. Pero hasta que yo no venga a Cristo, nada ha cambiado mi vida. Mucha gente se esconde en la iglesia. Se esconde de Dios en la iglesia. Mira, estoy aquí en la iglesia, Dios. ¿Me ves? Estás tomando lista el rol para que veas que si yo llego con frecuencia. Como que si Dios va a estar mirándolo, ah, pues usted vino a la iglesia. No, no, no. Cristo sabe los suyos. Amén. En otras palabras, Dios sabe quienes pertenecen a la iglesia invisible, aquellos que son verdaderamente suyos. Si bien podemos engañar a otros acerca de nuestra salvación, y aún nos podemos engañar a nosotros mismos, Pero nadie ha engañado jamás a Dios acerca de la condición de su propio corazón, porque Dios ve el corazón. Otra vez, amados, Dios ve el corazón. Entonces, Pablo está presentando un argumento similar aquí. Ser de etnia judía y parte de Israel no garantizaba la salvación de la israelita. Si recuerda, los fariseos en la época de Jesús cometieron este error. Le dijeron a Cristo, es nuestro padre en Juan 8, 39. Como que si eso automáticamente les garantizaría la entrada al reino de Dios. Cuando Cristo estaba hablando con ellos, hubo un argumento y Cristo les dijo ustedes se tienen que arrepentir. Ellos dijeron wow wow wow, espérate, nosotros tenemos descendencia, sangre pura, sangre al cien judía. Abraham, el primer judío, es nuestro padre. yo estoy garantizado ir al cielo. Y hablaron de Cristo de una manera terrible, hablaron de él y lo acusaron de ser, y perdonen la palabra, pero es lo que lo están acusando de ser un bastardo. Le dijeron a Jesús, pero a este, hablando de Jesús, ni sabemos quién es su padre. Sabemos que dicen que la María se emprendió cuando era virgen y que nació, pero ¿a quién va a creer eso? Es lo que estaban diciendo ellos. Ni sabemos quién es el padre de este tipo. Estaban calumniando a Cristo, pero Cristo le respondió a ellos, usted no se haga un orgulloso de tener descendencia completa, la sangre alciende de los judíos, porque de esta piedra Dios puede levantar descendientes que son más judíos que ustedes, pero sabemos que las piedras no son salvas. Otra palabra que Cristo está diciendo, tu descendencia no te salva. Es tan importante que entendamos esto. Pablo le recuerda a sus lectores que la promesa fue hecha en Isaac. Que la promesa fue hecha en Isaac y fue hecha, no a Ismael perdón. Amados, los hijos de la carne no son hijos de Dios. Solo los hijos de la promesa son contados como el simiente de Dios. Porque la palabra, dice la palabra de Dios, porque la palabra de promesa es esta. Por este tiempo volveréis a Ara, tendrá a un hijo. ¿Qué está referenciando aquí, Pablo? Está referenciando a los dos hijos de Abram. No tuvo más que dos, pero los dos hijos principales de Abram. El primer hijo de Abram se llamó Ismael. Y el segundo hijo de Abram se llamó Isaac. Y él dice, ¿cuál de ellos fue el escogido de Dios? Obviamente, ¿fue quién? Isaac. Cuando la esposa de Abram tenía noventa y pico años, imagínense. Trató toda su vida tener un hijo y nunca pudo tener el hijo, su vientre estaba cerrado. Y cuando llegó a cierta edad, perdió la habilidad, como es la manera costumbre humana, ¿verdad? Llegamos a cierta edad y ahí se para la potencial de tener un hijo. Así que nunca tuvo el hijo, su vientre estaba muerto antes y después de que llegó el tiempo que pasó en su vida, ya su vientre estaba doblemente muerto. Esta mujer tenía noventa y pico años. El Señor le hizo la promesa a Abraham, de ella vas a tener un hijo. Y uno se tiene que hasta reír. Es imposible. Como esta mujer de noventa y pico años que nunca pudo tener un hijo y ahora que ya médicamente es imposible que tenga un hijo, tener un hijo. Y si se recuerda la promesa se le dio de que él iba a tener un hijo que iba a heredar todo. Y él se apresuró a tener un hijo con la esclava de su esposa para que ella lo adoptara. Y sería como que si fuera de ella. Él quiso ayudar a Dios Dijo si Dios me hizo promesa que el hijo tuyo y el hijo mío iban a ser que? El hijo de la promesa vamos a tener un hijo con tu esclava y lo vamos a llamar tu hijo adoptado y es como que si fuera y ahí las promesas de Dios van a venir. Y él tuvo a su hijo Ismael el primogénito. Y cuando Dios le dijo te voy a dar un hijo después otra vez. El dijo no, no, no. Olvídate eso de un hijo por favor Dios. Mira yo amo a Ismael, es mi hijo, lo tengo. Yo no conozco a ningún otro hijo. No te he tenido. Que las promesas tuyas fluyan a través de quien? Ismael. Y cuál fue la respuesta de Dios? Jamás. Porque ese hijo lo tuviste tú en manera que humana. Me trataste de ayudar. Trataste de hacer algo humanamente para traer las promesas de Dios. Imposible que yo acepte Ismael. El Señor lo desecha. Y viene quien Isaac después. Romanos 2.28 nos enseña esta realidad. Dice Romanos 2.28 Porque no es judío el que los es exteriormente, ni