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ប្រតិចារិក
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Libro de los Hechos, capítulo 28, vamos a leer a partir del versículo 11 y hasta el 20. Hechos 28, del 11 al 20, nos dice la Escritura que pasados tres meses nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña a Castor y Polux. Y llegados a Siracusa, estuvimos allí tres días. De allí, costeando alrededor, llegamos a Regio, y otro día después, soplando el viento sur, llegamos, al segundo día, a Puteoli, donde, habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días, y luego fuimos a Roma, de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el foro de Apio y las tres tabernas, y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento. Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo, yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén, en manos de los romanos. los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar por no haber en mí ninguna causa de muerte. Pero, oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César, no porque tenga de qué acusar a mi nación. Así que, por esta causa, os he llamado para veros y hablaros porque, por la esperanza de Israel, estoy sujeto con esta cadena. Todos los náufragos, tanto de la tripulación como los soldados y los presos, nos dice el texto del capítulo anterior, 276 personas, pasaron los meses de noviembre, diciembre y enero en la isla de Malta, después de aquel terrible náufragio en el que todos temieron por sus vidas. Cuando en la primera semana de febrero empezaba a soplar el viento del sur, los barcos que habían buscado refugio en los puertos de Malta iniciaban el viaje de unos 180 kilómetros que separaban el puerto del mar de Malta del puerto de Siracusa que estaba en Sicilia, lo que hoy pertenece a Italia. Este viaje era relativamente corto y en torno a unas 18 horas, como mucho, podían llegar de Malta a Siracusa. El centurión Julio Había detectado también un puerto cercano que había dado refugio de las tormentas de invierno a una nave alejandrina, que es la que se cita en nuestro texto. Con la llegada del buen tiempo, en la primera semana de febrero, como decía, el capitán de esta nave alejandrina quería entregar el trigo, que es lo que realmente llevaba, su cargamento era trigo para Roma, lo quería entregar cuanto antes. Así que, podría también llevar a estos 276 pasajeros hacia Puteoli y el grano a un nuevo puerto que había en hostia en la desembocadura del río Tiber en Roma. De paso, Lucas menciona que la nave escribía las insignias de los hermanos mellizos. Se llamaban Castor y Pollux, que son los que hace aquí mención Lucas. que eran hijos de Leda y del dios griego Zeus. Los llevaban en la prua de los barcos porque consideraban que estos dos hermanos semidioses les librarían de los peligros del mar y de las tormentas y de los naufragios. Cosa evidente porque no ocurría así. Pero ellos lo llevaban. Desde luego no hemos avanzado mucho a pesar de tener las sagradas escrituras, es decir, que lo hagan los paganos y que pongan ahí a sus ídolos para que deslibren de las tormentas, pues puede tener algún sentido. Pero que teniendo las escrituras se siga haciendo de esta manera, eso sí que está en contra de todo principio bíblico. De hecho, en la cristiandad, en el mundo católico romano, encontramos ahora que Sant Elmo es el patrón de los marineros. Y para que todos vean que la Iglesia de Roma es inclusiva, también tiene una patrona que se dedica a esto, que resulta que es la Virgen del Carmen. Es que, fijaos, aquí están ahora con los inclusivos, las inclusivas, los inclusives, y la Iglesia de Roma hace ya siglos que ha avanzado mucho en este aspecto. La idolatría, con cambio de nombre, sigue funcionando en todos los lugares sin problemas, en un mundo sobre todo que se llama cristiano, pero que sigue sin salir del paganismo. Tenemos las escrituras, que es la base y la fuente a la que deberíamos regirnos para saber cómo debe ser nuestra vida y hacia dónde debemos andar, sobre todo cómo debe ser moldeada nuestra conciencia y a qué riesgos y peligros nos exponemos en este mundo, pero parece que a la cristiandad la Biblia le importa exactamente un comino. Esto afecta, como decía, tanto a la iglesia católica en este aspecto concreto de la idolatría, porque todas sus iglesias son museos idolátricos, afecta a la iglesia ortodoxa porque ellos no tienen ídolos en el sentido físico, pero tienen pinturas, con lo cual nos da exactamente lo mismo. Allí también besan las reliquias y se postran ante sus pinturas. y alcanza tristemente también a la iglesia evangélica, que curiosamente ha introducido en la adoración todo el paganismo de las tribus del nuevo mundo, haciendo que dentro de la iglesia, en vez de adorar a Dios con solemnidad y reverencia en espíritu y en verdad, ahora tengamos chamanes, brujos, exorcistas y todo tipo de circo que ha traído del nuevo mundo, se ha introducido dentro de la cristiandad y la gente se lo pasa de maravilla. Yo creo que no se lo van a pasar igual en el infierno. Pero desde luego que trabajan para ir allí con bastante ahínco. Y es allí donde acabarán si no le hacen caso a la escritura. Que es la que nos marca cómo debemos creer, en quién debemos creer, y qué es exactamente cómo debe organizarse la adoración. De esto se habló ya Judas. De estos, de la cristiandad evangélica de nuestros días, habló Yahudas. Hay de ellos porque han seguido el camino de Caín y se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré. Resulta que todos estos chamanes paganos, que se llaman evangélicos, están bastante bien posicionados a nivel económico. Bastante bien posicionados, que es lo que está diciendo aquí Yahudas. se lanzaron por lucro en el error de Balaam. Estos son manchas en vuestros ágapes que, comiendo impúdicamente con vosotros, se apacientan a sí mismos. Nubes sin agua, llevados de acá para allá por los vientos, árboles otoñales sin fruto, dos veces muertos y desarraigados, fieras ondas del mar que espuman su propia vergüenza, estrellas errantes para los cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. Es decir, este tipo de