la circuncisión es la externa en la carne, pues es el judío El que lo es interiormente y la circuncisión es la de que? Corazón. Eso es lo que Dios le dijo a Abraham. No, no, no, no, no, no. Israel no fluye por métodos humanos. Israel tiene que fluir por métodos de promesa, de milagro, de la mano de quien? Dios. Y dice Dios, nada más porque una persona es de sangre al 100 judía y tiene la marca de la circuncisión externa, eso no significa que realmente son hijos de quien? De Dios. El que es un judío verdaderamente es el que ha sido circuncidado en su qué? Corazón. Y déjeme hacer esta pregunta a usted, cómo está su corazón? Está circuncidado delante del Señor? El Señor le ha quitado a usted de su corazón, le ha cortado la arrogancia, el orgullo. El Señor le ha quitado a usted de su corazón su auto-independencia, su pensar de que yo soy el rey con dinero o sin dinero. Yo sigo siendo el rey, como dice la canción vieja. El Señor le ha cortado de su corazón esta independencia que yo no necesito a nadie, que yo puedo hacerlo todo. Esta idea que yo no necesito de Dios, un poquito ayuda sí, pero no, no me tengo que rendir a Él. Hasta que el Señor le le corte eso de su corazón, usted no puede ser salvo, porque la salvación fluye por las manos de ¿Quién? De Dios y Dios únicamente. Entonces la promesa del pacto no estaba destinada a cumplirse en todos los descendientes de Abraham, sino solo en los corazones y las vidas de aquellos que por la gracia de Dios pondrían su confianza en Jesús. Incluso Abraham mismo no fue salvo porque era el primer judío. Si no dice la palabra de Dios y Abraham creyó en el Señor, puso su fe en el Señor y él se lo reconoció porque Justicia. Él puso su fe que las promesas de Dios se iban a cumplir, que Dios iba a mandar a un Salvador, estaba ansiosamente, dice Cristo, esperando el día de la salvación, el día del Salvador, y él puso su fe en Cristo. Y por eso fue Abraham salvado. El primer judío fue salvo, no porque era el primer judío, sino porque puso fe en las promesas de Dios, que es Dios el que puede salvar. Amados, pongamos atención. En otras palabras, solo sometiéndome al Evangelio puede encontrar la salvación. Usted tiene que entender, que usted tiene que reconocer que es un pecador. que su pecado lo ha predestinado a usted ahora como está ir al infierno, que no hay ninguna manera que usted se pueda ayudar, que usted necesita a Jesucristo, que usted mira a Cristo como el substituto proveído por Dios, el que perfecto substituto que sangró en la cruz, que murió por pecados, que no solamente sufrió en las manos de los gentiles y de los judíos, sino peormente sufrió en las manos de Dios el Padre que lo castigó a él con todo el odio, con toda con todo el coraje que él tiene sobre el pecado lo castigó a él como si fuera usted para que usted no tenga que sufrir hasta que usted no corra a Cristo hasta que usted no se agarre a Cristo y diga Él sufrió por mí su sangre sangró por mí no puede ser salvo puede ir a la iglesia puede venir leer su biblia puede hacer lo que quiera hacer no hay salvación hasta que usted nos entregue a Jesucristo en otras palabras No tenemos que someter. Lo que justificó Abraham fue que él puso su fe en el Salvador por venir. Amados, esto es tan importante. No podemos tener ningún derecho a la salvación sin la fe en Jesús. ¿Quiénes somos? ¿Dónde nacimos? ¿Quiénes son nuestra familia? Ninguna de estas cosas puede salvarnos. Cada persona tiene que tener una relación personal con Jesucristo. Y he dicho esto varias veces, este púlpito lo diré otra vez. Dios no tiene nietos. Amén. Solo hijos. Dios no tiene nietos. Solo tiene ¿qué? Hijos. Y yo le he dicho esto a mi familia, a mis propios hijos y hijas desde chiquito, nada más porque tu padre ama a Dios, porque tu padre silba a Dios, porque tu padre te ha traído a la iglesia, porque tu padre te ha inscribido en el VVS y en las Ahuanas y en todos estos programas, nada más porque tu padre te ha enseñado la Biblia desde chiquito, nada más porque tu padre ha orado por tu salvación por chiquito. Tú no puedes tocar en la puerta del cielo y decir mi papi fue un pastor, déjeme entrar. Dios dice ¿Qué fue tu relación conmigo? Si tú no tienes relación personal con Cristo, tú no entras. Dios no tiene nietos. Tú no entras porque yo amé a Dios. Tú solo puedes entrar porque tú amas a Dios, mediante Jesucristo. Amén. Y esta es una buena palabra para aquellos como ustedes, varios que están aquí, que nacieron en la iglesia. Creemos nomás porque nacimos en la iglesia. Los padres nos enseñaron estas cosas. Estas cosas son realidad. Nuestro pensamiento, el conocimiento que estamos salvos. Ustedes que nacieron en la iglesia. Me preocupan a veces porque tienen que entender, yo necesito a Cristo porque yo soy un pecador. Sin Cristo yo voy al infierno. Dios no tiene que nietos, solo que hijos. Es esencial darse cuenta de que aunque la afirmación, porque no todos los descendientes de Israel son Israel, es negativa, la verdad positiva que fluye de esta afirmación es, pero existe en verdad un verdadero Israel. No todo Israel es Israel. Pablo le causó un gran dolor al corazón esta realidad. Pero la verdad que fluye de ella también le trajo gran aliento. Pero el Israel verdadero será salvo. Aquellos que creen en Dios. Por lo tanto, Pablo enseña que el rechazo de Dios a Israel no es total. Su palabra había tenido éxito y nunca fallaría. El verdadero Israel sería salvo. Romanos Romanos 9.27 nos dice, Isaías también exclama en cuanto a Israel, aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, hay muchos, solo el remanente será que salvo. ¿Dios fracasó? Absolutamente no. Él salvó a Israel, pero al verdadero que Israel. En el versículo 8, El pueblo de Dios es llamado entonces los hijos de la promesa. ¿Qué quiere decir esto? Significa que nuestra salvación no es debido a nada de que nosotros podamos hacer, sino que se debe enteramente a la promesa del pacto de Dios. Es la promesa de Dios lo que efectúa el nuevo nacimiento. Cuando Dios dice, este es mío, es una promesa de Dios. Escuche Juan 1, 12 al 13. Pero a todos los que les recibieron les dio el derecho de de llegar a ser hijos de Dios, es decir a los que creen en su nombre y aquí el arminiano se goza y grita y se levanta y da un brinco y dice ustedes los reformados están equivocados ¿vieron? a todos los que lo recibieron les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios a todos los que creen en su nombre la oferta es para todos, todos, todos pueden ser salvos y yo digo sí pero lee el próximo versículo para que se quite tu brinco Los que no nacieron de sangre humana, Ismael. Amén. Él era sangre de quién? De Abraham. Pero eso no le ayudó. Los que no nacieron de sangre ni de la voluntad de la carne, Ismael otra vez. Porque él nació porque Abraham quiso cumplir las promesas de Dios en método humano. Ni de la voluntad del hombre, ¿de quién está hablando? De Ismael otra vez. La voluntad de Abraham de que yo vaya a cumplir las promesas de Dios. Si no, dice él, si no, nacieron de la voluntad de quién? De Dios. ¿De quién está hablando? De Isaac. El que viene porque Dios, dice él, va a venir y nadie lo puede impedir. El que viene milagrosamente, imposiblemente, igual que su salvación. Amados, la promesa que es un acto de Dios es infinitamente más importante que el lineaje que podamos tener y el versículo 9 nos enseña que Isaac era hijo de la promesa entonces necesariamente debe ser cierto que no podía ser hijo de la carne leemos porque la palabra de promesa es esta por este tiempo volveré y Sara tendrá un hijo que dice Dios Sara tendrá un hijo usted no oye la imposibilidad de ese De esas palabras de Dios a los oídos habrá. Yo voy a volver cuando yo vengo y al tiempo que yo decido, Sara tendrá un hijo, ella tendrá un hijo. Es la misma palabra que dijo Dios. Este será mío. Imposible. Voy a nacer pecador, voy a ser terrible, pero este será mío. Este es el hijo de la que promesa. Isaac fue producto de la promesa de Dios, la gracia soberana de Dios, así como los elegidos son hijos de la promesa eterna de Dios al Hijo. Isaac nació en el tiempo predestinado por Dios, por la voluntad soberana de Dios. Esto no se debió a ningún esfuerzo humano. Abraham y Sarah intentaron tener un hijo durante décadas. Esa era la gran angustia de ambos, que no podían. Pero no la consiguieron, no consiguieron a este hijo. Isaac vino cuando Dios determinó que vendría y vino de una manera en la que toda la gloria tendría que ser dada ¿a quién? A Dios. Ella estaba muerta. Bueno, prácticamente, el vientre nunca pudo tener hijo y ahora el vientre había pasado la habilidad de tener hijo. Tenía noventa y pico años. Ella consideraba muerta, vamos a decir, imposible tener un hijo. Y de ella sale el hijo. Dios dice, en ese momento cuando yo he predestinado, yo volveré. Dios vendría, cumpliría su plan. Abraham y Sara tuvieron que seguir esperando hasta el momento que Dios determinó que el niño iba a nacer. Y Sara, aunque muerta, tendrá a un hijo. La promesa se cumplió y el hijo de la promesa nació milagrosamente. El nacimiento de Isaac es profético del nuevo nacimiento. Él vino de un vientre estéril. Era un hijo de la promesa, producto únicamente del poder y la gracia divina y soberana. Esa es la única manera en que cualquier persona puede salvarse por el poder de Dios. Tiene que ser obra exclusiva de Dios, amados. Ese es el punto de Pablo aquí. Y recuérdese, cuando la promesa fue hecha, cuando Dios le dijo a Abraham, Sara tendrá un hijo en el tiempo predestinado, ¿qué hizo Sara? Se rió. Y era una risa de calumnia, una risa de burla, una risa de la imposibilidad de lo yo