gente, dependiendo de la moda del mundo en el que estemos, allí se plantan. Que ahora hay que cantar, bailar, saltar, hacer piruetas, pues esto es lo que hay. Que hay que vestirse y hacer trajes regionales para el espectáculo, pues esto es lo que hay. Que hay que ser inclusivos o inclusives o inclusivas, pues esto es lo que hay. Pues esto es lo que está diciendo Judas. Esto es lo que está diciendo Judas, a los cuales está reservada eternamente la oscuridad en las tinieblas. Pues es exactamente ahí donde van a acabar. Así que de estos chamanes, que en nuestros días pueblan la cristiandad, es a lo que Judas se refiere. Pero volvamos a nuestro texto para seguir la secuencia histórica. Dice Lucas que llegamos el segundo día a Puteoli, donde habiendo hallado hermanos nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días y luego fuimos a Roma, de donde ahuyendo de nosotros los hermanos salieron a recibirnos hasta el fuero de Apio y las tres tabernas y al verlos Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento. ¿Qué gozo podría haber sentido Pablo al saber que en regiones tan distantes que él todavía no había visitado había hermanos que ya tenían la fe de Cristo y que salieron a recibirle y a pedirle que le siguiera hablando del Evangelio? Hoy nuestro sermón lo vamos a dividir en cuatro puntos. El primero es el propósito de Dios. El segundo, el carácter de Pablo. El tercero, su encarcelamiento en Roma. Y en cuarto, la voluntad soberana de Dios. Así que veamos nuestro primer punto, el propósito de Dios. La escritura nos muestra que nadie iba a poder impedir que Pablo llegase a Roma y que el Evangelio fuese con él también a la capital del imperio. De hecho, en el capítulo anterior hemos leído que Pablo está narrando lo que le ocurrió aquella noche. Hechos 27-28 Ahora bien, las cosas que Dios ha determinado no suceden por arte de magia. ¿No? Sino que Dios usa medios secundarios para llevar a cabo sus propósitos. Dios usa medios secundarios. Todas las promesas del Señor son ciertísimas, pero ninguna evita que nosotros tengamos que asumir la responsabilidad de cumplir con nuestro deber. Y entonces la promesa se cumple. Porque todas las promesas, excepto la de la salvación, son condicionales. Si haces esto, tienes lo otro. La de la salvación no. Cristo murió por el pecado de su pueblo. Y ahí está la promesa que tenemos. Pero el resto de promesas son condicionales, llevan el sí. De manera que nosotros somos los que tenemos que actuar responsablemente para que la promesa de Dios caiga sobre nosotros y se cumpla. Por otra parte, todos los juicios del Señor se cumplen. Todos los juicios del Señor se cumplen. Pero él usa causas secundarias para ejecutarlos y llevar a cabo su extraordinaria obra. Pero los juicios se cumplen. Ejemplos claros tenemos en las escrituras. Por ejemplo, Moisés fue llamado por Dios para dirigir a su pueblo, pero tuvo que pasar muchas dificultades, entre otras cosas, ser desarraigado de sus padres. Y Dios usó su providencia para que acabase en la casa de Faraón, para que fuese formado como un hombre que iba a dirigir una nación, para que debido a su orgullo y su soberbia tuviera que pasar 40 años en el desierto, para que Dios tratase con su carácter, y después que pudiera liderar exactamente y correctamente al pueblo de Israel. Vemos también en el caso de David cómo fue formado su carácter en el valor. cuando tuvo que defender desde pequeño, desde siendo muy joven, a sus ovejas frente a las fieras del campo. Y en el caso de Pablo vemos cómo Dios le ha equipado con una mente brillante, le ha hecho estudiar en medio de su providencia, con el maestro más prestigioso de su época, ha formado su carácter, le ha sometido a todas las dificultades extraordinarias que ha tenido que soportar, siendo apaleado, perseguido, apedreado, dado por muerto, tribulaciones sin cuento, para formar el carácter de este hombre y hacerle fuerte ante las dificultades. Esto nos muestra, así Pablo pudo cumplir con su deber, esto nos muestra que las personas que Dios llama, a las que como pueblo suyo le da sus promesas, incluye que tengamos que afrontar dificultades, que son las que Dios Precisamente nos envía para fortalecer la fe y alimentar la esperanza. Este es el propósito, fortalecer la fe y alimentar la esperanza. Dios había determinado que el Evangelio llegase a la capital del imperio romano y fue exactamente así. Lo cual nos lleva a considerar nuestro caso particular, del que debemos pensar que aquellas cosas que nos acontecen de forma providencial, y que nosotros no hemos provocado, sino que vienen de forma providencial, están determinadas por Dios para cumplir sus promesas. de las cuales no conocemos el impacto que puede tener en nuestro entorno. Si viene algo providencial, nosotros no sabemos cómo Dios usa esa providencia para cumplir sus propósitos soberanos. Pero no podemos tener ninguna duda de que hay algo detrás, que Dios se está moviendo para llevar a cabo sus propósitos. No sabemos el alcance que pudiera tener cualquier aflicción que caiga sobre nosotros, ni cómo Dios cumplirá su voluntad por medio de todo eso. Pero efectivamente que lo hace. La evidencia bíblica nos muestra que es así como Dios trabaja y actúa en medio del mundo para la gloria de su nombre. Sus propósitos se cumplirán. Dios hace su voluntad en los cielos y en la tierra. Sus propósitos se cumplirán. Así que eso es algo que no podemos perder de vista cuando nos llegan situaciones que están fuera de nuestro alcance y que nosotros no hemos provocado. Evidentemente, la que nosotros provocamos por nuestro pecado, eso es otra historia. Pero aquí estamos hablando de providencias que vienen cuando cumplimos con nuestra responsabilidad o por el entorno social que nos envuelve. En segundo lugar, vamos a ver el carácter de Pablo. Porque al leer este relato encontramos que Pablo era una persona con gran autoridad e influencia. Y esto lo vemos en sus tratos con el centurión que le custodiaba. Julio, que es así como se llamaba el centurión, le trata con una amabilidad excepcional. Y Pablo no sólo se ganó su confianza, sino que se ganó la confianza de todo el pasaje. Fijaos que Pablo empieza