voy a tener un hijo, dice yo tengo 90 y pico años, nunca pude tener hijo cuando tenía la habilidad y ahora me pasó la habilidad, como yo voy a tener un hijo, esto es locura y ella se ríe y que fue la respuesta divina y porque se rió Sara, le entró el terror que Dios la hubiera escuchado y le mintió a Dios, yo no me reí, no pero si te reíste y para comprobar el punto, para señalar que Dios tiene un sentir de humor Dios le dice a ella, vas a tener ese hijo y le vas a llamar Isaac. ¿Qué significa el nombre Isaac? Risa. Y Dios le dio, cada vez que tú llames a ese muchachito Isaac, vas a decir, risa, ven aquí. Oh, yo me reí. No creí las promesas de Dios. Cuando se porte mal el muchachito Isaac, risa. Ey, ¿por qué no creía Dios? Y es el constante recordatorio que Dios le dio la gran promesa y ella no pudo. Ella dijo es imposible humanamente tener un hijo también y eso era esa realidad. Pero el pecado de ella fue que dice es imposible divinamente tener un hijo. Ahí es donde ella pecó. Amén. Y Dios le vas a llamar a ese niño Risa para que te recuerdes todos los días de tu vida es que tú no creíste la promesa de Dios. Amado Dios es increíblemente lleno de gracia. Y así salva a la persona milagrosamente. Podemos concluir que el nacimiento milagroso de Isaac es un anticipo del nuevo nacimiento porque el esfuerzo o el mérito humano no tuvo nada que ver con ello. Así que regresamos a nuestra pregunta inicial. ¿Dios fracasó en el acto de la salvación? La respuesta aquí en los versículos que tenemos es nunca jamás. Todos los elegidos Fueron salvos. Todos los elegidos de Israel serían ¿Qué? Salvos. El verdadero Israel serán salvos. ¿Y saben qué, amados? Todos los elegidos de Dios serán salvos. Dios no perderá ninguno. Miren lo que dice la palabra en segunda de Pedro, capítulo 3, versículo 9. El Señor no se tarda en cumplir sus promesas según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes los santos. No el mundo, ustedes lo que han creído en Cristo. Él es paciente con qué? Ustedes. No queriendo que nadie, nadie de qué? Ustedes, perezca. Sino que todos, todos quién? Ustedes los santos, vengan al arrepentimiento. ¿Cuántos de los elegidos se perderán? Ninguno. ¿Por qué? Porque Dios no estarró sino sus promesas. es paciente y no permitirá que ninguno de lo que han marcado él para salvación se pierda. Gloria sea a Dios. Bueno, ahora llegamos a los versículos 10 al 13 y aquí él discute el propósito de Dios en la elección. Escuche los versículos y no solo esto sino que también Rebeca concebió Mesillos de uno nuestro padre Isaac, porque cuando aún los mesillos no habían nacido y no habían hecho nada ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama, se le dijo a Rebeca, el mayor servirá al menor, tal como está escrito a Jacob, a Mehe, pero a Isaú, a Borresí. Pablo dice aquí, y no solo esto, para hacernos pensar más allá del ejemplo de Ismael y de Isaac, ¿Por qué? Bueno, sería fácil pensar, y algunos aún argumentan esto hoy entre la iglesia, que Isaac fue elegido sobre Ismael porque la madre de Isaac era Sara, mientras que la madre de Ismael era Agar, la esclava egipcia de Sara. Pero en el caso de Jacob y en el caso de Isaú, tenían los mismos padres e incluso eran gemelos, siendo Isaú el mayor. Ambos niños nacieron en respuesta a la misma oración. Y hay algunos en la iglesia que hacen este argumento. No, no, no, pastor. Esto no está hablando de elección. Aquí cuando reemos en romano estamos hablando de elección de naciones. Y cuando él dice de que Isaac era el hijo de la promesa y no Isaúl, claramente Isaúl vino del lineaje equivocado, de una esclava. Pero Isaac era 100% judío. Igual que nosotros. ¿Pueden verlo? ¿Pueden ver el argumento? Su madre era Sara y su padre era ¿quién? Abraham. Él no era como Ismael. mezclado con sangre pagana. Él era el 100% puro judío. Y por eso Dios lo escogió a él, porque era 100% judío. Y por eso Dios me escogió a mí, porque yo soy 100% judío. Pueden ver el argumento falso que pueden hacer la gente, los judíos. Y Pablo dice, Pablo presenciando que iban a torcer sus palabras de esta manera. Él dice, hablemos también de quién. Gemelos, que tienen la misma sangre. y Dios escoge a uno y no al otro. ¿Y ahora qué van a hacer con su argumento de 100% judío? Isaú era ¿qué? 100% ¿qué? Judío. Tenía Isa como su padre y Rebeca como su madre, igual que Jacob. El argumento aquí es que no depende de la sangre, otra vez, que depende de la voluntad ¿de quién? De Dios. Tenemos, es más, tan, tan similar eran ellos que la Palabra de Dios se dice en Génesis 25, 21. Isaac oró al Señor en favor de su mujer, Rebeca, porque ella era estéril. El Señor le escuchó y Rebeca, su mujer, concibió. ¿Y qué concibió? A los gemelos. Él oró, Señor, por favor, hable el vientre a mi esposa. El Señor, te he escuchado y te voy a dar