este viaje como prisionero. Pero antes de que termine el viaje, está dirigiéndose con autoridad a todo el pasaje. Todo lo cual nos habla de las cualidades de líder que Pablo tenía. Nos dice Hechos 27, 23, que entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo, habría sido por cierto conveniente o varones haberme oído y no zarpar decreta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. Así que Pablo se dirigió a todos ellos, especialmente a los que gobernaban la nave. Podemos ver que Pablo era un hombre con carácter. Pablo era un hombre con carácter. Los afeminados que aparecen en muchos púlpitos, en general de la cristiandad, que parecen realmente afeminados, desde luego no encajan en absoluto con todos los hombres de carácter que aparecen en las escrituras. Aquí estamos hablando de otra cosa, estamos hablando del buenismo que nos invade por doquier. Pero esto no es lo que nos invade, no, lo que nos encontramos en la Escritura. Como no tengas a un hombre que dirige con carácter, estás perdido. Estás completamente perdido. Así que podemos ver que Pablo era un hombre con carácter, era un hombre con dominio propio, que podía trabajar bajo alta presión, que tomaba la iniciativa, Y que esto está en consonancia con lo que se espera de un hombre cristiano. Esto es lo que se espera de un hombre cristiano. Estas son las cualidades que todo hombre debe cultivar. Todo hombre cristiano debe cultivar estas cualidades. Dominio propio. Valor. capacidad para trabajar bajo presión, tomar la iniciativa, ser resolutivo y anticiparse a los problemas. Todo esto es lo que todo hombre cristiano debe tomar para sí. Pero por si alguno malinterpreta mis palabras y ve que él, a pesar de ser un hombre, no tiene dominio propio, no tiene valor, no sabe trabajar bajo presión, ni es líder en su hogar, ni toma la iniciativa, ni es resolutivo, ni se anticipa a los problemas, y que por lo tanto, por lo que yo le estoy diciendo, esto le da la posibilidad de no casarse en la vida o de divorciarse, pues evidentemente se está equivocado porque no es eso lo que estoy diciendo. Más bien, si te analizas Y no ves que esto sea una realidad en ti, lo que debes hacer es empezar a trabajar para formar tu carácter en este área. Porque todo esto es imprescindible en un hombre. Es imprescindible en un hombre. Por eso, en la medida de nuestras posibilidades, intentamos formar a nuestros jóvenes en cuanto al carácter que deben tener para servir a Dios en medio de su generación. Lo que estoy diciendo es que si te encuentras en lo negativo de lo que la Escritura demanda, debes arrepentirte de no haber hecho nada hasta ahora y debes asumir en dependencia del Espíritu Santo tu responsabilidad para formarte. Porque si se trabajan todas estas áreas, serás capacitado para dirigir tu hogar y serás útil al reino de cristo donde él te ha puesto porque es de esto que estamos hablando es de esto que estamos hablando arrepentirse es una palabra que yo creo que muchos cristianos la saben de memoria pero no saben cómo se aplica así que tenemos una aplicación más cuando la escritura nos expone ante una situación que nosotros estamos faltos lo mejor es arrepentirse no justificarse arrepentirse también Vemos este carácter en Pablo en este otro texto que encontramos un poco más adelante de Hechos 27, en el versículo 33. Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen diciendo, y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Vaya. Hay muchos hogares cristianos donde ni siquiera dan gracias a Dios cuando se ponen delante del plato de comida. Increíble. Pero esto es cierto. Lo digo con conocimiento. Y vemos aquí a Pablo, en medio de un contexto parano, cómo le está liderando la situación y cómo lleva todo el pasaje por todo lo que había ocurrido y la autoridad que ya empezaba a ejercer sobre ellos, cómo se pone en pie y ora a Dios dando gracias por la comida. Así que aquí tenemos un ejemplo incuestionable para todos, especialmente para cuando tenemos la oportunidad de dar razón de la fe que hay en nosotros, cuando tenemos la oportunidad que lo hagamos. Aquí tenemos que andar con mucho cuidado para no echarle perlas a los cerdos. Y entonces, que en vez de que sea una bendición para todos, blasfemen al nombre de Dios. Tenemos que tener cuidado con esto. Pero cuando hay una oportunidad que vemos que surge de forma natural, que es lo que aquí está ocurriendo con Pablo, una oportunidad que surge de forma natural, es naturalmente una oportunidad que tenemos para dejar la semilla del Evangelio. Y esto es lo que hizo Pablo. En tercer lugar, vamos a ver su encarcelamiento en Roma. Al fin Pablo llega a Roma. Roma. Aquella ciudad que durante muchos años había deseado visitar. Este, desde luego, no había sido un viaje fácil, ni como a nosotros hoy nos puede parecer, que tomamos un avión y en dos horas y media, más o menos, estamos en Roma, y todos son para bienes, tenemos nuestro hotel cómodo, tenemos nuestra comida... Casi no nos puede pasar nada anormal. Pero en el caso de la época de la que estamos hablando y del personaje del que estamos hablando, de Pablo, el viaje fue una auténtica odisea. No había sido un viaje de placer ni de vacaciones, sino un viaje durísimo que le tuvo previamente dos años en la cárcel, en cesarea. Y por fin llega a Roma. y escribiéndole a los hermanos que estaban en Roma, le dice en la Carta a los Romanos, el capítulo primero, versículo 11, porque deseo veros para comunicaros algún don espiritual a fin de que seáis confirmados, esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí. Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros Pero hasta ahora he sido estorbado para tener también entre vosotros algún fruto como entre los demás gentiles. Pablo estaba deseando ir a Roma y predicar allí a todos los hermanos que se congregaban en aquella gran ciudad. Roma era la capital del imperio, la ciudad más importante y extraordinaria del mundo antiguo. El apóstol se quedó realmente asombrado de todo lo que estaba habiendo allí. En aquellos años estaba a punto de culminarse el coliseo romano del que hoy nos queda en las ruinas y que es menos de la mitad del esplendor que tenía en aquella época. Este majestuoso edificio. Y también en general, esta ciudad imperial tenía multitud de edificios que nos dejarían boquiabiertos con su esplendor y grandeza y gloria de la Roma de los Césares. Hoy, como sabéis, la Iglesia Católica habla de Roma como su capital. Efectivamente, es la capital de la Iglesia Católica. Es decir, todo paganismo. Porque la capital, según la escritura, debería ser Jerusalén. Pero ellos la trasladan a Roma. Pues aquí llegó Pablo, a Roma. En la época en la que suceden todos estos acontecimientos, Roma estaba habitada más o menos por unos dos millones de personas, de las cuales la mitad, es decir, un millón, eran esclavos. Esto era Roma, la capital del imperio. Cualquiera podía esperar que los trámites fueran rápidos para la justa liberación del apóstol Pablo, puesto que no había ningún cargo contra él. Sin embargo, a pesar de que estuvo dos años preso en Cesarea, le van a tocar estar otros dos años más preso en Roma. Sin embargo, la providencia de Dios hizo que las condiciones que tenían la mayoría de los presos no se aplicasen al apóstol Pablo. porque estuvo con lo que se conoce como arresto domiciliario. Es decir, no ingresó en un calabozo y estuvo aislado, sino que la providencia de Dios hizo que estuviera en una casa con arresto domiciliario y que ahí pudiera además tener las visitas de todos los que él considerase. De manera que tuvo oportunidad de reunirse con muchas personas y de hablar el Evangelio. La única restricción que tenía Pablo en este arresto domiciliario, es que estaba encadenado a un soldado durante las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Estaba encadenado a un soldado. Pablo podía hablar, escribir, predicar, orar... Sin embargo, el soldado siempre estaba a su lado. Esta situación, después de haber pasado dos años preso en Cesarea, sin ningún cargo en su contra, y ahora en Roma otros dos años más sin ningún caso, sin ningún cargo en su contra, debería haber sido una prueba extraordinaria para la paciencia. Para la paciencia. Porque estoy preso sin cargos. Estoy preso sin cargos. Sobre todo en un hombre tan activo como Pablo. Tan activo. Se había recorrido todo el norte de Asia. Era un hombre que no dejaba de llevar a cabo la predicación del Evangelio con un tenaz trabajo para cumplir con su responsabilidad. Y ahora resulta que el Señor permite que durante cuatro años vaya a estar preso. Esto es bastante interesante para que analicemos qué pudiera haber en el corazón de Pablo. Pero fijaos que en las escrituras no se nos habla de que Pablo estuviera descontento. Bueno, si el señor a nosotros nos mete un año en la cárcel... ¡Madre mía! ¿Qué pensaríamos? Si en la iglesia nos disciplinan y estamos unos cuantos meses... ¡Madre mía! ¡Uff! Esto es espantoso. Pablo estuvo sin cargos cuatro años en la cárcel. Pero fijaos... que ni se muestra el descontento en su corazón, ni muestra frustración por estar encarcelado, ni siquiera se pregunta por qué él, con tantas capacidades y habiendo podido ser un gran hombre en Israel, el Señor lo somete a una prueba tan extraordinaria, al final ya de su vida, de cuatro años encarcelado. No le atribuye a Dios ningún despropósito en el cuidado que está teniendo de él. No piensa con malicia de los tratos a los que Dios le somete. Simplemente sigue trabajando con los medios que tiene a su disposición y que el Señor le permite. Sigue trabajando. Sigue trabajando. A pesar de que se encuentra en esta situación providencial, confinado en una casa y atado con cadenas a un soldado, Convierte aquel lugar en un centro desde donde Pablo va a enseñar a otros en distintos y lejanos lugares, en otras ciudades. Su corazón seguía agradecido a Dios por su cuidado. Desde aquella casa encadenado a un soldado, Pablo predicó al mundo entero un mensaje del Evangelio que llega hasta nuestros días, a nosotros. Hay tres cosas que podemos destacar de su encarcelamiento. Porque desde aquí, en primer lugar, muchos fueron llamados a la salvación. Desde la cárcel. Pensad en lo que debió ser a los soldados que se turnasen para estar encadenados junto a Pablo, escucharle mientras le custodiaban cuando predicaba el Evangelio. cuando elevaba sus oraciones delante de Dios, cuando hacía una defensa del Evangelio contra los judíos y los judaifantes. Pensad en todo lo que aquí estos soldados estaban escuchando. O cuando Pablo estaba dictando cartas, que luego veremos las cartas que escribió desde la prisión, a un amanuense, que es quien estaba tomando nota de todo lo que Pablo estaba diciendo y los soldados estaban escuchando. Veinticuatro horas al día atados a este hombre. De manera que, a pesar de estar en esta situación, Pablo escribe a los filipenses y fijaos lo que les dice. Filipenses capítulo 1, versículo 12. Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, estoy encarcelado, han redundado más bien para el progreso del Evangelio. De tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio y a todos los demás. Hemos leído que cuando llegó Julio, el centurión, entregó a Pablo al pretorio para que lo custodiase. Es la alta jerarquía de los rangos militares. Pues ahí lo tenemos. Resulta que estar encadenado a distintos soldados 24 horas al día Le introdujo en todo el pretorio. Introdujo el Evangelio en todo el pretorio. Lo cual nos muestra que el mensaje del Evangelio corrió entre todas estas unidades militares y llegó hasta casa de César, que en aquel tiempo era Nerón. De ahí que hace una mención al final de esta carta a los filipenses en el capítulo 4, versículo 22. Todos los santos os saludan y especialmente los de la casa de César. Los de la casa de César. Así que estar en prisión permitió que el Evangelio llegase a los soldados que estaban atados junto a él, encadenados junto a él, de ahí al resto del pretorio y de ahí a la casa de César. Esto nos lleva a ver que las veces que podemos estar sufriendo por una aflicción o por una providencia de Dios, Él la puede estar usando para la extensión de su reino, si cumplimos con nuestro deber. Claro, si Pablo se hubiera estado quejando. si hubiera estado frustrado, si hubiera tenido un corazón de amargura, si hubiera sentido que era inútil y hubiera actuado como un inútil, pues evidentemente nada hubiera ocurrido. Pero Pablo no tuvo en cuenta todos los ataques que Satanás, a través de la providencia, hizo recaer sobre él, sino que se mantuvo firme en su posición. Y se mantuvo firme haciendo lo que debía hacer, aún estando encadenado, aún estando encadenado. Pablo no era Una persona que como lo hace en la gran cristiandad de nuestros días, orase para que ocurriera un milagro y sus cadenas fueran soltadas y entonces todo el mundo le aclamara como realmente lo que era, un gran hombre de Dios. Pablo no oró por esto. Pablo no oró para que fuera liberado de todos estos años de cárcel. Pablo no se desalentó en medio de las duras condiciones de su ministerio al final de su vida. Pablo no se desanimó a causa de ver la gran persecución de la que era objeto. No permitió que su mente divagara para hacerse la víctima. ¿Por qué a mí, siendo hijo de Dios, me ocurren estas cosas? En Pablo no encontramos esto. Lógicamente, como corresponde a un hijo de Dios. Ni tampoco vemos a Pablo cuestionarse por qué el Señor había permitido que estuviera encarcelado tantos años sin causa. no permitió que la amargura lo dominara. No permitió. Todo esto nos expone ante grandes retos que cada creyente tiene en su vida. Y es precisamente ahí donde debe afirmar lo que es. ¿No dice la escritura que Dios prueba nuestra fe como se prueba el oro, que tiene que pasar por fuego? ¿Y entonces qué le pasa a los cristianos? Que cuando su fe supuesta pasa por fuego, el fuego sigue y la fe desaparece. Entonces es que no eran cristianos. Claro. porque el verdadero cristiano actúa como Pablo en medio de situaciones aflictivas y providenciales que Dios le puede enviar precisamente para probar su fe. Difícilmente, por eso tenemos que luchar contra el desaliento, tenemos que luchar contra la amargura, tenemos que luchar contra hacernos la víctima, pobre de mí, tenemos que luchar para que nada de todos estos ataques que Satanás infringe sobre el pueblo de Dios puedan tener resultado. Porque esta es su estrategia. Y en altísimo grado consigue su propósito. Por lo tanto, tenemos que estar bien armados con la palabra de Dios para repeler estos ataques que nos llevan a tener un corazón de amargura, un corazón ingrato y un corazón que lo único que demuestra es que Dios está lejos de su pensamiento. Difícilmente podremos ser útiles al reino de Cristo y de bendición para otros si no actuamos como Pablo. Difícilmente podremos ser útiles al reino de Cristo si nos entregamos a la queja o si esperamos en cada situación que nos ocurre un milagro. O esperamos, tal y como anuncian los chamanes y brujos de la cristiandad, que todo dolor desaparezca, que se regeneren nuestras células, que tengamos ojos nuevos. ¿Se puede ser más necio de lo que está anunciando la cristiandad en nuestros días? ¿Se puede ser más necio? Pues si trabajan un poco más, seguro que lo consiguen. Así que que sigan por ese camino. Porque si alguien lee someramente la escritura, someramente, y tiene un poco de sentido común, solo un poco, verá que estos cuentacuentos que le cuentan estas historias en las mal llamadas iglesias, no encontramos a lo largo de las escrituras nada de lo que ellos están diciendo. Más bien encontramos lo contrario. Como las chispas se levantan del fuego, así también la aflicción en el ser humano. Pero esto es una regla natural por vivir en un mundo caído. Entonces, ¿qué están contando estos cuentacuentos? Pero no solamente vemos lo que el Evangelio hizo en la casa de César, sino que otras muchas personas fueron convertidas desde la prisión. Personas como Onésimo, el esclavo que había escapado de su amo en Colosas. De él dice Pablo en Filemón 110, te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones. Le llama hijo, espiritual evidentemente. A quien engendré en mis prisiones. Desde la prisión este hombre fue llamado a la salvación. En segundo lugar, muchos creyentes fueron alentados. Dice Filipenses 1.14, y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor. Viendo lo que a mí me está ocurriendo en mis prisiones, ellos hablan con valor. Así que sus prisiones tuvieron un efecto estimulante en los hermanos de la capital del imperio. Hubo una gran convicción para que la palabra fuera predicada desde distintos ámbitos en aquella gran ciudad, alentados por el ejemplo de Pablo, quien a pesar de su condición, no bajó el ritmo de la enseñanza. No bajó el ritmo de la enseñanza. Y es interesante ver como algunos de sus colaboradores cercanos siguieron siendo instruidos por Pablo y capacitados para ejercer el ministerio en lugares lejanísimos. Por ejemplo, nos vamos a ir a Colosenses, capítulo 4, a partir del versículo 7. Porque esta carta de Colosenses, Pablo la escribe desde su prisión en Roma. Y fijaos lo que dice. Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Títico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor. Es decir, que Títico iría a Colosas a llevarles el mensaje que Pablo les estaba enviando. el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere y conforte vuestros corazones. Con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros, todo lo que acá pasa, os lo hará saber. Asimismo, mi compañero de prisiones os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamiento, si fuera a vosotros recibirle. Y Jesús, llamado justo, que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo, os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios requiere. Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en la odisea, y los que están en Hierápolis, y os saluda Lucas, el médico amado, y demás. Aquí tenemos un torrente de hombres que están bajo la supervisión, dirección y guía de Pablo en prisión, que están predicando el Evangelio. Estos años de prisión sirvieron para equipar y capacitar a muchos hombres para el ministerio. Así que en vez de que esta situación de estar preso pudiera haberle hecho a Pablo caer en la desesperación, la amargura o la turbación, lo que ocurrió aquí es que Pablo está usando esta situación para dar más ímpetu a la extensión del Evangelio desde la prisión. Así que de Timoteo, Nos habla Pablo y le dice a los filipenses en Filipenses 2.19 Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado Así que aquí forma también a Timoteo que enviará a los filipenses a la iglesia en Filipo Igualmente de Epafrodito le dice a los filipenses Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito mi hermano y colaborador y compañero de milicia vuestro mensajero y ministrador de mis necesidades, con lo cual forma un hombre para ir a Filipo. De Tíquico le dice a los Efesios, para que también vosotros sepáis mis asuntos y lo que hago. Todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro del Señor. A la iglesia de Néfeso le envía a este hermano, que ha sido capacitado por él en sus prisiones. De Aristarco y Marcos, que envía a Colosas, Aristarco, dice en la carta a los colosenses, Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda. Compañero de prisiones. Y Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamiento, si fuera vosotros, recibidle otro hombre que fue formado en las prisiones de Pablo. Él no podía visitar estas iglesias, estaba preso. No podía seguir formándolas en la fe de manera directa. Pero organiza un gran equipo de hombres que en su nombre y bajo su autoridad como apóstol, que es el único que tiene autoridad para enseñar en la iglesia, los apóstoles, son los que llevan la doctrina y el aliento que las iglesias necesitaban. ¡Guía! Pues aquí tenemos la guía por parte de los hombres que Pablo capacitó para el ministerio. Fijaos que la misión de todos estos hombres era predicar con rigor las sagradas escrituras y no hacer de titiriteros. No encontramos que aquí aprendieran a hacer de titiriteros para que los niños se entretuvieran y en vez de un culto de adoración a Dios, tuviéramos entretenimiento de niños con títeres. No encontramos que Pablo hiciera nada de esto. Tampoco vemos que Pablo les enseñe a ser magos ambulantes, como aquellos judíos hijos de Esceva que, en fin, eran de todo menos hijos de Dios. Tampoco. Pablo se dedica a hacer magos ambulantes y que hagan cosas espectaculares para que todos abran su boca y digan, ¡guau, este es el evangelio! No, porque ese no es el evangelio. El evangelio es la palabra de Dios. Nada más. Tampoco les forma para que sean cuentacuentos. Tampoco. Tampoco para que toquen la guitarra los sábados por la tarde en el parque. Tampoco. Tampoco para que hagan la cantidad de circo y payasadas que la iglesia que se llama cristiana en nuestros días hace y que lleva a sus oyentes directamente a la perdición. Pablo tampoco se dedica a enseñar a estos hombres en todo esto. Pablo les enseña a predicar el Evangelio. A que conozcan las doctrinas y que expongan las doctrinas. A esto les enseña Pablo. Por lo que se nos dice en la Carta a Filemón, otros hombres se quedarán con él. para asistirle. Allí se nos dice, te saluda Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. Así que allí también, cerca de la casa donde estaba preso, tenía un grupo de hombres que le asistían en multitud de cosas que podía necesitar para la extensión del Evangelio. Precisamente desde su arresto domiciliario, Pablo escribió las epístolas a los efesios, a los filipenses, a los colosenses y a Filemón. Aquí, encerrado en esta casa, con un soldado atado a él 24 horas al día. Desde aquí escribió todas estas cartas, que para nosotros no son de consuelo, de aliento y de esperanza. Estas cartas son llamadas las cartas de la prisión, porque las escribió desde aquí. Todo esto nos evidencia de una manera contundente que en medio de la aflicción, el pueblo de Dios es más efectivo. En medio de la aflicción, el verdadero pueblo de Dios es más efectivo. Lleva más fruto. Es más consistente con el papel que tiene en este mundo. Y es un testimonio incuestionable de la gracia de Dios. En medio de la presión y de la aflicción. Ahí es donde el oro reluce. Los charlatanes de la cristiandad prometen el paraíso en la tierra, pero la escritura nos habla de cómo Dios usa la aflicción para probar la fe y para que esto nos lleve a dar testimonio de su nombre, que es exactamente lo que está haciendo Pablo. Este es el ejemplo que vemos en él. En cuarto lugar, nos habla este texto sobre la voluntad soberana de Dios. La voluntad soberana. Esto también nos crea bastantes dificultades en el mundo cristiano en el que vivimos, porque parece que la voluntad soberana es del hombre. Pero todo lo que encontramos en las escrituras es que la voluntad soberana es de Dios. Dios es soberano, el hombre no. Dios es soberano, es decir, que cumple su propósito en el cielo y en la tierra. Cumple su voluntad en el cielo y en la tierra. Y en este contexto nos debemos preguntar, ¿por qué fue Pablo y no otro hombre el que llegó a ser apóstol para cumplir esta misión entre los gentiles? ¿Por qué fue Pablo y no otro hombre? Aquí tenemos que tener en cuenta que Dios es soberano. Es soberano para cumplir sus propósitos. Lo cual nos lleva a ver que es Dios quien cumple su voluntad en el cielo y en la tierra y tiene la prerrogativa de escoger a su pueblo para la salvación y para que a algunos de ellos le asigna misiones especiales. Como fuera en el caso de los profetas en el Antiguo Testamento o de los apóstoles en el Nuevo Testamento. Estos son cargos especiales y con ellos se acabaron los cargos especiales. Un pastor no es un cargo especial, es alguien que cumple con una responsabilidad delante de la iglesia, pero no es un cargo especial, no tiene una revelación especial, ¿no? La revelación especial la tuvieron los profetas y los apóstoles. Cuando ellos se murieron, se acabó todo. Por eso Dios ha tenido misericordia de nosotros y nos ha dejado por escrito lo que ellos enseñaron. Tenemos las cartas de los apóstoles o tenemos los libros de los profetas. Todo lo que necesitamos saber de la voluntad de Dios, ahí está reflejada. La escritura nos enseña que Él escogió libremente desde la eternidad a un número definido y concreto de personas para que fueran objeto de su gracia. Esto es lo que enseña la escritura. En mi experiencia, soy yo el que me convierto. Desde la perspectiva divina, es Dios quien me ha llamado. Por eso me convierto. Porque es Dios quien me ha