gemelos. Isaac, Isaú, fue una contesta a qué? A su oración, igual que Jacob. Ahora, ¿qué diría el judío de 100% pura sangre? ¿Qué puede argumentar? Nada. Sin embargo, a pesar de sus similitudes, la escritura dice que los mesillos no habían nacido y no habían hecho nada ni bueno ni malo. A su madre se le dijo, el mayor servirá al menor. Y esto ofende a la mayoría de cristianos y de ingleses que no estudian la palabra de Dios correctamente. Lo primero que digo, si esto dice lo que claramente está diciendo, Dios no es justo. Pobrecito de Isaú, no había hecho nada, ni bueno ni malo. Y Dios dice este no es mío, no lo voy a salvar, lo aborrecí. Y no es justo que Escoacob Antes él no había hecho ni bueno ni malo. Y este lo voy a amar y este es mío. Eso no es justo. No me gusta, no me cae bien. Cuidado con pedir lo que es justo de Dios. Porque ¿qué sería lo justo de Dios? Que nos mande a todos al infierno. Porque todos somos ¿qué? pecadores. He oído personas en mi propia oficina que dicen yo que quiero lo que Dios, que me diera lo que sea justo, que sea justo como yo. Le digo tú no quieres la justicia de Dios, tú quieres la gracia de Dios. Porque si Dios te da la justicia, te mata ahí donde estás por ser pecador y vas al infierno por toda la eternidad. Tú no quieres justicia de Dios, tú quieres gracia. Que Dios te ama a pesar de tu pecado, que Dios te dé a Jesucristo cuando tú no lo mereces. Eso es lo que tú quieres. Amén. Y lo que ofende aquí, pobrecito Isaúl, pobrecito no tuvo ninguna oportunidad. Si iba a intentar amar a Dios, Dios lo había rechazado y lo leemos de manera que no debe ser leído. El problema aquí no es que Dios aborreció a Isaúl. El problema aquí es que Dios amó a Jacob. No lo leemos bien si nos ofendemos por parte de Isaúl. Tenemos que ofendernos por parte de Jacob. ¿Por qué? ¿Cómo que amó a Jacob? ¿Usted se recuerda a Jacob? ¿Fue un buen hombre? Fue un terrible hombre hasta que Dios lo salvó. Un mentiroso, un suplantador, un hombre que le dediaba en sus asuntos de negocios con mentiras, para hacerse rico, un hombre terrible que desrespetó a su propio padre, que tuvo que oír de la presencia de su hermano que lo quería matar, un hombre terrible, tuvo que oír de la presencia de su tío que lo quería matar, todo el mundo quería matar a Jacob hasta que el Señor lo salvó. Lo que debe ofendernos es que Dios escoja un pecador como Jacob, lo que debe ofendernos es que Dios había escogido un pecador como yo y si usted está en Cristo como usted, porque Dios, escuchen lo que voy a decir, no nos debe nada más que el infierno. Esa es la gracia. Amén. Y esto es lo que tenemos que mirar. Amados, fíjense que Dios se había elegido antes de que naciera Isaú o Jacob a Jacob. Su elección se produjo antes de que pudieran actuar en forma independiente o tomar buenas o malas decisiones. Dios amó a Jacob por su propia voluntad. Esta idea desafía a muchos en la iglesia mientras luchan con cuestiones de justicia y el supuesto libre albedrío. Nuestro capítulo aborda estas preocupaciones. Sin embargo, es importante reconocer que los caminos de Dios superan el entendimiento humano. Y tenemos que rendirnos a ello. Esta verdad de que escoja uno al otro, se intensifica cuando Dios, citando de Malaquías capítulo 1, versículo 2 al 3, dice, ¡acóbame! ¿Y ahí salió qué? Aborrecí, esas palabras como que caen duras en nuestros corazones, pero ni había hecho nada el pobre niño, ni había nacido, ¿cómo que lo va a aborrecer? El aborrecer de Dios aquí no habla que el lo aborrece nada más por odiar como nosotros humanos odiamos, sino que Dios dice este no es mío, no voy a dejar que viva su vida como él quiera y él va a vivir su vida en pecado igual que todos los pecadores, me va a rechazar para el resto de su vida y va a morir en el pecado y va a ir al infierno. Ese es el aborrecer de Dios que no actúe a favor suyo, que te deje hacer exactamente lo que tú quieres hacer. ¿Es terrible? Es horrible que Dios te diga, ¿sabes qué? Ve y haz todo lo que tú quieras, yo no voy a interrumpir tu vida, no te voy a salvar, te voy a dejar que tú actúes y te comportes el resto de tu vida como tú quieres comportarte. ¿Por qué? Porque si Dios no nos trae a Él, nunca llegaremos a Él. Amén. Y tenemos que mirar esto. Bueno, miremos la naturaleza del amor. ¿Cómo lo diríamos con las palabras de Pablo? Debemos tener cuidado de distinguir entre las diversas formas del amor. ¿Qué significa que a uno amé y al otro aborrecí? Bueno, hay dos tipos de amor que se recuerda, que aquí la palabra de Dios enseña para la humanidad. El primero es el amor de benevolencia de Dios. Ese es el amor que Él tiene para todas las criaturas. Cae lluvia, cae sol, Tienes que comer un lugar donde acostarte. Tienes un automóvil o una casa. Tienes algo de salud. Este es el amor de Dios. Él te permite vivir en la creación que Él creó. Amén. Y no te mata. Gloria. Si usted quiere considerar eso el amor, este es el amor de Dios a todos. Cuando la gente dice Dios ama a todos. Yo digo bueno, Dios es bueno para todos. Pero el amor de salvación, el amor de complacencia de Dios, Es un amor que se deleita en el objeto de su afecto. Este es el amor que el Padre tiene por el Hijo. Cristo es el amado de Dios. Pero el Padre, al derramar su amor de complacencia sobre su Hijo unigénito, extiende ese amor a todos los que son elegidos en Cristo. Este es el amor que siempre conduce a la salvación. El amor que nos trae. Y ese amor está reservado por aquellos que Dios ha dicho son Dios. Amén. Nos voy a amar como amo a mi hijo. Ese es para ese grupo. Y el motivo de la elección según el apóstol es lo siguiente, los elegidos son elegidos para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera. El apóstol enseña que es Dios quien decide quién será salvo. Todo depende de Dios. El apóstol dice que la elección de Dios no es por las obras, sino por aquel que llama. En la providencia de Dios, Él llama eficazmente a algunos y a otros no. Y cuando Dios no llama a uno, esa persona está reprobado. Cuando el Señor llama al otro, esa persona es elegido. Y déjeme hacer la pregunta, ¿cuántas almas tiene que salvar Dios para ser justo? Ninguna. Porque Él es santo y nosotros somos pecadores. Él no tiene que salvar a ningún pecador. ¿Es que Dios tuvo que mandar al Hijo para morir o decidió mandar al Hijo para morir? ¿Pueden ver la diferencia? Dios no tenía que mandar al Hijo, escogió mandar al Hijo. ¿Para salvar a quién? Algunos, los suyos. Dios no tiene que salvar a ningún ser humano y hasta que nosotros aprendamos esa verdad no vamos a reconocer la gracia por lo realmente maravillosa que es. Amén. Hasta que usted no pueda gimir y darle al Señor ¿esto significa que me escogiste a mí? ¿Y por qué a mí? Bueno, le puedo dar unas pistas que da la palabra de Dios. Dios escoce las cosas basas del mundo lo que no es para confundir las cosas que son. A Israel que le dio a nuestro hermano, no era la nación más grande, la más popular o la más fuerte, era la más chiquita, sin poder, impotente. Más que eso no le puede decir Dios porque es una cosa secreta de Dios. De acuerdo de la voluntad de Dios es que Él lo escoge, glories a Él. Pero yo sí sé algo, no sé por qué, pero sí sé que me salvó a mí. Amén. a una persona como yo, a un terrible pecador que era antes de venir a Cristo, a un muchacho perdido, a un joven descariado, a un adulto de duro corazón. Si usted le hubiera dicho a Ismael de 25 años, un día vas a ser un pastor predicando su palabra, amando al pueblo del Señor, sufriendo por ellos, el deleite tuyo será el día del Señor, El deleite tuyo será la palabra de Dios. Va a estar hablando de Cristo todo el tiempo. Ese Ismael se veía reído en su cara. Pero el Señor es grande y lleno de misericordia. Glorieza a Dios. En la providencia de Dios, Él llama eficazmente a algunos y a otros no. Nuestro pasaje enseña que el decreto de Dios vino antes de que los niños nacieran, antes de que hubieran hecho cualquier bien o mal. para asegurarse de que el propósito de Dios conforme a su lección permaneciera. La lección de Dios no se basó en lo que los niños harían en el futuro, en sus vidas, sino en lo que Dios hizo en la eternidad pasada por ellos. Gloria a Dios. No sé si captó la inmensidad de lo que acabamos de decir, pero escuche, la salvación no se basó en lo que los niños harían en el futuro, sino en lo que Dios hizo en el pasado por ellos. cuando los eligió para ser suyos. El decreto fue emitido según el propósito de Dios para que el propósito fuera exaltado y establecido de Dios. El propósito de Dios es la base de la elección. Amados, el verdadero Israel, los verdaderos creyentes siempre han llegado a Dios a través de su elección soberana. Jacob sería salvo porque Dios así lo decretó. Lo que es notable es que Dios podría haber elegido a Isaúl y haber rechazado a Jacob si hubiera querido. Recuerden, Dios no tenía que escoger a Jacob. Decidió escoger a Jacob. Dios se pudiera haber escogido a quién? A su hermano y descargado a Jacob. Eso es increíble. lo que debería sorprender a cualquier cristiano no es que Dios aborrezca a Isaú sino que escogiera amar a Jacob. Todos los hombres somos pecadores, todos los hombres incluidos Isaú y Jacob merecen la ira de Dios. La maravilla de nuestro pasaje es que Dios debido a su elección soberana elige amar a un pecador como Jacob, como Óscar, como Ismael, como Ramiro, como Isidro, como nosotros. Amado, las discusiones sobre la predestación inevitablemente involucran el argumento del libre albedrío humano, ¿verdad que sí? Pero ¿qué tal el libre albedrío del humano? Dios no puede violar el libre albedrío del humano. Pero recuerde que el libre albedrío