llamado. Dice Pablo que Dios nos escogió en él antes de la fundación del mundo. Es decir, antes de que hubiésemos nacido, antes de que hubiéramos hecho bien o mal, Dios definió cuándo, cómo y dónde naceríamos. ¿Y en qué época concreta de nuestra historia personal nos llamaría a la salvación? Porque escucharíamos su palabra y oiríamos su voz. La oiríamos porque nuestros oídos ya estarían abiertos para oírla. Por eso oímos su voz. Él nos conoce antes de que hayamos nacido. Y esto no es porque Dios es adivino, que es lo que cree la cristiandad. No, es que Dios vio y entonces dijo, mira a esta persona qué buena es. Pero si no hay bueno ni a uno, ¿cómo que mira a esta persona qué buena es? Si es que Dios establece el futuro, porque es soberano. Dios determina el futuro. No es adivino. Dios no es adivino. Dios no adivinó que Pablo llegaría a Roma. No lo adivinó. Dios estableció un decreto por el que Pablo llegaría a Roma. En contra de todo y de todos. Y Pablo llegó a Roma. Pero no fue porque Dios era divino y lo supo. Fue porque Dios decretó que Pablo iría a Roma. La razón de la elección de Dios tampoco se basó en las obras y capacidades que él vio de antemano que ciertas personas tendría y por eso los escogió. Porque tenían buen corazón, buena disposición, buena voluntad. Queridos hermanos, una triste noticia. En el mundo no hay nadie que tenga buena voluntad, ni buen corazón, ni buena disposición. Si el espíritu no se lo da. No hay nadie. Algunos se podían preguntar ¿Escogió Dios a Pablo porque vio el futuro y supo que era un hombre inteligente y capacitado para la obra que tenía que hacer como apóstol? ¿Por eso lo escogió? ¿Porque lo vio? ¿O lo escogió para que fuese apóstol de acuerdo a su soberano propósito y entonces le dio los dones, la capacidad y lo movió en el entorno de la providencia para guiarlo y cumplir con esa labor? Porque la Escritura apunta más bien a esto último, no a lo primero. La evidencia bíblica e histórica nos muestra que es Dios quien derrama su gracia donde quiere, a quien quiere y cuando quiere. Esto es lo que nos muestra la escritura. Dios no tiene ninguna deuda con el ser humano. El que a algunos les conceda su gracia para la salvación es un asunto de su soberanía y de su voluntad, no de la nuestra. Es de su soberanía y de su voluntad. La realidad en que ha quedado este mundo después de la caída es que tanto la mente como el corazón como la voluntad está corrompida, que el espíritu está muerto. Por lo tanto es imposible que Dios acepte a alguien como hijo suyo porque supuestamente sea buena persona y entonces lo elige porque es buena persona. Esto no existe en el mundo. No existe en el mundo. Todos venimos como miembros de una raza caída. Y si el Espíritu Santo no nos levanta, no hay nada que hacer. Esa es la obra del Nuevo Nacimiento que opera el Espíritu Santo. Pero Él la hace a quien quiere. A quien quiere. Fijaos en la apreciación que hace Pablo en Efesios 1, 4. Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Nos escogió para que fuésemos santos y sin mancha. No porque éramos santos y sin mancha. No, no, no. Para que fuésemos. No porque éramos. Así que si fue para que fuésemos, es que entonces es la obra increíble del Espíritu Santo que nos trae a la vida. Por eso Dios no es un adivino. No. Dios lo que hace es que opera por medio de su Espíritu el nuevo nacimiento y entonces nos trae a la vida y nos capacita para las buenas obras. Él nos salva para que podamos hacer buenas obras. Y por otra parte, la Escritura también nos dice que esas buenas obras, Él las ha preparado de antemano para que anduviéramos en ellas. Ni siquiera son nuestras. Es que Dios las ha preparado para que andemos en ellas. ¿Y cuáles son las buenas obras en Pablo? Las buenas obras en Pablo es que está cumpliendo con su responsabilidad en evangelizar al mundo gentil y en formar a hombres para el ministerio, a la vez que está estableciendo iglesias y las está consolidando en la fe. Y entonces, Está dentro de la normativa bíblica y lo que se espera de alguien que ha conocido a Dios. Esto es lo que tiene que hacer, esta es su labor, esta es su responsabilidad. Exactamente eso es lo que hace. De ahí que sea contundente con Timoteo cuando le enseña que es lo que él tiene que hacer como pastor de una iglesia. Y le dice en 2 Timoteo 4 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino que prediques la palabra. No, que aprendas a hacer títeres y entretengas a los niños pequeñitos. Que la iglesia, en vez de que se dedique a adorar a Dios, traigamos aquí conjuntos musicales con coca-colas, cacahuetes, palomitas, porque así la iglesia se llenará, vendrán muchos jóvenes para entretenerse. Pero esto no es lo que Pablo le enseña a Timoteo. No es lo que Pablo le enseña al resto de sus colaboradores. No les enseña nada de esto. Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra. Que instes a tiempo y fuera de tiempo. Redargulli reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. ¿Por qué? porque vendrán tiempos cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comenzón de oír, es decir, sí, esto del Evangelio, ¡qué bonito es todo! ¡Ay, los hermanos, cuánto nos queremos! Teniendo comenzón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, que quiere decir conforme a sus propios deseos, conforme a la moda, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Bienvenidos al mundo de hoy. Esto es exactamente así. Ahora, ¿la gente está a leer la escritura y no ve que se están refiriendo a ellos? Lee la escritura. No he dicho nada. Lee la escritura. Si no, no la van a leer. No la van a leer. Toman textos sacados de su contexto para hablar del amor, que como todo es amor, Todo vale. Los guays, las guays y los de Paraguay. Todos valen para todo. Y todo está envuelto en amor. ¡Qué bonito y qué fantástico! Si a la cristiandad de hoy les diera por leer la escritura... Bueno, si a los católicos les diera por leer el segundo mandamiento, se enterarían de muchas cosas. Pero ¿para qué van a leer el segundo mandamiento si ya con toda la parafernalia que tienen de su... porque eso más bien parece un teatro. Uno entra en una iglesia católica y es todo