del hermano está esclavizado al pecado, no es libre. Y sin que Dios haga algo, el hombre siempre escogerá lo mal. Sin embargo, argumentar el libre albedrío del hombre en Romanos 9 no es bíblico, es tontería. Porque el capítulo te enseña quién escoges, Dios, no el hombre. Nuestro texto sí enseña que nuestra salvación depende últimamente y eternamente del libre albedrío de una persona. Pero esa persona es Dios, el que puede escoger y no nosotros. Dios lo escogió a usted con su libre albedrío. Gloria a Dios. Amén. El libre albedrío humano conduce a qué? Al infierno. es la libre voluntad del Creador, del Redentor, quien en su gracia soberana derrama su merciricolia sobre quienes elige. Por lo tanto, este capítulo niega y destruye la falsa doctrina de la presencia que estábamos hablando antes. El apóstol derriba todo argumento a favor de esta herejia. El apóstol nos obliga a mirar a los dos niños no nacidos, Jacob y Saúl. Pablo le recuerda al lector el decreto de Dios de que el mayor servirá al menor y que este decreto se hizo antes que nacieran cualquiera de los niños. En pocas palabras, la posición eterna de cada niño se decretó incluso antes de que nacieran. Dios no previó nada en Jacob. Dios no previó nada en Isaúl. Y nosotros tenemos que decir amén en eso. No es que Dios miró y Jacob iba a ser mejor que Isaúl y Dios se escogió a Jacob. imposible, ambos eran terribles pecadores. Es más, yo no hubiera escogido a ninguno de ellos, igual que no lo hubiera escogido usted, no me hubiera escogido yo mismo. Amén. La doctrina de la presencia dice que nuestra elección tiene sus raíces en algún tipo de trabajo que nosotros haríamos en el futuro, pero eso condicionaría nuestra salvación. Una elección condicional contradice cada punto que el apóstol aquí defiende. Así que lleguemos a unos pensamientos finales. Esta porción de la escritura dice que la voluntad de Dios determina quién es aceptado y quién es rechazado. La voluntad divina y soberana de Dios es la fuente tanto de la elección como la reprobación. Si bien los humanos todavía tenemos responsabilidad, pero reconocemos que no hay manera de ganarnos el favor de Dios a través de nuestras acciones. El plan de Dios depende solamente de él y nada de nosotros. Romanos 9.13 incuestionablemente enseña la doctrina de la predestinación y de la cual fluyen la elección y la reprobación de Dios. Déjenme definir estas dos doctrinas rápidamente. La lección de Dios es el propósito eterno de Dios, de hacer que ciertos individuos estén en Cristo, que ciertos individuos reciban su gracia especial para que puedan vivir para la gloria de Dios y obtener la salvación eterna. La lección de Dios es que dice, tú serás mía. y vamos a pelear contra Dios y vamos a que no queremos oír a esos aleluyas cuando vienen a la puerta no queremos oír de la palabra de Dios ay siempre me está hablando de Cristo donde me escondo vinimos de ese lugar que no queremos nada que ver realmente con este Dios al punto que ahora nos arrepentimos y caminamos con él y la diferencia es que Dios te hace venir porque te ama y te ha elegido miramos esto en Hechos 13 y 48 Oyendo esto, los gentilos se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor. Lean conmigo. Y creyeron cuántos estaban ordenados a Vía Tara. ¿Cuántos, cuántos vinieron? ¿Los que estaban qué? Ordenados por Dios. Todos los que Dios dio a esos hominos, ellos vinieron. Efesios 1, 4, la primera parte dice porque Dios nos escogió en Cristo. ¿Quién escogió? Dios. antes de la fundación del mundo, antes que usted haya hecho algo bien o algo malo, igual que Jacob y Saúl, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él, para que el propósito de Dios en la elección se cumpla. ¿Qué privilegio tiene usted si está en Cristo? ¿Qué amor incuestionable Dios ha derramado sobre su vida? ¿Qué tipo de gratitud le debe usted de Dios? Esa es la lección que Dios escoge a algunos. La reprobación es que Dios pasa por alto a otros. Es más, Dios pasa por alto a la mayoría. Amén. A la mayoría. Dice la palabra que el camino al infierno es que amplio y fácil y todos quieren caminar por él. Pero el camino que conduce al cielo es que angosto y difícil y poco, los encuentra o viajan por él. La mayoría de este mundo va a ir al infierno porque Dios los pasó por alto. Dios no hizo que ellos vayan al infierno. Dios no les dice, ellos no querían amar a Dios y Dios los echó a lado. Ustedes no me pueden amar. No. Dios los pasó por alto. Dios dijo, no te voy a dar un nuevo corazón. Y ellos dijeron, gracias, no lo quería. yo quiero vivir como a mí se me pegue la gana. Y Dios dice vayan, vivan como se peguen la gana y al final van a morir y ir a donde, al infierno. Pueden verlo amados, la reprobación no es que Dios los hace ir al infierno, sino que los deja ir al infierno. ¿Pueden ver la