teatro. O sea, es fantástico. Realmente, para una mente poco instruida y que le gusten los símbolos y todo lo que aquello... Te metes en una catedral y es que todo es fantástico. A quien le guste bailar y hacer el zombie, pues en una iglesia evangélica tiene todo lo que puede necesitar. Bienvenidos al circo. Eso es lo que hay. Si les tira por leer las escrituras, Llegarían a la conclusión de que les están engañando. Pero no quieren leer las escrituras. Y si las leen, no quieren aceptar la autoridad que tienen las escrituras. No la quieren aceptar. Porque lo de las escrituras es de otra época. Pero nosotros ya en el siglo XXI, lo de otra época no nos sirve. ¿Y nosotros que pensábamos que la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, que penetra hasta las profundidades del corazón, y que Dios es el mismo hoy, Jesús es el mismo hoy, ayer y por los siglos, y que su palabra es eterna? Porque esto es lo que enseña en síntesis la escritura. Que tiene validez para todas las épocas. Y que estará en vigor, especialmente la ley de Dios, hasta que Cristo venga. Pues parece que a toda la cristiandad esto le importa exactamente un comino. Bueno, ahora que están caros, ni siquiera eso. Pero lo que podemos ver, en el caso de Pablo y de los hombres que él capacita para el ministerio, sus buenas obras no fueron ir a dar de comer a los pobres, que es lo que hacen las iglesias de nuestros días. Pero hemos leído que Pablo le encarece a Timoteo que predique la palabra. Las iglesias de hoy no se dedican a dar de comer a los pobres. Claro que si vemos las organizaciones sociales que hay, es a lo que se dedican. ¿Y la iglesia qué va a hacer? ¿Conseguir? O sea, si matasen a los pobres, la iglesia haría lo mismo. Pero como hay que darle de comer a los pobres, pues la iglesia también se involucra en dar de comer a los pobres. La iglesia se involucra en tocar la guitarra en el parque. La iglesia se ocupa en organizar bailes regionales. En fin, la iglesia se ocupa absolutamente de todo de lo que se ocupe el mundo. Y de lo que se tiene que ocupar, no se ocupa. La escritura llama esto sinagoga de Satanás. No sé si alguno se ha dado cuenta de la cristiandad. Pero es exactamente a ellos a los que se refiere bajo ese término. ¿Y a qué conclusión nos lleva todo esto? Pues al hecho de que todo creyente tiene una alta responsabilidad en este mundo, que comienza en su hogar. comienza en su hogar, sigue en su iglesia, continúa en su entorno profesional y acaba en el contexto social. Esos son sus niveles de responsabilidad. Es responsabilidad de cada uno identificar su labor en este mundo porque de ello dará cuenta Dios. Jeremías nos lo recordaba. Así ha dicho Jehová. Conviértase ahora cada uno de su mal camino y mejores sus caminos y sus obras. Continuamente se nos llama al arrepentimiento, continuamente se nos exhorta, continuamente se nos alienta, continuamente se nos muestra el camino por el que debemos andar. Cuando atendemos con un corazón humilde la palabra de Dios y aprendemos a escuchar, entonces hay tres aspectos que sobresalen. El primero, Encontramos consuelo sabiendo que aquellas cosas que nos acontecen de forma providencial están determinadas por Dios para cumplir sus propósitos. Dios es soberano y ha permitido ciertas cosas. Lo que todo verdadero creyente debe decir es, en él descansamos. En él descansamos. Sea la voluntad del Señor. En él descansamos. En segundo lugar, Encontramos aliento para asumir su voluntad y ser útiles a su reino, a pesar de pasar por situaciones difíciles. Encontramos el aliento. No te dejaré ni te desampararé jamás. A Pablo ni le dejó ni le desamparó. Podemos ver muchas dificultades en su vida, pero culminó con honor su misión en este mundo. Y en tercer lugar, Tendremos los recursos para luchar contra el desaliento, contra la amargura, contra atribuir a Dios algún despropósito si no cumple nuestros deseos, porque la Escritura es luz y nos mostrará que estamos en las manos del Omnipotente y que nada podrá tocar a su pueblo si él no lo permite. Desde luego nada podrá quitarnos la salvación, que es lo más grande que tenemos, lo más importante. porque Cristo vino a este mundo para salvar a pecadores. Pablo dijo, yo soy el primero porque perseguí al pueblo de Dios, pero nosotros podemos ser el segundo, el tercero o el cuarto. Para esto vino Cristo, para dar vida eterna a su pueblo. Así que después de pasar muchas dificultades como las que Pablo está pasando, muchos tormentos, naufragios, azotes, cárceles, el apóstol Pablo hoy está reinando con Cristo y vivirá eternamente. Lo veremos en la segunda venida de Cristo cuando nos unamos los que estamos aquí con los que están allí. pero podremos ver todo lo que Cristo hizo para salvar a su pueblo y el alcance de lo que Cristo hizo, que es la vida eterna para todos nosotros, si confiamos en Él. Vamos a terminar en oración. Padre nuestro que estás en los cielos, gracias te damos una vez más por habernos expuesto al ejemplo de Pablo, su constancia, su tenacidad, su amor por tu obra, su fidelidad, cómo supo soportar las aflicciones como buen soldado de Cristo y cómo nos deja un ejemplo para saber cómo también nosotros en este mundo, muy distante del que él vivió y mucho más cómodo de lo que él tuvo que sufrir, Vemos en él un ejemplo de entereza, de valor, de constancia y, sobre todo, de descanso en tu obra providencial. Vemos cómo actuó de una manera fiel para con la palabra que le había sido dada y cómo cumplió con honor su deber. Así que te rogamos que también ayudes a nuestro espíritu a seguir recibiendo tu palabra, que podamos seguir siendo formados en la fe y que podamos asumir las dificultades del camino y tomar ejemplo de estos hombres antepasados nuestros que nos enseñan, no solamente por sus cartas, sino también por sus propias vidas, cómo servirte y cómo amarte hasta el final. Guíanos en todo esto y da aliento a tu pueblo, en Cristo Jesús te lo pedimos. Amén.
24- Un trabajo eficaz
ស៊េរី La vida de Pablo
¿Honras a Dios con tus hechos?
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ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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