diferencia? ¿Pueden ver la diferencia? Dios los pasa por alto, Dios no les da un nuevo corazón, Dios no interviene en ellos de ninguna manera, Dios les dice vivan como ustedes quieren vivir, Y ellos dicen gracia, quiero vivir sin Cristo. Nadie estará en el infierno acusando a Dios que yo quería venir a ti y tú me echaste al lado. Todos van a decir en el infierno, yo no quería a Cristo. Quería religión, me gusta mucho la religión, pero no quería salvación en Cristo. Pueden ver la diferencia. Ir a la iglesia a presinarse, velas, confesión. Nos gusta la religión. Pero doblar la rodilla al rey de reyes, eso no nos gusta. Y mucha gente va a estar en el infierno y todos van a decir, estoy aquí porque yo quise venir aquí. Y ahora me arrepiento, pero es muy tarde. Los que estarán en el cielo, su historia será diferente. Estoy aquí porque tú me hiciste venir. Porque tú me llamaste, porque tú me dices un nuevo corazón. Yo no lo quería, pero tú interveniste en mi vida y te doy la gracia por hacerlo. Porque si no lo hubieras hecho, hubiera ido yo al infierno. ¿Amén? ¿Pueden ver la diferencia? Entonces, Dios activamente hace, activamente hace que los elegidos vengan a Él, quieran o no, y nunca quieren. Pero a los reprobados Dios pasivamente los deja ir donde ellos quieran ir. Él hace algo por nosotros, pero nunca hace algo contra nosotros. Pueden ver la diferencia. Él dice, haz lo que tú quieras, y lo hacemos. Pero para el grupo que Él salva, dice, van a venir, quieran o no, y no quieren, y vamos a venir. Gloria a Dios por esta verdad. Mire lo que dice la Palabra de Dios acerca de esto. En Romanos 9, 17 al 18 Porque la Escritura dice a Faraón Para este tiempo te he levantado como Rey Para demostrar mi poder en ti O mi ira Dios te permití vivir Te levanté al trono, te hice el Gran Rey Para que cuando yo te aplaste con mi poder Todo el mundo pueda ver que hay un Dios Para demostrar mi poder en ti y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra. Así que Dios tiene misericordia del que quiere y al que Él quiere que endurece, lo deja ir. La pregunta entonces que se hace a menudo es ¿Cómo es posible que un Dios amoroso ordena a ciertos individuos al castigo eterno? Quienes plantean esta pregunta no captan la gracia y revela un defecto en su teología. Su pregunta sugiere que creen que Dios le debe algo a los humanos. Dios no nos debe nada. Una mejor pregunta podría ser, ¿cómo puede un Dios que exige castigo por el pecado, elegir a algunos para la vida y la gloria eterna, castigando a su hijo para que ellos vivan? La diferencia pregunta, ¿cómo es que Dios puede salvar a algunos de nosotros? Recuerde, la gracia asombrosa reside en la muerte sacrifical de Cristo por los pecadores predestinados a convertirse en los santos de Dios. Como dice Juan 10, 14, 15, yo soy, Cristo hablando, el buen pastor y yo conozco a mis ovejas, no a todas las ovejas, al grupo que es que, mío. Y ellas, este grupo, me conocen a mí, al igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre y yo doy mi vida, no por todos, yo doy mi vida por las ovejas que son mías, por el grupo. Que Dios bendiga su santa palabra. Oremos. Padre, te damos gracias por las realidades de las verdades que hemos abierto de Padre. Pedimos dos cosas, que el cristiano salga aquí convencido de estas verdades y que estas verdades sean entonces, Padre, la fundación de un agradecimiento que aborde toda la eternidad. Un agradecimiento que llore y gime delante de ti diciendo, ¿y por qué me? Antes de nacer, antes de hacer algo bueno o malo, tú me habías marcado para la salvación. Y sí, viví una vida pecaminosa, pero tu elección conquistó el corazón, me dio un corazón nuevo y me trajo en el tiempo apuntado. Nací como Isaac milagrosamente. y ahora soy hijo de Dios para siempre, te amo. Padre, que esa sea la realidad de los corazones convertidos. Si hay un corazón, Padre, inconverso, pedimos que hoy puedan mirar esta realidad, saber que la salvación viene de Dios, corran a Dios y piden el perdón por sus pecados, sabiendo que si tienen deseo en su corazón para Cristo, es porque tú le has puesto ese deseo hoy en sus corazones. Salva a todos para que nadie salga aquí, padre, sin estar seguro de su eternidad. Pedimos esto en el nombre de Jesús y para tu gloria. Amén.
Elección y Reprobación
ស៊េរី La Gracia Salvador de Dios
Las doctrinas de Elección y Reprobación son dos de las doctrinas fundamentales más comprendidas dentro de la iglesia. El capítulo 9 de Romanos nos presenta estas doctrinas y nos enseña cómo encontrar gozo bíblico en la elección soberana de Dios.
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ប្រភេទ | ការថ្វាយបង្គំថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | រ៉ូម 9:6-13 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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